EL ESPACIO DOMÉSTICO COMO EXPRESIÓN DE LA VIDA

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EL ESPACIO DOMÉSTICO

COMO EXPRESIÓN DE LA VIDA

Método para el mejoramiento de espacios domésticos autoconstruidos en asentamientos informales.



EL ESPACIO DOMÉSTICO

COMO EXPRESIÓN DE LA VIDA

Método para el mejoramiento de espacios domésticos autoconstruidos en asentamientos informales. CAZUCÁ, SOACHA.

UNIVERSIDAD DE LA SALLE Facultad Ciencias del Hábitat PROYECTO DE GRADO

Daniela Campo Toloza Paula A. Cárdenas Camacho




TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN TRIADAS METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN

1.

Págs 8-11 Págs 12-13 Págs 14-15

EL ESPACIO DOMÉSTICO COMO EXPRESIÓN DE LA VIDA APROXIMACIONES TEÓRICAS Págs 18-37

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1.1 Consideraciones iniciales. 1.2 Metodología 1.3 El espacio doméstico y la experiencia. 1.4 El espacio doméstico y la corporeidad. 1.5 El espacio doméstico y la identidad. 1.6 Matriz de variables

2.

TEORÍAS TANGIBLES APROXIMACIONES A LA REALIDAD Págs 40-67 2.1 Consideraciones iniciales 2.2 Método para el mejoramiento del espacio doméstico autoconstruido a través del diseño colaborativo 2.2.1 Etapa1 EXPLORAR 2.2.2 Etapa2 INTENCIONES 2.2.3 Etapa3 PROYECTAR 2.3 Reflexiones finales del capítulo


3.

TOCAR EL ESPACIO DOMÉSTICO INTERVENCIÓN ARQUITECTÓNICA 3.1 Consideraciones iniciales 3.2 Intervención arquitectónica 3.3 Experiencias del Diseño 3.4 Reflexiones finales

Págs 70-85

REFLEXIONES FINALES ANEXOS BIBLIOGRAFÍA

Págs 86-105 Págs 106-107 Págs 108-111

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INTRODUCCIÓN Para Wang Shu, «cualquier tipo de arquitectura, sea cual sea su función, es una casa. Sólo proyecto de casas, no arquitectura. Las casas son sencillas. Siempre mantienen una relación interesante con la verdadera existencia, con la vida». (Wang Shu citado en Pallasma 2016). La casa, se comprende como una extensión de nuestra identidad, un lugar donde se relaciona la memoria con los rituales cotidianos, un símbolo de protección e intimidad, evidenciando la experiencia existencial del hombre. La declaración del arquitecto Wang Shu, revela los orígenes ontológicos de la arquitectura, emitiendo un llamado a retomar las connotaciones filosóficas del espacio y los aspectos sutiles de la vida, hacia una arquitectura significativa de experiencias y relaciones. Sin embargo, el concepto de arquitectura en estos tiempos, tiene que ver con la idea de “un objeto arquitectónico perfectamente articulado, un artefacto artístico desprovisto de vida” (Pallasmaa, 2016). Tal es el caso de la arquitectura en el panorama Colombiano, que bajo una obscura y densa niebla de décadas de expresiones violentas ha volcado al espacio doméstico a tener un distanciamiento con el ser humano, limitado a responder por la funcionalidad, la estetización y las necesidades cuantitativas en los problemas habitacionales. En Colombia la lógica que reprime las diferencias y la estructura social, la ha sumergido en un círculo vicioso de violencias, que van desde unas expresiones que han perpetuado la negación y extinción del otro1, hasta la materialización de estas expresiones, tal como el conflicto Bajo estas características se enmarca la violencia epistémica, comprendida en (Belausteguigoitia, 2001) como la alteración, negación y extinción de los significados de la vida cotidiana y simbólica de los individuos, relacionada con el borrón y hasta el anulamiento de los sistemas de representación del otro. 1

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armado. Si bien el país ha generado estrategias para mitigar los efectos de la violencia y ha intentado salir de esta posición, por medio de leyes, decretos y programas que garanticen condiciones para una vida digna, la situación ha ocasionando que el quehacer de la arquitectura y diversas disciplinas deban ceñirse a la estructura rígida del estado que promueven las soluciones a las necesidades urgentes, además, esta situación ha hecho que el espacio doméstico se aleje cada vez más de su connotación como “símbolo de protección que integra recuerdos e imágenes, deseos y miedos, pasado y presente” (Pallasmaa, 2016), convirtiéndose en la materialización de la desgracia, el rechazo y la soledad que la violencia les ha impuesto a la población colombiana. De manera que, la población ha sido reconocida como la principal víctima, obligada a adaptarse a las prácticas que la violencia y los procesos de resolución de esta, les han impuesto. Uno de los fenómenos representativos de la violencia en Colombia, es el desplazamiento forzado de la población civil, de lugares donde estratégicamente el conflicto ha generado mecanismos para ejercer poder a lugares a los que las personas se han tenido que resguardar para sobrevivir. El desplazamiento forzado no es, como lo explica (Alfredo Molano), un simple desplazamiento, es más bien un desentierre, un brutal corte de la raíz que se hunde en el pasado y que dice para donde se mira y hacia donde se va. La población deja atrás su lugar de residencia, sus prácticas cotidianas, e incluso la relación con la vida como la conocían. Estas pérdidas y experiencias extremas que la gente experimenta afectan la construcción de la identidad individual y colectiva, obligándolos a preocuparse sólo por la solución a la necesidad urgente, de ahí que la


autoconstrucción del espacio doméstico en zonas precarias sea el medio más efectivo para hacerle frente a la experiencia impuesta.

“El cuerpo recuerda de otro modo, fuera del ámbito

discursivo-comunicativo y también posiblemente el cuerpo entiende (siente, visualiza) cosas que la mente y la psique (aún) se resisten a procesar.” Anne Huffschmid

Así pues, el desplazamiento también se ha constituido como una dinámica por medio del cual las ciudades colombianas han crecido a lo largo de la historia, nacieron según William Ospina bajo un ideal impuesto por la lógica de las invasiones del desplazamiento, sobre todo en las últimas siete décadas, a pesar de que las condiciones en las ciudades colombianas no les permita garantizar la satisfacción de las necesidades a la mayoría de población desplazada. De manera que, los bordes periurbanos de las ciudades se convierten en la oportunidad más cercana de volver a construir el refugio arrebatado, aunque, bajo esa autoconstrucción urgente, se intensifiquen las condiciones de vulnerabilidad y riesgos en todas las dimensiones del ser; para la topofilia, estas dinámicas se materializan en el espacio doméstico en el que las personas se desenvuelven y además se relacionan con la dificultad de echar raíz y arraigarse a un lugar. Por lo tanto, en las áreas periurbanas de las ciudades se comenzó a desarrollar la informalidad urbana, “un fenómeno social, económico, político e ideológico-cultural, por medio del cual la comunidad busca solucionar sus necesidades más sentidas, a través de acciones que la colocan por fuera de los marcos normativos y legales convencionales” (Tovar, 2009). Se caracteriza porque la población, bajo el fenómeno de la informalidad, desarrolla los aspectos de su vida en un orden de supervivencia y en una constante crisis de lo económico, lo social y lo emocional, así como también, “en la resistencia

espontánea a las condiciones de adversidad que se les ha impuesto” (Manrique, Perea, Platt, & Bueno, 2016). De manera que, estas dinámicas han generado una crisis habitacional de asentamientos autoconstruidos en las áreas periurbanas bajo condiciones de vulnerabilidad, exclusión y precariedad, sobre la cual, la poca comprensión del gobierno de los procesos de resolución a las necesidades en relación con la producción social del espacio doméstico, ha logrado que las respuestas institucionales se limiten al desarrollo de procesos como la funcionalidad, la estetización y el número, sin contemplar, las experiencias y desequilibrios a los que esta población se enfrenta; En este sentido, ¿Cómo realizar intervenciones para el mejoramiento de los espacios domésticos autocontruidos en estos contextos?. Bajo el panorama de crisis habitacional e informalidad en el país, las respuestas institucionales tienen que ver con promover programas asociados a la construcción masiva de VIP y VIS, y al mejoramiento integral del hábitat, intentando mitigar los efectos del desplazamiento y fomentar la recuperación y el mejoramiento de las condiciones que les permita a las personas llevar una vida digna. Sin embargo, estas soluciones de una u otra forma vulneran las necesidades sentidas de la población, por un lado, “porque las condiciones de diseño e implantación de algunos proyectos muestran indiferencia frente a la diversidad geográfica del país, y por otro lado, por las dinámicas sociales en términos de existencia de violencia y vulnerabilidad” (Bedoya, Agudelo, Ramos, & Juliao, 2018). De manera que, en el marco de esta situación, la arquitectura en Colombia se ha distanciado de los contenidos míticos originales del espacio doméstico 9


y se ha vaciado de todo significado profundo, solo queda, la intención de responder a temas de funcionalidad, estética y déficit. Así pues, “la casa, se ha convertido en simplemente un alojamiento funcional, un artefacto desprovisto de vida, sin relación alguna con los significados existenciales preconscientes del habitar” (Pallasmaa, 2016). “Las experiencias que ha tenido que cargar la población civil en Colombia entorno al conflicto, les ha quitado la posibilidad de hacer lo que saben y de vivir como quieren, sumiéndolos en la dependencia, la frustración y la vergüenza” (Bello, 2014). El desarraigo, como proceso del desplazamiento, arroja a las personas fuera de su hogar, desprende la raíz de la tierra de origen, corta cruelmente las relaciones establecidas con el lugar, sembrando en la realidades individuales sentimientos que evitan tejer nuevos vínculos con el territorio; en este sentido, ¿Cómo re-significar, desde la arquitectura, el espacio doméstico autoconstruido y su relación con la experiencia de la realidad individual?. Las metodologías de diseño en la arquitectura que hoy en día se produce en el campo del mejoramiento distan de las relaciones profundas del habitante con el espacio doméstico, por lo que, el método que reconoce que en el espacio doméstico es donde se materializa las experiencias que el cuerpo vive, así como también la identidad del habitante y comprende la construcción psico-espiritual del espacio, llega a ser capaz de tocar dimensiones del habitante más allá de lo físicoespacial, así pues, ¿Cómo intervenir el espacio doméstico autoconstruido en el marco de las problemáticas contemporáneas?. En la última década, bajo la comprensión de que el diseño es “una disciplina humana fundamental, una actividad que 10

denota en todas las fases de la vida” (Martínez & Correa , 2015) y con la inquietud de ejercer la práctica de un modo diferente, ha surgido el interés por involucrar en el proceso creativo del diseño a diferentes actores participantes del proyecto con el fin de definir colectivamente las propuestas, de manera que, estas metodologías que se han venido utilizando para despertar sentimientos de apropiación e identidad en los usuarios de diversos proyectos, tocan ciertas dimensiones de los mismos sobretodo relacionadas a las deficiencias y carencias básicas a las cuales se encuentran sometidos, sin embargo, a pesar de que estos métodos ponen todo su esfuerzo desde ciertos aspectos, no logran todavía palpar ese lugar profundo que establece la relación del habitante con el espacio doméstico, condicionando de una u otra forma la experiencia de la realidad en el espacio doméstico. En este sentido y bajo estos cuestionamientos en relación con el espacio doméstico, es donde la reflexión de nuestro proyecto de grado se localiza, haciendo énfasis en la preocupación de la academia por indagar soluciones que fomenten la recuperación de la relación profunda del habitante y el sentido del espacio doméstico. Razón por la que el tema de nuestro trabajo de grado se preocupa por el espacio doméstico autoconstruido en asentamientos informales y su relación con la resignificación de la realidad individual a través del mejoramiento; cuestionando los instrumentos de planificación y diseño que fomentan la homogenización de la experiencia de los habitantes y centrándonos en como en cierta medida, estas experiencias construyen simbólicamente el espacio íntimo en que se desarrolla la vida, por lo que el espacio doméstico autoconstruido en los contextos informales, cobra una

Autor: Fernanda Espinosa Toro


importancia amplia pues en lo doméstico es donde se despliega lo auténtico, la plenitud del ser, ligada a los recuerdos y las rememoraciones del pasado (Ábalos, 2000).

“El hogar es una expresión de la personalidad del habitante y de sus patrones de vida únicos… La esencia del hogar es más cercana a la vida misma que al artefacto de la casa.” Juhani Pallasma

Por esto es necesario abrir un camino que apunte a la reflexión y comprensión de la construcción simbólica del espacio doméstico, como espacio que narra las experiencias y significados del individuo, así como también su relación directa con la memoria, el cuerpo y la identidad del ser, a partir de las dimensiones y experiencias que el sujeto establece en contextos informales. Por lo que pensar en la arquitectura para la re-significación también tiene que ver con volver a las preguntas trascendentales de la arquitectura desde las dimensiones de la filosofía y la poética del espacio, en otras palabras, volver al origen de la naturaleza misma de la arquitectura. Por tanto, el objeto de estudio que abordaremos, gira entorno a estrategias de diseño para intervenciones de mejoramiento del espacio doméstico autoconstruido en asentamientos informales, por lo que el caso de estudio de nuestro proyecto se localiza en la conurbación Bogotá-Soacha, ya que este borde periurbano se ha consolidado por procesos de construcción social del territorio que corresponden a la lógica de la necesidad y como la puerta de entrada de los mayores movimientos de desplazamiento del campo a la ciudad por efectos de la violencia, la pobreza y la búsqueda de mejores ingresos. (Manrique, Perea, Platt, & Bueno, 2016).

arquitectura y de la vida, desde Juhani Pallasmaa hasta Merlau-Ponty pasando por Carlos Mario Yory, Martín Heidegger y Gaston Bacherlad, para comprender desde donde situar hoy el mejoramiento del espacio doméstico autoconstruido en asentamientos informales. De manera que, el objetivo de este proyecto de grado consiste en formular un método para el diseño de intervenciones, a partir de la comprensión de las construcciones simbólicas que la memoria, el cuerpo y la identidad del habitante establecen en el espacio, con el propósito de mejorar los espacios domésticos autoconstruidos en asentamientos informales y con el fin de aportar en la reflexión entorno a como incidir en las condiciones del habitante más allá de los físico-espacial; a través del desarrollo de tres fases, en la primera parte ahondaremos en los referentes teóricos para comprender el espacio doméstico como construcción de las experiencias del habitante y establecer variables que permitan el reconocimiento de la identidad en el espacio; en la segunda parte, realizamos el reconocimiento de la realidad del espacio doméstico y del habitante a través de las variables establecidas con base en los referentes teóricos, junto con la aplicación de instrumentos para el diseño colaborativo, de manera que, finalmente la tercera fase consiste en el desarrollo de la intervención arquitectónica a partir de la intersección de las aproximaciones teóricas y la realidad del caso de estudio.

Para abordar el desarrollo de este objeto de estudio, profundizamos en autores que hacen énfasis en el espacio doméstico como representación esencial del sentido de la 11


TEMA

El espacio doméstico autoconstruido en asentamientos informales y su relación con la resignificación de la realidad individual a través del mejoramiento.

OBJETO

PRIMERA

TRIADA

PROBLEMA

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El campo del mejoramiento, en la arquitectura, dista de las relaciones profundas del habitante con el espacio doméstico, limitado a responder por la funcionalidad, la estetización y lo cuantitativo; por lo que el ejercico, revictimiza a la población.

Estrategias de diseño para interenciones de mejoramiento del espacio doméstico autoconstruido en asentamientos informales.


HIPÓTESIS PREGUNTA

¿Cómo resignificar desde la arquitectura el espacio doméstico autoconstruido y su relación con la experiencia de la realidad individual?

SEGUNDA

TRIADA

El proceso creativo de diseño, desde el mejoramiento que reconozca el espacio doméstico como la materialización de las experiencias del cuerpo y la identidad del habitante llega a ser capaz de tocar dimensiones más allá de lo fisico-espacial.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS Formular un método 1. OBJETIVO tivo para el diseño colaboraa GENERAL partirdedeintervenciones, la compresión de las construcciones simbólicas que la memoria, el cuerpo y la 2. identidad del habitante establecen, con el propósito de aportar a la reflexión entorno a como incidir en las condiciones del habitante más allá de lo físico-espacial

3.

Comprender las representaciones simbólicas de las experiencias corporales en el espacio doméstico autoconstruido, con el propósito de establecer criterios para el reconocimiento de la identidad en el espacio Establecer el reconocimiento de las experiencias corporales constituidas en las prácticas cotidianas y representaciones simbólicas que identifican el espacio doméstico Desarrollar la intervención arquitectónica del espacio doméstico, a partir del proceso creativo de diseño colaborativo realizado junto con los habitantes

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METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN

2 APROXIMACIONE

1 APROXIMACIONES TEÓRICAS

ESTABLECER

COMPRENDER

RECONOCIM

RELACIONES SIMBÓLICAS Revisión bibliográfica.

Variables para el reconocimiento en el espacio doméstico.

Comprender las representaciones de las experiencias en el espacio.

OB

¿Cómo establecer un proceso que contribuya al reconocimiento de las experiencias en el espacio doméstico?

P

HI

PE

CONVENCIONES

OB OBJETIVO PE HI DI P

PREGUNTA ESPECÍFICA HERRAMIENTA DE INVESTIGACIÓN DESARROLLO DE INVESTIGACIÓN PRODUCTO 14

¿Cómo comprender la representación simbólica de las experiencias en el espacio doméstico?

PE

Entender, desde un acercamiento teórico, la construcción del espacio doméstico y su vínculo con las experiencias que constituyen la identidad.

DI

OB Reconoce las experiencias constituidas en las representaciones simbólicas que identifican el espacio doméstico.

Revis In


3 CO-CREACIÓN CONSTRUIR

ES A LA REALIDAD

CRITERIOS DE DISEÑO

¿Cómo diseñar intervenciones arquitectónicas en los espacios domésticos autoconstruidos que permitan re-significar la experiencia sus habitantes?

MIENTO REALIDAD

Reconocimiento de las características DI simbólicas del espacio doméstico, que tienen que ver con las experiencias e identidad.

PE

HI

P

Proyección de un intervención que resignifique de las experiencias y al mejoramiento de la calidad de vida en los espacios domésticos.

OB P

Diseñar intervenciones fisico-espaciales, a partir de la comprensión de las representaciones de la experiencia en el espacio doméstico.

HI

sión bibliográfica. nteracción social. Observación. Relatos de vida.

A partir de las variables DI para el reconocimiento de la identidad en el espacio doméstico y la interacción social, formular intervenciones que respondan al sentido del espacio.

Revisión bibliográfica. Interacción social.

Matrices entorno a la identificación de las variables encontradas en la realidad.

