11 minute read

Entrevista / Elkarrizketa

Next Article
Emakumea / Mujer

Emakumea / Mujer

Fernando Fantova: “En política hay que escoger pocas metas y trabajarlas duro”

A finales de enero Fernando Fantova presentó su libro “Diseño de políticas sociales. Fundamentos, estructura y propuestas” con la Editorial CCS en un trabajo que aborda una mirada distinta sobre un ámbito que conoce bien, tanto desde el lado teórico como desde el práctico, y en el que aporta distintos enfoques trasversales a las áreas sectoriales, así como una mayor importancia al enfoque comunitario. Desgranamos con él algunas de las claves de su último trabajo.

¿Por qué necesitan un diseño las políticas sociales?

Porque han ido creciendo en complejidad. En un país como el nuestro, más de la mitad del gasto público de largo son políticas sociales. Áreas tan críticas como la educación, la salud, los servicios sociales, la garantía de ingresos, vivienda, empleo, se comen el presupuesto y tienen que lidiar con problemas complejos. Entonces el área del propio diseño de la política, de si elegir prestaciones económicas o servicios, de si elegir universal o focalizado, con estructuras propias o subcontratando o conveniando, son decisiones de diseño que requieren de conocimiento y de dedicación.

¿Qué aporta de novedoso su trabajo?

Una propuesta de ordenación que no existía. Los libros sobre políticas sociales tienen un índice, pero no suele hacerse una propuesta concreta de áreas que entrarían dentro de las políticas sociales y de enfoques trasversales, que atravesarían estas áreas sectoriales. Y la idea de políticas intersectoriales o de coordinación entre políticas: este esquema de políticas sectoriales, políticas trasversales y políticas intersectoriales creo que es novedoso. Otra aportación es la importancia que se da al enfoque comunitario. En políticas sociales abunda mucho un enfoque orientado a la redistribución de recursos económicos, pero la idea de lo comunitario, de

lo relacional, de esta dimensión más humana de las políticas sociales quizá no esté tan vista.

¿Cómo cree que será recibido su libro entre los actuales gestores de las políticas sociales?

Este tipo de manuales se utilizan más en el ámbito universitario, lo que ocurre es que a partir de ese libro salen artículos, entradas de blogs, asesoramientos que son utilizados por las personas que toman las decisiones políticas. Creo que será bien recibido porque está escrito por alguien que viene de la práctica, de la experiencia, y puede dar alguna idea o sugerencia interesante para las personas que tienen que tomar las decisiones.

¿Por qué estas políticas afectan a “aspectos nucleares de la dignidad humana”?

Por la propia definición de las políticas sociales. Se consideran políticas sociales aquellas que nos hemos puesto de acuerdo en que no dependa del dinero que tiene la gente para recibir alguna atención o servicio. Cuando una persona dé a luz, que no dependa del dinero que tenga; cuando un niño o niña vaya a la escuela, que no dependa del dinero que tenga; que una persona tenga una pensión cuando se jubile. Esas decisiones que llamamos políticas sociales afectan a la dignidad humana. Habrá otras necesidades de menor importancia que pensamos que el que se las pueda pagar que se las pague. En políticas sociales hablamos de lo fundamental; del techo, empleo, servicios sociales, sanidad, educación y de unos ingresos mínimos de subsistencia.

¿Estamos en época de emergencia social?

Estamos en una época donde la crisis económica, unida a algunas decisiones políticas posiblemente equivocadas y unida a la fragilidad de algunas políticas sociales, hace que se produzcan muchas más emergencias sociales de las que hemos vivido en otros momentos.

Ha estado en el “lado oscuro” (viceconsejero de Gobierno) y retornado al ámbito social…

Era una forma irónica de decirlo (se ríe). Realmente se habla de “lado oscuro” de la política pero yo lo que he visto en la política es mucha gente muy abnegada, muy sacrificada y que realmente entrega los mejores esfuerzos para que la comunidad sea bien atendida. En ningún caso quise abundar en la visión negativa de la política sino hacer un pequeño juego de palabras, una ironía, para explicar la complejidad, la dificultad de la acción política y el mérito que tiene esta acción política.

Si volviera a tareas de gobierno, ¿qué cambiaría?

Intentaría ser más capaz de seleccionar los objetivos. La persona que llega a la política desde la acción sectorial, desde la intervención social en mi caso, tiene el peligro de llevar una agenda demasiado compleja, demasiado grande, y creo que en política hay que escoger pocas metas y trabajarlas duro. Quizá sería la mejor enseñanza que he tenido; seleccionar mejor las pocas cosas que son las que luego van a valorar las ciudadanas y ciudadanos y las que van a ser las que van a marcar la diferencia de tu labor en esos años.

