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ADIOS RALPH

Por: Sta C&E en español @CE_Mexico

En 50 años de carrera trabajó con 36 presidentes de 17 paises distintos.

Enamorado de América Latina y de la adrenalina de sus procesos electorales, Ralph Murphine decidió quedarse a vivir entre nosotros para converirse en leyenda. A los 80 años de edad, el estratega de más de 500 campañas políticas falleció en Quito, Ecuador.

Ejemplo y guía de muchos estrategas de la actualidad, el estadounidense inició su labor en la gerencia política en 1967 y en 50 años de carrera trabajó con 36 presidentes de 17 países distintos, entre ellos Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Surinam, Ecuador, Perú, Paraguay, Bolivia, Argentina, Brasil y Russia, donde trabajó de cerca a Mijail Gorbachov.

En 2012 fue inmortalizado al entrar al Salón de la Fama Reed Latino. Ese mismo año, de la mano de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, publicó el libro “Ideas en la Comunicación Política Moderna”, de donde extraemos estos 7 puntos que el estratega consideraba necesarios para que los estrategas conocieran a fondo al objeto principal de sus campañas: el elector.

1. Firmeza del pensamiento del votante: este aspecto es fundamental, es co-

nocer la intensidad que tiene el voto del elector hacia determinado partido o candidata (o), la permanencia en el tiempo de esta decisión política ayudará mucho en la toma de decisiones; desde el establecimiento de nuestros objetivos electorales, hasta conocer cuáles son las colonias o secciones electorales en donde nuestro trabajo de difusión y promoción debe dar resultados.

2. Voluntad por participar en el proceso electoral: con la llegada de tendencias o corrientes como el abstencionismo y el anulacionismo, así como el cada vez más presente voto diferenciado, es vital saber con la mayor precisión posible quienes van a votar, en qué sentido lo van a hacer y cuáles son sus motivaciones. El conocimiento de estos aspectos nos ayudará a aplicar las acciones que se desprenden de nuestra estrategia de forma más eficiente y certera.

3. La separación y convergencia de ciertos votantes dentro del mundo electoral: los temas, sentimientos, razones y muchas cosas más que habremos de identificar para reconocer qué une y qué separa a los votantes ante nuestra opción política y la de nuestros adversarios. En este sentido, la pertenencia o coherencia es un elemento vital a analizar, significa reconocer cuales temas, mensajes imágenes e incluso circunstancias son apropiadas para nuestro partido y candidata (o) y cuales no lo son.

4. El punto de vista o modelo de pensamiento del estratega: antes de abordar este punto, es muy interesante, ya que con una mayor presencia y necesidad de consultores y profesionistas en esta área, ya existen más y mejores licenciaturas, posgrados y especializaciones que permiten una gran preparación profesionalización de las personas.

5. El efecto cascada del proceso de comunicación con los votantes: este es uno de los fenómenos más interesantes y más deseado en las campañas, que consiste en generar una tendencia, un movimiento hacia nuestra causa que influya directamente en la decisión del voto. Murphine señala que esta “cascada” está envuelta de la visión general del mundo el elector, lo importante es determinar en que momento o etapa se encuentra el elector de esa visión. La dinámica de esta cascada está determinada por: el ánimo o contexto emocional y físico del ambiente da la campaña; la identificación del nombre del candidato a votar en el entendido de que no se votaría por un “desconocido”; en complemento del conocimiento está la imagen, ya que no se sufraga por alguien de quien se tiene mala imagen o reputación y si esto se da a detalle es mejor.

6. La multidimensionalidad de los votantes: sin duda, este aspecto nos dice Murphine es la esencia del pensamiento estratégico en la campaña, ya que debe ser multidimensional, para ello, compara este proceso con un diamante y con el cuadro Las

Meninas de Velázquez. Pero Ralph advierte que no podemos caer en el error común, general y fatal al pensar que el elector puede ser convencido con una foto, un afiche o un eslogan; así para tener éxito un estratega de tener un conocimiento amplio de una gran cantidad de cosas acerca de los votantes.

7. La necesidad del uso frecuente de “indirección” en la comunicación con los votantes: este último proceso tiene dos facetas, la primera es un principio que consiste en no menospreciar al elector, ya que tarde o temprano se percatará del mensaje subliminal, del engaño, la mentira, la manipulación, las verdades a medias; y la segunda es entender que la indirección es una forma sutil de la persuasión al enviar el mensaje central de manera menos obvia, pero con una alta dosis de credibilidad. C&E

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