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Entrevista / Elkarrizketa
from BIHOTZEZ Nº 62
Iñigo Lamarca, ex Ararteko
“Habría que reformar la RGI, pero a mejor”
En abril pasado se despidió tras once intensos años del cargo de Ararteko reclamando más medios y recomendando a su sucesor “escuchar mucho” a asociaciones y ciudadanía. Firme defensor de los Derechos Humanos, califica de “insuficientes” las políticas públicas frente a la pobreza. Charlamos con Iñigo Lamarca sobre derechos y exclusión en su Donostia natal.
¿La pobreza atenta directamente contra los derechos humanos?
Claramente, porque los derechos sociales son también derechos humanos. Así viene recogido en el ordenamiento internacional y en el español y vasco. No tener cubiertas las necesidades básicas atenta contra los derechos humanos. Para empezar, contra el Artículo Primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
¿Cuáles cree que son las causas más directas de la exclusión y de la pobreza?
Hay varias. Me gustaría subrayar, como dice el Informe de Cáritas 2014, que se está produciendo una cronificación de la pobreza; eso es tremendo. Hay personas de familias pobres que no consiguen salir del círculo de la pobreza. Supone un fracaso estrepitoso de las políticas públicas, que tienen que existir, pero está claro que son insuficientes para trabajar en el campo de lucha y prevención contra la pobreza. Otro dato de Cáritas es que hay personas en situación de pobreza que están trabajando, si no recuerdo mal el 14%, tienen un salario y no cubren las necesidades básicas, y están en situación de pobreza. Otro fenómeno del mercado laboral es el tremendo aumento de contratos a tiempo parcial, claramente insuficientes. Una tercera causa evidente es que las políticas públicas existentes en España, aunque hay muchas desigualdades entre comunidades autónomas, son claramente insuficientes.
¿Resulta utópico apostar por la dignidad de las personas hoy en día?
No. Más que nunca hace falta hacer una apuesta clara y reivin-
dicar bien alto la dignidad desde un punto de vista ético y desde el punto de vista jurídico, de derechos. En cualquier código ético la dignidad de la persona tiene que ocupar un lugar preeminente desde el punto de vista jurídico o de derechos: la dignidad está en primerísimo lugar. El derecho a la dignidad desde el punto de vista jurídico, derechos humanos, viene a ser una especie de “derecho madre” de todos los derechos, está en el origen y en la base de todo el sistema de derechos.
¿Qué herramienta jurídica es la más eficaz para defender los derechos de las personas?
Cuando hablamos de derechos es importante tener en cuenta que no es suficiente con que estén recogidos o reconocidos –el derecho a la dignidad lo está- sino que es igual de importante que existan sistemas de garantía suficientes y los medios adecuados para atender las necesidades vinculadas al ejercicio de esos derechos. En la pobreza es evidente que hay que ir a la raíz de los problemas y se necesitan sobre todo políticas públicas dotadas de más medios y eficaces para intervenir desde su propia base las razones y situaciones que generan pobreza.
¿En Euskadi parece que estamos mejor, no?
Sobre políticas más eficaces en el campo de las ayudas públicas Euskadi es un ejemplo. Existe un abanico de ayudas sociales que son la envidia de muchas comunidades autónomas; eso me lo decían “arartekos” de otras comunidades donde no existen esas ayudas. A pesar de todo en Euskadi también hay bolsas, más pequeñas, de pobreza. Habría que demandar que esas políticas de ayudas públicas en Euskadi se mejorasen, y en otras comunidades autónomas, en algunos casos que se creasen estas políticas o tuviesen como modelo el que tenemos. Y habría que mejorar las políticas relacionadas con la vivienda: todas las personas tienen que vivir bajo un techo.
En el fondo ¿hablamos de un problema de justicia social?
