VIENE DE INCAE
UNIÓN DE GOBIERNOS LOCALES
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EARTH estrena rector
Municipios se reúnen en Hotel Suerre
¢200
AÑO XX Número 237 - 2017
ESPECIAL
30 años de Ruta 32
t Lea un análisis de la importancia de la Ruta 32 y un repaso de su histórica apertura
Roberto Cárdenas
Enrique Alfaro
Carlos González
Dr. Javier Brenes
Miguel Fonseca
Allen Quirós
Manuel Quesada
Ulises Blanco
Especial. Los templos católicos más lindos de Costa Rica
Pan de amor
Cómo llegar al perdón
Por Florybeth Solís Q.
Nos ha tocado vivir en un mundo lleno de grandes enfrentamientos, luchas, polarizaciones y conflictos; guerras que no sólo llenan de sangre las fronteras de nuestros países, sino que destruyen el mismo corazón de la sociedad.
-¿Cómo puede sentirse una esposa o un esposo que ha sido sustituido en el amor? Lleno de odio, humillado y no ha podido perdonar. -¿Cómo están lastimadas las mentes y el corazón de los hijos que se sienten defraudados y más de una vez rechazados por sus padres? -¿Qué herida más profunda llevan esos padres que habiendo brindado todo tipo de cuidados, desde que era una niña, a su amada hija, Nuestras familias ahora ven traicionado el amor y la confianza, ya que en ese noviazgo mal llevado resultó un Cada vez más, nos sentimos embarazo prematuro? rodeados de extraños y posibles Y, ¿qué pensar de los que son destrozaagresores, incluso en medio de dos por hijos alcohólicos, drogadictos, homoaquellos con quienes debería- Por Florybeth Solís Q. sexuales, irresponsables en los estudios o simmos sentirnos hermanos, amigos plemente ausentes, muertos en la indiferencia? y compañeros de camino. -¿Cómo dar un verdadero perdón a todos ¡Cuánto nos han hablado de amarnos! Y dicen que ellos? Y más allá del hogar, cómo perdonar y no tomar es urgente detener nuestros pasos que cada vez nos venganza de los hombres de una sociedad en la que acerca más a la confrontación y destrucción final. Por se roba, se viola, se mata; y se espera inútilmente que el bien de nosotros mismos deberíamos caminar juntos llegue la justicia? un nuevo sendero que comienza, cuando aprendemos -¿Cómo perdonará la viuda y el huérfano, los pa(ya no digo a amarnos) al menos a sopórtanos, a com- dres y hermanos de esos seres queridos a los que brutalprendernos y de esa manera, ya que nos falta mucho mente desaparecieron, o quizá, frente a ellos le quitaron por andar, hacer menos dura la jornada que nos espera. la vida? Aprendamos ahora a vivir como hermanos o preparé-¿Cómo enseñar a perdonar a un hombre que se monos a agonizar como extraños y a morir como ene- siente atropellado, oprimido, amenazado, silenciado en migos. un mundo que le niega o le arrebata las oportunidades? En una sola pregunta: ¿Cómo restaurar un corazón Urge aprender a perdonar destrozado con estas realidades dolorosas? Sé que es difícil, sé que es doloroso, sin embargo, El perdón es una fuente de energía positiva, sana- es urgente emprender el camino a la más dura, pero dora, creadora. redentora escuela del perdón. Es el medio que Dios nos ha dejado para volver a Perdonar es la única esperanza, si queremos salvar una vida plena, a disfrutar de la vida, entonces, perdo- lo que todavía nos queda, para construir un mundo más nar es el regalo más grande que podemos dar y que de- humano, más justo y lleno de amor. bemos darnos. Es luchar por un mejor futuro esperando El perdón es la puerta que nos abrirá nuevas dique sanen las heridas del pasado, es creer todavía en la mensiones de paz, salud y alegría, perdonar es una meta luz, aunque nos haya tocado sufrir noches oscuras. muy grande pero no imposible, si logramos aprender No sé, si alguna vez en tu vida has tenido el dolor cómo alcanzarla. de verte lastimado, traicionado, defraudado por esas Fuente de información: “Del Perdón al Amor” Salpersonas en las que tanto confiabas. vador Gómez, predicador católico.
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Preparación:
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Representantes de las seis municipalidades limonenses, dijeron presente.
Funcionarios de la Municipalidad de Pococí que estuvieron presentes en el taller regional de la UNGL.
De toda la provincia
Gobiernos locales se reúnen en Guápiles t Preparan agenda municipal El Guapileño Fotos Eduardo Solano R.
El 10 de marzo, en el hotel Suerre, Guápiles. La Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL) inició el proceso de su XIII Congreso Nacional de Municipalidades que se realiza cada 4 años y este año en el marco del 40 Aniversario de su creación. El Congreso Nacional tiene como objetivos analizar el avance del Régimen Municipal en el ámbito político, administrativo y financiero, así como establecer propuestas para fortalecer la autonomía, la organización y el funcionamiento de los gobiernos locales costarricenses en favor de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Para el alcalde, Rolando Rodríguez, Presidente de la UNGL, “es el espacio para posicionar la agenda municipal en la amplia gama de acciones públicas, que requiere alianzas estratégicas con el Poder Legislativo y Ejecutivo, instituciones no gubernamentales, organizaciones de sociedad, academia y otros actores,
Dr. José Francisco Cordero Lizano. Licenciado en Psicología. Código profesional: 6176. Para El Guapileño
La alcaldesa de Pococí, señora Elibeth Venegas se mostró complacida de albergar este importante taller regional. Aquí la acompañan los funcionarios de la UNGL, señores Jonathan Robles, Luis Eduardo Araya y don Roberto Gallardo Nuñez, quien estuvo a cargo la coordinación del encuentro. que nos permitan trabajar hombro a hombro en el cumplimiento de los objetivos que las autoridades municipales definan en este Congreso”. En el marco del trabajo a desarrollar es muy importante la participación de los representantes de
Pococí siempre se ha caracterizado por ser una comunidad sana, sin embargo, durante los últimos años la violencia en nuestra comunidad y alrededores ha aumentado, aspecto que sin duda es preocupante. Es aquí donde todos los actores del cantón: vecinos, comerciantes, entidades públicas y privadas tienen que unirse para construir una comunidad más sana. Pensar en desarrollar una comunidad integrada y participativa en este sentido disminuye la violencia en sus diferentes ámbitos. Otro aspecto relevante es que parece ser que los modelos preventivos desarrollados por el estado y otras instituciones no gubernamentales no están generando el impacto esperado, esto quizá por que los
los Gobiernos Locales para discutir y definir los temas prioritarios para estos próximos 4 años. Para ello la UNGL convocó, durante la inauguración realizada hoy, a foros en diferentes regiones del país, donde se espera la participación de regidores,
Violencia
procesos de capacitación no son eficientes y los modelos de intervención no han contribuido a su prevención y disminución. Desde esta visión, Ching (2005, p. 253) indica que la etiología de la violencia “Puede tener su raíz, entre otros factores coadyuvantes, en el miedo, la provocación, la marginación, la discriminación y la corrupción que son estudiados por la teoría de la desviación social y la psicología criminal”. Los factores nombrados por el autor podrían describir una realidad que se presenta no solo en nuestro Cantón, es una situación nacional que permite que se visualice la violencia como un proceso en donde los seres humanos están desarrollando cada vez conductas más violentas y esto se presenta en
Los acuerdos de estos talleres regionales y del Congreso Nacional, que se realizará en noviembre próximo, serán la guía de los próximos 4 años de la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL); y además fortalecen el régimen municipal. alcaldes, intendentes, vice alcaldes y técnicos de las municipalidades.
Temas para la discusión
Participación ciudadana, gestión ambiental, desarrollo institucional, reforma del Estado y descentralización, régimen municipal frente a la ciudadanía y transparencia. Las propuestas conforman
cualquier contexto, desde este punto es importante que reflexionemos como población que tipo de sociedad estamos construyendo y cuál queremos para nuestro presente y futuro. Dentro de los tipos de violencia que se pueden describir tenemos: violencia física, psicológica, sexual, patrimonial y verbal. Estos tipos se presentan constantemente en nuestra sociedad, desarrollando una visión deformada del constructo o modelo adecuado para la convivencia, y en nuestro caso el Cantón de Pococí esta siendo impactado por estas situaciones que afectan directamente los valores que nos definen y que por mucho han caracterizado a los habitantes de la zona. No perdamos todo aquello que nos
la base para la planificación estratégica de la UNGL durante los próximos 5 años, así como la definición de una agenda de incidencia política municipal y se espera el compromiso de los candidatos a la presidencia de la República y a Diputados de los principales partidos políticos, a finales de año en la clausura del proceso. define, seamos promotores de la salud mental, seamos pilares para las actuales y futuras generaciones, no olvidemos que lo mejor que podemos hacer por el lugar en donde vivimos es dejar legados positivos para todos. Es importante que aprendamos a convivir con estos aspectos y procuremos relacionarnos de formas más sanas para disminuir conductas violentas que afectan a la comunidad. Como promotor de la salud, invito a la población en general para que trabajemos juntos en rescatar los valores que siempre han caracterizado a Pococí, recordemos que la sociedad es construida por cada uno de nosotros, hagamos que el progreso evolucione hacia el bien y no al mal. Seamos cada uno promotores de cambio. Teléfono: 88293278.
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30 Aniversario
30
Lea entrevistas de algunos pioneros que dieron su lucha por la apertura de esta importante carretera para nuestra provincia y el país en general.
LOS
Camilo Rodríguez Chaverri Editor, El Guapileño Patrocina
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de la AÑOS Ruta 32
E
stamos en la celebración de los 30 años de la carretera Braulio Carrillo, que marcó una página en la historia de Pococí, hay un antes y un después de la apertura de esta carretera. La apertura de la ruta 32 es un parte aguas. Sólo unos años antes, a Guápiles sólo se llegaba en tren y en avión. Después, la carretera a Siquirres era zigzagueante, pasaba por El Cairo, La Francia, La Alegría, Tierra Grande, La Perla, Guácimo, Jiménez, El Molino y Calle Uno. Pasamos de estar a nueve horas de San José, a estar a cinco o seis horas,
y con la apertura de la carretera Braulio Carrillo, pasamos a estar a una hora de San José. Miguel Fonseca Ceciliano y Allen Quirós dicen en esta edición que pasamos a ser un barrio de San José. Manuel Quesada dice que esta carretera es una bendición. Carlos González dice que esta vía nos permite soñar con un canal seco. La ruta 32 es fundamental para Costa Rica. No sólo ha sido un gran impulso para Pococí. Por eso, duele tanto que la carretera esté abandonada, que no haya un mantenimiento oportuno, y que la prensa ataque a la
carretera con ese apodo nefasto, esa coletilla tremenda de “la carretera de la muerte”. La ruta 32 no es la carretera de la muerte. El problema lo hacemos los conductores. He tenido dos accidentes en la ruta 32, pero no ha sido culpa de la vía. Las dos veces, la culpa fue mía. Pero la prensa se ha dedicado a atacar la carretera, a generalizar y a provocar temores sobre una carretera que me parece la más bella del país, la más espectacular, la más atractiva para el turismo. Pococí no estaba listo para la ca-
rretera hace 30 años. El comercio tuvo que acomodarse conforme transcurría el tiempo. La propiedad no fue bien cuidada por los guapileños. Mucha gente vendió sus tierras, como lo afirma Ulises Blanco en esta edición. Pero ahora, es otra la historia. La identidad de Pococí ha cambiado. Es una identidad multicultural, como dice Ulises Blanco. Y hay que aprender a construir un desarrollo a partir de la historia y de la cultura de Pococí. Es indudable que la ruta 32 es determinante para el progreso y el futuro de Pococí. Por eso, urge hacer conciencia de la importancia del mantenimiento, la demarcación, el cuidado del manejo de las aguas y el crecimiento de la vía. Urge al menos una vía más, un carril adicional en cada dirección. Urge también que haya equipo de mantenimiento adecuado y permanente. Y urge estudiar bien la salida por Bellavista, hacia Oreamuno de Cartago. Hay gente como Carlos González que está de acuerdo con la vía. Y gente como Manuel Quesada, que está en contra por el impacto ambiental. Sin embargo, hay que analizar bien esta vía, porque puede significar un nuevo salto hacia adelante, un impulso nuevo para Pococí. Lo único doloroso al cumplir estos 30 años es que los gobiernos de turno no le han dado el valor y la importancia que tiene esta ruta 32, que se encuentra en total abandono, llena de huecos, sin demarcación; exponiendo la vida de los conductores. Este es el clamor general de los usuarios de esta importante vía. Esperamos que al celebrar estos 30 años, el gobierno central y los gobiernos locales adquieran un compromiso serio de mantenerla en buen estado, como lo merece esta anhelada carretera, esta vía que cruza ese tesoro vivo que es Braulio Carrillo. Esta carretera generó un crecimiento y una transformación en Pococí que no tiene comparación en nuestra historia. Lo único doloroso de cumplir estos 30 años, es lamentable que nuestros gobiernos locales, no le hayan dado la importancia que merece esta carretera Braulio Carrillo, pareciera no impórtales el desarrollo que genera para Pococí y la provincia de Limón.
de la ruta 32
La carretera Braulio Carrillo, marcó una página en la historia de Pococí, hay un antes y un después.
Duele tanto que la carretera esté abandonada, que no haya un mantenimiento oportuno; y que la prensa ataque a la carretera con ese apodo nefasto, esa coletilla tremenda de “la carretera de la muerte”.
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30 Aniversario
de la ruta 32
Roberto Cárdenas Marchini
t “Nos cuenta su lucha, para que la Ruta 32, fuera una realidad”. Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño
Debió haber sido a finales de 1981, cuando en una conversa-
ción que teníamos don Enrique Alfaro y don Carlos Arroyo, discutíamos sobre la paralización de la construcción de la Carretera “San José-Guápiles”, con la idea de convocar un movimiento para presionar al Gobierno de ese entonces (1978-1982), a reiniciar esos trabajos. Nos dimos a la tarea de invitar a una reunión en el antiguo Salón Escolar (Caimitazo), que estaba donde hoy se encuentran los tramos de verduras y frutas al costado norte del antiguo edificio municipal. Esa noche se organizó un grupo de ciudadanos de este Cantón con el nombre “Comité Pro Reinicio Construcción Carretera San José-Guápiles”. Este grupo lo conformamos varios que hoy casi 36 años después, no logro recordarlos a todos, pero si quiero nombrar al que presidió este Comité, pues dio gran impulso al mismo ya que logró contactar a personas importantes en puestos claves del gobierno. Me refiero al Ing. Moisés Soto. Esto sucedió a finales del Gobierno de don Rodrigo Carazo Odio 1978-1982. Al iniciarse el siguiente gobierno, de don Luis Alberto Monge Álvarez, 1982-1986, nos invitaron a este Comité a la firma de los contratos para reiniciar la construcción de la Carretera. Trato de recordar a los que estuvimos en ese acto en Casa Presidencial con el presidente y su ministro Ing. Rolando Araya, si de mi memoria se escapa alguno le pido disculpas. Recuerdo a don Moisés Soto, Carlos Arroyo, Enrique
Algunos de los miembros del comité pro reinicio construcción Carretera San José-Guápiles.
La historia de Guápiles cambio totalmente con la apertura de la Carretera Braulio Carrillo.
“Pito” Alfaro, Dr. Guido Carballo, Miguel Jiménez (Miguelón), Manuel Quesada, Salvador Saborío. Unos meses después creo que en julio de 1983, don Moisés nos comunica que nos autorizaban hacer un recorrido por lo que había construido de la Carretera. Era el tramo entre el Túnel Zurquí y la casa de los Guarda Parques que estaba en donde construyeron una antena para celulares, unos tres kilómetros arriba del Río Sucio. Iniciamos ese viaje, reuniéndonos en la Soda La Perla en los bajos del Teatro Mélico Salazar. Salimos hacia San Gerónimo de Moravia por una trocha que abrió la compañía constructora hasta Ventanas, poco antes del
túnel por la salida queda a Guápiles. El viaje lo hicimos en tres vehículos conducidos por don Miguel Gazel, don Paco Barrantes y don Alberto Amador. Llegamos a la boca del túnel que ya estaba terminada tal como es actualmente, pero pocos metros adentro se cerraba y era como el hueco de una mina. Ahí nos adentramos Salvador Saborío, Miguel Jiménez (Miguelón) mi sobrino Mario Alberto, mi hijo Luis Roberto que eran unos chiquillos de 11 años, un muchacho Carlos no recuerdo su apellido y yo. Cuando llegamos al otro lado del túnel, no nos dejaron salir una gente que estaban trabajando por afuera. Nos devolvimos
y empezamos el recorrido hasta la casa de los Guarda Parques, donde hicieron la antena. De ahí se devolvieron los compañeros de los carros, pues no había ninguna posibilidad para viajar en los vehículos. Iniciamos el descenso hasta el Río Sucio, con gran dificultad por lo vertical de esos paredones, hasta llegar al playón del río. Recuerdo que en un momento en que iba bajando con Miguelón hacia el río, se puso tan fea la bajada, me devolví a buscar a mi hijo y mi sobrino que se habían desviado, cuando los encontré seguí con ellos, creyendo que Miguelón venía detrás de mí. Cuando llegamos al cauce del Río, esperamos a Miguelón, seguimos despacio
creyendo que él iba por la otra margen del Río, pero no, no apareció Miguel, iba yo repartiendo confites para darnos energía y así quedaban algunos papelitos en el suelo. Cuando llegamos al Puente Viejo del Sucio camino a Río Frío nos esperaban ahí, otros compañeros que no hicieron esa travesía, les preguntamos por Miguelón, pero no había salido. No recuerdo bien a qué hora salió Miguel, que tuvo que hacer solo el viaje por el río, pero estaba bravísimo conmigo porque no le había dejado confites, solo papelitos. Inolvidables los recuerdos de esa aventura y los compañeros con que la compartí, hoy cuatro de ellos ya han partido a la Casa del Señor, Carlos Arroyo, Fernando Mora, Fabio Bolaños y Miguel Jiménez (Miguelón). Quedamos aun, don Moisés Soto, Enrique Alfaro, Héctor Carballo, Dr. Sauma, Carlos, Mario Alberto, mi sobrino, mi hijo Luis Roberto y yo, que recuerde. Patrocina
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30 Aniversario
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de la ruta 32
Enrique Alfaro Vargas, gestor y pionero t Un grupo de guapileños dimos la lucha, para que la Ruta 32, fuera una realidad”. t Antes para salir a San José, era en tren, una sola vez al día o en avión, pero era muy costoso”. Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño
Los accidentes se dan más por la imprudencia e irresponsabilidad de los conductores, que por las mismas características de la carretera.
Enrique Alfaro Vargas, nativo y criado aquí. Guapileño de cepa. Tuvo a cargo la inauguración de la Ruta 32, él era el presidente municipal y delegado presidencial. -¿Cómo eran las vías de comunicación, cuando nació o llegó a Guápiles? En ese entonces no había un solo carro. Eran 200 metros de camino de piedra, echo a pala, desde la Iglesia Católica hasta la entrada de las palmeras del parque. Los medios de transporte eran las carretas de bueyes, caballos y el burrocar en distintos lugares del cantón. Para salir a San José solo había un tren, que salía a las 5 de la mañana, así quien no madrugara, tenía que esperarse al día siguiente para ir a San José. El tren regresaba a Guápiles de noche. -¿Qué paso, que recuerda usted de la lucha por la carretera Braulio Carrillo, cuente sus anécdotas? Desde muchos años nuestros padres anhelaban esta carretera e hicieron luchas para abrir esta ruta. En el período 74-78, emprendimos una lucha que logró la contratación de la carretera, en el período 78-82, la maquinaria que se encontraba trabajando en la vía, se paralizó y hasta creció monte encima de los tractores. Fue en el período 82-86, que se volvió a rehabilitar toda esta maquinaria y se logró construir la carretera. No fue así, sino en el período 86- 90, el 28 de marzo de 1987, cuando todos nos inundamos de alegría de ver cristalizado el sueño, con la apertura de la Ruta 32. Ojala esa fecha la hubieran visto los primeros luchadores.
Defendimos que el peaje fuera para darle mantenimiento continuo a la vía. Debemos exigir que eso se cumpla. Enrique Alfaro Vargas.
