Centenario de Don Pepe Camilo rodrĂguez Chaverri
Volumen V
Camilo RodrĂguez Chaverri
1
2
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
conversaciones
con la historia
Camilo RodrĂguez Chaverri
3
4
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Camilo rodríguez Chaverri
conversaciones
con la historia ENTREVISTAS Tomo CINCO
Camilo Rodríguez Chaverri
5
Primera edición, San José, Costa Rica, marzo del 2005 © 2005, Camilo Rodríguez Chaverri camilorch47@hotmail.com ISBN (tomo 6): 9968-9463-003-8 ISBN (obra completa): 9968-9463-000-3 Entrevistas, redacción y edición: Camilo Rodríguez Revisión final: Mónica López Diseño: José Ismael Medina Obando Producción gráfica: Editorial IPECA
6
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Para papá, quien me enseñó a admirar Para mamá, por su capacidad de asombro Para Don Álvaro, de quien aprendí a perder el miedo Para Doña Mayita, quien me ayuda a encontrarme Para Eduardo Agami y José Alberto Soto
Camilo Rodríguez Chaverri
7
8
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
muchas gracias Expreso mi agradecimiento especial a José María Penabad, Salustio Pauta, Mónica López Lutz, Islany Carrillo, Alba Luz González, Paula Vargas, Marjorie Ross, Graciela Jiménez, Kira Delgado, Vilma Loría, María José Morales Ross, Francinie Castillo Ramos, Irene Sancho, Say Leng Acón, Kathya Benavides, Saylin Madrigal y Martín Sosa. Este libro se lo debo al periódico OJO, un periódico alternativo del ámbito político y cultural, donde ha aparecido el 90 por ciento de estas entrevistas. Deseo expresar que en este libro hay muchos detalles y elementos especiales, invisibles tal vez o intangibles, y casi siempre indefinibles, que le debo a muchas mujeres periodistas, comunicadoras, escritoras o cineastas a las que admiro y cuya excelente labor profesional me ha enseñado lo poco que sé de la técnica de la semblanza: Inés Trejos, María Montero, Aurelia Dobles, Carmen Juncos, Doriam Díaz, Sylvia Alvarado, Yuri Jiménez, Lorna Chacón, Larissa Minsky, Lilly Edgerton, Gilda González, Any Pérez, Ana Alarcón, Gilda Aburto, Marielos Campos, Ligia Córdoba, Patricia Jiménez, Camila Schumacher, Evelyn Fachler, Neyssa Calvo, Ana Lucía Faerrón, Fabiola Pomareda, Ana Rojas, Leda García, Nono Antillón, Hilda Hidalgo, Marjorie Ross, Amelia Rueda, Dámaris Ruiz, Lizeth Castro, Vilma Ibarra, Roxana Zúñiga, Rocío Pérez, Urietta Aguilar, Xiomara Cubero, Wendy Cruz, Macarena Barahona, Monserrat Aguilar, Evelyn Ugalde, Irene Benavides, Cristina González, Iris Zamora, Carolina Montero, Thelma López, Yaliam Madrigal, Juliana Escobar, María del Mar Cerdas, Gabriela Camacho, Vivian Quesada, Gabriela Solano, Andrea Solano Ulloa, Gina Polini, Silvia Caamaño, Mauren Salguero, Adriana Núñez, Gianina Segnini, Gabriela Ugarte, Catalina Silesky, Milena Fernández, Silvia Carbonel, Isabel Ovares, Patricia León, Laura Martínez, María Lourdes Cortés, Ana Jane Camacho, Carmen Navarro, Thaís Aguilar y Kattia Muñoz. En memoria de la escritora y promotora cultural Delfina Col lad o, el maestro Arnoldo Herrera, el coplero Carlos Huezo Córdoba y la promotora social Anna Gabriela Ross.
Camilo Rodríguez Chaverri
9
10
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Esta colección de entrevistas comentadas y semblanzas desea dejar para la historia un conjunto de opiniones y de miradas que me parecen muy particulares. Es la historia de gente especial con la que el destino me ha reunido. Agradezco el tiempo que me dedicaron y le agradezco a usted que se dispone a detener su paso ante las palabras, los gestos y los destinos de esta gente a la que admiro. No es una selección. Simplemente recopilo entrevistas que llevo conmigo para siempre. Por favor no analice los criterios de escogencia, porque me encantan todos los personajes que están pero, lamentablemente, no están todos los que me encantan. Ojalá que le gusten estas personas y que aprenda con ellas tanto como yo, o más. Así sea. Camilo Rodríguez Chaverri
Camilo Rodríguez Chaverri
11
12
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Índice
1 7 Cantarín de la palabra 2 6 La pionera del arte abstracto 4 3 La escritora de la energía 5 7 Poeta de la negritud 6 5 Condenado a escribir soneto 7 7 Las leyendas sobreviven 9 3 Decencia con pantalones 1 2 3 El padre de los acueductos rurales 1 3 2 La primera esposa de don Pepe 1 3 6 Pasión por la historia 1 5 5 La visión del mayor productor de leche 1 6 3 Mujer fuerte del 48 Eliseo Alberto
Lola Fernández
Ana Antillón Monteal eg re Eul al ia Bernard
Eduardo Jenkins Dobles Paco Urbina Jorge Rossi
Gonzal o Gómez Cordero, Gomeco Henrie tta Boggs
José R afael Cordero Croceri Rodolfo Barrantes Rodríguez Trina Pacheco Gutiérrez
Camilo Rodríguez Chaverri
13
1 7 7 El 48 desde el Frente de Altamira de San Carlos 1 8 7 El padre de la pesca deportiva en Costa Rica 1 9 9 Conciencia hecha poesía 2 0 8 Entre reportero, filósofo e historiador 2 2 4 Historias del Abuelo Colorado 2 4 1 Constructor de paisajes 2 5 8 Expulsada del paraíso 2 8 3 La mano derecha de Don Pepe 3 0 2 El profeta de la revolución educativa 3 2 8 Dramaturgo de la inmediatez 3 5 2 El rey de la guitarra Lelo Rodríguez González
Carlos Manuel Barrantes Rodríguez Pablo Antonio Cuad r a Óscar Castro Veg a Isidro Con Wong
Rónald Zürcher Gurdián Mimi Prad o
Carlos Manuel “Mal o” Vicente
Francisco Gutiérrez Samuel Rovinsky Ray Tico
14
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Sé que a veces miro para atrás, pero es para saber de donde vengo. De una canción de “Malpaís”
Camilo Rodríguez Chaverri
15
16
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Eliseo Alberto
Cantarín de la palabra
Acaba de terminar la presentación de su novela. Cinco personas esperan una dedicatoria con autógrafo. El escribe despacio, pero con letras grandotas, como si quisiera llenar la hoja rápidamente y seguir adelante. Luego se suman varios lectores más. Le toma unos 45 minutos. Cuando se dispone a juntarse a la recepción en su honor, un guarda del lugar se acerca con una hoja de papel y le pide un autógrafo. “Quiero que me firme aquí, porque no tengo dinero para comprar su libro, pero me gustó mucho lo que leyó hace un ratico”, le dice el muchacho, de unos 18 años, y con la humildad como un atuendo, como un aguacero, que no deja dudas. “¿Cómo quieres una firma en esta hoja? Oye, tú, aquí hay libro pa´ too´el mundo”, dice el escritor, y después de echarse un vistazo a los cuatro costados, toma un libro de los que adornan la mesa principal, toma asiento de nuevo, y con toda la paciencia del mundo se lo dedica. Lo he estado observando. Lucía cansado. Y no estaba muy animoso con las dedicatorias. Pero una vez que abre este libro, el libro robado, vuelve la vista al chico sencillo, y sonríe. Es una sonrisa de niño, de pequeño travieso que cometió una infantil fechoría. Vuelve a la hoja en blanco y le escribe casi una carta. A nadie le escribió tanto en esa noche. Nunca, en los días que estuvo aquí, una sonrisa tan bella le surcó la cara... Esa sonrisa fue como un arco iris en el horizonte. Está agotado, pero la sonrisa desatada por ese libro que robó para el único que había llegado hasta él con un pedazo de hoja en lugar de su novela, esa sonrisa lo hizo verse como se nota que es en sus libros.
Camilo Rodríguez Chaverri
17
Por algo le dicen “Lichi”, esa palabra que se me hace como las cosquillas para el oído, como la travesura de unas letras que, cuando se juntan, hacen fechorías. Sus personajes son los “don nadie”, los intrépidos vividores del día, los que no tienen pasado ni futuro, los precaristas de la hora. Trabajan en un circo o en un cementerio de carros, no llaman mucho la atención si no están vestidos de payasos, y si dejan de tirarse del vacío, no existen.
Personajes especiales Sus personajes no caben en una biblia ni en una tira cómica, nunca aparecerán en un libro de historia, ni en una crónica de guerra serán los grandes héroes. La televisión se moriría de hambre con sus gentes, y las revistas rosaditas (“de sociedad”), quedarían para usos domésticos, ojalá en el cuarto destinado al inodoro. “¿Por qué el poeta está obligado a tener una vida para contar? ¿Por qué iba a estar interesado por el futuro de la patria? No todos los poetas son como José Martí, y qué dicha que es así. Muchos poetas son tímidos y jamás se proponen ganar una batalla. A mí, por lo menos, sólo me interesan los derrotados, los poetas tristes y apagados, y los personajes sin historia”. No tardó ni un minuto en decirlo, y de un plumazo dejó sin habla a los rebuscados analistas de su literatura. Cuenta la historia de las derrotas y el mundo secreto de sus activistas, quienes forman los más grandes batallones hasta en los sitios más recónditos del universo humano. El escritor, guionista y periodista Eliseo Alberto estuvo en nuestro país, para la presentación de su “nuevo” libro “La eternidad por fin comienza un lunes” —es la tercera vez que se convierte en libro nuevo— y dejó en el ambiente el olor particular de sus libros. Si alguien conoce sus obras, esperaría el siguiente espacio para ubicarlo. Huele a caca de cuadrúpedo glotón. A mierda de caballos y de tigres. Por aquí pasó el escritor con su saco de carcajadas. Su mundo se resume debajo de una carpa. En sus textos peludos y dientones, una chatarrera pudo ser el sitio perfecto para una historia de infamias. En sus manos, que a veces sostienen unos pitillos que han de ser la ridiculización del habano o el hijo del apareamiento del puro cubano y el vulgar cigarrillo, en esas manos crecen promesas para los que nada esperan. Un tipo perseguido por 18
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
un tigre imaginario despliega los tesoros que le salen por la boca convertidos en palabras bailarinas. Otro tipo, enjaulado, convierte sus ojos en faros; y uno más, el tercero, se quiere enterrar, como un animal más del circo en que deja que los días se coman los unos a los otros, como si el tiempo fuera un cáncer. Eliseo Alberto es el papá de sus criaturas. No las comparte con nadie, y a nadie se las copia. No le hace falta. Sin embargo, hasta la mirada lo delata. Tiene ojos de poeta, sonrisa de poeta, manos de poeta. Aunque lleve sobre las espaldas la pesada sombra de ser hijo del gran poeta cubano Eliseo Diego, uno de los grandes de la literatura hispanoamericana de todos los tiempos, el segundo Eliseo no puede ocultar su afinidad con las imágenes y los poemas. Cuando le preguntan por su padre, a menudo comenta que varios de sus poemarios tienen unidad de novela. Lo que no cuenta es que a él le pasa al revés, sus novelas son poemas. Cada una es un poema enorme, un poema con elefantitis, pero con un rostro bello y las uñas siempre limpias.
Eso se llama estilo Le pregunto por su estilo. No quiere dar detalles. Pero algo sale. “Escribo frases cortas. Me encanta la sencillez. No me pongo a complicar la cosa. Además, soy un novelista sumamente perezoso. No quiero ponerme a investigar pa´ acomodar a mis personajes en tal o cual época. Simplemente agarro los periódicos, que se volaron las Torres Gemelas, que Nueva York y Afganistán, y ya está, ahí acomodo a mis personajes”. En medio de la presentación de su novela, en la Librería Universal de Zapote, luego de las palabras de Alfonso Chase, Eliseo se dispuso a leer un trozo de la obra. Escucharlo confirmó lo que sentía al leerlo. Sus párrafos tienen musicalidad. Sus frases cuentan con armonías. Y hay una melodía secreta detrás de lo que escribe. Seguramente al sentarse a escribir, él piensa que aquello es un teclado, y sus dedos empiezan a inventar bailes de palabras entre los dientes blancos y los dientes negros de aquel ordenador convertido en piano por la magia de sus manos. Me acerco a él después de la presentación, y le comunico mis observaciones. Tengo que esperarlo, pues mientras firmaba libros, la gente acabó con los bocadillos y el vino. Parece un chiquillo hurgando entre los rescoldos. Hace como Camilo Rodríguez Chaverri
19
si no me escuchara, y después de un rato, responde. “Siempre he querido escribir para que quienes lean sientan que me están oyendo”. Y lo consigue con facilidad. Por eso, le pregunto si escucha música mientras escribe, pues parece que sus frases se meten en un pentagrama, como si fueran vagones que encuentran como único camino una línea de tren. “¿Sabes qué es lo que pasa? Que leo en voz alta lo que escribo. Cada vez que un amigo pasa por casa, le leo algo de lo nuevo. A veces me llaman y me dicen, ´mira, Lichi, vas a estar por ahí, pa´ pasar a tomarme unos tragos´. Y yo les digo pues sí, vente pa´ca, que tengo algo nuevo qué leerte. A veces sí van, a pesar de la advertencia. Lo que sí es cierto es que quien llega tiene que escuchar. Y cuando lee en voz alta tiene oportunidad de ir afinando las frases, de ir quitando aquello que estorba”. “Más que con el realismo mágico, que es algo de lo que no me gusta hablar, porque lo encierran mucho, lo clasifican como si los libros fueran bichos, más que de eso, mi literatura está influenciada por esas obras infantiles en que una bruja convierte a un príncipe en sapo, o a una mona en reina”, dice Eliseo Alberto. “No es que hable mal de los escritores del ´boom´, del realismo mágico. De hecho, soy gran amigo de Gabo (Gabriel García Márquez) y me parece que es el más grande novelista del habla hispana”.
Informe contra él Inevitable sosegar la curiosidad de saber qué piensa sobre el futuro de Cuba el autor de “Informe contra mí mismo”, uno de los más elegantes, líricos y desgarradores libros sobre la realidad cubana y el desaliento de los hijos de la isla. Es un tema del que no quiere hablar. Lo hace frunciendo el seño. “¿Qué va a pasar con Cuba? Hay que ser un iluminado o un espiritista para contestar esa pregunta. No estoy al día de lo que ocurre en la isla, pero sí estoy al tanto. Te quiero decir que en Cuba nadie entiende nada”, contesta. Y se pone impaciente con las repreguntas, pero sacando otro pitillo mestizo, cierra los ojos un instante, y los abre con la respuesta. “Más bien si quieres te digo mis temores sobre Cuba, porque no tengo ideas ni nociones, sólo tengo miedos. No veo un proyecto de nación inteligente. Es más, no veo un proyecto de nación posible. Ni para continuar el proceso revolucionario, ni para iniciar un proceso democrático. 20
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“La pobreza es mala consejera. A como están las cosas, ante cualquier descuido el país puede caer en manos de fuerzas extrañas, que no son ni las de la isla ni las del exilio”, ¿Y eso? ¿Cómo se come? “Quiero decir que la isla puede caer en manos del narcotráfico o en manos de los traficantes de armas. Si no hay proyecto ni control, cualquier cosa puede ocurrir”. Le digo que no parece muy optimista. “¿Optimista? Nada de eso. Soy el más pesimista. Cuba se puede convertir en el paraíso de las armas. Así como Moscú se ha convertido en el destino natural de muchos delincuentes sin estilo. Porque, claro, hasta los ladrones deben tener estilo. Tú ves cómo los gansters gringos sí tienen su estilo. Pero los rusos, ni eso”. Le insisto en el tema. Quiero saber si considera que la democracia es lo que le conviene más a la isla. “Bueno, la democracia tampoco sirve de mucho. Lo que pasa es que cualquier cosa es mejor que un sistema como el de Cuba. Nadie puede ser jefe de algo bueno durante 43 años”. En medio de la conversación se acerca un periodista de agencia internacional, y le pregunta por el libro de memorias de Alina, de la hija bastarda de Fidel Castro. “Dicen que se lo arreglaron. Creo que fue un amigo mío, que le hizo el favor. No me interesa el libro. No me importa. Háblame del poeta Roque Dalton, que es mi ídolo. Háblame de Nicolás Guillén. No me interesan esos libros. Pero no porque sea de Alina, ni porque se lo arreglaron. Igual le arreglaban los libros hasta a Hemingway...”. “No es que quiera hablar a favor de un lado o del otro. A Jesucristo lo crucificaron entre dos bandidos, y nadie ha dicho que uno sea de la izquierda y otro de la derecha”.
Cine latinoamericano En lo que sí es optimista es en el análisis del cine latinoamericano. Lichi es el guionista de la película “Guantanamera”, con la que obtuvo numerosos premios de renombre en el mundo. “Amo el cine, y he trabajado mucho. De hecho, aparte de ´Guantanamera´, tengo créditos en la película mexicana ´Amores perros´, y me gusta mucho lo que se está haciendo. Me gusta lo que hacen directores como Rodrigo García, quien es el hijo mayor de Gabo, y Guillermo del Toro. Me gustan películas como ´Y tu mamá también´. “Una de las cosas que más me gusta del cine latinoamericano de ahora es que se está produciendo gracias Camilo Rodríguez Chaverri
21
a la empresa privada. Eso de que el Estado haga cine me parece una porquería. En una película no tienes que poner un peso del Estado, porque te compromete”. “Y quiero decirte que si algo hay de bueno en la revolución es que ha reducido a los políticos cubanos a la mínima expresión. Entre menos políticos haya, mejor. Imagínate que se están reduciendo hasta los viejos impertinentes de los dos bandos. Creo que han entendido que a los cubanos ya ni nos interesa hablar de política. En algún momento, algo cambiará. Mientras tanto, sólo nos importa ver el partido de El Duque Hernández o las declaraciones de Javier Sotomayor”. “A los políticos siempre les concedo una palabra. Es la palabra ´no´. No hay marcha atrás. Ahora escribí un artículo que se titula ´Para atrás, para coger impulso´”. Es el momento oportuno para que hable del arte cubano. “A menudo me preguntan por el arte en general, y me meten en un lío. No soy un hombre muy informado. Sé más de fútbol que de arte. Por eso, siempre me limito a hablar del arte de Cuba. Después de muchos años de abismos, creo hay dos frentes. Uno de ellos tiene que ver con el arte que se hace en la isla. El otro tiene que ver con el arte que se hace fuera de la isla. Hay que aclarar que no ha habido continuidad generacional. “Desde mediados de los ochentas, el exilio y la isla empezaron a conocerse mucho más. El fenómeno de Mariel ayudó mucho, porque llegaron 120 mil cubanos al exilio, y eran cubanos diferentes a los que habían salido de la isla años antes. Escuchaban a Silvio (Rodríguez) y a Pablo (Milanés). Eran cubanos de los tiempos de la revolución. Y como se fueron para el exilio permitieron que la Cuba de la isla y la Cuba del exilio empezaran a parecerse”.
Inventar primero Y sobre la literatura cubana, considera que la mata su vocación de denuncia. “Nuestra literatura se divide en dos, los apologistas de la virtud y los apologistas del defecto. Para unos, todos los que viven en la isla son unos cobardes. Para otros, los cobardes están afuera. “Lo que sí ocurre es que los de la isla tienen que ser más ingeniosos para expresar lo que desean. El problema para el arte, la tragedia para los escritores y los pintores es que desde hace 40 años no hay un periodismo crítico en la isla,
22
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
por lo que les toca asumir la función de denuncia de los periodistas. “Aun así, cuando piensas en escritores como Senel Paz, Pedro Juan Gutiérrez, Espinoza y Antonio Pomte, dices, ah caramba, aquí hay un excelente coro de voces”. “Lo que ocurre es que a muchas generaciones la Revolución las demolió. Cuando llegó Fidel los de mi generación teníamos 20 ó 22 años. Fuimos bastante cobardes. Nos callamos la boca. Y los que empezaron a escribir o a pintar o a bailar, pronto dejaron de hacerlo. “La revolución los fue matando. Bueno, ellos se suicidaron. Angela Escobar y Guillermo Rosales se volaron la cabeza. Es muy triste hablar de eso. Los que quedan siguen haciendo cosas. Senel (Paz), Arturo Arango... Mi generación pasó con más pena que gloria. “Estamos muy solos. No conozco a nadie de mi generación que haya leído mis novelas. Hasta ahora es que estamos buscando cómo encontrarnos. Una linda solución ha sido encontrarnos por internet. Porque en internet la gente no tiene edad. La novia de antes sigue siendo lo que recordamos, no la gorda que es ahora. Bueno, yo también soy un gordo horrible. “Me inspiran los poetas, pero esos poetas que son unos pobres diablos, que se baten de noche, como los vampiros, los gays de closet, los que nunca son útiles para la patria. Son una tradición en Cuba. Entre ellos están Lezama Lima y Reinaldo Arenas. Recuerdo a Hernández Novás, que era enorme y triste. Tuvo una novia durante 8 años, y cuando se casó, soportaron 8 horas. Nunca nadie supo qué pasó. Al tiempo se voló los sesos. También recuerdo a Angel Escobar, que era un actor malísimo, pero un gran poeta, y a Miguel, que siempre hablaba de matarse, hasta que se clavó una aguja en el corazón. Me duele muchísimo el caso de Guillermo Rosales, que era más loco que una cafetera. Lo metieron a una casa de locos. Escribió una novela capital que se llama “Boarding Home”, y que trata acerca de una casa de locos. Era una casa en la que le tocó vivir. Hasta que se pegó un tiro en la cabeza. Quise que se la publicaran en una editorial conocida. Le dije a un editor importante, y me dijo ´mira, Lichi, un escritor muerto y desconocido, nunca tiene futuro´”.
Camilo Rodríguez Chaverri
23
Muerte de una generación “Mi generación murió con la ´sovietización´de la economía cubana, aunque no me gusta esa palabra. Mataron al Ché y, bueno, empezaron a matarse todos”. Y hablamos de su novela. “Este libro nació de la irresponsabilidad, de un acto irresponsable. Es una nueva versión de una novela vieja. Había escrito varios libros de poesía, pero soy hijo de unos de los poetas más grandes de la lengua y uno de los hombres más queridos de La Habana. Y era muy difícil eso de ser como un Pablo Neruda II o un César Vallejo Junior. “Me divierte mucho escribir. Así que busqué una salida justa en la que no perdieran ni mi vocación ni mi estima, por lo que me dedico a los géneros que no cultivó Papá. Y la primera novela es una obra de mis tiempos en el ejército. Estaba tan aburrido en el servicio militar que le escribí a un hombre que tenía una revista que porqué no publicaba una novela mía por capítulos. El único problema es que no la había escrito. Pero no se lo dije. Y como me respondió que sí, me puso a correr, porque debía entregar un capítulo por semana. No me acuerdo de nada de ese libro. Fue culpa del vértigo. ”Y esta novela, “La eternidad por fin comienza un lunes”, nació en una discusión de sobremesa con Gabo. Estábamos en un taller de cine, y pensábamos en un guión. Propuse la historia de un mago al que se le va la mano y desaparece a una bailarina. La desaparece de verdad, y la lleva a vivir a su corazón. Gabo me dijo que no, que nadie cabía en el corazón de un hombre. Y pensé que entonces esto debía ser una novela. Desde el principio tuve la impresión de que ya la había escrito. Fue divertido escribirla, sobre todo por esa sensación de que ya estaba escrita”.
Novelas para ser cantadas Es curioso que la haya reescrito varias veces. Se lo comento. “Es que una novela es como una partitura que interpreta el lector. Esta novela es el mismo bolero de antes, pero más fácil de cantar”. También llama la atención que los personajes de sus novelas se repiten y dan la impresión de ser siempre los mismos. “Sí, son mis personajes. Andan metidos en todo, hasta en ´Informe contra mí mismo´. En ese libro hay 17 páginas de 24
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
amigos míos que viven en el exilio. Mis personajes son mis otros amigos, los que andan conmigo por todas partes. “Los otros amigos andan por todo lado. Aquí hay algunos, como Roberto Roque y Froilán Escobar, quien tiene 246 años. No envejece nunca”. “Esta novela fue la única que alcanzó a leer mi padre. Me dijo ´hijo, me gustó mucho tu novela, pero te confieso que me salté las páginas eróticas´. Yo le contesté, ´pues entonces te fue muy bien, porque si acaso leíste cuatro páginas´”, cuenta, muerto de la risa. Sus gestos me dicen que estamos terminando. Le pregunto por sus tíos, los poetas cubanos Cintio Vitier y Fina García. “Cintio es mi Padre en ausencia de Papá, y Fina es hermana de mi madre. Son los sobrevivientes de una Cuba que con ellos se va a acabar. Tienen 80 años. Son gentes con ilusión. Y eso es muy importante. Los hombres no se miden por sus ilusiones, sino por su capacidad de ilusión. Son un par de enamorados. Se esconden en los closets para besarse. Aquello es una cosa bochornosa. Pasan besándose. Es un espectáculo siniestro. Cuando Cintio y Fina mueran, Cuba va a quedar especialmente huérfana. Ya se fue el Gordo Lezama, y se fue mi Padre. Cintio y Fina son los don ángeles que quedan. Son fundadores de la cultura de la familia cubana, del cultivo de la amistad y el cariño entre los artistas. Esa generación se reunía porque eran cercanos en espíritu. De ahí para acá se reúnen por decreto”.
Camilo Rodríguez Chaverri
25
Lola Fernández
La pionera del arte abstracto
Ella es meticulosa y detallista. En su casa vive el orden. En su estudio hay unos trescientos pinceles y unos cincuenta tubos de pintura. La primera pintora costarricense que expuso obra abstracta nada en un mar de curiosidades mientras crea. Hay un gato de palo, muchos caballitos de madera y piezas precolombinas. En los ventanales, el arte despliega unas alas grandotas. Hay dos ventanales con 24 aberturas cada uno. Son como grandes ojos despiertos y dan al río Torres, y al edificio de un antiguo beneficio de café, que pasó a mejor vida. Ella vive en Barrio Amón, el más bello de los barrios de la capital, y detrás de su casa yace una cola del bosque del Parque Simón Bolívar. Dolores Josefina Fernández nació en Cartagena de Indias, Colombia, en 1926. Su papá fue Rafael Fernández Peña, y su mamá fue Luisa Caballero Richards. Tuvo sólo una hermana, Hortensia, quien murió hace una década. Doña Lola vino a Costa Rica de 4 años de edad. “El papá de mi mamá, José Caballero Rivas, fue abogado de la zona del canal. Ahí conoció a la abuela. Mi mamá nació en Colón, Panamá. “Luego se vinieron para Limón, y mi abuelo se puso a trabajar en la United Fruit Company, pero no duró mucho allí. Puso un bufete aparte y le fue muy bien. Vivieron durante mucho tiempo en Limón. “Mamá estudió en el Colegio de Sión. Cuando su papá murió, vino un miembro de su familia a buscarlos. Eran seis hermanos y mi abuela. “Mi mamá era la mayor. Se fue para Colombia de 18 años. Se la llevaron a Cartagena. Ahí estaba toda la familia Caballero, conoció allá a mi papá y se casaron. 26
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Mi mamá venía mucho a Costa Rica. Mi papá empezó a venir para acompañarla. Un día decidieron trasladarse para acá. La decisión no se debió a los problemas políticos colombianos, como ocurrió con mucha gente, antes y después de mis padres. “Yo diría que fue por el clima. Mi mamá se ´hallaba´ más aquí. Siempre iba a Colombia, casi todos los años, pero nunca tuvo la idea de devolverse. “Vivíamos en el Barrio Aranjuez, y luego por mucho tiempo vivimos cerca de la placita de La Soledad. Por ahí vivía Rafael Sotela, que era divertidísimo en la radio. “Vivíamos en una casa de Monseñor Sanabria. Cuando él murió, nos la pidieron, así que nos pasamos a la Avenida Segunda, a una casa vieja, tenebrosa, llena de misterios. “Cuando corríamos, se oía el crujir de las maderas del piso, que era de unos tablones anchos de los que se usaban antes. “Vivíamos al lado de Joaquín García Monge. Lo recuerdo desde que yo estaba en la escuela. Él fue muy importante en mis años de formación. Me hablaba de muchas cosas. A su casa iban muchos poetas y artistas extranjeros. “No había un solo artista extranjero de peso que visitara el país que no fuera a su casa, de noche nos invitaban a jugar de esos juegos de salón que a él le gustaban. “Era simpatiquísimo porque ponía cartelitos en la puerta ´ando en el correo´ o ´llego en media hora´. “Fui a la Escuela Vitalia Madrigal y al Colegio Sión. Primero estaba semi interna, pero después estuve como estudiante externa. La que sí estuvo en el Colegio Sión como interna fue mi mamá. También estuve en el Colegio de Señoritas”.
Pintora a los seis años “Desde muy niña me había interesado por la pintura. Siempre hacía cositas. Recuerdo que en la casa de Cartagena, que era muy grande, una de esas casas de antes, había una señora, Ana Barranco, la ama de llaves, que fue la china de mi tío, y ella me contó, en una de las idas a Colombia, que nunca se le olvidó que una vez hice un dibujito en un pañuelo y que dije ´voy a ser artista, voy a viajar por todo el mundo y seré famosa´. “Lo dije a los 6 años, como una nieta mía, que a esa edad dijo algo similar. Las dos primeras las cumplí, la tercero no, pero eso nunca me ha interesado. Entré a la Escuela de Bellas Artes. Entre Camilo Rodríguez Chaverri
27
los profesores estaban Quico Quirós, quien daba clases de Historia del Arte, Paco Amighetti, Margarita Bertheau, León Pacheco, quien daba un curso de historia general, Emma Gamboa, Carlos Salazar Herrera, Rigoberto Moya, Manuel de la Cruz González y Angelita Pacheco. “Uno que no daba clases pero que siempre andaba por ahí, y que tuvo gran influencia en muchos estudiantes era Juan Manuel ´El Indio´ Sánchez. A él lo unía una amistad con Paco y Margarita, al igual que a Juan Manuel Chacón. “Entre mis compañeros estaban Luis Dael, Graciela Moreno y Tito Benavides. “Entré exactamente el año en que la escuela se anexó a la Universidad de Costa Rica. Antes de eso era una escuela completamente libre. El director era Quico Quirós, y dentro del grupo anterior, que ya estaba dando clases, había tanta gente importante que le decíamos ´el grupo de los grandes´. Era un grupo de arte verdadero, casi de magia. Fue Quico quien los unió. “Socorro Peralta era compañera mía y Flora Luján de Amighetti también. Ya estaba casada, así que era la embajadora de nosotras ante su marido. “Tengo una anécdota con respecto a la emoción que sentía por entrar a Bellas Artes. Estaba esperando, contando los días, y el día de entrar a clases amanecí con problemas digestivos, por lo que no pude ir. Yo tengo problemitas digestivos que tienen que ver con el estrés desde que estaba en el colegio. “Cuando llegué, ya todos habían oído las primeras indicaciones. Flora me dijo ´no te preocupés, yo te presto los apuntes que ya tomamos´. Ahí empezó mi amistad con Flora. Esa amistad duró hasta el día de su muerte. Aida Odio era otra compañera y me dijo ´¿por qué le hablás de ´vos´ a Flora si es la esposa del profesor?´. Podía ser la esposa de don Paco, pero ya era, primero que todo, mi amiga”.
Los grandes maestros “Quico Quirós era un hombre que sabía mucho. Tenía una vida un poco desordenada. Era muy bohemio, pero, curiosamente, era muy estricto en la escuela. Por ejemplo, para las clases de historia, una vez que empezaba a dar la clase, no dejaba que nadie entrara. Nos enseñó a ser puntuales. “Fue Quico, siendo director de la escuela, quien trajo a Margarita Bertheau, que estaba en La Habana. Se conocieron en un viaje que ella hizo. 28
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Me acuerdo como si fuera ayer cuando llegó. Recuerdo el primer día. Margarita impuso el desnudo, que era la gran novedad en la Escuela de Bellas Artes. Hasta ese momento todos los modelos eran modelos de yeso, de una colección muy importante que tiene la Escuela de Bellas Artes. “Le dijo a Quico que no. Como venía de La Habana, donde había un movimiento pictórico muy importante, empezó a promover una importante transformación. El arte costarricense tiene cierta relación con el arte cubano. Por ejemplo, allá estuvieron Manuel de la Cruz González y Max Jiménez. “Te voy a contar otra anécdota simpática. Aida Odio y yo éramos vecinas. Oí que venía el curso de desnudo con los grandes, o sea, los que iban avanzados. Había una gran fila ante el aula y nos metimos. Nadie nos invitó, pero así fue como empezamos a dibujar. En eso llega Quico y dice ´muchachas, ¿qué están haciendo aquí? A ustedes no les corresponde estar aquí´. Y se vuelve Margarita y le dice a Quico ´ay, dejalas, de por sí dibujan igualmente mal que las otras´”, cuenta doña Lola, muerta de risa. “Margarita era muy bohemia, mal hablada y muy directa. Vino al país con Jorge Bertheau, su hijo, y aquí conoció, mucho después, al periodista Enrique Benavides, su compañero. Fue admirable la rehabilitación que ella tuvo: se salió de las garras del licor. “Y la verdad es que ella revolucionó a la Escuela de Bellas Artes. También ella creció como artista entre los grandes maestros de ese tiempo, porque empezó con la acuarela justamente aquí. “Hablemos de otro profesor, de Carlos Salazar Herrera. Era una bellísima persona. Se paseaba de un lado a otro, por los corredores. Era un personaje. Daba clases de perspectiva. “Fausto Pacheco también era profesor. Cuentan que por un trago daba una acuarela. Al final de la vida, estaba muy mal de la vista, y se repetía mucho en su obra. Lo que quería era vender. Es terrible lo que el guaro provocó en él, porque era un gran artista”.
García Monge “Cuando entré a Bellas Artes, ya vivíamos en la Avenida Segunda. Emma Gamboa pidió que escogiéramos una gran personalidad. Yo escogí a Goethe. Siempre me gustó mucho la literatura alemana y la filosofía. Camilo Rodríguez Chaverri
29
“Me fui donde don Joaquín García Monge y se lo comenté. Me prestó muchos libros, y me dijo que consiguiera un retrato de Goethe y que lo tuviera en el cuarto. “De don Joaquín eran impresionantes su conocimiento y su paciencia. En eso era como el santo Job. Escuchaba a todo el mundo, ayudaba e impulsaba a la gente. No hay un escritor de esos tiempos que no haya pasado por donde don Joaquín. “En la otra esquina vivía don Enrique Echandi, a cinco casas de la mía. Por eso es que la galería que pusieron por ahí , por donde yo vivía, se llama ´Enrique Echandi´. “Tuve relación con don Enrique, no tanto como con don Joaquín, porque ya estaba un poco mayor. Claro que lo visité varias veces. Siempre estaba haciendo un busto de su hijo, modelándolo, el busto de un hijo que murió en Alemania. Esa escultura le generaba un trabajo permanente “También te quiero hablar de Emma Gamboa. Era una excelente profesora. Me quedaron grabadas sus clases. En la primera o en la segunda clase nos dijo, a boca de jarro, ´¿qué es la vida para ustedes?´ Y yo le contesté que la vida es movimiento, y a ella le gustó mucho. “Ella ponía a la gente a pensar, no daba la clase magistral, no daba clases de dictar. Le encantaba que el alumno participara. “Y hablemos de Paco (Amighetti), por favor, porque si no, nos puede jalar las patas. No sólo tenía un gran conocimiento, sino que era muy fino, un poeta. Toda esa generación tomó mucho licor. Las fiestas eran de antología. No se puede decir que murió alcoholizado, pero sí que era bohemio. “Manuel de la Cruz también tomaba mucho. Era tan natural eso. No es para ponerlo en reseña, ¿verdad? Cuidadito con una torta. “Tenían todos una conversación muy rica. Manuel de la Cruz era intenso, llegaba al paroxismo, hacía gestos, era casi violento en el mejor sentido, no era de medias tintas, era muy polémico. Defendía muy fuertemente sus argumentos. Recibía muchas revistas, estaba actualizado y era un hombre muy enterado. “Por otra parte, cuando yo entré a la Escuela de Bellas Artes, Max Jiménez no estaba tan metido con el grupo. Lo conocí muy poco. Max y Manuel de la Cruz se reunían antes de que yo entrara a la universidad”.
30
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Absorberlo todo “Nunca pinté como mis profesores. Trataba de absorber lo más que pudiera de mis profesores. Me encantaba visitarlos y que me visitaran. Me fui saliendo un poco de esa línea. Al principio, andaba pintando todos los paisajes porque salíamos con Margarita Bertheau a pintar. Poco a poco fui haciendo mi camino. ”Pero cuando rompí un montón de moldes fue cuando me fui para Bogotá. Es que terminé aquí y me fui a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional, que es, en Colombia, como la UCR aquí. “La Escuela de Bellas Artes de la UCR tenía cursos para cuatro años. Mientras tanto, en la Universidad Nacional los cursos eran para seis años. Por eso, hice allá los cursos del quinto y el sexto año. Estudié fresco, y fue como abrirme el mundo. Aquí se hacían dibujitos pequeñitos, y en Bogotá me encontré con que todos los dibujos eran de tamaño personal. “Yo pedí permiso para pasar un tiempo haciendo detalles, para tomar el ritmo. Recuerdo que allá me ayudaron mucho los maestros Acuña y Ramos. Me dieron unas clases interesantísimas, que eran de Estética. “En Colombia vivía con unas primas en una pensión. Me fascinó Bogotá. Ya era una ciudad con grandes avenidas, con monumentos. Me atrapó la intensa vida cultural que, desde entonces, tiene Bogotá. “Nos íbamos a la Biblioteca Nacional a oír música. Una señora muy distinguida hacía preámbulos. Otros días íbamos a conferencias, otros días a exposiciones, a visitar museos, a bailar. Todo eso antes de la cena, porque se cenaba a las 9 ó 10 de la noche. “De 5 a 9 ó 10 de la noche había muchas actividades culturales, había un espacio de tiempo para visitar, para conocer mucho, para hablar con los artistas. “En frente del periódico ´El Tiempo´ había un café. Creo que inclusive lo nombra García Márquez. Íbamos mucho porque ahí se reunían nuestros profesores y muchos artistas. Un día quisimos entrar una joven alemana, una española y yo, las tres éramos estudiantes de Bellas Artes, y les dije que fuéramos allá porque llegaba el maestro Jaramillo. “Fuimos porque ahí llegaban nuestros compañeros, pero algo que no te he dicho es que en ese tiempo no iban mujeres. Llegó una señora y nos dijo ´señoritas, aquí no es su lugar, suban al segundo piso, al salón de té´. Le dijimos Camilo Rodríguez Chaverri
31
que no, nos quedamos ahí y seguimos yendo. Nunca más nos pidieron que subiéramos al salón de té, pero lo cierto es que éramos las únicas. “Había muchas discusiones sobre arte y literatura. Dos cosas lo ayudaban a uno a estar muy al tanto: los suplementos literarios, que salen tanto en ´El Tiempo´ como en ´El Siglo´, con reseñas de exposiciones; críticas de arte, agudas y polémicas; donde incluso salían los libros recientes, en entregas, y la otra cosa era la presentación de artistas, las exposiciones y los espectáculos. “Mis primas eran secretarias, no eran gente de arte, pero dormían con los suplementos a la par de la cama. Esos suplementos son muy importantes. Aquí también, aunque los subestiman y creen que la gente no los lee. Eso no es cierto ni aquí ni en Colombia ni en ninguna parte”.
La facha que llegó a Nóbel “A García Márquez lo vi después, porque, cuando volví, iba de vacaciones a Colombia a cada rato. Resulta que una tía mía, que apenas me llevaba como cinco años de edad, andaba conmigo como si fuéramos compañeras. Un día estábamos tomando café , y llegó García Márquez. Cuando eso todavía no era muy conocido. Mi tía me dijo ´mirá, esa facha acaba de ganar un premio´. “Andaba en unas fachas impresionantes. García Márquez tenía imagen de bastante insignificante, pero, cuando tuvo éxito, como que la fama le imprimió cierta personalidad. Creo que no todo el mundo nace con ese ángel, aunque siempre se nace con algo especial. El que lo tiene, lo tiene, y nadie se lo puede explicar. Eso pasa con García Márquez, que, por cierto, dicen que nunca dejó ciertas fachas. “Yo les decía en la universidad que nadie le quita nada a nadie. Contaba que cuando conocí a John Kennedy y a Kirtk Douglas, noté que no habían llegado a las alturas por las grandes familias, sino por lo que traían. Hay gente que tiene ese imán, para bien y para mal, verdad, porque también lo tuvieron Mussolini y Hitler. Es esa cosa especial, que llama la atención, y que no toda la gente sabe utilizarlo para bien. “A Douglas lo conocí en la fila para entrar a un avión. Tiene una luz propia muy particular. Y a Kennedy lo conocí en el Parque Nacional, bajándose del helicóptero. Yo estaba con mi hijo Daniel, y con una amiga, nos saludó y le sobó la cabeza a mi hijo. 32
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Irradiaba como una fuerza especial. Es una fuerza interior que atrae. Quienes tienen ese atractivo especial no necesitan pelearse con nadie. Cuando se nace con eso no hay necesidad de tanta intriga, como se los decía en la universidad. “También les decía que hay un reverso de la moneda. El ejemplo de nuevo es García Márquez, que era insignificante, y que ha adquirido una gran personalidad que se la da la seguridad en sí mismo que otorga el éxito. El saberse bueno y reconocido le permite a mucho artista apropiarse de un brillo muy personal”.
Pionera del abstracto en Costa Rica “Traje obras de Colombia e hice mi primera exposición aquí, a mis 23 años de edad. Me fue bastante bien. Se me traspapela en la memoria, pero creo que fue en el Teatro Nacional. Recuerdo que Carlos Monge Alfaro me preguntó la edad, y me dijo ´estás muy joven, me impresiona tu obra´. “Esperate, todo lo tengo archivado. Voy a ver el álbum de la primera exposición”. Se levanta y después de caminar medio salón, saca unos álbumes gigantescos, como si fueran los de los bebés de los dinosaurios en los dibujos animados. Hace un rato cruzó la pierna y se sintió tan cómoda como si estuviera hablando con una amiga de su niñez. Conforme avanza la entrevista se va rejuveneciendo. “Cuando surgí en el arte, en Costa Rica ya había pasado lo que yo he clasificado como ´La Edad de Oro´. Hubo mucha efervescencia. El Diario de Costa Rica patrocinó muchas exposiciones. Era el tiempo de los nacionalistas, ´El Indio´ Sánchez, Amighetti, Manuel de la Cruz, Quico, Paco (Zúñiga), Luisa González de Sáenz. “Por razones que yo desconozco, para mi época de estudiante de Bellas Artes ya se habían esfumado esas actividades. Cuando estudié ellos contaban detalles de esos años con mucha nostalgia. Era un movimiento que ya no existía. “Las exposiciones de pintura sólo se organizaban en el Teatro Nacional. Era el único lugar accesible. Ni siquiera se hacían exposiciones en el Museo Nacional. Cuando empecé a exponer, ya estábamos en una época de transición. “Se consolidó un grupo cuando yo volví de Europa. Es que estuve estudiando un tiempo en Florencia, precisamente cuando estuvo Manuel de la Cruz en Venezuela y Felo García Camilo Rodríguez Chaverri
33
en Inglaterra, donde estuvo jugando futbol y estudiando Arquitectura. “Cuando volvieron Manuel de la Cruz y Felo fue que pensaron en el Grupo de los Ocho. La idea fue de Harold Fonseca, lo secundaron Felo García y Hernán González. Cuando eso yo todavía andaba por Europa. “Me había ido para Europa de 26 años con una beca del gobierno italiano. Me fui directamente para Florencia. Ni me preguntés qué fui a estudiar, porque ya lo sabés. Fui a estudiar Arte, porque es una fijación absoluta. Estuve tres años y medio allá. Me fui sola, e hice el viaje en barco. Duró 22 días”. Se pone de pie y va por otros álbumes. En el nuevo álbum hay cientos de tarjetas; entradas al cine, al teatro, a museos; boletos de avión; hojas de menús; recuerdos de pizzerías, de restaurantes, todo lo que uno se quiera imaginar y que pueda servir de recuerdo de un viaje. “Leí mucho en Italia. Sabía que estaba en la cuna del arte. Desde mucho antes soñaba con irme para Europa. Me quería ir con una beca. Estaba trabajando en Turrialba, en el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA). Iba a darle clases a las señoras que eran esposas de los técnicos y me venía al día siguiente. “En eso me enteré que había unas becas. Averigüé y eran cuarenta candidatos. Había becas para todas las carreras, pero no para artistas. Voy a una entrevista, me preguntan por qué quiero ir, y les contesto que no entiendo cómo, siendo Italia el país más rico en arte, nunca nos había dado una beca para las artes y nunca le había dado beca a una mujer. El embajador quedó asombrado conmigo y dijo que había que darme una beca a mí, pero uno que estaba con él dijo que no se podía, que lo definían en Roma. “Aún así, yo me fui con la certeza de que me la iban a dar. Un día, cuando regresé de Turrialba, me dijo mi mamá que me habían llamado de la embajada. “La beca consistían en el pago de los estudios y un poco de plata. Las becas eran muy reducidas. Algunos países europeos todavía estaban muy pobres por las secuelas de la guerra. “Gracias a Dios, mi papá siempre me pudo mandar algo más. Y me fui con un 75 por ciento de rebaja en un barco italiano, por ser estudiante. “Había que irse a Panamá y de ahí salían los barcos. Pasaban a Cartagena, luego a La Guaira, Venezuela, y de ahí a Nápoles.
34
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Saliendo de La Guaira se subió un español y nos hicimos amiguísimos. Los dos estábamos jóvenes y bailábamos todas las noches. Yo estaba feliz porque tenía un compañero para bailar en las fiestas. “También se hizo amiguísimo mío el segundo de a bordo. Me empezó a dar clases de italiano, porque no te he contado que cuando me fui, no sabía nada de italiano. “No sé decir en qué cambié en Italia, pero sí evolucioné. Uno siempre se transforma. Aproveché todas las vacaciones para viajar. Todos los fines de semana íbamos a algún lugar. Teníamos un grupo de latinoamericanos, y salíamos juntos. “Había pintores de todo lado. Ahí conocí al pintor Enrique Grau, y a Botero, que en ese momento no era muy conocido, pero se vislumbraba su trascendencia por su personalidad. Ya sus compañeros le decían ´maestro´ y de todo. “Fui a España, Francia, Alemania, Inglaterra, Austria. Me metí a todos los museos, a todas las galerías. Me vine empapada del mundo del arte. “Los pintores casi siempre nos ayudamos. Los pintores me decían donde ir y por qué”.
La profesora más joven “Cuando me fui ya trabajaba en la Universidad de Costa Rica, en aquellos tiempos en que era muy extraño que un estudiante, siendo estudiante, diera clases. Entré a dar clases de 23 años. Por mucho tiempo fui la profesora más joven de la universidad. “Cuando regresé, volví a dar clases en la universidad. Expuse en San José poco tiempo después porque traje muchos cuadros. Antes de venirme expuse en París. Me fue muy bien. Eso me llenó de satisfacción. “Un artista aprende mucho en Europa. Yo voy todos los años a Europa, voy a los museos y cada vez me maravillo más. Además, allá están mis dos hijos y mi esposo. “He tenido suerte en todo, en la familia, en el trabajo, en la reacción frente a mi obra. Por ejemplo, me fue muy bien con la crítica desde la primera exposición. Eso no ha significado que no haya tenido críticas adversas. Por ejemplo, Manuel de la Cruz González escribió una donde no me favorecía. Fue con esa primera exposición. Aún así fue muy visitada. “Recuerdo que hubo un artículo largo, del hermano de Pepe Marín Cañas, Francisco, quien acababa de venir de México, donde residía, y que andaba aquí de paseo cuando se Camilo Rodríguez Chaverri
35
encontró con mi obra. Después me fue a buscar a la Escuela de Bellas Artes, que cuando eso no estaba en el campus sino por la Corte (Suprema de Justicia). “Era una casa. Tenía como unos pretiles afuera. En los recreos salíamos a conversar ahí. Entró y preguntó quién era Lola Fernández. Yo era ´comeaños´. Estaba sentada en el pretil, y me dijo un montón de piropos. Aquello fue determinante para mí. Su artículo del periódico empezaba diciendo ´esta es una artista´. “En ese tiempo, Felo García daba clases de noche, como yo, y los tres que vinimos de afuera, él (Felo García), Manuel de la Cruz y yo hicimos exposiciones de arte abstracto. “Por eso es que dicen que introdujimos el arte abstracto en Costa Rica. Introdujimos ideas nuevas, renovadoras, y le dimos espacio a otras opciones, más allá de los paisajes rurales. “Cuando se hizo un estudio sobre ese momento histórico que nos correspondió protagonizar, se me preguntó cuál expuso primero, y dije la verdad: ´ni me acuerdo´. Lo cierto es que los tres expusimos el mismo año. “Luego, alguien investigó y parece que la primera fui yo. Aun así, me parece intrascendente quién expuso primero. Fue un asunto de la casualidad, tal vez. “Nuestro arte abstracto causó revuelo y crítica. Muchos decían groserías sin sentido como ´eso no es arte, eso lo hace cualquiera´ y también ´hasta mis hijos lo hacen´. “Dice Felo que con él fueron muy agresivos. Cuando expuse, todavía no lo conocía. Creo que lo conocí cuando entró a la Escuela de Bellas Artes a dar clases. “He tenido suerte porque me he llevado bien con casi todos los pintores Odio que digan que alguien echó a perder a otro. Eso no es posible en el arte. Si se cree que alguien hace artista a otro, es porque no es artista de verdad. Se es o no se es. “Yo he creído más en el artista autodidacta, que no espera que alguien venga y le diga ´quite esto y ponga lo otro´. Y eso que yo estudié tanto. Muchos creerían que pienso distinto, que le doy mayor importancia a la academia. “Yo aprendí las herramientas para poder expresarme. Pero tengo claro que aprendí más de los artistas que de la academia. “Por ejemplo, aprendí muchísimo del Grupo Ocho. Cuando volví, ya estaba constituido. Creo que los ocho eran Harold Fonseca, Néstor Zeledón, César Valverde, Hernán 36
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
González, Felo García, Luis Dael, Guillermo Jiménez y Manuel de la Cruz González. “Se reunían, exponían e hicieron como un concurso, en el que mi esposo fue jurado. Recuerdo que ganó el premio un pintor de apellido Berrocal. Poco después me llamaron, y me metí en el grupo. “Muchos años después hicieron una exposición conmemorando al Grupo Ocho. Klaus Steimentz dijo, en un artículo sobre ese grupo, que ´los ocho eran nueve´, haciendo alusión a que yo también estaba involucrada. “Más bien éramos más, porque hay que pensar en el pintor colombiano Guillermo Combariza, quien vivió muchos años aquí y fue un importante compañero para todos nosotros. Luego se fue para Bogotá, le dio un infarto y murió. “El Grupo Ocho se disolvió muy rápido. Es que nació para cumplir con una misión. Y cumplió con creces. “Yo soy muy reacia a estar en grupos, soy muy aparte, pinto sola, trato de ir a la inauguración de todas las exposiciones, pero no soy de grupos”.
Entre artistas “Mi esposo es el pintor suizo francés Jean Pierre Guillermet. Lo conocí yendo de Ginebra a París. Fue en el año 55 ó 56. Me vine y le dije que íbamos a ver qué pasaba, me empezó a presionar, nos hacíamos mucha falta y después de la exposición de pintura abstracta, me fui a casar en Ginebra. Me lo traje para acá. Vivió muchos años aquí. “En los años 60 iba a Europa cada tres años, porque seguí trabajando en Costa Rica. Actualmente voy una o dos veces al año. Pasamos mucho tiempo aquí y mucho tiempo allá. “Entre viaje y viaje fui transformando mi obra. Después de mi época abstracta, regresé a lo figurativo. Aunque el arte abstracto no existe porque todo figura algo. Todo eso que uno ve en un cuadro abstracto también lo ve uno en la naturaleza. Todo eso que uno está pintando, existe. “Las artes plásticas se adelantan mucho a los acontecimientos. Al cosmos lo pintaron sin saber. “En ese sentido, el arte abstracto empezó como pintura por pintura, como el goce estético de los colores. Con el arte abstracto, la pintura se llenó de significados. Durante toda la historia, el arte ha dicho algo. Es imposible que no diga algo.
Camilo Rodríguez Chaverri
37
“Todo eso que nosotros pintamos en los años 50, lo vemos ahora aquí mismo, entre los artistas jóvenes. “Lo figurativo puede ser abstracto, entre comillas, y lo aplico siempre. “Soy pintora espontánea, a pesar de que siempre se me catalogó como una artista muy cerebral. Tengo la tela y empiezo a pintar. Me surgen todos estos personajes como solos. “Mi obra es una abstracción de las multitudes y los muros. Pongo graf fi ttis en muchas pinturas. Eso de escribir lo tengo desde hace años. Siempre he escrito en los cuadros. Lo que pasa es que disimulo, algunos los dejo en partes, a otros les pinto algo por encima de las letras, pero generalmente escribo el nombre del cuadro”.
Una obra, muchas obras “Pinto por épocas. En 1959 expuse la serie ´El río´. Es que es el río visto desde arriba. Cuando estaba metida en la filosofía hindú pensaba que la vida es como un río, uno está en tierra y solo ve el presente, pero si uno está arriba, como en mi obra, se ve el inicio, el curso y el final. “Luego vino la serie ´La violencia´. Trata acerca del problema de Colombia. Yo estaba en el 48 allá, vivía en la Avenida Sétima, que es la principal de Bogotá. Bellas Artes quedaba detrás del Capitolio. Fue la famosa reunión panamericana de jefes de Estado. Toda la avenida estaba con banderas de todos los países. Estaban a la orilla de la calle, cruzadas con las de Colombia. Recuerdo que en ese tiempo las mujeres usaban sombrero y guantes. “Al día siguiente íbamos a almorzar con un delegado, y nos tuvo que cancelar. Gracias a Dios que fue así, porque empezó el ataque. Pasé una media hora antes por donde mataron a Gaitán. “La cosa fue tan grave que cuando salimos al balcón, vimos donde venía toda la multitud. Los trabajadores usaban overoles, se subían a los postes, agarraban las banderas de Colombia y tiraban las otras. “Empezó el saqueo. Arrasaron con toda la Avenida Sétima. Primero se metieron sólo donde sabían que vendían armas y machetes. Pero llegó un momento en que les fue tan fácil el asunto que empezaron a abrir los almacenes, empezó el robo de cualquier cosa, mientras nosotras estábamos asomadas
38
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
con susto. Cuando veo aquí que a los negocios los cierran con puertas plegables, pienso en que allá eso de nada servía. “Son imágenes que no se me van a olvidar. Recuerdo como hoy que un hombre venía jalando una máquina de coser. Fue un milagro que a nosotros no nos tocaran. “Mi mamá oía radio colombiana desde aquí, y ni qué decir mi familia que vivía en Barranquilla. La abuela y las tías estaban aterradas. Mi abuela decía ´ya mataron a esa muchacha´. Imaginate cómo no iban a pensar en eso si la sétima estaba arrasada hasta la calle 23 y nosotros estábamos en la calle 17”.
Las pinturas hablan “De 1959 es la serie ´Conversación´. Alguna razón tuve porque todas las series tienen una razón de ser, no se trata de pintar por pintar. Creo que la tendencia era hacia una invitación al público. “En el 60 expuse la serie ´Los viejos´, que fue como una consecuencia de una serie que hice acerca de los prestamistas, poco tiempo antes, pero no recuerdo el año. “Siempre es interesante ver los problemas que tienen los ancianos, la soledad que los carcome. Por lo general la gente mayor empieza a estar sola aunque estén rodeados de gente. “La serie ´Teatro´ se da en los años 60. Yo era gran amiga de gente de teatro muy importante para el país como Gladys Catania, Ebe Grandoso, Daniel Gallegos, Beto Cañas y la Poltro (Ana Poltronieri). “En el 60 inicié con la serie ´Indígena´, que es abstracta, lo que indica que es una constante. No se trata del indígena en sí sino de los tejidos. Estas obras son como textura aparente, porque las texturas en las obras no existen. Son lisas, pero parecen otra cosa. No son figurativas. En el 60 me fui para Japón, recorrí varias ciudades, y después estuve en India y en Tailandia. El viaje fue gracias a una beca de la UNESCO. Estuve como siete meses. Gracias a ese recorrido tan interesante fue que surgieron en mi obra las imágenes orientales. En el 61 expuse la serie ´Personajes del Oriente´. Me impactó Japón. Cuando eso, no estaba tan comercializado. Conservaba muchísimo de sus costumbres. Era un país genuino. Fui a los lugares a los que casi nadie va. El asombro por ese mundo siguió primando en mi obra por un tiempo. Por eso, en el 62 expuse la serie ´Oriente´.
Camilo Rodríguez Chaverri
39
“El recorrido por India también fue maravilloso. Fue algo muy importante en mi vida. Haber estado ahí me transformó. Todavía recuerdo el choque emocional ante la miseria, La pobreza extrema en India es inimaginable. Y las costumbres son tan distintas. “Recorrí India más allá de Nueva Delhi. Cuando uno va al sur y empieza a ver ese impacto uno se siente sobrecogido. “Los viajes me han marcado mucho: los viajes a Colombia; el tiempo en Italia; los recorridos de Japón, India y Tailandia. Viajar ha sido fundamental para mí como artista. Una vez estuve dos meses en un barco en el Mediterráneo. “En el 62 y 63 trabajé en la serie ´Retratos´. La bauticé de esa manera, pero, en realidad, no retraté a nadie. Nunca uso modelos. Nunca retrato a una persona específica. Todo lo hago de memoria. En esa serie todos son una sola cabeza, todos son un solo personaje. “En el 64 expuse la serie ´Volcanes´. Los volcanes son otra constante en mi obra. Yo estoy pintando gente y de pronto pinto un volcán. Es que los volcanes son un elemento muy característico de Costa Rica, un país tan pequeño y con tanto volcán. Y lo bien que se portan. “De 1965 a 1967 trabajé en ´Espacio´. Es una época muy ´abstracta´, entre comillas. Regreso de lo figurativo a lo abstracto. “En el 68 expuse ´Los prestamistas´. Es que serví de fiadora junto con una compañera de Bellas Artes. No pagaron la deuda y tuvimos que pagar nosotras. Como artista no culpé a la deudora sino al prestamista y me saqué el clavo. Es un retrato de la avaricia, de que, en aras de hacer un favor, lo que están es aprovechándose de la necesidad de personas humildes, le sacan la plata a la gente con sus intereses exorbitantes. “En los años 69 y 70 trabajé en la serie ´Hospital´. Cuando mi padre sufrió un infarto, pasamos muchas horas en un hospital. Entonces llevé a mi obra el drama del hospital. No es una fotografía. Son imágenes que representan ciertos sentimientos. No son retratos en sí. “En los años 70 y 71 expuse ´Constelaciones´, que son textilografías, abstractos, serigrafías impresas sobre yute en lugar de papel. Los hice de esa manera para darle un carácter más genuino a la obra. Fue una idea que se le ocurrió a mi esposo. “En el 71 trabajé en ´La máquina´. Fue un compendio con una serie de elementos. Cambié lo anterior, los 40
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
grandes espacios. Aquí más bien la obra es algo abarrotada, comprimida, con todo lo que la máquina significa en nuestra época moderna. “En el 72 vino la serie ´Orgánica´, para la cual tomé elementos más que todo botánicos, de una riqueza impresionante, sobre todo cuando se agrandan elementos ocultos que hay en las plantas y en los árboles. “A partir de entonces inició otra etapa. En el 73 y en el 74 trabajé en ´Relieves´. Se me ocurrió una vez porque tuve acceso a cantidades de madera. Hice relieves cuya particularidad es que eran muy finos en el sentido de que entre un plano y el otro hay apenas milímetros de diferencia. Algo característico de los indígenas es que no hay grandes diferencias entre un plano y el otro. Las diferencias son muy sutiles. “En el 75 expuse la serie ´Blanca´, que fue cuando se me ocurrió pintar en blanco y negro, en otro regreso a lo figurativo, para lo cual usé plantillas. “Del 76 al 80 estuve trabajando en la serie ´Arquetipos´, que comenzó como una reflexión ante el ser humano que siempre siente que tiene alguien encima, el jefe o alguien. Todo empezó porque pensé que el de arriba estaba muy bien pero el de abajo siempre sentía su peso. Se trata de figuras apesadumbradas. Conforme fue avanzado la serie, las figuras se me fueron transformando hasta que era todo lo contrario: el que soportaba al que tenía encima ahora mostraba una sonrisa cínica y el de arriba estaba herido o mutilado. “En el 81 trabajé en la serie ´Tapices, colinas y volcanes de Costa Rica´. La erupción me impacta. Siempre pinto los volcanes en el momento en que parecen que van a explotar. “Del 81 al 84 trabajé obras para ´Gente con frutas y aves´. Empecé a pintar mujeres con pañolones. Quería mujeres indígenas pero me resultaron europizantes. Me salió la influencia florentina por todo lado, pero no me lo propuse. “En esa obra todos miran y están pensando. Muchos ven como para otro lado. Yo hago los ojos con muy pocos trazos. “En los últimos veinte años he regresado sobre mis pasos. He tenido etapas, me he transformando. Tengo una serie de teatro al aire libre y carnaval, y una serie de muchedumbres y muros. “Me encanta el poeta Vicente Huidobro. En un poema largo metió unas frases corrientes, pero dentro del contexto de su poema, aquello tomó una profundidad impresionate. Por eso es que, por ejemplo, a los pronombres personales ´yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos´, los hice en un cuadro. Camilo Rodríguez Chaverri
41
“Aprendo mucho de las nuevas generaciones. Entre la gente joven hay gente muy buena, gente consolidada como Luis Chacón y Fabio Herrera, de mucho talento. También me gusta mucho José Miguel Rojas. Es un grupo que se mantiene, que cuida mucho su obra. Me gusta mucho lo que hacen los del Grupo Bocaracá,al cual ellos pertenecen por ejemplo. Es un grupo que ha persistido, que está vigente”. Ha sido luminosa la tarde con Doña Lola, la gran pintora, la gran anfit riona, la mujer generosa que se ha puesto sobre sus hombros toda la carga de los colores.
42
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Ana Antillón Montealegre
La escritora de la energía
Su energía avasalla. Pero no es el golpe de una tormenta. Es el gozo pleno de la brisa en una sombra. Basta con que hable para que nazca el sol en los ojos de quien la escucha. Ana Antillón es la poetisa de la energía. Su nombre es conocido en América Latina. Ernesto Cardenal dijo que, cuando la conoció, su obra fue la mayor sorpresa que tuvo en muchos años. Y en una ocasión Pablo Neruda preguntó quién era esa muchacha ´Ana Antillón´, de la que tanto le habían hablado… Vive unos días por aquí y otros días por allá. Pasa temporadas en Guanacaste, en Puriscal y en Rohrmoser. Practica yoga, es vegetariana desde que nació y es la dueña de una poesía que no se parece a la poesía que escriba algún otro escritor o alguna otra escritora costarricense. Nos reunimos una tarde entera en la Embajada de Chile, pues otro gran poeta, Gustavo Becerra, fue quien propició nuestra cita. He aquí un recorrido por sus confesiones, sus aventuras, sus inquietudes y sus altos vuelos por la vida… Ana Antillón Montealegre nació el 6 de setiembre de 1934, en San José, cerca del Antiguo Seminario, donde ahora está el Banco Popular, en una casa esquinera, que era de sus abuelos. Sus papás eran Francisco Antillón Castro, microbiólogo, y Daisy Montealegre Carballo, bisnieta de José María Montealegre. Creció hasta los 5 años en esa casa, y luego en Heredia, hasta los 14 años. Su papá trabajaba en el Hospital de Heredia. Ana estudió en la Escuela Rafael Moya, y desde niña se encontró con la poesía como destino. “Mi papá le escribía poemas a mi mamá. Los escribía en un hermoso libro, y resulta Camilo Rodríguez Chaverri
43
que yo quería ser como mi papá. Quería ser microbióloga, como él, pero en lo que lo seguí fue en la poesía. “Desde la escuela quería escribir poemas. Si me pedían una redacción de cualquier tema, lo escribía en poema. “Fui al Liceo de Heredia. El colegio se llamaba igual que la escuela de maestros, porque el fundador había sido Omar Dengo. El director era Marco Tulio Salazar, quien era discípulo de don Omar. Era un colegio diferente. Don Jorge Arce era mi profesor de castellano y recogió todos mis poemas. Por su parte, don Lalo Gámez era profesor de Historia en la Escuela Normal y le interesaba mucho la poesía. Un día don Jorge Arce me dijo ‘hoy se van a leer sus poemas a los años superiores’. Estaba en segundo año. Fue la primera vez que se leyó mi poesía. Esos poemas no los conservé nunca. “Luego, cuando nos pasamos de Heredia a San José ingresé al Colegio de Señoritas, donde vine a cumplir 15 años. Cuando estaba en cuarto año hicimos una huelga contra la directora del colegio, porque era demasiado severa. La huelga la hicimos porque las alumnas de quinto año hacían su despedida y aparecieron dos notables bailarinas, Teresita Orozco y Nidia Naranjo, quienes después se fueron a Inglaterra y se quedaron allá, becadas por Grace Lindo, de la primera escuela de ballet que hubo en Costa Rica. Yo también fui alumna de ella. “Siendo alumnas en el Colegio de Señoritas presentaron un espectáculo, Teresita Orozco bailaba con un tutú, una faldita cortísima, y la directora se levantó de donde estaba sentada, en la primera fila, se subió al escenario, y dijo ‘no puedo permitir esta inmoralidad en el colegio’. Todo el escándalo era porque había varios hombres entre el público, nada menos que don Rafael Obregón Loría, profesor de Historia; Carlos Enrique Vargas, gran concertista y compositor, casado con una hija de Omar Dengo; el sacerdote Julio ´Pipo´ Fonseca, profesor de Religión, y el violinista Don Raúl Cabezas. Esa actitud de la directora motivó nuestra molestia y la huelga que organizamos. “Tuvimos unos profesores de lujo. Hilda Chen Apuy, que había estudiado Historia de la Cultura e Idiomas Antiguos. Mis profesores eran tan buenos que después que salí del colegio, casi todos pasaron a la universidad. “Hicimos huelga y llegó a apoyarnos Rolando Angulo, que estudiaba en el Liceo de Costa Rica. Nos reuníamos en la universidad vieja, que era donde ahora está la Corte Suprema de Justicia. En la parte baja nos reuníamos, precisamente 44
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
donde estaba formando la radio universitaria Carlos Salazar Herrera. Rolando Angulo estaba de locutor ahí, Jorge Müllner era el otro locutor. Ponían tarros de leche Klim, que era la única que había entonces, y con eso se expandía el sonido. No puedo explicarlo, pero eran tarros de leche Klim con alambres. La estación era demasiado humilde.” “Íbamos a ayudar ahí. Carlos Rafael Duverrán iba a leer poemas, y yo también. Presentábamos teatro. Fue una época en que empezamos en mucho. Ahora que vino Rodolfo Hernando, que es un poeta que tiene muchos años de vivir fuera, entonces nos reunimos en la casa de Daniel Gallegos. Estábamos recordando que todos estábamos tras los mismos ideales. No nos perdíamos una sola presentación del Teatro Nacional. Era nuestra manera de cultivarnos cuando no peleaban entre los escritores, como sí pasó después. Cuando nació la Asociación de Autores empezaron los problemas por la codicia de quién sería el presidente”.
Antidio Cabal “Resulta que cuando estábamos en cuarto año, conocí a Antidio Cabal, porque iba a la Biblioteca Nacional. A él le interesaba hablar con nosotras porque estábamos estudiando a los poetas españoles del Siglo de Oro y a los griegos. Hilda Chen Apuy nos daba un curso de literatura extranjera. Era muy culta. “Antidio empezó a orientarnos en la biblioteca. Nos prestaba libros de él. Un día me mostró sus poemas, y me quedé maravillada. Había un poema de él que tocó mi alma. Decía ´verdes montañas la noche, verdes montañas el alma, muy dentro de mí corrían seres extraños.´ Ese poema se llama ´La pared perpetua´. Está en uno de sus primeros libros.” “Me quedé maravillada de eso tan diferente. Quise escribir así. De ahí salió mi primer poema de Antro Fuego. Ese primer poema se llama ‘Yo, tu alma, tu corazón…’. Es el único poema que tiene nombre en Antro Fuego” “Se lo voy a decir, porque me lo sé de memoria… Yo, daga inconsciente, hiero hacia tu alma, revuelco sus entrañas luminosas, ardor fiero. Languidece la luz en telarañas. Tu alma, lumbre infinita, de calor Camilo Rodríguez Chaverri
45
celeste, bálsamo áureo que te cura la herida, y calma mi dolor: grillo cantor que causa mi locura. Tu corazón, un infinito espacio de ternura, consuela el mío triste. Se deshace muy despacio el hielo de un horrible frío. “Antidio leyó esto en mi cuaderno y se enamoró de la poeta. ´Usted vale la pena, yo le voy a ayudar´, me dijo. Nos metimos en la Biblioteca Nacional a estudiar durante dos años. Cuando eso, don Julián Marchena era el director. A todas las muchachas que sacaban el bachillerato, él le daba la oportunidad de seguir estudiando ahí. A mí hasta me dio trabajo. “Don Julián Marchena era un señor muy serio. Cuando eso sólo se conocía que había escrito un poema de las carretas. Yo era nada más que una empleada. Le regalé mi librito y no sé si le gustó o no. “Antidio durante todos los momentos que podía iba a la biblioteca. Con él abrimos todos los libros que fueran necesarios, estudiamos el cancionero anónimo español y el romancero español; toda la literatura española, el ensayo, el cuento, la novela, hasta las cartas de una monja a su amante. Después la literatura española, la francesa, la rusa, la italiana, luego América del Norte, los poetas, y cuento y novela, y América del Sur… A Antidio le interesaban mucho los de Nicaragua. “No pensaba quedarse en Costa Rica, quería seguir hasta Canadá. Se fue quedando por mi culpa. Trabajó tipiando en ´La Prensa Libre´. Nos casamos. Para ese tiempo trabajó con el CNP y después en el INVU, cuando Rodrigo Carazo era el gerente. “En cuanto a mí, primero fui bibliotecaria de la Biblioteca Nacional. Ahí aprendí el oficio y me fui a organizar la biblioteca del CNP”.
Antro fuego “Antidio me publicó ‘Antro Fuego’ en 1955. Él me llevó a conocer toda la gente que él estimaba como artista. Conocí a todos los pintores, poetas y artistas importante de la época, entre ellos estaban don Alfredo Sancho, don Joaquín García 46
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Monge, don Paco Amighetti; doña Dinorah Bolandi, doña Margarita Bertheau y don Carlos Salazar Herrera. “Antidio tenía la colección ´Oro y barro´. Mi libro ´Antro fuego´ fue el primero que publicó. Luego publicó ´La Aguja´, de Raúl Morales, y un libro de Eduardo Jenkins Dobles. Antidio también fue el primero que le publicó a don Isaac Felipe Azofeifa, y a Alfonso Ulloa Zamora, que escribía prosa. Los financiaba a como pudiera. Hacía colecciones de lujo, hasta los empastaba. “Después escribí el libro ´Situaciones´. Antidio me lo pasó a máquina. Lo llevaba a unas reuniones que hacíamos en las arcadas del Hotel Costa Rica. Ahí llegaban Jorge Debravo, Alfonso Chase, Laureano Albán, Julieta Dobles, Rodrigo Quirós y Jorge Charpantier. Se llamaba el ´Círculo de Poetas´. No hacíamos talleres de poesía, pero leíamos los poemas, entonces cada quien opinaba, y uno veía si quería corregirlos. Algo pasó muy bonito, y es que llegó Joan Vidal, que realmente se llama Rodolfo Hernando, quien ahora publicó un libro de sonetos buenísimos. Él vive en San Francisco, California. Quería hacerse monje en un monasterio, pero no le funcionó. Yo te iba a decir algo bonito que pasó. Llegó con un libro en las manos y lo recibimos. Yo fui la primera persona del grupo que lo conoció, un día que estábamos en un bar que tenían Virginia Grütter y Jean Moulaert, el Bar Pierrot. Virginia Grütter y Antidio se conocieron en una venta de libros, en la Lehmann. Luego nos llevó a su casa. “Jean Moulaert fundó el Teatro Arlequín, que fue importantísimo. Nunca había habido un teatro de cámara antes. Lucho Ranucci nos había dado clases. Yo fui a Guatemala a actuar en ´La zapatera prodigiosa´, y Ana Poltronieri era la actriz principal. “Para ese tiempo Guido Sáenz actuaba, Daniel Gallegos tenía que ver con todo el movimiento teatral, y Óscar Castillo todavía andaba en cosas de teatro, aunque ya estaba pensando en hacer cine. Él se lo decía a uno. “Pierrot servía para que los artistas nos reuniéramos. Era un lugar acogedor, chiquitísimo. Se daban sesiones de jazz. Como te iba contando, fue ahí que conocí a Joan Vidal. Traía su libro y quería publicarlo. Él me dijo ‘Ana, ayúdeme, presénteme a todos los pintores’. Eso me llamó la atención, pero lo hice. A cada pintor le pidió que le ilustrara un poema y luego hizo una exposición de sus poemas con grandes pintores, Bertheau, Bolandi, Amighetti, Jorge Gallardo, Manuel de la Cruz González, Lola Fernández…”. Camilo Rodríguez Chaverri
47
Poetas y pintores “Gracias a esa idea que tuvo Joan Vidal, los poetas hicimos una exposición de pintores costarricenses frente a la catedral, en el Parque Central. Escribíamos un poema, lo colgábamos en el Parque Central, y todos los grandes pintores llevaron sus pinturas. “Después la hicimos en las arcadas del hotel Costa Rica. Luego los de Turrialba, Jorge Debravo, Marco Aguilar y Laureano Albán, también la organizaron en Turrialba. “Jorge Debravo era un muchacho muy sencillo, muy agradable, buena gente, con una sonrisa en los labios siempre. No era peleón. Siempre andaba con Laureano Albán. “Ya cuando hicimos la Asociación de Autores, los escritores empezaron a darse su importancia. En ese tiempo del Pierrot nació el Instituto de Ciencias Políticas. El padre Benjamín Núñez era el director; Pepe Figueres, ´Macho´ Carazo (Rodrigo), Daniel Oduber y Luis Alberto Monge eran los profesores “Cuando eso, yo estaba trabajando en el CNP, en la biblioteca. Había un abogado que me vendía el periódico del Partido Comunista. Gracias al apoyo de la gente del Instituto de Ciencias Políticas, me metí a escribir en La República. Luego me dejaron permanente. Un día ese abogado, que no recuerdo el nombre, me dijo que la Rerum Novarum se estaba separando de Liberación Nacional. Me puse a averiguar las razones. Parece que Liberación estaba traicionando al ala izquierda. Luis Alberto Monge era el encargado del ala obrera. Me fui a hablar con el padre Núñez, y de una vez le pregunté, ‘Padre, ¿por qué en este instituto no hay obreros?’” “Me contestó ‘se me ha olvidado invitarlos’. Entonces yo le dije, ‘por favor acuérdese, invítelos por favor’. Le di tiempo unos días, y a los días le dije, ‘¿qué pasó con los obreros?’, y me respondió ‘ah, no los hemos invitado todavía’.” “Lo saqué en La República. Escribí una queja por la ausencia de obreros en el Instituto de Ciencias Políticas. Le dije a Núñez que me interesaba el instituto, pero que no podía ser elitista, y me dijo que si seguía con ellos me harían diputada y directora de La República. Le dije que no me interesaba. Empecé a desencantarme por sus actitudes. Un día me fui al Pierrot y llegó Carlos Luis Fallas. Conversamos mucho. Nos contó detalles de la huelga bananera, que había sido extraordinaria. Yo había trabajado sobre ese tema en La República. La nota se llamaba ‘El fantasma aparece donde 48
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
menos se espera´. Era una crítica en contra del gobierno de Echandi. “En ese tiempo, Francisco Gamboa era el jefe de redacción de La República, y Teodoro Martén era uno de los periodistas. Calufa se los conquistó y se los llevó para la zona bananera. Empezaron a escribir a favor de la huelga. Por eso, a Chico y a Teodoro los botaron del periódico. Entonces se metieron al partido. En medio del entusiasmo, le dije a Calufa ‘quiero pertenecer al Partido Comunista’, pero, para mi sorpresa, Calufa me dijo que no, que los intelectuales no servían para el Partido Comunista, que eran los que echaban a perder todo, que lo mejor era dejarlo sólo para obreros.”
Entre Obregón y Cardenal “Surgió un partido con Obregón Valverde. En eso apareció un libro que se llama ´Los cinco poetas universitarios´. Alfonso Ulloa y Enrique Obregón Valverde estaban ahí. Nos hicimos amigos y me fui con él. Me integré a la formación del partido con Julio Suñol, y con todos los que éramos de izquierda pero no comunistas. También estaban con nosotros muchos antiliberacionistas. El partido se llamaba Acción Democrática Popular. “Las mujeres íbamos por todo el país con Cecilia Amighetti, y sacamos a Julio Suñol de diputado. Después, se disolvió el partido. “Julio Suñol estaba casado con Irma Prego, la cuentista nicaragüense, que cuando eso era cuentista de palabra, no escribía todavía, pero era narradora natural de cuentos. Éramos muy amigas. La había conocido cuando publiqué ´Antro Fuego´. Ella se hospedó en mi casa y luego llevó el libro a los escritores nicaragüenses. Fue entonces cuando Ernesto Cardenal me escribió una carta. Todavía recuerdo sus palabras. Además, aquí traje la carta, para mostrártela. La carta dice así: ‘Sus poemas de Antro Fuego han sido una sorpresa para mí. Muy poco es lo que me satisface de todo lo que leo de poesía actual de nuestra lengua, que considero en un estado lamentable –salvo excepciones– y más poco aún lo que me sorprende, pero usted ha sido una de las excepciones. Ninguna otra poetisa hispanoamericana o española que he leído la comparo a usted. Hay líneas suyas que sí las compararía a las grandes poetisas norteamericanas. Su lectura ha sido para mí una revelación, la experiencia,
Camilo Rodríguez Chaverri
49
que desgraciadamente no me ocurre con frecuencia, de un descubrimiento literario’.” “Cuando Cardenal me mandó esta carta, en el año 56, viajé a Nicaragua, conocí a Pablo Antonio Cuadra y a Ernesto; pero no conocí ni a Carlos Martínez Rivas ni a Coronel Urtecho, que era a los otros dos que andaba buscando. “Conocí a Cardenal para el tiempo de sus epigramas. Él se dedicó a llevarme donde las personas más notables. Tenía un jeep. Fui a conocer a Alfonso Cortés, que estaba encerrado en el manicomio, en el asilo de locos, que se llamaba ´El Kilómetro Cinco´”. “Alfonso Cortés había estado en Costa Rica en el Asilo Chapuí. Fue básico para mí que me contaran eso, porque me impactó mucho. Me llevaron, y lo vi a través de una ventana. Era de cedazo. Sólo nos permitieron verlo ahí, a través de la ventana, que se golpeaba por el viento. El señor estaba muy bien, me escribió un poema y me lo dio. Yo le di mi librito ´Antro Fuego´. “Alfonso Cortés vivió en la casa de Rubén Darío. Seguramente esa casa tenía como el espíritu de Rubén Darío. Tenía algo mágico. Parece que ahí fue donde se enfermó, digo ´enfermó´ entre comillas porque la verdad es que escribía poemas muy raros, y era más que todo por eso que decían que estaba loco. “Yo nunca creí que estuviera loco, habló conmigo y nunca pensé que estuviera loco. Agradeció mucho el librito que le di. Para ese tiempo él escribió un poema que decía ‘una ventana azul tiene más color que todo el cielo’. Ya estaba viejito, con el pelo blanco, la barba crecida, el pelo largo y un vestido blanco. Me impresionó mucho verlo ahí. Escribí un artículo con el relato de mi visita al poeta en el asilo de locos. Lo publiqué en ´La Prensa´ de Nicaragua, dirigida por Pablo Antonio Cuadra. Ya los poetas de allá me habían publicado cosas antes. Todo lo que había visto salió con un dibujo de Alfonso Cortés, creo que era del gran Armando Morales, que tiene obras hasta en Nueva York. Escribí ahí todo lo que sentí, escribí del viento, de la ventana que se movía… “Me contestaron los médicos del manicomio. Dijeron que no era una ventanita, que medía tanto por cuanto, y que él estaba limpio, porque olvidé decirte que yo lo había visto un poquito sucio, y lo escribí a manera de denuncia. Dije en el artículo que debía estar en el asilo Chapuí, porque él quería, que debían trasladarlo para Costa Rica.
50
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Lo cierto es que de ahí en adelante ya no permitieron que nadie lo visitara en la ventanita. Lo llevaban a una sala de la dirección médica cada vez que alguien lo visitaba. Ahí fue Alfonso Chase a visitarlo.”
Hermandad con el poeta “La otra experiencia bonita con Ernesto Cardenal fue de un encanto absoluto. Él era muy enamorado y yo era una muchachita de 21 años. La verdad es que no sólo le encantaba mi poesía. Como persona, también le gusté. Por Irma Prego, él sabía que Antidio y yo no estábamos bien. “Ernesto se emborrachaba con todos los poetas. Nos reuníamos en un lugar que se llamaba ´Las Piedras Cagadas´. Nos reuníamos con el cuentista Fernando Silva y con Pablo Antonio Cuadra. Era la más joven y sé que todos se entusiasmaron conmigo. “Yo me tomaba mi traguito, nunca para emborracharme, jamás como ellos… En medio de la borrachera, me regalaron el lago de Nicaragua, y me dijeron que yo era de ellos. “Para esa época, el trabajo de Ernesto era cuidar la puerta de la librería ´Nuestro Tiempo´, que era de su familia. Eso era todo lo que hacía. Eso sí, tenía novias en cantidad, pero no me nombra entre ellas. Sí me dijo: ‘Ana, la Irma me contó que Antidio no te quiere mucho, yo te ofrezco a vos, que por qué no te quedás conmigo’. Yo le contesté: ‘no, Ernesto, ¿cómo se te ocurre? Yo pienso que el matrimonio es recuperable’. Y me dijo ‘es como la última oportunidad para quedarme en este mundo, porque he estado pensando en meterme en un monasterio’. Y le dije que me parecía muy bien, que ahí era donde se iba a realizar como poeta. “Nos portamos bien. Totalmente. No pasó nada. En serio”, dice doña Ana, con una risita pudorosa. “Cuando fui a Nicaragua, ahora, hace poco, Ernesto me dijo, ´en cada libro que te regalé, te pongo un poquito de lo que vivimos’. “Allá también estaba Luciano Cuadra, hermano de Manolo Cuadra, que era poeta y estaba en Costa Rica. A él y a un amigo que era dibujante, los habían puesto desnudos en la frontera. “Recuerdo que el día que nació mi hija Ana llegaron Manolo Cuadra y ese dibujante, un 15 de setiembre. Ese día, cociné hasta las 12 y a las 2 me dieron los dolores. Mi hija nació llegando a las puertas del hospital. Yo fui como un gato Camilo Rodríguez Chaverri
51
para tener hijos. De dolores, apenas los necesarios. Yo era feliz teniendo hijos. Llegaron a almorzar y yo ya estaba con la bebé. “Eso fue un año después de mi visita a ellos, o sea, en el 55. Por cierto, recuerdo que allá en Nicaragua nos reunimos en la casa de Luciano Cuadra. Ese día estaban Fernando Silva, Ernesto Cardenal y Pablo Antonio Cuadra. Empezaron a hablar en contra de Somoza, y les dije, ‘¿por qué se han aguantado a Somoza?’. Entonces discutieron cómo se podía matar a Somoza. ‘¿Por qué entre ustedes nadie hace algo por deshacerse de ese hombre?’, les dije. Y agregué ‘si quieren yo voy, me buscan un veneno, le meto un alfiler envenado y ahí se muere’. Es que era un viejo muy enamorado. Me celebraron la ocurrencia. Y me contaron que había una poetisa guatemalteca que quería conocer a Somoza y que tenía un plan similar. Ya en la borrachera nadie quiso seguir el asunto. Poco tiempo después cayeron los del gobierno y registraron la casa”. “Me vengo para Costa Rica y Ernesto me escribe una carta, que se iba para ir a La Trapa, en Kentucky, Estados Unidos, a un monasterio donde no se puede hablar, se guarda silencio. Tenía 31 años. Me dijo ‘por tu boca habló el Espíritu Santo y por eso decidí mi viaje’. Se me paró el pelo y empecé a escribirle cartas para disuadirlo. Era católica, pero andaba atea en ese tiempo. Él lo sabía, y entonces me decía en las cartas, ´cada vez que voy a misa, pido por vos, porque cada vez que hay comunión Jesús muere por vos’, y yo decía, ‘¡qué horror!, ¡qué horror!’.” “Antes de ir a la Trapa vino a Costa Rica a despedirse de mí. Aquí me dijo ‘ya no tomo, ya no miro a las mujeres, y ahora camino mirando para abajo’. Fue en el año 57. Manolo Cuadra estaba aquí, tratándose un cáncer, y yo estaba embarazada de mi tercer hijo, Luis Antidio. “Por dicha, Antidio nunca fue celoso porque ese viaje a Nicaragua del que tanto te he hablado lo hice con el poeta Carlos Rafael Duverrán, pero él se perdió, se fue a conocer Nicaragua. “Ernesto fue a visitar a Manolo Cuadra al hospital del Seguro Social, que es hoy el Calderón Guardia, el guarda no quería dejarlo entrar, le dije que era pariente, que venía de Nicaragua y que le urgía verlo, pero ahí mismo Ernesto dijo ‘yo no puedo mentir, no es cierto lo que ella dice…’ . ¡Qué vergüenza con el guarda! Al final, lo pudo ver. A los pocos días murió Manolo Cuadra.” 52
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Se va Ernesto para La Trapa, cuidado que no dije para la trampa. Sólo podía escribir una carta al año. Según él, lo que más le atormentaba era no poder fumar. Es más, sólo por esa razón se salió de la Trapa. El maestro de los novicios era Thomas Merton, el gran poeta, que se convirtió en uno de los orientadores más importantes de su vida. “Me vino a hacer una visita y me dijo ‘no pude seguir ahí, pero me voy a hacer sacerdote’. Se hizo cura y vino a dar misa en la iglesia de La Merced. Yo fui. Una misa más comunista que no tenés idea. El sermón agitaba. Ahí recibí la comunión de su mano.” “Hay una cinta, un video donde el Papa lo regaña. Es que Javier Solís y él pertenecieron a la Teología de la Liberación. Ellos dos fueron muy importantes para ese movimiento en América Central. “Después, el Papa le prohibió dar misa, pero sigue siendo cura. Es la cosa más rara del mundo. Yo no la entiendo, pero así es.”
Amor “Como no había escuela de periodismo y era una actividad que me interesaba, me metí a practicar en La República. Don Gonzalo Solórzano era el director. Practicaba en todo. Hasta llegué a escribir editoriales.” “Poco después, Antidio y yo nos separamos; él se fue para Venezuela y yo me quedé aquí. Cuando eso, Dionisio tenía 8 años y Ana 7. Se fueron con él y cuando estaban adolescentes, volvieron conmigo. “Tiempo después tuve una relación con el escritor y físico Francisco Ramírez, con quien tuve un hijo, Ignacio Ramírez, quien nació en 1963. Después se fue a estudiar a Francia. Por eso, nos dejamos. Luego, se encontró allá con una compañera con la que vive. “También tuve una relación con un sobrino de Manuel Mora. Se llama Manuel Bermúdez, y es el papá del periodista Manuel Bermúdez, que es muy culto y muy interesante. Era genial, sumamente inteligente. Apareció en mi vida de una manera arrasante, y se apoderó de mí cuatro años. Con Manuel viví de una manera muy intensa. Era joven, y murió de 35 años. Murió alcohólico. Lo que viví con él fue muy intenso. Incluso escribió un libro y lo publicó. Era un libro de prosa. Tenía la intención de escribir una novela, pero le salieron unos cuentos. Luego empezó a escribir una novela, Camilo Rodríguez Chaverri
53
pero no le dio tiempo de terminarla. Le dio una etapa de alcoholismo terrible. Don Manuel Mora y don Eduardo Mora, sus tíos, lo metían a la Clínica Bíblica. Se puso tan mal que yo no sabía ni qué hacer. “Manuel inventó publicar una tarjeta en el periódico de que nos habíamos casado. Imaginate qué loco. A mí me encantó aquello. Él trabajaba en el Ministerio de Cultura, corregía pruebas en el Departamento de Publicaciones, que dirigía Alfonso Chase. “El último tiempo que vivimos juntos fue muy difícil por su situación. Manuel fue quien me llevó a la ´Fraternidad Universal´, que fue un movimiento que me revolcó. Antes de eso, yo andaba haciéndole el horóscopo a todo el mundo. Por eso fue me llevó. “Hubo un tiempo en que andaba en todo lo esotérico y fue secretaria del Embajador de Japón durante ocho años. Iba para Japón cuando me casé por segunda vez con Antidio y me fui para Venezuela. Qué vida más revuelta, ¿verdad? Revuelta, pero muy divertida. “En la universidad me gustaba de todo. Llevé cursos de biología, lingüística, antropología y sicología. De repente, decidí no volver más. Allá por el año 68 me interesé en el yoga. “En diciembre del 69 viajé a Venezuela y me quedé en la Gran Fraternidad Universal. Mi hija Ana estaba allá, y mis hijos se quedaron con mi mamá. Ahí, en la Fraternidad Universal, se estudian todas las religiones y los idiomas antiguos. El yoga es una disciplina; se hace practicando. Simbólicamente significa el dominio de la mente sobre el cuerpo instintivo por medio de prácticas. Todas las energías que uno desperdicia es por inconciencia, porque uno bota la energía porque no tiene conciencia de ello. “Cuando usted tiene conciencia aprovecha la energía. El yoga es un despertar de la conciencia del cuerpo en unión con sentimientos y pensamientos. Yoga significa unión. “Estudié la simbología oriental. Uno maneja esa tremenda energía en la base de la columna vertebral. Ahí está la fuerza creativa, que es la madre de la creatividad. En lugar de utilizarla hacia la tensión, se eleva y va despertando centros de energía en todo el cuerpo. Uno tiene 72 mil centros de energía en el cuerpo, y cada centro se despierta por conciencia. La fórmula es meditación, concentración y respiración… El control de la respiración es fundamental.
54
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Conocí a los maestros del yoga e hice varios viajes. Yo quería renovarme internamente. Por eso estaba buscando otros caminos”.
Un yogui colombiano “Me volví a casar. Me casé con un yogui colombiano, que se llama José Gáfaro. Estuvimos juntos más de diez años. “Él es viajero. Anda enseñando yoga de un lado para otro. Fue gracias a él que adquirí costumbres del naturismo, aunque ya era vegetariana. “Por eso es que tengo una excelente salud. Me acaban de hacer un examen. Tengo 70 años, y un día de estos me dijo un médico, ‘usted tiene un organismo de muchacha de 15 años’. Munca he tenido problemas. Soy vegetariana desde que nací. Nunca me hicieron comer carne. “Con este esposo estuve en Colombia, Perú, Venezuela y en España durante dos años. Después, viví en Limón durante cinco años dedicada a las disciplinas místicas. Durante ese tiempo, iba mucho a Venezuela. “Durante toda esa época seguí escribiendo poesía. Te voy a hacer un recuento de mis libros. Primero está ´Antro Fuego´. Lo publicamos en 1955. Lo había escrito entre 1953 y 1954. Después vino ´Demonio en caos´, inmediatamente después de ´Antro Fuego´. El libro ´Situaciones´ ya lo había escrito en esa misma época. Estaba empastado y pasado a máquina por Antidio. Lo publiqué en el año 2000. Ya a nadie la interesa. “El más reciente es ´Coruscar´. Lo escribí ya metida en la Fraternidad Universal. Tengo muchísimos poemas más. Son de tipo místico. ´Coruscar´ es una breve selección que hice. “´Coruscar´ es un libro de poemas con sentido místico. Coruscar significa resplandecer, despedir rayos de luz propia o reflejada. En la presentación, digo: ´todo en el universo resplandece de alguna manera y esta muestra de poemas forma parte de la expresión del camino de una vida interior que no siempre revela lo luminoso, porque la pasión en las raíces de la vida, que empieza por la satisfacción del instinto, el cual se resuelve después de múltiples contradicciones, hostigadas por la ignorancia y el apego. Las arañas representan esa trama perfecta de la vida instintiva, así como la sorda piedra es la base simbólica de donde parte nuestro principio vital. Siempre que el alma espera, aparece la luz y cuando algo ´corusca´ adentro o afuera, se manifiesta abiertamente la alegría y surge el deseo de comunicar´”. Camilo Rodríguez Chaverri
55
“Lo que estoy escribiendo ahora es más humano, más metido en las ideas que me formaron a mí como ser social. Yo escribo poesía desde siempre. Por eso, puedo andar de un género a otro. También tengo cuentos. Son situaciones. Si vos leés esto que estoy preparando es la angustia de una muchacha que pasa por la vida y que todo lo cuestiona. “Todavía doy clases de yoga. Eso me conserva llena de energía. Mi vida ha sido ir y venir. No tengo ni casa ni muebles. No tengo nada de tipo pesado que me detenga. Me muevo tranquilamente. Hago una maletita y paso una temporada donde sea. Estuve viviendo con mi mamá en Pavas, en Rohrmoser y luego en Puriscal como tres años. “Ahora vivo en Liberia con mi hija, Ana. Ella es profesora de Ciencias en el Colegio de Bagaces. Con mi hija he vivido varias veces. Vivo donde sea. Duermo donde me tome la noche. Yo no debería llevar una vida así, siendo una señora. Pero es que no me siento vieja. Me siento una chiquilla que escribe poesía y que le ha dedicado muchas horas de todos los días a la energía de su cuerpo. Bienvenida la vida, eso es lo que digo todo el tiempo”, concluye doña Ana.
56
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Eulalia Bernard
Poeta de la negritud
Tiene a Limón en la sonrisa: el ritmo, el sabor, el mar, la magia, la cultura y la diversidad. Con sólo que hable, nos remite a las palmeras, al tajamar, al calipso, al reggae, a la salida del culto en una iglesia bautista, a la escuela en inglés de la iglesia católica del pueblo. La conocí recitando. Un día, en una actividad de poesía, me llamó la atención aquella negra elegantísima, con un vestido color papaya, atuendos amarillos, rojos y violetas, y anillos en todos los dedos. Hablaba como si tuviera un tambor en la garganta, y a sus poemas les imprimía una música interior que invitaba a bailar. Después, en medio de las entrevistas que hemos tenido, supe de su gran amor por la educación, de su niñez en Limón, de sus viajes por las islas del Caribe, de su trabajo en Jamaica y su cátedra sobre temas de la negritud y de África, la primera en una universidad de América Latina. Eulalia Bernard Little nació en Limón el 7 de julio de 1935. “Soy cáncer, mis papás se llaman Cristopher Bernard Jackson y Caroline Little Crosby. Mi papá llegó a Costa Rica de Jamaica, en medio de la ruta de los trabajadores jamaicanos que venían buscando mejores oportunidades. Todos los que venían tenían experiencia en la zafra. Es decir, cuando Jamaica dejó de producir tanta caña, aprovecharon su experiencia en Cuba, y de ese país se vinieron para acá. “Mi papá llegó a Limón desde Cuba en 1906. Era sastre y trabajaba en todo lo que fue la línea del ferrocarril, o sea, desde Limón hasta Guápiles, pasando por Siquirres. Se iba en el ferrocarril, se bajaba a tomar medidas, hacía sus prendas a la vuelta en Limón, y de nuevo se venía en el tren entregando ropa y tomando nuevas medidas o más pedidos.
Camilo Rodríguez Chaverri
57
“Papá estudió en Kingston, Jamaica, en Maico Training College. Está muy orgulloso de su preparación. Cuando salió de Jamaica, ya era novio de mi mamá. Así que, cuando tuvo un poquito de recursos hizo una de las primeras casas de Limón para traerse a mamá. Papá es uno de los pioneros de Limón. “Claro, mamá no se podía venir como ´novia´, no la dejaban los papás. Así que se tenían que casar. Entonces, papá tuvo que contraer matrimonio por medio de un representante. Creo que se llama matrimonio por poder. Mi mamá se vino ya casada. Ella se había graduado de maestra en la Shortwood Training College, que estaba cerca de Maico Training College, donde estudio papá. Por esa cercanía fue que se conocieron. “El Limón de 1906 era muy diferente. Apenas había las primeras casas, que eran de personas que se dedicaban a la agricultura. Cuando viene mi mamá instala una escuela en Cieneguita. Precisamente se llamaba la escuela de Miss Bernard. En ese tiempo, todas las escuelas de Limón llevaban el nombre de la maestra que las fundaba y regía. “El aporte de maestras jamaiquinas como mi madre fue fundamental. Limón llegó a ser una de las provincias más letradas de la primera mitad del siglo XX. Todo el mundo sabía leer y escribir. Todo era en inglés, por supuesto, y era el producto de la inmigración de profesionales en educación venidos desde Jamaica. “Luego mamá tuvo una segunda escuela en Limón centro, exactamente 100 metros al oeste del Black Star Line. Ahí crecí, fuimos seis hermanos, dos mujeres y cuatro hombres. Yo soy la menor. Hoy día quedamos tres. Hay uno que es economista, que va y viene de New York, y otro que fue un alto funcionario en las Naciones Unidas. Además, quiero destacar a mi hermano Oswald, quien ya falleció. Él fue el que más se quedó en Limón. Fue profesor y luego director del Colegio Nocturno. “Me imagino que no te sorprende que diga que tengo un hermano en Nueva York. Muchísima gente de Limón se ha ido para Nueva York. En general, ese nexo con Nueva York es producto de las crisis económicas que ha sufrido Limón. Los jamaiquinos llegaron a Limón para buscar actividades que eran dominadas por las transnacionales, porque, curiosamente, en Jamaica las actividades variaron de acuerdo con los intereses económicos de esas empresas transnacionales. En Jamaica, los problemas empezaron con 58
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
el declive del azúcar y después con la crisis del banano. Mientras tanto, aquí en Costa Rica y en algunos otros países de América Central y un poco del sur, revivieron el cultivo del banano por las demandas del mercado “La primera migración de limonenses hacia Nueva York, por lo general hijos de jamaiquinos, se da años después, como resultado de una nueva crisis, como la que había vivido la generación anterior en Jamaica, y en otras islas de las que hay influencia en Limón, como Guadalupe, Providencia y San Andrés. “Luego de la crisis del banano, en Limón hubo cultivos de subsistencia, como tubérculos y frutas. También hubo mucha ganadería. Declina el banano y la gente se queda sin trabajo, es una situación que expulsa. La gente emigra buscando oportunidades”.