Claro. En España en su conjunto según diferentes informes (de organismos como el de la OCDE, poco sospechoso de ser radical), dicen que es uno de los países donde la desigualdad es más grande. La desigualdad trae necesariamente situaciones de injusticia social. Todas las personas tienen que tener garantizadas sus necesidades relativas la vida digna, pero también tener igualdad de oportunidades: en España no se cumple ni una ni otra. Y si nos referimos a la distribución de la riqueza que se genera, las desigualdades en España son notabilísimas. Un sector de población acumula mucha riqueza, que además en tiempos de crisis ha aumentado sus niveles, y en el otro extremo hay un sector de la población, cada vez más numeroso, en situación de pobreza. Por no hablar de las clases medias bajas, que con la crisis han visto que sus ingresos se han reducido, aumentando la precariedad y la inestabilidad. Un estudio referido a Euskadi indica que un 30% de la población ha visto decrecer sus ingresos. Y en ese sector hay un 10% que ha sufrido un decremento notable. En Euskadi las desigualdades han aumentado y en España, en su conjunto, mucho más.
Eskubide sozialak ere badira giza eskubide. Hala jasota dago nazioarteko antolamenduan, baita Espainiako zein Euskadiko araudietan ere. Oinarrizko beharrizanak aseta ez edukitzeak giza eskubideen kontra egiten du; hain zuzen ere, hasteko, Giza Eskubideen Adierazpen Unibertsalaren Lehenengo Artikuluaren kontra.
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Euskadi cuenta con un avanzado sistema de protección social respecto al nivel estatal, ¿qué opina cuando éste se cuestiona?
En muchas ocasiones se habla desde la ignorancia, que es algo que nos debía de preocupar. Un tema tan importante como la existencia de ayudas sociales, tan importantes para muchas familias, se cuestionen desde los prejuicios, desde estereotipos, desde la desinformación, o desde la ignorancia. Cuando hablamos de xenofobia parece que pertenece a mundos ajenos, pero en Euskadi también hemos visto asomar actitudes de xenofobia
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en lo relativo a ayudas sociales, precisamente en una idea que me parece equivocada e injusta, como es que las ayudas deberían ser para los nativos y no para los extranjeros.
Ese cuestionamiento llega desde dentro de la sociedad
Esa división entre nativos y extranjeros me parece peligrosa e injusta porque en un mundo en el que la movilidad es tan grande, todos podemos ser extranjeros en un momento determinado en un país concreto. Los vascos hemos sido en épocas históricas de pobreza forasteros, extranjeros e inmigrantes. Cuidado con este discurso. Desde el punto de vista de derechos, todas las personas, hayan nacido donde hayan nacido, son iguales en derechos. No debe haber distinción de derechos en función del origen. Hay otro argumento; las personas nacidas fuera de Euskadi vienen aquí a trabajar, en muchas ocasiones con salarios muy bajos y precarios. Están haciendo aportaciones a las arcas públicas, a las haciendas forales y a la Seguridad Social. Un estudio reciente de Gobierno vasco dice que las aportaciones a las arcas públicas de estas personas nacidas fuera de Euskadi es superior a los gastos que generan en diferentes ámbitos, no solamente de las ayudas sociales, sino educación, sanidad, etc.
Pero resaltamos el fraude
de ayudas públicas, de la renta de garantía de ingresos, la RGI, según la cual habría un nivel altísimo de fraude. Es radicalmente falso, porque si hay un sector en el que las administraciones públicas han puesto toda la carne en el asador para combatir el fraude –y me parece bien- es el campo de las ayudas públicas. Cuando fui Ararteko pude constatar las miles de ayudas públicas que se retiraban porque el perceptor no cumplía con alguna de las obligaciones o requisitos necesarios. Las administraciones están combatiendo como en ningún otro campo, por ejemplo el campo del fraude fiscal, el fraude en lo que se refiere a las ayudas públicas.
¿Por qué se magnifican tanto algunos casos de fraude en el cobro de la RGI?