Me tocó a mí, estar al frente de esta gran lucha por aligerar su apertura, tocando las puertas del Ministro de Obras Públicas y Transportes, Guillermo Cónstenla y un gran grupo de ciudadanos del cantón, preocupados por la fiscalización de la carretera y la celebración de la inauguración que se realizó satisfactoriamente, gracias a Dios y hoy gozamos de esta ruta que nos acercó a 64 kilómetros del Valle Central. Con el ministro Guillermo Cónstenla logramos conseguir unos carnets para ser vigilantes de esta obra. Como anécdota una vez cruzamos el río Sucio para ir a fiscalizar las obras y de regreso resultó que estaba lleno y tuvimos que dormir del otro lado. -¿Cómo le cambio la vida la carretera al cantón? Automáticamente la vida dio un giro de 360º. La cercanía con San José nos permitió ir y venir el mismo día, además de un sinnúmero de beneficios, los productores pueden colocar sus productos, en cualquier parte del país o fuera de él, por la cercanía con el aeropuerto y el puerto de Limón. El ganado, antes era transportado en los vagones del tren, hoy en pocas horas están en la capital. El turismo disfruta de la gran belleza panorámica que ofrece
esta importante ruta. Esta carretera abrió las puertas del desarrollo del cantón y de toda la provincia de Limón. Lo que si lamento es, que a la par de este gran desarrollo, han venido malas costumbres, que antes no existían en nuestro cantón. Debemos luchar por erradicarlas. -¿Con el trato que hace la prensa sobre la carretera? ¿Qué opina usted? Pienso que la prensa es muy amarillista e injusta con el trato de esta ruta 32. Es una carretera como todas y lo puedo decir con justa causa por ser nativo de aquí y porque uso la carretera desde hace 30 años. Lo que hay que tener es prudencia para manejar. En la mayor parte de esta ruta, saliendo del cruce de Río Frío hasta el peaje, no hay un solo pueblo, es cruzando el Parque Nacional Braulio Carrillo, entonces es tener cuidado al manejar. -¿Qué debe hacer la comunidad para cuidar esta carretera? Cuando se creó el peaje, la comunidad defendió un porcentaje, con ello se asfaltó los caminos Guápiles-San Rafael, JiménezAnita Grande y otros caminos que no recuerdo en los cantones de Guácimo y Siquirres.
-¿Qué hace mal o lo que no hace el gobierno con la ruta 32? Creo que el gobierno debe preocuparse más porque esté en mejores condiciones. Pienso que debería tener unas buenas bahías con respectivo servicio sanitario, esto a lo largo del cerro. Hace poco, una persona quiso hacer una necesidad y casi se va al guindo. Hace unos años se había hecho una propuesta para que el tramo que comprende entre el puente sobre el Río Toro Amarillo y el Río Santa Clara fuera ampliado a cuatro vías, para agilizar el tránsito de los vehículos que van al sur y los que vienen para el norte, tomando así, el carril correcto con anterioridad. -¿Hace falta modernizarla…? Claro que sí, por ser una carretera tan importante para el país. -¿Qué debe mejorarse en la ruta 32? La aplicación de los dineros del peaje en la demarcación constante y reparación de los tramos donde amerite, creación de puentes peatonales, zonas de seguridad y bahías para las líneas de autobuses. -¿La hemos aprovechado y cómo debemos aprovecharla…? Claro que sí, muchos de nuestros jóvenes van y vienen el mismo día de estudiar, otros via-
jan a trabajar a San José o vienen acá, los servicios de salud están a nuestro alcance, antes tenía que hacerse en avión, era muy costoso, el turismo que va y viene, las visitas a nuestros familiares, que están en otras zonas. Con la apertura de esta ruta prácticamente desapareció el transporte aéreo. Para aprovecharla más, debemos cuidarla y estar a la expectativa, de que el gobierno se preocupe por darle mantenimiento adecuado y oportuno a esta importantísima carretera para el país. Todos debemos mantenerla limpia para que sea atractivo para el turismo. A uno le da vergüenza por la cantidad de basura a lo largo de la vía. Debemos explotar la vista panorámica que nos ofrece la carretera a lo largo del Parque Braulio Carrillo. Invito a los usuarios de la ruta 32 a manejar con precaución y prudencia. Antes de concluir esta entrevista quisiera invitar a todos los pueblos de Costa Rica para que visiten la Zona del Caribe, empezando por Pococí, conociendo las dos Barras (Tortuguero y Colorado) y las hermosas playas y paisajes de toda la provincia de Limón.
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Carlos González
dárselo a seis empresas constructoras. Tuvieron que enderezar tramos, porque el trazo no era el adecuado. Como el trazo que se hizo de la entrada de Puerto Viejo al Río Sucio. No iba por ese trazo, sino bordeando el río Sucio, pero el río Sucio arrancó el trazo. Por donde están unos tajos tuvieron que desviarla, echarla por la parte alta. Eso encareció la obra. Además, en Quebrada González iba por el puro centro del alto de la montaña. Todavía está pelado. Eso hizo que hubiera que reubicarla.
“Quien impulsó la construcción fue Rolando Araya” t Carlos González Vega nació en San Ramón de Alajuela el 21 de setiembre de 1947.Tiene 70 años. Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño
Yo nací en San Ramón de Alajuela, pero crecí en Pérez Zeledón. Mi tata se fue para allá. Teníamos fincas allá, en San Ramón de Pérez Zeledón, y en otros pueblos como La Bonita y Pedregoso. También tuvimos finca en Santa Marta de Buenos Aires. Hice la primaria en la Escuela 12 de marzo, y el colegio en el Liceo de Costa Rica, porque todos los hermanos nos vinimos para San José a estudiar. Me hice agrónomo de la Universidad de Costa Rica en Guápiles. Hice un buen examen de admisión, pero no fui por dos años. El examen valía por tres años. Cuando entré a la UCR, sólo había espacio en Turrialba. Nunca había vivido en Turrialba. Fue ahí que conocí a Ernestina Fuentes, quien es mi esposa. Fui presidente de la Asociación de Estudiantes del Centro Universitario del Atlántico, y después fui presidente de la Asociación de Estudiantes de Agronomía. Fuimos de los primeros en sacar la sede universitaria Rodrigo Facio para una zona rural, y fue Los Diamantes, aquí en Guápiles, con el apoyo del decano de la facultad, que era Guillermo Iglesias Pacheco, que fue ministro de Agricultura. Yo era muy amigo de Hernán Garrón, que era ministro de Agricultura en ese momento. Aceptamos venirnos para acá. Éramos diez estudiantes. Entré a la universidad en 1973. Me vine en el 75 para acá. Me gradué en el 78. No conocía esta zona antes de venir a estudiar. Cuando llegamos a Guápiles, todo era subdesarrollado. No había carretera. Me gradué en Guápiles. Me fui para Pérez Zeledón. Fui el ingeniero de Coopeagri, durante seis meses. Me regresé a Guápiles. Me puse a trabajar como jefe regional del ITCO con sede en Cariari. Yo sustituí allá a Alberto Castillo. Conmigo estaba en ese trabajo Marco Vinicio Cordero. Estuve dos años con el ITCO. Salimos diez agrónomos de Los Diamantes. A casi todos los metí en el ITCO. Después de eso abrí “El Almacén El Finquero”, en Guápiles. Me dediqué al comercio. Compré unas fincas en Cariari. Durante 19 años exporté tubérculos, ñame principalmente, yuca, papa china, malanga… Mi hermana Marita exportaba 22 cultivos diferentes, a Puerto Rico y Estados
Unidos. Marita fue candidata a vicepresidenta con Ottón. Ella estaba con Ottón y yo con Liberación. No logró volcarme.
La historia de la ruta 32 Esa carretera se inicia con estudios y financiamiento en el gobierno de Daniel Oduber. El financiamiento inicialmente era con el Banco Mundial. Realmente inicia la obra en el gobierno de Carazo, con una compañía que se llamaba Monolítica. Esa compañía quebró por dos circunstancias fundamentales: los trazos equivocados de la carretera y el descalabro económico en el gobierno de Carazo. Ese contrato se empezó con 420 millones de dólares, y terminó costando más de cinco mil millones de dólares. Me vinculo en la lucha porque yo estudiaba en Turrialba, en el año 73, nos vinimos en el 75 para Guápiles, y teníamos que salir y entrar por tren. Inicialmente sólo en tren. Luego en el 75, a finales, don Alfredo Rojas, dueño de la línea de buses, inicia las carreras hacia San José, por Siquirres. Era un camino difícil, porque había que atravesar todas las fincas. Había una carrera a las ocho de la mañana para ambos lados, y a las doce, para ambos lados. Eran las únicas dos carreras. El tren salía a las seis de la mañana y a las once y media del día. Fue cuando conocí la ruta vieja. Ya estaba el trazo de la carretera existente. El trazo estaba avanzado de aquí para Siquirres. De aquí a Siquirres se duraba de cinco a seis horas en bus. El bus que salía de aquí a las doce llegaba a las nueve de la noche a San José, y esto cuando llegaba. Me vinculo en la lucha también porque tenía camiones para jalar la mercadería para “El Finquero”. De Siquirres a Guápiles, había que cruzar por el puente del ferrocarril. Salíamos por El Cairo, el bus subía a La Francia, de ahí a La Alegría, pasábamos un río por dentro que se llama El Peje, había una piedra en el centro del paso, si se empanzaba el bus, teníamos que amanecer, los chiquitos lloraban, hasta que llegaba el camión de Cecilio Arias, el dueño de la bomba de Guápiles, que sacaba el bus. Si el bus se empanzaba, no había paso por ningún lado. Después hicieron puente para los carros pequeños. De ahí uno llegaba a El Cocal, finca de los Guardia, pasaba por el puente del río Destierro, llegaba a Las Mercedes, y de ahí se desviaba, pasaba por la finca Macadamia, llegaba uno a Tierra Grande, después a La Perla de Guácimo y finalmente a Guácimo. De Guácimo a Guápiles, había que venirse por la carretera vieja a Jiménez. Había un problema grande: de Guácimo a Guápiles,
la carretera no estaba terminada. El río Cristina y el río Molino nos atajaban. Había que venirse a pie. El río Cristina en varias llenas arrancó el puente y lo puso abajo. Aquí había mucha gente de trabajo comunal y empresarial. Destacaron en la lucha el Negro Campbell (Ernesto Campbell, qdDg), Carlos González, el finquero de El Molino, los hermanos Carvajal, los hermanos Badilla, es decir, gente de reconocida marca… En ese tiempo, los únicos que tenían carro eran los de las fincas de Standard Fruit Company; Miguelón Jiménez, que tenía un Datsun; el chino Hugo que tenía un LandRover, el chino de Roxana, cuñado de Cecilio Arias, y yo, que traje también un carro. La gente de buena marca de Guápiles nos ayudó a motivarnos. Hicimos un grupo de gente “cabeza caliente”. Nos pegamos con gente como Johnny Vargas, Pedro Campos, Eliécer Blanco, Wilberth Picado, Jorge Méndez, y empezamos a dar luchas por la carretera, lucha por la universidad, lucha por el impuesto del banano. Esa gente, toda junta, más toda la gente fundadora de este cantón, comenzamos a presionar por la carretera paralizada desde 1979. Comenzamos a presionar en el gobierno de Carazo, pero durante ese gobierno no se hizo nada. Fue durante el gobierno de Luis Alberto Monge, cuando ya estábamos muy bien organizados, cuando empezamos a tener éxito. Tuvimos una primera reunión donde Rolando Araya. Él le puso el cascabel al gato. Era el ministro de Obras Públicas de Luis Alberto Monge. Rolando Araya recogió la plata para reiniciar. Había doce millones de dólares de un préstamo internacional, pero el gobierno no podía poner la contrapartida. Rolando Araya agarró la plata de la Costanera Sur y de la carretera de San Carlos. Hicimos muchos viajes en el carro de Miguel Laredo (Miguel Fonseca Ceciliano), viajábamos a presionar por eso. A cada rato ofrecíamos el cierre de la otra carretera y del ferrocarril. Rolando Araya siempre estuvo al frente de nosotros. Él fue quien nos sacó este proyecto adelante. Estaba Herman Weinstock de diputado de nosotros. Él nos ayudó a presionar allá afuera. Cuando se logró financiar el segundo proyecto de la carretera, fue comenzando el segundo año del gobierno de Monge. Era tan grande el proyecto, que hubo que
-¿Quiénes fueron las compañías que construyeron la carretera? De Siquirres a río Guácimo la construyó la empresa de Feluco Herrera; de Guácimo al teleférico, Camusa; del teleférico al río Sucio, la empresa de Hernán Solís; del río Sucio al alto del túnel, la constructora Santa Fe, de Marco Solís, hijo de Hernán Solís; del túnel al puente del río Virilla, lo hizo una empresa italiana; y de ahí a La República, Conanza. Rolando Araya fue el que terminó la carretera. Quedó terminada. Como presionábamos mucho, una vez pedimos que nos llevaran a ver la carretera. Iban los hijos de Yoyo Quirós, Miguel Laredo, Enrique Alfaro, Allen Quirós… Éramos como 25 personas. Había trechos que no estaban asfaltados, y el río Sucio lo pasábamos por dentro, al margen izquierdo, en ambas direcciones. Nos acompañó un ingeniero de Camusa que se llama Julián. No dejaban pasar a nadie. Como llovía tanto, de noche no podían trabajar. -¿Por qué Luis Alberto Monge dijo que le jugaron sucio? Porque el trecho que estaba sin hacer en el puente del río Sucio no eran más de diez metros. Desgraciadamente salió el gobierno, terminan, marcan la calle; y Óscar Arias vino a inaugurar, pero el trabajo lo hizo el gobierno de Luis Alberto Monge, y en la persona de Rolando Araya. No estuve en la inauguración. Ni me invitaron. Miguel Laredo tampoco estuvo. Por dicha, Manuel Quesada sí. Recuerdo que para esta carretera nos reuníamos frente a la escuela, donde había un salón escolar, que conocíamos como “El Mangazo”. Nos reuníamos ahí para organizar la pelea. Cuando se fue a firmar los contratos con esas seis compañías, querían que fuera un liberacionista del pueblo, porque deseaban que hubiera un testigo de honor de la comunidad. Don Herman Weinstock esperaba que fuera yo, pero resulta que estuvo Moisés Soto en esa reunión. Es que él venía con mucha gente de Cariari. Moisés Soto me ganó en la votación. Él fue a representarnos. Moisés Soto fue una persona importante en esta lucha. Él nos pagó muchas páginas a nosotros, en el periódico, para atizar el fuego. Moisés Soto era dueño de La Urania, de Frutera. Esta carretera fue el proyecto estrella de Luis Alberto Monge. Antes de esta carretera, durábamos un día entero para entrar y un día entero para salir. Comenzaban las bananeras en un desarrollo en serio. Esta carretera había que juntarla con la Saopín. Por ahí, entra y sale el ochenta por ciento de la carga de este país. Luego se pensó en la vía Puerto Viejo-el Sucio, para unir la zona norte. Antes, todo el norte tenía que bajar por Cañas, hasta San José y luego hasta aquí y Limón. Ahora viene el Tapón de Chilamate. Así, tendremos listo el canal seco, para unir la frontera con Nicaragua con los puertos de Limón.
LOS TEMPLOS MÁS BONITOS DE COSTA RICA
El periodista y escritor Camilo Rodríguez Chaverri ha fotografiado tres mil iglesias católicas en Costa Rica. Prepara la segunda edición, ampliada y corregida, de su colección de libros de templos de Costa Rica, Nicaragua y Panamá. En esta edición tenemos una selección de los templos más sorprendentes de nuestro país con artículos de este periodista guapileño.
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Razones para admirar los templos católicos de nuestros pueblos…
Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Los templos católicos son el más valioso resultado del esfuerzo comunal. Surgen del trabajo en turnos, bingos, rifas, carreras de cintas, topes, cabalgatas y subastas. En todas estas actividades participa la gente por igual, grandes y pequeños, pobres y ricos, cada quien de acuerdo a sus circunstancias. El templo católico es el símbolo estético más alto, más grande, más voluminoso, más rico de cada comunidad. Como símbolo, es el templo, el lugar de oración, lo más lujoso de la comunidad. El espíritu primero que todo. Dios en el centro del pueblo. Lo más bello de casi todos los pueblos es su templo. Si uno escribe sobre Grecia, lo ilustra con la fotografía de su templo. Igual pasa en Coronado; Tilarán; Venecia de San Carlos; Cahuita de Talamanca; Tortuguero de Pococí; Buenos Aires; Palmar Sur de Osa y en pueblos de todo el país. La gente de los pueblos se siente sumamente orgullosa de su templo. Ven el templo como un símbolo incluso más allá de la religión. Por ser el símbolo del pueblo, genera sentido de identidad, sentimiento de pertenencia. Dice el gran intelectual costarricense Enrique Obregón que aquí hay templos con casas al lado, y que esa es la mejor definición de muchos pueblos. Casi todos los templos católicos son viejos. Me alarma que, entre cerca de tres mil templos que he fotografiado, cuento los templos
Templo de San Isidro de Coronado.
en construcción con los dedos de las manos y los pies. Como me ha dicho Monseñor Hugo Barrantes, arzobispo emérito de San José,
Templo de Mata de Plátano,El Carmen, Goicoechea.
antes nos uníamos para construir templos, mientras que ahora algunos se reúnen para construir centros comerciales. El punto de referencia en todos los pueblos es la iglesia, el templo católico. Bajo el atrio del templo se organiza la comunidad. En muchos pueblos no hay siquiera un centro comunal. En muchos pueblos, el único lugar donde se reúnen todos y todas, es el templo. Sólo en el templo caben. Es decir, en la casa de Dios cabemos todos y todas, sin excepciones. Nadie nos cobra por entrar. Todos estamos convidados a la fiesta del Señor. Ahora, que he completado tres mil templos católicos fotografiados, admiro más los templos católicos de nuestro país.
Los templos de Limón, tan diversos como su cultura múltiple… Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Soy un admirador de la provincia de Limón. Me cae mal que se estigmatice a la provincia, que sean racistas y xenófobos en el manejo de la información sobre nuestra provincia con una cultura más diversa, más acusada, más pronunciada y más plural. Amo el paisaje de Limón, el color esmeralda y turquesa de su mar en Cahuita, Puerto Viejo y Manzanillo; la magia de los canales de Tortuguero, Parismina y Colorado; el sincretismo cultural en la zona bribrí; las miles de formas del verde permanente en Pococí y Siquirres; la frescura de las zonas altas de Guápiles, Guácimo y Siquirres; el colorido de las casas de estilo victoriano en Limón y Siquirres; la fortaleza multicolor y el señorío de las montañas en el Parque Nacional Braulio Carrillo, el Parque Nacional Barbilla y el Parque Nacional Tortuguero; los Carnavales de Limón y los Carnavalitos de Siquirres. Amo la diversidad de Limón en su cocina: el sabor fuerte del patí, el sabor único del plantintá, los miles de sabores del rondón, la multiplicidad de efectos del coco y el chile panameño, lo legendario del seso
Templo de Cahuita, Talamanca, Limón.
Templo de Tortuguero, Colorado, Limón.
vegetal o la fruta de pan… Y en un campo donde se nota la multiculturalidad de Limón y su afán por los colores y la diversidad es en el conjunto de templos católicos y protestantes de Limón. Me encanta ir a ver la entrada o la salida de los negros y las negras en la Iglesia Bautista, al lado de la Casa Misionera. Esas dos edificaciones son elegantísimas y muy bellas. Hay que ver a los afro caribeños los domingos, cuando van para el cul-
to. Qué elegancia, qué colores, qué sentido de la belleza y la luz… Entre los templos católicos, me encanta el de Cahuita, montado sobre pilotes o basas, como las casas de la zona, que fueron construidas en una tierra que se inunda muchas veces al año… Es una iglesia de madera, pintada de amarillo o de naranja, que parece una fruta gigante convertida en escultura viva. Otro templo que me encanta es el de Kékoldi, ahí donde fueron
a dar los bribrís que venían de las montañas, y donde hay un sincretismo entre lo indígena y lo afrocaribeño, la cultura de los cholos, que ha sido poco estudiada en el país. Se nota el colorido de Limón en el templo nuevo de Puerto Viejo, pintón y buscapleitos; en el templo de Cariari de Pococí, moderno y fresco; en el templo de Guácimo, redondo, abierto; en el templo circular, perfecto, de Siquirres; en el templo en forma de barco de Tor-
tuguero, hasta en templos pequeñitos pero bellos, como el de Barra del Colorado, el de Ojo de Agua de Guácimo y el de Palacios de Pococí, en el templo en forma de manos en oración de Guápiles… Los templos de Limón son tan diversos y tan plurales en su arquitectura y su colorido como nuestra bellísima provincia, tan hermosa y tan mal entendida por el resto de Costa Rica. Qué viva Limón, verde, rojo, amarillo, azul, y de todos los colores…
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Historia del templo metálico de la Parroquia de Las Mercedes de Grecia Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Esta es la historia de trabajo de una comunidad. Su templo es un monumento al esfuerzo de la gente. Se trata de la iglesia de Grecia. El templo fue adquirido gracias a un contrato con una empresa belga. Devolvámonos al siglo XIX. En 1881, se techó con madera y teja el antiguo templo, pero hubo constantes desplomes y agrietamientos serios en la construcción. Luego, el terremoto del 3 de marzo de 1882 dañó de forma irreparable al templo, de tal forma que los esfuerzos económicos se esfumaron. Hubo una gran desazón al ver en ruinas al principal edificio de la ciudad. Se analizó la posibilidad de levantar de nuevo la iglesia destruida. Sin embargo, hubo un avance hasta diciembre de 1888, cuando el Obispo de la Diócesis de San José, Monseñor Bernardo Augusto Thiel, nombró como cura párroco de Grecia al Padre Carlos María Ulloa, con la misión de construir un nuevo templo, que resistiera los embates de la naturaleza, pues los tres anteriores, a saber el oratorio, la ermita de madera y el templo de mampostería, habían sido destruidos por terremotos. Fue entonces cuando surgió la idea de construir una iglesia con una estructura de hierro, idea que no convencía al pueblo por lo difícil de la obra, pero un nuevo temblor, ocurrido en diciembre de 1888, fue el factor que los hizo desistir de levantar la nueva iglesia con materiales convencionales. Esto propició un cambio radical. En el informe que envió al Obispo Thiel en enero de 1889, el Padre Ulloa le manifestó que, con el temblor, el pueblo había comprendido que era necesario construir un templo de hierro. En el año de 1891, el Padre Ulloa se reunió con el exportador de café don Alejo Jiménez Bonnefil, quien, por su actividad, tenía buenas relaciones con los bancos de Bélgica. La parroquia tuvo contacto con la Fábrica Belga Ateliers Dressé Aux de la Société de Couillet, para que fabricara el templo, según las indicaciones del plano del Ingeniero H. Mommer. Sin embargo, la empresa aplicó la tecnología de hierro de la época a las piezas de calicanto del proyecto original. Lo que hizo fue modificar el plano para el uso correcto del hierro. Fue la casa constructora la que ideó el estilo neogótico, por las ojivas de la iglesia actual, y no el propuesto, que era neoclásico.