Actividades en Limón “En Limón, primero que todo, hay que decir que estaba el ferrocarril, que venía del siglo XIX, y ya con el ferrocarril los caribeños inician el cultivo del banano. Es la misma gente del ferrocarril, con Minor Keith, la que desarrolla el cultivo del banano, pero, mucho cuidado con esto, lo consigue gracias a que los jamaiquinos que estaban afincados en Limón ya sabían producirlo. Después, la Northern, la empresa del ferrocarril, se asocia con la United del banano. Eran la misma cosa. “Pero mucho de lo que ocurre en Limón, tiene una explicación en Jamaica o, incluso, en África. Estos colores con los que visto, y que usted tanto me ´piropea´, con toda la razón, son de África. Podrían ser jamaiquinos también, pero llegaron del continente a la isla. Los uso por ese ritmo que tienen. Le va a parecer raro, pero son colores que van con el ritmo de la naturaleza. La naturaleza se expresa en el ritmo de los colores. “Mi infancia en Limón fue lo más lindo. Era una infancia de sólo juegos. Mis padres se preocupaban mucho por el conocimiento. Crecíamos aprendiendo no sólo lo académico, sino instrumentos musicales y literatura. “La escuela de la iglesia católica empezó con mi mamá. Las maestras tenían que enseñar también otras disciplinas, como música y educación física. Era gente muy preparada, que ofrecía una educación humanista.
Camilo Rodríguez Chaverri
59
“El Limón de hace 70 años tenía tres espacios básicos que envolvieron mi niñez: la escuela, la iglesia y el parque. En la preadolescencia, era todo eso más ir al cine en el día, porque, cuando sonaba la campana de la iglesia católica a las 8 de la noche, había que estar en las cobijas. “Ese ambiente limonense nos formaba sin contradicciones. Eran los mismos principios los de la iglesia, los de la familia y los de la escuela. Era una niñez muy segura desde el punto de vista de la formación moral, espiritual y educativa. “En esa época, el noventa por ciento de los niños y las niñas éramos de origen jamaiquino, y casi todos y todas éramos negros y negras. Eso fue antes de la primera crisis económica, que hizo que se fueran. Unos salieron para Panamá, otros para Turrialba, y otros para otras provincias. Todavía no existía el interés de salir hacia Nueva York porque en Estados Unidos la segregación étnica estaba en su apogeo. “Siempre se ha dicho que para ese tiempo los negros y las negras no podíamos salir de Limón, que no nos dejaban pasar de Turrialba o de Cartago. Eso no fue tanto así. Simplemente, la discriminación nos hacía quedarnos en Limón, en Guácimo, en Siquirres. Pero, de hecho, algunos negros ya habían pasado a San José. Por ejemplo, algunos negros estaban estudiando en el Colegio de Los Ángeles. Es más, mis hermanos estuvieron internados en el Colegio de Los Ángeles. “Lo que sí hubo fue una ley que se convirtió en un freno laboral. Discriminó laboralmente a la población negra económicamente activa, y la limitó a depender de esas dos empresas trasnacionales, la Northern Railway y la United Fruit Company, que realmente eran como una sola. Esa ley, que creo que fue de 1934, lo dice claro: que no pasen ciudadanos de color a las actividades bananeras del Pacífico. “Fui a la Escuela Rafael Iglesias, hasta segundo grado. Después, murió mi papá y me fui para San José. Al morir mi papá prácticamente nos adoptaron los curas alemanes. Recuerde que mi mamá estaba en la escuela en inglés de la iglesia católica, como maestra fundadora. Ellos se portaron muy bien con nosotros. Gracias a su ayuda, yo terminé la primaria con las religiosas del Sión. “Mi padre murió alrededor de los 50 años de edad. Si no hubiera sido por el apoyo de la iglesia, quién sabe qué hubiera sido de nosotros. Los sacerdotes fueron muy solidarios conmigo, y tuvimos una excelente educación religiosa.
60
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Luego, fui al Colegio Diurno de Limón. Ya estábamos en los años 40, y los negros y las negras seguíamos siendo mayoría. Había una presencia negra que era obvia por doquier. Pero empezó la migración blanca. Fue de gente que venía principalmente de Turrialba; o de Bluefields, Nicaragua, y de la costa de Colombia. “Y poco después empezó el boom de las políticas nacionalistas que buscaban marginar toda expresión cultural afrocaribeña, el idioma, la religión, las logias, el baile, la música… Sufrimos una embestida de imperialismo cultural por parte del interior del país”.
Mis críticas “Tengo mis críticas ante la celebración del día de la venida de Colón, que se celebra aún en Limón. Creo que el 15 de setiembre sí se debe celebrar, pero la llegada de Colón no. Siendo niños, recuerdo que nuestros mayores respetaban la Corona Británica. ¿Por qué? Porque las islas de las que provenían eran colonias de Inglaterra. De ahí nuestro inglés. “Pero la política costarricense, el Estado, trató de imponer en los años 60 que sólo se hablara español. En las escuelas públicas siempre la educación ha sido en español, y el inglés siempre ha sido parte de la enseñanza privada, que se introduce en Limón por las monjas en los años 70. Es una enseñanza privada que segrega, porque antes estábamos en la misma escuela los niños adinerados, que eran pocos, y los muchos niños pobres. En la escuela, las niñitas con dinero y las que no teníamos recursos siempre nos hicimos amigas. Pero la educación privada segrega. Vale más que en el caso de Limón, por lo menos se dio una educación privada mixta, que se vio hasta mucho después, en dimensiones similares, en San José. “Tuve una juventud llena de manifestaciones afrocaribeñas. Fue una juventud muy linda porque siempre estaba una en un deporte. Por ejemplo, yo jugué softball en el equipo del colegio. Por cierto que la gran educadora y ex diputada Marcelle Taylor estaba en ese equipo. “En cuanto a nuestra recreación, consistía en ir a Piuta y a Portete. Siempre íbamos en colectivo, en grupo. Siempre andábamos casi todas las compañeras, y nos seguían muchos amigos. “También recuerdo que después de las clases del colegio, nos quedábamos en Gimnasia. Esa clase de educación física Camilo Rodríguez Chaverri
61
era muy dura. El profesor se llamaba Míster Romero Chacón. Disfrutábamos también los desfiles del 15 de setiembre y otras manifestaciones, que no eran carnavales todavía, pero eran las semillas del carnaval. Muchos bailes realmente eran desfiles organizados por las iglesias. “Limón tiene una gran diversidad cultural y religiosa. Además, en Limón la gente es muy tolerante. Imagínese que aprendí a tocar órgano con una adventista, se llamaba teacher Bayles. Aprendí en su iglesia, en su templo. “Los muchachos y las muchachas de esos años que teníamos alguna oportunidad, no pensábamos en otra cosa que no fuera ir a la universidad. En mi caso, era lo que habían hecho mis hermanos. Lo difícil era el hospedaje. Ese fue el campo en el que sí se notó la discriminación. No se notaba en la universidad tanto como en los sitios para quedarnos. Una opción era quedarse con familias afrocaribeñas que ya estaban en San José. Hay familias negras que tuvieron en ese sentido un papel histórico para nosotros y nosotras, como los Curling, los Campbell, los Britton… Ante la discriminación, nos acuerpábamos en la etnia. Es una tendencia a buscarnos los unos a los otros, es un instinto de supervivencia, es buscar nuestra colectividad sin ser excluyentes, simplemente para defendernos de la discriminación”.
La educadora “Ingreso a la Facultad de Pedagogía, y me gradúo de maestra. Recuerdo que mamá ya estaba enferma. Cuando le llevo el título, lo pasa por sus ojos, ya veía con mucha dificultad, y dice ´ya puedo morir en paz porque mi niña ya tiene su machete´. Fueron maestras mías Emma Gamboa e Hilda Chen Apuy. También nos daba música el gran maestro Arnoldo Herrera. “Me gradúo de maestra y soy de las alumnas que entramos a Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, con el profesor Constantino Láscaris. A partir de entonces, ingreso a un profesorado de historia. Luego me paso a la Escuela de Lenguas Modernas, apenas se funda esa escuela. “Como ya era maestra de primaria, apenas terminé esa carrera me puse a trabajar, por lo que pasé muchos años estudiando y trabajando. Estuve dando clases en escuelas y colegios de San José. Era la única manera de seguir en la Universidad de Costa Rica.
62
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Usted seguramente me quiere preguntar si me sentí discriminada o menos que alguien. Qué va. Mi mamá siempre me decía que yo era muy bonita y muy inteligente, y nunca me fijé si me discriminaban. Sencillamente no lo asumí. Ante algún intento de alguien, uno decía ´¿qué le pasa a estos?´. Aún así, esas experiencias me hicieron estudiar el racismo. Ahorita llegamos a esa etapa. “Primero quiero decir que empecé a trabajar en la Escuela de Lourdes de Montes de Oca. Ahí estuve durante ocho años. Después, como yo estaba estudiando en la Escuela de Lenguas Modernas, me pasé a dar clases en secundaria. Di clases de inglés. Estuve en el Colegio Napoleón Quesada, también durante ocho años. Uno de mis alumnos de entonces es el magistrado Guillermo Zeledón. Era brillante. “Y cuando nace en esas instalaciones un colegio nocturno, que se llama Colegio Jiménez Núñez, entonces me pongo a dar clases en las dos instituciones. Trabajaba por las mañanas, estudiaba por las tardes y volvía a trabajar por las noches. “Luego, me voy para Inglaterra, a hacer mi doctorado, siempre en la línea de las letras con énfasis en Lingüística y Literatura. Hice la primera tesis de doctorado sobre el habla limonense. Nadie lo había estudiado antes como un tema de doctorado. En la América afrocaribeña no sólo hay influencia inglesa. También la hay francesa. Vea cómo fue la influencia que la Isla Santa Lucía, por ejemplo, cambió doce veces de dueño, o de imperio, como usted quiera decirlo. “Una vez que termino en Letras, hago otro doctorado, pero esta vez en televisión educativa. Finalizo y me vengo de Inglaterra. Cuando llegué de nuevo a la Universidad de Costa Rica, estaba decidida a hacer historia”.
Su cátedra “En la universidad fundé una cátedra de cultura afrocaribeña. Siempre se había visto como algo folclórico, no se veía con gran valor académico, por lo que no creían en la oportunidad de introducir estos estudios. Tuve que enfrentarme a esos prejuicios. “En mi cátedra, que es la primera en América Latina, inicio hablando de la Revolución Haitiana. Es que inicié con la meta de demostrar que la negritud no es solamente baile y deporte, como creían, sino que había que resaltar que los negros también destacaban en economía, en política, a lo largo de la historia. En política, por ejemplo, los negros hacen Camilo Rodríguez Chaverri
63
grandes aportes con la Revolución Haitiana. Por eso arranco con Haití, que es el primer país que se independiza, en 1804, y desestabiliza el imperio colonial. Logran vencer al imperio en diferentes momentos, y es a partir de esa revolución que se inicia la lucha por abolir la esclavitud. Por eso la ONU lo festeja. “Es un proceso. En mi cátedra los estudiamos en orden. Después de la Revolución Haitiana, viene el movimiento bolivariano, que va comprometido con la abolición de la esclavitud. Posteriormente estudiamos la obra de Marcus Garvey, quien, por cierto, estuvo un tiempo en Limón. Él inicia con la idea de una flota de barcos que nos devuelva a África, nuestra tierra prometida. La gran flota negra se llamaría ´The Black Star Line´. Por eso se llama así nuestro histórico edificio. “Vea cómo se van juntando los movimientos. A partir de la revolución en Haití, se determina que todo hombre negro que logra llegar a Haiti es libre. Entonces, hay una masiva migración de negros de Estados Unidos a Haití. Esto amalgama estas ansias de la colonia, que se notan muchos años después en la invasión a Guyena. “A partir de estos, se desencadenan muchos movimientos de liberación que llegan hasta nuestros días, en Brasil con Do Nascimento; en Colombia con Manuel Zapata Oliveira; en Panamá con mucha gente. “Posteriormente estudiamos la independencia de Belice, una república negra. La lucha entre Belice y Guatemala es la lucha entre España e Inglaterra. Los imperios trasladan sus luchas, y si los pueblos no lo entienden, se comen los pleitos de otros. “Pero no sólo soy educadora: también soy escritora y artista. Primero grabé un disco, un LP, que se llama ´Negritud´, es una especie de obra de teatro siempre en los tres idiomas, ingles, español e inglés criollo. Luego viene el libro ´Ritmohéroe´, de poemas en español y en inglés, y con el segundo libro, ´Ciénaga´, me dan el premio de ciudadana distinguida, y gano un premio de la Asociación Panafricana. El que viene, creo que se llamará ´Tatuaje´. “Como se me nota, soy una negra muy feliz, muy orgullosa de lo que represento, muy llena de mis raíces y muy interesada en defender lo que nos pertenece y en defendernos ante la discriminación”.
64
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Eduardo Jenkins Dobles
Condenado a escribir soneto
Es el primer costarricense (o el sobreviviente) de dos dimensiones de nuestra historia: la primera tiene que ver con la poesía, y es que se trata del último gran forjador de sonetos. La segunda es que con él inició la planific ación urbana en Costa Rica. Es el padre de los Hatillos como proyectos de vivienda, y de numerosos proyectos similares en todas las ciudades del país, así como el primer profesional que habló del sistema de circunvalación. Eduardo Jenkins Dobles nació el 9 de noviembre de 1926, en Atenas, Alajuela. “Los Jenkins somos de Atenas. Soy la cuarta generación de quien vino a las Minas del Aguacate, que eran de unos ingleses. Estaban hacia el oeste de Atenas, pero la gente se venía a vivir al pueblo y viajaban. Después de muchos años, los Jenkins comenzaron a repartirse. “Soy de Atenas por mi papá, pero por mi mamá soy de Heredia. El ´Dobles´ fue el apellido que me impulsó a escribir. “En Atenas me crié e hice la escuela. Éramos seis hermanos, cuatro hombres y dos mujeres. Ya falleció uno. “Los Jenkins tenían medios económicos. En esa época, tenían fincas, sobre todo en Balsa de Atenas.Teníamos muchísima tierra en esa zona. Parte de las fincas de mi papá ahora forman parte de la Escuela Centroamericana de Ganadería. “De esa época recuerdo que una vez yo me paré encima de una culebra, de una de las malas. En la zona había muchas terciopelo y cascabel. Había que andar con mucho cuidado. Viera qué susto. “Crecí en un hogar con comodidades. En la escuela empecé a cultivar el amor por la poesía. Por el lado Dobles, hay mucha Camilo Rodríguez Chaverri
65
gente de letras. El escritor Fabián Dobles era hermano de mi mamá y Luis Dobles Segreda era primo. “Mi mamá, María del Rosario Dobles Rodríguez, también escribía poesía. El problema es que nunca mostró sus poemas. Influyó en mí a través del ejemplo y la lectura, pero nunca pude leer su poesía. Yo supe que existían. Es más, por mucho tiempo supe que tenía los poemas en cuadernos, pero no tuve acceso a ellos. Mi esposa, Rocío, le pidió que se los mostrara, pero lamentablemente los había quemado. Eso fue algo devastador para mí. Escribir y leer era su gran refugio. “Ella era una persona sumamente culta. Hablaba de las pinturas del Louvre y del Palacio de Versalles, y nunca viajó. Hablaba de Europa, de los museos, hasta de las salas. Conocía los museos europeos con muchísima precisión a pesar de nunca puso un pie en Europa. “Su amor por la lectura, el arte y la cultura fue muy importante para mí. Era hija de un médico, don Miguel Dobles, mi abuelo, que fue uno de los primeros médicos en este país. Toda mi influencia literaria conduce, de una u otra manera, a mi madre. “Por otra parte, mi papá, Rafael Ángel Jenkins, era comerciante. El tercer carro que hubo en Costa Rica fue de él, y lo andaba en los barriales de Atenas. Siempre se venía a San José a reunirse con sus amigos. Otilio Ulate era su amigo de farras, por ejemplo. “Mi padre nació en un hogar adinerado, y le costó empezar a trabajar. Como que no lo educaron para eso. Pero la plata se fue yendo por aquí y por allá”.
Los Dobles y la literatura “Reconozco la influencia de Fabián Dobles, que para mí era ´tío Fabián´. Cuando yo estaba creciendo él ya era escritor. Comencé a escribir cositas. Lo primero que hice fue un verso a Juan Santamaría, para una celebración de sus hazañas. Le hice un soneto. Siempre me ha gustado mucho el soneto. A la maestra le gustó mucho, y en una de las reuniones cívicas de la escuela me pidió que lo leyera. Ese fue el comienzo. “Me gustaba más la poesía, pero también me gustaba la literatura en general. Siempre me ha gustado más trabajar con la poesía que con la novela. De hecho tengo varios libros de poemas y de sonetos, y sólo uno de narrativa, ‘Las manos de Dios y otros cuentos´.
66
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Durante mis tiempos de escuela leía poemas porque mamá me daba los libros. Pobrecitas las mujeres, siempre tienen que trabajar mucho. A ella le tocaba todo lo de la casa, atender a mi padre y a sus seis hijos. Aún así tenía tiempo para leer y para formarme en la literatura. “Cuando terminé la escuela había que venirse a San José, para iniciar el colegio. La familia Dobles ya estaba en San José. Mis primeros hermanos y yo estuvimos en la casa de los abuelos, en el hogar del doctor Dobles, padre de mi mamá y de Fabián. “Entré al Colegio Seminario, pero no me gustó mucho por la extraña disciplina que ejercían los curas alemanes. Para enseñar estaba bien una disciplina estricta, pero la de ellos era excesiva. “Nunca he sido muy religioso. Incluso años después me declaré agnóstico. Sin embargo, no fue por eso que me salí del Seminario. Hubo dos cosas que no pude perdonar, y fue que dos veces injustamente me dieron un cachetazo y me dejaron la cara muy lastimada. La primera vez fue porque Álvaro Dobles, mi tío, que era profesor ahí, un día no pudo ir a trabajar. Me dijo que le fuera a explicar al director. En otras palabras, mi tío Álvaro me mandó de mensajero. Yo fui, di el mensaje y el director me golpeó. “Resulta que uno no le podía pegar a un cura. Según la religión, si tocabas a un cura aquello era pecado. Yo no hallé como contestarle. Además, yo era un poco tímido. Eso fue en el primer año. “Ya en el segundo año, volvió a ocurrir algo desagradable para mí. Había un patio interno donde jugaban futbol. Los que jugaban estaban provocando un tumulto, y otro cura de los bravos llegó a ver qué estaba pasando. Yo andaba por ahí, y me preguntó por qué había tanto escándalo. Comienzo a contestar que yo acababa de llegar y que no tenía nada que ver y en eso me da otro cachetazo. Entonces dije ´se acabó´. “Me pasé al Liceo de Costa Rica en el tercer año. Ahí sí me sentí muy bien. Hice migas con mi grupo. Todavía algunos nos reunimos todos los años. Había tres grupos de tercer año, y en mi grupo éramos treinta. “Entre mis compañeros estaban el abogado José Rafael Acuña Montenegro; el arquitecto Hernán Arguedas Soto; el médico Hernán Collado; Hubert Garnier; Hugo Jiménez Monge y Rodrigo Jiménez Monge, los hermanos de Bernal Jiménez; Guillermo Jiménez Ramírez; el médico Jorge Arturo Monge Zamora, quien fue candidato a la presidencia; Álvaro Camilo Rodríguez Chaverri
67
Sancho Castro y Mario Sancho Castro; Renato Soto Pacheco; el actor José Francisco Trejos Willis; el microbiólogo Édgar Ortiz Castro; el médico Fernando Urbina Salazar; Mario Zamora Dobles; el médico Claudio Orlich Carranza; Jorge Arrea Escalante y Jorge Santos Chocano Aguilar, el hijo del poeta peruano que escribió el himno al árbol. El poeta llegó a Costa Rica para pasar unos meses y se casó con una hermana de Alejandro Aguilar Machado. “El liceo me gustó más. Había libertad. No teníamos presiones religiosas. Fui candidato a presidente del colegio e iba a ganar, pero me enfermé y no pude ir durante dos semanas. Ganó un primo, Luis Sequeira Jenkins. “Luego, fundé un periódico mensual del liceo. Se llamaba ´Vértice´. Yo era el director, mientras que el administrador era José Rafael Acuña”.
Los años cuarenta “Para esa época, había problemas en Europa debido a la guerra. Yo siempre estuve en contra de los nazis. “Desde entonces se notaba que había demasiada pobreza, y eso hería mi sensibilidad social. Veía los problemas de injusticia social que sufría el país. En esa época yo era calderonista, debido a las obras sociales del gobierno del doctor Calderón Guardia. Le admiré mucho su visión para crear la Universidad de Costa Rica, las Garantías Sociales y el Código de Trabajo. “Mientras tanto, seguí desarrollando el amor por la poesía. Publicaba en ´Vértice´, en el ´Repertorio Americano´ y en el ´Diario de Costa Rica´. Cuando estaba en el colegio, me hice muy amigo de Joaquín García Monge. Con él nos reuníamos un grupo, entre los que recuerdo a Mario Madrigal Mora y a Julián Zamora Dobles. Don Joaquín fue un gran formador para mí. Me prestó muchos libros y me orientó como escritor. “Cuando terminé el liceo, entré a la Universidad de Costa Rica. Tenía que seleccionar la carrera y era de esperar que preferiría la literatura. Pero en esa época apenas se iniciaba esa carrera, casi sólo para profesores de colegio, a quienes los estudiantes molestaban mucho. Además, los salarios eran muy bajos. “Si yo hubiera previsto que con el tiempo se podía alcanzar una Maestría en Literatura, que abriera la posibilidad de
68
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
trabajar en una universidad, en Costa Rica o en el extranjero, es probable que hubiera escogido esa carrera. “Pensé en otras opciones, entre ellas Derecho, Economía o Ingeniería Civil. Finalmente escogí Ingeniería Civil. “Estuve dos años. En ese momento había muchos problemas entre los calderonistas y los opositores. Se decía que los calderonistas eran comunistas, y mi familia pensó que me podía meter en problemas. Como Álvaro Dobles Rodríguez, mi tío, hermano de mamá y de Fabián, estaba estudiando Arquitectura en la Universidad de Florida, en Gainsville, decidieron enviarme allá. “Yo era estudioso. En Gainsville seguí estudiando Ingeniería. Tuve los mejores récords entre estudiantes extranjeros. Aprendí inglés rápidamente. Estuve allá como cinco años. Me gradué en los años cincuenta. “Cuando regresé ya había pasado la revolución. Era neutral. El calderonismo me había desencantado al permitir que por mantener el poder se desencadenara una guerra civil. Rápidamente me identifiqué con el grupo de don José Figueres, por sus buenas obras. Le dio gran energía a la función pública. Fue el único revolucionario latinoamericano que tomó el poder y lo devolvió. Fue tan visionario que mantuvo todo lo bueno de Calderón, como las Garantías Sociales, el Código de Trabajo y la creación de la Universidad de Costa Rica. Además, Don Pepe, a pesar de haber llegado por las armas, eliminó el ejército. Tuvo la grandeza de espíritu para determinar lo que se debía conservar. Se acercó a los jóvenes como yo, gracias a muchos centros de estudio y de formación. “También estuve cerca de don Rodrigo Facio, quien falleció a muy temprana edad. Hubiera sido presidente. Murió en el 61, cuando estaba trabajando en un organismo internacional. “Por cierto que mi primer trabajo en Costa Rica fue en Turrialba, con el IICA, donde un norteamericano estaba haciendo un estudio sobre aspectos sanitarios. Él me contrató. “Luego, el gobierno inglés me dio una beca por un año, y estudié en la Universidad de Durham, en New Castle. Para ese tiempo colaboraba con el Diario de Costa Rica. Por ejemplo, hice unas notas de la coronación de la Reina Isabel II, hace cincuenta años. “En el Diario de Costa Rica, los corresponsales extranjeros éramos Max Jiménez y Rubén Álvarez en Los Ángeles, y yo en Camilo Rodríguez Chaverri
69
Inglaterra. Para ese tiempo, los directores eran Mariano Sanz e Isberto Montenegro”.
El gran planificador urbano “En Inglaterra, estudié específicamente Planificación Urbana y Regional. Cuando regresé de especializarme, conseguí trabajo en el Departamento de Vivienda de la Caja Costarricense del Seguro Social. De ahí fue que nació el INVU. Ese departamento de la caja era el que hacía urbanizaciones. El INVU nace en 1954. El primer gerente fue Rodrigo Carazo. “En ese momento, en Costa Rica no había otro ingeniero especializado en Planificación Urbana. Por eso, Carazo me ofreció la jefatura de la Dirección de Urbanismo. “Hicimos muchas cosas muy buenas, sobre todo en los primeros años. Lo primero que yo propuse fue comprar terrenos para construir casas. Estaba pensando en una ciudad satélite. Viendo cómo estaba la situación del país, propuse que compráramos la finca ´La Verbena´, en Alajuelita, que es donde ahora están los Hatillos. “El primer proyecto grande fue precisamente el de los Hatillos. Desarrollé el plan maestro para todos los Hatillos. Compramos los cafetales que había ahí. Eran sólo tres propietarios. Entre los tres tenían más de trescientas manzanas. Estas compras se hicieron en medio de una absoluta honestidad. Fui criado para ser honesto0. Me siento humillado si recibo algo que no me he ganado “Los Hatillos se desarrollaron a lo largo de varios años. Hice personalmente el diseño de la primera etapa. Después colaboraron conmigo los ingenieros Rodolfo Silva; Leonardo Silva, que es ecuatoriano; Édgar Hoepker, y el guatemalteco Constantino Bernasconi, entre otros. Bernasconi tuvo que venirse de Guatemala cuando derrocaron a Arbenz. Era viceministro en ese gobierno. “Carazo hizo una gran labor en el INVU. Todos trabajamos con mucha mística. Por muchos años seguimos comprando terrenos muy baratos. Cabe anotar que una parte importante de los terrenos que se adquirieron a bajo precio, fueron adquiridos de esa manera por las erupciones del Volcán Irazú, se destruyeron los cafetales y los campos de ganadería, por lo que sus propietarios se vieron obligados a bajar los precios. “En pocos años, compramos terrenos grandes en todas las capitales de las provincias, y en todos los lugares que, sin ser cabecera de provincia, eran importantes, como Pérez 70
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Zeledón, Turrialba, Nicoya, Ciudad Quesada y Golfit o. En cambio, ahora el INVU casi no tiene terrenos, porque nunca volvieron a comprar. “Aparte de los Hatillos, hicimos proyectos muy grandes en Desamparados, en Goicoechea, en Tibás, en la zona sur de San José. Asimismo, en Heredia hicimos Villa Hermosa, y algunos otros proyectos. Otros importantes fueron el de Las Cañas de Alajuela y El Cocal en Puntarenas”. “Llegó un momento en que comenzó la decadencia. Los asuntos comenzaron a salir de la esfera de la planific ación. La burocracia se apoderó de nuestras oficinas. Junto a eso, nuestro país siempre es lento para hacer las cosas. Casi todos nuestros problemas se deben a la falta de planificación”.
La circunvalación “El otro asunto que era importante tenía que ver con el sistema vial. Alrededor de San José existían varias ciudades satélites, pero ninguna red que las uniera e integrara. “Sólo había radiales de San José a los cantones, pero ninguna carretera de circunvalación. Urgía un anillo periférico, para que la gente pudiera llegar a San José y movilizarse de una ciudad a la otra. “Cuando diseñé el plan maestro de Hatillo, desde el principio salvé la tierra de la carretera de circunvalación. “Rodrigo Carazo compartió mis ideas, sobre todo cuando nadie siquiera pensaba en la circunvalación. Uno de los problemas en este país es que no vemos al futuro. Por ejemplo, sin la circunvalación el tránsito de vehículos sería imposible. Aun más, ya hay que hacer otro sistema de circunvalación, sobre todo en el sector norte de Heredia. “También participé en un proyecto de Centro Cívico de San José, que contemplaba el Parque Central, la Plaza de la Artillería y la Asamblea Legislativa. “Me fui para Harvard en los años 60, a seguir mi formación y obtener la maestría en Planificación Urbana. Ya me había casado con Rocío Moreno. Para entonces teníamos tres hijos, posteriormente nació una hija. “Estuve en Harvard durante un año, continuando los estudios que había iniciado en Inglaterra. Estando allá pensaba en nuestra Gran Área Metropolitana. Aquí hay mucha gente y se necesita mucho esfuerzo para que salga adelante. Nada cae del cielo. Se requiere mucho trabajo.
Camilo Rodríguez Chaverri
71
“Desmotivado por el sistema tan engorroso y lento, salí del INVU y formé una empresa, Ingenieros de Centroamérica, Indeca Limitada, en sociedad con mi hermano José Pablo, quien también es ingeniero. “Iniciamos la empresa en 1972. Primero nos ocupábamos del diseño. Años después, decidimos trabajar en urbanizaciones privadas, comprar terrenos y hacer desarrollos urbanísticos. De la primera empresa nació una segunda. Para los fines urbanísticos, la empresa encargada se llamaba ´La Constancia´.
La Ley de Planificación Urbana “Otro aspecto importante fue la redacción de la Ley de Planific ación Urbana, que era indispensable para definir las reglas técnicas, legales y ambientales que protejan el desarrollo de las ciudades y pueblos que se construyan de acuerdo con las normas pertinentes. “A principios del año 1962 se integró un grupo de profesionales, en el que estábamos Arnoldo Jiménez, Rodolfo Silva y yo. Nos correspondía discutir la elaboración de una ley que permitiera el ordenado desarrollo del país. “Este trabajo estableció las normas urbanísticas que se deben cumplir para un adecuado crecimiento urbano y rural. Cumplida esta etapa, el Proyecto de Ley de Planificación Urbana se sometió al análisis de los ingenieros, arquitectos, abogados, ambientalistas, constructores y políticos. Finalmente, se presentó a la Asamblea Legislativa para su aprobación. En el año 1968, bajo la presidencia de José Joaquín Trejos, se convirtió en ley de la república. “Aparte de esto, desde 1955, el Departamento de Urbanismo del INVU propuso el diseño y construcción de un Centro Cívico Nacional con el fin de darle vida y armonía a la ciudad. Se diseñó en el área que va, rumbo al Este, desde el Parque Morazán hasta la antigua Aduana Central, y de ahí rumbo al Sur, hasta el Centro Judicial. Este diseño se completó con otras propuestas, que incluían el Parque Río Torres, la construcción de viviendas de interés social, desde el Parque González Víquez, rumbo al Oeste, hasta la Estación del Pacífic o. Asimismo, una zona donde el INVU propuso programas de renovación urbana y la construcción del Parque del Sur, la incorporación urbana de los cementerios y los terrenos municipales, y La Sabana, donde el Ministerio de Cultura estaba construyendo un parque metropolitano. 72
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“De todo lo que se propuso, únicamente se ha realizado la construcción del Centro Nacional de la Cultura, en la antigua fábrica de licores; el parque metropolitano de La Sabana y el Parque de la Paz”.
El poeta Pasamos ahora a entrevistar al poeta, pues Eduardo Jenkins es el gran defensor del soneto en una época en que la poesía anda libremente, por donde quiera. Mientras va a traer sus libros, le doy una vuelta a la casa con los ojos. En la sala hay una pintura de Paco Zúñiga y una pintura del escultor José Sancho, en su corta época de pintor. En otra de las paredes hay varias pinturas de Amighetti. No es de extrañar, pues vivía a menos de una cuadra de la casa del poeta. Ya con los libros en la mesa, hacemos un recorrido por su poesía. El primer libro fue “Riberas de la brisa”, que publicó en 1946. “Es un libro muy juvenil. Yo tenía 20 años y un corazón para amar, como dice el poema. Es poesía de amor. Este libro me lo revisó don Joaquín García Monge, porque en ese momento yo estaba muy cercano a él. Aún así, confieso que a esta obra le faltó trabajo”. En 1951 publica “Tierra Doliente” “Es un libro de dolor e incertidumbre, en el que abordo el tema de la tristeza y de la soledad. De alguna manera, el libro rescata la esperanza”. Su esposa me trae un álbum con recortes. Me pongo a buscar lo que tiene que ver con los libros. De “Tierra doliente” hay una mención en un artículo de Don Arturo Agüero. Él escribe sobre las publicaciones que Eduardo hacía en el Repertorio Americano, y también acerca de este libro. Dice su artículo, “halagüeña esperanza… En este ambiente sordo y anacrónico, tengo confianza en que no ha de ahogarse su voz inspirada, fina y entusiasta, en este valle sin eco donde se han apagado algunas voces prometedoras”. En 1957 publica “Otro sol de faenas”. “Ese libro apareció cuando me casé. Estaba en la fiesta de la boda cuando llegó Antidio Cabal con los primeros ejemplares. Apareció en la colección Oro y Barro, de ese gran poeta español que se vino a vivir a este país. “Este libro es la búsqueda de lo que es la vida. La construcción es distinta”, dice don Eduardo. Don Alberto Cañas escribe, en el prólogo, que un poeta más se exige cuanto más vive. Camilo Rodríguez Chaverri
73
“Sonetos a las virtudes” aparece en 1970. En el prólogo, Isaac Felipe Azofeifa sostiene: “Eduardo Jenkins no es un aprendiz, es ya un maestro de la poesía, desde hace veinticinco años viene escribiendo y realizando obra valiosa para nuestra literatura”. Es un libro de sonetos. Lo publicó la Editorial Costa Rica, y ganó el premio de poesía de ese año. “Yo siempre he trabajado con sonetos y a veces con verso libre. Los he publicado en los mismos libros. Es decir, sonetos y verso libre juntos. Pero en este caso tuve la idea de hablar de las virtudes, y quería que fueran sólo sonetos”, explica el poeta. “Después siguen tres libros, en que yo traté de hablar a la gente. El primero de estos tres, con el mismo tema, es “Soneto y Molde Libre para la Soledad y Esperanza”. Ambos temas los abarco desde esas dos formas de versificación. “En la administración del Presidente Luis Alberto Monge estuve en la función diplomática. Primero estuve año y medio en Suiza. Después me trasladaron a Israel a sustituir a doña Karen Olsen. “Este libro fue escrito e impreso cuando estaba de embajador en Israel. Fué publicado por el gobierno de Israel. Lo editó en español el Instituto Central de Relaciones Culturales con España, Portugal e Iberoamérica. Les gustó lo que escribí de Jerusalén. Fue en el año 85. Para la celebración de la Independencia del Estado de Israel leyeron uno de mis poemas en español y traducido al hebreo. Es un poema compuesto por cuatro sonetos. “¿Me permite leerle el poema?”, me dice don Eduardo, y es la primera vez en la entrevista en que, de los ojos, le sale un niño. Lee el poema, muy emocionado. El ritmo del verso se siente en el aire, como si construyera caminos y puentes invisibles, por los que transita la palabra. Después de leer, trata de explicarlo. “Mi poesía busca la sencillez. Ahora el poema es demasiado complicado. Lo mío es el soneto. Según Beto Cañas, soy el que más ha cultivado el soneto en Costa Rica. No sé si será cierto, pero siempre me gusta mucho”.
Naturaleza y justicia social Otro de sus libros es “La Tierra, el Agua, el Aire, los Desalientos y Resurrecciones” De nuevo, es don Alberto Cañas quien lo presenta: “este libro, de sabroso y complicado 74
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
título, confirma a Eduardo Jenkins en su envidiable madurez de poeta, que traduce la madurez del ser humano. La línea ascendente que comenzó con ´Otro sol de faenas´, hace más de cuarenta años, sigue vertical y ascendiendo”. Continúa don Beto: “Recuerdo los inicios juveniles del poeta en los días inolvidables del Centro para el Estudio de los Problemas nacionales. Evoco las palabras de su inolvidable tío Fabián:, ´Los Dobles estamos condenados a escribir”. Voy y vengo, pasando hojas del álbum que me ha traído a la mesa su esposa, doña Rocío. Releo lo que se ha escrito acerca de su obra. Digo en voz alta lo que han escrito sobre su obra Alberto Cañas e Isaac Felipe Azofeifa, con la esperanza de provocarle unas palabras. “La poesía no necesita explicaciones. Pero la naturaleza y la justicia social son los dos elementos en que creo fundamentales. Por ejemplo, en el libro ´Actas de Territorios y Habitantes´, al igual que en el libro ´La Tierra, el Agua, el Aire, los Desalientos y Resurrecciones´, estoy tratando de hacer actas, resúmenes de la vida. Es la tierra y es el hombre. Eso es lo que me interesa. Comienzo otra vez con los sonetos a las ciencias, a las artes, ya no sólo a las virtudes. A cada tema le dedico un soneto: a la retórica, a la música, a la filosofía, a Sor Juana Inés de la Cruz. “Aparte de la poesía, el único libro de narrativa, como le conté hace un rato, es ´Las Manos de Dios y otros cuentos´. Lo publiqué en 1979. Algunos cuentos me salen bien y otros no. Lo hice para explorar otros mundos. “Lo mío es la poesía, y entre todos los poetas, han sido cuatro o cinco los que, básicamente, me han inspirado. Uno de ellos es García Lorca, que es un poeta increíble, asesinado por la perversidad. El otro es Neruda. Ellos dos me han enseñado un mundo que me ha llevado a dedicar mi vida al poema. A mi juicio, han sido los dos más grandes. Aunque debo ser justo: hay un tercer poeta que me ha marcado mucho. Es el poeta de la España rural y campesina. Es Miguel Hernández. Y debo agregar también a los grandes poetas españoles Antonio Machado y Rafael Alberti”. Conocí al poeta gracias a los comentarios de Enrique Obregón y Alberto Cañas. Luego lo vi en una exposición de pintura, en la plaza Roosevelt, en San Pedro. Ahí, me saludó y se presentó en una carpa de un pintor venezolano. Su nombre me retumbó. De inmediato le dije que quería hacerle una entrevista sobre su obra.
Camilo Rodríguez Chaverri
75
Pasaron varios meses desde esa primera reunión. Pero, ahora, después de varias horas en su casa, salgo con la certeza de que he saldado una deuda conmigo, y también he cumplido una promesa con uno de los más importantes poetas vivos de Costa Rica, que ha hecho su trabajo calladito, sin hacer alarde, y que tiene una obra que quedará para la historia.
76
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Paco Urbina
Las leyendas sobreviven
Era rumor generalizado que don Chico Orlich no quería que Daniel Oduber fuera presidente y un día llamó a su ministro de gobernación, Paco Urbina, en presencia de Mario Quirós Sasso, su ministro de la presidencia, quien soñaba con ser presidente, pero todavía estaba muy joven. Don Chico le dijo a Urbina que no quería a Oduber, y que le parecía que quien debía aspirar era él, porque tenía más méritos. Pero Paco le contestó que no tenía aspiraciones presidenciales. Su lealtad con los amigos y la confianza que la gente de poder le tenía ya es leyenda. Don Paco fue diputado de Calderón Guardia en el 40, pero cuando el Presidente empezó a enfrentarse con su amigo León Cortés, decidió separarse de la fracción oficial. Luego fue diputado en el gobierno de Otilio Ulate, embajador de don Pepe y ministro de don Chico. Cuentan quienes lo conocieron que don León Cortés era un hombre correcto, serio, intachable, pero que tenía un carácter endemoniado. Su temperamento era capaz de enfrentarlo a cualquiera, o de provocarle una molestia al que estuviera cerca de él en un mal momento. Sin embargo, con Paco Urbina todo eso se acababa. La gente decía que a Paco sí lo quería de verdad y que con él tumbaba su temperamento. Y hay una leyenda más que dice que don Chico lo tenía como su gran consejero. Tanto que Daniel Oduber no lo quería, puesto que cada vez que le llegaba con una idea donde don Chico, el agricultor ramonense le decía que esperara para consultárselo a Paco. Ahora, ese amigo cercano de tantos políticos es un hombre de 93 años, que casi tiene que mostrar la cédula para que le crean, puesto que está tan bien que parece de 70, lo más de 75. Camilo Rodríguez Chaverri
77
Delgado y alto, todavía está esbelto, camina erguido y tiene una elegancia especial, que le viene de adentro. Todavía conduce su automóvil, y su esposa nos cuenta que los domingos van solos a comer mariscos en un restaurante de Santa Bárbara de Heredia. Tiene una memoria increíble. Recuerda nombres completos de amigos, nombres de sus esposas, sus hijos, sus padres. Parece una computadora ambulante. Tiene un nivel de precisión que impresiona. Don Paco nació en Alajuela, el día de San Francisco, el 4 de octubre de 1910. “Cuando uno llega a estas edades, cualquier cosa se lo lleva. Está uno en la línea de fuego”, confiesa Don Paco, pero de lo bien que está, ni él se lo cree. Nació en el año del terremoto de Cartago. Su papá, Cornelio Urbina Tamayo, era un cubano de padre gallego, y su mamá, Silvia González Herrera, era alajuelense. “Éramos hermanos de dos cosechas. De la primera cosecha tengo dos hermanos de padre, mientras que de padre y madre sólo uno, Enrique, médico, quien fue director del Hospital Calderón Guardia y del Hospital México”, cuenta don Paco. Creció en Alajuela, y estudió en la escuela que en ese tiempo se llamaba Escuela Número 1 de Varones, a la que luego la bautizaron como Escuela Bernardo Soto. Después estudió en el Instituto de Alajuela. Fue durante el tiempo de colegio que empezó su interés por la política. “Cuando yo estaba en la segunda enseñanza. Había en Alajuela una municipalidad muy confrontativa, discutían mucho los dos grupos, el grupo que iba con don Cleto González Víquez, encabezado por don León Cortés, y el grupo de don Carlos María Jiménez Ortiz, quien había sido el candidato contra don Cleto”.
Don León y Calderón Guardia “Yo asistía a las sesiones municipales, que eran muy encendidas, y me sentí atraído, siendo todavía menor de edad, por la figura de don León Cortés. Don León me hizo el favor de invitarme a su casa en muchas ocasiones, porque tenía un hijo que era compañero mío en el colegio, Otto Cortés, el papá de Julita Cortés, la cantante. Después, Otto y yo también fuimos compañeros en la Asamblea Legislativa. “Íbamos a estudiar a la casa de don León, y él me puso cariño. Era muy malencarado, muy bravo, pero de buenos sentimientos. Era amargado, seguro era una cuestión 78
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
hepática, pero también muy honrado. Ese fue el modelo para que yo pensara en la política. “Cuando estaba haciéndome bachiller, soñaba con ser diputado. Es que en esos años había políticos de mucha altura, Don Ricardo Jiménez, don Cleto González Víquez, don León Cortés... Yo decía: ´no llegaré tan alto como ellos, pero sí participaré´. “Entré en Derecho para que me sirviera de pedestal en la política, y me sirvió de mucho porque algunas veces me botaron de los puestos políticos y de algo había que vivir”, dice don Paco. Primero fue regidor en 1938, precisamente en las elecciones de medio período durante la administración de don León, cuando estaba recién graduado de abogado. “A los dos años, como era partidario de don León, y él era amigo del doctor Calderón Guardia, candidato a la Presidencia, me insinuó que debía ser calderonista. “Don León llamó a Calderón, y le dijo ´usted quiere ser presidente y en Alajuela no tiene partidarios´. Calderón le dijo que sí, y entonces don León le contestó, ´pues aquí tiene usted al hombre para que dirija al partido en Alajuela´. “Entonces, Calderón no hallaba qué hacer conmigo, y ahí mismo me ofreció la jefatura de acción del partido. Yo tenía sólo 27 ó 28 años. Calderón me preguntó que con quienes podíamos contar. Entre otros, le nombré don Chico Orlich en San Ramón, le dije que era muy amigo de él, porque los dos éramos muy cortesistas”.
Don Chico Orlich “Fui yo solo a conseguir la adhesión de don Chico. Como yo iba a encabezar la papeleta de Alajuela, debía buscar al segundo lugar, que tenía que ser de Grecia. Era un cantón muy grande, que abarcaba lo que ahora son los cantones de Valverde Vega, Guatuso, Los Chiles y Upala. El tercer lugar era para San Ramón, porque era el tercer cantón alajuelense en habitantes. Le dije a Chico que le ayudáramos al doctor, y que él nos recompensaba con las diputaciones. “Chico dijo que sí. Él era tres años mayor que yo, y había sido compañero en el Colegio Seminario de Paco Calderón, hermano del doctor, así como de Pepe Figueres. Cuando fui a buscarlo, Chico dividía su tiempo entre las fincas y un negocio comercial al frente del mercado de San Ramón. Tenía unos 32 años. Camilo Rodríguez Chaverri
79
“Empezamos a trabajar por Calderón, y ganamos muy fácil, porque el contrincante, don Ricardo Jiménez, estaba muy viejo, muy aperezado en la política, por lo que quedó Calderón de candidato único, de tal manera que cuando entramos al Congreso que se inauguró en 1940, éramos 39 diputados calderonistas y un diputado que no era calderonista, Manuel Mora”, recuerda don Paco. Además de Chico Orlich, Manuel Mora y Paco Urbina, entre los diputados estaban Ernesto Martén (el papá de Alberto Martén, quien luego fuera el compañero de don Pepe y don Chico en el 48), Bernardo Benavides (abuelo de Bernardo Benavides, quien fue diputado y viceministro hace poco), José Joaquín Peralta, de Cartago, quien fue Vicepresidente de Mario Echandi, y el Doctor Grillo, quien murió en un accidente de aviación. “Antes del año de gobierno, o al cumplir un año, nos separamos del Doctor Calderón un grupo de diez o doce diputados, porque el Doctor Calderón había emprendido una persecución contra León Cortés. “Por orden del presidente de la república ninguna recomendación de don León ni de alguno de sus amigos o parientes tenía alguna validez en el gobierno. Y comenzaron las destituciones de todas las personas que fueran cercanas a don León”.
Calderón versus Cortés Le pregunto a qué se debió ese cambio tan drástico por parte de Calderón Guardia. “Nunca he podido contestar esa pregunta. Lo único que puedo decirle al respecto es que don Otto Cortés, mi amigo y compañero, el hijo de don León, había sido electo presidente del congreso faltando 8 días para que llegara al poder el Doctor Calderón. A don Otto se le vencía el período al año, el 1 de mayo de 1941; había sido electo en el 38 y terminaba en el 42. “Calderón comenzó a llamar a los diputados amigos de don León y de don Otto, para pedirles que no votaran por un segundo período de don Otto. Él quería que el Presidente de la Asamblea Legislativa fuera Teodoro (Picado), quien entonces era diputado raso, sin puesto en el directorio. Teodoro era bastante culto y estudioso. Además de abogado, había sido profesor de historia en el Liceo de Costa Rica y director del Instituto de Alajuela. Había nacido en 1900, como Calderón.
80
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Me fui un día y le pedí una audiencia al presidente de la república. Me atreví a decirle que la persecución que él había iniciado contra don Otto Cortés, hijo de don León, le traería consecuencias políticas. Yo sabía que en realidad lo que quería era anular y detener a don León Cortés, que era electoralmente superior a él. Eso desvelaba a Calderón. Quería ser el hombre más popular del país, pero mientras don León viviera, no le sería posible. “Fui a hablar con él el 17 de abril de 1941. Le dije que se iba a echar de enemigo a don León, que era el hombre de más arrastre político en ese momento. Él me dijo lo siguiente: ´a mí no me importa eso, estoy resuelto a acabar con don León Cortés y con su popularidad´. Así no más. Y me dijo más: ´si querés, vos que sos amigo de don León, andá decíle que yo haré todo lo humanamente posible, aunque tenga que salirme de la ley, para evitar una segunda presidencia de él. Te autorizo para que por tu medio lo sepa él´. “Yo salí de la Casa Presidencial, me fui inmediatamente a la casa de don León Cortés, y le conté los detalles de mi entrevista y la resolución del Doctor Calderón. Don León me respondió que me devolviera y le dijera al Doctor Calderón que si él pretendía atajarle el camino hacia una segunda presidencia tendría que ensuciar mucho su nombre y hacer mucho fraude y mucha presión, y que eso lo llevaría a no ser él (Calderón) Presidente de Costa Rica por segunda vez. “León Cortés era muy buen administrador. Se había ganado un enorme prestigio por su honradez, sus puentes, sus caminos, por todo lo que se construyó durante su gobierno”. “Se cumplieron proféticamente esas dos conversaciones que tuve con el Doctor Calderón y Don León Cortés en el término de horas, en las cuales el doctor Calderón me dijo que don León no sería por segunda vez Presidente de Costa Rica y don León me dijo que le dijera al doctor Calderón que él tampoco sería Presidente de Costa Rica por segunda vez”.
Enemigo de Calderón Guardia “El 17 de abril de 1941 me convierto en enemigo de Calderón Guardia por el resto de la vida, hasta que él falleció”, dice, como sosteniendo cada palabra, para que pesen más. Después de la conversación entre el Doctor Calderón y don Paco, se van del partido junto a don Paco, Chico Orlich; Otto Cortés; José María Ramírez, de Naranjo; el licenciado
Camilo Rodríguez Chaverri
81
Juan de Dios Umaña Durán; Víctor Trejos Trejos, diputado por Heredia, y algunos otros más. “En el 42, se nos juntaron Fernando Lara Bustamante y Eladio Trejos. En total, éramos doce. El país ya vivía convulsión. En ese momento, una adhesión muy buena para el partido cortesista fue la de un campesino de la Zona Sur de San José llamado José Figueres Ferrer, quien se inició con un discurso por radio que le valió la expulsión del país al día siguiente a las 5 de la mañana. “Lo conocí en ese momento, cuando le dio la adhesión a don León. Me lo presentó Chico. Don Pepe era un hombre al que se le notaba que era muy estudioso y muy trabajador. Era muy sencillo en todos sus modales, con ciertos ribetes campesinos, de estar metido en las fincas agrícolas por mucho tiempo. “Pero no hemos terminado con Calderón Guardia. En el preciso momento que inicia su persecución contra don León Cortés, comienza a decaer Calderón en popularidad. A la par de la enemistad con don León hubo algunos otros desaciertos que había tenido como gobernante, algunos actos de corrupción que se comenzaron a poner en evidencia, como ciertos negocios sucios en la administración, hechos por sus amigos y parientes cercanos. “Fue entonces que el Doctor pensó en las Garantías Sociales. Cuando las elecciones de medio período se dio cuenta de que ya era minoritario en el electorado. En el 42 sólo presentamos papeletas cortesistas en Alajuela y en San José. La de San José fue encabezada por Eladio Trejos y Fernando Lara Bustamante, y la de Alajuela fue encabezada por don Otto Cortés. Ya en los mercados y en todos los sitios públicos se notaba mucho descontento con la administración Calderón”.
Rescate de la popularidad “Calderón inventó la política social con fines electorales. Era una política populista. Para eso se alió con Manuel Mora, jefe del Partido Comunista. Posiblemente para justificar Manuel Mora su adhesión al doctor Calderón Guardia, debe haberle exigido, como se dijo repetidas veces, la emisión de las leyes sociales. Monseñor Sanabria también, creo yo que entró en esa combinación porque la iglesia tiene una doctrina social que no existía en Costa Rica, y que él, como
82
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
jefe de la Iglesia Católica, creyó su deber practicarla, mejor dicho, iniciarla en el país. “Nosotros decíamos desde la Asamblea Legislativa que era una barbaridad que el doctor se volviera comunista. Ser comunista era un espantapájaros para las clases conservadoras, especialmente debido a que el derecho de propiedad estaba en peligro. Manuel Mora cada día tenía más influencia en el gobierno del Doctor Calderón, y, como todos los comunistas, había dicho que la propiedad privada era un robo”. “Hay algo muy raro. Resulta que los cortesistas recurrimos al consejo de don León Cortés, y don León nos dijo que la legislación social era un salto muy grande a juzgar por la forma en que la presentaban el doctor Calderón, Manuel Mora y Monseñor Sanabria la presentaban. Nos dijo que nos aconsejaba no combatirla, aunque se había hecho con fines electorales, para atraer el voto de los asalariados, que son los más, y que si nosotros nos oponíamos, le hacíamos un gran daño a él, y en general a la causa cortesista. “Don León nos dijo que debíamos votarla afirmativamente, sin hacer mayores manifestaciones de aprobación. Fue así como votamos a favor de las Garantías Sociales, el Seguro Social y el Código de Trabajo. Dejamos claro que estábamos a favor de esas leyes, pero no en la forma tan radical como estaba el partido ya llamado caldero-comunista”.
“Nos robaron el triunfo” “Cuando se van acercando las elecciones del 44, la primera voz de alerta de que habría más de una cosa irregular fue que el doctor Calderón nos dejó sin representación en las juntas receptoras de votos de la mayoría de las provincias. “Eso ya era un anuncio de que iba a haber fraude, como efectivamente lo hubo. El día de las elecciones, al cerrar la votación, sólo se quedaban en el recinto electoral los partidarios de Calderón y del Partido Vanguardia Popular, que era el mismo partido comunista pero se había cambiado el nombre, porque el arzobispo dijo que él le echaba la bendición a esa unión sólo si dejaba de llamarse Partido Comunista. “En casi todos los centros de votación tenía mayoría don León Cortés, como lo dijeron muchos, pero los miembros de las juntas receptoras de votos tenían orden de cambiarlas, de destruir las de don León, y reponer las destruidas con las que
Camilo Rodríguez Chaverri
83
estaban entre el sobrante, porque siempre había estampillas sobrantes. Todos esos votos irregulares eran para Teodoro. “El periodista Enrique Benavides, que formaba parte de las juntas, lo contó. En ese tiempo él era comunista. Y muchos otros contaron que habían votado hasta siete veces. “Ya para cuando perdimos los cortesistas, el Doctor Calderón y Manuel Mora habían preparado todo muy bien. Primero que todo, hay que tomar en cuenta que Costa Rica le había declarado la guerra a Japón, Alemania e Italia, por la Segunda Guerra Mundial. Por petición del Doctor Calderón Guardia, votamos a favor de la declaratoria de guerra todos los partidarios de don León, porque, de lo contrario, nos iban a poner el mote de nazistas. “Así que, con nuestro apoyo, declararon la guerra y suspendieron las garantías individuales de la Constitución de 1870. Votamos lo de la guerra al día siguiente de Pearl Harbor, el 8 de diciembre de 1942. Al declarar la suspensión de las garantías individuales, nos cerraron las puertas de todo. “Y tras de todo, a los cortesistas nos impusieron injustamente el mote de nazis para congraciarse con los Estados Unidos, justificar los atropellos y perseguirnos. Incluso, cuando echaron a Pepe Figueres, el diputado José Albertazzi Avendaño pronunció un discurso diciendo que lo echaban por nazi. Ahí están las actas en el Congreso, para el que no me quiera creer. Albertazzi llevaba la voz cantante del oficialismo en el Congreso presidido por Teodoro Picado. “A Don León le arrebataron el triunfo en el año 44. Ganó, pero le hicieron un fraude tan grande, tan grande, que cambiaron los resultados. Luego, Calderón intentó volver en el 48, pero perdió contra Otilio Ulate, y en el 62, lo volvió a intentar contra Chico. En las dos ocasiones fue el rival de dos grandes amigos míos”.
Teodoro Picado “La derrota de don León lo dañó tremendamente. Fue un golpe moral para él, porque tuvo los votos necesarios para ganar la presidencia. Tenemos muy claro que fue el fraude más grande de nuestra historia. “Cuando perdimos, aquí hubo campos de concentración. Por ejemplo, en uno de ellos estuvo Frank Marshall. Recuerdo que también encerraron a un amigo mío, un muchacho Solano de Alajuela. No había Hábeas Corpus ni nada.
84
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Como se suprimieron esas garantías por la declaratoria de guerra, se podía violar la correspondencia, atropellarle la propiedad a cualquiera, incluso a uno lo podían expulsar del país, igual que como habían hecho con Pepe Figueres, con sólo ponerle el mote de nazis. “El 4 de julio del 43, como Roosevelt estaba hecho una trenza con Stalin para pelear contra Hitler, los comunistas hicieron una manifestación para apoyar la democracia, pero en realidad era para apoyar los saqueos. “Yo me fui a abrir oficina en Alajuela. Era un ciudadano de la llanura, no tenía inmunidad, no me quedaba más que ir a buscar cómo ganarme la vida. Para ese entonces, el gobierno de Teodoro Picado se inició con el conocimiento unánime de que era producto de un fraude. Eso lo sabían hasta los calderonistas. “Al iniciar el gobierno, Teodoro intenta liberarse un poco de los calderonistas, pero muy pronto le hacen ver que pueden destituirlo en cualquier momento por un Golpe de Estado, pues todos los militares de Picado eran los mismos militares de Calderón, y eran fieles al Doctor. Teodoro Picado no podía cambiarlos. Además, le habían impuesto como primer designado a Francisco ´Paco´Calderón, quien iba a ejercer la presidencia en el momento en que Picado diera alguna muestra de rebelión. “Teodoro fue menos fuerte y menos arbitrario que Calderón. Seguramente se debió a su formación jurídica. Incluso una de las primeras cosas que hizo como Presidente fue favorecer que Pepe regresara del exilio. “Los tiempos fueron cambiando. Picado entró en el 44 y la guerra mundial terminó en el 45. Ya había muerto Roosevelt. Truman terminó la guerra, e inmediatamente comenzó la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Volvió la constitucionalidad al país y nos sentíamos un poco defendidos”.
Reforma obligada “Hasta las elecciones de medio período, en el 46, fuimos partidarios de don León. Las elecciones fueron en febrero, y don León murió el 2 de marzo. La oposición ganó esas elecciones del 46. Ganaron entre Don León, Don Otilio y Don Pepe. Fue una elección limpia”. El final de su argumento me permite preguntarle acerca de la reforma electoral, pues Don Fernando Soto Harrison, ex Camilo Rodríguez Chaverri
85
ministro de Calderón Guardia y de Teodoro Picado, asegura que el padre de la reforma electoral fue don Teodoro. “Soto Harrison tiene razón en parte. La verdad es que la Oposición forzó a Picado a hacer un nuevo Código Electoral. No fue que Picado lo hizo espontáneamente. Fue la presión de la gente, porque nadie quería que se repitiera ese gigantesco fraude del 44. “También hay que recordar que fueron los comunistas en el Congreso, principalmente las cabezas, que eran Manuel Mora, Calufa (Carlos Luis Fallas), Jaime Cerdas y Luis Carballo, fueron ellos quienes llevaron la voz cantante cuando la nulidad de las elecciones de Otilio Ulate”, dice don Paco Urbina. “Con excepción de Figueres y de Chico, que eran mayores, fui contemporáneo de casi todos los del Centro de Estudio de los Problemas Nacionales y el Partido Socialdemócrata. El otro que es mayor que yo es Beto Martén, pero fuimos compañeros los 5 años de la Escuela de Derecho. “Beto es la otra mente brillante de la época, a la par de Pepe. Yo fui amigo cercano de ellos dos y de Chico. Beto era sobresaliente. En Alberto Martén se juntan dos cosas, era inteligente y estudioso. De esa época, no quedamos más que Beto y yo. Incluso somos los únicos que quedan de todos los compañeros de Derecho”, confiesa.
Don Otilio de Alajuela “Don Otilio Ulate siempre aspiró a ser Presidente de Costa Rica”, dice don Paco de un pronto a otro, y sus palabras retumban. “Era un periodista muy despierto y muy honrado. Otilio era un gran escritor y un gran orador. Además, se había metido a productor de la tierra. Tenía la finca ´La Vieja´, en San Carlos. “Tengo una anécdota con él que tiene que ver con sus aspiraciones presidenciales y nuestra amistad. Me fui para La Habana a pasar la luna de miel. También iba otra pareja de Alajuela, de otro abogado casado con otra maestra, porque mi esposa es maestra. Era el año 45. Estábamos sentados por ahí cuando escuchamos un ´Viva Alajuela´. Volvimos a ver y era Otilio. Después dijeron ´Viva Otilio´, y yo no contesté. Me preguntaron por qué no había contestado y les dije que era cortesista. Otilio replicó que le parecía bien mi actitud y que
86
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
mientras León Cortés estuviera vivo, él no sería candidato, pero apenas muriera, sí se iba a postular”, recuerda. Le pregunto por los hechos del 48. “Por supuesto que quise participar, pero llegué tarde, y me dejaron botado. Un grupo se juntaba en San Ramón, entre ellos los hermanos Gilberto, Chevico y Lelo Rodríguez, que eran ganaderos y empresarios. Cuando llegué, anduve perdido, y no pude dar con ellos, porque ya Chico (Orlich) se había ido con todos. Me tuve que devolver a San Pedro de Poás y me metí en la finca de don Andrés Phillips. “En el 48 me pasó algo doloroso. Después de la revolución, repartí mi corazón, mitad Pepe, mitad Otilio, y como reacción, Otilio me vetó para diputado, me excluyó de la lista. Entonces se vino Gilberto Rodríguez, uno de los tres hermanos ganaderos y empresarios que acabo de contar que se juntaron con Chico en San Ramón para la confrontación armada, y que era un gran ulatista, y él mismo me dijo que contara con los votos de toda su familia, que inscribiera una papeleta independiente y que él me aseguraba que iba a salir electo diputado. “Lancé una papeleta independiente, y recuerdo que Gilberto Rodríguez estuvo conmigo el día de las elecciones hasta las 12 de la noche. Así que la segunda vez que fui diputado era lo que llaman diputado independiente. “Unos años después, siendo diputado me dijeron que me hiciera cargo de la jefatura de Liberación en Alajuela para las elecciones del 53. El jefe tenía derecho a ser el candidato a diputado, pero no podía ser yo porque en ese momento era diputado, y no me podía reelegir. Pepe y Chico me llegaron a ver, y Chico propuso que pusiera a Dolly (Ortega), mi esposa, de candidata a diputada. Yo le dije que era muy feo, que mejor no. Dolly siempre dice que el gran enemigo político de ella fui yo, su propio esposo, porque Pepe y Chico quisieron que fuera ella, pero yo me opuse. “Les dije que pusieran a Estela Quesada, y a la postre fue una de las tres primeras diputadas de nuestra historia. Ella era muy buena dirigente comunal y fue muy buena partidaria mía. Estaba muy agradecido con ella y sabía que era una mujer muy capaz. “Recuerdo que el gobierno de Otilio fue muy bueno. Yo siempre votaba con los de Otilio, y a cada rato estaba en la Casa Presidencial. No era necesario que me pidiera perdón por sacarme de la lista de diputados. Él también lo vio así, porque nunca me ofreció disculpas”. Camilo Rodríguez Chaverri
87
Otilio contra Otilio “El que se paseó en Otilio Ulate fue Otilio Ulate. Es una figura brillante de nuestra historia, pero se paseó en todo porque se unió con Calderón contra Liberación. Eso el electorado nunca se lo perdonó. A la salida de Chico, Otilio promueve una unión entre él y Calderón, para atajar a Daniel (Oduber), que era el candidato del 66. Fue cuando pusieron de candidato a Trejos. “Otilio le tenía odio a Pepe (Figueres). Él creía que Pepe tenía que ser su partidario y obedecerle, pero la verdad es que Pepe tenía condiciones superiores tanto para estudiar y para la acción. Yo sé que Pepe hubiera querido gobernar con Otilio y trabajar juntos, pero Otilio nunca quiso. “Vea este caso que le voy a contar como ejemplo. Una vez me cobró una tontería. Yo estaba en Alajuela, pasada la revolución, e inventaron darle una medalla a los poaseños de la Revolución, entre ellos a los hermanos Chevico Lelo y Gilberto Rodríguez, de los que hablé, y a un hombre al que le decían Beto Jocotes (Alberto Rodríguez).. “Pasó Pepe con Otto Cortés, me monté al carro con ellos y nos fuimos para Poás. Un cuarto de hora después pasó Otilio por mi casa, porque también iba para Poás. Mi mujer le dijo que ya me había ido con Pepe. Se puso furioso. Allá en Poás andaba bravísimo conmigo sólo porque me había ido con Pepe. “En el 48 Pepe se convirtió en el gran líder, y Otilio debía aceptarlo. Hay que recordar que él no era una persona para pelear. En lugar de acompañar a Pepe en el 48, se le metió al arzobispo en la casa cural. Con su actitud en el 48, Otilio perdió mucho. Es que para decir las cosas como son hay que admitir que Pepe infundía miedo. La revolución costó 2 mil muertos, y de las filas de Ulate murieron muy pocos. La mayoría de los fallecidos eran del calderonismo y de los comunistas. A eso se juntó que fueron Calderón y Picado los que salieron huyendo. Hasta Manuel Mora se fue y estuvo fuera del país como un año”.
Embajador y banquero “Cuando entró Don Pepe me fui para España de embajador, y estuve allá durante los cuatro años y medio de su gobierno. Duró medio año más, porque ese medio año andaba dando
88
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
vuelta, pues la Junta Fundadora de la Segunda República iba a durar dos años y al final duró año y medio. “Me tocó vivir en la España franquista. Ya Franco se había consolidado mucho. Me amisté con algunos republicanos, como el doctor Marañón, el rector de la Universidad de Madrid. Estando allá murió Ortega y Gasset”, comenta don Paco. Luego, durante el gobierno de don Mario Echandi, fue abogado del Banco de Costa Rica, y en la administración de don Chico fue Procurador General de la República por seis meses y ministro de Gobernación hasta el final del gobierno. Durante el gobierno de Trejos fue directivo del Banco Nacional, y llegó a vicepresidente de la junta directiva. Y en el 70, cuando volvió don Pepe, lo designaron directivo en el Banco de Costa Rica y fue presidente de la junta directiva. “Chico murió en octubre del 69, seis meses antes de que volviera Pepe. Chico era como un hermano de Pepe, y Pepe le reconocía su inteligencia natural, su lealtad y su buena fe. Chico se moría con Pepe, a la par de él. Era más correcto y más cuerdo que Pepe. A Pepe, aparte de ser tan visionario, tan estudioso y tan valiente, le patinaba el coco. Si Pepe no fuera ese hombre al que le patinaba el coco, no hubiera hecho la revolución. Oponerse al gobierno, y tomar Limón y San Isidro de El General, es lo mismo que hubiera hecho un Don Quijote. Mucha gente decía que Pepe estaba loco. “A pesar de que mucha gente estaba peleando al lado de él, tengo claro que la mayoría no creía que esa revolución pudiera triunfar. Todo el país supo que iba a ganar hasta que una noche salió de La Lucha y a las 5 de la mañana tomó Cartago y mandó los aviones a tomar Limón. Antes de eso, nadie hubiera apostado ni un cinco. “En el 70, don Pepe había modificado mucho sus impulsos. Es el mismo Pepe pero menos impulsivo”; dice don Paco. “¿Menos impulsivo?”, digo, extrañado por su afirmación. “¿Y entonces, que fue lo que pasó con Vesco?”, le pregunto. Asiente don Paco con la cabeza. “Vesco fue un pecado de su gobierno, un pecado que tuvo Pepe Figueres. Lo mismo tenía sus ramalazos y sus carajadas. “No fue el primero que salía con sus locuras. Aquí hubo un político al que se le cruzaban los alambres, el General Jorge Volio. Era brillante, pero era medio loco. Era cura y resultó una maravilla para pelear con armas. Vino de Nicaragua hecho general. Tenía unas ocurrencias que yo no he visto nada igual. Odiaba a Julio Acosta. Juntos habían hecho la Camilo Rodríguez Chaverri
89
revolución del Sapoá, en 1919, y cuando volvieron, ya no se querían. “Julio Acosta y yo fuimos compañeros siendo diputados en el 40. Acosta era un autodidacta, era un hombre muy ponderado y muy inteligente. Se hizo muy calderonista y a pesar de que yo era anticalderonista, nunca peleamos. Yo lo respetaba mucho. “La cuestión es que Jorge Volio hablaba tan mal de Julio Acosta, que ya en las postrimerías de su administración, la prensa le preguntaba a los políticos que les había parecido la administración de Acosta, de 1920 a 1924, y Volio contestaba que la administración le parecía admirable, pues la enseñanza que había dejado es que este país puede vivir sin presidente. “A la salida de Julio Acosta, el país se dividió en tres bandos políticos, el de Ricardo Jiménez, el de Alberto Echandi y el de Jorge Volio. Quedó de diputado y, después de un arreglo con don Don Ricardo, también quedó de Tercer Designado para la Presidencia. En eso se ´escochifló´. Se fue para Liberia, e hizo tantas locuras que Don Ricardo lo mandó a un manicomio en Bélgica. Allá, de pronto se volvió lúcido, le pidió una audiencia al jefe del manicomio y le dijo, ´mire, sáqueme de aquí, estoy bueno, estoy lúcido´. El director del hospital le hizo algunas preguntas y Volio le salió al paso. ´Mire, además usted está cometiendo un delito, porque yo soy un sacerdote católico, un general de brigada, un diputado de Costa Rica, un designado de la Presidencia y el candidato del Partido Reformista´. El director del manicomio se volvió hacia donde unos asistentes y les dijo ´métanlo rápido, porque este hombre está loquísimo´”. Don Paco se muere de la risa del cuento. De pronto es un adolescente de nuevo.
¿Oduber? Sin comentarios... “Después vino el tiempo de Daniel (Oduber). Daniel me tenía visto y no me quería. Todo era sólo porque Chico era muy amigo mío, y Daniel siempre creyó que porque Chico no había estudiado, se lo podía rodar. Cuando Daniel le proponía cualquier cosa, Chico le decía que le diera un tiempo para contestarle. Después llegaba a preguntarme, y se iba a decirle a Daniel que sí o que no ´porque Paco dice tal cosa o tal otra´. “La verdad es que yo también tenía visto a Daniel, quien era diez años menor que yo. En el 40, cuando yo era diputado 90
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
y pronunciaba discursos contra Calderón Guardia, Daniel era un chiquillo y llegaba a aplaudirnos en la barra”. En eso se levanta don Paco y trae una botella de pisco y otra de jugo de limón. Se le nota que quiere cambiar de tema. Le pregunto qué le parece la figura histórica de Daniel Oduber. Primero guarda silencio, y luego empieza despacito, como quien sabe que no tiene otra salida. “No quisiera hablar de Daniel Oduber porque es uno de los ex presidentes del partido al que he pertenecido desde su fundación hasta hoy, cuando está en uno de los momentos más difíciles de su historia. A Daniel mejor lo dejamos así, sin mis comentarios”. ¿Qué piensa acerca del difícil momento que vive su partido? “Hay algunos que dicen que estamos viviendo los últimos días de Liberación, que el partido está a punto de desintegrarse. No estoy de acuerdo”. ¿Puede salvar Óscar Arias a Liberación Nacional? “De Óscar Arias pienso muy bien. Fue un buen presidente. Es honrado, capacitado, ponderado. Merece ser presidente de Costa Rica. Ha tenido el problema de que unos cuantos quieren hacer un congreso vinculante. Eso quiere decir que lo que ahí se acuerde tienen que obedecerlo Arias y quienes con él gobiernen. Eso es imponerle una camisa de fuerza. “Una de las desgracias que ha tenido el país es que el Poder Ejecutivo y el presidente han ido perdiendo la autoridad, por culpa de un reguero de leyes y de disposiciones. “El presidente es casi una figura decorativa, y tiene que ser la autoridad máxima. En el caso de Óscar, debemos hacerlo presidente y evitar que lo vayan limitando en su mandato”. Entonces le pido que hable de los otros líderes destacados de los últimos años. Dice que Ottón Solís “es un muchacho honorable, que ha dado muy buenas muestras, pero no tiene porvenir para la próxima elección. La ventaja es que está muy joven y puede esperar unas cuantas elecciones más”. Cuando le pregunto por José María Figueres se echa una risilla maliciosa. “Ahora sí que me la puso difícil. Creo que hizo un buen gobierno, no obstante que tuvo una situación difícil porque las fuerzas políticas no lo acompañaron siempre”. Luego, sin que le pregunte, recuerda a Luis Alberto Monge: “es un modelo de esfuerzo, un modelo de capacidad y un modelo de honestidad. A Luis Alberto hay que admirarle el esfuerzo que hizo para prepararse sin asistir a las aulas, en una forma autodidacta, porque llegó a adquirir los conocimiento necesarios para desempeñar la primera magistratura de su Camilo Rodríguez Chaverri
91
república. Fui su partidario y me siento muy satisfecho del apoyo que le di”.
Aterrizando... “Vivo muy tranquilo con mi mujercita. Yo digo la verdad, tampoco me la callo... Me he callado toda la vida la cuestión de Daniel Oduber. Para Chico (Orlich) y para mí, el defecto más grande de Daniel era que le gustaba mezclar los negocios y la política, y eso nosotros no lo aceptamos. De él no se ha dicho toda la verdad.”. ¿Qué piensa de don Abel Pacheco? “Primero, que es un hombre bueno. Segundo, para decir la verdad, que le falta un poco de capacidad para ser presidente, y la consecuencia es que no está haciendo un buen gobierno, no obstante su buena intención. “El país tiene muchos problemas, pero el principal problema es la falta de valores. Además, cuando uno hace el repaso de las personas que en el pasado ayudaron en la administración de este país, se aflige mucho porque en la actualidad les falta mucho a los que aspiran. Primero, no tienen las mismas condiciones morales; segundo, tampoco tienen las condiciones intelectuales”. Le pregunto por el ICE y lo que ha ocurrido con respecto a esa institución. “El ICE es el orgullo de los liberacionistas, pero como la legislación social y especialmente el Código de Trabajo fueron emitidos en unos momentos preelectorales, se le dio a los sindicatos excesivas garantías, y con el tiempo ellos han entendido que su principal fin es la defensa de sus propios intereses. Contra ese objetivo del sindicalismo, el Estado ya no tiene las armas suficientes para que la sociedad y el gobierno vivan en armonía y mirando el bien del país, puesto que ellos le dan preferencia al bienestar de sus asociados”, concluye don Paco, quien a los 93 años todavía conduce su vehículo, se conserva esbelto y elegante, y dice ser muy feliz, con su esposa Dolly, y sus tres hijos, Jorge, abogado; Manuel, odontólogo, y Silvia, médica. Nos lleva hasta la puerta, cuenta varios chistes y se ríe muchísimo. Su fuerza, su salud, su espíritu, su carácter, su memoria, todo en él permite que la leyenda sobreviva...
92
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Jorge Rossi
Decencia con pantalones
Es el primer político del que escuché hablar en la vida. Hace casi medio siglo, uno de mis abuelos simpatizó con su candidatura presidencial y le ayudó en Cervantes de Alvarado, Cartago, y mi otro abuelo, de San Rafael de Poás, Alajuela, fue directivo, junto a él, de la cooperativa Victoria, en los años 50. Siendo yo un escolar, escuché a los dos hablar de Jorge Rossi como un ejemplo de virtud, lealtad, transparencia y honradez. “Es tan correcto que no parece político”, decía uno de mis abuelos. Hace muchos años murieron los papás de mis papás, pero la imagen de Rossi que ellos me construyeron está fresca en mi memoria. El hombre que manejó la Hacienda del país en los años 50, con Don Pepe en la Presidencia de la República, y que se salió en el 57 de Liberación Nacional como protesta por un atropello dentro de su estructura, a la postre le quitó los votos a don Chico Orlich para que ganara don Mario Echandi en el 58. Luego fue Vicepresidente de Don Pepe en el 70, diputado de Óscar Arias en el 86 y miembro de la famosa primera comisión parlamentaria de investigación contra el narcotráfic o. Pero Rossi es mucho más que eso. Finquero desde que era un muchacho, tiene un gran ejemplo de desarrollo parcelario en lo que fue su finca El Sauce y parte de la finca Bonilla, ubicadas entre Turrialba y Siquirres. Pero sus fincas no sólo son famosas por el hecho de que haya convertido en propietarios a cientos de peones y vecinos, sino porque una de ellas cuenta con dos lagunas
Camilo Rodríguez Chaverri
93
bellísimas, que parecen dos grandes camanances en el rostro de la tierra. La laguna más grande mide 37 hectáreas y alcanza una profundidad de 30 metros, y la otra mide 8 hectáreas. El paisaje es paradisíaco. Cuando quiera, don Jorge podría desarrollar un proyecto turístico. Aunque primero nos reunimos en su casa, en Curridabat, concluimos esta entrevista en su finca, a una hora de Guápiles. Nos esperaba con caballos ensillados y la ilusión de que recorriéramos su finca. Nos llevó por sus plantaciones de varios miles de árboles y de flores, por los potreros donde cría una raza de ganado muy poco común (Red Poll, rojo mocho) y por los seis pueblos que se han formado en los alrededores gracias a su visión agraria.
De origen cartaginés Don Jorge Rossi nació en Cartago el 25 de enero de 1922, en el hogar de José Rossi Monge y Amalia Chavarría Flores. Su papá primero fue agricultor en esa región, y en los años 30 se fue hacia el Atlántico y trabajó en banano y en ganadería. Don Jorge confiesa que su padre era un ganadero de gran afición y conocimiento. “Crecí en Cartago. Hice la primaria en las dos escuelas tradicionales de la ciudad. En ese tiempo, la Escuela Ascensión Esquivel iba de primero a tercero, y la Escuela Jesús Jiménez de cuarto a sexto. Hice tres años en cada escuela, y estuve durante el primer año de secundaria en el Colegio San Luis Gonzaga. “Fernando Guzmán Mata, quien fuera vicepresidente de nuestro país en la administración de Daniel (Oduber) fue mi compañero de pupitre en esos tiempos. “Nosotros somos tres hermanos, yo soy el mayor. Mis hermanos se llaman Hernán y Álvaro. Hernán se ha dedicado más a la agricultura, es agrónomo, estudió en Estados Unidos y ahora vive en el Canadá. Es un granjero canadiense. Álvaro vive aquí, y ha tenido empresas de servicio en actividades navieras y de transportes. “Después de vivir la niñez en Cartago, nos vinimos para San José. Ya mi papá viajaba al Atlántico. Yo entré al Colegio Seminario y estuve ahí de segundo a cuarto año. En ningún colegio privado se daba bachillerato, por lo que uno tenía que
94
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
pasarse a un colegio público. Por eso, me pasé para el Liceo de Costa Rica. Ahí terminé la secundaria. 0“Fui compañero de Daniel Oduber en el Colegio Seminario, en el Liceo y en la Facultad de Derecho. Tengo muchos recuerdos. Primero fue una relación de hermanos, y después se me volvió una relación muy dolorosa. “Cuando murieron los papás de Daniel, él se fue a vivir a mi casa. Se relacionaba con nosotros como un cuarto hermano. Por eso, después fue muy lamentable todo lo que me hizo o me quiso hacer, que era el resultado de su excesiva ambición. “Daniel era ingenioso, travieso, pero muy buen estudiante. Sin mucho esfuerzo sacaba muy buenas notas. Era muy ocurrente y simpático. Yo, más bien, era tranquilo, un muchacho de familia. “Otros compañeros eran Jaime Alem; Gil Chaverri, el químico; Alejo Dobles, y Rafael París, quien luego fue diputado y gobernador de Puntarenas. “Mis padres me indujeron a que tomara un curso de mecanografía cuando estaba en tercer año de secundaria. Y cuando estaba en cuarto año entré a la Escuela de Comercio Manuel Aragón. Mientras terminaba el colegio, iba a la escuela de comercio por las noches, y me gradué de contador mercantil cuando estaba en los primeros años de estudios de Derecho. “En esa escuela me propusieron que me quedara, por lo que di el curso de Redacción Comercial durante unos cinco años. “Comencé en la Escuela de Derecho en 1939. La universidad fue creada en 1940, así que en el curso de nuestros estudios se transformó de escuela en la facultad.
Empunchado “Comencé a trabajar recién salido de bachiller, de 17 años, a principios del 39. Conseguí un trabajo en una agencia comercial de representación de casas extranjeras, de materiales de construcción. En ese año, al estallar la guerra, se cortó el comercio con Europa. Eso hizo que se intensific ara el movimiento con Estados Unidos. Durante mucho tiempo estuve estudiando por las mañanas en la Escuela de Derecho; por la tarde iba a la empresa, que se llamaba Fred Schumacher y compañía, y en la noche daba clases en la Escuela de Comercio.
Camilo Rodríguez Chaverri
95
“En 1944 me correspondió ser representante de la Facultad de Derecho en la Federación de Estudiantes de la UCR, y también fui presidente de la FEUCR. Por eso, asistía a las reuniones del Consejo Universitario. El secretario de la FEUCR era Mario Quirós Sasso, quien fuera Ministro de la Presidencia de Don Chico Orlich y de Obras Públicas de Don Pepe. “Fuimos los representantes de los estudiantes en el año 44. Fue un año de gran efervescencia política, sobre todo por culpa de las elecciones fraudulentas. Tuve una experiencia muy especial: en el curso de ese año vencieron los períodos de los primeros funcionarios de la universidad nombrados al constituirse la institución. El gobierno quiso que se reeligiera al rector, mientras que, como secretario, renunciaba Rogelio Sotela, quien era abogado y poeta, y el gobierno quiso que se postulara su Secretario de Educación. “Era muy buena gente, pero estaba apoyado por el gobierno, es decir, que iba con un plan político. Los dirigentes estudiantiles promovimos un movimiento de oposición a las candidaturas oficiales, y elegimos como rector a José Joaquín Jiménez Núñez, con la colaboración de un sector del profesorado. Tanto Mario Quirós como yo lo reconocíamos como un valor independiente”.
Al lado de Brenes Mesén “Devolviéndonos un poco, desde antes del año 40 me vinculé al Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales. Estuve desde el inicio, en el 38, cuando Roberto Brenes Mesén vino con la idea de integrar un grupo de jóvenes estudiantes y profesionales que discutieran los problemas nacionales desde un centro de estudio. Yo estuve desde el primer momento. No entré por simpatía con Brenes Mesén. No lo consideraba un gran ejemplo, sobre todo por identificación con mis padres, puesto que él colaboró con los Tinoco. Había sido Ministro de Educación en el gobierno de González Flores y luego siguió durante la dictadura. Por razones de formación política, aquello no podía agradarme, porque mi papá había sido asistente del General Chao, el mexicano, uno de los generales de Villa, y que no era un matón, era un profesor, igual que Felipe Ángeles. “Reconocía yo que don Roberto Brenes había vuelto, después de muchos años de haber vivido en Estados Unidos, con muy buenos criterios de cultura y de civismo.
96
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Entré al Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales por invitación de mis compañeros, Rodrigo Facio y Gonzalo Facio. En el Centro fui director de la revista Surco y presidente de la junta directiva. Y por el criterio político formado en el Centro, tomamos Mario Quirós y yo muy en serio nuestra representación estudiantil. “En la Facultad de Derecho estábamos Daniel (Oduber); Abel Robles; Fernando Monge Alfaro, hermano de Carlos Monge; Álvaro Cubillo, quien era diputado por Guanacaste; Emanuel Thompson; Arturo Moncada, Mario Herrera Barrantes y Guido Herrera. “Mientras tanto, en el Centro estábamos, entre los que comenzamos siendo estudiantes, Rodrigo Facio, Rodrigo Madrigal Nieto, Gonzalo Facio y yo; también había estudiantes de economía, como Rafael Alberto Zúñiga Tristán; entre los profesores jóvenes destacaban Carlos Monge Alfaro e Isaac Felipe Azofeifa, y entre los jóvenes profesionales, los licenciados Paúl Chaverri, Adrián Chaverri, Julio Ruiz Solórzano y Manuel Antonio Quesada Chacón. “En el centro promovimos mucho la formación de cooperativas. Estuvimos muy activos en la promoción de la Cooperativa Victoria. En los años 44 y 45, después de que me gradué, hice un viaje recién casado, en mi primer matrimonio, para estudiar el movimiento cooperativista en Canadá y Estados Unidos. Al regreso, colaboré con la Central Rerum Novarum. El gran organizador de la Rerum Novarum era el Padre Benjamín Núñez, por encargo de Monseñor Sanabria. Yo dirigía la sección de cooperativas y Luis Alberto Monge la sección de sindicatos. “Me ofrecieron la Cátedra de Cooperativas y Sindicatos, en la Escuela de Ciencias Económicas de la UCR. En el primer curso todos los alumnos eran mayores que yo. Recuerdo que ahí estaban Álvaro Castro Jenkins, Guillermo Masís Dibiasi, Rufino Gil Pacheco, Guillermo González Truque y José Rafael Echeverría Villafranca. “Di esos cursos hasta el año 53, cuando me nombraron Ministro de Hacienda, en el primer gobierno constitucional de Don Pepe. “Dentro de las actividades universitarias, fue muy importante el triunfo de Jiménez Núñez, en contra de la voluntad del gobierno, porque así se acentuó la autonomía universitaria. Los nombrados fueron el doctor Jiménez Núñez, Decano de Odontología, y Enrique Macaya como secretario. Don Enrique era Doctor en Filosofía y en Derecho, Camilo Rodríguez Chaverri
97
pero estaba dedicado a su negocio de venta de maquinaria agrícola. Se llamaba Ferretería Macaya. Eso quiere decir que, en ese momento, no había espacio en Costa Rica para las figuras académicas. “Los estudiantes propusimos como rector a Enrique Macaya, pero, según la ley, el rector tenía que estar incorporado a un colegio profesional, y él no estaba en ninguno”.
En todo “En esos años de la década de los 40, buena parte del tiempo estuve trabajando. En el año 42, adquirí la finca El Sauce. Yo tenía 20 años. La finca pertenecía a un alemán que era amigo de mi familia, y que fue enviado a un campo de concentración. Él nos ofreció la finca, porque la Junta de Custodia organizada por el gobierno iba a hacer posesión. La adquirí para compartirla con mis hermanos, que en ese momento estaban estudiando en Estados Unidos. “La finca está en Santa Teresita de Turrialba. El Sauce es de mil hectáreas. Poco después compramos esta otra finca, la de la laguna. Del año 42 en adelante me ocupé ya de esta actividad. En ese momento, todavía estaba terminando los estudios de Derecho y estaba muy metido en el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales. En el 44 se me juntó la responsabilidad de la representación estudiantil, así como la dirección del Diario de Costa Rica. “Ya te cuento cómo fue que nació eso. Hubo un fraude tremendo, pues, cuando los resultados electorales pasaban de las mesas a la Casa Presidencial, invirtieron los resultados. Aparte, impidieron que mucha gente votara, y la policía mató a Timoleón Morera en Alajuela y a otras cinco personas en Llano Grande de Cartago. “En protesta por el evidente fraude electoral, don Otilio cerró el Diario, y los del Centro nos atrevimos a pedirle que nos lo diera para reabrirlo. Para dirigirlo, el Centro nombró a tres miembros. Originalmente éramos Rodrigo Facio, Ottón Acosta y yo. “Recuerdo mucho a Rodrigo Facio. Era el hombre más sobresaliente de la generación nuestra, una persona de un gran equilibrio intelectual. Tenía una enorme vocación cívica y era muy recto. También tenía mucha capacidad. Fue una gran pérdida para el país. Él debió haber sido presidente. “Íbamos un día cada uno, por turno. Estuve como 3 meses. En la mañana estudiaba, en la tarde trabajaba, y daba clases 98
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
por la noche. Aparte, tenía lo de la FEURC y la finca en Santa Teresita. “En ese tiempo, mi hermano ya había regresado y era el encargado de la finca. En el año 44, en sociedad con Daniel Oduber, compramos esta finca, la finca Bonilla, donde están las lagunas. Eran otras mil hectáreas. “Originalmente compramos al crédito estas 2 mil hectáreas, pero ahora sólo tengo 300 hectáreas como resultado del parcelamiento”.
Mucha actividad política “Teníamos reuniones periódicas del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, y mucha actividad por la crisis política. Desde el Centro presionamos, junto a otros sectores, por la creación de un tribunal electoral. “Fue muy ardua la lucha por el establecimiento de la libertad electoral. El país nunca la había tenido completa, lo cual había permitido muchos fraudes. Parte de los movimientos de protesta fue la Huelga de los Brazos Caídos. Durante el tiempo que tuvimos El Diario de Costa Rica promovimos mucha actividad de protesta en contra de la actividad pública. “Durante mi viaje a Canadá y a Estados Unidos, del 44 al 45, que fue de ocho meses, aparte del estudio de cooperativas, me ofrecieron un trabajo en Washington. Se necesitaba alguien que tradujera noticias al español en una dependencia de la Conferencia Episcopal que mandaba noticias del mundo a América Latina. “A la vuelta, comencé las clases de la universidad, en la cátedra que te conté. A finales del 44 y durante el 45, poco a poco el Centro se convirtió en el Partido Social Demócrata, del cual no participé como dirigente”, dice don Jorge. En eso entra su esposa, doña Marie Bravo Rudín, con un paquete enorme de libros. Ella ha escrito seis novelas y dos libros de cocina. Saca los libros de una bolsa, le hace una señal de disculpa a su marido y se pone a hablar de su trabajo. Después de acceder con una sonrisa de satisfacción, don Jorge inicia a secundarla en la explicación de cada obra. Primero me regala ´Wend´, y don Jorge se apresura a comentar que es la vida de un policía de la Montada del Canadá. Luego, don Jorge saca de la bolsa de su esposa, el libro “Una mujer valiente”, y doña Marie confiesa que es la historia Camilo Rodríguez Chaverri
99
real de una mujer que ella conoce. Y sin malicia, me entrega “Cocinando con amor, libro de cocina para recién casados”. Celebro el libro con una carcajada. Le pido que me regale dos en lugar de uno, y asombrada me pregunta si me he casado dos veces. Ahora la risa es de todos. Don Jorge me explica que “Montefrío”, es la historia de la familia de su esposa, quien es nieta de don Juan Rudín, el suizo que trajo el gobierno para formar maestros, el maestro de maestros. “Por parte del papá, doña Marie es española. Su papá era andaluz”, dice don Jorge, y le brillan los ojos al hablar de su señora. “´La cuerda de un violín´ trata de la vida de una familia en un castillo donde asustan”, me dice don Jorge, con entusiasmo y con luz en la boca. Está convencido de que es un libro interesante. “Lo de los sustos está muy metido en la obra de mi esposa. En ´Wend´, por ejemplo, el policía se encontraba en la montaña algo que parecía un fantasma, pero después vio que era real, que era una muchacha, y se casó con ella”, explica. Doña Marie agrega que es una novela de amor. “Todas mis novelas están llenas de amor”, explica. Concertamos con la señora una entrevista para la radio, y don Jorge reacciona feliz, y le ofrece que él la lleva. “Yo he tenido mucho que ver con la publicación de las obras de mi esposa. Le he ayudado a revisar. En pocos años ha publicado un montón de obras”, dice, orgullosísimo.
Cerca del 48 “Poco antes de los ´Hechos del 48´, atendía las fincas y daba clases en la universidad. “Trabajé mucho en la preparación del ambiente de oposición a aquel gobierno. Teníamos muchas reuniones con grupos, y hacíamos publicaciones del Centro en los periódicos. “Todo nuestro grupo había apoyado a don León Cortés en el 44, y después de las elecciones para diputados del año 46, cuando ya se aproximó la crisis, entendimos que teníamos un compromiso de participación en la campaña de Otilio Ulate. “Hicimos un esfuerzo muy grande el padre Benjamín Núñez y yo para acercar a Monseñor Sanabria y a Don Otilio. Había un movimiento creciente de incomprensión. “Antes de hablar de las elecciones, devolvámonos un poco para explicar que el Partido Social Demócrata impulsaba a 100
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Don Pepe, quien tenía poco apoyo político en ese momento. Dentro de la Oposición al gobierno, había un movimiento de intelectuales y revolucionarios con Don Pepe, otro de capitalistas con don Fernando Castro Cervantes, y uno popular, de respaldo a Ulate. “Para unific ar a la Oposición primero hicimos una convención. En esa convención, los de Figueres apoyamos a Ulate para ganarle a Castro Cervantes. Luego, entendimos que todos teníamos que apoyar a Ulate en la campaña contra Calderón Guardia. “A Don Pepe yo lo conocí cuando estuve en la oficina de Alberto Martén. Es que don Alberto nos invitó a Eloy Morúa, a Virginia Martén y a mí a incorporarnos en su bufete. Estuve un tiempo, pero no me atrajo la práctica del Derecho. “Conocí a Don Pepe estando yo en el bufete. Era tan atractiva su personalidad, y llamaba tanto la atención por el éxito de sus empresas desde muy joven… En ese momento, don Pepe tenía unos 38 años. Después de su exilio lo traté más. “Vienen las elecciones y la crisis posterior. Se genera la tormenta con el fraude y con la muerte del doctor Valverde. En ese momento, no estuve organizando el movimiento, pero mi papá sí. “La asociación de banqueros quiso intervenir cuando ya se venía la guerra. Querían encontrar algo que pudiera evitar la confrontación armada pero que resolviera el problema político. Yo estaba en la asociación porque era miembro de la directiva del Banco Lyon, que era el único banco privado. “Inmediatamente después de la muerte del doctor Valverde, mis dos hermanos se vinieron a caballo desde las fincas de Turrialba. En medio de la actividad que yo tenía, mi empeño era sostener un poco la cosa mientras tratábamos de buscar una solución. “Pero Don Pepe estaba en los últimos preparativos para la guerra. Mi papá me dijo ´sus dos hermanos ya se fueron para La Lucha, vaya a darle una vuelta a las fincas para dejar las cosas organizadas´. Él ya se iba para Cartago, para cooperar en la movilización de gentes a La Lucha. “En ese tiempo, el recorrido hacia las fincas era en tren. Cuando venía de regreso, en el tren me enteré que había reventado la guerra. Al llegar a la estación de Túnel Camp, me encontré con un mensaje de mi papá, que me quedara en la finca hasta nuevo aviso, porque con seguridad me detendrían, pues, ya sabían que mis hermanos estaban en La Camilo Rodríguez Chaverri
101
Lucha. Había un control policial que no me iba a permitir llegar a San José. “El mensaje me lo mandó mi papá con mi señora, mi primera esposa, que en paz descanse, Virginia Umaña Volio. Yo me había casado de 22 años. Me mandaron el mensaje con ella, quien vino acompañada por su papá, el doctor Rubén Umaña. “Me fui con mi señora para la finca, y el doctor se regresó en el tren. Había mucho riesgo de captura. Había muchos presos en Cartago y en San José. El gobierno llenó las cárceles de gente de la Oposición. Y tras de todo, se descompuso un radio que era el único medio de comunicación que tenía en la finca”.
La toma de Limón “Estuvimos allá hasta que tuve conocimiento de la Toma de Limón. Gracias a una información que me dio un empleado del ferrocarril, supe que mi hermano Hernán estaba de comandante en Siquirres. Bajé a la estación de Peralta, me comuniqué por teléfono con Siquirres, y me dijeron que ya teníamos el dominio en Limón. “Tomé un motocar y me fui para Limón. Asumí la Secretaría de la Gobernación con don Alfonso Goicoechea, que fue el representante de Don Pepe en la Legión Caribe durante la toma de Limón. En ese momento ya estaban luchando en Cartago. “Al organizarse el gabinete, me nombraron director del Banco Nacional. En eso estuve hasta el año 53, que fue cuando Don Pepe me nombró ministro, durante su segunda administración, y la primera por la vía electoral. “Después del ofrecimiento de Don Pepe, le dije que no estaba seguro de que yo fuera la persona adecuada, y me dijo que sí, aunque admitió que personas que me conocían dijeron que mi experiencia era para un puesto administrativo. “Don Pepe me dijo que Daniel (Oduber) le dijo eso. Daniel lo que quería era que yo estuviera en el Consejo Nacional de Producción. Me duele decirlo, pero Daniel no quería que yo surgiera. Yo era Ministro de Hacienda y él era embajador itinerante en Europa, pero él hubiera preferido que me pusieran en el CNP y que yo no tuviera mayor incidencia en el gobierno. “Me dijeron mis papás que Daniel llegó a hablarles para que me convencieran de que no aceptara, porque no me 102
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
convenía. Les expliqué la propuesta de Don Pepe, y les dije que ya la había aceptado. “En el Ministerio de Hacienda hubo mucha actividad. Uno de los trabajos que me tocó llevar adelante fue la reforma del impuesto sobre la renta, para subir el impuesto máximo del 15 al 30 por ciento. También me correspondió una reforma de los contratos con la United Fruit Company. “Conseguimos que aceptaran pagar el 30 por ciento y que cedieran en una cantidad de privilegios de importación sin aranceles que tenían. Los pusimos al mismo nivel que los empresarios nacionales. “Lo del impuesto de la renta fue muy impopular, pero era necesario. Creamos el INVU, donde estuvo muy metido Rodrigo Carazo, quien era de los más jóvenes en el Centro de Estudio de los Problemas Nacionales. Por cierto que yo fui quien lo invitó a integrarse al Centro, al igual que invité a Fernando Volio Jiménez. “Del grupo derivado del Centro de Estudio que cooperó en la preparación de la campaña para Don Pepe, salió el proyecto del INVU, que aprobaron en el Congreso en el gobierno de Figueres. Rodrigo fue el primer gerente del INVU”.
La semilla del BID “Como Ministro de Hacienda tuve muchas realizaciones. Algo de lo más importante fue mi injerencia en una reunión del Consejo de la OEA con los Ministros de Economía y Hacienda, en Río de Janeiro, donde se tomó el primer acuerdo para crear al Banco Interamericano de Desarrollo, el BID. “La delegación nuestra fue decisiva. En la delegación llevé a Rodrigo Facio, que era rector de la UCR y vicepresidente del Banco Central; a Raúl Hess, quien después fue Ministro de Hacienda; a Rodrigo Soley, que era el asesor legal del Ministerio de Hacienda; a Rafael Alberto Zúñiga, gerente del Banco de Costa Rica; a Jorge Hazera, secretario de la embajada nuestra en Washington, y a Jorge Borbón Castro, quien era el presidente del Instituto del Café. Hasta Borbón era estratégico, aunque no tuviera nada que ver con el gobierno. “La participación que tuve ante la delegación de Estados Unidos fue decisiva. El Subsecretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Holland, tenía buena amistad conmigo. Había estado en Costa Rica. Encontramos eco en algunas delegaciones latinoamericanas. En Colombia estaba Carlos Lleras Restrepo, quien luego fue presidente del país. Era Camilo Rodríguez Chaverri
103
opositor al dictador Rojas Pinilla. Con el apoyo intelectual de Lleras y de Rodrigo Facio presionamos para la creación de una institución interamericana de crédito para el desarrollo. “Holland me llamó y me dijo que por qué estábamos insistiendo tanto con esa idea si ya existía el Export and Import Bank, mejor conocido como Exim Bank, que tenía la finalidad de ayudar a los proyectos de desarrollo. Le dije que en Costa Rica había un ferrocarril que era propiedad de una empresa inglesa, que estaba en una crisis muy seria porque la zona en la que trabajaba estaba muy afectada por la difícil situación bananera derivada de la guerra. Le expliqué que tenía locomotoras viejas de carbón y que le hizo una solicitud al Exim Bank para comprar cuatro locomotoras diesel eléctricas a la General Electric, una empresa norteamericana, pero que el Exim Bank dijo que no, porque no quería financiar empresas que tuvieran más de diez años de presentar problemas financieros. El banco negó el crédito sin preguntar las razones de su crisis y sin preguntar de qué manera se iba a servir la empresa de esa inversión para salir de la crisis. “En ese tiempo, yo era director del Banco Nacional y logré que con los escasos recursos que teníamos le financiáramos a la empresa inglesa la compra de ese equipo norteamericano. Le dije a Holland ¿usted cree que con esos criterios se puede fomentar el desarrollo?. “También le dije que LACSA estaba gestionando en el Exim Bank un crédito para comprar dos aviones nuevos y que no les habían resuelto nada. Me dijo ´déme dos días de tiempo´. A los dos días me volvió a llamar, me dijo que pusiéramos una moción para que el Consejo de la OEA estudiara la posible creación de un organismo de financiamiento interamericano. Me dijo ´póngase de acuerdo con Carrillo Flores´, el Ministro de Hacienda de México. También me anunció que nos acababan de aprobar el crédito de LACSA. Él lo consiguió desde Río de Janeiro. “Rodrigo Facio me preguntó qué hacíamos con Carlos Lleras Restrepo. Yo le dije ´convencélo vos´. Es que había que convencerlo para que se acordara emprender el estudio para crear la institución y no que de una sola vez se creara. “Nos apoyó Felipe Herrera, de la delegación chilena. A la larga, fue el primer presidente del BID. “El nacimiento del BID fue uno de los grandes logros de la administración Figueres, y casi nadie lo sabe, como tampoco
104
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
se conoce de la compra de los aviones por nuestra gestión con el señor Holland y el Exim Bank”.
