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La Reforma Electoral de AMLO
¿Qué quitarle y qué ponerle desde el punto de vista de los estrategas políticos?
Por Yassin Radilla @YassinRadilla
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Si bien no es la primera ni la última intención de un ejecutivo nacional de modificar el esquema democrático mexicano, la Reforma Electoral que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador presenta algunas singularidades que, por el fondo y la forma, merecen ser analizadas. Para ello, Campaigns &
Elections recurrió a tres destacados consultores y estrategas en comunicación política:
Aleix Sanmartin, Héctor Llerena y Rodrigo
López San Martin, quienes matizan y ponen en perspectiva los puntos más relevantes de la iniciativa presidencial, así como las opiniones y controversias que pululan en los diversos medios de comunicación.
Según explica Aleix Sanmartín, quien ha trabajado con el propio presidente, así como con el ex mandatario Felipe Calderón, la senadora Margarita Zavala y el canciller Marcelo
Ebrard, entre otras personalidades políticas del país, la iniciativa en cuestión se enmarca dentro de una serie de reformas que AMLO ha venido impulsando en torno a la Cuarta
Transformación y “es coherente con su visión y forma de entender el país, la democracia y lo que supone es el legado histórico del movimiento que él y sus aliados impulsan; lo que él entiende que es su proyecto de transformación nacional”. Recordó que dentro de las facultades constitucionales que tiene el presidente de la República está precisamente la de enviar propuestas de ley y que está en función de los equilibrios de las cámaras su aprobación. “Es algo habitual que los presidentes de todos los estados democráticos manden iniciativas de carácter político”, apuntó al considerar que la citada reforma no es polémica, no al menos para quienes concuerdan con la narrativa y la visión lógica del presidente, quien no confía en el Instituto Nacional Electoral (INE), ni en los tribunales; “para ellos incluso es necesaria”. Por su parte, el consultor Rodrigo López
San Martín, socio director de la firma Agencia Pública, advierte dos problemas que de entrada hay que considerar. La primera es el momento. Apuntó que el país se encuentra en la segunda mitad del sexenio de López Obrador, cerca de las elecciones principales, que en un sistema presidencialista como el mexicano, son precisamente las presidenciales. “Normalmente -o idealmente al menos- las reformas electorales tendrían que aprobarse durante la primera mitad de un sexenio, para ponerse a prueba en unas elecciones intermedias, afinar y corregir, para así llegar a la segunda mitad del sexenio”, comentó.
En tanto, el segundo problema que consideró es de origen: “históricamente las reformas electorales han sido conquistas de la oposición. Han sido resultado de procesos electorales polémicos, por decir lo menos, en los que a golpe de opinión pública la oposición abre puertas. Así se dio la reforma electoral en el 77, la de principios de los 90, incluso la de 2007, después de las elecciones presidenciales de 2006. Todas se dan a partir de elecciones presidenciales muy cuestionadas en las que la oposición pone sobre la mesa una agenda y a partir de ahí se logra. Esta viene del mismo gobierno y eso puede ser muy peligroso”.
Con él coincide Héctor Llerena, comunicador político con más de 15 años de reputada trayectoria como consultor, quien opina que la propuesta de AMLO no es oportuna en el escenario actual. Aunque reconoce que en los últimos sexenios los presidentes han tenido siempre la tentación de hacer estos cambios y todos han hecho cambios a las leyes, cree que hacerlo con la carrera presidencial y los tiempos de la sucesión tan cercanos no es una buena idea. “Puede ser algo que introduzca mucho ruido a todos los temas de cómo se van a dar las contiendas y se puede confundir. Puede ser algo bueno que parezca malo”.
Llerena consideró interesante la propuesta de ley formulada por el ejecutivo nacional, pues refresca la reflexión e invita al análisis sobre la conveniencia de los actuales sistemas electoral y de representación, ya que “siempre serán perfectibles”. Sin embargo, afirmó que la iniciativa va mucho más allá: “no va a perfeccionarla -la democracia-, va a cambiarla totalmente y quizá con una serie de aristas muy peligrosas. Creo que en general la propuesta del presidente peca de tratar de hacer esto más barato y práctico, a costa de muchos avances que se han logrado en los últimos treinta años en México”.