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CAP 1

EL ESPACIO DOMÉSTICO COMO EXPRESIÓN DE LA VIDA APROXIMACIONES TEÓRICAS

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17


PRIMER

CAPÍTULO

EL ESPACIO DOMÉSTICO COMO EXPRESIÓN DE LA VIDA APROXIMACIONES TEÓRICAS 1.1 CONSIDERACIONES INICIALES

Para Norberg, (1980): “el hombre habita los lugares que mora”. Entendiendo morar desde el pensamiento de Heidegger como: “el acto de estar en paz en un lugar protegido”. Continuando con esta línea del pensamiento heideggeriano si construir es habitar y habitar es nuestra forma de estar en la tierra, comprendemos entonces, como el simple acto de construir le permite al ser humano expresarse ante el mundo que lo rodea. Esta forma de expresión muestra la relación intrínseca que establece el hombre con el mundo, siendo esta relación la que le permite a el hombre orientarse y por tanto identificarse con el lugar el cual ha de habitar, este identificarse es lo que dota de significado y sentido al espacio. Para Bollnow, (1969): “El hombre al estar arrojado al mundo debe crear su propio lugar; ese lugar y centro es la casa”. Por lo tanto, el espacio doméstico (casa) como espacio es el que le proporciona al hombre la paz y la seguridad de habitar el mundo, aquí el hombre resguarda su cuerpo, su memoria y por demás su identidad. “La casa muestra los valores de intimidad del espacio interior y la función innata de habitar, 18

el mundo, aquí el hombre resguarda su cuerpo, su memoria y por demás su identidad. “La casa muestra los valores de intimidad del espacio interior y la función innata de habitar, la casa es el primer rincón del hombre en el mundo, su primer universo y su microcosmos” (Bachelard, 1957). Así pues, el espacio doméstico se establece como una exteriorización y una extensión del ser, tanto del punto de vista mental como físico (Pallasmaa, Habitar, 2016). es decir, este es el reflejo de quien lo habita. Se crea un diálogo permanente entre la persona que habita el espacio y el espacio mismo; este diálogo que se establece con el espacio le permite al ser mostrarse ante el mundo y así mismo, el ser le da vida al espacio en la medida que se apropia de él. Así pues, la materialización de este espacio no solo toca aspectos físico-espaciales sino también aspectos psicológicos-espirituales, estos últimos son los que le permiten al hombre habitar y por tanto morar el espacio doméstico. No obstante, la estandarización de la arquitectura4 que se ha dado en los últimos años, ha logrado obliterar5 los aspectos psicológicos-espirituales


del espacio doméstico, causando el olvido de la esencia que compone el acto de morar; volcándose la idea de construcción del espacio doméstico hacia dos procesos homogeneizadores: la funcionalización y la estetización (Pallasmaa, Habitar, 2016). Estos entendidos, como procesos que buscan la unificación de las formas de habitar de las personas, con el fin de producir viviendas en serie, viviendas que se alejan cada vez más de la esencia del acto de morar. Para Colombia, la producción en serie de viviendas como solución al déficit que se vive hoy en día, ha provocado la invisibilización de las formas de habitar de las personas que han de vivir en ellas, imponiéndoles unas nuevas formas de habitar, Spivak (1998) lo menciona como: “una alteración, negación y en casos extremos extinción de los significados de la vida cotidiana y simbólica de los individuos” . Una prueba de ello son los proyectos de viviendas VIS y VIP, que se han generado a partir de la política pública Nacional, que busca responder a este déficit habitacional que ha vivido y sigue viviendo el país en las últimas décadas; De manera que, la construcción de viviendas pasa a privilegiar los aspectos netamente físico-espaciales que tienen que ver con: la función, la estética y el número, omitiendo los aspectos psicológicosespirituales, que tienen que ver con el significado y sentido que el hombre le da a su espacio. Además de esto, estas viviendas no logran responder a la totalidad del déficit, por lo que lleva que las personas busquen soluciones alternativas para poder obtener su espacio propio. Definición y utilización de normas o estándares que delimitan las características o condiciones de un proyecto, con el fin de homogeneizar y tener mayor control sobre el proceso y por tanto producto final. 5 Anular, tachar o borrar. 4

La necesidad urgente de las personas por poder tener un lugar donde refugiarse, da como resultado la migración a las zonas periféricas de las ciudades, en donde con sus propias manos construyen su espacio doméstico. Sin embargo, por la facilidad de adquisición, la ubicación de estos espacios se da en zonas precarias y de alto riesgo, donde la intervención del estado es poca, espacios en la clandestinidad, marginados por la sociedad, segregados por la misma ciudad que los conciben como espacios inhabitables en donde la inseguridad y las bajas condiciones de habitabilidad son las principales características que los enmarca. Espacios que se autoconstruyen como acto de supervivencia con el fin de responder las necesidades físico-espaciales del momento. Sumado a esto, las personas que han de llegar a estas zonas periféricas, han sido desplazadas de sus lugares de origen por conflictos sociales y políticos, estos impregnados de sucesos violentos que han llevado a las personas a movilizarse como acto de resistencia. “Las personas y familias en la ciudad no pueden expresar el dolor, la rabia y la frustración causados por la experiencia violenta. La necesidad perentoria de sobrevivir no permite la elaboración del trauma y su curación, porque el presente requiere concentrar toda la energía para salir adelante” (Conte, 2010). La violencia es uno de los instrumentos más destructores utilizados, tanto en los conflictos sociales como políticos, Conte, (2010) afirma que: “La violencia es un fenómeno social que paraliza, rompe vínculos, crea desconfianza, atomiza, destruye los fundamentos de toda solidaridad, altera las relaciones con el otro y hace perder los puntos de referencia”. De manera que, las heridas dejadas por la 19


violencia trascienden más allá de la memoria, impregnándose en el cuerpo de la persona y en las formas que esta va a habitar después de ella. De modo que, los espacios domésticos al ser los contenedores de la memoria de las personas se configuran a través de las experiencias vividas, Michelet afirma que: “el espacio doméstico es la persona misma, este es el reflejo de todo lo que ella ha vivido”. por consiguiente, la memoria que queda guardada en el cuerpo, a través de la experiencia violenta, se convierte en un componente fundamental que configurará el espacio doméstico autoconstruido. “Las experiencias que se viven en el espacio no surgen únicamente de la conformación espacial, por el contrario, la configuración espacial es producto de la memoria y prácticas del habitante” (Silva, La intimidad de la casa: el espacio individual en la arquitectura doméstica en el siglo XX, 2015). El espacio doméstico como contenedor de las memorias y experiencias de una persona, da paso para entender la historia de vida de la misma, a partir, de sus temporalidades. Temporalizar implica establecer una relación entre el transcurrir del tiempo, por lo tanto, las temporalidades además de tener en cuenta el tiempo (pasado – presente – futuro), establece una relación entre memoria y afectividad. Como lo menciona Merleau Ponty, las experiencias vividas en el pasado, permanecen aún en el presente y pre-configuran el futuro, él menciona que no hay una sensación pura, sino que toda sensación ya está cargada de significación y por demás condicionada por un recuerdo, , “el espacio doméstico es una expresión de la personalidad del habitante y de sus patrones de vida únicos, un estado difuso y complejo que integra recuerdos, 20

imágenes, deseos y miedos, construyéndose como el espejo de la psique del habitante” (Pallasmaa, Habitar, 2016). De modo que, el espacio doméstico al contener las temporalidades de una persona, se configura a partir de, las significaciones que se han dado a través de las diferentes experiencias vividas, por lo tanto, la violencia como recuerdo de una experiencia vivida, logra permearse en la configuración y materialización del espacio que ha de autoconstruirse, además de quedar guarda en el cuerpo de la persona misma. De manera que, la memoria y las experiencias determinan la relación que establece la persona con su espacio doméstico, que por demás se da a través del cuerpo de la misma. En este sentido, comprendemos que la memoria no solo queda guardada en la mente de las personas, sino también en su espacio doméstico y en su cuerpo, este último entendido como el primer contenedor de las experiencias de las personas, siendo este el que permite establecer relaciones con el mundo material-sensible, de igual forma, “el cuerpo es un espacio en sí mismo, a la vez que ocupa y se mueve en el espacio” (Villagrán, 2013). Esta acción de ocupar y moverse en el espacio es lo que permite dotar de significado y sentido al acto de habitar, en esta medida, la carga emocional y las experiencias corporales producidas durante los procesos de violencia, permean hasta transformar la identidad de la persona y por demás la identidad del espacio doméstico; El espacio doméstico como el segundo espacio que ocupa una persona se configura como forma de expresión, no solo por cómo se constituye, sino también por la relación afectiva que establece el cuerpo (primer espacio) con este: desde la psicogeografía logramos comprender como las

“La casa el lugar de lo auténtico, es el refugio que

protege de lo exterior, de la inclemencia del tiempo y los agentes naturales, pero también de lo mundano y superficial, de una exterioridad nociva.” Iñaki Ábalos


experiencias que establece el cuerpo con él espacio que habita, puede llegar a transformar la manera de como la persona entiende y vive su propio espacio doméstico autoconstruido, por tal razón, la memoria corporal logra establecer nuevos significados que portará el espacio doméstico, estos significados ligados al recuerdo y la experiencia que provoca al estar en contacto con ellos. Las experiencias generan nuevas percepciones del mundo, estas nuevas percepciones son las que permiten la constitución del yo, es decir, la constitución de la identidad y por demás la constitución su espacio. La identidad entendida como algo que posee un sentido de sí mismo y que contiene la memoria de lo vivido y experimentado en el pasado, es decir, la identidad es algo mutable que se fragmenta o se construye a partir de las nuevas percepciones que se generan del mundo materialsensible, por tal motivo, a partir de ella, se configura el espacio doméstico como la imagen de la persona que lo habita, es decir, la persona proyecta su personalidad a partir de un lenguaje en el espacio, de unos códigos privados. Estos códigos los entendemos a partir de la arquitecta Ana Sofía Pereira como la representación de la personalidad del que habita el espacio, de modo que, la configuración espacial y la personificación del mismo, muestra de cierta forma la identidad, el modo de vida y la forma en que actúa un individuo y así mismo, la forma en la que este quiere ser visto y ser reconocido ante el mundo que lo rodea, en otras palabras, el espacio doméstico se configura a partir de la imagen que se tenga de sí mismo y por tal motivo se ha de entender como un espacio que representa la identidad misma de la persona que lo habita, donde se incluyen recuerdos, sentimientos,

emociones y formas de ver y sentir el mundo. Tomando en cuenta todo lo mencionado anteriormente, el espacio doméstico se vuelve la expresión de la vida misma de aquel que lo construye y por demás el que lo habita, siendo este, el reflejo de la persona, es decir, este se configura a partir de las experiencias del cuerpo en el espacio, las experiencias vividas a través de su historia y la mutabilidad de su identidad; por tal motivo, las experiencias vividas tras el desplazamiento del lugar de origen a otro totalmente desconocido a causa de la violencia vivida, permean en la materialización del espacio doméstico autoconstruido, además de su configuración o personificación de este. Así pues, en el espacio doméstico se instalan emociones y sentimientos que son los que permiten “configurar en cierta medida nuestra vida subjetiva, cada experiencia hace posible nuevas formas de sentir, actuar, de pensar” (Verano Gamboa & Suárez González, 2018). Entonces, si somos como habitamos, ¿De qué manera habita una persona que ha vivido la violencia?, ¿Podría el espacio doméstico seguir revictimizando a la persona que lo habita? Y siendo así ¿Cómo desde la arquitectura se pueden mejorar espacios que logren incidir en los aspectos psicológicosespirituales?. A partir de estos cuestionamientos y de contrastar diferentes autores y disciplinas, vemos al espacio doméstico, como un elemento que le da al hombre la seguridad de estar en un lugar protegido, se convierte en el medio fundamental para la vida del mismo, allí el ser humano construye su identidad, dotando de significado a su estar en el mundo. Así pues, a través de entender 21


como el espacio doméstico es la persona misma llegamos a establecer tres componentes que nos permitirán hacer la lectura de la relación del espacio doméstico y la experiencia que establece el habitante con él. Estos tres componentes nacen, a partir, de ver al espacio doméstico como un contenedor, en donde se depositan las memorias, sentimientos, emociones y significados que el hombre ha construido a lo largo de su vida. El primer componente es la experiencia, la experiencia entendida a través de lo vivido en el pasado que reencarnan en el presente; el segundo es la corporeidad, el cuerpo como segundo contenedor de las experiencias, el que permite dotar de significado al espacio y por último la identidad, la identidad es la persona misma, de tal manera que, la identidad del espacio es el reflejo de la identidad del ser.

“En la casa los cuerpos se lavan, se engalanan, se perfuman, se toman el tiempo

para vivir y soñar. Aquí la gente se abraza, se besa, luego se separa. Aquí el niño crece y almacena en su memoria mil fragmentos de conocimiento y discursos que, más tarde, determinarán su manera de obrar, sufrir y desear.” Michael Certeau

22


“La casa es una colección y concreción

de las imágenes personales, de protección e intimidad, que le permiten a uno reconocer y recordar su propia identidad.. parece ser una extensión y un refugio de nuestra constitución y de nuestro cuerpo.” Juhani Pallasma

23


1.2

METODOLOGÍA CAPÍTULO 1

El cuerpo humano se constituye, como un espacio que nos permite participar y experimentar del mundo material-sensible ¿Cuál es la imagen del espacio doméstico?

ED

IC

CO

¿Qué dimensiones refleja el espacio doméstico?

EC La casa se comprende como una extensión de nuestras identidad, un lugar donde se relaciona la memoria con los rituales cotidianos, un símbolo de protección e intimidad, evidenciando la experiencia existencial del gombre

24

PR

FU

PA

EX

El orden social se introyecta en el cuerpo humano y se hace desarrolla la experiencia que el sujeto experimenta. La experiencia se obtiene de la relación con el mundo sensible

¿Cómo re-significar desde la arquitectura el espacio doméstico autoconstruido y su relación con la experiencia de la realidad individual?

¿Qué hay del pasado en el presente en el espacio doméstico?


El espacio doméstico como contenedor de los pensamientos, recuerdos y sueños de la persona que habita, permite ser la representación espacial de la identidad de cada persona ¿Es posible hacer una lectura de la casa como un contenedor de narraciones de las experiencias simbólicas?

LE

ID

CONVENCIONES ED

ESPACIO DOMÉSTICO

COMPONENTES

CO CORPOREIDAD Y ESPACIO EX EXPERIENCIA Y ESPACIO ID IDENTIDAD Y ESPACIO

25


1.3

COMPONENTE 1

ESPACIO Y EXPERIENCIA

En la medida en que se entiende que el orden social se introyecta en el cuerpo humano, se hace necesario comprender la importancia de la experiencia que el sujeto experimenta a lo largo de su temporalidad, así como también la capacidad que posee el cuerpo de dar sentido y significación a las mismas, por lo que en este punto el contexto físico-espacial es de suma importancia, ya que la experiencia se obtiene de la relación con el mundo sensible, un reconocimiento más allá del mismo sujeto. Así pues, la experiencia constituye también una base existencial para la vida misma. De manera que, una vez comprendido el espacio doméstico como el espacio para la representación del ser, se hace imprescindible comprender la experiencia y representación en el mismo. En este sentido, el cuerpo humano como modo de expresión, al estar expuesto al mundo, requiere comprenderse no sólo en el espacio sino también a través del tiempo, ya que las transformaciones para experimentarlo tienen que ver con la temporalidad al momento de establecer relaciones que permiten darle sentido y definir nuestra existencia. Así pues, la experiencia humana, se establece a partir del intercambio físico y espacial que el cuerpo humano obtiene al estar en el mundo y con otros, además de esto, las experiencias casi nunca son individuales, ni vacías, para 26

(Gallo, 2006) lo primero que las experiencias nos trae es una corriente de vivencias, por lo que las experiencias que tengamos con nuestro cuerpo configura, en cierta medida, nuestra vida subjetiva, ya que cada experiencia, hace posible nuevas formas de sentir, de actuar, de pensar (Verano & Suárez, 2018). El cuerpo se abre al mundo y es en esa relación como adquiere significado elaborando un emblema sensible de su encuentro en el mundo (Gallo, 2006). Las experiencias que el cuerpo experimenta con el mundo son esas relaciones que van más allá de reconocerse a sí mismo, tienen que ver con establecer un vínculo con el exterior, un intercambio constante con el mundo sensible, también en muchas circunstancias surgen de la capacidad de responder a situaciones concretas en formas variadas con sentido (Verano, 2018); de manera que, esas expresiones son dinámicas y activas, de ellas brotan una infinidad de emociones y sentimientos que además de significar condicionan al cuerpo. Así pues, gracias a la capacidad de dar sentido al mundo que posee el cuerpo humano, las experiencias que se experimentan con el cuerpo están cargadas de emociones y sentimientos, para la psicóloga (Fernández, 2017) es a


partir de las emociones como experimentamos el mundo, conectando con el mismo en las relaciones; las emociones se caracterizan por su intensidad, el corto tiempo de presencia y están ligadas a las agitaciones corporales, a lo que se siente, sobretodo en la interacción social; además de esto, las emociones tienen un íntimo carácter sociocultural ya que es esta la que moldea como se perciben y se expresan alterándose de acuerdo al tiempo y espacio vivido, de manera que las emociones, a pesar de originarse gracias a los sentidos del cuerpo, tienen que ver fuertemente con las normas sociales, morales y prácticas culturales en las que se encuentra sumergido, asimismo, según Martín-Baró citado en (Fernández, 2017) afirma que las emociones son usadas como medios de control, más aún en contextos de guerra y casi siempre se distinguen por ser acerca de algo.

“Las experiencias que el cuerpo experimenta con el

mundo son esas relaciones que van más allá de reconocerse a sí mismo, tienen que ver con establecer un vínculo con el exterior, con lo que le rodea”

Las emociones en las experiencias se distinguen de los sentimientos en la medida que estos últimos se consideran que se encuentran instalados en el plano cognitivo del sujeto, un lugar más elaborado, la mente, relacionados directamente con la percepción de cómo se siente el cuerpo a partir de experiencias vividas o imaginadas dentro de un contexto temporal y sociocultural (Fernández, 2017) a diferencia de las emociones que se localizan en el cuerpo; el carácter emocional de las experiencias logra quedar en la memoria de nuestro cuerpo convirtiéndose en sentimientos contenidos de nuestra existencia, capaces de ser despertados por alguna experiencia en el presente que la evoque a través de los recuerdos. Henri Bergson señala la importancia del pasado en la en la constitución del yo, dado que la historia vital y la

experiencia pasada están implícitas en toda vivencia presente, en forma de sentimientos, pensamientos o recuerdos, citado en (Sola Morales, 2012), de manera que, la experiencia humana está impregnada por el carácter temporal de la existencia misma, por lo que es una determinante en la vida de cada sujeto, así pues, por esta cualidad de temporalidad la experiencia se encuentra fuertemente ligada a la memoria entendida como una síntesis personal elaborada desde elementos simbólicos, como los recuerdos cuya clave son las emociones,un relato emocional de las vivencias, la memoria también posee un horizonte sociocultural y contribuye a la construcción de la identidad. La memoria según (Sola Morales, 2012) es la vida interior, una construcción que sale desde dentro y que sólo tiene sentido en la intimidad, es también la capacidad de preservar las huellas de uno mismo, de interpretar fragmentos y reconstruir el mundo de ayer, en este sentido, la memoria tiene la capacidad de insertar en el presente fragmentos del pasado no sólo en las experiencias presentes sino también en los contextos físico-espaciales donde se desenvuelve el ser humano, de manera que la memoria no es sólo una cuestión individual sino un dialogo con otros, un tejido de experiencias ajenas y propias encarnadas en el cuerpo, el espacio y el tiempo, sin embargo, cada sujeto podrá recordar el pasado desde su propia construcción del mismo, desde su propio registro de las experiencias. Así como sucede con el cuerpo y su capacidad de presentarse al mundo por medio de mecanismos diferentes, la memoria puede comprenderse, como lo 27


propone Marcel Proust, primero desde su carácter voluntario, la memoria voluntaria se encuentra controlada de forma racional y corresponde a la inteligencia, sin embargo, esta memoria es incapaz de llegar a la verdadera imagen del pasado; y segundo desde su carácter involuntario, la memoria involuntaria, sustrae al control de la razón y no responde a la voluntad, ya que es espontánea, de manera que, esta última es la única que puede recobrar el pasado en su presencia sensible con su verdadero sentido del recuerdo, así pues, el papel del cuerpo humano en la tarea de rememorar la verdadera imagen de la experiencia vivida es imprescindible, así como también los espacios sobre los cuales el sujeto a descargado restos de su memoria. En este sentido, las experiencias que se viven con el mundo sensible llevan a la persona a definir su forma de estar en el mundo, la estructura de lo real para cada ser, además cada momento esta ligado a un tiempo histórico en donde se adhieren los marcos culturales y cognoscitivos en los que la persona ha de ubicar sus recuerdos para contextualizarlos y dotarlos de sentido (Ramos, 1989), de modo que, las experiencias que se viven reenmarcan su pasado, reencarnan en su presente y definen su futuro, asimismo, contribuyen en las formaciones de hábitos y prácticas cotidianas vinculados con la adquisición de saberes expuestos a ser transformados en cada percepción. Las prácticas contribuyen a construir los lugares como mundos significantes dotados de sentido (Bourdieu), es decir, al concebir el cuerpo del sujeto como instrumento para expresarse, se reconoce que el actuar de este modela y transforma los espacios y a la vez que el espacio también incide en las huellas sobre el cuerpo humano, por lo tanto, la relación intrínseca entre cuerpo y espacio denota 28

representaciones concentradas en la organización de nuestros pensamientos, por lo que, (Pallasmaa, 2011) afirma que el espacio arquitectónico modifica y condiciona nuestra experiencia de la realidad. Para Yi-Fu-Tuan las emociones colorean toda experiencia humana, y en cierta medida los sentimientos juegan el mismo papel en la memoria y los recuerdos, por lo que, no sólo nuestro primer espacio físico, el cuerpo, contiene internamente todas las implicaciones que sugieren los hechos vividos, sino que también tiene la capacidad de dejar huellas y significar el tiempo vivido en un espacio, como ya se había mencionado, un medio para la expresión del ser, así pues, la construcción del espacio doméstico tiene una relación profunda con la experiencia de estar en el mundo, con la intimidad y la interioridad, por lo que el espacio doméstico es comprendido como el refugio del cuerpo, de nuestra memoria y de nuestra identidad (Pallasmaa, 2014). De acuerdo con esto, el espacio doméstico, la casa, es una expresión de la personalidad del habitante y de sus patrones de vida únicos, un estado difuso y complejo que integra recuerdos, imágenes, deseos y miedos, y hasta en cierta medida se construye como el espejo de la psique del habitante (Pallasmaa, 2016) de modo que, el espacio íntimo resguarda el pasado y el presente de cada sujeto, enfrentándose así a cuestiones de identidad y memoria, experiencias y recuerdos, permitiendo el intercambio constante de la complejidad del ser humano, así pues, la carga simbólica que se vuelca hacia el espacio doméstico es fuerte, por lo que la comprensión del mismo tiene que ver con la representación de lo mencionado anteriormente en el espacio doméstico.


1.4

“El propio cuerpo está en el mundo como el corazón

en el organismo: mantiene continuamente en vida el espectáculo visible, lo anima y lo alimenta interiormente, forma con él un sistema” Maurice Merleau-Ponty.

