ACOMPAÑAMIENTO DE LAS VÍCTIMAS Y LA INTEGRACIÓN COMUNITARIA Integrantes: Margarita Alvarez Alejandro Mora Daniel García Padre Tobías Enrique herrera Yelina Flores William Pardo James Morales María Eugenia Montoya Padre Joaquín Quirós Ana Mercedes Arias Andrea Jiménez Ernesto Caicedo
diócesis de Facatativá municipio de topaipi San Vicente del Caguan párroco de Algeciras Director Pastoral Social de Guapi. Miembro de la ILP de garzón Huila Coordinador de paz y justicia de la arquidiócesis de Bogotá Coordinador regional y de Pastoral Social de Pasto Secretariado Nacional de Pastoral Social Director de Pastoral diócesis de Tunja Secretariado Nacional de Pastoral Social – Acompañamiento Asesoría Jurídica sur occidente y Tolima grande. Cinde Secretariado Nacional de Pastoral Social Acompaña IRP
Nuestro trabajo giró en torno a tres temas específicos: •
Paz
•
Relación entre víctima y victimario
•
¿Qué hacen las ILP para construir la paz?
Durante el desarrollo del trabajo en la mesa se concluyó que hay un eje que articula estos 3 temas que son las historias de vida que tenemos cada uno de los participantes y que dio origen a las iniciativas locales de paz. Cuando nos preguntamos ¿Qué era la paz?. Concluíamos que la paz debe empezar por nosotros mismos, luego debe pasar a nuestras familias y luego irradiarse a un concepto comunitario. Don Daniel nos hacía alusión a una experiencia que él había tenido cuando había escuchado al ministro de defensa sobre el proceso ocho mil, don Daniel le preguntó al ministro ¿qué sentimientos tenia hacia las personas que habían intentado dañar su reputación y la de su familia? Y el ministro respondió – “la venganza es el trago que uno toma y lo envenena, con el cual se espera hacer daño al otro pero se hiere uno mismo”, que así era el dolor de las víctimas y los sentimientos que albergaban las personas que han sufrido la situación de violencia en nuestro país. Don Daniel nos invitaba a no tomarnos este trago porque nosotros no íbamos a conseguir nada albergando esos sentimientos de dolor y de venganza hacia otras personas, por el contrario, nos hacíamos daño a nosotros mismos. Esto nos llevó a cuestionarnos sobre la relación entre víctima y victimario: ¿En qué momento una persona llega a ser víctima y puede convertirse en victimario? Concluíamos que esto es una
espiral, es como si fuera un círculo vicioso. Ana Mercedes cita un libro llamado “El niño que le toco ser guerrillero” el cual relata la historia de un niño que por causas de la vida fue involucrado en el conflicto sin tener opción para decidir. Reflexionábamos frente a la postura que cada uno tenía frente al victimario puesto que es más fácil describir una víctima. Nosotros podemos comprender el dolor o identificar el dolor de una víctima, pero, ¿qué hacemos con el victimario realmente? ¿Cómo generar esos procesos de paz, de reconciliación de esa persona? Escuchando otras historias de vida, identificábamos sentimientos de dolor frente a la persona que les hizo daño, y es algo que es comprensible, pero de qué manera nosotros nos enfrentamos al victimario y nos dábamos cuenta que es un humano como nosotros, que es un hijo de Dios, que también tiene un historia que contar y también tiene unos motivos que lo llevaron a concluir en este accionar. Esto no quiere decir que nosotros estemos disculpando el accionar de los victimarios, sin embargo, es una invitación a reflexionar sobre cómo los debemos recibir y los podemos integrar a una vida social y qué acciones y de qué manera nosotros podemos responder a este tipo de dinámicas. También mencionábamos que debemos trabajar desde tres ejes: aceptar el pasado, acompañar el presente y construir juntos un futuro. Para construir juntos un futuro debemos perdonar, acompañar ese presente para poder soñar y trabajar juntos porque finalmente es algo que nos beneficia a todas las personas. En un espíritu de comunión es encontrarse con el otro, es compartir con el otro. Eso hacen las ILP: reconocer al otro desde sus diferencias. Durante el trabajo en grupo nos cuestionábamos sobre el por qué teníamos que darle un calificativo a alguien