Intervención del Dr. Guillaume Long, Ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, de la República del Ecuador, en la IV Mesa sobre refugiados y migrantes. Naciones Unidas, New York, 19 de septiembre de 2016
Señoras y señores delegados: La crisis global en torno a la movilidad humana y a los desplazamientos forzosos de personas son consecuencia de un sistema de relaciones profundamente injusto entre los países del Norte y los países del Sur Global; la distribución desigual de la riqueza y del poder en todo el planeta. Asimismo, las asimetrías y desigualdades mundiales, agravadas en los países del Sur Global, junto al incremento de conflictos armados, son factores que obligan a las personas en extrema vulnerabilidad, a migrar o a buscar protección internacional. El Ecuador es un firme defensor de una institucionalidad multilateral, que tenga como pilar el carácter vinculante de los acuerdos entre países, así como la universalización de dichos instrumentos. El Estado Ecuatoriano ha suscrito y ratificado la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de Refugiados de 1951 y su Protocolo Adicional de 1967, además de ser firmante de convenciones regionales, como la Convención de Caracas sobre Asilo Diplomático 1
de 1954. También, somos parte de todos los instrumentos de derechos humanos regionales, así como la mayoría de los internacionales. La Constitución de nuestro país establece la igualdad efectiva entre personas extranjeras y nacionales, el derecho a la libre movilidad y a no considerar a ningún ser humano como ilegal por su condición migratoria. Propugna, asimismo, el principio de ciudadanía universal y la progresiva eliminación de la condición de extranjero como elemento transformador de las relaciones desiguales entre los países. Conceptos transformadores, por no decir revolucionarios. Ello ha permitido que todas las personas en Ecuador, en igualdad de condiciones, tengan acceso a educación, salud y otros servicios públicos independientemente de su condición migratoria. En el año 2013, el Estado Ecuatoriano creó-dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana-el Viceministerio de Movilidad Humana. En ese mismo año, el Ecuador construyó la «Agenda Nacional de Igualdad para la Movilidad Humana». Esta institucionalidad ahora nos permite hacer efectivos los derechos de las personas en situación de movilidad y favorecer la progresiva eliminación de desigualdades que excluyen a migrantes y refugiados. Además, nuestro país ha cambiado radicalmente el paradigma del servicio consular. Los Consulados del Ecuador alrededor del mundo protegen a los migrantes y sus familias, acompañan los casos de 2
vulnerabilidad, proveen ayuda para una mejor integración en la sociedad de acogida y proporcionan capacitación y asistencia para un retorno seguro. En estos últimos diez años, el Ecuador ha adoptado una política de movilidad humana de principios irrenunciables. En los próximos días, esperamos que el proyecto de Ley Orgánica de Movilidad Humana entre en debate en la Asamblea Nacional, la cual reconoce la supremacía de las personas como sujetos de derechos. Esta ley será innovadora y la primera en su género a nivel mundial. Nos hemos comprometido con el derecho de refugio y asilo de personas
que
se
encuentran
en
necesidad
de
protección
internacional. Mi país acoge a más de 60.000 refugiados y a más de 200.000 solicitantes de refugio, en su inmensa mayoría, ciudadanos colombianos. Por eso también celebramos los ecuatorianos la posibilidad cada vez más próxima de la paz para Colombia. Asimismo, el Ecuador, en concordancia con el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, distingue y reconoce la figura del asilo diplomático y territorial como derecho fundamental del ser humano. Hace cuatro años, el Ecuador concedió asilo político al ciudadano australiano Julian Assange, al acoger sus fundados temores de padecer persecución política por sus actividades como periodista. A pesar de las fuertes presiones para renunciar a nuestros principios, defendemos y seguiremos defendiendo la vida, la integridad y el 3
derecho a disfrutar el asilo concedido al señor Assange, el tiempo que sea necesario. Con esta intervención no he querido hacer un recuento exhaustivo de las políticas que desarrolla nuestro Gobierno, sino más bien evidenciar nuestra voluntad de avanzar, desde la legitimidad acumulada en estos años, en una agenda global que abarque las complejas manifestaciones de la movilidad humana, en particular las situaciones de migración y refugio, las cuales tienen mecanismos y normativas distintas y responden a un origen diferente, por lo que su tratamiento debe ser diferenciado. El Ecuador está listo para asumir y acompañar retos más ambiciosos, con compromisos fuertes y mecanismos claros que hagan realidad una agenda global con objetivos concretos sobre movilidad humana. En favor de los 63 millones de refugiados, apelamos al compromiso y la solidaridad de todos los Gobiernos del mundo.
¡Muchas gracias!
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