COMPONENTE 2

ESPACIO Y CORPOREIDAD

“El cuerpo humano es la mediación fundamental desde la cual se introyecta el orden social, ideologías, valores y formas de subjetividad” (Hurtado, 2008), por lo que situar el cuerpo en el foco para comprender y reivindicar el papel del espacio doméstico en la vida profunda de la persona, significa entender también que parte fundamental del ser humano es la construcción de su mundo por medio del cuerpo; constituyéndose como la base para la existencia individual y colectiva, donde nacen y se propagan las significaciones (LeBreton, 1992); en este sentido, el sujeto se interpreta, como el ser que experimenta el mundo, que siempre está relacionado con otra entidad corporizada (Lindon, 2009) y con un entorno determinado. De manera que, las transversalidades e intersecciones que las aproximaciones teóricas nos permiten establecer contribuyen en una nueva re-interpretación de los elementos del espacio doméstico. De manera que, el cuerpo humano más allá de su representación biológica, como la suma de órganos, se constituye, “como un espacio que nos permite participar y experimentar del mundo material-sensible, en otras palabras, el cuerpo hace referencia a ese espacio que nos permite llevar a cabo un modo de ser, una manera de sentir, de pensar, de actuar” (Verano & Suárez, 2018), bajo

bajo la mirada de la filosofía Merleau-pontiana6 es posible afirmar entonces que damos sentido al mundo a partir de nuestro cuerpo. Desde una perspectiva antropológica, el cuerpo humano es concebido como una porción de espacio, con sus fronteras, sus centros vitales, sus defensas y sus debilidades, su coraza y sus defectos, capaz de absorber cargas externas (Augé, 1998). Así pues, el cuerpo en relación con el espacio es considerado la primera escala corporal, el primer lugar físico para la identidad, el lugar para establecer la diferencia entre el yo y el otro, para la creación del “espacio personal” (Smith, 1992). En este sentido, lo corporal no es nunca algo biológico, es una manera de existir (Hüni, 2018) ya que el cuerpo constituye no sólo la capacidad de sentir y pensar, sino también, es la espacialidad de la dualidad del ser humano, la naturaleza cuerpo y alma, donde el cuerpo le permite al alma expresarse, representarse y comunicarse con otros, es decir, que el cuerpo es el medio por el cual el alma expresa su identidad; por lo que, el cuerpo permite un anclaje con la subjetividad7 en la cotidianidad, determinando de alguna Maurice Merleau-Ponty, filósofo fenomenólogo-existencialista francés, abierto al marxismo del psicoanálisis, la psicología de Gestalt. 7 La subjetividad la comprendemos, según menciona Alicia Lindon en su artículo sujeto-cuerpo y sujeto-sentimiento, como la configuración de cada experiencia vivida por el sujeto social y la cual, de una u otra forma, adquiere la potencialidad constructora de la realidad socio-espacial. 6

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forma las relaciones sociales; así pues, el cuerpo se constituye como el espacio para poder ser y en el que se logra depositar las experiencias sensibles. “El cuerpo es una construcción simbólica, el lugar y el tiempo en el que mundo se hace hombre, inmerso en la singularidad de su historia personal, en un terreno social y cultural en el que se simboliza su relación con lo demás y el mundo” (LeBreton, 1992). El cuerpo humano a la vez que es espacio en sí mismo, también ocupa un lugar en el espacio, por lo que el vínculo indisociable entre corporeidad8 y espacialidad trasciende a las experiencias que el cuerpo experimenta en el mundo y los significados que esa acción le permite atribuir a los espacios, en otras palabras, el acercamiento a la corporeidad permite establecer que los cuerpos, en tanto su “estar ahí” como el relato de su experiencia, contribuyen a la significación de los lugares (Huffschmid & Wildner, 2012). De ahí, que la experiencia con sus cargas emocionales, de memoria y de procesos sociales, esté estrechamente asociada con el poder, que posee el cuerpo, para relacionarse consigo mismo y con el mundo, en otras palabras, la manera en que expresa su identidad. De modo que, en cierta medida, los cuerpos también son una construcción social susceptibles a la variación (McDowell, 1999). De manera que, el cuerpo humano es, de una u otra forma, la representación del sentido que le otorga cada sociedad en la historia, evidenciando rasgos de la misma en el Comprendemos corporeidad desde la visión planteada por (Hurtado, 2008), en la que se entiende como un concepto inscrito dentro de la condición humana, en la medida que se reconoce el determinismo biológico, pero trasciende a procesos de interacción social y mediación cultural, una relación bio-antropo-cultural. 8

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cuerpo, tal como las expresiones corporales, las prácticas cotidianas, e incluso la apariencia corporal, desplegando un sinfín de hechos sociales y culturales, así como también de valoraciones atribuibles al mismo. En este sentido, el cuerpo también se constituye socialmente por medio de la educación, por lo que, según Morin (2002) la comprensión del cuerpo es relación bio-antropo-cultural, una triada en la que se vincula el cuerpo, el sujeto y la cultura (citado en Hurtado 2008, p. 122) de modo que la identidad expresada por el instrumento del alma, el cuerpo, está condicionada por las relaciones que establece con el mundo material sensible, en términos de Savater (1996), “no es suficiente nacer en la humanidad, nos hacemos humanos con los demás y en tanto estos procesos de mediación cultural nos ubican dentro de la condición humana” (citado en Hurtado 2008, p. 122). Así pues, al establecer un vinculo con el exterior, el ser humano con su cuerpo experimenta relaciones que tienen que ver más allá de reconocerse a sí mismo, implicando una conexión con lo que le rodea, así como también sensaciones, emociones y sentimientos que las experiencias le otorgan, las cuales significan y condicionan el cuerpo. De una u otra manera, estas relaciones que se obtienen a través de las experiencias también contribuyen a la construcción de la identidad individual, asimismo esas experiencias que vive el cuerpo quedan grabadas en él, como una especie de inscripción que en muchos casos va más allá de lo visible, en palabras de Anne Huffschmid, el cuerpo recuerda de otro modo, fuera del ámbito discursivocomunicativo y también posiblemente el cuerpo entiende (siente, visualiza) cosas que la mente y la psique (aún) se resisten a procesar.

“El cuerpo y su medio no forman un ecosistema

orgánicamente unificado; por el contrario, se crean mutuamente como formas de lo hiperreal, como modos de simulación que transforman y rebasan la realidad que cada uno pueda tener en la imagen del otro” Neil Smith


Por lo que, el entorno y las experiencias en el que el cuerpo se desenvuelve, tiende a generar escrituras que moldean simbólicamente la identidad del sujeto, en función de lo que la sociedad considera moralmente aceptable y del control político en el que se encuentra inmerso, en este sentido, estas huellas tienen que ver además con la construcción de la corporeidad del sujeto en relación con los procesos de interacción social con el mundo materialsensible, constituyendo a lo que (Lindon, 2009) establece como biografía, la cual define como las articulaciones espacio-temporales de las vivencias y los acontecimientos cotidianos (de las prácticas y sus sentidos) de cada sujeto a lo largo de su vida contextualizada históricamente. Así pues, la corporeidad permite al sujeto en cada circunstancia ubicarlo en un contexto socio-cultural específico, dando la posibilidad de que el cuerpo se apropie del espacio y del tiempo que le acontece, transformándolo y significándolo, así como también, estableciéndose como la forma de estar en el mundo, de percibirnos y de relacionarnos (Bolívar Silva et al., 2015), posibilitando el establecimiento de las prácticas cotidianas espaciales. De modo que, como afirma (Pallasmaa, 2014) el espacio doméstico además de constituirse por la externalización y extensión de las funciones corpóreas, es el refugio y la proyección de nuestro cuerpo, de nuestra memoria y de nuestra identidad; por lo que la identificación con el espacio tiene que ver con el sentido que las experiencias que el cuerpo del sujeto experimenta, el espacio doméstico es un territorio que en su capacidad resguarda las representaciones que el sujeto deposita en él por medio de las practicas espaciales del cuerpo, convirtiendo al cuerpo en la prolongación del espacio significado.

Sin embargo, la presentación del cuerpo humano ante el mundo tiene que ver en parte con la consciencia e intencionalidad con la que el sujeto realiza la exteriorización y también con la estructura histórica preconsciente9 de la corporeidad del sujeto. Así pues, podemos hablar primero de la imagen corporal, entendida según Gallagher (1995) como “una representación consciente del cuerpo, que posee un estatus de intencionalidad, un conjunto de creencias acerca de uno mismo ligadas a la actualidad del acontecer del cuerpo” (citado en Aguirre 2008, p.105), es decir que la imagen corporal, consiste en la representación consciente e intencional de como nos presentamos en el mundo, esto involucra, posturas, movimientos e incluso apariencias corporales, no obstante, esta imagen corporal sólo expresa una representación parcial del cuerpo. En este sentido, debemos resaltar que la representación corporal en el mundo no es totalmente bajo la intencionalidad de la imagen corporal, sino también que otra parte de esa expresión se presenta bajo una preconsciencia, a la que Merleau-Ponty y algunos psicologos llaman esquema corporal, de manera, que este es entendido como una manera de expresar que el cuerpo es-del-mundo (Merleau-Ponty, 1993), una operación, según Gallagher (1995), extra-intencional llevada acabo previamente afuera de la conciencia intencional y que a su vez remite a un sentido holístico del cuerpo (citado en Aguirre 2008, p.105) es además, para (Aguirre, 2008) una estructura histórica de la totalidad de la experiencia corporal que no es consciente o intencional, es decir, que El término preconsciente, lo endentemos desde la mirada psicológica de Freud, el cual lo define como una zona de transición entre la inconsciencia y la consciencia. 9

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el esquema corporal es la representación preconsciente de la experiencia corporal, en cierta medida, es la base que da sentido a la imagen corporal, jugando un papel importante en el control y gobierno del cuerpo. De manera que, si el espacio doméstico es el refugio, la representación y proyección del cuerpo humano, es también, el contenedor de la imagen y el esquema corporal mencionados anteriormente, en este sentido, ¿Cómo indagar por la imagen y el esquema en el espacio doméstico? ¿Cómo abordar las profundidades de cada sujeto desde la arquitectura? Así pues, el cuerpo, el espacio del tiempo, se acerca a nuestro estudio alrededor del espacio doméstico, como una intersección que nos invita a observar quizá sobre lo observado y sobretodo, lo vivido, para lograr no sólo una reinterpretación del espacio, sino también una reivindación del mismo y de papel fundamental en la vida del sujeto.

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1.5

“S er uno mismo, distinguirse como yo mismo

de las demás personas, es tener conciencia y poder proyectarla hacia adelante, para comprender así pensamientos pasados o acciones futuras” Renato Descartes

COMPONENTE 3

ESPACIO E IDENTIDAD

Bajo la comprensión de que el espacio doméstico es el medio para la representación del ser, la construcción de la realidad que la experiencia permite establecer, se configura como base esencial no sólo para la vida del sujeto, sino también para la lectura del espacio doméstico; en este sentido, se habla de la identidad más allá del constructo sociocultural en el que el sujeto se encuentra, se entiende como un proceso de construcción en la que las personas se van definiendo a sí mismos bajo una estrecha interacción con otros y con el mundo, es al mismo tiempo cultural, material y social, cultural en la medida que los individuos se definen en término de categorías compartidas, es material en cuanto los seres humanos proyectan su sí mismo en cosas materiales y es un proceso social porque la identidad implica una referencia en las opiniones o actitudes internalizadas de otros y en las diferencias que queremos proyectar (Escudero, Trujillo, & Pérez, 2019). Así pues, cada individuo desarrolla una consciencia, una vida interior, proporcionada también por la conquista progresiva de espacios propios, esta consciencia es dada a través de las experiencias que cada persona vive a lo largo de su vida estableciendo relaciones con el mundo materialsensible es decir, relaciones con el lugar y con otros que habitan ese lugar, de manera que, ser conscientes de

nuestra propia existencia y la existencia de los demás conlleva a la construcción de la identidad individual y colectiva, entendida también la identidad individual como aquellas características que posee un individuo mediante los cuales es conocido, buena parte de esta identidad se construye a partir de la interacciones sociales, influyendo así la manera como actuamos en el mundo (Páramo, 2008). Siguiendo las palabras del filósofo (Merleau-Ponty, 1993): “Tengo consciencia del mundo por medio de mi cuerpo”, entendemos entonces que el cuerpo al ser el medio por el cual una persona se relaciona con el mundo, permitiendo la construcción de la identidad y asimismo el reflejo de esta ante los demás. La identidad es construida, no descubierta (Burr,1995), por lo tanto, esta ligada al tiempo y lugar en el que habita la persona, en otras palabras, esta ligada a la memoria y la experiencia que adquiere la persona a lo largo de su vida, construyendo así su forma de pensar, sentir y soñar, sus formas de ver y comprender el mundo, que dan como resultado la construcción de la manera de actuar y habitar del sujeto. En este sentido, la identidad no es fija, es una construcción que va cambiando a partir de las experiencias vividas, es decir, de la interacción social, contribuyendo a la internalización del orden social en la identidad individual, 33


de manera que, este ejercicio contribuye a la identificación con un entorno social, la cuestión de pertenencia y aceptación por los grupos sociales en los que se encuentra sumergido el sujeto, sin embargo, la identidad va más allá del orden social, también tiene que ver con las relaciones establecidas con el espacio en el que se desarrolla, por lo que el espacio personal está constituido por lo que somos, por la manera en que somos reconocidos y por lo que queremos proyectar, es decir que, la identidad en función del espacio se rrelaciona con la extensión de nuestro cuerpo. Entonces, ¿Cómo comprender la identidad de una persona, a partir, de los elementos que la construyen?. El lenguaje es un factor de la identidad que une el pasado y proyecta al futuro, es la herramienta a través, de la cual se puede interpretar quien se es, como es el mundo y como se diferencia una persona de él , es la construcción de una imagen; de modo que, la identidad se convierte en una subjetividad comunicable de carácter simbólico e inherente para los humanos (Iñigo y Lucipino, 2001), en este sentido, el lenguaje es un proceso mental en el cual se estructura el pensamiento, estableciendo conexiones entre las ideas y las representaciones, transformándose en el vehículo de expresión de la identidad, este lenguaje se da por medio de todos los sentidos, el más utilizado son las palabras, “al hablar producimos palabras, a partir, de ideas, nos referimos a percepciones, emociones, sentimientos e intenciones” (Clark, 1977), sin embargo, las palabras no pueden representar del todo la identidad corporal, por lo que, se ha de expresar de diferentes formas tales como las expresiones corporales, el arte o la configuración espacio. El espacio doméstico como contenedor de los pensamientos 34

los recuerdos y sueños de la persona que habita en él, permite ser la representación espacial de la identidad de cada persona, es decir, tiene la capacidad de albergar el lenguaje internalizado por cada persona a partir de las diversas experiencias que vive con otros, por tal razón, cada persona personaliza su espacio introduciendo objetos que den su sello personal, el espacio refleja lo que es la persona misma, la construcción que a lo largo del tiempo ha realizado de si mismo, de modo que, los bienes se constituyen como parte de la identidad personal y la manera como quieren ser reconocidos, de manera que, las personas cargan consigo objetos con los cuales se sienten identificados y asimismo le recrean la sensación de hogar, estos objetos se convierten en la extensión de su identidad en la medida que crean vínculos con ellos y proyectan sus propias cualidades, dando significados profundos a cada uno. Para Judit Uzcátegui, la casa y el ser humano se afirman como una dualidad, comprendiendo la casa como una construcción simbólica que da cuerpo a un orden pleno de significaciones para el ser humano, así pues, la noción del espacio doméstico se presenta bajo un doble movimiento, por un lado la estructura arquitectónica como espacio de cobijo y por otro la estructura simbólica de los significados que construyen nuestra identidad y nos mantienen a flote (Uzcátegui, 2009), de manera que, el espacio doméstico acoge nuestra condición y nos entrega un lugar donde permanecemos seguros, nuestra estancia en la tierra, es capaz de almacenar códigos privados con los que cada uno personifica su espacio, describiendo nuestra pequeña y particular historia, permitiendo echar raíces, desplegando un sinfín de nuestras memorias.


Ahora bien, los significados que se le otorgan a los lugares, objetos y demás se van transformando en la medida en la que existe nuevas interpretaciones de la realidad, por lo tanto, la identidad es una construcción que va cambiando a partir de estas nuevas reinterpretaciones y de nuevas experiencias, por consiguiente nace una nueva consciencia sobre el mundo, cada percepción es un nuevo nacimiento de la consciencia (Ponty, 1966), de este modo, la forma en que se habita el espacio doméstico dependerá de la forma en la que la persona reinterprete su existencia en el mundo y así mismo su memoria y su experiencia en él, esta reinterpretación lleva a la construcción del mismo, como un reflejo de lo que se quiere ser y lo que se quiere mostrar a los demás, la casa alberga al ensueño y protege al soñador (Bachelard, 1965). La casa como colección y concreción de las imágenes personales de protección e intimidad le permiten al ser reconocer y recordar su propia identidad (Pallasmaa, 2016), por consiguiente, en ella se puede refugiar la plenitud de la vida del sujeto o por lo contrario puede convertirse como menciona Pallasmaa en la materialización de la desgracia humana, de la soledad, el rechazo y la explotación, dependiendo de las reinterpretaciones y de las experiencias vividas a lo largo de la vida, así pues, la casa o el espacio doméstico es una constante de esa identidad cambiante que las personas tenemos y su construcción da muestra de esta, construir es habitar y habitar es nuestra forma de estar en la tierra (Heidegger, 2015), ella es el rincón del hombre, su primer universo, la que permite enraizarse en un lugar y por ende la que permite dar cuenta de la existencia humana sobre

el mundo, de nuestro pasado, presente y futuro y finalmente es la que abriga la identidad de una persona. En pocas palabras, la identidad es la muestra de las experiencias que se han arraigado en el cuerpo a lo largo de la vida de una persona, esta es el demostración de lo que se es ser en el mundo; a partir de ella, también se construyen lugares y las relaciones con los demás individuos, por lo tanto, la identidad es la muestra fehaciente de la existencia de un persona en el mundo, desde ella comprendemos el espacio y el cuerpo de cada ser, interpretando así los significados y sentidos que le ha dado este a su propia existencia, cada elemento que forma parte de su entorno constituye la manera en la que la persona quiere ser reconocido y así mismo constituye la forma de pensar, de sentir y de actuar. En este sentido, la identidad se revela a través del lenguaje, comprendiéndolo como la herramienta por medio del cual se puede interpretar al sujeto, así pues, el lenguaje define, según Frode Strømnes, la concepción de espacio, ya que nuestro concepto de hogar se halla en el lenguaje (Pallasmaa, 2016), asimismo, los elementos a través del cual la identidad se instaura en el espacio, son aquellos relacionados con la vida personal del habitante, tales como conjuntos de recuerdos, enseres, objetos heredados de la familia, entre otros, en otras palabras, un lenguaje privado donde se puede conocer las sensaciones profundas del sujeto que lo comunica para definir su territorio personal, por lo cual, se hace necesario establecer y reconocer el lenguaje del espacio para la comprensión de la identidad del mismo.