Ministro a los 31 “Fui ministro de Hacienda a los 31 años de edad. No pude olvidar fácilmente lo que Daniel le dijo a don Pepe y a mis padres. Sin embargo, tengo una excelente relación con Marjorie, su esposa. Me encontré una fotografía del día en que murió Daniel. Horas antes, en San Ramón hubo un homenaje a Chico Orlich, y en esa actividad no lo dejaron hablar. En la foto de ese día estamos Daniel, Óscar Arias y yo en un ambiente muy amistoso. “Años después, en una reunión de los ex diputados de Óscar Arias, que nos reunimos un par de veces por año desde inicios de los 90, Óscar contó que estaban muy resentidos porque supuestamente él no había dejado que Daniel hablara en aquella ocasión, y aclaró que no era quien lo había impedido. “También me tocó el manejo de la crisis de la invasión del 55. Estuve al frente de las gestiones para adquirir los aviones de combate que nos ofreció el gobierno de Estados Unidos, al precio simbólico de un dólar cada uno, como consecuencia de que el Consejo General de la OEA aconsejó a los países afiliados que vendieran armas y aviones a Costa Rica por no tener ejército”. A esta altura de la conversación, andamos a caballo por la finca. Cambia de tema. Empieza a hablar de su ganado Red Poll, de sus caballos, de las lagunas. “Estas fincas me cambiaron la vida. Compramos la finca El Sauce en 1942 y la finca Bonilla en el año 44. Antes de ser del alemán que te conté, El Sauce fue de don Arturo Volio. Mi papá la conoció muy bien porque don Arturo andaba muy metido en política y papá le ayudaba con la finca. “Pero estas fincas no me han cambiado la visión de la vida por lo que nos han dado, sino por lo que hemos aprendido con ellas. En un momento difícil, parcelamos la finca El Sauce, con la idea de ayudar a resolver la situación financiera de un pariente. Empezamos a vender parcelas sobre todo a los peones, y después comenzamos a venderle a gente de otras partes. Vendimos parcelas de dos, tres o cinco hectáreas”.
Camilo Rodríguez Chaverri
105
Fundador de seis pueblos “Comenzamos en el año 65, y ahora hay seis pueblos, El Cas, El Llano, Bonilla, El Sauce, Palomo y El Oriente, hay cinco escuelas y una más en proceso, y hay más de mil habitantes, según el último censo. “Por ejemplo, este señor que nos ha acompañado por el recorrido a caballo y en carro, don Roberto Vega, es el mandador de mi finca y el presidente del Banco Comunal, que le brinda crédito a personas de estos seis pueblos. “En todos los pueblos hay un salón comunal, una iglesia, una delegación de la guardia rural y una plaza de futbol”, dice don Jorge, muy satisfecho; gracias a esta significativa experiencia, también tuvo la cátedra de Política Agraria en la Escuela de Agronomía de la UCR durante 20 años -Todos esos terrenos comunales los donó don Jorge, agrega don Roberto, mirando a su jefe con gratitud. “El Banco forma parte de la Fundación Integral Nacional Campesina, FINCA, y don Jorge puso el capital inicial con su empresa CORMAR”, agrega don Roberto. Nos subimos a un carro de don Jorge, y hacemos un recorrido por los pueblos. Él va saludando con la mano a toda la gente. Invariablemente, todos y todas se vuelven al paso del vehículo, levantan la mano y dicen “Adiós, don Jorge”. El primer pueblo al salir de la finca es Oriente. Viene un hombre a caballo. Don Jorge saca la cabeza por la ventana y le dice ´quiubo, ¿qué tal, Miranda?´. Lo saluda con suma familiaridad. Lo conoce de toda la vida. Nos va explicando todos los detalles. Nada se le escapa. Conoce de memoria los pueblos y la distribución de la tierra. Podría montar mapas a ojos cerrados. -Esta es la parcela de uno de los trabajadores más antiguos, dice don Jorge. “Toda la gente que vive en estos pueblos, o trabajaban en nuestras fincas o se vinieron a trabajar y aprovecharon la oportunidad de empezar en esta zona con su tierrita propia. Dábamos muchas facilidades de pago”, cuenta don Jorge, y la alegría se le siente en la voz, y se le ve en las manos y en los ojos. “Ahora estamos muy preocupados porque casi todos han tenido café y ese cultivo está muy mal en este momento. Estamos pensando cómo les ayudamos a cuidar el cultivo, y vamos a ver cómo les ayudamos también a diversific ar la producción. Queremos llevarlos a Puriscal, a ver si les puede 106
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
ir mejor sembrando frutas, como ha ocurrido con algunos agricultores de ese cantón. “El que tiene un negocio aparte puede sostener el café mientras se compone, pero el resto tuvo que abandonar los cultivos”, explica don Jorge.
Dueño de una ilusión Le pide a su chofer que se detenga en el inmueble del Banco Comunal. Mirando a su mandador dice, “Don Roberto Vega Rodríguez es el presidente. Don José Abel Salas Guillén está al frente de la atención en este local, recibe la solicitud, y la remite a la junta, que se encarga de estudiarla”. Don Roberto nos muestra el pequeño edificio, que es como un salón comunal con divisiones y bien cuidado. “El primer fondo lo aportó don Jorge, el BID también hizo un aporte, y otra fundación que también nos da recursos es FUNDEBASE”, comenta don Roberto. “Actualmente manejamos una cartera de más de 60 millones, y contamos con unos 200 socios. Los servicios se abren al cliente, pero todos son conocidos de aquí, de estos pueblos”, agrega. Don Jorge toma la palabra para explicar que a muchos se les ayudó a pagar sus parcelas. “Recuerdo muy bien que la primera junta rural fue en Atenas. Yo fui el día que celebramos la constitución de esa junta. Fue el inicio de esta modalidad de institución. “Durante muchos años ocupé puestos públicos y nunca quise traer mejoras a estas comunidades por haber nacido de una particular política agraria de mi familia. Siendo ministro, en la década de los 50, no apoyé alguna gestión para construir la carretera, ni en los 70 lo hice, cuando fui Vicepresidente de la República. Tuvieron que esperar hasta los años 80, cuando estuve en la Asamblea Legislativa porque entonces sí era diputado por la provincia y además, ya no tenía una propiedad extensa, sino que de ella habían surgido los seis pueblos”, confiesa. Está en eso don Jorge, precisamente cuando pasamos frente a la plaza del pueblo El Sauce. Está entrenando el equipo de futbol, que se llama ´José María Rossi´, al igual que su hijo. Al lado de la plaza, está la oficinita de la Guardia Rural, el comedor del CENCINAI y la Iglesia Católica. Don Jorge
Camilo Rodríguez Chaverri
107
le pide al chofer que detenga el vehículo y se baja con el anuncio de que me dará una sorpresa. Me bajo en carrera detrás de él, que va entrando a la iglesita. Adentro, después de ponerse de rodillas para saludar al Altísimo, empieza a buscar en todas las paredes, hasta que ve el objetivo de su visita. “Ajá”, dice feliz, y me hace una seña con la mano para que lo siga. En una de las esquinas del templo, como escondida, está una pintura de Jorge Gallardo. Se llama ´En el taller de José´. -Un día, hace muchos años, me encontré a Jorge Gallardo y le encargué la elaboración de una pintura para esta iglesia. Aquí está, bien cuidada. Esta pintura salió en una estampilla. Yo la tengo guardada por ahí. La conseguí con un amigo filaterista. Cuando volvemos al carro, don Roberto nos cuenta que de los seis pueblos el único que no tiene escuela es Oriente, pero que ya está en construcción y que la propuesta del pueblo es que se llame ´Centro Educativo Jorge Rossi´.
Viaje al inicio Al final del camino está la casa vieja de la finca El Sauce. Don Jorge afirma que la tuvo del año 42 al año 82, y que luego se la vendió al empresario Alfonso Robelo, quien, en ese entonces, era embajador de Nicaragua en Costa Rica. Le pido que vayamos a la casa. Me dice que ya no es de él. Le digo que le podemos pedir permiso al mandador de la finca El Sauce. Cuando está frente al portón, antes de abrirlo me dice que tenía 20 años de no venir, y que, al inicio, se tardaba hora y media a caballo desde Túnel Camp, que era el sitio donde los dejaba el tren. Camina por la casa reconociendo cada rincón, cada puerta, cada estancia. - Aquí arreglaron el piso, dice en la sala. Luego, pasa diez minutos dándole vueltas a la casa. Pasa ese tiempo en silencio. Ya de vuelta para la casa de Bonilla, donde nos espera el almuerzo, se detiene a saludar a un señor que viene a la vera del camino. Se llama Neftalí Villalobos, según nos informa. Le pregunta por su salud, pues padece de artrosis, y le explica, muy apenado, por qué no fue a la fiesta de su papá a pesar de que hizo todo lo posible por ir. 108
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Una vez que el carro sigue el camino, cuenta que en el año 69 se trajo al papá de don Neftalí a trabajar en la finca. Es el hermano de la muchacha que trabajaba en la casa de sus papás, y se lo trajo de Nicoya. - Ahora, no sólo el papá tiene su parcela, sino que cada uno de sus hijos también, y el mayor de ellos es gerente de la División de Aduanas de Cormar. Por todo lado hay rótulos de seguridad comunitaria, pero don Jorge comenta que aún así es necesario otro policía y que se lo va a pedir al Ministerio de Seguridad. Cuando termina su explicación, don Roberto le dice que hace tres días murió Florindo Quirós. Don Jorge lo lamenta, cuenta dos o tres detalles de la persona que falleció y después guarda un largo silencio. Me cuesta sacarlo de ahí, pero lo consigue el hecho de que pasamos por otro de los pueblos. En una loma, una veintena de casas se asoma a los lejos. Los techos parecen hongos y conforme nos acercamos, don Jorge reacciona, moviendo el sombrero para todos los lados. “Un alumno de Política Agraria quería hacer su tesis aquí. Quería realizar un análisis comparativo entre lo que consiguió el IDA y este desarrollo parcelario de nuestra familia, pero me negué, para evitar controversias. “Lo cierto es que aquí siempre nos hemos llevado muy bien. Una vez le presté una mula al jefe de tasaciones del Banco Nacional. Esa mula no se la prestaba a nadie, sólo a mi papá, que era mejor jinete que yo. Pero a ese funcionario del banco no se la podía negar. Al entregármela, me preguntó que si esa era la mula que yo utilizaba en política, pues, paraba cada vez que pasaba alguien. Yo le dije que no, que estaba acostumbrada a detenerse para hablar con todos los vecinos, ya que casi todos tenían que ver conmigo, y tenían siempre algo qué decirme. Lo que pasa es que viven en sus pueblos, a pesar de su relación con la finca. “Una ventaja del parcelamiento es que todos los trabajadores tienen casa propia y no hay que hacerles vivienda ni preocuparse de eso”.
Finca llena de experimentos “Nos quedan 330 hectáreas de Bonilla. Esta finca la inició el señor Francisco López Calleja, en 1880. Él vino con dos hijastros, hijos de un hermano de él y de una señora que después de que enviudó de su hermano se casó con él, y una Camilo Rodríguez Chaverri
109
hija de dos años, huérfana, porque la mamá, o sea, la señora que se casó con su hermano y luego con él, había muerto. “Esa niña se crió en Costa Rica y se llamó doña Amparo López Calleja. Casó con don José Zeledón, y fundó la Botica Francesa. “Pues bien, su padre, don Francisco, empezó a trabajar en la construcción del ferrocarril. Ahí descubrió esta tierra, con las dos lagunas, y la denunció. En esa época se hacían denuncias de áreas grandes y se inscribían a nombre de quien las denunciaba. Las desarrolló, y llegó a tener alrededor de 300 hectáreas de repastos y ganadería. “La finca le quedó a Doña Amparo y era tan generosa, que le donó toda la madera a la obra salesiana. También les donó algunas propiedades de Mata Redonda, en San José, que es donde tienen el colegio y una iglesia. “Además, Amparo López Calleja de Zeledón contribuyó con el doctor Giustiniani, a favor de los revolucionarios que estaban contra Tinoco y, como venganza, el gobierno de Tinoco le saqueó la finca a finales de la década de 1910. “Esta finca llegó a ser de nuevo montaña en los años 20. Cuando compramos El Sauce, la estación de ferrocarril quedaba abajo, en la finca Bonilla, que todavía no era de nosotros. Para llegar a El Sauce, atravesábamos la Bonilla hora y media a caballo. “Cuando Doña Amparo le cedió al Padre Turcios la madera que quisieran cortar de la finca Bonilla, el Padre me pidió que le ayudáramos a controlar la corta de la madera, pero yo le dije que ahí nadie estaba cortando madera. Él me dijo que ya habían designado a un fulano y que ya le habían mandado dos vagones de tren repletos de madera. Entonces, me dio el número del carro que llevaba su madera y así nos dimos cuenta lo que estaba ocurriendo. Yo le dije al Padre que descubrimos que le estaban mandando madera de otra finca, y entonces se interesó por venir aquí. Vino con mis papás y conmigo. Y en la finca se dio cuenta que estaban abusando de ellos. Dijo que le diría a doña Amparo, y que nos iba a encargar de la madera. Al Padre le gustó tanto la finca, que dijo que le iba a pedir a Doña Amparo que se las regalara para poner una escuela granja. “Yo seguía en Derecho y dando clases de redacción comercial, y fue entonces cuando comenzó el Padre a conectarse con los salesianos de Estados Unidos para organizar la escuela granja, pero en eso lo nombraron Obispo en Honduras, y se suspendió el proyecto. En ese momento, 110
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
nos dijo papá ´propongámosle a doña Amparo que nos venda la finca´. Papá hizo la negociación para nosotros tres, los hijos de él, y Daniel, que vivía con nosotros, y era como nuestro hermano. Daniel entró de socio, con partes iguales, en Bonilla. “Aquí tenemos ganado raza Red Poll. También tenemos ganado Simmental y Brahmann puro. Utilizamos inseminación artificial. Roberto, el mandador, es el toro de aquí”, explica don Jorge, muerto de risa. “Sacamos madera desde hace 50 años. Tenemos laurel, cedro, teca y pochote. Todo lo tenemos en siembra natural. Por ejemplo, el laurel es como una mala hierba. “Y hemos diversificado la producción con flores psitacorum, y con un follaje que sirve para acompañarlas. “Antes sembrábamos árboles de corriente exótica como eucalipto, ciprés y pino, pero de esos árboles sólo dejamos los pinos que están alrededor de las lagunas. “También tenemos cedro australiano”.
La traición de los leales “Siendo ministro de Hacienda, Don Pepe nos propuso al doctor Blanco Cervantes, que era su primer vicepresidente, y a mí, que lo pensáramos y que nos pusiéramos de acuerdo para que uno de los dos se postulara contra don Chico (Orlich) en el 58, para que no hubiera el fenómeno de candidatura única. Había que darle una oportunidad al partido de escoger un candidato en una contienda interna. El doctor Blanco Cervantes dijo que no le interesaba, que apenas terminara el gobierno quería volver a la lucha antituberculosa. Entonces, Don Pepe me dijo que si yo aceptaba le hacía un servicio muy especial al partido y al país. Yo dije que sí, con la condición de que todo funcionara democráticamente, que fue lo que no pasó. “Según don Alberto Cañas, Don Pepe me estaba preparando contra Daniel. Don Pepe sabía que Chico me iba a ganar. Chico tenía 24 años de acción política. Pero la convención interna reforzaría al partido. Acepté sin mucha expectativa, alentado por Don Pepe. “Hace poco escribí un libro sobre mi vida, y se llama ´La traición de los leales´, precisamente por esta circunstancia que me tocó vivir. Al comenzar la campaña, contaba con el apoyo de importantes dirigentes de mi partido, entre quienes se contaban otros cuatro o cinco ministros de don Don Pepe: Camilo Rodríguez Chaverri
111
Fernando Volio Sancho, Ministro de Gobernación; Fernando Valverde, Ministro de Seguridad; Mario Esquivel Arguedas, quien acababa de renunciar de Ministerio de Relaciones Exteriores; Domingo García, Ministro de Seguridad en sustitución de Fernando Valverde, y Rodrigo Soley, quien me sustituyó en el Ministerio de Hacienda. “Don Chico era ministro de Obras Públicas, y también lo había sido durante la Junta Fundadora de la Segunda República, dentro de cuyo grupo también habíamos encontrado algún respaldo. “Aparecieron varias muestras de apoyo que eran muy alentadoras, como una manifestación pública de la casi totalidad de los pilotos del 48 y personalidades populares, como la estrella de fútbol ´Catato´ Cordero. “Entonces, los dirigentes sugerimos que se nos diera más tiempo. El proceso de asambleas de distrito se iniciaba en setiembre del 56, y las elecciones presidenciales iban a ser en febrero del 58. Pedimos que el proceso se desarrollara en el año 57, es decir, pedimos más tiempo, pero no nos lo dieron. “En la segunda asamblea de distrito, en San Nicolás de Cartago, los resultados se veían muy favorables para mi candidatura. Por eso fue que hubo una gestión para alargar el proceso, pero fue rechazada por el partido. “En las negociaciones internas, planteamos como un argumento de fuerza la posibilidad de que si nuestra petición se rechazaba nos retirábamos del partido, sin imaginarnos lo que iba a ocurrir. “La verdad es que no me imaginé que me iban a obligar a irme. Como nos dieron la espalda, pensé que había que cumplir con la palabra. No me fui yo solo. Me fui con una plana de dirigentes, pensando que el partido necesitaba una decisión ejemplar, de criterio. Estábamos convencidos de que nos habían negado más tiempo por intereses políticos personales. “Antes de irnos, nos reunimos con don Chico. Él dijo que no podía hacer nada, que la plana mayor ya estaba resuelta. Creo que él no se imaginó que nuestra salida fuera signific ativa. Lo convencieron de que no importaba. La campaña fue muy incómoda porque nos hablaban de traición”, dice don Jorge. Lo interrumpo para preguntarle si le parece que lo ocurrido sirvió de depuramiento para Liberación Nacional.
112
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Fue una experiencia que sirvió para que supiéramos que no debe volver a pasar. Ha habido otros alejamientos del partido, como el de Rodrigo Carazo y el de Ottón Solís, pero ha sido en circunstancias distintas. “La campaña fue bastante normal, excepto por la fricción que se provocaba porque nos trataban de traidores. Los dos partidos luchábamos contra Mario Echandi. Fue una campaña de principios. Tanto en Liberación como en el Independiente luchábamos por los principios de Liberación. Los estatutos del Independiente eran idénticos a los de Liberación. “Tanto que nadie del Independiente, prácticamente nadie, se retiró de Liberación. Apenas terminó la campaña, todos volvimos. Y en uno de los períodos legislativos, el doctor Guzmán Mata fue presidente de la Asamblea Legislativa, siendo diputado del Independiente, porque entre los diputados de Liberación y los nuestros teníamos mayoría. “Por ejemplo, nadie puede dudar del espíritu liberacionista de Fernando Volio Jiménez, Ministro de Educación de Oduber, y Ministro de Relaciones Exteriores de Monge. “Elegimos cinco diputados, Miguel Ángel Dávila, Florentino Castro Monge, Fernando Volio Jiménez, Fernando Guzmán Mata y Juan Guillermo Brenes Castillo. Eran cinco entre propietarios y suplentes. Los suplentes sustituían a cualquiera que faltara. Eso hizo que los suplentes trabajaran todo el tiempo. Teníamos cinco votos”.
¿Canciller de Echandi? “Cuando Don Mario Echandi gana, me ofrece el Ministerio de Relaciones Exteriores. Yo estaba en la finca cuando me llegó una carta de Monseñor Rubén Odio, quien me transmitía un mensaje del presidente electo para ofrecerme ese ministerio. Muy educadamente lo rechacé. “La relación con Mario siempre ha sido muy cordial. Hace un tiempo hubo una reunión en la Asociación Nacional de Agentes de Aduana. Ahí organizan muchas actividades y hacen homenajes. Estábamos en una de esas actividades Luis Alberto (Monge), Mario Echandi y yo. “Luis Alberto y yo fuimos compañeros en la Rerum Novarum. Con el permiso de don Mario, conté una anécdota: cuando él fue diputado, viera qué difícil luchar como Ministro con un Congreso donde estuviera Mario Echandi… “Un día estábamos tratando un nuevo arancel de aduanas, y Mario, muy demagógico, comenzó a decir qué iba a hacer el Camilo Rodríguez Chaverri
113
país con nuevos aforos, con la consecuente alza del precio de baldes, tarros, medicinas para ganado y abono. Don Mario se volvió hacia un diputado, don Pancho Bonilla, de Turrialba, que medía casi dos metros de altura, y que nunca había hablado en el Congreso, y le preguntó que qué iba a hacer con sus vaquitas. Don Pancho se volvió, enojado con don Mario por la pregunta, y le dijo, ´ordeñarlas, mi amigo, ¿qué más?, ordeñarlas como todos los días´. En forma simpática, casi cincuenta años después de la anécdota, se celebró el chiste. “Le voy a contar otra anécdota diferente: en tiempos de Carazo, la situación de los negocios de Don Pepe era muy mala. Entonces, Rodrigo, que mantenía una amistad y un cariño especial por Don Pepe, me llamó y me dijo que le daba temor que las empresas de Figueres quebraran durante su gobierno, que me sugería intervenir para pedir ayuda en los bancos, puesto que su condición de presidente de la República le impedía a él hacerlo. Empecé a gestionar, fui a cantidad de actividades y visitas, y las gestiones me valieron una úlcera del duodeno. “En una de las reuniones con la directiva del Banco de Costa Rica, los directores mostraron anuencia a pesar de que eran antiliberacionistas. Estaban más dispuestos a ayudar que lo que estuvieron los directores en gobiernos de Liberación. “Don Pepe estaba en una situación tensísima. En medio de la espera, insultó al auditor del banco, Nereo Brenes, primo hermano del gerente, Boris Méndez. Es que los directores decían que Nereo no sé qué y que Nereo no sé cuánto. Don Pepe se vuelve y dice ´yo me meo en Nereo´. “Yo le dije, ´Don Pepe, usted está atacando a quienes le van a ayudar´. Me escucha y replica, ´tiene razón, Jorge, yo estoy como los curas, porque los que van a misa se llevan la regañada por los que no van´. “Años después, Mario Echandi y yo estuvimos en la directiva de ENVACO. Mario me preguntó si era cierto que Rodrigo Carazo me había pedido que le ayudara a Pepe. Le dije que sí, y me contestó, ´hombre, hizo muy bien Rodrigo´”.
“Chanchadas” de la política “Aproveché para contarle a Mario Echandi otro cuento de don Pepe. Un día estábamos almorzando, y decíamos que, en miras a las siguientes elecciones, el partido lo que necesitaba era tener de líder a un hombre honrado y limpio. Don Pepe 114
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
dijo, ´¿saben quién es un hombre como el que necesitamos en el partido? Mario Echandi´. “Yo me volví y le dije, ´Don Pepe, ¿cómo va a aceptar el partido a Mario Echandi si usted alguna vez públicamente dijo que Mario Echandi había sido un pillo por siete generaciones?´. Entonces, baja los hombres, y me contesta, ´¡ay! Las chanchadas de la política…´. “Otra cosa simpática que viví con Mario fue en una reunión con bananeros extranjeros, cuando Chico era presidente. Estábamos Chico, Mario y yo con dos bananeros costarricenses y tres extranjeros. Uno de los costarricenses le explicó a los extranjeros que, hace unos años, esos tres señores compitieron por la presidencia. “Chico contó una anécdota, dijo que era de una campaña política, y agregó: ´no sé si fue cuando gané o cuando me jodiste vos´, señalando a Mario, y Mario se volvió y le contestó ´te jodió Jorge´, y me volví yo, y le dije a Chico ´te jodiste vos mismo´. “Por cierto que Volio Mata dijo, durante la campaña en la que fui candidato, que ´en esta campaña con cualquiera que gane, el país no pierde, porque ninguno de los tres tiene hijos´. Al cabo de los años, yo les gané, porque tengo 3 hijos, 17 nietos y dos bisnietos, y sumados con los de mi segunda esposa, más bien son 27 nietos y nueve bisnietos. “Del 58 al 70 me dediqué a la cátedra de Política Agraria, a atender los negocios y a trabajar con mi papá. En 1966 nació Cormar, que es líder en todo Centroamérica, la empresa de mayor movimiento y mayores servicios. Al principio era de aduanas y vapores. Ahora, además de eso, tenemos transporte internacional hasta México; servicios de logística; atención de inventario de muchas empresas, y hacemos distribución por encargo de empresas, fábricas y almacenes. Cormar ha crecido muchísimo. Es agencia de carga aérea, marítima y de exportación. Saca los productos de aviones y de barcos, y los entrega a los clientes. “Después de las elecciones del 58, cuando estuve con el Partido Independiente, del que fui fundador, me incorporé a Liberación como simple partidario. Apoyé a todos los candidatos. En el 62 apoyé a Chico y en el 66 fui partidario de Daniel, pero estaba involucrado de fondo en mis negocios. “Luego, me entusiasmé con la candidatura de Don Pepe, me pareció que valía la pena apoyarlo, le di la colaboración que él quería, y me ofreció ser ministro o diputado. Yo le dije que no quería volver a la vida pública. A las semanas Camilo Rodríguez Chaverri
115
me volvió a preguntar, me dijo, ´Jorge, total, ¿va al gabinete conmigo o no?´, y le dije de nuevo que no, pero que le agradecía mucho su interés. “Entonces me dijo, ´bueno, ya que no quiere nada con la política, hágame un favorcito. Es que estoy pensando para la vicepresidencia en escoger a dos entre dieciocho personas que voy a mencionar´. “Entre esos que me dijo estaba Carlitos Sáenz Herrera, el doctor, a quien quería nombrar como primer vicepresidente. Ya el doctor Sáenz había sido segundo vicepresidente con don Chico, y el primero fue el doctor Blanco Cervantes, en ese momento vicepresidente por segunda vez, pues, primero fue vicepresidente con Don Pepe. “Me fui para donde el doctor Sáenz, y me dijo que no. Recuerdo sus palabras: ´Jorge, viera que no, no quiero retirarme del hospital´. En ese momento, el doctor estaba empezando el trabajo del Hospital Nacional de Niños. “Además, me dijo lo que significaba ser vicepresidente para él. ´Mire, Jorge, la verdad es que ser vicepresidente no me hace gracia. Es como andar subido en un pick up, pero sentado viendo para atrás. No puede uno ni hablar con el chofer ni ver el camino´. “Me hizo gracia el cuento. Le dije a Carlitos que, además, cuando uno ha desempeñado funciones, después no quiere nada con ese tipo de posiciones. “Voy donde Don Pepe, le cuento la cosa, y me dice ´entonces hágame un servicio al revés: a un amigo le han hablado, es pariente mío, y no quiero meter parientes, vaya a desanimarlo´. Apenas llegué me dijo ´quiero ayudarle a Pepe´. Es decir, que ese pariente de Don Pepe sí quería ser vicepresidente. “Yo empecé a decirle, ´mirá, desde el Centro de Estudio de los Problemas Nacionales andamos metidos en política, ¿no te parece que hay que darle el campo a otros?´. Y él seguía, ´yo no sé, si uno puede todavía…´. Aproveché para decirle que por ahí andaba el cuento de que lo querían nombrar vicepresidente. Me dijo que si se le ocurría a Pepe, él no iba a decirle que no. Y le pregunté, ´si no se le ocurre a Don Pepe, ¿te resentís?´. Y me contestó que no. Así desanimé a ese amigo nuestro. “Semanas después, estaba en casa con unos amigos, oyendo en televisión los detalles de la convención del Partido Liberación Nacional. Una de las personas que estaba de visita en mi casa, me preguntó ´¿y usted no está metido?´. Le dije 116
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
que no, que no estaba, que prefería quedarme en la casa, porque ya no quería meterme en política. “Y en eso sale Don Pepe en la tele, y dice que para las vicepresidencias ha escogido, entre un grupo de amigos en los que pensó, en Aguilar Bonilla y en mí, él como candidato a la primera vicepresidencia y yo para la segunda vicepresidencia. “Inmediatamente llamó Bruce Masís para decirme ´cuidado no aceptás´. Y así un montón de amigos. Después hasta tuve que ir a explicarle al pariente de Don Pepe que cuando le hablé de ese asunto, no sabía que yo estaba en la lista. “En ese momento se dio otra maniobra de Daniel. Cuando acepté, Don Pepe me dijo, de una vez, que quería advertirme que íbamos a tener problemas. Me dijo ´cuídese, se lo digo de una vez, cuando propuse a Aguilar Bonilla y a usted, Daniel me dijo, ´Pepe, hay torta, Jorge tiene problemas con el partido´. Cuídese porque Daniel se le atraviesa a usted´. Eso me dijo Don Pepe. “Un tiempo después de eso, iba oyendo un noticiero de radio, camino a la casa. El periodista chileno Arturo Cubillo dio una noticia que para mí no era cierta, lo llamé, y le dije que si tendría inconveniente en rectificar porque, a mi juicio, lo que estaba diciendo no era cierto. Me dijo ´llámeme dentro de un rato´. “Lo volví a llamar, y me dijo, ´vea, ¿usted sabía que cuando Don Pepe lo escogió para vicepresidente, Daniel se opuso? Yo estaba a la par de Don Pepe y me di cuenta cuando Daniel se acercó y le dijo que usted no era conveniente. Me hace mucha gracia porque Don Pepe lo que le contestó fue que con el partido usted no tenía problema, que el problema era con él, con Daniel´”.
El peor Don Pepe “Me tocó estar en el gobierno más polémico de Don Pepe. El más positivo gobierno de él fue el de 1953. No sé si Don Pepe estaba cansado o si algunas de las gentes que él escogió no tenían todo el empuje. “Estuve en desacuerdo con Don Pepe por lo de Vesco. Pensé que no debía familiarizarse tanto. Fue un daño político para el país y para el partido, aunque no creo que haya un daño moral. No conocí ninguna anomalía. “El doctor Aguilar Bonilla y yo visitamos a Don Pepe. Le dijimos que cortara su relación con Vesco. Don Pepe discutió Camilo Rodríguez Chaverri
117
el tema con nosotros, expuso sus argumentos, y le dijimos que si no se apartaba de Vesco, nosotros renunciaríamos. Total, quedamos en que íbamos a darle más tiempo. Y al final nos quedamos en nada. “Otra vez, Don Pepe le redactó el texto de una carta a Vesco. Vesco publicó esa carta. Trascendió que fue el presidente y se armó un escándalo. Un día me dice Don Pepe, ´vea, Jorge, le voy a contar algo, pero no se enoje, un señor González, de Alajuela, al que le dicen Carne Asada, me dijo que fue usted el que dijo que yo había escrito la carta´. Llamé a González, y le dije que según Don Pepe vos decís que yo te dije y yo no te dije nada. Me contestó, ´no, don Jorge, no se preocupe, yo lo que dije es que un alto funcionario había dicho, y como todos son chiquitillos, sólo usted es alto, por eso es que Don Pepe dice que fue usted´ “Recuerdo que en otra ocasión, le dije a Don Pepe: ´mire, don Pepe, la guerra del 48 tenía como objetivos recuperar la libertad electoral y recuperar el orden público. En esos dos objetivos, no hay duda que el partido ha cumplido. Pero, el otro objetivo era la lucha contra la corrupción. Don Pepe, ¿cree que el partido es totalmente limpio?´. En esa ocasión me dijo que no. “Le dije que la cachucha que tenía ahí y la pistola irían para el museo, pero que teníamos que ir más allá. Le insistí en el tema de la corrupción: ´Don Pepe, ¿usted puede nombrarme diez personas sanas en el partido?´, le pregunté. Me contestó que sí. Empecé a mencionarle muchos nombres, y sólo me dijo que sí en tres casos. Entonces me admitió que él no conocía ni a diez dirigentes liberacionistas que fueran sanos y limpios. “Otra vez, le dije, ´Don Pepe, usted me dijo que le podía hablar de cualquier cosa, ¿eso sigue todavía?´. Me dijo que sí. Entonces, le comenté lo siguiente: ´Don Pepe, ¿usted no se ha puesto a pensar en todo el bien humano que ha hecho en el país? Eso viene de lo que aprendió en su casa, formado con criterios cristianos definidos, no sé si se ha puesto a pensar que fue esto lo que lo formó y no la universidad´. Don Pepe asentía con la cabeza. “Entonces, le dije, ´Dispense, Don Pepe, usted y yo nos podemos morir, y yo quiero preguntarle, ¿por cuál puerta va a salir, por la que salieron su papá, su mamá y su hermano Toño, o por la otra puerta?´. “Fue a partir de ese momento que empezamos un proceso por convencerlo hasta que se confesó y comulgó. La segunda 118
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
etapa, antes de que nos dijera que sí, fue porque otro amigo de Don Pepe me dice ´mirá, ¿por qué no le hablás a Pepe?´ Él quería que yo lo convenciera, porque a él no le había hecho caso. “Entonces le conseguí una cita al padre Mata, padrino mío de confirma y calderonista de hueso colorado. Le hablé a Don Pepe, le dije que el Padre quería saludarlo y me dijo que sí. Le conseguí una cita. Yo le dije a Don Pepe que él quería hablarle. ´Tráigaselo por aquí´, me dijo Don Pepe. En cuanto llegamos, le dice Don Pepe, ´diay, Matica, ¿siempre tan mariachi?´. Con sólo eso se paseó en todo. “No me quedé quieto. Inventamos presentarle al padre Alberto Casals, que es catalán. Fuimos, se saludaron en catalán, y le dice Don Pepe, en castellano, ´Padre, no sé si usted sabe, pero yo en religión soy muy cachivolteado´. Don Alberto le contestó ´mi papá era igual´. Pero después empezó a preguntarle en catalán, y poco a poco, con el pretexto de que practicara el idioma, el padre Casals lo fue metiendo en las ideas del Señor”.
De vicepresidente a diputado “La vicepresidencia fue un cierre satisfactorio para mí si tomamos en cuenta la situación que se presentó con el partido Independiente. La vicepresidencia fue una especie de reivindicación. Fue un reconocimiento de mi leal adhesión al partido. Los dirigentes y los miembros del Independiente así lo interpretaron. “Creí que la vicepresidencia sería mi última participación pública, pero en el 86 me llamó Óscar Arias y me dijo que había llegado un grupo de dirigentes de Cartago para pedirle que me debía postular como candidato a diputado por esa provincia. Yo le dije que no, y recomendé a José Miguel Corrales. Óscar no me lo aceptó. Le dije que no quería ir a la Asamblea Legislativa, me insistió y entonces le dije ´hagamos una cosa, déjeme ir, pero con José Miguel Corrales de segundo´. “Mi participación parlamentaria fue muy satisfactoria. Había mucha gente buena en esa Asamblea Legislativa. Estaban Fernando Volio, José Miguel Corrales, Alberto Fait, Óscar Ávila Solé, Luis Fishman, Luis Manuel Chacón, Rosemarie Karpinsky, Rodolfo Méndez Mata, José Luis Valenciano, Álex Solís y Mario Carvajal.
Camilo Rodríguez Chaverri
119
“En la primera reunión, Óscar Arias sugirió que los cuatro presidentes fuéramos Alberto Fait, Rosemarie Karpinsky, Fernando Volio y yo. Sugería mi nombre para la presidencia del primer período. Yo le dije que aceptaba si la primera era Rosemarie Karpinsky. Comenté que yo podía ir de segundo. En eso, se iba pasando el tiempo. Fernando Volio, que por tercera vez era diputado, me dijo ´diay, vos estás postulado por Óscar, pero aquí hay que moverse´. Le dije que tenía pereza. ´Metete vos de segundo´, le dije. Fernando se movió y fue él el segundo Presidente de esa Asamblea Legislativa. “Para la tercera elección, a Leonel Villalobos se le metió que podía aspirar a la Presidencia. Leonel era un diputado cercano a Daniel Oduber. Yo denuncié que Leonel andaba con un automóvil que había sido introducido sin pagar derechos y que se lo había dado Fernando Melo. Le dije que presentara la póliza de desalmacenaje. Años después, fue condenado judicialmente. “En la Comisión de Narcotráfico denunciamos su relación con varios narcotraficantes, entre ellos Ricardo Alem, así como Fernando Melo, amigo de Oduber y sospechoso según autoridades estadounidenses. ”En esa tercera elección quedó de presidente José Luis Valenciano, porque, por dicha, pudimos atajar a Leonel Villalobos. Y en la cuarta elección quedó Alem Arias. Ya para la cuarta yo no quería aspirar. Apoyé a Valenciano y al año siguiente a Alem. No tengo ningún resentimiento. “En el seno de la Asamblea Legislativa lo más importante que hice fue dentro de la Comisión de Narcotráfico. Estábamos Alberto Fait, José Miguel Corrales, Luis Fishman, Óscar Avila Solé, Luis Manuel Chacón y yo. Muy abiertamente denunciamos a los que había que denunciar. Lo de Oduber fue lo más grave y lo más doloroso. Casey tenía antecedentes de tráfico de droga y era gran amigo de Daniel. Se supo que había dado un millón de colones para la campaña de Óscar Arias, pero que se los había dado a Daniel, y Daniel no los reportó. También denunciamos su relación con Fernando Melo, que había hecho intrigas de negocios sucios y se había metido a maniobrar en concesiones. Por ejemplo, Beto Fait denunció una maniobra en Acueductos y Alcantarillados. Fait había sido asesor del A y A. “Por lo que encontramos de Daniel, recomendamos que no se le permitiera ejercer puestos públicos por un tiempo, pero no fuimos nosotros quienes pedimos que se le expulsara del partido. De ninguna forma sugerimos acciones de Daniel en 120
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
el narcotráfico sino amistad de él con personas mencionadas en esa actividad. “Esa Asamblea Legislativa fue muy buena. Tuvimos una excelente relación con el Poder Ejecutivo, basada en la acción positiva de Rodrigo Arias, quien era el Ministro de la Presidencia, y la buena relación con la fracción opositora, liderada por Rodolfo Méndez Mata, Luis Manuel Chacón y Luis Fishman. “Hubo bastante entendimiento entre los partidos. Hubo coincidencia en proyectos importantes, y en cada caso se dio una unión de la fracción. Desde que terminamos, todos los años nos reunimos para conservar la relación. Ya han fallecido algunos, como Beto Fait, Fernando Volio y Etelberto Jiménez”.
Apoya a Arias No puedo terminar sin preguntarle por algunos temas del momento. Le hablo de la situación electoral. Me dice: “Creo que si bien es cierto que Liberación Nacional perdió las elecciones pasadas por no contar con los votos que se llevó Ottón, el PAC ya no es el peligro que fue. “En cuanto a Arias, en primer lugar estuve de acuerdo con la Reforma Constitucional. Además, como costarricense y como liberacionista, deseo que Arias vuelva a la Presidencia. Estaré dispuesto a ayudar sin formar parte del gobierno. “Arias tiene experiencia, carácter y respaldo popular suficientes para resolver muchos de los problemas que tiene el país. “Algunos de los principales problemas que sufrimos son la falta de verdadero liderazgo político, la falta de consistencia de los funcionarios y los políticos, y la falta de coherencia entre los principios teóricos de los partidos y lo que hacen sus dirigentes ya en el ejercicio del poder. “Me parece que falta conciencia de la verdadera naturaleza de los problemas de gobierno, y que las soluciones inician evitando el despilfarro. Hay que hacer un mayor control del gasto, así como contar con mayor visión y con diligencia en la promoción económica del país”, dice don Jorge, quien tiene tres hijos, José, quien está al frente de Cormar, y Julieta y Georgina, quienes son amas de casa. Don Jorge es el Presidente del Patronato del Centro Universitario Miravalles, orientado por la espiritualidad del Opus Dei. “Por más de treinta años he estado ahí. Camilo Rodríguez Chaverri
121
Estoy convencido de la importancia de esta actividad. Me da la facilidad de ayudar en la formación de muchachos durante sus estudios universitarios. Tenemos muy buenos estudiantes, muchos de ellos son de lugares lejanos, y formamos con criterios adecuados de ética y eficiencia profesional. Formamos a muchachos de todas las carreras y procedencias, mediante actividades que el centro promueve tomando como base la residencia y las facilidades que dentro del centro se dan. “Hay conciencia de que los resultados en más de treinta años han sido muy satisfactorios por el rendimiento que al país y a sus familias dan quienes han tenido oportunidad de complementar sus estudios universitarios con esa formación espiritual y profesional fundamentada en el concepto de la santificación del trabajo ordinario y de todas las actividades académicas, empresariales, sociales, familiares y públicas”.
122
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Gonzalo Gómez Cordero, Gomeco
El padre de los acueductos rurales
“Este acueducto no lo hizo el gobierno, este acueducto no lo hizo la municipalidad, este acueducto no lo hizo el diputado, este acueducto lo hicieron ustedes con la ayuda de Dios…”. Así iniciaba el discurso de Gonzalo Gómez Cordero, mejor conocido como Gomeco, cada vez que inauguraba un acueducto rural. El acueducto rural ha sido un emblema y un paradigma de la participación ciudadana y el empoderamiento comunal. Cuando estos términos, que parecen tan técnicos, ni siquiera existían, ya Gomeco los convertía en una realidad en los pueblos de Costa Rica. Diputado en 1970, a pesar de que no era el candidato de Don Pepe, muy rápidamente mostró mucho interés en ayudar a llevar cañerías a pueblos alejados. Don Pepe le dio su apoyo y puso a la institución correspondiente al corte y al ritmo de este hombre que acaba de cumplir 91 años. Después de su trabajo como diputado, fue asesor presidencial de Daniel Oduber, para ocuparse de este tema, y también de Luis Alberto Monge y Óscar Arias. A lo largo de más de década y media, fue quien se encargó de llevar adelante, junto con las comunidades, más de un centenar de acueductos rurales. También estuvo a cargo de la construcción de decenas de escuelas, de quince puentes, de numerosos parques y hasta de varias ermitas. Por eso es que su nombre es referencia obligatoria para quienes desean hablar de trabajo al lado de las asociaciones de desarrollo y los comités de mejoras de los pueblos. Camilo Rodríguez Chaverri
123
Gonzalo Gómez Cordero nació en Grecia el 5 de abril de 1913, en el hogar de Alfredo Gómez Zamora y Emilia Cordero Quirós. Su papá era contador municipal. “Éramos seis hijos. Crecí en un hogar campesino. Las dos familias mías son de Grecia. Lo más interesante es que Grecia fue fundado por mi bisabuelo, Ignacio Gómez Anchía, quien también fue el primer presidente del primer cabildo del cantón. “Después de don Ignacio, siguió en el puesto don Fermín Gómez Serrano, mi abuelo, y después Alfredo Gómez Zamora, mi padre, que también fue contador municipal. “Hice la escuela en Grecia, y ahí, en el pueblo, estuvo la primera escuela complementaria que hubo en Costa Rica. Saqué mi cartón de maestro en esa escuela complementaria, pero nunca di clases, aunque me dieron una plaza después del examen final. “Un maestro se ganaba diez colones al mes. Papá ganaba sesenta colones, y mi hermana Adela ganaba cuarenta colones en la municipalidad. “Después de que terminé los cursos de la complementaria, cuando ya iba para el examen final, la niña Betty Barahona, que era la maestra de nosotros, me dice, ´diay, Gonzalo, ¿cómo se va a presentar usted al examen si viene a calificar una comisión de hombres tan capaces? ¿cómo se va a presentar si usted no sabe nada?´. Yo le contesté, ´diay, yo he durado dos años aquí, y algo tengo que haber aprendido con usted´. “Al final, el único hombre que le pasó el examen fui yo. Íbamos 12 hombres y 18 señoritas. Pero, bueno, ganaban tan mal los maestros que mejor me metí a hacer finca lejos de la casa”.
El sitio de las abras “Papá tenía una finca en Río Cuarto de Grecia. La finca se llamaba Santa Rita. Yo me fui pa´ la finca, a hacer carril de montaña y rancho para vivir. Me fui con una mula llena de carga, con víveres. Allá conseguimos peones y empezamos la finca. “Estuve doce años metido en la finca, en plena montaña, volando cuchillo y volteando montaña, con un cuchillo 28 entre la mano toda la vida. Había mucha terciopelo. Maté dieciséis culebras, y cuando no me asustaba tanto las agarraba vivas. Traje unas de esas bichas vivas donde Clorito Picado. 124
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Yo lo conocí. Tenía un centro en el Hospital San Juan de Dios. Yo lo saludé muchas veces. “Más de una vez me regaló un juego de inyecciones para piquetes de culebra. Muchas veces me tocó auxiliar a gente que falleció por la picadura de una terciopelo, y también salvé a muchos porque llegué a tiempo con la inyección. “Por ejemplo, a Eterley Campos, en la Colonia Agrícola de Toro Amarillo, lo picó una terciopelo. Cuando llegué, ya estaba con hemorragias. Aún así lo inyecté, y no se murió. “Hicimos potreros, sembramos pasto gigante y guinea, y compramos una vaca en Alajuela. La vaca nos costó cien colones, a diez colones por mes. “Estaba soltero y podía trabajar muchas horas, sin descanso. Teníamos unos hacheros buenísimos, Francisco Alfaro, Magín Quesada. Todavía hay descendencia de ellos en esa zona. “Después tuve una yunta de bueyes que compré en 500 colones en Río Segundo de Bajos de Toro Amarillo. “Ahí todavía está un tronco donde yo volteé los árboles de cedro amargo con los que hice la mesa, el tocador, la cama. Todos estos muebles que vos ves en mi casa se hicieron jalados con bueyes. Con la carreta, durábamos tres días de camino hasta Grecia “De Grecia a la finca se nos iban cinco horas a caballo, y a pie unas ocho horas, pasando por el río Quebrada Gata. Muy buenas aguas hay ahí. Los caminos eran tan malos que el problema era ir con bueyes. “Después de los años que pasé en la finca, en Grecia trabajé con Carlos Manuel Rojas en el Ingenio Esmeralda. Ahí estrené unos camiones para jalar azúcar a San José. Hacíamos hasta dos viajes por día. “Cuando vino el primer camión duplicado que hubo en el país, era de Carlos Manuel Rodríguez. Se lo compró a Gonzalo Calderón, mejor conocido como ´Pisco´ Calderón, que era el agente de la Dodge en Costa Rica. Fui el primer tico que manejó un camión duplicado”.
Aventurero “Me fui para Panamá un año. Contratado con la compañía americana. Fuimos cien ticos a arreglar las esclusas del canal. Es que antes eran de compuertas, cerraban y pasaba el barco, pero en medio de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno
Camilo Rodríguez Chaverri
125
americano bajó esas esclusas, las hizo subterráneas. Se bajaban como un ascensor. “Fui operador de una draga. En eso el macho, el gringo que era jefe, me dijo que era necesario un ´fireman´, un atizador de una caldera. ´I work in Costa Rica as a fireman´, le dije chapuceando, porque no hablaba inglés. Me llevaron a la grúa, y cuando empezamos, no le entendía mucho al gringo, pero nos la jugamos. Después nos hicimos amigos, y cada vez que él se iba de vacaciones, yo me ponía su ropa para ir a las discotecas, a Calle Jota de Panamá. “Yo era muy alegre. Una bailarina y cantante de un night club de Panamá que era famosa quiso llevarme de animador a México. Casi me voy, pero no podía fallarle a mamá. “Luego, caímos presos en la cárcel. Es que visitábamos ciudad Panamá los sábados y los domingos. En eso cae Arnulfo Arias, por el golpe de Estado, y resulta que no podíamos entrar a Panamá porque no teníamos salvoconducto. En el tiempo de Arias teníamos todo en regla, pero luego no se podía estar allá sin un permiso especial. “Pasé tres días en la cárcel modelo, con tres compañeros. Nos mandaron a limpiar el puente del Pirata Morgan. En eso intervino alguna gente, fueron a hacer alguna gestión y nos sacaron libres. “Me vine con tres mil dólares. El dólar estaba a cuatro y medio. El cambio estaba por el suelo. Me vine en el vapor Krincen. Íbamos y veníamos en tercera clase, pero ni fui al chinchorro del vapor, me quedé de camino. “Un año antes me había ido de Limón con un billete de dos dólares. Todos mis familiares me fueron a dejar al barco en Limón. Hay que ver la tropa que iba en el tren. Una señora muy buena, que se llama Otilia Rojas Quirós, me dio los dos dólares. Era todo lo que llevaba en la bolsa. Todos mis testigos están muertos. Esa es una tirada. Pero de allá para acá me vine con ese montón de dólares que me rindieron mucho. “Cuando volví, fui organizador de un baile para el 24 de setiembre, que es el día de la Virgen de Las Mercedes, que es la patrona de Grecia. El baile era muy lujoso. Toda la gente ahorraba para comprar un vestido para ese baile. Era la presentación oficial de la sociedad. “El comité se encargaba de que ninguna mujer ´comiera pavo´. Comer pavo era que no la sacaran a bailar. A la que no sacaban, nosotros teníamos que organizarle quién se hiciera cargo de ponerla a bailar.
126
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Ahí se inició mi relación con la que es víctima mía, yo le digo Catica, pero se llama Catalina. Ese día yo la puse a bailar con un tío de ella, Tulio Maroto, que estaba en la directiva, y después empecé a bailar con ella. “Fueron seis años antes de casarnos. Ella vivía en San Carlos. Primero agarraba un camión y de ahí una yegua, para llegar a la finca. Ella tiene 84 años y sigue a la par mía. Tenemos 54 años de casado. “Cuando nos casamos, ella tenía 29 años y yo 37 años. Ahora creen que se quedan solteras, y se apuran a casarse. Bueno, en ese tiempo también. Pero nosotros sí supimos esperar. El matrimonio es un mal necesario. Nunca precisa”.
Bananero “Antes de casarme, estuve en Los Diamantes, en Pococí, en la finca que manejó Melis Quesada, por el lado de Guápiles y La Rita. Le entregábamos a la compañía. Ahí llegaban los recibidores de fruta, en los trenes, y sacábamos la fruta en carros de la línea, arrastrados con mulas. Sacábamos banano desde Tortuguero, La Rita, Roxana y Los Diamantes. Don León Weinstock tenía fincas y el único hotel de Guápiles. “Don ´Pepe´ Feo tenía la casa y la finca Numancia. Había un comisariato, que manejaba un señor de apellido Seca. Yoyo Quirós es pariente mío, y era muy amigo. Yoyo fue el gran pionero de la producción bananera. Con él, hicimos cañerías rurales en San Isidro de El General, y abastecí unos tanques de agua. Creo que fue ahí cuando me nació el interés de llevarle agua pura a los pueblos. “Después de que me casé, me vine a San José a ayudarle a mi hermano Rodrigo, que tenía el negocio ´Belga Limitada´, que era de importación de materiales eléctricos de Europa. “Ahí estuve varios años, vendía alambre de cercas y llegué a vender diez millones de colones en rollos de 250 metros cada uno. Después crié GOMECO. La idea original era ponerle GOGO, de Gonzalo Gómez, pero eché para atrás porque antes se decía que algo ´agogó´ era algo flojo, malito, mediocre… Por eso le pusimos GOMECO, por mis apellidos Gómez Cordero. “Para ese tiempo también compré la pulpería ´La flor de Otoya´, en el Barrio Otoya. Se la vendí fiada al que la tiene ahora. La compré porque me vine para este barrio hace medio siglo, y vivo en esta casa desde hace 48 años. Me costó ochenta mil pesos, la hipotequé en el banco y la compré. Camilo Rodríguez Chaverri
127
“Se la compré a don Roberto Loría. Era casado con una hermana de don León Cortés, con Adriana Cortés. Yo era muy amigo de ellos, y de Tuta Cortés, que era primo hermano de Otto Cortés, y sobrino de don León. Esa pulpería era famosa. Era una de las mejores de San José. Es que ahora las matan los supermercados. Las pulperías apenas subsisten en algunos pueblos, nada más”.
Hombre de Don Pepe “En el 48 estuve con Don Pepe. Teníamos un equipo muy bueno en Grecia. Éramos un grupo muy compacto. Nos olfatearon. Me metieron a la cárcel de Grecia, y de ahí nos trajeron a la gobernación de Alajuela. “Fui amigo de Pepe toda la vida. Cuando el papá de Pepe, el doctor Figueres, se fue a vivir a San Ramón, iba mucho a Grecia. Incluso estuvo viviendo durante unos meses en el pueblo. “Pepe venía mucho a Grecia, porque ahí estaba el Padre Ramón Junoy, que antes estuvo en San Ramón y que era catalán. Pepe venía porque le encantaba hablar en catalán. “No me he fijado en política para ayudarle a nadie. Así he sido toda la vida. Le ayudé a Pepe en el año 53. Voté por él, y él sabía que yo le ayudaba en todo, porque le fui incondicional. “Luis Carlos Suárez Matamoros había sido diputado dos veces. Era el candidato de Pepe. Luis Carlos volvió a jugar en la asamblea del partido. Iba a ser su tercera vez. Daniel Oduber decía que no, que debía ser yo. “Daniel y Pepe nunca se quisieron mucho. Se alzaban pelo. Yo era pariente de Daniel, su mamá era prima de mi mamá. “En la Asamblea Plenaria estaba don Chico Orlich. Levantó la mano y propuso que votaran por los candidatos de Alajuela porque había consenso, pero el dirigente Enrique Azofeifa pidió la palabra, y empezó a hablar bellezas de alguien, no me daba cuenta que era de mí, pero hasta yo decía ´qué carajo más capaz ese del que están hablando´. Al final, le gané por tres votos al candidato de Pepe. “Daniel era un jugado. La política es un juego muy jodido. Fui diputado, y ahí hice todo lo que pude para ayudarle a Pepe. “Mi tarea como diputado se fue perfilando, poco a poco, a la construcción de acueductos rurales. Soy el papá de esa filosofía institucional de llevar agua potable a los pueblos”. 128
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
El Plan Gomeco “El plan del AyA se llamaba Plan Gomeco porque yo era el defensor de ese proyecto y el motor de los acueductos rurales. La verdad es la verdad. “Como yo estuve en tantos pueblos, sabía que los acueductos rurales eran una gran necesidad. Por ejemplo, antes de ser diputado ayudé en la construcción de la iglesia de Santa Gertrudis Sur y en la cañería. “Desde antes, me había aliado con las asociaciones de desarrollo para llevar agua pura a los pueblos más alejados. Soy el papá directo de unos sesenta acueductos rurales, por todo el país. “Como diputado, empecé con una cañería en Las Brisas de Zarcero, para captar el agua de las nacientes. Ahí empecé con la cañería y terminé ayudando a construir la iglesia y el salón comunal. Les mandaba cemento, y les compraba los tubos en Durman Esquivel. Fue una experiencia muy interesante. “En esa Asamblea Legislativa en la que me convertí en el padre de ese desarrollo rural estaban Daniel Oduber, Luis Alberto Monge, Marcial Aguiluz, Claudio César Araya de San Ramón, Rafael Solórzano de Puriscal, Asís Esna Miguel de Limón y Ángel Edmundo Solano. Era una Asamblea Legislativa de lujo. “Después, Daniel me dijo que tenía que seguir con las cañerías y los acueductos, así que me puso una oficina en la Casa Presidencial. No acepté que me pagaran, pero sí me dieron carro de AyA para ir a hacer acueductos rurales. “Con Daniel estuve los cuatro años, y con Luis Alberto también estuve de asesor en Casa Presidencial. Hasta Óscar Arias me dio pelota con esa chochera mía de llevarle agua a los pueblos más alejados. Sólo con José María Figueres me di cuenta que estaba chocando contra pared. Ya al final no me hacía caso, pero tampoco hacía mucha falta. “De todos esos te tengo que decir que Daniel Oduber fue un señor presidente, y mandaba. Es que eso es lo que pasa. Daniel mandaba, ahora no mandan los presidentes, no los dejan mandar. ¿Así como quieren que consigan algo? ¡Qué va! Llegan amarrados. “Recuerdo una vez que llegó Daniel y me dijo, ´Gonzalo, vaya donde Gastón Kogan -era el presidente de RECOPE-, dígale que pase cien millones al CNP para que usted y yo compremos semilla de frijol y la distribuyamos por el país´.
Camilo Rodríguez Chaverri
129
Eso me lo dijo un martes, así que me pidió que le dijera que lo pusiera en votación ese mismo día, porque tenían sesión de la junta directiva. “Así es que se hacen y se hacían las cosas bien. Sin mucho ´mingueo´. Ahora no. Ahora hay un ´pudre´ pavoroso. Esto es un robadero”. Ya que habla de ´robadero´, aprovecho para decirle que muchos acusan al tercer gobierno de Don Pepe y al gobierno de Daniel Oduber de haber permitido el inicio de las descomposición. “Eso que dicen de Daniel no es cierto. Él no murió rico. Cuando vieron todo lo que tenía, se dieron cuenta que era muy poco. Lo que pasa es que muchas veces malinterpretaron las cosas. La prensa le hizo mucho daño. “Por ejemplo, cuando hicieron el aeropuerto en Liberia, la compañía entró a la finca de él, a La Flor, y le pavimentó el camino desde la carretera real hasta la casa de la finca. Ese fue uno de los escándalos sobre el gobierno de Daniel. No fue algo que él pidiera. Tal vez debió detenerlos, pero tampoco es para que se pongan a escandalizarse. No es nada. Es que robadera de verdad hay ahora. “Yo recuerdo que durante mucho tiempo, Daniel debió más de 100 millones de esa finca. Al final de su vida ya no debía nada, pero murió apenas con un capitalito, no mucho, ni algo como para toda la novela que han montado sobre la vida de Daniel. “Te voy a contar algo más. Cuando Daniel fue presidente, esa finca estuvo hipotecada y yo tengo en la mente como si hubiera sido ayer que casi casi se le va”.
Acueductos rurales “Los acueductos rurales eran una necesidad en este país. Ahora, que hay como mil setecientos, se han convertido en un espacio para la participación y el control de las comunidades. “En mis años, había que hacer esos acueductos rurales. Esos acueductos impusieron un antes y un después en la historia del desarrollo rural, aunque la gente no quiera hablar mucho de esto. “Algo que te voy a contar y que vale la pena, es que entre ´Cachimbal´ (Juan Guillermo Brenes, cuatro veces diputado por Cartago) y yo nos fuimos a buscar donde se hacía la captación del agua para San José. Él y yo nos opusimos a 130
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
que fuera en Orosí, y la verdad es que hace años que está fallando. “´Cachimbal y yo fuimos a la naciente del Río Sombrero, en Cartago, en un lugar maravilloso, y ahí era donde queríamos arrancar con la cañería de San José. No se cuajó, no nos hicieron caso, y vea todo lo que ha pasado”. Pasé una tarde en la casa limpia, antigua y humilde del legendario Gomeco, cuya huella ha quedado en muchas obras comunales. En su vida, el legado va desde el liderazgo parlamentario para la creación de cantones como Guácimo, Naranjo, Upala, Guatuso y Los Chiles, hasta su paso por la presidencia de la Federación Costarricense de Ajedrez. “En mis ratos libres, cultivé el amor por el ajedrez, y llegué a ocupar el sexto tablero en una gira a Nicaragua y América Central. Esa vez fui con Rogelio Sotela y con Amighetti. También fui campeón de ajedrez en segunda división. “Como ves, he hecho de todo y me siento muy feliz con mi vida. Cuando voy por los pueblos, casi siempre puedo decir ´aquí ayudé a construir el acueducto rural, o la iglesia, o la plaza, o la escuela´. Es que pasé en eso cuatro años de diputado, y como doce años de asesor en esos temas en la Casa Presidencial. Y la verdad, nunca asesoré en nada, me limité a hacer, a ejecutar, que es lo mejor de todo”, concluye Gomeco, con una sonrisa tan sólida como sus convicciones y su alegría de vivir a los 91 años recién cumplidos…
Camilo Rodríguez Chaverri
131
Henrietta Boggs
La primera esposa de don Pepe
Cuando llegó a Costa Rica en 1940, era una hermosa muchacha universitaria, que arrancaba suspiros en sus clases y obligaba al sol a detenerse. Parecía una actriz o una reina de belleza. La recibió un puerto Limón pobre y sucio, en el que los zopilotes eran dueños y señores. Un tío suyo era gerente para América Central de un banco canadiense, y ella vino a pasar unas vacaciones. Jamás imaginó que se encontraría aquí con el amor, con un exilio apresurado, la aventura de vivir en México comprando armas a escondidas y los entretelones de la Revolución del 48. Henrietta Boggs, la primera esposa de José Figueres, guarda grandes anécdotas de nuestra historia. Ahora, a sus 83 años, es propietaria y editora de una revista en Montgomery, Alabama, Estados Unidos. Dice que hace todo lo que se necesite, desde escribir notas de sociedad hasta ir a recoger fotos o preparar el café para los trabajadores de la Redacción. Aunque ha estado más de cuatro décadas fuera de Costa Rica, sus dos hijos, José Martí y Muni, son costarricenses. Hace unos días estuvo de paseo en la patria de su primer esposo, y la visitamos en El Alto de Las Palomas. Allí, en medio de potreros y grandes árboles, con un paisaje colorido al lado del apartamento, con una vista pintada con muchas hojas de matas de banano y plataneras, contó entre sonrisas algo de lo mucho que la ata sentimentalmente con Costa Rica.
132
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Recuerda que desde que fue a conocerla aquel hombre bajo y que llevaba un águila en la retina, su tía le dijo que debía casarse con él. “Ella decía que ese hombre iba a ser Presidente de Costa Rica. Pero lo mejor es que su único argumento es que tenía la cabeza bonita, sobre todo en la parte de atrás”, cuenta doña Henrietta. “Creí que mi tía estaba loquísima. El tenía 35 años. Yo nunca había salido con muchachos que no fueran compañeros de la universidad. El me parecía viejísimo y muy extraño”, explica.
La familia feliz A pesar de todo, don Pepe la enganchó. “La familia estaba encantada conmigo. Antes de que yo apareciera, ellos decían ‘¿qué le pasa a Pepe tan viejo y sin mujer?”, dice, muerta de la risa. Jalaron sólo nueve meses, y en su libro “Casada con una leyenda”, que apareció en el país a inicios de los 90, cuenta que Don Pepe se encargó de guardar el respeto por todas las tradiciones del país. “No estaba acostumbrada a salir con un hermano o una hermana para que me cuidara. Mientras fuimos novios, él siempre llevaba a un sobrino con nosotros. Eso me extrañaba mucho, hasta que me di cuenta que el ‘chiquito’ era el ‘chaperón’”, cuenta. Cuando casaron, don Pepe se la llevó a vivir a La Lucha, que en ese entonces era la última remotidad concebible. “Había pulgas en la casa y todo tipo de ‘bichos’. Los peones llegaban a la casa con cualquier pretexto. Nunca habían visto a una extranjera ni a una mujer tan blanca y con ojos claros”.
“Pobrecito Don Pepe” Como narra en su libro, los peones se reunían y manifestaban, verdaderamente conmovidos, “Pobrecito don Pepe, esa gringa no sabe ni hacer tortillas”. Doña Henrietta dice que Don Pepe nunca fue guapo, pero sí intenso, brillante, con una manera muy particular de ver la vida. “Era un hombre especial. Por ejemplo, cuando llegamos a La Lucha, me lamenté porque la casa no tenía chimenea. Entonces, pasó toda la noche leyendo, y cuando me desperté
Camilo Rodríguez Chaverri
133
la casa estaba llena de hombres que entraban y salían de la casa. Me tuvieron lista una chimenea en un día”. En los años 40 le tocó vivir con don Pepe en el exilio. “No la pasamos tan mal. Andábamos paseando por todo el país, pues Pepe se pasaba todo el tiempo comprando armas. Las compras eran toda una aventura. “Supuestamente nos íbamos de pic nic, y cuando estábamos almorzando llegaban unos invitados especiales. Ahí era que hacía negocio Pepe. “Otro día nos íbamos a pescar en un barquito, y llegaban unos señores. Era como de película. Si alguien preguntaba a qué nos dedicábamos, éramos compradores de cerámica”, dice, sonriendo. Recuerda que la única vez que lo vio llorar fue cuando le comunicó que lo dejaba. “Nunca lloró en el exilio. Ni siquiera podía hablar de Costa Rica. No le salía la voz. Por eso, me impactó mucho verlo así. “Estaba obsesionado con la política. Ahora lo entiendo. La vida personal tenía que sacrificarse a extremos. Después de muchos años, creo que en ese momento no entendí las dimensiones de lo que él estaba construyendo, pero así es la vida, lo enfrenta a uno a circunstancias cuando todavía no está preparado para asumirlas”, recuerda. “A un hombre tan extraordinario uno no le puede pedir que actúe como cualquiera. Quería cambiar un país, y actuó como se debía”. Tenía 31 años y tuvo que regresar a su país con la responsabilidad de sus hijos. Se fue para Nueva York, y trabajó durante tres años en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Luego fue traductora, y cuando su hija Muni salió de la secundaria, se fueron un año para París, donde doña Henrietta hizo las gestiones para la instalación de una tienda de la firma de unos compatriotas suyos. Años después, apareció en su vida un cirujano que ella había conocido cuando eran adolescentes. “El empezó a escribirme, a decirme que le llamara, y cuando enfermó mi padre, yo dijo, ‘bueno, tengo que llamarlo’”. Empezaron a salir y casaron en 1965. Vivieron juntos durante 20 años. Durante todo ese tiempo, doña Henrietta se dedicó a labores de beneficiencia social.
134
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Maestra ad honorem Fue maestra ad honorem en una escuela urbano marginal de niños negros. “Era la única mujer blanca que conocían esos chiquitos. Su formación era primitiva. Algunos no sabían ni siquiera su nombre. Muchos de ellos nunca se habían subido a un carro. Me encantó ese trabajo con niños tan necesitados”. También estuvo en la campaña de Gary Hurt, aquel candidato presidencial estadounidense que se hundió por culpa de unas fotos en las que aparecía con una modelo en el regazo. “Eso terminó con la campaña. Eran otros tiempos. Ahora, después de todo lo que pasó con Bill Clinton, eso no hubiera significado nada”.
Periodista Desde hace muchas décadas doña Henrietta escribe en medios de prensa. Durante algunos años fue redactora invitada en una revista de su ciudad, Montgomery, hasta que decidió fundar su medio propio. Ahora se dedica a la dirección de su revista, que es un “city magazine”, y que informa sobre lo ocurrido en la capital del Estado de Alabama y los tres condados vecinos. También está en el comando de una campaña para prevención de drogas en jóvenes. Trabaja entre seis y siete horas por día. Tiene un enorme sentido del humor y parece un hada madrina, con sus faldas largas y su blusas largas y elegantes. Trato de preguntarle lo que piensa sobre periodismo y política, pero en esos temas y en todos los demás es difícil de entrevistar. Ella es periodista. Se le nota. Contesta las preguntas con preguntas. Sabe lo que es repreguntar, y articula interrogantes antes de que uno pueda seguir adelante. Al final de la entrevista supe que me había sacado más información que la que yo obtuve de ella. Pero su sonrisa, la sonrisa con que saluda, contesta, pregunta o guarda silencio, esa sonrisa ya es suficiente.
Camilo Rodríguez Chaverri
135
José Rafael Cordero Croceri
Pasión por la historia
Es un ejemplo de coherencia en el trabajo y de laboriosidad intelectual. Ha sido ministro, embajador, diputado,periodis ta, agricultor y pequeño empresario pesquero. Estuvo en la Revolución del 48, iniciando apenas la segunda enseñanza y fue el primer embajador del mundo en presentarle credenciales al gobierno sandinista. Además, fue el compañero inseparable en las múltiples batallas electorales que hubo de librar el Lic. Rodrigo Carazo, hasta llegar alcanzar la Primera Magistratura del país ( Don Pepe decía que era la tendencia de los “machos”: el Macho Carazo y el Macho Cordero) y fue Ministro de la Presidencia, en medio de la crisis económica que tuvo que enfrentar el gobierno de Carazo, como consecuencia del mismo fenómeno que se presentó a en proyección mundial por ese entonces. Pero yo lo conocí por sus artículos en “La República” y en el “Semanario Universidad”, así como por su osado libro acerca de Morazán, “a quien nos enseñan a odiar desde la escuela”, según dice él, y por su ameno libro de anécdotas sobre Don Pepe. En su casa, hay tres obras de Alonso, el famoso pintor argentino. “Pintó a mi esposa siendo embajadores en Argentina. Y hace un tiempo, me dijo un amigo argentino que con esa obra podía comprar un Mercedes Benz en su país, porque se convirtió en un pintor cotizadísimo”, dice el Macho Cordero, mientras pasamos por la sala y el comedor de su casa, camino a su estudio, que es biblioteca y oficina, al fondo del segundo piso. También veo una obra del pintor salvadoreño Pedro J. Ortiz. “Es Sandino con Pedrón, su lugarteniente, quien era como el segundo de mando, tal como lo fue don Alberto Martén de Don Pepe, durante la Revolución del 48. A los dos los asesinó juntos el viejo Somoza. ¡Es que en Nicaragua, país por el que siento especial afecto, ha pasado cada cosa! Recuerdo cuando el mártir Pedro 136
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Joaquín Chamorro, Director- Propietario del periódico “La Prensa”, narró en uno de sus libros, como los sicarios de aquella tiranía le obligaban a comerse algunas de sus páginas, cuando lo mantuvieron preso durante largo tiempo, al lado de una jaula de leones”. También tiene una pintura de Chepito Ureña, el legendario pintor paisajista de Desamparados. “Esta pintura es de una finca que tuve en Palmares, donde engordaba cerdos y pollos. Hace muchos años que la vendí. Aquí me dibujó Chepito, al lado de estos campesinos”, explica, mientras nos vamos adentrando en un hombre que ha sido muchos hombres, en una sola persona. José Rafael “el Macho Cordero”, nació en Cartago el 19 de octubre de 1929, en el hogar de Rafael Cordero Martínez y Anita Croceri Fitipaldi. “Mi papá era un modesto empresario. Tenía una empresa de transporte en Cartago, de camiones de carga y carros de alquiler. Tuvimos uno de los primeros garajes que hubo en Costa Rica. Un garaje era donde se alquilaba los carros. Llamaban por teléfono y pedían un carro. Todavía recuerdo el número del teléfono. Era el 120. “Éramos cuatro hermanos, dos varones y dos mujeres. Sólo yo quedo vivo, hace unos meses murió mi última hermana, murió soltera, se llamaba Luisa María. “Estuve en la Escuela Ascensión Esquivel de Cartago, hasta tercer grado y en la Escuela Jesús Jiménez, concluí la enseñanza primaria. Los primeros años de la secundaria los cursé en el Colegio San Luis Gonzaga y después que mi padre nos trasladó a vivir a San José, pasé al Colegio Los Ángeles, pero peor razones económicas me vi obligado a terminar la secundaria en el Colegio Nocturno Omar Dengo. “Siempre me gustó mucho leer. Fui director de varios periódicos estudiantiles. Por ejemplo, en el San Luis Gonzaga teníamos un periódico que se llamaba “El Bombazo” y en el de los Angeles, dirigí otro que llamamos “El Estudiante”. “Recuerdo que en una edición de ”El Bombazo”, hicimos una columna humorística inventando los regalos de Navidad que el Niño-Dios le traería a algunos de los profesores y como ignorábamos el significado del término, pusimos que a uno de ellos, con el cual no simpatizábamos del todo, “el Niño le iba a traer un “tufï”. El trabajo que tuvimos que realizar fue duro, ya que la edición se componía de más de 300 ejemplares y como la edición la tirábamos en el polígrafo del Colegio, la corrección la hicimos en el “esténcil” respectivo. Para suerte de los encargados, a nuestra bondadosa e Camilo Rodríguez Chaverri
137
inteligente madre se le ocurrió darle un ligera lectura a todo el periódico. Como consecuencia de ello, nos obligó a borrar el célebre nombrecito, ejemplar por ejemplar, lo que nos tuvo ocupados hasta altas horas de la madrugada. “La gente siempre ha dicho que los cartagos somos fríos y que acostumbramos asomarnos detrás de las cortinas. Pero la realidad ha sido otra, porque desde que se abrió la vía al Atlántico, muchas de las familias extranjeras que se dirigían hacia la capital, se quedaban en Cartago. A esta razón se debe que en la ciudad se encuentren familias de todos los orígenes, como la gran cantidad de judíos, originarios de Polonia, de italianos, como es mi caso, alemanes, franceses y hasta griegos, como fue el caso de nuestro profesor de inglés, don Jorge Cusakis. “Como lo dejo expuesto, la secundaria la tuve que terminar en el Colegio Nocturno Omar Dengo; tuve la dicha de tener como profesores a dos de los más distinguidos educadores del país, el profesor Isaac Felipe Azofeifa y al profesor Carlos Monge Alfaro, ya que durante el día laboraba como redactor del periódico “La República” y ya cansado, durante las noches, debía asistir a las lecciones, en el mencionado Colegio. “ Con don Isaac Felipe, me unió posteriormente, una profunda amistad, Ambos fuimos miembros fundadores del Grupo Soberanía. “Yo era el cronista parlamentario de “La República”, y fui uno de los pocos periodistas que pasé de la barra que ocupa la prensa en la Asamblea Legislativa, a ocupar una curul, cuando en las elecciones de l958 resulté electo en la papeleta que presentó el Partido Liberación Nacional, por la provincia de Cartago. “En ese tiempo, formaban parte también del cuerpo de redacción de ’La República’, mi viejo y querido amigo y mejor profesor del periodismo práctico que tuve y que lo era su director don Alberto Cañas Escalante, además de Roberto Fernández Durán, que fungía como Jefe de Redacción, Virginia Maroto, (mi querida amiga de la infancia, Minina), de donde surgió un idilio que aún se mantiene en un felíz matrimonio. Estaban también Enrique Obregón, Teodoro Martén, Salvador Lara, Manuel Rivera Montoya, Allen Pérez Chaverri, Oscar Castro Vega y Alberto Ferreyro. Alberto Franco Cao laboraba en la administración y le correspondía salir los sábados a buscar la platita para cubrir nuestros salarios. En su línea editorial el periódico mantenía una posición de abierto combate contra las dictaduras que aún 138
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
subsistían en Latinoamérica, principalmente contra la de Pérez Jiménez en Venezuela y los Somoza en Nicaragua. En nuestro país se habían refugiado gran cantidad de exilados venezolanos, tales como los ex presidentes Leoni, Betancourt y Carlos Andrés Pérez. Este último ocupa también el cargo de Jefe de Redacción y en una ocasión que visité Caracas, cuando ocupaba el cargo de Presidente, recordamos cuando en una ocasión yo había tenido que servirle de fiador en la Sastrería Ramírez Valido, porque carecía de un vestido entero.
Muchachito en la revolución “Me inicié en la actividad política entre los 8 y los 10 años, dedicado a la pega de ‘vivas’. Antes se pegaban los “vivas”, que eran unos carteles de un papel grueso, rectangular, largo, que decían, por ejemplo, “Viva Otilio Ulate”, o “Viva Calderón Guardia”. “Así fue como ya, a esa temprana edad, andaba en las calles de Cartago “pegando” vivas a los candidatos de mi simpatía. La primera ocasión en que lo hice fue por los años 40, cuando don Ricardo Jiménez, nuestro gran patricio cartaginés, se postula por última vez en una campaña electoral, de la que se retira el poco tiempo por falta de apoyo financiero. Los capitalistas apoyan la candidatura del Dr. Rafael A. Calderón Guardia, que triunfa por una amplia mayoría de votos. “Mi padre era íntimo amigo de don Ricardo. Nuestro mayor orgullo era pegar la mayor cantidad de ‘vivas’, que posteriormente fueron sustituidos por las banderas con los colores de los diferentes partidos, que se colocaban en la pared del frente de la casa del partidario que lo autorizaba. Lamentablemente se perdieron aquellas costumbres de profunda raigambre democrática. Ahora muchas personas esconden su color político en espera del que resulte vencedor, para darle de inmediato todo su apoyo y así poder conseguir toda clase de canonjías. “Muy joven aún me incorporé a las fuerzas de Figueres en la revolución del 48. Como vivía en Cartago, lugar donde se originó todo el movimiento revolucionario, me fue fácil incorporarme a las fuerzas revolucionarias. “Yo he estudiado e investigado mucho sobre aquellos acontecimientos. Creo poseer una de las bibliografías más extensas sobre el tema. “En Cartago formé parte de un grupo en el que hacíamos prácticas clandestinas de tiro al blanco, meses antes de que Camilo Rodríguez Chaverri
139
estallase el conflicto bélico. El grupo lo formábamos, entre otros, Joaquín “Piquín” Garro, Beto Morúa, Alberto Quirós Sasso, hermano de Mario, quien fue el primer Ministro de la Presidencia que hubo en Costa Rica, Oscar, “Feis” Esquivel, Franco Gutiérrez, los hermanos Villanueva y los hermanos Sojo Arias. “Creo que aún hoy día se mantiene mucho desconocimiento sobre el proceso que desembocó en la Revolución del 48. Yo hace tiempo preparo un libro, por ejemplo, sobre el enfrentamiento que mantuvieron durante muchos años los dos periódicos más importantes de la época, “El Diario de Costa Rica” cuyo director-propietario lo era don Otilio Ulate Blanco, candidato de la Oposición y que ha sido el único periodistas que ha alcanzado la Presidencia y “La Tribuna”, que dirigía el general José María Pinau y que apoyaba al gobierno de don Teodoro Picado y al candidato del oficialismo Dr. Rafael A. Calderón Guardia. A este libro lo pienso titular “La Guerra Entre Dos Diarios”. Este proceso resultó tan violento que el pueblo costarricense llegó a dividirse entre ulatistas y calderonistas. Un factor determinante que ayudó muchísimo a agudizar esa división fue el enfrentamiento de esos dos periódicos. “Al triunfar la revolución que encabeza Don Pepe Figueres, desaparece “La Tribuna” y de sus escombros, surge el periódico “La República”, ya que varios capitalistas amigos de Figueres aprovechan la situación y adquieren su maquinaria, con linotipos y además enseres. De las cenizas surge un periódico más o menos independiente “ “ Durante la Revolución participé en varios combates, pero el que más me impactó fue el que se conoció como la batalla de El Tejar. En esa batalla participaron miembros de la tenebrosa Guardia Nacional del viejo Somoza, quien envió tropas para apoyar a Picado. Algunos conservaron sus propios uniformes, por lo que al final de la batalla se apreció un espectáculo dantesco. “En la plaza de deportes se abrió una gran zanja donde se colocaron una gran cantidad de cadáveres de guardias nacionales, les regaron diesel y se les prendió fuego. Aún mantengo la imagen viva de mirar a los cuerpos que, presas de las llamas se levantaban del tronco para arriba, como sentándose, a imagen de un macabro saludo. El olor era nauseabundo”.
140
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Ulatista “En la campaña electoral de 1947, en que se postuló como candidato a la Presidencia don Otilio Ulate, yo participé activamente siendo apenas un estudiante, que iniciaba su enseñanza secundaria en las aulas del Colegio San Luis Gonzaga y fui uno de los principales dirigentes de la Huelga Nacional de Brazos Caídos que se inició en Cartago. Anduvimos por las calles cerrando los negocios comerciales y obligamos a la policía a refugiarse en el Cuartel de Armas, dejando toda la ciudad prácticamente bajo nuestras manos. Un pequeño grupo de muchachos nos apostamos en la esquina noroeste, que daba directamente a la puerta principal del Cuartel, desde donde hacíamos esporádicos disparos con las pocas armas de que disponíamos. De vez en cuando nos respondían mediante los disparos de un pequeño cañón. Todavía se pueden apreciar un impacto que dió en lo alto de la misma esquina de las Ruinas que ocupábamos. “También cerramos el paso en el Ochomogo, a la entrada a Taras o San Nicolás, mediante una gran “tuca” que nos facilitó Franco Gutiérrez, copropietario del Aserradero Vargas. Nosotros, apenas armados con unos rifles de cacería, pretendíamos hacerle frente a cualquier patrulla de la temida Unidad Móvil del Gobierno. Hasta nos dimos el lujo de firmar salvoconductos autorizando la entrada a Cartago, como fue el caso de propio vice-ministro de Seguridad Pública, quien llegó a concertar un armisticio con los dirigentes ulatistas, para liberar a la guarnición que permanecía en el Cuartel, con todos los suministros de agua y similares, cortados por la tropa que mantenía su asedio. “Durante esa campaña electoral del 47, lo estudiantes principalmente fuimos víctimas de toda clase de atropellos por parte de las fuerzas del Gobierno. En algunas ocasiones, cuando en las noches salíamos a protestar por las calles, éramos capturados y se nos llevaba presos al Cuartel, donde nos mantenían en las celdas más nauseabundas. Muchas veces, ya en horas de la madruga y sufriendo al frío característico de la ciudad, se nos lanzaba baldes de agua y se nos hacía objeto de toda clase de insultos. Para obtener nuestra libertad, los abogados copartidarios presentaban sendos recursos de “habeas corpus ”. Por esos agitados días conocí a Don Pepe, quien conduciendo una hermosa motocicleta Harley Davidson acostumbraba hacer un alto en Cartago a fin de visitar a los principales dirigentes de la oposición, tales como Camilo Rodríguez Chaverri
141
don Fernando Volio Sancho, el ingeniero Alfredo Volio, don Luis Ml.Villanueva o don Bolívar Guzmán. “A partir de su primera campaña electoral de 1953, acompañé siempre a Don Pepe a todas a todas sus reuniones políticas. Al llegar en esa campaña a una reunión que se realizó en el Barrio Córdoba de San José y encontrarse frente a una multitud de banderas verde y blanco exclamó “ esto parece un bananal ”. “Fui como un hijo político adoptivo de don Pepe. Vea cómo me conocería Figueres que me dio esta tarjeta, cuando estaba de Embajador en Colombia”. (Saca de una gaveta de su escritorio, una tarjeta escrita a mano por don Pepe. Luego, a lo largo de la entrevista, nos muestra varias cartas o tarjetas más. Don Pepe lo trata como si fuera su hijo, y le muestra un cariño de padre más que de amigo). “Estuve en ‘La República’ hasta el 58, cuando pasé a ser diputado de oposición, durante el gobierno de don Mario Echandi. La oposición tenía mayoría en la Asamblea. Nuestro jefe de fracción era Daniel Oduber y la integrábamos, entre otros, Luis Alberto Monge, Enrique Obregón, Hernán Garrón, Marcial Aguiluz, Noel Hernández Madrigal, Eladio Alonso Andrés, Luis Mc. Rae, Jorge Nilo Villaobos, Dr. Alvaro Montero Padilla y Eduardo Trejos Dittel. “Don Francisco J. Orlich, fue el candidato perdedor del Partido Liberación Nacional y a quien acompañé también en las giras que hizo por todos los rincones del país. Por don Chico, como se le conocía, sentí siempre un especial cariño. La derrota se debió que uno de los pre-candidatos del Liberación, el Licenciado Jorge Rossi, hizo casa aparte y el Partido se dividió. Perdimos por muy escaso margen, (un voto por mesa electoral) y esto le permitió salir triunfante al licenciado Echandi. Resulté electo diputado a la edad de 27 años y ocupé el cargo de 1958 a l962 . La oposición era entonces muy radical y agresiva. Al Gobierno de Echandi no le dábamos concesión alguna. El Presidente vetaba casi todas las leyes que lográbamos promulgar y por este motivo la gente le decía ‘Mario Veto’. “Don Mario, dado su fino sentido del humor y aguda inteligencia, decía que estaba pagando la cerrada oposición que le había hecho al gobierno de Figueres en el 53, en que salió electo diputado, por un partido minoritario que había fundado. “La verdad es que en Costa Rica todas los parlamentos han sido más o menos iguales, con sus defectos y sus virtudes. Don 142
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Pepe decía que era el precio que los costarricenses pagábamos por vivir en una democracia, ya que era peor estar sometido a un ejército como sucedía en casi todas las demás naciones centroamericanas. Tal vez antes estaban mejor constituídos, porque se tenía más cuidado al escogerse los candidatos a diputados. Yo, por razones temperamentales, siempre fui un diputado muy combativo e incisivo. Recuerdo una polémica que tuve con el Ministro de Relaciones Exteriores de entonces, que era el Lic. Fernando Vargas Fernández. En un ocasión lo citamos para que se presentara al seno a la Asamblea con objeto de que diera explicaciones sobre un asunto de interés público y se excusó, alegando que sufría quebrantos de salud. Cuando días después se presentó, yo me apresuré a preguntarle, no sin cierta ironía, si el señor Canciller se encontraba bien de salud, a lo que me respondió con todo altanero:; Eso a usted no le importa! “En esa Asamblea Legislativa estaban también profesionales de la estatura intelectual del licenciado don Fabio Fournier y del Lienciado Fernando Lara Bustamante. Don Fabio, que apoyaba al Gobierno, había sido profesor mío de la Cátedra de Derecho Internacional en la Facultad de Derecho y siempre que se dirigía a mi persona lo hacía en términos sumamente honrosos expresando que había sido yo uno de sus más distinguidos ex alumnos. En una ocasión en que se discutía un asunto relacionado con el Derecho Internacional, me emplazó, molesto, porque yo combatía la posición que mantenía al respecto Dijo que le extrañaba mucho mi planteamiento después en haber sido uno de sus más destacados alumnos en la materia. Yo, en un acto de malacrianza que nunca me perdonaré, le respondí que tal vez se debía a no haber tenido los profesores brillantes que “el (don Fabio) si había tenido.”.
Embajador “Al triunfar don Francisco Orlich en las elecciones de 1963, se me nombró embajador en Colombia. Daniel Oduber, mi amigo de toda una vida, fungía como Canciller. Don Pepe es invitado a dictar unas conferencias en Bogotá y se aloja en nuestra residencia. En Colombia era muy popular y querido y, por este motivo, en una recepción que damos en su honor, logra reunir a su alrededor a las más disímiles fuerzas políticas del país, lo que es muy destacado por todos los medios de comunicación. Conforme a su manera de ser y al cariño Camilo Rodríguez Chaverri
143
especial que me tenía nos dice al despedirse: ‘a este Machito le falta madurez, por lo que creo que le caería muy un traslado a alguno de los países del llamado Cono Sur’ y no más al llegar a Costa Rica, le propuso a Daniel que me trasladara a la República Argentina, dados los arraigos familiares que tenía en aquella nación. Se me acreditó entonces como embajador ante las repúblicas de Argentina. Uruguay y Paraguay. Antes de aceptar al cargo le advertí a Daniel que no le presentaría mis cartas credenciales al gobierno de Paraguay mientras permaneciera en el poder el dictador Strorner. Aquí en Costa Rica, un grupo de intrigantes que nunca faltan, regaron las especie de que yo era comunista, por el apoyo que había dado al movimiento revolucionario de Fidel Castro. Yo lo había atendído personalmente y lo llevé a tomar café a la Soda Palace cuando estuvo de paso en Costa Rica en busca de apoyo para sus proyectos. Don Pepe no quiso recibirlo y me llamó, junto a otros compañeros para que lo atendiéramos A mí me dijo que “por allí andaba un loquito como yo...”. Creo que Fidel nunca le perdonó este desaguisado, lo que se comprobó poco después cuando realizamos las famosa visita a La Habana. “Dados los mencionados antecedentes, cuando se da la noticia de mi nombramiento, mis gratuitos enemigos se gastaron su buen poco de dinero y esparcieron por todo el país miles de hojas sueltas con la leyenda: ‘Cordero Croceri es comunista’ . Aún guardo una de esas hojas y en una de las visitas que he hecho a Cuba, se la mostré a Fidel y le dije, en broma, que a mí me habían acusado de comunista antes que a él. Le pedí que me la autografiara y la guardo como uno de mis documentos más preciados. “Volviendo al asunto de la intriga diplomática, sólo el gobierno de Uruguay mordió el anzuelo. Su Cancillería dejó pasar el lapso de tiempo protocolario que rige, dentro del cual se debe dar respuesta al beneplácito que solicita el gobierno que acredita el embajador, lo cual se interpreta como un rechazo de hecho. Daniel, con quien me unió siempre una profunda y sincera amistad, se molestó mucho y dijo que no nombraría a nadie ante el gobierno uruguayo y me acreditó sólo ante los gobiernos de Argentina y Paraguay. “Luego se aclararon las cosas y los uruguayos me brindaron toda clase de atenciones y disculpas, hasta que les presenté las credenciales respectivas. Ante el gobierno de Paraguay nunca presenté credenciales y su Cancillería, durante mi permanencia en Buenos Aires, realizó toda clase 144
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
de gestiones para que lo hiciera. En una visita privada que en plan turística hice con mi familia a ese bello país, notamos que a cuanto lugar que llegáramos se nos daba toda clase de atenciones, como cuando permanecimos en un hotel junto al maravilloso Lago de Ipacaraí, ya que queríamos disfrutar de la famosa canción.”
Testigo “El destino hizo que fuera actor y testigo presencial en tres de los movimientos revolucionarios que conmovieron América durante aquella época: la de aquí, la cubana y la sandinista. En el año 59, cuando Fidel Castro inicia la lucha contra el dictador Batista, le enviamos muchas de las armas que nos habían quedado de la Revolución del 48. El envío lo hicimos, en forma clandestina, desde la Hacienda La Lindora, propiedad de la familia de aquel extraordinario personaje y mejor amigo que se llamó Marcial Aguiluz. Le alquilamos un avión el empresario Pillique Guerra, y en él enviamos las armas. El avión salió del aeropuerto de Lindora, al mando del Capitán Rojo del Río, de nacionalidad argentina, quien al llegar a Cuba, se incorporó a las fuerzas revolucionarias. “Al poco tiempo de haber tomado tierra, el avión es destrozado por la fuerza aerea de Batista. Dichosamente combatientes de Fidel apenas tienen tiempo de sacar las armas, que les resultan de mucha utilidad, en momentos que avanzaban por los cerros del Escambray. Al triunfar la revolución, Fidel convoca al pueblo a una concentración en el centro de La Habana, acto al que invita a Don Pepe y las demás personas que habíamos colaborado en el envío de las armas. El grupo lo formábamos don Chico Orlich, Hernán Garrón Salazar, Chalo Facio, Marcial Aguiluz y Fernando Salazar Navarrete. Fidel envió a recogernos al Aeropuerto de la Sabana su propio avión personal, el “Sierra Maestra”. Rodrigo Carazo se une al grupo después, ya que viaja desde Venezuela, lugar donde residía y desde el cual había prestado un apoyo logístico muy importante a Fidel. “Al llegar a La Habana quien nos recibe es Camilo Cienfuegos, uno de los héroes más populares de la Revolución, por su extracción humilde y a su profesión de sastre. El pueblo lo aclamaba y a su paso sólo se escuchaba un grito, que al unísono gritaba su nombre de “Camilo, Camilo, Camilo”, que se escuchaba por todas partes. Camilo muere misteriosamente después, cuando el avión en que viajaba Camilo Rodríguez Chaverri
145
desaparece sin dejar rastro alguno. Nos llamó la atención que Fidel no apareciera por lado alguno. “Encontrándonos en el palco de honor de lo que resultó una enorme concentración popular, muy cerca de donde se hallaban Fidel y su hermano Raúl, Don Pepe, quien los veía como a inexpertos jóvenes a los que era necesario aconsejar, sorpresivamente tomó el micrófono y recomendó que todas las naciones americanas debían estar al lado de la civilización occidental. Ante esas palabras, Fidel le pidió el micrófono y en medio de la conmoción que causó el asunto, exclamó: ‘De rodillas, ¿ para qué?’ , frase que le dio vueltas al mundo entero. Esto lo dijo en momentos en que estaban sumamente tirantes las relaciones con la Unión Soviética y las naciones occidentales. Hernán Garrón, que como típico porteño tenía un agudo sentido del humor, se volvió y me dijo: “ mira Macho, mejor vayámos para el hotel, porque al enano lo van a colgar” y en un muelle sillón del hotel, terminamos viendo el acto por televisión, con una cerveza en la mano”. “Fidel ha tenido siempre la costumbre de hacer discursos muy largos. Generalmente consume en ellos entre cuatro y seis horas, con una voz muy fina y aguda, que no parece salida de la garganta de un hombre tan fornido. Durante nuestra estadía, por más interesante que fuese el tema que desarrollara, ya a la mitad de alguno de sus discursos, muchos de nosotros éramos víctimas de un irresistible sueño Lógica consecuencia también, justo es reconocerlo, de las no muy santas noches que pasábamos en la acogedora Habana. Lo interesante de apuntar es que a Don Pepe, al concluir su discurso, parte de el pueblo lo alzó en hombros.
La tendencia de los Machos “En el 70, Don Pepe aspira de nuevo a la Presidencia y anuncia que se presentará como candidato en la Convención del Partido Liberación Nacional. Era muy difícil esperar que algún alto dirigente del Partido se atreviera a enfrentársele, pero Rodrigo Carazo decide hacerlo. Nos dice a algunos de sus allegados: ¡Ya cuento con el apoyo de Estrella!. Yo apoyo a Rodrigo, pese mi cariño casi filial hacia Don Pepe, porque consideraba que el Partido requería una profunda renovación y por esta causa al partido que fundamos posteriormente le pusimos Renovación Democrática. Don Pepe, al darse cuenta de nuestra separación, despectivamente bautizó nuestro movimiento como la tendencia de “Los Machos”, 146
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
ya que siempre se nos conoció como el Macho Carazo y el Macho Cordero. Para él debe haber sido doloroso que se le enfrentaran dos de sus hijos políticos predilectos. “En nuestro movimiento estaban además Elizabeth Odio, Carlos Solís Rodríguez, Edwin Carmona Benavides, de San Ramón, Johnny Echeverría Brealey y Pedro Vieto. “Don Pepe, además, temía enfrentársele electoralmente a don Mario Echandi, a quien en este campo respetaba mucho, porque reconocía en él su clara inteligencia y facilidad de palabra. Preocupado por la posible división que pudiera producirse en el Partido, nos hizo llegar una invitación para que algún representante nuestro, se reuniera con él en su casa de habitación de Curridabat. El grupo caracista decide nombrarme a mí, considerando la cercanía que me había ligado a aquel inolvidable Caudillo. “Fui a Curridabat, y nos reunimos en la casa donde actualmente vive doña Karen. Al llegar, me pasaron a una amplia sala y me senté en una larga mesa para reuniones, que aún permanece en el mismo lugar. A los pocos momentos, apareció Don Pepe, quien se notaba un poco tenso y en una actitud muy fría, apenas me hizo un ligero saludo. Sin más dilaciones me dijo que fuéramos al grano y me expresó que al él le preocupaba enfrentarse al licenciado Echandi con el partido dividido y que por lo tanto me pidió que le dijera ‘al otro Macho’, que él estaba dispuesto a darnos algunos ministerios o diputaciones que pidiéramos, a cambio de nuestro apoyo. Yo, con la ingenuidad de un imberbe idealista, cometí la osadía de responderle que me causaba desagrado escucharlo con esas proposiciones, cuando él, Don Pepe, era el que me había recomendado rechazar siempre esos vicios que tanto daño le habían hecho a la democracia costarricense, ya que esos arreglos debajo de la mesa sólo lo hacía los ricachones que se reunían en el Club Unión”. “Don Pepe se levantó indignado y ya de pié me dijo: ¡Entonces dígale al otro Macho que se vayan al diablo!” “Mientras esto sucedía, en la casa de Rodrigo todos me esperaban con especial expectación. Al llegar no hallaba palabras para explicarles lo sucedido, aunque al final de mi exposición, todos tomaron el asunto en forma jocosa. Siempre participamos en la Convención, de cuyo resultado obtuvimos apenas cerca de un 35%., de la votación total, de lo que nos consideramos satisfechos dada la enorme popularidad con que contaba Don Pepe. Lo único que le pedimos entonces fue que se nos diera el porcentaje obtenido, Camilo Rodríguez Chaverri
147
como cuota de representación nuestra en los organismos del Partido. Como no se llegó a ningún acuerdo, decidimos mantenernos al margen durante la campaña electoral de l970, que llevó nuevamente al poder a Don José Figures. “En las elecciones de l974 de nuevo postulamos a Rodrigo. Los otros candidatos fueron Daniel Oduber, Jorge González Martén y el doctor Trejos Escalante. Nosotros logramos elegir a tres diputados, los licenciados Johony Echeverría y Rodolfo Piza por San José y al doctor Juan José Lara por Alajuela. Yo encabecé la papeleta por Cartago, pero ni siquiera alcancé un subcociente. “Después de haberse presentado como precandidato en cinco contiendas electorales, Rodrigo Carazo salió electo Presidente de la República en l978. Pero para lograr el triunfo, tuvimos que crear una coalición que resultó todo un arroz con mango. Allí participamos, hechos una maleta, como se dice vulgarmente y con el sólo interés de derrotar al Partido Liberación Nacional, al cual acusábamos de haber introducido una serie de vicios por su largo ejercicio del poder, dirigentes de origen calderonista, liberacionista, ulatista, echandista etc. “Al candidato lo elegimos en una convención interna en la que participaron el empresario don Miguel Barzuna, que fue postulado por el bloque calderornista y Rodrigo Carazo, postulado por el grupo de origen liberacionista principalmente. “A los calderonistas los derrotamos ampliamente. “Las cinco veces en que Rodrigo Carazo fue postulado como candidato, fueron: en la convención interna del Liberación, cuando en el 70 se enfrenta a don Pepe y luego en las elecciones presidenciales de ese mismo año; la tercera en que se enfrenta a Daniel Oduber, a Trejos Escalante y a González Martén; después de que derrota a Barzuna en la convención interna y, finalmente, en l978, cuando derrota a Luis Alberto Monge y es electo Presidente de la República. “Carazo fue un candidato muy carismático y uno de los mejores oradores de plaza pública que ha habido. Tuvo que luchar mucho y enfrentarse a grandes partidos y a grandes intereses. Su espontánea sonrisa, de la que hacían escarnio sus adversarios, fue otro factor que atrajo a las multitudes. Su lema “yo doy la cara”, “ yo voy de frente” y su bien orquestada campaña electoral, lo llevaron a lograr una espectacular victoria electoral. Los mejores oradores que yo he conocido son Otilio Ulate, Daniel Oduber y Rodrigo Carazo”. 148
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Embajador con los sandinistas “En la campaña electoral de Rodrigo fui algo así como Jefe de Campaña, lo que tradicionalmente se había conocido como Jefe de Acción. Lo acompañé en largas y cansadas jornadas que hacíamos a veces a caballo, en lancha, avión o a pie, hasta el último rincón de Costa Rica que visitamos. Me correspondía ocupar la tribuna antes del candidato,. Decían que yo le ‘calentaba’ a la audiencia. “Cuando alcanzamos el poder, Rodrigo me nombra Ministro de la Presidencia y pocos meses después se desarrolla la insurgencia sandinistas y su triunfo, Rodrigo me nombra embajador de Costa Rica ante la Junta de Gobierno nicaragüense que preside Daniel Ortega y presento mis cartas credenciales en un acto público, ya que aún no se había organizado debidamente la Cancillería, al recién nombrado Ministro de Relaciones Exteriores, Padre Miguel Descoto. La sede de la embajada la instalamos en una amplia casa situada en el exclusivo Barrio Las Colinas. Llegué a Managua tan sólo a las pocas horas de haber huído hacia Miami Somoza, con toda su camarilla de malandrines. En el aeropuerto tuvimos que caminar sobre los casquillos vacíos de los tiros que se habían disparado el día anterior. Mientras tanto, aquí, en Costa Rica, me comían vivo en algunos medios de comunicación. En son de burla y no poca mala fé, me llamaron a partir de entonces, “el compa” Cordero, ya que los sandinistas se daban el trato de “compa” en su relación personal. Lo anecdótico es que sin proponérmelo le causé un grave perjuicio de una empresa productora de cigarrillos que había realizada una onerosa campaña publicitaria para promover un nuevo producto, al que pretendía llamar “su gran compañero”. Lógicamente, se vieron precisados a cancelarla. En el cargo diplomático permanecí cerca de un año, pero junto con mi abnegada esposa pasé los días más difíciles que diplomático alguno haya podido pasar. Los somocistas nos cobraban el apoyo que nuestro gobierno había dado a los sandinistas, especialmene a las fuerzas que comandaba el Comandante Edén Pastora en el llamado Frente Sur. En esos días ni siquiera se habían organizado las fuerzas de policía encargadas del orden interno, lo que aprovechaban los comandos somocistas que aún quedaban esparcidos, para ametrallar nuestra vivienda, cuando pasaban durante las noches en vehículos motorizados a alta velocidad. Los Camilo Rodríguez Chaverri
149
pocos “compas” que la resguardaban, respondían los ataques desde los techos, lo que producía una intensa balacera. A nosotros no nos quedaba más alternativa que refugiarnos en las habitaciones del interior de la vivienda, y poner el ventiladores a todo dar, para amortiguar un poco el ruido que producían los tiroteos. Mi gran amigo de toda la vida, Johonny Echeverría, Ministro de Seguridad, puso a nuestra disposición un antiguo carro blindado que había usado un embajador de Estados Unidos y una vetusta avioneta monomotor que poseía el gobierno, para que nos sirviera en cualquier emergencia. En esa enclenque avioneta, Mima, mi esposa, viajaba hasta San José a fin de adquirir los artículos de primera necesidad, ya que en Nicaragua se vivía una crisis muy grave y el comestible escaseaba totalmente. En cada viaje que hacía, realmente se jugaba la vida. “Nicaragua estaba muy convulsionada, pasaba por una gran crisis posrevolucionaria. La gobernaba el llamado Grupo de los Doce, integrado principalmente por empresarios de la industria, la agricultura y algunos dirigentes sandinistas. Como me había identificado tanto con muchos de los dirigentes del “Grupo de los Doce”, con quienes entablé fuerte amistad durante su exilio en Costa Rica, algunas veces me invitaban a sus reuniones y lo justificaban diciendo que de por sí yo era el número “trece” del grupo. “Como vivíamos en Las Colinas, asistíamos a las misas dominicales que oficiaba el entonces Monseñor Obando y Bravo (investido posteriormente de Cardenal por su enfrentamiento a los sandinistas ). En uno de los primeros sermones que le escuchamos, en una actitud que le analtece y por este motivo la refiero, salió en defensa del Comandante Tomás Borge, uno de los comandantes sandinistas más vilipendiados y refirió que se lo había encontrado protegiendo a unos prisioneros somocistas, después de pasar varias noches sin dormir ni comer. Se trataba de cerca de 300 presos, a quien el Comandante Borge había salvado sus vidas. “El pueblo nicaragüense, sin distingo alguno, es súmamente generoso y espontáneo, debido probablemente a su ancestro andaluz. Como lo dejo narrado, al llegar no teníamos artículo de primera necesidad alguno. Pero a las pocas horas no más de instalados, llegó un muchacho a dejarme una botella de Ron Plata y me dijo que me lo enviaba un vecino, con la excusa de que era lo único con que contaba en esos momentos para brindarme.
