Isaac joaquín

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Isaac Joaquín Camilo Rodríguez Chaverri Maya y P.Z. Editorial


Para Gabriela y para Isaac JoaquĂ­n


Primera parte

La obra de Dios


1 Dios hizo tu rostro un día en que estaba de buen humor. Dios hizo tus labios con el mismo espíritu de los pétalos de las rosas. Te puso a bostezar como a los leones. Te puso a reír con la música de las cascadas. Después de crearte, Dios suspiró, se sentó a hablar con su madre, se tomaron un café y brindaron por tu salud.


2 Dios te construyó las venas con el mismo pulso con que hizo los ríos. Te trazó un cableado eléctrico como los que activan los rayos y las centellas. Dios te puso un mapa interior tan rico y tan amplio como los canales del río Tortuguero y el río Parismina. Dios te dejó el tono en los ojos que tienen las aguas profundas y serenas.


3 Dios te hizo un día en que estaba tomando jugo de maracuyá. Dios aspiró aire del Cerro Chirripó antes de soplar sobre vos, para iluminarte con la vida. Pasó las manos por la superficie de la Laguna de Cote, con forma de corazón. Sus manos mojadas y frías te dieron el aliento.


4 Dios bebi贸 agua del r铆o Savegre. La ech贸 sobre vos como si su boca fuera una regadera. Del chorro de colores surgi贸 tu columna y se fue abriendo tu estructura de huesos como un abanico, como una enredadera.


5 Una semilla de Dios tiene alas. Surge de ella una nube. El cielo se inclina. Los ángeles se arrodillan para celebrarla. La semilla tiene ojos y nariz. Se mueve. La llevás en las entrañas. Le enseñás a bailar y a reírse. Se mueve como vos. Es un poema que respira.


6 Dios te pasรณ la mano por la espalda. Te fue dejando la esbeltez de los caballitos de mar. Como ellos, podrรกs cabalgar en el agua. Podrรกs dejar poemas escritos con burbujas.


7 Dios te hizo el cabello con la gracia con que visti贸 de cabelleras a las palmas que peinan flores y frutas.


8 Dios te hizo al lado de una naciente de agua. Te fue lavando la cabeza, el pecho, las pequeĂąas manos mĂĄgicas, tan grandes cuando te movĂŠs en el saco de milagros de tu madre. Esa es la naciente, tu fuente viva.


9 Dios te hizo desde lo sobrenatural. Jug贸 a mago con vos entre las manos. Sac贸 de su sombrero al fuego y las palomas. Te puso una llama en el pecho. Te dej贸 alas en los ojos.


10 Dios envolvi贸 sus manos en una nube para hacerte los ojos y la nariz. Despu茅s de edificar sus huellas sobre vos, te sopl贸 con delicadeza y te despert贸 a la vida.


11 Dios te hizo mientras silbaba. Te formĂł las comisuras de la boca mientras bailaban sus dedos. Tu sonrisa tendrĂĄ una mĂşsica especial.


12 Los girasoles y las rosas del jardĂ­n del cielo volvieron a ver a Dios. Estaban sus colores desatados de lo feliz que lo vieron cuando te hizo.


13 Dios te hizo con frenesí y locura. Dios te hizo un día que comió canela y bebió el néctar de muchas frutas dulces. Después de hacerte con miel y con fuego, te puso al sol.


14 Dios te hizo y te dejó enfriando. La Virgen María sopló y sopló. El viento te besó la cara. El viento te marcó el cuerpo con un mapa de abrazos.


15 Dios dej贸 que el aire entrara por sus ojos. Ten铆a la vista fresca cuando te puso el pelo y te dibuj贸 la boca.


16 Fuiste una semilla con alas. Surgiste de ella como una nube. El cielo se inclinó para celebrarte. De la semilla, surgieron unos ojos, una nariz, una respiración. El milagro surgió de las entrañas. Desde adentro, escuchabas a tu mamá mientras bailaba y se reía. Te moverás como ella. Serás un poema que respira.


17 Verte en el vientre de tu madre es leer un poema en blanco y negro. Es asir la poesía en una pantalla. El gran milagro es la vida. Tu pequeñez es perfecta. La muestra chiquita de todo en una bolsa que incuba todos los secretos de Dios.

18 Isaac Joaquín, te daré una pócima de poesía. Saldrás bailando, diciendo con los pies paisajes de palabras.


19 Te doy un golpe musical de cumbia. Te crecen las orejas como pequeños paréntesis, tus signos de admiración, tus faros de tu alegría.


20 Dios viene con Isaac Joaquín, Dios crece en su cabeza, Dios aprende de nuevo a respirar y a ver, Dios escribe un poema sobre sí mismo.


Te presento a este mundo


1 Te presento al sol. Es una piña gigante con miles de ojos. Es un huevo que puso Dios. El sol se levanta cada día como si estuviera recién nacido. Se gana la vida dándonos la vida.