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36

ESCENARIOS

C. ESPACIO Y CORPOREIDAD

ESCENARIOS

C. ESPACIO Y EXPERIENCIA

1.6

ESCENARIOS

C. ESPACIO E IDENTIDAD

MATRIZ DE

VARIABLES TEÓRICAS

VARIABLE 2 ESPACIO DEL TIEMPO

CASA HABITANTE

VARIABLE 3 LENGUAJE ESPACIAL

CASA HABITANTE

CASA HABITANTE

V V

V V V

V

V V

V

ARQUEOLOGÍA CASA

ESQUEMA ESPACIAL

EXPERIENCIA EMOCIONAL

VARIABLE 1 ESPACIO VIVIDO EXPERIENCIA ANALÍTICA

V

IMAGEN ESPACIAL

IDENTIDAD ESPACIAL

CÓDIGOS PRIVADOS

MEMORIA CORPORAL

ESQUEMA CORPORAL

IMAGEN CORPORAL

EXPECTATIVAS

V V


“Nuestra identidad (la manera

como somos reconocidos por los demás) es el resultado de la interacción que tenemos con los demás. Y es gracias al lenguaje precisamente, que comenzamos a construir socialmente la identidad del individuo. El lenguaje nos hace personas; a través del lenguaje creamos las condiciones para identificar a las personas” Pablo Páramo

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CAP 2 TEORÍAS TANGIBLES APROXIMACIONES A LA REALIDAD

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SEGUNDO

CAPÍTULO TEORÍAS TANGIBLES

APROXIMACIONES A LA REALIDAD 2.1 CONSIDERACIONES INICIALES

“El diseño es una disciplina humana fundamental, una de las técnicas básicas de nuestra civilización, que denota una actividad que penetra en todas las fases de la vida” (Neuman, 2000 citado en Martínez & Correa, 2015). Para Arturo Escobar “el diseño está inextricablemente ligado a las decisiones sobre el tipo de vidas que vivimos y los mundos donde las vivimos”. De manera que, las comunidades que han atravesado experiencias extremas por la estructura violenta en la que se instaura la realidad colombiana, han tenido que solucionar diversas dimensiones de la vida a través del diseño natural10 y la supervivencia, entre ellas, la necesidad de un techo desde donde hacerle frente a la situación impuesta, un espacio doméstico autoconstruido incluso en la clandestinidad e informalidad. El papel del espacio doméstico se materializa como un contenedor en el que se deposita y se reflejan las experiencias que el cuerpo vive, es decir, el espacio doméstico posee la capacidad para representar la identidad Diseño Natural es un término usado por Arturo Escobar, en el libro Autonomía y Diseño, para hacer referencia al diseño independiente de los conocimientos expertos y aplicado por comunidades autónomas. 10

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del cuerpo. Así pues, “habitar forma parte del intercambio con el mundo, de la propia esencia de nuestro ser y de nuestra identidad” (Pallasmaa, 2016); por lo que, habitar el espacio doméstico, equivale a disponer de un lugar íntimo, un territorio personal donde el cuerpo individual se permite ser y donde éste deposita la memoria de sus experiencias, una privacidad que permite que el espacio refleje las dimensiones y conflictos de cada ser; de manera que, el espacio doméstico autoconstruido a través del tiempo resguarda de una u otra forma la historia de vida de cada ser. Así mismo, este es un espacio que se construye bajo unas condiciones y unas dinámicas de supervivencia, respondiendo a las necesidades básicas del momento, materializándose físicamente a partir de lo que se tenía y con lo que se podía. Es por esto que el papel del mejoramiento en este tipo de contextos dados por la informalidad debe pensarse desde otras perspectivas. Sin embargo, las metodologías de diseño en la arquitectura que hoy en día se produce en el campo del mejoramiento, están orientadas a contribuir


“ El diseño está inextricablemente ligado a las decisiones sobre el tipo de vidas que vivimos y los mundos donde las vivimos” Arturo Escobar

en las deficiencias básicas habitacionales, donde predominan los factores técnicos y físico-espaciales del espacio doméstico autoconstruido. Desde el ámbito nacional se han establecido unos parámetros, en los cuales se define que vivienda puede entrar a hacer parte del mejoramiento estos parámetros11 expuestos por el departamento de prosperidad social dan muestra que aún no es posible responder al índice total de población en asentamientos informales, además el contacto con la población se resume en el diagnóstico social que se lleva a cabo con anterioridad a la intervención. De igual forma sucede en el ámbito regional, existen unos procesos básicos de caracterización y aproximación a la vivienda y al núcleo familiar, para establecer un diagnostico social general que permita conocer la condición actual en la que se encuentra la familia. Estas metodologías priorizan la cantidad de familias que serán beneficiadas, en este sentido, el conocimiento que los habitantes han adquirido y que se ha materializado en la construcción de su espacio íntimo es ignorado, imponiéndose un mejoramiento, que seguiría revictimizando a la población y por demás homogeneizando e instaurando un orden limitado a responder por la funcionalidad, la estetización y las necesidades cuantitativas. Por otro lado, han existido proyectos y organizaciones que han implementado métodos de diseño colaborativo, a través de establecer vínculos entre habitante y visitante, algunos de ellos son, Techo para mi país, una organización que trabaja en 19 países Latinoamericanos 1. Pertenecer a grupos poblacionales específicos mencionados en la página, 2. Acreditar la posesión de su vivienda, 3. El barrio en el que se encuentre ubicado debe estar legalizado, 4. La vivienda no debe estar en zona de riesgo. Tomado de http://www. prosperidadsocial.gov.co/infr/Paginas/Mejoramiento-de-Vivienda.aspx 11

implementando metodologías que buscan empoderar a los habitantes para que sean actores transformadores de los lugares donde viven. Así mismo, otro proyecto implementado en Chile “Diseño para diseñar” de Paulina Buvinic, tiene como objetivo generar una guia para diseñar, siendo el co-diseño y la co-creación los elementos que enmarcan este manual. A pesar, de ser proyectos que buscan entablar relación y darle mayor importancia al habitante que será beneficiado, siguen ignorando la realidad individual de cada persona, prevaleciendo los intereses comunes, en otras palabras, son proyectos que aún siguen sin tocar la intimidad de cada ser, así pues ¿Cómo resignificar, desde el mejoramiento, el espacio doméstico autoconstruido y su relación con la experiencia de la realidad individual? “Todos diseñamos” Escobar (2016). Desde aquí comprendemos que el proceso de diseño desde el conocimiento experto, como el papel del arquitecto, se convierten en elementos fundamentales, reconociéndose las habilidades y capacidades que poseen los individuos fuera del ámbito discursivo de la estética y técnica arquitectónica, es decir, reconociendo el conocimiento empírico que muchos han adquirido a lo largo de la vida y que han puesto en práctica construyendo su espacio doméstico, y de este modo lograr reconocer, la intimidad con la que se construyó el espacio doméstico y la relación que el habitante ha establecido con el en la medida que este se fue autoconstruyendo. Con la influencia de algunas herramientas de las ciencias sociales en diversos aspectos de la vida profesional en América Latina y con la inquietud de ejercer la práctica de un modo diferente, ha surgido el interés por involucrar en el proceso creativo 41


del diseño arquitectónico a diferentes actores que hacen parte del proyecto, con el fin de definir colectivamente las propuestas. De esta forma surge el método para el mejoramiento de vivienda a través del diseño colaborativo. Este método se ha desarrollado a partir, de la indagación sobre las connotaciones filosóficas de la arquitectura y el desarrollo de la poética del espacio en los individuos, para llegar a despertar aspectos y dimensiones profundas por medio del proceso de diseño. De modo que, se empieza a entender que cada lugar contiene una esencia, un espíritu que en pocas palabras se define como la identidad, aquello inerte a el que ha sido otorgado por parte de aquel que lo habita, razón por la cual tocar el espacio a partir de la experiencia, la corporeidad y la identidad desde el habitante, el arquitecto y de su contexto nos permite comprender el espacio, a partir, de la esencia misma que lo compone, aquí el papel de los sentidos, la experiencia y sobre todo de la observación cobran importancia, para Pallasmaa, (1996) contemplamos, tocamos, escuchamos y medimos el mundo con nuestra experiencia corporal. En este sentido, el encuentro de mundos aparentemente dispersos y disparejos, se desarrollan para dar paso a las 3 etapas del método: 1. Explorar, 2. Intenciones y 3. Proyectar; cada una de ellas se planteó a través, de lineamientos teóricos de donde surgieron las herramientas utilizadas en las diferentes fases que componen el método, de este modo se construyó el método para el mejoramiento de vivienda, a partir, del diseño colaborativo, donde a través del reconocimiento de la relación que ha establecido el habitante con el espacio doméstico tomando desde la experiencia, la corporeidad y la identidad, elementos que 42

permitan hacer una intervención más cercana a lo que la misma persona necesita para resignificar su vida. A continuación, se mostrará el paso a paso del método, su construcción, el cómo fue empleado y los hallazgos que se encontraron en cada fase de él.

“T oda comunidad practica el diseño por sí misma.”

Arturo Escobar


43


COMPONENTE

PERCEPCIÓN Mapeo fenomenológico Historia de vida Arqueología de la casa FASE 3 Herramientas Tertulia SENSACIONES Matriz de Variables Mapeo fenomenológico

ETAPA

EXPLORAR FASE 1 Herramientas

APROXIMACIÓN Revisión Bibliográfica Entrevista semiestructurada

HALLAZGOS

CORPOREIDAD

EXPERIENCIA

FASE 4 Herramientas

COMPONENTE

2.2

MÉTODO PARA EL MEJORAMIENTO DEL ESPACIO DOMÉSTICO AUTOCONSTRUIDO A TRAVÉS DEL DISEÑO COLABORATIVO

FASE 5 Herramientas

IMAGINACIÓN Mapeo fenomenológico Imaginarios, casa soñada Diseño colaborativo ESC 1:

FASE 2 Herramientas

RECONOCER Observación participante Recorridos

ETAPA

INTENCIONES 44


IDENTIDAD

COMPONENTE

HALLAZGOS

FASE 6 Herramientas

ETAPA

PROYECTAR

:1

CO-CREACIÓN Levantamiento Arquitectónico Diseño Experto Co-creación

HALLAZGOS

45


2.2.1

ETAPA 1 EXPLORAR

“Cada actividad de diseño debe comenzar con la premisa de que toda persona o colectivo es practicante de su propio saber y desde allí examinar cómo la gente entiende su realidad” (Escobar, 2016). En este sentido y con la inquietud de fomentar la recuperación de la relación profunda del habitante y el sentido del espacio doméstico, ha surgido el interés por involucrar y palpar desde el proceso creativo del diseño arquitectónico aspectos y dimensiones profundas que vayan más allá de lo físico-espacial; de manera que, se hace necesario estructurar el proceso de diseño, desde las connotaciones de los componentes de la experiencia, el cuerpo y la identidad en el espacio doméstico, donde el papel de la experiencia brinda un punto de partida para establecerse como el concepto transversal en esta etapa; la experiencia comprende los condicionamientos que las realidades individuales de cada persona pueden tener gracias a las situaciones experimentadas a lo largo de la vida, así como también la capacidad de definir el formas en las que van a habitar la vida misma. Cada lugar tiene su espíritu, como lo cuenta Norberg Schulz 46

es la esencia y la parte integral de la existencia de las personas que habitan en él, por lo tanto, en los lugares se define la identidad; identidad que se establece por el significado que los habitantes le dan al mismo. Por lo cual, los lugares no se pueden leer de la misma forma, en ellos se reconoce la historia, las dinámicas y así mismo las relaciones físico-espaciales y psico-emocionales que la comunidad ha construido. De manera que, se hace necesario e imprescindible vincular al ejercicio de la arquitectura aspectos sentidos y profundos que comprendan desde dimensiones más cercanas a los individuos, sus necesidades más allá de lo físico-espacial y el ambiente en constante desequilibrio en el que se desenvuelven, para tener la posibilidad de mejorar no sólo lo físico, sino hacer que desde lo físico el habitante toque mundos que le permitan desarrollar su proyecto de vida. En este sentido, este primer momento al que hemos llamado explorar, tiene como objetivo investigar el caso a tratar a partir de tres dimensiones, desde la lectura del contexto, desde la experiencia del arquitecto y desde la


experiencia del habitante, con el fin de establecer un análisis íntegro, no sólo del espacio doméstico específico, sino también de las dinámicas donde este se inserta, con especial énfasis en aspectos cualitativos y profundos, donde la observación, las sensaciones, las percepciones y el análisis de fuentes secundarias se introducen como herramientas que permean mundos del diseño natural, el diseño experto y el contexto en el que se determinan las dinámicas del espacio doméstico.

Eautoconstruido l espacio doméstico a través del tiempo resguarda de una u otra forma la historia de vida de cada ser.

Para abordar el desarrollo de este primer momento, profundizaremos constantemente en autores como, Norberg-Schulz que nos hace la invitación a entender y vivir un lugar, más allá de lo científico y cualitativo, nos invita a vivirlo desde el alma; esto significa que entender un lugar es permitirnos hacer parte de este; Juhani Pallasmaa, quien nos explica la arquitectura como un puente de comunicación a través del cuerpo, por medio del cual continuamente experimentamos el mundo y formamos la experiencia persona; Sandra Navarrete, que desde el enfoque fenomenológico de la arquitectura nos menciona tres tipos de experiencias: Experiencia sensual, física; experiencia analítica, intelectual y experiencia emocional (Navarrete, 2016, p 47)12, las cuales brindan la posibilidad de comprender las realidades desde diferentes perspectivas más intimas y profundas, así como también desde una comprensión más cercana de la misma; Gaston Bachelard que hace énfasis en el espacio Sandra Navarrete, en el artículo enfoque fenomenológico de la crítica arquitectónica: el rol de la experiencia sensible, expone y explica la experiencia sensual, la experiencia analítica y la experiencia emocional, donde la primera hace referencia a los estímulos cerebrales logrados a través de los sentidos, la segunda se refiere a la experiencia producida a partir de la razón y la tercera a alas reacciones psicofisiológicas a ciertos estímulos cuando se percibe un objeto. 12

doméstico como representación esencial del sentido de la arquitectura y de la vida, pasando por Merleau-Ponty, Martin Heidegger, Carlos Mario Yory hasta Pierre Bourdieu. En este primer momento, las dimensiones de las experiencias a través de las que exploraremos el caso de estudio tienen que ver con un encuentro de intercambios físicos, emocionales y espaciales, por lo que la etapa explorar, está conformada por cuatro fases, la primera, la fase, aproximaciones, hace referencia al acercamiento al caso de estudio y su contexto, a partir de la compresión de las connotaciones filosóficas del espacio doméstico y el papel de la experiencia en el mismo, con el propósito de establecer las dinámicas y las condiciones bajo las cuales se desenvuelve la vida de los habitantes del espacio doméstico; la segunda fase, reconocer, tiene que ver con el reconocimiento del contexto inmediato en el que se localiza el caso a tratar, estableciendo como fuente de análisis la experiencia personal de los arquitectos al entrar en contacto con la comunidad; la tercera fase, sensaciones, se preocupa por la experiencia personal del diseñador desde la intimidad del caso del espacio doméstico a tratar, donde comienzan a desarrollarse relaciones y vínculos, desde ese intercambio con los habitantes; finalmente se encuentra la cuarta fase, a la que llamamos percepción, esta fase explora el sentido del espacio doméstico desde las narraciones de las experiencias de vida de sus habitantes, desde las huellas del tiempo y desde la comunicación del cuerpo del arquitecto con el cuerpo de los habitantes, en tal sentido, el proceso de reconocimiento de contexto y del espacio es comprendido desde la experiencia en las diferentes dimensiones. 47


FASE 1 APROXIMACIONES Se busca generar un acercamiento con el caso de estudio y el contexto en el que se encuentra, con el fin de familiarizarse con la realidad en la que se desarrollará el proceso creativo de diseño, y experimentar, al momento de entrar en contacto directo con la comunidad, la visión de los habitantes de la realidad en la que se desarrollan. Además, esta fase está enfocada en desarrollar la experiencia analítica intelectual, es decir, construir una reflexión crítica sobre la realidad observada, desde la dualidad de lo teórico y lo experiencial.

OBJETIVO Analizar el caso de estudio y el contexto en el que se encuentra inmerso, a partir de la compresión de las connotaciones filosóficas del espacio doméstico y el papel de la experiencia en el mismo, con el propósito de aproximarse a las condiciones bajo las cuales se desenvuelve la vida de los habitantes del espacio doméstico del caso de estudio.

HERRAMIENTAS 1. Revisión bibliográfica de fuentes secundarias. 2. Entrevista semiestructurada de final abierto a los habitantes más antiguos del barrio.

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OBSERVACIONES En general, este momento brinda una ruta de trabajo sobre cómo llegar y desarrollarse en el contexto, por lo que se debe tener cuidado qué herramientas se desarrollan en el primer acercamiento; muchas veces los habitantes en un contexto en informalidad están reacios a repetir actividades en investigaciones cualitativas, porque a diario llegan personas extrañas a hacer las mismas preguntas sobre el entorno en el que se encuentran para luego irse sin ninguna explicación, en este sentido, es de suma importancia establecer un vínculo con la comunidad más allá del estudio y ser cuidadosos con las promesas o ilusiones que pueda generarse o mal entenderse.

HALLAZGOS Indagar por el contexto y el caso de estudio permitió sentar bases para el primer acercamiento con la comunidad, comprendiendo las condiciones en las que se desenvuelve la vida en el lugar y además el desarrollo para una relación cercana con la comunidad; de manera que, las aproximaciones al contexto son fundamental para organizar las ideas acerca del primer acercamiento con la comunidad.


HERRAMIENTAS 1. REVISIÓN DE FUENTES CASO DE ESTUDIO

ENTORNO BARRIAL DEL ESPACIO DOMÉSTICO AUTOCONSTRUIDO EN CAZUCÁ, SOACHA.

COLOMBIA

CUNDINAMARCA

SOACHA

La expansión de la ciudad moderna colombiana responde a ciertas lógicas profundas, más allá del desequilibrio con el que fueron desarrollándose. La estructura social que ha sumergido al país en un círculo de violencias bajo expresiones en las que se extinguen al otro, ha causado afectaciones no sólo en lo físico-espacial, sino que también ha generado una fragmentación social que ha calado en diversas dimensiones del ser, sobre todo, en los habitantes que se encuentran bajo condiciones de vulnerabilidad dentro de estas ciudades, sumiendo a los territorios en el desequilibrio social y la fragmentación espacial. El ideal impuesto por el fenómeno del desplazamiento constituyó también una dinámica por medio del cual las ciudades colombianas crecieron a lo largo de la historia, así pues, la lógica de la informalidad y la urgencia se convirtió en la oportunidad más cercana para responder a la necesidad de poder construir el refugio arrebatado, de ahí, que se evidencie en las formas de emplazamiento de las personas en las zonas periféricas de las ciudades, donde la autoconstrucción del espacio habitable, con la capacidad que se tenga en el momento, es la manera más efectiva de resistir espontáneamente a las condiciones de adversidad impuesta. De manera que, en las áreas

periurbanas de las ciudades se comenzó a desarrollar el fenómeno de la informalidad urbana, un fenómeno en el que los habitantes están obligados a desarrollar los aspectos de la vida bajo un orden de constante desequilibrio económico, social y emocional. Para (Manrique, Perea, Platt, & Bueno, 2016) “la producción social informal de las áreas periféricas ha surgido entre el conflicto social y la emergencia habitacional, consolidándose como la materialización física de la pobreza, la violencia y la corrupción social”; en este sentido, la informalidad urbana se ha desarrollado en el crecimiento de nuestras ciudades como un mecanismo para la supervivencia, donde sumado a que la normativa no atiende las necesidades reales de la población, está sometida a la exclusión, la inseguridad, la pobreza y la vulnerabilidad. La emergencia social que rige las zonas periféricas de las ciudades, tal como la conurbación Bogotá-Soacha, se encuentran desprovistos de cualquier posibilidad para lograr una mejor calidad de vida. Este borde periurbano de conurbación Bogotá-Soacha se caracteriza porque la consolidación de los procesos de construcción social del territorio corresponde a la lógica de la necesidad, bajo diferentes niveles de asentamientos informales, asimismo, esta área periférica se ha constituido, en las últimas décadas, como la principal puerta de entrada de los movimientos masivos de desplazamiento del campo a la ciudad por efectos de la violencia, la pobreza y la búsqueda de mejores ingresos. (Manrique et al., 2016). ). La ocupación de estos territorios se ha activado, por medio de urbanizaciones piratas, invasiones y tugurios, transformándose en un territorio fragmentado, discontinuo y precario, en el que la 49


satisfacción de las necesidades básicas es en gran una difícil tarea, pero también responde a una gran indiferencia estatal. Así pues, las formas de vida y de producción del espacio de los habitantes de diferentes partes del país coexisten en una lógica de híbrida en medio violencias y vulnerabilidad constante, acentuando las dificultades para echar raíz, es decir, la dificultad de generar procesos de arraigo al lugar. La conurbación Bogotá-Soacha se desarrolla por la conexión entre la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá y el sector de Altos de Cazucá en Soacha, un territorio donde los límite difusos y fragmentados evidencian no sólo la consolidación de una ciudad desigual y desequilibrada, sino también en el desarrollo de procesos como la segregación y gentrificación social de un territorio sumido en la vulnerabilidad. Altos de Cazucá, es un sector urbano de origen informal construido bajo la indiferencia estatal que se asienta en abruptas pendientes orientales de los cerros de Soacha con alto riesgos, y se caracteriza porque se ha consolidado como un sector inviable por su nivel de precariedad, riesgo medio ambiental y desequilibrio habitacional, imposibilitando las probabilidades de que sus habitantes aspiren al mejoramiento de sus viviendas o a los procesos de legalización de los barrios, de manera que este panorama desolador lleva a abstraer a sus habitantes en una realidad ingrata de la marginalidad y exclusión. “Cazucá es la cuarta de las seis comunas que conforman el casco urbano del municipio, con aproximadamente 69.325 habitantes, de los cuales el 45,42% está en un rango de edad entre los 15 y los 44 años” (Manrique, Perea, Platt, & Bueno, 2016). Representa una de las zonas de mayor conurbación con Bogotá; de manera que, esta realidad en 50

el sector de Altos de Cazucá lo ha enfrentado a serios problemas en los desequilibrios habitacionales, tales como conflictos relacionados con la propiedad, la posesión y tenencia de tierras. “Las formas de poblamiento son diversas y presentan una estrategia de adaptación y acomodamiento para actores que controlan las condiciones de ocupación en la zona” (Castro & Burbano, 2003). La configuración difusa de la morfología autoconstruida del sector de Cazucá ha sido impulsada por diferentes esquemas de asentamientos y la necesidad urgente de techo, una fusión de tejidos que han crecido en medio del desorden y el caos que conduce a la conformación de un espacio difuso, disperso y fragmentado que responde a la espontaneidad con la que se resuelve el hábitat. Altos de Cazucá, según el informe del PNUD de 2011, Cazucá tiene un porcentaje de hogares con déficit cualitativo del 18.4% son hogares que habitan viviendas con deficiencias espaciales, constructivas y/o materiales lo que impide el desarrollo en buenas condiciones. En este sentido, el espacio doméstico autoconstruido en asentamientos de origen informal, bajo dinámicas impuestas por estas condiciones de vulnerabilidad, de una u otra forma, se transforma en la materialización de las experiencias extremas a las que se han visto obligados, un símbolo de rechazo, explotación y soledad, en el que constantemente se violenta la integridad de cada habitante. De manera que, las connotaciones simbólicas que posee el espacio doméstico desaparecen al entrar en contacto con la necesidad urgente que viven los pobladores del sector, constituyéndose como el refugio de la adversidad, en lugar de establecerse como una concreción de protección e intimidad de la propia identidad.