150
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Al día siguiente, lo demás vecinos nos enviaron carne y otras viandas, sin saber hasta ahora de que medios se valieron para obtenerlas. “Cuando uno llega de visita a una casa de una familia nicaragüense le ofrecen lo que tienen a mano, desde una tijereta para descansar, hasta una sencilla letrina para satisfacer cualquier necesidad fisiológica”.
En medio de la crisis Después de permanecer cerca de un año en Nicaragua, regresé a ocupar de nuevo el cargo de Ministro de la Presidencia, al que nunca había renunciado. Durante mi ausencia se movieron toda clase de intrigas y maniobras para sacarme del puesto, pero el Presidente Carazo mantuvo su palabra y no nombró a nadie para sustituirme. “Rodrigo ha sido para mí mucho más que un compañero de luchas. Desde muy jóvenes nos identific amos en las luchas universitarias y dirigimos algunos movimientos huelguísticos. Años después llegamos a emparentarnos. La mamá de Estrella, la muy querida e inolvidable Tía María, era hermana de mi suegro Guillermo Lizano Matamoros. Por esto, algunos dirigentes del Liberación decían que al único que le perdonaban haberse ido con Rodrigo era a mí, porque el parentesco de mi esposa de alguna manera me comprometía. “Después de salir el gobierno de Carazo me alejé de la actividad política por largo tiempo, aunque no muy largo que digamos. Como familiar y profesionalmente estaba muy vinculado a Puntarenas, algunos dirigentes de Pueblo Unido, integrado en su mayoría por miembros del antiguo partido comunista, me ofrecieron que encabezara la papeleta de diputados por aquella Provincia. Como lo dejé expuesto, a mí nada me importó que me dijeran comunista. Cuando me lo reclamaban a manera de reproche, yo contestaba que una persona como yo, profundamente devoto de la Virgen de los Angeles, jamás podría ser comunista. Arnoldo Ferreto, uno de los más auténticos líderes de la clase trabajadora que tuvo el país y quien había sido elegido tres veces representante por Puntarenas, gracias al apoyo masivo de los trabajadores bananeros, apoyó mi designación pero con su característica franqueza, en una reunión de dirigentes se me acercó y me dijo: ‘Quiero darte esos diez mil colones para que te ayudés en los gastos de la campaña. Pero no debés hacerte ilusiones. Camilo Rodríguez Chaverri
151
Tené siempre presente que para nosotros, los comunistas, seguís siendo un burgués, pero para los burgueses de ahora en adelante serás un comunista más’. El resultado que dieron las urnas, confirmaron las palabras de Ferreto. Salía nuevamente derrotado, pero viví una de las experiencias más importantes de mi vida, pués conviví y conocí al auténtico pueblo costarricense, desde el campesino abandonado en las lejanas montañas de Chirripó, víctimas entonces muchos de la ceguera, debido al consumo del alcohol etílico que recibían como medio sustituto del salario legal, hasta el explotado obrero a quien el patrón inescrupuloso niega sus más elementales derechos. “Poco tiempo después, resulté electo Presidente del Colegio de Periodistas y fui reelecto por dos períodos seguidos. “Con la ayuda de Dios, he vivido muy intensamente. He hecho de todo, desde engordar cerdos y pollos, en una pequeña granja que tuve en Palmares de Alajuela, ser diplomático, publicar tres o cuatro libros, darle la vuelta al mundo, hasta llegar a alcanzar el bien ganado título de abuelo.
Sus libros “El primero de mis libros es un ensayo que titulé ‘Orígenes de la Nacionalidad Costarricense’. El segundo libro también es un ensayo. Se llama ‘El Estado Costarricense y los Derechos Humanos’. Después viene ‘Volando sobre Siberia’, que considero el mejor de todos y por el que guardo especial afecto, ya que es producto de un viaje que hice en la época más tensa de la ‘Cortina de Hierro’, por la Unión Soviética de entonces y la China comunista.. En l959 ocupaba el cargo de diputado y a la Secretaría de la Asamblea Legislativa llegó una invitación para visitar la Unión Soviética suscrita por el recordado periodistas Adolfo Herrera García, que era el director de un noticiero en Radio Monumental. Treinta y dos diputados aceptaron la invitación. Incluso, dos o tres visitaron al embajador de Estados Unidos para solicitar su venia, pero la presión de esta Embajada y de algunos medios de comunicación fue tan intensa, que al final sólo seis diputados nos mantuvimos dispuesto a realizar el viaje. Como quedaban esos cupos, nos dijeron que lleváramos a las esposas. Ellas fueron las grandes beneficiadas. Durante el viaje de regreso, que consumió varios días, dictaba mi impresiones
152
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
a Mima, mi esposa, que las anotó a manera de un diario y así salió el libro en mención. Encontrándome de Embajador en la República Argentina, publiqué ‘La Revolución Desde el Poder’, que es la tesis mediante la cual obtuve el título de Licenciado en Ciencia Sociales en una universidad privada de Buenos Aires. En el libro trato de exponer cómo se puede realizar una revolución en el ejercicio del poder, sin violencia alguna. “Con motivo del bicentenario del nacimiento del General Francisco Morazán, participé en el Concurso de Ensayo sobre la Vida y Obra del General Francisco Morazán que patrocinaron la Organización de los Estados Americanos y el Gobierno de Honduras y presenté uno de los libros más polémicos que he publicado y que titulé ‘La Leyenda Negra Sobre Morazán’ y que por un horror de errores salió publicado bajo el título ‘La Leyenda Negra de Morazán’, el cual obtuvo el segundo premio que consistió en cubrir el costo de su edición. El primer premio de U.S. $10.000. le fue otorgado a un escrito hondureño. Comencé a conocer la apasionante historia del legendario General Francisco Morazán, apenas siendo un escolar, en mi natal ciudad de Cartago. Nuestro lugar preferido para reunirnos al salir de la escuela era un espacioso balcón del Teatro Apolo, en donde estuvo la casa de habitación de la benefactora doña Anacleto Astorga de Mayorga, a quien se les considera la fundadora del actual Hospital Max Peralta. Conocíamos de las historias que se contaban sobre un misterioso túnel que de allí partía en dirección a las Ruinas de la Parroquia, después de pasar bajo el Parque Central. Se decía que del centro del Parque se bifurcaba en dos direcciones: una se dirigía hacia el norte o sea hacia el Cuartel Principal y la otra continuaba hasta cerca de Paraíso, propiamente hasta lo que se conocía como las Lagunas de doña Anacleto, lugar donde había tenido una hacienda. Se cuenta que cuando el General Morazán es derrotado en San José por las fuerzas de Carríllo, marcha hacia la región de Cartago en busca del apoyo de su aguerrido oficial, el General José María Cañas y que doña Anacleto le da refugio en el mencionado túnel para protegerlo de sus perseguidores. Pero sucedió que don Pedro Mayorga, Jefe Militar de la zona y esposo de doña Anacleto, se dice que llevado por los celos, lo traiciona y lo entrega a las autoridades de Carrillo y un 15 de setiembre es asesinado en una de las esquinas del Parque Central de San José.
Camilo Rodríguez Chaverri
153
“Morazán fue un idealista. Quiso fundar la gran patria centroamericana, inspirado en el ideal bolivariano. Su error fue tratar de imponer por la fuerza su objetivo, principalmente al llegar a Costa Rica acompañado por tropas indisciplinadas que cometen toda clase de abusos. “Mi libro resultó muy polémico por su contenido y porque además sorprendió a muchos críticos que un tico escribiera un libro sobre el caudillo centroamericano, ya que siempre se nos ha señalado como culpables de su muerte. Pero lo importante es que la obra de Morazán, que se mantuvo oculta por largo tiempo, dio grandes beneficios, como principalmente sucedió con el prestigioso Colegio San Luis Gonzaga, cuya fundación se le debe al General Morazán. Siempre se ha dicho que su fundador fue don Jesús Jiménez, cuando la verdad histórica es que don Jesús lo puso en funcionamiento, que es tan importante como haberlo fundado. Además fue el primero en impulsar la apertura de un camino al Atlántico. “Otro de mis libros, ‘Ah cosas las de don Pepe’, es la recopilación de una serie de anécdotas que publiqué en el Semanario Universidad, cuando estaba bajo la dirección de mi colega y mejor amigo, licenciado Carlos Morales. “Ahora tengo en proyecto dos libros: uno que titularé ‘La Guerra entre Dos Diarios’ y otro sobre la historia no escrita de la carretera a Limón”, nos dice don José Rafael Cordero Croceri cuando vamos saliendo de su casa. El hombre que fue muchos hombres sigue siendo uno solo, íntegro, imprescindible.
154
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Rodolfo Barrantes Rodríguez
La visión del mayor productor de leche
Es uno de los empresarios más visionarios de Costa Rica y un símbolo de la producción lechera y de la Cooperativa Dos Pinos. Su nombre es señal de excelencia en la producción, y de la mano del trabajo y la visión, ha levantado un grupo de empresas que llevan su sello personal. Lo digo yo, porque es incapaz de decir algo así de él mismo. Rodolfo Barrantes Rodríguez nació en Alajuela, hijo de don Gilberto Barrantes y doña Lidia Rodríguez. “Don Gilberto, mi papá, era farmacéutico. Había querido ser médico, pero cuando eso no había escuela de medicina en Costa Rica. “Nunca tuvo farmacia, sino que se dedicó al comercio. Tuvo el Almacén Barrantes, que fundó junto a su papá y sus hermanos, donde ahora está el supermercado Tikal. Hacía mucho de farmacia. Vendíamos de todo lo que había que procesar, tintura de yodo, con base en yodo metálico y alcohol, pomadas, ungüentos… “Después, le compramos una finca en San Carlos a un señor Méndez. Se llama ´La Josefina´, porque así se llamaba mi abuela paterna. Cuando ellos la fueron a inscribir, existía la galleta ´La Josefina´, y ya la habían registrado. Entonces se llamó Agrícola Industrial La Lydia, S.A., pero, de por sí, el lugar es conocido como ´La Josefina´ porque está en un barrio del distrito de Pital que ya es conocido con ese nombre. “El papá de mi papá, mi abuelo, José Barrantes Arguedas, había tenido muchas fincas en Alajuela y en La Garita, y le inculcó a papá el amor al campo. Papá vivió en Alajuela toda la vida, y sabía que tenía que trabajar para salir adelante. Mientras tanto, algo parecido le ocurría a mi mamá, porque el abuelo Luis había perdido mucho del capital que tenía. Lo perdió en el año 29. Él tenía la finca La Florida´, en San Camilo Rodríguez Chaverri
155
Carlos, y la perdió, donde ahora está el ingenio Santa Fe, a la salida de Ciudad Quesada hacia Aguas Zarcas. También fue de él la finca ´La Fama, donde ahora están los piñales de Rodrigo Montealegre. Bueno, y el abuelo Luis tenía varias fincas en Poás. Era un viejo muy ordenado. Tenía su propia moneda, los famosos boletos de antes. Eran unas monedas grandes, de un material muy bueno, y tenían el valor impreso así como el nombre de mi abuelo. Hasta en Alajuela se cambiaban por dinero y por bienes. “Todavía en esos años había una porción de trueque en el intercambio de bienes y servicios en el país. Costa Rica es un país muy joven, muy fácil de enderezar, pero no lo quieren enderezar. “La salida a los problemas del país debe darse a través de una transformación violenta de la educación. Hay que pagarles bien a los maestros y que rindan cuentas. La educación debe profesionalizarse. Recuerdo a una maestra de San Rafael de Poás. Se llamaba María Francisca Picado. Era la esposa de mi tío Miguel Ángel, hermano de mi mamá. Qué buena maestra. Con esa mujer sí se aprendía. Hemos perdido mucho de la educación nuestra. Perdimos la mística y el sentido de la excelencia. De Pepe Figueres para acá se descompuso la cosa en educación”.
Entre Alajuela, Poás y Pital “Nosotros crecimos en Alajuela, pero yo iba a Poás todos los veranos y a Pital también. Iba un mes a cada lado. “En esos años no había ganado en el país. Todo venía de Nicaragua. Papá, que en ese momento no tenía muchos recursos, empezó a ver cómo hacía para meterse en el negocio del ganado. Papá nació con el siglo, el 21 de marzo de 1900. En este momento tendría 105 años. “Para ir a ´La Josefina´, salíamos de Poás de Alajuela, de donde era mi mamá. Ellos se casaron muy jóvenes. Papá tenía 25 años, y estaba recién graduado de la universidad. El abuelo Luis, el papá de Lydia, mi mamá, tenía finca en San Rafael de Poás, al frente de la escuela. “Me tocó ir a San Carlos a caballo. Salíamos a ´La Vieja´ en caballo, bajando por ´Ron Ron´. Salía uno por el cementerio, bordeando los cerros. El papá de Limberg Quesada era uno de los fundadores del pueblo. Tenía su hotelito. Ahí cambiábamos caballo, y cargábamos canfín, sal, alambre de púa, arroz y poco más. El resto se conseguía en la finca. 156
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Se comía olla de carne mañana, tarde y noche, con carne de venado, guatusa, zorra, tepezcuintle, cariblanco y pava. Había pavas como del tamaño de un zopilote. Se bajaban de un balazo. Era como comer gallina. Había gallinas de monte, pizotes… Usted los ve ahora en manada, pero después de cierta edad se apartan del rebaño, o porque un macho les quita las hembras o porque se sienten cansados. Se hacen grandotes y sedentarios. “Pasábamos un mes o dos meses en la finca. Iba toda la familia. En esos años, mi papá se iba para Nicaragua a traer ganado. Hacía unas arriadas enormes de ganado. Estaba de presidente Anastasio Somoza Debayle, lo apadrinaba el papá de don Jaime Solera Bennet, quien le prestaba la plata. Hacía arriadas hasta de mil novillos. “Se necesitaba casi cien arrieros, es decir, diez novillos por arriero, para andar entre la montaña. Sólo él y otro andaban a caballo. Era tan duro eso que papá nos contaba a nosotros de la forma cómo llevaban la comida. Por ejemplo, las arepas las tenían que hacer de trigo, porque el maíz se descomponía”.
Padre visionario “Papá era un hombre sumamente emprendedor y muy visionario. Hizo unos ´denuncios´ enormes. Era muy ambicioso. Llegó a tener muchas hectáreas de montaña en Sarapiquí. Fue socio del expresidente Mario Echandi en tierras y en minas, y con la ex ministra Estela Quesada también tuvo negocios, en Cerro Chato, con extracción de azufre. “Cuando el comunismo adquirió fuerza, los comunistas comenzaron a hacer un despliegue fuertísimo de poder. Como medida, el gobierno permitía que las tierras que no estaban cultivadas se perdieran. Empezaron a dar préstamos para botar montaña, porque aquí se consiguió botar montaña con el auspicio del Banco Nacional. La tierra tenía mucho más valor en potrero que en bosque. “Y papá se encargó de llevar crédito hasta los pueblos de San Carlos. Fue el fundador de las agencias bancarias de Pital, Aguas Zarcas y Venecia, así como presidente de la junta directiva del Banco Nacional en Alajuela y en San José, y director del Banco Central… Era un hombre de números, y muy patriota. “Me acuerdo que a uno jovencillo lo levantaban a las 5 y media para ir a la escuela y el colegio. A esa hora ya papá estaba atendiendo consultas, porque pasaba mucho del Camilo Rodríguez Chaverri
157
tiempo de él dedicado a ayudarle a la gente. Tenía un carisma muy especial, la gente lo quería mucho, era sumamente servicial. “También recuerdo cuando mis abuelos maternos se fueron de San Rafael de Poás a El Llano, en Alajuela. Mi abuelo Luis compró la finca San Luis, del finado Pinaud, francés. Tenía una casa muy bonita. Abuelo la tumbó e hizo una casa más bella todavía. Abuelo había entrado en una invalidez física impresionante. Quedaban nada más que las mujeres, mi mamá y sus hermanas, y Gilbertillo, que era el menor de los hombres. Después, él tomó los negocios de la familia. “Fui a la Escuela Ascensión Esquivel de Alajuela, estuve interno en el colegio San Bosco, en el barrio San Bosco, de ahí me pasaron a La Salle, semi interno, me expulsaron por conducta y me fui al Instituto de Alajuela. “Cuando terminé el colegio me fui a estudiar en Estados Unidos. Obtuve un bachillerato en ganadería de carne y de leche en la Universidad de Florida en Gainesville, una maestría en Ciencias Genéticas, y tenía una beca para irme a la Universidad de Wisconsin a sacar un doctorado en genética, pero papá estaba mal económicamente, y me dijo que me viniera a ayudarle. Mi hermano Carlos Manuel estaba en otras cosas, dedicado a la pesca y al turismo; mi otro hermano, Gilberto, estaba muy jovencillo. Mi hermano Carlos Manuel fue fundador de Parismina Tarpon Ranch, y abrió el mercado del turismo para la zona de las barras de Colorado y Parismina. Los turistas pescaban en las lagunas. Por años de años vinieron toda clase de personajes mundiales a pescar los sábalos más impresionantes del mundo, sábalos de 200 libras”.
De la finca a las mangueras “Me gradué en el año 63. Me vine directamente para la finca. Empecé a trabajar en ´La Josefina´. Trabajé con mi papá muchos años… “Como había trabajado en la finca con maquinaria, y uno vivía comprando repuestos y cosas, me di cuenta que había una buena oportunidad en el mercado, y era poner un lugar para la venta de bandas transportadoras, mangueras industriales, secadores refrigerativos, fajas automotrices y lubricantes. “En un garage fundé Central de Mangueras, en Barrio México. Le pedí a papá que me fiara, él me fió con mucho 158
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
gusto. Tenía unos 36 años de edad. Empecé solo con Ana Cristina, mi esposa, que en ese momento era secretaria de don Walter Kissling, en Kativo. “Mi esposa siempre me ayudó durante todo el tiempo en que no me alcanzaba la plata. Fue muy valiente. Le daban las dos, las tres de la mañana trabajando conmigo. Al día de hoy igual. Central de Mangueras acaba de cumplir 25 años, y ella sigue trabajando igual. La vida ha sido dura. “En la década de los 80, me había pasado de un garajito de la Uruca, donde pagaba tres mil pesos al mes, adonde Ayub, frente a Faco. Vino un fenómeno muy especial. No lo había visualizado. Empezó la devaluación fuerte y ese proceso me favoreció. Como me había educado en Estados Unidos, tenía un concepto más global de los negocios. Me fui a la sede central de la Good Year, en Ohio, Estados Unidos. Me fui a consultar qué era lo que había que hacer para vender sus productos. Me atendió David Foster, director financiero de la Good Year Internacional. “Good Year se estaba convirtiendo en una empresa global. Él me dijo, ´Rodolfo, we are going global, lo que le está pasando a su país, le está pasando a muchos países´. “También me dijo ´la moneda de su país va a empezar a devaluarse, cómprese unas calculadorcitas, haga lista de precio en dólares, no le crea a nadie que la moneda se va a mejorar, compre dólares tres veces al día, compre por la mañana, al medio día y en la tarde, no le haga caso a nadie que le diga lo contrario, tenga muchísimo cuidado con la especulación, gánese lo correcto, yo le voy a dar a usted crédito, usted se va a hacer rico en menos de dos años, la competencia se va a asustar y va a dejar de comprar…´. “Me dio 200 mil dólares de esa época en productos. El negocio se disparó. Creció de 22 empleados a 60 empleados. Ya no cabía ahí. Compré otra propiedad, en La Uruca, la construí, y pude hacer más inversiones en otros campos. Las cosas salieron. “Ahora la situación es diferente. La economía del país está estancada, y así va a seguir siendo, hasta que no haya alguien con sesos en el cerebro que cambie este país. La devaluación es una enfermedad. Es una cosa punible como ninguna. Los que están exportando en dólares están felices, pero el resto del país está jodido. “Ya cuando estaba muy bien con ´Central de Mangueras´, me llamó mi papá. Me fui a ayudarle en la finca. Con muchísimo esfuerzo, terminé comprando la finca”. Camilo Rodríguez Chaverri
159
El regreso al campo Como dice don Jorge Pattoni, gerente general de la Cooperativa Dos Pinos, Rodolfo Barrantes es el mayor productor de leche en Centroamérica, el mayor productor por vaca en bajura, 18 kilos por vaca, y el que le entrega más leche a la Dos Pinos. “Te quiero hablar de mi papá. Mi papá construyó una sala de ordeño y compró un tanque de 13 mil litros. Prácticamente nunca lo pudo llenar él. La primera vez que estuve al lado de él, las condiciones eran muy difíciles. No había caminos, pero crecimos bastante. Cuando volví, años después, le dimos realce a la producción. Y ahora que me quedé solo hice modificaciones de fondo, puse semi estabulación… No es un gran negocio, el negocio de ganado, en términos generales, es de regular a malo, pero es muy bonito. “Hay dos facetas del negocio que son válidas: usted mantiene y conserva la tierra, y si usted trabaja muy bien, mantiene y conserva los inventarios. Mi abuelo Luis decía que se llama ganado porque al día siguiente vale más, siempre engorda. “Como me formé profesionalmente en ese campo, conocía todas las disciplinas del negocio. Mi formación también ha sido de números y de cuentas muy cuidadosas. Creo en el flujo de caja. Creo en la inversión. Nada se hace si usted no invierte. También creo en los riesgos calculados. “Siempre se alegó que había mucha presión internacional, que había mucha leche, que los precios internacionales no permitían competir. Lo que siempre les he dicho es que hay que fiarle al productor los aportes, para que se le convierta en un negocio normal, con utilidades de la parte industrial. “Hemos visto cómo los negocios que tienen que ver con tierra empiezan a ser muy buenos, porque hay una explosión demográfica muy grande, de gente que consume, que antes no consumía, y se presenta muy bien una oportunidad de crecimiento industrial”.
El país “Para arreglar este país se necesita tres cosas. La primera es transformar la educación, que los educadores ganen dinero, que sean un lujo para el país. La segunda es la rendición de cuentas, que cada palo aguante su vela. También hay que simplificar el Estado, hacerlo más chiquito, más eficiente y 160
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
atacar la corrupción, tanto pública como privada. Sé de los sinsabores que tengo que pasar para competir por culpa de la corrupción privada. La gente está acostumbrada a dar propinas para que las cosas se le faciliten. “¿Quién falla más: el asalariado o el empresario? Seamos justos. La realidad es que los empresarios tampoco tienen toda la culpa. Es desesperante el sistema, que le pone trabas a todo. Los empresarios se impacientan. “El día en que, en este país, las cámaras hagan una campaña para que Costa Rica sea decente, todo va a cambiar, pero a la corrupción privada no se le da tanta importancia. “Este país está casi llegando a 19 mil millones de dólares de Producto Interno Bruto (PIB). Si se arreglara la infraestructura, este país se perdería de vista. Pero hay carreteras de dos vías, con transporte a 20 kilómetros por hora “Si este país se educara verdaderamente, no creo que este país requiera de mucho esfuerzo para salir adelante. Si uno empieza ya, la transformación se va a dar rápidamente. Este país es de gente trabajadora. Tiene iniciativa. Costa Rica empezó produciendo y exportando cuatro productos, y ahora tiene más de 5 mil productos de exportación. Ya hay hasta universidades de ticos en China. “En el mundo, el que va a salir adelante es el que tiene más iniciativa, más visión, más trabajo, más ahorro… Aquí hay instituciones que usted las puede cerrar mañana y le hace un favor al país. Además, en Costa Rica no hay razón para que haya pobres. Es responsabilidad del Estado que cada quien tenga una vivienda. Es una obligación del Estado que cada quien viva dignamente. Eso tiene que salir de la economía nacional. “La tarea de cada quien es trabajar mucho y pensar lo que hace. Yo estoy en actividad, en San Carlos con ´La Josefina´; en Fraijanes con ganadería de leche; además tenemos una urbanización de Pital, estamos empezando a hacer casas; tenemos dos tajos, estamos empezando a explotarlos; iniciamos las siembras de piña; contamos con un tallercito de ebanistería, y aprovechamos toda la madera de la finca y sembramos de madera todos los rinconcitos que no se puedan usar como tierra agrícola… Aparte de eso está Central de Mangueras, que es un gran esfuerzo en el que mi esposa está al frente. Sin duda, este negocio se lo debo a ella”.
Camilo Rodríguez Chaverri
161
“Trabajo de 12 a 14 horas” “Trabajo entre doce y catorce horas al día. Me levanto a las 6 de la mañana, desayuno cereal con leche y banano, no tomo café… Me meto a trabajar. Paso la mitad de la semana en San Carlos, estoy en comunicación constante con la empresa y pego la computadora a la hora que sea. Se desplaza uno muy bien. “También me he metido en otras actividades. Por ejemplo, una vez me metí en una bananera. Cogí una finca de 75 hectáreas. Producía 1400 cajas por hectárea. La amplié, la llevé a 170 hectáreas, y la entregué con 2600 cajas por hectáreas. Es una finca que está en San Luis de Guácimo. La compró la compañía bananera San Luis. “Es que si usted es lechero, es bananero, es piñero y, además de eso, es comerciante, usted puede hacer lo que sea. Se requiere orden contable, disciplina, trabajo, buenas relaciones laborales, no creer en la rotación de personal, tener visión, e invertir para crecer… Con las empresas hay que producir progreso. Es la obligación de todo ser humano. Todo se hace a punta de esfuerzo, trabajo y colaboración de otras personas. Todo el que quiera trabajar sin colaboración de otra gente está muerto. Para eso, la organización es fundamental. “El principio de delegación de funciones es el más delicado de todos, pero es el más importante. Uno tiene que andamiarse fuertemente con las diferentes personas con las que uno va haciendo y reforzando la organización. Al final de cuentas uno va diciendo, va orientando… Uno tiene la voz cantante, predominante, pero las más de las veces todo sale sólo si la gente está estimulada. A como uno ama el trabajo, todos también deben amarlo. Eso implica que todos deben tener un trabajo bien remunerado. Los controles sí ayudan, pero más ayuda una buena relación humana y laboral. Es fácil decirlo, pero para aprenderlo uno necesita estar pendiente todos los días de todos los detalles, y entonces todos los días aprende uno algo”.
162
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Trina Pacheco Gutiérrez
Mujer fuerte del 48
Aunque la historia oficial solamente habla de su esposo, Max “Tuta” Cortés, héroe del 48 junto a Frank Marshall, su trabajo fue estratégico, a pesar de que quedó en el anonimato; su lucha fue insigne, aunque fuera callada y secreta. Se encargó de movilizar a muchos combatientes hacia La Lucha, y fue la responsable de llevar y de traer información clandestina desde la línea de batalla hasta la zona central del país. He aquí la historia de una heroína que la historia oficial no consigna como tal. Trina Pacheco Gutiérrez nació en Cartago el 28 de agosto de 1922, hija de José Joaquín Pacheco Cooper y Carlota Gutiérrez Urtecho. “Papá siempre fue agricultor, compraba y vendía fincas, y mi mamá fue ama de casa. Éramos nueve hermanos, siete mujeres y dos hombres. Soy la última de los nueve. “Crecí en Cartago. Fui a la Escuela Ascensión Esquivel, y al Colegio Sagrado Corazón de Jesús. Papá jamás nos hubiera dejado ir al Colegio de San Luis Gonzaga, porque hubiéramos tenido que ser compañeras de algunos varones. Eso hubiera sido inaceptable para él. Casi todos los muchachos de familias conocidas y con poder iban a Cartago, sobre todo los de las generaciones anteriores a la mía. “Para tonto no hay que estudiar: en ese tiempo se casaba uno muy joven, me casé el mismo día que cumplía 20 años. Mamá me quitaba dos años y decía que tenía 18 años, porque no quería que creciera ni que me casara. Decía ´no, no, ¿qué es eso? Si no tiene esos años. No puede casarse… “Después de los 20, no nos quedaba a las mujeres más que casarnos y comenzar a tener chiquitos. Por eso, en mi destino estaba escrito encontrarme con Tuta Cortés. La verdad es que me encontró él a mí. “Les voy a contar cómo fue que nos encontramos. Un día pasó una sobrina mía, de la misma edad que yo, y me Camilo Rodríguez Chaverri
163
dijo, ´acompañáme al Colegio San Luis, que va a haber un partido´. Fuimos y ahí estaba Max Cortés. Después, ellos se quedaron en el Salón París, y nosotras nos fuimos para la casa. Mi sobrina y ella teníamos como 14 años. “Max fue muy inteligente. Lo primero que hizo fue ser amigo de mamá. Le compraba cigarros. Un día le dijo mamá a papá, ´es que me hice de un amiguito´. Se volvió papá y le preguntó, ´¿cómo que te hiciste de un amiguito?´. ´Sí, sí´, se vuelve mamá, ´es el hijo de Claudio Cortés´. Se queda viéndola mi papá y le dice, ´ay mujer, vos sos tonta, ese anda detrás de Trina... Sólo a vos se te ocurre que es amiguito tuyo´. Y le contesta mamá, ´ah, ¿no me digás que me está cogiendo de tonta?´. “Como mamá lo invitaba, él llegaba a casa. Al principio nos gustábamos y no nos podíamos ver. Jalamos como cuatro años de esa manera. Era apenas de verse y verse, nada más, de ´rilos y rilos y nada dicilos´. “Era año y ocho meses mayor que yo. En total, jalamos como seis años, cuatro años de mentiras, y dos años con permiso. Siempre estaba vigilada. Eran noviazgos como de Primera Comunión. La visita era de siete a diez. A las diez papá empezaba a hacer que tosía. “La sala de casa era sala y comedor. Estaba dividida por un arco. Papá se sentaba en el comedor, dizque a leer el periódico. La luz del comedor era muy mala. Papá no podía leer, pero hacía como que sí podía”.
Al lado de su compañero “Primero lo puse a trabajar como los hombres. Me compré una finca que mamá me consiguió. Se la compramos a Nardo Peralta, con un préstamos del banco. Tuta nunca había ordeñado una vaca en su vida. Le dije ´te puse a trabajar como los hombres pero no me serviste´. Él siempre dijo que lo suyo era el comercio, andar vendiendo cosas. Con las vacas sólo pasaba vacilando. Recuerdo que a una vaca le llamaba ´Mariposa´. “No le gustó lo de la finca y se dedicó al comercio. Vendía lo que se le atravesara. Nos vinimos para San José y nos quedamos aquí. Cuando me vine para San José, papá y mamá vendieron la finca y también se vinieron. Pobrecito papá, ustedes se imaginan lo que es hacer la boda de siete hijas. Tras de todo, dos quedaron viudas y se volvieron a casar. A mi pobre papá le tocaron nueve bodas. 164
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Cuando llegamos a San José, Max empezó a trabajar en comercio, vendiendo de todo lo que hubiera. Ignacio Aizeman era amigo mío desde que fuimos unos chiquitillos. Max se puso a trabajar con Ignacio en la Agencia Datsun. “Después entró al Instituto de Seguros, donde estuvo hasta que murió. Pasó en el INS como 35 años, pero todo eso fue después de los ocho años de Calderón, en el que vivimos toda clase de horrores. Ahora todo el mundo dice que hay que perdonar y olvidar. Yo estoy de acuerdo con perdonar, pero esos horrores no se pueden olvidar. “Si Max y yo íbamos al cine, ´Perro Negro´, un patán que trajo Calderón, un matón a sueldo, que hizo sufrir tanto a nuestra sociedad, se montaba en los guardabarros, y le decía a Max, ´usted está detenido´. Max le decía a Perro Negro, ´de ninguna manera, tengo que dejar a mi señora´. Max iba, me dejaba a mí en la casa y de inmediato se lo llevaban preso. “Max era sobrino de León Cortés. Calderón y León eran amigos, pero después Calderón le dio vuelta, y apoyó a Teodoro Picado. Calderón hizo fraude en favor de Teodoro Picado. Fue un asco. Hubo gente que votó hasta siete veces. Y todo fue por la cochina política… “En esos años de Calderón, apaleaban gente y daban cincha. Les puedo contar muchos casos. Por ejemplo, a Vesalio Guzmán y a Fernandito Volio les dieron una tunda. Venían atravesando el parque de Cartago, y en eso estaban los mariachis dándole cincha a unos campesinos. Ellos dos se metieron y les dijeron ´péguennos a nosotros´, porque sabían que, como eran diputados, no podían tocarlos. Qué va. No les importó que fueran diputados. Les dieron una chinchoneada y los mandaron al hospital. Me tocó ir al hospital a verlos. Los dejaron todos moreteados y con heridas”.
La era de Perro Negro y Tabío “Después, los de Calderón trajeron a un condenado que se llamaba Tabío, un mercenario cubano que, como no era de aquí, no respetaba nada, y a todo el mundo le hacía barbaridades. Él fue el que mató al doctor Valverde Vega. No sólo le dispararon cuando el pobrecito doctor salió con un pañuelo blanco, sino que no dejó que lo auxiliaran. Si lo hubieran auxiliado, no muere el doctor, pero el cruel de Tabío dejó que se desangrara en el suelo”. (Nos acompaña en la entrevista la señora Maya Suárez, contemporánea de doña Trina, quien cuenta una anécdota Camilo Rodríguez Chaverri
165
que no podemos dejar por fuera: un día Calderón Guardia vio a una hija del Doctor Valverde Vega. Unos instantes después de que se toparon, el doctor dijo ´¿quién es esta muchacha?´. Le dijeron que la hija del doctor Valverde Vega, y comentó, de una pieza, ´nunca había visto el odio que vi en los ojos de esa mujer´.) “Mamá era bravísima. Una vez, habían metido a Max en la cárcel, todos lo negaban, llegábamos a un cuartel de artillería, preguntábamos, y nos contestaban ´no, aquí no está´; íbamos a otro cuartel y nos decían ´no, aquí no esta´… En eso, mamá se fue al Cuartel Bellavista, preguntó por Tabío, salió el sanguinario ese y le dice ´¿cómo está mi señora? Mamá le dijo cuatro, empezó con algo así, ´mire, mercenario indecente, usted me dice dónde está Max Cortés, porque yo soy muy mujer y usted no llega ni a hombre´. Otro señor que andaba vestido de militar, ropa azul y charreteras, vio donde estaba mi mamá y con tal de que sacara a mamá de donde Tabío me dijo donde estaba. Como todo el mundo le tenía miedo, Tabío estaba extrañado con aquella mujer que llegó a insultarlo. No sé cómo salió viva de esa mi madre. “Fueron ocho años fatales, hasta que vino la mecha. Mis hermanas me decían ´¿cómo vas a dejar que Tuta se vaya a la revolución? Yo les contestaba, ´diay, va con Don Pepe´. Ellas me replicaban, ´pero, ¿lo pueden matar?´. Y yo les contestaba de una sola vez, ´no se puede vivir así´. “Ya yo no aguantaba que a cada rato me dijeran, ´Trina, el Perro Negro se llevó a Max´. Así estaba toda la gente que no simpatizaba o que no había votado por el doctor Calderón Guardia o por Teodoro Picado. Todo el mundo se sentía mal. Todo el mundo se fue juntando en contra. “Aún así, yo admito que Calderón Guardia hizo unas cuantas cosas muy buenas, pero traer a Tabío y a otros matones fue el gran error. Gente como ´Perro Negro´ hizo todo el daño que quiso. “Nosotros nunca quisimos que las cosas tomaran un rumbo violento. Yo estuve entre las mujeres que le fueron a pedir a Teodoro Picado que impidiera el fraude en las elecciones. Las mujeres sólo llevábamos bolsas de sánguches y refrescos. Eso sí, todas íbamos vestidas de negro. Nosotras sólo queríamos que el Presidente Picado supiera que no estábamos dispuestas a permitir que hicieran fraude. ¿Sabe cómo nos recibieran? Con bala. Nos cerraron a balazos. La Casa Presidencial estaba donde ahora está el Tribunal Supremo de Elecciones. Estábamos en el Parque Nacional. No sólo nos volaron 166
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
plomo, sino que apagaron las luces. Nos quedamos a oscuras, y no podíamos hacer otra cosa que tirarnos al suelo. Se pueden imaginar el espectáculo horrendo de ese montón de mujeres tiradas al suelo, esperando que no les pegara una bala, pensando en sus hijos, en sus madres… Por eso es que justifico la revolución. El matonismo calderonista fue el culpable”.
Su papel en la revolución del 48 “Los hombres se fueron para la revolución. Cualquiera hubiera esperado que las mujeres nos quedáramos nada más que esperando noticias. Yo no me quedé sentado en el corredor de la casa esperando noticias. A veces venían y decían cosas. Yo esperaba que Dios me cuidara a Tuta. “Y me puse a ayudar. Había boletines clandestinos. Uno les mandaba con peones información a La Lucha. Ellos iban por el monte. También me tocó ir a dejar gente a Cartago. En el tren llevé al Flaco Arrea, por ejemplo. Yo iba porque era una gran bombeta. “¿Les cuento la historia del Flaco Arrea? Él llegó donde Don Claudio Cortés y le dijo que quería ir a la revolución. Había retenes en San Pedro. Si los matones, como Tabío o Perro Negro, veían a uno de estos muchachos, lo cogían preso. Me quedé corta. No sólo lo cogían preso, lo mal mataban, lo dejaban en pedazos. ´La Tribuna´ era de ellos y ´El Diario de Costa Rica´ era de nosotros. Por dicha que teníamos a ´El Diario de Costa Rica´ porque nada de esto salía en ´La Tribuna´. “Entonces, para no enredar la historia, me tocaba acompañar a algunos de los muchachos que iban para la revolución. Los acompañaba de San José a Cartago. “Ese día que llevé al Flaco Arrea, compré ´La Tribuna´, por supuesto, porque tenía que disimular, y me subí al tren con el flaco. Me dice el flaco ´¿por qué compró ese periódico?´. Me vuelvo y le digo, ´diay, ¿qué querías? Que compremos el Diario y que Perro Negro nos coja a los dos´. “Íbamos leyendo la mentada ´Tribuna´, parecíamos dos actores de cine, disimulando. Yo iba supuestamente tranquilísima, y el flaco quería meter la cabeza entre el asiento del tren. Íbamos en el tren porque al principio no había retenes. Ellos descuidaron ese detalle y así mandamos a un montón de gente para ´La Lucha´, la finca de don Pepe. Yo era una de las organizadoras de esas aventuras a Cartago. Camilo Rodríguez Chaverri
167
”Al Flaco Arrea, al igual que a otros, lo llevé hasta la casa de mi mamá. Me fui caminando por callecillas hasta donde mamá. Mamá mandó al Flaco con Teresa, que era la hija de la cocinera de mamá. Teresa lo llevó hasta la iglesia de los Ángeles, donde los esperaba Rodolfo Echeverría. “Rodolfo Echeverría era casado con una hermana mía, con Berta. Tenía una finca por El Llano de Cartago, de donde él nos mandaba a los muchachos para La Lucha. “Nos hicimos mañosas y jugadas para que no nos agarraran a los muchachos. Si un muchacho quería irse para La Lucha tenía que irse con zapatillas, y ojalá vestido de saco y corbata, como si fuera para una boda porque, con sólo que lo vieran con botas, lo agarraban. “Nosotras les llevábamos los maletines con las botas. Los mandábamos en el tren, pero en otro momento. Jamás pensar en llevarse al muchacho y el bulto con las botas al mismo tiempo. También había una radioemisora clandestina. Yo la escuchaba siempre, pero nos las destrozaron. Cuando alguien iba para La lucha, tenían una clave para saber si llegó bien. Por ejemplo, al Flaco Arrea le pusimos ´el pajita que se come las uñas´. Entonces, apenas llegaba a La Lucha, mandaban un mensaje que decía ´el pajita que se come las uñas llegó bien´. Y cuando llegaron Álvaro Carranza Montealegre y Álvaro Vargas Echeverría dijeron ´los comemaíces llegaron bien´. “Esa fue una de mis misiones durante la revolución. La otra tenía que ver con los boletines clandestinos. Carmen Crespo hacía boletines clandestinos. La mamá de Édgar Cardona también. Nos metíamos los boletines en el buche, e íbamos tratando de tirarlos para que la gente los leyera. “Los Crespo estaban muy metidos porque les mataron a Nicolás Marín, que trabajaba con ellos. Lo torturaron y le sacaron los ojos. ¿Cómo no iban a hacer lo que fuera en contra de ese régimen de muerte? Yo también. Doña Carmen Crespo no tenía que decirme nada. Yo estaba a su lado por gusto propio”.
“El país los botó del poder” “He de decirte que la revolución triunfó porque fue Costa Rica la que ayudó. Ya fuera una mujer moliendo tortillas, otra pasando recados, otra escondiendo a algún muchacho que iba para La Lucha y otra llevándose a los muchachos a escondidas. En San José y en Cartago sólo habíamos quedado las mujeres. Todos los hombres andaban en la revolución, de 168
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
un lado y del otro. Sé que las mujeres del otro bando también hicieron lo suyo, pero por dicha ganamos. “En ambas ciudades ayudamos un montón de mujeres. Cuando sabíamos a quienes tenían escondidos para no mandarlos a la revolución, tampoco crean que éramos muy consideradas. Un día llegó una vecina de la que sabíamos que tenía escondido al marido. Me dice, ´ay, Trina, ¡qué horror! Yo estaría muerta del susto de que mi marido estuviera en la revolución´. Yo le contesté, ´pues prefiero morirme del susto y no de la vergüenza de tener al marido debajo de la cama´. Qué cochinada, porque hubo gente que no quiso defender a Costa Rica. Recuerdo que en un barrio había un muchacho escondido en el techo de una casa. Estábamos furiosas hasta que nos dimos cuenta que tenía leucemia. Cuando eso la gente le decía ´anemia perniciosa´… “Las mujeres que ayudamos en la revolución nos dirigíamos todas solas. Cada una hacía lo que podía. Nos reuníamos en la casa de Édgar Cardona. “Yo era como la líder, era la más bombeta. Lo que había que hacer había que hacerlo. Alguien tenía que hacerlo. Como era la más bombeta, no sólo fui la que anduve de San José a Cartago con los muchachos para Don Pepe, sino que tenía que meterles valor para que fueran a ayudarnos con los boletines clandestinos. “Papá me decía, ´muchacha, quedáte en la casa, eso es muy peligroso, no es para mujeres, es para hombres´. Yo le contestaba, ´pues los hombres no están, están en la revolución, y alguien tiene que hacer las cosas que hacen falta´. “Es que los matones esos no aguantaban nada, ni perdonaban a nadie. Durante la revolución del 48, a Don Otilio Ulate lo andaban buscando para matarlo. Monseñor Sanabria lo escondió. Monseñor sabía que Perro Negro, Tabío y todo ese tren de infelices eran capaces de matarlo. “Es que hay que ser muy infeliz para hacernos lo que nos hicieron en el Parque Nacional, cuando nos quitaron la luz, y se pusieron a volar bala. Quitaron la luz de arco, y todo quedó en negro, igual que nosotras, que andábamos de negro. No lo repito por gusto. Es que fue mucho el abuso”.
Camilo Rodríguez Chaverri
169
El Tejar “Si vos hacías algo, te mataban por puro gusto. Por eso, para el tiempo de la revolución, decíamos, ´o los matamos o nos matan´. “Otro detalle por el cual creo que ganamos es que en la revolución todos estaban por gusto propio, por convicción… Nadie se fue para allá a la fuerza. En cambio, a ellos los mandaron a pelear a la fuerza. Imagínense a la pobre gente que mandaron a traer de ´Línea Vieja´ (Guápiles, Guácimo, Siquirres y Sarapiquí), para que se fueran a pelear. Los sacaron de aquellos calores y los mandaron a pelear en lo más frío. Les pusieron mariachis porque a todos les pusieron una cobija encima y parecían mariachis. “Mientras tanto, ´Tuta´ estaba peleando allá. Yo nunca dudé de que fuéramos a ganar. Cuando empezó la revolución, se fueron 300 hombres para La Lucha, entre ellos todos los que nosotros ayudamos a que se fueran. Después, comenzó a llegar gente y más gente. Llegaban por los caminos, sin que los llamaran. Estaban convencidos de que era necesario. Cuando entraron a Cartago, eran 600 hombres. La batalla de El Tejar fue la más brava. Murió muchísima gente. “La revolución fue una tristeza profunda para Costa Rica. Ellos, los calderonistas, provocaron todo. La cochina política fue la culpable. El país quedó con una herida profunda. Eso se respiraba en todas las familias. Debe ser terrible ser familia del que mataron en la revolución, pero seguramente es peor ser familia del que mató. Es un dolor con vergüenza. “Además, después de la revolución los calderonistas sufrieron mucho. Si usted era calderonista, y tenía un negocio, no le volvían a vender ni una empanada. Se generó una división que existió por mucho tiempo. “Todavía cincuenta años después, uno sentía entre la gente las divisiones y los resentimientos”.
El Cardonazo Tema inevitable. Debo preguntarle por El Cardonazo. “Ay, ni me hablés. El Cardonazo es algo de lo que yo no quisiera ni acordarme. Cuando Don Pepe empezó en la Junta de Gobierno, mandó a Max (´Tuta´) Cortés, mi marido, de cónsul a Nueva York. Max estaba de cónsul general. En eso nos vinimos de Nueva York. Llegamos a la casa de mamá en San 170
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Pedro, y nos tenían una fiesta. En eso llegó el Édgar Cardona a casa, hablaron ahí, y Max me dice ´tengo que ir con Édgar´. Le digo ´no te podés ir porque la fiesta es en honor tuyo´. Era que estaban planeando el Cardonazo. Andaban con una carta que le mandaron a Don Pepe, y que llevaba la firma de Édgar Cardona, Fernando Figuls y Tuta Cortés, que llegó conmigo el día antes a Nueva York, llegó de idiota, y se metió donde no lo habían llamado. “Como no lo dejé irse, se pusieron a leer la carta en la reunión de mi familia, en la fiesta. En eso, se volvió Óscar Martínez, médico, esposo de Caba, mi hermana, y le dijo a Max, ´esta carta estaba muy bien redactada, no la redactó Édgar ni la redactaste vos´. Tenía razón porque Édgar era medio buey manso. No era muy vivo que digamos. Max y Fernando Figuls sí, pero él se los rodaba. Óscar Martínez dijo ´esta pluma se me parece a la de Otilio Ulate´. Yo creo que eso lo escribió Don Otilio, pero Max tampoco quiso decir nunca… Max calló lo de ´El Cardonazo´ hasta la muerte. “Pero me estoy adelantando en la historia. Lo cierto es que Tuta se fue a mandar la carta. Se fueron Fernando Figuls y Tuta para el cuartel Bellavista. Yo no entendía mucho. Así que al día siguiente me dije ´yo voy a ir a hablar con Don Pepe, para que me explique qué es todo esto que está pasando´. Margarita Gutiérrez, de pinto, la suegra de Huber Federspiel, me dijo, ´ay, mi hijita, ¿cómo vas a ir donde Don Pepe si tu esposo le acaba de dar un golpe de estado apenas ayer?´ Me puse peor. Margarita Gutiérrez era prima hermana mía. “Me tenían como marcada, pero como estaba tan llorona, Sole, la hermana mía, la esposa de Claudio Volio, que era de rompe y rasga, me dijo, calladita, ´quedate quedita, no digás que vas para ninguna parte, te espero por el portón de calle´. Pensé ´Dios mío, ¿cómo me zafo? Me estaban cuidando mamá y Tere. Como estaban como locas porque yo me comiera algo, les dije ´ay, voy para la cocina a tomar un plato de sopa´. Tere, la hija de la cocinera, me abrió el portón de la calle. En una de tantas, me dice ´ya está la sopita, Trinita´. Aprovecho y salgo en carrera. Me monta Sole en su carro y me lleva para donde Don Pepe. Me dice Sole, ´yo te llevo, pero yo no entro con vos´. Le dije que no importaba. Entré donde Don Pepe. A mí, Don Pepe me decía ´Chacalina´. Entonces le pregunto y me dice, ´ay Chacalina, qué vaina lo que está pasando´. Le digo, ´ay, Don Pepe, Tuta lo adora, no sé qué pasa´. Don Pepe se quedó viéndome y me contestó, ´ay, Chacalina, eso fue torta mía, fue por meter a esos muchachos tan jóvenes en los Camilo Rodríguez Chaverri
171
cuarteles, esos muchachillos no saben ni ser policías y yo los puse en los cuarteles, eran unos mocosos y se lo creyeron´. “Le conté que la carta primero estuvo en mi casa, y me dice Don Pepe, ´ay, Chacalina, si la hubieran mandado de tu casa, no hubiera pasado nada. Pero la mandaron de un cuartel y eso es un golpe de Estado´. “También me dijo que no me preocupara, que en Costa Rica esas cosas no duraban nada. También le confesé que a Max lo agarraron apenas llegó y que se juntó con ellos. Se apresuró a decirme, ´Chacalina, no te apurés, aquí las cosas pasan´. Don Pepe sabía que Tuta le salvó la vida en la guerra. “Ellos pasaron peleados, pero yo no. Íbamos a un baile, estaba Don Fernando Valverde, y yo le decia ´¿qué tal, don Fernando?´ A Tuta no le hacia mucha gracia, pero, ´¿por qué me iba a pelear con ellos, si el de la torta fue Max? La verdad es que fue horrible ese Cardonazo. Yo sufrí más con ´El Cardonazo´ que con la revolución… “Don Pepe me admitió lo siguiente: ´a todos se los perdono, porque son unos chiquillos, excepto a uno…´ No me dijo, pero el único viejo era Edgar Cardona. Imagínense que Fernando Cortés estaba en otro cuartel. Era el sétimo de los hijos de Don Claudio. Si acaso tenía 24 años”.
“Pepe y Tuta” “Pepe y Tuta estuvieron peleados tamaño tiempo. No sé quién fue el que los juntó en alguna parte. Simplemente un día llegó Max y habló con Don Pepe, como si nada hubiera pasado. Fue como año y medio después de ´El Cardonazo´. Lo cierto es que en el año 70, Tuta volvió a trabajar para Don Pepe. Si es que nunca dejó de ser liberacionista, como yo. “Max y Édgar (Cardona) también eran muy amigos. Fueron vecinos desde niños. Vivían en Cuesta de Nuñez. Daniel (Oduber) y Max eran cercanos. Daniel era pariente de Doña Elisa Noriega Soto, la madrastra de Max. “Por dicha que, al final de sus vidas, todos se hablaban y se llevaban bien, porque ´El Cardonazo´ fue lo peor. Fue una cosa sin pies ni cabeza, pero tuvo razón Don Pepe: él tuvo la culpa por poner a esos chiquillos en esos puestos de confianza. “Max no quería ni que le nombraran ´El Cardonazo´. Decía ´ni me acuerdo de nada´. “¿Cómo se les iba a olvidar si hasta estuvieron encerrados? Estuvieron en la cárcel Fernando Cortés, Fernando Figuls, 172
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Édgar Cardona y Tuta. Así como lo oyen: a mi marido lo tuvieron bien guardado, lo tuvieron encerrado como 3 meses. Yo iba a verlo, pero no quería, no tenía ganas. Iba porque no me quedaba de otra. Llegaba y ahí estaban todos esos idiotas, en un puro vacilón. Me preguntaban, ´mirá, mirá, ¿y qué dice el enano?´ (´El enano´ era Don Pepe). Yo les contestaba, ´está muy bravo con todos, pero los va a perdonar… A todos menos a uno. Está bien con todos, enojado y resentido, pero bien, después de todo, menos con uno. Hay uno al que Don Pepe no lo va a perdonar jamás´. Nunca les dije que era a Édgar Cardona. “Unas viejas mariachis me decían que yo era una gran figueriacha. Cuando vino ´El Cardonazo´, me decían ´ahora dejás de ser figueriacha´, y yo les contestaba, ´qué va, ahora soy figueriacha a gritos´. Me replicaban ´pero van a fusilar a Tuta´, y yo les devolvía, ´¿quién lo va a fusilar? ¿Don Pepe? Ay, como se nota que no conocen a Don Pepe´. “Lo cierto es que después de unos días estaban felices en la cárcel, pasaban muertos de risa, gozaban como locos, se contaban cuentos, más bien a veces había que llegar a callarlos y a separarlos… Es que sabía que Don Pepe los iba a soltar y que ´El Cardonazo´ no iba a pasar más allá. “Mientras eso pasaba, yo estaba donde mamá y papá. Ahí tenía de todo. Y cuando Max salió de la cárcel, comenzó a trabajar en lo que fuera. Es más, cuando salieron de la cárcel, cada uno vio qué hacía. Max se metió a trabajar en una cosa y en otra, y así tuvo que hacer cada quien. “Mamá me regaló un lote en barrio La Granja, ahí hicimos la casa, y no nos volvimos a acordar de la política”.
“Daniel mandó a buscarme” “En medio de ´El Cardonazo´ hay una anécdota que siempre me hace gracia: Papá tenía un rifle de cacería, papá era cazador, y en medio del enredo, me dice ´voy a llevarme este rifle para ver dónde lo escondo´. Le digo, ´deje ese rifle aquí, por si lo necesitamos´. Él tenía miedo de que requisaran la casa. En eso llega el carro presidencial, llegaron a otra cosa, pero él pensó lo peor, que venían por mí. “Papá fue por el saco. Papá no salía sin saco ni a la puerta, ni aunque hiciera sol. Abre la puerta y efectivamente le dicen que mandan por mí. Les dice papá, ´pero, ¿cómo? ¿por qué vienen por ella?´
Camilo Rodríguez Chaverri
173
Entonces le explicaron: era el carro que Daniel mandaba, y le dijeron a papá ´para lo que necesitara la señora´. “Me fui a agradecerle a Daniel la deferencia y le dije que sólo necesitaba que me ayudara con los baúles donde traía todas las cosas de Nueva York. Como apenas llegamos, Tuta se metió en lo que se metió, no fuimos por los benditos baúles, y ahí venía la ropa de los chiquillos. Inmediatamente dieron orden, y me fueron a buscar los baúles. “En ese entonces, Daniel era el ministro de Relaciones Exteriores. Era el jefe de Max, cuando estábamos en Nueva York. Estuvimos en Nueva York sólo un año. Max estaba como loco por venir a Costa Rica. Yo me hubiera quedado más, pero él quería venirse. Decía que él tenía que trabajar, que estaba perdiendo el tiempo allá, y yo no decía nada porque a mí me hacían mucha falta mamá y los hermanos. Lo que yo no sabía era que lo que quería Tuta era meterse en esa tontería de ´El Cardonazo´. “Oh cochinada de la política. Es la pura chapa. Por dicha que Tuta nunca más estuvo en un puesto político. Sí iba a las manifestaciones, a las plazas públicas en las campañas, y jalaba mucha gente. Toda la vida trabajamos por Don Pepe, hasta el último momento, y también por Daniel. “Daniel le tenía muchos celos a Don Pepe. Una vez, estábamos en Cartago, en ´Las ruinas´. Ahí había una reunión de Daniel, que era el candidato para la presidencia. Don Pepe estaba trabajando como loco para que Daniel quedara. Don Pepe era el presidente, y de casualidad también estaba en Cartago, en otra reunión, por el San Luis de Gonzaga. Don Pepe estaba dando un discurso, y diciendo bellezas de Daniel. En ´Las ruinas´, donde estábamos nosotros, comenzaron a decir que Don Pepe estaba hablando de Daniel, allá por el San Luis de Gonzaga, y todo el mundo se pasó para donde estaba Don Pepe, en cuenta nosotros, Tuta y yo. Daniel se quedó prácticamente solo en su manifestación, mientras que la de Don Pepe se llenó. Desde entonces, Daniel le agarró más tirria a Don Pepe. “Hay otra manera de ver la diferencia que siempre entre Daniel y Don Pepe, por más que los quisiéramos tanto a los dos. A Tuta le decían ´¿dónde está el hombre?´, y contestaba, ´el hombre está en La Lucha´. Daniel hasta que se fruncía. Con Daniel nunca fue la misma locura que con Don Pepe. “Yo me pelié con Daniel ya de viejos porque tuvo un pique con Don Pepe. Yo amo a Don Pepe a muerte. Como Daniel se portó como un chancho con Don Pepe, no volví a verlo. Es 174
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
que con Don Pepe era otra cosa. Nunca lo dejé de querer, así vinieran cuarenta cardonazos, y pasara lo que pasara. “Un día una doña invitó a Don Pepe a tomar café, y Don Pepe le pidió la receta de las empanadas. Esa doña no volvió a creer en nadie. Y quién sabe qué hizo don Pepe con la receta, pero esa señora lo amaría para siempre. Eso hace un político fuera de serie, como él. “En La Lucha les daba a las señoras la pintura para las casas, y les regaló máquinas de coser. Como él quería que todo estuviera bonito, hacían competencias de jardines Era bellísimo ver en La Lucha que en todas las casas estaba el retrato de Don Pepe. “A Don Pepe lo enterraron en La Lucha porque él quería. Cuando murió, entre todos los hombres lo cargaron desde el bajo, al hombro, hasta el cementerio, que queda en la cima. Qué emocionante fue ver a todos esos hombres cargando a ´el hombre´, como le decía Tuta”.
“Tal vez vote por Óscar” “Siempre he sido profundamente liberacionista. ¿Habrá que decirlo? Jamás votaré por un mariachi. Primero muerta. He votado por todos los candidatos del partido. Por ejemplo, fui arista, voté por él, hice almuerzos y reuniones. Después, estuve brava con Óscar Arias. Estuve furiosa con él. Se portó muy mal con Don Pepe y después con José María (Figueres). “A José María lo amamos en esta casa. Aquí venía seguido a almorzar con Max los domingos. Nos ayudó a conseguir la pensión de Max. Él, siendo vendedor de seguros por 35 años y siendo el famoso Tuta Cortés de la revolución, no tenía pensión. José María le ayudó a conseguirla. “Estoy esperando que venga José María al país y que me explique esto que han dicho de él. Me parece que no es como la gente lo ha dicho. Yo es que a José María lo quiero muchísimo, como a un hijo. No hago diferencias entre él y mis otros hijos. “Ya que Óscar (Arias) me trató tan mal a José María, no sé todavía si voy a votar. Lo estoy pensando para votar por él, pero he de decirte que reconozco en él a un hombre inteligente. Bueno, además tengo que votar por él porque es el único candidato que nos queda. No voy a votar jamás por otro partido. Y no votar por él sería como votar por otro partido. Ni el mismo Don Pepe, que me quería tanto, me lo perdonaría. Camilo Rodríguez Chaverri
175
“Yo no sé que le van a sacar a José María. Él no hizo cochinadas. Como ocurre con todos los gobiernos, no quedó bien con todo el mundo. Ahora, tiene como dos meses de que no me llama. A veces viene Armando D´Ambrosio, el piloto, que es amigo de José María, y me cuenta que me manda saludes. Ahora, cuando me llame, lo voy a madrear todo, pero después le voy a decir que lo quiero mucho. “Desde siempre trabajamos por Don Pepe, y también lo haríamos por José María. Por dicha todos me salieron figueristas. Por dicha que la familia costarricense se volvió a unir. “Ahora el país vive otra crisis. Me dolió ver cómo esposaron y encerrado a los dos presidentes mariachis, a Calderón y a Miguel Ángel. Nadie ha estado alegre de lo que pasó con esos presidentes. Yo lo que pensaba era ´pobrecita la mamá de Rafael Ángel´, pero bueno, por dicha que no se dio cuenta de nada porque ya había muerto. De nuevo, todo es culpa de esa cochina política”.
176
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Lelo Rodríguez González
El 48 desde el Frente de Altamira de San Carlos
No conozco a otra persona que a los 85 años sea tan laboriosa y tan esforzada como él. Trabaja al campo, cuida de sus vacas, le da de comer a los cerdos, está pendiente del funcionamiento de la finca y le alcanza el tiempo para leer y enterarse de lo que ocurre en el país y en el mundo. Ha sido trabajador y sacrificado desde siempre. Tanto que entró a San Carlos en una época en que no había ni luz eléctrica ni camino. Se venía a caballo desde Poás de Alajuela, y pasaba largas temporadas solo, mientras hacía su finca. Filadelfo Rodríguez González, mejor conocido como Lelo Rodríguez, nació el 3 de junio de 1920. “Estoy entrado a los 85 años”, nos dice, no más iniciando. Nació en San Rafael de Poás, en una familia de nueve hermanos, Miguel Ángel, Marta, Lidia, José Luis (“Chevico”), Alicia, Ana María, Eladio y Gilberto. Sólo viven Alicia, Ana María y él. Hijo de Don Luis Rodríguez, finquero de Poás y luego de San Carlos, y de Carolina González, quien llegó a vivir 108 años, Lelo creció en un hogar de muchas tradiciones, mucho trabajo, disciplina, valores y orden. “Dicen las malas lenguas que papá heredó más, porque Don Santiago, mi abuelo, lo dejó en medio de todas las mujeres, y él les compró a ellas. La finca era famosa por grande y bien manejada. Se llamaba Ratoncillal. La otra finca se llamaba Ruperto, y se llamó así porque antes fue de un hombre que se llamaba Ruperto. “Mi abuela Genoveva decía que, en la herencia, había que dejarle más a papá, porque toda la vida fue renco, pero era el
Camilo Rodríguez Chaverri
177
que tenía más visión de todos los hijos, y fue el que hizo más capital. “A los años, papá adquirió un derecho en Villa Quesada, donde ahora está el ingenio Santa Fe y la cooperativa Dos Pinos. La finca se llamaba La Florida, porque la quebrada se llamaba La Florida. Papá se vino para San Carlos en el año 1910. Se venía a caballo desde Poás. “Viajé muchísimos años a caballo, fui el que más viajé de todos los hermanos. Todos los meses entraba y salía. Nos veníamos al principio, antes de que papá tomara por Río Cuarto. Viajábamos por Villa Quesada. Era más fácil venirse que irse porque era bajando. “De Poás a Villa Quesada durábamos ocho horas con una bestia buena. En cambio, para afuera gastábamos diez horas”.
Casi nace sobre un caballo… “Empecé a venir como de 6 años. La primera vez vine en carreta con Vita, una sobrina de papá que él crió. Cuando tía Joaquina iba a morir le dijo a su hermano Luis que se dejara a Vita. Y Vita se convirtió en el brazo derecho de mamá. Fue la que vi más como madre. Cuando compré esta finca, me la traje a ella. Se vino para acá muy resentida con papá porque no le había dejado herencia. Traía todas las cosas en dos sacos de gangoche. “En ese tiempo, las cazadoras, que eran los buses de antes, llegaban hasta La Marina. Venían de Villa Quesada a La Marina. El camino de La Marina para acá era indecente. Había piedras que las tocaba uno con los estribos. Apenas pasaba una carreta entre piedra y piedra. “Estudié en la escuela de San Rafael de Poás, que se llama Luis Rodríguez en honor a mi papá, que donó el lote donde la construyeron. Cuando estaba en esa escuela, daban hasta cuarto grado. Nos pasaron quinto y sexto grado a San Pedro de Poás. Ahí daba clases María Francisca Picado, que fue mi maestra. Don Lelo era el director. Ese señor era ejemplar. Imagínense que no tuvo ni segunda enseñanza, y hablaba varios idiomas. Hay un monumento a él en Poás. “Don Lelo también era el médico del pueblo, era el primero que veía a cualquier enfermo. Cuando alguien se agravaba, y había que mandar a llamar al médico a Alajuela, lo primero que hacía era preguntar ´¿y qué dijo don Lelo?´. Es más, cuando un médico tenía que ir a Poás a operar a alguien 178
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
de emergencia, quien lo asistía era Don Lelo. Decía don Lelo que los chinos armados con palos dominaban el mundo. En casa todos fuimos muy amigos de los animales y de las fincas. Crecimos en el monte. Es más, yo me puse zapatos cuando ya iba para el colegio. Antes andaba descalzo. Fui descalzo a la escuela. Me acuerdo que me venía de dejar las vacas y tenía que dejarle la leche a abuela, la mamá de mi papá, mi abuela Genoveva, de la que hablé hace un rato. Tengo buena memoria para los nombres, muy difícil mejorarla, pero olvido otras cosas, por ejemplo, guardo todo y después no sé dónde lo guardé. “Como me gusta tanto leer, guardo cosas que he leído y me han interesado. Por ejemplo, tenía recortes desde el tiempo de Don Ricardo Jiménez, recortes de ´El Diario de Costa Rica´ y de ´La Tribuna´. Admiro la pluma que tuvo siempre Don Ricardo. Él escribía los martes, y ese era el día que se vendía más La Tribuna. “Enrique Benavides fue el escritor que después más se asemejó en el sistema de escribir de Don Ricardo. Lo curioso es que Don Ricardo no hablaba en tribuna. Nunca fue buen orador. “Una vez fue a Escazú, lo pusieron a hablar porque había inauguración de un puente sobre un barranco, y sólo les dijo ´ya hice el puente, ahora hagan el río´. “Me acuerdo de muchas cosas porque recorto todo, y leo mucho. Tenía un montón de recortes y cuando mis papás se pasaron de San Rafael de Poás a Alajuela, quemaron la casa de madera donde vivían y ahí se quemó eso. También lo recuerdo porque antes la distracción mayor eran las bolillas de piedra, las bolinchas, y yo tenía más de cien. Las tenía en una bolsa. Cuando quemaron la casa, se quemó la bolsa, pero no las bolillas. Logré recuperarlas”.
Colegio Seminario “Entré al Colegio Seminario en el año 35. Entre los compañeros míos estaban los gemelos Vargas Gené. A uno lo balearon en el río San Carlos. Ellos son los hijos de Don Joaquín Vargas Coto, otro gran escritor, que publicaba sus comentarios con el pseudónimo de ´Camilo Galagarza Cabalceta´. Cuando entré al Seminario, Daniel Oduber estaba en tercer año, y Monseñor Román Arrieta era compañero de mi hermano Gilberto. “Estuve dos años en el Seminario. Papá siempre nos metía hasta tercer año, no más. Yo fue que salí porque no Camilo Rodríguez Chaverri
179
me interesó seguir estudiando. Hay una anécdota muy interesante de Miguel Ángel, mi hermano mayor. Se fue al Volcán Poás con los padres del Seminario, porque mi papá les ofreció unas bestias para que fueran a pasear. Incluso había fotografías de ese viaje. Cuando regresaron papá les dijo ´ yo quiero mandar a este muchacho al Seminario´. “Ahí mismo lo decidieron y se lo llevaron para el Seminario. Mi hermano Miguel Ángel fue compañero de clase de Don Pepe Figueres, Monseñor Delfín Quesada, Chico Orlich, Moreno Cañas y Paco Calderón. “Poco después de salir del colegio, Miguel Ángel perdió la mano. Estaba trabajando en un trapiche de papá. Me acuerdo como ahora. Lo operó uno de los mejores doctores que ha habido en Costa Rica, el doctor Ismael Valerio, de Grecia. “Lo operó en casa, en el comedor. Cuando le avisaron, el doctor mandó a traer a Don Lelo, que era el director de la escuela, el señor del que comenté hace un rato que no hizo ni el colegio y hablaba inglés perfectamente. Don Lelo era el doctor del pueblo y eso le daba derecho a estar en todas las operaciones. Los médicos creían mucho en él. Yo tenía como seis años cuando mi hermano mayor perdió la mano. Vi la operación por una ventana del corredor de la casa”. El doctor Valerio era muy buen médico, siempre dispuesto a ir donde había un enfermo, pero también era bueno para la cucharada, se movilizaba a caballo y tomaba a pico botella. En una ocasión le tomó el pulso a un enfermo y le dijo lo que usted está es borracho y el enfermo le contestó que tenía años de no tomar y entonces el Dr. Valerio se percató que el se había agarrado la otra mano.
A la finca a los 15 años “Me salí del colegio porque no me gustaba mucho estudiar. En cambio, me gustaban mucho las fincas. Yo sabía que no me iban a dejar más de tres años, así que pensé para estar dos o estar tres años, mejor me voy ya´. “Le escribí una carta a papá, para que me trajera a la finca. Ya él sabía que no iba a seguir en el Seminario. Además de que me interesaba más la finca, me acuerdo que me agarré con Carlillos Tinoco. Es que, como me puse zapatos hasta que entré al colegio, indudablemente andaba mal. Él me dijo ´lora´, entonces le dije ´venga, y me lo dice en la cara´, y bajamos las gradas dándonos.
180
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Apenas salí del colegio me fui a trabajar en San Rafael de Poás. Trabajé en café y en potreros. Tenía bestias. “Cuando iba a cumplir 15 años, papá me espantó para San Carlos porque compró la finca de Don Miguel Carballo, uno de los primeros hombres de campo que llegó al Congreso. Era muy amigo de Calderón Guardia. “Papá compró la finca en 7 mil colones, a los dos lados del río Tres Amigos. Me vine a vivir a la finca. Viví en un rancho grande como seis o siete años. Después yo hice una casita pequeñita. Arriba tenía dos cuartos grandes. En uno de los cuartos vivía el peón, un nicaragüense que se llamó Marciano Condega, y en el otro cuarto dormía yo. Marciano y la esposa me vendían la comida. “Estuve como siete o tal vez ocho años entre la pura montaña. Mi hermano Chevico (José Luis) estaba en la finca de al lado. Chevico era muy inteligente. Sin embargo, su más grande error fue cuando mi papá nos fue a dar la herencia, que dijo que quería que todo estuviera en una sociedad. Entonces a Chevico se le ocurrió que no. Gilberto quiso la sociedad con nuestras hermanas, pero Chevico no quiso. Por culpa de su ocurrencia, Miguel Ángel tampoco quiso, porque lo respetaba mucho y decía que era el más inteligente. Quedamos afuera de la sociedad Chevico, Miguel Ángel y yo. Nos dieron una platilla en efectivo y nos tocó trabajar más duro. Lo mejor hubiera sido quedarnos adentro y salirnos después. “A Miguel Ángel, a Chevico y a mí nos tocó un cheque por 85 mil colones a cada uno. Vea cómo valía la plata que con ese cheque pagué esta finca. La tenía recién comprada. Eran 324 hectáreas, más de 400 manzanas. Después le di a Horacio, mi hijo mayor, una parte abajo, donde está Omar Morales, un maestro muy amigo mío, a quien lo puse en sociedad con Horacio. Después le vendí a Omar la parte de Horacio. “La finca me costó 64 mil colones. Adelanté como 30 mil ó 40 mil pesos. Tenía una economía de 24 mil y tenía unos novillos gordos. Con los novillos ajusté a 40 mil, y pagué después los 24 mil que me faltaban. Hice la casa varios años después. La vida no era tan fácil como ahora. Aquí donde estamos sentados era un potrero de 60 manzanas, unos guayabales. “Siempre me acompañó el consejo de ´Chico´ Rodríguez, que era primo mío y fue el ´manager´ mío de toda la vida. Viene un día de Corpus Christie. Estaba yo donde Chico Rodríguez. Yo padecía de paludismo. Ahí me dio el frío y la calentura. Le dije a Chico que el paludismo me daba de Camilo Rodríguez Chaverri
181
día por medio. Chico me dijo que fuera donde Don Alberto Lizano, que curaba donde Don Porfirio Rojas. Venía de Zarcero, no era doctor, era farmacéutico. Llegó a Zarcero en 1923. Venía a Villa Quesada a curar. La gente le tenía más fe que a los doctores, llegué y me dio unas pastillas de quinina. No sé qué más me dio, pero me curó del paludismo. El paludismo aquí en San Carlos era algo terrible. Se ponía uno amarillo amarillo, y hasta la vista se le nublaba. Si a una persona tengo que agradecerle yo más que a mi papá incluso es a Chico Rodríguez. El paludismo estaba en ´Tres Amigos´. Como compré la finca en Aguas Zarcas, me salvé porque ahí no había. No tuve que sufrir más por eso”.
El 48 en San Carlos “En el año 48, estábamos recién llegados, tenía recién comprada esta finca, y en eso se vino la revolución. ´Chevico´ llegó de Villa Quesada con el cuento de que iban a tomar Villa Quesada, que Don Chico Orlich iba a venir a tomar Villa Quesada. Mandamos un peón a ´El Tigre´, que es como se llamaba Veracruz antes. Y de repente llegaron a mi casa un montón de hombres. Ahí estábamos Chevico y yo. Llegaron 30 ó 40 personas, los hermanos Camacho, los hermanos Huertas, mucha gente de Veracruz y de Pital… “Nos fuimos a caballo, como a las 4 de la mañana, debajo de la lluvia. Nos fuimos para La Marina. En la finca de Don Eduardo Arroyo nos pusimos a esperar qué pasaba. “Nos dijeron que había un grupo a la par del campo de aterrizaje de Villa Quesada. Don Eduardo Arroyo nos convenció de que teníamos que regresar. Enrique Camacho, Toño Huertas y yo acordamos ir a La Paz de San Ramón, a ver qué había. Nos fuimos nosotros tres. Gastamos un día y una noche hasta La Paz de San Ramón. El camino entre La Fortuna y San Ramón era un camino de tierra. En cambio, ahora es una carretera buenísima. Por ahí nos fuimos. Llegamos donde Don Chico Orlich y encontramos a Alfonso Monge, hermano de Joaquín Monge, que luego fue diputado constituyente. “Estuvimos en La Paz como tres o cuatro días. Estaban don Chico, Alfonso Monge, Miguel Ruiz, Miguel Bolagne, que era un francés que había asaltado al ejército. Joaquín Garro se juntó con nosotros en Altamira. “Don Chico dijo que él necesitaba reparar con urgencia la estación para hablar con Don Pepe. En esos días la reparamos. Don Chico quería que hicieran un segundo frente en Villa 182
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Quesada, pero Don Pepe le dijo que no, que era absurdo. Le dijo que, más bien, tratara de hablarse con los Peralta a ver si se podía embarcar la gente que tenía él, que si podían mandarlos de Altamira a San Isidro de El General. “En la Hacienda La Vieja, que era de Don Otilio Ulate, cogimos bestias, me vine para la finca, Don Chico me dijo nosotros llegamos pasado mañana en la madrugada´. También me dijo vaya donde don Roberto Quirós, dígale que si tiene gente y que si quieren acompañarnos, que llegarán los aviones por nosotros a Altamira´”.
Altamira “Trajeron a ´La Legión Caribe´. Fue un plan bien hecho, cogimos Altamira y nos posesionamos del lugar, que se convirtió en una base. Estaba Francisco Brenes al frente. Él era dueño de la finca de al lado. Éramos unos cuarenta o cincuenta hombres. El avión echó dos viajes. El piloto era Guillermo ´Macho´ Núñez. El ´Macho´ Núñez era alguien a quien conocíamos muy bien, porque tenía la línea aérea que daba servicio en San Carlos. Cuando eso no había carreteras, pero sí contábamos con algunos aeropuertos. Por ejemplo, el avión llegaba a La Josefina, que era una finca de Gilberto Barrantes, casado con mi hermana Lydia; también llegaba a Altamira, la finca de Don Manuel Peralta, y a La Marina, que era de don Juan Rafael Rojas. El ´Macho´ Núñez nos ayudó mucho en ese tiempo aquí en San Carlos. Y después fue Alejandro Romero Talavera quien hizo todo el desarrollo de aeropuertos, cuando trajo dos avionetas y se movilizaba aquí lloviera o tronara… “Volviendo al 48, ´El Macho´ Núñez llegó a Altamira como si estuviera llegando a su casa. Don Manuel y Don Gastón Peralta estaban como chúcaros, encontraban que era una aventura muy rara, pero sabíamos que Don Chico venía porque Don Pepe habló con él. Cuando el ´Macho´ Núñez se fue a levantar de donde estábamos sentados hablando, nos dijo que al otro día llegaba ´La Legión Caribe´, y que él se iba a llevar treinta de nosotros y al día siguiente se llevaría a los demás. “El ´Macho´ Núñez nos llevó a San Isidro de El General. Me acuerdo que el avión no arrancaba. Todos estábamos pensando que no íbamos a llegar vivos a San Isidro. El ´Macho´ nos dijo ´el problema es que arranque, una vez que arranque ya está, se acaba el problema´. Lo arrancaron con Camilo Rodríguez Chaverri
183
cigüeña. Por dicha, no nos pasó nada de camino. Cuando pasamos por San José no se veía nada. “Y cuando llegamos, nos contaron que ya la ´Legión Caribe´ estaba lista para venirse al día siguiente de San Isidro a Altamira. En ese momento, San Isidro ya estaba en poder de Figueres. El día que llegamos, como a las diez de la noche, llegó Figueres por Don Chico y se lo llevó para Santa María de Dota. “Entonces, como les iba contando, cuando nosotros pasamos para San Isidro, los de la ´Legión Caribe´ pasaron para Altamira. Estuvieron dos o tres días. Teníamos que sincronizar la toma de Cartago y la toma de Limón. Nosotros nos quedamos en San Isidro para irnos hacia Cartago, mientras los de Altamira, o sea, los de la ´Legión Caribe´, esperaron que nosotros estuviéramos cerca de Cartago para tomar ellos Limón. “En Altamira tuvieron problemas porque llegaron Wilson y otro piloto a bombardear, pues. los del gobierno avisaron, desde Villa Quesada, que los nuestros estaban ahí. Resistieron dos ataques fuertes del gobierno. Era un armamento muy bueno. ´La Legión Caribe´ llevaba lo mejor del armamento. “Nosotros nos fuimos de San Isidro a Cartago, pasamos toda la noche caminando. Mis hermanos Chevico y Gilberto estaban conmigo. Ellos se juntaron en Altamira. Gilberto iba para La Fortuna y de casualidad pasó por Altamira y nos vio. Más por buen hermano que por patriota se fue con nosotros. Era un gran hombre, pero nunca le tuvo mucha fe a los políticos. “Caminamos toda la noche, de San Isidro a Santa María de Dota. Ahí dormimos. De Santa María a Cartago fue otra noche de caminata. Cuando Cartago cayó, ahí no más avisaron que había caído Limón. Los de la ´Legión Caribe´ pasaron de Altamira a Limón en la mañanita, apenas supieron que estábamos muy cerca de Cartago. El ataque a Limón no duró ni dos horas. Tomaron Limón muy fácilmente”.
El Tejar “La batalla de El Tejar fue lo más duro que nos tocó en la Revolución del 48 porque todas las fuerzas del gobierno estaban atajando a las fuerzas de Figueres en la carretera Interamericana. Figueres bajó por Santa María de Dota y les cayó por dentro. A los dos días bajaron ellos también y entonces se encontraron en El Tejar. Los jefes nuestros eran 184
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Tuta Cortés y Frank Marshall. Ellos fueron los héroes del 48. Y junto a ellos estaban los de la Legión Caribe. “Mientras tanto, los de San Carlos estábamos concentrados en Ochomogo. Llegamos a El Tejar a las dos de la tarde, cuando había terminado la batalla. Mucha gente murió. La mayoría era gente de campo. De los rallados casi nadie murió, del ejército de Figueres casi no hubo bajas. “¿Por qué ganamos? Bueno, porque las embestidas del gobierno eran como todo lo del gobierno, un desorden. Sólo que en El Tejar sí pelearon porque estaban embotellados. “Después de eso, ¿saben quién entró por Llano Grande? Calufa, Carlos Luis Fallas. Lo atajaron llegando a Cartago. Fue el más valiente del frente del gobierno. Tenía la fe de entrar a Cartago, se fue de Tres Ríos con un poco de mariachis a dar la vuelta, y ´La Legión Caribe´ lo tuvo que atajar. “A Figueres le hubiera costado mucho ganar la revolución si no hubiera sido por ´La Legión Caribe. Bueno, el desorden militar del gobierno era tan grande que al final Figueres hubiera ganado, pero los de ´La Legión Caribe´ ayudaron mucho. Después se fueron para Nicaragua y a muchos los mató Somoza. “En la contrarrevolución de ese mismo año murió Valdeperas, que era compañero mío del colegio. Me vine de nuevo para la finca. No estuve ni en el desfile de la victoria. Ya estaba aburrido. Tampoco fueron mis hermanos”.
El más antiguo productor de Dos Pinos “Desde entonces me he dedicado todo el tiempo a la finca. Ahora paso hasta dos años sin ir a Alajuela. Por cierto que un día de estos fui porque cumplí 50 años de ser socio de la cooperativa Dos Pinos. Esta finca mía fue la cuarta finca de San Carlos en entrar a la Cooperativa Dos Pinos. “Los otros, que estuvieron antes que yo, ya no viven. Fueron Don Manuel Peralta, de Altamira; Don Juan Rafael Rojas, de La Marina; Don Luis Barrientos y Don Mardoqueo Barrientos, de Colón, y luego sigue Filadelfo Rodríguez, pero pónganme Lelo porque si no, nadie sabe de quién están hablando. Entré primero que Gilberto Barrantes, casado con mi hermana, y que Gilbertillo, mi hermano, que entró muy tarde. “A mis 85 años, me levanto todos los días a las cinco de la mañana. Siempre he estado al frente de la finca. Aquí he vivido desde el año 46 para acá. Todavía trabajo todo el día. Camilo Rodríguez Chaverri
185
También leo mucho. Me gusta leer bastante. Es lo que hago en mi tiempo desocupado. Tengo enciclopedias muy buenas. “Mis tesoros son mi familia, mi amor por el trabajo de campo, mis libros y mis amigos. Tengo pocos amigos, pero muy buenos. Ya les hablé de Chico Rodríguez, primo mío y como un segundo papá. Su consejo sabio me ayudó siempre. Ahora que no está con nosotros, que murió, vieran qué falta me ha hecho. También fui muy amigo de Don Chico Orlich. Él me prestaba plata y de todo. Yo no tenía que sacar cita para ir a hablar con él. “Aquí vivo muy feliz. En Aguas Zarcas no me falta nada. El trabajo me mantiene muy entretenido. Siempre me han gustado las vacas, los cerdos y las bestias. Entre eso y los libros, vivo de lo más bien”.
186
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Carlos Manuel Barrantes Rodríguez
El padre de la pesca deportiva en Costa Rica
Es la gran institución de la pesca en la historia de Costa Rica, un hombre culto y un señor, pero en nuestra región es fundamental porque fue quien tuvo la visión de abrir la zona de las barras al turismo. Carlos Manuel Barrantes Rodríguez nació en Alajuela el 9 de febrero de 1932. Es el hijo mayor de Don Gilberto Barrantes y Doña Lidia Rodríguez. Se crió en Alajuela. “Mi infancia fue muy parecida a la de Marcos Ramírez. Crecí bañándonos en las pozas, y haciendo guerras de flechas con guayabas verdes, que eran como piedras. No sé cómo no le sacamos un ojo a alguien. También alquilábamos bicicletas para ir a Ojo de Agua, a ´La Fuente´, como le dicen en Alajuela. “Cuando le dije a mi tata que me comprara una bicicleta me dijo que no. Nunca en esos años podía un papá ´enjaranarse´ por una bicicleta. Luego, cuando los tiempos mejoraron, llegamos a tener seis bicicletas en la casa. “Papá nos enseñó a que nunca nos daba plata, pero nos pagaba todos los oficios que hacíamos. Yo limpiaba todos los vidrios de la casa una vez al mes; desyerbaba al frente de casa, porque era una calle empedrada y salía zacate entre las piedras; mandaba pejibayes de la finca de San Carlos… También me hice comerciante. Compraba los huesos de jarrete y los cocinaba. Luego se los vendía a Leticia, que tenía un tramo en el mercado, los vendía por cuartillos. Era plata para mis papás. “Y para hacer plata para mí, cuando había fiestas en Alajuela, a fin de año, compraba un saco o dos sacos de maní, Camilo Rodríguez Chaverri
187
tostaba el maní y lo metía en bolsillas. Tenía una tropa de vendedores, carajillos que estaban tan fregados como yo. Entre todos los vendíamos. A veces no alcanzaba el maní. La demanda era grande. Eso fue entre los ocho y los doce años. “Toda la vida fui muy noviero, pero era muy pegado con las novias: jalaba con una dos años, con otra tres años, demasiado, más bien. “Cuando terminábamos las clases de la escuela, nos llevaban a San Rafael de Poás, donde mi abuelo, Luis Rodríguez. Nos quedábamos todo diciembre y parte de enero. Y tan pronto bajaban los temporales en San Carlos nos íbamos para ´La Josefina´, la finca de mi papá en San Carlos. Ahí nos quedábamos hasta la víspera de que comenzara la escuela, cuando regresábamos a Alajuela. “Mientras tanto, mamá alquilaba la casa por tres meses a un doctor Lafossi. No tenían hijos, entonces cuidaban mucho la casa. Es que antes era todo para adentro, no como ahora”.
Estados Unidos “Estuve en la escuela Ascensión Esquivel, un año en el Instituto de Alajuela, año y medio en el Seminario, y me fui a estudiar a Estados Unidos cuando tenía 15 años. Terminé el colegio en Estados Unidos, en un colegio que se llamaba Saint Procopius College and Academy, rentada por padres benedictinos, a quienes yo llegué a querer como si fueran mi familia. Con los años traje aquí a pasear a cuatro de ellos, ya cuando estaban viejos. Les hice viajes por separado. Sólo dos vinieron juntos. “Pero hablemos primero del Seminario. Cuando estuve ahí, aquello era la locura de mamá porque habían estado todos sus hermanos. Tenía un compañero en el colegio al que le decían ´Fenómeno´, y un día otro pasó a la par y le gritó ´Fenómeno´. ´Fenómeno´ se volvió y lo puteó todo. En eso volvió a ver el cura y creyó que había sido yo. Desde entonces, me tenía en la mira. Cuando un día, almorzando, se la ´asolié´ de verdad, entonces el padre Kullman me llamó a la oficina, y me dijo que el otro año no me aceptarían más en el internado porque era perjudicial por mi vocabulario. “Yo no dije nada en la casa, pero cuando llegó una carta, mi papá se vino a ver qué era lo que pasaba. Le dieron la noticia y decidió darme una ´chilillada´. El 24 de diciembre del 46 llegó con un regalo. Cuando lo abrí delante de él, era
188
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
una ´verga de toro´, me puso de rodillas y me dio en la espalda hasta que me sangraba. Tuvo que intervenir mamá. “Papá empezó a buscar donde mandarme a estudiar afuera. Así fue como el 4 de junio de 1947 llegué a Chicago, donde me recibió un sacerdote que me llevó al colegio. Yo iba con otro compañero de aquí, de Costa Rica. El colegio estaba 25 millas al oeste de Chicago. “El pueblo se llama Lisle. Estudié inglés todo junio, julio y agosto, y entré a clases en setiembre. En diciembre de ese mismo año, en un concurso de ortografía quedé de tercero: tenía bastante inglés yo cuando eso. “Pasé cinco años con los padres más maravillosos que he conocido en mi vida. Sólo recibí cariño y buenos consejos. Tuve algunas ´machillas´, pero estaba muy chiquillo. Eran puras torterillas de carajillo. Terminé el ´high school´, y estuve dos años más estudiando allá. “Papá me mandaba en las vacaciones lo mismo que me mandaba todos los meses, yo lo economizaba y trabajaba en el colegio junio y julio. En agosto me iba a pasear por Estados Unidos. Así conocí todo Estados Unidos. “Todo lo hacía a dedo, nada de pagar tren, ni bus, menos avión. Nunca se me olvida que una vez me levantó un gringo en un carrazo. Me levantó en las afueras de Houston y me trajo hasta Chicago. Dormimos de camino, y él hasta me pagó el hotel. Para viajar yo me ponía una suéter del colegio y la valija que andaba también tenía el nombre del colegio. En ese tiempo, a nadie le daba miedo subirlo a uno. ”En esos cinco años vine sólo una vez, aquí conocí a una cubana que estaba también de vacaciones y nos dimos una gran enamorada. Luego, a los años, yo la ayudé a salir de Cuba. Se vino con el marido, y después se fue para Miami. Ahora, cada vez que voy a Miami, me quedo donde ellos. Las vueltas que da la vida… “En verano hacía varios cursos en una universidad de Chicago. Estudié mercadeo y ventas. Luego me vine para acá porque estalló la guerra de Corea. Mamá se asustó y me mandó a traer. Me puso un cable que decía ´regrese inmediatamente´. El no venir en tanto tiempo me ayudó mucho a aprender el inglés”.
El amor a la pesca “Comencé a trabajar en la finca de papá, en ´La Josefina´. Hacía muchos negocillos. Por ejemplo, compré un camión Camilo Rodríguez Chaverri
189
y jalaba madera. Además, compraba ganado y lo vendía. Comencé a hacer plata. Por eso fue que no regresé a Estados Unidos. Llegué a principios de enero, tenía que regresar el 15 de enero para entrar a la universidad. Lo dejé pasar y dije ´no, regreso en junio´. Total que nunca regresé, pero como a mí siempre me ha gustado estudiar, cuando me casé entré a la universidad. Ocho años estuve en la universidad, cogí ´Derecho de Trabajo´; mucha sociología; cursos de filosofía; en Ciencias Económicas estaban un profesor Orozco, Carlos Sáenz Pacheco… Me guiaba por los profesores. El sociólogo Eugenio Fonseca Tortós me motivó mucho a leer y a estudiar Sociología. Total, no me gradué en nada, y seguí el resto de mi vida nada más que leyendo. “En el año 54 abrí ´Gilca, la Casa del Pescador´, que ya cumple 51 años. Yo empecé a pescar en el primer viaje a ´La Josefina´, cuando tenía 6 años. Me llevó un nica que se llamaba Rubén. Sentados en el puente del río ´Tres amigos´, que no tenía barandas, ahí saqué mi primer ´guapotillo´. En cambio, mis primos y mis tías menores lo que hacían era bombear el río, y también le echaban sustancias. Mejor no lo pongás porque voy a parecer un ´acusetas´. El bombeo de los domingos era un pic nic. Yo creo que ni ellos mismos se daban cuenta del daño que estaban causando. Aparte que al único que perseguían era al bobo, y hasta esa fecha nadie lo había sacado con anzuelo y se creía que no picaba. Yo pesqué el primer bobo con una ´cucharilla´, debajo del puente en La Virgen de Sarapiquí, en el río Sarapiquí. Después llegué a sacar muchísimo. No es fácil. Son muy ariscos. Antes bombeaban con dinamita, cuando conseguían, o con bombas de clorato que ellos mismos hacían. También con ´cianoga´, un veneno para matar hormigas. Lo echaban en los rápidos, donde sólo bobos había. Hay gente que le gusta muchísimo el bobo. A mí me gusta más al guapote. Pero, por lo general, yo no como pescado. “En el 41 me trajo mi papá la primera caña y carrete. Entonces, me iba a ese río Tres Amigos y me aburría de sacar guapotes, machacas y machines. La mayoría, uno los agarraba y los soltaba. Comencé a ser muy conservacionista. Luego en el colegio en Estados Unidos, del 46 en adelante, había un lago con bastante pesca. Iba una o dos veces por semana. Ya tenía metida la fiebre de la pesca. “Cuando vine de Estados Unidos, en el año 51, entré al Club Amateur de Pesca. Estuve en la directiva por muchos años. Fui presidente cinco años, y me metí a pescar en mar, 190
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
en todo lado, en el Atlántico, en el Pacífico, sobre todo en el golfo de Nicoya. Había sólo tres o cuatro yates, pero no conocía a los dueños. Uno pescaba en panguitas pequeñas, alrededor de la isla Caballo, la isla Venado, la isla Chira y San Lucas. “Dormíamos ahí en Venado, debajo de un gran tamarindo, a la orilla de la única casa, que era de un señor que se llamaba Tranquilino. La señora nos daba de comer, y nos íbamos a pescar con él en las noches. Debajo del palo de tamarindo, a veces era un zancudero que costaba dormir. Pescaba corvina, róbalo y pargo”.
Barra del Colorado “En 1954 hice un viaje a Barra del Colorado vía Puerto Viejo de Sarapiquí. Bajamos el río Sarapiquí, luego el río San Juan, y en el delta cogía el brazo que se conoce como el río Colorado. Entre el Colorado y el San Juan y el mar hay una gran isla, si se puede llamar. Colorado era, en esa época, como uno de esos pueblos que conocí después en América del Sur a la orilla del río, que la gente vive del río. “En Barra del Colorado había dos aserraderos. Don Yoyo Quirós tenía unas lanchas que subían por el río Sarapiquí unas y don Pedro Mohs unas que subían por el río San Carlos. Le vendían el banano a una compañía de Tampa, Florida, que traía un barquillo bastante pequeño y lo anclaba afuera de la Barra, porque no podía entrar. Un tiempo llevaba banano y otro tiempo cedro amargo. Lo llevaban a Cuba para hacer las cajas de los puros. Esos fueron los primeros que limpiaron los bosques del norte de Costa Rica, de San Carlos, Sarapiquí y Limón. “La madera de cedro amargo es una madera que flota. Hay otras que no flotan. Para ´balsearlas´ hay que pegarlas a una que flote, por lo que es más costoso todo. Tiraban el cedro amargo al río y hacían balsas de 200 ó 300 tucas. Ni siquiera las aserraban aquí. Las mandaban al barco así como venían. ”La pesca en Barra del Colorado me volvió loco. Eran sábalos por millones, los nativos los comen, pero no tienen muy buen sabor, porque comen mucho del fondo de las lagunas. “En Costa Rica nunca se encontraba ni sábalos chiquitillos, de 20 libras para abajo, ni de 150 libras para arriba. Es muy raro pescar sábalos de ese tamaño aquí. Uno los encuentra mucho en Guyana, en Florida, o en las costas de África, en Camilo Rodríguez Chaverri
191
el Golfo de Guinea, en Gabón, Ghana, Camerún… Los del país pesan de 50 a 100 libras, y miden metro veinte, metro cuarenta y más. Los más grandes miden hasta 1,80 o tal vez 1,90. “Me gustó todo en Colorado: la naturaleza, la pesca tan abundante… Conocí a una señora, Merceditas, que nos alquilaba un rancho para dormir y nos daba de comer. Cocinaba muy rico. Conocí a Reinaldo, un sobrino de ella, quien me ayudó después, cuando fundé ´Casamar´, uno de los negocios que tuve en la zona. “Fui a Tortuguero muy poco, pero a Parismina íbamos más. La llegada a Tortuguero era más difícil. Tortuguero es muy lindo. Lo han desarrollado mucho porque tiene los canales más cerca”.
