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¿QUÉ ES UNA RELACIÓN?
De acuerdo, esto podrá parecer muy básico. Pero no sería una verdadera guía si no empezamos por lo fundamental. Cuando hablamos de una relación de pareja, nos referimos al nexo de amor que surge entre dos personas. Una relación de pareja puede estar formada por un hombre y una mujer, por dos hombres o por dos mujeres. (No, aquí no discriminamos, el amor es una fuerza muy poderosa y no somos quién para decir que el amor solo se da entre un hombre y una mujer). Una relación de pareja debería ser gratificante y debería sumar en lugar de restar. Digo debería porque en muchos casos no es así. Sin embargo, es ahí donde queremos llegar.
Podríamos decir que el amor verdadero es aquel en el que dos personas se complementan a pesar de ser diferentes, con un estilo de vida compatible, valores similares e incluso ilusiones compartidas. Cuando las personas se sienten sentimentalmente cerca de otra, están más contentos, e incluso más sanos. El amor nos ayuda a sentirnos importantes, entendidos y seguros. Recuerdo que cuando era más joven, solía pensar que estar en una relación me traía buena fortuna. Y es que la felicidad que da tener una pareja tiene otros beneficios, hace que todo parezca mejor de lo que es.
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Nuestra capacidad de sentir amor romántico se desarrolla durante la adolescencia. Los adolescentes de todo el mundo experimentan sentimientos de atracción apasionados. Desarrollar sentimientos románticos y sentirse atraído por otras personas forma parte del proceso natural de crecimiento. Estos nuevos sentimientos pueden ser excitantes y emocionantes, o incluso, crear cierta confusión al principio.
Ahora bien, podríamos decir que una relación de pareja tiene distintas etapas cuando evoluciona de forma positiva. La primera sería del enamoramiento (ese primer momento de éxtasis) luego la etapa del noviazgo (la más común de todas) la consolidación de la historia (cuando empiezan a mirar juntos hacia el futuro) y finalmente el matrimonio (cuando hacen la promesa de estar juntos para siempre). Hoy en día no todo el mundo quiere casarse. Pero, idealmente, este es el punto donde las parejas aspiran llegar.
El amor es una emoción tan fuerte y compleja que es difícil de comprenderla en su totalidad. Existirán estudios, teorías y demás que buscan entenderla. Muchos dirán que el amor está en el cerebro, y otros dirán que aman con el corazón. Pero para poder hacernos con una pequeña idea, vamos a decir que existen tres cualidades primordiales en el amor:
Atracción: el componente “químico” del amor. Se refiere al deseo físico (si, también el deseo sexual) que se experimenta por otra persona. Es la responsable de que sintamos ganas besar y abrazar a la persona que nos gusta. La atracción también es lo que provoca la sensación nerviosismo y excitación que experimentamos cuando esa persona está cerca. (A todos nos pasa, no nos vamos a engañar).
Intimidad: aquí nos referimos al vínculo que desarrollamos al compartir con una persona pensamientos y sentimientos que simplemente no llegamos a compartir con nadie más. Cuando uno experimenta esa sensación de intimidad con su pareja, uno se llega a sentir apoyado, cuidado, considerado y aceptado tal y como es.
Compromiso: es la promesa o decisión de seguir al lado de esa persona a pesar de los altibajos que puedan existir en la relación. Esta posiblemente sea la cualidad más complicada de lograr. No todo el mundo lo logra. Pero si uno realmente quiere que su relación rinda frutos y se viva como un cuento de hadas es importante que ambas partes se comprometan a salir adelante, juntos, a pesar de todos los obstáculos que seguramente aparezcan en la vida. Porque, seamos francos, la vida fácil no es.
Ahora que tenemos todo esto claro, es hora de darle un poco de sentido. Podemos decir que el “amor romántico” surge cuando se combinan la atracción y la intimidad. Muchas relaciones se desarrollan a partir de una atracción inicial (un enamoramiento o un “amor a primera vista”, lo que vendría a ser el típico flechazo de Cupido). Luego, poco a poco va evolucionando hacia la intimidad. O también puede darse el caso de que la intimidad de una amistad evolucione hacia la atracción. Si es que dos personas se dan cuenta de que su relación no es solo una simple amistad y empiezan a sentir un interés romántico mutuo.
La tercera cualidad de una relación amorosa, el compromiso, consiste en querer y decidir permanecer juntos como pareja en el futuro (a pesar de cualquier cambio o desafío que pueda surgir). A veces, las parejas adolescentes que se enamoran en secundaria desarrollan relaciones duraderas donde el compromiso es el ingrediente fundamental. Otras veces los jóvenes tienen relaciones que no duran más que el canto de un gallo. Pero eso no tiene nada que ver con que los adolescentes no sean capaces de amar profundamente. No digo que siempre sea el caso, pero los adolescentes muchas veces tienen relaciones más cortas porque la adolescencia es una etapa en que se buscan instintivamente probar y experimentar cosas diferentes. Pero sí que es cierto que entre más edad tiene uno, ve las cosas con ojos diferentes. Y entre más viejo se vuelve uno, tiende a buscar una pareja estable para agregarle esa sazón a la vida. Las metas son diferentes, casarse, mudarse juntos, empezar una familia. Aunque también es importante notar que cada uno tendrá su propio ritmo y es importante que entre ambos puedan compartir esas metas y puedan compartir el tiempo en el que quieren logar esas metas.
¿Escuchas eso? Sí, es el timbre del receso ¡se terminó la clase! O bueno, tal vez solo terminamos con la parte más aburrida. Puede que esta sección sea un poco rara y hasta esté de sobra, pero es muy importante. No solo quiero basarme en mis experiencias para tratar de ayudar a las personas. Quiero tratar de abarcar lo más posible para que esta guía le sea útil a la mayor cantidad de personas posibles. Y empezar en lo más básico nos ayuda a tener una mejor idea y, por lo tanto, estar mejor preparados para saber llevar una relación.