Las piezas de hierro llegaron a Limón Para 1892, empezaron a llegar las primeras piezas de hierro a Puerto Limón. De ahí fueron transportadas en ferrocarril hasta la ciudad de Alajuela y de esta ciudad fueron trasladadas en carretas tipo cureñas, a las que se les colocó hierro en las ruedas y en los ejes por los malos caminos, hasta la ciudad de Grecia. Como cuenta el historiador Edgar Alfaro Vargas, quien me brindó la información para este artículo, esta labor fue realizada con una enorme perseverancia, pericia, esfuerzo y sa-
crificio. Las piezas metálicas fueron colocadas en la plaza que había frente adonde se levantaría la iglesia, precisamente donde hoy se encuentra el Parque Central de Grecia. Para iniciar el levantamiento del templo, se enfrentaron dos inconvenientes. El primero es que la Junta de Trabajos para la iglesia no contaba con un ingeniero para levantar las
piezas, según se determinaba en los planos, que no tenían las indicaciones precisas. El segundo inconveniente surgió a raíz del traslado de las piezas de la iglesia desde Alajuela, que había generado entre la población de Grecia un alto costo económico y físico. En consecuencia, no había suficientes recursos económicos para contratar los servicios de un profesional capacitado para la dirección del levantamiento de la iglesia. Durante dos años, las piezas metálicas pasaron a la intemperie, bajo el sol y la lluvia. El 1º de agosto de 1893, la junta para los trabajos de la iglesia solicitó al gobierno de don Rafael Iglesias Castro, que se les ayudara enviando un ingeniero de obras públicas para que realizara el estudio y el levantamiento de los cimientos donde se colocaría la nueva iglesia. Esa solicitud no tuvo respuesta. En 1894, de nuevo, la junta para los trabajos de la iglesia formó una comisión para solicitarle otra vez al presidente Iglesias la colaboración. Así fue como, luego de varias negociaciones, el presidente propuso que el gobierno pagaría el sueldo de los ingenieros Manuel V. Dengo y Lucas Fernández, para armar la iglesia y, además, prestaría la maquinaria que se necesitara para tal fin. Debido a una enfermedad del Ingeniero Mecánico Manuel V. Dengo, el presidente Rafael Iglesias, el 11 de marzo de 1895, le encargó al ingeniero mecánico Lucas Fernández Fernández dirigir los trabajos de la nueva iglesia. Él llegó a Grecia el 12 de marzo, para iniciar el levantamiento de la bellísima iglesia. En octubre de 1896 la iglesia estaba armada. Don Lucas Fernández se encargó también de las construcción de las aceras y las gradas. Solo faltaban las puertas, las ventanas, las escaleras para las torres y el coro, así como las canoas de los techos. La escogencia de la madera del cielorraso también la supervisó el ingeniero Fernández, y, con la ayuda de los vecinos, fue cepillada
y acarreada, en forma gratuita. Una parte de esa madera fue traída desde Palmira de Alfaro Ruiz (ahora se llama Palmira de Zarcero). Para finales de 1896, se hizo una licitación más, que contó con la ayuda de don Lucas Fernández y la Dirección de Obras Públicas, para la compra del mosaico para la iglesia, la cual le fue adjudicada al señor Lorenzo Durini, de origen suizo, gran artista y arquitecto. Entre los meses de julio y noviembre de ese año, llegaron dos cargamentos con el mosaico al Puerto de Limón, que fueron trasladados la cuidad de Grecia, durante la estación seca. Respecto a los vidrios de las ventanas, una vez más contribuyó en la licitación don Lucas Fernández, y le fue adjudicada a Lorenzo Durini. El 12 de mayo de 1898, los entregó en forma satisfactoria. El señor Durini tuvo el bonito gesto de regalar cuatro pilitas de mármol para que se colocara agua bendita, que usaban los feligreses para hacerse en la frente la señal de la cruz. Merece mención especial la labor del Padre Gabriel Arroyo, cura párroco de Grecia de 1894 a 1904, quien trabajó arduamente junto con el pueblo griego para que se levantara la nueva iglesia metálica, principal edificio de la ciudad. Como reconocimiento a su gran labor, cuando falleció, en octubre de 1923, el pueblo de Grecia solicitó que sus restos descansaran en un mausoleo en los jardines de la iglesia.
Más de un siglo de existencia Entre los años 1908 y 1912, se realizaron los últimos acabados a la iglesia, así como se llevó adelante la adquisición del altar, la pintura interior, la compra de ornamentos para el interior del templo, y las puertas de hierro, que fueron construidas por la Casa Clefe Prada Costructore in ferro de Milán, Italia. Como recalca el historiador Alfaro Vargas, hay que dejar constancia de que esta imponente obra fue cancelada por los vecinos de Grecia, que organizaron en las comunidades turnos y bingos, y que contaron con el apoyo de los dueños de las fincas de café. Alfaro Vargas explica que debe reconocerse la colaboración del Obispo Monseñor Bernardo Augusto Thiel y del Presidente de la República, Rafael iglesias Castro, para que se llegara a un buen acuerdo por el pago de la deuda por la comisión que había cobrado Alejo Jiménez, por su participación con la empresa belga que construyó las estructuras metálicas, que se empezó a pagar al Banco de Costa Rica en 1901 y se canceló en 1906. La monumental obra quedó concluida en diciembre de 1912 y la bendición de la Iglesia Nuestra Señora de la Mercedes de la Parroquia de Grecia se llevó a cabo el 2 de febrero de 1913. Un siglo después, sigue siendo uno de los templos más imponentes de Costa Rica. ¿Cómo es que hace un siglo construimos templos como el de Grecia y hoy ni siquiera podemos arreglar la platina? Por razones de trabajo, voy a Grecia dos o tres veces por semana, y siempre, siempre, siempre, le doy una vuelta a la cuadra de la iglesia. Ese templo me llena los ojos y el alma. Me pone más rojo y más vibrante el corazón.
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La casa de una de las vírgenes de madera más antiguas Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
El templo que me hizo llorar Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Sólo frente a un templo he llorado de emoción. Fue un sábado, por la tarde. El sol estaba alistando las maletas para irse de viaje. La luna estaba preparando los petates para asumir el mando. En esa hora, el sol se derrite en naranjas sobre la tierra. Incendia con su luz y emociona a las plantas y los paisajes. A esa hora, como a las 5, en una tarde de verano, llegué al templo de Aquiares por primera vez. El lugar se llama Aquiares de Santa Rosa de Turrialba. Vine “por dentro”, por entre cafetales, de Santa Cruz, bajando por una calle de piedra. De camino, le compré un balde de guayabas a un señor. Comiendo guayabas, me encontré de frente con este templo. Nunca antes lloré frente a un templo. Después, tampoco. Me emocionan los colores de este templo... Quizás me ganó la sorpresa: no me esperaba algo así metido entre los cafetales de las alturas de Tu-
rrialba. A las 5 de la tarde, Dios se derrite en amarillos en las paredes de latón de este templo que llegó de Bélgica, cuando esta finca pertenecía a unos alemanes. La mamá de estos alemanes les puso una condición para venir a visitarlos: que construyeran un templo. Y es esta belleza de iglesia lo que sus hijos encargaron y trajeron de Europa. Después, la finca fue de unos libaneses y de Don Pepe Figueres. Ahora es de don Alfonso Robelo, empresario de origen nicaragüense, con capital en la producción de caña y con gran ilusión por esta finca mágica. Cuando publiqué mis libros de templos de Costa Rica y Nicaragua, escogí este templo para que fuera el que aparece en la caja donde venían los siete libros, uno por provincia. Después, supe que don Alfonso Robelo compró una importante cantidad de libros y que se los regaló a los peones de esta finca. Si me preguntan por los templos más bonitos de Costa Rica, siempre menciono a este templo junto al templo de Hacienda Sitio
de Mata, también en Turrialba; el templo de Grecia, el templo de Zarcero, el templo de Venecia de San Carlos, el templo de María Auxiliadora en Cartago, el templo del hogar de ancianos de la vieja metrópoli, el templo de San Isidro de Coronado, el templo de San Rafael de Heredia y el templo de San Isidro de Heredia. Para todo hay en los gustos, pero sólo esta iglesia me hizo llorar. Puede parecer cursi, pero no me importa: soy cursi. Si no la conoce, por favor vaya a conocer la iglesia de Aquiares de Santa Rosa de Turrialba. Digo algo más: es la iglesia que tiene el más bello jardín en Costa Rica.
El templo de La Pastora de Santa Cruz de Turrialba, en las faldas del volcán Turrialba, es uno de los más bellos templos de Costa Rica. Es un misterio para mí el por qué en Turrialba están los templos más bonitos del país: los dos campeones para este servidor son los templos de Sitio de Mata y Aquiares, el tercer lugar, este de La Pastora, y también otras muy bonitas: San Antonio de Santa Cruz, Guineal o Guadalupe, Moravia de Grano de Oro, distrito de Chirripó, el más pobre de todos los distritos pobres de Costa Rica. Hasta hay templos preciosos en dos pueblos casi fantasmas, Murcia y El Duan. Este último pertenece a Jiménez, pero está pegadito a Turrialba. De La Pastora hay cuatro detalles importantes: el primero es que lo construyeron los misioneros alemanes (debe haber aquí la respuesta a mi pregunta de por qué los templos de Turrialba son los más bellos), misioneros paulinos o vicentinos encargados por muchos años del Vicario Apostólico de Limón (es decir, Limón más Turrialba no eran una diócesis sino un campo de misiones); lo segundo es que tiene una imagen de Nuestra Señora La Pastora, en madera, que debe tener unos ochenta años de antigüedad, debe ser una imagen guatemalteca o española; lo tercero es que el templo está “subido” en una montaña, por lo que muchas veces parece que sale de las nubes, dada la gran cantidad de neblina de la zona, lo que le da una magia particular, y finalmente que es patrimonio arquitectónico del país. Después de hacer una serie de ocho libros de templos, publiqué otro libro con las imágenes de las iglesias que son patrimonio. La portada de mi libro de templos de la provincia de Cartago es una foto del templo de Sitio de Mata y la portada de la caja donde vienen los ocho libros es una foto del templo de Aquiares. Siempre sentí que estaba en deuda con el templo de La Pastora de Santa Cruz. Así que este
El templo inspirado en Súper Man Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Este templo dedicado a El Divino Niño en un verdadero paraíso. Su historia conmueve. Don Gerardo Allón Herrera y su esposa, Doña Roxana Monge Bonilla, estaban desesperados ante la noticia de que su hijo Arturo podía perder una pierna. Arturo había sufrido un accidente tremendo. Corría peligro una de sus piernas. Alguien les dijo que pusieran a Arturo en las manos de El Divino Niño. Fue El Divino Niño quien les
hizo el milagro de salvarle la pierna de su hijo. Por eso, Don Gerardo, quien es ingeniero agrónomo, se puso las pilas para pagar su promesa. Muchos años antes, un día que estaba en el cine con su novia, quien ahora es su esposa, doña Roxana, vio cómo Súper Man salía de una iglesia. La escena de esa película lo emocionó. El joven Gerardo le dijo a su novia: “Algún día vamos a construir una iglesia igualita a esa”. Pues bien, el milagro de El Divino Niño le puso en bandeja esa oportunidad.
El templo domina el paisaje entre Sabanillas y Tucurrique, en el cantón de Jiménez de Cartago. Está ubicado en el punto más alto y elegante de la propiedad de don Gerardo y doña Roxana. Años después, inauguraron en la propiedad un hotel que se llama Zanjones Lodge. Usted puede ir a pasear, quedarse en el hotel, que es muy bonito, y solazarse con este templo, que es el más hermoso de los templos católicos nuevos que tiene el país. Los teléfonos son 8383-0082, 8377-8630, 8848-4341 y 25351097.
La dirección es la siguiente: de la Represa de Cachí, 13 kilómetros hacia Tucurrique, o bien, de la plaza de Tucurrique, un kilómetro al oeste. Es un lugar precioso, dominado por un templo fuera de serie. En esa iglesia se siente a Dios, y también se siente en el paisaje, alrededor del templo. Dios domina en esa zona, Dios se luce con esos colores y se siente de fiesta en esta iglesia tan bonita. Muchas gracias a la familia Allón Monge por este gran esfuerzo, por el gran gusto con que construyeron esta iglesia lindísima.
templo, con su pintura anterior, porque era blanca con celeste, está en la portada de mi libro con templos que son tesoros arquitectónicos. En la sacristía del templo hay una foto del padre Antonio Drexler, alemán que fue cura párroco en Santa Cruz de Turrialba y en mi pueblo, Guápiles. Y ya que menciono a Guápiles, lo que me extraña de mi tesis de que los paulinos alemanes sean los responsables de que en Turrialba esté la mayor concentración de templos católicos bonitos, es que en el resto del Vicariato Apostólico, que abarcaba toda la provincia de Limón, no hay una concentración similar de templos hermosos. Ni siquiera sumando todos los templos de Limón podemos reunir tantos templos bellos como los que tiene Turrialba, templos como el de Zarcero, o el de Venecia de San Carlos, para poner ejemplos de otras regiones. Esos templos de madera y con recubrimiento de lata son los que más le dicen cosas bellas a mis ojos y a mi espíritu. No sé por qué. Quizás por la misma razón por la que a uno le gusta más una muchacha de ciertas características, o un pueblo con cierto clima. Gustos son gustos.
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Lo que me dice la Basílica de los Ángeles Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Bella y colorida. Elegante y ecléctica. Una combinación de estilos. Una fortaleza para evitar que la derribe otro terremoto. No es esbelta como una iglesia barroca. No es estilizada como una iglesia altísima. Pero es monumental. Una mole de fe. Una casa hasta con colores del Caribe y de África para una madre Negrita. Uno llega a la Basílica y se encuentra con un estilo chato, regordete, cachetón... Da la impresión de ser una casa grandota, ancha, hospitalaria, donde cabemos todos. En su interior, los cielorrasos abrigan, los vitrales sobrecogen, las imágenes conmueven. Parece que del cielo, mandan maderas que quieren alcanzarnos como si tuvie-
ran dedos de algodón. La piedra de la Virgen tiene fuego dormido. La fuente sacia hasta la sed de Dios. La Virgen luce un vestido de oropel que no me gusta. Ella es linda así como es: negrita, sencilla, chaparrita, que dice tanto desde su silencio de piedra. Hay una fuerza especial en la Basílica de los Ángeles. Uno se sienta y ora. Escucha. Se sumerge en el silencio. La voz de Dios surge del agua musical de la fuente, de la nostalgia café de las maderas, del fuego vivo de la piedra, de la capilla del Santísimo... Es lindo visitar la Casa de nuestra Patrona, la Virgen de los Ángeles. No en vano se llama así. Debe estar llena de ángeles esa casa de colores. Cuando un ángel ha tenido un trabajo intenso, Dios lo manda a descansar y reinventarse junto a su
Mamá Negra. Todo un país camina desde todos los rincones y cae rendido a sus pies. Eso genera una energía única. Si uno ingresa de rodillas a la casa de la mamá más sencilla de Jesús, debe abrir los brazos para que lo bañe ese río vivo de energía pura y buena, ese aliento de vibra buena que habita la Basílica. Nos queda cerca. Hay que visitar ese sitio que nos abraza y nos abrasa, que nos tiende su abrigo y nos regala su fuego. De repente, en el silencio, nos encontramos a Jesús en el rostro de cualquiera, como Él nos enseñó. Tiene que ser así como el hijo mayor de esta mamá negrita de nosotros, viene a buscar reposo en el regazo de su madre. Aquí se sienta con nosotros, sonríe, ora y reparte el pan.
El luminoso templo de Quircot Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
La iglesia de Quircot da fe de la primera presencia de españoles en la zona. Según parece, en una expedición de reconocimiento de las tierras del Valle de El Guarco, Juan de Caballón descubrió la aldea de Quircot hacia 1560. El nombre de la localidad varía: unas veces aparece Quircot, otras Quirircó, Quericó, Querecoc, Quircó, Quecua... El nombre significa probablemente “El Cot Grande”. Entre las poblaciones indígenas sometidas por Juan Vázquez de Coronado figura el nombre “Quircó”. Aparece en la historia información que demuestra que de Garcimuñoz, Vázquez de Coronado envío expediciones a pacificar los caciques Garabito y Coyoche y la provincia de los Votos, que estaban rebelados. Dieron obediencia las provincias de Garabito, Coyoche, Votos, Catapas, Tices, Abra, Aczarri, Guarco, Pacacia, Tiribí, Puririce, Quircó, Coc, Orocci y Toyopán. Los caciques de la provincia del Guarco, entre ellos los de Atirro y Turrialba, dieron obediencia. Nos quedamos en Quircot Al noroeste del Valle del Guarco, desde tiempos precolombinos, existe un asentamiento humano. A principios del siglo XX había allá una aldea mestiza, con un fuerte acento indígena, feliz y olvidada de
la civilización maquinista. Lo único que llamaba la atención de los viajeros que iban de San José a Cartago era una ermita de construcción antigua, de modesta apariencia, pero poseedora de valiosos ejemplos del arte colonial. También era famosa porque se constituía sede para determinadas fiestas religiosas muy sonadas. Los pobladores eran agricultores y habitaban pocas casas, ligeramente agrupadas. Pero, décadas después, la civilización maquinista se tragó aquella paz rural y Quircot se transformó en un barrio aledaño a la ciudad de Cartago. A solo diez minutos del centro de la ciudad, ahora se encuentra el legendario pueblo de Quircot. Muchos años han pasado desde su descubrimiento y contrariamente con lo que ha sucedido con otros pueblos, se le ha dejado en el olvido y a su suerte; ahí está, rodeado por los ríos de Arriás y Amapola, “Taras”, también conocido como La Quebrada Norberta, Quircot, una de las poblaciones más antiguas de Costa Rica, es hoy una joya nacional. Al norte de su principal centro de población está ubicada la ermita; su punto de ubicación realza su belleza, pues esta era admirada por los pasajeros del ferrocarril al Atlántico, lo cual ha hecho que este querido pueblo no pasara inadvertido. Dentro de sus vetustas paredes se guardan lo más preciados recuerdos de la colonia.
Al caminar por este poblado se recuerda el tiempo de la colonia, al admirar la belleza de las pocas casas de bahareque que se conservan para mayor lucidez y embellecimiento de este tesoro nacional. Quircot es uno de nuestros pueblos más antiguos, como Garavito (hoy Garabito), Corrivará (hoy Curridabat), Uxarraci (hoy Ujarrás), Turichiqui (hoy Tucurrique), Barva, Pacaca (hoy Ciudad Colón), Turrialba la grande y Turrialba la chica. Otros poblados de la época eran Yoruste, Cobobici, Abacara y Chucasque. De esa época, se recuerda también la importancia de caciques como Quepo, Tarapo y Cho. Quircot, pueblo huetar Los antiguos pobladores de este asentamiento eran huetares, ligados culturalmente a los chibchas sudamericanos. Estos indígenas se caracterizaban por su alimentación básica, que consistía en el consumo de tubérculos y pejibaye, sustitutos del maíz. Este se utilizaba preferiblemente para preparar la chicha, la cual tomaban en grandes cantidades con motivo de las ceremonias religiosas y fiestas en general. La casa típica era el palenque o rancho en forma cónica que defendían con empalizados. En ella vivía toda la familia de tipo matrilineal. Se sabe que su religión comprendía tres cultos principales: la fertilidad de la naturaleza, quizá venido de Amazonia; el ave pico, posible influencia antillana y la cabeza trofeo, llegada
están en el Seminario Mayor en San José.
Las campanas
quizá del noreste de Sudamérica. Acostumbraban cortar la cabeza del enemigo; practicaban el chamanismo o medicina ejercida por médicos, sacerdotes, adivinos.
Detalles del templo La belleza del altar mayor de la iglesia de Quircot es de gran apego a las formas y tallas del siglo XVIII. De las imágenes más bellas, solo queda la de la Virgen. La mayoría
La nitidez del sonido de sus campanas importadas de Alemania en el siglo XVIII es asombrosa; pueden escucharse casi a cinco kilómetros de distancia. Originalmente eran cuatro pero vendieron dos a la iglesia del Carmen de Cartago. Asimismo, muchas reliquias históricas como libros de registro, palios, imágenes y otras han sido robadas. Hace pocos años, se le devolvió a Quircot la condición o el estatus de parroquia. Costa Rica conserva cuatro templos coloniales muy bien cuidados: el de Nicoya, el de Liberia, el de Orosi y este de Quircot. Si no lo conoce, vaya, por favor. Es un templo muy bello y luminoso.
