CRÓNICAS DE SUPERMERCADO
Carla Escobar
I La necesidad de pagar cuentas hizo que aceptara un trabajo como reponedora “pero no de cualquier supermercado”. Es uno de los más grandes de la capital y su ubicación no es en la parte alta de la ciudad, cruzando la Avenida se llega a un patio de esculturas triangulares y fálicas con nombres de Israelíes, circulan muchos camiones y buses, ya que es a su vez una autopista que sirve de ingreso a la ciudad. Por el otro costado, hay un sitio eriazo, donde se posan circos de vez en cuando, edificios de cemento destruidos por terremotos aún habitados, la falta de vegetación, el ruido de los automóviles y el paisajismo dañado, le da un clima lúgubre al contexto que rodea el supermercado.
II La micro que pasa por el paradero que está afuera del departamento donde vivo, me deja al frente del supermercado, por lo tanto evado el pasaje tanto de ida como de vuelta, un día domingo pasadas las ocho de la mañana, un conductor del transporte público, luego de ver que no pasé mi tarjeta, gritó que bajara del autobús. Justo me senté en uno de los asientos que le dan la espalda el chofer, entonces no cruzábamos miradas. ¡Bájate de la micro, yo no llevo a evasores! me gritó varias veces. “Voy cerca, además no le influye en nada que yo no pague el pasaje”, le respondí. ¡No me interesa, bájate o llamo a los carabineros! Respondió. ¿Ud. Sabe cuántos millones gasta el gobierno en financiar el transporte público? ¿Para qué pagar de nuevo, lo que el gobierno ya financió, eso es avalar este sistema de mierda, no cree Ud.? Le grité. Los pasajeros, en vez de decir algo a mi favor, comenzaron a gritar y a chiflar que me bajara luego, que la micro avanzara, que llamara luego a los carabineros, etc. Me paré y le grité a todos ¡Estúpidos! ¿Por qué financian algo que ya está costeado? Y al chofer le grité ¡Estás traicionando a tu misma clase, maricón!.
III Me contrataron como reponedora, la señorita de servicio a personas que recibió mis papeles, bajó a presentarme con el jefe de sección, le explicó que era poeta y que en un par de semanas necesitaría permiso para presentarme en el lanzamiento de mi libro, obtuve una respuesta positiva, es más, el jefe de sección dijo que era un poeta frustrado, no le respondí nada, pero… creo que todos tenemos alma de poeta, es sólo que nos enfocamos en diferentes cosas nada más. Estuve más de una semana haciendo devoluciones, consiste básicamente en tomar un carro y pasar por todas las cajas recogiendo los productos de tu sección, es todo lo que deja la gente sin comprar o a medio consumir sin pagar, en medio de los pasillos hay un carro con mermas, creo que eso ha sido lo que más ha llamado mi atención, ya que todos los días sacamos carros y carros de mermas. Los productos que más abren son los envases de papas fritas, maní salado, chocolates, bombillines de leche y jugo, bebidas, cervezas, además encontramos pasteles a medio comer, tomates mordidos, hasta carne envasada abierta, escondida entre medio de las bandejas con productos. Días después pude reponer algunos productos como cereales, azúcar y aceite, me designaron dos pasillos, que es donde están las leches líquidas y en polvo, tanto blancas como de sabores, aparte los bombillines; mi trabajo consiste en “administrar los pasillos, revisando que se cumpla el plano grama de la empresa, revisando los metros de cada bandeja, con su respectiva
marca y fleje de precio; si está en promoción alguna leche, debo reponer el modular en el pasillo central”. Suena simple, pero en verdad, la ley de los reponedores es “llenar todo con su respectiva marca”. Al comienzo me dediqué a limpiar y re organizar el metro flex, una especie de tierra perdida donde los reponedores acumulaban productos que les sobraban, aparte no le ponían ni el precio, estaba todo lleno de polvo, era un desastre, ese sitio está al final del pasillo de las leches en polvo, estuve tres días limpiando, luego de eso me presenté frente a cada reponedor, les ofrecí mi ayuda, hasta repuse marcas que no me correspondían; pasados unos días fui solicitándole a cada uno de ellos que respetaran el orden del plano grama, escuché todo tipo de argumentos para evadir su responsabilidad “es que sobra espacio, tu jefe es relajado, si no rellenan las otras marcas, nosotros nos apoderamos de su lugar”.
IV Una mañana me mandaron a reponer bebidas, estuve todo el día respirando aire helado, mi novio había tenido un resfrío leve la semana anterior, no sé si me pasé de frío o mi novio me contagió de su resfrío, pero a los dos días desperté con fiebre, en la tarde fui al doctor y me diagnosticó bronquitis con otitis, me fui con licencia médica por siete días, tuve que regresar en taxi, ya que la fiebre hacía que me dieran puntadas en todo el cuerpo además tenía un fuerte dolor de oídos. Costó sanarme de ese resfrío, estuve como cinco días sin comer nada sólido, en síntesis fueron dos semanas con antibióticos.
V Recuerdo que era día lunes, estaba parcialmente recuperada de la bronquitis, fui a recibir mi primer sueldo y casi morí de pena, ya que me depositaron sólo $130.000.-
fue porque entré un día 11 a trabajar, además me
descontaron los días de la licencia, pagué cuentas, le compré el pasaje de ida a mi novio que viajaría al sur, luego fui a la vega, regresé a dejar el carro con mercadería al departamento y me fui al dentista, ya que durante el resfrío se me había inflamado la encía que está justo al lado de una de las muelas del juicio en la parte inferior del lado izquierdo de mi boca, no podían extraer la muela, ya que la encía estaba muy inflamada, me hicieron una endodoncia, es decir extirparon parte de la encía, regresé con tres puntos, en micro al departamento. Mi cuerpo en señal de defensa, hizo que mis ganglios se inflamaran al punto de que no podía tragar ni saliva, mi novio viajaría a su ciudad natal para ir por su computador esa noche, me preguntó si quería que cambiara su pasaje y le dije que sí, me sentía muy adolorida, fue al terminal, pero no le dieron la opción de aplazar el viaje, asi que perdimos el pasaje, volvió al departamento corriendo, faltaba poco para que saliera el bus, volvió a preguntarme si quería que él se quedara conmigo, le dije que sí llorando, me abrazó y respondió que estaba bien, que había pensado lo mismo. Fue una decisión difícil para los dos, estábamos muy escuálidos económicamente, mi novio había renunciado hace unos días en la fábrica que trabajaba, estaba aburrido del clima laboral, llegaba mareado y lleno de componentes químicos en su ropa, decidió ejercer Diseño gráfico, sólo le faltaba terminar la tesis, pero para los diseñadores no es tan crucial el título, como para nosotros los Trabajadores sociales, yo también estoy parada en la
tesis por temas económicos, titularme cuesta casi $2.000.000.- ya que me cobran el año que no cursé, más el título. Por lo mismo acepté el trabajo como reponedora de supermercado, a pesar de haber postulado a una serie de Fundaciones e Instituciones ligadas a lo social, nunca han respondido ni con las gracias. Por eso digo que fue una decisión difícil perder el pasaje esa noche, cuando no tienes los recursos te cuestionas las prioridades, me quedó claro que fui la prioridad de mi amor.