La aventura turística “Una vez, llevé a un gringo a pescar, ya por negocio. Le cobré por llevarlo. Lo llevé a Parismina. Ese gringo me embarcó porque me convenció de que había que hacer un ´lodge´ para pesca. “Me puso a comprar refrigeradores, motores fuera de borda, pangas, equipo de cocina… Le alquilé a un señor que tenía un edificio, vivía en la parte de abajo, y alquilaba cuartos arriba. Los arreglé un poco para americanos, y cuando estaba casi listo para operar, el gringo me dijo que él ya estaba muy viejo, que lo hiciera yo solo. Así nació ´Parismina Tarpon Rancho´. Uno de los clientes que vino ese primer año a Parismina, se enamoró de Costa Rica, me dijo que él quería meterse conmigo en un proyecto. Le hablé de los canales enormes que había en el río Térraba. El barco ´House Boat´ era como una casa marina. Compró el ´House Boat´, y lo equipó precioso. Un día salió de Puerto Isabel, en Texas, lo tomó una tormenta, se devolvió a puerto Isabel, pero el viento terminó de hundirlo . Me mandó un cable que decía ´Casamar se hizo al mar, regresó, después de seis horas, el barco retornó y chocó en Puerto Isabel, debido al viento se hundió y fue pérdida total´. “Pero el gringo insistía que hiciéramos el proyecto ´Casamar´. Así nació ´Casamar, Fish and Lodge´, en Barra del Colorado. Lo operé durante cinco años. Lo vendí a americanos. “Para darle impulso a la zona, porque a Costa Rica no la conocía nadie, mediante contactos en Estados Unidos, traje 192
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
a periodistas de los mejores periódicos , como el ´New York Times´, el ´Houston Cronicle´, ´Los Ángeles Times´, ´Miami Herald´ y ´Chicago Tribune´. Esos periódicos comenzaron a hablar ya no sólo de la pesca fabulosa de sábalo sino de las bellezas de Costa Rica. También invité a los editores de muchas revistas, me publicaban dos o tres páginas. “Si hubiera tenido que pagarles, no hubiéramos podido. Los invitaba y los llevaba a pescar. Lacsa me regalaba los tiquetes para estos periodistas de Miami a San José. Así comencé el gran boom turístico de Costa Rica. “El agente al que llamaban para determinar cuándo podían entrar, dijo en 1968 que habían publicado 90 mil palabras sobre Costa Rica en los diferentes medios. El socio mío, un abogado prominente de Champaigne, Illinois, invitó a toda la Corte Suprema del Estado de Illinois, nueve magistrados, para que vinieran con sus señoras. Fueron hospedados en Casamar. “Traje a personajes como Tedd Williams. Me hice muy amigo de él. Después me invitó a pescar allá. Traje a un gran golfista, Julios Boros, famoso. Después lo llevé al Country Club para que le diera una exhibición de golf a los socios golfistas. La gente prominente que vino le dio mucho impulso. Vino un gran fotógrafo profesional, Net Payne, que ya murió, hizo una película muy bonita de la pesca en Costa Rica. La hizo sobre el sábalo en Colorado, y el vela y el marlin en el Pacífico. La vela del marlin es mucho más pequeña, y hay muchas clases de marlin. Es lo que más vienen a pescar aquí. Es que los que brincan son muy bonitos de pescar. “Tuve este negocio seis años. Las americanas que venían eran demasiado exigentes. Por otro lado, me dio miedo que la pesca se fuera bajando muy rápidamente. Me apareció una gente muy entusiasmada y le vendí a dos grupos diferentes. El de Parismina ya cerró porque hubo pleitos entre algunos de los dueños, pero Casamar todavía opera. “La pesca ha disminuido muchísimo. En las lagunas ya no corre el agua, los sábalos no han desaparecido, pero andan mar adentro. Las siembras de banano y el depósito de químicos en el río fueron matando el plancton. No hay sardinas, casi no hay comida para los sábalos. Hay que buscarlos en el mar. Las barras casi siempre son muy bravas, y se necesita botes grandes para ir a pescarlos afuera”.
Camilo Rodríguez Chaverri
193
Aventurero en el agua y en la altura “Pesqué hasta que se me fregaron las piernas. Todavía medio fregado fui a pescar con mi hijo y un americano, en Punta Zancudo. La pesca es muy buena. Saqué el último pescado grande, un ´wahoo´ de 91 libras. Lo más grande que he sacado es un tiburón de 350 libras. Era como de dos metros y medio. También un marlin de 300 libras. El más peligroso de los tiburones es el blanco; el segundo es el tigre, que también ataca, y el martillo. No me ha gustado bucear. En la Isla del Coco me metí, pero así por encimita, nada de ponerme tanque. Me llevé un susto una vez con don Celso Surroca, don Gastón Peralta padre y un señor Vives. Nos agarró una tormenta yendo para Sámara, en una lanchita de 21 pies. Nos falló el motor. “Con un ´fuera de borda´ adicional nos arrimamos cerca de Coyote. Echamos el ancla y esperamos a que amainara la tormenta. Al día siguiente nos remolcó un pesquero, nos trajo a Puntarenas. Ese pesquero estaba pescando camarón en la costa oeste, desde Cabo Blanco hasta Sámara y Cabo Velas. Nos oía por radio en la noche. Cuando amaneció, se pusieron a buscar las tablas. Pero la lanchita se mantuvo. “También me hice piloto, saqué la licencia privada y tuve dos avionetas para ir a Parismina y Colorado. Tuve avioneta durante tres o cuatro años… Un día, volando hacia Sámara, tuve una emergencia por un descuido mío, y tuve que aterrizar en El Coco después de haberme reportado en emergencia. Se me quiso parar el motor porque tenía la selectora de gasolina puesta en un tanque adicional que tenía el avión al final del ala. Cuando me di cuenta del error, moví la selectora al tanque derecho que tenía gasolina y el avión volvió a coger fuerza, pero como me había reportado en emergencia, tuve que aterrizar en El Coco. Me esperaban con carros de bomberos. “Ese mismo día decidí no volar más porque no tengo la mentalidad del piloto, de ser cuidadoso y detallista. Entonces, ´parquié´ el avión, y nunca más volví a pilotear una avioneta”.
Cazó con el Rey de España “Otro detalle es que también he disfrutado de la cacería. Cuando fui a cazar al África, que lo hacía por primera vez, descubrí que era más interesante la cacería en África que la 194
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
pesca. Aquí monteaba, pero muy poco. En la cacería uno busca el animal y uno escoge al animal que quiere tirar. Si es uno muy chiquitillo, uno lo evita. Si es hembra, también. “En la pesca uno está sujeto a lo que pica, hembra o macho, grande o pequeñito. Se requiere mucha observación. Bueno, cuando uno iba a pescar con Tranquilino en Venado aprendía mucho. El conocimiento de la luna es muy importante. Cuando la luna estaba ´mal puesta´ ni siquiera entrábamos. Decían que hay lunas llenas y algunas lunas nuevas que son pésimas… En cambio, los cuartos menguantes son muy buenos… “El primer kudú que cacé se convirtió en una aventura muy emocionante para mí. Un kudú es como un venado gigantesco, más alto que un caballo, un antílope grande. Lo cacé en Namibia. Hacía un frío de los diablos y había que madrugar. Fui con un negrillo y ni siquiera podíamos hablar porque él no hablaba inglés. Nos comunicábamos sólo por señas. En eso me hace una seña, y estaba el kudú como a 300 metros. Le apunté y lo pegué. “Siete veces he ido al África de cacería. He ido a Namibia, Sudáfrica, Zambia, Botswana, Tanzania, Zinbawe... En Sudáfrica hay una diferencia de clases vaporosa, con mucha riqueza y mucha miseria. “También he tenido visitas de otra naturaleza. Fui a Namibia con 13 personas de aquí, enviado por la ONU, como observadores internacionales. Era la primera vez que tenían elecciones. Era una colonia alemana, de las pocas que ha tenido. Namibia mide 800 mil kilómetros cuadrados, es decir, 16 veces más grande que Costa Rica, pero tiene apenas millón y medio de habitantes, la mitad de la población de nuestro país. Hay mucho uranio, varios metales, y producen mucho ganado. Las tierras son muy malas. Por ejemplo, vi una finca de un amigo mío, de 20 mil hectáreas, con sólo 800 cabezas de ganado. Ahora la mayoría las tienen como cotos de caza. Es que sólo para eso sirven. “Viera qué emocionante que es. Ellos te dan una lista de animales. Usted escoge los que quiere matar. Cazar un elefante cuesta de 20 mil a 25 mil dólares, un kudú cuesta mil dólares, un búfalo de 2 mil a 5 mil, depende del lugar adonde usted vaya. “Una vez fui a cazar con el Rey de España. Fui con mi amigo americano que era fotógrafo, Net Payne. Fuimos a hacerle una película al gobierno español, de cacería en todos los lugares de España: a los picos de Europa, por la costa del Camilo Rodríguez Chaverri
195
Cantábrico, donde caza uno rebecos, venados; en las selvas de Cazorla, donde nace el Guadalquivir, caza uno una famosa cabra y un venado; cacería en las afueras de Jaén, donde iba Franco a cazar… Ahí soltamos 400 perros y cazamos venados grandes; en ´Coto de Doña Ana´, a tres horas de Sevilla, pernoctan muchas de las aves en su periplo hacia el África… La víspera de venirnos, el rey nos invitó a una cacería de perdís con él, en las afueras de Toledo. ”A las cacerías del Rey sólo van trece personas, el rey y doce invitados. Una persona paga por todos. Se hacen unos ojeos. Ojeo es una tirada. Meten las perdices entre el monte que crece en los viñedos. Las vienen arriando. Cuando vuelan, los trece empiezan a tirar. Después del primer ojeo paran y lo llevan a uno donde hay una tienda de campaña inmensa. En los cinco ojeos del día tiramos 1740 perdices. Nunca se me va a olvidar. “Cuando eso era el Príncipe Juan Carlos, y ya Franco lo tenía listo para ser rey. Le llevé una caña de pescar a Franco. Cometí el gravísimo error de que la grabé en Estados Unidos. Le pusieron ´General Franco´ y era ´Generalísimo Francisco Franco´. “Llamé a un amigo de Madrid y le pregunté que cómo me vestía. Me dijo que no era muy corriente que invitaran a alguien, que fuera en traje entero. Por dicha le hice caso. Solo uno iba vestido de cazador, precisamente el Príncipe. “Nos ponían una alfombra cada vez que nos bajábamos. A la hora del almuerzo llegaron todas las esposas, entre ellas la Reina Sofía. En ese momento era la princesa. “Era algo verdaderamente real. Me puse detrás previo permiso, para tomarle fotos. Le pedí permiso y me dijo que sí, pero que no las usara con fines comerciales. Le mandamos como ocho fotos cuando llegamos a Illinois, y me devolvió una autografiada”.
Famoso por la pesca “Gané muchos campeonatos, muchos trofeos, y en 1973, en una ceremonia en Chicago, donde estaban como 175 pescadores, me hicieron miembro del Hall o el Salón de la Fama de la Pesca en Estados Unidos. Pesqué mucho fuera de Costa Rica. Por ejemplo, soy el único costarricense que ha ganado un torneo de pesca internacional fuera de Costa Rica. Lo gané en Baja California, en 1975.
196
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“He pescado en Puerto Rico, Venezuela, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Panamá y en los últimos doce años pesqué en toda Sudamérica. Desde que fui al río Orinoco por primera vez, me enamoré de los ríos de América del Sur. Me encanta una zona en que el río Orinoco se reúne con el río Bita. Ahí queda un pueblito, Puerto Carreño. Es como a hora y media en yet desde Bogotá. Nosotros volábamos San José Bogotá. Al día siguiente volábamos a Carreño. Nos alquilaban un hotelillo muy sencillo. Siempre han sido muy amables. “En Venezuela empezamos a volar Caracas - Ayacucho. De ahí 80 kilómetros río arriba. Nos íbamos en taxi hasta Puerto Páez, y ahí cruzábamos el río. Nos quedábamos en el mismo hotel. Vieran qué maravilla pescar en ese lugar. “Soy un amante de la pesca y de mi país. He juntado esos dos amores para servir. Tengo correspondencia de que invité a pescar aquí a George Bush padre y a Jimmy Carter. Después los dos me contestaron. Yo siempre he pensando en cómo ayudar para que Costa Rica fuera bien exhibida en el mundo. “Además, soy muy romántico. Me fascinan las novelas románticas, el cine romántico. Don Alberto Cañas dice que a mí me gustan las películas que le gustan a las mujeres, ´Casablanca´, ´Cumbres Borrascosas´… Hay una que es preciosa, ´The Notebook´. También ´Los puentes de Madison´, con Meril Streep y Clint Eastwood, uno de los hombres más ricos de Hollywood, que tiene una fortuna de más de mil millones de dólares. Me fascinó esa película. “Ahora veo mucho cine. Los lunes nos reunimos un grupo de amigos en la casa de Beto Cañas. Ahora vienen aquí, a mi casa, porque no puedo moverme. La diabetes me tiene en silla de ruedas. Lo que tengo se llama neuropatía diabética. Se juntó con un virus. Antes afectaba mucho el corazón, los riñones y la vista. Por dicha no me ha jodido ninguno de esos. Sólo las piernas. Tengo un año y unos meses de estar así. Antes anduve con bastón. “Vivo con mi segunda esposa, Liliana Calderón, quien es una gran compañera. Tengo cinco hijos, Carlos Manuel, ingeniero civil y que trabaja con EDICA; María Lourdes, hace y cuida jardines, algo que heredó de mis tías maternas, ya va a poner un vivero; Marta Eugenia, quien estudia y se dedica a leer; Melania, quien es profesora del colegio Saint Paul, y Diana, quien está casada con el menor de los muchachos que tienen el taller ´Tres Erres´. Tengo catorce nietos, algunos de los cuales ya comienzan a pescar… Camilo Rodríguez Chaverri
197
“Estoy escribiendo un libro sobre mi vida. Es una vida llena de aventuras. Después de que leí el libro ´Confieso que he vivido´, de Pablo Neruda, decidí que quiero contar mi vida. “Soy alguien cercano a la prensa. Durante nueve años le organicé a la prensa deportiva una fiesta en La Garita, en una finquilla que tenemos nosotros. Los periodistas habían sido muy buenos conmigo cuando estaba en esa vaina de Casamar y Parismina. La idea mía es que participaran todos, pero hay unas luchas, unas intrigas, unos pleitos… Hay unos que se consideran los intocables. Realmente, lo que yo quería es que el círculo de periodistas deportivos se hiciera grande, y qué va… “En cuanto al futbol, soy demasiado liguista y sufro cuando la Liga pierde. Fui directivo de la Liga cuando estaba jovencillo. Los tres años que fui directivo de la Liga fuimos campeones. Fue en los años 59, 60 y 61. Fue cuando la Liga le fue a dar la vuelta al mundo. Pero vale más que no seguí porque ya me hubiera muerto del corazón. “No quiero terminar sin decir que, para mí, lo más importante de la pesca en los últimos años es la conservación. Hay que sacar los peces y devolverlos. Eso es lo que hago yo. Sobre todo a alguno que ha peleado muchísimo, que uno sabe que tiene buenos genes, y va a ser un buen padrote. Lo suelto para que algún día también lo disfruten mis nietos”.
198
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Pablo Antonio Cuadra
Conciencia hecha poesía
La más clara forma de discurso es el poema. La más formal es el ensayo. En la literatura hay voces que encarnan ambas artes. Entonces la palabra se torna cantarina y rosa, como una paloma que conversa, como una mariposa que escribe. Huidobro fue un integrante de oro en esa familia de pocos miembros. Mistral también. Y a veces Neruda. Sin duda, Martí fue un maestro. Unamuno, un ángel que volaba entre ambos extremos. Octavio Paz, un sacerdote del ritual de paso entre el verso y la prosa. Y en América Central tenemos dos maestros. Uno de ellos, el costarricense Isaac Felipe Azofeifa. El otro, Pablo Antonio Cuadra. Acaba de morir el intelectual nicaragüense, y en su patria ni siquiera se llora. Se guarda el más solemne y sepulcral silencio. Es el más grande homenaje para quien se convirtió en la conciencia de una nación, en el más importante portador de la herramienta que hermana a la verdad y la belleza: la palabra. Fue furibundo pero prudente, preciso pero abierto, muy nica y, sin duda, universal. Fue el intelectual nicaragüense que mejor conoció el alma de su pueblo, y también un estudioso del ser costarricense. Cultivó el encanto de nuestras diferencias e insistió en la fortaleza de nuestras conexiones espirituales e históricas. Me parece estar viéndolo en uno de nuestros teatros, digno y fresco, como un quijote, hablando de la hermandad de los pueblos, en medio de una conferencia que él convirtió en poema, con la venia del periódico La Nación, en el marco de la Cátedra Enrique Benavides, hace ya unos seis u ocho años. Camilo Rodríguez Chaverri
199
Como siempre, fue valiente y afectuoso. Dijo que Nicaragua es el país más rico de América Central, y que sólo ese gesto del cielo había podido rescatar a su patria de las garras de la muerte, en medio de las dictaduras y las vejaciones de todos los colores, los dogmas y los abismos. Habló de la riqueza casi mágica del suelo nicaragüense, de su carácter indómito ante la tragedia, de su insolencia en aguas y fuegos, de su pasión por el canto en los volcanes, los lagos y las estrellas. Y, en medio de su erudición impresionante, el intelectual le cedió la palabra al poeta. De nuevo, la sabiduría se arrodilló ante la inocencia, y encontramos en el cielo nicaragüense un mundo tan real y exquisito que parecía imaginario. Es que Pablo Antonio Cuadra se adentró en su cultura como quien busca la diferencia en un horizonte casi siempre idéntico a sí mismo. Fue el espejo de la patria, y el dueño de ese retrato que iba construyendo con palabras. He aquí un homenaje al maestro, al vate, al editorialista. He aquí un reconocimiento con sus palabras, que van rodeándolo como los ángeles del cielo, y lo van elevando. En medio del descubrimiento del nicaragüense, yace también un espacio donde ubicarnos como hermanos y vecinos.
Dualidad nicaragüense -Habla usted con frecuencia de un “doble yo” del ser nicaragüense, que tiene que ver con su origen. -Cuentan en sus tradiciones los chorotegas y los nicaraguas, que son las dos culturas que dominaban el país a la llegada de los españoles, que cuando salieron huyendo de México, sus caciques y sus sacerdotes consultaron a los dioses, y que les ordenaron partir hacia el Sur, agregándoles que sólo se detuvieran hasta que encontraran en un lago, una isla con dos volcanes, gemelos. La señal de Ometepec, la señal de los volcanes proféticos los hizo ocupar Nicaragua. -Empieza un ciclo de dualidades. -Allí se establecieron desde el siglo XVIII. Es interesante observar que la nueva historia indo-hispana de Nicaragua también comienza frente a esos dos volcanes, gracias al diálogo entre el Cacique Nicaragua y el conquistador Gil González Dávila, en 1531. Allí comienza el choque y la fusión de la nueva dualidad. Y, desde entonces, ¿sería el nicaragüense un hombre dividido por la duda? ¿Sería un
200
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
indeciso? Porque en el “du” de la duda reside el mismo dos de la dualidad, como dice Ortega y Gasset. -Usted se ha preguntado si esa dualidad confrontaría a los nicaragüenses con disyuntivas desgarradoras. -Siempre me ha inquietado el nicaragüense como fusión de antagonismos, unificación de contrastes. En Nicaragua se traslapan y juntan la flora y fauna del Norte y del Sur de América. El primer diálogo lo entabla la naturaleza. A eso se junta que aquí se anudan las influencias chibchas y preincaicas del Sur con los toltecas y nahuas del Norte. Hasta en los vicios Nicaragua fue centro umbilical: hasta aquí bajó el tabaco y hasta aquí subió la coca. “Luego, la singular dualidad del fenómeno bastante original en la historia de América, de un país bajo la rectoría bicéfala de dos ciudades, León y Granada. La solución a esa dualidad fue una nueva capital, Managua”. -Usted ha dicho y escrito que Rubén Darío es símbolo de esa dualidad nicaragüense. -Lo han reconocido estudiosos de su obra como el israelí Moshe Lazar, y los poetas Pedro Salinas y Octavio Paz. En Darío, la fidelidad a su patria es abandonarla, y ser de su tiempo es adelantar el tiempo. Dice Paz que para expresar esta dualidad , que es una escisión, Darío se sirve de imágenes que brotan casi espóntáneamente de lo que podría llamarse su cosmología, es decir, su visión instintiva del universo. Eso también lo encuentro en el poeta Ernesto Cardenal y lo que yo llamo su “erotismo mágico”.
Una forma de ser -¿Cómo se refleja todo esto en la forma de ser del nicaragüense? -El nicaragüense es imaginativo, fantasioso, y con frecuencia llega a la extravagancia barroca o a la fanfarronería. Sin embargo, en la mayor parte de las manifestaciones de su psicología social, es decir, de su conducta frente a las condiciones reales de la vida, y en no pocas de sus creaciones culturales, contrasta y sorprende por su sobriedad desconcertante. Hay que desconfiar, por ejemplo, de ese nicaragüense callado y reservado cuando se pone de pie para decir un discurso. Si le dan la palabra o le aproximan el micrófono nos cubrirá con una frondosa y exuberante oratoria.
Camilo Rodríguez Chaverri
201
-Es un pueblo con gran apego por la tradición oral y el cultivo de la palabra. -Todo nicaragüense lleva entre pecho y espalda a un orador. Basta un poco de licor o cualquier agitación de los sentimientos para que la “facilidad de palabra” se salga de madre. Sobre todo, no hay nada más peligroso que un nicaragüense ante un féretro. Su folklore es rico en teatro, cuentos, bailes típicos, juegos infantiles, refranes. Su lengua abunda en neologismos y modismos regionales que indican un pueblo creador, imaginativo y vital. -Pobre pero imaginativo. -A pesar del “subdesarrollo” que le achacan los economistas y técnicos en calorías, posee una cocina rica, variada, fantasiosa, matizada y nutritiva, como apunta José Coronel Urtecho en su obra “Reflexiones sobre la Historia de Nicaragua”. Sin embargo, ahí mismo nos sale al paso la contradicción, porque ese pueblo con amplio recetario es, a la vez, desarraigado, vagabundo y poco tradicionalista. Es un pueblo que come mal. Hay un desajuste entre su comer y su imaginar la comida.
Corrupción de la palabra -A los nicaragüenses les cuesta ponerse de acuerdo. -Creo que el nicaragüense, en su relación con la realidad, no engaña ni se engaña. Pero cuando la palabra informa, en cuanto la palabra transmite algo al otro, ya hay que tener cuidado. Es allí donde no salta la liebre sino la guatusa. Hemos corrompido la palabra como vínculo, como comunicación. “Si profundizáramos lo que significa esta corrupción de la palabra como relación humana, si nos metiéramos en la cueva de la guatusa viéramos cómo ha socavado la mentira nicaragüense todo nuestro edificio social y político”. -Por eso cuesta el diálogo entre los nicaragüenses. -”Aquí nadie se entiende”, me decía un joven político como síntesis de la situación de Nicaragua en los últimos años. ¿Se terminó el crédito de la palabra? Un caso interesante es la historia de Babel. ¿Por qué se dispersaron los que construían la orgullosa torre? Porque no se entendían. Al dispersarse, nacieron las diversas lenguas, pero el hecho dispersador fue la corrupción de la palabra como diálogo. Babel es una torre de guatusas. -La dualidad del nicaragüense en todo genera inquietud en sus almas... 202
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
-El nicaragüense nunca se queda con una pregunta sin contestar. Si no la sabe, la inventa. Pero vamos más allá. En Nicaragua la interacción y fusión de culturas indias aún no llegaban a forjar una síntesis cuando se produce la Conquista. Por eso, el mestizaje no sólo mezcló al español y al indígena, sino elementos culturales indios muy dispares. “El caso de los chorotegas es fascinante, pues fueron fermento de los mayos, quienes luego los desplazaron. Eran gente valerosa, y, amorosos de sus mujeres, gustaban de la vida familiar. En cambio, los nicaraguas o nahuas eran militaristas. Desde que iniciaron su dominio, son muchos los momentos en que hemos luchado por volver a ser república, que fue el ideal por el que dio su sangre Pedro Joaquín Chamorro, pero el obstáculo casi siempre ha saltado en forma de caudillo, o de clan militar. Los nahuas hacen su regreso cada vez que regresan los generales.
Leyendas de su pueblo -Se le reconoce su trabajo de investigación de las leyendas nicaragüenses. -Me interesa este tema. Por ejemplo, existen tres leyendas en el folklore nicaragüense que acotan, con profundo pensamiento poético, el texto más constante y reticente del alma humana: el de la inmortalidad. “La primera leyenda es la del Judío Errante, la historia de un maldito que recorre el mundo hastiado de no morir o cansado de tanto vivir. Está relacionada con nuestra constante historia de exilios por guerras civiles y revoluciones. “La segunda es la leyenda del Barco Negro, una lancha y su tripulación vagan sin encontrar un puerto. Mucha gente del lago asegura haberla visto, con las velas podridas, las jarcias rotas y los marinos barbudos y andrajosos. “Y la tercera es la de la Carreta Nagual. Es halada por esqueletos de bueyes, y allí va dormido un hombre. Sobre él ha caído una maldición: ni vive ni muere. Sólo despierta una noche cada siglo, pero al salir el sol, prosigue su eterno viaje. De nuevo, reconozco en estas leyendas la dualidad que nos persigue.”.
Un pueblo devoto -Me llama la atención la espiritualidad del nicaragüense, su devoción, su religiosidad. Camilo Rodríguez Chaverri
203
-Cuando se estudie el panorama completo del pensamiento indígena prehispano tendrá que reservársele un capítulo importante al aporte de nuestras dos principales culturas en la elaboración de un concepto espiritualista del hombre americano. “En una época ciertamente muy antigua y anterior al nacimiento de la Cultura Maya, concibieron una interesante teoría religiosa sobre la personalidad, cuya expresión desgraciadamente no ha sido conservada más que en un sinnúmero de esculturas en piedra con el motivo del doble yo o alter ego vital, expresado por un individuo que soporta o lleva sobre sí la figura de un animal, a la manera que en la religión egipcia descansa protectoramente sobre el hombre el pájaro anímico denominado Ba. -Y me imagino que así como dominan en su actitud militar, los nicaraguas algo aportan en este aspecto.
-Un aspecto que demuestra una superioridad mental halagadora es su concepción del alma humana o“Yulio”, que sí nos quedó documentada. El brevísimo tratado que puede extraerse de las contestaciones de los caciques y sacerdotes indios sobre el alma, merecería ser destacado como una de las más importantes conquistas del pensamiento indio precolombino en su idea de la persona humana. Viene a ser una respuesta del razonamiento lógico causal de que “algo que es no puede convertirse en nada”. Darío en la voz de Cuadra He aquí un resumen del pensamiento de Pablo Antonio Cuadra acerca del gran poeta de su pueblo. Es un extracto y una sumatoria de algunos de sus principales ensayos. “Comenta Pedro Salinas que lo único común a toda la poesía de Darío cuando se la mira en conjunto es el ir y venir de un arrimo a otro, del amparo de Afrodita a la sombra del Crucific ado. “Yo diría más bien que lo permanente en la poesía de Rubén es su misteriosa obsesión, de raíz indígena, por concebir la unidad como dualidad. “Para expresar esta dualidad, para expresar esta escisión, como dice Octavio Paz, Darío se sirve de imágenes que brotan casi espontáneamente de lo que podría llamarse su cosmología, si se entiende por esto no un sistema pensado sino su visión instintiva del universo.
204
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“El sol y el mar rigen el movimiento de su imaginación; cada vez que busca un símbolo que defina las oscilaciones de su ser, aparecen el espacio aéreo o el acuático. Al primero pertenecen los cielos, la luz, los astros y por analogía o magia simpática, la mitad supersensible del universo: el reino incorruptible y sin nombre de las ideas, la música, los números. Al segundo pertenece el dominio de la sangre, el corazón, el mar, el vino, la mujer, las pasiones, y, también, por contagio mágico, la selva, sus animales y sus monstruos. El arte tiende un puente entre uno y otro universo. Para Darío la poesía es conocimiento práctico o mágico: visión que es, asimismo, fusión de la dualidad cósmica. “Por tanto, no se trata solamente de lo que otros han llamado ‘su duelo entre carne y espíritu’, la tentación, que lo hay, pero imbricado en el tejido vasto y oscuro del sentimiento indígena del cosmos y de la vida. Es una marea de fondo Americana.
Ola sexual “Si nos sumergimos, por ejemplo, en la gran ola sexual que baña toda su obra, descubrimos con Octavio Paz, que también en su sexualidad Rubén ve el mundo como un ser dual, hecho de la continua oposición y copulación entre el principio masculino y el principio femenino. “Paz tiene claro todo esto al entender que sería inútil buscar en su erotismo esa concentración pasional que se vuelve incandescente punto fijo. Su pasión es dispersa y tiende a confundirse con el vaivén del mar. Migraciones del Norte y del Sur cubren el territorio de su alma nicaragüense. Migraciones del Este y del Oeste. ‘Plural ha sido la celeste historia de mi corazón’, dice un poema. “Lazar, otro gran intelectual, agrega que el cosmos y lo eterno femenino se confunden para Darío en una sola y misma realidad. Y Paz insiste en la originalidad de nuestro poeta. Esa originalidad consiste en que, casi sin proponérselo, resucita una antigua manera de ver y sentir la realidad. Al redescubrir la solidaridad entre el hombre y la naturaleza, fundamento de nuestras primeras civilizaciones, Darío abre a nuestra poesía un mundo de correspondencias y asociaciones”.
Camilo Rodríguez Chaverri
205
Misteriosa veta “En él continúa o de él deriva la misteriosa veta cristianoamericana de la resurrección de la carne que viene a manifestarse en numerosas expresiones del pensamiento filosófico en el Nuevo Mundo, o en poetas como Ernesto Cardenal, como también el erotismo mágico que se encuentra en varios poetas hispanoamericanos como Pablo Neruda o el mismo Octavio Paz. “Es el renacentista antirenacentista. El barroco antibarroco. El moderno antimoderno. Dual es su concepción de la mujerpasividad y actividad, salvación y perdición-Stella la virginal y la Sirena el monstruo. “El tiempo es, al mismo tiempo, el gozo de eludirlo (‘corta la flor al paso, deja la dura espina’) y el dolor de haberlo perdido (‘y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido’). Es la doble posición de su inmortal poema Nocturno. ‘Y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores, y el duelo de mi corazón, triste de fiestas’. Por eso, su sentimiento de la muerte es también dual. ‘No hay dolor más grande que el dolor de ser vivo’, dice Rubén en el poema ‘Lo Fatal’. Pero en el ‘Nocturno’, retrocede en su vaivén, y junto al dolor de ser vivo, siente ‘el espanto seguro de estar mañana muerto’.
Nicaragua, siempre huyendo “Resulta interesante como signo de destino que la huella más antigua de un pie humano en Nicaragua, sea la huella de un pie que huye. Las huellas de Acahualinca nos hablan de primitivos indígenas que quizás bajaron del Norte persiguiendo al bisonte, cazadores peregrinos que abandonan Managua porque otro dios, un volcán iracundo, arrojando fuego y lava, los obligó a emprender la huida. ¿Y desde entonces cuántas veces el nicaragüense deberá partir? “De las huellas de Acahualinca está llena la pre-historia de esta tierra. No deja de producir vértigo pensar que por el angosto corredor nicaragüense pasó la semilla humana de innumerables razas y conglomerados humanos del continente Sur, que venían del Norte, como también, en contracorrientes que la arqueología percibe, de muchas razas y tribus sureñas que subían al Norte. “Ya desde entonces el hombre que vive en Nicaragua es un tipo ´mediterráneo´, un hombre que está en el cruce de 206
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
los caminos. Y esta psicología, cincelada por la geografía en el mundo indio, queda gravada con más relieve aún al entrar España a modelar nuestra historia. Porque Nicaragua es descubierta y formada para que sea el puente, ya no entre las dos Américas, como en tiempos pre-históricos, sino entre los dos mares. Los principales descubrimientos y la fundación de las más importantes ciudades de Nicaragua fueron el resultado de la búsqueda de una ruta para la navegación. De la idea de tránsito se pasa a la idea de canal, y toda nuestra política (¿durante cuántos años?) parece estar pendiente de ese destino”.
Camilo Rodríguez Chaverri
207
Óscar Castro Vega
Entre reportero, filósofo e historiador
Lo conocí por referencia. Quienes me enseñaron técnicas básicas de Periodismo, en la universidad y en mis primeros trabajos, lo tienen como un maestro. Luego, el periodista José María Penabad, quien era en ese momento director del periódico OJO, me invitó a la presentación del libro ´Agonía de un pueblo´. Fue entonces cuando conocí a don Óscar Castro Vega, secretario de actas de la Asamblea Constituyente, cronista parlamentario, promotor de las ´Misiones Culturales´ que creó Teodoro Picado y que llevaron poesía y teatro hasta los pueblos más alejados del país; escritor y maestro. ´Agonía de un pueblo´ cuenta su experiencia ante la desgarradora tristeza de El Salvador, envuelto en sangre por la muerte de cien mil personas en su guerra civil. La impresión de la honda sensibilidad de un periodista que en ese momento era embajador de Costa Rica en ese país fue el detonante para admirarlo. Y luego, investigando acerca de los derechos de las mujeres y el sufragio femenino, la abogada Francinie Castillo me sugirió entrevistarlo. La invité a acompañarme y nos encontramos con quien es la máxima autoridad viva en cuanto a la historia de la Asamblea Constituyente. Nos espera en su casa, en la cooperativa ´Las Cabañas´, en Santa Ana. Es un lugar donde muchísimos intelectuales tienen su casa, entre ellos Eugenio Rodríguez Vega, Enrique Obregón y María Eugenia Bózzoli. Están en la mera boca de la montaña. Todo, alrededor, es monte o potrero. Entre casa y casa hay un espacio que da 208
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
gusto. Es como vivir en el campo, pero a quince minutos de San José. “Esta finca es de 18 hectáreas. Es una de las fincas más antiguas del Valle Central. Proviene de la época colonial. Ha mantenido sus dimensiones desde esa época. Ahora es una isla, está rodeada de calles. Originalmente había una plantación de caña y hubo un trapiche movido por bueyes. “Este es un caso único en la historia. Tenemos dos árboles de guanacaste que deben tener más de dos siglos. Cuando inició la cooperativa, esta finca estaba degradada, el ganado no dejaba crecer nada. Ahora, es un paraíso”. Primero hacemos un recorrido por su casa, y me impresiona el sótano, donde tiene un mural con un título que dice ´Tres siglos de creación musical´. Don Óscar se apresura a explicar que contempla desde Vivaldi hasta Rachmaninov. Es que Vivaldi nació en 1676 y murió en 1743, mientras que Rachmaninov nació en 1873 y murió en 1943”, comenta. El mural tiene copias de las portadas de los discos. “Esta obra me encanta porque arranca con Vivaldi, y pasa por el barroco, el clasicismo y el romanticismo, hasta llegar al modernismo. Después de Vivaldi, tengo obras de Scarlatti, de Haydn, de Mozart y de Bethoven, así como de los románticos, Chopin, Liszt, Schumann, Wagner, hasta Debussy, Ravel, Prokofiev, Shostakovich y Strauss. “Tengo más de trescientos discos compactos de música clásica, los mejores solistas, las más famosas orquestas sinfónicas y los más connotados compositores. Este es el tesoro de mi casa. “El gusto por la música clásica me vino desde muy joven, y a lo largo de los años he ido enriqueciendo mi colección. Le voy a donar toda mi discoteca a Radio Universitaria como una forma de retribuir todo lo que me dio la universidad sin que me costara ni un cinco. ”Es que uno nunca deja de ser educador. Aunque he sido periodista y últimamente hasta escritor, tengo alma de maestro. Durante muchos años di clases en el Colegio Justo Antonio Facio, que es el colegio nocturno que ocupa las instalaciones del Liceo de Costa Rica. Es más, he dado clases desde el año 50. Primero daba Estudios Sociales, y luego fui director, del año 62 al año 76, cuando me jubilé. En ese momento ese colegio tenía 1500 estudiantes”.
Camilo Rodríguez Chaverri
209
Estudioso Óscar Castro Vega nació en Naranjo, Alajuela, en 1922. “Mi familia salió de Naranjo cuando yo tenía tres o cuatro años. Se pasaron a Barrio México, en San José, cuando ese barrio recién se estaba formando. “Pasé toda mi niñez en Barrio México, en la Escuela República de Argentina. Por azares de la vida, mi familia se trasladó a San Pedro de Poás. “En la época de la Gran Depresión del 29, mi padre perdió su casa porque la tenía hipotecada. Hubo bancos quebrados y un gran desempleo en el país. Muchas empresas se vieron obligadas a despedir a sus trabajadores, y se detuvo la inversión extranjera. “Mi madre se hizo muy amiga de una señora de San Rafael de Poás, y fue a través de ella que nos fuimos para allá. Terminé la escuela en San Pedro y como yo quería ingresar a un colegio y no había uno cerca, mi familia se trasladó a Alajuela. “Estudié en el Instituto de Alajuela. Salí en diciembre del 40 y en enero del 41 emprendí mi primera gran aventura fuera de Costa Rica. Yo pretendía estudiar y no había, en ese entonces, una universidad en el país. “Todavía no existía la Universidad de Costa Rica, y los estudiantes que no querían estudiar Farmacia o Derecho, tenían que buscar una opción fuera del país. La mayoría de los estudiantes querían estudiar Medicina, y el destino era la Universidad Nacional Autónoma de México. “Yo quería estudiar Medicina, pero no tenía vocación ni dinero. En México estudiaron médicos costarricenses tan prominentes como Longino Soto, Jorge Arguedas, Álvaro Aguilar Peralta y Arnoldo Fernández Soto. “Casi todos los ticos estábamos en Medicina y algunos, pocos, estaban en Ingeniería. Casi todos coincidimos en una misma pensión, de sólo ticos. La dueña de la pensión era una solterona que se convirtió en la mamá de todos. En el caso mío, jamás dejaré de agradecerle todo lo que hizo por mí. “Yo le ayudaba a hacer mandados. No tenía plata para la pensión, pero le pagaba con trabajo. Yo le hacía las compras y todas las vueltas que tuviera que hacer. “Eso me permitió quedarme allá. Como no pude ingresar a la Escuela de Medicina, un tico me carboneó para que entrara a Ingeniería. No tenía capacidad ni vocación ni recursos. Estuve dos años y regresé a Costa Rica. 210
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Regresé de 20 años y tuve mi primer trabajo fijo como auxiliar de la sala de lectura de la Biblioteca Nacional. El director era don Julián Marchena, el poeta. Para mí, ´Vuelo supremo´ es el más logrado soneto de Costa Rica. Su libro, ´Alas en fuga´, es el más grande libro de sonetos que se ha publicado en nuestro país”.
Su maestro, don Julián Marchena “Don Julián era objeto de muchas burlas de numerosos seudointelectuales que querían bajarle el piso diciendo que su libro era una copia de un libro de un autor colombiano. Recuerdo que entre los que se burlaban estaba Carlos Monge Alfaro. “Aprendí mucho con don Julián. Ahí nació mi verdadera vocación como incansable lector. Llegué a trabajar durante una época muy interesante de la Biblioteca Nacional. Habían contratado a Alberto Bolaños, que era un maestro herediano. Don Alberto se convirtió en el subdirector de la biblioteca. “Don Alberto fue el primer costarricense que estudió Bibliotecología en Estados Unidos, con una beca del gobierno de ese país. Cuando regresó con su especialización, él inició la catalogación de toda la biblioteca. “Antes de él simplemente enumerábamos los libros. Él vino a aplicar el sistema de clasificación decimal Dewey, con el cual todos los libros se distribuyen en diez grandes categorías. Aprendí mucho con él. “Después me trasladaron como jefe de la Sala España. La biblioteca vieja tenía una sala que era todo el segundo piso, y que era una colección de literatura española, donada por el gobierno de ese país en el año 36. Todos los libros estaban empastados en cuero. Donaron hasta el mobiliario. La sala se abría de 6 a 10 de la noche. “Estando ahí, a cargo de la Sala España, se abrió la biblioteca de la Universidad de Costa Rica, donde ahora están las oficinas de la Corte Suprema de Justicia. Es que ahí fue donde estuvo la universidad en sus inicios. “Me trasladé a trabajar en la Biblioteca de la Universidad de Costa Rica. Ahí también empezó a trabajar Eugenio Rodríguez. Alberto Bolaños era el director de la biblioteca. “Todavía estaba soltero. Entonces ingresé a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Costa Rica. En la universidad estaban Moisés Vincenzi, Carlos Monge Alfaro,
Camilo Rodríguez Chaverri
211
Abelardo Bonilla y Arturo Chaves. El decano era el general Jorge Volio, quien era profesor de historia de Costa Rica. “Estudié Filosofía con especialidad en historia. Mi tesis de grado se llamó ´Pedrarias Dávila. La Ira de Dios´. No sé por qué me interesó la figura de Pedrarias. Fue uno de los conquistadores más sanguinarios, más despiadados y crueles, a tal punto que Bartolomé de Las Casas, en su historia de las Indias, le dedicó un capítulo entero y le bautizó como ´furor Domini´.
Pedrarias Dávila “En el libro III de su ´Historia de las Indias´, Bartolomé de las Casas dice ´porque no fue sino una llama de fuego que muchas provincias abrasó y consumió por cuya causa le llamábamos ´furor Domini´”, dice Don Óscar, de memoria. “En aquella época de los 40, yo era un apasionado lector del gran biógrafo austríaco Stephan Zweig, que era uno de los autores más leídos en la época. Estaban de moda las grandes biografías de los grandes hombres y de las grandes figuras de la historia. Por ejemplo, recuerdo una biografía de María Antonieta, y la más llamativa, de Fouché, que era el jefe de la policía secreta de Napoleón, el de la época del terror. Más que un policía era un asesino. “El otro gran autor que leíamos con fruición era Emil Ludwig, un biógrafo alemán, autor de los principales estudios sobre Lincoln. “Volviendo a mi tesis, Pedrarias figura entre los grandes conquistadores españoles del siglo XVI, junto a Hernán Cortés, Pizarro y Vasco Núñez de Balboa. “Lo más interesante de Pedrarias es que provenía de una prominente familia de la alta nobleza española. Se llama Pedrarias Dávila, como contracción de su nombre original, que es Pedro Arias De Ávila y Puñoenrostro. Era amigo personal del rey don Fernando Católico, y un militar de carrera. Junto al rey peleó durante los últimos años de reconquista contra los moros. “Culminó cuando cayó la ciudad de Granada, el último baluarte de los moros en la península. Pedrerias participó en esa batalla final. “Cuando Cristóbal Colón estuvo en el litoral caribeño de América Central durante su cuarto viaje, regresa a España creyendo que esos territorios son muy ricos en oro, y propaga en España la leyenda de esas tierras descubiertas. La corona 212
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
española la bautizó como Castilla del Oro. Eran los territorios que ahora forman parte de Costa Rica, Panamá y Colombia. Nombra como capitán general y gobernador a Pedrarias Dávila. En ese momento, Pedrarias Dávila tenía 72 años. Llega a Castilla del Oro y funda la ciudad de Panamá el 15 de agosto de 1519. “Ya antes había asesinado a Vasco Núñez de Balboa, el descubridor del Pacífico. Lo mata por envidia e intrigas. Yo identific o a Pedrarias como un César Borgia trasplantado al escenario turbulento y salvaje de tierra firme. “Tenían cualidades en común: nobleza, prominencia y crueldad. Años después, es nombrado gobernador y capitán general de Nicaragua. Sale de Panamá para ir a Nicaragua, recorre toda la Costa Pacífica de Costa Rica, desembarca en la isla de Chira, y en una ceremonia fastuosa, en nombre de la corona toma posesión de la isla y los territorios adyacentes. “Continúa el viaje por tierra, funda Granada y León, y en 1531, a la edad de 92 años, muere en León. Ahí es sepultado. Hace dos o tres años leí un cable en el que se decía que unos arqueólogos anunciaron que habían encontrado los huesos de Pedrarias donde estuvo la primera ciudad de León, la que fue destruida por un terremoto. “El novelista nicaragüense Sergio Ramírez, que fue vicepresidente de ese país en el tiempo de los sandinistas, publicó un artículo en La Nación en el que hace una serie de comentarios muy interesantes, y afirma que la primera dinastía sangrienta en Nicaragua no fue fundada por Somoza, sino por Pedrarias Dávila y sus familiares. A él lo reemplaza su yerno, Rodrigo de Contreras. “Por la vía de las encomiendas, Pedrarias se había apoderado de las mejores tierras de Nicaragua y pueblos enteros de indígenas. Tengo lista una segunda edición de esa obra, ya corregida y actualizada”.
Promotor de la cultura ”En 1947 me gradué como licenciado en Filosofía, con especialización en Historia. Durante todo el tiempo de la universidad no dejé de trabajar en la biblioteca. “En enero del 48 salí para México. Después de ´los hechos del 48, en los que no tuve participación, porque dichosamente estuve fuera, regresé al país. Cuando triunfó la revolución me encontré con que tenía muy buenos amigos
Camilo Rodríguez Chaverri
213
en el gobierno, entre ellos, Isaac Felipe Azofeifa, Lalo Gámez y Carlos Monge. “Regresé a Costa Rica en junio del 48, cuando estaba la Junta Fundadora de la Segunda República. Con el apoyo de don Lalo y don Isaac Felipe, se me nombró en un departamento de misiones culturales. Esos departamentos se habían abierto en el gobierno de Teodoro Picado, y su trabajo era llevar la cultura a las zonas más alejadas del país. Se adoptó el nombre de ´misiones,´ entendiendo que sería una tarea muy difícil. Se trató de adoptar la filosofía y el estilo de la República Española, por lo que llevábamos charlas y lecturas acerca de García Lorca, Rafael Alberti, Salvador Dalí, Luis Cernuda, Antonio Machado, Vicente Aleixandre y Manuel Altolaguirre. “´Las misiones culturales´ fue una de las grandes conquistas de la República Española para llevar la poesía y el teatro a las zonas más alejadas. Cuando Franco acaba con la república, las misiones fueron clausuradas. Asesinaron a García Lorca y Machado murió en Francia. “Por cierto, tengo un ensayo que se llama ´El paisaje en la poesía de Antonio Machado´. Es uno de mis poetas favoritos. “Aquí, fue en el gobierno de Picado cuando se fundaron las misiones culturales, y la Segunda República de Figueres las fortaleció. Se me nombró como director de las Misiones Culturales. Conté con la ayuda de algunos poetas jóvenes, como Alfredo Sancho, Enrique Mora Salas y Allen Pérez; de músicos como Arnoldo Herrera, que acababa de llegar de México; de pintores como Paco Amighetti, y del doctor Édgar González, que era director del Departamento de Psicología de la Universidad de Costa Rica, así como del mismo Isaac Felipe Azofeifa, que me impulsó a llevar cultura, poesía y teatro a los pueblos. “También empezamos a estimular el folklore. Por ejemplo, ´Los talolingas´ era un dúo de músicos guanacastecos que, por falta de apoyo, trabajaban como pintores de brocha gorda en el MOPT. Ya eran conocidos porque habían escrito su bellísima canción ´Guaria morada´. Son los autores de la música de esa canción, que es el segundo himno nacional. También tenían una que se llama ´El guipipía´. Fueron un éxito en las misiones. “Íbamos a los pueblos lejanos, nos alojábamos en las escuelas, llevábamos cine y cultura. La Embajada de Estados Unidos empezó a ayudarnos y nos daba algunas facilidades. 214
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Recuerdo que estuvimos en Tucurrique, en Sabana Grande de Atenas y en Nicoya. Estrellita Cartín de Guier era la secretaria de las misiones. Era mi mano derecha. “Estrellita era amiga mía, porque los dos egresamos de la Facultad de Filosofía y Letras. Ella era de Filología. Recuerdo que cuando eso, el director era Abelardo Bonilla, y el profesor de latín era Rodolfo Pinto”.
Secretario de la Constituyente “En 1949, cuando se instala la Asamblea Nacional Constituyente, el 15 de febrero, se me nombra secretario de actas. La persona que influyó para que se diera mi nombramiento fue don Otilio Ulate, porque yo era muy amigo de él. “Yo había sido muy ulatista. Daba discursos en sus plazas públicas. Era representante de los estudiantes universitarios, y también ayudé a lo largo de la campaña para la Asamblea Constituyente. Las elecciones se llevaron a cabo el 8 de diciembre del 48. Las elecciones eran sólo para constituyentes. Yo había dejado las misiones culturales para incorporarme a la campaña de Ulate. “Recorrí el país con don Otilio. Algo parecido me pasó en la primera campaña de Luis Alberto Monge. “Yo tenía 27 años cuando se me nombró secretario de actas. Soy el autor de todas las actas, desde la número uno hasta la última. No dejé de asistir a una sola sesión. Además, no había equipos de grabación. “Como periodista tenía que reconstruir todos los discursos. Había grandes oradores. El más esclarecido, el más talentoso fue Rodrigo Facio. Él fue el más responsable y el más serio. Murió ahogado en el Puerto de La Libertad, en El Salvador. Parece que le dio un infarto. Ya para entonces había dejado la rectoría de la Universidad de Costa Rica. “En los círculos políticos de Liberación Nacional y de la oposición había consenso con respecto a que Rodrigo Facio iba a ser presidente. Dejó la rectoría para aceptar un alto puesto en el Banco Interamericano de Desarrollo, el BID, que estaba recién fundado. Dice Luis Alberto (Monge), que también fue constituyente, que él le dijo que debía ser candidato y que Rodrigo le insinuó que por eso se había pasado al BID, pues le ofrecían un mejor salario y quería empezar a ahorrar dinero para la campaña.
Camilo Rodríguez Chaverri
215
“Facio era un extraordinario tribuno, un gran orador parlamentario, pero, curiosamente, era un mal orador de plaza pública. La Editorial de la Universidad Estatal a Distancia acaba de publicarme un libro en el que hablo acerca del legado de Rodrigo Facio durante la Asamblea Constituyente. El libro tiene un prólogo de Luis Alberto Monge, y una presentación de Rodrigo Carazo, que fue compañero de infancia de Facio. “Eran sesenta diputados, cuarenta y cinco propietarios y quince suplentes. “Fernando Baudrit Solera fue otro de los grandes constituyentes. Era presidente de la Corte Suprema de Justicia, y profesor emérito de Derecho Administrativo. Luego, también fue rector de la Universidad de Costa Rica. “Y otro constituyente extraordinario, que era del Partido Constitucional, que surgió de un momento a otro, fue Mario Alberto Jiménez Quesada. El Partido Constitucional fue ideado por el abogado Celso Gamboa, quien recibió el apoyo financiero y político del licenciado Manuel Francisco Jiménez Ortiz, padre de don Manuel Jiménez de la Guardia, uno de los fundadores de ´La Nación´”.
Los grandes temas de la Constituyente “Uno de los temas más fuertes de la Constituyente, y que había sido objeto de una ardorosa polémica en las campañas políticas anteriores, en la campaña del 44 y en la campaña del 48, fue el de las Garantías Sociales, que habían sido incorporadas a la Constitución durante el gobierno de Calderón Guardia. “El tema había dividido al país en dos, e igual ocurrió en la Asamblea Constituyente: el sector conservador calificaba a las Garantías Sociales de comunistas, y el otro sector, donde estaban Rodrigo Facio y Luis Alberto Monge, las defendían. “La verdad es que ese fue el gran tema que dividió al país en el 44, en el 48 y en las elecciones de la Constituyente. “La Constituyente estuvo dominada por los conservadores de Ulate, donde había algunos enemigos furibundos de la legislación social y de Calderón Guardia y Teodoro Picado. En el otro sector, donde estaban Rodrigo Facio y sus compañeros, aunque adversaban al régimen llamado ´calderocomunista ´, creían que las Garantías Sociales eran una conquista del pueblo de Costa Rica, que debían mantenerse, mejorarse y ampliarse.
216
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Algo que, aunque parezca mentira, sin duda hizo una gran diferencia es que los conservadores no tenían un orador como Rodrigo Facio. “En parte, eso fue lo que permitió que no se trajeran abajo las Garantías Sociales. Además, ya estaban muy enraizadas en la sociedad, al igual que el Código de Trabajo. Aún así, hicieron muchos intentos para acabar con ellas. “Incluso, toda esa presión empezó cuando Figueres entra triunfante a San José. El mismo Don Pepe lo relató: cuando todo está listo para que él entre a San José, pero todavía estaba acuartelado en el Colegio San Luis Gonzaga, llega una delegación de la oligarquía cafetalera, presidida por Ricardo Castro Beeche, director del periódico ´La Nación´. Iban para ofrecerle toda su ayuda política y económica a cambio de que derogara las Garantías Sociales. Figueres les dijo que él no había ido a la lucha armada para acabar con las Garantías Sociales, que en su gobierno más bien serían fortalecidas y mejoradas. Al final, los echó. “Dichosamente en la Constituyente lo que ocurrió fue que se incluyeron algunas reformas propuestas por el Partido Socialdemócrata, por Facio y sus compañeros de fracción. En los ardorosos debates que se prolongaron por días, también destacó Luis Alberto Monge, a quien Facio le había encomendado que fuera el vocero de la defensa de las Garantías Sociales. Monge fue vendedor en un tramo del Mercado Central, y representaba al grueso de la población que se veía beneficiado por esa reforma. “Luis Alberto era muy buen orador. Uno de sus más memorables discursos se llamó ´No hay revolución sin libertad´. Durante su primera campaña, yo escribí una biografía de él. Se tiraron cien mil ejemplares. Después, lo volvieron a publicar. Lo único que le cambió fue el título. Monge es un ejemplo de superación. Estuvo en el Instituto de Alajuela con una beca. Viajaba todos los sábados y los domingos a trabajar al Mercado Central. La especialidad del tramo era la elaboración de tabacos de Palmares. La ´cuecha´ que preparaba Luis Alberto era muy famosa”.
Fortalecer el sufragio “Otro de los grandes temas fue el del sufragio. Todos querían rodearlo de las mayores garantías para que no se repitieran los escandalosos y desmedidos fraudes de la época. Camilo Rodríguez Chaverri
217
“En la Asamblea Constituyente, el sufragio fue efectivamente objeto de toda clase de garantías para que reflejara de verdad el sentimiento y la opinión de los costarricenses. “Fue así como se creó el Tribunal Supremo de Elecciones. Antes, para las elecciones de medio período del 46, siendo presidente Teodoro Picado, por primera vez funcionó el Tribunal Electoral, cuyo padre fue Fernando Soto Harrison, siendo Ministro de Gobernación de Picado. “Fue la primera vez que se le quitó al presidente de la república el poder del proceso electoral y la primera vez que todo el proceso electoral se dejó en manos de un tribunal electoral independiente. Pero en ese momento no estaba contemplado en la Constitución Política. “La Constituyente no sólo recogió esa idea de Soto Harrison sino que la mejoró y la amplió, hasta dejarla institu cionalizada como un poder de la república. “Durante la discusión del capítulo relacionado con el sufragio, hubo otro gran aporte, que fue que ingresó a la corriente parlamentaria el derecho de voto a la mujer. La iniciativa del voto femenino fue del licenciado Gonzalo Ortiz Martín, segundo secretario de la Constituyente, profesor de Derecho de la UCR y reconocido abogado litigante. “Fue don Gonzalo quien presentó la moción original al plenario”, dice don Óscar, y saca de unos fólders unas fotocopias de las actas originales. “La moción decía así: ´la ciudadanía es el conjunto de deberes y derechos políticos que corresponden a los costarricenses de uno u otro sexo que hayan cumplido 18 años de edad´. “Incorporaba otra disposición revolucionaria, y era que establecía la mayoría de edad en los 18 años cumplidos y no en los 21 años cumplidos, que era como estaba legalmente establecido. La moción se votó en dos partes. Primero se aprobó por amplísima mayoría la primera parte, otorgando el voto a la mujer. Luego, se mantuvo la disposición de los 21 años. Años después fue que se aprobó una reforma constitucional en la Asamblea Legislativa para reducir la mayoría de edad a los 18 años. Los constituyentes estaban de acuerdo en bajarla a 20 años, pero al final no la aprobaron”.
Voto para la mujer “En cuanto al voto de la mujer, de los 45 diputados una amplísima mayoría votó a favor. Sólo nueve diputados 218
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
votaron en contra. Se dieron argumentos que ahora parecen risibles. El doctor Pinto Echeverría dijo lo siguiente: ´no creo que las mujeres deban votar porque no hay nada más sucio que la política y debemos hacer todo lo posible por mantenerlas lejos de la política. Si se acuerda el voto femenino, ocurrirá que las madres van a abandonar a los hijos por andar en política´. “También Juan Rafael Arias, conocido como ´El Gato´, el papá de Óscar y Rodrigo Arias, estuvo en contra del sufragio femenino. Dijo que no deseaba tanto daño para las mujeres de Costa Rica. “No recuerdo haber visto grupos de mujeres en las barras. Ya todos teníamos claro que era un derecho justo. Los diputados constituyentes no lo discutieron mucho. En la campaña del 48 el país estaba dividido. Las mujeres tuvieron una activa participación en las protestas contra el régimen o a favor de la alianza caldero-comunista que había promulgado toda la legislación social. “En muchas manifestaciones callejeras, las comunistas estuvieron capitaneadas por doña Luisa González. Y del lado de la oposición, recuerdo que tuvieron una manifestación el 2 de mayo de 1948, en la que iban dirigidas por Emma Gamboa, que fue la primera presidenta de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE). “Fue una manifestación muy grande. Enlutadas, completamente vestidas de negro, salieron del Parque Central camino a la Casa Presidencial, que estaba en frente del Parque Nacional. Don Teodoro no salió a recibirlas, y la manifestación fue disuelta a garrotazos. Estaban desfilando por la reforma electoral que el gobierno de Picado había planteado ante el congreso. “Fue tan prominente la participación que en los años 30 y 40 tuvieron mujeres como Emma Gamboa, Luisa González y Carmen Lyra, que no hubo por dónde los opositores al voto femenino encontraran un argumento de peso. El país ya estaba maduro para ese cambio. “El voto femenino se aprobó el 20 de junio, y la constitución se aprobó el 7 de noviembre del 49”.
Don Rubén Hernández “Algo curioso, que quiero comentar, es que los periódicos de la época no cubrieron la Constituyente, ni le dieron la prominencia que se merecía. De vez en cuando iban al Camilo Rodríguez Chaverri
219
antiguo Palacio Nacional, que era la sede del Congreso, y que lamentablemente fue destruido para construir la mole del Banco Central. ¡Qué barbaridad! Lo mismo pasó con la Biblioteca Nacional. Iban muy poco. A veces llegaba Manuel Formoso, de ´La Nación´, pero sólo a veces. El único medio que tenía a un periodista destacado para cubrir todo lo que ocurría en la Asamblea Constituyente fue ´La Prensa Libre´, que tenía ahí a Rubén Hernández Poveda, que fue el autor del libro ´Desde la barra´, que reúne todas sus crónicas parlamentarias de la época. “Don Rubén era de los periodistas de antaño, de la vieja guardia, que se hicieron periodistas primero en el taller, preparando galeras y manejando las máquinas de linotipo. Igual que Otilio Ulate. “Sólo don Rubén y yo guardamos la información exacta de la Asamblea Constituyente. Yo tengo todo en disquete. Guardo copia de las actas completas, porque desde hace años, me di a la tarea de reunirlas. En un aniversario del 7 de noviembre se hizo una sesión especial, y se presentó una moción para que la Asamblea Legislativa financiara una nueva edición de las actas. “Sólo se habían publicado 500 ejemplares en tres volúmenes. En esa ocasión me contrataron para recoger todas las actas. Fue un trabajo muy delicado. Se ´escanearon´ de los tres volúmenes que hay. Pasé varios meses trabajando en eso, y cuando se tenía listo el trabajo, Carlos Vargas Pagán, que era el presidente de la Asamblea Legislativa, dijo que no había plata para financiar la edición. Eso me parece vergonzoso para el país. “Después de la Asamblea Legislativa pasé a trabajar en el periódico ´La República´. Don Beto Cañas era el director. En ese tiempo estaban en el periódico Fidel Tristán y Roberto Fernández. Fui redactor parlamentario, que fue mi campo en todos mis años de periodista. Posteriormente me tocó realizar un trabajo similar en ´La Prensa Libre´, donde llegué a ser jefe de redacción, y en ´Excelsior´. “Siendo redactor parlamentario, en el año 54 obtengo una beca para estudiar Periodismo en la Universidad de Illinois, cerca de Chicago, que era, en ese momento, la mejor escuela de periodismo del mundo. Fui el primer costarricense que estudió Periodismo en Estados Unidos. Como resultado de mis experiencias allá, me interesé en la historia del periodismo estadounidense, por lo que escribí un libro que fue publicado
220
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
por el Servicio de Información de Estados Unidos (USIS), y distribuido en toda América Latina. “Uno de mis profesores era el Doctor Williams, creador de la Teoría de la Comunicación. Estuve allá año y medio. Al regresar, me reincorporé a ´La República´. Pocos meses después se me ofreció un puesto como periodista en la Embajada Americana, e ingresé a trabajar ahí en 1957. “Años después fui cronista parlamentario en ´Excelsior´. “Cuando se abrió el periódico me hicieron una buena oferta, estaba un poco cansado de ser periodista de escritorio y quería volver al periodismo activo. En los primeros meses me tocó trabajar bajo la guía de Raúl Villarán Pasquel, que era un famoso periodista peruano. Lo contrataron y vino especialmente a organizar ese periódico. “Se trajo con él a un joven diagramador peruano que se quedó en Costa Rica, Salustio Pauta. Creo que ese fue el mejor legado de Villarán, porque Pauta ha sido el maestro de la mayor parte de los editores de ´La Nación´, ´La Prensa Libre´ y otros medios. Además, aquí ha hecho un gran aporte en medios como la revista ´Contrapunto´ y el periódico ´OJO´. “´Excelsior´ fue el mejor periódico de Costa Rica de esa época. Fue muy doloroso que muriera, porque se convirtió en un promotor de cambios en el periodismo costarricense. Ahí se formaron jóvenes periodistas que hoy brillan en su profesión o en otros campos, entre ellos recuerdo a Rocío Fernández, Fernando ´Chispa´ Fernández, Lafitte Fernández, José Meléndez, Luis Sáenz, Carlos Longhi y Osvaldo Sauma. “En este periódico me permitieron realizar un trabajo que iba más allá del periodismo parlamentario para ser propiamente periodismo político. Cada sábado salía en ´Excelsior´ una publicación especial, llamada ´La semana política´. Me daban chismes de primera y primicias. Yo no revelaba las fuentes. Estamos hablando de los años 70. Entre mis principales informantes estaban Roberto Tovar, Rafael Ángel Calderón Fournier y Rogelio Sotela. “Para ese tiempo, incursioné en un proyecto periodístico dedicado exclusivamente a divulgar la labor legislativa. Se llamaba ´La Gaceta Legislativa´. Era de publicación mensual. Quien me diagramaba este periódico, que era de distribución gratuita, era el mismo Salustio Pauta”.
Camilo Rodríguez Chaverri
221
El diplomático “Después de ´Excelsior´, pasé a ´La Prensa Libre´ de nuevo como cronista parlamentario, y de ahí pasé a ser jefe de prensa de la primera campaña de Luis Alberto Monge, cuando se enfrentó en el partido contra Hernán Garrón y luego, en las elecciones, contra Rodrigo Carazo “Cuando pierde Monge regreso a ´La Prensa Libre´, y ya para la segunda campaña de Monge no fui su jefe de prensa. Cuando es electo presidente de la república me nombra embajador en El Salvador, donde estuve de 1982 a 1986. Yo desconocía lo que estaba ocurriendo en El Salvador. Me fui sin recibir ninguna instrucción. Don Fernando Volio Jiménez fue el canciller de Luis Alberto Monge y me imagino que él creía que yo me la podía jugar solo. “Llegué en agosto de 1982. Estaba en su apogeo la guerra civil. Cuando empecé a dar mis primeros pasos allá me di cuenta que nuestra Cancillería ignoraba lo que estaba ocurriendo. “Fernando Volio se limitaba a pensar que los sandinistas y los soviéticos financiaban al Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí, pero aquí no se decía que era una guerra civil, y no simplemente un levantamiento de extremistas. “La población estaba dividida. Tanto el frente como el gobierno mantenían miles de soldados. Hubo unos cien mil muertos. Fue una carnicería espantosa. La guerra en El Salvador no tenía una salida militar. Por eso es que celebro la salida que tuvo a partir de las gestiones de Óscar Arias. “En octubre de 1985, Luis Alberto me manda como embajador en Nicaragua. Ahí también viví un proceso muy interesante, pero no fue de tanto impacto para mí como las crueldades que vi en la guerra civil salvadoreña”.
El docente y el escritor “Me jubilé por el Magisterio porque fui profesor de Periodismo en la Universidad de Costa Rica. Mientras estuve en la Embajada Americana y en Excelsior me dieron permiso para ir a dar clases. “Y fue dando clases que empecé a notar la importancia de escribir algunas de mis vivencias. El primero de mis libros fue ´El periodismo en Estados Unidos’. Después vino la biografía ´Luis Alberto Monge, una vida y un partido´, 222
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
así como la aparición de ´Pedrarias Dávila, la ira de Dios´. Después publiqué la obra ´Figueres y la constituyente del 49´, sobre todo lo que le he contado. En realidad, es una crónica periodística sobre esos hechos., Más adelante, ´Longino, el corazón del cirujano´, que es una semblanza sobre Longino Soto. También es una crónica periodística sobre el desarrollo de la cirugía cardíaca en Costa Rica. “Yo decidí escribir un libro sobre él porque llegué a conocerlo de cerca cuando él me operó del corazón. Preparábamos para cada sábado un texto, nos reuníamos en El Coyol de Alajuela, donde él tiene una quinta. “Nos conocimos en México, en 1942. Él estaba estudiando Medicina, y yo, Ingeniería Civil. En 1996, cuando yo tenía 74 años, un día me sentí mal. Tuve un fuerte dolor al lado izquierdo, me fui al consultorio de Longino y dos días después estaba internado en el Hospital México. Salí muy bien de la operación, y estando en el hospital se me ocurrió escribir un libro sobre él. A Longino le pareció muy buena la idea... “Otro de mis libros es ´Agonía de un pueblo´, acerca de las experiencias como embajador, y ´Rodrigo Facio en la Constituyente de 1949´ en el que recojo sus extraordinarios discursos. Están transcritos desde las actas. Es un libro de gran valor. Muchos de sus planteamientos siguen siendo de aplicación actual. Por ejemplo, sus análisis acerca de las funciones del Estado en una democracia, y sus luchas contra el presidencialismo. Siempre lo consideró uno de los grandes vicios, e hizo todo lo posible por reducirlo. Desde la Asamblea Constituyente, las facultades presidenciales fueron reducidas por iniciativa de don Rodrigo. “Ahora, estoy a la espera de la publicación de mi libro ´Génesis y trayectoria de la Segunda República (19481949)´. El libro está dedicado a la memoria de don José Figueres, arquitecto de la Segunda República. Es un episodio importantísimo. La Costa Rica de hoy no se podría entender sin las dos reformas básicas que transformaron al país, la Reforma Social del Doctor Calderón Guardia y la reforma económica e institucional de José Figueres. La reforma social de Calderón Guardia fue ampliada y mejorada por Figueres, a quien se le debe la gran reforma económica, que vino a complementar la reforma social. Sin estas dos grandes reformas, Costa Rica no sería lo que es. Son las bases de la estructura actual de nuestro país”.
Camilo Rodríguez Chaverri
223
Isidro Con Wong
Historias del Abuelo Colorado
Su mundo es la síntesis exquisita entre el universo oriental y las sabanas de Puntarenas y Guanacaste. Sus pinturas son tan chinas como pamperas, y en ellas viven en armonía los toros, que también llegaron de Oriente, los volcanes de nuestras tierras y los potreros que le crecieron en la memoria a Isidro Con Wong. No es una suma de elementos. Es el sincretismo, la adición de paisajes que después de sus obras no tienen cómo vivir el uno sin el otro. Todo empezó en los ojos de un niño que creció en Puntarenas. Hijo de chinos, es el mayor de sus hermanos y estaba llamado a ser el sucesor de su padre en el comercio. Pero nació para ser diferente. Pasaba las tardes enteras mirando las estrellas y se iba detrás de uno de sus tíos, conocido como el Abuelo Colorado, a meditar en la playa. Todos los señores chinos, que se veían como hermanos, le decían a su padre que el joven Isidro no tenía las fuerzas, la disposición ni la voluntad para seguir su obra en el negros, y todos le decían al chiquillo que no anduviera con aquel chino loco. Isidro se iba a la playa con el Abuelo Colorado, y mientras el señor trataba de adentrarse en su mundo interior, el pequeño Isidro andaba viendo figuras en el cielo. “Desde joven, me dediqué a ser un vagabundo mágico. Los paisanos le decían a mi papá que yo era como una oveja negra. La costumbre china es que el primogénito se hace cargo de los negocios, pero eso nunca me pasó por la cabeza. “Los paisanos le decían a mi papá ´Isidro, no hay esperanza con su hijo´. Creían que no iba a poder entronarme en el
224
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
almacén. Era la verdad. Para mí, meterme en un negocio ya era una esclavitud. Yo siempre buscaba y trataba de ser libre. “El que quiere vivir la magia de la vida tiene que ser libre, como los poetas, los artistas… Donde mis palabras no pueden llegar, llego a través de mis paletas. La paleta es el canal, y el color es el lenguaje. “Curiosamente yo no he tenido mucha facilidad para expresar todo lo que he querido. No puedo con las palabras, pero lo consigo con las formas y los colores. “Si no fuera por las paletas mías, estaría perdido en el espacio. Sin la pintura, no hubiera podido cumplirle a mi familia, a mi tradición… Ni hubiera podido servirle a la cultura. “Muchos me dicen ´El Chino Con´, pero mi corazón es cien por ciento tico”, dice don Isidro. Vive en Sabana Sur, y en la sala de su casa habitan cientos de toros, con los cachos abiertos para el cielo. Una de sus nietas, bellísima y muy dulce, nos ofrece té chino y unos bocadillos. Don Isidro sale un momento y aprovecho para preguntarle a la muchacha qué significa para ella la obra de su abuelo. “Crecí viendo los toros de mi abuelo. Él me hacía ´dibujillos´ de toros con mis lápices y mis pilots del kínder. Siempre los tuve muy bien guardaditos. Los limpié, los saqué, los enmarqué y los tengo como los tesoros que son”, dice la nieta, pintada por otro artista, pero en el cielo. Vuelve don Isidro y me encuentra embebido en una de las decenas de obras suyas que parecen ojos abiertos en las paredes de la sala. “Más de novecientas pinturas mías vuelan en los aires del planeta Tierra. Son novecientas pinturas, sin meter el lote de dibujos y sin sumar las obras que se perdieron en la época en que pintaba sobre sacos de gangoche, en la finca, en Puntarenas, con tintas naturales, vegetales, de las ramas, de las hojas. “Al principio, yo hacía unas manchas increíbles. Era como abrazar. Era tener en mis brazos los paisajes que me conmovían. Era tener cerca lo que yo sentía. “Lo que quería era decir todo eso que veía y que sentía, pero no tenía facilidad de palabra. Una de las razones por las que no me pude enriquecer intelectualmente para poder expresar todos mis sentimientos, todo lo que tengo dentro de mí, en mi yo interior, a través de la palabra, fue que mis papás no me permitieron estudiar. Camilo Rodríguez Chaverri
225
“La verdad es que me han faltado las palabras. Siempre he sido un amante de la investigación contemplativa. En el silencio, yo hacía mis poesías, en el silencio yo lograba componer música, yo escuchaba la música del cielo, del campo… “Una de las razones por las que tal vez no logré romper esas cadenas, fue que en la época en que yo me criaba, ser poeta y artista significaba ser un vagabundo. Sé que tenían su razón mis papás y mis abuelos, porque lo que querían era que forjara un futuro. La salvada es que tuve la suerte de contar con un abuelo sabio, que supo orientarme, y mi madre fue la otra persona que me ayudó a lograr un balance. Ellos dos me permitieron equilibrar mis emociones. “Todos los demás veían que yo no tenía futuro. Ellos veían que eso de pintar era una vagabundería. Sé que lo que tenían era un temor sano, una negación sana… Era para mi propio bien. Simplemente que ellos, todos los chinos de la zona de Puntarenas y de mi familia, creían que eso de pintar no era bueno, que no era positivo, que no era el verdadero camino que uno debía seguir. Vale más que estaba el Abuelo Colorado para defender mi espíritu de artista”.
El Gran Maestro “La sensibilidad mía se la debo a la naturaleza y a mi abuelo Colorado, primo de mi abuelita. Él era taoísta y vegetariano. La meditación fue su vehículo. “Él me llevaba a la playa. No, yo lo seguía a él. Los demás abuelos, que eran como veinte, decían ´no vaya con ese abuelo porque ese abuelo está loco´. “Tenía como 7 años. Yo le preguntaba a él de todo, y él estaba en estado de no estar, en liberación total. Él me entendía. “A veces estaba tan metido en sí mismo, que yo decía ´¿no será que mi abuelo se murió sentado?´. “Yo me quedaba contemplando los misterios en el cielo. Por cierto que para el invierno, las noches son oscuras y no hay estrellas. “Una vez le dije a mi abuelo Colorado, ´esta noche yo veo sólo estrellas negras´. El abuelo se estremeció. Yo era un chiquito de 7 años. Me preguntó qué más estaba viendo. ´Veo la luna negra, veo estrellas negras, veo remolinos en el cielo´. Y le preguntaba, ´¿será cierto todo esto, abuelo?´ Él me contestaba ´¿usted cree que es cierto?´. Entonces me decía 226
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
que si yo creía que hay lunas negras, sí hay lunas negras; que si creía que hay estrellas negras y remolinos en el cielo, también. “Ya veía que yo iba a ser algo especial, vagabundo, contemplativo, diferente… Pero a cada rato mis otros abuelos me decían ´no ande mucho con ese abuelo porque está chiflado´. Ya éramos dos. “Era un gran psicólogo para mí. Él fue quien me encendió. El Creador sabe qué es lo que hace. Dentro de la casona se me apareció un abuelo de esa categoría. En cambio, los otros me decían ´mire cómo come, sólo come vegetales, sólo verduras, no come carne, tenga cuidado´. Los otros abuelos decían que me estaba pegando todo eso. “El Abuelo Colorado fue quien más me ayudó a desarrollarme, a tener esa confianza de niño que me iba fortaleciendo. Un día, cuando tenía unos seis años, le dije ´Abuelo, Abuelo, esta noche las estrellas brillan, el cielo está esplendoroso… Le voy a hacer una pregunta, ¿en esas estrellas hay gente como nosotros?´ Entonces él me decía, ´¿y usted qué cree?´ ´Que sí´, le contestaba yo. ´Entonces sí hay gente´, concluía el Abuelo Colorado”. (Mientras el pintor me dice esto, me da una risa que sale como del pecho, porque detrás de donde estamos hablando, en una enorme obra de don Isidro hay un montón de toros encaramados en las estrellas…) “Ese abuelo mío se ponía a meditar y en medio de la oscuridad yo sentía que se levantaba del suelo. Yo lo sacaba de aquellos estados. ´Abuelo, otra pregunta, ¿qué pensará la gente que vive en las estrellas? Deben estar mirándonos, ¿verdad?´. “Se levantaba el Abuelo Colorado, iba y agarraba una varilla de la playa, y me decía ´tenga, dibújelos en la playa, y también dibuje los remolinos y las estrellas negras en la playa´. También me decía ´si usted los dibuja, se puede comunicar con ellos´. “Ese fue el comienzo de mi amor por la pintura. La verdad es que ya quería comunicarme. “Ese abuelo fue mi mejor escuela, la mejor escuela de mi vida. Por eso me convertí en poeta mudo, o sea, un poeta con palabras en las manos, en el diseño... “Empecé a entenderme contemplando la vida. La vida, en los momentos más difíciles, viajaba de un estado a otro. Después de un huracán, o de una tempestad tremenda en el mar, venía la calma, y yo sentía que el cielo besaba a la Camilo Rodríguez Chaverri
227
tierra. ¡Qué cosa lo que uno siente! Como que todo crece espiritualmente si está sufriendo. “Cuando uno logra vencer el sufrimiento goza más, como que aprende a disfrutar al máximo. El Abuelo Colorado me decía ´dentro de lo oscuro se encuentra lo claro´. Él fue el que me ayudó a liberarme de lo que ahora llaman ´ritalina´, porque un chiquito que ve remolinos en el cielo, y estrellas negras, ahora simplemente tiene ´déficit atencional´. Y una pastillita le mata lo fogoso que tiene, pero también puede acabar con su creatividad y su imaginación”.
El niño pintor Isidro Con Wong nació en Puntarenas el 25 de febrero de 1931. Es el primogénito de Don Pedro Con Sánchez y Doña Rosalina Hin Wong. “Como se acostumbraba en las familias provenientes de China, mi padre se dedicó al comercio. Él tenía un almacén de productos importados que heredó de mi abuelo. Era como un comisariato, pero bastante más grande. Con ese negocio nos convertimos en proveedores de los primeros chinos que participaron en el desarrollo económico de Guanacaste. “En esos años, se viajaba en lancha por el río Tempisque. De ahí los paisanos tenían que conectarse a Puerto Humo, Ballena o un puerto de Cañas que era propiedad de los Tacsan Lam. “Mis abuelos llegaron muy jovencitos de China. Mi abuela se llamó Emilia Sánchez y mi abuelo, Gil Con. Papá nació en Las Playitas, en Puntarenas. Yo soy la segunda generación nacida en Costa Rica. Mi abuelo se vino de primero para Costa Rica y después se trajo a mi abuela, ya que casarse entre chinos era una costumbre muy arraigada. Había que casarse con paisanos. Dios guarde pensar en otra cosa. “Mi abuelito se vino para Costa Rica porque se lo trajo el papá de Hilda Chen Apuy, Don José Chen Apuy, quien se había casado aquí con doña Hilda Espinoza, quien era tica. Quiero mucho a Hilda, y siempre he dicho que tanto su padre como su madre la apoyaron mucho para que se dedicara a la cultura y la educación. “Crecí en Puntarenas. Éramos siete hermanos. Nos formamos en nuestras dos culturas, porque al tiempo nos devolvimos a China y en Hong Kong nació mi hermana menor.
228
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Para mí, asumir mi alma de artista fue muy incómodo por ser el mayor. Bastantes problemas le di a mi padre. Cuando nos devolvimos para China, yo ya era un muchacho de 15 años ó 16 años. Era parte de una costumbre familiar, porque a mi papá también le tocó irse, a los seis o siete años de edad, porque mi abuelita se llevó a todos los hijos para China Continental. Ella se quedó allá para siempre, y cuando él tenía 21 años, volvió a Costa Rica. En ese momento ya había estado casado con una chinita, pero ella murió en el parto. Quien habría sido mi hermano mayor también murió. “Estaba muy jovencito cuando lo mandaron para China. Después de todo, mi abuela se devolvió y mi abuelo se quedó solo. La verdad es que se quedó solo pero tenía muchas novias. “Mi abuelita tenía muchas costumbres muy chinas. Por ejemplo, estando ella en China se puso de acuerdo con mi abuelo y le mandó una china de concubina. Ella no quería volver, pero tenía claro que pobrecito mi abuelo, que podía estar muy solito. Las mujeres eran muy comprensivas en esa época. “Eran costumbres ancestrales de los chinos. Oficialmente, mi abuelo tuvo tres mujeres. La última fue la que tuvo cuando él volvió a China. Cuando llegó allá, ya mi abuelita le había buscado una muchacha para hacerlo feliz”.
Tradición china “Hay una gran armonía en la familia china tradicional. Allá era todo lo contrario del pensamiento nuestro, porque aquí no se ve con buenos ojos el tener más de una mujer. “En la tradición china, la primera esposa es la matrona. Las demás son concubinas. Entre más concubinas tuviera su esposo, la matrona se sentía mejor, porque era prueba de que económicamente tenía la capacidad de mantener más hijos. “En ese tiempo los hijos varones eran los preferidos, porque mantenían el apellido. En cambio, las hijas se tenían que casar y pasaban a otra familia. Qué bonito es hablar de todo esto. Cuando uno explica detalles de una cultura, pueden entenderla mejor. Por ejemplo, esa costumbre de tener tantas mujeres es la que ha hecho que haya tanto chino. “Hay que recordar que en la historia china hay muchas dinastías y conquistas. Se tenía que contar con mucha gente para conquistar tantas tierras. Por eso es que los chinos tenían tantas mujeres. Algo así es lo que le digo a mi esposa Camilo Rodríguez Chaverri
229
para explicarle esas costumbres que ella no comprende, ni comparte, lamentablemente”, dice Don Isidro. Pero en eso llega su esposa, como si lo estuviera escuchando. Le pregunto a ella que si estaría de acuerdo en que el pintor tenga concubinas, como sus antepasados. -El día que me las haga, me verá. Pero, creo que nunca lo hará. Más bien, un día me dijo que si yo muero primero, se casaría con otra nicoyana como yo. O sea, que no hay queja. Él celebra la respuesta de su esposa con una sonrisa. -A las chinitas las quiero como hermanas pero no las quiero de esposas. La esposa ha sido importantísima en mi vida. Sólo que es muy brava, pero, diay, la guanacasteca que no es brava no es guanacasteca.
Cultura oriental “Un año después de que regresó mi papá de China, mi abuelita convino enviarle a una muchachita joven de allá. Era mi mamá. Para las generaciones anteriores a la mía, casarse entre paisanos se convirtió en una prioridad. Hasta en eso yo fui diferente. Yo no me casé con una china, ni mis hijos. Rompimos la costumbre. “Mamá me enseñó el idioma cantonés en forma doméstica. Ella no hablaba español. Cuando entré a la escuela, ya tenía una rica formación oriental. “Estuve en la Escuela Antonio Gámez. Mi escuela lleva el nombre del papá de Don Lalo Gámez, el ex ministro de Educación. En ese tiempo en que yo estaba en la escuela, Don Lalo, que es el mayor, era supervisor o director. “Papá murió a los 88 años. Hubiera cumplido 100 años un día de estos. A partir de la época de mi abuelo y mi papá, los chinos de Puntarenas eran muy apreciados en la sociedad. “Lograron organizarse de una manera tal que esa colonia china estaba integrada por patriarcas de Puntarenas en muchos casos, como el papá de doña Hilda, mi abuelo, los Sánchez de Jacobo Sánchez, los Wong... Prácticamente se unieron culturalmente, para integrarse en una forma muy armoniosa con la sociedad puntarenense. “Y en medio de todo eso, hay que recordar que no estaba la república de China, sino que era el imperio chino. “De pequeño, ya me tenían preparado para enviarme a China a descubrir la cultura, la tradición, el mundo de mis padres. Mi abuelo estaba muy bien económicamente. 230
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Era un terrateniente tanto en Puntarenas como en China, porque empezó a comprar tierras allá estando aquí. Lo que hizo fue trabajar mucho y economizar. Una de las razones primordiales es que era muy económico y muy trabajador. Los chinos de esas generaciones anteriores a la mía sabían lo que era el ahorro. “Terminé la escuela en Costa Rica, y después me tocaba salir para China, como mis padres me tenían preparado, de acuerdo a la tradición. Gracias a Dios, mi viaje a China se atrasó por la Segunda Guerra Mundial. En aquellos años, los chinos soportaron el asedio de los japoneses. “Al no viajar a China una vez que terminé la escuela, prácticamente me convertí en una víctima de la situación, porque mis padres no quisieron que ingresara al colegio con la esperanza de que pudiera viajar pronto. “Me decían ´este año lo vamos a mandar´, y con ese cuento no entraba al colegio. Fueron pasando los años y me convertí en un vagabundo. “Al menos recibía alguna formación en mi casa. Mamá me enseñó la caligrafía china y en Puntarenas había una escuela china, en el club chino, que me formó muy bien en la educación de Oriente. “En Estados Unidos han hecho varias películas muy buenas acerca de la China imperial, que era otro mundo, pero aquí no se ha explorado mucho. “Considero que los chinos en Costa Rica se han portado muy bien, porque han aportado muchísimo. Esta es mi tierra. Así lo veo yo, y así lo vemos todos los chinos. “Nos hemos integrado en la parte económica con apego a las leyes. Me siento muy orgulloso de mis ancestros. El comportamiento es digno de halago porque hubo y hay un gran respeto por el país. “Por ejemplo, le voy a hablar de lo que yo conozco más, y es que hemos participado muchísimo en el desarrollo de Puntarenas, Guanacaste y Limón”.
Inventando en la arena “Terminé la escuela y me dediqué a pintar en la playa. Me dediqué a una vida contemplativa. Los chinos decían que yo era un vagabundo, pero yo nací, por naturaleza, para contemplar y gozar la vida. No tenía el don de ser el administrador de un almacén ni de estar detrás de un
Camilo Rodríguez Chaverri
231
mostrador. Desde jovencito, vivo viendo las estrellas, la luna, el sol, las montañas… “Me dediqué a investigar la vida y me enteré que Costa Rica es algo así como los ojos verdes de El Creador. “Yo pintaba de niño, yo dibujaba, pero todas esas obras se perdieron. Lo que más hacía era chorrear tinta… Me gustaban mucho los movimientos abstractos. “Lo abstracto fue lo primero. Todo lo contrario de lo que dicen en la academia: en la universidad dicen que uno va de lo figurativo a lo abstracto, pero yo fui al revés. “Tuvo que ver con la forma de ser mía, de niño, y mi mundo. En mi casa se reunían los abuelos, los paisanos. Le decíamos ´abuelo´ a todos los chinos que pudieran ser, por edad, abuelos nuestros. Mi casa era una casona donde a veces había sesenta chinos. Hacían comidas y fiestas, y se celebraba el año nuevo chino. “Ese mundo chino está tan presente en mi obra como el paisaje de Costa Rica. Curiosamente esta obra mía no ha sido aceptada como obra costarricense. Hay chinos a los que se le reconoce su obra en nuestro país. Por ejemplo, Hilda Chen Apuy. Respeto mucho a doña Hilda, y admiro el gran aporte de ella al país. Me siento muy orgulloso de lo que ha conseguido. “Mi obra también es muy costarricense. Por eso está llena de naturaleza. A mí, aquí en San José, me hace falta el monte, el olor a pasto, el estiércol del ganado, parece mentira. “Lo curioso es que aquí no quieren reconocer mi obra como arte costarricense, y los chinos me dicen que esto no es cultura china. La influencia china se siente, por supuesto, debe haber algo por mi cultura, mi historia, mi formación y mis antepasados, pero la obra es muy costarricense. “Muchas obras de pintores de aquí, obras que uno ve hasta en los museos, tienen influencia europea, una influencia muy marcada, pero las toman como arte de aquí. Muchos han ido a estudiar a Europa y traen esas influencias a flor de piel. No lo veo mal, pero, ¿por qué no ocurre igual con mi obra, que es tan china y tan tica a la vez? “En cambio, en Europa mis obras han sido muy aceptadas. Las consideran muy propias, y no han logrado ubicar a cuál escuela o a cuál tendencia pertenecen. Decían que era de la familia primitivista, pero en un plano superior. “Yo digo que el único verdadero arte costarricense es el indígena, es el verdadero arte nacional. Los demás estamos mezclados. Le voy a enseñar, el 24 de febrero se cumplen 232
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
5120 años del calendario maya. Entonces, hice una pintura abstracta de las dos esferas que representan el calendario maya, la madre y la hija, la luna y la tierra… “Invocaron al Dios de ellos, para que les concediera un regalo, la sabiduría. Las dos esferas representan ese regalo. Qué interesante, ¿verdad? Vea esta otra historia. Como una costumbre, el emperador chino enviaba juncos con sabios, personas de grandes valores, para ofrecérselos cada sesenta años al sol. Sesenta años era un ciclo”.
En Puntarenas “Desde que estaba chiquillo, en esos años, hacíamos fiestas chinas. Los paisanos eran muy alegres. Se convidaba a los vecinos y la comunidad. “Tuvimos el primer club chino en Puntarenas. Todos los que llegaban de China tenían que pasar por Puntarenas. “Puntarenas era el puerto de entrada. Recuerdo Puntarenas cuando no había electricidad, hace más de setenta años, imagínese. “Hay mucha magia en el puerto. Viví mi niñez y mi juventud, toda mi estación de hombre de trabajo, como si aquello fuera pura magia. “Cuando la vida se toma como un pasar en un mundo lleno de misterios y de descubrimientos, todo es magia, cualquier acto o emoción es magia. “Recuerdo que después del tiempo logré comprar una finca. Compré una tierra en el Golfo de Nicoya. “Es un impronto sentir esto que siento a partir de la tierra. Lo que usted hace en el periodismo le ayuda como poeta. Igual me pasa a mí con la finca. El artista siente un gozo interno inefable. “Es que también soy medio poeta. De vez en cuando se me salen unas palabras raras, pero no alcanzan, no tienen la fuerza suficiente. Soy un poeta contemplativo. Toda esa poesía se me fue acumulando dentro de mi yo interior, como dice Jung, se me fue acumulando en la sombra del yo. “Esa es mi verdadero bodega. Ahí están mis materiales para pintar. Por ahí exploto y me desahogo. “Hay poetas silenciosos y poetas que pueden expresarse a través de la palabra. De ahí viene que mis obras tengan esa poesía, pero que está plasmada en los pinceles, en las paletas…
Camilo Rodríguez Chaverri
233
“Muchos consideran que las obras mías son figurativas. Yo digo que son poesía de un poeta fracasado. Mis poemas logran salir a la superficie a través de la luz y el color. Es el diseño mismo”.
En China “A la edad de 17 años me fui para China. Todos fueron al colegio, mis primos, mis hermanos, pero como yo era el primogénito, me protegieron mucho a ver si un día me arrepentía de mi vida contemplativa y aceptaba la herencia china y el compromiso, la responsabilidad de ser el primogénito. “Todos son profesionales. En cambio, mis conocimientos son conocimientos adquiridos en los libros y en la vida contemplativa. “Estuve como tres años en China. Vino la revolución del 49, cuando el Dalai Lama también sufrió las consecuencias. “Perdimos todas las tierras, las casas, los templos chinos, los templos que le costaron mucho tiempo y mucho trabajo a las familias nuestras. Perdimos donde estaban sepultados todos los de las veinticuatro generaciones de los Con. “Vine de China, me puse a trabajar con mi familia, en un almacén de un tío, en Puntarenas. Nunca me gustó. Para mí, el mostrador era como la cárcel. Luego salí y me metí al Golfo de Nicoya, a aventurar… Me metí a pescar y encontré unas tierras para mí. En esa época le daban tierra a uno. Con poco dinero usted podía tener tierra. Yo tuve una isla. Siempre lo veía como algo casi metafísico. En la isla todo era abstracto, era pura poesía. No la pude conservar mucho, pero le saqué mucho provecho para mi espíritu. Era Isla Bejuco, la mitad de esa isla era mía. ¿Se imagina qué privilegio? Mi alma de artista estaba feliz ahí. Los colores se me alborotaban. A veces los seres humanos tenemos que ser como islas, para poder llegarle a nuestras profundidades. “Conozco lo que es la agricultura. Hay que sufrir las angustias del tiempo, la responsabilidad de una deuda... No tenía dinero y tenía que hipotecar con los bancos. En esa época el banco no perdonaba a nadie. “Ya estaba casado. Me casé a los 26 años. Logré montar un negocio en Puntarenas. Monté una zapatería. Fue mi señora la que lo administró todo y que cuidó a mis hijos, porque yo seguía siendo poeta y vagabundo. Ella es la heroína de la familia. Ella dio su vida por mis hijos”. 234
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Dios mujer “Me impactó la revolución en China y en Costa Rica. En mi obra la única explosión es la del color, que, de paso, se aprovecha de los volcanes. La guerra y la destrucción son asuntos de los hombres. Dios debería ser mujer, y no hombre. Bueno, pero no tiene sexo. En esas grandes preguntas es que estoy ahora. Pienso en lo inefable. Estoy con las pinturas insondables, del cielo, las estrellas. Esto que estoy pintando ahora es un paisaje cósmico. “Mis pinturas de los toros son paisajes de la luz meridiana, se entiende que del sol, y en la parte abstracta, el negro insondable en el que estoy incursionando ahora, a pesar de que ha causado mucha polémica, me tiene muy cómodo. “Es bonito cuando hay polémica. En mis obras de ahora, cada uno capta el contenido, el mensaje a su manera. “Víctor Hugo Fernández me escribió algo en lo que dice que no es el paisaje cosmológico, ni neurológico, ni nada de eso, que las pinturas negras son la siguiente etapa en el proceso de lo figurativo hacia el negro insondable, que para mí es el cosmos. La verdad es que el cosmos me recuerda a mi Abuelo Colorado. “Víctor Hugo dice que son paisajes, que siguen siendo los paisajes de los volcanes, que anteriormente escupían fuego, y que ahora son volcanes dormidos, donde el magma, donde la lava es negra. “Víctor Hugo Fernández dice que no es un paisaje tan profundo, no dice que sea cosmológico, sino que son los mismos paisajes pero de noche. Para mí, los anteriores son el paisaje cotidiano, pero lo abstracto es el cielo. “Curiosamente, estos negros son más apreciados entre la gente muy joven. La gente más joven es la que más aprecia estos trabajos. Probablemente por tener los ojos limpios, sin complejos, ni tabúes, pueden entender mucho mejor estas obras. “Los viejos lo ven como algo mortuorio, algo triste… En otras palabras, les da miedo. Qué interesante, volvemos al estado ancestral del hombre primitivo: el temor a la oscuridad. “Que me perdonen los que creen que es neurológico y que es cuestión de un ensayo psicológico. No es nada de eso. Son los paisajes cosmológicos de mi infancia.
Camilo Rodríguez Chaverri
235
“Después de sesenta años de estar pintando, no son garabatitos, he logrado encajarme en una posición abstracta, física y metafísica. “Dentro de lo que me han dicho, respeto mucho la opinión del astrofísico, un muchacho tico que está estudiando Astrofísica. Se llama Hernán Delgado. Se embelesa viendo esas cosas. Él me explica, ´mire, esto es tal cosa, esto son las galaxias, una estrella que está por nacer´. Yo le digo que sí. “Ese astrofísico está haciendo un ensayo más profundo, más específico, sobre mi obra. Yo me lo explico de manera muy sencilla: tenía que sacar todo esto de mí. Para mí es un compromiso: es sacar la otra parte interna mía, es sacar lo que tenía en mi interior, es un trabajo muy rápido y muy intenso, es como una poesía, sí sale sale y si no sale, no sale. Tiene que tener la magia ahí adentro. Si no la tiene, no funciona. “Esto lo trabajaba con tinta china, lo chorreaba en mi niñez. Aún así, quiero aclarar nuevamente que aún estas obras no tienen que ver nada con la cultura china. Igual que las obras del figurativismo mío, esta nueva etapa de mi obra nació en Puntarenas, en las noches oscuras. En el verano las estrellas brillaban sólo para mí porque en el verano tenemos noches oscuras por las nubes. “Adonde estaban las estrellas brillantes yo le decía al Abuelo Colorado, ´abuelo, abuelo, aquellas estrellas me están hablando´. El abuelo me decía ´haga los dibujos grandes´. Yo creo que los quería grandes porque así tardaba un poco más. Me lo decía para que no lo molestara tanto, o por lo menos que no lo molestara tan seguido”.
Las pinturas negras “Estas pinturas negras son muy interesantes. Le ofrecí al Museo de Arte Costarricense, una de estas obras negras. La directora, Elizabeth Barquero, está fascinada. Otra a quien le ha gustado mucho es a Rocío Fernández. Ella me hizo un artículo en el que dije que, en la pintura, yo hago lo que me da la gana. “Las pinturas negras y las pinturas de los toros son las dos caras de la moneda. A los seres humanos nos toca vivir cuatro estaciones: la primavera, del año de vida a los 22 años; el verano, de los 22 a los 44 años, que es cuando hay que trabajar duro; después llega el otoño, de los 44 a los 66, y de los 66 a los 88 termina el ciclo con el invierno, y vuelve a 236
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
dar vuelta, por lo que termina uno como un niño. Yo estoy viviendo la última estación de la vida del hombre. “Cuando tenga 89 años voy a volver a la primavera, voy a jugar con soldaditos y muñequitos, si es que estoy aquí aún. Los colegas míos no pasan de los 70. Son muy pocos los veteranos. “Alguna gente dice que de viejo me he puesto a pintar tonteras. Efectivamente, si uno mira esto con los ojos físicos va a ver una pizarra negra, pero si lo ve con los ojos del alma, la obra se le abrirá. “Hay una interacción entre la obra y uno. Es como la música clásica: hay que entrarle. Yo es que soy como un niño explorador: a lo que venga. “Ahora, en esta nueva etapa de mi pintura, muchos ven jardines negros. No puedo negar que esta etapa es conceptual. Sin embargo, si uno las mira bien, también tienen su belleza. Cada pintura es un paisaje”. Ahora estamos en un gran corredor en la parte de atrás, donde Don Isidro pinta sus obras. Cuando llegamos, nos encontramos muchas decenas de obras negras. “Aquí pinto yo. Todo se mancha. Cuando empiezo a pintar la señora empieza a sufrir. “Me encantan las pinturas negras, pero no me olvido de los toros. Con los toros tuve relación cercana desde niño porque papá tenía finca. Por ejemplo, Chacarita era una finca de mi papá. Era una finca de guayabas, de cangrejos azules, de marañones… Aquello eran potreros. Ahora es un pueblo. “Desde esos años, tengo cercanía con los toros. Luego, en la isla no tenía toros. Es que mi isla es una isla paradisíaca. Bejuco se me quedó aquí adentro. La mitad de esa isla era mía. Lo repito porque casi no me lo creo. Se imagina qué belleza. “Los toros me remiten a mi niñez. Recuerdo que papá tenía mucha amistad con Ricardo Jiménez y con Calderón Muñoz, el papá de Calderón Guardia. “En esa época había muchas enfermedades. En 1934, hubo peste de dengue en Puntarenas. Casi se convierte en una pandemia. Me han contado que fue por poco que me salvé. “En 1939, cuando ya tenía 8 años, sí hubo pandemia de dengue. ¿Sabe con qué desapareció? Con cal viva en todos los patios. Tenían que barrer y limpiar. La cal viva ayudó porque el vector, cuando está en larva, se seca. También se usaba carbolina como desinfectante. En esa época no se
Camilo Rodríguez Chaverri
237
había inventado el DDT. Lo inventaron en la Segunda Guerra Mundial”.
