Crónicas de Ely by Carla Escobar

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“Crónicas de Ely” by Carla Escobar



Bueno yo tuve una sola hermana, somos dos, ella es un año mayor que yo, siempre nos criaron como gemelas, nos vestían iguales y aparte éramos muy parecidas. Mis papas se conocieron en San Felipe porque eran de ahí, cuando se casaron como no había trabajo, se vinieron a vivir a Santiago y nunca más volvieron a San Felipe. Mi papá no tenía estudios, encontró trabajo en una fábrica textil, donde hacían frazadas y en esa fábrica trabajó cincuenta años, de hecho jubiló ahí. Nunca quiso salirse, porque le daba miedo quedarse sin trabajo. Ellos se metieron a una iglesia evangélica porque una familiar de mi mamá la llevó, nos hicieron creer en todo lo que creen ellos, y tuvimos una infancia tranquila, como sólo fuimos dos hijas, grandes necesidades no tuvimos porque era más fácil alimentar a dos que a cuatro o cinco hijos. Hicimos el octavo básico y después en el liceo teníamos muy malas notas porque éramos muy calladas, no nos juntábamos con nadie, teníamos problemas de aprendizaje, mis papas en su ignorancia no se dieron cuenta de que no aprendíamos. Dos veces intentamos hacer primero medio y las dos quedamos repitiendo, asi que no quisimos seguir estudiando, de hecho hicimos unos cursos de peluquería, mi papá nos compró todos los implementos para la peluquería y ahí nos quedamos sin estudiar. Mi hermana, hasta el día de hoy, nunca sacó la enseñanza media. Yo creo que en parte no aprendimos porque mi papá nos retaba mucho y a las finales, nos bloqueábamos. Mi hermana se casó a los 19 años, todavía están juntos, él era 10 años mayor que ella, ahí me quedé sola en la casa con mis papas y me sentía muy deprimida, porque éramos super unidas, todo lo hacíamos juntas, íbamos a todos lados juntas, esa pena me duró como dos años, a los veinte me puse a


trabajar y a los 23 años conocí al papá de mis hijos “Douglas” era un año mayor que yo. Lo conocí cuando trabajaba como auxiliar de farmacia, nos enamoramos, pololeamos un año, y nos pusimos a vivir juntos. Estuvimos en un departamento, después no nos alcanzaba la plata y nos tuvimos que ir a la casa de mis papas. Él era muy cariñoso pololeando, pero viviendo, era otra persona, era descariñado, me dejaba sola, eso me ponía triste, a veces estaba con él y lo echaba de menos, eso es cuando una persona te hace sentir invisible, no te pesca. O sea te pesca, pero cuando quiere sexo, después de vivir un año juntos, quedé embarazada del Jonathan, mi primer hijo. Yo quería tener un hijo, quería que se pareciera a él, porque estaba muy enamorada, pero igual me sentía sola, estaba triste. Él no era cariñoso, yo sentía que sólo me buscaba cuando tenía ganas de tener relaciones sexuales, sólo ahí lo tenía cerca, yo soy muy de piel. Él tenía muchos amigos, siempre se juntaba con sus hermanos que eran 5, con el tiempo me di cuenta que me engañó muchas veces “era super gorriá, vivía en un mundo de Bilz Y Pap”. Él me hablaba de los amigos y yo le creía, me acuerdo que cuando pololeábamos el único día que no nos veíamos era el domingo, después saqué deducciones, yo era su polola oficial, pero siempre tuvo mujeres por ahí. Yo tomaba pastillas del consultorio, pero quedé embarazada igual, tuvimos tres hijos, cuando Jonathan tenía 1 año 3 meses, llegue del hospital con la Denisse. “Me acuerdo que Jonathan se enojaba porque quería que lo tomara en brazos, cuando le daba pecho a la Denisse”. Fue como tener dos guaguas, estaba todo el día mudando, haciendo papa, mi mamá me ayudaba, Douglas brillaba por su ausencia llegaba en la pura noche, en ese tiempo me gustaba


ir a la iglesia con los niños para distraerme y poder salir, encontrar a mis amigas, porque me lo llevaba encerrada todo el día. Juan Emanuel, el menor, nació de una reconciliación, porque un año nos habíamos separado, él se había involucrado con una tipa que era promotora. Andaba con un libro que pasé a mover cuando estaba en el baño y se calló una carta, era la carta de una mujer que le decía “mi amor, disculpa porque anoche me enojé contigo y te hice una escena” me quedó clarito que tenía otra relación. Salió del baño, me vio con la carta y puso una cara, le dije “ahora entiendo muchas cosas” obviamente lo eché, se fue un tiempo, como ocho meses, después volvió, como lo seguía queriendo lo perdoné, no me estaba cuidando porque estuve harto tiempo sola y quedé embarazada. Asumió que había sido infiel conmigo porque me conseguí el número de teléfono de la mujer, me hice pasar por la hermana del Douglas, como teníamos el mismo apellido, le dije quiero hablar contigo algo super importante de mi hermano, resulta que ella no lo podía crear, estaba toda contenta, me respondió “enserio” nos quedamos de reunir, planificamos cómo iríamos vestidas y cuando la vi me quería morir, era tan flaca, me sentía tan fea, mi autoestima estaba muy baja, por la foto la ubiqué, estaba parada mirando hacia todos lados, le dije “Hola, yo soy Elizabeth” y me respondió ¿Hola, cómo estás? Ahí le respondí “sabes qué, voy a ir al grano altiro, te vengo a decir que yo no soy la hermana del Douglas, soy su pareja y tenemos tres hijos” me quedó mirando y dijo “no te puedo creer” ahí me contó que estaba pololeando con el Douglas, que él la iba a visitar a su casa, he incluso le había pedido permiso a los papas para estar con ella, porque en esos años era típico que le pedías permiso a los papas para poder pololear, ella estaba ilusionada con él, se proyectaba, igual