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La pareja que salvó al templo más bonito de Costa Rica Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Si tuviera que escoger un templo como el más bonito de Costa Rica, ese templo es el de La Hacienda Sitio de Mata, antigua Hacienda Tayutic, en Sitio de Mata de Pavones de Turrialba. La historia del templo es mágica: fue construida en 1915 por unos curas franciscanos en Tres Equis de Turrialba, donde permaneció durante varias décadas. De ahí pasó a la comunidad de Pavones, porque en Tres Equis construyeron un templo más grande. Unas décadas después, también se hizo pequeño para Pavones, por lo que lo trasladaron a la pequeña comunidad de Sitio de Mata, pero un cuarto de siglo más tarde volvió a correr peligro. La comunidad y el sacerdote decidieron construir un templo nuevo, de cemento, en su lugar. Una señora de apellido Víctory se enteró. Le habló a su esposo, de apellido Ortuño. Ellos tenían una
finca en el pueblo, finca que ahora es de sus hijos. Le hablaron al sacerdote, le dieron una contribución para el templo nuevo, y el cura les dio el viejo templo desarmado. El
señor Ortuño lo guardó en bodegas hasta que estuviera listo el templo nuevo de la comunidad. En ese momento, el señor Ortuño y la señora Víctory escogieron una colina de su
finca y ahí instalaron el templo. A la par le hicieron un lago, con puente de madera, patos y gansos. También le hicieron un jardín bellísimo. Uno de sus hijos construyó un laberinto. Trajeron esferas precolombinas y esculturas modernas para el jardín. El templo parece salido de un cuento de hadas. Ningún templo de Costa Rica tiene un resplandor similar. La señora Víctory no se conformó con rescatar el templo de Sitio de Mata. También rescató dos vitrales de la vieja y bella iglesia de Turrialba. Estaban abandonados debajo de unas gradas, en Turrialba. Eran parte del templo de Turrialba que fue demolido para darle paso al templo actual, que no me gusta. A cambio de otra contribución, se trajo esos vitrales y les hicieron un campito a los dos lados del altar en este templo de su hacienda, que es un verdadero regalo para los ojos
y las emociones. Hay pueblos que conservan sus iglesias viejas, como Fraijanes de Alajuela, Llano Grande de Cartago y Vara Blanca de Heredia. En los tres casos, hay templos nuevos, pero ninguno reúne las condiciones ni las riquezas de sus iglesias antiguas. También hay una iglesia antigua en La Trinidad de Copey de Dota, y una parte del pueblo lucha por conservarla, a pesar de que la dirigencia de la comunidad quiere botarla, lo que sería un verdadero crimen contra el patrimonio arquitectónico del país. En el cielo, el señor Ortuño y la señora Víctory han recibido un reconocimiento de Dios y de los ángeles. Es un reconocimiento que el país les quedó debiendo. Gracias a ellos, en Sitio de Mata de Pavones de Turrialba, se luce la más bella iglesia de Costa Rica.
El templo donde el diablo perdió la chaqueta Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
San Isidro de Dota es un lugar alejado y especial. Aunque pertenece a Dota, no hay camino desde Santa María. Tita es una famosa mujer de Dota, administradora de la cantina “La cueva del zoncho”, en la cabecera de Dota. Ella organiza expediciones en la montaña para llegar a San Isidro. Se tarda tres días “a pata” desde Santa María. La otra manera de llegar a San Isidro es por la costa. Se llega a Quepos, se toma el camino de Naranjito, se pasa por Naranjito y Londres. El siguiente río es la frontera entre las provincias de Puntarenas y San José. Lo que sigue es pasar por un pueblo fantasma: Cerro Nara de Tarrazú. Si se toma a la derecha en el único cruce más abajo, se llega a Quebrada Arroyo de Tarrazú, donde hay un bonito proyecto de turismo rural comunitario. En Cerro Nara conocí una escuela con una sola estudiante. ¡Había un maestro para una sola niña! Pero cuando volví, como tres años después, la escuela estaba convertida en un gallinero y en un vivero. Fue cerrada por falta de niños. Dos familias es todo lo que queda en Cerro Nara de Tarrazú. A la iglesia abandonada le crecen plantas hasta encima del techo. El siguiente pueblo, y el último de este camino, es San Isidro de Dota. Antes de llegar, hay que cruzar “por dentro” ocho cuerpos de agua, ríos, riachuelos y quebradas. En uno de mis viajes a San Isidro de Dota, escuché jilgueros a la orilla del camino, frente al templo. En otro, dos tucanes se posaron en
La iglesia de las botellas un árbol frente a esa iglesia. Si tuviera que escoger un templo en Costa Rica al que es difícil llegar, el seleccionado sin duda es este templo. Llegué hasta el tercer intento. En las primeras dos expediciones, las malas condiciones del camino me obligaron a devolverme. Este rincón de Costa Rica me resulta fascinante. De los tres mil templos de Costa Rica que he fotografiado, este fue el que me costó más. Como las primeras dos veces tuve que desistir, para la tercera ocasión me preparé mejor. Ante las pésimas condiciones del camino,
dejé el carro a la orilla, a la mano de Dios, y subí caminando por unas cuestas de los once mil demonios, en medio de una soledad que me puso a pensar en que podían perderme los enanos. Llegué cuando estaba a punto de botar el tapón. Subiendo las cuestas, casi dejo mi motor botado. Dormí en el corredorcito exterior del templo, en el diminuto espacio bajo el atrio. Por dicha ahora el camino está mejor, y se puede llegar hasta el pueblo con cuidado y con paciencia. Es un paseo fuera de serie para los locos de las iglesias, como yo.
Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
El templo de San Gabriel Arcángel, en Las Chorreras, El Bosque de La Hoja, Los Ángeles de San Rafael de Heredia, es uno de los templos favoritos para bodas. Tiene un encanto especial. No es pomposa ni monumental ni impresionante. Es acogedora. Tiene botellas amarillas y verdes incrustadas en las decoraciones de las ventanas y el altar. También tiene una lámpara de fondos o “culos de botella” sobre el altar. El cielorraso es artesonado. Las bancas de madera son cálidas. Afuera, hay un árbol alucinante. Parece un
amistoso fantasma amarillo que quiere abrazar a quienes se sientan en sus ramas. La torre de la iglesia no es muy alta ni tiene elementos muy llamativos, pero cuenta con la misma calidez del resto del templo. No sé cómo explicarlo: es un templo “contagiado” de la atmósfera y la vibra de un hogar. Es obra del arquitecto Wagner Sequeira, quien vive a escasos doscientos metros del templo. Si no conoce esta “monada” de templo, esta delicadeza de arquitectura, con un sol naranja que se acuesta a sus pies con cada atardecer y árboles que aplauden y silban con el viento… ¿qué está esperando para visitarlo?
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La iglesia que está encima de una lechería
La coquetísima iglesia de Florencia de Turrialba... Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Hay una única iglesia en Costa Rica que está construida en el segundo piso de una lechería. Cuando llega el sacerdote, una vez al mes, hasta las vacas oyen misa. Este templo tan particular está en la Hacienda Guayabillos, ubicada en El Alto de Guayabillos, entre Rancho Redondo de Goicoechea y Llano Grande de Cartago. Fue construida por el ex diputado y ex ministro de Relaciones Exteriores, Cristián Tattembach, quien falleció hace unos años. La finca fue fundada por su papá, un conde alemán que llegó a Costa Rica y casó con una hija del ex presidente Rafael Yglesias. A don Cristián también le decían “El Conde”. Fue un colaborador cercano del expresidente Rafael Ángel Calderón y del expresidente Rodrigo Carazo. Fue con la Coalición Unidad (que llevó a la presidencia a Carazo), y el PUSC, que ocupó dos veces una curul en la Asamblea Legislativa y fue canciller de la república. El templo es de madera, y fue edificado dentro de la bodega del segundo piso de la lechería de la Hacienda Guayabillos. Fue construido en 1994 y lo inauguraron el día 4 de octubre, día de San Francisco de Asís. Fue a propósito, ya que el santo de Asís, Italia, es considerado el primer ecologista de la Iglesia Católica y don Cristián tenía un gran interés por conservar los ár-
boles y los jardines de la finca, con la idea de que hubiera muchos animales. En el templo hay un cristo crucificado, como en el noventa y cinco por ciento de nuestros templos, una imagen de la Medalla Milagrosa y un cuadro con la Virgen de Guadalupe. Por supuesto, también hay una imagen de San Francisco de Asís, al lado derecho del altar. Don Cristián Tattembach nunca contrajo matrimonio. Tampoco tuvo
hijos. Los hijos de los peones de la finca eran como sus nietos. Entre ellos, Arelys Aguilar Fonseca, de 29 años, quien ha estado siempre a cargo del templo. “Yo limpio el templo todas las semanas, y lo chaneó y lo dejo bien bonito una vez al mes, ya que tenemos misa sólo una vez por mes. Siempre nos toca la misa el segundo sábado del mes. Viene el Padre Johnny Arguedas”, cuenta “La Sacris”, que era como le decía don Cristián. “Siempre vienen unas treinta personas a la misa. Mis papás, Luis Ángel Aguilar Calderón y Sara Fonseca Vargas, me ayudan a preparar un cafecito con repostería y un pan casero para que compartamos después de la misa”, agrega Arelys. Este templo es único en su estilo en Costa Rica y tal vez en el mundo.
La siguiente frase parece mentira. Estoy feliz de haberme equivocado. Así es. He escrito muchas veces de mi afición por los templos de Turrialba. Para mí, Turrialba es el cantón con los templos más lindos, encabezados por los templos de Hacienda Sitio de Mata (antigua Hacienda Tayutic) y Hacienda Aquiares. También hay que mencionar a los templos de La Pastora, Moravia de Chirripó, Bajos de Pacuare, Paso Marcos, Guineal y San Antonio de Santa Cruz. Entre los templos bonitos de Turrialba, uno no puede dejar de mencionar el de Florencia. En Florencia, lo otro bonito es el hotel Villas Florencia. Pues bien, un día que estaba en este precioso hotel boutique, mágico y señorial, cálido y familiar, me fui a ver cómo estaba el templo de Florencia y me lo encontré sin su torre tan esbelta y copetona. Dije en mis espacios de prensa que iban a botar este templo. Resulta que me equivoqué. Me alegré mucho de que me corrigieran y más me alegré de que me enviaran fotos del templo como quedó. Y sí: el templo estaba deteriorado y ahora luce fresco y bello. Era una iglesita linda pero “cacharpeada”. Ahora es una iglesia reluciente. Felicito a quienes hicieron posible el remozamiento de este templo y me disculpo con quienes se molestaron con mi comentario anterior. La verdad es que tienen razón. Dios primero, un día de estos me iré con mi familia a ese lindísimo hotel, Villas Florencia, a escuchar los pájaros y el viento, a descansar bajo la sombra de su árbol añoso y monumental, para pasar también un rato a la iglesia. Tengo ilusión de verla así como quedó: pizpireta y prístina, colorida y variopinta, caribeña y altiva, turrialbeña y universal, de Florencia y de mis ojos.
El templo lindísimo de Sacramento de San José de la Montaña Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Si tuviera que escoger veinte templos bellos de Costa Rica, de los tres mil que he fotografiado, uno de esos veinte templos es el de Cristo Rey de Sacramento, en Sacramento de San José de la Montaña, Barva, al pie del volcán del mismo nombre. Uno llega al lugar donde está el templo y siente la presencia de Dios en el cielo, en las nubes, en los atardeceres, en las hortensias, en las flores en general, en los árboles con “barba de viejo” y, por supuesto, en la iglesia… Para llegar a Sacramento, se toma un camino de Barva hacia el volcán. Poco antes de llegar al puesto del Parque Nacional Volcán Barva, está el pueblo de Sacramento. Es el último pueblo antes de llegar al bosque. El templo es pequeño y acogedor. Según Patricia González, del consejo económico del templo, fue construido hace unos sesenta y cinco años. Lo único que ha cambiado es el color. Primero fue celeste; después fue amarillo; el tercer color que tuvo fue verde y ahora es color papaya o naranja. Está afincado en un pueblo pequeño, donde todavía se escucha aullar a los coyotes por las noches frías y llenas de estrellas. Este templo tiene una particu-
laridad: eclesiásticamente no pertenece a la Diócesis de San José, sino a la Diócesis de Alajuela. Pertenece a la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en Santo Domingo de El Roble, Santa Bárbara de Heredia. Casi todas las parroquias de Heredia pertenecen a la Diócesis de San José, pero no todas. Este es el ejemplo.
Material fue transportado en carreta De acuerdo con Obdulio González Cascante, comerciante de la comunidad, el material para la iglesia fue transportado con bueyes por el camino llamado Calle Lajas,
es decir, viniendo por El Roble de Santa Bárbara. Dice que él ayudó a traer material para la iglesia cuando tenía unos ocho años y diez años de edad, y ya está por cumplir setenta años. Cuando el templo fue construido, esta comunidad pertenecía a Santa Bárbara. Ni siquiera había camino hacia Barva. Moisés Ramírez Zamora fue el boyero encargado de trasladar el material. Le ayudaban otros boyeros, Lolo Salas, Luis Ramírez y Juvenal González. El papá de don Moisés se llamaba Zacarías Ramírez Barrantes. Don Zacarías donó el terreno para el templo. Mide más de media manzana, más que una quinta. El templo
está rodeado por un hermosísimo jardín. Muchos años después, los hijos de don Zacarías donaron otro pedazo de tierra para la construcción del salón comunal. El jardín está a cargo de Patricia González y su esposo, Juan de Jesús Carpio Solano. Hay misa los sábados a las 3:30 pm. Es un lugar especial para ir a misa y pasear a la vez. Don Obdulio es el presidente de la asociación de desarrollo. Dice que insiste en la necesidad de que el pueblo tenga un parque. Yo le insisto en que no hagan ese parque donde está la plaza, porque Sacramento es de los pueblos de antes, con el esquema de templo, escuela, plaza de deportes… y cantina.
Un pueblo para ir de pic nic Sacramento es un pueblo perfecto para ir a comer chicharrones, tortillas palmeadas con natilla casera, plátano maduro con queso, churrasco de lomito, gallos de ternera, en el negocio donde se ganan la vida don Obdulio y su hija Patricia, con toda la familia. Hay otros negocios en la comunidad. En Sacramento se come muy rico. Pero también es perfecto para llegar con huevos duros, atunes, frijoles molidos, tortas de huevo y galletas soda. Eso sí, hay que pasar a tomar café, aguadulce o chocolate caliente en el Restaurante “La Cam-
pesina”, de esta lindísima familia. He hecho varios días de campo con mi familia en Sacramento. Recuerdo que una vez fui con mi abuelita afectiva Mayita Suárez, que de Dios goce, y con mi amigo, el escritor Santiago Porras. Otra vez fui con algunas personas que estuvieron involucradas en el proceso de diseño y elaboración de mis libros de templos. Ahora fui con mi esposa Gabriela y mi hijo menor, Joaquín. Fue una experiencia renovadora. Todos estos días de campo los he realizado en el jardín de la iglesia, que tiene una vista esplendorosa. Es un sitio precioso, rodeado de árboles y plantas que lo hacen parecer de otro planeta o de otra dimensión. En cualquier momento salen los enanos de este cuento. A ver si usted se da la vuelta por Sacramento. En “La Campesina” se come muy bien y es súper barato, por si no quiere complicarse la vida. Pero también es rico tirarse en una sábana, sobre el pasto, al lado del templo, y ver cómo las nubes pasan corriendo, escribiendo poemas en el atardecer. Qué colores nos regala Dios en Sacramento. Es que hasta el nombre le ayuda al pueblo. Un sacerdote que celebró misa mucho tiempo en la comunidad, Christian Herrera, cada vez que llegaba a Sacramento decía, “vengo a despejarme, ya llegué al cielo”.
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Capilla para pagar un milagro a San Judas Tadeo Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Una pareja costarricense decidió construir una capilla única en su estilo para pagar un milagro a San Judas Tadeo, patrono de las misiones imposibles. En 1991, Silena Moncada iba junto a su madre, Doña Julia, y su hija, Ericka, para Suiza, donde estaba el esposo de Silena, Fraz Ulrich. Pasaron un día en Madrid. Al día siguiente, a sólo quinientos metros del aeropuerto, la buseta en que iban se volcó. Ante el impacto, Ericka, la hija de Silena, se salió por una ventana. Estuvo tres semanas en cuidados intensivos, en España, y después pasó varios meses en coma, en un hospital de Suiza. Ante su problema tan complicado de salud, sus papás, Silena y Franz, recibieron información acerca de la gran ayuda que podrían tener si rezaban la novena de San Judas Tadeo, patrono de las causas imposibles. Rezaron y rezaron, y la muchacha fue mejorando poco a poco, hasta volver a la normalidad. Tanto que se fue a estudiar a Suiza, la tierra de su padre, allá se enamoró, se casó y ahora es la madre de un niño que se llama Alexander. Seis años después del accidente, el papá de Ericka, Franz Ulrich, se abocó a construir la capilla. La hizo inspirado en las iglesias o capillas de las montañas de Suiza, sobre todo porque considera que las montañas de donde vive se parecen a los de su país natal. La capilla embellece ahora el entorno de la empresa de don Franz y su esposa. Se trata del Hotel Los Héroes, ubicado entre La Fortuna de San Carlos y Arenal de Tilarán.
Sarchí, el pueblo donde vive y duerme el gigante Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Al frente de la capilla luce imponente el lago del Arenal. Específicamente está a 30 kilómetros de La Fortuna y a 14 kilómetros de Arenal de Tilarán. La capilla es única en Costa Rica por su estilo. Es chiquitita, tiene capacidad para cincuenta personas, pero está llena de detalles que la hacen muy especial. Por ejemplo, todo el cielorraso de la capilla tiene pinturas de escenas bíblicas muy significativas,
como cuando Adán y Eva comen de la manzana, cuando Moisés recibe las láminas de piedra con los diez mandamientos, cuando Jesús nació en el pesebre o cuando la mujer se convierte en una estatua de sal. Estas impresionantes pinturas son obra del artista alajuelense José Monge. El altar fue hecho por Jaime Carvajal, especializado en muebles Luis XV. Hay que ir a conocer este templo en este sitio paradisíaco.
El templo de la sirena Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Resguardada por tiburones, en el fondo azul vivía la sirena. Se ven los pájaros desde el otro lado de la lámina plateada del agua. Un delfín le contó que cantan los pájaros, que son las voces plurales de Dios. Las ballenas también cantan, pero es un canto gordo. Los delfines no cantan, se carcajean. Los delfines son la risa del agua. La sirena vino a conocer a los pájaros. Y siguiendo sus voces de colores, también conoció al marinero que le habló de los yigüirros y los jilgueros. Marinero y poeta, la convenció con el sonido de sus palabras. Mago de la boca, el hombre se la trajo a tierra. La esconde en una o dos iglesias, feliz de tenerla para él. Primero la escondió en una iglesia de una montaña, en División de Pérez Zeledón, cerca de El Cerro de la Muerte. Pero ahí duermen los enanos y casi se la comen. Buscando el canto rojo de un pájaro ciego, llegó al templo de Sarchí. Pero cer-
ca de ahí duerme un gigante. Mejor no. Así ha llegado a Sabanillas, a La Luisa, a Cirrí. En los alrededores de Grecia y de Naranjo, le ha buscado casa a la sirena. Ahora duermen en el templo de San Jerónimo, protegidos bajo las torres gemelas donde
descansan un par de ángeles agotados de volar adivinando las preguntas de los grillos en la noche. No extraña el mar, la sirena. Lo lleva por dentro. En su caracol secreto cantan las olas, lloran de alegría las mariposas del agua.
En el templo de Sarchí se siente a Dios. Hay una luz especial, sobre todo durante los atardeceres. Detrás del altar, un cristo parece estar dormido. Hay una energía fuerte. Como un viento chichoso que se abraza a sí mismo y anda saltando por todo el templo, anda toreando a su ansiedad. Es un gigante. Cuida del cristo dormido durante el día. De noche, él mismo duerme, pero ronca tan fuerte que los ángeles que custodian al cristo dormido (hasta en los aspectos divinos y del espíritu puede haber burocracia o acumulación de personal), lo enviaron a dormir afuera. El Espíritu Santo encaminó al pueblo de Sarchí, que le construyó
una cuna tan grande como él, una cama disfrazada de carreta, la más voluminosa del mundo. En esa carreta colorida duerme el gigante que cuida del hermoso cristo dormido en el bellísimo templo de Sarchí. No le tengan miedo. Es una criatura de Dios. Si anduviera por las montañas de San Jerónimo de Naranjo o de Sabanillas, en días de lluvia, sus inmensas huellas nos harían pensar en El Viejo del Monte, Pie Grande o El Abominable Hombre de las Nieves. Pero eso no ocurre porque duerme como un perro grande, desparramado y vagabundo, sobre su carreta. Parece un perro San Bernardo que se echa en un carretón de frutas o helados. Así que no nos prestemos para malos entendidos, chismes o cuentos. Ahora el gigante anda feliz porque el templo está pintado como si fuera la iglesia de todas las carretas. Lo mejor de todo es que sí lo es.