Autor: Daniela Campo Toloza


2. ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA DE FINAL ABIERTO HABITANTES DEL BARRIO

¿QUÉ ES?

“Es una interacción entre dos personas, planificada y que obedece a un objetivo, en la que el entrevistado da su opinión sobre un asunto y el entrevistador, recoge e interpreta esa visión particular” (Pantoja 2015). En las entrevistas semiestructurada de final abierto, el entrevistador es libre de probar diferentes preguntas y todo es provisional, las preguntas pueden cambiarse, intentarse nuevamente o abandonadas. Tomada del calendario de Techo por mi País

INSTRUMENTOS Cámara fotográfica Grabadora de Voz Bitácora de Campo

PROCESO

Autor: Observatorio Urbano

1. Análisis previo del caso de estudio a tratar. 2. ¿Cuál es el objetivo de la entrevista? 3. Establecer pautas y el desarrollo de la entrevista. 4. El entrevistador realiza un acercamiento previo con el entrevistado para determinar con qué preguntas iniciar la entrevista. El entrevistador comienza la entrevista, la dirige de acuerdo al objetivo planteado y le estimula al entrevistado que de respuestas que se muestre su visión.

5. Para finalizar, el entrevistador se enfoca en las preguntas que brinden mayor información de la perspectiva del entrevistado, por lo que cada vez son más abiertas. 6. Una vez finalizada la entrevista y registrada la información obtenida, se inicia el análisis y la sistematización de los datos.

FRAGMENTO DE ENTREVISTA HABITANTES: Nohora Guerrero Entrevistador: “Nohorita, ¿nos podrías contar la historia

del barrio? ¿Cómo se fundó? ¿Cómo creció? Queremos conocerlo, desde las perspectiva de ustedes, los fundadores del barrio”. Nohora G.: ¿Por qué todos quieren saber siembre lo mismo? Risas Nosotros fuimos de las primeras personas que llegamos al barrio. ¿Vas a grabar? Risas. Empezamos a llegar en 1994 exactamente, con varias personas se empezó a construir los “ranchitos” en paroid, ¿Saben lo que es? La tela asfáltica... Esas eran nuestras casas y la puerta era una cortina. En ese tiempo no había tanta inseguridad, uno dormía, la cortina amanecía en el suelo y uno ahí en la cama. Así mismo como se empieza un barrio empiezan a crecer las necesidades. Ver Anexo 1.

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FASE 2 RECONOCER Busca reconocer las dinámicas del barrio, con el fin de permitirse ser parte del lugar y comprender el análisis de exploración desde la experimentación de la experiencia personal, desde la capacidad de relacionarnos con otros y desde nuestros sentidos; de manera que, en esta fase, además de la consolidación de la experiencia analítica, se suma la experiencia emocional de los investigadores que va permeando poco a poco las realidades ajenas para entablar también una relación con confianza. Asimismo, esta etapa es un puente donde se interseccionan los mundos de la realidad cotidiana y la experiencia del conocimiento experto, una constante comunicación que se comienza a desplegar gracias a la experiencia.

OBJETIVO

Caracterizar el contexto barrial inmediato del caso de estudio, a través del reconocimiento de las relaciones que el habitante establece con su entorno desde la experiencia, con el fin de comprender las dinámicas del lugar.

HERRAMIENTAS 1. Observación participante 2. Recorridos.

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OBSERVACIONES Es necesario, hacer participe en todo momento a los habitantes del caso de estudio, aunque las actividades no estén dirigidos a ellos específicamente, en cualquier momento puede haber información fundamental para la investigación, de manera que, desde la experiencia personal del arquitecto se entable una relación de confianza y por demás cada actor involucrado pueda participar de todas las sesiones.

HALLAZGOS Cada contacto con la comunidad es clave para la recopilación de información relevante, sobretodo en contextos con poca información, por lo que estar abiertos al cambio de planes, de manera radical, es una actitud requerida y muy necesaria, como parte de la espontaneidad del proceso.


HERRAMIENTAS 1. OBSERVACIÓN PARTICIPANTE ¿QUÉ ES? “La observación participante se refiere a una práctica que consiste en vivir entre la gente que se estudia, llegar a conocerlos, a conocer su lenguaje y sus formas de vida a través de una intrusa y continuada interacción con ellos en la vida diaria”. (Goetz & Lecompte 1998). Es usualmente empleada en las investigaciones cualitativas. Para (Erlandson, Harris, Skipper & Allen 1993) citados por (Kawulich, 2005) ”las observaciones facultan al observador a describir situaciones existentes usando los cinco sentidos, proporcionando una fotografía escrita de la situación en estudio”.

INSTRUMENTOS

Cámara fotográfica Bitácora de Campo Conversaciones informales

PROCESO

1. Análisis previo del caso de estudio a tratar. 2. ¿Cuál es el objetivo de la observación? 3. ¿Qué vas a observar? Objetos, situaciones, relaciones barriales, personas específicas, entre otras. 4. ¿Dónde y cuándo se va a realizar la observación? Familiarizarse con el escenario de trabajo, informar y obtener permiso para la observación. Autor: Daniela Campo Toloza

5. Comienza la observación, el investigador despliega sus sentidos para captar a profundidad lo observado. 6. Durante la observación es ideal que el investigador genere confianza con el entorno estudiado respetando los espacios de la comunidad. 7. Analizar y organizar la información obtenida

FRAGMENTO DE DIARIO DE CAMPO DÍA 1 6:00 AM Acordamos encontrarnos en la estación de León XVIII a las 7am; estoy en la estación de universidades esperando el Transmilenio que necesito, aunque sé cual es la ruta por seguir, consulto constantemente el mapa para confirmarla, aunque realmente es por los nervios… toda nueva experiencia genera en mi una ansiedad increíble; el trayecto hasta León XVII es largo y además nunca he ido a Soacha, seguramente he pasado por allí, pero es la primera vez que me detendré allí. Mi ruta indica que debo hacer dos transbordos, detesto el sistema de transporte de esta ciudad y mi cabeza no deja de imaginar lo complicado que será ir constantemente allá, pero la emoción de ir por primera vez a un lugar del que tanto me han hablado y sobre el que he visto tan poco tampoco abandona mi cuerpo y me mantiene con la esperanza de que ese será el lugar donde podremos desarrollar nuestra tesis. Estoy muy ansiosa, no conozco a las personas que me esperaban en el Fruver de León XVII ... Ver Anexo 2

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FASE 3 SENSACIONES La fase de sensaciones se basa en el acercamiento a la intimidad del espacio doméstico de estudio y sus habitantes, desde la narrativa de la experiencia, extendemos la experiencia analítica y emocional. En esta fase se prioriza la experiencia personal del diseñador desde la intimidad del caso del espacio doméstico a tratar, donde comienzan a desarrollarse relaciones y vínculos, desde ese intercambio con los habitantes En esta fase también se desarrolla la experiencia sensorial junto con el papel de la corporeidad. Es allí donde el proceso de diseño comienza a permear esferas y dimensiones más allá de lo físico-espacial y se involucra un ambito íntimo y delicado.

OBSERVACIONES

OBJETIVO

HALLAZGOS

Reconocer el espacio doméstico de estudio a partir de dimensiones más profundas y la compresión de las connotaciones filosóficas establecidas en el espacio doméstico autoconstruido, con el fin de establecer la ruta de trabajo en el proceso creativo de diseño colaborativo con los habitantes.

La comprensión de las dimensiones profundas en el proceso creativo de diseño permitieron desarrollar e implementar múltiples herramientas de investigación social para traspasar la intimidad personal del caso de estudio, momento fundamental para establecer la ruta de trabajo con los habitantes del espacio doméstico.

HERRAMIENTAS 1. 2. 3.

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Matriz de variables. Mapeo fenomenológico Registro fotográfico

Hacer participe en todo momento a los habitantes del caso de estudio, aunque las actividades necesiten cierta rigurosidad, de manera que también desde la experiencia personal del arquitecto se entable una relación de confianza y por demás cada actor involucrado pueda participar de todas las sesiones. El tiempo de trabajo debe ser medido. Un tiempo óptimo de duración no sobrepasa los 60 minutos de trabajo, también es importante respetar los tiempos o los momentos que los habitantes brindan desde sus posibilidades.


HERRAMIENTAS 1. MATRIZ DE VARIABLES ¿QUÉ ES?

2. MAPEO FENOMENOLÓGICO ¿QUÉ ES?

La matriz de variables, es una herramienta de elaboración propia, que se desarrolló en la construcción de los aproximaciones teóricas del primer capítulo, consiste en la estructura de análisis en campo a partir de los componentes propuestos, de manera que, cada componente es abordado de acuerdo a la expectativa de análisis con el mismo, se tuvo en cuenta instrumentos de las ciencias sociales para investigaciones cualitativas.

El mapeo fenomenológico, es una herramienta propuesta con base en el método crítico de la arquitectura, que centra la experiencia sensible como herramienta de estudio de los aspectos estéticos, desarrollado por la arquitecta Sandra Navarrete, el enfoque fenomenológico de la crítica arquitectónica y en el concepto de atmósferas establecido por Peter Zumthor, comprendiendo y experimentando el papel de la experiencia en los espacios arquitectónicos.

INSTRUMENTOS

INSTRUMENTOS

Cámara fotográfica Bitácora de Campo Conversaciones informales Materiales según la variable a analizar

Cámara fotográfica Bitácora de Campo Conversaciones informales Mapa del espacio de estudio

PROCESO

PROCESO

1. Análisis previo del caso de estudio a tratar. 2. Estructuración de las aproximaciones teóricas. 3. Construcción de las variables de acuerdo con los lineamientos teóricos establecidos. 4. Establecer la ruta de trabajo a través del desarrollo de la matriz de variables y aplicar los instrumentos propuestos.

1. Análisis previo del caso de estudio a tratar y los lineamientos teóricos 2. Se establecen las experiencias a analizar y considerar durante el desarrollo del mapeo. 3. Se plantea la visita para el mapeo. 4. Se lleva a cabo el mapeo, de acuerdo con los objetivos establecidos y las variables a analizar. 5. Sistematizar y analizar los datos obtenidos. Ver Anexo 3

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FASE 4 PERCEPCIÓN Explora el sentido del espacio doméstico, desde las narraciones de las experiencias de vida de sus habitantes, desde las huellas del tiempo y desde aspectos que tocan dimensiones íntimas. Además, esta fase es la consolidación del proceso de experiencias que se ha venido desarrollando, e involucra al participante más importante, permitiéndonos explorar y analizar desde tres dimensiones el espacio doméstico y sus dinámicas.

OBJETIVO Establecer el sentido del espacio doméstico a partir de las formas de relacionarse del habitante con el espacio, con el fin de identificar las sensaciones y pensamientos que poseen los participantes respecto al espacio que se constituye como el proyecto principal en sus vidas y comprender los vínculos tejidos con lo físico-espacial desde la experiencia.

HERRAMIENTAS 1. 2. 3. 4.

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Mapa fenomenológico Historias de vida Arqueología de la casa Tertulia

OBSERVACIONES El tiempo de trabajo debe ser medido. Un tiempo óptimo de duración no sobrepasa los 60 minutos de trabajo, también es importante respetar los tiempos o los momentos que los habitantes brindan desde sus posibilidades.

HALLAZGOS Hacer participe en todo momento a los habitantes del caso de estudio, aunque las actividades no estén dirigidos a ellos específicamente, en cualquier momento puede haber información fundamental para la investigación previa, de manera que también desde la experiencia personal del arquitecto se entable una relación de confianza y por demás cada actor involucrado pueda participar de todas las sesiones.


HERRAMIENTAS 1. MAPEO FENOMENOLÓGICO

2. HISTORIA DE VIDA

¿QUÉ ES?

¿QUÉ ES?

APLICADO A LA FAMILIA

El mapeo fenomenológico, es una herramienta propuesta con base en el método crítico de la arquitectura, que centra la experiencia sensible como herramienta de estudio de los aspectos estéticos, desarrollado por la arquitecta Sandra Navarrete, el enfoque fenomenológico de la crítica arquitectónica y en el concepto de atmósferas establecido por Peter Zumthor, comprendiendo y experimentando el papel de la experiencia en los espacios arquitectónicos.

INSTRUMENTOS

“Se trata de un relato de vida de una persona o grupo en el contexto donde sus experiencias tienen lugar, registrado e interpretado por un investigador. Es elaborada por el investigador en torno a una fuente principal: la narrativa autobiográfica o cuestionario”(Compoy 2015).

INSTRUMENTOS Cámara fotográfica Grabadora de voz Diario de Campo

PROCESO 1. Seleccionar el tema central y el propósito de la narrativa

Cámara fotográfica Bitácora de Campo Conversaciones informales Mapa del espacio de estudio

PROCESO 1. Análisis previo del caso de estudio a tratar y los lineamientos teóricos 2. Se establecen las experiencias a analizar y considerar durante el desarrollo del mapeo. 3. Se plantea la visita para el mapeo. 4. Familiarizar a la familia con los conceptos establecidos 5. Se lleva a cabo el mapeo, de acuerdo con los objetivos establecidos y las variables a analizar. 6. Sistematizar y contrastar los datos obtenidos. Ver Anexo 4

2. Definir cómo se va a registrar la información. 3. Concretar el número de encuentros que serán necesarios. 4. En el momento del encuentro, darse a conocer ante la persona como investigador y así mismo dar a conocer el motivo de la investigación y llegar a acuerdos frente a la información que será publicada. 5. Preservar el tema del anonimato 6. Analizar los datos conforme al objetivo inicial. 7. Establecer los hechos más importantes y significativos en la historia de vida para la persona. 8. Sistematizar de una manera que sea clara, concisa y que permita leer los momentos, experiencias de la persona de la mejor manera. Ver Anexo 5 57


3. ARQUEOLOGÍA DE LA CASA

4. TERTULIA

¿QUÉ ES?

¿QUÉ ES?

Se trata del relato de las transformaciones que ha tenido el espacio doméstico, acompañado de historias, sentimientos, emociones que cada transformación pueda llevar consigo. Durante el relato se pueden ir haciendo dibujos de como el habitante recuerda su espacio doméstico, así mismo si el habitante lo desea realizar una pasada de fotografías donde se vean los cambios.

“La tertulia es un encuentro informal entre miembros de una comunidad o de personas de un mismo gremio, donde se conversa de manera libre y espontanea sobre un tema definido” (Páramo 2013).

INSTRUMENTOS Papel Marcadores Cámara fotográfica

PROCESO

1.Realizar una entrevista semiestructurada de final abierto con el objetivo de la arqueología. 2.Conocer el número de transformaciones del espacio doméstico. 3. Preguntarle al habitante por cada una de ellas, en este caso, se le puede pedir al habitante dibujar las transformaciones que se han tenido o si hay alguna fotografía u objeto que deje ver los cambios. 4. Durante los relatos tener en cuenta, lo que evoca emocionalmente y físicamente el habitante, ¿queda algo Ver Anexo 6 hoy en el espacio doméstico actual.? 58

INSTRUMENTOS Cámara fotográfica Bitácora de Campo Conversaciones informales Grabadora de Voz

PROCESO 1. Definir previamente el tema o los temas que se abordarán en la conversación. 2. Establecer los participantes que harán parte de la conversación. 3. La conversación debe guiarse para que se desenvuelva espontáneamente 6. Concluir

Autor: Observatorio Urbano


Fachada actual Casa MarĂ­a Cielo

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2.2.3

ETAPA 2 INTENCIONES

Las experiencias que se viven a lo largo de la vida, son contenidas en el primer espacio que ha de habitar una persona, en su cuerpo, esto quiere decir que la construcción del espacio, se da a partir del significado que el cuerpo mismo le otorga a este. Razón por la cual, el cuerpo pasa a ser uno de los componentes que permiten entender la relación íntima entre espacio y habitante, por tal motivo en esta segunda etapa el cuerpo visto desde la corporeidad, desde su transformación a partir de las experiencias que establece con el mundo materialsensible se presenta como el concepto transversal. De modo que, esta etapa se configura, a partir de la búsqueda del espacio íntimo, en donde el cuerpo se permite ser, dándole sentido a su propia existencia. Visto desde esa manera, el diseño esta mediado por la experiencia que el cuerpo establece con el espacio. “El diseño, en este sentido, no transforma el mundo. Es en cambio, parte del mundo que se transforma a sí mismo” Gatt e Ingold citado en Escobar (2016). Es decir, el diseño visto desde la intimidad que el cuerpo establece con el 60

espacio, parte de la persona misma que lo habita, en este sentido, el habitante se convierte en el punto de partida para la definición y diseño del espacio que ha de intervenirse. De esta forma comprendemos que “todos diseñamos” Escobar (2016). Así mismos, comprendemos que en la medida que las personas hacen parte de la construcción de su espacio doméstico le entrega al mismo su esencia, su identidad, permitiéndole al cuerpo poder expresarse de otra forma y así darle otro sentido a aquel espacio que está habitando. De ahí que el diseño pase a convertirse en un diseño colaborativo, en donde el arquitecto como el habitante enlazan saberes y experiencias, para un objetivo en común, el mejoramiento del espacio doméstico. De esta manera, el diseño colaborativo compromete al arquitecto a comprender la diversidad de formas de vivir el espacio que existen y que, por esa razón, el mejoramiento debe ser algo íntimo, donde la experiencia que el cuerpo vive en el espacio entra a


ser parte fundamental de la transformación del mismo. De este modo, para abordar esta segunda parte profundizaremos desde Autonomía y diseño de Arturo Escobar, la cual nos lleva a hacer una reflexión sobre el papel del arquitecto frente al diseño de un espacio, proponiéndonos métodos participativos en los cuales los saberes y los conocimientos de las personas que habitan este espacio, entrar a hacer parte del diseño; hasta la fenomenología y las geografías feministas para entender como desde el cuerpo se vive el espacio y como desde el se puede transformar las formas de ver y comprender el mundo en el que se habita, encontrando de esta forma como una persona habita el presente su espacio doméstico y como desde una proyección futura ha imaginado vivir su espacio. Pasando también por la filosofía de Merleau-Ponty el cual nos permite entender el cuerpo como un espacio que contiene las memorias y experiencias del habitante y que por demás estas son las que permiten configurar o re-configurar el espacio que se habita. Desde estas perspectivas nos permitimos indagar sobre cuál debería ser el papel del arquitecto al momento de tocar un espacio tan íntimo. En este sentido, esta segunda etapa a la que hemos llamado Intenciones, tiene como objetivo encontrar y diseñar el espacio que le permita a la persona resignificar las experiencias que el cuerpo ha vivido, de este modo, se hace una lectura desde la dimensión del habitante, con especial énfasis en las emociones y experiencias que el espacio le genera, para así poder establecer el núcleo del espacio doméstico y la proyección de este en un futuro. Y a través del encuentro de mundos entre el arquitecto y el habitante lograr plantear un diseño que

permita mejorar un espacio desde la experiencia intima del habitante. En esta medida el arquitecto pasa a ser un acompañante del proceso, donde a partir de sus conocimientos técnicos aporta al diseño de ese espacio. Esta segunda etapa está conformada por una fase llamada Imaginación, esta tiene que ver con la experiencia del espacio doméstico actual y la imagen del espacio doméstico en el futuro, en esta la dimensión del habitante es la más importante.

Eporl diseño esta mediado la experiencia que el cuerpo establece con el espacio.

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FASE 5 IMAGINACIÓN Se busca a partir, de la experiencia del cuerpo en el espacio, encontrar el espacio núcleo a intervenir, mostrando como se vive cada espacio hoy y cuál sería la casa soñada en la que les gustaría algún día vivir, esto con el fin de poder recolectar elementos que van construyendo el espacio núcleo, trayendo cosas del pasado, permaneciendo o transformando cosas del presente y proyectando cosas del futuro, un espacio que representa el ser mismo en él.

OBJETIVO Diseñar el espacio núcleo a intervenir, desde el diseño colaborativo, a partir, de la experiencia que vive el cuerpo en el espacio, con el fin de generar un espacio que toque los aspectos íntimos del habitante y logré resignificar la experiencia de este.

HERRAMIENTAS 1. Mapeo fenomenológico 2. Imaginario dibujo casa soñada. 3. Diseño colaborativo, escala 1:1

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OBSERVACIONES El espacio doméstico muestra la intimidad de las personas, por tal motivo, si una persona te deja entrar en su intimidad, se debe respetar cada cosa que te muestra, respetando su espacio, y así mismo sus deseos y anhelos. Como arquitectos aprendimos a diseñar, sin embargo, todos podemos diseñar, así que aquello que te dice el habitante, es muy importante, ten en cuenta que el espacio es y seguirá habitado por ellos.

HALLAZGOS Por medio de las herramientas de investigación, se logró llegar al espacio núcleo que en este caso sería la cocina, María Cielo y su familia la definen como un espacio de encuentro, de amor, de calor. Para ella representa también, el espacio que le ha permitido desarrollarse económicamente, le ha dado la posibilidad de luchar y ser la mujer que hoy es, por tal motivo, este espacio se convirtió para nosotras en el espacio clave a intervenir y a través del diseño colaborativo.