era encachado, con harto carisma, entonces habían varias mujeres que lo perseguían. Le mostré los certificados de nacimiento de los niños y se comprometió a terminar con él. En la noche llegó Douglas enojado diciendo “no puedo creer lo que hiciste” supongo que nunca se imaginó que tendría las agallas de hacer eso, a pesar de que fue terrible, “quizás estaba conmigo porque no tenía donde vivir, trabajaba en la farmacia, ganaba poco, no le alcanzaba para irse a arrendar a otro lado”. Se decidió todo, se iba, llegó y yo ya le tenía la maleta lista, con el dolor de mi alma la verdad, porque estaba enamorada, lloraba, me dijo que tenía que darle tiempo para hablar con la mamá porque no tenía plata para irse a vivir a ningún lado, le dije “no es mi problema, te vas altiro”. Asi que llegó con su maleta donde la mamá, pasaron ocho meses y me buscó, fue a ver a los niños que se colgaban del cuello, después mis papas me decían “él es el papá de tus hijos, qué sacan con vivir separados, y yo, que lo seguía queriendo, agarré papa y lo perdoné” y ahí nació el Juan, lamentablemente le duró un tiempo nomás porque volvió a estar todo el día afuera, llegaba como a la una o dos de la mañana todos los días, y yo así con una guata, finalmente criando a los niños sola, porque le decían ¿papá quieres jugar a la pelota? Y les respondía “no, estoy muy ocupado, me tengo que ir” tuve un marido totalmente ausente, además fue un pésimo padre. Cuando Juan cumplió un año, nos separamos definitivamente con Douglas, porque en ese año no demostró ni el más mínimo gesto de afecto, ni mucho menos hacia sus hijos, además tenía una amiga que se llamaba María Isabel, la iba a buscar y la iba a dejar en el auto, era veinte años mayor que él, le dije “¿andas con ella?” Sólo se rió, entonces le respondí “¿tú crees que soy tonta?” Douglas tenía un amigo que se llamaba


Luis y me contó que estaba siendo engañada. Lo volví a echar, se fue con ella, le regaló un departamento, Jonathan tenía cinco años, Denisse cuatro y Juan un año. Me quedé sola con los tres. Empecé a trabajar esporádicamente y tenía puros atao’s en la casa, mi mamá se enojaba, que a la hora que vení llegando, que los niño’ aquí, que los niño’ acá y yo le decía ¿pero mamá, qué quiere que le haga si tengo que alimentarlos? y mi papá con mucha plata porque él ahorró toda su vida, hasta el día de hoy, porque tiene cuarenta millones en el banco, antes tenía como sesenta millones, en esos años mi papá se hacía el leso, le daba plata de forma semanal a mi mamá, me acuerdo que era todos los viernes, pero sólo para ellos, ellos comían súper bien y los niños miraban, entonces yo no podía quedarme de brazos cruzados, tenía que ir a planchar, hacer aseo, después conseguí trabajo en una fábrica, pero me tuve que salir por sus comentarios “que mira la hora que vení llegando, así como que anduviera maraquiando” discutíamos mucho, si con decirte que mi vecina me quería mucho, me vió llorando un día afuera y me dijo “yo te los voy a cuidar para que poday hacer tus cosas” ¡ella tenía tres nietos! De ahí pasaron dos años y un vecino que es el Juan Carlos que nos conocíamos de chicos, porque yo llegué a ese barrio a los seis años, él vivía a dos casas de donde yo vivía, me dijo que siempre había estado enamorado de mí, que siempre me había amado en silencio, que tenía trabajo estable, que me podía ayudar con los niños, asi que empezamos a andar y tuvimos a la Betsabé, yo dije “aquí ta’ la mía” fue un matrimonio por conveniencia porque tenía trabajo estable, aparte mi mamá se quejaba y me decía “yo estoy cansá, estoy enferma” yo no pensaba en casarme, pero mi papá empezó a decir “que nosotros somos evangélicos, qué van a decir los


vecinos, que cómo se te ocurre” fue tanto lo que hinchó que dije, ya me voy a casar entonces. Nos dieron hora en el Registro Civil y nos casamos, pero no por la iglesia. Estuvimos quince años casados, un tiempo vivimos como tres años en la casa y después mi hermana me entusiasmó de irme al norte, porque yo igual viviendo ahí con el Juan Carlos más los niños eran puros problemas y puros ataos con mis papas “estaba hasta acá” mi hermana me dijo, vente pa’ acá, es fácil tener casa, me entusiasmó, le dije a Juan Carlos, juntamos plata y nos fuimos con los niños al norte, en Vallenar. Ahí fue el abuso, en todo ese periodo, Juan Carlos abusaba de ellos. Betsabé tenía 3 años cuando nos fuimos, ella no tenía noción de Santiago, para ella su ciudad era Vallenar. Juan tenía como cinco años, porque yo me acuerdo que el alcanzó a ir al kínder de Santiago, Denis tenía como ocho años, ellos hicieron su enseñanza básica en Vallenar, estuvimos diez años allá. Cuando se destapó la olla de los abusos fue cuando el Jonathan terminó su enseñanza media y se fue a la Universidad a Antofagasta, tenía un amigo con el que estudió toda la infancia y toda la media, se llama Pablo, los dos quedaron en Antofagasta, asi que se fueron, pero allá no tenía plata, nosotros no teníamos para mandarle, le pedí a mi papá y no quiso, entonces al final desistió, congeló y se fue a vivir a Santiago con mi papá para no tener que arrendar, allá buscó trabajo y una prima le ayudó a entrar a una tienda. Con la Denis se llevaban por un año, asi que el año anterior había salido de cuarto medio y dijo “yo me voy con mi hermano, para que no esté solo allá, me voy con mi tata” pero hasta esa altura nadie había dicho nada del abuso, hasta que de repente un día recibo una llamada de la Denis llorando pero atacada, yo le decía ¿hija, pero qué le