VI Esa semana estuve nuevamente con antibióticos, ahí comencé a tener síntomas de una infección urinaria, realmente admiro la paciencia de mi novio, me aguanté la molestia hasta que me sacaron los puntos de la encía, intenté ser tratada en el sistema público, pero en más de dos ocasiones me tocó esperar horas, sin ser atendida. Entonces, reservé una hora con una especialista en el sistema privado de salud, días antes fui a un SAPU para pedirle las órdenes de los exámenes a un doctor, me atendió como la mierda, en primer lugar no corroboró el diagnóstico con un examen de pesquisa, en segundo lugar, me trató de irresponsable por no atenderme antes de mi malestar, a pesar de que le expliqué que había estado muy enferma antes, continuó gritoneándome. Esas órdenes de exámenes me sirvieron para hacerme todo particular, cuando la doctora me atendió, le mostré los resultados, me hizo un par de preguntas y dijo, no tienes infección, es sólo que estuviste con antibióticos, disminuyeron tus defensas, por lo mismo apareció un hongo que se curará con esta pastilla y con una crema, respecto de tus dolores, es el colon y es por dolor tensional, toma relajantes musculares que te ayudarán a dormir este fin de semana, además necesitas comprar vitaminas. Esa tarde no hallaba con qué comprarme los remedios, me salían más de $30.000.- le pedí a una compañera que me consiguiera todo con su tarjeta y yo se los pagaba en cuotas, pero no accedió, como la energía del universo a pesar de todo es amorosa, me llegó de regalo un bono a la mujer trabajadora de $130.000.- que había postulado hace mucho tiempo.
Fui a la farmacia, pasé al supermercado y llené el carro con todo tipo de carnes y luego pasé a la feria. Ese fin de semana dormí como nunca.
VII Uno de los pasillos que me designaron, queda justo en una de las entradas del supermercado, en reiteradas ocasiones he presenciado cómo los guardias reducen la mercadería de los mecheros, por lo general entran con mochilas y se cargan de productos como carne de vacuno o churrascos. Hay algo que me parece muy chistoso, los guardias se llenan el chaleco antibalas con las etiquetas de las reducciones, como si fuera un trofeo. Una de las escenas más fuertes que vi, fue cuando una mujer cuarentona de estatura normal, muy delgada “que caminaba chueco” le lanzó un escupitajo en la cara a uno de los guardias que intentó reducirla, la mujer salió corriendo mientras gritaba exageradamente ¡miren cabros, cabros, miren! No pasó ni un minuto y la entrada del supermercado estaba llena de vendedores ambulantes y limpiadores de vidrios que cruzaron todo tipo de insultos con los guardias, que también salieron en grupo a enseñarle los dientes. A uno de los guardias le llegó un golpe en la cara con el cierre de un polerón que le dejó un rasguño y le sacó un poco de sangre, como reacción salió uno sus compañeros “justo el que tiene más cara de trastornado” sacó un bastón retráctil y le dio a uno de los vendedores, así transcurrieron varios minutos, entre groserías y golpes, hasta que llegó la policía de civil y se llevó detenido al grupo de lanzas.
VIII Tuve sábado, domingo y lunes libre, llegué el día martes con mucha energía a trabajar, llevo varios días tomando vitaminas y me siento mucho mejor. Lamentablemente el grupo que me tocó esta semana es muy desunido, hay labores individuales y otras que deben realizarse en equipo, en este caso cada uno trabaja por su lado, lo malo es que descuidan las funciones grupales como hacer las devoluciones, ayer estuve varias horas sola llenaba los carros con mercadería, los separaba, luego iba reponiendo los productos en sus respectivos pasillos, se supone que una persona va a buscar los productos, otra los separa y cada encargado de pasillo, se hace cargo de sus productos. Cuando me percaté que llevaba horas trabajando sola, comencé a buscar a mis colegas y encontré solo una, estaba reponiendo en su pasillo, le dije que necesitaba ayuda, que estaba sola, no demostró ningún interés en colaborar, dijo que estaba ocupada en su pasillo, luego salió al pasillo central con actitud de amenaza “es un poco inmadura” claramente debió haber ido a comentarle al primer ayudante que yo le había llamado la atención. Una de las cosas que más agradezco de haber estudiado en el liceo, son las clases de lógica, me han ayudado a deducir tanto el pensamiento como la conducta humana. Debió haberle rumoreado la situación, ya que en un par de minutos el primer ayudante estaba en el sector de las mermas, separando cuatro carros con mercadería, pasé y me fui directo a mi pasillo a reponer cajas de leche, habían muchos espacios vacíos, lo había descuidado totalmente por estar haciendo devoluciones.
Casi al cierre del turno mi colega se acercó a confesarme que estaba embarazada, la hubiese felicitado de no ser por el pequeño detalle que sólo tiene 19 años, no tiene estudios y ya tiene una hija de tres años que le cuida su mamá. Le insinué que existía la posibilidad de abortar y su respuesta me dejó ¡plop! “nop Carla, si a mí me gustó abrir las piernas, tengo que hacerme cargo, si a una le gusta pasarla bien, tiene que asumir las consecuencias”. En la universidad me enseñaron análisis de discurso; lamento decir esto, pero su discurso es el típico de las mujeres sin educación, con una conducta lujuriosa, que no asimilan lo que implica la maternidad, mucho menos asumen la responsabilidad de cuidarse y peor aún, su discurso está lleno de culpabilidad, como si fuese un castigo quedar preñada, algunas religiones han estado lavando cerebros por años, especialmente la iglesia católica, en este país de mierda tiene mucha tribuna, una de las malas herencias que nos dejaron nuestros hermanos españoles. Gastan millones en campañas anti aborto, en vez de hacerse cargo de los casos de abuso infantil que hay por parte de sus sacerdotes y curas pedófilos.
IX Fin de mes en un supermercado tan grande como ese, debe ser parecido como estar en el infierno por unas horas. A ratos siento lástima por la gente, otras veces los encuentro descerebrados y más que pena me dan rabia. Por un lado no tienen la culpa de que les paguen a todos juntos el mismo día, pero si usaran el cerebro, se darían cuenta que pueden aguantarse uno o dos días para ir de compras, por último si sus finanzas están bien administradas, podrían ir cualquier día del mes, pero no, ahí andan con cara de zombies, algunos estresados preguntando de mala forma por la ubicación de algún producto. Lo que me parece increíble, es que salen con los niños, como si fuera un tremendo panorama, los cargan en el carro de compra y los llenan de comida que no pagan; y así nace otra generación de gente mediocre en este país. Los reponedores por lo general trabajan con carros donde van dejando las cajas desarmadas de los productos que reponen, a fin de mes, te das vuelta un segundo y tu carro desaparece, me han robado tres veces el casco de seguridad, ni hablar de la cantidad de veces que he visto cómo las personas quitan los cartones y los dejan en cualquier parte todo por el tedio de ir a buscar uno. Ayer fue de locos, había una promoción de leche, estuve toda la tarde reponiendo, terminaba en un sector y comenzaba otro, más encima mi jefe me llenó de pallets el pasillo, me tocó hacerle el trabajo a los reponedores de otras marcas, sudé como caballo de carrera y como si fuera poco, manipular la transpaleta en uno de los pasillos con la gente entre medio, es realmente
estresante, les pides permiso y no se mueven, pasaba rápido y les gritaba ¡cuidadooo! “Cuando recién llegué, encontraba estresada a una de mis colegas que le gritaba de la misma forma a la gente, ahora la entiendo, no hay otra forma de avanzar”.