El templo de Santa Juana Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Este es uno de los templos hermosos más escondidos del país: el templo de San Juana de Tarrazú. Este pueblo remoto es mágico. Está en las montañas y cerros de “El Pito”, en el viejo, “malamansado” y bronco camino que está entre Mata de Caña de Tarrazú y La Gallega de Quepos. El camino empieza en Mata de Caña en algo que es poco más que un trillo. Se pasa por La Gallega y Cerritos (uno de los pocos pueblos de Costa Rica que no tiene templo católico; celebran misa en un aula de la escuela). Santa Juana está en el corazón de la montaña, a la mitad de la ruta entre San Lorenzo de Tarrazú y Damas de Quepos. He hecho el viaje tres veces para abajo, de Tarrazú a la costa, y dos veces para arriba. Cuando uno va subiendo, el pueblo más cercano a la salida al asfalto es Nápoles. (Me llama la
atención esos nombres europeos que tenemos aquí: Atenas, Grecia, Londres de Quepos, Berlín de San Ramón, Sevilla de Acosta, Toledo de Acosta, Nápoles de Tarrazú…). Santa Juana tiene un templo de madera acogedor y hermoso. Además, no hay que ir sólo por el templo. Las montañas son esplendorosas. Deben estar llenas de enanos que fuman en todas sus ceremonias. Esas nubes caídas, que duermen sobre los árboles, son la demostración de las juergas de esos felices enanos… Haga esta ruta. Lleve huevos duros y frijoles molidos. También hay un pequeño albergue. Si quiere quedarse en Quepos, recomiendo el precioso Hotel Parador, un museo metido en el bosque. Si hace este viaje, pregunte en Santa Juana por la entrada a otro pueblo remoto, con un templo hermosísimo: San Isidro de Tarrazú. Goce a Costa Rica. Qué país tan bonito el que tenemos.
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La capilla del barrio de lo que fueron las casas baratas... Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
La magia que se camina entre Miramar y San Ramón Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Hay un bellísimo camino viejo, descuidado, entre Miramar de Montes de Oro, y Piedades Sur de San Ramón. Usted toma el camino en Miramar hacia las montañas, que se paran picuditas, de espaldas al mar. Conforme uno va dejando atrás la costa, se adentra en estos cerros, que son como pechos de la tierra, como senos de la madre naturaleza. Se pasa por el pueblo de Palmital, que tiene un templo católico muy especial, metido entre cipreses y pinos, como si los árboles lo estuvieran cuidando. El camino sigue hacia Laguna, un pueblo un poco más grande, con un salón comunal muy espacioso y una plaza bien cuidada. Siguiendo directo, el camino va hacia Cedral, donde está el templo más antiguo de la zona, un templo que es patrimonio arquitectónico, y también hacia Arancibia. Pero tomamos a la derecha. Nos adentramos en un camino más tosco, rudo y empinado. El camino va zigzagueando entre montañas peladas, vestidas con un pasto ama-
rillo, que peina el viento fuerte, y muchos árboles de coníferas, como pinos y cipreses. Es el ambiente del bosque nuboso, parecido al de Monteverde, que es un mundo vecino, un reino tan mágico como el de este camino. Se llega a Las Orquídeas, un proyecto de las mujeres del pueblo de Zapotal de Montes de Oro. En el pueblo destacan las cabañitas de estas mujeres, dirigentes comunales, quienes tienen una cooperativa con la que se organizaron para acompañarse y salir adelante juntas. Ofrecen posada y comida, muy rica por cierto. Lo otro que destaca en Zapotal es la producción lechera. Si sigue el camino, después de trechos sinuosos, llenos de piedras enormes, en los que hay que transitar con muchísimo cuidado, se cruza la frontera entre las provincias de Puntarenas y Alajuela. El primer pueblo del cantón de San Ramón es Barranquilla, donde está el templo católico más pequeño de Costa Rica. Mide dos metros de frente por tres metros de fondo. Tiene una imagen de la Virgen María que me sorprende: está vestida de novia.
Parece que es un maniquí de tienda. Poco antes, nos encontramos una pequeñísima capilla, de metro y medio de ancho por dos metros de fondo. Y poco después, en el pueblo de Carrera Buena, hay otra capilla aún más pequeña. Lo otro sorprendente es el cementerio de Barranquilla, donde hay indicios de funerales hace sólo cuatro años. Es el cementerio más pequeño que conozco. Nos encontramos muchas casas abandonadas hasta que llegamos a San Antonio de Zapotal. Con mucho cuidado, pasando por Quebradillas, Barranca y Piedades Sur, se llega a San Ramón. Es un recorrido de unas seis horas, desde Miramar. Pocos viajes son tan luminosos, con paisajes tan particulares, lagos, montañas, vacas y caballos, y con un viento fuerte, que le imprime nostalgia al ambiente. Lo invito a hacer este viaje por el pasado de Costa Rica. Es un viaje del que uno sale lleno de alegría en los ojos y de sentimientos encontrados. Son seis horas para limpiar el alma.
En 1926, La Cruz Roja inició el proyecto de las casas baratas. En las laderas que dan al río Torres nació un barrio con solo dos calles. Se llamó originalmente Barrio La Cruz Roja. La institución benemérita construyó ciento cincuenta casas. Cada casa costaba mil ochocientos colones. Las familias tenían que pagar cinco colones por mes. Era mucho para la gente más pobre, como lo cuenta el médico Edwin Solano Alfaro en su libro “Voy pal barrio”, sobre Barrio México, del cual es parte este rincón de las casas pobres. Los vecinos pidieron ayuda porque les costaba mucho pagar esos cinco colones por mes. El presidente de la Cruz Roja, señor Yglesias Flores, accedió. Por eso, le cambiaron el nombre. Desde entonces se llama Barrio Yglesias Flores. Al final del barrio, junto al río, se organizaba bailes y peleas de boxeo en lo que se conocía como “El hueco” o “El zancudero”. Al frente de ese sitio, donde ahora hay un parquecito, estaba la pequeña capilla de madera hasta donde ahora llegaba Sor María Romero con sus misioneritas para dar catecismo. Ahora hay otra iglesia, La Capilla de San Martín, construida en el mismo lugar. Cuando uno va de Barrio México a La Uruca, al lado del río
Torres, por donde está el viejo y emblemático puente patrimonial, se ve la capillita allá abajo, como una gran señora, como una reina que no puede disimular la grandeza de su porte, la belleza de su elegancia en medio del pueblo. Metida en un bajo, parece una diosa de rodillas, hincada pero siempre con la frente en alto. Humilde y hermosa. Sencilla y divina. Con su porte de pequeño castillo de Dios. Como si en otra vida no hubiera sido una iglesia sino el único gallo de su patio. En Yglesias Flores vivieron el compositor Ricardo Mora, el pintor Gerardo Valerio y el escritor José León Sánchez. Hay grandeza en su pequeñez. Solamente hay dos calles en Barrio Yglesias Flores. Una se llama Calle Centroamérica y la otra se llama Calle Europa. Es interesante este pequeño rincón de Barrio México, Yglesias Flores, donde un templo de nuevo me conmueve y me sobrecoge. La iglesita es como la capitana de una orquesta donde inventan música seres especiales de otros mundos que bajan por ese pobre río sucio pero cantarín. Ya no es diáfano pero no ha perdido ni su voz ni su dignidad. Dignidad. Qué palabra. Qué valor. De eso sabe este templo. De eso conoce este barrio de San José.
La Virgen que me habló en silencio Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Alba es la luz que despide este templo. Irradia como una mole viva. Parece cal con ojos. Una cueva tomada por una nube. Un diente complejo que se le escapó al corazón de la tierra. Es el templo albísimo de San Rafael de Escazú. Albo como la conciencia de un niño. Dentro hay un Cristo en medio de mucha luz dorada, y un San Rafael con jícara y pescado. Pero yo vengo a esta cueva de la luz a ver a mi amor. Es una imagen de la Virgen de Schoensttat. Es la Virgen alemana, rubia, preciosa. La vi por primera vez en un hospital. Le dije de una vez: “¡qué linda que sos! ¿Quién sos? ¿Cómo te llamás?” La Virgen se me quedó viendo. Lo sentí. Me contestó en
silencio. La persona que abrió esa capilla para que la fotografiara se quedó
viéndome. Ella no sabía si reírse o llorar. Pensó “pobre loco”. Salí de la capilla de hospital donde la vi. Tomé mi camino. A escasos metros, alguien detuvo mi vehículo. La vi por la ventana. Era una prima. Llegó a la ventana de mi vehículo. Me dijo, “acabo de pensar en vos; quería hablarte de ella”. Era la Virgen de Schoensttat. Era la virgen a la que acababa de preguntarle que quién era. Me impresioné. Casi lloro. O lloré poquito. Nunca olvido esta anécdota. María me contestó por la boca de mi prima. Ni siquiera sabía yo que ella era mariana. Tampoco sabía que hay todo un movimiento en Costa Rica por la devoción de la Virgen de Schoensttat. Es una virgen macha, rosadita, de una dulzura que me sobrecoge. Ya la imagen no está en esa capilla. Así que cada vez que voy a ca-
nal 9, en Plaza Colonial, aprovecho para saludarla en esta casa blanca, como si fuera un monumento y la leche le ganara al oro. Es la Casa Blanca donde está el poder ante el cual me hinco.
Ni el San Rafael Arcángel ni el Cristo sumido como en un atardecer se ponen celosos porque la reina aquí es esta guapura de Virgen, la mamá de Jesús en una sublime expresión de amor y de belleza.
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El templo de Monte Redondo y la tendencia de conservar iglesias en las fincas Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Aunque tenemos templos muy bellos en nuestras ciudades, yo me quedo con los templos de los pueblos y las fincas. Entre cafetales, en una finca, está el templo de Aquiares de Santa Rosa de Turrialba; en una loma de una finca está el templo de Hacienda Sitio de Mata, en el pueblo del mismo nombre, en Pavones de Turrialba; en una finca llena de coníferas está el templo que construyó Vito Sansonetti, fundador de San Vito de Coto Brus; en la finca de la familia Allón, en Tucurrique de Jiménez de Cartago, está uno de
los más hermosos templos nuevos del país, construido en gratitud a El Divino Niño, que le hizo un milagro al dueño de la finca, pues un hijo iba a perder una pierna pero la fe lo salvó; en la gran hacienda de Moravia de Chirripó está un templo reconstruido después de que lo devoraron las llamas o lo botó un terremoto. En muchas ocasiones, estos templos son producto de la sensibilidad del propietario de la finca o su esposa. Hay casos singulares. Como el templo que está en el segundo piso de la lechería en Hacienda Guayabillos, entre Rancho Redondo de Goicoechea y Llano
Grande de Cartago. Es obra del diplomático Christian Tattembach (qdDg). En otros casos, los templos responden a iniciativas de una gran creatividad, como el templo que está en la lechería de la familia Sancho, por Santa Rosa de Oreamuno. Ese templo originalmente era una casa. El inmueble no tiene un solo clavo. En la Finca La Silvia, a los pies del volcàn Turrialba, el coloso devastó un bellísimo templo. Muchas de estas pequeñas iglesias ubicadas en fincas son conservadas gracias a la sensibilidad y el cariño de una segunda o tercera generación. Tal es el caso del templo bellísimo de Hacienda
Monte Redondo, en Vuelta de Jorco de Aserrí. Michelle Aubert hizo un trabajo hermoso y pleno para restaurar el templo que construyeron sus antepasados. Dentro del templo hay fotos de la inauguración de la iglesia, muchas décadas antes. Por eso, uno se percata del gran respeto al diseño original. Hay que andar el campo de Costa Rica para encontrarse esos templos como grandes sorpresas de Dios en el paisaje. Muchas gracias a las nuevas generaciones de esos dueños de fincas donde hay templos. Muchas gracias a quienes conservan esos grandes tesoros de nuestra arquitectura y nuestra historia.
La iglesia de las hadas y los duendes Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Fue mi amigo Gustavo Flores Izaguirre, quien me gana por muchos pelos en la cabeza y también en esto de tomar fotos de templos, fue él quien me mostró unas imágenes de este templo. Yo no lo conocía. Nunca lo había visto. No descansé hasta llegar a él. Está escondidillo. Eso lo hace más bello, más misterioso, más rico. Es un templo de madera, en medio de la nada, en División de Pérez Zeledón. Antes, para llegar, se pasa por el pueblo, donde hay un viejo templo de madera y lata, de los que me vuelven loco (como el templo de Zarcero, como el templo viejo de Llano Grande de Cartago, como el templo viejo
El templo de Cañón de El Guarco Este templo desató todo lo demás. Fue el chispazo que provocó el incendio en mí. Lo veía cada vez que cruzábamos El Cerro de la Muerte, en mi niñez. Crecí en San Isidro de El General. Salíamos una o varias veces por mes de Pérez Zeledón porque toda la familia de mi papá estaba en Poás y Alajuela, mientras que toda la familia de mi mamá estaba en Cervantes de Alvarado y Cartago. Ver el templo provocaba un dulce sobresalto en mí. Volví a encontrármelo en la adolescencia. Ya vivíamos en Guápiles. Eran visitas esporádicas. Hace unos quince años recobré la relación con San Isidro porque viajé muchas veces a preparar entrevistas para libros míos sobre personajes históricos de ese cantón / provincia (Pérez Zeledón debe ser provincia) así como para preparar un libro sobre Don Yoyo Quirós y un libro de entrevistas de los pioneros de Coopeagri R. L. Aunque conozco tres mil templos de Costa Rica, el de Cañón de El Guarco está entre las quince o vein-
de Fraijanes, como el templo de Venecia de San Carlos, como el templo de Grecia). Pero este templo, sin ser de lata, está bellísimo. Sus dueños tienen una casa tan acogedora como el templo. El señor cría caballos y tiene cabras. La iglesia se la regaló una tía a su esposa. Parece la iglesia de los duendes y las hadas. Juro que por las noches, ahí duermen todos los enanos que llegan mojados y friolentos, después de hacerles trenzas a las yeguas y los caballos, después de montar a los coyotes y de perseguir a las ardillas y los tepezcuintles. Ahí mismo tienen posada las brujas que andan sin cuero por el cielo, en su escoba, tristes porque cada día asustan a menos gente, y hasta El Cadejos, que ya no acompaña a nadie, y La Llorona, que está
muda a la orilla de los ríos, y la mismísima Segua, que nunca más volvió a salir en los caminos solitarios, dejó de espantar a los hombres tanderos, parranderos y mujeriegos. Todas esas criaturas duermen con Dios y con los santos, descansan sus huesos viejos, sus pies que han andado tantos caminos… Este templo les da descanso, les da cobijo, les da posada. Dios los recibe en su casa y les da aliento. María, La Virgen, se levanta por las noches, enciende la cocina de madera, o el fogón, y ahí les calienta el agua. En este templo, todas las noches hay agua dulce y café para todas las criaturas mágicas que ya no tienen niños ni adultos que los piensen o les teman…
El templo abandonado de un pueblo fantasma Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
te iglesias que más quiero. Significa mucho en esta pasión que vive en mí, esta pasión que vive conmigo. Ahora tiene unas luces que le dan mayor atractivo por las noches. Y de día, con ese color amarillo huevo, parece hija del sol, casa de los astros luminosos. Juro que Dios bajó a El Cerro de la Muerte, ese páramo, ese paraíso. Durmió en esa iglesia. Pasó sus manos por las paredes antes de volver al cielo. De ahí le quedó ese amarillo brillante, mágico, que bajó de las estrellas. Cuando pase usted por el templo de Cañón de Guarco, tírele un beso de mi parte. Dígale que le manda saludos este servidor suyo, el loco de las iglesias.
Piedades de Cóbano, en la Península de Nicoya, es un pueblo fantasma. Nadie vive ahí. Dos o tres finqueros fueron comprando tierras y quienes tenían una parcelita, se fueron para otra parte. En la ruta asfaltada entre Paquera y Cóbano, se toma el camino de piedra y polvo que va hacia La Esperanza y Río Frío. Se pasa por los siguientes pueblos: San Pedro, Pavón, La Esperanza y San Isidro. Se cruza unos cinco ríos secos. Parecen caminos de piedras. A una hora de camino, desde la entrada, está Piedades. Sólo quedan la iglesia y dos casas. En esas casas guardan medicamentos y productos veterinarios. Ahora es un pueblo habitado por vacas. Unos pocos peones viajan al lugar para atender al ganado. Hace ocho o nueve años, fui por primera vez. Me acompañó mi abuelita Mayita, quien ya está en el cielo. En esa ocasión, llegamos a La Esperanza, y yo me emocioné tomando fotos de la iglesia. El sacerdote Miguel González estaba celebrando misa. Él me dijo que me esperara al final de la celebración para darme una sorpresa. La sorpresa era que a pocos kilóme-
tros había una iglesia en medio de potreros. Con su dirección, llegamos bien. Casi una década después, me encuentro ambos templos en franco deterioro, el de Piedades y el de La Esperanza. Como en la Esperanza hay pueblo, me contaron que están a punto de construir uno nuevo. Espero que conserven las cruces del techo, que son únicas en el país. Me duele pensar que la de Piedades está condenada a la muerte. No hay quien tenga piedad con el
templo de Piedades. Las vacas pastan a pocos metros de un templo que es consumido por el tiempo, la polilla y el abandonado. Deberían restaurar este templo y usarlo para celebraciones especiales. Podrían colocar una imagen de la Virgen de Los Ángeles y que la gente camine hasta ahí. Ahí le dejo la idea al Padre Miguel González y al dirigente Fran Orozco, quien tiene una lechería en Piedades. No dejemos que desaparezca un templo que es único en su estilo en todo Puntarenas y Guanacaste.
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De Navarro de El Muñeco y otros templos vecinos... Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
El pueblo de Navarro de El Muñeco, entre Orosi de Paraíso y Agua Caliente de Cartago, restauró su templo. Es una iglesia enorme, esbelta y bonita. A la par, un río canta. Parece que Dios cantara en ese río. Una ruta que recomiendo es de Dulce Nombre a Agua Caliente. Ambos templos son curiosos. Después, por un camino de piedra se llega hasta este pueblo con ese nombre tan curioso. Para salir por Orosi, hay que cruzar el río por dentro. Es increíble que la ruta sea agreste a poquísimos kilómetros de la Vieja Metrópoli. Antes de llegar a Orosi, se puede conocer dos templos de camino, el de Hotel Río Piedras, que busca ser una réplica del templo de Orosi y el sencillo pero particular templo de un pueblo con un nombre muy diferente: Puente Negro. Si ya está por ahí, no deje de visitar los dos tesoros arquitectónicos de ese valle, el más espectacular del país. Me refiero al templo colonial de Orosi y a las Ruinas de Ujarrás. Y si se devuelve hacia Cartago, visite a las dos patronas de Costa Rica: en Paraíso, a la Machita, la Virgen de Ujarrás, Nuestra Señora de la Concepción de Ujarrás, primera patrona de Costa Rica y madrina o patrona de la policía (cuyo templo era feo y simplón, pero están remodelándolo y ahora sí parece el castillo de esta reina) y la iglesia más querida por los ticos, la casa de La Negrita, la Basílica de los Ángeles. Si son fiebres o calenturas, como yo, les recomiendo tomarse el día y hacer un circuito, el cual podrían terminar con dos templos valiosos de Cartago, el de María Auxiliadora y el del Hogar de Ancianos, y ya en ruta hacia San José, el templo de Quircot, que merece un texto aparte. Por ahora, expreso mi alegría por el remozamiento del templo de Navarro de El
Un templo único en su estilo Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
El templo de Patio de Agua de El Guarco, provincia de Cartago, es Muñeco. único en su estilo. No se parece a Si no conoce, vaya para que vea cómo se devuelve uno ningún otro templo de Costa Rica, en el tiempo a escasos kilómetros del centro de Cartago. aunque comparta características A un costado del templo, hay una cabaña para quien con otras iglesias. En nuestro país, quiera quedarse. Dormirá al arrullo de un río que canta hubo varios templos como este, bajito y sin descanso, como si lo habitara un duende pero ya fueron demolidos. cantarín.
Eso le genera una gran importancia a este templo. Aunque la comunidad pertenece al cantón de El Guarco, es parte de la parroquia de Corralillo, que, a su vez, es distrito del cantón central de Cartago. Está cerca de Copalchí de Cartago, el pueblo donde hay seis nacientes que defendemos con una campaña en Radio Columbia, Radio Actual y un decena de emisoras màs.
Una iglesia abandonada, una mujer sola Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Esto que quiero escribir tiene que ver con el templo abandonado de un pueblo fantasma. Se trata de la iglesia de San Juan de Dios de San Mateo, mejor conocido como Maratón. El río socavó el camino a los dos lados del pueblo y la gente se fue. Formaron un pueblo más afuera y la iglesia se quedó casi solita. Parece una broma pesada: una iglesia tirada en medio de matorrales.