Apuesta por un mayor contacto y más puentes entre los ámbitos del conocimiento y la política. ¿Tarea complicada?

Cualquier sistema tiende a ser autorreferencial. Si eres profesor de la Universidad, el sistema de funcionamiento, te lleva a meterte dentro de los muros de la universidad y dentro de esa lógica. Y al revés, el político está muy urgido a la decisión, a la negociación, a la urgencia, y no tiene mucho tiempo para estudiar y leer. La intención con este libro y mi actividad de consultoría tiene que ver con eso: intentar acercar esos dos mundos sabiendo que tienen que existir; tiene que haber gente universitaria que investigue, publique, y tiene que haber gente política que esté en la decisión, en la negociación. Tiene que haber agentes intermediadores y tiene que haber gente, tanto en el ámbito político como en el universitario, que es ejemplar a la hora de escuchar a la otra parte.

Javier Atxa

“Erabaki politikoak deitzen diegun horiek giza duintasunari eragiten diote. Horrenbesteko garrantzirik ez duten beste beharrizan batzuk egongo dira, eta ordaindu ahal dituenak ordaindu ditzala.”

“El Tercer Sector tiene un papel insustituible”

Va a entrar en vigor la Ley que regula el Tercer Sector. ¿Cuál es el papel que a su juicio debe jugar este sector en el marco de las políticas públicas?

Soy defensor de la idea de que el Tercer Sector cumple funciones y tiene un papel insustituible. Un papel es del Estado, otro el del mercado, otro es el de la familia y la comunidad, y hay un papel de la iniciativa social o del Tercer Sector. Para mi modo de ver es una especie de “estación intermodal”; por una parte se relaciona con el Estado, por otra con las familias y comunidades, y por otra con el mercado.

“Egiteko bat Estatuarena da, beste bat merkatuarena, beste bat familia eta komunitatearena, eta badago egiteko sozial bat, Hirugarren Sektorearena. Nire ustez, Hirugarren Sektorea “garraiobideen arteko geltoki” bat da; batetik, Estatuarekin dauka harremana, bestetik familia eta komunitateekin, eta bestetik merkatuarekin”.

Y es capaz de hacer lo que llamaríamos la gestión de los bienes comunes: son bienes que no queremos encomendar al Estado, que queremos participar en su gestión pero más allá de los límites de la familia y la comunidad, y no queremos que se compren y se vendan en el mercado. Temas de participación, de voluntariado, de gestión de procesos de inclusión social en la comunidad; hay una serie de aspectos que son muy propios del Tercer Sector.

Esto no quita que también preste servicios de responsabilidad pública, interactúe con el mundo de la economía y que sea muy amigable para con la familia y la comunidad. Sería ese espacio intermedio entre esos tres sectores, y de cara a las políticas sociales cuenta con un papel fundamental de denuncia, de reivindicación, de gestión de servicios con un valor añadido de tipo social y de agregación de voluntades y de canalización de energías sociales.

Realiza Vd. una “arquitectura” basada en 6 políticas sectoriales: sanidad, educación, servicios sociales, política laboral, vivienda, garantía de ingresos. Atravesadas por 4 políticas transversa-

“Gehien sendotu beharra daukan politika gizartezerbitzuena da; gizarteak hala eskatzen du. Osasun-politika, hezkuntza-politika eta dirusarrerak bermatzeko politika nahiko sendoak ditugu eta orain ahulgunerik nabarmenena gizarte-zerbitzuena da, nire ustez. Gero eta jende gehiago dago beharrizan egoeran eta familiek ez dute gaitasun, baliabide eta sarerik”.

les: igualdad y atención a la diversidad, política familiar, política comunitaria, y política de fomento a la iniciativa social. Reforzadas por políticas intersectoriales como la sociosanitaria, ¿cuáles de ellas muestran las mayores debilidades y cuáles de ellas son más fuertes en el momento actual?

En el momento actual diría que la política que necesita reforzarse más es la de servicios sociales, porque el cambio social lo demanda. Tenemos una política sanitaria, una política educativa y una política de garantía de ingresos relativamente fuertes y lo que más destaca ahora es la debilidad de la política de servicios sociales, desde mi punto de vista, porque cada vez hay más personas con limitaciones funcionales y las familias no disponen de las capacidades y los recursos y las redes. En cuanto a las políticas trasversales, se propugna en el libro una insistencia mayor en el enfoque familiar y comunitario que puede ser un enfoque que ayude a reestructurarse a las políticas de bienestar en general.

