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Entrevista / Elkarrizketa
from BIHOTZEZ Nº 63
Juan María Aburto, alcalde de Bilbao
Juan Mari Aburto conoce en primera persona y a fondo las políticas y los sistemas de protección sociales por su estrecha participación activa en ellas. Fue diputado vizcaino de Acción Social, luego consejero de Empleo y Políticas Sociales, y ahora alcalde de Bilbao. Defiende sin fisuras el sistema de protección social vasco y recuerda que las prioridades pasan por el empleo, las personas mayores o quienes carecen de hogar, entre otras.
Es Vd. una persona muy conocedora de la acción social; Diputación, Gobierno, ahora máxima autoridad de Bilbao… ¿Cómo valora los servicios sociales que tenemos hoy en día?
Tenemos una doble situación: aquellos que dicen que nuestros servicios sociales no son adecuados, que no llegamos a la gente, y por otro, los que dicen todo lo contrario: que son excesivos, que son un “coladero”. Es muy importante que en este país ha-
gamos un pacto, un acuerdo, por entender que es necesario defender nuestro sistema de servicios sociales y de protección social. Para que ni unos ni otros, los dos extremos, no se lo terminen cargando, porque lo pueden terminar haciendo. Nuestro sistema de servicios sociales, como todo, es mejorable, pero siento el orgullo de que esta sociedad ha decidido ponerlo en el “top” (lo más alto) de la acción de la Administración. Y a la vez siento el orgullo de haber podido contribuir de alguna manera a esa situación.
Alkate naizen aldetik, gehien kezkatzen nauen kontuetako bat gizarte kohesioa da. Zentzu horretan, beti esaten dut “Postaletako Bilbo” nahi dudala gure hirian; baina ez hori bakarrik, “Portaleko Bilbo” ere nahi dut, irudi horretan eszenaratzeko nolakoak izan behar duten harrerak eta babesak. Zailtasun egoeretan besoak zabalik hartuko gaituen norbait izatearen segurtasuna.
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¿Cómo describiría este proceso hasta llegar hasta hoy? ¿Qué le ha tocado hacer a Vd.?
El proceso parte de una situación en la que los servicios sociales eran, en términos universitarios, “la María” de la Administración, y pasan a adquirir relevancia. Hay dos cuestiones; por un lado la del envejecimiento de la población que hace que las personas mayores sea una de las políticas más importantes de los próximos años; y por otro cómo en situaciones de crisis los servicios sociales pueden ser esos soportes, esa red que palíe los efectos de una crisis devastadora. Los servicios sociales se ponen en esa trayectoria, y es decisión política que sean objeto primordial de la acción pública, tanto del Ayuntamiento, como de la Diputación como del Gobierno vasco. Y decidir que, desde el punto de vista presupuestario, sea dotado con recursos.
Conocerá más de cerca la situación de la capital, Bilbao. ¿Cómo ve la exclusión en 2016?
Una de las cosas que más preocupa como alcalde es la cohesión social, y siempre digo que quiero un “Bilbao de postal”, pero no quiero solo eso, sino que quiero un “Bilbao de portal”, escenificando en esa imagen lo que debe ser la acogida, cobijo, resguardo. Tener la seguridad de que en momentos de dificultad hay alguien que nos recoge, y creo que en Bilbao actuamos de esa manera. En Bilbao hay una apuesta decidida por las personas más vulnerables. Hay en torno a casi seiscientas personas alojadas en
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diversos recursos municipales, forales o de entidades del Tercer Sector vinculadas a la acción social y estamos por encima de cualquier ratio que los que el decreto de cartera de servicios sociales vaya a marcar. Pero en Bilbao hay 141 personas que duermen en la calle. Y esa es una situación cuyo abordaje sé que es difícil y complicado pero en el que quiero empeñarme, porque si uno intenta ponerse en la situación de las otras personas, en concreto en este caso de quien duerme en la calle, no concibo otra forma peor de quiebra de la dignidad humana que esa, y estamos obligados a hacer algo. Cuando hablamos de “Smart city”, concepto en el que creo, (que Bilbao sea una ciudad inteligente, traducido literalmente sería ciudad elegante), y pienso en esas 141 personas, tenemos que meter también en esos conceptos de ciudad las cuestiones sociales. Solo si tenemos una ciudad socialmente cohesionada podremos tener una ciudad inteligente.