Aleix Sanmartín minimiza el escenario en que la ley fue presentada, al plantear que sólo es polémica para algunos actores. “Claro que es polémica si eres un INE o un partido. A la
Héctor Llerena
ciudadanía no sé en qué le beneficia el hecho de que los partidos tengan en México más dinero que otras instituciones”, cuestiona.
El abaratamiento de la democracia mexicana
Cabe recordar que entre los cambios a la legislación que propone López Obrador se encuentra eliminar el financiamiento público ordinario a los partidos políticos. Si el Poder Legislativo aprueba su iniciativa, el estado mexicano se ahorraría la nada despreciable cantidad de 20 mil millones de pesos, según lo estimado por el propio presidente.
Aleix Sanmartín, quien además es uno de los estrategas más premiados, hacedor de varias estatuillas del Reed Latino y Reed Awards, ve como positivo esta reducción: “el presidente considera que el sistema democrático mexicano es muy caro y que los partidos tienen mucho dinero; es obsceno. Si la hubiera mandado –la reforma- Dante Delgado por Movimiento Ciudadano o el PAN, algunos medios conservadores estarían aplaudiéndola”.
Héctor Llerana ve con otra óptica esta medida. Aunque reconoció que con la propuesta de ley el presidente hace eco de lo que la opinión pública ha planteado desde hace mucho, sobre el hecho de que la democracia mexicana es muy cara, afirmó que no es la más cara y que si cuesta lo que cuesta es en razón de las certezas.
“Venimos de una época en la que nuestra democracia era casi inexistente, o por lo menos siempre estaba en duda, y esto afectó terriblemente la gobernabilidad, la confianza y el papel del Estado en México. Creo que nuestra democracia hoy por lo menos tiene este tipo de certezas, la gente sabe que su voto vale, que hay garantía de equidad para que todos podamos participar y que es la ciudadanía la que está al frente de los comicios y los resultados”.
En otro orden de ideas cuestionó: “¿De qué viven los partidos políticos? ¿Cómo es que financian su vida y sus campañas? Esto siempre ha estado en la duda, las sospechas y las acusaciones, sobre todo las aportaciones cuyo origen se desconoce. Hoy, que tenemos el narcotráfico como parte de nuestra vida social, tan inmiscuido, tan metido en tantos temas”.
En este escenario, para Llerena, dejar a los partidos sin financiamiento público sería terminarle de quitar su legitimidad. “No me quiero imaginar en lo que se puede convertir la democracia en México. Tendríamos representantes respondiendo totalmente a intereses que no conocemos. De alguna forma con el dinero público hoy tenemos forma de vigilarlos. Dejarlos sin dinero sería dejar a la democracia, a todo nuestro sistema partidista, que hoy ya lo podremos poner en duda en muchas situaciones, sin legitimidad”.
Por ello propuso abrir el tema del financiamiento de las campañas políticas. “Creo que sí se necesita discutir, ver cómo la gente puede participar hoy, es un tema que tiene tantos límites que las campañas, los partidos y los candidatos se la pasan buscando la manera para brincar la ley. Si tuviéramos una ley con más apertura, en la que hubiera una serie de mecanismos de vigilancia más abiertos o en todo caso, una vigilancia aleatoria profunda, estaríamos entrando a una democracia más sana, más abierta y menos hipócrita”.
López San Martín tuvo una opinión en el mismo sentido: “La verdad es que hacer campaña cuesta y hacerlo cuesta mucho; la gente que ha estado en alguna lo sabe. El problema es que las reglas del juego en la democracia mexicana durante muchos años se han construido buscando cómo cortar esquinas o encontrar lagunas que permitan a unos y a otros saltarse esas reglas. Yo no soy partidario de reducir el financiamiento, apuesto a crear una buena fiscalización”.
Para López San Martín, quien fue el ganador del Reed Latino, en la categoría Consultor revelación del año, en 2018, ni los topes ni los presupuestos deben reducirse. Él plantea mejorar la fiscalización. “El problema o el dispendio que vemos en algunas campañas no pasa por el dinero que se le entrega directamente a los partidos o candidatos desde el INE, sino por muchos más canales de entrada de recursos que no son verdaderamente regulados o que no han sido fiscalizados al cien por ciento por la incapacidad de las autoridades”, agregó.