2 Te presento al viento. Es el soplido de Dios. Es el peine invisible de los árboles y el pasto. Dios nos susurra cuando se sube en un barco que no vemos. Así surca el aire. Así nos respira en la oreja.


3 Te presento al queso, magia para la cocina. Te presento a la maracuyĂĄ, fiesta para el cielo de la boca. Te presento al limĂłn. Me estremece las venas. Te presento el aroma del cafĂŠ. Vuela como un hada por todos los rincones de mi cabeza. Te presento al chile picante, el fuego con que tu madre camina por mi piel.


4 Te presento al jilguero. Tiene unas campanas gemelas dentro del pico. Los roedores se ponen de pie cuando lo escuchan. El jilguero toca con su orquesta mĂ­nima el himno de la selva.


5 Te presento a las ranas. Eran niĂąos en un coro del cielo. Trajeron la mĂşsica al barro. Trajeron el canto a la tierra.


6 Te presento a la zacatera. Es un ave bendita. Multiplica las cosechas de los agricultores. Lleva milagros de multiplicaci贸n de alimentos en su humilde pico. No aparenta mucho. La magia la lleva por dentro.


7 Te presento al tuc谩n, el arco iris que vuela, el r铆o que se comi贸 el cielo y se dej贸 dos nubes con forma de alas. Un gajo del sol se pavonea en su pecho.


8 Te presento a las palomas. Son las manos del viento. Las palomas van amarradas unas de las otras por olas invisibles. Cada paloma es un soplido de Dios.


9 Te presento al pájaro carpintero. Le saca música a la madera. Nos enseña la voz profunda que salió de la tierra. Saldrá vida del canto profundo del tiempo en los árboles.


10 Te presento al higuer贸n. Es un 谩rbol pero quiso ser un 谩guila. Vuela en el mismo lugar en que Dios lo sembr贸 desde el cielo. Es un rayo con hojas y ramas.


11 Te presento al oso perezoso. Fue un bostezo de Dios.


12 Te presento a la iguana. Es vecina en el tiempo de los dinosaurios. Le dicen gallina de palo. Parece muy seria, pero es un รกrbol sin hojas que se puso a andar por la tierra y abraza bajo la sombra a sus hermanos mayores.


13 Te presento a María Auxiliadora. Es mi otra mamá. Es otra abuelita tuya. Es tu otra mamá. Es la dueña del viento y las mareas. Con sus manos, cautiva a las fieras. Con sus dedos, ordena que llueva. Es la luz que está detrás del sol. Es la blancura luminosa de la luna llena.


14 Te presento a la lluvia. Los poetas dicen que tiene unas manitas peque単as. La lluvia nos abraza a todos. Nos dibuja mapas de agua en la cara. Nos besa suavemente en los labios. Nos acaricia con los ojos cerrados.


15 Te presento al agua. Corre y canta. Susurra una música de Dios. Dice palabras tan pequeñas que llegan hasta el fondo de la poza azul que tenés por dentro.


16 Te presento al futbol. Es el juego mĂĄs divertido del mundo. Los hombres somos niĂąos cuando corremos detrĂĄs de una pelota.


17 Te presento al baile. Es la fiesta que invent贸 Dios para nuestros cuerpos. El baile es un invento del cielo, pero naci贸 en el mar y en el viento. Bailan los peces y los p谩jaros. Somos otros seres cuando bailamos.


18 Te presento al grillo. Su huella se extiende desde un rinc贸n. Su canto es una mancha que crece. Invade con su m煤sica lo que encuentra a su paso. Cree que es un gallo. Todo es patio para el grillo.


19 Te presento al gallo. Llama al sol con su canto. Da el campanazo para el inicio de cada fiesta de colores. Con el gallo inicia cada nueva batalla del tiempo. Cada gallina cree que el sol es un esclavo del gallo. Cada gallina cree que el dĂ­a abre los ojos por el canto de su macho.


20 Te presento al chile picante. A eso sabe tu madre. Me mete fuego en las venas. Me pone a arder. Trae la llama de su cuerpo a mi boca. Me saca el caldo. Me pone a llover lava.


21 Te presento a las mariposas. Son pedazos de cielo de colores. Dios recorta con una tijera el cielo en los atardeceres. Tambi茅n lo hace al amanecer. La morfo sali贸 de un cielo espejo del mar. Al anochecer, recorta pedazos de oscuridad para las mariposas negras. Las mariposas amarillas son recortitos de sol. Las mariposas verdes son retazos de una serpiente lora con alas y sin veneno.


22 Te presento a la semilla. Es la versión más pequeña del universo, es el verbo más chiquito, es el primer abrazo de Dios, el amago de grandeza en una cápsula, la metáfora de la vida.


23 Te presento a las hortensias. Son ramos de nubes. Son enjambres de mariposas diminutas. Son colmenas de hadas del bosque.