También los crió “Desde jovencillo ando con los toros en la cabeza. Empecé a criar toros en la Finca Grande, en Gigante de Paquera. En ese lugar me acerqué a la sabiduría indígena. Conocí mucha historia, leyendas y personajes míticos de ellos. Recuerdo que conversaba mucho con un señor que tenía 110 años y estaba lúcido. Decía que ese lugar no se llamaba Gigante de Paquera, sino La Lechuza Negra. Era un asentamiento chorotega. “Algo triste es que ya no tengo finca. Tengo un toro en La Javilla. Me lo regaló el señor Niño antes de morir. Él fue uno de los más importantes criadores de toros cebú puros en el país. Más bien hicimos un cambio. Me dice, ´Isidro, quiero que me dejés un cuadro como recuerdo´. Estaba muy mal por un cáncer. Me dijo ´quiero una pintura tuya, y te doy el toro negro que siempre has soñado, un toro puro´. Hicimos el trato, pero hay que darle de comer, y ahora no tengo donde echarlo. “Voy a mandarlo a la finca de mi hermano, el doctor Con Wong, que atendió a Niño cuando estaba muy enfermo. Es una bonita casualidad que el toro vaya para su finca. Está en Costa de Pájaros. “Aunque ya no pinto toros, siempre digo que los tengo descansando en un potrero. Puede ser que vuelvan algún día. La que tiene ansiedad de que vuelvan los toros es mi señora, la heroína de mi familia. “Como me ha llovido tanto negro en la cabeza, de repente ya los potreros están verdes para los toros. Me ofrecieron veinte manzanas en Caballito de Nicoya. Me gustaría mucho volver a criar toros. A mí me encanta la naturaleza. “Yo transformo lo que quiero: veo un cerro, una montaña, y en ellas también veo una figura. A pesar de mis años sigo siendo un chiquito, el niño del Abuelo Colorado. Alguien tiene que salvarlo a uno. A mí me salvó ese abuelo. ”Sigo siendo el chiquillo travieso, hiperactivo, que chorreaba tinta vegetal sobre los sacos de gangoche. Después del negro, puede venir otra cosa, una sorpresa. El poeta tiene la habilidad, el don, de sorprender al mundo. ¿Me da permiso de autoproclamarme poeta? “Uno no sabe qué puede venir mañana. Ahora estamos con el negro profundo, con las estrellas negras… Y los toros están 238
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
en el potrero. Son tan importantes que en mi otra faceta, que es la de escultor, no he podido salir de ellos. Siguen siendo los dueños de todo el espacio. “No trato de esforzarme. Trato de que mi yo interior me ayude, me impulse. Ese es mi mejor amigo, esa es mi brújula, es mi yo automático, como ocurre con los poetas. “Ahora sufro mucho de ver los ríos contaminados. Quisiera verlos cristalinos. La deforestación me aterra. Fui pecador porque boté muchos árboles en mi época de criador de ganado. Los bancos sólo daban plata si había potrero. Me siento culpable, y en deuda. Quiero devolver lo que hice a través de las pinturas y las esculturas. “En ese sentido, las esculturas tienen mucha fuerza, porque muchos toros andan entre troncos que son cadáveres de árboles. Así se ven en las obras. En muchos pinturas también se siente el llanto del bosque, a pesar del color y de los toros”.
Sala como corral Caminamos de nuevo por la sala poblada por toros. Son toros amistosos. Ni uno sólo tiene cara de pocos amigos. Pero esas cacheras asustan. Esta sala parece una colección de cornamentas. Y en medio de los cachos, los volcanes erupcionan como si fueran cascadas para arriba, hay montañas que parecen la giba de los toros cebú, los azules del cielo recuerdan los bosques de Oriente, y en cada pintura parece que hubo un parto de nuevos colores. El creador de estas maravillas es tan chino como puntarenense y pampero, y de sus ojos han salido miles de toros y noches donde cada trozo abre puertas nuevas. En sus pinturas también hay muchas vasijas indígenas, el legado chorotega en la región donde le creció el espíritu a este poeta de los colores. Isidro Con Wong es la síntesis del asombro, la suma de dos culturas que viven en su leyenda como persona. El pintor de los colores, dueño ahora del negro profundo, sigue siendo aquel chiquillo que veía remolinos en las noches, que dibujaba en la playa las estrellas que sólo él encontraba en medio de la oscuridad, que derramaba la tinta en los sacos de gangoche, celebró la vida en Isla Bejuco, se metió a criador de toros y supo que un mostrador de negocio sería su cárcel. Aquel niño, ahora de pelo cano, sigue viviendo en el paraíso de lo está por conocer porque nunca traicionó su destino. Camilo Rodríguez Chaverri
239
Nació para ser un poeta, no le alcanzan las palabras, pero cada toro y cada noche se las alcanzan. El poeta del color se impone con su vida. Antes de salir, nos encontramos nuevas esculturas. Hay otra sorpresa: muchas obras acerca del manglar. Parecen patas metidas en el bronce. “Los árboles de mangle desarrollan unas raíces que son como piernas. Uno va a un manglar, y aquello parece un lugar donde los árboles quieren salir caminando. Me encanta el manglar, porque en medio del barro, ahí donde los árboles podrían salir corriendo por las noches, ahí crece la vida con todos sus encantos y sus misterios”. Sale a dejarnos al carro, vuelve a ver al cielo, y me entero en el horizonte de que hay nuevas maravillas que nos descubrirán sus manos…
240
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Rónald Zürcher Gurdián
Constructor de paisajes
La primera vez que lo vi me impactó su aspecto de niño rebelde, pero viéndolo de cerca, de lo que tiene cara es de muchacho, y cuerpo de muchacho, y viste como un muchacho… de Europa. Me lo presentó el escultor Jorge Jiménez Deredia. Ya muchos me habían dicho que su obra como arquitecto es fundamental en la historia de Costa Rica. Ha diseñado desde perreras hasta hoteles cinco estrellas, como el Marriot Costa Rica y el Four Seasons, en Papagayo. Ronald Zürcher es el arquitecto costarricense con obra en más países (decena y media), y también es uno de los empresarios más comprometidos en luchas por el arte. Al frente de una oficina en la que trabajan una treintena de arquitectos bajo su liderazgo, también es uno de los motores de la Fundación ´Empresarios por el arte´, promotor de la Bienal de Artes Visuales de Costa Rica, coleccionista de arte, mecenas y quien ha hecho que muchos hoteles y edificios privados tengan obra de nuestros artistas. Un ejemplo es Papagayo, donde ya hay obras de los escultores Jiménez Deredia y José Sancho. Su oficina parece la morada de muchos artistas. Y al diseño se le juntan los testigos de las paredes. Por ejemplo, en la sala donde nos reunimos hay obras de Otto Apuy, Manuel Zumbado y Nadia Mendoza, así como del fotógrafo Jorge Albán Dobles. Aunque ya tiene más de 50 años, es más juvenil para vestir que quien firma esta entrevista, y aunque yo podría ser su hijo, de los dos él es el más liberado de aspecto y el más fresco.
Camilo Rodríguez Chaverri
241
Rónald Zurcher Gurdián nació el 12 de junio de 1952, en San José, hijo de Don Harry Zurcher Acuña (93 años) y Ofelia Gurdián Teherán (qdDg), nicaragüense, de León. “Crecí en San José, en el barrio Amón. Mi papá se dedicó al Derecho toda la vida; mi mamá se dedicó a la casa. Ella tenía una vena artística, tallaba madera, bordaba y pintaba óleo. De ahí viene la parte artística mía… “Tengo dos hermanos, Édgar, abogado, igual que Harry, mi hermano mayor. Fui al kínder de monjas de Santa Margarita; dos años al Colegio Humboldt, detrás del antiguo cine California, y de ahí al Colegio Calasanz. “No era buen estudiante, era rebelde. Me escapaba de clases, me iba al zoológico, me gustaban mucho los animales. Como era del Humboldt, me quedaba muy cerca. Me iba con mis amiguillos, y terminábamos el día en el Simón Bolívar. “La mayoría de las vacaciones las pasaba en Nicaragua, con la familia de mi mamá, en León. Tenía como cuarenta primos. Mi mamá tenía como siete u ocho hermanos, y cada uno tenía, a su vez, siete u ocho hijos. Era muy divertido. León es una ciudad colonial muy peatonal. Uno andaba en la calle con todos los primos”.
Caballos y arte “Los caballos son parte de la ciudad de León desde toda la vida. A veces iba a una finca en Guanacaste donde mi papá era socio, y en Nicaragua también montaba. “Esperaba que saliera el sol, me metía al baño, me vestía y me iba a acompañar a la gente a ordeñar y a andar a caballo. Andaba a caballo todo el día. Todavía soy aficionado. “Hice salto mucho tiempo. Quedé de campeón nacional durante varios años seguidos. Antes el Círculo de Periodistas daba unos premios a los mejores deportistas. Me lo gané como cinco años consecutivos. “Fue cuando llegué, recién graduado, que no había mucho trabajo. En el tiempo libre me esforzaba mucho en ese deporte. Era la época de Carazo. Todas las oficinas de Arquitectura estaban cerrando en ese momento. Yo, más bien, vine a abrir la oficina. Abrí, pero no tenía trabajo. “Mi papá no quería que yo estudiara Arquitectura. Después del colegio, mi interés iba por otra parte: quería estudiar algo que tuviera que ver con las artes. Entonces, como había salido del Calasanz, no manejaba bien el inglés. Así que mi papá me
242
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
dijo que me fuera para Estados Unidos a tomar cursos para aprender inglés. “Llevaba cursos de inglés y me matriculé en unos cursos de filosofía, para ver si me gustaba. Me fui para Louisiana. Estuve medio año. Después estuve en Boston, otro medio año. “Me vine a Costa Rica, había hecho el examen de admisión. Antes dependía de la nota. A uno le guardaban el campo, así que tenía la oportunidad y me metí a Derecho por insistencia de mi papá. “Primero estuve en un montón de materias. La gente lo llevaba como en dos paquetes. Yo llevé todo lo que podía, y ya a medio año había decidido que no me gustaba. Por el afán de lucha, terminé y pasé todas las materias que llevaba. Una vez ganadas le dije a mi papá que eso no me gustaba. “Primero fue una gran discusión, porque no quería que me fuera a ningún lado. Mi hermana Joyce vivía en México, me fui a pasear, le conté a ella y se convirtió en mi cómplice. Hice el examen de admisión, y cuando me admitieron, ella me ayudó a convencer a mi papá para que me ayudara a quedarme allá, y para que me metiera un empujón con los costos de la universidad. En esa época, aquí no había Arquitectura. La gente iba a estudiar a México. “Joyce estaba estudiando Filosofía y su esposo, Rafael Carrillo, estaba trabajando con la CEPAL. Nos llevamos muy bien con todos en la familia. Mi papá me dijo ´bueno, estudie eso, para que se le quite la gana, y cuando llega a Costa Rica sigue con Derecho´. O sea, que nunca se dio por vencido. “Él no sabía bien lo que yo estudiaba. Cuando alguien le preguntaba, decía que yo estaba estudiando para agrimensor. Ahora por supuesto que sí lo tiene claro. Me metí a la UNAM, un año. Después, la universidad entró en huelga indefinida, no hubo clases en seis meses, y me coincidió el horario con el horario de la Universidad Iberoamericana. Al final, me gradué de esa universidad. “También iba a los clubes de equitación. Trabajaba los caballos de gratis. Cualquier persona que tuviera un caballo que necesitara ejercitar podía contar conmigo. No me costaba dinero y hacía equitación. “Estando en la universidad me descubrieron que tenía un nivel de dislexia muy alto. Eso es que lee uno los números y las palabras al revés. Las desacomoda. Así como uno las lee al revés, también las escribe al revés. “Me lo anunciaron, y me dijeron que con ese nivel de dislexia podría tener grandes posibilidades en carreras Camilo Rodríguez Chaverri
243
artísticas o creativas, como arquitectura, escultura…, donde hubiera un manejo tridimensional. “Por fin entendí por qué me había costado tanto pasar en la escuela, el colegio y la carrera de Derecho. Siempre iba a punto de quedarme en las materias de letras, como Español, Geografía e Historia, mientras que en Ciencias y Matemáticas siempre me fue bien. “Mi mamá siempre me llevó a clases especiales para leer. Todas las tardes íbamos donde la niña Emma Guzmán y después donde Claudia Cascante. Claro, lo que hacían era que lo ponían a uno a leer, leer y leer en voz alta. Cuando está uno pequeño y le descubren la dislexia, sí hay ejercicios para combatir el problema, pero yo lo supe ya grande. Me dijeron cuando ya había pasado la época más complicada del aprendizaje. Todavía tengo problemas”.
Mundo de dibujos “Cuando tengo que escribir cosas o voy a hacer un proyecto, o cuando tengo que dar una charla, lo que hago es un dibujo. Igual cuando voy a dar una conferencia. Los dibujos son símbolos que representan las ideas. Mis cuadernos son cuadernos de dibujos. Ya lo hacía yo en la escuela. Mis dibujitos eran mis apuntes. “Ahora de repente me ha tocado mucho hablar en público, o dar una charla en la universidad, y lo que hago es llevar dibujos en una tarjetitas. “Yo soy uno de los patrocinadores de la Bienal de Artes Visuales, o sea, pintura, escultura, fotografía, instalaciones y video. Me toca hablar y entonces llevo en unas tarjetas todos los conceptos dibujados. “Jamás podré leer un discurso. Leo para mi conocimiento, pero siempre se me cruzan las palabras. Incluso, un día un artista me dijo que le gustaría hacer un trabajo con todas mis tarjetas. “Mi infancia en León me marcó mucho. Tenía muchos recuerdos de la arquitectura colonial nicaragüense. En Costa Rica también tenemos un legado. Pero hay elementos que son muy nicaragüenses, que no se encuentran en Guatemala, ni en México ni en el sur. “Lo que pasa es que me di cuenta que estaban destruyendo mucho del patrimonio de Nicaragua. Botaron parte del patrimonio por la guerra y después por la pobreza. De 244
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
repente, una persona que necesitaba una bodega, compraba una casa muy barata, le quitaba las paredes y la convertía en bodega. “Se fueron destruyendo muchas de las casas que había visto en mi infancia. Con la intención de que los nicaragüenses valoraran más su patrimonio arquitectónico, yo pensé en un libro. Hicimos un libro que se llama ´Casa Nicaragüense´. Lo hicimos en la oficina, y convencimos al BAC de que nos ayudara. “Cuando llegaba a Nicaragua, yo le decía a mis primos ´¡cómo están destruyendo las casas coloniales!´.y ellos me decían ´ah, de por sí es una casa muy vieja, que no vale nada´. “Para cuando decidimos hacer ese libro, ya yo tenía casi todas las fotos listas. Tomaba las fotos siendo estudiante. Cada vez que iba de vacaciones, me traía una colección de casas. Yo tenía mucha información de casas que ya no existen, y la idea era hacer un libro muy visual, sencillo, con carácter didáctico. “La arquitectura colonial nicaragüense está muy presente en mi obra como arquitecto. Eso se juntó a mi formación en arquitectura internacional. Cuando salí de la universidad todavía no tenía un lenguaje definido, pero a través de estos 26 años, he ido aplicando un lenguaje arquitectónico que ha ido evolucionando. “También me puse a investigar la arquitectura residencial costarricense. Hay mucho en libros pero también hay mucho que se ha perdido, sobre todo por los terremotos. Como antes todo se construía en adobe… “En mis obras trato de recuperar algunas raíces de nuestra arquitectura, sin que sea una copia fiel de la arquitectura histórica. Para mí lo importante de la arquitectura en Costa Rica ha sido poder crear una identidad. “Cuando vine, sentí que había un desorden y que contábamos con poco carácter propio. Traté de buscar cuáles eran las raíces nuestras para empezar a probar un lenguaje que ha ido evolucionando a través de los años. Al principio, era un poco textual, como que tomaba elementos históricos, y no reproducía el edificio pero sí un elemento o algunos elementos. “Ya va uno más allá buscando ritmos. En una estructura donde uno tiene una galería o un espacio de transición, uno lo techa para protegerse del clima. Además, el manejo de los
Camilo Rodríguez Chaverri
245
apoyos puede producir un ritmo muy interesante. O sea, va uno un poco más allá. “He trabajado mucho en buscar qué es lo que produce nuestra arquitectura, las sensaciones en diferentes momentos del día, los momentos en que la sombra se marca mucho en el piso… Es como diseñar un piso. El piso se dibuja con una sombra. Es un ejemplo de cómo una arquitectura inicialmente textual se convierte después en un elemento conceptual, de manejo de sombra y luz, más que de los elementos arquitectónicos en sí. “A través de los años he ido tratando de depurar conceptos que han existido en el país, que han respondido a un clima. He tratado de mantenerlos para no perder nuestras raíces. Esto mismo lo aplico en otros países. “Últimamente he incursionado un poco más en la investigación del arte precolombino para ver qué fue importante para nuestros antecesores, no para reproducir su arte sino para buscar la misma inspiración, con el afán de entendernos”.
El regreso “Regresé en el gobierno de Oduber, en el año 76. Inicialmente trabajé con el arquitecto Diego López. Cuando puse mi propia oficina ya estábamos durante el gobierno de Carazo. “Cuando empecé tenía 24 años. Al principio, en la oficina la gente me decía ´es que necesito hablar con su papá´. En el inicio éramos apenas un dibujante y yo. Empezamos en el sótano de la oficina de mi papá. “De lo primero que hice fue construir unas caballerizas para mis amigos. Las caballerizas eran innovadoras. Tenían un manejo del alimento en silos en lugar de sacos, para evitar ratones y desperdicios. Le impregnamos tecnología. Era un proyecto muy bonito, frente a una cancha de polo. Tenía un área social. “Después, a Francisco Escobar, de Hogares de Costa Rica, le diseñamos un proyecto en Río Segundo de Alajuela. “También trabajamos con las perreras para la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) que quedan por Pavas. El gobierno de Estados Unidos había donado perros para detectar drogas y perros para explosivos. Me pareció un proyecto muy interesante. Lo hice muy a conciencia, tanto que después otros países en América Central y América del 246
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Sur pidieron permiso para copiar los diseños. No sólo era innovador, sino fácil de mantener y de limpiar. “El edificio de las perreras estaba compuesto por un grupo de círculos. Imagínese como una pizza. Tenía un corredor, y por el centro comían todos. Eso facilitaba mucho el manejo. Aportamos ideas novedosas de cómo limpiar las perreras, con cañitos a los lados y con aspersores de presión incorporados en el techo. “Fue un proyecto muy interesante, requirió mucha investigación y fue muy satisfactorio en el momento en que adoptaron los diseños para otros lugares. En esa época era importante. “Hicimos algunos proyectos para el Ministerio de Seguridad. Había mucha ayuda de Estados Unidos. Todo era ´underground´. Les hice unas instalaciones de muy alta tecnología, que eran un centro de comunicaciones, en San Carlos, en el Cerro del Aguacate. “En realidad era un edificio sencillo, pero constituía un complejo, con una zona habitacional, oficinas administrativas, y unos edificios de lo más misteriosos. Tenían que cumplir con una serie de requisitos, como materiales antiestáticos. Por ejemplo, a veces uno camina en una alfombra y hace como electricidad. Nada de eso se podía usar por los equipos que iban a poner. “Estos edificios ni siquiera estaban conectados a la red de alimentación eléctrica normal. Cada uno tenía su propio generador. Se les ponía un paquete como de baterías. Cada uno arrancaba solo. Además de sus generadores, tenían sus antenas parabólicas… “Para mí, fue una gran experiencia porque fue la primera vez que hice un proyecto con muy alta tecnología, tecnología de punta en el país. “Luego, le diseñé una casa a don Gonzalo Facio, y una casa a su hija, Ana Catalina, casada con Manfred Marshal, hijo de Frank Marshal”.
Primer proyecto turístico Después, hice un pequeño hotel en Playa Garza. Ese fue el primer proyecto turístico. Fue el inicio. Ahora me dedico mucho a hacer hoteles. En el de Playa Garza, el área social es con un rancho guanacasteco muy grande y todos los búngalos eran ranchos.
Camilo Rodríguez Chaverri
247
“Para mí, lo más interesante de la hotelería es poder dar una escala y un ambiente residencial diferente al que uno normalmente tiene en la casa, pero manejar una escala residencial un poco como si fuera mi casa en la playa. “Después, en hotelería organicé otros proyectos, como Punta Islita, de mi hermano Harry. La idea siempre fue manejar un poco las raíces guanacastecas de la arquitectura residencial. Manejo mucho la paja, los espacios abiertos, las columnas de madera en su estado natural, la madera rolliza, las piedras de la zona… “Es muy interesante el proyecto de Punta Islita. Acaban de fundar un museo al aire libre, y han conseguido tanto la integración del pueblo como el apoyo de muchos artistas. Es un pueblo metido en la montaña, un poco alejado de la playa, pero con un gran encanto. “Parece que las casas están incrustadas en la montaña. Así es el hotel. Por eso utilizamos piedra local, madera, paja… Utilizamos los colores de la tierra de la zona. “Luego, en el Four Seasons llegamos al extremo de mandar la tierra a un laboratorio para producir la pintura del color exacto del suelo y de la corteza de los árboles. Está integrado al paisaje. Es mimético. Por eso, cuando uno pasa en una lancha hay que ver dos veces para detectar donde está el hotel. Está como camuflado. “La primera incursión de ese estilo fue en Punta Islita. Agarraba tierra y pintaba las paredes. Yo les decía ´cuando me traigan este color ya está bien´. Es tierra rojiza, del color de las zompopas. Por bromear decían que la cosa se estaba poniendo color de hormiga. “Punta Islita fue un proyecto de hace once años. Después hicimos Costa Rica Marriot, el de San Antonio de Belén. Fue un conflicto porque normalmente los Marriot habían sido uniformes. Pero con un gran apoyo del desarrollador y los propietarios, dimos una lucha para que nos dejaran salir del esquema trillado. “Se me nota mucho el manejo de lo colonial, no en lo textual sino en lo conceptual. La corporación decía que habían hecho más de dos mil hoteles, que sabían exactamente cuál era la fórmula. “Casi todos los hoteles se desarrollan por alguien, no por el dueño. Lo construye el desarrollador. El que opera normalmente es alguien más. En algunos casos, sí es el mismo, como el de Punta Islita.
248
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Antes los hoteleros eran dueños de los bienes raíces. Una tendencia de hace unos quince años para acá fue que comenzaron a separar las actividades. Muchos han vendido sus propiedades y se convirtieron, simplemente, en operadores. “En el Marriot al final accedieron, casi como un experimento para ellos. Quedaron encantados con eso. Después llevamos adelante el Marriot Los Sueños, con el mismo desarrollador, Allan Kelso, en Bahía Herradura, en el Pacífico Central. “El Marriot de Costa Rica fue el detonante para que la gente creyera en nosotros para proyectos de gran escala en nuestro país. Cuando Allan me pidió que le ayudara con el de Bahía Herradura, el presupuesto de construcción era muy limitado. Era un reto muy grande. Para ellos, en Marriot, era suficiente con tener un proyecto hermano, sencillo, para poder repartir el tiempo en dos destinos, pues veían que sus huéspedes de repente querían ir a la playa. “Me dieron el presupuesto, incursionamos con materiales que se habían usado tradicionalmente y que estaban en desuso, como el mosaico. La verdad es que son muy bellos. Es cuestión de combinarlos bien. “Utilizamos acabados de madera combinados con mosaico y piedra. Los operadores siempre estuvieron en contra del uso de esos materiales. Querían usar materiales más costosos, pero ganamos el pulso y fue un éxito. Ahora es uno de los hoteles de Marriot más rentables del mundo”.
Más y más hoteles Seguimos con otros hoteles en el Pacífico y en el Atlántico. Recuerdo uno que se llama ´Colores del Pacífico´, en Flamingo, y Río Parismina Lodge en el caso caribeño, con una arquitectura más adecuada para el clima. “También hemos hecho un proyecto que ha sido muy interesante. Dentro de las diferentes marcas que Marriot tiene, está el hotel Court Yard. Fue otro pulso, porque la cadena de hoteles ya tiene los planos hechos para los Court Yard. En ese proyecto me rehusé a trabajar con unos planos que ya estaban hechos. El argumento de ellos es que ya los habían probado en el mundo, que habían probado los costos, y que no querían que se pasara el presupuesto. “Pero por primera vez hicimos un Court Yard tropicalizado. Para mí, el Court Yard es como la comida rápida: es como Camilo Rodríguez Chaverri
249
comerse una hamburguesa en uno de esos lugares. Aún así yo les dije ´está bien, sigamos con esa filosofía, pero buscando las raíces costarricenses´. Eso es como caminar en un mall, y en lugar de encontrarte con una hamburguesa, que podás pedir un tamal. “También es el Court Yard más exitoso de toda su cadena. Tanto que ahora hemos hecho diferentes versiones adaptadas a diversos países, como República Dominicana, Trinidad y Tobago, Venezuela y El Salvador, todos con un sello muy local de donde cada uno es. “Vamos y estudiamos cada lugar y cada país, leemos mucho sobre su historia y sobre sus tradiciones arquitectónicas. Ahorita estamos empezando con otros proyectos en Barbados y Saint Thomas, ando para arriba y para abajo, yo soy el que diseño y somos un montón de arquitectos en la oficina. “Para brindar un mejor servicio, hemos diversific ado la atención. Tenemos una oficina de arquitectura, una de planeamiento y jardinería, y otra de diseño de interiores. Somos 85 en total, con más o menos 28 arquitectos. “Es la gente de mi escuela. Yo inicio todos los proyectos, cada arquitecto desarrolla una parte, estoy en un monitoreo, todos los proyectos los visualizo y los conceptualizo yo, y después, entre todos, los llevamos adelante. “Aquí hay arquitectos que tienen 22 años de trabajar con nosotros. A veces inclusive por teléfono yo les doy la dirección de cómo hacer el proyecto y ya nos entendemos. Cuando regreso al país lo reviso o me lo mandan por correo electrónico. Tienen tanto de trabajar conmigo que somos una familia. “Cada vez se facilita más el trabajo porque ahora es mucho más fácil mandar un croquis por correo electrónico, antes había que entenderse por teléfono. Antes, cuando llegaba a un sitio lo describía por teléfono, describía cómo debía ser la distribución o la imagen, llegaba a niveles de detalles de dimensiones y de alturas, y cuando llegaba a la oficina estaba todo en camino porque el concepto estaba dibujado. Es muy interesante comparar mis croquis iniciales con los primeros dibujos por computadora. Por eso no me preocupa ahora que estaré seis meses en un tratamiento complicado, porque puedo tener un manejo de la oficina a control remoto. No me preocupa, porque así la he manejado casi siempre por la necesidad de estar viajando. “Para mí, siempre el proyecto más importante es el que está en la mesa de dibujo. Cada vez hay más retos, cada vez 250
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
levanta uno los estándares. Los que se están diseñando o en construcción siempre son los más modernos que hemos conocido. Por ejemplo, estamos concluyendo un edific io, el club de golf de Península Papagayo. Está inspirado en las formas de un caracol de una de las playas. De ahí se generó la forma de la planta y las elevaciones del edificio. “Varios artistas costarricenses, pintores y escultores, consideran que desde el punto de vista de ellos como artistas, es el mejor proyecto en cuanto a representación de nuestra cultura, y los aspectos formales que tiene el edificio. “Mucha gente me ha dicho que consideran que es la mejor obra que han visto, pero así me dijeron cuando estaba en construcción el Four Seasons, y cuando estaba en construcción ´Los Sueños´. “Después de 26 años de trabajo, tenemos una sólida credibilidad ante los desarrolladores, por lo que tiene uno más libertad de expresión, pues cuenta con mucho respaldo. Los desarrolladores que se animan a construir mis propuestas novedosas ya me conocen y me respetan. Para innovar en arquitectura se requiere un tiempo y una experiencia. “Creo que eso no es gratuito. He diseñado e inspeccionado más de un millón de metros cuadrados. Eso le da a uno un respaldo. Seguramente cuando alguien se va a operar del corazón escoge al cirujano que ha hecho más operaciones del corazón”.
Apoyo al arte Apoyo al arte. Toda la vida me ha interesado el arte, en todas sus expresiones, sobre todo las visuales. He apoyado a artistas de manera independiente, a través de muchos años. Los apoyo promoviendo su obra dentro de los proyectos. “Pero hace alrededor de siete años hubo un movimiento para que renaciera la Bienal Centroamericana de Artes. Antes había habido como cuatro o cinco ´primera bienal centroamericana´, pero nunca había una segunda. Hace como siete años quisieron hacer de nuevo otra primera bienal. En Costa Rica había habido una bienal local, patrocinada por Lachner y Sáenz, especialmente por don Carlos Lachner, que siempre ha apoyado tanto a los artistas. En ese momento, ya no se hacía más. “En esos días, me dio mucha angustia enterarme que iba a realizarse ya una bienal centroamericana y que Costa Rica no iba a participar. Llamé a un grupo de amigos para que Camilo Rodríguez Chaverri
251
me apoyaran y que le metiéramos el hombro a los artistas nuestros para que participaran. “Formamos una asociación sin fines de lucro. Se llama ´Empresarios por el arte´, y estamos Allan Kelso; Margarita Herdocia; Olga Solera, esposa de don Rodolfo Jiménez Borbón; Carlos Valverde; Andrés Ignacio Pozuelo y yo. Nosotros somos los directores, y tenemos patrocinadores, como Amanco, Cervecería Costa Rica, Zurcher Arquitectos… También hay patrocinadores personales, como Fridays, que es de Margarita Herdocia. “Siempre hay compañías amigas que nos ayudan. Por eso, hemos podido avanzar tanto. Primero hicimos una bienal de pintura, y cuando la Cervecería Costa Rica dejó de patrocinar la bienal de escultura, entonces adoptamos la de escultura, y la convertimos en artes visuales, para contemplar instalaciones, video, animación, hasta performance… “Por cierto que acaba de pasar la Bienal Centroamericana. Ahora, en los años pares hacemos la Bienal Centroamericana, y en los años impares las bienales locales. La centroamericana la organizamos en conjunto con las otras asociaciones. “En la bienal local lo que hacemos es que traemos jueces internacionales, que no sean centroamericanos, para que ayuden en la selección de qué exhibir, y premiamos a seis artistas costarricenses que van a competir en la bienal centroamericana. “Recuerdo que Pedro Arrieta (qdDg) fue uno de los escogidos de la bienal costarricense y se presentó en la centroamericana, que se realizó en Nicaragua. De los que he visto, aparte de los maestros o artistas establecidos, y que me encantan, como Felo García, Rafa Fernández, Jiménez Deredia o José Sancho, que normalmente no participan en las bienales, ha habido talentos que han surgido, como Claudio Fantini, Adrián Arguedas, Nadia Mendoza, Otto Apuy… Otto es un artista establecido; sin embargo, ha participado en las bienales, y le ha ido muy bien. Es curioso porque no muchos de los que tienen ya un nombre como él se mandan a una bienal. “La bienal tiene dos metas importantes: la promoción de nuevos talentos y la promoción de nuevas propuestas de artistas establecidos. Un artista establecido que viene haciendo su trabajo bien no tiene por qué cambiar drásticamente. Bueno, la idea es que tengan un espacio para incursionar con ideas frescas de cómo hacer las cosas, porque no lo van a hacer en una galería. Lo que se presenta en una 252
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
bienal no es muchas veces lo que uno quiere tener en la casa. De ahí la importancia de su existencia. “Tengo algunas obras, me gusta la obra de Otto Apuy, Nadia Mendoza, el fotógrafo Jorge Albán, los escultores Jiménez Deredia y José Sancho... Tengo obras de los dos escultores en mi casa y los promuevo en nuestros proyectos. Por ejemplo, tenemos obras de los dos en Papagayo: ´Génesis de Papagayo´ en la entrada principal, es la obra de Jiménez Deredia, y ´Cardumen´, de José Sancho, en la plaza de llegada del Four Seasons. “Soy un amante del arte. Tengo obra de todos los artistas costarricenses que me gustan, tengo obras de Florencia Urbina, de Edgar Zúñiga, de Maf fi oli, de Fabio Herrera, de casi todos los de ese grupo…. “Tengo muchas obras de dos escultores, José Sancho y Jorge Jiménez Deredia. José Sancho es un gran escultor, como también lo es Jiménez Deredia. De Sancho tengo unos peregrinos, un grupo de conejos, un tótem de animales… De Jorge (Jiménez Deredia) tengo una génesis, otra que se llama ´El beso´, y una mamá con un bebé, que se la regalé a mi esposa cuando nació mi hija pequeñita. “Es muy refrescante para mí trabajar con estos artistas. Tradicionalmente se ha hablado de pintura, escultura y arquitectura, en el año 1500 les decíamos así”, dice, muerto de risa. “Me interesan mucho las artes visuales”.
Hermandad con los artistas Me identific o mucho con todos los artistas, comento mucho con ellos sobre los lenguajes, sobre la forma de comunicación, sobre la manera de rescatar nuestras raíces… Hablo mucho con ellos. Creo que los empresarios debemos ayudar en la promoción del arte. Siempre y cuando haya empresarios que ayuden a la difusión cultural, los artistas pueden salir adelante. Ayudarle al arte y la cultura no es una tarea exclusiva del Estado. “Ahora bien, me llama la atención que hay mucha difusión en el periódico de las artes visuales, uno ve páginas de pintura, escultura, instalaciones…, pero hay muy poca difusión arquitectónica a modo didáctico. No hay espacios en los medios para arquitectura. El problema que veo en eso es que, comparando con una ciudad grande, donde en el periódico del fin de semana vienen reportajes muy serios de lo que está pasando en arquitectura, con información cualquier Camilo Rodríguez Chaverri
253
persona puede comentar y saber, o al menos dirigirse con mucha propiedad. Por ejemplo, en ciudades grandes me he quedado sorprendido de cómo los doctores, los abogados, los ingenieros comentan con gran soltura sobre la arquitectura. “En cambio, en Costa Rica no se hace mucho porque no se le ha dado la importancia que se merece. Más de una vez me han dicho ´mande algún artículo´, pero es que yo no soy periodista ni escritor, soy arquitecto. Soy bueno en lo que hago y malísimo en lo que no hago. Te puedo enseñar dibujos y todo eso, pero siento que es injusto que uno tenga hasta que mandar el artículo. “Admiro mucho a algunos arquitectos en la historia nuestra, a Enrique Maroto, por ejemplo. Acaban de publicar un reportaje muy interesante sobre su obra. Lo admiro desde que estaba en el colegio. Es el arquitecto de muchas casas en Los Yoses y Barrio Escalante. Es arquitectura de los años 60s. “De Enrique Maroto admiro su capacidad de haber introducido en el país una arquitectura internacional, pero adaptada a nuestro trópico. Al decir arquitectura internacional es con todas sus consecuencias, arquitectura muy pura, con elementos muy claros. “De los arquitectos de ahora admiro mucho la obra de Víctor Cañas, admiro la pureza de sus diseños, y cómo se involucra en la estructura de los edificios. Se nota claramente que la estructura no es el resultado necesario e inevitable de darle soporte a una forma arquitectónica. La estructura es un diseño por sí solo. No lo he conversado con él, pero me imagino que diseña las piezas estructurales junto al ingeniero estructural. Lo asumo, porque termina en un excelente resultado. Su obra es muy buena. Maroto y Cañas son los que más admiro. “De los maestros y de las raíces me nutro para el camino. Por cierto, estamos haciendo un proyecto que une mis intereses y mis gustos, sobre todo mi afición por los caballos. Estamos haciendo un proyecto ecuestre en Guanacaste, con canchas de polo… Soy socio y diseñador. Ahora juego polo, y dejé de saltar. El polo me gusta tanto que imaginate que tenía que hacerme una operación rutinaria, nada complicada, de una pequeña hernia, y calculé mi operación para que no me afectara con la temporada de jugar polo. Coordiné la fecha para que me coincidan las convalecencias con el período en que no se juega, y para estar bien en diciembre y enero, que es la época seca, la época del polo”.
254
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Una prueba muy dura Te contaba que tenía supuestamente una hernia, pero resulta que en los exámenes de precirugía me descubrieron que tengo un problema complicado, un linfoma en la médula. Es un panorama complicado, sólo un porcentaje pequeño se ha salvado pero nunca he ni siquiera pensado en que puedo estar del lado del porcentaje malo. Ahora estoy un poco resfriado, una de las consecuencias es que se le bajan las defensas a uno, pero voy para Houston a hacerme un tratamiento de seis meses. No le tengo miedo. Estoy muy tranquilo espiritualmente. Para mí, es un proyecto más. Es como los proyectos difíciles que he tenido que realizar en mi carrera. Se requiere esfuerzo, y el final siempre es muy satisfactorio. “Lo que he hecho es aprovechar este tiempo para pensar un poco más, para reencontrarme con los verdaderos valores, y tener presente a qué hay que dedicarle tiempo. Este problema me ha ayudado a seleccionar los proyectos en los que quiero trabajar y en los que no. “Hace unos años trabajaba en todos los proyectos que llegaran a la oficina, con una gran responsabilidad, pero sin discriminar, desde el diseño de una bodega hasta la de un hotel. No es para desmerecer la bodega, pero ahora estamos concentrados en los proyectos en los que podemos hacer un aporte importante, no importa que si es un edificio o una perrera. “La enfermedad me ha llevado a una etapa de capacitación, de meditación, y muy pronto estaré de nuevo en la batalla. Nunca me voy a salir de la oficina del todo, porque esto es mi vida. “Pero estaré al lado de quienes mandan en mi camino, que son mi esposa y mis hijos. Mi esposa se llama María de La Paz Alice Guier, el apellido es libanés pero ella es tica. Tenemos seis años de casados. Me casé de 46 años. Pude disfrutar y vivir mucho. Una cosa que para mí fue muy interesante es que he visto muchos fracasos en el matrimonio, y no es por incompatibilidad sino porque alguno de los dos no se había desarrollado personalmente, por lo que inevitablemente se daba un alejamiento. “Nunca quise tomar en serio la idea de un matrimonio hasta que pudiera haber desarrollado algunos logros. Conseguir las metas requiere de mucho esfuerzo y mucho trabajo. Si hubiera tenido familia hace unos diez o veinte Camilo Rodríguez Chaverri
255
años, hubiera descuidado alguno de los dos, o el trabajo o la familia. En cambio, ahora dedico mucho tiempo a mi familia, y para eso trabajo. Aunque me gusta mucho lo que hago, es el tiempo del hogar. “Tenemos un chiquito de tres años y una de dos años. Él se llama Harry André, igual que mi papá y mi hermano, y ella se llama Mariana. Los dos montan a caballo. A mi esposa le da un poco de miedo, pero sí monta… “Andamos en cabalgatas, pero nunca he ido a un tope. Me gusta todo lo que tiene que ver con deporte ecuestre, equitación, polo, cabalgatas y paseos. “En época seca, la equitación me exige ejercicio, mientras que en la época lluviosa voy al gimnasio, de día por medio. “Me siento realizado como arquitecto y como artista del espacio. Me interesa representar nuestras raíces culturales. Mi principal objetivo ha sido que la arquitectura tenga una identidad, para entendernos en sus espacios. Como la mayoría de mi obra está en este país, trabajo mucho con nuestra identidad. También tenemos obra en catorce países, con oficina sólo en San José y en Guanacaste, pero contamos con muchas obras en Panamá, en Nicaragua, en América Central y el Caribe. Todo lo manejamos desde aquí. “Durante mucho tiempo he tenido un régimen de trabajo que me exige pasar fuera del país dos o tres días por semana. He tenido que ir muy seguido a República Dominicana, todo América Central, Trinidad y Tobago, Venezuela, Barbados y Argentina, donde construimos un proyecto de un club de polo, con establos y casa club. Ahorita estamos empezando en British Virgin Island. No existía ni existe una oficina así en nuestro país, sólo la nuestra. “Creo que la arquitectura sin arquitectos se va a seguir dando en los pueblos de Costa Rica. Mucha de la arquitectura de los pueblos es de diseños de la misma gente, de los propietarios de la casa, con buena intención pero copiando lo que ven. Es una gran responsabilidad para los profesionales hacer las cosas correctamente porque sabemos que nuestros trabajos van a ser copiados. En todas las culturas hay arquitectura. Es nuestro deber tomar en cuenta la tradición y las raíces del país. En cada pueblito la gente copia lo que hay en sus alrededores. Afortunadamente hemos tenido seguidores. Por ejemplo, en Islita, la gente está usando los mismos colores, los mismos elementos arquitectónicos, las mismas soluciones del manejo del clima… Se va dando de una forma espontánea, copiando un buen ejemplo. De ahí nuestra responsabilidad. En algunos 256
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
lugares vemos elementos raros, sin mucho sentido, y es que hay arquitectura rara, sin mucho sentido… Si la gente copia un trabajo malo, se propaga el caos. “Ve qué lindo el ejemplo de Islita. Todo empezó por la necesidad de integrar a la comunidad. Había mucha rotación del personal, y es difícil pasar de sabanero a salonero. Hay una resistencia cultural. Además, que la señora de la casa trabaje fue otra barrera que hubo que vencer. Al paso de los años, después del cambio, ya andaban en moto y con Direct TV. Ahora muchos hablan inglés. Ese hotel ayudó a subir el nivel de vida de la gente. Y ahora ideamos una manera de generar contacto de la gente del pueblo con el arte. La intención también ha sido promover la vena artística. Loida Prétiz ya hace trabajos junto a la gente de Islita. Vieras qué satisfacción que siente uno cuando se percata de que otra gente descubre ese tesoro que es el arte. No hay mejor manera de enriquecerle la vida a alguien”.
Camilo Rodríguez Chaverri
257
Mimi Prado
Expulsada del paraíso
Su casa parece una pequeña y refinada galería de arte. Hay una esquina dedicada a Mario Castro, una puerta de Fabio Herrera, un toro de Fernando Carballo, otra fuerte imagen de Fernando Carballo, una pintura de Rafa Fernández de los años 60, otro ´rafa fernández´ más grande, un López Escarré, y más allá otro Mario Castro… -Mario me invade. Además, hasta me dice dónde tienen que ir sus obras. Más allá me sobrecoge una pintura de Pedro Arrieta. Me quedo viéndola. Ella también, y con dolor me cuenta que se la compró un mes antes de que muriera. El amor por el arte se nota en todos los rincones. Dándole vuelta con los ojos a la casa noto ´un Amiguetti´, incomparable e inconfundible; ´un Chino Morales´; y en el segundo piso, todo está lleno de pinturas de negros… -La negritud siempre me ha fascinado. Los negros tienen esa relación con la vida… Tan lúdica. Es un mundo que uno quiere agarrar, aprehender. Me devuelvo a la esquina de Mario Castro. No lo conozco pero he escrito mucho sobre su obra, porque hay pinturas de él en decenas de casas de Limón. La gente del puerto se siente muy orgullosa de los negros y las negras que él pinta. Son personas con el cuello largo, con una esbeltez que se nota a leguas, y, sobre todo, con un sentido de la dignidad casi respirable. Sin embargo, es el primer caso en el que veo obras de él en la casa de una de las más reconocidas figuras de la cultura costarricense. -Mario Castro es hijo de un primo segundo de mi mamá. Los que escapaban de San José se iban a la bananera. Eso hizo el papá de Mario, que era brillante. Allá fue que Mario aprendió a pintar. 258
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Hay un libro de Chagall, más allá otro libro de Chagall; tres figuras negras en madera, en ébano; una esfera, que debe ser alguna imitación de las precolombinas; cuatro fotos... Ella se queda viendo todo. -Estuve en Tanzanía. Es interesante cómo marcan algunas etapas. El gobierno socialista hace que un país pobre, como Tanzanía, no sea miserable, que la gente no se sienta pobre. El tema de la dignidad se nota… Mientras le dábamos un vistazo a su casa han llegado sus compañeros, un montón de perros de todos los colores y tamaños, empezando por un Rottweiler que me quita la paz. -Vení para que lo toqués. Es mentira eso de que son unas fieras. Te voy a ayudar a que les perdás el miedo. Imposible. Ella se da cuenta y mejor los encierra en la cocina. -Son cinco perros. Me hacen una gracia… Estos son los que no ubiqué. Los cuido, y después los ubico en casas. Ya estamos en la sala de su casa, y ya tengo una idea del mundo de la actriz Mimi Prado, habituada a los grandes proyectos culturales y sociales, una figura cuyo nombre está escrito en espacios tan diversos que van desde la historia del movimiento teatral del país y el desarrollo del teatro en pueblos como Limón hasta el proceso de clasific ación de la Selección Nacional de Futbol por primera vez a un mundial. Adriana Miriam Emma del Rosario ´Mimi´ Prado Castro nació en San José el 28 de octubre de 1948. -Siempre he dicho que soy hija de la segunda república. Su papá, Alfredo Prado Valverde, murió a los 55 años, y su mamá, Miriam Castro Steinvorth, a los 70, igual que su hermana. Creció los primeros años de su vida en Venezuela. “Como nací cuando apenas terminaba la revolución, me tocó ver cómo eso marcó a mi familia. La revolución nos dividió mucho. Mi papá era calderonista, muy cercano al Doctor. Era picadista, además. Fue Secretario de Fomento. Mi mamá era de una familia totalmente figuerista. Toda la familia de mi mamá se fue a ´La Lucha´, sus hermanos, sus tíos, sus primos… Así como se dividió el país, así se dividió mi familia. “Incluso, mi tío Guido Castro se levantó en armas primero que Don Pepe, pero le fue muy mal. No se le dio mucho porque después estuvo con Don Pepe. “Lo interesante es que esa familia estuvo dividida siempre. Explicándotelo puedo exagerar, pero es así: las dos familias estaban separadas desde el siglo antepasado, los de mi mamá Camilo Rodríguez Chaverri
259
eran familia de don Juanito Mora y de Rafael Yglesias, de ´Gallo de Lata´, mientras que los de mi papá eran de los Montealegre. Hace más de cien años, se mataban entre ellos. “Sé que me vas a preguntar cómo los dejaron casarse… Seguramente debieron hablar muy mal de aquello, los de un lado y los del otro. Es más, ´Mimi´ me lo puso un tío para que mi nombre no sonara a Adriana. Era otra manera de pelear entre una familia y la otra, porque una ´Adriana´ sólo aparece en una de las familias, y el tío que me inventó el ´Mimi´ es de la otra. “Creo que es la vieja lucha de San José y Alajuela contra Heredia y Cartago. De un lado y del otro. Los conservadores siguen siendo los cartagos y los heredianos. Incluso, Heredia tiene características muy distintas a Cartago. Creo que Heredia es la ciudad que tiene herencia sefardí. Se nota, incluso, en algunas de las costumbres, los velos negros, por ejemplo, el manejo de ritos. Se ve en los Villalobos, los Vindas, los González… Son de rasgos muy sefardíes. Imaginate que Genaro Vindas parecía hermano de Rebeca Grynspan. “Por todo lo que te he contado, mi papá se fue para Venezuela poco después de la revolución. Después se fue mi mamá. Nos vinimos cuando yo tenía como 3 ó 4 años. Vivimos en Maracaibo. Me crié de manera diferente en medio de ese mundo despelotado, informal, sin las presiones de una capital… “Volví a San José y me metieron al María Auxiliadora. ¡Ve qué injusticia! Once años entre las monjas. Yo tenía una tía monja, Emma, y todas las mujeres de la familia eran egresadas del María Auxiliadora. “Estuve once años en ese colegio, hasta que me expulsaron, en Cuarto Año. Más bien aguanté mucho, o me soportaron demasiado. Me echaron por una discusión acerca de Teilard de Chardin. Ve qué raro. Me aguantaron las malacrianzas, por ejemplo, en sexto grado me pusieron el pupitre fuera del aula, ahora dirían que era una niña hiperkenética, con déficit atencional y dislexia, el cuadro completo para que a uno lo amarraran a los postes en los recreos porque tenía el demonio adentro, bueno, me amarraron a los postes…”.
“Mimi es más mío” -Daniel novelista.
260
Gallegos
dice
que
Adriana
Prado
suena
a
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Es la segunda vez que menciona al dramaturgo. La primera vez fue cuando habló algo sobre de Don Pepe. -Mimi es más mío, es como si fuera sólo de uno… Y Daniel es Daniel en mi vida. Es tan raro, hay una diferencia generacional grande entre nosotros, pero somos tan amigos… “¿Sigo contándote como estuvo lo de la echada del colegio? No podía decir en mi familia que me habían echado. ¿Cómo iba a decir que me expulsada del paraíso? Imaginate cómo era aquello que en sexto grado estaba leyendo Alejandro Dumas, y una monja me dijo, ´tiene que ir a confesarse, porque ese libro está en el índex´. Esa carajada era la lista de obras prohibidas de la Iglesia Católica. “El padre me preguntó qué había leído, le dije todos los libros porque leía muchísimo, y era de esas lectoras que conseguían un palo y un foco para hacer como una tiendita de campaña debajo de las cobijas y poder leer. Al final, me dijo el cura que no me podía dar la absolución, que sólo el arzobispo podía… Aquello era como en los tiempos de la Inquisición. “Recordá que eso ocurrió cuando yo estaba en sexto grado. Llegué con aquel uniforme a tocar la puerta del arzobispado, y pregunté por Monseñor Odio. Aunque parezca increíble, sí me atendió. Cuando le dije a monseñor que venía a pedirle la absolución porque estaba excomulgada, y le expliqué por qué, las carcajadas de monseñor eran enormes. Me dijo ´no se preocupe, chiquita´. “Ahora viene algo bonito: ¿cómo le decía a la familia que me habían expulsado del colegio? Lo pensé mejor: le conté a un primo. Vivíamos en el Barrio Escalante, le dije que quería ir al Anastasio Alfaro, ya le decían ´El Tacho´, y la directora era Doña Victoria Garrón de Doryan. ´El Tacho´ estaba donde fue la casa del Doctor Calderón Guardia, hoy Museo Calderón Guardia, en Barrio Escalante. “Yo fui solita, le conté a doña Victoria que me acababan de echar, que por favor me recibiera, yo no sé si habló con mis papás, tiene que haberlo hecho, yo nunca lo supe, pero me aceptó. Era un colegio sólo de mujeres. “Ese colegio me salvó. En ese colegio descubrí que se podía desarrollar la creatividad, que existía la libertad de pensamiento… Tuve unas interesantes compañeras judías, Ofelia Taittelbaum; Sandra Pisk, que estaba un año arriba, pero era muy cercana a nosotras; también estaban las hijas de los comunistas, las Mora (hijas de Manuel Mora), las Ferreto Camilo Rodríguez Chaverri
261
(hijas de Arnoldo Ferreto); las hijas de los librepensadores, María Bonilla, hija de Abelardo Bonilla… Era un colegio muy pequeño, pero muy revolucionario…”. Por fin doña Mimi cruza la pierna, se acomoda en el sillón de la sala de su casa, lo abraza, y empieza a disfrutar el relato. “En ´El Tacho´ no éramos ni doscientas alumnas, pero había teatro, música, poesía… Hasta se editaba un periódico. La rebeldía no era mal vista. Doña Victoria Garrón tenía la habilidad de buscar la solución para alguien hiperactivo: la ponía a hacer de todo. Yo, por ejemplo, estaba en el teatro, la banda, el periódico… Y nunca tuve un problema en ese colegio. “Doña Victoria dejaba hacer, pero estaba en todo, como una buena mamá, que una ahora se da cuenta que tiene control de todo, que sabía de todo, pero sin que una se enterara. “Estuve ahí cuarto y quinto año. Después, el grupo del ´Anastasio´ era bastante revolucionario en la universidad. Éramos mujeres muy diferentes a las del resto del país. Cuando salí de quinto año y entré a la universidad, empecé a jugar basketball. Por eso fue que me matriculé en Educación Física, aparte de llevar los bloques de Estudios Generales. El director de la carrera era el Doctor Soto Pacheco y nos dijo que si no nos metíamos, no podía abrir la escuela. “A los días, doña Victoria me llamó, que la profesora de Educación Física estaba enferma, que le diera clases unos meses, le dije que sí, y al final me quedé dos años y medio como profesora en el Tacho. Éramos casi de la misma edad. Si acaso era cuatro o cinco años mayor que mis alumnas. “Las de primer año me decían ´niña´, y que me dijeran ´niña´ cuando iba por la calle era espantoso. Tuvimos un equipo de basketball que era buenísimo. Fueron campeonas intercolegiales. Y ya era profesora cuando levantamos en huelga el colegio con lo de ALCOA. Doña Victoria me dijo, ´usted y Eduardito (Doryan, su hijo, ex ministro de Educación) están participando en lo de ALCOA´. Creo que me lo dijo como advirtiéndome. Y cuando me vio sacar a las alumnas, llegó y me dijo ´cuídelas, por favor´. Yo pensé ´ahora sí, si les pasa algo…´. “Cuando empezó la represión de la policía, estábamos en grupos distintos, ellas con los de su edad, y yo con los universitarios. Pasé pensando en cómo les habría ido, hasta
262
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
el día siguiente, que fue cuando supe que todas estaban bien. Fue una angustia horrible”.
Para volar… Tenía relación con el arte pero no pensaba jamás que iba a terminar en este mundo. Empecé las clases con Guido Sáenz y con Beto Cañas. Guido daba Teatro y Beto Literatura Teatral. Fue en los Estudios Generales, que eran maravillosos. Entre los profesores que tuve recuerdo a Constantino Láscaris, Roberto Murillo, Carlos Luis Sáenz, Teodoro Olarte… “Tino Urcuyo y yo íbamos a desayunar con don Carlos Luis Sáenz a la Soda Guevara, a las siete y media o a las ocho de la mañana. ¿Cómo nos aguantaba? No sé. Seguramente lo divertíamos tanto… “Para esos años, las mujeres iban a la universidad de tacón alto, medias largas y vestido de Israel, o sea, saquito y enagua, y los hombres en saco y corbata. Era pleno 68. Así que nosotras más bien entramos con minifalda y con pantalones… Se armó un escándalo, verdad, una lucha por los pantalones, y después permitieron usar pantalones pero sólo a las estudiantes de Bellas Artes. Lo resolvieron diciendo ´ustedes sí, las demás no´. ¡Qué simpático! ¿Verdad? “Desde ese momento, Guido Sáenz decía que yo tenía que dedicarme al teatro, pero yo estaba más interesada en la sicología y la filosofía, incluso en la política universitaria. Llevaba 14 materias, jugaba basketball y estaba en política universitaria. “Para esos años también estuve en la Selección Nacional de Basketball. Recuerdo cuando le ganamos a Panamá, por única vez en la historia. Yo estaba ahí, pero ese día no jugué. ¡Qué pereza, siempre tengo que aclararlo! Me gustaba más el basketball hasta que entré a la universidad de lleno, y eso significa que llegaba a las 8 de la mañana y salía a las 11 de la noche. Prácticamente vivíamos en la soda, y era ahí donde se discutía sobre literatura, arte, filosofía… “Estaba matriculada en Sicología y Filosofía, y en eso anuncian que venían un par de argentinos para dar una función en el auditorio. Eran los Catania con ´Historias para ser contadas´. Me fui detrás de los Catania, de Carlos y de Alfredo. También de Gladys, que daba clases en Bellas Artes. Dejé la Filosofía, me matriculé en Teatro y seguí en Sicología, hasta que la decana de Sicología, la Doctora Bózzoli, me dijo
Camilo Rodríguez Chaverri
263
´¿por qué pierde el tiempo aquí si a usted lo que la emociona es el teatro?´ Era lo que yo necesitaba para volar. “Ya mi papá había muerto. Yo estaba en Sicología para asegurarle a mi mamá que estaba en una carrera seria. Para mi mamá, que soñó con ser profesional, pero las mujeres en su época no estudiaban, para ella era muy importante que yo fuera profesional y de una profesión seria. “Este país es el único en América Latina en que el teatro no estaba tan mal visto. Ya estaba ´Artes y Letras´ y existía ´el Teatro Arlequín´. Señores de buena sociedad, como los Garrido, Kitico Moreno, Beto Cañas, Guido Sáenz, Pepe Trejos, Ana Poltronieri, Samuel Rovinsky y Daniel Gallegos hacían que a una se le abrieran las puertas. El teatro, entonces, tuvo un estatus social importante. Eso se sostuvo por lo menos unos quince años, e hizo que no fuera tan tremendo el golpe en mi casa. Aún así, no creás que fue fácil. Cualquiera podía decir ´esa muchacha por un lado se hizo comunista, por el otro lado se hizo actriz, y atorrante, porque anda con una mochila recorriendo todos los pueblos de este país´. Yo andaba para arriba y para abajo, ya fuera por la política o por el teatro. Lo que nadie había logrado, lo logró el teatro: logró disciplinarme, tal vez al lado del basketball, pero más el teatro. Al final, hasta tuve que dejar el basketball por el teatro”.
Compañía Nacional de Teatro Ya estaba la Compañía Nacional de Teatro. Había una rivalidad enorme entre la compañía y la Escuela de Bellas Artes: la compañía era el teatro tradicional y la escuela, el teatro revolucionario. “Yo había pertenecido al grupo de teatro de Toño Yglesias, en el que también participaban Tino Urcuyo, Juan Fernando Cerdas, Víctor Hugo Acuña, Marjorie Ross, Willie Reuben, Lisbeth Quesada… Hacíamos teatro revolucionario. Esperáte…”. Sale corriendo como una chiquita. Mientras tanto descanso la mano, porque parece que quiero matar al teclado de la computadora portátil, y es porque esta señora habla de manera frenética y feliz, como si estuviera viviéndolo todo de nuevo. Ha ido a traer unos álbumes enormes, de los que extraeremos tesoros… “Recuerdo una obra que se llamaba ´Las hormigas´. La montó ´Teatro Grupo´, que era como se llamaba el grupo que 264
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
dirigía Toño en esos años. También participé en el ´Complot, café concert´, con Álvaro Marenco, Olga Zúñiga, Rudolf Wedel, Mariano González e Isabel Montero. Lo montamos en Los Bajos de Monumental, sobre la Avenida Central, en el lugar donde después hubo un nigh club. Yo tenía 23 años”. Me muestra una foto en la que está actuando junto a Rudolf Wedel durante un encuentro de escritores. “Entre el público estaban Julieta Dobles, Laureano Albán, Sergio Ramírez…, a quien quiero tanto y de quien soy tan amiga. Es que forma parte del Círculo de Pensamiento Copán… Ay, te llevé a otro lado, a la época de ahora. Mejor te explico, con el PNUD empezamos a encontrarnos a gente que pensaba parecido, para conspirar y coinspirar, decíamos, era gente de centro izquierda, un Stein, de Guatemala; Rubén Zamora de El Salvador; Ricardo Córdoba y Sandra Barrasa, quien manejó los ´Diálogos de La Nación´, en El Salvador; Norman García, ministro de Economía de Honduras, el más ´derechoso´, pero con un gran sentido del humor; Raúl Montenegro, un ministro de Gobernación… Y ahí está Sergio Ramírez. “Volvamos a la foto. Aquí aparezco actuando junto a Rudolf Wedel, que se fue para Nicaragua para el tiempo de la revolución, que nos marcó tanto… “Todos pertenecíamos a partidos de izquierda. Creíamos en la Revolución Sandinista. En eso aparece Carmen Naranjo en el Ministerio de Cultura, propone que no sólo llevemos los espectáculos a las comunidades, sino que formemos grupos… “Yo entré a la Compañía Nacional de Teatro por Esteban Polls. Daniel Gallegos odia que cuente este cuento, no importa: estábamos María Bonilla, Eugenia Fuscaldo, Eugenia Chaverri y yo. Todas éramos compañeras, con diferencias de edades, pero compañeras al fin y al cabo. Daniel decía que yo era la nueva Ana Poltronieri, lo que era un horror con ella. Una de 20 años estaba creyéndose el cuento, y en eso Daniel va a montar su obra ´La casa´. La nueva Ana Poltronieri tenía que estar ahí. Fue una experiencia espantosa. En la casa de Esmeralda Jiménez, las señoras tomaban café y vino mientras nosotras ensayábamos. “Me inhibí, no podía concentrarme, paso a ser la muchachita que no podía hacer nada en cinco días, me voy llorando para mi casa porque me dice Daniel ´la verdad es que usted mejor se va a estudiar y se pone a hacer obras dentro de unos cuatro o cinco años, cuando sea una alumna avanzada…´. En eso, tenía recados de Esteban Polls, nunca Camilo Rodríguez Chaverri
265
le devolví la llamada, y en eso me llama de nuevo y me dice ´usted por respeto a mis canas me va a escuchar´. “Éramos la chiquilla revolucionaria del teatro experimental frente al señor español del teatro clásico. Me dijo ´usted acaba de pasar por una experiencia desagradable, y esto es como un accidente de tránsito: tiene que manejar ya, porque si no, no lo va a volver a hacer´. Me contó que quería montar ´Las troyanas´, y que yo debía actuar. “Fue un clic inmediato. Pasé doce años en la Compañía Nacional de Teatro, no sólo pasé a ser actriz de la compañía, sino su asistente de dirección y de todo. Él se convirtió en un gran aliado de mi trabajo. Cuando al fin me llegó mi primer salario, en el Ministerio de Cultura, estaba Polls desesperado porque no tenía dinero para sacar el vestuario que había mandado a hacer. Yo cogí el cheque y le dije ´ay, don Esteban, tenga´. A partir de ese día fuimos inseparables. También quise mucho a Monserrat, su esposa. “Con don Esteban aprendí del teatro en toda su dimensión, como aprendían los españoles, desde barrer un escenario hasta los costos, las escenografía… “Él era un viejo cascarrabias y yo una chiquilla rebelde, polémica. Don Pepe Figueres quería mucho a don Esteban. Era catalán, como él. Era un gran personaje. Había sido director de grandes espectáculos de la lírica y la zarzuela, y fue traído por Beto (Cañas), especialmente a dirigir la Compañía Nacional de Teatro. “Después, él trajo un grupo de españoles para reforzar la compañía. Cuando entré, la compañía tenía dos años de fundada. “Montamos ´Las troyanas´ con los españoles. Guido Fernández hizo una crítica en la que decía que ´Adriana Prado y Mimi Prado, sin experiencia, dieron lo suyo en el elenco…´. Es que en el reparto primero decía ´Adriana Prado´ y más abajo ´Mimi Prado´. Además, hacía dos papeles. Pero don Esteban puso los dos nombres para impresionar con el tamaño del elenco. Una cosa muy de zarzuela, de ese tipo de teatro español. “De los españoles, la única que se quedó fue Ángela María Torres, que fue la que me enseñó todos los trucos de la actuación. Un día faltó Kasandra, porque la española que lo personificaba regresó a su país, de un día para otro, y Polls se preocupó mucho porque tenía que suspender la obra. Yo le dije que me lo sabía. La verdad, me sabía todos los movimientos de la obra. Había ensayado ese personaje sola, 266
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
y lo vivía intensamente. Polls dijo ´esta mujer está loca´, pero no interrumpimos ni un día la función. Yo estaba iluminada con ese personaje. “En la compañía estaban todavía los cuatro españoles, y los otros que actuaban eran Roxana Campos, Mariano González, Aurelia Trejos e Iveth de Vives. “Por cierto que hice mi tesis sobre la historia del Teatro en Costa Rica. Es impresionante cómo las compañías del mundo venían al Teatro Nacional. Llegaban a Puntarenas y presentaban en el Teatro Apolo de San Ramón, ya fuera a la ida o al regreso… “San Ramón ha sido un lugar muy especial por varios razones: la llegada de los migrantes, los Bolmarcich, los Figueres, así como el teatro Apolo y hasta un club literario y artístico impresionante. Todo empezó cuando San Ramón era el sitio utilizado como destierro, por lo que muchos intelectuales fueron a dar hasta allá como exilados políticos. Imaginate que el General Volio estuvo ahí. San Ramón es hoy, lo que San José debió haber sido en el año 50. “Además, otro aspecto interesante que provocó un ambiente distinto en nuestro país es que muchas compañías quebraron en las épocas de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, por el año 10 y a finales de los años 30. Quebraban las compañías y los actores se quedaban y formaban grupos. Por eso es que la clase alta era tan afín al teatro. “Así se quedó la abuela de Roxana Campos, una cantante de ópera que se hizo famosa en nuestros teatros, en el Variedades, en el Raventós, en el Adela, en el Apolo de San Ramón, en El Apolo de Cartago… Había muchos grupos interesantes de aficionados en La Dolorosa y en Guadalupe”.
Teatros en los pueblos Recuerdo algunas loqueras de la compañía, como que levantábamos teatros para mil quinientos o dos mil personas en las cabeceras de las provincias. Toda esa temporada de ´Las troyanas´ se hizo en un teatro para mil quinientas personas en la punta, en Puntarenas. Eran barcos de pescadores de verdad los que se llevabana las troyanas, que eran presas de ´El Buen Pastor´, con las que yo trabajaba. La obra tenía un coro enorme. No había dinero que alcanzara, así que las muchachas de ´El Buen Pastor´ me ayudaron. Yo daba clases ahí. Fue muy lindo. Camilo Rodríguez Chaverri
267
“Un día, en medio de una función, Hécuba estaba gritando ´que un rayo me parta…´. En eso cae un rayo en la punta y viene una tormenta. Yo seguí actuando, que la tormenta y el rayo llegaran me parecía hasta poético, pero el público salió corriendo y las presas también. Vieras qué escena después la policía buscándolas. “El MOPT nos ayudaba a construir esos teatros, esos tablados que eran para el Ministerio de Cultura. Me encanta recordarlos: eran como redondeles de toros, como teatros isabelinos, enormes… Yo salía en el cuarto piso del Paraninfo. Mariano González me sostenía desde abajo con una soga amarrada a la cintura, para que el viento no me lanzara al vacío. Puestos sus pies sobre el muro, Mariano me daba mucha seguridad. “Después la compañía se dividió en dos, cuando llegan a la dirección Óscar Castillo y Alfredo Catania, en los años de Carmen Naranjo. Óscar era director general y Alfredo, director artístico. Por un lado estaba el grupo joven, y éramos los que insistíamos en hacer teatro mucho más cercano a las necesidades de la gente, teatro comprometido, con mensaje, que hiciera despertar las conciencias… En el grupo joven estábamos Luis Fernando Gómez, Aurelia Trejos, Gerardo Arce, Remberto Chaves y yo. Mariano González y Roxana Campos se quedaron en el grupo del teatro clásico. No se iban a perder ni los buenos papeles ni la comodidad del teatro ya consagrado. No fue una mala decisión. “Óscar Castillo es el que decide ir a los pueblos. Se hacen los dos grupos. Óscar lo que hace, buenísimo, es convencer a todas las municipalidades para que entreguen un porcentaje de los dineros para el teatro. “Hasta ese momento la Compañía Nacional de Teatro era como una dirección general de cultura: dirigía a la Compañía Nacional de Danza, la Compañía Lírica Nacional, tenía sus propios montajes, y era la encargada de apoyar a todos los grupos de teatro y de apoyar todas las artes del espectáculo. “Con Óscar (Castillo) pasa la compañía a tener un presupuesto importante, en el gobierno de Daniel Oduber. El grupo hace giras y empieza a despertar el gusto por el teatro en todos los rincones del país. En ese momento, la obra de giras para comunidades la dirige Alfredo Catania. Montamos ´La Familia Mora´. Con ´La Familia Mora´ recorrimos todos los cantones, después todos los distritos, después hasta los caseríos importantes… Fue impresionante la cantidad de funciones que dimos. Salíamos de gira de lunes a viernes, y 268
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
después a las promociones, los fines de semana, a organizar los grupos en comunidades”.
Teatro en Limón Escogí Limón y Siquirres. ¡Qué agil que era! Hace 30 años entrar a Limón era incomodísimo. Tenía varias historias con Limón, desde las feas hasta las bonitas. Vamos con las feas, primero: un bisabuelo mío, Pánfilo Valverde Carranza, que fue hasta vicepresidente y trabajó para botar a Tinoco, era médico, estaba casado con una prima Carranza Montealegre, y tenía una cantidad impresionante de tierras. Imaginate que dos volcanes de Guanacaste estaban dentro de una finca de él. Se llamaba ´Finca Tenorio´. Era el dueño de todo un sector de Barrio Amón, de la zona de ´El Paso de la Vaca´, y también eran suyas todas las tierras donde hoy está el Parque Nacional Tapantí. Pues bien, descubrí en primer año de la universidad que este señor cambia la legislación de la milla marítima, y se apropia de toda la milla marítima de Limón. Pasó a su nombre todas las tierras. “Aquello terminó en que la casa era de cada quien, de quien viviera ahí, pero el terreno era de él. ¡Ve qué loquera! Si no pagaban alquiler por el terreno, les sacaban la casa afuera. En eso se da la huelga en Limón, y se arregla esto. Siempre quedó la espinita. Calalú me decía, ante cualquier discusión, ´o me hacés caso o digo de quién sos nieta vos´. “Otra historia que me unía a Limón es que una tía mía se fue a dirigir la Lincoln School de la zona americana. Además, el papá del pintor Mario Castro también se va para allá, y mi abuelo Castro también se fue para montar el Banco Anglo. “De Limón y Siquirres tengo historias divinas. Llego a Limón, me doy cuenta que no conozco a nadie, que es un mundo ancho y ajeno, me siento en el Parque Vargas, me corren las lágrimas… Bueno, meses después supe que no me había sentado en el parque sino en el mercado. El asunto es que nadie se me acercó, y después empecé a hablar con la gente. De nada me servía llorar. Me fui a hablar con Mario Castro padre, que era presidente ejecutivo de JAPDEVA; me orientó y empecé a trabajar. “Trabajar en Limón significó para mí como si me hubieran quitado una mochila con piedras de la espalda, así como sentí el Anastasio con relación al María Auxiliadora, así sentí a Limón. Era la libertad, la posibilidad de ser con el mínimo de ataduras… Camilo Rodríguez Chaverri
269
“Por eso hicimos cosas increíbles. Yo pertenecía al Partido Socialista y también andaba reclutando gente. Al año, le pido a Carmen (Naranjo, la ministra de Cultura), que me deje irme a vivir a Limón y que me permita trabajar allá tiempo completo. Estalla la huelga cívica de Limón, la dirigía el chino Wing Ching, manda Daniel a negociar a cinco ministros, y llega entre ellos Fernando Zumbado, siendo un chiquillo... “En eso Carmen me manda con una beca para Francia, era para hacer un taller. Allá está Lenín Garrido. Me ofrecen otra beca de teatro para irme a Estrasburgo. Me llega un telegrama en el que me dicen que la huelga en Limón está calientísima y me devuelvo. Así como lo escuchás. Preferí devolverme para Limón. “En medio de la huelga se le pide al gobierno, entre muchas otras cosas, que financie lo que estoy haciendo en teatro en Limón. Con la huelga, se financia el Taller Artístico de Limón. “Quedó constancia artística de esa experiencia por una anécdota que te contaré. Kitico Moreno era la directora del Centro de Cine y manda a Víctor Vega a filmar la visita de Nixon al país, la llegada al aeropuerto, el arribo oficial… Víctor no acepta, se escapa, se roba el equipo y se va para Limón. Filmó todo lo que hicimos allá. Los muchachos actuaban en los bordes de los edificios viejos. El video quedó lindísimo, pero al día siguiente Daniel en persona pidió que sacaran del Centro de Cine a ese muchacho que se fue para Limón. “En Limón llegamos a hacer hasta una universidad popular. Era un lugar donde iban los obreros a discutir sobre política, sobre desarrollo… Se convirtió en un centro de pensamiento. “Y le ayudamos a otra gente. Más bien, otra gente nos ayudó. Por ejemplo, Rogelio López. Al final, su grupo hizo una gira por Alemania, para la cual, la bananera prestó los barcos. “En ese tiempo también hicimos ´El testamento del perro´, pero adaptada a la realidad de Limón. Y organizamos un ´Festival de las Artes de Limón´. Allá fui amiga de los viejos y me ayudaron mucho. Entre otros, ayudaron Mario Castro, los Del Barco, los Garrón, Nena Pardo… Estuvo tan bien organizado que hasta nos llevamos al pintor Juan Luis Rodríguez. En realidad, el ´Taller Artístico de Limón´ tenía un profesorado permanente: Juan Luis Rodríguez en pintura, Rogelio López en Danza…”. 270
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Las cuarenta Ahora que hablé de Víctor Vega recuerdo que también hice con él un famoso documental, ´Las cuarenta´. Un día me llamó, y me dijo ´necesito que me le enseñés a las putas a actuar´. Nos metimos a la zona roja, y estuve viviendo como dos o tres meses ahí metida. No tenés idea la seguridad que me daba. Una vez un chulo me dijo ´usted puede andar por donde sea porque nadie la toca, y si le hacen algo, nosotros lo chuzamos´”, dice, con una gran risa en toda la cara. “Aquel trabajo con Víctor era cosa de todos los días y de todas las noches. Era hacerse amiga de todo el mundo. Aprendí que ´prostituta´ suena muy feo, ´puta´ me suena mejor. Víctor las entrevistaba, y yo les daba seguridad. Ese era el trabajo. Vieras qué interesante”. Ha pasado una hora hablando y buscando entre los albúmenes fotos, nombres, caras, recortes que sean claves… Mientras ella busca, veo recortes de ´La Familia Mora´, de Gerardo Arce, de Alfredo Catania y de una Mimi Prado jovencita, de pelo largo, con unas piernas como troncos pulidos por los ángeles. Es una Mimi Prado guapísima, muy fresca y sexy, que hizo estragos desde las tablas con su exquisitez y soltura, con su alma libre y su espíritu al vuelo. Una foto de Limón la devuelve de nuevo en el tiempo. “Disfruté muchísimo lo que hice en Limón. Estábamos generando todo un movimiento cultural, y en eso viene otra huelga, levantamos a los sindicatos del ferrocarril y de JAPDEVA, y convencemos al sindicato de Puntarenas para que se una al movimiento. Estaban paralizados el ICE, los dos puertos y el ferrocarril. Paralizamos el país. En eso entró la policía con metralla. Es entonces cuando me echan de Limón, dicen que soy una anarquista, y Carmen Naranjo no me saca, pero hay una presión enorme. El gobierno obligó a que me devolvieran para San José. “Me dolió muchísimo. Me vengo de nuevo a la Compañía, como actriz y como directora de promociones. En eso llega Óscar Fessler, el maestro de los Catania, el mítico Óscar Fessler, y nos escoge a Luis Fernando Gómez, a Gladys Catania y a mí para formarnos como formadores. Entonces se crea el Taller Nacional de Teatro. Estábamos en el taller y al mismo tiempo actuábamos en la compañía”.
Camilo Rodríguez Chaverri
271
Al frente de la compañía Llegamos a los años del gobierno de Rodrigo Carazo, y me llama la ministra Marina Volio para que dirija la Compañía Nacional de Teatro. ¿Por qué a mí? Pienso que a mí porque todas las grandes figuras del teatro y la cultura estaban en Liberación: Beto Cañas, Daniel Gallegos, Guido Sáenz, Samuel Rovinsky, Óscar Castillo, Carmen Naranjo… Todos eran verdes. En mi tesis sobre la historia del teatro en Costa Rica, digo que todo este desarrollo cultural y teatral es socialdemócrata, porque los socialdemócratas entienden la importancia de la participación del Estado como ejecutor de políticas culturales. “Cuando entro, la compañía estaba muy venida a menos. No teníamos teatro. Empezamos en una salita donde ahora está Bernal Quesada con su grupo. Los actores estaban muy desmotivados. Lo primero fue traer grandes directores y buscar sacar las obras del espacio reducido de San José. “Montamos ´Fuenteovejuna´, bajo la dirección de Atahualpa del Chopo. Él había venido a dar un curso en la Universidad de Costa Rica. Pensamos en montar la obra para exhibirla en el Teatro Melico Salazar, pero estaba a medio palo. Se dieron unas funciones y dijeron que no era seguro, así que pasó al Teatro Nacional. “Y en eso se viene la crisis espantosa. Ni siquiera se podía pagar salarios. Fue una experiencia muy rica, muy gratificante y muy dolorosa. Logré varios cambios, como darle participación a gente joven, Remberto Chaves, Luis Carlos Vázquez… Era algo como impensable antes de ese tiempo. “Nos fue bien a pesar del caos. Montamos ´El martirio del pastor´, de Samuel Rovinsky. Fue a festivales extranjeros, con invitación, y le fue muy bien. Por ejemplo, en Cuba estuvo en el Concurso Casa de las Américas. “Después pensamos en retomar las giras y aumentar las promociones. Fue doloroso porque la crisis económica trajo consigo la pérdida de la inocencia. Se sabía que el Estado ya no podía sostener el sueño. “Ya todo el país pasó a ganar un tercio de lo que estaba ganando antes. Eso hace que la gente se divida. Las inseguridades y los miedos en medio de la crisis generan problemas. Todos se sienten con menos control de la situación. Fue un período muy feíto. Confieso que a mí me abrumó. Eso de buscar el cinco día tras día es desgastante. No 272
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
dejábamos de hacer lo mismo: debimos habernos replanteado en ese momento un cambio. Lo que hicimos fue sobrevivir, y que la barca del teatro no se hundiera. No nos fue mal, después de todo. “Ya habíamos conseguido mucho. El país había avanzado con Beto, Guido y Carmen. Pero hay una figura que debemos mencionar. Es Don Pepe. Esteban Polls tenía casi rango de ministro. Don Pepe iba a los ensayos. Discutía las obras. Discutía las obras. Y sabía, pero sabía. Qué vergüenza que empecé a hablar con Don Pepe y me di cuenta que conocía de Shakespeare, de Ibsen, de Chejov… No era que conocía. Era un experto. Tiene un nivel de cultura que sólo le he encontrado en el área de la pintura a Óscar Arias, en la pintura… “Óscar tiene una cultura impresionante. Hay que ver cómo conoce la obra de Octavio Paz, de Óscar Wilde… Te dice hasta dónde está colgada una pintura en un museo, porque recorre los museos con frecuencia. “Son los chineados. Con la Compañía Nacional de Teatro montamos una obra de Ibsen. ¿Cómo no le íbamos a montar a Don Pepe una obra de Ibsen? Le montamos ´El enemigo del pueblo´. Después de todo, me dijo que no era la que más le gustaba. “Otra anécdota de Don Pepe tiene que ver con que, en los tiempos de Vesco, decidimos montar una obra rusa, menor, que contaba una historia similar a la del escándalo Vesco. Era una parodia para Don Pepe. Llegó personalmente a pedirnos que por favor no la montáramos, que eso no ayudaba en ese momento y que era jugar con la figura del presidente. Se discutió con él por qué y al final permitió que la obra siguiera. Tampoco pasó a más. Pero lo que no olvido es que Don Pepe dio media vuelta y se fue tranquilo. No hubo consecuencia ni represalia alguna, de ningún tipo, ni para nadie. Debió habernos mandado al carajo y no lo hizo”.
Con Óscar Arias Tuvimos un programa para refugiados salvadoreños. Montamos la primera venta de pupusas y organizábamos peñas culturales, e informábamos acerca de cómo estaba la guerra en El Salvador. En la toma de la Universidad de El Salvador por parte del ejército hay infiltrados del FMLN. Colocan cámaras, y luego hacen el documental ´El Salvador,
Camilo Rodríguez Chaverri
273
patria libre o morir´. Sale Däwison, que era el jefe de la mano blanca, de ARENA. “Invento que hagamos un teatro. Alquilamos una casa, empezamos a botar paredes y creamos ´El Teatro de la Calle Quince´. Éramos un montón de actores sin grupo, Gerardo Arce, Juan Fernando Cerdas, Marcia Maiocco, Gina Orlich… Los convenzo de que tenemos la plata, y que remodelemos el lugar. Una vez que botamos las paredes, les dije la verdad: no teníamos ni un cinco. “Después viene el gobierno de Óscar Arias. Primero estuve en la campaña. Me acerqué a Arias acompañando a mi ex esposo, porque acababa de salir del congreso, donde representaba a Limón. Pero Óscar es cercano a nosotros desde antes, desde la época de los movimientos estudiantiles. Cuando nos metíamos en problemas, buscábamos a Óscar, que era el joven Ministro de Planificación. De hecho, cuando renunció Óscar, quedó de ministro de Planificación Fernando Zumbado. Viene la huelga de Limón, los cinco ministros que enviaron a negociar estaban en la Zona Americana, pero todos los demás salen huyendo, y sólo se queda Fernando. Llegó él solo a negociar, frente a un movimiento huelguístico que le había impedido al presidente Daniel Oduber poner los pies en el territorio libre de Limón. Se paró solo en ese escenario, y fue muy hábil, porque les dijo ´no sean ingratos, ustedes son muchos y yo estoy aquí solo´. “El movimiento de Óscar Arias y su tendencia era de un grupo de políticos diferentes. Cuando me acerco a su movimiento, oigo un discurso de Óscar, incluso era un discurso malo como arenga política, pero de un alto nivel intelectual. Las referencias que dio de la cultura me atrajeron mucho. Se notó que es un hombre muy interesado en el arte. Empezamos a conversar. Era el momento cuando Óscar se lanza en la precampaña. Me metí con Daniel Gallegos a organizar el grupo de los intelectuales. “Óscar ya había hecho la Plaza de la Cultura. Fue un proyecto que nació con él, cuando era ministro de Planific ación. Esa vez negoció a favor de la cultura. Era un antecedente importante. Óscar era el amigo que te saca de la cárcel a los amigos, y también el que hace el seminario ´Costa Rica hacia el Siglo XXI´, que fue el primer gran encuentro que se hizo en el país con intelectuales y artistas jóvenes. No era un seminario cualquiera. Participó casi todo el país. Fue un trabajo de año medio. Fue una de las reflexiones más importantes de nuestra historia. 274
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“En eso se lanza de precandidato. Nos fuimos Daniel Gallegos y yo con él. Lo que tenía era una buena oficina. Estaba casi solo. Todo quien era político en Liberación Nacional estaba con Carlos Manuel Castillo, y todos bajo la égida o de Monge o de Oduber o de Don Pepe. Ninguno de los tres líderes vivos realmente trascendentales en el partido apoyaba a Óscar. “Sustituimos al mundo político que no estaba con él con los artistas y los intelectuales. La meritocracia nació en la campaña. Para el inicio de la campaña, cuando Óscar inscribe su candidatura, va caminando por las calles con Beto (Cañas), Guido (Sáenz), Rafa Fernández, Carmen Naranjo… Casi toda la gente del mundo cultural estuvo con Óscar, tanto que el sector ´cultura´ pasó a ser algo muy importante en la campaña. Yo decía que era ´una campaña diferente para un candidato diferente´. Para cada reunión en un pueblo, los artistas pintaban murales. Rodrigo Arias me llamó para que le ayudara en las plazas públicas. Fuimos los primeros en llevar las orquestas, y hubo espacio para la danza y la pintura. Recuerdo que en una reunión estaban Daniel (Oduber), Monge y otros. Daniel se acercó a mí y me dijo, ´usted es la responsable de convertir la política en una charanga´. Fue una reunión especial para hablar del tema. “Con Julio García y José Luis Jiménez Crespo hicimos los carromatos que se abren, y que tienen el escenario adentro. Eso era novedosísimo, aunque ahora todas las marcas grandes los hayan traído. En ese momento eran una gran novedad. “Íbamos a los pueblos y hacíamos encuentros de arte, de literatura… La campaña de Óscar giró alrededor de los elementos artísticos y culturales. Fue una campaña sui géneris y muy bonita”.
Cuatro grandes obras “Desde el inicio, me tocó trabajar en cultura, como viceministro. Tuvimos un primer año infame, porque el ministerio tenía un desorden y un despelote, y nos zambullimos en la reingeniería del ministerio. Tuvimos que enfrentarnos a la falta de recursos. Carlos Francisco hizo una serie de proyectos de ley, importantes en los distintos campos, y llevamos adelante algunos cambios duros. Me tocó cerrar la Compañía Nacional de Teatro tal y como estaba. No había dinero para tener elenco. Se había reducido a un grupo joven de gente talentosa pero que estaban aprendiendo, Camilo Rodríguez Chaverri
275
todos con un perfil parecido. Habían sido mis alumnos en el Taller Nacional de Teatro. Tuve que despedirlos y cerrar. Vieras qué doloroso. “Tuvimos cuatro grandes obras: la primera obra fue infraestructura en las provincias, un teatro y un piano para cada provincia. Queríamos un piano de conciertos, porque la Orquesta Sinfónica Nacional viaja bien pero el problema es el piano, siempre es el piano. Lo del piano no fue exitoso, porque lo que queríamos era que las compañías compraran las teclas a modo de patrocinio. Sacamos adelante muchos teatros sin un cinco. Aprendimos a pedir fiado. Sacamos adelante los teatros con base en el trabajo de Jiménez Crespo. Con tristeza, veo ahora que no funcionan, el de Alajuela cayó en desuso, por ejemplo. “Los que tenían administración previa se mantienen. Los ejemplos son Puntarenas y San Isidro de El General. Alex Solís me regaló más de la mitad de sus partidas específicas para el Complejo Cultural de San Isidro de El General, donde estaba el mercado viejo. Hicimos una biblioteca, un lugar para la artesanía, aulas de ensayo para la danza, el teatro… Y lo hicimos cerca de la municipalidad para que lo cuidaran. De nuevo, la fórmula consiste en trabajar de la mano con la gente. El Círculo de Poetas y el grupo de teatro fueron fundamentales…En el caso de Puntarenas, estaba el loco de Miguel Gómez, que sigue estando ahí. “La segunda obra importante fue el nacimiento del Festival Internacional de las Artes. Nace con un festival de teatro, danza y algo de música, que se llamó ´San José por la paz´. Me ayudó Carlos Espinach a conseguir plata con los bancos. Le pedí a Óscar Arias que si podía usar su nombre, le hablamos a los presidentes para que enviaran a los artistas, y nos fui muy bien. Se inauguró el día conmemorativo de la abolición del ejército. España mandó doscientas toneladas de pólvora en un barco. No lo dejaban atracar en ningún puerto. Era el espectáculo más grande que se había montado en Europa. Vimos la mitad del espectáculo, no había sufic ientes edificios para poder realizarlo bien. Monseñor Arrieta me prestó la catedral para una obra que, además, se llamaba ´Los demonios´ y los demonios salían de las torres. Los del Opus Dei se nos vinieron encima, pero Monseñor Arrieta me dio un voto de confianza total. “Fue muy importante organizar el festival porque nos dimos cuenta que no había salas, no había luces, no había
276
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
sonido… Tuvimos que empezar de cero en casi todo. Venían muy pocos conciertos porque los impuestos eran muy altos. “Buscamos apoyo en México, en Colombia… Tuvimos una preparación de año y medio. Preparamos hasta el último detalle. Organizamos hasta un encuentro de escritores, de dramaturgos y de directores de festival, con la idea de seguir siendo una subsede para los espectáculos que iban de México a Colombia, para que los grandes artistas que estaban presentándose en las grandes ciudades de América bajaran en San José”.
IIgualdad real La tercer gran obra en el ámbito de la cultura fue la Ley de Igualdad Real de la Mujer, planeada, diseñada y peleada desde el Ministerio de Cultura. Los programas de mujer y familia eran parte del ministerio. El ministerio organizó la etapa de discusión y aquello funcionó como un plebiscito. Se llevó el proyecto a todos los rincones, se consiguió que fuera tema en todos los foros, y se logró el apoyo de la Iglesia Católica. Le pedí a Monseñor Arrieta que me permitiera hablar con los curas. Un día me llevó a una reunión con varios obispos y un montón de curas. Me acordé de Fernando Zumbado, cuando le tocó enfrentar a todos los agitadores de la huelga de Limón siendo un joven ministro. Yo les dije ´ustedes son los confesores, saben lo que le está pasando a las mujeres´. Al final, dieron la lucha a nuestro lado. El mes mariano se convirtió en el mes de la igualdad real. La ley de igualdad cambió la cultura de este país. “Y la cuarta gran obra cultural del gobierno fue todo el proceso para clasificar para Italia 90. Yo era presidenta de la Comisión Nacional de Selecciones Nacionales, antes de que llegara Longino Soto. Siempre he amado el futbol. Es más, siendo una mocosa mejengueaba con mis amigos y era muy buena. Había querido jugar con los moscos de Saprissa, pero no me dejaron porque era mujer. Fue en ese momento cuando tuve por primera vez conciencia de género. Mi hermana hizo ballet hasta los 14 años, porque ya era una señorita y no podía exhibirse. ¿Te imaginás la felicidad del tío que me llevó a jugar futbol? Aquel era un acto extremadamente subversivo. “Esas fueron las cuatro grandes obras que realizamos en el Ministerio de Cultura. Eso me ha dado un enorme gozo, comparable apenas con el gozo que me da la lectura, porque sigo siendo lectora compulsiva. Eso ha sido así en mi vida Camilo Rodríguez Chaverri
277
desde que era una chiquita. Viera la fascinación cuando me cayó en las manos ´Cien años de soledad´, cuando aquí todavía no era conocida. Me llegó entre guerrilleros, políticos exilados y la gente de izquierda. La comencé a leer a las 7 ú 8 de la noche, y pasé sin dormir todo el tiempo que necesité para terminar el libro. Lo devoré. Todas las necesidades, incluso las básicas, pasaron a un segundo plano. “La otra vez que me ocurrió, y que pasé sin dormir tres días, fue estando en la dirección de la Compañía Nacional de Teatro. Fue cuando me encontré con ´La guerra del fin del mundo´, de Mario Vargas Llosa. Incluso me reporté enferma, y no salí de la cama. Pasé los tres días sin bañarme, sin salir, hasta que lo terminé. “¡Qué gran novelista es Vargas Llosa! Por cierto que estando en la Compañía Nacional de Teatro traje a Vargas Llosa. Es que montamos su obra ´La señorita Tacna´. Lo llamé y le dije ´queremos que venga´. Recuerdo que el periodista Renato Cajas obtuvo una entrevista de dos horas por teléfono. Le dijimos que no teníamos plata para los derechos de autor, pero que queríamos hacer el montaje. Fue muy amable. Vino y lo atendimos en medio de nuestras pobrezas. Su hija se quedó en la casa de Carlos Catania, mientras que Mario Madrigal Mora dijo que se encargaba de las atenciones. En medio de aquella crisis, ese hombre se portó tan buena nota, tan generoso… Creo que se sigue escribiendo con Mario Madrigal y con la gente de la compañía. En la obra, yo hacía la vieja mala. La dirigió Carlos Catania. Fue una experiencia muy rica. Cuando uno se atreve, todo puede salir. Imagínese que todo empezó con una llamada: ´le habla Mimi Padro, de Costa Rica´. Eso no significaba nada para él, pero al final estuvo aquí con nosotros. ¿Cómo conseguí el teléfono? No me acuerdo, pero así es que salen las cosas…”.
PNUD Después del gobierno de Óscar Arias, llego al Programa de las Naciones Unidades para el Desarrollo (PNUD) para facilitar la relación, muy difíc il, que tenía el PNUD con el gobierno de El Salvador. Trabajé en este sentido durante el proceso de paz. Yo había tenido relación con la familia Cristiani. Cuando empieza el proceso de paz con Óscar (Arias), el presidente salvadoreño era José Napoleón Duarte. Llega Cristiani con ARENA. Como parte de mi labor por la paz, siendo viceministra me acerqué a Margarita Cristiani, 278
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
y acompañé a Óscar cuando fue al partido de futbol entre Costa Rica y El Salvador. La ida al partido era como un disfraz para poder hablar con Cristiani. Al ir Óscar al partido, obliga a Cristiani a ir al estadio. “Está Óscar en un palco, y Cristiani en el palco de al lado. Veo a un hombre guapo, de camisa de algodón de seda y una carterita, como una mariconera, de una exquisitez, de cuero de cabritilla, y me quedo viéndolo. Pienso ´¡qué distinguido que es!´. Cuando lo veo con detenimiento, me doy cuenta que aquello no era una mariconera sino la pistola. Era Dawison, ese oscuro personaje salvadoreño. No soporté aquello, me fui al baño a vomitar al baño del estadio. “La otra vez que acompañé a Óscar fue a visitar a Eyacuría, en la universidad jesuita que él dirigía. Ellos le daban un doctorado honoris causa, pero entendimos que era un pretexto para que fuera a la universidad. Con excusa de esa visita, se permitía la reunión de Cristiani y de Óscar con Eyacuría, sin la vigilancia del ejército. Eran años muy convulsos. Se notaba en todo. Por ejemplo, el presidente Cristiani invitó a sus ministros a esa reunión, pero sólo lo acompañó uno. Era impresionante aquel ambiente hostil. Los helicópteros volaban encima. Era como permanecer en un estado de sitio. Menos de un mes después, mataron a Eyacuría. “Con esas historias previas, el PNUD, que tiene problemas con Cristiani, y específicamente Fernando Zumbado, me pide que vaya yo a negociar con el gobierno de Cristiani equis cosas para el PNUD. Luego, el mismo equipo me pide que me quede, y entonces dirijo el proyecto centroamericano del PNUD, que era un programa de gobernabilidad. “Estuve siete años trabajando con el PNUD. Durante esos siete años me paso viajando en América Central y un poco al sur, el Caribe y Nueva York. Eso es fatal porque te destruye física y mentalmente. Por mi trabajo, fui parte de las negociaciones de paz en El Salvador, Guatemala y Nicaragua. “El PNUD hizo un trabajo realmente importante, sobre todo en creación de institucionalidad democrática y en juntar en mesas para el diálogo a fuerzas que históricamente nunca se habían visto las caras. La guerrilla era la voz de organizaciones que nunca se habían sentado a hablar. En esos países, los campesinos y los empresarios nunca se habían visto las caras. Empezamos los diálogos en Costa Rica. Nos encerrábamos en el Hotel Tirol, sin micrófonos, sin agenda, sin papeles… Fue un período realmente de aprendizaje. El Camilo Rodríguez Chaverri
279
último de esos trabajos fue el proceso de concertación del presidente Rodríguez, aquí en Costa Rica”.
Movimiento cultural Hablando de cultura, hoy en Costa Rica es impresionante el nivel de desarrollo técnico en algunas áreas. Hay sectores mucho más beneficiados que otros. La música es un gran ejemplo: el nivel que ha alcanzado la Orquesta Sinfónica Nacional es incuestionable, y hay grupos como Éditus, la Orquesta de la Papaya y Malpaís que pueden codearse con cualquiera. Éditus ganó hasta unos premios Grammy, la Orquesta de la Papaya anda en festivales de todo el mundo… Eso no sería extraordinario si no fuéramos un país de cuatro millones de habitantes, y pobre, además. “También podemos hablar de los grandes alcances en danza: Diquis Tiquis sale en una página entera del Nueva York Times, y ahí una de las mejores críticas del mundo escribió, en la revista dominical de ese medio, que era el mejor espectáculo que llegó a Nueva York durante ese año. Hablaba de la capacidad técnica, de lo refrescante de Diquis Tiquis, y de cómo rompía esquemas… “En cuanto al teatro, ahora hay muchísimos actores y son mejores que los de antes, tienen mejor manejo del cuerpo y de la voz. Pero el movimiento teatral no tiene la calidad que tenía en otra época. Ya había un público para el buen teatro. Había financiamiento y existía un movimiento que ya vivía profesionalmente del teatro en décadas anteriores. “En literatura es impresionante el rompimiento que da Fernando Contreras, ya en medio de la literatura urbana, citadina. Él representa el gran quiebre, aunque hay otra figura de primera línea en este campo, y es Anacristina Rossi. Debo confesar que, cuando leí ´María la noche´, dije que la mejor novela que se había escrito en el país después de la novela de Yolanda Oreamuno era ´María la noche´. Cuando apareció por primera vez, no se leyó todo lo que se debía porque asustó a la sociedad. Hicieron con la novela lo que siempre se hace en Costa Rica: la gente la negó, la ignoró, volvió a ver para otro lado… “Para quienes conocemos la Zona Atlántica, aquella relación que se da en esa novela, ese juego de crueldades, ese juego de exhibicionismos, aterró a la gente que era parte del grupo social.
280
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Le fue peor que a los comunistas porque la gente decía que estaban locos o que era unos rebeldes, ´qué horror lo que están diciendo´, ´qué horror lo que piensan´… Pero no es el caso de Anacristina. Ella simplemente aterra. “Es una escritora erótica. ´Limón blues´ es una maravilla, pero es innegable que cuando aparecen las relaciones eróticas la obra da un salto… Yo le quitaría los primeros capítulos”.
Retos en cultura ¿Qué hay que hacer en cultura? Hay artes que necesitan el apoyo estatal para desarrollarse, y hay otras actividades que no lo necesitan. Falta un mayor desarrollo cultural en las comunidades, en los pueblos… Falta activar las casas de la cultura, y que los colegios tengan espacio para el arte. Falta la parte recreativa, es decir, falta lo que es la mejenga para el futbol, la tercera división, la segunda división… Sólo así lográs consumidores que sean conocedores, que vivan con la pasión que vive el tico, por ejemplo, por el futbol. ¿Por qué vive el futbol el tico? El tico vive el futbol porque lo juega, lo vive en la escuela, lo patea en los recreos… Está siempre en medio de todos. El arte también tiene que ser así. Cuando habla de la tercera división en el arte me refiero a los chiquitos pintando, al grupito de teatro, a la casa de la cultura, al intercambio entre comunidades, que el grupito de Puntarenas vaya a Guápiles, y que el de Guápiles vaya a San Carlos. Creo que incluso parte de eso existió y se vino abajo. “También se necesita un mercado más grande, que para la pintura es más fácil porque se mueve más fácil. Es más difícil para el teatro. En ese sentido, la integración centroamericana debería funcionar. En ese sentido, Tosatti, el de Incorpore, tiene unas ideas interesantes: él habla de circuitos culturales para los grupos profesionales, al interno del país y para América Central, que, incluso, le den ganancias, que permitan que una obra se mantenga por más tiempo, para que se puedan hacer obras más ambiciosas. No tenemos el apoyo financiero del Estado y no tenemos las nuevas formas para que, con la participación del Estado pero con dinero de otras fuentes, podamos encontrar fórmulas. Es algo tan sencillo que no se requiere de plata para que se den muchos procesos. Por ejemplo, para que los escritores den conferencias en los pueblos lo que se necesita es un promotor, no se necesita mucha plata. Los intercambios también son muy útiles.
Camilo Rodríguez Chaverri
281
“El tema de la integración es más importante en cultura de lo que parece. Miguel Martí decía que el día que tuviéramos una selección de futbol de América Central entenderíamos la importancia de integrarnos. Con una selección de América Central tandearíamos a México, Canadá y Estados Unidos. ¿Cómo nos iría a nosotros? Diay, es mucho mejor escoger once jugadores entre 32 millones que entre cuatro millones. Bueno, pues igual ocurre con el arte. Si sólo te dedicás a San José, y al público que pueda llegar a San José, no vas a desarrollar al resto del país, tampoco vas a tener la ganancia y no vas a ser tan productivo económicamente que si integrás al país. Igual si miramos hacia fuera. Tenemos que hacerlo para contar con mayores oportunidades para nuestros artistas”.