HERRAMIENTAS 1. IMAGINARIOS

2. DISEÑO COLABORATIVO ESC 1:1

¿QUÉ ES?

¿QUÉ ES?

Se trata de una herramienta que se centra en los imaginarios, anhelos y deseos de ensoñación, a través de dibujos, permitiendo trabajar definiciones concretas de los espacios. Fomenta también, motivaciones no sólo para el espacio físico-espacial sino que tiene una estrecha relación con los proyectos de vida.

El diseño a escala 1:1, consiste en desarrollar las propuestas junto con los participantes del proceso creativo de diseño en el espacio donde se desarrollará el mismo a escala real, permite comprender las distribuciones tal y como se llevarán a la materialidad aportando el conocimiento y los anhelos de los participantes.

LA CASA SOÑADA

INSTRUMENTOS

INSTRUMENTOS

Cámara fotográfica Cintas, cajas, retazos de materiales. Lápices, marcadores.

Cámara fotográfica Papel Marcadores

PROCESO

1. ¿Cuál es el objetivo del taller? 2. Contextualizar a los participantes de la actividad y los conceptos aplicados, fomentar la imagen de anhelos. 3. Desarrollar una tertulia sobre el tema de los imaginarios en el espacio doméstico. 4. Entregar materiales para que los participantes realicen los dibujos de la conversación 5. Orientar la conversación a especificaciones sobre el espacio, las experiencias y las temporalidades. 6. Finalmente, se reflexiona entre las diferentes partes los resultados de la actividad. Ver Anexo 7

PROCESO 1.Contextualizar a los participantes de la actividad, y recordar los imaginarios en el espacio y acordar con la familia que la actividad incluye el uso físico del espacio y que se tendrá que intervenir temporalmente. 2. Se da inicio a la actividad haciendo preguntas alrededor de los deseos sobre la realidad y se va interviniendo. 3. Llevar registro fotográfico de los momentos importantes 4. Llevar registro de la actividad en planimetría 5. Reflexionar sobre los resultados de la actividad, intercambiar opiniones sobre las propuestas desarrolladas. Ver Anexo 8

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2.2.4

ETAPA 3 PROYECTAR

Después de pasar por dos etapas donde la experiencia y el cuerpo entraron a ser componentes transversales, que ayudaron a proporcionar un mejor análisis para así lograr tocar el espacio íntimo de la persona, llegamos a la última etapa que reúne a las dos anteriores y que toca la identidad; la identidad del espacio que responde a la identidad del ser. Bachelard nos menciona que el espacio doméstico es la imagen que el habitante tiene de sí mismo, es decir, en el espacio se expresa el cómo el habitante quiere ser visto ante el mundo, razón por la cual, la participación del habitante en la materialización del espacio a intervenir hace que esa intervención refleje la identidad del ser, en la medida que esta le permita mostrar quien es. En los procesos de materialización de un espacio doméstico autoconstruido, se adquiere un conocimiento empírico sobre el cómo construir (diseño natural), además de ser espacios que ya han sido proyectados e imaginados por aquel que lo habita, de modo que, el intercambio de saberes comienza a ser un papel importante en esta última etapa. Nadie conoce mejor un espacio que aquel que lo ha construido con sus propias manos, sin embargo, las 64

conciliaciones que se hacen para llevar un mejor proceso de construcción también se vuelven una parte importante, por lo tanto, el enlace de los conocimientos adquiridos en la academia por parte del arquitecto, con los conocimientos adquiridos empíricamente de un habitante, conlleva a que el mejoramiento responda desde el aspecto íntimo del ser, pero también que responda técnicamente y funcionalmente, por esto la conciliación de saberes hace que la intervención responda psico-emocionalmente y físico-espacialmente. De manera que, en esta última etapa se lleva a cabo dos procesos diferentes, el primero es entender la identidad del ser que habita el espacio, además de la identidad que quiere proyectar sobre el espacio que se va intervenir, en esta se toma en cuenta, el color, la luz, los materiales, la disposición de los objetos y entre otros aspectos que llevan que el espacio mismo pueda reflejar la esencia misma del ser; el segundo trata sobre los conocimientos de la academia y como estos pueden traerse al espacio, para llevar a cabo una intervención que cumpla con lineamentos técnicos.


En otras palabras, esta etapa contiene, lineamientos teóricos sobre cómo entender el espacio más allá de lo físico-espacial, como nos lo muestra Pallasmaa (2016): “La casa como colección y concreción de las imágenes personales de protección e intimidad le permiten al ser reconocer y recordar su propia identidad”. o Bachelard (1957): “La casa muestra los valores de intimidad del espacio interior y la función innata de habitar, la casa es el primer rincón del hombre en el mundo, su primer universo y su microcosmos”. Y Lineamientos técnicos de construcción, en donde se toma en cuenta las formas de llevar a cabo la intervención, defiendo las actividades que componen la intervención, para luego poder hacer un presupuesto de obra que permita estipular la cantidad de material que se va a utilizar, las herramientas que se necesitarán y así mismo un cronograma de trabajo que le permita tanto al arquitecto como al habitante tener el control sobre la intervención para así poder solventar los problemas que se vayan dando. Acorde con lo dicho anteriormente, esta etapa se ha de llamar Proyectar, con el objetivo de concretar el espacio diseñado en la etapa dos, a partir, del intercambio de saberes entre arquitecto y habitante, es decir, que esta etapa trabaja estas dos dimensiones (arquitecto y habitante). De manera que, busca que la intervención, logre ser coherentemente con el proceso de entender la relación íntima entre habitante y espacio, y que por demás pueda reflejar la esencia misma del ser que ha de habitar este. En este sentido, esta etapa está conformada por una fase llamada Co-creación, la cual nos invita al dialogo y al trabajo mutuo entre arquitecto y habitante, de escucharse y entregar lo mejor de los dos mundos

para llevar a cabo la intervención, durante esta fase, se desarrollará el levantamiento arquitectónico y junto con la propuesta de diseño con sus especificaciones técnicas, asímismo las conciliaciones con la familia determinará la propuesta final de la intervención.

Eposeel espacio doméstico la capacidad para representar la identidad del cuerpo.

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FASE 6 CO-CREACIÓN Busca a partir de el intercambio de saberes concretar el diseño de la intervención, a través de, los datos recogidos anteriormente que dan muestra de la relación intima que el habitante ha establecido con su espacio doméstico, con el fin de que la intervención ha realizarse, refleje la identidad del ser que ha de habitar este espacio.

OBJETIVO

Intervenir el espacio doméstico, a partir, del entendimiento de la relación intima que establece el habitante con el, con el fin de que el espacio pueda reflejar la identidad del ser, resignificando las experiencias que el cuerpo vive en el.

HERRAMIENTAS 1. 2.

Levantamiento arquitectónico Diseño Experto

OBSERVACIONES En un intercambio de saberes cada parte que conforma ese intercambio esta aprendiendo algo nuevo, razón por la cual, estar abiertos a los nuevos conocimientos que se puedan adquirir tanto en la construcción de un espacio como en la construcción de lo personal. Tocar la intimidad de una persona, es tocar la intimida misma de nuestro ser, por lo tanto, es el estar dispuestos a aprender en todos los aspectos de la vida.

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HALLAZGOS Tocar el espacio íntimo de una persona hace que toquemos el espacio íntimo de nuestro propio ser, esto hizo que cada uno de nosotros sanará algo en el interior, es decir, a partir de la construcción de la cocina cada uno creció un poco más como persona, dándose la posibilidad de entregar y recibir, para así mismo como dice Norberg poder vivirlo desde el alma. De esta manera, como arquitectos podemos mostrar el respeto que tenemos hacia la otra persona que nos ha permitido entrar en la intimidad de su vida y de su espacio.


HERRAMIENTAS 1. LEVANTAMIENTO ARQ

2. DISEÑO EXPERTO

¿QUÉ ES?

¿QUÉ ES?

“El levantamiento arquitectónico se entiende como una operación destinada a recoger la información gráfica y métrica que proporciona cualquier obra arquitectónica, materializandola en una serie de dibujos que permitan representarla en su integridad” Salamanca (2012)

El diseño experto tiene que ver con el concepto de Arturo Escobar sobre el conocimiento experto en el que se define los conocimientos de los profesionales dedicados al diseño. De manera que el diseño experto es aquel diseño reglamentado por el ejercicio de la arquitectura.

INSTRUMENTOS

INSTRUMENTOS

Cinta métrica, metro, lapiz, borrador, escuadras. Planillera, hojas blancas con formato de levantamiento. Cámara fotográfica.

Levantamiento arquitectónico Medios gráficos digitales

PROCESO

1. Reconocimiento minucioso del inmueble y establecer un plan de recorrido. 2. Realizar la nivelación topográfica. 3. Desarrollar un croquis de general y parcial del espacio arquitectónico donde se enmere cada espacio. 4. Toma y anotación de medidas de las plantas, cortes y fachadas 5. Registro fotográfico de cada espacio realizado en el levantamiento. 6. Digitalización del levantamiento manual y recopilación de las fotografías. Render Interior

PROCESO

1. Levantamiento arquitectónico del espacio a intervenir 2. Selección del espacio elegido para la intervención, junto con la familia. 3. Se analiza la propuesta realizada por la familia en los imaginarios y en el diseño escala 1:1 4. Se reúne familia y arquitecto para saber lo que cada parte va a dar en el momento de la intervención. 5. Realizar la propuesta arquitectónica con base en el análisis y las propuestas de la familia, ajustando todas las especificaciones técnicas de la misma. Ver Anexo 10

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2.3

REFLEXIONES FINALES

DEL CAPÍTULO

Los espacios influyen en el cómo vivimos, en el cómo actuamos y hasta en el cómo nos expresamos. El espacio doméstico como reflejo de lo que somos da cuenta de la vida que hemos llevado, que hemos construido, por tal motivo una nueva intervención debe estar acorde con lo que somos y lo que hemos construido, acorde a nuestra historia. El método nos ha permitido reconocer la historia que se resguarda a través de las paredes del espacio doméstico de Maria Cielo y Don Luis, un espacio que se ha ido transformando en el tiempo, cada transformación física lleva también una transformación personal, por lo tanto, la nueva intervención no puede estar ajena a esto. Descubrir que el espacio que la representa era la cocina, era descubrir también que durante mucho tiempo ella no tuvo con que identificarse, su cocina eran un par de ladrillos ubicados al rincón de su habitación, la intervención no iba a ser otorgarle una cocina, sería darle ese espacio íntimo que ella tanto había soñado, un espacio que le permitiera sanar experiencias del pasado, para ver su futuro de otra manera. Sus expresiones al hablar de ese espacio que tanto ha anhelado nos mostraba que hacía falta ese espacio que reflejará lo que ella es, reflejará su identidad, cada paso que llevábamos en el método nos iba introduciendo cada vez más en el cómo sería la cocina, que color debería ser 68

esta, que elementos deberían componerla y así mismo su esposo y sus hijos, reconocían que ese espacio doméstico le hacía falta ese espacio núcleo, motor. El método no es solo para determinar aquel espacio a intervenir, este es también para encontrarse, para reconocerse ante un espacio que representa tu ser, tu intimidad. Habitar es dejar huella, es depositar experiencias, memorias y sentimientos en ese acto, por tal motivo, durante el proceso cada vez se hacía más evidente que no podíamos intervenir, sin antes entender el espacio, a través de las experiencias, el cuerpo y la identidad, porque la persona que habita aquel espacio es la que le entrega su alma y su esencia, así pues, una intervención ajena a reconocer esto, se convierte en una intervención vacía y sin un sentido alguno, en una intervención igual de tantas que solo busca responder las necesidades físicas del momento, sin lograr albergar la identidad de la persona que habita allí. De igual forma, ser parte de la intervención, del diseño y de su proceso le permite a cada persona que habita el espacio entregarle su esencia a ese espacio, son ellos los que vivirán ese espacio, por lo tanto, son ellos los que deberían elegir el cómo quieren vivir este espacio, un proceso de co-creación, cada uno aporta desde donde sabe diseñando así un espacio que pueda representar de


la mejor manera quienes son ellos. Crecer como profesionales, es crecer como personas también, agachar la cabeza y admitir una equivocación, no te hace malo, te hace cada vez mejor, esto lo aprendimos aquí con ellos, hablando, conciliando, llegando a acuerdos que a la final buscaban solucionar de la mejor manera un imprevisto que se presentaba. El método le permitió a ellos recordar una historia, expresar sus sueños, contar sus más grandes anhelos, pero también nos permitió a nosotras encontrar quienes éramos personalmente y profesionalmente, cada uno se construyó mutuamente. Entendimos que establecer relación con un espacio y con una familia tan íntimamente hacía que tocarás algo en ti que aún guardabas y de esa forma, comprendimos que la arquitectura no es solo hacer un plano, es también un aprendizaje personal, un encuentro de mundos. Con ella nos permitimos contar nuevas historias, historias que se entrelazan, una arquitectura solo puede estar llena de vida, cuando el arquitecto se deja contagiar de esa vida.

Lestara arquitectura solo puede llena de vida, cuando el arquitecto se deja contagiar de esa vida.

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CAP 3 TOCAR EL ESPACIO DOMÉSTICO INTERVENCIÓN ARQUITECTÓNICA

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TERCER

CAPÍTULO TOCAR EL ESPACIO DOMÉSTICO INTERVENCIÓN ARQUITECTÓNICA 3.1 CONSIDERACIONES INICIALES

Tocar el espacio doméstico significa tocar a la persona misma que habita aquel espacio, es decir, tocar el espacio es adentrarnos en la intimidad de la persona. Para la arquitecta Ana Sofía Pereira, el espacio de la intimidad conlleva emociones y sensaciones en donde se plasman las huellas que se dejan a lo largo de la vida. Por tal motivo, como personas ajenas a ese espacio a intervenir, debemos llegar reconociendo una historia, un significado y una identidad que se le ha sido otorgado al mismo espacio por las personas que lo han autoconstruido. De manera que, el método propuesto nos ha llevado a entender el espacio más allá de lo físico-espacial, dándonos la oportunidad de establecer una relación con el y más que eso con los habitantes. Durante la aplicación del método había un lugar recurrente para la familia y era la cocina, razón por la cual la intervención se realizó allí. La cocina representa su espacio de encuentro, de refugio y de calor, a pesar de que ella fuera un par de ladrillos puestos en el rincón de la habitación. Así pues, durante el proceso solo se soñaba con un 72

espacio donde poder encontrarse y así mismo poder entregarle el significado que para todos es. Cada nueva transformación que se generaba allí desde abrir la ventana, hasta pintarla de amarillo, llevaba consigo una nueva emoción, una nueva experiencia, sentir que algo estaba comenzando a ser parte. La cocina representaba tocar un pasado perdido y soñar con un futuro anhelado; para María Cielo el espacio de la cocina representaba su lucha, desde esta, ella había logrado sacar a sus hijos adelante, había logrado salir adelante ella y quería recobrar eso, su fuerza, su lucha ante el mundo. A su vez que ella materializaba sus sueños, nosotras nos dábamos la oportunidad de ser parte de algo más grande, de entrar a ser parte de esa historia, de esa identidad de aquel ser humano, llevándonos a ser parte del espacio y de lo que su transformación estaba generando. De esta forma, entendemos que la intervención debe representar un modo de vida, es decir, debe representar lo que el espacio en sí significa. A través, de un proceso en conjunto con el Observatorio Urbano Hábitat de la

“E l de la

espacio intimidad conlleva emociones y sensaciones en donde se plasman las huellas que se dejan a lo largo de la vida.” Ana Sofía Pereira


Universidad de la Salle y la fundación Proyecto Escape de Altos del Pino hemos logrado realizar la intervención en el marco del workshop CASA RAÍZ13 III el origen. Esta se llevó a cabo de la mano con los habitantes del espacio doméstico que hemos venido estudiando. De este modo, comprendimos que son ellos los que le dan el valor, el significado y la esencia a toda aquella transformación que se genera en el espacio. Estableciendo de esta manera un intercambio de saberes al reconocer los saberes que han adquirido ellos a través de la construcción de su espacio doméstico. A partir de ello, durante los 10 días del workshop, la construcción fue mutua, tanto personal como profesionalmente, aquí comprendimos como el espacio doméstico tiene un alma, un alma que le da vida al hogar y que son los mismos habitantes los que se la entregan. Un proceso que nos llevó aprender a solucionar los imprevistos que se iban presentando, a partir, del diálogo y las conciliaciones, cada uno aporta desde donde sabe, un proceso de co-creación. Y si habitar es dejar huella como lo dice el poeta Bertolt Brecht, construir el espacio que habitas también lo es; ser parte del proceso de materialización de un espacio va más allá del hecho de generarle confort a una familia, es entregarle un espacio que como lo dice la directora del Observatorio Urbano Hábitat Laura Sanabria donde puedan ‘echar raíz’, de lograr vivir con dignidad, además de otorgarles un espacio donde se puedan reconocer así mismo, como familia y como personas. “Es un proyecto que integra diferentes iniciativas comunitarias para aportar a la transformación del barrio Altos del Pino, a través de micro intervenciones en viviendas y espacios comunitarios” observatorio urbano hábitat. Este proyecto nació desde el Observatorio Urbano Hábitat acompañado de la Fundación Proyecto Escape. 13

Un espacio que se transforma a lo largo de los años como ha sido el espacio doméstico de María Cielo y Luis Miguel, da muestra como la identidad del espacio evoluciona de la misma forma que lo hace la identidad de cada persona, que este espacio se muestra como el reflejo de quien lo habita y que por demás cada cambio, cada transformación dan lugar a una nueva forma de ver y comprender el mundo. Razón por la cual, esta intervención se llevó a cabo, a través, de un reconocimiento propio de ellos mismos, un reconocimiento que llevó a que la transformación tocará aspectos psico-emocionales de su vida, para así lograr reconciliar un pasado y proyectar un futuro. Así mismo, cada elemento, cada color, cada disposición de algún objeto se dio por autonomía de ellos, dando lugar a un espacio vivido, un espacio lleno de la esencia de la vida de cada persona (Bachelard,1957). Así pues, la intervención se realizó por medio de unas fases que se desarrollaron, a partir, de unos parámetros técnicos establecidos con anterioridad, esto permitió que tanto la familia como nosotros tuviéramos el control, sobre cualquier situación a presentarse. Al transcurrir cada fase dábamos cuenta de los cambios que se iban generando y de las nuevas experiencias que se iban produciendo; la llegada de la luz a uno de los lugares más oscuros de la casa, el agua en el baño y la cocina, la ampliación de espacios que antes se sentían muy estrechos, fueron algunos de los cambios que se fueron produciendo en la medida que se iba materializando la intervención. De manera qué, se iba creando un espacio, donde cada persona que habita este se empezaba a identificar, se generaban nuevos lazos entre la familia y entre el adentro y el afuera. Cada cambio mostraba un nuevo comienzo, 73


contaba una nueva historia. En este sentido, esta intervención llego a tocar experiencias internas de las personas que habitan el espacio y de las personas ajenas que llegaban a ayudar a la intervención. Como dice Juan Ramón Jiménez “nuestras casas saben bien como somos” y la manera como las construimos o como dejamos que la construyan muestran bien el significado que aquella tiene para nosotros. Un espacio íntimo no se toca solo con las manos, también se toca con el corazón y ese es el motivo por el cuál, la intervención se realizó, a través, de la experiencia propia, dejándonos conectar con las emociones y los sentidos, fuimos participes de un cambio y de esta manera es como se los mostraremos a continuación. Cada fase llevó un crecimiento profesional y personal, en cada una de ellas vemos, como el conocimiento natural adquirido por las personas y el conocimiento experto adquirido por la academia se unían para la materialización de un espacio. Una historia que a continuación hemos de contar.

74

“N uestras saben bien

casas como somos y la manera como las construimos o como dejamos que las construyan muestran bien el significado que aquella tiene para nosotros.” Juan Ramón Jiménez


75


3.2

INTERVENCIÓN ARQUITECTÓNICA

LA INTIMIDAD DEL ESPACIO DOMÉSTICO

El espacio doméstico, es un territorio donde se despliega la vida, las experiencias, un abrigo donde puede desarrollarse la intimidad, “un territorio para arraigar el microcosmos familiar” (Certeau, Giard, Mayol, 1999). Por lo tanto y casi que sin darnos cuenta, la metodología planteada nos llevó a ver las relaciones entre la función y la sensación que cada espacio en la casa tenían en la vida cotidiana de la familia, comprendiendo que el lugar que sería tocado desde el diseño, involucraba a todos y a sus sentimientos, así como a la vez, de alguna forma aseguraba el lograr palpar fibras profundas que generaran cambios significativos en la realidad de los habitantes; de manera que, la arquitectura, desde el campo del mejoramiento, se convirtió en el puente que permitió cruzar la aparente barrera entre ambos mundos. Así pues, según Luce Giard, en el centro de los sueños, “está a menudo, la cocina, esta pieza ardiente donde la familia se reune, el teatro de operaciones del arte de hacer, sobretodo del arte de alimentarse”; de manera que, en este espacio, el trabajo indispensable consiste en la socialización, en la alimentación, en los vínculos profundos que se pueden desarrollar con otras personas, un delicado límite donde la intimidad se permite ser. Para la familia, uno de los espacios que suele hacerlos soñar, es la cocina, un 76

espacio que representa la nostalgia de todo a lo que habían sido obligados a atravesar, por todas las experiencias extremas que sortearon, pero también es un lugar para el amor y la esperanza, una motivación para hacerle frente a la realidad cotidiana. De ahí, la importancia de tocar este lugar, la cocina como medio para trastocar otros mundos mucho más personales e íntimos, e incluso su vínculo con el desarrollo de los proyectos de vida desplegados en el espacio doméstico y en los sueños. En este sentido, la cocina como espacio de hacer de comer, es el punto de confluencias, donde el presente y el pasado se mezclan, donde el cuerpo se mueve libre, se rememoran experiencias y se despliega la identidad, para atender la necesidad del momento, para adecuarse a la circunstancia; un lugar que para la familia, es la comunicación, las sonrisas, los olores, un lugar de placer y felicidad; que reclama también un esfuerzo de todos, reclama el constante movimiento. Por tanto, el proceso que se desarrolló necesariamente tenía que desarrollarse allí, donde cada día y cada actividad realizada implicaba dejar un poco de nuestra esencia, la de cada persona que ayudó y apoyó el trasfondo del proceso; desde llevar el agua a la casa, hasta probar el primer café y sonreír por el resultado, consistió el aprendizaje mutuo del proceso de diseño.