X Antes de ayer me entregaron el horario, tenía algunos errores y le pedí a mi jefe que los modificara, en su oficina me dijo que debía ser más puntual, porque a pesar de que él tenía toda la voluntad de que me quedara en su sección, la administración estaba evaluando puntualidad y asistencia para la renovación de contrato. Falté un día, pero no de flojera, sino por salud, tengo un papel médico que abala esa falla, pero el tema de mis atrasos ¡uf! ese es el gran defecto que tengo, por eso no me renuevan los contratos, puedo ser muy buena en el trabajo, pero evalúan la puntualidad ¡qué estupidez!. En el liceo llegaba atrasada todos los días, como tenía insomnio, no podía dormir temprano como mis hermanos, por eso mi papá me retaba, nunca entendieron que tenía mucho en qué pensar, me gustaba escribir, me quedaba leyendo, a veces no dormía en toda la noche, al día siguiente llegaba atrasada y con unas ojeras del porte del cielo, iba con la falda del liceo bien corta, la blusa con corbata, un chaquetón negro muy elegante con pantis y bototos, en invierno usaba pantalones negros, zapatillas con cordones rojos y una casaca negra con dos rayas rojas a los lados, mi delantal estaba todo rayado en la espalda con recuerdos de mis amigos punk que se habían ido de cuarto media cuando entré a primero medio, de hecho el único día que me vieron con uniforme fue el día de mi licenciatura. Al principio hacía que un amigo de Yentito “un tío que se suicidó” llamara al liceo justificando mis atrasos, trabajaba en un bus rural cobrando los pasajes, pero no sé por dónde se filtró la información y no pude volver a llamar, creo que desperté sospechas cuando una amiga de mi tío se hizo pasar por una
familiar y fue al liceo a justificar mis atrasos. Mi papá fue apoderado sólo el primer año de enseñanza media, luego se aburrió de pedir permiso en el trabajo porque debía ir en persona al liceo, me suspendían una y otra vez por los atrasos, la condición para entrar era llevar un justificativo escrito, la sección de notas de la libreta estaba más ocupada que mis propios cuadernos, siempre falsificaba la firma de mi papá. “Sr. Inspector, ruego a Ud., deje entrar a Carla porque se le pasó el bus, Sr. Inspector, ruego a Ud., deje entrar a Carla porque se quedó dormida, Sr. Inspector, ruego a Ud., deje entrar a Carla porque murió un familiar, Sr. Inspector, ruego a Ud., deje entrar a Carla porque estaba con colitis, Sr. Inspector, ruego a Ud., deje entrar a Carla porque tenía control con el psiquiatra, Sr. Inspector, ruego a Ud., deje entrar a Carla porque se indispuso a medio camino, etc.” ¡ya no me quedaban familiares vivos, había matado a toda mi familia! ¡Jajajaja!. El último año no me importaba nada, ya no pasaba a inspectoría a justificar mis atrasos, le tocaba directamente la puerta a la profesora de historia que tenía las primeras horas y le inventaba cualquier cosa, me habían abducido los ovnis, me había quedado dormida en el bus, etc. Mientras mis compañeros se reían a carcajadas, yo le mostraba la agenda super seria.
XI ¿Cómo hablarle a Dios si lo único que sientes es rabia? Justo el día que despidieron a una colega, me robaron el casco, por suerte al irse dejó el suyo arriba de un casillero, lo tomé y me fui al subterráneo donde está el departamento de decoración para que le escribieran mi nombre. Hay un chico a cargo que estudia Diseño gráfico, cuando recién llegué al supermercado fui a que le pusiera mi nombre y sección al casco, estuvimos hablando varios minutos, me comentó que tenía una enfermedad al estómago, pero que tenía una linda familia por la cual luchar; empezamos a conversar sobre la salud en Chile y dijo que se había cambiado a una Isapre, ya que si habría permanecido en Fonasa, hubiese estado sepultado hace años. Le comenté que aún me atendía en el sistema público y que era muy poco efectivo, si fui a ver una especialista, fue porque él me lo recomendó. Comentamos el caso de mi compañera que está embarazada; él está absolutamente en contra del aborto, considera que una vida es una bendición de Dios y que no somos nada para determinar la muerte de cualquier ser. Como iniciamos un debate respecto del valor de la vida humana, llegamos al tema del suicidio, considera que quitarse la vida es una cobardía, ya que no se tiene el valor de enfrentar la dificultad, para mí el acto del suicidio es la máxima expresión de la libertad. “Al parecer eres una persona creyente en Dios” le dije, en mi caso tengo un prisma más bien humanista, consintió tras oír mi comentario, pero inició todo un discurso respecto de la existencia de Jesucristo, que era el hijo el padre y del espíritu
santo, que primero estaba Dios, su hijo y luego su familia, etc, etc, etc. “Te recomiendo que
le abras tu corazón al señor, lo más probable es que
termines llorando, es algo muy íntimo” sostuvo. Luego de unas horas reponiendo, iba pensando sobre el sentido de las palabras de este chico y lo único que me nació, fue sentir rabia hacia ese ser que supuestamente creó todo ¿cómo podría comunicarme con él, si lo único que siento es rabia? “Dios es amor” dicen “pensaba hacia mis adentros” cuando de pronto aterricé en el suelo de rodillas, tras resbalar con un colgador de ropa de bebé que habían tirado en el piso.
XII Aguanté el dolor de rodillas toda la tarde, pero comencé a sentir un pequeño malestar cuando bajé la escalera después de la colación, empecé a hacer las devoluciones, pero cuando tomé un envase con 5 litros de aceite, pasé a pegarme en la rodilla derecha, eso hizo que me decidiera a ir a la Clínica del trabajador, busqué al primer ayudante en toda la sala, pero nadie sabía nada de él, dijeron que había ido al baño, lo esperé afuera pero no salió nunca, asi que me aburrí de esperarlo y decidí dejarle el recado que iría a la clínica, con uno de los colegas más antiguos. Desde el momento que pisé la Clínica, fue como conocer un nuevo mundo. El guardia me fue a dejar a la entrada, me pidieron el Rut de la empresa para ingresarme al sistema pero no lo sabía, llamé al primer ayudante desde el teléfono de la clínica, no contestaba, llamé a mi novio y vio mis liquidaciones de sueldo, ahí aparecía la información, cuando respondió de vuelta el primer ayudante, ya estaba esperando que me atendieran, dijo que la subadministradora estaba molesta conmigo, porque no le había avisado de mi accidente para que gestionara un taxi que me fuera a dejar, la verdad le resté importancia a su enojo, ya que no soy muy protocolar para mis cosas y encontraba una exageración que me fuera a dejar un taxi si la clínica queda como a cinco cuadras de distancia. No se demoraron nada en llamarme, es la primera vez que soy testigo de una atención de excelencia. Como me detectaron bocio cuando niña, me acostumbré a ser mal atendida y esperar horas por una atención en el sistema público, se hizo normal en mi vida y en la de mi familia. Claramente deben existir clínicas que tratan como joyas a
sus pacientes, son realidades que la gente de clase baja raramente conocerĂĄ, pero es mejor que mueran creyendo que el sistema de salud es mala en este paĂs y no que esa mierda de realidad sĂłlo la viven quienes no pueden pagar por evitar su muerte.