pasa? Y me dice mamá estoy mal, tengo que contarte algo, y yo compré el pasaje miércale y me vine con todo a Santiago. Me contó que había conocido a un joven que se llamaba Felipe y que como empezó a incursionar en el tema sexual, se le empezaron a venir los recuerdos, calló en una depresión horrible, estaba con pastillas, dormía todo el día. Me contó que había sido abusada por Juan Carlos, el papá de Betsabé, dijo que que él la tocó durante muchos años, hasta que creció y ahí no la molestó más, pero siempre la andaba mirando y cuestiones raras desde el momento en que nos casamos, él empezó a abusar de ella, cuando tenía como cuatro años. Después el Jonathan y el Juan dijeron que les había pasado lo mismo, entre ellos no sabían, porque cuando Jonathan confesó Juan lo quedó mirando y le dijo ¿enserio? aA mí también”. El Jonathan la vio tan mal, que le dijo “hermana yo sé que es terrible, pero se puede superar eso” y la Denis le dijo ¿por qué lo dices, si tú no sabes lo que viví? Y él le dice “pero si a mí me pasó lo mismo que a ti” después el Juan les dijo “a mí también me pasó” y en vez de ser para mejor, fue para peor porque la Denis se atacó llorando y les dijo ¡¿pero cómo?!. Jonathan como era el más grande recordaba que Juan Carlos se masturbaba mientras lo tocaba y Juan con los años recordó que una vez en el baño lo violó, siempre veía esa imagen como un sueño. Esa vez entré a la pieza y los veo atacados a los dos llorando y Juan me dice que esa imagen no era un sueño, que había sido real, él tenía como cinco años cuando le pasó eso. Ahí se supo todo, quedó la embarrá, yo me fui a Vallenar para traer mis cosas, no pude traer nada, perdí la casa con todo amoblado, empecé de cero,


durmiendo en una sola pieza, con camas en el suelo, Juan Carlos se quedó en la casa del norte, esa casa era mía, con los años después la vendí, el metió una gente que después no querían irse, yo se la vendí a mi vecino y él tuvo que pagar abogado para poder sacar la gente, con juicio. Lo denuncié, fui a la ésta que está en el Mapocho de detectives, me dijeron que era difícil poder abrir ese caso porque habían pasado muchos años, ya que mis hijos fueron abusados cuando eran niños, no teníamos pruebas de semen, si es que se hacía algo, preso no iba a ir, a pesar de que me grabó, nunca me llamaron para ver el tema. Lamentablemente ya eran grandes, y yo nunca sospeché de él, nunca vi una cuestión rara en él. Después cuando lo dejé tirado empezó a tomar y me llamaba curao’ lloraba y lloraba y en una de esas conversas que muchas veces le corté, me contó que él cuando era niño había sido violado, recordaba que él tenía ocho años, pero no sabía quién era el viejo que lo violaba porque no se acordaba de su cara. Yo le dije “pero tú te estay justificando, que porque a ti te violaron, tú también tenías que hacer daño, tú debiste haber sido sincero y haberme dicho que tú tuviste esa experiencia y que te daba miedo hacerles algo, habérmelo dicho, haber pedido ayuda y no lo hiciste”. La Betsabé tenía catorce años cuando se destapó la olla, me acuerdo que yo la llevé a la plaza y le dije que quería conversar con ella, porque yo estaba complicada de que la Betsabé qué iba a decir, de cómo se sentía ella de que su papá hubiera dañado a sus hermanos y que yo me estuviera separando. Entonces le dije, Betsabe ¿qué piensas tú, vas a apoyar a tu papá o vas a apoyar a tu mamá? Y le digo, yo creo que tú, por ser la hija, fuiste la única que se salvó de que él te haya hecho algo y ella agachó la cabeza, entonces le digo ¿tú también? Y me dice que sí, moviendo