PROCESO ETAPA 1 EXPLORAR FASE 1 APROXIMACIONES

CONTEXTO

FASE 2 RECONOCER

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ESPACIO DOMÉSTICO

FASE 2 RECONOCER

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FASE 3 SENSACIONES

FASE 4 PERCEPCIÓN

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ETAPA 2 INTENCIONES FASE 5 IMAGINACIÓN

ETAPA 3 PROYECTAR FASE 6 CO-CREACIÓN

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PLANIMETRÍA INTERVENCIÓN Ver Anexo 10

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3.3

EXPERIENCIAS DEL DISEÑO

INTERCAMBIOS Y CONCILIACIONES

“Disoñar, consiste en diseñar y soñar, es lo que hacen quienes diseñan su vida de acuerdo con sus propios sueños, es sentir la vida en todas sus expresiones, sentirla visceralmente, y amarla, gozarla y defenderla. Disoñar es hacer un alto, mirar hacia atrás, ubicar el punto de partida, imaginar nuestro paraíso, abrir el espectro de los caminos para alcanzarlo, elegir uno, recorrerlo e intentar hacer propia la felicidad” (Mario Calderón). Y en medio de esos caminos para alcanzarlo y puntos de partidas diversos, creció y se desarrolló este proyecto de grado, que desde el concurrir de sueños, experiencias y memorias, y desde otra mirada al papel del diseño arquitectónico, se empeña en resolver el cuestionamiento sobre ¿Cómo resignificar, desde la arquitectura, el espacio doméstico autoconstruido y su relación con la experiencia de la realidad individual?, se empeña en retomar el vínculo de la arquitectura con la vida. “Toda comunidad práctica el diseño por sí misma” (Escobar, 2016) De una u otra forma, siempre hemos tenido que diseñar para vivir, de manera que, bajo esta premisa, el proceso de diseño y consolidación de mismo, se desarrolló a partir de las conversaciones de gentes que diseñan, diseñadores de la disciplina y diseñadores comunes y corrientes, como los llama Escobar, “gente que ha mirado 82

la vida de frente”; así pues, el intercambio de saberes y las conciliaciones para el diseño y los sueños mismos, fueron mediaciones constantes que lograron proyectar y materializar una parte de estos sueños, evidenciando no sólo la capacidad del diseño arquitectónico en influir en las dimensiones psico-emocionales, sino también la capacidad de la arquitectura para generar procesos que impulsen proyectos de vida desde diferentes aspectos; el espacio doméstico ya no es simplemente un contexto informal o violento. El proceso de diseño nos permitió construir puentes entre los saberes y la experiencia, entre el diseño desde afuera y el diseño desde dentro, para convertirnos, las gentes que diseñan, en “tejedores conscientes de la urdimbre de la vida” (Escobar, 2016) una invitación que el autor nos hace desde el diseño, y que a la final es una gran parte de la labor del arquitecto, del ser humano; así pues, ¿Por qué la arquitectura está tan distante de la vida misma? Para Pallasmaa, “la arquitectura nace de la idea y de la experiencia del hogar, de la esencia del habitar”; por lo que, siempre tendrá una relación profunda con la vida y la supervivencia, en este sentido, el papel del espacio doméstico lo evidenciamos como “la estancia del ser humano en la tierra describe nuestra historia pequeña y


particular, nos permite morar, hundir raíces, reunir a los seres más cercanos, fundar lugar y memoria. En tal sentido, la casa y el ser humano se afirman como dualidad” (Uzcátegui, 2009). De manera que, indiscutiblemente los movimientos generados dentro de él, en el espacio doméstico, por más pequeños que pareciese en lo físico-espacial, tiene una repercusión o una especie de desdoblamiento sobre la vida del habitante e incluso sobre la vida de los diseñadores “expertos”.

Ecolaborativo l proceso de diseño permite

construir puentes entre los saberes y la experiencia.

El papel de la arquitectura, en este proyecto se materializó como la comunicación entre mundos aparentemente dispersos, conversaciones entre el diseño natural y el diseño experto, donde a diario se mediaron conciliaciones en todos los aspectos, una relación establecida desde la experiencia diaria con los habitantes y los diseñadores, desde un vínculo íntimo que las diferentes fases de investigación y trabajo nos permitieron desarrollar, una conexión sin límites tediosos de arquitecto y usuario, sino más bien la reunión de distintas personas con un mismo objetivo, hacerle frente a situaciones de adversidad desde el diseño arquitectónico junto con la exploración en herramientas de las ciencias sociales, disoñadores nos llamaría León Octavio Osorno, comprometidos con los proyectos de vida individuales de cada uno de lo que confluimos en ese momento. Así pues, junto al aprendizaje del conocimiento experto que se puso a prueba resolviendo los imprevistos presentados, también se desdoblaba un aprendizaje mucho más profundo, en el que se involucraba a cada integrante del proyecto para volver al origen de nosotros mismos, más allá de la profesión, más allá de nuestro

trabajo e incluso más allá del lugar donde nos encontrábamos; un aprendizaje que tocó cada fibra dentro de nosotros y que necesariamente debían desarrollarse a la par, un proceso simultaneo y directamente proporcional, en el que el uno indiscutiblemente influía sobre el otro y en el que de no haber sido así, posiblemente no habría sido satisfactorio al verlo finalizado y seguir soñando sobre el mismo. Cada taza de café, cada discusión, cada sonrisa temerosa e incluso cada confianza cargada de miedos, estuvo a favor para disoñarnos este camino donde coincidimos, para la materialización de aquel sueño que evoca nostalgia y amor en la familia y al finalizar también en nosotros. En este sentido, coincidimos con Pallasmaa y Bachelard al entender que la arquitectura siempre tratará de la vida, por lo que la una siempre está mediada por la otra; este mundo, el de la arquitectura, fue el que permitió acercarnos y reconocernos en el otro, estableciendo una relación sentida y profunda con los habitantes del espacio doméstico, y desarrollando en nosotros una sensibilidad con que logramos tocar el espacio desde el mejoramiento, comprendiendo su significado más allá de la calidad física-espacial, de manera que, el repensarnos el papel de las intervenciones arquitectónicas, en la intimidad de los espacios domésticos, permitió que el proceso realmente tuviera incidencias profundas en el proyecto de vida de la familia, así como también en los aspectos psico-emocionales de cada uno y sus prácticas como familia.

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3.4

REFLEXIONES FINALES DEL CAPÍTULO

“La arquitectura de verdad, siempre trata sobre la vida” Pallasmaa (2016). A través, de entender el espacio doméstico desde lo teórico hasta la experiencia real de la familia, nos hemos permitido comprender que este espacio es más que una construcción físico-espacial, aquí se proyecta una vida, unos sueños. Se tocan aspectos íntimos en donde la experiencia, el cuerpo y la identidad se convierten en los principales aspectos que permiten entender este espacio. Por lo tanto, tocarlo va más allá de materializar una transformación físico-espacial, es encontrar dos mundos aparentemente distintos y así permitirnos tanto arquitectos, como habitantes desnudar el alma para aprender y construirnos como personas. Es permitirnos ser parte del espacio y de lo que este significa, para darle el sentido que merece a cada cambio o transformación que se le da, mostrar nuestro respeto ante el y ante la historia que ha de contar. Cada día nos permitíamos ser cada vez más parte de esa cocina que estábamos interviniendo, siendo así, cada vez más parte de la familia. Porque la arquitectura no se puede tratar sobre la vida, si nosotros no nos permitimos ser parte de esa vida. Y a partir de esto y a medida que construíamos la cocina, construíamos una historia juntos, transformando la experiencia que se vivía en el espacio; una simple 84

ventana como muchos la ven era la llegada de la luz a una casa de oscuridad como lo decía María Cielo con el martillo abriendo el hueco “Que se haga la luz en esta casa” o llevar agua al baño y a la cocina, para la mayoría de las personas es normal tenerla en estos espacios, para ellos era un sueño volver a bañarse en una regadera. Entonces, aquí aprendimos que transformar un espacio tiene sentido cuando esa transformación te toca a ti tanto como lo toca a ellos, porque adentrarnos a tocar una historia es comenzar a ser parte de ella. Y en esta medida, para nosotras la intervención empezó a tener sentido, no era solo hacer la cocina, era lo que ella significaba para la familia y por ello es que tocábamos ese espacio no solo con nuestras manos también lo hacíamos con el corazón, razón por la cual, sin darnos cuenta la cocina ya era parte de nosotras y de la misma forma ya hacíamos parte de una familia; al volver después de la intervención el espacio solo hablaba, se expresaba ante un lenguaje tranquilo y sutil, mostrando a todo aquel que llegaba a verlo que algo nuevo estaba naciendo allí, que personas nuevas resurgieron ante el. Al escuchar a María Cielo y a Don Luis hablar sobre su nuevo espacio, solo nos mostraba que la cocina era el espacio indicado a intervenir. “La cocina es nuestro engranaje como familia, ella es la


que nos reúne” Don Luis; Por medio de estas palabras, le dimos sentido a todas esas palabras de teóricos que nos hablaban de como el espacio doméstico es el reflejo de la persona que lo habita. De esta forma, aprendimos que no es solo entender el espacio desde su esencia más profunda, es tocarlo de la misma manera y así mismo, dejar que este toque una parte de nosotros. Cuando un espacio doméstico se lee y se toca desde su intimidad, desde su esencia le permite a las personas reconciliarse con un pasado para proyectar un futuro. Volver a ese espacio y ver el crecimiento de cada ser que lo habita, era dar cuenta que un espacio físico-espacial también comprende lo psico-emocional de las personas y que un cambio físico por sencillo que este fuese trae cambios emocionales, el espacio da cuenta de ello y las personas a través de sus palabras y gestos también dan cuenta de ello “Les cuento niñas que la energía ha cambiado mucho, esta casa ha cambiado mucho” María Cielo. Así pues, hemos aprendido a ser más humanos por medio de la intervención, a dejarnos contagiar del amor y cariño que traen las personas y de esta manera entender la esencia de la arquitectura desde nuestra experiencia.

Q ue sería de la arquitectura si como

arquitectos no nos dejamos maravillar por aquello que las personas nos puedan enseñar. 85


ANEXOS 86


87


ANEXOS

EVIDENCIAS DE UN SUEÑO ANEXO 1

FRAGMENTO DE ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA DE FINAL ABIERTO Guerrero HABITANTES: Nohora Wendy Zambrano Entrevistador: “Nohorita, ¿nos podrías contar la historia

del barrio? ¿Cómo se fundó? ¿Cómo creció? Queremos conocerlo, desde las perspectiva de ustedes, los fundadores del barrio”.

Nohora G.: ¿Por qué todos quieren saber siembre lo mismo? Risas

Nosotros fuimos de las primeras personas que llegamos al barrio. ¿Vas a grabar? Risas. Empezamos a llegar en 1994 exactamente, con varias personas se empezó a construir los “ranchitos” en paroid, ¿Saben lo que es? La tela asfáltica... Esas eran nuestras casas y la puerta era una cortina. En ese tiempo no había tanta inseguridad, uno dormía, la cortina amanecía en el suelo y uno ahí en la cama. Risas Y entonces después de eso, asimismo como se empieza un barrio; asimismo como se empieza un barrio, empiezan a crecer las

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necesidades. Y es ahí donde uno dice, bueno, empieza lo malo, pero también empieza lo bueno, porque es que apenas se va empezando a ver las necesidades, se va resolviendo… ya faltaba el agua, que falta la luz, y pues entonces nosotros empezamos a buscarnos la forma de traer el agua al barrio, la forma de traernos la luz al barrio... empiezan esas serie de cosas. También la comunidad empieza a organizarse en ese momento, había un coordinador, que era Gustavo Guzmán y Solangel Sotelo. (Ellos ya no están acá en el barrio, se fueron hace tiempo). Entonces ya se empieza a gestionar varias cosas, a traer el agua por manguera y esas fueron las dificultades más grandes del momento. Empieza a llegar más gente y comienza a haber la necesidad de una escuelita y se empieza a construir la escuela. Primero fue con bachilleres de policía en un ranchito. De las primeras alumnas de esas escuelitas


Wendy Z:

(señala a Wendy, la hija mayor). Y la última en salir.

Nohora G.: entidades. En eso llegó médicos sin fronteras

Risas Nohora G.: Entonces todo eso se va dando y poco a

poco. Entonces viene Generals Motors y se da cuenta de la necesidad,Y con el General Naranjo donaron la escuelita que tenemos en la actualidad.

Entonces dicen como que bueno, vamos a construir la escuela, la comunidad aportó la mano de obra. Entre todos la construimos, entonces seguían los bachilleres, pero para poder que pudieran seguir como mandándonos gente, profesores, tuvimos que entregar la escuela al distrito, o sea a la alcaldía de Soacha, entonces ahí la comunidad pierde la autonomía del espacio. Pues está la escuela, pero de todas maneras, no le pertenece a la comunidad. Y eso si es una falla, porque allí era donde se desarrollaban muchas actividades de la comunidad. Entrevistador: ¿El agua de donde la bajaban? Nohora G.: El agua la traíamos al principio, al principio, venía de San Mateo, la traíamos de abajo. De Quintanares en bolsas, después la traíamos de un lavadero comunitario que había en San Mateo, luego ya un señor nos la traía en burro, luego ya nos organizamos y la traíamos en mangueras del tanque de sierra morena y poco a poco fueron llegando

Nohora G.:

y nos hizo unos trabajos comunitarios y nos pusieron el alcantarillado, en tubería de PVC... en algunos barrios, no en todos. Ya que a medida que fue creciendo este barrio, fue creciendo toda la loma. Entonces médicos sin fronteras nos ayudaron con la tubería para eso y también nos donó una motobomba para que el agua nos llegara más, fuera más frecuente. Y ya esa motobomba nos tocó pagar por fontanería. ¿Bueno y que más le cuento? Entonces empieza como la dinámica del desarrollo comunitario... pues por mi parte empiezo a partir del 2000, ya están mis niños, y empiezo a trabajar con la comunidad, empiezo a mirar las necesidades de la comunidad desde otro punto de vista, no de quien me da que, sino yo que puedo hacer por quien, empezando por mi misma, porque como yo siempre he dicho cuando yo empecé con el taller del refuerzo escolar lo hice más que todo por mi, yo cuido mis hijos cuidando a los que están alrededor porque es como alelopatía, yo me cuido cuidando lo que está alrededor, cuidando al entorno. Entonces así fue como empecé con el refuerzo, ayudándole a los niños con las tareas, haciendo talleres y pues también alrededor la comunidad va creciendo, va emigrando, van llegando nuevos, se van yendo, luego, en el 2007 llega techo por mi 89


ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA DE FINAL ABIERTO país y Catalina Muñoz, Bueno, esa es otra historia porque techo se separa de catalina Muñoz y aparecen ahí como unas nuevas estrategias de trabajo comunitario y empiezan a cambiar los ranchitos por casitas de emergencias, unas casitas de maderas y así, luego con ellos empezamos a trabajar por desarrollo comunitario. Y así poco a poco fue creciendo todo... estaba la abuelita con su comedor, en un momento lo tuvieron en otro lado, luego tuvieron que cerrarlo, porque quien inició ese comedor no fue ella sino la hija en otro lugar y bueno, no se que pasó, son historias que ellos tienen que contar. Digamos que casi a la par, nace el comedor y nace Semillas entonces siempre nos hemos apoyado… o sea, casi no nos vemos, pero cuando, por decir si yo veo el momento en que puedo influenciar de alguna forma para ayudarla a ella, lo he hecho con proyectos… para ayudarle a arreglar el piso, para ayudarle a arreglar cositas. Siempre la he tenido encuentra para el tema del desarrollo comunitario. Siempre la he hecho parte de ese equipo del proyecto y pues en lo poco que he podido le he colaborado… Así sucesivamente ¿Qué más puedo decir que son cosas así que puedo como destacar acá? No… el tema de las calles que se han organizado y que la comunidad también. Este Barrio se ha 90

Wendy Z: Entrevistador: Wendy Z: Entrevistador: Nohora G: Wendy Z: Nohora G: Wendy Z: Nohora G: Wendy Z: Entrevistador: Nohora G: Entrevistador: Nohora G:

destacado por ser uno de los barrios más sanos… es chiquitico pero es un barrio muy sano, que intentamos unirnos como comunidad y estamos en ese trabajo todavía… de ver como seguimos. Era sano hasta hace 20 días. ¿Por qué? Porque... colocaron un burdel... ¿Cómo así? Entonces… Pues bueno, esas son cosas que si usted da papaya. Y gracias a Dios a nosotros no nos pasado mayor cosa. Pero es que eso trae muchas cosas. No... ya se la quitaron Wendy. Si? Bendito Dios. Estás calumniando al barrio más sano de la loma, de Altos de Cazucá… O sea, eso ni siquiera era para haberlo comentado. Pues yo pensé que seguía funcionando, porque pasé y escuché música. Nohorita, y ¿Ustedes de donde vienen? Yo y mi esposo somos huilenses… ¡Ombre a mucho honor! Gente trabajadora, cameladora, buena gente. ¿Por qué se vinieron acá? Bueno hay cosas que se pueden decir… y hay cosas que no se pueden decir.


Wendy Z: Nohora G:

Yo ya la delaté. No porque no sabes la verdadera historia.

Risas Nohora G:

Fueron muchas razones... Una de esas fue ella. (Señala a Wendy).

Risas Wendy Z: Nohora G:

La más predominante. Bueno… y qué más les digo… Ah bueno, ¿Por qué nos vinimos? Pues también por tener un mejor futuro y pues no se si ustedes… bueno eso si por favor no lo graben. Cuando llegamos acá fue muy duro, porque vivíamos en una casa muy grande, como más de la mitad de esta casa… antes vivíamos en finca, claro era súper grande, chévere. Y cuando llegamos acá nos acogió una familia, un familiar de Migue, pero la cocina había que salir la persona que estaba allá para poder entrar otra. Luego ahí nació Wendy y todo, pero el espacio… uno se estrella, uno se estrella porque uno se emociona por la ciudad y todo y mentiras, uno se estrella porque ¡mentiras! Las cosas no son como se las pintan a uno y pues yo siempre he sido trabajadora desde que la tuve a ella empecé a trabajar y todo… Luego vivimos en una casa donde tocaba compartir cocina y baño, donde alquilamos un cuartito, para mi era muy duro porque yo

Nohora G.: a veces cocinaba y todo, y me quitaban la comida o la manoseaban.