Voy a coger el toro por los cuernos: es pura y dura xenofobia. Se parte de un prejuicio ya existente o alimentado en algunos ámbitos o sectores sociales que dice que las personas extranjeras vienen porque aquí la calidad de vida es muy elevada y en el nivel de ayudas es muy alto y vienen a “vivir de gorra”. Eso se ha dicho por parte de algún responsable político y no quiero dar nombres. Eso alimenta la xenofobia. La idea que subyace es el prejuicio de que muchas personas nacidas fuera de Euskadi vienen aquí a vivir de la “sopa boba” de las ayudas públicas, y es radicalmente falso. Los datos indican que la mayoría de personas perceptoras de RGI son nacidas en Euskadi. En segundo lugar, aquellas personas nacidas fuera de Euskadi perceptoras de la RGI es porque tienen derecho a recibirlo. La legislación se endureció y un requisito de los más importantes es estar empadronado al menos tres años (antes era un año). Y muchas personas nacidas fuera de Euskadi que están en la misma situación de exclusión o desempleo; si no cumplen este requisito no pueden acceder a estas ayudas.
¿Qué opina de las restricciones en las condiciones de acceso a las ayudas sociales que se establecen para las personas jóvenes inmigrantes?
Creo que la RGI tendría que ser reformada pero para mejor, para ampliar el ámbito subjetivo de los perceptores, porque diferentes informes indican la existencia de bolsas de pobreza en Euskadi, con personas o familias que no pueden acceder a las ayudas.
Bertakoen eta atzerritarren arteko bereizketa arriskutsua eta bidegabea dela uste dut, mugikortasuna hain hedatuta dagoen mundu honetan, guztiok izan gaitezkeelako atzerritar edozein unetan herrialde jakin batean. Euskaldunak arrotz, atzerritar eta etorkin izan gara historian zehar, pobrezia garai ezberdinetan. Kontuz diskurtso horrekin. Eskubideen ikuspuntutik, pertsona guztiek dituzte eskubide berak, jaio diren lekuan jaio direla. Jatorriaren arabera ez du eskubide ezberdintasunik egon behar.
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en corto
¿Qué opina de la malversación y del fraude?
Hay que ser absolutamente contundentes contra eso. Es un crimen horrendo meter mano en las arcas públicas, que es dinero de todos. Si robar es algo condenable, robar dinero público no tiene nombre. ¿Qué hacer? Endurecer las medidas tanto preventivas como punitivas. Cuando era Ararteko pedí una y otra vez que tendría que suprimirse la prescripción de estos delitos. También es importante la labor de concienciación, de considerar que los recursos públicos y los bienes públicos son de todos y es algo sagrado que todos tenemos que cuidar.
¿Qué haría contra los prejuicios y estereotipos?
Einstein dijo que era más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Los prejuicios tienen un arraigo tremendo. Practico el activismo, antes de ser Ararteko, en un campo que estaba lleno de prejuicios, la defensa de los derechos de personas de identidad homosexual o de identidad transexual. Una cosa que ayudó a romper esos prejuicios fue visibilizar a las personas; ¡si somos iguales a los demás! Poner rostro, poner cara, y eso ayudaría hablando por analogía, aunque el campo es diferente. Y un ámbito decisivo es el de la educación: tan importante como la adquisición de conocimiento es la educación en valores. Trabajar y cultivar todo lo relacionado con el respeto a los derechos humanos. Hay personas que quedan excluidas y creo las ayudas sociales tendrían que llegar al 100% de las necesidades de las personas que viven en Euskadi. Frente a eso se podría decir que eso puede producir un “efecto llamada”. Pero las personas migrantes se mueven para buscar trabajo; habrá algún caradura, pero sé casos de vascos, con ocho apellidos vascos, que están en Berlín viviendo de ayudas. Es que la inmensa mayoría y diría que más del 99% de personas migrantes que van a otro país, van a buscar trabajo para mejorar sus condiciones de vida. El trabajo les proporciona dignidad y es la mejor manera de insertarse en una sociedad. A nadie le gusta ser marginado, quedarse en la periferia del sistema. El elemento nuclear para pertenecer a una comunidad es tener un trabajo. El objetivo de la inmensa mayoría de las personas migrantes es tener trabajo allí donde puedan encontrar oportunidades.
¿Fue Ararteko once años, qué recuerdos mantiene de esa época? ¿Las instituciones aprietan mucho a la ciudadanía?