su cabeza ¿desde cuándo? Le pregunto “desde que tengo uso de razón, desde cuando me di cuenta que el cariño que me hacía él, no era normal” Los niños chicos son inocentes, ellos no saben, hasta que crecen y se les muere la inocencia. La Betsabé en ese tiempo era normal, buena para reírse, alegre, todo lo tomaba pa’ la chacota, nunca tuvo problemas de aprendizajes que me hicieran sospechar de algo raro. Ella dice que nunca la penetró, que solamente la tocaba. Asi que me dijo que hiciera lo que quisiera, que ella no estaba ni ahí con él. Me puse a trabajar en una peluquería cerca de la casa. Cada uno estaba haciendo su vida. El Jonathan estaba super bien, una nuera le consiguió trabajo en la parte de administración en Las Condes, ganaba un sueldo de un millón cuatrocientos, estaba feliz, fue hasta la iglesia a darle gracias a Dios, íbamos a veranear, ayudaba a sus hermanos, se compró un departamento, se compró el auto. La Denis dijo que iba a estudiar en la universidad y dijo que ella iba a elegir la carrera de profesora y la pareja que le tocó, era un ángel, la apoyaba en todas sus crisis, no podía tener relaciones sexuales, se dio cuenta que necesitaba ayuda, empezó a buscar psicólogos, tomaba flores de Bach, pero todavía no superaba el tema porque en el 2015 terminó su relación, ya que sentía que no estaba enamorada de él. Ahí conoció a su actual pareja es de Venezuela pero está erradicado en Brasil, con esa pareja se le despertaron todas las cosas que estaban dormidas, volvió a recaer, de hecho ahora está en tratamiento, le ha costado mucho esa relación, porque es diferente a Felipe, cuando la Denis estaba con sus achaques el Felipe la dejaba, y Gustavo no po’, le dice ¿pero qué te pasa? “no podí estar así” puras peleas y discusiones.


Jonathan en ese tiempo era un niño sano, como que nunca le afectó nada, y nop, estaba todo escondido dentro de él, haciéndose el leso, hasta que enfrentó y dijo, no quiero saber nada de ese trabajo, yo renuncio. Negoció, le pagaron sus millones, pagó sus deudas, estaba pololeando con Romina y duró cuatro años, como le empezó a dar depre, no se bañaba, estaba todo el día echado, entonces la Romina lo cagó con su mejor amigo, con el Gonzalo que siempre iba a la casa, mi casa era como su casa. La Romina le decía Jonathan salgamos y a él no le daban ganas de salir, le decía pero báñate. Entonces empezó a salir con el Gonzalo que era su mejor amigo, le decía gracias Gonzalo por sacarme a pasear. Jonathan se enteró porque yo se lo dije, porque ella a veces no llegaba, como estaban viviendo en la casa ¿qué está pasando con la Romina? Le dije a la Denis y me dice “parece que la Romina está tirando con el Gonzalo” y le contesto, pero ¿por qué no se dices a tu hermano? Y me responde “no sé qué hacer” asi que quedé de hablar con él. Le digo Jonathan ¿Dónde está la Romina? Y me dice “no sé, por ahí anda y qué tení que meterte” y le dije “me meto po’, la Romina te está engañando con el Gonzalo” y me responde ¿cómo se te ocurre pensar así? “me extraña que seas mal pensada, yo no soy así” el Juan estaba al lado y le dice “Jonathan, es verdad”. Y dice ¿qué? Se puso pálido, la llamó, ella negaba, hasta que llegó en la noche y ahí estaban viviendo arriba en ese tiempo y como se escuchan los gritos ¿por qué me engañaste con mi mejor amigo de la infancia, por qué no te buscaste otro weon, por qué te metiste con él, por qué me hiciste eso? Y gritaba… tenía 29 años, porque fue el 2015. El psiquiatra que me veía a mí, porque yo también me atendí, me había dicho “tarde o temprano le va a pasar la cuenta a su hijo y le va a dar depresión,


porque tiene todo guardado y de alguna manera lo va a tener que sacar” y así fue; porque el Jonathan empezó a cambiar, andaba super agresivo, hasta le agarró mala a mi pareja Roberto… A Roberto lo conocí cuando tenía 49 años, el 2011 a través de una página de internet, como estaba sola, necesitaba conocer a alguien, entonces me metí a una página que se llama “Amor en Línea” empecé a buscar, vi su foto y dije “uy es bonito” asi que le escribí. Me contestó, empezamos a hablar, de hecho estuvimos harto tiempo hablando, hasta que me dijo ¿conozcámonos? Y le dije “ya” ¿dónde vives tú? Y me dio las indicaciones “En Toesca, estoy a la vuelta del Parque O’Higgins” y ahí nos juntamos. Nos conocimos y nos enamoramos al tiro, el primer beso, todo, menos acostarnos po’ si estábamos en el Parque O’Higgins. Y desde ahí, no nos separamos más, hasta la fecha. Roberto llegó a mi vida, justo cuando tenía un puro caos en la casa, cuando los chiquillos estaban mal, la Denis estaba con depre, el Jonathan era simpático, de repente no, pero como yo le había contado toda mi historia, él sabía a lo que iba. Inconscientemente los chiquillos lo veían como una amenaza, pero nosotros pololeamos un buen tiempo, recién después de tres años, empezamos a vivir juntos, justo tocó la mala suerte que Roberto pasó por una mala racha laboral, no encontraba trabajo, debía arriendo, tuvo que irse de ahí, se fue a trabajar un tiempo a Quilpué, me acuerdo que lo iba a ver los fines de semana, en ese tiempo la empresa le pagaba el arriendo, pero dejaron de hacerlo y tuvo que venirse a Santiago de nuevo, tuve que hablar con mi papi y tuvo que venirse a la casa, con un camión lleno de cosas, se sentía humillado, con una cara, recuerdo que le dijo a mi papá “aquí vengo a invadirle su casa, espero que sea por poco tiempo” y así empezamos.


