Nuestro cadáver exquisito

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NUESTRO CADÁVER EXQUISITO


I PIE El niño que me imagino es moreno, probablemente sudamericano. Es pequeño, con mucho pelo. Le iría bien que le pasaran un peine. Está solo en una zona de juegos, en un parque descuidado, entre papeles y plásticos. Está sentado en un columpio. Se columpia un poco, y al rato se levanta, da una patada a una lata y dice, aunque nadie lo oiga, -­‐ Estoy harto de ser el hermano mayor.


II Historia de Eduardo Él tiene un hermano pequeño al que hacen más caso que a él. Está harto ya de que no le hagan caso y quiere que le hagan más caso o el mismo que a su hermano pequeño; y se lo quiere decir a sus padres…


III Historia de Sergio Un día se lo dijo a sus padres. Su hermano se llama Alfredo, un pequeño terremoto de seis años. Marco lo odiaba porque, por su culpa a él no le hacían caso: solo a ese “enano”.


IV Historia de Pedro Estaba harto; quería que le hicieran caso, así que, cuando estaban jugando, tiró uno de sus juguetes por la ventana. Desde entonces siempre lo culpaban de todo. El nene se hacía daño “¡Fue culpa de Marco!, el nene perdía un juguete, “¡Fue culpa de Marco!” Ahora estaba más harto que nunca.


V Historia de Miguel Lo mataré, pensó él, lo torturaré, le haré sangrar hasta que muera. No tendré piedad. Se puso manos a la obra, fue a la cocina y cogió el cuchillo del jamón, lo afiló sonriendo, estaba loco, no se controlaba…


VI Historia de María B Cuando cogió el cuchillo fue hasta él -­‐ Te voy a matar, le dijo.


VII Historia de Axel …con un cuchillo de plástico. ¡Y después te pasaré por la picadora de carne y te daré de comer a los cerdos de María Luisa!


VIII Historia de Diego Después de la amenaza, él nunca volvió a pasar por la pequeña finca de la señora Travis. Cuando pasó un mes este personaje se volvió a pasar por la finca, él necesitaba verla.


IX Historia de Carmen De pronto vio algo muy raro. La señora Travis se había ido y ya no vivía allí. Se encontró con una pareja muy tímida entre unos 20 ó 30 años. Tenían caballos y un perro. Los animales eran preciosos.


X Historia de Sara Reformaron la casa; no les gustaba. La nueva pareja iba cada día a tomar el té con su vecina y por las mañanas se dedicaban al huerto o hacían rutas a caballo.


XI Historia de Claudia En la huerta cultivaban zanahorias y lechugas. Las rutas a caballo las hacían por bosque y montañas. Un día iban a caballo y se perdieron. No sabían donde estaban. -­‐ Yo creo que sé donde estamos, estamos en…


XII Historia de Adriano … Los Pirineos. Hacía mucho frío, pero estaban cerca de su hogar, Zaragoza, donde les esperaban su mujer, Sandra, y sus hijos, Juan y Alba. Los echaba mucho de menos, pero no podía desistir ahora, pero de repente…


XIII Historia de Aida El cielo se oscureció. Tenía que darme prisa antes de que las nubes grises me alcancen y me impidan viajar al encuentro de mi familia. -­‐ Pobrecitos. Empecé a pensar en ellos. ¿Y si les había pasado algo?. No, no y no; no me lo podía permitir; tenía que llegar cuanto antes a Zaragoza.


XIV Historia de María L. Así que me fui a la estación de trenes de mercancías más cercana y me agarré a uno que llevaba carbón a Zaragoza. La brisa me daba en la cara, pues iba cogido a un gancho del tren. Casi me caigo dos veces, pero no fue nada grave, solo dos sustos. Había muchos semáforos, todos estaban en rojo. Iba a llegar un poco tarde a ver a mi familia.


XV Historia de Sergio Un poco antes de llegar y tras otro semáforo en rojo me solté y fui a la casa. Enseguida me di cuenta de que no estaban. Encontré una nota que ponía: “Nos hemos ido a dar un paseo porque tardabas mucho. Llegaremos enseguida.” Decidí esperarlos. Pasadas dos horas seguían sin venir, así que fui a buscarlos.


XVI Historia de Daniel Recorrí el parque de arriba abajo, el centro comercial de derecha a izquierda, pero nada, resultaba inútil. Era como si se hubieran esfumado. Volví a casa e intenté llamarlos, pero no contestaban, así que reemprendí su búsqueda. Se detuvo en un bar y tomó un café. Antes de marchar entró en el baño y se encontró lo que temía…


XVII Historia de Jesús ¡Estaban los dos muertos! Casi me muero yo del susto y empecé a beber y a beber para ahogar las penas. Tuve que ir al psicólogo y me ayudó bastante. Luego se me ocurrió llamar a la policía, para que buscaran huellas y pasó lo inesperado: ¡Se habían suicidado juntos! A la noche se me aparecieron sus almas y me reprocharon: -­‐ ¿Por qué llamaste a la policía? Luego desaparecieron. Me llevé un susto tremendo


XVIII Historia de Alonso -­‐ Pero… ¿Por qué se suicidaron? ¿Es que no les gustaba su vida? – me dije-­‐ Tiene que haber alguna razón. Así que llamé a la policía otra vez, a pesar de lo que me habían dicho esos espíritus. A la noche me volvieron a hablar: -­‐¿Estás tonto? ¿Por qué llamaste a la policía…? Yo ya me cansé, así que respondí lo lógico: -­‐ Para saber por qué os suicidasteis. Ellos no me respondieron y yo tenía mucho sueño, así que cogí una bolsa, metí a los fantasmas dentro y me los llevé al lugar donde se produjo el suicidio. Cuando llegamos abrí la bolsa y ¡volvieron a estar vivos! Yo no me lo creía, así que le pedí a uno que me diese un tortazo. -­‐¡Auuuu!, dije Lo que me sorprendió es que después se tiraron por el barranco de detrás y me quedé flipado. Pero todavía más impresionante era que estaba atrapado en un bucle temporal que se repetía una y otra vez, cada segundo, hasta que llegó… el FINAL.



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