Propuso que la discusión se centrara en las reglas y las formas de fiscalización, para hacerla correctamente, y no en la reducción
Héctor Llerena
de los presupuestos, porque “una democracia barata nos puede salir muy cara”, subrayó.
¿AMLO contra el INE?
De entre los puntos más interesantes destacan los vinculados a cambiar al árbitro electoral mexicano, el INE. Además de sustituirlo con el virtual INEC (Instituto Nacional de Elecciones y Consultas), con la promesa de garantizar su independencia en la organización de comicios electorales, llama la atención los cambios propuestos en la forma con que se eligen a los consejeros que lo integrarán.
“Me parece populista”, opinó Héctor Llerena y lo explicó así: “sería hablar de 20 candidatos que pone el ejecutivo, hoy Morena, de 20 candidatos que pone el legislativo, hoy mayoritariamente Morena, y 20 candidatos que pone el Poder Judicial, hoy proclivemente cercano a Morena. Lanzarlos por todo México para que hagan campaña y que un día haya una votación me parece un despropósito”.
Aunque sí ve conveniente abrir una discusión pública al respecto, para volver a revisar el actual esquema que surgió hace más de 20 años, conforme a la realidad actual, y así me-
López San Martín
Aleix Sanmartín
jorarlo. “Pero cambiarlo por un mecanismo que de todas formas no va a garantizar que sean representantes necesariamente populares, creo que es un despropósito total”, insistió.
Quien tampoco está de acuerdo con el propuesto esquema de selección de árbitros electorales es López San Martín. De entrada, comentó, hay espacios para la democracia directa y otros para la democracia representativa. “En este país la representación se ejerce en los órganos legislativos y es ahí donde tendría que estar una discusión, donde no tendríamos que privilegiar un ejercicio de popularidad, sino un perfil técnico, una consistencia académica o de experiencia en los perfiles”.
En cambio, Aleix Sanmartín considera que el sufragio directo como mecanismo de elección no atenta contra la democracia. “Ya pasa en Estados Unidos y no hay duda que sea algo antidemocrático; ahí también se eligen de esta manera a los jueces y nadie considera que es una mala democracia. Yo estoy a favor de profundizar en la democracia y muy alejado de los planteamientos elitistas que consideran que sólo unos técnicos pueden elegir a otros técnicos. Ese planteamiento en última instancia es fascismo y estoy en contra de eso. Considero que es bueno que los ciudadanos puedan elegir a todas las adscripciones importantes en un sistema democrático”, acentuó.
Consideró que esta propuesta contiene mecanismos democráticos para la ciudadanía, las cuales favorecen su empoderamiento al menos sobre la decisión sobre quién elige al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el propio árbitro electoral, “entonces me parece una buena reforma, una reforma oportuna”, fincó Sanmartín.
Adiós a los OPLEs
“No es lo mismo un candidato de oposición desconociendo los resultados electorales, como se ha dado en este país por parte de todos los partidos en numerosas ocasiones, que un gobierno desconociendo las reglas del juego de un proceso desde antes”, advirtió López San Martin, al hablar directamente de las ventajas y desventajas de una posible aprobación de la Reforma Electoral planteada por AMLO; “llegar a un escenario así sería muy riesgoso”.
Aunque consideró que a estas alturas del escenario político mexicano es muy complicado hablar de coincidencias, para el joven consultor encontrar coincidencias es sí o sí el único y mejor inicio, “esas serían las ventajas; tener un punto de partida en conjunto, para que a partir de ahí construyamos hacia delante en algo en que estén de acuerdo ambas partes, oposición y gobierno”.
Para López San Martín, una de ellas es la propuesta de AMLO de desaparecer los Organismos Públicos Locales (OPLEs) y Tribunales Electorales. Si esto sucede, el INEC sería el único responsable de la organización de elecciones en todo el país. “Me parece que los OPLEs no han cumplido su función, se han convertido en pequeños cotos de poder de los propios gobernadores, de uno y de otro partido. Por ahí está uno de los puntos más positivos de estas propuestas”, comentó.