¡Estaba tremendamente estresada Dio’ santo, recuerdo esa época y me duele la guata! De repente nos estresábamos los dos, nos poníamos a discutir y Roberto es de los que levanta la voz, no es agresivo, pero cuando discute, levanta la voz, entonces le empezó a caer mal a los chiquillos y decían “y qué se cree éste weon, que viene a retar a mi mamá” empezamos a tener problemas, porque discutían entre ellos, hasta que un día hablaron con él y quedó de cambiar eso y también les pidió cosas que le molestaban como el olor a pito, así como los eructos. Asi que fue muy difícil la convivencia en ese tiempo, éramos muchos, arriba estaba Jonathan con Romina, la Denis con el Pipe en la otra pieza, arriba vivía Juan y al otro lado la Betsa, abajo estaba yo con Roberto y mi papi al otro lado. Fue tan complicado, que a veces pasaban meses y no nos hablábamos, Roberto se sentía mal, más encima sin pega. La Denis cuando empezó a trabajar de profesora se fue de la casa con Felipe, la ex de Jonathan también se fue por lo que había pasado, asi que ahí quedamos menos personas en la casa. Juan se tuvo que poner a trabajar, estaba en la universidad en ese tiempo, aún no la dejaba, la única que no hacía nada, era la Betsabé, porque Jonathan trabajaba esporádicamente por su depre. A Roberto le empezó a ir bien, yo también trabajaba, nos dividíamos los gastos de agua, luz, internet. De repente, empezamos a notar rara a la Betsabé, antes era una niña alegre, totalmente normal, pero en la adolescencia quería estar sola, estaba descuidada en el aspecto físico, una vez se cortó las venas, la llevamos a urgencias y el doctor nos dijo que debía atenderse urgente con un psiquiatra, asi que los papeles se fueron para el Hospital Psiquiátrico. Después se tomó unas pastillas, también tuvimos que hospitalizarla, eso fue el mismo año, ahí


le diagnosticaron un trastorno de personalidad, está al borde de sus emociones, ella no puede controlar sus emociones, si siente ganas de hacer algo, lo hará sin medir consecuencias, necesita un tratamiento o no se va a mejorar, de hecho estuvo harto tiempo en tratamiento, pero dejó de tomar sus pastillas porque le dolía el estómago y también se negada a ir, decía “qué tengo que ir a contarle mis cosas a esa vieja loca” asi que dejaba botados los tratamientos, no había forma de llevarla, el Jonathan le pagó hasta psiquiatra particular, pero todo lo dejaba a medias. La gota que rebalsó el vaso fue en abril de 2014 cuando fuimos todos a La Serena porque mi hermana estaba de cumpleaños el 03 y mi sobrino el 04, asi que celebraríamos los cumpleaños juntos, en esa oportunidad la Betsabé estaba mal, si hubiese podido verle el aura, hubiese sido negra, estaba muy oscura su energía, la cara que tenía… estuvimos todo el fin de semana allá, yo me regresé un día lunes y los chiquillos se quedaron, en la misma noche Jonathan me llama, que la Betsabé se había tirado del cuarto piso de la casa de un matrimonio amigo de los chiquillos y que estaba en el hospital, fueron a tomar once con ellos, iban a preparar pizza, estaban en lo mejor hasta que sintieron un grito bien fuerte, salieron a mirar y la Betsabé era la que se había tirado, la vieron tirada en el suelo, ensangrentada entera, ni siquiera perdió el conocimiento porque gritaba de dolor, se hizo un tajo gigante en la frente. Mis hijos me dijeron que se había tirado del segundo piso no del cuarto, no quisieron decirme la verdad para que no fuera tanto el impacto, les dije, ya mañana mismo me voy, yo venía recién llegando a Santiago, pasé la noche y al otro día temprano, me tuve que regresar. Se quebró las dos piernas, dijo que ella cuando llegó al departamento de una amiga, fue al tercer piso miró y


dijo “no esto es muy bajo, no me va a pasar nada”, ella nos contó, entonces cuando fueron a tomar once donde el matrimonio amigo, dijo “acá está la mía” entonces de ahí se tiró. Se la llevaron al hospital de Coquimbo. El año anterior hizo varias cosas en contra de su vida, primero se cortó las venas, a los meses después se tomó unas pastillas, y el 2014 se tiró de un cuarto piso, estuvo hospitalizada como dos meses, yo me quedé con ella, los chiquillos quedaron tan mal anímicamente, que dijeron hasta acá quedamos con la Betsabé, por eso se fueron a Santiago y me tuve que quedar sola con ella, ninguno me acompañó, yo los entendí, si estaban mal, de vez en cuando viajaba a Santiago a estar con Roberto, menos mal la Betsabé tuvo la suerte de estar en un hospital que lo habían hecho recién, asi que podía dormir con ella, parecía clínica, no era deprimente, era todo bonito, las piezas tenían calefacción, yo tenía un carnet asi que podía entrar y salir a la hora que quisiera, llevaba una mantita y la acompañaba, estábamos a fines de abril en mayo, ya estaba helado. Después le pusieron un psiquiatra de cabecera y era tan negativo, me decía “la compadezco porque esa niñita es tan peligrosa, no sé lo que irá a hacer ud con ella, no sé cómo se la llevar a Santiago porque aquí no le van a pasar ambulancia”. En ese tiempo estaba leyendo un libro de metafísica y en ese libro decía que todo lo puedes lograr con tu mente, me aferré a ese libro, lo leía, lo volvía a leer, para no echarme a morir, cuando el psiquiatra hablaba, yo decía, no va a ser así, a mi hija me la van a llevar en ambulancia, le rebatía todo, y así fue, porque justo tuvieron que viajar a Santiago a buscar una guagüita que estaba grave; asi que yo decía “gracias universo, diosito, lo que sea”. Se la llevaron en la noche, llegó a las 6 de la mañana, los chiquillos la estaban esperando, yo viajé en bus. Luego de