Catedrales del bosque y una iglesia abandonada. Fui hace nueve años. Hace unos meses quise volver y me perdí. Una doctora, cuya familia materna es de San Mateo, me hizo el favor de encaminarme esta vez. Pero igual estaba perdido. En eso apareció doña Flor. Me dijo que no podría llegar solo. La invité a acompañarme. Tiene 67 años. Se le notan la soledad y el abandono. Tiene pocos dientes. Vive sola. Tiene una única hija que se fue de su vida hace muchos años. Hablamos de la vida. Se le sienten las carencias. Dejé el carro junto al portón de una finca. Caminamos por un trillo, a la orilla de un río. Cuando llegamos al templo abandonado, que está más deterio-
rado que hace nueve años, me dolió menos la iglesia. Ya me venía doliendo doña Flor. Su primer apellido, Arguedas. No tiene pensión. No tiene oficio ni beneficio. También nos acompañó Alejandro Calderón, un niño de nueve años. En medio de la pobreza que se sentía, el paisaje del camino es una belleza. El río va dejando un cañón
espléndido. Hay música en el viento. El río canta bajito. Susurra una canción. De camino, por el trillo, vimos tres pájaros reloj, de esos que tienen una cola que se mueve para los lados, como ocurre con un reloj cucú, de pared. Doña Flor y Alejandro cuentan que hay un médico de Orotina que viene todos los domingos a visitar
el templo. Adentro, en lo que fue el altar, hay una imagen de plástico de Nuestra Negrita, de esas imágenes que son una botella para llevar agua bendita de la Basílica de los Ángeles, en Cartago. Debajo, hay una imagen en papel cartón de la Virgen de El Carmen. Es una enorme postal. Si Doña Flor no me hubiera dicho de las visitas del doctor, me habría traído esas vírgenes. Están tan solitas. Curiosamente, la cruz del altar parece que sangrara. Es un efecto òptico. Es que alguien le puso una candela y se chorreò. Sólo murciélagos frecuentan en el templo. Viven ahí. A la vuelta nos topamos a dos adolescentes que viven cerca de la Iglesia abandonada. Caminan horas para tomar el bus que los lleva al colegio. Su papá cuida una finca. No tienen agua potable ni luz eléctrica en la casa. Otra vez los pájaros reloj. Parece que hubieran venido con nosotros. Escuchamos yigüirros. Alejandro me dice que son feos pero que cantan lindo. Doña Flor me cuenta de unos pájaros que parece que hablaran. Dice que andan en parejas, que uno dice, “yo ya me tiro de aquí” y que el otro le contesta, “te lo juro que no lo hacés”. Terminamos en la pulpería de Bernarda. Es la única pulpería del pueblo. Nos tomamos un fresco juntos. Invitamos a doña Flor a una
comidita. Le regalamos sardinas a Alejandro. “Me gustan mucho las sardinas”, me confesó poco antes. Doña Bernarda me cuenta las peripecias y las penurias para terminar el templo nuevo. Es un galerón. En la escuela guardan las imágenes de San Juan de Dios y la Virgen de El Carmen. Me dice que nadie les ayuda con el templo viejo. Me muestra una foto del templo hace unos diez o doce años. Antes por lo menos le pagaban a doña Flor para que lo barriera. Mientras hablamos con doña Bernarda, doña Flor se lleva la cajita de comida para su casa. Antes confesó que muchas veces ha pasado hambre. Alejandro se va en su bicicleta. Dejo a doña Flor más adelante, precisamente en casa de Alejandro. Nos saluda su mamá, una muchachita. Doña Flor dice, “en esta casa me regalan un poquito de café”. La casa parece una bodega a la orilla del camino. Una sola pieza. Piso de tierra. Nos despedimos de doña Flor. Aunque la dejo ahí, me parece que se hubiera venido conmigo. Se me hace un largo silencio camino a San José. Le subo el volumen a la radio. Suena una canción de José Alfredo Jiménez. Estos mexicanos son unos artistas para llorar cantando. El mariachi me lo canta: “La vida no vale nada. No vale nada la vida”.
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Cuipilapa se llama mi novia Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
Pocos lugares me generan tanta alegría para el espíritu como Cuipilapa. Cuipilapa debería llamarse un libro mío de poemas o de cuentos. Cuipilapa es un pequeñísimo y muy antiguo pueblo de La Fortuna de Bagaces de Guanacaste. Cuipilapa es una palabra chorotega. He ido unas cincuenta veces a este pueblito. ¿Cómo llegué? Pues bien, la respuesta tiene que ver con una regla que aprendí mientras fui fotografiando tres mil templos de Costa Rica, casi un millar de templos de Nicaragua y casi un millar de templos de Panamá. La regla es sencilla: si hay un camino, aunque sea de piedra, va a dar a un pueblo. Siguiendo caminos, encontré tesoros. Pero de todos los tesoros que encontré yo solo, sin que nadie me invitara, o me llamara, o me dijera en la calle, el más grande es el templo de Cuipilapa. Llegué porque vi un camino estrecho y solo, en las afueras de La Fortuna. Me metí por ese camino y no desistí, por más que viera cada vez más inhóspito el sitio. Así llegué a un lugar donde sólo hay tres o cuatro casas, una plaza, una escuelita, un salón comunal que parece inmenso para ese pueblo y el templo más lindo de toda la provincia de Guanacaste. Claro, es el gusto de este loco de las iglesias que soy yo. Habrá gente que dirá que estoy loco, pero porque no considero que la más linda es la iglesia colonial de Nicoya o la capilla colonial de Liberia, conocida como ermita de manera
El templo solo, solito, camino a Los Bajos del Toro
Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
errónea, porque ermita es una capilla ubicada en el campo, fuera de los pueblos, como las ermitas famosas que hay en las montañas de Montserrat, Cataluña, España. Cuipilapa fue el centro de una hacienda gigantesca, una finca tan grande, que abarcaba dos volcanes, cada uno de los cuales es ahora un parque nacional. Cuipilapa era el sitio donde estaba la casa del mandador, la casa de los hacendados, los corrales principales y la pila para bañar al ganado. Quedan restos de esas pilas al lado del templo, precisamente en el jardín de la casa de la familia que cuida de la iglesia. Curiosamente, la primera vez que fui me encontré ahí con un hijo de esta familia, quien es sacerdote. Digo que es curioso porque tiene muchos años de vivir fuera del país. Ha vivido en México y en Puerto Rico. Él me habló de la historia del templo, que fue construido en los años 50 ó 60.
Una capilla se tragó el arco iris Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
En las montañas con barba blanca de San Ramón, entre potreros tomados por las nubes, está el templo de la finca Villa Blanca, que construyó el expresidente Rodrigo Carazo (qdDg) para su esposa, doña Estrella Zeledón, cuando cumplieron cincuenta años de casados. Ahora, la finca y el hotel que fundó don Rodrigo ahí pertenecen a otras personas, pero conservan la capilla blanca, esbelta, elegante y electrizante. Parece que las nubes se petrificaron en sus paredes. La capilla es alba por fuera y multicolor por dentro. Como si se hubiera tragado un arco iris. El templo destaca por el arte en cerámica que guarda en su interior y que fue obra de una hermana de doña Estrella Zeledón. La cerámica del templo de Villa Blanca se llena de palabras. Canta en silencio. Dios se vuelve música en esas piezas de arte y de fe. La artista Zeledón habló por Dios con sus manos. Lo demás es obra de los colores.
En las fotos que adjunto a este artículo, aparezco con pelo, lo que me indica que las fotos fueron tomadas hace seis o siete años. De ahí para acá, he vuelto por lo menos cuarenta veces. Cuando quiero regalarle a alguien, algo que sea muy especial, le regalo un paseo por los templos de Costa Rica. Tengo una ruta que empieza en Coronado y termina en la zona de los volcanes Irazú y Turrialba. Tengo otra ruta en Jiménez y Turrialba. Otra ruta es en Heredia. Y otra en Alajuela. De la ruta por los templos de Guanacaste, Cuipilapa es la etapa mayor, aunque también dedico tiempo al templo del Hotel Los Héroes, en Nuevo Arenal de Tilarán, y a las iglesias de Liberia, Nicoya y Santa Cruz. Si quiere conocer un tesoro perdido de Costa Rica, vaya a Cuipilapa. Si va, por favor salúdeme a esa iglesia. Abrace a su a sus maderas de mi parte.
Uno de los caminos más hermosos del país està entre Sarchí y Río Cuarto de Grecia; que pasa por la comunidad de Bajos del Toro Amarillo. Es un camino estrecho, peligroso, pero con unos paisajes espectaculares. Ahí está este templo abierto, cerca de dos casas, en ese
paisaje precioso. Le llaman “El Cristo”. Està en un sitio muy frío, donde llueve mucho, donde el cielo se viste de agua o se encapota, como si luciera un luto. De noche duermen junto a Dios, El Dueño del Monte, La Llorona y El Cadejos. Todas las criaturas míticas del bosque oran sin saber mientras pasan la noche en este templo, a la orilla del camino.
La bella sorpresa de San Antonio del Tejar, Alajuela Camilo Rodríguez Chaverri Ventanario
El templo de San Antonio del Tejar no era ni bonito ni feo: pasaba sin pena y sin gloria. Era un templo casi olvidable.. Como soy un loco de las iglesias, sí la ubicaba muy bien por un detalle único: es la iglesia que parece estar a los pies de uno si uno sale o llega en avión al aeropuerto Juan Santamaría. Una tarde de estas, a Gaby se le metió que teníamos que llevar a Joaquín donde Florencia, la hija de Lila, es decir, donde la sobadora legendaria de San Rafael de Alajuela. Yo creo en eso de las pegas: responde a la misma lógica de la acupuntura. La pega es una presa en brazos y piernas que señala un problema digestivo. Le liberan la presa en los brazos y piernas; de inmediato se desatasca el estómago. Para llegar donde Florencia la de Lila hubo que sufrir la presa de Lindora, en la insoportable calle que va de Santa Ana a Belén. Yo iba puteando a todos los demonios en un embotellamiento que nos robó hora y media. Cuando por fin llegamos a San Rafael de Alajuela, fue rápido llegar donde la sobadora. Duró un minuto con Joaquín, otro minuto con Gaby y otro conmigo. De paso, nos contó que a menudo van a sobarse El Padre Mix, el portero Patrick Pemberton y varias modelos. Hasta médicos del hospital Cima van a que Florencia la de Lila les quite la pega. Hay médicos que no creen en las pegas. Pero yo conozco a uno que hasta sabe sobar, y soba. Es el doctor Willy Gálvez. Cuando hizo su servicio social, un día estaba enfermo. Nada lo aliviaba. Hasta que una señora lo sobó y lo compuso. El doctor Gálvez se impresionó tanto
que aprendió a sobar. Bueno, dejando pegas y sobadas de lado, ya me dirigía para El Coyol, donde viven los abuelos maternos de Joaquín. De pronto, veo una cruz que no registré en la memoria. Me desvié y me encuentro con este templo tan guapo, esta iglesia tan mona, esta bella sorpresa: como una niña feílla que, con el paso de los años se transformó en un mujerón, y que uno (de soltero, ojo lo que escribí: de soltero) se encuentra con ella después de un tiempo. ¡Qué grata sorpresa! Eso me pasó con esta iglesia: me encontré con ella de casualidad. No me importaron ni la hora y media de presa ni los tremendos dolores por la sobada de Florencia la de Lila. Dios tenía el templo de San Antonio de El Tejar, pintado, remozado, como un regalo precioso para mi tarde de verano. Ahora al templo se le nota que está junto al aeropuerto. Tiene algo que rememora a un avión. Y es como un suspiro de cielo, como un camanance del atardecer. Felicito a la comunidad de San Antonio del Tejar por la belleza de su templo católico.
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30 Aniversario Doctor Javier Brenes Ortiz
de la ruta 32
Camilo Rodríguez Chaverri Fotos Eduardo Solano R. El Guapileño
El doctor Javier Brenes Ortiz. Tiene 38 años de estar en la zona. Se desempeñó como Director General del Hospital de Guápiles, hasta hace pocos años. -¿Cómo eran las vías de comunicación, cuando nació o llegó a Guápiles? La comunicación en esa época era muy difícil. De San José a Siquirres se duraban de cuatro a cinco horas, y de Siquirres a Guápiles entre quebradas y puentes del ferrocarril hasta tres horas dependiendo del clima de esos días. La ayuda de los buenos amigos en el camino era muy necesaria. Con frecuencia los malos caminos hacían que nuestros vehículos se quedaran pegados en los barriales y se hacía necesario un buen empujón o un jalón para sacarnos del pegadero. -¿Qué paso, que recuerda usted de la lucha por la carretera Braulio Carrillo, cuente sus anécdotas? El Ministro de Transportes de aquel entonces. Don Guillermo Cónstenla, nombró a un grupo de más o menos 20 personas como comité vigilante de la construcción de la carretera. Nos extendió un carnet para tener libre paso por la carretera en construcción, sin embargo esto no fue respetado por los constructores lo que molestó mucho al Señor ministro. Esto hizo que en una de sus visitas a la carretera se montó en un carro particular y mostró uno de nuestros carnets y no lo dejaron pasar. Muy enojado se identificó y preguntó que si su firma no valía. El guarda muy preocupado le dijo que tenía orden de no dejar pasar a nadie. Posteriormente la situación se arregló. -¿Cómo le cambio la vida la carretera al cantón? Con la apertura de la carretera empezaron los grandes desfiles de turistas del Valle Central, sobre todo los fines de semana. Llamaba la atención ver la gran afluencia de vehículos los sábados y domingos, el incremento de ventas callejeras, los restaurantes llenos, muchas caras extrañas y de nuevo por las tardes y noches la paz y tranquilidad propias de nuestro ciudad. Posteriormente se inició la migración descontrolada con los grandes
El sobrepeso de los vehículos, son los causantes del deterioro principal de la carretera y no hay controles.
evitando muchos accidentes, malos ratos y hasta muertes innecesarias de los conductores que transitan esa vía. -¿hace falta modernizarla…? Por supuesto que sí. La ampliación, la construcción de nuevas vías y túneles haría más veloz y riesgosa la vía. -¿Qué debe mejorarse en la ruta 32? Algo importantísimo es la señalización y el mantenimiento adecuado de la vía.
Choferes irresponsables arriesgan sus vidas haciendo “maniobras temerarias y adelantamientos en falso”, que han provocado graves accidentes y muertes.
problemas que todos conocemos de incremento de la pobreza y la delincuencia entre otros. No podemos dejar de lado la importancia que ha tenido en el desarrollo y progreso de las diferentes comunidades facilitando la salida de los diferentes productos agrícolas propios de la zona hacia la meseta central. El incremento del turismo ha sido uno de los factores importantes que se han visto beneficiados con la construcción de esta carretera.
opina usted? La mal llamada ruta de la muerte como así lo titula la prensa obedece más a la imprudencia de los conductores que a las características propias de la carretera. Es impresionante ver la imprudencia con la que algunos mal llamados choferes arriesgan sus vidas y las de mucha gente inocente al hacer maniobras temerarias y” adelantamientos en falso”, que han provocado graves accidentes y muertes.
-¿Con el trato que hace la prensa sobre la carretera? ¿Qué
-¿Qué debe hacer la comunidad para cuidar esta carretera?
Retomar aquellas luchas comunitarias lideradas por un comité cívico serio y responsable y sobre todo sin fines político electorales. Que ese comité sea vigilante del mantenimiento y señalamiento de la carretera. -¿Qué hace mal o que no hace el gobierno con la ruta 32? Lo que se recaude en el peaje no debe ir a la Caja única del Estado como ocurre actualmente. Esos dineros deben ser manejados por un comité local y deben ser destinados única y exclusivamente al mantenimiento y señalamiento de la vía
-¿la hemos aprovechado y como debemos aprovecharla…? Yo creo que se ha “sobre aprovechado”. Al no existir medios adecuados para medir el sobrepeso de los vehículos, estos son los causantes del deterioro principal de la carretera. Además no existen controles de tránsito suficientes para controlar los abusos de los choferes irresponsables.
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30 Aniversario
de la ruta 32
Construcción del Puente Río Sucio, 1985. Vista panorámica del túnel Zurquí con su majestuosa montaña.
30 Aniversario
Miembros del comité pro carretera sobre el túnel Zurquí, testigos fieles de la apertura del bienestar y desarrollo de la provincia de Limón. CAMILO RODRÍGUEZ CHAVERRI El GuApileño Fotos cortesía Lic. Róger Durán
t Un vistazo
histórico, aquí algunas imágenes, son testigo ferviente del esfuerzo, satisfacción y alegría del comienzo del progreso y desarrollo de nuestro cantón Pococí y la provincia de Limón. Patrocina
Comité pro carretera sobre un tramo de la Braulio Carrillo.
El presidente Oscar Arias corta la cinta aquel día histórico.
de la Braulio Carrillo El pueblo de Pococí vivió una verdadera fiesta.
Antes de la apertura un grupo de caballistas visitaron la zona. Un grupo de guapileños hicieron la romería, unos años antes de la apertura.
Así transcurría el 28 de marzo de 1987.
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30 Aniversario
de la ruta 32
Miguel Fonseca Ceciliano
Yo entraba en moto sin camino aquí, por los rieles. Llegué cansadísimo a Guápiles. Pensé, “a San Isidro no vuelvo a ir en moto”. Pero al mes me animé y me fui. Siempre hice la travesía por las bananeras. De aquí a Siquirres se duraba cinco horas, abriendo y cerrando portones de fincas. De Siquirres a Turrialba duraba una hora, y de Turrialba a Cartago una hora. Finalmente, de Cartago a Pérez Zeledón, dos horas y media. Llegaba todo embarrialado. Cuando eso tenía una moto 175, una moto moderna, nueva, una Yamaha. Era muy cansado. Cuando eso tenía 23 años, o sea, que viajaba con toda la leche. Cuando me preguntaban en San Isidro, “Miguel, ¿dónde vive usted?”, porque llegaba todo embarrialado, yo les decía que con el tiempo vamos a tener una carretera y vamos a estar a un brinquito de San José, y Pérez Zeledón va a quedar larguísimo.
t Entraba a Guápiles y salía de Guápiles abriendo portillos de fincas y cruzando potreros y bananeras”. Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño
Nací en Pérez Zeledón, el 20 de abril de 1950. Tengo 67 años. Crecí allá. Soy campesino. Soy de Rivas de Pérez Zeledón. Fui a la escuela de Pueblo Nuevo de Pérez Zeledón. La escuela se llama María Mora Ureña, quien fue maestra ahí. Fui al Colegio Nocturno de Pérez Zeledón. Empecé a trabajar muy carajillo. Cuando salí de la escuela, viví por el final o al fondo del campo de aterrizaje de San Isidro de El General, en una finca. Empecé a trabajar cuidando caballos. Después pasé a trabajar en tienda a los 16 años. Estuve en la Cadena de Tiendas Langer. Permanecí en ese trabajo como doce años, por el parque de San Isidro. Me pasé a trabajar a otro almacén. Estuve mucho tiempo en el Cinco Menos, de Saúl Fernández. Luego, empecé a trabajar con Almacén Súper Lido, diagonal al parque. Me fueron a buscar para que viniera a administrar el Bazar Chico, de Guápiles. Venía a pararlo, porque estaba quebrado. Estaba donde está la soda del finado Juan Valenciano. Él le compró a don Francisco Soto, quien era el dueño de ese bazar. Llegué a Guápiles en el año 76. Era un destierro en ese tiempo. A mí la gente me decía, “¿cómo se va de El General a ese destierro? Desde San Isidro, yo oía los mensajes que le ponían a la gente por radio, “se le avisa a Raúl Hernández en Línea Vieja, que su esposa tiene la salida”, y desde San Isidro, me preguntaba, ¿qué será esa carajada, Línea Vieja? Me gustan los retos y las aventuras. Me vine soltero. Les pedí un mes de tiempo, para solucionar todo el asunto, para entregar las zonas que tenía, de cobro, en San Isidro. Al mes fueron a buscarme, les dije que sí, me vine y lo que había era tren, nada más. Me vine en Aerovías Cariari, ACASA, en el avión conocido como “El Ponche”, que era apodado así porque había que tener güevos para subirse y leche para bajarse. Vine y me gustó aquí. Me fui aclimatando. Según yo, estaría seis meses. Llegó el tiempo y me
La lucha por la carretera
fui quedando. Cuando llegué aquí, no había bachilleres. Me decían que por qué no hacía cursos para que me metiera a trabajar en los bancos, pero qué va, yo no, porque no me gustaría un trabajo de oficina. Les dije a amigos de allá, de San Isidro, de Pérez Zeledón, que se vinieran, que no había bachilleres. Me pasaron unos chiles que recuerdo ahora. Un día voy en el tren, había que montarse en los dos últimos carros, para que en Siquirres se hiciera trasbordo. Pero un día no me subí en los carros de atrás. Me monté en los trenes que iban para Limón. El conductor sabía que tenía tiquete para Turrialba, pero me desperté camino a Limón. No conocía Limón. Me urgía llegar a San Isidro. Llegué a Limón. Había un equipo de futbol de Limón que ya estaba en primera división. Cuando dije que me urgía devolverme, me dijeron que había un partido de Limón afuera; y que saldrían en un bus. Fui a pedir el favor de que me trajeran. Me trajeron con el equipo, en bus. Viera qué experiencia. Esos negros venían con música, haciendo la fiesta. Llegué a San José, cogí taxi, y
terminé al final del día en Pérez Zeledón. Fue un día largo, pero llegué a la meta y de paso conocí Limón.