Creo que no, sinceramente. He tratado con administraciones, municipios, departamentos forales o de Gobierno vasco con diferentes responsables políticos y con altos cargos. La sensación que tengo es que la inmensa mayoría de las personas que se dedican a la cosa pública; responsables políticos del máximo nivel, pero también altos cargos de diferente cometido, tienen una vocación de servicio a la comunidad. En general se obra con buena voluntad, con buena fe y vocación de que las cosas mejoren y de servicio a la ciudadanía. A pesar de todo, las políticas públicas son insuficien-
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tes, sobretodo en todo lo relacionado con la pobreza y la exclusión social, pero no creo que sea falta de voluntad el que no se haga. La mayoría de recomendaciones o peticiones hechas desde el Ararteko han sido escuchadas y en muchos casos atendidas.
¿Entonces qué falla?
Quizás que las administraciones públicas, en general, tienen muchos asuntos que gestionar y se mueven por inercias que se han sedimentado durante muchos años y tienen poca capacidad de innovar y poca capacidad de tener canales de comunicación e interlocución con la ciudadanía. Y en Euskadi uno de los capitales, de los grandes activos que tenemos, es una sociedad civil organizada formidable; un conjunto de ongs que hacen un trabajo formidable y que tiene una información sobre el sector en el que trabajan muy útil para luego hacer recomendaciones a las administraciones para que las políticas públicas mejoren. Luego hay que tener en cuenta que la sociedad y la economía se mueven a una velocidad enorme, y así ha sido como consecuencia de la crisis. Las políticas públicas en cambio cuesta cambiarlas, modificarlas, mejorarlas, porque detrás hay unas normas que las sostienen, recursos presupuestarios y eso se hace creo que con excesiva lentitud. Sería deseable que las administraciones públicas se dotasen de herramientas más ágiles para en primer lugar, interlocutar de una manera más eficaz con la ciudadanía y las organizaciones sociales, y en segundo, para mejorar y adaptar las políticas públicas con mayor rapidez con objeto de dar una respuesta inmediata a las nuevas necesidades que surgen.
Javier Atxa
¿Qué le pareció Topaki?
Algo formidable. Me quedé asombrado, palabra que me parece escasa para describir la sorpresa que me llevé con las centenares de personas que estaban en el encuentro, un sábado; gente que cogió autobuses de Bizkaia y Gipuzkoa para ir a Vitoria. Destacaría primero la enorme afluencia de personas; en segundo lugar me resultó emocionante poder ver juntas a tantas personas voluntarias, que están dando lo mejor de sí para ayudar a los demás y para mejorar las cosas: eso no tiene palabras.
¿Qué opina de Cáritas?
Tengo una opinión excelente. Me parece una labor absolutamente encomiable la que hace Cáritas. La red que tenéis de herramientas, dispositivos y de recursos para atender no solamente las necesidades perentorias de las personas necesitadas, sino para generar vías y posibilidades de inserción sociolaboral de las personas que están en situación de exclusión, es una labor absolutamente necesaria y encomiable. Y que además en muchos casos lo hagan personas voluntarias que de manera desinteresada aportan su tiempo libre para ayudar a los demás, a mí eso me parece lo más grande en una sociedad y lo más grande que puede hacer una persona.
¿Cuáles son los retos pendientes de Cáritas?
Creo que las necesidades irán en aumento; en Euskadi igual no tanto, pero en el resto de España sí, a pesar de que la situación económica va mejorando. El aumento de las desigualdades que se ha producido en España no va a disminuir e incluso puede aumentar. Le diría a Cáritas que haga todo lo posible para dotarse de más recursos y todo lo que ya tiene en marcha se mantenga y aumente sus recursos para afrontar las nuevas necesidades.
Por otra parte le pediría una labor de impulso de la acción política. El ejercicio de la política ha cambiado muchísimo en los últimos tiempos: todos tenemos que hacer política de diferente manera. Es muy importante que los informes de Cáritas lleguen de manera eficaz a los responsables políticos para que los puedan tener en cuenta a la hora de mejorar sus políticas públicas. Y también hacer una labor de denuncia pública para que la opinión pública tenga conocimiento sobre realidades ocultas.
Cáritas tiene una información muy útil, precisa, amplia acerca de lo que está pasando en el campo de la exclusión social y de la pobreza, y esto habría que socializarlo con mayor énfasis y tocar la puerta de los diferentes responsables políticos.