XIII Cuando recién llegué, me asustaban los enfrentamientos entre guardias y mecheros, los pasillos que me designaron quedan justo frente a una de las entradas que usan como salida los mecheros, a pesar de que a veces los mismos guardias adoptan una actitud prejuiciosa, discriminadora y prepotente con quienes no son mecheros. Ayer estaba haciendo un barrido de cajas con un compañero de trabajo y escuchamos gritar a una mujer que llevaba un coche ¡oie si caché que le tocaste la pierna weon! Le miré la pierna al hombre que iba con ella que al parecer era su pareja, llevaba un parche más o menos grande en la parte trasera de la rodilla lleno de sangre; cargaba dos bolsas grandes con unas cajas alargadas dentro, se notaban livianas por la facilidad en que las manipuló al darse vuelta y reaccionar de forma muy violenta insultando al guardia, éste, en vez de calmar la situación, la arrebató más adoptando una actitud de supremacía. Cuando ocurren este tipo de situaciones, los clientes se paralizan, todo se convierte en un ring de pelea espontáneo, mientras se escucha todo tipo de groserías y gritos. Se armó un círculo alrededor, nadie decía nada, cuando ocurre eso pienso que es una especie de morbosidad esperar a que algo más grave ocurra, una mezcla entre curiosidad y miedo. Todo es instintivo, desde el hecho de ver cómo un cernícalo le gruñe a otro, mientras el resto, similar a un par de suricatos se pone a mirar. Da vergüenza ajena, es una situación muy elemental reaccionar con violencia física en un espacio comunitario, es un acto hasta político, donde dos o tres personas quieren demostrar su poder. El personaje tomó un set de vasos que dejaron en la última caja e hizo como que se los lanzaría al guardia, menos mal la mujer lo paró, no obstante a eso caminó por el pasillo
y levantó una jaba de bebidas para arrojársela en la cara al guardia; la mujer volvió a pararlo diciéndole que se relajara, mientras el alterado hombre sacaba el celular y hacía como que llamaría a carabineros. Llegaron un par de guardias de refuerzo, pero lo más cómico fue oír desde arriba una sirena, un guardia le habló por megáfono a la pareja, eso los espantó y dejaron el lugar. Horas antes había ocurrido una situación muy desagradable con una mujer y un niño menor de edad. Estábamos en el pasillo separando los carros con devoluciones y a un compañero se le cayó una bolsa de tallarines que azotó el suelo, a los segundos después pasó una mujer de estatura baja, que se reía a carcajadas de la situación, dejando a la vista su falta de dentadura se burlaba de él cantándole y diciéndole que no botara la comida, que se la metiera debajo de los sobacos, mientras caminaba de la mano con un niño que no tenía más de diez años, se daba vueltas y reía molestando a mi compañero. De pronto vi que el niño abrió una especie de cantimplora y la mujer la llenó de bebida energizante. La situación me descolocó, ya que estaba utilizando a su hijo para robar un producto y consumirlo dentro del local. Tomé la botella y la dejé en el carro de mermas, cuando dio la vuelta para llenar de nuevo el envase, quedó descolocada tras notar que no estaba su fuente de energía. Por un lado me sentí culpable por arruinarle el juego o panorama con el niño, pero por otro lado, no soportaba ver cómo una mujer, podía actuar de esa manera con un niño, enseñándole a robar de tan pequeño; lo que más me dolió fue ver que los guardias la detuvieron en la entrada, mientras el niño presenciaba la situación llorando.
¿Cuántos niños y niñas estarán siendo criados como él?
XIV Esta semana estoy de mañana, trato de llegar lo más temprano posible para que no me llamen la atención por bajar muy tarde a la sala de ventas. Se supone que debemos llegar media hora antes para desayunar. En la mañana una de las trabajadoras de la sección de fiambrería que tiene turno de noche, entró al baño regañando porque el gerente le había preguntado qué hacía en el supermercado a esa hora si su turno ya había terminado, ella le respondió que estaba haciendo horas extras y él le respondió que no estaba autorizada. Entonces comenzaron a hablar cosas negativas de la actual administración, que no daban horas extras, que siempre faltaban materiales en el baño, que no podían acceder como antes a los utensilios de aseo, un sinfín de cosas negativas. Tengo entendido que los turnos de noche son mejor pagados que las jornadas diurnas, entonces, por dirección deben prohibirle que personal de noche siga trabajando en la mañana, una por la falta de sueño y dos porque es mucho gasto para la empresa. Muchas veces emitimos pre juicios, sin saber las razones de fondo; una tarde fui a buscar una máquina que sirve para imprimir precios de los productos y la señorita que estaba en la oficina estaba haciendo un llamado telefónico para consultar sobre un pedido de materiales para el baño, reclamaba que llevaba más de una semana enviando los documentos y que aún no llegaba el material de aseo, no pasó ni un minuto y llamaron de portería para indicar que había llegado el pedido.
XV La mayoría de las personas que trabaja en el supermercado tiene sólo educación media, es cosa de ver el tipo de vocabulario que usan, sus conversaciones, la falta de aspiraciones, claramente nunca tuvieron clases de lógica, y si las tuvieron fueron a calentar el asiento porque gran parte de ellos lleva más de diez años en la empresa; si fueran tan importantes para la empresa “como dice el canto matutino de la empresa” no los violentarían de esa forma. Todas las mañanas a las ocho con treinta de la mañana hay una reunión donde revisan las cifras de ventas del día anterior, tiene que haber un representante de cada departamento para leer las pérdidas. Lo más ridículo y patético es el grito final de la empresa que termina diciendo ¿quién es el más importante? ¡El cliente! ¿Y nosotros? ¡También!. El supermercado está lleno de gente que pide cambios de sección, y cientos de “colaboradores” que tienen toda su fe puesta en el sindicato, ya que pretenden que la empresa los indemnice por los años de servicio. Lamentablemente eso es imposible, porque los dueños son extranjeros y el año 2012 luego de una negociación colectiva, los trabajadores se fueron a paro y los dueños amenazaron que si no detenían el paro, ellos declararían que la empresa estaba en quiebra, los trabajadores por el temor de perder sus fuentes de trabajo, decidieron postergar el paro. Uno de los guardias con los que hablo dijo que el sindicato estaba en pañales, que no sabían negociar, que realmente desconocían las leyes y no sabían el poder que tenían, me comentó que estuvo en una empresa donde los hijos de los trabajadores tenían muchos beneficios, les otorgaban derechos de educación y salud a las familias de los trabajadores, celebraban las fechas importantes, les daban
uniformes, tenían una hora de colación, “ni aparente como aquí” sostuvo ese día. Reclamó por su corbata, que no se la cambiaban hace dos años, reclamó por las blusas de verano que aún no llegaban, entre otras cosas… realmente creo que los tiempos han cambiado, antes negociar con los dueño era un proceso más cercano, ahora las empresas tienen decenas de gerentes, multi rut, sus dueños son extranjeros, a veces creo que el modelo está hecho así, justamente para no oír las necesidades de los trabajadores.