eso, estuvo dos meses en silla de ruedas porque no podía caminar, una colega de trabajo me pasó una silla de rueda. Cada quince días tenía sus controles con un traumatólogo, recién después de los tres meses empezó a caminar de nuevo, fue super aperrada, porque si ella no se hubiese movido, hubiese quedado en silla de ruedas para siempre, ella dormía en el living comedor, un día se paró y como pudo llegó a su pieza al segundo piso, después empezó a hacer ejercicio y me pidió que la cambiáramos a su pieza. Los médicos estaban super admirados de que estuviera caminando tan rápido, una vez me dijo que había desistido de matarse porque nadie la quería, e inclusive la muerte; también dijo que no iba a intentar matarse de nuevo porque podía quedar postrada de por vida, no entendía mucho el sentido del porque había quedado viva. En noviembre de 2015 se fue, pero ese mismo año en agosto se fue un tiempo con mi hermana, ella me dijo “acá la vamos a cuidar, quédate tranquila” resulta que un fin de semana se desapareció porque se encontró con un amigo, ella dijo que era el pololo y era mentira y como no llegó, mi cuñado se enojó y dijo que no iba a estar con alguien que no respetaba la casa. La Betsabé se fue, andaba por ahí, porque no tenía donde estar, se consiguió un trabajo, la tuvieron a prueba un día y después no la dejaron, me tinca que el gallo vio que la Betsabé era media rara y no la dejó. Justo después se encontró con un compañero de la básica, me ubicó por Facebook y me dijo la Betsabé su hija no tiene donde quedarse asi que le dije que se quedara acá, hablé con mi mamá para que durmiera en el sillón. Ojala que vuelva porque estoy preocupado, al ratito me escribe de nuevo diciendo “aquí viene llegando” asi que le pedí hablar con ella y le escribí "Betsabé tus


hermanos no están, se fueron a trabajar al norte para siempre” en ese tiempo no sé qué le dio pero no podía ver a sus hermanos… me dijo “¿enserio mamá?, entonces me quiero ir” y le dije “vente no más, porque aquí estarás sola, nadie te va a molestar” asi que le mandé plata y al otro día la fui a buscar al terminal, estaba contenta porque no estaban los hermanos, de hecho le pregunté la razón y me dijo “no sé mamá, no quiero estar con ellos” recuerdo que llegó sin vicios, antes fumaba un cigarro tras otro, también le gustaba la marihuana, por eso no quería que estuvieran los hermanos para no sentir el olor a marihuana, encontré positivo que ella tuviera la voluntad de salir de esos vicios, porque el psiquiatra me explicó lo complejo que era tener un trastorno de personalidad, que cuando tienen un vicio les cuesta mucho dejarlo. En el norte conoció un persona de cincuenta años, de hecho intimó con él, la llamaba todo el día cuando estaba en la casa, ella tenía veintitrés años, la desilusionó, ella llegó en agosto súper bien, en octubre Roberto mi pareja me dice, anda a ver a la niña arriba porque hace rato que está tirando cosas al suelo, él no podía subir, como sabía lo que le había pasado y siempre mantuvo la distancia, a penas la saludaba porque cualquier cosa ella podía mal interpretarlo, asi que subí y le dije "Betsabé ¿qué te pasó? y me dice ¡qué vení a hablarme así vieja culiá! ¿qué te importa? ¡Sale de acá, qué tení que meterte en mis cosas!. Al otro día siguió con el mismo show y subí, empezó a gritarme de nuevo y la encaré, agarró el horno eléctrico que le había pasado y me lo tiró, menos mal alcancé a tomarlo, igual se me tiró encima, empezó a pegarme, a morderme y comencé a gritar ¡Roberto, Roberto, Roberto! Roberto subió corriendo y me salvó, ella me tenía arrinconada, con una


fuerza que yo no era capaz de quitármela de encima, yo creo que me quería matar. Entró Roberto y le gritó ¡¿Qué le estás haciéndole a mi mujer, qué te creí?! Lo quedó mirando fijo y menos mal empezó a retroceder, yo en ese momento bajé llorando. Esa noche arregló sus maletas y se fue, recuerdo que lloré toda la noche pensando dónde andará y Roberto me decía “Si tiene plata, Juan Carlos siempre le manda plata, apuesto a que fue a arrendar una pieza, si ella es habilosa” al otro día me llamó por teléfono y me contó que la pieza le había salido cara, entonces le pedí que volviera y ella me decía “pero mamá, cómo voy a volver, mira lo que te hice” me puse a llorar y le pedí que por favor volviera, que no se preocupara, ya que la mamá siempre iba a perdonarla. Cuando le pregunté qué le había pasado, dijo “había empezado a sentir pasos y que creía que me iban a hacer algo, a pesar de que sé que son ideas mías, perdí el control” le dije mira hija sabes, tú tienes un problema conmigo, porque una vez ella me miró y me dijo “mamá, yo te odio tanto” ¿enserio? Le dije ¿y por qué será? Le pregunté y respondió “No sé” pasados unos segundos empezó a decirme “ya baja baja, ándate” le daba la cuestión y tenía que dejarla. El día que ella me agredió, me sentí responsable porque debería haberla dejado no más, ya la conocía, pero la enfrenté porque tenía rabia, si finalmente se te acaba la paciencia, ya no hayas cómo tratar a una persona con un trastorno. De hecho a sus hermanos igual los odia, una vez les dijo “uds me dejaron sola, nunca se preocuparon de mí” y ellos le respondieron ¿en qué momento nos íbamos a preocupar de ti? ¡si estábamos siendo todos abusados! “acá somos todos víctimas” ella tiene mucho resentimiento porque nadie se dio cuenta.