282
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Carlos Manuel “Malo” Vicente
La mano derecha de Don Pepe
Este cuento es famoso: Don Pepe decía “¿cómo será de malo, ´El Malo´ Vicente, que siendo tuerto, no le dicen ´El Tuerto´ Vicente, sino ´El Malo´Vicente´?”. Al hablar con él, no parece tan malo, la verdad, y al consultarle su historia tampoco. Lo que parece es audaz, ingenioso, atrevido, ágil, leal y con un gran sentido político. Si Don Pepe era el príncipe, el ´Malo´ Vicente era su Maquiavelo. Fue la famosa mano derecha de Don Pepe, quien le ayudaba a organizar campañas y gabinetes, quien estaba a la par de él cuando el caudillo se sentía mal, y, según cuentan las malas lenguas, también cuando se deprimía. La leyenda en el partido Liberación Nacional—que me han contado muchos, en distintos momentos, circunstancias y lugares—es que a Don Pepe nunca se le vio demasiado triste ni dolido porque ´El Malo´ se lo llevaba en sus momentos más difíciles y estaba con él hasta que se compusiera. Por eso son muchas las historias que se guardan acerca de las visitas de Don Pepe a Golfito, donde ´El Malo´ Vicente empezó siendo farmacéutico y terminó siendo terrateniente y comerciante, incluso a su pesar, porque, como él mismo dice, ´lo que me gusta es la política´. De los viejos líderes de su partido, es el que permanece más activo, y el que más se deja ver en manifestaciones políticas. Por ejemplo, lo recuerdo muy bien en la reciente presentación de un libro de otro de los grandes de Liberación Nacional, Enrique Obregón, en el Edificio Cooperativo, y también durante la presentación de la precandidatura de Óscar Arias. Él y Obregón eran los únicos legendarios del partido que estaban ese día en el Balcón. Además, Vicente es
Camilo Rodríguez Chaverri
283
uno de los motores del Grupo Raíces, que busca rescatar la esencia de la socialdemocracia costarricense. Lo visito en su casa en Sabanilla, a una cuadra de la UNED, siguiendo el camino hacia el este. La casa es el sitio donde vive un hombre que no está solo porque tiene todos sus espacios poblados de fantasmas. Me cuenta que la empleada doméstica está en Nicaragua, de paseo donde sus padres, y que acaba de dejar la billetera botada. Por un momento me deja en la puerta y se mete dentro del carro, un Kia Sportage viejo, para buscar algo en el piso y debajo de los asientos. Me dice que sólo me puede ofrecer café y le digo que no se preocupe. Me lo cree, porque entonces respira tranquilo, y empieza a mostrarme las pinturas de su casa. Hago un recorrido por la sala. Primero que todo me sorprende la sencillez y la humildad de la vivienda. Luego, celebro el hecho de que parece un hogar para el arte. Es la casa de un político, pero también de un gran pintor. Tendría que firmar ´Carlos Manuel Vicente´, y no como realmente se llama, porque sus obras no son las de un ´Malo´, no hay perversión en sus pinturas, no hay muerte ni dolor ni fantasmas ni monstruos ni bestias oscuras o tenebrosas. Es una pintura de luz, de colores vivos, una pintura impregnada de la frescura tropical de nuestra naturaleza. La sala y el comedor son un poco oscuros, pero parece que eso es para ambientar mejor el puñado de obras de grandes artistas que cuelgan de sus paredes. Las obras están a tono con las sombras del lugar. Tiene tres cuadros de Margarita Bertheau; dos de Margarita Gómez, una pintora de Golfito; dos de Jorge Gallardo, y dos sketchs también de Gallardo. -Una de estas de Gallardo me la regaló Daniel Oduber. Al lado tiene un quetzal que pintó él, que parece una foto tomada en medio de la niebla, y que captó la imagen misma del movimiento; otra pintura de él es la de un nica cruzando la frontera, y otra más de él, el retrato de una mujer. Se detiene a verla, como si estuviera pensando en decirme o no lo que sigue… -Esta pintura es en honor a una mujer que se fue a un putero de Golfit o para conseguir los pases del avión para salir para Nueva York, donde ahora es honorable. Me parece una gran metáfora y un ejemplo de superación. Por eso la pinté. Más allá hay una heliconia que él pintó, y cuando le celebro su gusto por las flores tropicales, me cuenta que tiene cincuenta pinturas más en el Hotel Las Gaviotas, de Golfito, el cual sigue siendo de su familia. 284
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Antes de sentarnos a hablar, también me muestra una caricatura de él, que es una obra de arte de Rogelio López y otra en la que sale como Nerón, con la ´Peni´ atrás. -Es que una vez dije que iba a quemarla porque es una vergüenza nacional. “Después, con el Museo de los Niños me demostraron que cualquier sitio puede transformarse para bien. Admiro mucho a Gloria Bejarano por lo que hizo en la ´Peni´. Un día me dijo Calderón que por qué no me hacía calderonista, y le contesté que calderonista nunca, pero ´glorista´ sí”, dice. Ya sentados en la sala, cuando empezamos a hablar, cuesta un poco que don Carlos Manuel se acomode: se sienta por aquí, se sienta por allá, hasta que, cuando ya está hablando de política, me confiesa que acaba de pintar una caricatura de Don Chico Orlich, que si la quiero ver. Le digo que sí, y sale de la sala, por un pequeño jardín. Va en carrera, como un niño que quiere mostrar su nueva travesura. Allá al fondo, sobre la puerta de lo que puede ser un cuarto, una bodega y un espacio para el juego de los niños, está la caricatura. Es de una calidad impresionante. -Sólo me faltan la de Daniel y la mía. Quiero tener en mi oficina una caricatura de los cuatro: Pepe, Chico, Daniel y yo. Bueno, también quiero agregar a ese grupo a Beto Cañas. Celebro aquella maravilla de caricatura, y le pido que por favor me muestre la de don Pepe, que fue la primera que realizó. Vamos al segundo piso, y ahí está Don Pepe, tan águila como siempre, en la pared de su oficina. -Aquí, al frente de la de Pepe, irá la de Chico, y en estos días empiezo la de Daniel. La última va a ser la mía.
Leyenda en persona Carlos Manuel Vicente nació en el Barrio del Carmen, San José, el 13 de abril de 1924. “Nací en época de temblores. Nací en una tienda de campaña, en el jardín de la casa de mis abuelos. Del miedo que se cayera la casa pusieron una tienda. En abril del 24 hubo un temblor muy fuerte en San José. “El apellido Vicente viene de Soria, España. Mi papá era castellano, y mi mamá, costarricense. Mi papá se vino porque España estaba en guerra con Marruecos. En ese momento, las familias que podían sacaban a sus hijos para que no tuvieran que enfilarse en la guerra.
Camilo Rodríguez Chaverri
285
“Mi papá se llamó Secundino Vicente Olaya. Era comerciante, tenía agencias de mercadería española, importaba mercadería de su patria, vinos, coñac, latería… “Mi mamá, Clotilde Castro Saborío, se graduó de maestra, pero nunca ejerció, por las costumbres de antes, que rezaban que la mujer debía estar al frente del hogar. “Éramos cuatro hermanos, pero murió Fernando. Vivimos todavía María Felicia, Amalia y yo. “Crecí en San José. Fui a la Escuela Buenaventura Corrales. Pertenecí a un grupo que estuvo junto los seis años de primaria y los cinco años del Liceo de Costa Rica. En ese grupo estábamos Laureano Echandi Vicente (descubrí que era primo mío cuando pasó lista la maestra, en primer grado); Rodolfo Vinocour, Fernando Zumbado, Eduardo Yamuni, Jorge Arturo Montero, y el Doctor Loría Cortés… Yo era un estudiante más o menos, de regular para arriba. “Estando en el colegio ingresé al Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales. Yo era de los menores. En ese tiempo los menorcillos éramos Carlos José Gutiérrez, Jorge Arturo Montero y yo. A mí me metieron ahí Carlos Monge e Isaac Felipe Azofeifa. A mí me reclutó Carlos Monge. Estaba en Cuarto Año. “En esos años, el Liceo de Costa Rica era la universidad porque no había universidad. Te voy a dar un ejemplo: varios intentos de tratado de límites con Panamá que negoció León Cortés, los liceístas se los echamos abajo con el apoyo de todo el país. “También nos opusimos al regreso de los jesuitas en el tiempo de Calderón Guardia, y enfrentamos otros problemas nacionales con desfiles, protestas, discursos...”.
En la revolución Estuve en la revolución del 48. Tenía contacto con Don Pepe. Lo conocí en su finca, ´La Lucha´. A veces acompañaba a mi padre a vender mercadería de la que él importaba. Cogíamos el caballo en ´El Pipiolo´, en Plaza Víquez, y pasábamos ocho días a caballo, cambiando bestia cada dos días. Íbamos a pueblos como Candelaria y San Cristóbal, que es el pueblo que está al lado de la finca de Don Pepe. “Cuando eso no había electricidad en muchos pueblos. Por eso es que papá vendía muchísima parafina. También llevábamos jabón en barra, vinos, latería… Papá le vendía al
286
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
comisariato de ´La Lucha´, y cuando yo lo conocí, ya Don Pepe era muy amigo de mi padre. “Don Pepe siempre dijo que era extraño que él y yo nos lleváramos bien, porque papá es de Castilla, y los castellanos y los catalanes no se llevaban bien. Somos la excepción. “Como lo conocí en ´La Lucha´, cuando decidí meterme con él en la revolución, que ni lo pensé mucho, fui a buscarlo. Él me encargaba algunos planes, puro trabajo de confianza, pero nada espectacular. “El trabajo mío en la revolución fue muy desteñido, pero yo creo que fue fundamental: tenía que llevar grupos de combatientes en caminatas nocturnas. “Empezamos a caminar desde Puriscal, desde Escazú… Caminábamos de noche cuando los policías estaban durmiendo. La caminata comenzaba a las nueve de la noche. Los llevaba hasta una lechería, que se llamaba ´Londres´, entre Tarbaca y Santa María de Dota, por Vuelta de Jorco. Ahí Don Pepe ya mandaba en el grupo. “Durante la junta fundadora, no participé. Estudié Farmacia aquí. Cuando me iba a graduar, hice la práctica de farmacéutico en la botica de Luis Alejandro López, en la Farmacia López, que quedaba casi al frente del Teatro Variedades. “Don Luis Alejandro era un gran conversador. Cuando entró la revolución y vio que yo estaba enrolado, me dijo, ´mire, Carlos Manuel, piense bien su futuro, me parece que la farmacia no es la profesión más apropiada para ingresar a la política, usted tiene que escoger entre la política y la profesión´. “Según yo, en ese momento escogí la profesión y me fui a probar suerte en Golfito, en 1948. Antes, mi papá estuvo muy mal económicamente, y quería que yo fuera agente viajero, para que le ayudara. Yo lo que quería era estudiar. “Me fui a trabajar en la carretera Interamericana, al campamento ´Sonador´, y empecé a trabajar entre los que iban abriendo la trocha. Al principio iba abriendo caminos; después el administrador, Mario Chinchilla, me preguntó que por qué estaba ahí, siendo tan chiquillo, entre ese montón de muertos en vida. “Le conté que quería estudiar, él dijo que con el trabajo que yo tenía nunca iba a poder estudiar, que mejor me juntara en la cuadrilla de los hacheros. Le dije que no sabía ´volar hacha´, y me ofreció que él me ponía a la par de don Juan Hernández, un guanacasteco que era un excelente hachero. Camilo Rodríguez Chaverri
287
Me dijo que él me enseñaba. También me confesó que tenía que reportar el mismo número de pulgadas que Juan… La verdad es que él me apuntaba más de lo que yo cortaba, para poder igualar a don Juan, que era el mejor hachero. “Don Mario también me dio un ´sleeping bag´ para que durmiera sabroso. Antes de eso, pasé todo el tiempo durmiendo en camas de bambú. “No estuve mucho trabajando en la carretera porque ahorré lo sufic iente en poco tiempo. Recuerdo que me fui a caballo de Sonador a Volcán, ahí había telégrafo, y le mandé un telegrama a mi padre para que me matriculara en Ingeniería que era lo que yo quería estudiar, le mandé a decir que tenía el dinero para pagar y para mantenerme por lo menos el primer año. “Cuando llegué, me encontré en la mesa de noche de mi cama, en San José, la Farmacopea Americana, la Farmacopea de Costa Rica de 1938, que se llama p Formulario de Hospitales´ y el ´National Formulary´. Ahí tengo los tres”. Se pone de pie y va a buscar los libros sobre un trinchante, al otro lado del comedor. Ahí están los libros que su papá le dejó sobre la mesa de su cuarto aquella noche que él regresó del sur. “Cuando llegué, mi papá me dijo que me había matriculado en Farmacia porque los ingenieros no servían para nada y que nunca conseguían trabajo. Por lo menos era cierto. Por ejemplo, el ministro de Obras Públicas de ese entonces tenía sólo un ingeniero. Lo que hacía cualquiera era autenticarle los planos a un maestro de obras. “Empujado por mi papá me metí a estudiar Farmacia. Diay sí, ¿qué iba a hacer? Si me matriculaba tarde perdía un año. O estudiaba Farmacia o me quedaba un año sin estudiar. No me gustó Farmacia, pero aprendí a que me gustara. Cuando ya tuve un año ´ganado´, no hice intento de cambiarme. Había que seguir ahí. Estudié en la universidad en medio de todo lo que ocurrió en los años 40”.
Golfito, años 50 “Después de la revolución, me fui para Golfit o. Ahí puse la farmacia. Golfito era como un pueblo americano, de los que salían en las películas de vaqueros. Estaba aislado de Costa Rica. No había carretera. Era un enclave bananero, y también era un pueblo muy lindo, muy pintoresco. Cuando me fui para allá, había sólo una farmacia. La mía fue la segunda. 288
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Mi tranquilidad en la farmacia duró poco. Un día, abriendo el Diario de Costa Rica, que por aquellos días era el diario más leído, en una página venía mi foto, quién sabe de adonde la cogieron. Ya venía de candidato a la Asamblea Constituyente por el Partido Socialdemócrata. A mí no me dijeron nada. Nada más me pusieron ahí. “No quedé. Creo que iba de sétimo y sacaron hasta el quinto. Entre los que quedaron estaban Rodrigo Facio, Luis Alberto Monge, Fernando Fournier… “Luego, volví a ser candidato a diputado por Puntarenas, por el partido Social Demócrata, en el año 49, y perdí. “En el año 53 ya barrimos. Salimos 30 diputados liberacionistas de los 45 que componían en ese momento la Asamblea Legislativa. Cada vez que había una discusión, Luis Bonilla Castro terminaba la discusión rapidito y decía ´para eso tenemos mayoría´. Esa asamblea fue muy peleada porque ahí estuvo Mario Echandi, como diputado de oposición. Era un diputado muy aguerrido. “Entre los 45 diputados, recuerdo a algunos que destacaron mucho, como Ottón Acosta, Mario Echandi, Estela Quesada, Rafael París, Ricardo Carballo, Joaquín Garro, Luis Bonilla, Carlos Alberto Salazar Baldiceda… “Me pusieron ´El Malo´ la primera vez que fui diputado. Don Otilio Ulate logró introducir una consulta sobre la reelección presidencial. Entonces Don Pepe nos llamó a todos sus diputados para pedirnos que votáramos a favor del plebiscito. Ulate quería volver a ser presidente. Eso fue en el 53. Le dije a Don Pepe que era muy difícil que pasara porque requería 30 votos, y con sólo un voto del partido que fallara no pasaba. “Había algunos diputados que no querían, porque eran orlichistas, es decir, que iban con Chico. Entre esos me encontraba yo. En reuniones posteriores, yo contaba cómo estaba la posición de los calderonistas, jefeados por Ottón Acosta, todos en contra del plebiscito, y otro grupo de calderonistas auténticos, donde estaban el general Volio, Julio Muñoz, Guillermo Jiménez Ramírez, Mario Salazar Fábrega, también todos en contra del plebiscito, y entre los liberacionistas había unos diez que lo estaban pensando. Cada vez que yo daba un informe al presidente sobre el plebiscito, no decía cuál era mi posición. Informaba de la posición de los demás. En eso, Otto Cortés quedó presidente de la Asamblea Legislativa, y se preocupó porque, según él, yo estaba manipulando para que no pasara el plebiscito, y no Camilo Rodríguez Chaverri
289
simplemente informando sobre la situación. En una de tantas me bautizó con el nombre de ´Malo´ Vicente”.
Al lado del estratega “Pasé cincuenta años al lado de José Figueres, el más grande estratega que ha tenido este país. Ahora estoy escribiendo un libro sobre mi relación con él. Pienso que hay muchos detalles importantes. Por ejemplo, fue muy importante que Calderón Guardia lo echara. Lo echó y lo martirizó. Además, fue importante el hecho de que él insistía en que la oposición estuviera unida. Por eso, después de todos los contactos que hizo en México, se vino para acá, y estuvo en una convención contra Ulate y Castro Cervantes. Luego, cuando hubo segundas nupcias, digo segundas elecciones, los figueristas votamos por Ulate. “Todo estaba planificado. Era una estrategia perfecta. Figueres lo tenía todo planeado desde que estaba en el exilio, pensó qué iba a ocurrir incluso hasta cuando entró en la junta de gobierno. Esa junta de gobierno ya tenía cabeza de Don Pepe. Él decía que habían ganado la revolución porque su ejército era sobrio, y el otro era un ejército de soldados alcoholizados, y que la otra característica que los hizo ganar es que había una estrategia definida. Si te ponés a comparar las fuerzas, los del gobierno tenían armas para ganar, pero la gente de Figueres supo hacer uso de sus recursos. “Él decía que quería la segunda república para acabar con la sinvergüenzada, para que se respetara la voluntad popular y la libertad electoral y para luchar contra la pobreza. “Conocí a los distintos ´Don Pepe´, porque el del 48 es distinto al del 53 y distinto al del 70. El ´Don Pepe´ del 53 estuvo al frente de un gobierno muy duro, muy difícil. Hubo dos invasiones. La primera fue muy planeada: nos invadieron 400 calderonistas entrenados en Coyotepe, entre ellos estaba Don Abel, actual Presidente de la República, y la parte propiamente bélica fue complicada. La soportaron figuras como Mario Charpantier, Daniel Oduber, Frank Marshall, Marcial Aguiluz y Virgilio Aguiluz. Ellos soportaron la parte militar. A nosotros, como diputados, nos tocaba votar el proyecto que financiaba las armas que ya se habían comprado… Fue una situación muy difícil, teníamos mayoría, y había rumores de que iban a invadir Costa Rica desde Nicaragua. Se decía que ya estaban esos 400 costarricenses y
290
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
nicas allá, listos. La verdad es que entre los guerrilleros había tantos nicas como ticos. “El gobierno de Costa Rica estaba desarmado y no contaba con condiciones para hacerle frente a esa revolución. Si se mandaba un proyecto de ley, autorizando al gobierno a comprar armas, era muy posible que los calderonistas adelantaran la invasión para tomarnos indefensos. Así que había que comprarlas de manera irregular, y aprobar el proyecto de ley cuando se produjera la invasión. “Para eso, el presidente quería tener seguridad de que el proyecto se iba a aprobar. Otra vez, como en el caso de lo de Ulate y la reelección, me tocó hacer ´lobby´ con todos los diputados, para estudiar la situación y obtener su respaldo en el momento en que se aprobara. “Cuando vino la invasión de Coyotepe, estaban varios diputados en el frente. Yo estaba en La Cruz, igual que Duvilio Argüello Villalobos, de Santo Domingo de Heredia; ´Piquín´ Garro, Carlos Alberto Salazar, Alberto Quirós Sasso… Estábamos allá como diez u once diputados y nos mandaron a traer para hacer quórum y aprobar lo de las armas. “Ya las armas estaban en Costa Rica. Las tropas que fueron a combatir a Guanacaste pasaron por las armas al aeropuerto. Eran fusiles ´M 1´ y ´M 3´, ametralladoras y dos o tres aviones de guerra. Ya cuando esto de la invasión no había ejército en Costa Rica. Así que la defensa en contra de la invasión la hicimos con puros voluntarios. “Tengo muy presente ese primer gobierno constitucional de Don Pepe. Hubo mucha violencia en el país, porque todavía estaba revuelto todo lo de la revolución, pero también hubo mucha actividad positiva. Recuerdo la lucha por crear el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT)…”.
Don Pepe en Golfito Después de ser diputado, me fui a mi trabajo en Golfit o, durante el gobierno de Echandi. Siempre me veía con Don Pepe, o él me llamaba para consultarme cosas. También iba a Golfito con mucha frecuencia. “Es muy feo que yo lo diga, pero fui permanentemente visitado por Don Pepe, por Don Chico (Orlich) y por Daniel (Oduber)…”. Le pido que los compare…
Camilo Rodríguez Chaverri
291
“Es muy difícil definirlos, y mucho menos poniendo a uno como si fuera mejor que el otro. Don Pepe era muy introvertido, muy obsesivo por desarrollar los programas en los que se empeñaba, con una estrategia muy definida siempre, muy hábil para llamar a la gente que le podía ayudar… Tenía altibajos de carácter. Y yo siempre estaba pendiente de su semblante. “En el año 53, estaba establecido en Golfito. Entonces, era el jefe de campaña de Liberación Nacional en la zona sur. A los socialdemócratas nos llamaban socialistas, sobre todo quienes tenían una posición antisoviética. La bananera, que era la máxima autoridad de aquella región, me prohibió que entrara a lo que se conocía como ´La Zona Americana´. El superintendente del lugar aseguraba que yo era comunista. Incluso puso un guarda para que no me dejara pasar. “Cuando me enteré de la situación me enojé mucho, y le puse una bomba de dinamita al portón. El gerente primero me mandó a su abogado para que me amenazara con que me iba a sacar de Golfito. Después le mandó las quejas a Figueres, pero él le contestó algo que no puedo olvidar. -Dígale que digo yo que si hay algún otro portón, para ir a ponerle una bomba yo. “Así era Don Pepe. En cambio, Don Chico era muy serio, muy leal, muy buen amigo. ¿Verdad que te enseñé una caricatura que hice de Chico?”. Aunque le digo que sí, sale de nuevo al patio, y se trae la caricatura, como para que nos acompañe. -No soy pintor: soy aficionado, nada más… “Chico era muy humilde pero muy ejecutivo. Hacía las cosas sin hablar mucho. Sin predicarlo mucho, su gobierno fue super socialdemócrata. “Por otra parte, Daniel (Oduber) era muy claro filosóficamente, muy hábil para tratar con la gente, muy convincente, tenía una gran preparación académica y un vigor físico e intelectual extraordinario. Además, lejos de lo que dice alguna gente, era un hombre generoso. Oí un discurso de Mario Echandi en el que decía que sin la cooperación de Daniel, él no hubiera podido gobernar… “En el año 62, cuando ganó Don Chico, yo salí electo. Me había postulado por insistencia de Don Chico. Salí electo, pero no asistí. Estaba muy endeudado y el sueldo de diputado no me hubiera permitido salir adelante. La primera diputación me costó mucha plata, por abandono de los negocios. Simplemente que me dediqué a la política y abandoné lo mío. 292
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Por eso, no pude asistir como diputado en el tiempo de Chico. Renuncié, y en el 66 volví a ser candidato, a solicitud expresa de Daniel, quien era el candidato presidencial e íntimo amigo mío desde la niñez y la adolescencia, compañero de muchas luchas… Nuestra relación era de mucha confianza mutua”.
Daniel Oduber En el año 66, Daniel Oduber perdió porque en un partido socialdemócrata hay gente de derecha y gente de izquierda, y la gente de derecha no le quiso dar el voto a Daniel. No le quisieron dar el voto ni en la primera campaña ni en la segunda campaña… En la segunda campaña, Daniel ganó porque la oposición se dividió y González Martén les quitó muchos votos a ellos. Esa vez, Don Pepe dijo que no era que Liberación había ganado, sino que la oposición había perdido. “Salí electo diputado de nuevo y decidí que sí iba a participar en la Asamblea Legislativa. Siendo Trejos el presidente, tuve la experiencia más importante de mi carrera política, porque éramos oposición con mayoría en la Asamblea Legislativa. Estaban Mario Charpantier, Noel Hernández, Juan Rafael Vega… Son los que más recuerdo. “En esa asamblea no pasó nada trascendental. Don José Joaquín Trejos trató de hacer un gobierno de parsimonia, ordenando la hacienda, buscando economizar en casi todo, pero no recuerdo nada trascendente. Creo que apoyó proyectos de desarrollo comunal, y en eso trabajó un grupo que puso mucho empeño, como Armando Arauz, de nuestro partido. “Ya cuando se acercaba el año 70, empezamos a pensar en la siguiente campaña. En el 68, Don Pepe se fue a pasar unos días conmigo en Golfito. Quería que planificáramos la campaña. Daniel también quería ser candidato. Le dije a Don Pepe que yo lo apoyaba pero que quería decirle primero a Daniel, para que no se sintiera traicionado. Me vine en avión de un día para otro. Daniel me esperaba en una oficina que tenía frente al Hotel Balmoral. Yo le dije que Don Pepe quería ser presidente otra vez, porque creía que si él (Daniel) se volvía a lanzar, volvería a perder. “Daniel no lo pensó mucho. Me dijo ´si Don Pepe quiere ser candidato decíle que yo estoy con él, y que me ponga adonde él quiera que le ayude´. Me fui adonde Don Pepe, y
Camilo Rodríguez Chaverri
293
me puse a sus órdenes. Ya me sentí en libertad para ayudarle en todo lo que pudiera. “Don Pepe era un planificador, no un improvisador. Y tengo la satisfacción de decir que siempre me sentí respetado por él. En muchos aspectos fui su mano derecha. Esa vez, Don Chico Morales cuenta que él fue a recibirlo de vuelta, al aeropuerto, cuando venía de Golfito, y que Don Pepe le dijo ´mire, Chico, vamos a hacer exactamente lo que viene apuntado en este cuaderno. La campaña ya la planificamos ´El Bueno´ Vicente y yo.’ “Yo le ayudé en esa campaña, como su segundo hombre de a bordo. En esa ocasiones, uno de los puntos que discutimos era si optábamos nada más por el 80 por ciento de nuestra posible recuperación de deuda política, o sea, ser muy austeros en el gasto. Empezamos la campaña con la contribución de un buen amigo, que no era costarricense, no ponga el nombre, bueno, se llamó el doctor Inocente Álvarez, un cubano que fue embajador ante Naciones Unidas de Prío Socarrás. El doctor me dijo que quería ayudarle a don Pepe, pero con la condición de que su dinero no fuera a caja única, sino que me financiaba una oficina exclusivamente para hacer unas encuestas y saber con exactitud cómo estaba la cuestión política. Fue la primera encuesta política que se hizo en Costa Rica. “Los candidatos eran Don Pepe, Mario Echandi y Virgilio Calvo. Como la encuesta dio que el 56 por ciento de los votos eran para Figueres, propuse en el comité político, en el comando de campaña, que aumentáramos la emisión de bonos de deuda política del 40 al 50 por ciento, y con ese 10 por ciento de más que financiáramos el área de transportes para el día de las elecciones. “En el comité de campaña tuve mucha oposición de gente a la que le gusta llevar muy ordenadas las finanzas, pero que a veces se les iba la mano. En ese momento, no había disciplina ni costumbre para creer en las encuestas. Como me dijeron que no, me molesté mucho. Faltaban pocos días para las elecciones, había poca plata para transportes, me contrarié mucho, cogí un carro y me fui para Golfit o. Estando en Golfito, me llama Don Pepe: ´Carlos Manuel, contrate todos los carros que pueda, ya Claudio Alpízar (el tesorero) autorizó la emisión de bonos, y Bruce (Masís) nos va a adelantar la plata´. “Me vine para San José, corrí con el transporte, pude alquilar todos los carros que quería, y Don Pepe ganó. Apenas 294
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
pasó la elección, me fui a esconder a una finca en Finca 8 de Palmar. Todavía estaba muy contrariado con esos pleitos. Ganamos y empezó otro tipo de intrigas. La gente se peleaba por los puestos. Yo pensé ´ya cumplí con Don Pepe´. Quería dedicarme a mis negocios. “Un día llegó el mandador de la Finca 8, donde yo tenía un negocito, un comisariato, que era más bien de mi hermano, pero que yo lo visitaba. Me fui a esconder ahí porque soy muy chiva cuando me cabreo. Llega el mandador y me dice que ahí viene Don Pepe. “Era verdad. Se apareció allá Don Pepe con el Doctor Inocente Álvarez, el cubano que nos había dado la plata para las encuestas; con el doctor Luis Burstin, y con el teniente Bravo, que fue su chofer personal de toda la vida. “Don Pepe fue para decirme que por qué me había escondido, que él quería que yo fuera su ministro. Me dijo que quería que fuera su ministro de planificación, de hacienda o de gobernación. Yo pensé, bueno, de escoger, escojo gobernación, porque me parece que es el único en que puedo durar cuatro años, en cambio, al de hacienda lo botan en el primer ´bochinche´ y además no me siento con capacidad. De una vez me vine con Don Pepe, y hasta me puse a atender la gente que llegaba a la oficina de presidente electo”.
Padre de la Guardia Rural “Fui ministro los cuatro años. Antes de asumir el ministerio, estudié las leyes que lo regían, y me atrevo a decir que la más nueva tenía cien años de vieja. Entonces, antes de asumir el cargo, presenté una nueva ley para modernizar el Registro Público; otra para hacer realidad la Reforma Penitenciaria, creando la Dirección de Adaptación Social, entre otras cosas; otra ley con la modernización del correo; otra con la creación de la Guardia de Asistencia Rural, y presenté un código municipal, porque las municipalidades se regían por las ordenanzas municipales de la colonia… Yo fui quien presentó la ley que creó al IFAM, así como un nuevo código penal y de procedimientos penales. Todo eso se aprobó. Nos apoyaron mariachis y liberacionistas. Todos votaron favorablemente. Casi que salieron por unanimidad. “Yo asumí igual que Don Pepe, el 8 de mayo, pero los proyectos fueron presentados y acogidos por el jefe de fracción liberacionista, Daniel Oduber, el primero de mayo. Camilo Rodríguez Chaverri
295
Esos proyectos presentados por mí fueron lo primero que conoció la nueva Asamblea Legislativa. “Creo que hice un gran trabajo, porque pasé los cuatro años dedicado a mi labor, y con todo el apoyo del presidente, que confiaba a ciegas en mí. Renuncié seis meses antes, como lo exige el Código Electoral, para optar por una diputación, que fue mi última. Fui diputado del 74 al 78, siempre representando a la provincia de Puntarenas. Esa renuncia y mi postulación se dieron por solicitud expresa del candidato Daniel Oduber. “Al final, fui electo diputado para cuatro períodos distintos, pero fui a la Asamblea Legislativa sólo en tres períodos. En esta ocasión, puse especial empeño en poner a andar la Ley de Desarrollo Comunal, que se derivó en la fundación de DINADECO. Creo en la descentralización del poder, pero antes de descentralizarlo, hay que capacitar al dirigente comunal, cosa que yo traté de hacer poniendo personal empeño en la formación de líderes municipales, y en la capacitación de los munícipes a través del IFAM. También fui el primer presidente de la junta directiva de esa institución”.
Código Municipal -Te tengo que mostrar algo importantísimo para la historia de Costa Rica. Don Carlos Manuel se pone de pie, camina por la sala, atraviesa el comedor y del mismo mueble del que antes sacó tres libros de Farmacia con los cuales lo esperaba su papá cuando él había decidido estudiar para ingeniero, de ahí mismo se devuelve con el otro libro entre manos. -Esto que te traigo es un tesoro que conservo. Me muestra una copia del primer Código Municipal. En el mismo libro aparecen el Código Municipal y la Ley de Organización y Funcionamiento del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal. En la primera página del librito viene un epígrafe de Don Pepe: ´a medida que las municipalidades mejoren su capacidad para el gobierno local, conviene transferirles funciones y recursos que actualmente manejan los organismos del poder central´. Le pregunto por el Don Pepe del gobierno del 70, que es el Don Pepe de Vesco, de quien se decía que ya estaba un poco cansado y que eso se le notó a su gestión como presidente. “Don Pepe no se cansó nunca de pensar. El trabajo de él era el de un intelectual. Tenía claro a cuál carro había pegado 296
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
la estrella de su gobierno. Lo que la gente puede decir es que era impaciente. Sí, es cierto, él era así. Había ejecutado bastantes cosas, pero le angustió mucho cuando volvió al gobierno y vio que la pobreza no había bajado durante los doce años en que él había estado ausente. Comenzó a idear algunos programas para reducir esa pobreza, que era su obsesión. Primero creó el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) que de ninguna manera fue concebido para acabar con la pobreza, fue concebido para que el pobre fuera menos infeliz en su pobreza, como su nombre lo indica, que se le diera una ayuda mixta para pagar la luz si sus ingresos no le alcanzaban, para pagar el agua, para pagar el bus de los niños que iban a la escuela, para ayudarse en algo a comprar sus alimentos… El IMAS pretendía institucionalizar la ayuda. Como él mismo comprendió, eso no era sufic iente, por lo que ideó el Programa de Asignaciones Familiares, mediante el cual se establecía un minimum vital, o sea, una cantidad suficiente de colones para que el ser humano costarricense no careciera de lo elemental. El destino de fondos no fue aprobado, a pesar de que el proyecto sí pasó. “También fue el gobierno en el que Don Pepe apoyó a Vesco, como decís. Me parece como si hubiera sido ayer, recuerdo oír a Don Pepe en un consejo de gobierno anunciar su decisión de permitirle la entrada a Vesco a Costa Rica, aduciendo que los fondos mutuos habían permitido la evasión de muchos dólares de nuestro país, que muchos costarricenses quebraron y que se llevaron sus inversiones, y que él creía que con la llegada de Vesco, esos dólares regresarían a Costa Rica. “Yo nunca fui amigo de Vesco, ni tuve ninguna relación con él. Después de la decisión de Don Pepe, vinieron las ´vescadas´: pasar por la aduana y no pagar… Yo no hago eso: paso a las aduanas y abro mis valijas. No puedo aplaudir ni celebrar esas cosas”.
El gobierno de Oduber Fui diputado con Daniel Oduber. Fue un gobierno de mucha acción. Creo que la época de pensar en que el Estado debía ser dueño de actividades productivas no había sido superada. Tuvo un error en ese campo, y fue que se nos pasó la mano: CODESA se hizo inmanejable, a pesar de la intención, que era crear empresas en campos en los que el país no tuviera quien
Camilo Rodríguez Chaverri
297
arrancara, como el caso de la explotación de aluminio o la producción de fertilizantes y cementos. “A pesar de todo, el gobierno de Oduber tuvo mucho éxito en dos programas que pasarán a la historia junto a él: uno es el apoyo al campesino, Daniel era un enamorado del agricultor costarricense, en todos sus discursos lo repetía, y el otro fue la nutrición infantil… “Como anécdota, cuando fui diputado antes del gobierno de Daniel, en el 66, cuando Trejos le ganó, estando en la Asamblea Legislativa le ayudé mucho a un médico, Uriel Badilla, que hizo un gran esfuerzo por montar un hospital para niños desnutridos, y le puedo asegurar que las escenas que yo vi se parecían a las de los campos de concentración nazis, tal era el grado de desnutrición de esos niños. Y después del gobierno de Daniel, menos de diez años más tarde, ese hospital fue cerrado porque ya no había niños desnutridos… “Luego de esa administración, vino la catástrofe, durante el gobierno de Carazo. Rodrigo es un hombre muy inteligente, muy bien intencionado, pero muy cabezón. Se opuso al Fondo Monetario Internacional, lo cual llevó al país a una inflación acelerada. Hubo un momento en que los colones que los costarricenses ganaban eran una décima parte frente al dólar que lo que habían sido. A pesar de que no era su intención, el gobierno de Carazo trajo descontento y pobreza. Lo mató la soberbia. Pelearse con el Fondo Monetario Internacional fue su gran error. Fue un error motivado por su patriotismo, pero por hacer respetar la dignidad de un país pequeño hizo que la pobreza creciera muchísimo, como nunca antes en Costa Rica. “Por eso es que a Monge le tocó muy difícil. Él me llamó para que le ayudara en un programa para sustituir a la compañía bananera en la zona sur. No estuve muy de cerca, pero la ayuda en el sur me permitió ver que fue un gobierno muy difícil, y que gracias a la gente que él escogió y a su capacidad negociadora, sacó adelante al país. Monge y yo fuimos amigos, pero también tuvimos nuestros problemas. Lo negativo no lo pongás, eso sí, ¿para qué ponerlo? Me agarré con él, pero le ayudé mucho en la campaña contra Carazo. Esa se perdió porque había que perderla… No pongás nada más”.
298
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Óscar Arias Después de Monge vino el gobierno de Arias. Yo estuve y estoy con Óscar Arias, porque creo que después de Don Pepe Figueres, es el hombre que tiene más claro lo que hay que hacer por Costa Rica. No me arrimo a él ni participo en nada, pero por razones ideológicas estoy con él. Sabe lo que hay que hacer, y tiene claro que el país está muy mal desde hace 20 ó 30 años, y que el giro debe darse ya. “La realidad de hoy es deprimente: la pobreza aumenta en número de gente, las obras de infraestructura abandonada abundan y urge mucha infraestructura nueva, los programas educativos están al garete, a pesar del excelente material humano que hay en Costa Rica no mejoran ni la inversión ni el empleo… Y quien ha enfocado los problemas mejor es Óscar Arias, es el único que ha dicho claramente lo que hay que hacer”. Le pregunto si está de acuerdo, al igual que Don Óscar, en abrir el ICE y el INS a la competencia. “Yo preferiría que el ICE no se tocara, pero no por un afán patriotero sino por lo que ha significado para el desarrollo de Costa Rica. En telefonía y en electricidad Costa Rica le lleva caballo a América Latina por el ICE, usted va a cualquier pueblito y se encuentra los teléfonos públicos y los servicios básicos. Lo que nos queda es garantizarle al ICE lo mínimo para que subsista porque tiene mucha gente con carisma y muchos años de camino recorrido. “Del INS no conozco mucho detalle. Me parece que cuando lo fundó Ricardo Jiménez, lo hizo gracias a una gran visión, y que los motivos fueron y siguen siendo valederos. Los seguros extranjeros son extremadamente caros para el bolsillo costarricense, y la lejanía de las empresas hace muy difícil los reintegros… “Creo que al desaparecer el INS van a surgir los mismos problemas que don Ricardo Jiménez trató de subsanar. Así que si hay apertura, lo urgente es garantizarle al INS su supervivencia”.
Los disidentes Le pregunto de los disidentes, desde don Beto Cañas (a quien él quiere hacerle una caricatura, para que esté en su oficina junto a don Pepe, don Chico, don Daniel y él), Guido Miranda, Ottón Solís, José Miguel Corrales, Mariano Figueres,
Camilo Rodríguez Chaverri
299
Luis Guillermo Solís, Josette Altman y Juan Manuel Villasuso hasta el mismísimo expresidente Luis Alberto Monge. Antes de responder arruga la cara. “Creo que Liberación Nacional es el partido de Costa Rica. Creo que es el partido de las grandes realizaciones de los últimos cincuenta años. Todo lo importante que se ha hecho en Costa Rica tiene el sello de Liberación Nacional. Y sigue teniendo la gente preparada para buscar los instrumentos para salir adelante, como lo hizo Figueres hace más de cincuenta años…”. Le pregunto por los hechos que vinculan a José María Figueres, el hijo del caudillo, con ALCATEL y ciertos actos irregulares. “Yo le ayudé mucho a José María… Hasta el momento no ha pasado nada. Él alega que cobró una plata, que son los honorarios, y que él es una de las personas más influyentes en el tema de telecomunicaciones en el mundo. Así lo estableció una revista muy importante. Yo deseo que así sea, por él, que es mi amigo, y por Don Pepe, que fue el gestor del ICE”. Le insisto en que no ha querido venir a declarar. “No estoy muy enterado. No he querido ni opinar. Espero que lo que él dice sea cierto. Posiblemente él ha visto que han hecho espectáculo con los otros dos expresidentes (Calderón y Rodríguez), y que hoy están en la cárcel. Seguramente también ha visto que la prensa no deja que la gente se defienda, una cosa es el Fiscal y otra cosa es un juez… Yo le pido a Dios que ilumine a los jueces. Ahora, que si José María y los otros expresidentes son culpables, yo lo lamento mucho…”. Le pregunto si visualiza la crisis provocada por los expresidentes Calderón y Rodríguez como la posible muerte del PUSC. “De ninguna manera: la gente ha dicho mucha cosa, pero la situación de los partidos no va a cambiar tan radicalmente como creen. Esperate y lo verás. He dicho en varias intervenciones que desde hace cincuenta años, el PUSC tiene 33 ó 35 por ciento de los votos, Liberación tiene el 53 por viento, pero que se divide hoy en tres grupos, el grupo de Ottón, el grupo de los que se separaron desde el tiempo de Oduber y que constituían la derecha del partido, y el grupo que votó por Rolnado Araya en las elecciones pasada. Y muchos se han ido de Liberación pero no han conformado un partido diferente, sino partidos pseudoliberacionistas, como el PAC. Ahora, ya que te hablo de la derecha que se fue, también he escuchado decir que el hombre a vencer es Otto Guevara. Sinceramente no creo que la derecha sea un peligro.
300
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Este país es socialdemócrata en un 90 por ciento, aunque ese 90 por ciento esté dividido en varios partidos”. Le digo que he escuchado a algunos liberacionistas decir que votar por Corrales no sería una traición al partido… “Yo voy con Arias, aparte de la simpatía personal y la admiración que tengo por Arias, creo que a Costa Rica le falta rumbo, y le falta alguien que sepa cómo hay que gobernar. El único que ha explicado cuál es la Costa Rica que desea y qué es lo que debemos hacer es Óscar Arias”. ¿Y la salida de Luis Alberto Monge? “Creo que Monge hace mal en objetar una decisión de la Sala Constitucional. Tenemos que respetar los fallos judiciales. Restablecer la credibilidad del Poder Judicial es una de las grandes conquistas de Liberación Nacional. Si Luis Alberto cree que la Sala Constitucional hizo mal, podemos enmendar en la ley, porque es en la ley donde está el portillo que permite esa interpretación de los magistrados. Pensemos que sin la credibilidad de la que goza el Poder Judicial y que es honra y obra de mi partido, posiblemente ante los escándalos que hubo el año pasado, y que tienen en la cárcel a dos expresidentes, la solución se hubiera buscado por las armas, como en el 48, y no por la vía democrática e institucional que ha seguido”. ¿Le duele que se vaya Monge del partido? “Me duele mucho que se vaya Luis Alberto Monge, que es un compañero de luchas desde antes de 1948, y que es una persona íntegra. Monge fue un líder conciliador y de auténtica fibra liberacionista. Creo que debió olvidar las rencillas con Arias por el bien del partido y del país. Costa Rica anda mal, su situación fiscal es incendiaria, la pobreza crece, la infraestructura por el suelo, y, en estas condiciones, vamos a entrar a un mundo competitivo con mucha desventaja”. ¿No le da miedo que estén afuera Monge, Corrales, Álvarez Desanti, Ottón, y que se puedan juntar? “No me da miedo electoralmente. Me da tristeza que el partido se fraccione, en momentos en que debe estar unido para bien del país. Hemos sufrido tres derrotas, casi consecutivas. Fomentar una cuarta derrota es ser un mal liberacionista”.
Camilo Rodríguez Chaverri
301
Francisco Gutiérrez
El profeta de la revolución educativa
Esta casa es una excursión detenida en el tiempo. Es un paseo del espíritu a la que el espacio permite pasar del instante a la inmediatez de siempre. Es la casa de un hermano lasallista que se ha empeñado en revolucionar la educación y que casó con una abogada de izquierda, atea, irreverente y de origen sindical. Es la casa de una pareja particular, que de lejos parece que echa chispas, y de cerca su fuego nos calienta. Ellos, Francisco Gutiérrez y Cruz Prado, se han encargado de echar sal en las heridas de la educación costarricense y han puesto a la gente a pensar y a repensar la educación. Francisco Gutiérrez ya casi llega a las ocho décadas de vida pero parece mucho menor. Su esposa le ayuda a rejuvenecerse: ella es 28 años más joven que él. De larga cola de cabello blanco, Francisco, que parece un muchacho de otro tiempo, de manera involuntaria está en una guerra contra su edad, es la cabeza de todo un movimiento educativo que ya está rindiendo frutos en la gente. Francisco Gutiérrez Pérez nació en Burgos, España, en la ciudad del frío. “Hace un frío espantoso en invierno y es un infierno en verano. En Burgos tanto el frío como el calor son insoportables. Esa es la tierra de los castellanos. Nací el 18 de abril de 1928, soy Aries, como esta mujer, mi esposa, lo mismo. “Mis padres, Guillermo e Isidora, eran gente de campo. Siempre vivieron trabajando en un pueblo rústico, cerquita de Burgos, en el campo. Había una tierrita que era de ellos, pero en esos años casi todos trabajaban para todos. Es que el mundo se ha transformado rápidamente. Lo que era una historia vivida por siglos ya cambió totalmente. 302
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Salí del pueblo pronto. Salí a los 11 ó 12 años. Fui a estudiar fuera. Fui al Seminario de los Hermanos de La Salle, hice todos los estudios, hasta la universidad, primero estudié Filosofía, después Pedagogía y Teología. En La Salle, todos somos maestros, no hay sacerdotes. “Me consagré a la vida religiosa. A los 18 años me ingresé al noviciado. Los primeros votos se hacen por un año, luego por tres años, por cinco años, hasta que uno toma la decisión de los votos permanentes… No lo obligan a uno ni cuando es viejo. La prueba es que aquí estoy, casado y tranquilo. “Son vocaciones que uno trata de probar si las tiene o no las tiene. Tampoco las vocaciones son permanentes. Tengo inclinación de ser maestro o educador, y puede ser dentro o fuera de una institución. “Inicié la vida religiosa y rápidamente me pidieron que si podía trasladarme a América Latina. Entré por Venezuela. La caja fuerte mía está estática: lo que pasó, pasó. No me preguntes por fechas ni por años porque no me acuerdo. Sólo sé que cuando llegué a Venezuela tenía 18 ó 19 años. “En Venezuela terminé mis estudios para profesor. Estuve como tres años en las afueras de Caracas, en aquel entonces era un suburbio, ya es prácticamente parte de la ciudad. De ahí me trasladaron a Cartagena. Es una ciudad bellísima, hermosa, ya modernizada… Cuando yo llegué era un lugar extraordinario, con algunos edificios modernos. Es una ciudad colonial, con las murallas y el castillo de San Felipe. Muy interesante. Hace mucho calor. “En Cartagena estuve como ocho años. Inicié ahí los estudios universitarios. Inicié Abogacía ahí, pero no me llenaba. Y como en Cartagena no tenía acceso a las facultades universitarias que me interesaban, pedí un traslado para Panamá. “Ya en este país estudiaba y daba clase. La Universidad Nacional de Panamá estaba muy cerca del colegio. Me gradué de licenciado y profesor de Pedagogía. Es un capítulo mágico de la historia de mi vida. En Panamá, estaba como director de estudios o prefecto de disciplina de un colegio. Los muchachos desfilaban con armas viejas, de la Segunda Guerra Mundial, que los hermanos franceses habían traído de su país. En un alarde de fuerza, se paseaban por las calles de Panamá, en una manifestación de falta de cultura latinoamericana. Simplemente era trasladar todos los valores eurocentristas. Así que lo que hice un día, sin que nadie supiera, fue abrir un hoyo, y enterré todas las armas. La Camilo Rodríguez Chaverri
303
verdad: hice mal, debí haberlas quemado, digo que hice mal porque después de que me vine de allá las desenterraron. “A los 32 años de edad pasé a Roma, para estudiar dentro de la congregación, y de regreso, en 1964, llegué a Costa Rica. Vine ya como director del Colegio La Salle. Estuve aquí durante casi ocho años. Estuve al frente de varias promociones. “Recuerdo que tuve un pleito enorme porque los muchachos invadieron el Colegio de Sión y cometieron fechorías. Por cierto, que fue por el Colegio de Sión que hice que nuestro Colegio de La Salle, en San José, se convirtiera a la educación mixta. Aquí el Sión cierra la primaria, por esas cosas que tienen algunas órdenes de monjitas… Y todas las chiquillas que estaban matriculadas de primero a sexto grado se quedaron guindando. Así que decidí abrir el colegio para ellas, sin consultar con nadie. Sé que hubo protestas, y gente que fue a hablarle a monseñor, pero no pasó a más”.
Revolucionario “He sido revolucionario desde el vientre de mi madre. Eso lo lleva uno en la sangre. Mi función es estar en el futuro. Ya en Cartagena yo trabajaba fuertemente en los barrios populares. Iba con los jóvenes. Es lo que yo considero que hay que hacer: llevar educación, cultura, cambio y búsqueda a los barrios más pobres. Eran barrios paupérrimos en la ciudad de Cartagena y en la ciudad de Barranquilla. Estaba al frente del ´Movimiento de Juventud Católica´. En la práctica, el espíritu está más firme que ahora que le llaman ´Pastoral Juvenil´. Siempre he tenido claro que los colegios de La Salle son para familias de clase media, clase media alta, así que a esos chicos les venía muy bien saber que en su propia ciudad había personas, seres humanos como ellos, que no tenían lo mínimo para vivir decentemente. “Un trabajo de esos una vez por semana es mejor que darles clases de religión. Aprenden valores en la práctica y no en los predicados. Los chicos que iban eran voluntarios. A nadie se le obligaba a ir a esos trabajos. Era lo más efectivo para sensibilizar. Esto permitía una reflexión personal. Más tarde, cuando conversaba con esas jóvenes personas, años después de que habían salido del colegio, no recordaban mayor cosa sobre las clases, pero sí tenían muy presentes en la memoria las actividades que tenían fuera de clase, sobre todo las actividades de los barrios pobres. 304
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Los alumnos míos de Cartagena y los de Panamá lo fueron en los años 50 y tanto, y ya son personas de 60 ó 65 años. Claro, que cuando me veo al lado de ellos, no me veo tan viejo”, dice, con gracia. “Siempre me han interesado las actividades que tienen que ver con despertar la conciencia social y cultural. En el caso de Panamá, empecé un cine foro, una vez por mes, los sábados, en el famoso Teatro Bellavista. Era una actividad para todos los colegios de la ciudad, para los estudiantes que quisieran. La entrada era libre, y siempre había un grupo que permanecía. Desde entonces, yo tenía prevista cuál iba a ser mi tesis de grado: la importancia de la educación cinematográfica, de qué manera se adentra un joven en una película, y cómo el arte revuelca sus vidas. Las discutían a plenitud. Para ellos, aquel cine foro era casi un encuentro entre los jóvenes, hombres y mujeres, porque iban juntos, a conocerse, a debatir, a pensar… “Eran películas muy fuertes: recuerdo que vimos ´La Naranja Mecánica´, de Kubrick; incluso películas prohibidas para los jóvenes, como algunas películas de Buñuel. Nunca pedí permiso. Nada de censura. He hecho cosas que la gente no piensa, como lo que te conté al adoptar a las chicas del Colegio de Sión. “Por cierto que abrir el colegio a la experiencia de educación mixta fue muy interesante. No te creas que sólo los muchachos son rebeldes. Las mujeres nos ofrecieron experiencias diferentes, en las que mostraban que tenían inquietudes. Recuerdo que Milena Alfaro estaba en el grupo que empezó con nosotros. Un día, iban para clases de inglés y tenían examen. Le metieron una prensa a la cerradura de la puerta y la profesora no pudo abrir el aula. No tuvieron clase, ni examen, pero después nos enteramos quiénes fueron las responsables de aquella travesura. Eran tres chiquillas. Las llamo, les digo que lo primero es que tienen que pagar la cerradura, y les explico, ´bueno, ¿y qué castigo se van a poner?´. Ellas mismas tuvieron que decidir su castigo. Ya ni me acuerdo qué decidieron. Lo importante es que ellas salieron transformadas de la dirección. Entraron con un temblor grande y salieron tranquilas. Eso fue más educativo para ellas que haberles impuesto un castigo. “También recuerdo un día que un profesor echó a un alumno de la clase. Me lo encontré en un corredor y le pregunté por qué estaba fuera de lecciones. Me dijo que el profesor lo había echado porque tenía el pelo largo. Yo le Camilo Rodríguez Chaverri
305
pregunté ´¿de quién es el pelo?´. Cuando contestó que de él, le dije ´tú lo tienes como a ti te gusta. Entra a la clase ya mismo´. Claro, eso era desautorizar al profesor, pero, bueno…”.
Rebeldías naturales “Cuando uno inicia con los cambios, se desencadena un proceso. Imagínate que el hijo nuestro se tiñó el pelo de azul a los 14 años. Cuando llega al colegio, le exigen que se lo ponga de negro. Nuestro hijo dice ´ah no, la directora se lo tiñe de rojo, la otra profesora de amarillo…´. Le contestan ´ah, pero son profesoras´. Y mi hijo de nuevo, ´si hay permiso para ellas, entonces también para nosotros´. Vuelven a contradecirle, y hasta le explican que la directora se tiñe de rojo, y la profesora de amarillo, pero que, en cambio, él se puso tinte azul, y eso es muy extraño. Entonces termina mi hijo preguntándoles que en cuál código dice los colores permitidos y los colores que ellos prohíben… “Esas cosas las veo tan naturales, tan naturales... Igual las veía cuando era director del Colegio de La Salle. Lo más importante en aquellas épocas es que teníamos dos tipos de actividades: las ferias, que eran famosas, porque a través de ellas los padres de familia lograron financiamiento para las aulas, y hasta construimos la piscina, y las otras actividades eran las ferias científicas. “Las ferias científicas quedaban en manos de los estudiantes. Hacíamos que desaparecieran los profesores, hasta el director desaparecía como director. Ellos se organizaban solos y tenían concursos de teatro, poesía, ciencias y deportes. “Tengo un artículo de una vez que Beto Cañas fue a presenciar una obra de teatro hecha por ellos. La obra la dirigía Gonzalo Elizondo, que años después estuvo en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Era una adaptación de poemas de Jorge Debravo. El artículo que escribió Don Beto en el periódico fue admirable. Otro que también se acuerda mucho es Enrique Obregón. Todos sus hijos son lasallistas. “Una vez, para un festival, pusieron en la fachada del colegio, que es donde ahora está el Ministerio de Agricultura, una manta que decía ´Quinto Festival de la Expresión´. En eso vino un padre de familia muy conocido, Don Roberto Villalobos, y dice, ´no, eso no es así, no es festival de la expresión, es festival de la ex - presión´. De verdad que los chicos disfrutaban de esas actividades... 306
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Hay una anécdota que la gente cuenta mucho, y que tiene que ver con una feria científica. Dos alumnos, Franklin Chang y uno de sus compañeros hicieron un cohete. Durante la feria lanzaron el cohete ante todos los compañeros, subió y bajó, con un ratoncito blanco adentro. El ratoncito quedó vivo. Al bajar el cohete aquello fue una apoteosis, y los compañeros les empezaron a decir ´astronauta´ a los dos. “Por cierto que muchos años después, la mamá de Franklin un día me dijo que estaba muy agradecida, porque durante un tiempo a Frankling le fue mal en el colegio y perdió algunas asignaturas, entra ellas Física, Química, Inglés y Matemáticas… Yo sabía que Frankling se metía en un laboratorio que estaba en el garaje del abuelo, por lo que siempre le ayudé a que pasara de año bien. La mamá me agradece porque le quité toda la presión de las notas y le ayudé a encaminarse. Ya él sabía cuál era su camino. Simplemente le quitamos algunas barreras… “Ya cuando llegó a Cuarto Año ganó todas las asignaturas… Es que había madurado. Pasaba haciendo experimentos e inventando. Estaba aburrido de las cosas que dicen los profesores. Tenía razón. Es que dicen tanta bobada y la repiten tanto, que se aburren mucho los muchachos, ¿cómo no? “Los programas se repiten constantemente. Cuando yo estaba en la Universidad Nacional, de director de la Escuela de Educación, hablé mucho de todos estos problemas. Grababa comentarios para Radio Monumental. Después publiqué un libro con una colección de los mejores comentarios que aparecieron en ese tiempo. El libro se llamó ´El Streap tease de la Educación´. Yo hablaba delante del teléfono, y ellos grababan lo que yo decía. En ese tiempo el noticiero estaba en manos de Armando Vargas. Armando me metió y Armando me sacó. Es que había críticas de la Cámara de Comercio. Se escandalizaron con algunos de mis comentarios. Había comentarios a favor de Monseñor Romero y sobre Paulo Freire. Nosotros dos éramos super amigos. “En ´El Streap tease de la Educación´ hablo en contra de los exámenes tal y como los tiene concebidos el sistema, hablo de las clases, y hago críticas a las concepciones oficiales acerca de la escuela”.
Lenguaje total “El único poema que escribió Paulo Freire en su vida me lo escribió a mí. Se llama ´Canto a la obviedad´. Camilo Rodríguez Chaverri
307
“Debido a mi cercanía personal e intelectual con Paulo Freire, iniciamos en el país una experiencia revolucionaria en educación. Yo estaba en México, en un congreso de la UNESCO, hablando del tema del lenguaje total en la educación. Era un congreso mundial. Les gustó muchísimo lo que dije, y salió una resolución de ese congreso. La iniciativa era, un poco, ´¿por qué no ponemos algunas experiencias en el ámbito de gobierno?´. “Para cuando eso, yo estaba viviendo en Perú. Estuve dos años allá. Hubo un tiempo en que di muchas vueltas. De Roma pasé a Costa Rica, y me fui con una beca del gobierno francés a estudiar Cine a París. Desgraciadamente o dichosamente, no sé, al llegar allá la escuela cinematográfica francesa acababa de cerrar por reestructuración. Con la beca en la mano pensé que debía quedarme allá, aprovechando la oportunidad. Supe que había una experiencia en el sur de Francia sobre ´lenguaje total´y me quedé un año ahí. “El ´lenguaje total´ no es otra cosa que la incorporación de la inteligencia emocional en la dimensión de la lectura de la realidad. Tú te acercas a la realidad por la emoción y no por la razón. La escuela venía desterrando la emoción. Por eso la escuela no le gusta a los niños. “Pusimos la metodología del ´Lenguaje Total´, cada quien daba lo suyo, y establecimos que había que darle importancia a los tres pasos del aprendizaje: la etapa connotativa; la segunda, que es la denotativa, y la tercera, la estructural. La connotativa es la lectura subjetiva, no racional, sino emotiva. Cuando uno ve un accidente, uno pega un grito. La etapa connotativa es el grito en sí. La etapa denotativa es preguntarnos ´¿qué pasó en el accidente?´. Es el ver las cosas objetivamente. Bueno, la objetividad como tal no existe. Simplemente es pensar ´un carro rojo chocó contra otro´, y poner todos los puntos sobre la mesa. La etapa estructural es la explicación: ¿por qué pasó?, ¿cuáles consecuencias tiene?, ¿qué hacer en el futuro? “Nuestra educación se queda en lo connotativo, es memorística de la realidad, no hay metodología de lectura… Lamentablemente la escuela sigue igual: no hay posibilidad de reformas educativas. “A la educación hay que darle la vuelta completa. La base epistemológica de nuestra educación ya no tiene que ver con el siglo XXI. La educación te devuelve por lo menos al siglo XIX, y estamos en el siglo XXI”.
308
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
El proyecto piloto “Yo estaba en México, el ministro era Lalo Gámez, y el viceministro, Ovidio Soto. Ellos dijeron ´sí ponemos la experiencia de lenguaje total en Costa Rica´. Fue durante el tercer gobierno de don Pepe, de 1970 a 1974. “El proyecto se llevó adelante en distintas partes: en el colegio de La Salle; en el Liceo de San José; en el Colegio Nocturno de Naranjo; en la Escuela de Patagallo, que está en las montañas de San Ramón; en el Colegio del Rosario… “En el Liceo de San José, en Barrio México, se dividieron los profesores por el Lenguaje Total, unos estaban a favor y otros en contra. Fue una lucha a muerte. Fue una lucha tal que tuvimos que ir con el viceministro. “Fue una experiencia sensacional y con reacciones muy profundas en el ámbito pedagógico. En el Colegio Nocturno de Naranjo el director estaba muy anuente a la experiencia, y ahora vas a ver lo que hicimos con él. “El ministerio había dado el permiso para llevar adelante las experiencias. Había un apoyo grande, pero el problema fue la burocracia intermedia. Me piden que vaya como director de la escuela de educación a la Universidad Nacional, y desde la universidad asesoro esta experiencia. Siempre tenía en la mente el proyecto y me amparaba en gente como el director del Colegio Nocturno de Naranjo, que creía en el Lenguaje Total. Pasa el primer año, viene enero del año siguiente, se abre la matricula para primer año, y el director, que se llama Gregorio Ulate, le dice a los muchachos que apenas pondrán un pie en el colegio, ´¿quién de ustedes se matricularía en quinto año en lugar de matricularse en primer año?´ Eran trabajadores de casa y de campo. Ni uno solo se atrevió. Entonces expliqué que era una experiencia nueva, los motivé un poco y levantaron la mano cinco. En un año aprobaron el quinto año, y cuatro de esos cinco entraron a la universidad. ¡Les ahorramos cuatro años de secundaria! “Para llevar adelante el proyecto, tuvimos que inventar notas de todos los años. Eso era lo que le daba más miedo al director. Ese caso es único. Se guardó el secreto hasta este momento, hasta ahora lo contamos, pero vale la pena. Creo que después de treinta años, no nos van a hacer un escándalo. “Hay dos estudios en Estados Unidos que desnudan al sistema educativo. Uno de esos estudios dice que todo lo que se estudia en primaria se puede estudiar en seis meses, Camilo Rodríguez Chaverri
309
una persona de 10 ó 12 años lo puede aprender todo en seis meses; el otro estudio tiene una historia, había un congreso en México, y se presentó un norteamericano, venía con un aparatejo, sencillo, y dijo ´aquí tengo yo ocho lecciones para aprender a leer y escribir´. Nos dio unas demostraciones, y cuando nos percatamos de que era un sistema efectivo, nos preguntamos ´¿por qué no se utiliza esto en lugar de la escuela? La respuesta de la mayoría fue ´¿y qué hacemos con los maestros?´”.
Sin francés “Siendo Director del Colegio de La Salle, vi que estábamos impartiendo lecciones de francés en Sétimo, Octavo y Noveno Año. Un día venía de Turrialba, encuentro a un muchacho que estaba bajándose de un tractor, le pregunté que si estaba terminando su jornada de trabajo, me dijo que sí, le pregunté por qué estaba dejando el trabajo tan temprano, porque eran como a las 3 de la tarde, y me dijo ´es que tengo clases, estoy en un colegio nocturno, debo ir a estudiar porque tengo examen de francés´. De inmediato pensé, ´¿francés para manejar un tractor de Turrialba?´. Seguí pensando en los muchachos de La Salle, y decidí que lo mejor era quitar el francés, que estudiarán inglés los cinco años y que tuvieran tiempo para otras cosas importantes… Eso fue hace décadas, y se dieron cuenta hasta el año pasado. Hace muy poco tiempo. Me llama el director, ´¿es verdad que usted quitó el francés?´. Imagínate, tardaron décadas en enterarse… “La educación implica procesos complejos. Mentira que estas estadísticas del bachillerato reflejan la educación. Eso es puro cuento. Todo es instintivo. Esto uno lo lleva adentro. Lo artific ial sería hacer una cosa lejos de lo que uno está sintiendo. Yo lo que siento es que la educación no tolera reformas. Hay que revolucionarla. “Hay una fuertísima influencia de Paulo Freire en mí. Además, estando en Perú me toca la revolución de Velasco Alvarado, y vivo de cerca el tema de la Teología de la Liberación. Gustavo Gutiérrez fue uno de los precursores. El movimiento también se ampara en la Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire. “En la pedagogía del oprimido, Paulo empieza a significar la realidad de uno. ¿Para qué les das clases a los muchachos si no le encontrás sentido y ellos tampoco le encuentran sentido?
310
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Es importante que digan su palabra, no es simplemente que aprendan a leer y escribir. “Por la cercanía entre su pensamiento y lo que estábamos haciendo aquí, Paulo Freire se vino para acá. Estaba en Ginebra, y nosotros teníamos una experiencia en Talamanca y en Cahuita. A él le interesó esa experiencia educativa”.
Paulo Freire “Freire hablaba de significar la realidad. Eso es ser autónomo, es ser parte de la realidad. Esto influyó mucho en lo connotativo de nuestra propuesta. Si uno lee el libro de lenguaje total, se resume el decir mi palabra como ser yo. “El problema es que la escuela lo que te hace es que te divide. La parte emocional la ignora. La escuela saca tus sentidos del aula. La escuela está en función de la escuela, no en función de los estudiantes. Por eso, urge la recuperación de la persona, del estudiante. “Con Paulo Freire estuvimos en una reunión de la UNESCO, en Irán. Todos estábamos en un solo hotel. El último día del seminario, la UNESCO dio el Premio de Alfabetización a Paulo Freire. Recibe el premio, y en ese momento, el delegado de Brasil se levanta y se va en protesta de que la UNESCO estaba premiando a un enemigo político del gobierno. Ese día lo vi llorar. Él estaba desterrado. A pesar de todo, siempre estuvo muy orgulloso de su origen, al norte de Brasil. Paulo Freire fue maestro y estudió Abogacía, pero no terminó la carrera. También estudió semiótica, y tampoco terminó. “Al día siguiente tomamos el avión, y nos fuimos de Irán a Grecia. Íbamos los dos, pero no íbamos en el mismo asiento. De repente viene y me entrega en la misma carta del desayuno, por detrás, la poesía que había escrito para mí. Me decía ´Profesor Gutiérrez´. “Hay otra anécdota con Paulo, y que tiene que ver con Cruz, que era hipercomunista…”. Ella no permite que nadie cuente lo que le corresponde. -Estaba muy metida con la izquierda. Éramos sandinistas. En eso, Ortega pierde las elecciones en Nicaragua, y yo lloré de aquí hasta Sao Paulo. En eso me dice Francisco ´es que soy muy amigo de Paulo Freire. Vamos a vernos de casualidad en un seminario. Si quieres, me acompañas y le preguntas qué piensa de lo que ocurrió en Nicaragua´. Yo pensé ´este mae me está impresionando´, pero al final accedí.
Camilo Rodríguez Chaverri
311
“Yo iba con la grabadora. Freire fue un gran pedagogo, pero también un líder con mucha visión de la política. Le empiezo a preguntar sobre política, y sólo me contestó dos o tres preguntas. Apenas pudo, dijo ´de lo que quiero hablar es de mi nuevo amor´. Así que pasó conversando con Francisco y conmigo de cómo hacía el amor con su nueva novia. Después nos dijo que estaba viendo una telenovela donde actuaba el hijo de otro amigo común, Juan Díaz Bordenave, y nos fuimos al cuarto de él, a ver la novela… -Paulo Freire y yo fuimos de pellizco en nalga, agrega don Francisco. “Siempre que iba a Sao Paulo nos veíamos, y le traje en tiempos de Daniel Oduber, cuando estaba yo muy metido en la Universidad Nacional. “Además, Paulo hizo la introducción de uno de mis libros, y yo soy socio fundador del Instituto Paulo Freire. “Un día de tantos, yo estaba dando una asesoría educativa en la Amazonía brasileña, en Matto Grosso, me levanto un día, voy a desayunar, y en el periódico local, de una ciudad secundaria, en la primera página, venía la noticia de que había muerto Paulo Freire. En ese periódico publicaron la poesía que me había escrito a mí, y que fue la primera y la única de su vida”. Se pone de pie don Francisco, me dice que irá a traer el poema y dos minutos después está de vuelta. Lo lee para nosotros: Escogí la sombra de un árbol para meditar en lo mucho que podría hacer mientras te esperaba quien espera en la pura espera vive un tiempo de espera cualquiera. Por eso mientras te espero trabajaré los campos y dialogaré con hombres, mujeres y niños mis manos quedarán callosas mis pies aprenderán los misterios de los caminos mi cuerpo por el sol será quemado mis ojos verán lo que nunca habían visto mis oídos oirán ruidos antes desapercibidos en la difusa sonoridad de cada día desconfiaré de aquellos que vengan a decirme a la sombra de aquel árbol, precavidos 312
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
que es peligroso esperar en la forma en que yo espero que es peligroso caminar que es peligroso hablar… porque ellos rechazan la alegría de tu llegada desconfiaré también de aquellos que vengan a decirme a la sombra de este árbol, que tú ya llegaste porque estos que te anuncian ingenuamente antes te han denunciado esperaré por ti como el jardinero que prepara el jardín para la rosa que se abrirá en primavera. Paulo Freire
Experiencia en el Castella “Una vez inicié una experiencia con el loco de Arnoldo Herrera, del Conservatorio de Castella. Éramos muy amigos. Era un loco que creía en todo esto. Le fui a dar unas asesorías al grupo de profesores. La visión del Castella es una visión dicotómica: en la mañana interesa lo académico; en la tarde, lo artístico. La parte artística la daban los muchachos, los jóvenes profesores, de manera mecánica, aunque fueran artistas. No tenían claro que el asunto no era darles arte con el sistema tradicional. No: había que cambiar el sistema. “Les fui a dar una asesoría para las maestras de las materias normales. Arnoldo estaba furioso porque ellas no sabían meterse en la tarde, meter a los muchachos en el patín de las tardes. Entonces, elaboramos el currículum de la escuela primaria a partir de lo que veían en la televisión. Fue muy interesante. Se organizaba el conocimiento, pero no se puede desarrollar por grados como está. Lo que sobran son los grados. “El currículum es uno de los obstáculos más grandes que tiene el sistema. No educa. El currículum está en función de los exámenes, en función del contenido. El segundo punto grave son los exámenes. Soy acérrimo enemigo de que el examen de Siquirres lo ponga el Ministerio de Educación. Con el examen desaparece el maestro, el que está en la clase con los estudiantes y los conoce. Con el examen nacional, se le quita la autoridad al maestro que está con ellos en el aula. Es tan aberrante eso… El problema clave de los exámenes es que al maestro y al profesor lo ponen de Camilo Rodríguez Chaverri
313
lado. Es una aberración, y se da en un país que no cree en los maestros. Lo único que le interesa al “país” son 200 días de curso lectivo. No digo que haya 200 ó 300 días. Me tiene sin cuidado. El problema es que al maestro lo ponen de lado. No tiene ninguna autoridad. ¿Imagínate que pasara eso en las universidades? Que venga el rector a buscar a algunos profesores para que hagan los exámenes de los estudiantes de los otros profesores. “No puede ser que gente que ni siquiera está dando clases, que está ocupada de los contenidos, esté al frente de los exámenes de los muchachos y que hagan la misma prueba para Siquirres y para Upala. “Junto a eso, ¿cómo va a aprender un estudiante si sólo le enseñan a preparar exámenes? El curso lectivo son 200 días menos dos meses para preparar exámenes”.
Contravía “Mi hijo Emiliano ha pasado en la Escuela de Barrio Jesús de Santa Bárbara. Preferimos que esté aquí, y que pase cerca de nosotros, a que tenga que andar todo el día en bus para ir a un colegio privado. Todavía hay futuro en los pueblos, a pesar del sistema educativo, que está tan mal… “Un día de estos escribió un artículo Leonardo Garnier acerca de la tesis del foquismo, que tiene que ver con enfocar las cosas hacia los grupos más débiles, más pobres. Es una tesis impulsada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Así, fue decayendo la calidad de la educación pública. “La tesis del foquismo permitió que desmantelaran las escuelas. Si le dan una clase mala de inglés a la gente de clase media, esta gente reclama, pero los de recursos bajos no. Así las cosas, la clase media se fue retirando de la escuela pública y de la salud pública. “Uno tiene anécdotas de anécdotas acerca de lo que ha pasado desde entonces en la escuela pública. Cuando el chiquillo de nosotros estaba aquí, en la escuela de Barrio Jesús de Santa Bárbara, yo estaba asesorando a Eduardo Doryan en la elaboración de los libros de texto. Al año siguiente, todos estaban con esos libros. En las escuelas pobres los libros eran gratuitos. “Yo siempre iba a las reuniones de la escuela. Llego a la reunión al ingreso de lecciones, y todos los panegíricos eran a favor de un libro que no tenía que ver con los del 314
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Ministerio de Educación. La maestra habló pestes de los libros del Ministerio de Educación, levanto la mano y le digo, ´profesora, ¿por qué está en contra de esos libros?´ Después de que habló sapos y culebras contra los libros, le dije que yo era el autor de esos libros. Casi se desmaya. Tuvieron que sentarla y darle algo de tomar. Al final, lo que tenía era un negocio: le iba a tocar una comisión del 10 por ciento de todo lo que vendieran en otros libros. Hasta nuestro hijo tuvo que estudiar con ese libro que ella promovía, y que tenía un costo de 2500 pesos. La corrupción está en todos los niveles”.
La repetidera… “Vivo aquí en retiro, pero me interesa la educación, todos los días pienso en la educación. Creo que el problema básico es que te repiten la misma cosa y por eso te aburres como estudiante. Además, a partir de la tesis del foquismo, dividieron las escuelas públicas de las escuelas privadas. Antes no ocurría así. Cuando fui director de La Salle, me tocaba reunirme con los directores de los colegios públicos y los colegios privados. Por ejemplo, siempre vi en reuniones a doña Victoria Garrón, quien era la directora del “Tacho”, del Anastasio Alfaro, un colegio público. “Cuando se habla de la educación no se penetra en cuál es el problema educativo del país. Ahí está Óscar Arias que dice que la educación es lo más importante. Él promete que el 8 por ciento del Producto Interno Bruto será para educación. Pueden dar el 20 por ciento y el sistema seguirá igual. No es lo que se enseña. Es la forma en que se educa… “Esto es imposible de cambiar mientras sigamos teniendo tantos problemas por la autoestima del maestro. El sistema no fomenta su autoestima. Se la da el sindicato, y es peor. “Mi esposa era dirigente sindical comunista. Alguien estaba haciendo un resumen para repartir entre los estudiantes. Yo ya estaba con la experiencia de la Escuela de Educación de la Universidad Nacional, que conocimos como ´Pedagogía de la comunicación´. En la universidad le dábamos a los maestros clases de ´Economía Política´, ´Semiótica de la comunicación´ y asignaturas que nada tienen que ver con el curriculum. Apenas me fui de ahí, se prostituyó la idea, porque pusieron a un profesor de economía a dar las clases de Economía. No era esa la idea, la idea era que alguien que supiera de educación, les impartiera las clases de economía, y así en todos los casos…”. Camilo Rodríguez Chaverri
315
En eso la interrumpe su compañera, Cruz Prado, para contar la historia de los textos que tienen que ver con el sindicato, y que dejamos a medio palo: “Un día llego y le digo, ´mira, Fran, sé que odiás los libros de texto, pero, de repente, si hacemos un buen libro de texto, el maestro no cambia, pero cambia el alumno. Sé que me vas a matar, odiás los libros de texto, pero me parece muy interesante la propuesta´”. Don Francisco retoma la historia: pensamos en que se hiciera un texto bien hecho, que se diera matemáticas para desmitificar la matemática; que fuera un espacio para que se relacionara con la matemática. Ahora lo vemos y pensamos que hubiéramos hecho otra cosa, pero fue un esfuerzo muy interesante. Nosotros somos chonetes. No tenemos dinero para una impresión de un libro, así que se me ocurrió que esa oportunidad con el sindicato era muy buena. A pesar de eso, ya con el libro listo, lo imprimimos, se lo dimos a los sindicatos, y no vendieron ni uno. Al final, nos costó un montón que nos pagaron. El SEC pagó en cuotas de polaco. “Los guardaron en un armario. La desorganización perfecta es el sindicato. La educación tiene dos enemigos claros: los educadores y los sindicatos, más el ministerio, pero ese es tan grande que ya ni se cuenta”.
Mediación pedagógica “Monseñor Benjamín Núñez mandó a buscarme con Guillermo Malavassi y Óscar Aguilar Bulgarelli…”, empieza a contar don Francisco. Su esposa lo interrumpe: -Es paradójico: no hay nada más encontrado en educación que Francisco y Guillermo Malavassi. “He hecho un poco de todo. Hasta di cursos de caracterología, sobre todo a los papás de los alumnos del Colegio de La Salle. Puedo contar que tuve entre mis alumnos a Rodrigo Madrigal Nieto. Otra cosa que monté aquí fue un cine foro. Lo hacíamos en el Colegio de Médicos. Mi interés por la apreciación cinematográfica hizo que después pudiera salir a estudiar cine en Valladolid, España. Saqué la especialización en estética e historia del cine, y estudié fotografía por mi cuenta. Estuve en el Festival de San Sebastián y al final tenía una biblioteca de cine impresionante. Cruz la regaló hace poco porque ya no cabía en esta casa.
316
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“En mi casa hasta el garaje está lleno de libros. Hay que irse deshaciendo de los libros porque nacieron para ser compartidos”. Vuelve doña Cruz… -¿Sabés donde me metió los de marxismo? En el servicio sanitario de una cabaña que tenemos en San José de la Montaña. Él es así. ¿Sabés donde tenía colgado el título de doctor? En la puerta que está en el servicio sanitario de esta casa. -Es para que sepan para qué sirve un título de doctor: ni siquiera sirve para limpiarse…, agrega él. “Hay otra etapa fundamental en mi vida, y es cuando trabajé en la mediación pedagógica. A Daniel Prieto, que es uno de los mejores comunicadores en América Latina, y a mí, nos contrata Radio Nederland para que hiciéramos un trabajo muy interesante para la Universidad de San Carlos. Era implementar un sistema a distancia para que los profesores se pudieran reciclar, porque en tiempo de guerra no se podían movilizar. Hacemos una investigación de todos los sistemas a distancia que había. Analizamos la UNED de España, la UNED de Venezuela, la UNED de Costa Rica… Y llegamos a la conclusión de que era peor que la educación presencial. Nos dijimos ´no podemos, a esta altura de nuestra vida, con lo que hemos avanzado, plantearnos algo igual a lo que existe´. Creamos un sistema con bases epistemológicas nuevas, pero a distancia”.
El doctorado Ahora Francisco Gutiérrez está dirigiendo un doctorado de la Universidad de La Salle en Educación. Es un doctorado que le lleva ley al sistema, y busca una reconstrucción del sistema educativo, a través de la creación personal de cada estudiante a partir de lo que se ha conocido como ´La Nueva Conciencia´. “Suena caricaturesco lo que se plantea el doctorado, pero es toda una ruptura. No había leído de física cuántica. Hay que preguntarse ´¿para qué educar?´. Educar para la incertidumbre, como sostiene Eisemberg; educar para ser feliz; educar para gozar de la vida; educar para expresarse… “Con lo del doctorado, esta mujer (Cruz) me empujó más de la cuenta. La idea nace de un grupo de pensamiento para repensar la educación en Costa Rica. Yo empiezo a leer a Capra, leo de física cuántica y biología molecular, y pienso en Camilo Rodríguez Chaverri
317
su aplicación en ciencias sociales. Pensé ´quiero aplicar todo esto a la pedagogía´. “Yo quiero formar un grupo de pensamiento en Costa Rica que cambie la educación, y la Universidad de La Salle quería un doctorado. Yo soy el único doctor muy cercano a ellos, o entre ellos, y me llamaron. “El pensamiento clave en este doctorado es el siguiente: la educación no tiene remedio mientras sea pensada con un pensamiento tradicional. No se puede mejorar. Hay que pensar la educación desde otro pensamiento, no con el pensamiento cerrado que se tiene aquí. La educación no es enseñar. Mentira que tenemos un ministerio de educación, es un ministerio de enseñanza, y tras de eso, malo. Lo que se enseña en la escuela un muchacho lo aprende en su casa. Es más, lo sabe antes de ir a la escuela. “El asunto del doctorado es cómo hacer para que el Nuevo Pensamiento nazca de la nueva ciencia. No es lo mismo pensar desde la ciencia de Newton, que es estática, de reloj, cerrada, vertical, jerárquica, de una sociedad que viene de la revolución industrial… Esa educación ya no puede funcionar en el mundo de hoy, con una visión cuántica, circular, dinámica, reticular… “Son dos formas, dos culturas, dos dimensiones distintas de vivir la vida. La pedagogía ha vivido de a prestado. Todo lo ha tomado de la sociología y la filosofía, hasta ahora que se hablaba de la biopedagogía, a partir de la biología molecular. “El conocimiento no es acumulación de datos. Es autoorganización de esos datos. Tú los organizas de una manera y yo de otra. Pero el sistema no enseña a organizar sino a acumular. Nunca te enseña a autoorganizar de acuerdo a tus necesidades, a tus vivencias… Cualquier organismo vivo organiza la información de acuerdo a sus necesidades. Es la Autopoiesis. Igual ocurre con los animales y con las plantas, en un aprendizaje permanente. “Pensar la educación desde la nueva ciencia es crear una nueva educación, pensar la educación desde el pensamiento de Newton es reformar la educación. Sin este cambio, estaríamos reformando y ya eso no funciona en nada, ni en los negocios, ni en las empresas, ni en nada. “La educación no puede ser jerárquica, como piensa la gente que mantiene el sistema. Es un rollo que no es fácil entenderlo sin etapas. Tiene uno que ir paso a paso, comprendiendo. De ahí la importancia del doctorado que dirijo ahora. 318
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Desde 1987, la UNESCO, en un congreso en Venecia, insta a las ciencias sociales, pues están retardatarias”. De nuevo arremete Cruz, su esposa… -La dialéctica está en la naturaleza. Cuando uno piensa en el materialismo dialéctico, debe tener claro que Marx habló de la materia porque no se había descubierto la energía. -Cuando uno habla de transformación de la educación, creen que es dar mejor las lecciones o dar más lecciones… No, el asunto va por otro lado. Por eso es que la tesis doctoral en nuestro caso se llama ´chifladura´… Alguien dijo ´ahí van los chiflados´, y pensé ´¿qué es una chifladura?´. Es algo que a ti te gusta. Al principio costó que a alguna gente le dijeran que está en una chifladura, pero ahora es pan de cada día. Tiene su explicación: lo nuestro no es una tesis doctoral, es una chifladura. Toma en cuenta la parte emotiva, de interés personal. “Tú, cuando haces una tesis, puede ser que esa tesis no te chifle. En este doctorado, si no estás en algo que te encante, no puedes hacer tu chifladura. La chifladura puede ser ´¿cómo sentirnos feliz mientras aprendemos?´ o ´¿cómo cambiamos las relaciones de una institución para que haya otra dimensión humana?´. “Al final, vamos a recoger las chifladuras, y serán los aportes que este grupo doctoral le da a la educación. ¿Cuánto dinero se gasta en los ministerios en currículum? Se pasan discutiendo si las clases deben ser de tres horas o de cuatro horas, y después el profesor da dos horas o una… “Por eso es que esto de la educación es una chifladura, como en el doctorado, que se va aprendiendo y descubriendo poco a poco”.
Amor de película “Cruz y yo nos conocimos hace veinte años. Ella trabajaba en UNICEF. Ella era comunista y atea, abogada y comunicadora… Mientras tanto, yo era el hermano Francisco. Era profesor de la UNA, había sido decano y vicerrector, con el padre Benjamín Núñez… Me lancé de candidato a rector contra Alfil Piva, y por dicha perdí, porque la gané a ella, si hubiera ganado, la hubiera perdido. “Una vez nos invitaron a una fiesta en el IICA. Nos invitó una amiga común, Clara Solís…”. -Por supuesto que yo estaba en la mesa de la mostacilla, y él en la mesa principal, dice Doña Cruz. “Él le dijo a Clara que Camilo Rodríguez Chaverri
319
nos presentara, porque le caí muy bien. Me había escuchado contando chistes”. -Un día me preguntaste por qué había pedido que nos presentaran… Pues porque eras pura vida, contesta don Francisco. -Otro día él me dijo ´¿No quiere ir a mi casa, en Barva?´ Yo pensé ´¡Qué maje más viejo verde. Apenas me está conociendo y ya quiere que vaya a su casa!´. A esa altura yo no sabía que él era hermano lasallista. Yo dije ´jamás´, y le contesté, ´no, mire, si nos quiere acompañar a la disco, será bien recibido´. -Puede ser que me haya enamorado, pero no estaba pensando en salirme de la Orden, agrega él. “Después él me llamó, que fuera a ver el ILPEC(Instituto Latinoamericano de Pedagogía para la Comunicación). Estaba a cargo de esa institución, en Heredia. Oí los proyectos que tenía, me parecieron muy peregrinos, no me parecieron interesantes, pero al final le dije ´yo voy para una fiesta, si quiere nos acompaña´. Mientras lo vi bien y pensé ´¡qué viejo más guapo!´. Ese día, Francisco le dijo a Cruz que no podía ir. Luego, pasó un año y medio hasta que se volvieron a encontrar. Un día que teníamos una reunión en un ministerio, llegó antes y me lo encontré en el ascensor. Nos dice ´hola, lindas, ¿dónde van?´ Mi amiga le dijo ´a tomarnos un café´, y él preguntó´¿las puedo acompañar?´. En ese momento, Francisco quería hacer una investigación sobre la lógica de producción de las mujeres en las empresas ´chiquiticas´. Me pareció interesantísimo lo que él estaba planteando, porque la lógica de las mujeres es que la producción se da desde la casa hacia el mercado. Me dijo que sí podía ir a las reuniones de reflexión, y desde entonces, tantos años después, seguimos reflexionando… -Ya no es atea, dice Francisco. -Atea sí sigo siendo. Nunca he aceptado al santo “Dios”. -Vos sos la mujer más cristiana que conozco. -Pero soy atea de la iglesia. Ups. Y nosotros en medio de aquel berenjenal, por lo menos risueño. -No, soy atea del Partido Comunista. Es que no me respetás eso, dice Cruz. Y después, vuelve su cara hacia nosotros: “A él no le preocupa mi ateísmo porque conoce mi comportamiento ético, dice Cruz, quien no ha dejado de botar humo, y
320
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
asegura que fuma un paquete o dos paquetes cuando está hablando, pero después pasa quince días sin fumar. Él vuelve a la carga. -No me cabrea el hecho de ser 28 años mayor. Alguna vez han creído que soy el abuelito de Emiliano, pero eso no me molesta.
Boda artística “Nuestra boda fue muy respetuosa. Nos casamos primero por lo civil, porque yo era atea y había dicho que nunca me iba a casar por la iglesia. A los meses me empieza a decir si a mí me molestaría casarme por la iglesia. “Yo le puse mis condiciones, entre ellas, que nada de vestido blanco. Le dije que le habláramos a Guillermo Chaves, un cura amigo. Entonces nos inscribimos en Santa Bárbara… “Cuando llegamos donde el sacerdote de Santa Bárbara, y vio que Francisco había pedido la dispensa de votos, y que ella era casada y divorciada, seguramente se asustó, porque cuando le dijimos ´quisiéramos casarnos en la casa´, contestó de inmediato ´hagan lo que quieran, mientras me traigan los papeles´. “Después me fui donde el cura que era amigo de nosotros. Le dije, ´vea, Memo, no quiero hacer nada para irrespetar las creencias de Francisco´. Él me habló del rito, y diseñamos la boda. Fue muy diferente: ´Gracias a la vida´ era la canción de entrada, y no más empezando el cura dijo que agradecía mucho a la gente de todas las religiones y a la gente sin religión, porque había de todo. En el momento de las ofrendas, todos vinieron a decir las suyas. Pero había de todo, como obispos protestantes, como Jacinto Ordóñez, hasta comunistas y hermanos de La Salle… Los comunistas ofrendaban por la lucha de clases y por la justicia en América Central. En esas ofrendas, nosotros leímos el poema ´Una pareja´, de Pablo Neruda, y yo le regalé una cruz hecha mierda, mientras que él me ofreció los signos para amarme cada vez más… “Después compartimos el pan y el vino: Francisco iba con una copa de vino para todo el mundo y yo con una canasta de pan… Esa fue la única vez en que todo el mundo comulgó. Mientras tanto, escuchamos poemas de Benedetti en canciones interpretadas por Nacha Guevara”.
Camilo Rodríguez Chaverri
321
Álbum terapéutico Su hijo Emiliano quedó en una silla de ruedas por una enfermedad autoinmune, y ellos aseguran que lo curó un chamán mexicano. Don Francisco trae un álbum para compartir con nosotros la historia del milagro de su hijo. -Francisco me regaló este álbum para una navidad, cuando ya sabíamos que Emiliano se nos iba. En la portada del álbum hay una foto de Emiliano con un bate de béisbol, una foto de él subido en el cuello de la mamá y una foto de los dos con su hijo… No más en la primera página dice, “sentí la necesidad de ofrecerte como regalo navideño este manojo de vivencias y poemas hilvanados con fuerte dedicación para saturar con nuevos bríos la travesía que añoramos y esperanzados buscamos”. Más adelante viene el primer poema de don Francisco: “Prometí descubrirte un poema mío; prometí descubrirte día día, a cada instante, momento a momento. Descubrir signos, señales, gestos, síntomas, hitos… Para desbrozar caminos y contigo caminar. Tú siendo tu misma y yo siendo también”. También está el famoso poema ´Táctica y estrategia´, de Mario Benedetti; más adelante las siete claves semióticas, otro poema de él, y un poema de García Lorca. Más allá hay poemas de Carlos Restrepo, Fresia Brenes, Pablo Neruda, Antonio Machado, José Luis Cifuentes, Humberto Maturana, y siete etapas del amor que inventó o escribió por ahí… En otra página del álbum dice ´nos dimos una tregua´ y viene una portada del libro ´La tregua´, de Mario Benedetti. Paso la página de nuevo, y me encuentro con otro poema del escritor uruguayo. Se llama “Tú me quieres”. Dice, “No te quiero por tu cara, ni por tus años / Ni por tus palabras, ni por tus intenciones / Te quiero porque estás hecha / de buena madera”. Viene una frase de Francisco Amighetti: “Para mí lo extraordinario amanece todos los días. Me alimento de la vida cotidiana”. Luego un poema de Jorge Debravo y uno de Luis Alberto de Cuenca; fotos de la casa; el poema ´Te quiero´, de Mario Benedetti; una cita de Franz Kafka y un poema de Julieta Dobles.
322
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Después el álbum pasa por las fotos del embarazo de Cruz, fotos de él más joven, y fotos de viajes, en la Muralla China, en Grecia, en Perú, en Berlín, en Francia, en Cuba… Y vienen recuerdos de las producciones de ellos, los libros, las investigaciones que han hecho juntos, y los amigos, Julio Escámez, Daniel Prieto, Paulo Freire… Terminan con siete regalos: El primero: vale por unos zapatos a primera vista; el segundo: vale por una comida en el Restaurant Sahara; el tercero: vale por una noche romántica de luna llena; el cuarto: vale por un botellón azul lleno o vacío al gusto; el quinto: vale por un jardín tropical, fruto de sueños compartidos; el sexto: vale por un viaje a España en la primavera de 1999; el sétimo (para él, el mejor regalo): compartir nuestro amor con Emiliano La última foto del álbum es la foto de la madre.
Para amores, el tiempo Ahora habla Don Francisco: “uno se levanta en la mañana, como si cualquier cosa, y se olvida que tiene que amar. El matrimonio no es un fuego fatuo, si no lo alimentas todos los días, el matrimonio se deshace. Cruz nunca se casó creyendo que iba a perdurar el amor, creyó que eso duraba un tiempito. En esto del amor hay que tener inteligencia, saber interpretar las señales… Hay que saber ser generoso, y no todo hay que tenerlo en cuenta. “Ahora nos entretenemos entre nuestra casa en Santa Bárbara, una cabañita en San José de la Montaña y otra en Puerto Viejo de Limón. “Después vino Gaia. Era una finca de ochenta hectáreas, que pensamos en comprar entre varios porque la iban a deforestar. No teníamos dinero para comprarla, pero empezamos a decirle a nuestros amigos ´¿usted quiere invertir en un sueño?´ Está en Baja Talamanca, hacia la reserva. Le dijimos a todo el mundo que el proyecto consistía en comprar la finca y que se mantuviera. Ha crecido tanto que ahora tenemos una estación biológica con la Universidad Alcalá de Henares”. -En la casa de la finca vivía una mujer indígena con una boa, y yo me “cagaba” del miedo… Yo nunca la vi, me hubiera desmayado…, dice Cruz. -Esa casa de la finca fui construida en los años en que Calufa (Carlos Luis Fallas) estaba en esa zona, dice Don Francisco.
Camilo Rodríguez Chaverri
323
-Ahora también tenemos una casa que la convertimo en oficinas, la par de la Universidad Nacional. Le llamamos ´la casa azul’, como la de Frida y de Diego. Se la compramos al ILPEC, y se la alquilamos a la UNA. La reconstruimos para que quedara tal y como era, victoriana… Como ves, juntos pasamos ocupados y entretenidos. Y gozamos mucho, la verdad, concluye Cruz. Su esposo ni siquiera chista. No trata de interrumpirlo, pero quiere que hablemos de otros temas. Juega. Pero no más cuando quiere hablar del doctorado que dirige ahora, en la universidad de los hermanos con los que vivió y trabajó durante tantos años, Cruz de nuevo se le atraviesa… -Los de La Salle nunca han dejado de querer a Francisco. Cuando Francisco se salió de La Salle, el provincial le dijo que dónde iba a vivir, le dijo que no sabíamos, le preguntó que cuánto costaba una casa por acá, Francisco le dijo que unos cuarenta mil dólares, y el provincial le hizo un cheque. Con eso hicimos esta casa. Así que lo que no compro es lotería: ya me pegué el gordo casándome con Franc, y otro gordo con lo que hemos vivido juntos”.
Excursión en el tiempo Su casa, en Barrio Jesús de Santa Bárbara, es un museo, una galería, una biblioteca dispuesta como una instalación… No más en la entrada, nos recibe un mural bellísimo del pintor chileno Julio Escámez. La obra tomó toda la pared exterior de uno de los lados de la casa, y recibe a quienes le visitan. Más allá, en la pieza abierta donde nos sentaremos está ´Los precaristas´, una obra en madera de Néstor Zeledón; dos pinturas de negros de Honorio Cabraca, y varias pinturas de Luis Dael: hay tres pinturas del mar y la playa, y una de un mercado. Hay una obra de Luis Chacón, cinco pinturas más de Julio Escámez, y ya en la sala, hay una colección primitivista con obras de Perú; Espíritu Santo y Matto Grosso, en Brasil; Haití… Afuera también hay unas pinturas de Haití, pero con otras dimensiones, y Cruz no tardó en explicarme. -“Como en Haití hay tanta pintura primitivista, hay obras de diez dólares, de cinco dólares, y así sucesivamente. Por eso, allá escogieron a los mejores, que ahora son los más caros, y una colección de esos pintores se exhibe aparte. - Estas son parte de las pinturas de ese grupo. Se los cambié a una amiga por una mesa. Igual hice con la obra de Luis Chacón: se la cambié a él por una madera…”. 324
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Hay un “trillo” (que es una herramienta que lo arrastran los bueyes para separar la miez de la paja)… que usaban los agricultores antes. -Yo, de chiquillo, me pasaba todo el día dándole vuelta al trillo, dice don Francisco Gutiérrez. De vuelta en la sala, me detengo frente a unos pájaros pintados por Julio Escámez para un libro de su gran amigo, Pablo Neruda. Al fondo de la sala, en una pieza pequeña, hay una colección de güipiles. -Es que Cruz estudió en Comalapa la historia de los Huipiles. Hay piezas arqueológicas por todo lado, y una colección de botellas azules en un baño. En el otro sanitario, un plato para servir bocas se convirtió en un lavatorio. Pasamos por un corredor, techado con teja del siglo pasado, donde da la sensación de que el tiempo se hubiera detenido. Luego pasamos por la pieza donde está una gran mesa, en donde nos sentaremos a hablar con Francisco Gutiérrez de su vida, pero seguimos hacia su habitación. Hay 17 sombreros en la puerta de la entrada al cuarto, al lado de ellos un Cuauhtémoc, y empotradas en el respaldar de la cama de madera hay cinco figuras de una dinastía china. Subimos a una especie de estudio que está en un segundo piso. Ahí hay otra obra de Luis Chacón, un Guernica, una foto de Emiliano Zapata, y otras. En la pared que une al cuarto con el estudio hay una colección de muñecas rusas, y en las paredes de la habitación hay numerosos cuadros de ángeles. Uno de ellos también es de Julio Escámez. Bajamos, pasamos de nuevo por la habitación, por corredores, en donde sobresale una gran mesa, donde nos sentaremos a comer y a conversar. Entramos al garaje, repleto de libros, tanto que los carros parecen intrusos en una biblioteca, y al otro lado de los vehículos hay una puerta que dice “Bar de los amigos”.
Bodeguita de izquierda erótica Adentro, arriba, está lo que Cruz llama ´la bodeguita de la izquierda erótica´. Sobre el escritorio, hay un libro de Benedetti, el único Daell desnudo que existe, un rótulo de Charles Chaplin de la película ´The Kid´, un afiche de ´Les luthiers´, y un afiche de ´Prohibido escaparse del zoológico´, de Darío Fo, dirigido por Orieta Escámez (hermana de Julio Camilo Rodríguez Chaverri
325
Escamez); un afiche de Pavarotti; otro de ´Agonice con elegancia´; una foto de Paulo Freire; el primer afiche de un primero de mayo en Rusia después de la revolución; un afiche de la película ´Fresa y chocolate´, y una foto de Carlos Luis Fallas. -Todo llega, todo es regalo de alguien, dice Cruz. “La foto de Carlos Luis Fallas la trajo el señor que hizo el rezo del Niño. Vieras qué risa, teníamos un enredo de si nos iba a cobrar 10 mil ó 40 mil colones. Le pregunté y me dijo, ´no, tranquila, cobro sólo 10 mil. Sigo siendo comunista´. Ese rezo del Niño lo hicimos con pozol, arracache, tamal asado, biscocho, agua dulce…”. Pasamos de ´la bodeguita de la izquierda erótica´ a la cava, que está metida, como un sotano. Más que un sótano parece una cueva, una madriguera, como si alguien hubiera sacado la tierra. -Pues claro que alguien sacó la tierra: yo la saqué. Yo solo hice la cava. Mientras bajamos las gradas hay una botella medidor. Si estuviera apagada, indicaría que no se puede entrar por la cantidad de anhídrido carbónico. Hay un afiche de la plaza de toros Vitoria Gastery; un mechero, unas artesanías de un hermano de Francisco que se entretiene en madera; un catador; el famoso ´conjuro de la queimada´, y una serie de porcelanas y cerámicas con mensajes que merecen punto y aparte. “´El vino es poesía embotellada´. Stevenson. Esa es la frase de una de las cerámicas. Y hay un gran legajo sobre el vino. Aquí lo transcribimos por el respeto que infunde el lugar: ´beber es un acto que realizan las razas de linaje antiguo, cuando se hace buen uso del vino, es salud y medicina. El vino aumenta la fuerza, exalta el sentido genético; estimula el sistema nervioso; rinde fácil la elocuencia; convoca a la benevolencia, al perdón y al heroísmo; desarrolla la fantasía; aumenta la alegría; hace lúcida la memoria; aleja la melancolía; concilia el sueño; conforta la vejez y da aquel sentido de euforia por donde la vida pasa suave, leve y tranquila… Aparte está el decálogo del buen bebedor, y otra cerámica que dice ´donde el vino entra, la verdad sale…´. Y otra, en la que dice, ´Si Dios, en su gran bondad / borrachos nos mantiene / será porque nos conviene / ¡Hágase su voluntad!´”. Ya de salida de la cava, hay una cepa de uva de La Rioja, una campana grande de las que llevan las vacas en Suiza y 326
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
un rosario de campanitas del mismo origen, así como unas espuelas.