XVI La celebración de las fiestas patrias en el Supermercado consistió en ver a las cocineras disfrazadas de huasas, quienes cambiaron la disposición de las mesas y todo consistió en recibir un plato de comida que constaba de dos trozos de carne, una empanada, ensalada y postre. Ese día en la tarde fui a la reunión que había planificado el Sindicato donde rifarían premios de 50 mil pesos (se le descontaron $10.000 a cada trabajador inscrito en el sindicato para poder rifar esos premios en dinero) además darían una empanada con un vaso de bebida, creo que una de las cosas que más me ha impactado ver en la vida, ha sido la actitud del subgerente ese día, estaba parado en medio de la puerta cerrada con radio en la mano, impidiendo el paso de los trabajadores a la actividad. Preguntaba si estabas en el turno de la tarde, si le respondías que sí, decía que él no había autorizado al sindicato para que el personal de la tarde ingresara a la actividad, ya que la sala estaba con mucha gente y la prioridad ¡eran los clientes! Días previos había tenido una conversación con él en su oficina, habíamos visto la opción de trasladarme de sección, se notaba un hombre intachable, hasta le regalé un ejemplar de mi libro de poesía, lamentablemente ese día mostró las garras y dejó claro que le importa un soberano carajo el bienestar de los trabajadores. Tal vez para él un vaso de bebida y una empanada no signifiquen mucho, pero tengo colegas que no tienen buena situación económica y lo más probable es que deseaban descansar diez minutos comiéndose una empanada, con un vaso de bebida esperando el resultado de la rifa. Su actitud de soberanía me pareció inhumana.
Ese día en la once de la tarde uno de mis compañeros que lleva más de diez años en la empresa nos comentaba que años anteriores no les daban aguinaldo en dinero, sino cajas dieciocheras con mercadería. Lo chistoso de la situación es que muchos de ellos, se preparaban sus propias cajas con el doble hasta el triple de mercadería, supongo que por lo mismo dejaron de regalar eso para fiestas patrias.
XVII Hay reponedores que trabajan en dos turnos fijos, uno de mañana para una empresa externa y otro de tarde para el supermercado, aparte de ese tipo de trabajador, hay quienes trabajan en un solo turno fijo, tienen algunos trabajos anexos que les permiten vivir un poco mejor que la media de sus colegas. Son pocos y llevan varios años, son envidiados por varios. Un día en el comedor estaba sentada con varios guardias y señores que trabajan cuidando y ordenando los carros del supermercado en el subterráneo, nos reíamos porque uno de ellos dijo que la paga era mala, pero a pesar de todo la comida lo había hecho engordar. Es una compensación, le respondí, como te pagan poco, te aseguran un plato de comida diario, y sumando eso, a las finales te aumenta indirectamente el sueldo. Uno de los guardias, dijo ¡son terrible’ ‘e pollo hermano! ¿Acaso no se dan cuenta que nos dan harta comía’ pa’ que no les robemo’ el local? Pensándolo fríamente, tenía razón.
XVIII Había un guardia que siempre me saludaba con cariño, por lo general pedía permiso y se sentaba a mi lado, hubo una semana que no lo divisé en ninguna parte, hasta cuando apareció cojeando, comentó que había seguido a unos mecheros y al caerse se esquinzó el pie, comenzamos a dialogar sobre nuestras ideologías políticas, me mostró sus heridas de guerra, “había militado en el MIR”. Esa semana compartí harto con la sección de seguridad, no conozco mucho Santiago, pero de niña he oído que la comuna de La Pintana está estigmatizada como conflictiva, es periférica y muchos lanzas viven ahí, según me dijo un guardia que es de ese sector “necesito vivir lejos del lugar donde trabajo porque mi pega consiste en agarrar a los lanza’ y casi too son de allá, asi que prefiero pegarme el pique y viajar dos horas de ida y dos horas de vuelta, con tal de asegurar mi salú’ y vía’”. Los vinos estaban en promoción el fin de semana asi que compré un par para probar con mi novio, cuando le pedí al guardia que revisara mi bolsa, dijo que no bebía porque su papá había sido alcohólico cuando era niño “mi mamá salía a buscarlo a los bares porque se tomaba todo el dinero del sueldo, cuando lo encontraba, me daba una palmadita en el poto indicándole donde estaba para que fuera a buscarlo”. Oír su relato me entristeció. Al otro día siguiente nos encontramos en el comedor para el desayuno, me contó que había tocado en una banda y que le propuso a los integrantes que mezclaran rock con instrumentos étnicos, lamentablemente nadie lo tomó en cuenta, años después aparecieron Los Jaivas, “si me hubiesen escuchado,
quizás dónde y cómo hubiésemos estado” decía tomándose la cabeza. “Yo escribía cuentos cuando adolescente, además escribí una obra de teatro que se llamaba el rock and roll de la cárcel”.
Trabajó 44 años en un
supermercado en la V región “había un caballero que al principio llegaba en burro, después en bicicleta y finalmente en un auto”. Cuando fui al baño a lavarme los dientes, una de las chicas de otra sección le preguntó a una guardia sobre su ex colega que había sido despedida hace poco “le habían hecho la cama”. Ella respondió que había trabajado más de diez años en otro supermercado y que la gran mayoría eran hombres, que al principio la discriminaban sólo por ser mujer “cuando llegué no me contestaban la radio, me daban mal las claves, pero uno a uno fui parándole los carro’‟ si me daban mal una clave, iba a su ubicación, los agarraba del chaleco y les decía “mira, maricón culiao’, vay a dejar de weirme o te voy a sacar la conche tu mare” después de un tiempo dejaron de weirme. Lamentablemente a la mona, le hicieron la vida imposible esos weone’, cuando acompañaba a los vendedores de electro a una sala que tiene rejas, le gritaban por la radio ¡Mona, qué’ate en la jaula! “A las finales renunció, es que pa’ que andamo’ con cuestione’, la cabra no era muy agraciá de rostro que digamo’”. Nos reímos a carcajadas de sus historias. Un día en la mañana no andaba nadie en el supermercado, me habían encargado el pasillo de las legumbres, estaba sentada encima de una java de bebidas y se acercó un guardia, empezamos a conversar y me contó que a veces trabajaba en el aeropuerto, “buuuuuu ahí sí que se ven mecheros po’
mijita, pero eso son fino si po’, se roban reloje’ de marca, esos son caro’, ud puede sacarle más de cien luca’ a un puro reloj, le roban los computadores a los extranjeros que están sentao’ haciendo sobre vuelo, buuuu se ven muchas cosas ahí”.