Si entonces no… que le manoseen las cosas a uno y uno se da cuenta que le quitan... eso aburridor. Entonces cuando Migue dijo que mire que por allá hay un lote, no sé qué… nosotros vivíamos… ¿Ustedes conoce el Guavio? Ahí yendo para Choachí, eso queda cerquitica al centro, o sea en 10 minuticos y estábamos en el centro… pues por ahí es calientito, digámoslo en temas de seguridad, pero también es muy favorable porque uno no gastaba tanto en transporte. Pero entonces, Migue me dice: No, hay unos lotes por allá, no se qué… yo en ese momento, yo estaba trabajando y yo le dije: pues no… ¡vamos! Vamos y miramos…. Bueno nos vinimos a mirar… esto era un peladero, no había ni una casa, y el amigo que lo trajo estaban empezando a invadir. Y yo me desesperé tanto de vivir así que yo le dije a Miguel, ¡vámonos, vámonos! Vámonos cuanto antes… cuando yo llegué acá, me di cuenta que estaba embarazada de mi segundo hijo y entonces pues claro… eso fue horrible porque pues ya llegar acá sin, casa, sin nada y uno embarazada, Migue sin trabajo, bueno porque todo novato paga su novatada, digámoslo así. Él llegó de vendedor ambulante y la mayoría de la gente que vivía acá era vendedores ambulantes… 91


ANEXO 2

FRAGMENTO DE DIARIO DE CAMPO DÍA 1 6:00 AM Acordamos encontrarnos en la estación de León XVIII a las 7am; estoy en la estación de universidades esperando el Transmilenio que necesito, aunque sé cual es la ruta por seguir, consulto constantemente el mapa para confirmarla, aunque realmente es por los nervios… toda nueva experiencia genera en mi una ansiedad increíble; el trayecto hasta León XVII es largo y además nunca he ido a Soacha, seguramente he pasado por allí, pero es la primera vez que me detendré allí. Mi ruta indica que debo hacer dos transbordos, detesto el sistema de transporte de esta ciudad y mi cabeza no deja de imaginar lo complicado que será ir constantemente allá, pero la emoción de ir por primera vez a un lugar del que tanto me han hablado y sobre el que he visto tan poco tampoco abandona mi cuerpo y me mantiene con la esperanza de que ese será el lugar donde podremos desarrollar nuestra tesis. Estoy muy ansiosa, no conozco a las personas que me esperaban en el Fruver de León XVII y me cuesta demasiado tener que hablar, sobre todo con personas que no conozco, además justo hoy tengo que ir sola, mi compañera que ya conoce y fue el fin de semana pasado no puede estar hoy… que complicada se ven las cosas para mi hoy. Conocimos Altos del Pino, gracias a Casa Raíz, un proyecto dirigido por Laura, nuestra directora de tesis junto a Miguel Zambrano, el representante de la fundación proyecto escape, que dirige proyectos de desarrollo comunitario en el barrio. Llegamos luego de contactar diferentes fundaciones, justo cuando pensamos que ya no había forma de trabajar directamente con las comunidades, justo 92

cuando nuestro proyecto de grado comienza a reorientarse a un desarrollo más investigativo. En un Transmilenio absurdamente lleno para un día como hoy, o al menos por la hora, los nervios me están jugando una pasada fuerte, tengo náuseas y mucha dificultad para respirar, creo que la emoción por la importancia del día de hoy es indescriptible, al menos estoy cerca de una ventana, puedo distraerme un poco con la ciudad, en este trayecto hasta Soacha, atravieso, literalmente media ciudad hacia el oriente; cambios abruptos entorno a la vida en la ciudad es fácil evidenciarlo, comercio, residencias, zonas industriales, olores, colores, concentración de polución, mercados, una vida agitada, congestionada, vista desde lejos a la velocidad de un Transmilenio, que tonto, así es la vida de todos en esta ciudad ¿no?, a las carreras hasta para dar un beso. Aunque estoy muy nerviosa, las nauseas y la dificultad para respirar ya no están, sólo me sudan un poco las manos, pero es mejor sentir eso que no poder respirar. Estamos pasando la estación de Bosa, se supone que estamos sobre lo límites, pero… ¿Cuál límite?, el Transmilenio no anuncia si quiera que hemos salido de Bogotá, que la hemos dejado atrás, cualquiera que venga por primera vez, asumirá que seguimos en Bogotá, un poco más densa, pero en Bogotá, que abrupta son nuestros medios, nuestros ritmos, transgredimos, en milésimas de segundo, el espacio de un municipio y ni siquiera fuimos advertidos, así casi siempre se nos va nuestra vida.


7:15 AM La mecánica voz de Transmilenio anuncia mi llegada a la estación de León XVII, justo allí casi que todas las personas abordo se bajan; con mi mochila emocionada y muy nerviosa, camino en dirección a la salida de la estación, me siento perdida, pero trato de buscar el Fruver en el que acordamos vernos para llegar al barrio. Logré verlo en medio de buses pequeños que iban y venían, en medio de la vida misma. Camino lentamente por el puente peatonal que llega justamente, a la entrada del lugar donde me están esperando, mis manos no paran de sudar y mi corazón late al mil, logro ver a Nicolás, a quien todos llaman Pelos, creo que solo falto yo por llegar. Saludo tímidamente a los chicos que comían buñuelo y pan de bono para amenizar la espera de quienes faltaban, me preguntan sobre mis trayectos para llegar y me invitan a sentarme en la pequeña mesa para que pida algo de comer antes de subirnos al bus, mi cabeza se cuestiona ¿Otro bus? ¿Luego no habíamos llegado?, igual no hago preguntas y hablo poco, pido un buñuelo y un jugo de mora, no había comido nada por la ansiedad. Algunos chicos me preguntan por la tesis, me cuentan también que es la primera vez que se inician tan temprano los talleres de Casa Raíz, “el fin de semana pasado organizamos la estructura de esta versión, esta vez para nosotros Casa Raíz es el final, el verdadero trabajo son estos talleres que nos estamos pensando con la gente”. Ellos me emocionan, la forma en la que hablan, la energía y la emoción que transmiten es realmente impresionante,

este es el lugar, me digo una y otra vez. Los chicos me indican que ya es hora de subir, se nos ha hecho un poco tarde y Miguel nos está esperando, debemos bajar antes de almuerzo, algunos tienen compromisos después. Salimos y caminamos frente al Fruver, un bus blanco y violeta está estacionado y un chico anunciando a gritos que tiene como destino La Isla y Arroyo nos invita a subir, 1100 me dice Nicolás que debo cancelar, y busco entre mis bolsillos ese monto; nos subimos y cancelamos inmediatamente, cada uno toma un asiento, mientras que afuera la vida comienza a despertarse, vendedores ambulantes, familias, personas agitadas, polvo, carros, olores, agua, sonrisas, emoción. El bus está más o menos lleno, empieza a andar… comercio en un lado, residencias en el otro, creo que esa parte se puede encontrar de todo; y a medida que el bus avanza el perfil urbano comienza a cambiar, hoy he transgredido límites, puedo ver como poco a poco la “ciudad formal” es dejada atrás en medio del polvo, para adentrarnos en calles sin pavimentar, en lomas abruptas, en medio de casas donde se evidencia la autoconstrucción. Estoy subiendo la loma atiborrada de casas que veía desde el Transmilenio en el que iba hace muy poco. Desde acá la vista es diferente, las dinámicas no son tan extremistas como lo habíamos leído, la gente se conoce, se saluda, se ayuda. Desde mi ventana puedo reconocer las dinámicas barriales que tanto se desean fuera de acá, en la ciudad que los vulnera día a día; La vida fuera de esta ventana es más humilde...

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ANEXO 3

MAPEO FENOMENOLÓGICO

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ANEXO 4

MAPEO FENOMENOLÓGICO Aplicado a la familia

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ANEXO 5

HISTORIA DE VIDA María Cielo Ortíz

“Yo me cansé y unas amigas me dijeron que me volará con ellas, y pues así fue mija, con el uniforme del colegio me volé para acá pa’ Bogotá”.

“Yo vivía en Buena Vista alta, en el campo... Más allá de Rovira Tolima.”

“Jay! madrecita linda y me traen para trabajar de interna Yo tenía como que le digo yo, yo tenía como 14 años”.

“El campo me gustaba por un lado, pero por otro no, no me gustaba por que mi mamá me daba muy duro, me maltrataba muy duro, yo pensé que era por ser la mayor”

“Un domingo me sacaron y ellas lo que hicieron fue venderme. Estuve en Lucero alto Ciudad Bolivar. Quede embarazada de mi primer hija a los 17 años” 96


“Luego conocí a Don Luis, llevamos 20 años viviendo juntos, pero llevamos mucho tiempo más de amigos, trabajábamos juntos. Tuvimos 5 hijos con él”.

“Hace 14 años llegamos acá al barrio. Esto era un potrero, un ranchito, un ranchito de latas.”

“Hace 4 años asesinaron a uno de mis hijos, y por eso los otros se perjudicaron”

“Karen, mi hija, se voló con un chino que conocío por facebook, nos dejó una nota y se fue... Y esta es mi vida mija, así es como ha sido y como la vamos llevando”.

“Un día me volé con los dos niños donde una señora llamada Doña Gloria, a pesar de las amenzas de quitarme a mis hijos y asesinarme”.

97


ANEXO 5

HISTORIA DE VIDA FRAGMENTO DE CONVERSACIONES Entrevistador: ¿De donde vienes María Cielo? María Cielo: “Yo vivía en Buena Vista alta, en el campo, más allá de Rovira Tolima. Allí vivía con mi mamá, papá, hermanos, abuelita, tíos.

Yo fui la mayor; 5 hermanos, conmigo eran 6, después que volví ya habían 3 más por parte de mi mamá. A las 3:00 am me llamaban, yo era la primera que me levantaban en la casa a hacer el tinto, después moler el maiz con mis hermanos, todo eso nos tocaba. A mi me toco muy duro en el campo. El campo me gustaba por un lado, pero por otro no, no me gustaba por que mi mamá me daba muy duro, me maltrataba muy duro, yo pensé que era por la mayor, después daba la casualidad que estudiaba y mi mamá me pegaba, por todo me pegaba; un día me amarró a un árbol de naranjo que hay en el patio y cada nada iba y me pegaba. Yo me canse y unas amigas se volaron primero y me dijeron que me volará con ellas, me dijeron mañana la esperamos en tal lado y pues así fue mija, con el uniforme del colegio me vole yo para acá pa’ Bogotá. Jay! madrecita linda y me traen para trabajar de interna”. 98

Entrevistador: ¿A qué edad te escapaste de la casa? María Cielo: “Yo tenía como que le digo yo, yo tenía como

14 años. Me volé, me vine sin papeles, ni nada, imagínese aquí a Bogotá y me internan las otras a trabajar; bueno yo trabajaba para las otras y a veces los domingos y los sábados me sacaban a dar una vuelta y volvían y me internaban.

Mis amigas eran más recorridas que yo y un domingo me sacaron y ellas lo que hicieron fue venderme”. Entrevistador: ¿Qué edad tenías en ese entonces?

María Cielo: “El señor Ariel me llevo para la casa de él, A

Lucero alto Ciudad Bolivar. Quede embarazada de mi primer hija a los 17 años, una mala vida me dio, no me dejaba salir, para que no me vieran me peluqueaba, me golpeaba mucho perdí un bebé por sus golpes, tuve tres hijos con él”. Entrevistador: ¿Cómo conoció a Don Luis? María Cielo: “Un día me volé con los dos niños donde una señora llamada Doña Gloria, y allá llego a matarme con una macheta, un día todo borracho me los quito, a mis hijos y se los llevo, pero un día me llamo a decirme que no podría estar con ellos, es una mala persona. Donde yo vivía y pagaba arriendo llegaba a


joderme a tirarme piedras a gritarme cosas feas.

Y esta es mi vida mija, así es como ha sido y como la vamos llevando”.

Conocí a Don Luis, llevamos 20 años viviendo juntos, pero llevamos mucho tiempo más de amigos, trabajábamos juntos. Don Luis casí lo ahorca un día al señor Ariel, desde ahí dejo de buscarme y ahora me llama para preguntar por mí o para cuando tiene un problema, me dice la bacana. Con Don Luis tuvimos 5 hijos”. Entrevistador: ¿Hace cuanto viven acá? María Cielo: “Llegamos a Cazucá hace 14 años, esto era un potrero, un ranchito, un ranchito de latas y un pedacito de baño, estaba lleno de malesa, la malesa nos llegaba hasta el hombro, pero aquí fue donde se criaron mis hijos, a mi nieta también. Mi hijo Rodrigo el año que viene cumple 4 años de muerto, a él me lo mataron, el novio que mi hija tenía fue el que me mató a mi hijo. Los dos mayores están en la cárcel por mirar, quién los manda a estar donde no deberían estar, el que me da más pesar es el gordo, el es el más noble, no se mete con nadie y ese día fue preciso para allá. Karen mi hija se voló con un chino que conocío por facebook, nos dejó una nota y se fue, por eso es que la otra semana voy a ir a ver como es eso, como esta viviendo y a ayudarle a hacer unos tamales para vender. 99


ANEXO 6

ARQUEOLOGÍA DE LA CASA

1. EL RANCHITO

Cuando recién llegaron a Altos del Pino la casa estaba hecha en latas, el pasto les llegaba hasta los hombros, no había luz, ni agua. Era un ranchito mojoso, mojoso en latas, hacía mucho frío, a la menor de sus hijos a Angie le dio bronconeumonía del frío; en esta casa vivieron año y medio casi dos años. “Cuando llegamos en la noche esto no tenía luz y se me fue Angie en el pasto, yo no la encontraba, yo pensé que había un hueco y que no volvería a ver a la niña” María Cielo. Aquí empezaron María Cielo y Don Luis con sus 7 hijos.

2. CASA DE MADERA

La familia fue beneficiaria de los proyectos de un techo para mi país, por medio de esta fundación obtuvieron su segunda casa, realizada en madera, en esta vivieron por bastante tiempo. “Fue un amor esa casita, era calientica y no se me llovía como la de latas, teníamos dos habitaciones grandes, tenía la cocina yo aparte, Don Luis la hizo al lado con latas, allá cocinaba con leña y con gasolina y tenía mi baño” María Cielo. Los materiales de este espacio doméstico aún son conservados por la familia “tuve una casa de techo por mi país que es la que esta arriba la viejita de madera” María Cielo. Hecha de palos fue una de las casas que más dejo recuerdos en la familia, por su calor. “Yo aquí críe 60 pollos, yo hice corrales y todo” María Cielo

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3. PREFABRICADA

4. CASA RAÍZ I 5. CASA RAÍZ II

Como el espacio doméstico de un techo para mi país ya estaba deteriorada, aplicaron para el proyecto de casas prefabricadas de Catalina Muñoz, este nuevo espacio estaba conformado por dos habitaciones y la cocina fue instalada por la familia en la habitación de los papas y el baño era un hueco. “No mija sabe que era una tortura, todo era un hueco para bañarse, a usted le provocaba no bañarse, la estufa fue colocada en la habitación para que me diera calor, hacía mucho frío esta casa ” María Cielo. “Todos ayudamos con la casa, mis hijos se iban con su papá para trabajar y traer material para continuar construyéndola” María Cielo. Casa Raíz es un proyecto de mejoramiento de viviendas dirigido por el Observatorio urbano hábitat de la Universidad de la Salle y la fundación Proyecto Escape, en su primera versión realizaron mejoramiento de fachadas que incluía nivelado de andén, pañete y pintura de fachada. Para este caso, se hizo nivelación de andén y pintura de fachada, a través de acuerdos con la familia, la fachada fue pintada con 8 pájaros que eran la representación de sus hijos, aquí se incluía a su hijo asesinado, esto le dio tranquilidad a la familia al poder incluir a Rodrigo en lo que estaba pasando, razón por la cual el primer pájaro que pinto fue a su hijo. Durante la segunda versión del proyecto de Casa Raíz, a la familia se le entregó materiales para que ellos fueran los ejecutores de su mejoramiento, lo cuál llevó a la construcción de más del 50% de la casa que actualmente es, se relleno el hueco que había, dando espacio para la cocina, el baño, el lavadero, los locales, lo que ha hecho crecer a la familia en aprendizaje, en sueños. Esta es la casa que han construido para vivir, aquí han puesto corazón, cada transformación ha hecho que aprendan un poco más, enseñándoles a crecer como personas y como familia, se sienten muy felices y orgullosos de lo que han logrado hasta ahora y los sueños de su casa continúan. 101


ANEXO 7

CASA SOÑADA

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ANEXO 8

DISEÑO COLABORATIVO ESC 1:1

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ANEXO 9

CO-CREACIÓN

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ANEXO 10

PLANIMETRÍA INTERVENCIÓN

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RENDERS INTERIOR

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REFLEXIONES FINALES Es indiscutible decir, que la arquitectura debe tratar sobre la vida (Pallasmaa 2016). En donde se reconoce las experiencias, el cuerpo y la identidad de cada persona, la construcción de su yo; cada persona es única y cuenta un pasado, un pasado que como hemos visto moldea su espacio íntimo, su espacio doméstico. “La arquitectura auténtica representa y refleja un modo de vida, una imagen de la vida” Pallasmaa (2016). A partir de ello, vemos como un mejoramiento que reconozca la construcción de la identidad de cada persona, no solo toca los aspectos físico-espaciales de un espacio, también toca los aspectos psicológico-espirituales de cada persona. La construcción del yo, de la identidad es un acto individual, donde las experiencias que vive el cuerpo logran transformar la manera en cómo se vive y se percibe el mundo. Esto quiere decir que, las experiencias que establece cada persona con su espacio doméstico están determinadas por su cuerpo y su identidad; resignificar estas experiencias primero conlleva un entendimiento de la relación íntima que se establece entre persona y espacio y el cómo esta relación muestra no solo la esencia del ser sino también la esencia del espacio. Moldeamos los espacios, a partir, de cómo nos moldeamos a nosotros, por lo tanto, como arquitectos no podemos desconocer esta esencia que resguarda el espacio en el momento a intervenir; la intervención debe permitirles a las personas identificarse con su espacio y de este modo, el espacio debe seguir permitiéndole a la persona ser el contenedor de sus experiencias, su cuerpo y por demás su identidad. El método de intervención para el mejoramiento de viviendas autoconstruidas en asentamientos informales 108

nos ha permitido recordar la esencia de la arquitectura, recordarles a los habitantes su identidad y permitirnos a nosotras aprender el significado que conlleva construir. “La emoción colorea toda la experiencia humana” Yi Fu Tuan. Que sería de la arquitectura si como arquitectos no nos dejamos maravillar por aquello que las personas nos puedan enseñar, razón por la cual, este método se realiza, a través, de enseñanzas y aprendizajes, de sentimientos y experiencias, de dejarse llevar por lo nuevo e imprescindible de la vida. De entender que cada persona tiene una manera de habitar y de esta forma poner en alto los procesos homogeneizadores que se han instaurado en las últimas décadas, no podemos homogeneizar algo que por naturaleza es diferente. Nos construimos de manera diferente, cada persona tiene su esencia y esto hace que el espacio cobre vida en la medida que el espacio expresa esta esencia. Así pues, el método nos permite dar respuesta a la pregunta planteada al iniciar la investigación “¿cómo resignificar desde la arquitectura el espacio doméstico autoconstruido y su relación con la experiencia de la realidad individual?”; resignificar es un trabajo íntimo y personal, donde cada persona se construye y destruye en la medida que vive nuevas experiencias, por lo tanto, la arquitectura no debe desconocer esta intimidad, por el contrario debe ser parte de ella y de esta forma, concederle al habitante un espacio donde pueda expresar quien es. Por tal motivo, en cada etapa del método se buscó, entablar una relación más íntima con el habitante, logrando de esta forma, reconocer su realidad individual, su esencia más pura, su historia, y así a través de la intervención resignificar las experiencias que el habitante establece con el espacio.


De ahí que, el método sea disoñador, sea un método que le permita a cada persona sentir la vida en todas sus expresiones y de esta manera poderla expresar a través del espacio, cada persona tiene sueños, metas, anhelos. Disoñar es conocer esto, reconocer que se diseña la vida, por medio de, los propios sueños; los arquitectos tenemos un compromiso más allá de otorgar un espacio que cumpla las normas técnicas, tenemos un compromiso con la vida misma, con el ser de cada persona. Es por esto que, el método no es solo del arquitecto, es también de los habitantes, son ellos los que hacen el cambio, nosotros solo somos unos acompañantes del camino; son los habitantes los que le dan vida a todo aquello que se materializa físicamente, y así es como entendimos que el acto de habitar, no es solo un acto de supervivencia, es entregarle a la vida un sentido del porque estar en este mundo, y el espacio doméstico como bien lo dice Pallasmaa es el que nos permite esto. Además, una intervención cargada de significado y sentimientos, es una intervención donde tanto el habitante como el arquitecto entran a ser parte de ella, allí se impregna una esencia cargada de emociones y sentimientos, contándose una historia; historia que empieza a hacer parte de ellos y así mismo parte de nosotros. La arquitectura se siente y se vive, con ella creamos nuevas experiencias, nuevas vivencias, las cuales nos ayudan a crecer profesional y personalmente, pero esto solo logra ser posible, cuando nos dejamos impregnar de la vida misma de los espacios, de las historias que ellos cuentan y de las enseñanzas que traen consigo. Ser parte de un proceso transformador, es permitirnos transformarnos a nosotros mismos; de

este modo, el método busca una construcción mutua, un encuentro de mundos que resulten en un común aprendizaje, donde todos podamos entregarle al otro de la misma forma que el otro nos entrega a nosotros. Volver y sentir el calor, el amor de una familia, nos mostró que todo eso que leíamos en libros, en artículos, palabras de grandes pensadores como Barchelad o Pallasmaa, donde nos hablaban como un espacio puede llegar a transformar vidas, reescribir una historia, es posible. Pero solo es posible si desde nosotros como arquitectos volvemos a entender la esencia misma de la arquitectura, porque desde ahí es posible comprender, la vida del espacio, la vida del habitante y como está sin perjuicios y con todo el esfuerzo se ha escrito. Y no podemos terminar sin antes mencionar que ellos María Cielo, Don Luis y sus hijos nos enseñaron a ser mejores personas, mejores profesionales, a encontrar quien éramos en realidad, se convirtieron en una parte muy importante en nuestras vidas, al mostrarnos que desde que todo se haga con el corazón y todo el amor que se pueda entregar, grandes cosas se pueden lograr, de ellos aprendimos lo que en 5 años en la academia no habíamos logrado encontrar, y solo esperamos que aquellos que utilicen este método logren no solo intervenir un espacio, transformando la vida del habitante, también logren ser parte de ese proceso transformador.

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