Primero que todo, agricultor Afuera, tomamos a la derecha, y nos encontramos con la huerta. -Soy un agricultor. Todos los días me levanto entre las cinco y las cinco y media, camino hasta las seis y media, y después me meto a la huerta. Atrás hay un trapiche de los que se jalan a mano, de los más antiguos. -Hasta hace poco tenía hasta caña, y lo ponía a funcionar cuando venían los amigos de nuestro hijo. Todo esto que ves aquí afuera era un tacotal. Ahora tengo heliconias, bastón del emperador, ginger y árboles frutales. Más allá, en la esquina tengo una huerta de plantas y condimentos como orégano, albahaca, clavo de olor, laurel, tomillo entre otras más. En un árbol hay una casita, para que jueguen mis nietos, y al fondo hay una casa de verdad, que construyeron para la mamá de Cruz. De vuelta hacia la casa, hay un baño que él llama “ecológico”. Cuando uno abre la puerta, el sanitario está al aire libre. Tienen fotos y réplicas de obras de Diego Rivera y Frida Kahlo. Afuera, también hay una rocola, unas cerámicas de ´El Quijote de la Mancha´; una puerta vieja que compró Cruz en ´demoliciones´, la puso sobre unas patas y ahora es una mesa elegantísima; diecisiete casitas de barro sobre una pared, una parrilla y un asador. De nuevo en el corredor, donde iniciaremos esta entrevista, hay dos braceros de Guatemala, un salero de Oriente, con dos tapones con forma de figuras humanas y al fondo se ve una terraza que está llena de metates. -Esta casa está hecha a nuestra medida. A la medida de nuestros viajes y nuestros sueños, dice don Francisco. -En una fiesta, estaba un amigo haciendo una paella, unos “maes cantando”, Julio Escámez pintando un mural y a la par estaba pintando Manolo Montalvo, dice Cruz. También nuestra mirada pasa revisión por una pared donde hay cuarenta y dos máscaras, dos caballos de madera, y en la cocina una lámpara de Filipinas que parece un móvil. Finalmente gozan los ojos con una mesa con elaboración artesanal en oro que tardan hasta ocho meses en hacer. Camilo Rodríguez Chaverri
327
Samuel Rovinsky
Dramaturgo de la inmediatez
Es el responsable de que el teatro se haya popularizado en Costa Rica; también es el escritor que deja para la historia los dramas de una de las comunidades más aguerridas y discriminadas, la comunidad judía, y es, sin duda, el más prolífico de los dramaturgos costarricenses. Samuel Rovinsky ha rubricado su firma en muchos ámbitos de la vida del país. Ahora lo hace desde el Teatro Nacional, que se renueva con sus ideales y su espíritu de trabajo. Autor de más de 25 libros, gran cuentista, novelista, ensayista y hasta entrevistador, Rovinsky ha sido amigo de escritores, promotor de artistas y compañero del camino de gente que va desde nuestros autores mayores hasta Alejo Carpentier, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Un hombre así tiene mucho que contar. Samuel Rovinsky nació en San José, el 28 de noviembre de 1932. “Mi papá llegó de migrante en 1929. Primero intentó trabajar en lo que hacían todos, como vendedor ambulante, pero tenía una preparación mucho mayor que para ser vendedor ambulante, en Polonia era teniente de caballería, que allá era como la aristocracia del ejército, pero la situación económica no era muy buena… “Se casó con mi mamá que era de una familia de dinero, y como no estaban de acuerdo con ese matrimonio decidió venirse y a los dos años mandó por mi mamá. Estaba allá con dos hijas, que son mis hermanas mayores. “La gente iba para Colombia. Los judíos entraban de acuerdo a las cuotas para migrantes. En eso, se agotó la cuota para migrantes y habían abierto la cuota en Costa Rica. “Unos años después, mi papá compró una finca en Guanacaste. Ahí tenía una lechería. Él la iba a ver en avión. En ese momento, a Guanacaste sólo se podía llegar por avión 328
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
o por río y mar. Él iba en los aviones de Macaya. Aterrizaban a veces en la playa o en un campo. “Luego se enfermó muy seriamente. No pudo regresar durante meses, y perdió la finca. Nunca supieron exactamente de qué enfermó, no se sabe si fue un enfisema o tuberculosis. Lo trató el doctor Raúl Blanco Cervantes, en el sanatorio de tuberculosos, camino al volcán Irazú. “Cuando regresó, ya curado, mi papá se asoció con un judío alemán. Pusieron un estudio fotográfic o, el alemán se quedó con el dinero y se fue del país. Nos dejó mal. Entonces, puso una pequeña zapatería para niños y finalmente una agencia de representaciones extranjeras. “Mientras tanto, mi mamá fue la que hizo un buen camino dentro de las modas. Cocía, diseñaba, y luego puso Modas Cinelandia. Se convirtió durante años en una boutique muy fina, la más fina de San José. Estuvo primero en la Avenida Central, cerca de la Guacamaya, por donde estaba Macaya. Después, pasó adonde está RACSA, por donde estaban las oficinas de la bananera. De ahí pasé a la Calle Central. Ya cuando yo era ingeniero, le construí un edific io a un cliente italiano, que le alquiló un local a mi mamá. Al final, terminaron haciendo un edificio propio en el Paseo Colón. “Nací en la Clínica Bíblica. Mis padres vivían donde vivían casi todos los inmigrantes, en Barrio México. Luego nos trasladamos cerca del Parque Central, frente a La Prensa Libre. Ahí transcurrieron mis años de primaria. “Estuve en la Escuela Buenaventura Corrales. Mis amigos en la escuela eran Jorge Alberto Borbón, Hernán Gómez, Víctor Wolf, Herbert Taylor y Jorge Lev, quien era mi único compañero judío. “En aquellos años, en Costa Rica la escuela integraba a la sociedad, porque estaban juntos los niños ricos y los niños pobres, los católicos y los judíos… Se hacían amigos en la primaria. “Después de la escuela, pasé al Liceo de Costa Rica. Estuve en secundaria del año 46 al año 50. Volví a tener de compañeros a Jorge Alberto Borbón y a Jorge Lev. Ya en el colegio, Guido Fernández fue compañero mío. Luego él se salió del liceo”.
Gran lector “De niño leía en la Biblioteca Nacional. Antes de ir a la casa, pasaba de la escuela directo a leer. Me tenía mucho Camilo Rodríguez Chaverri
329
cariño don Julián Marchena, que era el director. Él me pasaba libros de Salgari, libros de aventuras… “Me cuenta José Trejos que él tenía un periodiquito en la escuela. Hicieron un concurso de cuentos y yo lo gané. Yo ni me acordaba de eso. Fue Pepe Trejos el que me contó. La verdad es que me gustaba mucho leer y poco a poco fui escribiendo los primeros cuentos. Ya estando en el Liceo de Costa Rica, esos primeros cuentos me los publicó Guido Fernández, siendo ya era periodista en el Diario de Costa Rica. Él se salió del liceo para irse a trabajar, y me ayudó muchísimo. Teníamos lo más quince años de edad. “Yo era muy buen estudiante, muy aplicado, pero me gustaba mucho el deporte. Jugué con el equipo del Liceo de Costa Rica en baloncesto. Y también cuando me molestaban mucho yo respondía como se respondía en el liceo, es decir, había que irse a pelear en las tucas. Como judío y polaco me insultaban, y no le permitía eso a nadie. Me pegó más de uno y más de una vez, pero no me dejaba, y generalmente yo pegaba. No me enorgullezco mucho por eso, la verdad. “En general, la gente nos trataba muy bien, pero había esa discriminación que estaba muy estimulada por la iglesia, no oficialmente, pero sí había muchos curas que enfatizaban mucho el pecado de los judíos de haber matado a Jesús. Eso inoculaba un veneno en los niños, sobre todo, y se sentían con derecho a insultarnos. No era nada grave. Lo grave pudo haber sido durante la presidencia de Otilio Ulate, que fue cuando se dio el comienzo de la persecución. Fue cuando crearon una organización que se llamó ´Comerciantes de la Liga Patriótica´, de cuyo nombre no quiero acordarme. “Tuve muy buenos compañeros y amigos. Todavía somos amigos, después de tantos años. Sólo algunos nos discriminaban, y había discriminación evidente en algunos lugares. Por ejemplo, en el Country Club no dejaban entrar judíos, y en el Colegio Lincoln tampoco. Después cambió, y de todas maneras, para la época en que no los dejaban entrar, los judíos no tenían los medios económicos para pagar las acciones del Country Club o la mensualidad del Colegio Lincoln. “La discriminación no me marcó mucho. Si yo me lo hubiera guardado, si hubiera interiorizado esas ofensas, pero como no me esperaba mucho tiempo para responder, tenía la satisfacción de defenderme”.
330
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Ingeniero civil “Entré a la UNAM de México para estudiar Ingeniería Civil. Me gradué en 1956. Regresé a Costa Rica en 1957. Los dos últimos años de la carrera me casé con Sarita. Ella aprovechó para terminar allá la carrera de Filosofía. Ella nació en Costa Rica en 1934. Sus padres tuvieron la mala fortuna de regresar a Polonia en 1938. Sus abuelos tenían una fábrica y mucho dinero, y como no la estaban pasando bien en Costa Rica, les dijeron que se fueran de vuelta. La suerte es que se salvaron del Holocausto, pero no pudieron volver. Se salvaron mis suegros y Sarita y su hermana. Ellas eran dos chiquitas y se salvaron porque vivieron en casas de católicos, como si fueran parte de la familia. Los papás, o sea, mis suegros, se salvaron porque un oficial alemán les ayudó a esconderse en un sótano hasta que terminó la guerra. “Ya cuando el ejército ruso entró a Polonia, y liberó a todos los judíos sobrevivientes de los campos de concentración , ellos escribieron a sus parientes que tenían en Francia y en Estados Unidos, y se fueron para Francia y a Estados Unidos. Finalmente llegaron a Costa Rica en 1947. Nosotros estuvimos enterados de todo porque mi madre y mi suegra fueron muy amigas. Entonces, tenemos fotografías en Costa Rica, siendo niños, y tenemos fotografías ya cuando ella regresó de Polonia. Fuimos novios desde que yo tenía 15 años y ella 13. Nos casamos cuando yo tenía 22 y ella 20 años. “Eso se llama un destino marcado. En enero del 2005 cumplimos 50 años de casados. Yo pasé cuatro años estudiando solo. Cuando nos casamos, ya para mi quinto año de universidad, ella quiso entrar a Filosofía y Letras, como estaba aquí, pero en México la carrera estaba separada, así que estudió Filosofía. “Ya escribía simultáneamente a los estudios. Y escribía al regreso, o sea, escribía y trabajaba. Tuve mucho éxito como ingeniero civil y como constructor. También me empezó a ir muy bien en la literatura, desde 1960. En 1970 era tanto el trabajo que dormía cuatro o cinco horas. Dije ´tengo que escoger´. Escogí la literatura. En 1971 dejé la ingeniería y en el 72 me fui para París”.
París “Tenía tres niños, bueno jóvenes, los dos adolescentes y una niña de seis años. Camilo Rodríguez Chaverri
331
Pasamos allá tres años. Mi hijo se graduó del bachillerato en Francia, mi hija llegó hasta tercer año, y la menor tenía 6 años cuando llegamos hasta que terminó tercer grado de la escuela. Las dos vinieron a terminar en el Colegio Franco Costarricense. “Sarita, mi esposa, estudió allá, en la Universidad de La Sorbona. Estudió ´Civilización e Historia Francesa´. Hice un curso de cine de un año. Estaba de agregado cultural y de ministro consejero en la Embajada de Costa Rica en Francia durante el gobierno de Don Pepe. “Hice amistad con Alejo Carpentier y Julio Cortázar. Carlos Fuentes llegó como embajador de México en el año 75, cuando nosotros nos íbamos. En ese tiempo, ya Octavio Paz estaba en la India. “Cuando llegamos nosotros, había un grupo de salvadoreños y chilenos. Los chilenos estaban becados de Allende. No pudieron regresar. “Conocí a Alejo Carpentier y Julio Cortázar. Conocí a Alejo en 1967, en una recepción. Después, curiosamente, cuando nos reuníamos los agregados culturales nos colocaban en orden alfabético. Así, iban ´Costa Rica´ y después ´Cuba´. Coincidió con que Alejo Carpentier estuviera allá. No sabía que él estaba allá. Mi esposa y yo nos fuimos a sentar a un teatro, para ver un ballet, y me encuentro con Alejo Carpentier y su esposa. “Siempre lo consideraban muy altanero, muy arrogante… Era la pinta, la figura. La verdad es que era muy generoso, y un gran erudito. Alejo vivió muchos años en París. “Cultivé una amistad con Don Alejo. Iban a nuestro apartamento, y nosotros íbamos al de él. Para esos años, Sergio Ramírez estaba en Berlín con una beca. Ya teníamos amistad desde 1964, cuando él vino para ser secretario del Consejo Superior Universitario, y luego fue director de EDUCA. “Sergio llegó becado a Berlín en 1973. Fuimos a verlo. Iba toda la familia. Fuimos a Berlín y luego los invitamos a París. En una de esas invitaciones le teníamos una fiesta de recibimiento. Como Sergio quería conocer a Alejo Carpentier, lo invitamos. Estábamos en la fiesta y empezamos a preocuparnos porque no aparecía. Llamamos y resulta que estaba en Suiza. Había confundido la fecha. Le dije que por su confusión no le pude presentar a Alejo, pero después se conocieron. Aquella fue una fiesta para Sergio Ramírez sin Sergio Ramírez”. 332
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Música para Carpentier “Mi hija menor tocaba guitarra, y eso le hacía mucha gracia a Carpentier, quien era musicólogo. Para ese tiempo, él estaba terminando cinco libros, todos para que salieran al mismo tiempo. Entre esos libros estaban ´Consagración de la primavera´, ´El recurso del método´ y ´Concierto barroco´. Por cierto, que alguna gente de aquí ha dicho que, en ´El recurso del método´, Alejo se inspira en Tinoco. Eso no es cierto. Es el dictador de algún país latinoamericano. Alejo hace lo que hacen todos los escritores del boom. Toma los aspectos de varios dictadores que más le interesan. El dictador es, aparentemente, un hombre culto y erudito, pero es falsamente culto y erudito. Lo curioso es que la gente lo asocia con Tinoco. En la novela aparece una empleada que le hace unas comidas típicas, más o menos como la vida que llevaba Tinoco. De repente, sí lo tomó de su vida, pero hay características en el personaje que son tomados de la vida de otros dictadores. “Cuando conocí a Alejo Carpentier, ya había publicado ´El siglo de la luces´. También había publicado sus novelas breves… Era toda una personalidad en ese momento, uno de los escritores más respetados del mundo. Sus obras estaban traducidas al francés, al inglés y al alemán. Se hablaba mucho de él en Europa. “El escritor Miguel Ángel Asturias estaba en Madrid. Era embajador de Guatemala. Yo quería conocerlo, pero en esos días murió. Lo único que hicimos fue asistir a sus funerales, en París. “Mi relación cercana, y que me marcó, fue con Carpentier . Tengo sus obras autografiadas. Cuando salió ´Concierto barroco´, le pedí permiso para sacar un comentario. Él se emocionó mucho, porque era el primer comentario que se hacía de ´Concierto barroco´. Recuerdo que también estaba escribiendo ´El arpa y la sombra´”.
Julio Cortázar “A Julio Cortázar lo conocí ya más adelante, cuando Carmen Naranjo era ministra de Cultura. Ella me escribió una carta para que lo invitara a dar unas conferencias en Costa Rica. A cambio de las charlas le brindaríamos el alojamiento, el boleto del avión y un pequeño estipendio. Lo invité con su compañera. En realidad no estaban casados. Primero los Camilo Rodríguez Chaverri
333
invitamos a nuestro apartamento en París. Después aceptó mi invitación a venir a Costa Rica, pero cuando yo estuviera aquí de vuelta. “Regresé al país en el 75. Poco después Carmen le giró la invitación, él vino, nos encontramos, y dio tres charlas en el Teatro Nacional. Mucha gente estaba de pie. Fue todo un acontecimiento. Él ya era un gran personaje. Creo que era el personaje literario del momento en Costa Rica. Recuerdo que todo el mundo lo seguía con la vista cuando iba caminando por las calles. Era un hombre muy dulce. Tengo fotos de un paseo que hicimos con él al Volcán Irazú. Cuando eso, Rocío Fernández era una chiquilla periodista y nos acompañó. Tenemos fotos con Rocío y con él. “Después de París y de la visita de Cortázar a Costa Rica, me quedé aquí. Carmen Naranjo y Bernal Jiménez, que era el presidente del Banco Central, estaban organizando el departamento cultural para ese institución, y me pidieron que orientara el proyecto de la Plaza de la Cultura, aprovechándose de mi ex carrera de ingeniero. Eso fue en el año 75. Organicé la revista ´Troquel´, con ese departamento cultural, e iniciamos ya el proyecto de la Plaza de la Cultura. Participaron los arquitectos Bertheau, Vargas y Borbón. “Concluimos cuando ya el ministro de Cultura era don Guido Sáenz. Óscar Arias fue el que encargó el primer proyecto para la Plaza de la Cultura, pero no fue satisfactorio. No era eso lo que convenía. “Cuando llegué a ayudar, me di cuenta que la colección de oro precolombino era tan rica y tan variada que merecía más espacio que el que le habían designado los arquitectos. Nos llevamos a los arquitectos para que vieran las piezas del Museo de Bogotá. Allá tenían menos piezas únicas que las que tenía el Banco Central, y partimos con la idea de hacer un museo de oro precolombino. Guido fue el que dio la pauta. Además, lo que fue idea de Guido fue eliminar lo que iba a ser el edificio, que iba a ser de varios pisos. Guido nos dijo que el edificio le haría sombra al Teatro Nacional. Entonces fue cuando se decidió que se hiciera la Plaza de la Cultura y que el Museo de Oro estuviera bajo tierra. Es de Guido la idea de que el museo estuviera debajo de la plaza”.
Istmo Films “Salí del trabajo de la Plaza de la Cultura para fundar ´Sala Garbo´ e ´Istmo Films´, en el año 77. Los socios éramos 334
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Carmen Naranjo, Óscar Castillo, Antonio Iglesias, Sergio Ramírez y yo. “El primero que se separó fue Sergio. Se retiró por razones políticas, porque se unió al grupo sandinista. También se retiró Carmen (Naranjo) porque no quería trabajar en esto. Al final, quedamos Óscar Castillo, Antonio Iglesias y yo con la responsabilidad financiera. Invitamos luego a Nico Baker. Éramos cuatro. “Produjimos ´La insurrecciónp, que fue una producción alemana, de una compañía de cine de Hamburgo. Era una empresa poderosa, y gran parte del capital provenía de la Iglesia Católica. Nosotros fuimos productores locales. “También hicimos con ellos ´Fray Bartolomé de Las Casas´, y otra con el director de cine Miguel Littín, chileno, muy amigo de García Márquez. Esa película de Littín la filmamos en Nicaragua, y era para la televisión alemana. Estaba basada en un cuento de Antonio Skármeta. Él hizo el guión, vino, ya nos conocíamos y teníamos una vieja amistad. Él estuvo en Alemania como treinta años. De hecho, lo conocí en Alemania. Lo conocí cuando vivía en París. Yo fui a visitar a Sergio Ramírez en Berlín, y a otro gran amigo nuestro, Carlos Rincón, profesor en una universidad alemana, y ellos nos presentaron a Skármeta. “En el año 81 filmamos ´La guerra de los filibusteros´, para un proyecto financiado por la UNESCO. Es un documental que trata acerca de la guerra de 1856, con una visión más amplia que la relatada en los libros de texto de historia. La inscribí dentro de la historia de Estados Unidos, Inglaterra y España, así como en el contexto de las operaciones financieras de ferrocarriles y barcos, para que se viera que no era un episodio aislado. “La guerra de los filibusteros en Centroamérica tenía mucha importancia en el futuro de la historia de Estados Unidos. Si William Walter hubiera triunfado en América Central, hubiera constituido cinco estados, que habrían estado adheridos a los del sur, por lo que también habrían tenido mayoría en el Congreso de la Unión. Con estos cinco estados al lado de los estados del sur de Estados Unidos, fácilmente ganaría un presidente sureño, con lo que además hubieran sostenido la esclavitud e implantado el idioma inglés en América Central. “Para este documental, que fue de media hora, adquirió los derechos la McGraw Hill, que tenía un departamento de producción audiovisual. Comprendieron que era una buena Camilo Rodríguez Chaverri
335
lección de historia. La versión en español la regalamos para el Ministerio de Cultura, y lo han pasado canal 13 y canal 15. “Estuve en ´Istmo Films´ hasta el año 83, que fue cuando le vendí mis acciones a Nico Baker. ´Istmo Films´ produjo varias películas de ficción para los alemanes, y muchos documentales, como ´El Salvador vencerá´ y ´Nicaragua, patria libre o morir´. Todos los socios de ´Istmo Films´ le vendimos nuestras acciones a Nicolas Baker, quien ha hecho un gran trabajo por la cultura, y lo sigue haciendo. “En esos años, yo simpatizaba con ideas de izquierda, pero era socialdemócrata. Simpatizaba con los sandinistas, pero básicamente nuestro apoyo se sustentaba en la lucha en contra de Somoza. Nunca fui de ideología radical de izquierda. “El socialismo de Francia era el que se avenía más a mis ideas. Era lo equivalente a lo que nosotros conocemos como socialdemocracia en América Latina. “Para esos años estaba en el Partido Liberación Nacional. Participé en varios congresos ideológicos. Era lo que me interesaba. No era una actividad para aspirar a un puesto. Nada más era una colaboración”.
Guionista de cine “Hice el guión para las películas ´Eulalia´ y ´Asesinato en El Meneo´, con Óscar Castillo y Maureen Jiménez. El guionista al final no cuenta mucho en el cine. Uno entrega un guión, y el director se encarga de darle cuerpo. El verdadero responsable en el cine es el director. “Estas dos películas no me dejaron un sinsabor. La finalidad era ganar un público. A veces hay películas excelentes para un público reducido. En este caso, el objetivo era hacer películas cercanas al gusto del público costarricense. “´Eulalia´ es una historia propia de toda Latinoamérica: las mujeres que vienen del campo porque ahí no tienen trabajo y se emplean de sirvientas… Cómo son vistas en realidad por la familia que las emplea y por el medio en el que viven, cómo se aprovechan de ellas... “No era con una función crítica, era con una historia regocijante, pero, al fin y al cabo, se aprovecha de la mujer el señor de la casa, el hijo de la casa, el seductor del barrio y un hombre rico que quiere casarse con ella. “En este proceso, la mujer, que es inteligente, va cambiando, y la película nos da una visión un poco más 336
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
optimista de la vida. Fue vista por más de 200 mil personas en los años 80. A la gente le gustó mucho. “En otro país donde la dieron, y la gente casi se atropellaba para entrar a las salas a verla fue en Cuba. Fue muy bien distribuida. La verdad es que el cine como industria tiene que pagarse en el país que la produce, y después todo lo demás es ganancia. “El público de Costa Rica, aún cuando fuera un éxito, no llegaba a pagar el total del costo de la película. Así es muy difícil. Por eso es que muchos países recurren a hacer coproducciones con países grandes como España, México, Brasil o Argentina. “En el caso de ´Asesinato en El Meneo´, yo encuentro que tiene logros y tiene defectos. Tal vez debió haber sido un poco más larga para permitir que las historias fueran creciendo, pero, en el fondo de la película hay una crítica social por el ambiente de corrupción que ya es evidente en el medio financiero y político, e igualmente se hace una crítica a la utilización de la mujer como objeto. “También escribí un guión para una compañía norteamericana. Querían hacer una película sobre un tema costarricense. Era acerca de cinco pescadores que se fueron a la deriva y cómo sobrevivieron en el mar. Lo escribí en español y mi hija lo tradujo al inglés. No lograron interesar a alguna productora grande. La película iba a costar 10 millones de dólares. “Viendo la situación ahora, creo que el problema consistió en que no había un héroe norteamericano. Los héroes eran cinco sencillos pescadores costarricenses. En el guión se nota el drama de las familias, que estaban pendientes de ellos, y cómo lucharon para que los siguieran buscando…”.
El dramaturgo “Si quiere, podemos hacer un recorrido por las obras. Las dos primeras ´La Atlántida´ y ´Gobierno de alcoba´, nunca se publicaron ni se escenificaron. Fueron escritas como para calentar la mano. Yo nunca había escrito teatro, nada más cuentos. Me parece que el cuento es casi una base para el teatro. “En México, cuando estudiaba Ingeniería, adquirí esa cultura de teatro. Leía muchísimo teatro. Una cosa fundamental para el dramaturgo es leer obras de teatro. Así, se da cuenta uno de las limitaciones que tienen el dramaturgo Camilo Rodríguez Chaverri
337
para usar su imaginación, debido a las particularidades propias del teatro, que es tan realista, por el espacio y el tiempo. Lo primero que hay que pensar es cómo hacer para que una historia sea creíble para un público que está viendo actores en escena. El lenguaje, el espacio y el tiempo son fundamentales en el teatro. “Uno se hace aficionado al teatro yendo al teatro, pero para ser dramaturgo uno tiene que leer mucho. Como escritor, identific o primero la realidad misma. Lo que tenía al principio era el deseo de expresar esa realidad en el teatro. ´Atlántida trata de adónde conducen las aspiraciones de la utopía, la idea de una sociedad perfecta… Luego viene ´Los agitadores´, que está basada en un cuento. Es el drama del joven trabajador que quiere luchar por los de su condición social y se adhiere a un grupo que está preparando huelgas. Se desarrollo en los años 29 y 30 en Estados Unidos, en medio de la Gran Depresión. Son dos personajes, el trabajador que ya es experimentado, mayor, y el joven que se presta como voluntario. Los dos se van para una huelga, y resulta que a una manifestación no llega nadie más que ellos dos. El cuento es de John Steinbeck. “He sido un lector voraz. Siempre, desde niño. Últimamente escojo mucho los libros para leer. Antes lo que me guiaba era el gusto de descubrir un autor. También le prestaba mucha atención a las revistas especializadas e iba a librerías. Entre lectura y lectura, formé una biblioteca de más de tres mil volúmenes. Es la biblioteca de mi esposa y mía. Hay una parte muy especializada en Filosofía porque es la profesión de Sarita. “´Gobierno de alcoba´ en realidad fue el arranque en escena. Se montó gracias a Haydee de Lev. Ella se interesó en montarla. Tenía el Grupo Israelita de Teatro, luego alquiló una casa de la familia de Beto Cañas, y así nació ´El teatro de la calle 4´. Recuerdo que montaron un programa doble, con ´Algo más que dos sueños´, de Alberto (Cañas) y ´Gobierno de alcoba´, que fue un gran éxito. Ahí empezó realmente mi relación con el público. “Esa obra es un estudio del poder. Es sobre un dictador y un revolucionario. Aparecen la amante del dictador y la sirvienta de la amante. Es como una alegoría del poder. El revolucionario mata al dictador en la calle, no se ve en escena, y al tomar el poder, empieza a mostrar los signos de lo que será otro dictador. Realmente es a lo que lleva el ejercicio del poder. 338
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“La siguiente obra es ´El laberinto´, que es más que un estudio de la ética del científico. Es una visión mía sobre el individuo y la sociedad: la sociedad paranoica y el individuo al que lo llevan a eso. Ese individuo es un científico. Entonces, se llama así porque abordo el laberinto del pensamiento, la paranoia es un laberinto de ideas, creado por el temor, y el temor en esa obra lo fijo como un medio para ejercer el poder sobre una sociedad”.
“Las Fisgonas de Paso Ancho” Luego viene ´Las fisgonas de Paso Ancho´. Siempre me pregunté cómo hizo un escritor judío, supuestamente muy cercano a su comunidad, para conocer al pueblo, a los sectores populares, con tanta profundidad para escribir una obra que se conserva vigente décadas después y que he visto en montajes en escuelas y colegios por todo el país. “No es difícil para un autor conocer al pueblo. Un autor tiene que ser un buen observador de la sociedad. ´Las fisgonas de Paso Ancho´ no es la obra de un judío viendo la sociedad. Es un autor. Es más, es la visión de un niño, como le puede pasar a cualquier niño costarricense, igual da si es budista o católico. “´Las fisgonas de Paso Ancho´ tiene mucha importancia para el teatro costarricense porque cumplió con un fin: atraer un nuevo público, un público masivo. Es un teatro modesto, que le habla a la gente con su propio lenguaje, con personajes que son reconocibles, en una situación de tipo universal, que es el manejo amarillista en la prensa, con análisis de la autoridad extrema y las relaciones de familia en las que aparece la agresión del hombre hacia la mujer. Le voy a dar una copia del montaje que hicieron en El Zamorano, en Honduras. Lo vi por internet”, cuenta don Samuel. Se pone de pie, va hacia su escritorio, luego hacia una pequeña biblioteca que hay en su despacho. Tiene una sonrisa de satisfacción que inició a formarse cuando empezamos a hablar de su obra. Inició como cuando el sol no ha salido pero lo delatan las espaldas de las nubes. En este momento, es como si el sol ya no pudiera ocultarse más, porque no hay algo en el cielo tan grande para ocultarse. “Muchas veces ni me piden permiso para montar ´Las fisgonas de Paso Ancho´. En esa obra ya hay una Costa Rica urbana, pero que genera el mismo fenómeno de la
Camilo Rodríguez Chaverri
339
marginación que se genera hoy. La obra coincide con la formación de los primeros anillos de miseria. “Guido (Sáenz, su gran amigo, el ministro de Cultura) cuenta una historia que me encanta: cuando estrenaron ´Las fisgonas de Paso Ancho´ en la Escuela República de Argentina, porque la presentaban en montones de escuelas y colegios, Don Pepe se enteró y fue a ese centro educativo porque no la había visto. Llegó con Doña Karen y sus hijas, y no había sitio. Entonces, sacó un pañuelo, para que se sentara doña Karen en el suelo, y se sentó en el piso con su esposa y sus hijos. ¡Qué gesto de apoyo a la cultura! A Don Pepe le fascinó. Dicen que se reía mucho. Después me hizo los comentarios pertinentes. Esa idea de que don Pepe la vio sentado en el piso de una escuela me parece conmovedora”.
“Un modelo para Rosaura” “´Un modelo para Rosaura´ surgió porque Doña Carmen Naranjo me invitó a participar en el concurso de la Editorial Costa Rica, que era el primero que se hacía de teatro. Envíe bajo seudónimo esa pieza, en la que se me nota la influencia de Pirandello. La mandé con un seudónimo del que ya ni me acuerdo. Creo que le puse nombre de mujer. La cuestión es que no sabían quién era el autor. Ni siquiera se lo sospechaban, según me dijo Guido Fernández. Ganó el premio. Y recuerdo que cuando nosotros regresamos a Costa Rica, la Compañía Nacional de Teatro tenía la empresa de montarla. Tuvo una pésima crítica pero hubo una mala intención. La mala intención no fue tanto de Andrés Sáenz. La crítica fue de Lil Picado, que nunca había hecho crítica de teatro. ¿Usted ha visto que al día siguiente del estreno de una obra se publique la crítica? Pues así pasó. Ya la tenían preparada. No creo que Lil haya escrito esa crítica. Siempre me pareció muy de la mano de Andrés Sáenz. Hasta José León Sánchez escribió algo así como ´este es un entierro de primer orden de Samuel Rovinsky´. “´Un modelo para Rosaura´ es la historia de dos hermanos, un muchacho y una muchacha. Ella tenía aspiraciones también intelectuales, como su hermano, pero esas aspiraciones para hacerse independiente se frustraron porque escogió el modelo Dior, como se le dice en la obra, es decir, matrimonio con hombre rico, con fiesta rumbosa. Los hermanos vuelven a encontrarse años después, y ella le revela sus frustraciones. Nunca me expliqué por qué se 340
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
generó tanta alharaca por esa obra. Acababa yo de regresar de París. Creo que vino por ahí la cosa… “Años después, tanto Lil Picado como José León Sánchez vinieron a excusarse, me dijeron que estaban arrepentidos de haber escrito lo que escribieron. No soy rencoroso. Incluso hemos tenido una buena relación, sobre todo José León Sánchez y yo”.
Polémico “Después de esa obra viene ´Los pregoneros´, que fue finalista del Premio Tirso de Molina, en España. Aquí la publicó doña Graciela Moreno, en un programa que se llamaba ´Teatro en el teatro´. Ahí se quedó. Creo yo que es una obra que merece ser representada. Es la historia de un periodista en el círculo de la información. Es polémica, sobre todo porque trata no sólo acerca de la manipulación de la información, sino, además, sobre el financiamiento de la información, el negocio. “´Los intereses compuestos´, estrenada por ´El teatro de la colina´, está basada en una estafa financiera que sufrió la Caja Costarricense del Seguro Social. El tipo se fue del país. El tipo que manejaba la financiera. Realmente, la obra de lo que trata es de la codicia, que lleva a la gente ingenua a perder su dinero en las financieras. Son personajes de carne y hueso, que aspiran a tener una refrigeradora y a darse el gusto de un viaje a Disney World, pero que no podían hacerlo… Es imposible que una empresa ofrezca intereses tan altos y tenga a su vez utilidad, pero la gente no piensa en eso. Le llamo ´Los intereses compuestos´ porque uno de los personajes no saca su dinero. Es un hombre viejo, a punto de pensionarse, hipoteca la casa, y, como quiere duplicar su capital, lo pone en ´capital más intereses compuestos´. “La siguiente obra es ´El martirio del pastor´, que fue finalista del Concurso Casa de las Américas. Lo editó Educa, con Sebastián Vaquerazo. Fue en el año 82 cuando quedó de finalista. Disputó el premio con la obra de un mexicano. Considero que es una obra que sigue teniendo vigencia. Es en relación a los fines eclesiásticos de la Iglesia Católica, que supuestamente está con el pueblo, está por el pueblo y muchas veces está separada del pueblo… ”No recibí muchas críticas. Bueno, Andrés Sáenz dijo que era un panfleto y, además, una obra aburridísima. No podía esperar yo otra cosa de él. En cambio, en Nueva York la Camilo Rodríguez Chaverri
341
consideraron la mejor de un festival, y también con esa obra, en México, le dieron un premio a la Compañía Nacional de Teatro como mejor conjunto extranjero. “La han seguido montando. La montaron en El Salvador, como yo esperaba. Es una tragedia en la forma y es un drama histórico por el contenido. Tragedia en la forma, porque trata acerca de Moseñor Romero, que era un hombre con ideas conservadoras en la iglesia, por lo que es elegido arzobispo, pero el contacto con la realidad, con el pueblo, lo va cambiando. Es conciente del peligro que corre, pero sigue denunciando la desigualdad, hasta que lo asesinan. Por otra parte, por los personajes de la obra, puede verse como un drama histórico. “En El Salvador la han elogiado mucho, en Canadá la presentaron en la Trinity Church, y fue muy elogiada y criticada. Me parece que es un tema muy vigente, pero que no se ha montado tanto como incluso la gente ha querido por las dificultades propias del montaje. Hasta el momento, de todas las obras que he escrito esta es la obra más cara por el montaje. Tengo otra que sería más cara, ya está escrita, pero no la he publicado. La verdad, no me parece que una obra sea publicada antes de ser montada, a no ser que pase como con ´El martirio del pastor´, ya que creyeron que no iba a ser publicada. “Creo que ninguna obra debe ser publicada antes de su montaje porque el autor tiene derecho, desde Shakespeare hasta nuestros días, a modificar el texto después de verlo en escena. Es más, eso hice yo con ´Gulliver dormido´. No es igual escribir e imaginar una obra en escena que verla. La obra no termina en el texto sino en el escenario”.
La víspera del sábado “´La víspera del sábado´ es una obra autobiográfica. Trata acerca de hechos ocurridos en el país durante los años 41 y 42. Es el drama del inmigrante que se establece en un país y tiene que adaptarse a un trabajo, a la educación, al sistema de salud pública, si puede. En esta obra los inmigrantes se ven a sí mismos. Curiosamente, los comentarios que he tenido no provienen solamente de judíos. Está pasando de manera muy dramática en nuestro tiempo. También quise dejar constancia de la posición humana de una familia que ayudó a los perseguidos. Por ejemplo, en el año 42, se da la declaración de guerra contra Japón y Alemania, por parte de nuestro país. 342
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
En el mes de julio se da una manifestación antifascista, En la calle persiguen a todos los italianos y alemanes. Un vecino nuestro era italiano y trabajaba como sastre. Mis padres le dieron acogida en la casa. Si usted se detiene en el contenido, es para contraponerlo a ´La noche de los cristales´, en Alemania, donde nadie hizo nada para ayudar a los judíos. Al contrario, fueron cómplices del nazismo, en el año 34. No es drama inventado. Es la realidad. Por eso digo que es autobiográfico, “La siguiente obra es ´Gulliver dormido´, que es la parodia del discurso político engañoso. Ese discurso es más falso todavía cuando se produce una crisis en la sociedad, como ahora. Algo provoca esa crisis, y ahí vienen los políticos para defenderse y para aprovecharse de la crisis. Casi toda la obra está compuesta por discursos de diferentes posiciones ideológicas. “´Big bang´ es una comedia un poquillo ligera, liviana… Es sobre la posición en que se encuentran los científicos con respecto a la religión. Tratan de responder a la pregunta ´¿es el mundo creado o no?´ Cuenta la historia de un profesor de la universidad. Va al parque a colgarse, a suicidarse, porque no puede soportar la idea de que él fue creado. La obra cuenta también cómo es rescatado por una mujer, que sí cree en la creación. “´Un trágico tico a su pesar´ es una adaptación de Anton Chejov. Es sobre las angustias de un padre de familia, de clase media, que ve reducirse su presupuesto familiar. Todo gira alrededor de un paseo a Manuel Antonio. Con el paseo se va notando cómo se redujo el presupuesto porque primero iban a Disney World, y tienen presente que, al final, van a tener que pensar si por lo menos les va a alcanzar para una tienda de campaña en la playa”.
El montaje más ambicioso “Tomo historias de todo lo que vivo, de lo que me encuentro. Los escritores simplemente magnific amos un poco más los dramas. “Ahora estoy con una obra muy ambiciosa. Se llama ´Ahí viene el tren´. Esa obra es la que exige el montaje más grande. Además, es el montaje más caro de todos. Trata acerca de la historia de la construcción de los ferrocarriles en Latinoamérica, tomando como base el caso de Costa Rica. El personaje lo tomo pensando en tres figuras de la historia: Camilo Rodríguez Chaverri
343
Minor Keith, quien construyó el ferrocarril al Caribe de nuestro país, y sus dos tíos, los dos hermanos de su mamá que se dedicaron a esta aventura en varios países de América del Sur. No es la historia exacta lo que me interesa, sino la siguiente interrogante: ´¿qué fue, en el siglo XIX, lo que llevó al colonialismo, a la destrucción de sociedades en África, a la muerte de tantos obreros en la construcción de ferrocarriles desde Estados Unidos hasta la Patagonia?´. Todo parece indicar que la respuesta fue la imagen del progreso, una imagen que trajo progreso sólo para unos y mucha destrucción para otros muchos. Es una lección humana metida en la historia. “Esta obra se acerca mucho a la comedia musical. Creo que se la pueden arreglar para que no resulte tan caro el montaje. Si existe un interés real en montar esta obra, se puede trabajar con quince actores y proyecciones multimedia. Así se abarata mucho el montaje. “Esta obra contempla baile, danza, canciones… Pienso que sería muy entretenida y muy ilustrativa, porque lo hace pensar a uno acerca de cuál era la imagen de progreso en el siglo XIX y en el siglo XX, pero además, cual es en el siglo XXI. Creo que ahora la respuesta con respecto a la idea de progreso es la globalización, y de nuevo es una idea que lleva progreso sólo a algunos. “También tengo una obra nuevo que se llama ´La invitación´, que es una adaptación de un cuento. Es un juguete cómico. El cuento en inglés se llama ´The lunching´. Aunque la obra transcurre en París, el cuento está adaptado al teatro pensando en el público costarricense. La obra consiste en el diálogo de una actriz ya famosa y un escritor que ha publicado su primer libro. La actriz ya leyó el libro, y lo invita a almorzar en su hotel, que es muy caro. El escritor termina pagando la cuenta, abrumado por los comentarios de la actriz. No le parece que después de lo que ella le dice, él pueda aceptar que además le invite. Al final, él calcula que en los próximos 15 días no podrá comer… “Esta obra va a acompañar una obra nueva, en un acto, de Daniel Gallegos. Será Haydee de Lev, de nuevo, la encargada de llevar adelante este montaje. Yo forcé a Daniel a escribir una obra en un acto. Él no tenía ni una. Ya en estos días empiezan los ensayos. “´El hacedor y su asistente´ es lo último que he escrito. No sé si voy a terminar con eso o todavía no. Mejor no voy a hablar mucho de esta obra…
344
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“En lo que estoy más bien es esperando a ver si montan ´Ahí viene el tren´. Sólo podría ser que la monte la Compañía Nacional de Teatro. Por supuesto que no lo puedo hacer en el Teatro Nacional, porque soy el director, y eso sería favorecer la corrupción. Si ellos (la Compañía Nacional de Teatro) no lo pueden montar, no se monta la pieza… Así de sencillo”.
La narrativa “En cuanto a los libros de narrativa, devolvámosnos y hablamos de cada obra. El primer libro publicado es ´La hora de los vencidos´. Es el primer libro de cuentos. Son cuentos de historias que me ocurren en México en mis tiempos de estudiante unos y en los primeros años de mi regreso. Ocurren como siempre: en la memoria, en la imaginación, sólo parten de hechos que me ocurrieron aquí o allá, y después es trabajo del escritor. Ese fue mi primer libro publicado, en 1963. Tuve el gusto y el honor de que ese primer libro mío también fue uno de los primeros de la Editorial Costa Rica. Por ser de los primeros, nos daban a escoger a alguno de los artistas costarricenses del momento para que ilustraran el libro. A mí me tocó trabajar con Juan Manuel Sánchez, ´El Indio´ Sánchez, el gran pintor y gran escultor. Se imagina qué honor para mí. Conservo el libro como una reliquia. Una segunda edición de EUNED tiene un prólogo de Miriam Bustos, que es muy buena cuentista. “A la gente le gustó mucho este libro. Son cuentos muy sencillos, sin alguna proeza estilística o literaria. Era exactamente lo que yo podía escribir en ese tiempo. “El segundo libro de narrativa es ´Cuarto creciente´, una autobiografía novelada, que obtuvo el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en la rama de ensayo. Realmente no era una novela. A pesar de eso, siento que es más cercana a la novela que al ensayo. Sin embargo, no existía en ese momento el premio a ´libro no ubicable´, que es la denominación que mejor le cabía, aunque la verdad es que los libros con que uno comienza son ensayos todos. “En ese momento comencé yo a hacer literatura, conciente de lo que escribía. Luego viene el libro de cuentos ´La pagoda´. Es una colección de cinco cuentos, dos de ellos se han quedado hasta nuestros días, ´La pagoda´ y ´La aventura´. Digo que se han quedado hasta nuestros días porque permanecen en traducciones en distintos idiomas así como en antologías. Por
Camilo Rodríguez Chaverri
345
ejemplo, la primera antología de cuentos de Centroamérica, que preparó Sergio Ramírez, incluye ´La pagoda´. “La primera novela fue ´Megalópolis´. Yo la escribí en 1973, pero se publicó hasta muchos años después. Se publicó aquí por entregas, en el periódico ´Al Día´, en 1997. Cada entrega era semanal. Se publicó al estilo del siglo XIX. “A cargo del proyecto de esas publicaciones estuvo un muchacho Chavarría, hijo de un amigo mío, arquitecto, que se fue a estudiar a París y se quedó allá. En un intento por venirse, se trajo a este muchacho, y aunque el papá se devolvió, él sí hizo su vida en Costa Rica. Es un periodista muy culto”
Ceremonia de casta “La siguiente obra es ´Ceremonia de casta´, Premio Nacional Aquiles J. Echeverría, ahora sí en novela. La verdad es que nunca pensé en la posibilidad de escribir una novela. Me limitaba a cuentos y a teatro. Pero antes de irme a París, me habían dicho dos hombres que he respetado muchísimo, Isaac Felipe Azofeifa y León Pacheco, cada uno por su lado, que veían en mi forma de escribir cuentos el estilo para escribir una novela. Realmente el que me convenció fue Alejo Carpentier. Me dijo lo que ahora yo le digo a los jóvenes: ´uno no tiene que dedicarse a escribir todo el día, sino en las horas en que pueda tener la capacidad creativa´. Ningún escritor va más allá de lo que puede producir en dos horas como máximo. Todo lo demás viene casi por arrastre. Cuando uno empieza a pulir, se da cuenta que después de ese tiempo en que exprimió su capacidad intelectual, se desecha mucho de lo que se escribió. Carpentier me confesó que sólo escribía dos horas por día. “Practiqué la destreza con ´Megalópolis´. Cuando vi que salía una novela, aunque nada excepcional, pero salía una novela, entonces escribí una novela con base en un cuento que tenía malogrado. Era una historia muy grande para un cuento. Es el bastardo que está fuera de la casa, imprecando al padre natural, que es un hombre rico, que no lo reconoce. Es un tema muy latinoamericano. “Tuvo muy buenas reacciones, muchos comentarios en su tiempo, y todavía la siguen elogiando por la forma de ver esa estructura social, jerárquica, que se reproduce en la familia tradicional. En este caso, una familia de riqueza de origen cafetalero, que está en transición hacia la sociedad 346
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
moderna, empresarial. Ese traslado temporal y espacial hacia otra forma, hacia la ciudad, trae consigo también la aparición de otro tipo de empresario, que está metido en lo político. El hijo natural, que en la segunda novela que escribí sobre este tema se habrá enriquecido en el ámbito empresarial, es una figura de la sociedad latinoamericana. Es una exploración interesante. “En la primera novela están los reclamos, las imprecaciones. En realidad, todo sucede en la mente de los que asisten a una cena. Cada uno de los personajes piensa al otro, piensa a los otros, en la última cena de Juan Matías”. Aprovecho para preguntarle acerca de la influencia del boom latinoamericano en sus obras, pensando en ese personaje, en Juan Matías… “Creo que el boom latinoamericano no influyó en mi estilo, pero que ahí está la figura de Matías, que es propio y característico de nuestros países. Soy admirador sobre todo de los grandes escritores norteamericanos, Steinbeck, Faulkner, y también de los nuevos, que no se han consagrado. Los leo en inglés. Desde hace años leo mucho en inglés. También leo muchas novelas y cuentos en francés”.
Cuentos judíos “El siguiente libro fue ´Cuentos judíos de mi tierra´. Son pequeñas viñetas, en las que mucha gente se ve reflejada. Cada personaje es el equivalente a varias personas en una situación determinada, da una idea del porqué una conducta de los inmigrantes en una etapa de su vida. Es la historia de la generación anterior a la mía en su aventura de llegar a un país como Costa Rica. “Luego me publicaron ´El embudo de Pandora´, que es una selección de cuentos. Hay algunos nuevos, más especulativos, más trabajados, más experimentales. El cuento ´El embudo de Pandora´, precisamente, es experimental. Es una selección de cuentos de la Editorial Costa Rica, donde están algunos de los cuentos míos que han quedado para la historia, como ´La aventura´, ´La pagoda´ y ´Los ojos del gato´. “´Herencia de sombras´ es una novela independiente, pero viene siendo la segunda parte de ´Ceremonia de casta´. Aquí aparecen los hijos y nietos de don Juan Matías, los hijos de ´el innominado´, que es asesinado en el comienzo de la novela. Esta obra tiene más trabajo en el estilo. También es otro estilo. Me parece que es una obra cinematográfica. Son Camilo Rodríguez Chaverri
347
cuadros. Esta va más sobre la acción, dentro de una situación determinada. “Después está ´Dulce sabor de la venganza´, que es un libro de cuentos eróticos. A como describen los escritores nuevos las escenas eróticas, descarnadamente, creo que mis cuentos no asustarían ni a una monja. Pienso que la literatura se presta más para la sensibilidad, para el sentido del humor y para la delicadeza. “Otro libro de narrativa es ´La tierra prometida´, que es una obra inédita. Pensé que la iba a publicar, pero no la he sometido a ninguna editorial. Es una visión humorística de ´El Génesis´. Empieza con la salida de Abraham de Ur, su paso por la Sumeria, que en la Biblia la llaman Calidea, y termina en Egipto con las reflexiones de José, y su paso por esa tierra. Me parece que la tierra prometida sigue siendo prometida, pero cuando llegan se encuentran con conflictos, o nunca llegan…”.
De escritor a escritor Don Samuel Rovinsky también ha sido un promotor de la obra de otros escritores, y ha hecho ingentes esfuerzos por acercar los lectores a la obra de los autores nacionales. De ahí surgió su programa ´De escritor a escritor´, que produjo canal 13 hace algunos años. “´De escritor a escritor´ fue un programa interesante, en el que un escritor entrevista a otros escritores. El programa estuvo al aire durante casi dos años. Comencé con una entrevista a Carlos Fuentes. Simplemente hice una entrevista que me había pedido don Guido (Sáenz), cuando estuvo de gerente del SINART. Yo era el subgerente. Un día llega Guido y me dice ´mirá, que está aquí Carlos Fuentes, en una reunión latinoamericana sobre educación, y no tengo a ningún periodista que conozca su obra. ¿Por qué no hacés la entrevista vos, que conocés su obra?´. “Yo había conocido a Carlos Fuentes en México, pero nunca había hecho una entrevista. Se lo dije a Guido, y él me contestó, ´ah, no jodás´. Después de la entrevista, que nos quedó muy bien, Guido me dijo ´¿por qué no hacés un programa?´ Al final, hicimos 54 programas. Entrevistamos a Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Vázquez Montalbán, Rosa Montero, Manuel Vicent, Heredia y algunos otros escritores latinoamericanos.
348
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
“Para cada entrevista leía la obra de cada quien, y bueno, da la casualidad que los que venían eran aquellos de los que yo ya había leído su obra. Era un programa sin cortes, de media hora nada más, porque me parece que eso es lo que sostiene la atención la gente en una programa de entrevistas en televisión. “De los escritores nuestros, entrevisté a José León Sánchez, a Tatiana Lobo, a Julieta Pinto, a Daniel Gallegos, a Beto Cañas, a Abel Pacheco… Por cierto que la de don Abel nos salió muy simpática. Él es un gran dicharachero y un escritor muy inteligente. Lo conozco desde pequeño a Abel porque estuvimos en la Buenaventura Corrales. No me disgusta como presidente porque sé que es incapaz de robarse un cinco. “En ese programa aproveché el espacio para hacer una serie sobre el teatro, también con directores costarricenses. Siempre he sido más espectador y lector que autor y dramaturgo. Así me siento yo. Por eso es que me gusta oír a otros dramaturgos. Eso lo apliqué en las entrevistas siempre. Hay que hacer las preguntas que podría hacer un lector o un espectador, y que tienen que ver con revelar la personalidad del escritor, su técnica literaria…. Me interesó llevar a la televisión personajes del mundo de la literatura para que hablaran de su obra, no para que me conocieran a mí como entrevistador. Tampoco para lucirme. Esa fue la fórmula para que los programas gustaran tanto”.
Teatro nacional “Ahora soy el director del Teatro Nacional. Ha sido un reto muy interesante. Siempre parto de ideas muy sencillas. El Teatro Nacional, aparte de ser un monumento nacional y de guardar una tradición, debe ser funcional, debe ser un teatro para las artes escénicas, de manera que cuanto más público tengan las artes escénicas, más obligados están los artistas a superarse. Si no se superan, los abandona el público. No hay teatro sin público. Cuanto más público y más joven sea ese público, más se producirá esa superación. Mi trabajo ha sido modernizar el teatro en su función, la función propia del teatro, darle la facilidad a la gente para comprar boletos, darle cobijo a los grupos independientes, traer espectáculos que generen entusiasmo… Por ejemplo, en diciembre del año pasado fue un empecinamiento mío que se hiciera ´El cascanueces´, porque es para la familia, y es especial para la época de la Navidad. Los niños que vinieron a ver Camilo Rodríguez Chaverri
349
este montaje quedaron para siempre con la imagen de un momento placentero y mágico. “En el año y tres o cuatro meses que tengo aquí en el teatro, veo con satisfacción que varios de los planes y proyectos y los objetivos que nos propusimos se han cumplido. Para este año tenemos más proyectos. Queremos darle realce al ballet, para obligar a la superación a la danza contemporánea. Por supuesto que no tenemos que hacer mucho en el campo de la música, porque está hecho por la Orquesta Sinfónica Nacional, que atrae mucho público. En música es poco lo que debemos añadir, pero en danza hay que crear un público nuevo. “En el 2004 tuvimos dos fiascos en cuanto al publico. La gente no vino a ver ´Rinoceronte´, no sé por qué, y tampoco vino a un espectáculo de danza contemporánea. Eso nos preocupa, sobre todo porque la Compañía Nacional de Teatro tiene 30 años y la Compañía Nacional de Danza tiene más de 20 años; sin embargo, el país no ha formado un nuevo público. “Se hace en Costa Rica un teatro comercial, que sí tiene un público, pero eso es punto y aparte. El asunto es que el público que iba a ver, por ejemplo, ´El martirio del pastor´, que era como una misa en escena, con señores vestidos de sacerdotes, con jesuitas, con monjas, encontraba que ese teatro era atractivo. Hubo 66 representaciones en el país, siempre con teatro lleno. Pero, aunque me duela admitirlo, la verdad es que se perdió el público de los años 70 de la Compañía Nacional de Teatro y del Teatro Universitario.
La misión “La misión es ir creando un nuevo público, es mostrar que sí hay tradición en el ballet en Costa Rica. Este ballet juvenil que se presentó en el Teatro Nacional con el montaje de ´El Cascanueces´ ya puede considerarse profesional. Percatarse de eso genera un gran entusiasmo, porque son jóvenes, y siempre los montajes tienen bailarines invitados, en diciembre fueron unos cubanos. Su aporte fue notable, y eso también estimula. “En el 2005 vamos a dar más oportunidades también al ballet sin descuidar la danza contemporánea, y en teatro vamos a hacer varios experimentos con el Teatro Vargas Calvo, que nació a la sombra del Teatro Nacional con el objetivo de brindarle un espacio subsidiado a los grupos 350
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
independientes. Lo único es que este año tendremos sólo dos obras porque lo estamos remodelando. “A propósito, ¿sabe de qué no le he hablado?. De mi ensayo ´La dramatización de lo inmediato´. Después de cuarenta años de trabajar en teatro, este ensayo sintetiza mi visión del teatro. Es una teoría sobre el teatro. Me serví de dos obras para hablar sobre la comedia y la tragedia: ´Gulliver dormido´ en cuanto a la comedia y ´El martirio del pastor´ en el caso de la tragedia. En el ensayo hago un análisis desde Platón hasta los teóricos franceses para enmarcar ahí mi visión del teatro y la experiencia adquirida por el montaje de mis obras. Lo primero es que, dentro de un marco teórico, podría conceptuarse la primera que mencioné como una comedia y la segunda como una tragedia, pero en ambos casos como retrato de lo inmediato, como también hice con ´Las fisgonas de Paso Ancho´, el suceso actual que llevo todavía fresco al teatro. La idea mía es que es importante hacer una dramatización de la inmediatez. En el teatro el tiempo es fugaz. Lo que vemos en el escenario inicia cuando se enciende la luz, se da el transcurso de lo que sucede y se refleja la realidad en el tiempo. Todo termina cuando se cierra el telón. “En el ensayo establezco parámetros de la dramatización de lo inmediato. Ese texto me permitió optar por la Academia de la Lengua, para ser académico de número. Lo publicaron en la revista de Cultura. También tengo tres conferencias que dicté en Estados Unidos, una sobre el dramaturgo, otra sobre el grupo escenificador y la tercera sobre el público… “A nadie le ha interesado publicarlas. Es un trabajo más extenso que el ensayo del que le hablé. Las tres conferencias son como 70 páginas… El teatro y la literatura han sido mi vida, los grandes motores de mi existencia. Por eso sigo pensando acerca de los fenómenos por los que atraviesan, y lo seguiré haciendo hasta mi muerte. Es el destino del escritor”.
Camilo Rodríguez Chaverri
351
Ray Tico
El rey de la guitarra
Esa guitarra es una mujer. Él la abraza contra el pecho como si estuviera descompuesta, le pasa una mano por el cuello con dulzura y otra por la cintura como si quisiera sacarle un demonio que se le esconde en las entrañas. El artista le infringe un severo castigo al mal que anida en esa mujer con cuerdas que tiene en los brazos y después del dolor de aquel enfrentamiento, sólo quedan ráfagas de belleza en un ambiente luminoso. No necesita luz el recinto donde Ray Tico toca su guitarra. Aquella música es incandescente. Su guitarra es una criatura mágica, que hace las veces del bajo y de la percusión. Su caja de resonancia es un tambor en las manos del limonense de infaltables anteojos oscuros, que le pasa la mano a las cuerdas como si estuviera reconociendo la piel de una mujer y que casi vuela cuando canta. Esa manera de tocar la guitarra es única. Nadie más en el mundo ha podido convertir a ese instrumento en tantos instrumentos a la vez. Y es que la guitarra de Ray Tico no sólo le sirve para tocar: es la bailarina que acompaña a su voz. A veces baila tanto, tanto, que uno no sabe si más bien nació para bailar. Su eterno amante la toma como si estuviera bailando un tango con ella. La guitarra va y viene mientras sigue sonando como debe hacerlo cualquier guitarra segura de sí misma, pero también como otros instrumentos. Y va y viene como seguramente lo hacía Isadora Duncan. Al final, uno intuye que el instrumento ha quedado satisfecho, que el gozo no fue para quienes escucharon, sino también para ella y para él. Han pasado cuatro años desde la primera vez que le pedí a Ramón Jacinto Herrera Córdoba, internacionalmente conocido como Ray Tico, que me permitiera entrevistarlo sobre su vida. 352
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Siempre me dijo que sí, pero que más adelante, y fueron tantas mis peticiones y ruegos que pronto me di cuenta que no tenía ningún interés en hablar conmigo sobre su historia personal. Sin embargo, siempre era atento y agradable, porque no sabe ser de otra manera. Tiene una relación bellísima con el mayor de sus nietos, Ernesto Castillo, quien ahora hace las veces de agente de su abuelo. Y tuve que recurrir a una amiga en común, Mónica López, para convencer a Ernesto de que nos ayudara a hacer una cita con Ray Tico. El encanto de Mónica pudo más que todas mis súplicas. Quedamos de vernos un viernes a las ocho de la noche en el apartamento del nieto, pero siempre tuve presente la idea de que aquella cita se malograría. No nos vimos a las ocho, ni a las nueve, como me lo temía, porque los habían invitado a un bar, para que Ray tocara algo. Así que la cita inició a eso de las diez y media de la noche. Iba Mónica, por supuesto, como autora intelectual de aquel encuentro, y con nosotros llevábamos una botella de vino rosado, el remedio que tiene Ray para todos los males, y una pizza grande. Había que romper el hielo, y el vino en algo ayuda.
Leyenda que canta Ray Tico nació en San José, pero su infancia es una leyenda de Limón. “Me llevaron a Limón de meses de edad. Siempre me he considerado limonense. Nací el 8 de noviembre de 1927, pero la mujer que estaba escribiendo puso 1928, no sé si estaba enojada con el esposo o algo así”, dice Ray, mientras la sonrisa nos dice que hay algo detrás de los anteojos que echa chispas... -Mi infancia fue un poquito incómoda, un poquito dificultosa, como las infancias de la gente pobre y de los grandes artistas. Es una historia muy grande, no me gustaría comentarla. No es nada grave: simplemente que quedé solo desde muy chiquito, y me criaron en una familia que no me vio nacer. La leyenda en Limón cuenta que Ray Tico cantaba en la puerta de los barcos, cuando era apenas un chiquito. “Sí, es cierto. Cantaba en los barcos, siendo un chiquito de 6 ó 7 años. Cantaba con maracas. Recuerdo que mi repertorio se limitaba a ´La vereda tropical´. No tenía más música
Camilo Rodríguez Chaverri
353
“Quedé solo, muy solo, siendo muy pequeño, y no tuve el privilegio de contar con una familia. Estando solo me defendí como un vikingo…”. La necesidad y el dolor siempre pueden llevar luz en sus entrañas… “Trabajaba en una barbería en Limón. Ahí había una guitarra, y yo empecé a travesearla. Fue mi primer contacto con este instrumento que amo. “Yo limpiaba la barbería, y aprendí el oficio. Es muy entretenido porque uno se entera de todos los detalles de la vida de la gente del puerto, y yo era muy ´bino´. Ya no lo soy. Lo otro importante es que me encantaba bailar”. Después, una nueva sonrisa pícara, que presagia una travesura, delata al niño fogoso que no ha dejado de ser. “Cristina era la hija del barbero, y abusó de mí. Por eso me echaron, pero no ponga eso, porque ella no quería. Ella era maestra mía, me dio clases en primero y segundo grado, y simplemente era la hija del barbero. Decían que era medio ´locaria´, pero es que también tenía alma de artista”.
Encuentro con el destino “Lo cierto es que en la barbería empecé a sacar acordes y en eso, un día, me vio Conchita Coblentz, hija de la primera mujer dentista que tuvo Costa Rica. Era tan linda, tan linda… Yo supe que a si esa niña tan bonita le gustaba cómo yo tocaba la guitarra, ese instrumento iba a ser una herramienta y una aliada muy especial en mi vida. Yo era un niño precoz, así que empecé a hacer movimientos con la guitarra, como si quisiera bailar con ella, y hasta me tiraba en el suelo para verle las piernas a Conchita. Así nació mi amor por hacer de la guitarra otras cosas. Era bella, bella, bella… Cantaba, tocaba guitarra, era una muchacha lindísima, y cantaba bellísimo. Yo creo que ella es la primer responsable de todo lo que me ha pasado. “Cuando eso, cantaba con un acorde una sola canción. Después fui formándome yo mismo, creando un patrón musical para mí. Cree un patrón musical, hice un patrón musical que no se parece al de nadie. “Hasta el momento, lo que hago en la guitarra no es convencional, pero tampoco fue que lo pensé mucho. Sólo tomé la guitarra y empecé. “La gente me quería mucho porque yo era muy limpiecito, y siempre andaba bañadito como un pescadito. Coqueto, es cierto, era coqueto… Bailaba, tocaba guitarra y me querían 354
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
mucho en Limón. Entonces, hasta los turistas americanos me amaban y me llevaban en hombros hasta el barco. Cuando eso, todavía no tenía guitarra, era la del barbero, que me prestaban, y era más grande que yo. “Hasta que un día un marinero me regaló una guitarra para que yo aprendiera a tocar. Después, el guarda de los muelles no me quería dejar bajarla del barco. Con los ojos míos de jovencito, vi aquella guitarra muy bella, muy bella… Y como no me dejaron sacar la guitarra, me dolió mucho y me puse a llorar. Comencé a tocar la guitarra, a sacarle acordes… Pero el egoísmo del guarda era muy grande. Al final, como me vieron llorando, hicieron una rueda a ver qué me pasaba, y entre un montón convencieron al guarda para que me dejara bajarla del barco…”.
Una mujer en los brazos “Tomaba la guitarra en mis brazos y cada día aprendía más. Pero siempre aprendí solo. Bueno, Conchita me ayudaba. No, más bien Conchita me inspiraba. Linda era la Conchita, usaba unas enaguas anchas, y cuando se daba vuelta, a veces venía el viento, venía y fácata… Qué dichoso que era yo por culpa del viento. La Conchita y su hermano, ´Mon´ Coblentz, eran gente muy linda, muy limonenses. El Cobletz es un apellido francés, pero ellos se criaron en Limón, igual que yo. “Me crié al puro ruido. Salí de tercer grado en Limón y terminé en San José, porque cuando decidí hacer mi vida me fui a vivir a otro lado. Era un hombre viejo, pero de diez años de edad. Mi maestra abusó de mí y a mí, la verdad, pues no me disgustaba mucho. Entonces, eso ayudó a que me entregara a la calle. “Me vine a San José porque me obligaron las circunstancias. El barbero me encontró con su hija, la maestra, me echó, y, ¿dónde me iba a quedar si hasta vivía con ellos? Me vine a la pura intemperie, a la nada… “Había un teatro por el Paseo de Los Estudiantes, el Teatro Latino, y fui a probar suerte. Cantaba con medios acordes. Me metieron en el Teatro Latino. Pedí trabajo en serio, me dijeron que sí, pero no me pagaban. Por la dormida era que cantaba. Venían espectáculos extranjeros y hacíamos shows de variedades musicales. Fue un tiempo muy incómodo para mí. Unos periódicos viejos, de ´El Diario de Costa Rica´ me Camilo Rodríguez Chaverri
355
servían de cobija. Así de duro fue todo cuando me vine para San José. “Recuerdo que el Teatro Latino quedaba al frente de una radio, que era de la mamá de Bernal Jiménez Monge. Tenían una guitarra ahí y yo iba a travesear la guitarra, porque a todo esto me quedé sin guitarra de nuevo. “Por mucho tiempo seguí durmiendo en el teatro, y comía de lo que daban ahí, y del maíz con el que hacían las palomitas. Por eso es que no me gusta contar la historia. Es que me tocaron cosas muy feas… “Después del Teatro Latino me fui para donde una familia a la que le gustaba cómo cantaba. Un día, salí a cantar con la jareta abierta, me avisaron ellos, con mucha prudencia, y desde entonces nos hicimos íntimos. Me invitaron a la casa, a comer, me quedé en la casa de ellos, por el Barrio La California, y comencé una nueva etapa. Me fui del Teatro Latino, y me matricularon en la Escuela México. Ahí estuve los tres años que me faltaban para terminar la educación primaria. “Viví cuatro años con esa familia. Ahí conocí a la familia Gutiérrez Góngora. Ellos son menores que yo, pero eran unos buenos vecinos, y nos hicimos amigos. Es que yo cantaba todo el tiempo, y eso abre muchas puertas. “En ese barrio donde me terminé de criar vivía Guido Sáenz, a la vuelta de mi casa. Su casa era una casa linda, una casa chiquita pero preciosísima. Desde ese tiempo, él hacía unos espectáculos de teatro en el corredor de la casa. Era un mocoso. “Yo también era un mocoso, pero me adaptaba a todas las gentes, y con todos hacía amistad, porque me aceptaban. A mí nunca me ha parecido que discriminen a alguien. Yo nunca lo he hecho. ¿Quién ha visto a un músico racista? “Debe ser porque sentí la discriminación desde chiquito, primero por pobre y por solo, después por músico y bohemio. Al principio fue muy doloroso. Al que tocaba guitarra siempre lo consideraban como lo más bajo. Eso ha cambiado mucho. Ahora asumen que un buen músico es un profesional. Cuando eso, qué va. Más alguien como yo que empezó a cantar antes de hacerse hombre. Apenas estaba en la escuela y ya yo cantaba en la Soda Palace, que cuando eso era de la mamá de Abel Pacheco, el presidente. Ella se llama Marta de la Espriella, y siempre me ayudó mucho”.
356
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Son de recuerdos “En el año 46 conocí a una gringa que tenía un barco, se llamaba Juana. El barco era para pesca de tiburones. En Limón había aprendido el inglés con los turistas, y me valió para que fuera intérprete de canciones. “Viera qué lío más grande fue conseguir el pasaporte para irme. Fui donde Carlos Johannen, el de Migración en esa época, le rogué, me hincaba, le suplicaba, le decía ´tengo la oportunidad de irme en un barco, estoy solo, apenas tengo una lejana familia adoptiva, y en la vida no quiero otra cosa que ser intérprete´. Carlos Johannen fue como un ángel que se apareció en mi vida. “Me encaramé en el barco. Pescaban cientos de tiburones, botaban casi todo y se quedaban sólo con el hígado. Se tiraba una línea de 50 metros, que llevaba como cuarenta anzuelos, y al recogerlas, 24 horas después, venían todos los bichos esos. El destino final era San Diego, California, porque había un lugar que tenía que ver con la compra del montón de hígados de tiburón que llevaban. “Anduve rodando en ese barco y en otros menesteres”, dice, con una risa socarrona, que es más lo que guarda que lo que dice… “Me fui en ese barco pesquero. Por las noches llegaban las sirenas y yo les cantaba. Luego ellas cantaban con el murmullo… Eran mujeres del mar, topless… “Las sirenas son lindas. Cuando yo les cantaba, ellas se reunían, y eran sólo carcajaditas, pero sin perder la elegancia. Cuando venía el capitán o algún marinero, las sirenas se escondían “Después de estar en las Islas Galápagos; en El Callao, en Perú; en Buenaventura y en Tumaco, en Colombia, volvimos hasta un lugar de Ecuador, donde el barco se varó porque la salinera se dañó. Nadie sabía qué era. Era un lugar famoso por las esmeraldas. Ahí me quedé un mes. A los días ya no dormía en el barco, porque Dios hizo que se cruzara otra maestra en mi camino, y ella me adoptó en su casa. “Jesús dio a cada ser humano dones especiales. Todos somos como El Señor, somos semejantes a él, y a cada ser humano le puso un ángel, ese ángel rige los destinos inmediatos de cada ser. Al ángel mío le debe gustar la bohemia y también las maestras”, dice, muerto de la risa. “Ese barco llegó a California, pero yo no podía desembarcar, porque era menor de edad. No tenía 21 años. Me quedé en Camilo Rodríguez Chaverri
357
el barco un mes mientras lo terminaban de arreglar en California. “De todo lo que me gané en el barco, parte de la plata era para la familia que me adoptó. Eso me ilusionaba muchísimo. “Nos devolvimos, y después de un año, es muy pesado volver otra vez en el barco a pescar tiburón. Una vez pescamos una tintorera, una tiburona, la más grande que hay, tenía en la pancita ocho tiburones, una cabeza humana y un brazo humano. Viera qué terrible es eso…”.
Entre los grandes “Recuerdo a los músicos de esos años. Por ejemplo, el mejor guitarrista que tuvo Costa Rica en los años 40, 50 y 60 se llamó José Ortiz Medina. Tocaba la guitarra como los ángeles. Muchas veces le ofrecieron que se fuera con su guitarra para Estados Unidos, pero nunca quiso viajar. Lo más lejos donde estuvo fue en Chiriquí, Panamá. “Ortiz Medina era un costarricense genial, un músico fuera de serie. Me duele en el alma que ahora nadie sabe quién es él. Era un genio, como decir hoy, por ejemplo, Mario Ulloa, uno de los diez guitarristas más importantes del mundo Tan joven como es, y ya es catedrático de la Universidad de Sao Pablo. “A otro que recuerdo de esos años es a Carlos de la Espriella, que uno de los galanes más grandes que había en esa época. Era como una campana: ´tan galán, tan galán…´”. Se muere de la risa de su ocurrencia. Se sostiene el estómago y parece que le sonríe a las estrellas. -Otilio Ulate lo nombró embajador en Panamá, y allá se casó con una mujer muy linda, Nené Mendiola. Vieras qué bien que cantaba ese Carlos campana. En eso detiene el relato. Vuelve a ver a todas partes hasta que sus ojos se encuentran con su nieto, Ernesto. -Papá, recuerde que yo tengo asma. Tráigame otro poquito de vino. Recuerde que el vino es el remedio… “Este vino es un remedio infalible. Ahora bien, yo no voy al médico, porque el médico se pone a decirle a uno lo que tiene, y ya a estas edades no hay solución. El mejor remedio es un compuesto de vino y de guitarra. ¿Qué te parece?”.
358
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Buenaventura y La Habana “Me acuerdo que me fui en el año 56 para La Habana…”. De nuevo, le falta su combustible. -Papito, ¿usted sabe que yo sufro de asma? Por eso es que tomo vino. El vino es el único licor bendecido por nuestro Señor Jesús. Dicho con todo respeto, la primera borrachera que se metió nuestro Señor fue en las Bodas de Canán, y fue con vino, no ves que él era humano. “¿Conoce esa historia, papito? Invitaron a la mamá de Nuestro Señor a las bodas de Canán, una de tantas bodas, pero que nosotros sepamos, fue a la única que él fue. El vino se acabó, pero la mamá ya lo conocía, ya sabía que podía contar con él, aunque El Señor todavía no tenía la disciplina que él creía tener. Viene ella y le dice, y nuestro Señor le contesta, ´mujer, aún no ha llegado mi hora´, y ella, con la picardía que tienen las mujeres, porque las mujeres tienen uno o más sentidos que el hombre no tiene, por eso son las que llevan la carga del universo, sólo se le queda viendo, y le dice a los empleados, ´hagan lo que él les diga´. Diay, no le quedó de otra. Por eso les dijo, ´bueno, llenen de agua esos barriles´. Para sorpresa de todos, de ahí salió el vino, el mejor vino del mundo, y entonces dijo ´entrémosle´. Los fariseos lo criticaron, como siguen criticando a los que seguimos los pasos de El Señor, aunque sea solamente con el vino. ¿Qué me critican porque soy dado al vino? Lo mismito hacía Jesús. Es más, iba a las fiestas de los republicanos. Los fariseos nunca entendieron que era una estrategia. Era que lo necesitaban y esa era la manera de nuestro Señor para acercárseles. Fue muy inteligente. Por algo era el hijo de Dios. “Usted me estaba preguntando por Cuba. El capitán del barco en el que yo andaba me dice ´¿usted va para Costa Rica?´. Ya casi llegábamos a Colombia, y yo le contesté ´Me quedo en Colombia´. “A mi pasaporte don Carlos Johannen le puso destino... sin rumbo. En el barco creían que era hasta antiestético dejar que un niño se enrolara con ellos, aun así me aguantaron un año. Creo que no les di mucho la talla porque lo mío era cantar. Eso de los tiburones me daba hasta miedo. Prefería cantarle a las sirenas. “Después de un año yo pensé ´bueno, lo logré, ya fui marinero´. Esa parte de la vida mía fue bella, como toda la vida mía ha sido bellísima, con todas las hambres y con todas
Camilo Rodríguez Chaverri
359
las vicisitudes. Si me ponen a escoger, vuelvo en la misma onda. “Después del barco me quedé en Buenaventura, cantando. Tuve problemillas en Migración, pero me daban un salvoconducto cada dos o tres meses, y tenía que hacer una presentación para ellos. Anduve por Cali, Bogotá, Medellín y Cartagena. Es más, mi verdadero nombre es Ramón Jacinto Herrera Córdoba, y me pusieron Ray Tico en Bogotá. ´Ray´ porque no me querían decir Ramón, y ´Tico´ porque soy de aquí. “En Colombia me quedé sobreviviendo con la guitarra. Ya para entonces no despertaba de esa magia, de ese sueño… Y todavía no despierto. “Una guitarra lo puede casi todo. Mentira que no. La guitarra jala, hipnotiza, alegra y contagia a todo el mundo. No necesita saber un idioma la guitarra. Un día de estos, en Jazz Café, me lo demostró ese Mario Ulloa del que te estaba hablando. Llenó el lugar con una guitarra. Estaba lleno, lleno, lleno, y era un espectáculo como para un teatro, no para un bar. ¿Ve todo lo que consigue una guitarra? “En Colombia tocaba en hoteles, en orillas de las piscinas, en bares… Un día, me invitaron a una fiesta unos amigos que me querían mucho. Era la fiesta por la celebración del día de la independencia de Colombia. Ahí estaba Pablo Neruda y pude conocerlo. Todo se convertía en poesía cuando las palabras pasaban por él. Cualquier cosa que dijera parecía un poema”.
Romance en La Habana “Conocí a otro gran poeta, pero en Cuba. Conocí a José Ángel Hueza. Recuerdo algo de él que dice ´pasaste por mi vida sin saber que pasaste´. Mi época en Cuba inició en el año 53 o en el año 54. “En Colombia y en Cuba, y también en Nueva York, se me abrieron muchas puertas. Yo no sé por qué. Todo ha sido culpa de mi guitarra. Yo le he cantado a 32 presidentes en 50 años. Entre esos 32 presidentes están todos los de aquí, desde Otilio Ulate hasta ahora… A Otilio un día le estaba cantando y en eso veo que se cae. Estaba hasta el alma… “He conocido a muchos presidentes de muchos países porque tanto en Colombia y Cuba como en Nueva York y también aquí me han contratado mucho para cantar en fiestas de las embajadas, sobre todo la Embajada de Costa 360
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
Rica. Nunca cobré ni un cinco para las actividades de la embajada de mi país, pero al final toda la gente que estaba en el lugar me daba y me caía más plata que si hubiera cobrado. “Por ejemplo, recuerdo que le canté a Tiburcio Carías. Era un hombre con un bigote grandote, precioso el pelazo del viejo… Ay, Dios mío, qué cosas más lindas me has hecho vivir. “En esa época, también estuve un tiempo en Honduras. Estaba de presidente Juan Manuel Gálvez, pero Tiburcio Carías era el que mandaba, era el poder detrás del trono. Recuerdo que yo fui a cantarle para su cumpleaños, “Eso fue hace ya cincuenta años. ¡Cómo pasa el tiempo! ¿Verdad? Allá tuve un amigo muy especial, Fernando Cepeda Durón. Él me quería mucho y me organizaba giras. “¿Sabe donde más he estado? En la casa de don Julio Acosta. Yo estaba muy chiquito, pero también le fui a cantar. “Después de Colombia, convertido ya en Ray Tico, estuve en La Habana. Siempre han dicho que mi canción más conocida es ´Romance en La Habana´. Hay mucha gente que dice que es la más bella canción que se ha compuesto sobre la capital de Cuba. Yo no me lo creo, pero sí hay mucha gente importante que me lo ha dicho, como Paquito de Rivera”. Su nieto Ernesto me presta un librito de un disco compacto de Paquito de Rivera, y ahí viene un texto en el que el gran saxofonista y clarinetista dice lo que piensa de la canción de Ray Tico: “es la más bella canción alguna vez escrita acerca de La Habana. Evoca la incomparable belleza de la capital cubana en los años anteriores a la dictadura de Fidel Castro. Es la Cuba que visitaban Federico García Lorca, Ernest Hemingway, Calloway…”. Su nieto es su agente, su gran motor, la persona que le ayuda a Ray a ´moverse´ en el mundo musical. Mientras conversamos, él apoya con todo lo que tenga a mano. Ahora nos trae un gran póster en el que aparece un anuncio de la presentación de Ray Tico en el ´Philarmonic Hall´, del ´Lincoln Center´, presentado por el famoso conductor de televisión Geraldo Rivera. También nos trae un recorte de periódico en el que aparece Ray junto al senador demócrata Hubert Humphrey, quien fuera candidato a la Presidencia. El periódico es de 1955. Al rato nos muestra otro en el que aparece junto al presidente Lyndon Jonson. -Nunca le tomé importancia a la vida. Si no, me hubiera dado pánico todo lo que hice.
Camilo Rodríguez Chaverri
361
Nat King Cole “Conocí a Nat King Cole en 1954. En 1957 lo volví a ver en Puerto Rico, y en 1958 en Nueva York. Recuerdo que le presenté a una dominicana, muy parecida a su hija en el futuro. Era alta, de ojos verdes, una mulata preciosa… “Yo compuse ´Dominicana´. Después, la grabó Alberto Beltrán. Es la que dice ´Dominicana, quisquillana, quisquillosa…´. “Estoy muy contento con mi vida. Ahora que vimos esa foto con Lyndon Jonson recordé que me dijo que si yo quería ser ciudadano americano, le dije ´okay´, pero nada, nunca vendí la patria. No me dieron ni un besito que me prostituyera. Todo en mí era anti-comercial. “Nunca hice dinero porque era muy inocentón, siempre he sido muy legal. Fui un guerrillero, pero no con una metralla: fui un guerrillero con la guitarra. En lugar de las balas, cantaba mis canciones… “No fui mercantilista, no supe, nunca pude… Cuando le canté a Tiburcio Carías me regaló 250 lempiras…”. Cuando vamos a esta altura de la entrevista, salgo un momento a traer un material al carro, porque quiero comentárselo. Quiero decirle que me enteré que una famosa emisora para latinos que emite desde Miami, Florida, dedica cada día del año a un cantante famoso del mundo, y que entre ellos, el único costarricense al que le dedican un día del año es precisamente a él. Cuando vuelvo, está una muchachada en la casa. La periodista Maricruz Leiva, especialista en espectáculos, su esposo y un joven médico, todos vecinos del condominio donde vive el nieto de Ray Tico y donde tuvimos este encuentro, acaban de llegar y no tienen pinta de querer irse. Lo lamento por un instante, pensando que hasta aquí llegará la entrevista, pero en eso veo que Ray Tico toma la guitarra en sus brazos, le pasa la mano por encima, como reconociéndola, cierra los ojos para recorrer la pastosidad de una mujer que ya conoce, y después de una sonrisa que le sirve de puerta para todo, empieza a cantar: ´Habana, mi princesita del mar, tus playas, tus mujeres preciosas, traen a mí esta ensoñación… Palmeras y sol en un marco de dulce ansiedad… Que nos hace vibrar de emoción. Al verte yo a ti, en mi alma sentí renacer el amor que he buscado sin fe, y en tus playas al fin encontré´.
362
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
La magia se sienta a nuestro lado. El gozo se pone de pie a los pies del maestro. Esa guitarra quiere salir bailando y cantando, como si fuera una princesa que tuvieran encerrada en un castillo encantado. ´Habana, princesa encantada, Habana, princesa de amor… Palmeras y sol, en un mar de dulce ansiedad, que no sé si vibrar de emoción y de dicha…al verte yo a ti en mi alma sentí renacer, y en tus playas al fin encontré… Habana, tierra encantada, Habana, tierra de amor…´. Nos ponemos de pie para bailar. Dejamos de lado la computadora portátil, los materiales de la entrevista y el afán por preguntar. Los pies piden a gritos un paso que aplaque la ansiedad de aquella música enorme. No se puede quedar uno sentado. Esa guitarra es una diosa histriónica y egoísta, que quiere todo el placer y el juego a su disposición. (Por un momento, recuerdo un cuento de José León Sánchez, en el que un hombre toca una guitarra en prisión, y otro, nostálgico, que no puede vivir sin su mujer, ahorra mucho dinero hasta que se la compra. Le compra la guitarra, la toma en sus manos y la tira por la ventana. Hay amores que la guitarra torna insoportables…). Ya hicimos de la sala del apartamento de Ernesto, el nieto de Ray Tico, nuestra pequeña y exclusiva sala de baile. Después, Maricruz Leiva y el joven médico toman la guitarra, se la turnan, y cantan boleros. Ray Tico no se siente desplazado. Al contrario, les celebra con una sonrisa, y les aplaude. Al rato, la mujer vuelve a sus brazos, y él la recibe como si fuera la hija pródiga, que desperdigó por ahí su tiempo para enterarse que el tesoro con manos le esperaba en su casa… Entonces, Ray Tico sigue cantando para nosotros. ´No me pidas jamás que te olvidé porque es imposible. No me ruegues jamás que te aparte de mi pensamiento. El sólo pensar que seré sin ti es un sufrimiento, quítame la vida y no me atormentes… No creas que es tan fácil este sacrificio. Es igual que arrancar de mi alma la fe en Jesucristo. No me pidas jamás lo imposible porque es imposible… Dejar de quererte, poder complacerte, dejar de adorarte, eso es imposible…´. Le aplaudimos y le aplaudimos, pero nos detiene con una señal de la mano. Ya el rey de la guitarra alzó vuelo. ´¿Qué es lo que has hecho de mí? Tú lo has notado, sin darme cuenta a ti yo me he entregado… ¿Qué tú le has hecho a mi ser? Lo has confundido. No quedan fuerzas en mí. Me
Camilo Rodríguez Chaverri
363
he enamorado de ti. Estoy desnudo a merced de tu limosna de amor…´. -Ahora quiero que conozcan la canción que le compuse a mi amiga dominicana de la que se enamoró Nat King Cole… ´Dominica, quisquillana, quisquillosa, eres dulce y cadenciosa como las olas del mar (…) que no sé lo que me pasa pero tú me tienes loco por tu manera de ser… Por eso cuando me miro en tus ojos mi alma entera se estremece por besarte más y más…´. Sus manos saben tocar una guitarra como si aquella madera fuera piel, como si aquellas cuerdas fueran cabello suelto y libre…
Remembranzas Ya con la guitarra sentada en su regazo, y sus manos descansando en los lomos de piel de aquella criatura que bajó del cielo, Ray Tico nos deja recordar con él. Los recuerdos salen desordenados pero plenos, contentos de llegar a la mesa. -Recuerdo el Keyno Bar, donde cantaba, al frente del Hotel Plaza, en quinta avenida, llegando al Central Park. Ese Hotel Plaza era uno de los hoteles más importantes del mundo. Ahí, en el año 58 actuábamos Marco Antonio Muñiz, como parte del trío ´Los Ases´; Nat King Cole y yo. A este lugar llegaban las grandes figuras latinoamericanas. Y yo cantaba en un cuartito chiquito. Había tres shows por noche, y yo tenía que entretener a la gente con la guitarra. Ahí fue donde aprendí a tocar como lo hago, porque mi guitarra tenía que ser a la vez guitarra, bajo y percusión. Ni modo. Y a la gente le gustaba ver cómo es que hacía yo para sacarle tanto jugo a mi compañera de viaje. Para esos años, me hice muy amigo de Pérez Prado, el rey del mambo. “También tuve mis años de gloria en el Chateau Madrid. Yo sabía que mucha gente llegaba sólo a escucharme. Era como una pequeña leyenda dentro de aquella gran ciudad. “Un día venía un señor muy importante, rodeado de una gran escolta. Era Odría, el dictador de Perú. Con él iba Chabuca Granda, la intérprete de ´Limeña´, la gran intérprete de la canción peruana. Me contó que estaba asustada porque había estado sintiéndose muy mal. Yo le dije ´no le haga caso a la vida, usted está favorita de Dios´… “Después de ese tiempo en Nueva York volví a Cuba. En Cuba siempre me han querido mucho. Y me salían muchas 364
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
novias. Yo era de metro noventa y ojos azules en La Habana. Por eso me salían muchas novias”, dice, con una sonrisa de picardía única. “Tuve mucho respeto por los vicios. Vea, papito, usted me ve aquí tomando vino para el asma, pero es un remedio, oye. Si no hubiera tenido cuidado con los vicios y las drogas no hubiera llegado a estos 77 años tan bien administrados”.
Rodando por el mundo “Ya le hablé mucho de Cuba y de Nueva York. En Cuba conocí a todos los del feeling cubano, crecimos juntos en la música, y en Nueva York a las grandes figuras de la ciudad, como le conté, a Nat King Cole, a Pérez Prado… Pero quisiera hablarle de Colombia, un poquito, ¿no importa? “Estuve en Colombia durante los años 46, 47 y 48. Me tocó vivir allá ´El Bogotazo´. Fui muy amigo del líder liberal de Colombia, Jorge Eliécer Gaitán. Recuerdo el día que lo mataron. El cónsul de Costa Rica, Rolando Blanco Solís, era muy amigo de él, y me invitó para que fuera a su oficina un día que él llegó. Desde entonces, fuimos íntimos. Yo le canté ´La guaria morada´, ´Vereda tropical´, ´Perfidia´… Recuerdo que Gaitán era de mi tamaño. Él era el gran líder del Partido Liberal. Era tan potente, tan impresionante, que toda la gente lo adoraba en Colombia. “Un viernes a la 1 de la tarde, en ese año de 1948, en el edificio Monte Blanco, que quedaba en la calle Jiménez de Quesada y Avenida Sétima, en Bogotá, ahí me mataron a Jorge Eliécer Gaitán. Una semana antes yo había ido a cantarle. Tuvimos mucha fortuna, todo fue lindo como esta noche, con ustedes… “Yo quiero contarles que no quería nada con este periodista que vino a entrevistarme porque convenció a mi nieto, que es mi mano derecha. Si no, hubiera sido muy difícil porque no he querido hablar de mi infancia. La verdad es que he tenido mucha suerte sin tener plata. He vivido las cosas más lindas y he pasado por los lugares más famosos sin tener un centavo, con mi guitarra y el respeto que hay que tener por la gente y por el arte. “Para los días de ´El Bogotazo´, me refugié en la catedral de la ciudad. Estuve como cuatro días sin comer. Fue algo espantoso. Murieron cinco mil personas en tres días. El ejército no sabía para adonde agarrar. El presidente que iba saliendo Camilo Rodríguez Chaverri
365
era Mariano Hospina Pérez, del Partido Conservador. Allá en Colombia estaba conmigo Leo Marini, el argentino. A él se le perdió el pasaporte, y a mí se me quemó el hotel. Me quedé con lo que andaba puesto. También estaba en la ciudad Palito Silva. Por cierto, al otro Palito, a Palito Ortega lo conocí muy bien, pero en Nueva York. Recuerdo que se le hizo una fiesta y que nos hicimos muy amigos. Últimamente fue político, curiosamente. Es una persona maravillosa”.
José Antonio Méndez “Un gran músico del que aprendí mucho fue de mi amigo José Antonio Méndez. Lo conocí en Cuba, en el año 53. Me enseñó cositas que sólo se aprenden cuando uno canta al lado de un maestro, como él, y cuando escucha cantar a los grandes. No hay otra manera de aprender esas cositas. “Pero, papito, déjeme cantarles algo más a los muchachos, ¿sí? Esta es una canción de Armando Manzanero, a quien también he conocido. Sé que él conoce de mi música, y yo ni qué decir de la de él”. Conforme va terminando, conforme va aterrizando su discurso, cierra los ojos. Lo veo por el pequeño espacio que queda entre sus cejas y sus anteojos. “´Cosas como tú se encuentran una vez y llegan cuando menos lo imagina el corazón. Vuelves a tener la luz de un mes de abril. No te vi venir, llegaste sin sentir, y mira que a mis años alborotas mi razón. Entonces digo pasa corazón, esta es tu casa, entra con tu flor a ver que pasa, dejar de recordar el verso que escribí, hacer que mis ocasos amanezcan otra vez, sólo para recordar” Luego pasa a una composición suya. “Como quisiera volver a tenerte otra vez, cantarte otra vez, besarte otra vez… Siempre he anhelado contarte lo que guardo en mi alma, tristeza y llanto, ternura y poesía. Nunca he dejado de amarte jamás, y en mi cruel soledad necesito de ti, sólo el recuerdo feliz de un instante de ayer fue lo que quedó para recordar”. Cuando canta ´necesito de ti´ se suelta de la guitarra, la suelta como si necesitara elevarse para respirar, como si sus palabras pesaran tanto que la cuerda y la voz no pudieran sostenerse ahí, al lado… Termina de cantar como lo hace siempre, sonriendo. -El reconocimiento es lo último que uno espera, y a mí me llegó a lo último, ahora que soy un viejo. Bebo Valdés ganó
366
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
un Grammy con ´Romance en La Habana´, y fui a recibirlo con él, porque me tocó un culito del Grammy. “Es algo muy interesante para mí que haya ganado Bebo, que es cubano. Cuba es un país fundamental en mi historia. Estuve en Cuba de 1953 a fines de 1957. Son los años del feeling cubano, que había nacido como cinco años antes, con César Portillo de La Luz, José Antonio Méndez, Orlando Llerena, Niño Rivera y algunos más…”. (En su reciente viaje a Costa Rica, César Portillo de La Luz me dijo que Ray Tico era una pieza fundamental en el movimiento musical del feeling cubano). “Me tocó vivir en una Cuba diferente. Hace poco tiempo volví, y me asustó la diferencia. Arquitectónicamente, Cuba es bellísima, sigue siendo, pero es bella con la arquitectura de ese tiempo… Allá en Cuba me fue muy bien, sin plata, pero muy bien. “Entre los grandes artistas, todos eran mis amigos. Por ejemplo, los del feeling me querían mucho. Si no tenía qué comer, ellos me llevaban a su solar. Había mucha pobreza, como ahora. Recuerdo que Niño Rivera me llevaba de todo de lo que cultivaba en su solar. “Todavía no había surgido el boom de ´Buena Vista Social Club´. Sin embargo, a sus grandes músicos sí los conocí. Conocí, por ejemplo, a Compay Segundo, lo conocí allá. No existía en Cuba esa fama para ellos. Compay se hizo famoso al final. Me encanta que se murió con las botas puertas. Hubo una oportunidad de ganarse la gloria y él la agarró. Está bueno, de eso se trata la vida… Hoy, en Cuba y fuera de la isla, hay grandes músicos… Paquito D´Rivera, Chucho y Bebo Valdés, Cachao…”.
Tres sorbos -Me tomo el vino en tres sorbos. Los sorbos míos en el vino son como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es una receta o un secreto, como usted quiera, papito, pero en tres sorbos bajo el trago y me sabe mejor. “Todo lo que veo en las enseñanzas de El Señor, lo aplico, hasta con el remedio para el asma. No soy bullicioso, hay otros que se hicieron cristianos, yo sólo me comunico con El Señor, y cargo las pilas ´Every Ready´. Nosotros, los artistas, nos defendemos a punta de fuerza del espíritu, necesitamos algo así como unas baterías celestiales.
Camilo Rodríguez Chaverri
367
“Dios ha estado conmigo porque me ha ido muy bien. Me tuvo a la par del peligro y de la tentación y no me dejó caer. Sé que Dios tiene que ver en que haya tenido tanto éxito como artista en Colombia, en Cuba y en Nueva York, en bares, en la televisión, en grandes teatros. De Colombia pasé a Cuba, de Cuba a Nueva York, volví a Cuba y después estuve hasta en Dallas, Texas. Estaba ahí cuando mataron a Kennedy. “Volví a Costa Rica hasta después del 68… Me casé en el 70 con María Eugenia Castillo Núñez, y tengo dos hijos, Francisco, quien murió, y Enrique. También tengo cuatro nietos, dos hombres y dos niñas, Ernesto, Christopher, Virya y Diana. Ernesto es el mayor, tiene 32 años, y es mi agente en todo, ¿no te has dado cuenta? “Y ya no me preguntés más… ¿No ves que yo soy un roco? ¿No ves que yo soy un anciano? ¿Cómo voy a decir cosas que vos pretendés? “He gozado mucho de la vida… Otra reunión inolvidable fue la que tuve con Nat King Cole para presentarle al Pibe Hine, que era un genio. Yo sabía que apenas lo viera y lo escuchara ese negro se iba a volver loco… “Nat King Cole era un negro envidiable. Fue el primer negro que vivió en Beverly Hills. Era un encanto, tenía una magia… Él y yo fuimos grandes amigos. “Yo me siento muy orgulloso de poder participar en estas cosas del arte. Nunca he dejado de cantar, jamás, está loco. Tenía un amigo que me dijo una vez ´cante Ray Tico, aunque se muera de hambre, pero cante, cante, haya o no haya plata, camine porque si sólo anda en carro se muere antes de tiempo, camine porque la estructuración del cuerpo humano no aguanta si no camina, haga ejercicio, no tenga muchos vicios, tenga cuidado con el vino, y, sobre todo, cante´. Ha sido el mejor consejo que me han dado en la vida. “Otro detallito que me hace sentirme muy feliz es que he conocido a muchos genios. De los músicos nuestros conocí a casi todos los genios del bolero. Estaba Quique Guerrero, que murió muy joven; otro de los grandes boleristas fue Ronny Soto, el mejor cantante de Costa Rica de los años 60 y los años 70. Él vive en México. Durante diez o veinte años tuvo una supremacía aquí como el mejor cantante de Costa Rica… También canté con Solón Sirias, quien fue otro gran músico, y recuerdo a Luis Molina, el más grande de los cantantes de
368
conversaciones con la historia, TOMO CINCO
los años 40., Lástima que las circunstancias y los vicios lo consumieran…”.
El Pibe Hine “Déjeme decirle que el Pibe Hine es uno de los pianistas sin formación, uno de los pianistas autodidactas más impresionantes que ha conocido la historia. Sin duda, ha sido el mejor pianista costarricense de todos los tiempos, una leyenda, una maravilla, un gran ejemplo del talento humano. Cantinflas y Agustín Lara lo conocieron y le ayudaron para que pusiera un bar en México, pero no supo aprovecharlo. Eran tan amigos, que el Pibe Hine se vestía con la ropa de Agustín Lara porque eran del mismo tamaño. El pobre Pibe no sabía si iba o venía. Hay gente que es genial, que es algo que nace con ellos. Era el caso del Pibe. Son seres humanos, de carne y hueso, pero con un magnetismo especial. Yo tengo una sensibilidad especial para esas cosas. Capto la radiación de la gente, digo ´qué gente más linda´, o ´qué gente más negativa´. Lo hago con sólo verlos y sentirlos. La mala vibra se siente. ¿Cómo no voy a sentirla? También es que la siento por viejo. “Pero, por más viejo que esté, tengo el corazón joven. Por eso me gusta cantar entre la gente joven, ir a verlos y escucharlos, maravillarme con lo que están haciendo las nuevas generaciones. “De los músicos costarricenses de la nueva camada, me encanta lo que hace Éditus, Edín Solís y sus amigos han creado no sólo con el arte de ellos, que es muy particular, porque son tres gigantes de la música, sino que ahora miran hacia las nuevas generaciones, y han creado un instituto musical que es para el futuro. “También me interesa el trabajo de Manuel Obregón en el bosque y con los músicos de Centroamérica. La Orquesta de la Papaya me parece una malacrianza de lo buena que es. “He escuchado a Malpaís. Me gusta mucho. Fidel Gamboa con sus letras y su voz; Iván Rodríguez con su violín, que es mágico, y Jaime Gamboa, que también me escribió un artículo bellísimo. Iván y Jaime nos hacen el favor de organizar el Festival Internacional de las Artes. Yo los acompañé. El más reciente estuvo sensacional. “La nuevas generaciones de músicos me impactan mucho. Son una generación constructiva. No eran los músicos antiguos , que si tomábamos café no almorzábamos. Ahora Camilo Rodríguez Chaverri
369
los músicos se han ordenado la vida, se amparan en buenos productores, y salen adelante”.
Esa guitarra Mientras conversamos, Ernesto, su nieto, nos aporta elementos interesantes. Él es el gran promotor de este encuentro, así como es el gran promotor de su abuelo. Resume la importancia de Ray Tico con una sonrisa indescriptible, mezcla de satisfacción, gozo y orgullo… -Mi abuelo es diferente. Como lo dijo Don Abel Pacheco un día en la Asamblea Legislativa, hace cinco años, ´Ray Tico es el más grande trovador que ha existido en Costa Rica´. Ray Tico sonríe también, y con unos ojos de bandido contesta primero que con las palabras. -Fui aventurero y bohemio, hasta que la mujer me domó… (La risa colectiva tarda varios minutos). “Cantando me echaron muchas veces, un día llegué siete minutos después de la hora y me echaron del Holiday Inn en Nueva York. Seguramente el gerente de planta se peleó con su esposa, y siempre alguien las paga, ese día yo las pagué. “No importa. Hasta cuando me ha ido mal es porque viene algo mejor de camino. Así ha sido mi vida, llena de tantas satisfacciones. “Eso sí, le voy a confesar que la satisfacción más grande ha tenido que ver con mi manera de tocar la guitarra. Le voy a contar como fue que nació… Cuando fui a grabar ´Romance en La Habana´, para la televisión cubana, me pusieron a la par la percusión y el bajo, pero resulta que no sentí ni la percusión ni el bajo. Como no los sentí, no los escuché, los fui haciendo con las manos… Yo sé que esa manera de tocar guitarra es famosa porque es única y personal. Yo la inventé. Ya me puedo morir tranquilo. He pasado muy bien por la vida, feliz, con mi guitarra a cuestas”.
370
conversaciones con la historia, TOMO CINCO