Coinciden con aquellas voces que han externado las fallas del principal órgano electoral del país, del propio Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación, “que son tremendamente perfectibles”. Sin embargo, invitó a recordar y revisar la historia previa a estas instituciones, antes de discutir sobre esto, “debería ser una máxima, pues unas elecciones sin un árbitro verdaderamente independiente, creíble y confiable es verdaderamente peligroso. Creo que la ciudadanización del INE costó muchísimo tiempo y tendríamos que cuidarla por encima de todo”.
A su vez, ante la idea que se vocifera en diversos espacios sobre una posible búsqueda de centralizar la toma de decisiones en una sola entidad y sus posibles implicaciones negativas, Aleix Sanmartín consideró que esta propuesta introduce mecanismos de mayor eficiencia y eficacia: “hay estudios que recomiendan la desaparición de organismos locales y la integración de un único organismo federal, como pasó anteriormente en otras épocas. No tengo ningún problema, me parece que es correcto”.
Quien sí desconfía de esta modificación es Héctor Llerena, quien ve una intención presidencial de centralización; “me parece un retroceso. Creo que es una propuesta que obedece a lo que la gente dice afuera, que a un análisis real de lo que necesitamos con lo que ya tenemos”.
Ante el argumento de posibles injerencias de los gobiernos locales en la toma de decisiones de los OPLEs, sugirió fortalecer la vigilancia de los procesos de selección de consejeros, sobre todo en materia de representatividad e independencia, pero no desaparecer a estos organismos, pues tienen una misión específica, según recordó Llerena, que es la de hacer cumplir las reglas de los códigos locales, que tienen sus diferencias y singularidades.
“En el momento en que los quitamos y dejamos al organismo central todas las elecciones, por muy concurrentes que sean, estaríamos hablando de crear un monstruo burocrático con un poder impresionante. Si lo que queríamos era bajar los presupuestos, aquí los volveríamos a inflar terriblemente. Creo que no hay una razón de fondo o un análisis riguroso de por qué prescindir de los organismos locales. Hay que revisarlos, pero no hay que quitarlos”, insistió.
Los pluris, también afuera
Otro punto controvertido es la desaparición de las diputaciones y senadurías de representación proporcional, los plurinominales. En este punto, los consultores vuelven a diferir. Para López San Martín, es un error: “los diputados denominados plurinominales son de representación proporcional. Su razón de ser
es cuidar la proporcionalidad en la cámara. La voz de las minorías. Que ningún partido, por pequeños triunfos en algunos distritos, o grandes derrotas en otras, terminen con una representación muy por encima de lo que es su voto nacional, o en su defecto muy por debajo. Esto es algo que ya vivimos hoy, estamos en la línea de romper esas reglas, la proporcionalidad del órgano legislativo, de la representación de las y los mexicanos”.
Por otro lado, considera que esta medida cerraría la puerta a perfiles quizá más técnicos y con menos arrastre en las calles, aquellos que no siempre son atractivos para el electorado masivo, pero que tiene mucho que aportar dentro del trabajo legislativo.
A su vez, Héctor Llerena propuso otras soluciones, como la reelección, para mejorar la rendición de cuentas, ante el estigma social que sufren las y los legisladores plurinominales: “que no trabajaron para llegar y cuando llegan no trabajan para la gente”, pero no desaparecerlos, poque de hacerlo, desaparecería la relatividad de las segundas fuerzas. “Al final está representados muchos ciudadanos y toda esa voluntad la tiremos a la basura el día de la elección”, agregó. Para el consultor, el país estaría entonces con el peligro de estar sometido a una mayoría total: “si alguien gana, sobre todo en estas épocas en que el voto se divide en terceras partes, un sector de 30 por ciento será el que decida absolutamente todo, dejaría fuera a mucha gente que no piensa igual”, argumentó.
Sin embargo, Aleix Sanmartín pone en duda los resultados del quehacer de las cámaras: “no necesitamos tener tantísimos legisladores, sobre todo por la calidad de legisladores que tenemos. Que se reduzca su número es positivo”. Recordó que, en democracia, mayor gasto no es equivalente a mayor calidad, por lo que medidas como ésta no repercutiría en la calidad democrática ni en los ciudadanos.