Plantea la política social como un subsistema del sistema político, que junto con el sistema económico, el sistema sociocultural y el sistema comunitario conforman la vida social. En el contexto actual ¿cómo ve la relación ente sistema político y económico? ¿Es viable un liderazgo de la política (y dentro de ella qué fuerza pueden y deben tener las políticas sociales)?

Lo que se plantea en el libro es que dada una economía de mercado, la política social intenta ejercer un cierto contrapeso, en el sentido de no dejar al juego del mercado la resolución de determinadas necesidades. Pero esto hay que hacerlo bien, porque si la economía no funciona no hay recaudación fiscal y por tanto no hay políticas sociales. Y si no hay políticas sociales tampoco funciona bien la economía porque falta un elemento de bienestar en la comunidad.

El reto principal en este momento en Europa es encontrar un nuevo equilibrio entre política económica y funcionamiento del mercado, y por tanto utilización del capital humano, y por otra parte políticas sociales; protección social, inclusión social. En este momento parece claro que el sistema económico y sobre todo el sistema financiero ha cogido una dinámica muy destructiva para los derechos sociales y que debemos rearmarnos como sociedad desde la política para reconducir esa economía financiera desbocada y para garantizar esos mínimos de dignidad a los que tenemos que tener derecho todas las personas.

Finaliza su libro con una serie de apuntes, notas, que se deberían tener en cuenta para una agenda de innovación en políticas sociales. Especialmente interesantes resultan las propuestas del desarrollo territorial para un empleo de calidad y una renta mínima universal para la erradicación de la pobreza y la disminución de la desigualdad ¿puede explicar brevemente las ideas principales que hay detrás de estas propuestas? ¿hay margen de

“Lan-sistemari malgutasuna eman behar diogu, ez dadila drama bat izan pertsona batek lana galtzea; beste bat aurkitzeko aukera errealak izan ditzala. Eta enplegua malguagoa eta egokitzeko errazagoa izan dadila pertsonaren bizitzan zehar; horrela, etxeko lan eta zainketa lanak ere egin behar dituenean, lanaldia murrizteko aukera izan dezake, eta ordaindutako lanean dedikazio handiagoa emateko aukera daukanean, egin dezake.

viabilidad para ellas? ¿cuáles serian las claves del éxito para poder ponerlas en marcha?…

Al final del libro se hacen algunas propuestas que resumiré brevísimamente. Por una parte está la intuición que las políticas de empleo, además de esa labor prestacional económica (políticas pasivas de empleo; dar prestaciones o subsidios económicos a personas en situación de desempleo) o además de una labor individualizada de acompañamiento, orientación, formación, quizás deben ser más ambiciosas en modificar el mercado de trabajo. Y ahí se plantea la idea de la “flexiseguridad” y del reparto del empleo. Es decir, partiendo de que la economía encuentra dificultades para generar los empleos suficientes y de suficiente calidad, hay que trabajar por un lado por la seguridad, que la gente, independientemente de su situación laboral, se sienta segura, tenga garantizadas una serie de necesidades.

Y por otro lado, dotar al sistema laboral de la flexibilidad necesaria para que no sea un drama que la persona salga de un empleo porque realmente vaya a poder entrar a otro. Y a la vez que el empleo sea más flexible y moldeable a lo largo del ciclo de vida de la persona, de tal manera que cuando hay labores domésticas, de cuidado, más fuertes, puedas reducir la jornada laboral, y cuando tienes más posibilidades de trabajar en el empleo remunerado pues lo puedas hacer. Esta idea de flexibilidad y por tanto de adaptabilidad en el empleo, vinculada a una idea de seguridad que no vaya tan unida a tener un empleo es un elemento para explorar.

El otro elemento es la garantía de ingresos y la apuesta por un mínimo de subsistencia garantizado, y por gestionar de una forma más integrada las prestaciones económicas de garantía de ingresos en general y la fiscalidad. Que cada persona tenga una especie de balance entre lo que aporta y lo que recibe, de tal manera que si tiene más ingresos aporte más y si no tiene ingresos reciba en forma de garantía de subsistencia un dinero.

El último polo de trabajo sería el tema de coordinación sociosanitaria; en este momento hay mucho gasto sanitario o residencial en servicios sociales que se podría evitar con una intervención más comunitaria en el ámbito de la vivienda y en el de los servicios sociales de atención primaria.

Se intenta ese triángulo entre política de vivienda, política sanitaria y política de servicios sociales, apostar por nuevas tecnologías, apostar por el enfoque comunitario, intentar facilitar la vida de la gente en la comunidad y hacer prevención de problemas que hoy en día se convierten en crónicos.

Ahí hay una apuesta por la atención primaria de servicios sociales, la coordinación sociosanitaria y una política de vivienda más comunitaria.

This article is from: