Teoría del origen de la vida

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TEORÍA CREACIONISMO La teoría creacionista, fundamentada por la fe, cree que el hombre fue creado por uno o varios seres divinos (dioses). Así encontramos las religiones politeísmo (es decir, cree en varios dioses), pueden ser: mayas, aztecas, romanos, griegos, etc. Por otra parte existen las religiones monoteístas (es decir, cree en un solo dios), pueden ser: judaísmo, cristianismo y islamismo. “LA CREACIÓN” En el principio Dios creó los cielos y la tierra, esto lo hizo en 7 días. En el primer día Dios dijo: “Hágase la luz”, y así se hizo. En ese momento separó la luz de las tinieblas. A la luz le llamó “Día” y a la oscuridad la llamó “Noche”.

En el segundo día separó las aguas de arriba y las aguas de abajo. Lo que quedó en medio lo llamó “Cielo”.

Al tercer día, Dios separó las aguas de la tierra seca. A las aguas las llamó “Mar”, y a lo seco lo llamó “Tierra”. En la tierra, Dios creó l as plantas y los árboles, cada una de las cuales traen semillas para reproducirse.


Al cuarto día, Dios creó las lumbreras en los cielos. A la lumbrera más grande la llamó “Sol” para alumbrar el día. Para la noche, puso la luna y las estrellas como pequeñas lumbreras. Dios dispuso que estos luceros iban a servirnos para marcar los tiempos y las estaciones.

En el quinto día, Dios creó los peces y las aves. Estos son los animales que vemos en los mares y en los cielos. Ellos, Dios les dijo multiplicarán y así

lo hicieron. En el sexto día, Dios creó el resto de los animales que viven en la tierra desde los más grandes hasta los más pequeños. Ese mismo día dijo Dios: “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Así creó Dios al ser humano.


El séptimo día Dios lo apartó como un día especial, un día de reposo. En ese día, Dios descansó de su obra. Ya no había más que hacer, porque Dios vio que todo lo que había hecho era muy bueno. Entonces Dios decidió crear al hombre y no lo hizo de la nada, lo formó del polvo de la tierra, y luego sopló sobre él dándole el aliento de vida, haciéndolo así diferente a los demás seres vivos. El primer hombre recibió el nombre de “Adán”. Dios lo puso en un paraíso, un hermoso jardín llamado “Edén”. Este era un huerto de árboles frutales, hermosos ríos y lleno de todas las maravillas creadas. El único fruto prohibido era el del “árbol del conocimiento del bien y del mal”, TEORIA DE LA GENERACIÓN ESPONTÁNEA no de los hombres que se cuestionó el origen de la vida fue el filósofo griego Aristóteles, quien creía que la vida podría haber aparecido de forma espontánea. La hipótesis de la generación espontánea aborda la idea de que la materia no viviente puede originar vida por sí misma. Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia contienen un "principio activo" y que gracias a él y a ciertas condiciones adecuadas podían producir un ser vivo. Este principio activo se compara con el concepto de energía, la cual se considera como una capacidad para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el cual dirigir una serie de eventos que podía originar la vida, por lo que el huevo de la gallina tenía un principio activo que lo convertía en pollo, el huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente. También se creyó que la basura o elementos en descomposición podían producir organismos vivos, cuando actualmente se sabe que los gusanos que se desarrollan en la basura son larvas de insectos. La hipótesis de la generación espontánea fue aceptada durante muchos años y se hicieron investigaciones alrededor de esta teoría con el fin de comprobarla. Uno de los científicos que realizó experimentos para


comprobar esta hipótesis fue Jean Baptiste Van Helmont, quien vivió en el siglo XVII. Este médico belga realizó un experimento con el cual se podían, supuestamente, obtener ratones y consistía en colocar una camisa sucia y granos de trigo por veintiún días, lo que daba como resultado algunos roedores. El error de este experimento fue que Van Helmont sólo consideró su resultado y no tomo en cuenta los agentes externos que pudieron afectar el procedimiento de dicha investigación. Si este científico hubiese realizado un experimento controlado en donde hubiese colocado la camisa y el trigo en una caja completamente sellada, el resultado podría haber sido diferente y se hubiese comprobado que lo ratones no se originaron espontáneamente sino que provenían del exterior

TEORIA COSMOZOICA O PASTERMIA es una teoría que propone que la vida puede tener su origen en cualquier parte del universo, y no proceder directa o exclusivamente de la Tierra; sino que probablemente proviene y posiblemente se habría formado en la cabeza de los cometas, y éstos, al fragmentarse tarde o temprano, pudieron haber llegado a la Tierra incrustados en meteoros pétreos, en una especie de "siembra cósmica" o panspermia. Estas ideas tienen su origen en algunas de las consideraciones del filósofo griego Anaxágoras. Es así que al referirse a la hipótesis de la Panspermia esta solo hace referencia de la llegada a la Tierra de formas de vida microscópicas desde el espacio exterior; y no hace referencia directa a la llegada a la Tierra desde el espacio de moléculas orgánicas precursoras de la vida, o de explicar cómo ocurrió el proceso de


formación de la posible vida paspérmica proveniente fuera del planeta

Tierra.