En moto de Pérez Zeledón a Guápiles En San Isidro tenía moto. Una vez decidí traérmela. Me vine para Guápiles en moto. Pero recuerde que no había carretera. Llegué en moto hasta Siquirres. Un señor me dice, “no hay calle, pero hay una trocha”. Sin embargo, nadie me podía explicar cómo meterme en esa trocha. De gran suerte, un negrillo, un muchachillo joven, venía para Pocora, y me dijo que sabía por dónde podía pasar. La condición era que cargara el salveque que yo traía, que era muy pesado. Duramos de Siquirres a Pocora como cuatro horas. Había que pasar por todos los boxings de las bananeras, abriendo portones de las fincas. Cuando llegué a Pocora, me dice el muchacho, “hay camino, pero tiene que pasar los puentes del tren”. Duré otras dos horas de Pocora a
Nos metimos en comités para tratar de empujar la lucha de la carretera. Cuando eso ya estaban trabajando en la carretera. Trabajaba la compañía Monolítica. Después le pusimos de apodo la compañía Paralítica, por joder, porque la obra no avanzaba. Después quebraron. La empresa quebró por la mala administración. La carretera quedó parada en el gobierno de Rodrigo Carazo. Se encareció una barbaridad. Los costos de la carretera se inflaron. Empezamos a dar la lucha. Estaba el finado Ernesto Campbell. Íbamos en Land Rover y Toyota. Una vez llegamos hasta Quebrada González. Iba Carlos Carvajal, Guido Madrigal, Carlos González, Allen Quirós, Manuel Quesada, Enrique Alfaro. Esa vez pudimos llegar, ya con las trochas y con un guía de los ingenieros. Llegamos hasta Tibás. Era una derechura eso. Uno hallaba cerca. Antes de eso, en la lucha, lo primero que hicieron otros dirigentes, como Ernesto Campbell y otra gente, es que llegaron por Vara Blanca. Íbamos a cada rato a Casa Presidencial. Se fue dando la carretera. Se fue haciendo poco a poco. Le metieron mano a Siquirres-Guápiles; y así ya teníamos un gran alivio. Vinieron los carnets. Eso es que le daban a uno un carnet para salir a Siquirres por la vía nueva. Pasábamos por las partes asfaltadas, pero todavía teníamos que pasar por los ríos. A pesar de eso, ya era un brinco a Siquirres. Pero había que tener carnet. Y llegó el tiempo en que se vencieron los carnets. Cuando uno estaba en San José, había que comprar un botellón de café y unos
sánguches a los guardas, para que lo dejaran pasar. Había que jugar con todo eso. Lo mismo nos pasó cuando vino la compañía que trabajó más fuerte. Empezamos después con el mismo problema para salir hacia San José, por la carretera nueva, antes de que la abrieran. Ya había paso, o sea, ya se podía transitar, pero no la habían terminado. Así que había que llevar un botellón con café y sánguches. Como uno ya estaba fogueado en esos sorteos de portones, me iba detrás de un carro de la constructora. En ese tiempo, ya estaba casado con Rosi. Nos íbamos en la microbús. Me venía esperando que me rayara un carro de la compañía, ahí por Tibás me le pegaba a ese carro, venía pegadito al carro, y como el portón de la carretera era tan grande, apagaba las luces y pasaba detrás del carro. Hice amistad con los trabajadores de la compañía. Me avisaban, “alístese cuatrocientos cincuenta mil pesos, le caemos en la noche, para que nos cambie los cheques en su negocio”. Así que me hice amigo de todos los trabajadores. En ese tiempo, tenía la Tienda Laredo. Ahí llegaban todos con sus cheques. Ya en ese momento no tenía problemas para pasar. Y la carretera estaba prácticamente lista. Lo que le faltaba era las barandas de los puentes. La inauguraron sin terminar, pero por fin terminaron la carretera. Ya con la carretera, éramos como un barrio de San José. Uno va al estadio, uno puede ir al cine, uno puede hacer mandados en San José y volver rapidito. Fue otra cosa. Ahora bien, la carretera fue de doble filo para el comercio. Vino la competencia. Vino la gente de San José con grandes almacenes. El comercio se dividió mucho. Ya Guápiles cogió otra dimensión. Antes de la carretera, un metro de tierra costaba trescientos pesos, o hasta menos. Era baratísimo, pero esto se perdió de vista. Siempre he creído que lamentablemente Guápiles ha tenido muchos problemas con los gobiernos. Si comparamos a Limón con Guanacaste, allá han tenido más influencia. Si hay una playa bonita, asfaltan la calle. En cambio, aquí todo nos ha costado, porque siempre nos ha costado mucho con los políticos. Pero terminemos con la carretera. Vi una vez en un artículo en el periódico, que se estaban dando unos nombres de gente que salió por la carretera, pero qué va, fui yo el que abrí la ruta cruzando los boxings. Me conocí todos los trillos. Entré y salí abriendo y cerrando portones.
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de la ruta 32
Los gobiernos la han descuidado. Preferiría que tuviéramos una carretera en la que cobran mil colones, pero que esté bien demarcada.
Allen Quirós
“No es justo que digan la carretera de la muerte” Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño
Soy de Tibás, tierra donde las mujeres paren hombres. Fui a la Escuela Miguel Obregón y al Colegio Mauro Fernández, el “lincomparable” Mauro Fernández (haciendo alusión al Colegio Lincoln). Llegué aquí porque adquirí una finca en 1975, en Bellavista. Se la compré a un hermano de Hans Bucher, a Paul. La zona me cautivó. Yo trabajaba en Demasa. Hans Bucher y yo éramos compañeros en Demasa y en bomberos. Fuimos fundadores de Bomberos Aeronáuticos. Me vine para acá. Seguí con Demasa 16 años. Encontré a amigos aquí. Eran amigos de los bomberos, como Lelo Quirós, Pito Alfaro, el doctor Guillermo Fallas, Gerardo Colombari y Roberto Cárdenas. Siete años después le dije a Hans, me voy de Demasa, me voy para Guápiles. Hans me dijo que montara una franquicia de TortiRicas en esta zona. Lo hicimos aquí y en Siquirres. Mis hijos vinieron a la Escuela Central de Guápiles, y nació aquí una hija, cédula 7. Hoy no me echan de Guápiles si no es por la Fuerza Pública. Llegué en un pick up 1200. Veníamos mi esposa, mis dos carajillos y yo. Estaban las tablas des-
montadas en los puentes del tren. Era un altísimo riesgo. El pick up era de llanta pequeña. Había unas hendiduras muy grandes en la carretera. La carretera era como un río seco. La primera vez que traje a Sonia, mi esposa, me dijo, “jamás” volveré a este lugar”. Pero, bueno, la convencí, porque veníamos Fabricio, Pablo, Sonia y yo. Fabricio no había visto nunca un negro en su vida. Cuando vio uno por Pocora, se sorprendió y preguntó, “mami, ¿qué le pasó a ese señor?” Cuando me instalé con las franquicias de Torti-Ricas, ya Sonia vio que era en serio, y se vino dos o tres meses después. Hoy sólo nos sacan de Guápiles con la Fuerza Pública. Aquí hemos hecho muchos y muy buenos amigos. En el año 96, inicié con franquicias de las Panaderías Musmanni. Sobre la carretera Braulio Carrillo Mucho antes del año 86, empezamos a ir a la Casa Presidencial, estando yo con Torti-Ricas. Nos íbamos para San José un grupo de vecinos en la microbús de Miguel Fonseca Ceciliano, mejor conocido como Miguel Laredo. Miguel rayaba en las curvas de la carretera vieja y decía que no venga, que no venga. Era con tal de llegar temprano. Las primeras reuniones fueron con Luis Alberto Monge.
Resulta que íbamos a reuniones porque nos decían que amenazaban con dejar botada la carretera. Entonces creamos un grupo. El que tomó bandera fue el comité cívico, donde estaban Roberto Cárdenas; Johnny Vargas; el doctor Edwin Solano; Gerardo Colombari; Juan Rafael Rizatti (qdDg); Orlando Avendaño (qdDg), cuando era profesor, todavía no era diputado; Goering Carballo, también profesor, y Carlos Rodríguez, El Che, (qdDg). Me uní al grupo para ir a dar las luchas o las peleas, para que se siguiera con la carretera. Luego llegó Orlando Avendaño a la Asamblea Legislativa en el año 86. Me acuerdo que estaba Clinton Cruischank. Un día me fui para la trocha con Orlando, para ver como venía el avance de la obra. Andaba Clinton en su carro, un Range Rover, y nos dijo, “yo voy a salir a San José hoy mismo”. Cruzó el Río Sucio, y nosotros lo vimos desde la margen derecha. Se le quedó pegado. Tuvo que bajarse y se mojó. Quedó en calzoncillo, mientras puso el pantalón a secar. Al final, pasó el río y, bueno, sí llegó. Con Orlando, subimos en un carro de la compañía constructora. Me llevó Orlando a un talud, para que viera una beta de conchas ahí en un talud, porque un ingeniero le dijo que habían aparecido unas conchas, o sea, que ahí anduvo el
mar. A mí me sorprendió tanto. El comité cívico siguió dando la lucha. Vino una media inauguración porque intervino Herman Weinstock, que había sido ministro de Salud y diputado. Luis Alberto Monge inauguró la carretera, pero lo que quería era poner la placa. Eso mejor no lo digamos. No creo que haya engaño. Luis Alberto inauguró sólo de aquí a Siquirres, y hasta nos dijo, “me han engañado vilmente”, haciendo alusión a que le habían dicho que la carretera estaba terminada. El punto es que se inauguró sin terminar. El puente no estaba terminado. Pero aun así se inauguró. No es perfecta, pero la tenemos. Los gobiernos la han descuidado. Preferiría que tuviéramos una carretera en la que cobraran mil colones, pero que esté demarcada. No está demarcada, y es un peligro. Le falta mantenimiento. Pero el nombre de la carretera de la muerte no corresponde a la realidad. Yo paso en esa carretera a cualquier hora. No es una carretera de la muerte. Es un país de la muerte. Los choferes somos los que buscamos la muerte, por rayar en curva, por falsos adelantamientos, por las altas velocidades. No es la carretera de la muerte. La muerte la buscan los conductores. No es una carretera incómoda, como la carretera del Cerro de la Muerte. Si se pudiera abrir un carril más, sería mucho mejor, pero no hay tal cuento de la carretera de
la muerte. Es un lunar que no se merece la carretera. Viajo en moto o en carro, a la hora que sea. Yo tengo una moto grande y salgo mucho con mis hijos, un hermano y un sobrino. Aprendí mucho a ser ambientalista con don Manuel Quesada, y también estuve cerca de él en la lucha por la carretera. Otro detalle curioso de mi vida es que en Demasa me pusieron el apodo de Lagarto. Hice un estudio de las frituras. Después, Hans dice, ¿cuál nombre le ponés a las frituras? Yo pedí permiso para ir al baño. Don Hans dijo, “ok lagarto”. En eso, estaba el diseñador de los empaques del producto, y dijo, “¿por qué no le ponemos un lagarto a los empaques?”. Y así fue. Cuando salí del baño me dijeron, “vas a salir en los empaques de las frituras”. Por eso sale un lagarto de pie, que es el lagarto Tosty.
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30 Aniversario
de la ruta 32
Manuel Quesada Campos
“Esta carretera fue una salvada para Guápiles” t El fundador de Radio Pococí cuenta su historia de la ruta 32.
bajó conmigo mucho tiempo. Trabajó en Radio Reloj. Es un gran locutor.
El Padre Drexler y el Padre Grünke
Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño
Nací en Jiménez, de Pococí, el 15 de agosto de 1938. Voy a cumplir 79 años. Crecí en Jiménez. Fui a la Escuela de Jiménez hasta cuarto grado. Había que trabajar de día y de noche. Teníamos aserraderos, trapiche, cañales y fincas. Sembrábamos arroz. Cumplí 19 años en Guápiles. Vine a vivir donde Jorge Royo. Dormía en una bodega de madurar banano. Me vine para Guápiles porque quería estudiar Electrónica. Como mi tata no quería ayudarme, me vine para Guápiles. Estudié gracias a una escuela gringa, una escuela por correspondencia. Estudié Electrónica por correspondencia. Mi papá toda la vida tuvo luz con agua, con una Pelton. Tuvo muchos sistemas. Así que yo sabía qué era y cómo era la electricidad. Mi tata tuvo radio toda la vida, radio con corriente. Fue el primer radio de toda la zona. Mi papá compró un carro, cuando sólo había carros de la municipalidad. Un carro de la municipalidad lo manejaba José Ángel Vega, un Chevrolet. Era usado para ir a Toro Amarillo, a traer arena del río. También había carro en la finca Los Diamantes, y después tuvo carro Juan Rafael Sánchez. Soy el fundador de la Cruz Roja con el Padre Antonio Drexler. Por cierto, había una foto del Padre Drexler en la Cruz Roja y la quitaron. Pregunté y me dijeron, “donde pongamos la foto, asusta a la gente”. Fui muy amigo del Padre Antonio Drexler. Cuando estaba estudiando Electrónica, tenía unas lecciones muy complicadas. Fui a buscar a Reinado Jiménez y me dijo que no podía ayudarme, pero que yo tenía a la par a la persona que sí sabía de todo, que le preguntara y le pidiera ayuda al Padre Antonio. Él me ayudó. Era un viejo que sabía de todo. Era mejor que un médico. Yo iba con él a jalar enfermos. Él me hacía la receta. Cuando el doctor de la Unidad Sanitaria veía la receta, decía que era mejor el Padre Antonio que más de un médico. Pregúntele a Ramiro Soto, que lo conoció bien. En ese entonces, Arnulfo Quesada era el dentista del pueblo. Hacía calzas con una máquina de pedal. Arnulfo tenía un muñeco indígena que cargaba el pene al hombro, o sea, era como el moco de un elefante, y tenía una colección de piezas de oro y una colección de jade. Mientras yo estudiaba Electrónica, arreglaba radios. Ahí empecé a hacer plata. Nunca tuve que pagar comida en Guápiles. No hubo finca bananera que yo no visitara. Arreglaba generadores y bombas de agua.
Una vez en la finca bananera Tel Aviv, dos ingenieros estaban arreglando dos generadores, de dos plantas diesel. Eran de la planta empacadora de banano. Llego yo con una bolsilla de mecate, alicate y destornilladores. Ellos, los dos carajos, estaban con dos ayudantes. Pero no pudieron. Al rato, se hicieron a un lado, y duré como media hora arreglándolas. Me las conocía de memoria. Los dos carajos se quedaron muy serios, pero después uno se vino hasta Guápiles para que yo le explicara. Un día llegué a una finca. Estaba muy alto el voltaje de la planta. La ajusté. Tenía garantía. A la vuelta, nos topamos al técnico de la agencia. El técnico me dijo que el voltaje no se podía bajar. Le dije yo, “el patrón dijo que, o usted lo baja, o la bajo yo”. Conmigo pegaban bonito.
Radio Pococí En 1960, empecé con la emisora. Ahí donde Jorge Royo empecé a hacer pruebas de radio. Empecé a hacer experimentos. Hice en un cartón el transmisor. Ponía el micrófono y empezaba a hablar. Los carajillos decían que estaba loco. Había radios de baterías, los curvitos Zenit. Eran un cajón. La batería era seca. Un radio valía doscientos pesos. Un día, el padre Antonio dijo en misa, “les voy a presentar un muchacho, venga acá Manuel, todos dicen que está loco, pero en Guápiles yo necesito tener veinte locos como este”. Me llevé el radio al frente de la iglesia. Ponía a otro a hablar. Miguelón (Miguel Jiménez, QdDg) empezó ya cuando tenía la emisora en el salón de catecismo. El Padre Antonio hacía veladas en el segundo piso del salón parroquial. El padre me dio un apartamentito ahí para la emisora. Hacíamos programas de música, de gente que llegaba a cantar. El micrófono era un parlantito. Sacábamos el parlantito. Miguelón cantaba, también una muchacha Varela; y Velo, un carajo de Toro Amarillo. Hacíamos programas de música. Teníamos la antena sobre el techo del salón parroquial. La transmisión empezaba a las tres de la tarde, hasta las diez de la noche. Después llegó Ramón Adrián León. Me dijo que era locutor. Tra-
El padre Antonio Drexler se fue para Santa Cruz de Turrialba, y vino el Padre Jorge Grünke, quien fue fundador del colegio de Guápiles, el Colegio Agropecuario de Pococí; y fue fundador del Hogar de Ancianos, y el constructor de la iglesia actual. Ese modelo se lo trajo de Alemania. Un día le dije el Padre Jorge que me iba. Él me lo respetó. Nos hicimos amigos. Le gustaba andar por la montaña, como me gusta a mí. Fundó Radio Guápiles. Compró el transmisor con una plata que le regalaron en Alemania. La emisora era de él, no de la iglesia. No se llevaba con Monseñor Coto. De aquí pasó a Santa Cruz. Le dije un día, “cuándo usted pateé el balde (cuando muera), ¿dónde quiere que lo sembremos?” Me contestó que en Guápiles. Volvamos a la radio. Al principio, poníamos música de todo. Transmitimos corridas de toros desde la plaza El Salvador. Donde ahora está el kiosko, ahí se organizaban veladas de boxeo. Lelo Quirós ayudaba. Dámaso Centeno le puso “Guillette”, porque era muy finillo para hablar. También transmitíamos ciclismo. Recuerdo una carrera de motos de aquí a Jiménez. Mandábamos saludos. Cobrábamos una peseta por canción. Con un disco saludábamos a tres o cuatro persona. Era tiro y pago. Entre los locutores que han pasado por Radio Pococí destaco a Dámaso Centeno, Lelo Quirós, Miguel Jiménez, Frico Murillo, Coqui Bolaños. Cuando Coqui se fue, Jorge Méndez, a quien le decíamos Popeye, me dijo, “hay un carajo que transmite con un tarro, en las plazas”. Y salió Frico. Hizo yunta con Marvin Marchena, “El Negro” Marchena y Jorge Méndez. A uno le queda la hormiguita. La radio era el medio de comunicación aquí en el pueblo. Cuando empezamos con las bananeras en la zona, por ejemplo, cuando se hizo la bananera con Rodolfo Martín, todos los trabajadores eran de Guápiles. Así que avisábamos por la emisora cuando había corta. También la radio era fundamental para las familias de los enfermos de los hospitales. La radio servía de medio de comunicación incluso interpersonal, o sea, entre dos personas, a través de los avisos y los saludos. Tengo mucha fe en el AM digital. La Cámara Nacional de Radio mandó un ingeniero a entrenarse en AM digital. Creo que las emisoras de AM tendrán un mejor futuro gracias a la era digital. Yo tuve en Guápiles un transmisor de frecuencia modulada. Yo lo hice. Yo lo construí. Me habían asegurado que me iban a dar una frecuencia. La perdí
por güevilas. Me descuidé. Jorge, mi hijo, me dijo, “¡qué bruto!” Pero cuando eso, sólo Rogelio Alvarado y la esposa de don Gerardo Quirós en Toro Amarillo, eran las dos personas en Guápiles que tenían un radio FM. Nadie más. Entonces, ¿qué hacía yo con una emisora FM en Guápiles? Don Eduardo Cosio me dijo que tenía que escoger, me daban 92,4 en FM, pero de una vez le dije que me quedaba con la AM. La AM con digital será más fuerte. Le daremos la vuelta a la nevera. Pero falta tiempo.