“Ahí tenemos los índices de insatisfacción con la democracia y la calidad de diputados y de políticas públicas que se están ejecutando en este y otros gobiernos. Es decir, no es un tema de si me gasto más dinero tengo mejor resultado, por lo tanto, lo siento por unos compañeros que posiblemente entiendan que, si no hay trabajo de sobra, se tengan que dedicar a otra cosa”, agregó Sanmartín. Pierden libertad en cuanto a cómo administrar su comunicación al cien por ciento. No siempre una spotiza extrema es beneficiaria para un mensaje o una campaña. No todos los estrategas tomaríamos la decisión de ir con ese bombardeo tan masivo”.
López San Martín
No más spotizas
A pesar de que el contexto temporal (segunda mitad de sexenio y con una carrera por la sucesión presidencial encima) es poco conveniente para la discusión de estas cuestiones, según lo advertido por López San Martín, hay aspectos favorables entre las intenciones del ejecutivo nacional, como modificar las normas actuales referentes a los spots de radio y televisión.
De acuerdo al consultor, son una sobrecompensación del conflicto electoral de 2006, en el que, más allá de que algunos medios de comunicación han perdido ingresos y libertad, al tener que compartir ciertas cantidades de spots sin recibir algún beneficio de ello, a las mismas campañas también les afecta.
“Pierden libertad en cuanto a cómo administrar su comunicación al cien por ciento. No siempre una spotiza extrema es beneficiaria para un mensaje o una campaña. No todos los estrategas tomaríamos la decisión de ir con ese bombardeo tan masivo. Creo que todo lo que abone a la libertad y a la toma de decisiones es positivo. A mí me parece que sí se sobrecompensó en 2006 y se tiene que corregir”.
“Y es que la legislación que tenemos al respecto es muy complicada y no responde a criterios comunicacionales”, agregó a su vez Héctor Llerena, sobre la asignación de tiempos y espacios en medios de comunicación que marca la ley, la cual, sugirió el experto, debería tener más libertades pues hasta ahora ha sido fundamentalmente restrictivas, luego de recordar la decisión, en su momento, de quitar el dinero a los partidos, para que directamente el INE se encargue de hacer las transferencias a los medios de comunicación, con el fin de evitas prácticas pocos transparentes.
Sin embargo, consideró que la manera en que se gasta o distribuye, muchas veces no tiene que ver con criterios para impactar un público y se hace con el fin de cumplir una legislación, “entonces de pronto vemos spots comerciales que a nadie le interesa ¿A quién le gusta ver 15 spots seguidos?”, cuestionó.
¿La iniciativa de ley a quién beneficia?
Si la propuesta de AMLO llegara pasar tal como está, “a quien más le beneficia es a Morena, hoy en el poder. La iniciativa le daría un poder aún mayor y no es algo que ayude a la democracia en México”, respondió Héctor Llerena, al preguntársele quién se beneficia con la aprobación – o al menos con la discusión – de la Reforma Electoral.
López San Martín no dudó al responder en el mismo sentido: “el presidente de México”. Sin embargo, consideró también la oposición podría sacar ventaja si sabe cómo capitalizar este debate público.
“Recordemos: si hay una institución con buena reputación, en cuanto a instituciones públicas en este país, es el INE. Abanderar como una causa la protección del INE, de las elecciones independientes, es de lo que mejor clic puede hacer con los ciudadanos”, sugirió.
En ese sentido, diversos actores y portavoces de oposición han enarbolado un discurso que ha hecho que el sector no tan familiarizado con las cuestiones políticas del país preste atención a la iniciativa presidencial, discurso que incluso aglutina posicionamientos alarmistas.
“No comparto con aquellos que afirman que cualquier cosa que haga el presidente está en malos términos y que ven en cualquier iniciativa una oportunidad para atacar al presidente”, manifestó a su vez Aleix Sanmartín; “intentar hacer de una reforma una disputa por el sentido de la misma me parece que es un error”.
Continuó: “esta reforma reduce los presupuestos de los partidos políticos, algo que la sociedad civil mexicana ha demandado desde hace más de 20 años. Esta reforma reduce el número de diputados, algo que la sociedad civil también ha demandado. Reduce el costo de la democracia mexicana, algo que todos los politólogos liberales han demandado desde hace más de 20 años”.