XIX Esa semana de fiestas patrias los cuidadores de los carros estaban estresados, les habían pedido que subieran 500 carros a la sala. Uno de ellos me contó, como lo vi un poco angustiado le dije “si quieres le ofrezco a tu jefe que vayamos a solicitar apoyo al encargado de local”. Accedió feliz “hable con el encargado” me dijo “usa una chaqueta roja, en cuanto yo baje, él va a subir a comer” le dije que bueno, fui al baño y cuando regresé el encargado estaba agachado comiendo. Cuando le hablé, el jockey le tapaba la cara, respondió con voz ronca mirando hacia abajo “estamos bien, no necesitamos ayuda, el chico está asustado porque es nuevo”. Nada que hacer, dije, y bajé a la sala para seguir reponiendo. En la encuesta que se realizó este año en relación a la satisfacción de los clientes, la sección que tenía la evaluación más baja eran los estacionamientos por la gran cantidad de robos, servicio al cliente por la mala atención y fiambrería por los tiempos de espera. En una de las reuniones matutinas dieron aviso que se estaba gestionando que el estacionamiento fuese pagado, para poder filtrar un poco. Un día en la mañana llegó un caballero a consultar sobre el caso de robo de una marca de su vehículo, pidió hablar con la encargada de seguridad, mientras llegaba me contó que su esposa trabajaba en la justicia y uno de los carreros había estado preso por robo, su teoría es que están coludidos con los asaltantes, por eso no se inmutaban con los avisos de robos.
XX Luego de estar un par de meses en atención al cliente, comprendí por qué era una de los lugares peores evaluados, respecto de mis compañeras de sección había una señora con problemas graves a la vista, sin embargo tenía una gran virtud, ya que su especialidad era envolver regalos, tenía muchos años de experiencia en eso por lo tanto cuando se juntaba mucha gente para solicitar que envolvieran regalos, ella era de gran utilidad. Había otra señora también adulta mayor muy educada que había trabajado en el banco en su juventud, tenía problemas de retención, cuando comenzaba a llenarse de gente empezaba con dolores de estómago, decía que no podía comer muchas cosas porque todo le hacía mal, se aguantaba para ir al baño, de hecho me contaron que se había hecho en la sala, a pesar de los problemas estomacales que tenía, su sobrepeso era evidente, una mujer de carácter que muy poca gente del supermercado toleraba, se creía la dueña de la sección, le dije en su cara que era una vieja de mierda amargada. Antes de entrar a la sección, conversaba en el baño con una chica que luego fue mi colega, me dijo que le caía bien y que de hecho pediría que me llevaran a “Atención al cliente” cuando ingresé a su sección me contó que había sido muy feliz cuando tenía a su esposo vivo, un hombre amable que le había dado una hija sana, por desgracia todo se estropeó cuando una noche su marido salió a comprar pan a un almacén cercano y justo asaltaron al dueño del local, lamentablemente le llegó un disparo y mi compañera de sección quedó viuda muy joven. Intentó suicidarse un par de veces luego de lo ocurrido, sonreía constantemente, amigable, pero se le notaba en la mirada la pena que tenía arraigada en el corazón. Sólo lamento que se haya dejado llevar por los
comentarios falsos de mi persona y comenzara a actuar igual que el resto. Otra de mis colegas era mamá soltera y sus papas le cuidaban a su hijo como de tres años en Pichilemu. Siempre pedía cambios de turno para poder viajar a ver a su hijo, la dejaron como delegada del sindicato que tenía menor cantidad de gente, ya que la persona a cargo se enfermó, recuerdo que participé de una reunión y se la querían comer viva, de hecho tuve que defenderla, no la querían porque la decisión no había sido democrática. Esta chica comenzó a hablar cosas falsas de mí en una reunión que se suponía era para tratar problemas de la sección, comenzó diciendo que yo había ido a la inspección del trabajo a denunciarla a ella y a otra compañera porque maltrataban a las otras colegas que eran adultas mayores, ambas lloraban y me gritaban que yo las había dejado expuestas, que las podían despedir. No entendí nada, asi que busqué a la presidenta del otro sindicato para que les aclarara que no había ninguna denuncia así en la inspección, Karen me dijo, te están hostigando que terrible, me acompañó al pasillo y la trató de ignorante, la tapó en groserías, yo igual les gritaba que eran unas weonas venenosas, de ese día en adelante no le hablé más a ella ni al resto de mis compañeras. Había una colega que parecía un ewok al caminar, era chiquitita potoncita bonita de cara, pero sin mucha educación, eso la hacía sentir insegura me daba la impresión porque cada vez que hablaba algún tema interesante con los clientes me miraba de reojo, una vez me pidió que la acompañara al baño para borrar unos mensajes ofensivos dirigidos a dos colegas “las que me acusaron de denunciarlas en la inspección” encontré extraño que se hiciera responsable de algo que supuestamente no había
escrito ella, me culparon a mí de rayar las paredes del baño, les respondí que efectivamente rayaba los baños, pero con poesía… una vez le grité a la “ewok” que era una chupa picos luego de darme cuenta que me acusó con el subgerente por tomar una bebida energética sin pagarla, todas comían y bebían sin pagar, hasta se robaban ropa, porque les quitaban el sensor de seguridad con el imán que estaba en la sección, pero les caí mal porque les decía las cosas en la cara. Mi jefa que era una tetona menopaúsica que habían echado de todas las secciones porque maltrataba a la gente, a menos que fueras un hombre joven, ahí te acosaba, todos decían que inventaba embarazos para que no la despidieran, también le dije en su cara que era inepta que no servía ni para responder correos electrónicos. El primer día que llegué a la sección me pidieron que hiciera las notas de crédito de la señora que tenía problemas a la vista, no me pareció justo, sin embargo lo hice durante un par de días hasta que expresé que considera injusto que le hiciera el trabajo a esta señora, ya que si no tenía salud compatible con el cargo debía buscar un cambio de sección, puede sonar muy fría mi opinión, pero sólo había un computador y cuando se llenaba de gente se juntaban 3 hasta 4 notas de crédito. Por último, le dije, demuestre interés y aprenda a llenar los datos en el computador, en el fondo creo que la señora evadía usar el computador y la caja porque no sabía utilizarlos, antes de irme de ese lugar me fijé que la señora ingresaba al sistema algunas notas de crédito, me molestaba la actitud de complacencia de mis compañeras, como era un grupo bien aclanado supongo que me vieron como amenaza y
eso dio pie para que comenzaran a manchar mi imagen inventando cosas como que yo había ido a acusarlas a la inspección del trabajo, que rayaba los baños, que no le obedecía a mi jefa, etc etc etc.
XXI Ahora las leches en caja pasaron a ser parte de la sección de lácteos, por lo tanto quedé sin pasillo. Llevo una semana sintiendo calambres en mis brazos, manos y espalda en general; dos noches durmiendo mal, hasta he llorado de dolor, como dejé de hacer fuerzas los músculos están adaptándose de nuevo a la inactividad. Ayer en la mañana fui a saludar a una reponedora externa del pasillo y nos pusimos a conversar sobre las fuerzas que se hacen al cargar las cajas de leches, estuvimos calculando y en una jornada normal de trabajo, se repone un pallet con 900 kilos aproximadamente, ya que vienen 12 litros de leche por caja. Claro que en el caso de los que son ruteros, hacen dos o tres pallets al día, es decir 2.700 kilos al día, aparte les toca hacerse cargo de los cooler con yogurt, y cuando hay exhibiciones, es el doble de trabajo.