24 Te presento a la noche. Es una seĂąora elegante. Viste de largo. Viste de negro. Sus enaguas tienen amores con el viento. A veces, abre sus cientos de ojos. A veces, se va en blanco. Una vez al mes, se deja tragar por sus sombras. Tiene sus leyes propias. En ella habitamos bajo su gobierno. Es mĂĄgica y serena. Es la patria del silencio. Es el nido de la mĂşsica. Es la madre de las mareas. El semillero de la vida.


25 Te presento al agua. Es la forma lĂ­quida de Dios. Es la sangre del cielo en la tierra. Es la fuente de los milagros.


26 Te presento al delfín. Es un ángel enviado al mar. En un bufón de Dios. El delfín hace del agua su cielo.


27 Te presento al sapo. Dicen que es un ser desagradable. Yo creo que no. El sapo es un pedazo de pantano. Es un rinc贸n del cielo atrapado en un arroyo durante la noche. Es un punto negro que pint贸 Dios en una hoja de colores. Es un pedazo de noche con m煤sica.


28 Te presento a los templos. Son las casas simbólicas de Dios. Desatan una locura en mí. Soy poeta de las iglesias. Me encantan los atrios, las imágenes de los santos, las mil caras bellísimas de María, los altares, los vitrales. Conocer templos es mi afición. Recorrer iglesias es mi propio viaje espiritual.


29 Te presento al tiempo. No se le puede ver. Tampoco se le puede tocar. Se nos mete por los ojos. Nos puebla la cabeza. El tiempo es un camino por el que andamos hasta dormidos. No hay manera de salirnos de su ruta. Tenemos que caminar felices por sus senderos misteriosos. El tiempo es el Ăşnico camino.


30 Te presento al bolero. Es el amor transformado en baile, es la magia que se inventa con los pies, es la elegancia que se expresa entre dos.


31 Te presento a la música y el baile. La música es la oración que compuso Dios. Cuando compuso el bolero, estaba enamorado. Cuando nació la salsa, le picaban los pies. Cuando inventó la cumbia, estaba de fiesta. Cuando compuso el cha cha cha, quería dibujar poemas en el jardín. Cuando creó el merengue, quería abrazarse con sus hijos, transmitirles un sabor especial por la piel. Cuando se le vino el mambo, Dios tenía un fuego en el corazón. Te juro que Dios sabe bailar.


32 Te presento al flamenco. Cuando compuso el flamenco, Dios quería ser tan elegante como el viento, tan tumultuoso como el mar, tan exquisito como el limón y la sandía, tan puro como el agua de la montaña, tan rojo como la sangre de los toros. Es ardiente como el centro de los girasoles, el corazón de las flores de Andalucía.


33 Te presento al tango. Es el atrevimiento de Dios cuando baila. Cuando compuso el tango, Dios estaba pasado de vino y de estrellas, ebrio de atardeceres y de llanuras. Cuando aprendió a bailar su propio tango, Dios estaba intenso, buscando mujer‌


34 Te presento al pan. Dicen que es la mĂĄs noble de las comidas. Es magia convertida en alimento, como la hostia en la misa. El pan caliente huele a casa y a felicidad. Es alegrĂ­a y plenitud para la boca.


35 Te presento al silencio. Es la casa redonda de Dios, el rancho donde El Creador descansa, el lago profundo donde se entrega a la nada.


36 Te presento a la claridad feliz que sale de los ojos después de la lluvia. El día se pone de fiesta. Los pájaros montan su orquesta voladora. Los sapos corren frenéticos. Las mariposas aplauden con sus alas. El día se viste de gala con su claridad amarilla y deslumbrante.


37 Te presento al elefante. Le rob贸 la trompa a un bombero de la selva. Cada pata suya parece el tronco de una palmera gorda y feliz. En otra vida, el elefante fue ballena, pero le gust贸 m谩s vivir en la sabana. Era de aguas profundas. En el mar le dio mucho fr铆o.


38 Te presento al tigre. Anda feliz por la vida. Descubrió que anda un paisaje pegado al pellejo. Tiene pequeños soles que le pintó un mono aventurero. Tiene abejas concentradas en su vestido de fuego. Ruge con una llama que le robó al volcán.


39 Te presento al colibrĂ­. Es un aplauso que vuela. Es un abrazo con alas. Piensa con su vuelo. Besa a las flores. Las flores le pagan con su dulzura


40 Te presento a la jirafa. Era un chilillo de la selva. El viento lo tomó entre sus brazos y lo estiró y lo estiró. Lo llenaron de agua, lo convirtieron en un espejo. Se fueron viendo ahí el tigre, el leopardo, la cebra. Por obra de magia de una mañana llena de pájaros, el espejo echó patas y pelo. Dejó de ser espejo para ser vigía, para ser quien mira a lo lejos en la sabana llena de sorpresas. Si no fuera jirafa, sería la periodista de la selva.


Camilo Rodríguez Chaverri (Cartago, 1976) es periodista y escritor. Tiene más de veinte años de trabajar en radio, televisión y prensa escrita. Es autor de más de ciento veinte libros.


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