Hemos hablado de mayores y de personas sin hogar, ¿Qué más tareas cree aún pendientes? ¿y de mayor prioridad?
Una tarea pendiente es que nadie ponga en duda nuestro sistema de servicios sociales.
¿Qué opina cuando se cuestiona?
Me rebelo ante esa situación, porque de las prestaciones económicas que tiene nuestro sistema, todo el mundo que habla de ellas es gente que nunca ha tenido que utilizar o ser destinatario de esas prestaciones. Gracias estas prestaciones hay miles y miles de personas que ven su vida, y su dignidad, un poquito mejor salvaguardada. Y cuando eso se pone en cuestión o cuando pensamos que hay demasiados servicios sociales y cuando desde determinados planteamientos políticos se pone en cuestión lo que se ha venido tejiendo, construyendo en los últimos treinta años, me rebelo. Creo que la dignidad de las personas es la que debe verse preservada, y ante eso hay principios que son insoslayables. Es muy importante, también en los planteamientos públicos, la coherencia. A mí eso, en mi discurso político, me ha llevado a determinado tipo de enfrentamientos políticos y volvería a enfrentarme políticamente si es necesario para defender un sistema en el que creo.
¿Y los retos pendientes?
Entre los más importantes, dos; el de las personas sin hogar; el de las personas que carecen de empleo y de recursos para llevar a su casa y personas con cargas familiares, y el de las personas mayores que están en una situación de vulnerabilidad, porque o viven solas o no tienen recursos ni económicos ni comunitarios para ser adecuadamente atendidas. Y aunque no está vinculado a lo social y es más transversal, creo que es de enorme importancia el ámbito de la mejora de la accesibilidad, que ayude a las personas con movilidad reducida.
¿Cómo valora que el 1% tenga más riqueza que el 99% restante?
Como una barbaridad, como un paradigma de la desigualdad. Vivimos en un mundo en el que unos pocos marcan el ritmo de la gran mayoría, pero lo hacemos además con un grado de hipocresía enorme. Este país ve con muy malos ojos lo que gana un alcalde de Bilbao -sueldo con el
Gure sistemak dituen prestazio ekonomikoez mintzatzen diren guztiak horien beharrik izan ez dituzten pertsonak dira, horien hartzaile izan behar izan ez dutenak. Prestazio horiei esker, milaka pertsonak ikusten dute euren bizitza eta duintasuna hobeto babestuta. Pertsonen duintasuna zaindu egin behar da eta, horren aurrean, ezinbestean bermatu beharreko printzipioak daude. Koherentzia oso garrantzitsua da, baita planteamendu publikoetan ere.
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fotomovimiento.org
¿Qué le parece la respuesta europea al tema de los refugiados?
Ayer (la entrevista se realizó el 16-3-16, tras conocerse el acuerdo de la UE con Turquía para expulsar a los refugiados) utilizaba una expresión “Europa se está desangrando en sus fronteras” y, o somos conscientes de esa situación o estaremos siendo meros autómatas, como si nada de lo que ocurre a nuestro alrededor nos importa. No nos podemos quedar impasibles ante la situación que miles y miles de personas están viviendo en las fronteras de Europa; no pueden ser objeto de moneda de cambio político. Hablamos de una situación en la que cualquiera de nosotros podríamos vernos. Tienen que ser objeto de cuidados, y es necesario un compromiso político europeo y que se alcen todas las voces necesarias para que Europa responda a esa demanda. Y que lo haga no en términos económicos, sino en términos de dignidad.