La historia de la carretera Una vez, Don Pepe Figueres nos recibió a la una de la mañana. Tenía mucho trabajo, y él trabajaba mucho. La Casa Presidencial estaba frente al parque, diagonal a la Asamblea Legislativa. Don Pepe cogió el mapa, y dice, “aquí está Guápiles y aquí está San José”, e hizo una mala señal, puso un dedo entre otros dos, como diciéndonos, “mírala”. Lo que quiero decir es que don Pepe no nos ayudó con la carretera. Tal vez, era que no había llegado el momento de la carretera. La carretera la empezó Daniel Oduber. Daniel enseñó el mapa en Standard Fruit Company. Estuvo cuatro años parada en el gobierno de El Macho Carazo (Rodrigo Carazo). Vine con El Macho Carazo a El Bajo de la Hondura, donde está la antena abandonada, tres kilómetros antes del puente. Andábamos el guarda de El Macho; El Macho, que ya era presidente; el ingeniero y yo. Cuando llegamos a la Casa Presidencial, para salir a este viaje, un guarda nos dijo que botáramos al presidente en el Zurquí. Por cierto, el guardaespaldas de Carazo era el hijo de Héctor Carballo. Ese día nos dimos cuenta que faltaban nueve kilómetros al otro lado del puente. Un ingeniero del MOPT me dijo que le estaban cogiendo 18 millones al pedazo de Guápiles a Siquirres, que se estaban llevando esa plata para otras obras. Me dijo, “haga algo”. Llamé a don Héctor Carballo, que era diputado, y me dijo, “no te preocupés, nosotros ponemos la plata” (se refería a las partidas específicas). Cuando vino Luis Alberto Monge, le metieron manos a la obra. Rolando Araya era el ministro. Rolando embarcó a Luis Alberto, para inaugurar la carretera antes de tiempo. Yo llamé a Weinstock y le dije que la carretera estaba sin terminar. Un día, don Luis Alberto Monge dijo, “sólo Manuelito (o sea, yo) me decía la verdad”. Cuando él vino a inaugurar la carretera, al puente del Toro Amarillo le faltaba un pedazo. Weinstock me dijo que el ministro venía determinado día, ya no era Rolando Araya, era otro. Weinstock me dijo que le dijera al ministro que no inauguraran la carretera sin terminar. Pero ese día llovió a la loco. No subí. Cuando vino Luis Alberto Mon-
ge, se echó por el río Sucio, en carro, chivísima. Al otro lado nos pusimos detrás de él. Cuando llegó a Guápiles dijo, “me han engañado vilmente”. Por eso, solamente inauguró de Guápiles a Siquirres. En conclusión, lo que pienso es que gracias a Dios que tenemos esa carretera. Los que sufrimos la calle vieja, sabemos lo que vale. Voy a decir una cosa muy importante: esta carretera nunca se ha desfondado. Está sentada en buena base. Yo iba arriba cuando Bel Ingeniería estaba haciendo el estudio. Yo iba al campamento. Originalmente diseñaron la ruta con tres túneles. Por Ventanas iba un túnel… Tengo confianza porque esta carretera tiene roca viva. La carretera está hecha a pura dinamita. Me acuerdo cuando estaban dinamitando y barrenando. Yo el túnel lo pasaba cuando era pequeñito, chiquitico, por dentro. Estaba todo reforzado con madera cuatro por cuatro. Bajamos por el camino histórico de Guápiles, por la calzada, por El Bajo de la Hondura. Tenía dos puentes como el puente que se llevó el agua en el río Blanco. Le dije a Johnny Vargas que le dijera a Carlos Muñoz que jalara el puente de un lado, para rescatarlo, pero nunca lo hicieron. Braulio Carrillo hizo el camino de Cartago al Atlántico, pero el primero que habló de una ruta por ahí, por donde se hizo la carretera, por El Bajo de la Hondura, fue Minor Keith. Un señor amigo mío decía que venía de carajillo, arreando veinte yuntas de bueyes, por Quebrada González, que era donde estaba el pueblo de Carrillo. En Quebrada González, en el bajo, tengo también experiencias. Subíamos Lelo Quirós y yo por el primer trazado de la carretera. Una vez fueron con nosotros dos, mi esposa, Mima y Marvin Cervantes. Esa fue la primera ruta que diseñó Bel Ingeniería. Después la cambió para la margen derecha del Río Sucio. Antes era por la otra margen. La eliminaron porque no querían construir los puentes del Río Patria y el Río General. La segunda ruta era a este lado. No es la ruta de ahora. Se desbarrancó entera. Era pura tierra. Ese cerro es pura tierra. Casi no tiene roca, Vi fotos de la aduana y de la farmacia que estaba en el pueblo de Carrillo, a la par de Quebrada González. Pero cuando fuimos no quedaba nada. El río se llevó todo. Todo lo barrió. Esa quebrada se llamaba Quebrada Gata. No era Quebrada González, pero ahí vivían unos González, que cuando todo se desbarrancó, cuando casi bota la naturaleza sus casas, se pasaron a vivir donde ahora está el mariposario. Pero lo que quiero decir para terminar es que me contaron varios viejillos de antes que Minor Keith venía a caballo desde San José, por dentro, que venía a pagar a caballo. Hay que hacer justicia con el nombre de él.
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30 Aniversario
de la ruta 32
Ulises Blanco Mora
“Esta carretera era algo soñado y esperado” Camilo Rodríguez Chaverri El Guapileño
Ulises Blanco Mora nació en Pérez Zeledón, pero creció en Coto y en San Vito. Nació el 1 de diciembre de 1949. Creció en Pérez Zeledón. “Cuando yo tenía seis años, nos fuimos para Coto Brus. Cuando chamaco, viajé a las Coto, en los tiempos de la bananera. Estuve como empleado de la bananera, en Palmar Sur. “Llegué a Guápiles hace treinta y cinco años. Llegó primero mi hermano, Eliécer. Tuvimos un tiempo de ir y venir. Me fui y vine. Compré finca, se llama Los Cusingos, y después le compré a Roberto Zamorán. “Cuando vine, viajé en tren”. Cuando llegué, se pasaba de Siquirres a aquí por la calle vieja. Usábamos más el tren. Viajaba uno más cómodo en tren que en bus. “Cuando la lucha de la carretera, se regaba un chisme de que la carretera estaba mal construida. Decían que el túnel iba a durar poco. Entonces, había un temor de algunos lugareños, de que el gobierno se echara para atrás. “A veces, en bandadas diferentes, íbamos a manifestarnos, haciendo presión. Cuando se abre la vía, una carretera nueva tiene sus momentos críticos. Había que atender los derrumbes. Siempre hay gente que critica la obra, que ve todo negativo. Empezamos a vivir la zozobra de que iban a cerrar la carretera. “Luego, cuando se propone abrir los peajes, nunca estuve en contra del peaje. Una lucha era la ubicación de peaje, la distribución de los ingresos del peaje, y los montos. “En estos asuntos regionales, no es la lucha de un grupo, sino de varios grupos. A uno como actor social le toca sumar. “La carretera era algo soñado, algo esperado. Vivir en una zona tan rica como esta y cerca de la capital. Eso era lo que nos aportaba la carretera”.
la tenencia de la tierra. Se dio mucha presión de la tierra. Muchos guapileños no entendieron que la carretera les daba una oportunidad a futuro. “Hay que reconocer que Pococí tuvo mucha inmigración en los años setenta y los años ochenta. Por eso, Pococí es tan diferente y pluralista. Uno cree que no tiene cultura propia porque traen experiencias de otras zonas. Pero hay que sumar las experiencias de la gente. “Treinta años después, he estado muy preocupado por el deterioro al que se ha sometido la vía, producto de una mala gestión de los gobiernos. Es injusto que se cobre el peaje y otros cobran el doble o el triple, en otras carreteras, y en el MOPT dicen que no hay plata para atender las necesidades de esta carretera. “También decían que iban a abrir esta para turismo de montaña e iban a abrir otra por Siquirres. Pero hay que tener claro que esta es la salida natural del pueblo de Pococí.
“Luego, hay que reconocer dos cosas: hay una mala atmósfera, un criterio horrible sobre la ruta 32. El apodo de que es la ruta de la muerte es injusto. Es una de las carreteras en que se maneja mejor. Hay dos problemas, el mal mantenimiento, no hay buenas marcas viales, y el exceso de tránsito, que se suma a mucha irresponsabilidad de los conductores. Otra cosa es que hay un grupo de gente a nivel local, que no le dan el derecho al desarrollo de vía a los pueblos rurales. Se ponen a presionar que a la carretera no hay que darle el mantenimiento, para conservar el bosque, que no se pueden tirar los residuos a los despeñaderos porque el MINAE no da permiso. En las montañas hay derrumbes por algo natural. ¿Por qué el Ministerio de Ambiente y Energía no quiere que la tierra siga para abajo? Eso es contradecir a la naturaleza. En ninguna parte del mundo la conservación se hace por presión social. Nosotros somos más importantes que los animales del
parque. La necesitamos como gestión de vía, entendiendo que el cruce por la cordillera es de doble vía. Nosotros necesitamos ir allá y que ellos vengan aquí. “Debe imperar la necesidad social. La huella ecológica ya está dada. El trópico húmedo genera deslices con o sin carretera. El crecimiento humano es mejor que la conservación absoluta. Es fundamental que no haya
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REPUESTOS
“Este es un lugar ideal para vivir” “Este es un lugar ideal para vivir. El crecimiento económico fue otro logro. Uno tiene que lamentarse de que la apertura de la carretera dio lugar a un cambio en
presiones tan radicales en cuanto a la movilidad social, y que el gobierno le dé un mantenimiento adecuado. “Junto a eso, cuando uno va en ascenso, el carril de ascenso está arrugado, por el sobrepeso. Me parece que es importante gravar con un impuesto a las vagonetas. Al final, nosotros como región le estamos dando todo el material de río al Valle Central. “Varios grupos de ciudadanos hemos alegado que el mantenimiento que le dan no es preventivo. Es un gran error no tener mantenimiento preventivo. Nos mandan cuadrillas a hacer limpiezas en tiempos definidos. Y es un impacto ecológico negativo. Las cuadrillas arrollan con todo. “Hay que usar cuadrillas locales; y que se dé un mantenimiento preventivo. Eso genera menos impacto. No es lo mismo ir a talar un palo, ver si hay animales, a que el árbol se derrumbe porque no pudo más”.
FAKAR S.A.
E-mail: fakarsa@hotmail.com Treinta años después, he estado muy preocupado por el deterioro al que se ha sometido la vía, producto de una mala gestión de los gobiernos.
Teléfonos:
2710-3838 / 2710-3939
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Se llama Arturo Condo
Universidad EARTH estrena rector t Fue rector de INCAE El Guapileño Fotos Eduardo Solano R.
El 9 de marzo, la Universidad EARTH celebró en un acto histórico la investidura de Arturo Condo, quien asumió el puesto de rector, a partir del 1 de enero del 2017. En el marco de la ceremonia, se celebró también el foro: La Universidad EARTH y los retos para la sostenibilidad global. La ceremonia contó con la participación de Ana Elena Chacón, Vicepresidenta de La República, y como oradora de fondo fungió la señora Cristiana Figueres, autoridad global en cambio climático y secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, durante el período 2012-2016. Los esfuerzos que requiere hacer una institución como EARTH para afrontar a los retos actuales del planeta, deben ser abordados desde una perspectiva integral y el conocimiento de expertos. Ambas actividades se realizan con el propósito de reunir a la comunidad con expertos nacionales e internacionales que puedan aportar a la definición del rol que estará asumiendo la Universidad ante la sostenibilidad. Arturo Condo, rector de la Universidad EARTH señaló: “Iniciamos un proceso de varios meses a través del cual vamos a convocar a todos los diferentes miembros de la Comunidad EARTH para inventar juntos el futuro de esta Universidad. Vamos a reunir a profesores, estudiantes, graduados, miembros de las juntas directivas, amigos y aliados de EARTH, así como a nuevos aliados potenciales y líderes de pensamiento y de acción. Siempre fieles a nuestra misión y a nuestros valores, vamos a imaginar a la Universidad EARTH del año 2040, cuando cumplamos 50 años”. Mencionó también, es para mí un honor en este día trascendental en la historia de la universidad, la primera transición de liderazgo en la rectoría y recibir de manos de don José Zaglul el privilegio de este liderazgo. Creo profundamente en la visión de la universidad, formar líderes con valores éticos para contribuir al desarrollo sostenible, una sociedad justa y próspera. Esta ha sido mi misión personal. El rector Arturo Condo manifestó sobre la apertura del foro, “han construido esta EARTH muchos de los que hoy están aquí, ¿Qué hacemos y a dónde vamos ahora? El
Momento en que el señor Tim Solso juramenta a don Arturo Condo como el nuevo rector de la Universidad EARTH.
La ceremonia contó con la participación de Ana Elena Chacón, Vicepresidenta de La República, la señora Christiana Figueres, fungió como oradora de fondo. Aquí en la foto junto con el señor Tim Solso acompañan a los dos rectores en la historia de la EARTH, los señores Arturo Condo y José Zaglul.
de la Universidad ante los desafíos actuales. “La producción agrícola y manejo de recursos está en el centro del reto de este siglo. Es importante tener a gente joven haciéndole frente a este desafío. El reto que tiene la Universidad y nosotros es producir más con menos agua, menos terreno de producción y menos transporte”, explicó Figueres.
El impacto de EARTH a través de los años
Don Arturo Condo mencionó, es para mí un honor en este día trascendental en la historia de la universidad, la primera transición de liderazgo en la rectoría y recibir de manos de don José Zaglul el privilegio de este liderazgo.
rumbo del barco está claro, es nuestra misión, son los valores, son las cosas que fundamos, pero hoy estamos en una nueva realidad, que nos obliga a replantearnos para el futuro. Por su parte, Christiana Figueres reconoció el rol de la Universidad EARTH como una institución conocida internacionalmente por su modelo educativo y la calidad de sus graduados. Además, señaló el reto
Desde 1990, jóvenes del mundo han concluido sus estudios en agronomía para contribuir al desarrollo sostenible de sus países y a la construcción de sociedades prósperas y justas. Actualmente los 2129 graduados de EARTH se desempeñan en actividades de producción agrícola, labores de conservación, silvicultura y desarrollo comunitario, entre otros. Según una encuesta hecha por la Universidad a sus graduados el año pasado, un 75% de los encuestados indicó tener un impacto positivo y directo en el sector agrícola, principalmente al aumentar la eficiencia de la producción agrícola. El 40 % de graduados trabaja en el sector privado, 20 % en sus propias empresas o familiares, 18 % en el sector público, 13 % en organizaciones sin fines de lucro y 4 % se encuentra realizando un estudio de postgrado.
A cerca de EARTH EARTH es una universidad privada, internacional, sin fines de
Acompañaron esta ceremonia autoridades universitarias, administrativos, estudiantes e invitados especiales.
La Universidad EARTH es una institución reconocida internacionalmente por su modelo educativo y la calidad de sus graduados. En donde sus estudiantes impactan el mundo.
lucro, dedicada la educación en un grado holístico de ingeniería en Ciencias Agrícolas y Manejo de Recursos Naturales. La Universidad ofrece oportunidades educativas a jóvenes líderes, en su mayoría
provenientes de zonas rurales, de escasos recursos y con pocas oportunidades de acceder a educación universitaria. Más de la mitad de los estudiantes reciben apoyo financiero para cubrir su educación.
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Columna Verde El derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado: El Área de Conservación Tortuguero (ACTo) y la Protección de la Biodiversidad Licda. Carolina Muñoz Solís Master en Legislación Ambiental Departamento Legal del Área de Conservación Tortuguero ( ACTo) Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) MINAE Para El Guapileño
E
l equilibrio entre ambiente y desarrollo es el gran reto de la humanidad. Efectivamente, el desarrollo es un derecho humano que se refiere a todos los campos de la vida: social, económico, cultural; Es por esto que, es necesario que se logre un equilibrio entre las necesidades de desarrollo y la conservación de los recursos naturales. Esta necesidad de equilibrio y la conciencia de la misma, es la que lleva a la comunidad internacional a traducir en el concepto de Desarrollo Sostenible, es decir, el desarrollo en armonía con la naturaleza y en respeto a las necesidades de las generaciones presentes y futuras. En este sentido, ya la Convención de Diversidad Biológica 1, al establecer dentro de sus objetivos además de la conservación y uso sostenible de la biodiversidad , la distribución equitativa de los beneficios surgidos de la misma, brinda parámetros que indican
que, para su consecución, es necesario la participación de todos los actores sociales, en especial de aquellos que por la naturaleza de la actividad que desarrollan tienen especial incidencia sobre el ambiente y la conservación de la biodiversidad. En Costa Rica este derecho se encuentra en el artículo 50 de la Constitución Política. Debemos entender que, aunque existe una necesidad de que las personas puedan ejercer actividades económicas relacionadas con su calidad de vida, la protección del ambiente es
fundamental, porque está ligada al derecho a la salud y finalmente a la vida. Sin un ambiente sano no hay vida ni desarrollo. Este no es un derecho únicamente de las generaciones actuales; ya desde la promulgación de la Ley de Biodiversidad de Costa Rica derivada de la Convención de Diversidad Biológica se reconoce que las generaciones presentes tenemos una responsabilidad de conservar el ambiente para las generaciones futuras. En Costa Rica el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) que pertenece al Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), es el directamente encargado de cuidar la biodiversidad: recursos forestales, vida silvestre, áreas silvestres protegidascomo los parques nacionales, refugios de vida silvestre entre otros y cuencas hidrográficas. Administrativamente el SINAC está conformado por Áreas de Conservación (AC) que son las unidades territoriales que ejercen la protección de esos recursos a nivel regional. El Área de Conservación Tortuguero (ACTo) es la que tiene competencia en el territorio que abarca los cantones de Pococí, y Guácimo. Las Áreas Silvestres Protegidas (ASP)
son espacios geográficos que por la riqueza de los ecosistemas presentes y de la biodiversidad deben ser especialmente protegidos. Dependiendo de los objetivos para los que se crean existen diferentes clases que se llaman categorías de manejo: Parque Nacionales cuando tienen un recurso de especial interés y ecosistemas asociados importantes y atractivos naturales; Zonas Protectoras para la protección del recurso hídrico; Refugios Nacionales de Vida Silvestre, humedales, reservas forestales, reservas biológicas, áreas marinas protegidas, monumentos naturales En el caso del ACTo contamos con tres Áreas Silvestres Protegidas muy importantes: El Parque Nacional Tortuguero, sitio de mayor importancia en Caribe para el desove de la tortuga verde(Chelonya mydas), el refugio de vida silvestre Barra del Colorado, el Corredor Fronterizo, los Acuíferos Guácimo Pococí, la Zona Protectora Tortuguero y el Refugio Privado de Vida Silvestre Archie Car. Es importante que conozcamos las riquezas naturales de nuestra región. No es posible proteger lo que no se conoce y esta es la única manera de garantizar la protección de la Biodiversidad de la que depende la evolución de la especie humana y por tanto su supervivencia.
Educación y discapacidad Yanory Meza Durán Para El Guapileño
El mes pasado iniciaron las clases en los centros educativos de Costa Rica. Niños, niñas, jóvenes y adultos jóvenes con Discapacidad de nuestro cantón van a estudiar. Mi hijo pasó de escuela a colegio, un nuevo reto, una nueva etapa donde sigue necesitando mi apoyo y acompañamiento incondicional, donde recibió una preparación con anticipación para los cambios que tendrá y una auto-determinación de mi parte para no desistir, para seguir adelante. Muchas veces aquí es donde nosotros los padres, abuelos o encargados, nos detenemos a pensar y a analizar ya que estamos cansados, la mayoría iniciamos en sistema educativo hace muchos años (meses o los primeros años de vida) y no es fácil tomar esa decisión, sabemos que nuestros hijos tienen el derecho a estudiar, a prepararse, a buscar herramientas necesarias para su vida adulta. PERO y nosotros, el esfuerzo que hacemos es tanto… y muchas veces los logros son pocos. Educación Especial: Se trabaja habilidades adaptativas, manualidades y herramientas para una vida con la mayor independencia posible. En la escuela especial de Guápiles, ubicada en Guácimo,
se atiende de manera protegida, más individualizada. Inician de meses, si el niño no puede ser inclusión permanece hasta los 21 años. En el Colegio Técnico de Pococí se trabaja el mismo programa, solo que con más independencia y como meta que al salir del sistema educativo pueda ingresar a la parte laboral o continuar sus estudios en algún instituto. INA por ejemplo. (A la Universidad NO pueden ir al salir de educación especial o educación regular con adecuación significativa). Y si por su condición deba permanecer en la casa que pueda desarrollar algún proyecto familiar. Aula Integrada: Son aulas dentro de escuelas regular, Escuela Central de Guápiles, Roxana y Campo Kennedy en Cariari. Los niños deben tener un grado de independencia; Comer solo, Control de esfínteres, seguimientos de órdenes, tolerancia a un grupo de pares más grande. Se gradúan a los14 años y de acuerdo
a sus avances puede que sean referidos a la escuela especial ubicada en Guácimo, Colegio Técnico en educación especial. Escuela Regular con apoyos (adecuaciones): Muchos inician en Educación Especial, según su capacidad pueden avanzar a aula integrada y dependiendo de su desempeño e igualmente el interés de los profesionales a cargo, puede ser incluido al sistema regular. Solo se mantendrán sus apoyos (adecuaciones significativas o no significativas). La esperada y necesaria Educación Inclusiva: La Educación Inclusiva implica que todos los jóvenes y adultos de una determinada comunidad aprendan juntos independientemente de su origen, sus condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquellos que presentan cualquier problema de aprendizaje o discapacidad. Se trata de una escuela que no pone requisitos de entrada ni mecanismos
de selección o discriminación de ningún tipo, para hacer realmente efectivos los derechos a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación. En la escuela inclusiva todos los alumnos se benefician de una enseñanza adaptada a sus necesidades y no sólo los que presentan necesidades educativas especiales. La Educación Inclusiva se entiende como la educación personalizada, diseñada a la medida de todos los niños en grupos homogéneos de edad, con una diversidad de necesidades, habilidades y niveles de competencias. Se fundamenta en proporcionar el apoyo necesario dentro de un aula ordinaria para atender a cada persona como ésta precisa. Entendiendo que podemos ser parecidos, pero no idénticos unos a otros y con ello nuestras necesidades deben ser consideradas desde una perspectiva plural y diversa. Será que el Ministerio de Educación Pública (MEP) esté listo para este cambio… Están los docentes capacitados… Estará la sociedad costarricense lo suficiente sensibilizada… Este cambio es urgente. Por todas las familias que viajan horas desde su casa, con sus hijos alzados, en sillas de ruedas, con crisis, cansados, bajo sol y lluvia para llevar a sus hijos a los únicos centros educativos que los pueden atender.