El 2015 nos llevábamos bien a principio de año, la regaloneaba harto con comida, a veces llegada de mi trabajo y no me hablaba, se empezó a alejar de nuevo, hasta que un día llegó y mi papi me dice “la Betsabé iba con una tremenda mochila, parece que se fue” yo la vi que iba para el lado, ahí vive la familia de su papá, su abuelo, la tía Lucy, llamé a Juan Carlos y le dije ¿oye anday por acá? Y me dice que sí, que va viajando para Copiapó con la Betsabé y le respondo “no fuiste capaz de avisarme”. El único día que me habló fue para pedirme el teléfono porque quería llamar a su papá, dijo que andaría por Santiago. Y desde el año 2015 que no sé de ella, no la llamo, respeto lo que ella quiere, me da miedo ir a verla porque le puede dar por irse, si en diciembre del 2012 se fue a la calle, pasamos una navidad horrible, nos dejó una nota que decía “me voy, de ahora en adelante seré una vagabunda” dormía en la calle, volvió a Copiapó a buscar al papá. Él me llamó y me dice “oye la niña está acá” en ese tiempo estaba trabajando en la Universidad de Chile, haciendo aseo y parecía zombie, fui hasta carabineros porque nadie sabía dónde estaba. En ese momento me llamó para que fuera a buscar a la Betsabé y claro pues, después ella contó que se robó un carro de supermercado y dormía ahí, dijo que había estado durmiendo en la carretera, después se encontró con unos viejitos que se la llevaron a su casa, le dieron comida, le pasaron plata, yo creo que la ayudaron porque se veía decente. Estaba tan perturbada que lo único que quería era estar en la naturaleza, dibujaba bosques, que estaba en la luna, después me dijo que nunca más lo iba a hacer porque lo había pasado super mal, hambre, frío y mucho miedo.


Yo confío en que ella está bien porque él tiene un perfil de pedófilo, sólo abusó de los niños en su infancia, después cuando crecieron nunca más los tocó. La Betsabé igual le pegó a Juan Carlos, porque le estaba haciendo cariño al nieto de su hermano, cuando le pregunté ¿y tú qué pensaste? Ella me dijo “no sé me dio cosa y le saqué la cresta” estaba el tío Roberto, con una tía… ahí le pregunté a la Betsabé ¿hija y tú le contaste a alguien lo que te hizo? Y me dijo “sí, a mis primas”. No sé por qué estará con la persona que la daño, quizás está enferma y en su locura quiere estar con él o quizás se sanó, lo perdonó, entendió que también lo violaron y quiere estar con él. Nosotros nunca le hemos hecho daño, el Jonathan su hermano se endeudó en un millón de pesos para pagarle la hospitalización en la clínica durante cuatro días. Cuando ella dijo quiero un violín, le compró un violín, le pidió clases de piano, dejó tirado el violín, no iba a clases, como era chica, era caprichosa, le hacíamos el gusto en todo. En navidad le escribió al viejito pascuero, llegó una asistente social con un set de maquillaje porque pensaron que era una niña, el Juan Carlos tuvo que explicarles que tenía un problema, es como si hubiese retrocedido a la infancia. Cuando ella se lanzó del cuarto piso no la quisieron hospitalizar, la asistente y el psiquiatra dijeron que era por falta de camas, nosotros estábamos en peligro, dormíamos con las puertas con llave por dentro porque se podía levantar en la noche con algún cuchillo porque estaba muy agresiva, de hecho le pegó a mi hija Denis, por decirle que tenía desordenado, ahí la Betsa


le respondió “y qué te metí oh” se le tiró con una fuerza, ni el Felipe podía soltarla, después de eso me pegó a mí, como que perdía la noción de la realidad. Mi abuelita se separó porque el marido era flojo, él se preocupaba sólo de los hijos mayores la tía Teresa y tío Juan, de los otros tres que eran los menores, entre ellos estaba mi mamá y los otros dos hermanos nada, mi abuelita tenía que preocuparse de ellos, después el viejo se murió, y esos hijos mayores no pescaban a la mamá ni a sus hermanos, se fueron con unos familiares que tenían mejor situación. A mi mamá le tocó empezar a trabajar a los 12 años puerta adentro, toda la plata que ganaba se la daba a su mamá para que alimentara a sus hermanos. Mi mamá sufría, ella nos contaba que lloraba en las noches porque echaba de menos a la familia y quería estar con su mamá. A ella le llegó su periodo a los 11 años de edad, fue víctima de una violación por parte de un chico que vivía en la casa, era super inocente, dijo que le dio de beber algo y no se acuerda de nada, sólo recordaba que la abuelita se dio cuenta que estaba embarazada, ella tuvo la guagüita, en esa casa había una escalera al costado de la casa, una vez ella iba subiendo con el bebé y el tipo que la violó agarró una escalera de fierro y le pegó en la cabeza a la guagüita que murió inmediato. Mi abuelita decía que por muy triste que fuera la historia, había sido lo mejor, ya que mi mamá era menor de edad, estaba trabajando como empleada y más encima con una guagua a los 13 años, cuando andaban a pie pelado y apenas tenían para comer. Mi mamá era súper complicada, ella nunca se sanó.