¿Diferencia entre refugiados e inmigrantes?
Puede dar la impresión de que hay una mayor concienciación o sensibilización social respecto a los refugiados. El refugiado es una persona que no quiere marcharse de su país y decide marcharse porque está perseguido y busca asilo político. El emigrante es una persona que decide salir de su país y lo que le empuja es la búsqueda de una vida más digna. Está perseguido por el hambre y por tanto busca saciar ese hambre. Los planteamientos son diferentes pero en ambos hay una cuestión que les une: la dignidad, aquello que nos hace iguales a todos los seres humanos. En ambos casos es enormemente necesario que Europa pueda atender sus demandas y algo que requiere mucho más trabajo y mucho más importante, que es que nos empeñemos de una santa vez en el desarrollo social y económico de África. Porque nadie quiere marcharse de su país.
¿Vienen a beneficiarse del sistema?
A veces hay rumores o creencias que “la gente viene por las ayudas sociales”; en los tres últimos años (2012-2013-2014) las personas inmigrantes en Bilbao han disminuido, en cifras redondas, en unas tres mil. Es un dato relevante, de que las personas vienen fundamentalmente a trabajar; vienen en busca de un ámbito que les permita dotarse de aquellos recursos para ser autónomos e independientes. Y que la crisis a quien golpea es a las personas más vulnerables de la cadena. Y en este momento muchos y muchas deciden volver a sus lugares de origen porque ya esa “tierra prometida” de la que habían escuchado hablar no es tal. que me considero extraordinariamente pagado- y la gente ve socialmente perfecto el sueldo que puede ganar Ronaldo, Mesi ¿por qué no? gente mucho más cercana, como los jugadores del Athletic Club, al que admiro. Esa es la hipocresía de la que hablo. Es necesario que tengamos una economía mucho más humana, que ponga realmente a la persona en el centro, que sea capaz de buscar el desarrollo mayoritario de las personas. Para eso es necesario una economía que realmente ponga a la persona en el centro.
¿Sigue siendo el empleo la primera tarea a construir?
Sin ninguna duda. Ahora lo digo con una mirada diferente; hace un año el desempleo era una cuestión de datos, la tasa de desempleo de Euskadi, datos comparativos con el Estado, datos para el debate parlamentario… ahora son los bilbaínos y bilbaínas, las más de 29.000 que están en esa situación, que tienen cara y ojos. Voy por la calle y me para una amatxu y me dice “alcalde, tengo en casa un chaval de 32 años y una chavala de 28 que se han formado extraordinariamente bien y no encuentran trabajo” o “alcalde, que tengo a mi marido en casa, que lleva dos años en el paro, después de haber estado cotizando más de treinta años”… son situaciones en que para mí el paro es mucho más vivencial, más cercano y más desgarrador.
Ha trabajado en primera persona con colectivos especiales y situaciones delicadas, ¿qué recuerdos guarda de ello?
El recuerdo que más me impacta es el de la mirada de muchas de esas personas con las que he te-
nido trato directo. La tristeza en su mirada. Y a la vez, lo fácil que es a veces que esa mirada triste se transforme en unos ojos que tengan un cierto brillo, de una alegría contenida. Guardo recuerdos de mis contactos con los menores extranjeros; recuerdos de las personas con sida, y me quedo sobre todo con su mirada, que para mí es una llamada. Llamada a la solidaridad, que por cierto no es neutra; cuando decimos que queremos ser solidarios tenemos que estar dispuestos a asumir las consecuencias de esa solidaridad. Y ahí guardo el recuerdo de las dificultades que hemos tenido siempre las administraciones a la hora de abrir recursos destinados a las personas más vulnerables, que peor lo pasan.
¿Qué opinión tiene sobre los desahucios?