XXII Hoy día pedí un plato de comida hipocalórico y la nutricionista respondió que si quería dieta, debía ser todos los días, es una mujer extremadamente delgada y con un aspecto a neurótica que no se lo quita nadie por el caracho que pone al atender. Me sentí tan presionada que acepté las condiciones, mientras comía mi aburrido plato de ensalada, no le quité de encima la vista a un compañero que se devoraba un trozo de torta, creo que fue una de las peores cosas que he experimentado en mi vida. Al salir intenté agarrar un plato de torta, pero una de las viejas de la cocina me gritó ¡oye! ¡qué estay haciendo! ¡deja ese plato ‘e torta, estay a dieta! Me largué a reír de lo patético de la situación. Duré dos días con la famosa dieta, que consistía en un plato con ensalada y un trozo de apanado de pollo o alguna tortilla de verduras que te deja con el estómago a medio llenar, a las finales llegada a devorarme todo al departamento, asi que les dije que abandonaba el desafío del plato hipocalórico, ya que dejar de comer para mí, era una especie de masoquismo. La mayoría son viejas amargadas y exageradamente gordas, se rieron de mi renuncia, pero bueno, al menos no intento disimular mi gordura como ellas, que comen dieta frente a todos, pero detrás en la cocina se hacen mierda comiendo. A los días después, comí un paté que estaba malo, cuando le dije a una de las cocineras respondió que no era cierto y que sólo estaba sugestionada. Luego de eso me atendió otra chica, me sirvió una muestra de sopa y una muestra de papas con tres albóndigas.
La situación me hartó asi que puse un reclamo por la mala atención, por la poca comida y por el paté que me causó indigestión. Ahora no las saludo, sólo me limito a pedir mi elección, mientras más simpática eres con la gente, mas como la mierda son contigo.
XXIII Una tarde de jueves estábamos comiendo completos y sin querer me enteré de que uno de los bodegueros más antiguos es alcohólico, de hecho dijeron que casi chocó a una persona en la bodega, la mayoría de los hombres que trabaja ahí lo hace de mala manera, supongo que debe ser estrés, hacen fuerzas cargando pallets desde la entrada hasta la parte trasera donde está una de las bodegas, además tienen que bajar los pallets que les solicitan los reponedores, un día me sentí muy enojada, porque me di no sé cuántas vueltas pidiéndole a uno de ellos que me bajara un pallet con legumbres, se negó rotundamente porque tenía que dejarle despejado abajo, eso implicaba conseguir una transpaleta y mover otro pallet para que él pudiera bajar las legumbres, consideré que no era mi trabajo, asi que le pedí a un chico nuevo que me ayudara, en las mañanas lo primero que debe hacer un reponedor es tomar un carro e ir a bodega con una lista y solicitarle a los bodegueros que les bajen los pallets con productos que necesitan reponer, bueno en teoría, porque en la práctica los más antiguos andan encaramados entre medio de los andamios con pallets autoabasteciéndose por la falta de bodegueros y además por el desorden que tienen en ese lugar, porque los pallets llegan con productos que no van en las mismas secciones, entonces se abren y van quedando en cualquier parte.
XIV La última reunión del sindicato a la cual asistí fue realmente fuerte, se tocó el tema de dos cajeras que el día anterior fueron atacadas por tres mecheras, una de ellas estaba presente, tenía su cara rasguñada, ojeras, se notaba que había llorado mucho. Me contaron que había estado presa el día anterior, nadie la fue a acompañar, llegó al supermercado y luego se retiró a su casa, como es de suponer el supermercado no le prestó ningún tipo de cobertura. La presidenta del sindicato aleonó con un discurso barato a los trabajadores diciéndoles que jamás permitieran que los clientes les faltaran el respeto, mencionó una situación en la cual no le hizo el gusto a un cliente, pero finalmente su discurso fomentó una actitud sumisa por parte de los trabajadores, argumentando que no era necesario exponerse por un par de productos. Las secciones más expuestas al maltrato de los clientes son el sector de cajas, atención al cliente, fiambrería y seguridad. De hecho señaló que durante esa misma semana un cliente le había pegado a un empaque y éste se defendió, ambos quedaron heridos, el joven también quedó desprotegido, la política de la empresa es simple, si dejas que los clientes te peguen sin defenderte el supermercado “colabora” legalmente, obviamente es algo imposible, por instinto nos defendernos frente a cualquier tipo de amenaza, somos animales aspirantes a la ser - humanos.
XXV La jefa de Servicio a personas viajará este fin de semana a dictar una charla en un supermercado de Viña del Mar, la mamá le dijo que a las empresas no le interesaban las personas, que no entregara tanto, nos contó que el año pasado le dio un infarto y que pocos la fueron a ver, de hecho la llamaron super pocas veces, eso le ha ayudado a ser más empática con los trabajadores que están con licencia, porque supo lo que era estar enferma y sentir que a sus colegas no les interesaba su estado de salud. En la misma sección hay un joven que es mapuche, entró a la empresa como guardia y ahora es la mano derecha de la encargada, justo cuando llegué se había adoptado la medida de no dar uniforme a los nuevos, sin embargo, cuando fui a solicitarle uniforme a este joven, a escondidas me pasaba una camisa o pantalón, “déjeme ver si encuentro una polerita usada ya” decía y a escondidas guiñaba un ojo sacando una polera nueva. Es muy humano, una vez me dijo que él tenía mucha conciencia sobre la defensa de tierras del pueblo mapuche, creo que fue la única persona agradable que conocí en ese lugar.
XXVI Desde que el Black Friday se inició en Yanquilandia, nueve personas han muerto en el famoso evento que consiste en la inauguración de la temporada de compras navideñas, replicándose en varios países del planeta tierra, un verdadero culto al consumismo compulsivo. Cuando estuve en atención al cliente, fui testigo ese fin de semana de los descuentos en la sección de electro, una locura estar en ese lugar. Las personas hacían filas para probar los artículos electrónicos, luego de eso hacían fila nuevamente para pagar el producto, hacía mucho calor, de esos productos hubo un alto porcentaje que regresó a los días siguientes con fallas de fábrica y personal del supermercado les hacía ver que no era culpa de ellos que no hubieran aprovechado el servicio para probar los artefactos, ya que la garantía de esa promoción no duraba más de 48 horas “por falla de fábrica”. Lamentablemente el eco se hizo notar en nuestra sección, el mesón estaba lleno con personas molestas que exigían su dinero o el mismo artefacto, lamentablemente no podíamos hacer eso, ya que por políticas de la empresa, si tenía falla técnica pasadas las 48 hrs el cliente debía enviarlo a servicio técnico y ese proceso burocrático dura un mes como mínimo. Trabajar en una sección así en un evento de ese carácter es realmente estresante, la dotación de clientela se triplica considerando que estás en uno de los hipermercados más grandes de la capital de Chile y que los empleados son exactamente los mismos, es un abuso tremendo, lo lamentable es que sólo la sección de electro y cajas reciben porcentajes de ventas, los
reponedores y atención al cliente reciben el mismo sueldo por hacer el triple de trabajo durante varios días. Había trabajado jueves y viernes para este evento, como me di cuenta que se triplicaba la clientela, decidí faltar el día sábado, no recuerdo muy bien, pero parece que era la tercera vez en el mes que faltaba sin presentar licencia médica, no me gustaba ir los sábados porque éramos tan pocas y tanta la gente que no había tiempo ni de comer y no me gusta trabajar en esas condiciones, aparte quería descansar, sentí que no valía la pena exponerse a tanto nivel de estrés por tan poco dinero. Lamentablemente con mis compañeras de sección nunca tuve cercanía, de hecho antes de trasladarme de sección los reponedores me decían “te vas a ir a un nido de víboras” encontraba exagerada la expresión, pero tenían razón.