Douglas, el papá de mis hijos, también fue violado; yo no tenía idea, pero el 2012 los chicos intentaron reunirse con él y ahí él les contó que había sido violado por un familiar. Mis hijos siempre han tratado de sanarse, conversan sobre lo que les pasó, recuerdan mucho la pobreza por la que pasamos, el hito que significaba poder comprarles un par de zapatos, dicen que los marcó mucho la pobreza y los abusos. Jonathan dice “yo no pedí venir al mundo” y yo le respondo “nadie pidió venir al mundo” Jonathan una vez me contaba que él se dio cuenta que siempre atraía a niñas que tenían problemas emocionales porque habían sido abusadas. Juan se fijaba en niñas que tenían problemas de identidad sexual, hasta que un día se hizo consciente y dijo que no iba a atraer más a mujeres así, él dijo “yo quiero sanarme y quiero estar bien, quiero estar con una pareja que esté bien”. Resulta que su ex era igual a la Betsa físicamente, estaban conociéndose hasta que un día se juntaron y dice que ella era otra persona, le cambió hasta la cara, no quería que le hablara, no quería que la tocara, esa chica trabajó en una escuela de verano y justo la conoció Denis mi hija, la chica le contó la historia y había sido abusada por el padrastro, por el tío, entonces tenía problemas serios, asi que Juan decidió terminar con ella porque no se sentía preparado para estar con una persona así. Los chiquillos dicen que son patrones que se repiten hasta que se deben cortar. Jonathan me contó que cuando fueron al norte, estuvieron en la casa de mi sobrina, la Grace, la hija de mi hermana y ella los dejó con su hijo que tiene como 5 años, dice que el niño se puso a jugar encima de él y sintió cosas


raras, se excitó, me dijo “mamá ahora entiendo por qué hay abusos y violaciones a menores, el cuerpo siente y a mí se me vino al pensamiento hacerle daño al niñito de la Grace”. Ahí dijo “no, voy a cortar este patrón, mi papá fue abusado, yo fui abusado por mi papá, pero aun así no seguiré”. La Betsa tuvo una etapa con desordenes sexuales, ella se masturbaba todo el día, le daba lo mismo que la escucharan, le daba igual que la escucharan sus hermanos. Una vez la llevé a control, ella quedó debajo de un árbol yo iba con una amiga y me dice, mira Ely, tu hija se está masturbando. Una vez vino un flaite de los bloques del frente a decirme que la Betsa andaba como en celo provocando a los hombres para que tuvieran sexo con ella, nos tuvimos que vestir porque era de noche, la encontramos acostada en el pasto llorando, le preguntamos si le habían hecho algo y dijo que no, que sólo se había arrepentido y le había sacado la cresta al hombre. En el norte ella estuvo presa una noche justamente porque provocó a un hombre y como después se arrepintió, le sacó la cresta y la tomaron presa. En esa época se le insinuó a su hermano Jonathan, él le dijo “primero que nada soy tu hermano, segundo si yo no fuera tu hermano, no me gustarías, porque no te bañas, mírate al espejo, estás toda sucia”. Él estaba muy enojado con ella. En cambio cuando se le insinuó a Juan, a él le afectó mucho, lo dejó mal, porque eran muy cercanos cuando niños, parecían mellizos, eran inseparables. A mí también se me insinuó, de hecho a mi hermana igual, a la Grace mi sobrina con su esposo también, quería tener sexo con los tres, la Grace se sintió súper mal, se encerró en el baño y llamó a los chiquillos, Jonathan tuvo que ir a buscarla, andaba igual que un animal en celo, les decía “Juan, tía vengan a sentarse al lado mío” y resulta que nadie se le quería acercar, estaba


demasiado perturbada. Una vez en el hospital me dijo, “que fome que hayan códigos sociales, porque o sino podría tener algo contigo, tú eres bonita” y le dije “Betsa, soy tu mamá, además está bien eso, de lo contrario sería un caos”. Los chicos hablaron con ella y le pidieron que no querían escucharla más masturbándose porque esas cosas eran muy íntimas, ella entendió, les pidió disculpas y menos mal se le pasó. Hablé con la psiquiatra para que le diera pastillas que controlaran su libido, de última pastillas para que no se embarazara y me dijo que no había nada para eso. Hubo un tiempo que se compraba muñecas, ropita de bebé y me dijo “me gustaría tanto tener un bebé” y le respondí “Betsa tú no te cuidas de ti misma y menos vas a cuidar a un hijo, tienes que estar bien para ser mamá”. Cuando se fue, dejó varias cosas en la pieza, dentro de eso, una bolsa llena con ropita de guagua, me dio tanta pena, es tan ingenua, pero tan compleja a la vez, cuesta entenderla. Yo conocí a una paciente en el psiquiatra que tuvo un trastorno de personalidad, fue abusada por su papá, reprimió todo su trauma hasta los 40 años, hasta intentó suicidarse, pero me dijo que se podía sanar de esa enfermedad; porque ella lo había logrado. Una vez la Betsa se fue a Molina, la fui a ver y me retó, me dijo ¿y a qué viniste? “Tú me incomodas” ella no usa teléfono, no tiene redes sociales, la única forma de saber de ella es llamando a su papá Juan Carlos.


La psiquiatra me dijo “quizás su hija está enamorada de su papá” tal vez tenga razón, porque no es normal que ella quiera estar con él, tampoco que no quiera verme, quizás hasta son pareja. No tengo cómo saber, no conozco a nadie en Copiapó. Santiago, febrero 2018


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