Euskadi es la comunidad con menos desahucios de todo el Estado; me parece un dato relevante. A partir de ahí, distinguir los desahucios; a aquella persona que no quiere pagar y a aquella que no puede pagar. En la primera el desahucio me parece un planteamiento lógico y en la segunda requiere de la intervención de los servicios sociales: nadie debiera quedarse o debiera perder su vivienda sin un alojamiento alternativo motivado en un golpe que ha dado la vida, en una situación compleja que ha llevado a esa persona a carecer de los recursos necesarios para afrontar el pago de una renta o hipoteca. Creo que en Bilbao se está trabajando bien para que las personas que están en esta situación tengan en el Ayuntamiento una referencia para que su demanda sea atendida.
Kaletik nabilenean, amatxu batek geldiarazi eta zera esan dit: “aizu, alkate, 32 eta 28 urteko gazte bi dauzkat etxean, prestakuntza bikaina dute eta ez dute lanik topatzen”, edo “aizu, alkate, senarra etxean daukat; hogeita hamar urtez baino gehiagoz kotizatu ondoren, bi urte darama langabezian” … Horrelako egoeretan inoiz baino biziagoa iruditzen zait langabezia, hurbilagoa eta lazgarriagoa.
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Ahora le toca lidiar con las asociaciones bilbaínas… ¿qué le piden?
Hay asociaciones de todo tipo; me toca moverme en un ámbito mucho más amplio que abarca desde la cultura hasta la economía, pasando por los servicios sociales… piden muchos locales donde desarrollar sus proyectos; mucha cercanía del Ayuntamiento hacia la realidad con los colectivos con los que trabajan, y piden la ampliación de los recursos para atender a determinados colectivos. Lo que trasladaría es que estamos en contacto permanente; tenemos la suerte de que en el ámbito de los servicios sociales nuestro concejal Iñigo Pombo es una persona con mucha legitimidad en ese ámbito y saben que el acceso a Iñigo, y a mí como alcalde, es un acceso inmediato. En ese sentido podemos decir que muchas veces en Bilbao el problema y la solución estamos muy cerca, hay una gran fluidez de relación con ellos.
¿Cuál cree que debiera ser la principal preocupación de Cáritas a futuro?
Hablar de una sola es muy difícil, pero diría que abordar la situación de las personas sin hogar, la situación de la mendicidad y la respuesta adecuada a las necesidades sociales de las personas inmigrantes con pocos recursos; hablamos de acogida, de atención a necesidades básicas, de formación…y luego diría que mantener su postura crítica y reivindicativa, pero digo que sumamos más estando juntos que estando enfrente.
Adela Cortina
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La catedrática de ética Adela Cortina participó, los pasados 11 y 12 de mayo, en una conferencia y una charla encuentro con motivo del 60 aniversario de Cáritas Bizkaia, donde trató distintos temas relacionados con las empresas, la economía y la ética.
Así, el miércoles 11 en el auditorio “Pedro de Icaza y Aguirre” en el edificio de La Comercial de la Universidad de Deusto, Adela Cortina abordó “Nuevo modelo social: ¿razones para la esperanza?” presentada por el director de Cáritas Bizkaia, Carlos Bargos, y con Galo Bilbao como moderador. Al día siguiente, y en el CRAI de la Universidad de Deusto, la presidenta de la Fundación ETNOR -ética de los negocios y las organizaciones, participó en una charla junto a Peru Sasia, de FIARE- Banca Ética y Enrique Sáez, de FINECO, moderados por Guillermo Dorronsoro, decano de Deusto Business School. Adela Cortina dejó pinceladas para cierto optimismo de cara al futuro; “es importante para un país que las empresas sean éticas… ha prosperado el discurso de la corresponsabilidad de la sociedad civil; por lo que hablamos de sociedad del bienestar y no solo de estado de bienestar”, y también destacó que “el fin de la economía es crear buenas sociedades; lo que abre un camino de esperanza para el futuro” así como que “la gran palabra es sostenibilidad, pero tiene que ser justa” aseguró.