XXVII Una devolución de Black Friday El día miércoles 09 de noviembre del año 2016 pasado las 16 hrs, atendí a un cliente que llegó al mesón con una falla de fábrica en un LED adquirido el fin de semana. Le expliqué al cliente que debía ser enviado al SERVICIO TECNICO, se negó y pidió hablar con el encargado de local. Detecté enseguida que me encontraba frente a un cliente conflictivo, ya que luego de explicarle su problema al encargado de local y oír la misma explicación que yo le había dado, mientras el jefe de local le fue a buscar un cartel con información que abalaba su respuesta, el cliente me mostró su teléfono diciendo que tenía el contacto del especialista en reclamos de la empresa, ya que previamente había tenido un problema con un televisor y el caso estaba en el SERNAC. Para evitar un nuevo caso en SERNAC, me dirijo a la encargada de la sección de electro, le explico el caso y me dice que lo reciba siempre y cuando éste no funcione. Llego al mesón, enchufo el LED y compruebo que se queda pegado sin funcionar por varios minutos, le digo al cliente que puedo hacerle una nota de crédito de $299.990 ya que su boleta tiene descuento, el cliente me pide celular para marcarle al Sr especialista en reclamos de la empresa, ya que pretende evitar la realización de la nota de crédito porque la oferta ya había terminado. Para impedir su molestia, le paso el celular, el especialista no le contesta, por lo tanto acepta que realice la nota de crédito, le entrego la nota y se dirige a la sección de electro. A los minutos vuelve el cliente al mesón, suena mi celular, es el Sr especialista en reclamos, me indica que el cliente quiere el mismo LED y que en la sección de electro le respondieron
que no hay más stock, entonces me solicita que debo dirigirme a la sección de electro y verificar la respuesta, le comento a la encargada y me dice que no hay más LED de la misma marca. Entonces el Sr especialista en reclamos, me indica que él ayudará al cliente a conseguir uno igual pero en otro local, me pregunta si el gerente se encuentra en el local, le digo que no, entonces pide hablar con una encargada de local, le respondo que ambas subadministradoras son más o menos similares a la hora de responder, que lo más probable es que no ayuden mucho en la solución del caso, ya que por lo general su respuesta es “si tiene falla, debe enviarlo al servicio técnico”. Al minuto diviso a una de las subadministradoras, le hago señales con una hoja, ésta se dirige hacia mí, le comento que hablo con un especialista en reclamos de la empresa y que necesita hablar con ella para resolver un caso, me responde “no, yo no veo nada, qué pasó, primero quiero saber qué paso y no me pase un teléfono y llamada de alguien que no conozco” le indico que es el especialista en reclamos de clientes de la empresa, le informo que le hicimos un ticket de cambio al cliente, pero no hay stock, el cliente tenía el contacto del especialista previamente y lo llamó desde mi celular, por eso quiere hablar contigo, quiere solicitar que le respetemos la promoción al joven, pero aquí no hay stock. Ella responde “no, no voy a hablar con él, haber venga pa’ acá, usted no puede ver estos temas así, CORTE EL CELULAR” gritándome ¡Oye Carla, Carla, corta el teléfono, yo tengo que ver el tema acá!. Le comento la respuesta de la subadministradora al especialista en reclamos, mientras ella se dirige al mesón de Servicio al cliente con mucha prepotencia
haciendo que el cliente se altere en menos de un minuto (lo que justamente queríamos evitar, ya que era un cliente conflictivo) comienzan a gritar, regresa donde estoy, me arrebata la nota de crédito de las manos, gritándome ¡haber, préstame eso, qué crees que haces, yo veré qué hago, CUELGA! Continúo con el especialista al teléfono, le comento que lamentablemente no pudimos evitar que el cliente se alterara por el mal trato y prepotencia de la subadministradora, él me sugiere que me aleje del lugar para que no me siga gritando. Subo los casilleros llorando y decido retirarme del establecimiento media hora antes de lo establecido en mi horario ya que me siento afectada por el tema. Cuando bajo de la micro, veo unas llamadas perdidas en mi celular, suena de nuevo, es el especialista, me indica que por desfortuna de la subadministradora, él escuchó cuando ella le respondió al cliente ¿haber, con quién está hablando? y el cliente le responde “con el
especialista en
reclamos de su empresa, si gusta habla con él” y ella le responde ¿QUIEN ES ESE WEON YO NO LO CONOZCO? A pesar de que la situación fue expuesta al Gerente, el responde que tomará las medidas correspondientes del caso, finalmente responde que “por la falta de pruebas, él no la puede despedir”.
XXVIII Reclamo frente al Comité de Ética de la empresa Me contacté con las personas de Ética de la empresa donde trabajaba y puse en reclamo en contra de esta “señorita”, respondieron que iban a investigar el caso, debe haber ido alguien del comité al supermercado porque la cosa se puso densa a los días después, estaba completamente desmotivada para seguir trabajando en ese lugar, lo que esperan es tener empleados con un actitud sumisa, poco resolutivos, etc. La gran mayoría de los empleados come, sacan bebidas, aguas minerales, pan con cecinas y queso, galletas, he inclusive prendas de vestir, fui testigo de muchas cosas en las dos secciones donde estuve, curiosamente nunca vi que amonestaran a alguien por consumir algún producto dentro del local, a los días después de lo que ocurrió con esa ordinaria, me mandaron a buscar a la administración, minutos antes había probado una bebida energética que estaba en promoción, la verdad ese hecho era tremendamente recurrente entre mis compañeras de trabajo, claramente no se debe hacer, pero estaba sin dinero y me sentía deshidratada porque hacía calor y daba mucha sed. Me hicieron entrar a una sala de interrogación junto al gerente y dos empleados más, me preguntó si esto era parte de algún plan en contra de ellos, qué pretendía al hacerles la vida imposible, que tomar cosas de la sala era algo prohibido ¿para mí, querrá decir? porque acá hay decenas de empleados que lo hacen a diario y su actuar no es cuestionado, le respondí. Dime quienes son y los amonestaré señaló, no, jamás delataría a mis compañeros de trabajo le respondí, voy a pagar la energética, no se
preocupe, salí de la oficina colapsada, recordé cuando me hicieron la vida imposible en la universidad, no me gestionaban mis pasantías, el director de carrera me webiaba por todo, la rectora me amonestaba por ser dirigente estudiantil, me persiguieron para que pagara todo el semestre que hacía antes de titularme y luego de eso me eliminaron, la diferencia con esto es que renuncié antes de que me despidieran por dignidad. “Cuando brillas mucho, encandilas”. Shine on!.***
Santiago, Chile 2016.