Sobre las alertas de los dirigentes de varios partidos de oposición, algunos medios de comunicación e incluso de algunos integrantes de las autoridades electorales, Aleix Sanmartin aconsejó mantener la calma, ya que la “iniciativa nació muerta”, al no percibir las condiciones legislativas necesarias para su aprobación.
“No creo que la reforma del presidente pase, porque los partidos tienen que aprobar esa iniciativa. Para pasar, se necesita una serie de apoyos que ningún partido político pequeño, como el Partido del Trabajo, el Verde Ecologista y Movimiento Ciudadano, va a transitar”, consideró.
Explicó que, de pasar, implicaría la desaparición de los partidos pequeños, ya que éstos necesitan un número de diputados para que plurinominales puedan entrar a las cámaras. “Si se corrige la desproporcionalidad del sistema, como la ley sugiere, los partidos pequeños se suicidarían”.
Héctor Llerena tampoco ve condiciones para que la iniciativa del presidente sea aprobada, pero él porque “Morena no suele negociar”. En su opinión, el partido oficialista no tiene ni las habilidades ni la voluntad para dialogar, lo que ha llevado a la oposición a declarar un embargo legislativo. Prevé una contrapropuesta y espera que Morena esté dispuesto a negociar, aunque lo ve difícil, ya que la propuesta viene de AMLO “y en su partido nadie se atreve a contradecirlo”
Hacia una mejor democracia en México
Casi al final de la entrevista, Héctor Llerena comentó que todas las propuestas contenidas en el proyecto legislativo del presidente López Obrador representan una oportunidad para discutir y refrendar los temas que apunta, para mejorarlos y cambiarlos. El voto electrónico, uno de los ejes de la iniciativa en cuestión, “es una gran propuesta”, pues consideró que en México ya existe la tecnología para dar certeza a este mecanismo, así como sucede con el sistema de conteo rápido, denominado PREP (Programa de Resultados Electorales Preliminares).
“Es necesario dar el siguiente paso, brindar un mecanismo de voto electrónico. Creo que eso sí vale mucho la pena, le daría acceso a muchas personas que no acuden a las casillas; ampliaría la participación. Hay que discutirlo e implementarlo, pero para ello no necesitamos cambiar la ley, una reforma constitucional”, fincó sobre el tema.
Otro tema que él cree necesario y no está dentro del paquete de modificaciones de AMLO es abrir la participación de los funcionarios en las campañas electorales, pues consideró que prohibir toda manifestación “es un corsé que lo único que genera es la búsqueda de cómo darle vuelta a la ley para no caer en tribunales”.
La propuesta del presidente, continuó, como muchas otras ideas que ha lanzado a la opinión pública, deben servir para la discusión: “no hay que echar en saco roto los temas, independientemente de la viabilidad, simpatía o preferencia. El tema de nuestros sistemas democrático y de representación siempre hay que estar discutiéndolo y perfeccionándolo, para que no haya estas sorpresas, de querer cambiarlo todo porque supuestamente no está funcionando”, concluyó.
Por su parte, Rodrigo López San Martín ve en esta discusión pública la oportunidad para comenzar a tomar en serio aspectos de democracia directa, como las primarias abiertas, que pudieran ser organizadas por el órgano electoral y en las que toda la ciudadanía pudiera participar, y una segunda vuelta electoral.
Desde hace varios años, recordó, “las elecciones dejaron de tener mayorías aseguradas. A pesar de que en 2018 volvió a existir, tenemos que tener unas reglas del juego para que ningún presidente llegue al poder alrededor de una minoría; asegurarnos que el próximo presidente o presidenta al menos tenga el apoyo mayoritario”.
Finalmente, Aleix Sanmartín, quien desde el inicio de la conversación con Campaigns & Elections hizo hincapié en el poco futuro de la iniciativa del presidente López Obrador, consideró que el hecho de que haya abierto el debate ya es una gran victoria para la ciudadanía. “Es una buena reforma, pone a las instituciones en su justa medida”, consideró.
También invitó a quienes buscan criticar al presidente a hacerlo, pero no por esta propuesta, “que esto está bien. Yo sí estoy a favor de la reforma electoral del presidente”, finalizó el consultor. C&E