como por ejemplo, eres negro, blanco o indígena, si todos deberíamos considerarnos como iguales. Esto, en ocasiones, genera fraccionamientos en el trato con los otros. Es importante que se dé ese reconocimiento, no para que se fragmente, sino para que nosotros podamos comprender que el otro es tan humano como lo somos nosotros y que merece respeto como nosotros. Se mencionaron las dimensiones de la dignidad humana, la calidad de vida y el bienestar que deberíamos brindar a todas las personas. Así como las víctimas y como todos construimos una sociedad, todos tenemos derecho a construir esa dignidad humana, en pro de la organización jurídica, social, comunitaria y ética. Cuando nos preguntábamos por quién comenzaba la paz, en la mesa respondíamos que la paz comienza por casa, que la paz tiene muchos matices que tienen que ver con la justicia social que se logra a través de la equidad. Es importante que se logren los procesos de equidad y para ello es importante que cada uno contribuya a la paz. La paz es vivida y construida como lo hizo Jesús en el corazón, la paz se hace y nace poco a poco en lo que cada uno estamos haciendo. Así como lo hizo el Padre en el Chocó, llamando a toda su comunidad “hijos de Dios”, también decíamos que es importante el lenguaje que utilizamos al referirnos a otras personas. No es lo mismo tildar a una persona como el guerrillero o la persona que nos hace mal, sino como hijos de Dios; el Padre decía que el llamarlos a ellos “hijos de Dios”, causó la diferencia en la forma de relacionarse con los guerrilleros porque no se sintieron intimidados, sino por el contrario, se construyó un lazo, no de
confianza total pero si de una persona que no se va a sentir agredida y que no va a sentir una barrera para poder relacionarse. La reconstrucción del tejido social nace de la confianza que yo tengo para con el otro. Si yo confío en la persona que está a mi lado, juntas podemos construir cosas fuertes. La señora Yelena comentaba su experiencia en la ILP y ella decía que por medio de las actividades en su barrio las señoras y su comunidad lograron un trato cordial; también mencionaba los procesos de familiarización porque a veces no conocemos al que está a nuestro lado, no sabemos qué siente, qué dolor tiene, que seguramente es lo mismo que podemos tener nosotros y, si logramos unir esas perspectivas, podemos soñar juntos. A manera de conclusión general, Andrea nos preguntó ¿cuáles eran los tips para desarrollar una ILP, para que fuera funcional y para que lograra su objetivo?, frente a lo cual el grupo respondió: “Es importante buscar la excusa que sirva para todos, se trata de encontrar qué nos une realmente a todos, identificar cuál es la problemática que queremos solucionar y de qué forma la queremos solucionar, porque la solución siempre está dentro de la comunidad. De esta manera los conflictos no terminan siendo negativos sino por el contrario positivos. Cuando se generan los conflictos se generan movilizaciones, tanto en las personas como en las comunidades que nos llevan a encontrar soluciones a las problemáticas que tenemos a diario”. El padre Tobías mencionaba que era muy importante el análisis de realidad para encontrar el pretexto, para que así la comunidad se uniera y soñara junta, hacía referencia a la Encíclica Rerum Novarum, que tenía como ejes la dignidad humana, el bien común, la solidaridad y la justicia social. Esa justicia social no solo es jurídica sino que también nace de cada uno de nosotros, el ser ciudadanos y ser estado, porque todos somos el estado, todos contribuimos. El Padre nos hacía reflexionar frente a situaciones que vivimos y en las cuales somos victimarios como por ejemplo, cuando elegimos a un gobernante que nos sigue victimizando, o cuando tomamos decisiones equivocadas que perjudican a unos y benefician a otros; si todos pensáramos en un bien común seguramente tomaríamos decisiones acertadas y dejaríamos de ser victimarios. La invitación que hacíamos es a damos cuenta en qué momento afectamos al otro con una palabra o una decisión que nos beneficie a nosotros pero no nos beneficia a todos.