TEORIA DE OPARIN HALDANE La pregunta de cómo había comenzado la vida en nuestro planeta, hace millones de años, capturó la atención de los científicos. Muchos se inclinaron por la idea de un origen extraterrestre para la vida, entre ellos, el químico sueco Svante A. Arrhenius (1859-1927). Sin embargo, el primer conjunto de hipótesis verificables acerca del origen de la vida en la Tierra fue propuesto por el bioquímico ruso Alexandr I. Oparin (1894-1980) y por el inglés John B. S. Haldane (1892-1964), quienes trabajaban en forma independiente. Oparin expuso sus ideas sobre el origen de la vida en 1922 y las publicó en 1924, pero la obra fue traducida al inglés recién en 1938. Haldane desconocía el trabajo de Oparin y publicó ideas similares en 1929. En 1963, Haldane reconoció cortésmente la prioridad de Oparin en la formulación de la teoría. Este científico inglés, luego de publicar sus ideas acerca del origen de la vida, centró su atención en otras áreas de la ciencia. Oparin, en cambio, persistió en el desarrollo de la teoría.

La idea de Oparin y Haldane se basaba en que la atmósfera primitiva era muy diferente de la actual; entre otras cosas, la energía abundaba en el


joven planeta. Propusieron entonces que la aparición de la vida fue precedida por un largo período de lo que denominaron "evolución química". Oparin experimentó sus hipótesis utilizando un modelo al que llamó "coacervados". Los coacervados son sistemas coloidales constituidos por macromoléculas diversas que se habrían formado en ciertas condiciones en medio acuoso y habrían ido evolucionando hasta dar lugar a células con verdaderas membranas y otras características de los organismos vivos. Según Oparin, los seres vivos habrían modificado la atmósfera primitiva y esto es lo que habría impedido, a su vez, la posterior formación de nueva vida a partir de sustancias inorgánicas. Como expresara Oparin: "Así, por paradójico que ello pueda parecer, debemos admitir que la causa principal de la imposibilidad de la aparición de la vida en las condiciones naturales actuales reside en el hecho de que ya existe. En 1936, Oparin publicó una segunda teoría, en una versión mucho más completa, se notaron diferencias significativas entre esta versión y la anterior. La diferencia entre ambas obras radica fundamentalmente en la explicación que Oparin da al paso excepcional de "sopa primitiva" a ser vivo. En su posición original, Oparin afirmaba que la transición a la vida se produjo por procesos aleatorios. En su publicación de 1936 y en trabajos posteriores postula un mecanismo diferente: la evolución química gradual e inevitable. De acuerdo con esta teoría, en la Tierra primitiva existieron determinadas condiciones de temperatura, así como radiaciones del Sol que afectaron las sustancias que existían entonces en los mares primitivos. Dichas sustancias se combinaron dé tal manera que dieron origen a los seres vivos. La atmósfera primitiva carecía de oxígeno libre, pero había sustancias como el hidrógeno, metano y amoniaco. Estos reaccionaron entre sí debido a la energía de la radiación solar, la actividad eléctrica de la atmósfera y la actividad volcánica dando origen a los primeros seres vivos.

Condiciones que permitieron la vida Hace aproximadamente 5 000 millones de años se formo la Tierra, junto con el resto del Sistema solar. Los materiales de polvo y gas cósmico que rodeaban al Sol fueron fusionándose y solidificándose para formar los todos los planetas.


Cuando la Tierra se condenso, su superficie estaba expuesta a los rayos solares, al choque de meteoritos y a la radiación de elementos como el torio y el uranio. Estos procesos provocaron que la temperatura fuera muy elevada. La atmósfera primitiva contenía vapor de agua (H2O), metano (CH4), amoniaco (NH3), ácido cianhídrico (HCN) y otros compuestos, los cuales estaban sometidos al calor desprendido de los volcanes y a la radiación ultravioleta proveniente del sol. Otra característica de esta atmósfera es que carecía de oxigeno libre necesario para la respiración. Como en ese tiempo tampoco existía la capa formada por ozono, que se encuentra en las partes superiores de la atmósfera y que sirven para filtrar el paso de las radiaciones ultravioletas del sol, estas podían llegar en forma directa a la superficie de la Tierra. También había gran cantidad de rayos cósmicos provenientes del espacio exterior, así como actividad eléctrica y radiactiva, que eran grandes fuentes de energía. Con el enfriamiento paulatino de la Tierra, el vapor de agua se condeso y se precipito sobre el planeta en forma de lluvias torrenciales, que al acumularse dieron origen al océano primitivo, cuyas características definieran al actual. Los elementos que se encontraban en la atmósfera y los mares primitivos se combinaron para formar compuestos, como carbohidratos, proteínas y aminoácidos. Conforme se iban formando estas sustancias, se fueron acumulando en los mares, y al unirse constituyeron sistemas microscópicos esferoides delimitados por una membrana, que en su interior tenían agua y sustancias disueltas. Estos tipos de sistemas pluricelulares, podemos estudiarlos a partir de modelos parecidos a los coacervaros (gotas microscópicas formadas por macromoléculas a partir de la mezcla de dos soluciones de estas, son un posible modelo precelular). Estos son mezclas de soluciones orgánicas complejas, semejantes a las proteínas y a los azúcares. Oparin demostró que en el interior de un coacervado ocurren reacciones químicas que dan lugar a la formación de sistemas y que cada vez adquieren mayor complejidad. Las propiedades y características do los coacervados hacen suponer que los primeros sistemas precelulares se les parecían mucho.


Los sistemas precelulares similares a los coacervados sostienen un intercambio de materia y energía en el medio que los rodea. Este tipo de funciones también las realizan las células actuales a través de las membranas celulares. Debido a que esos sistemas precelulares tenían intercambio con su medio, cada vez se iban haciendo más complejos, hasta la aparición de los seres vivos. Esos sistemas o macromoléculas, a los que Oparin llamo PROTOBIONTES, estaban expuestos a las condiciones a veces adversas del medio, por lo que no todos permanecieron en la Tierra primitiva, pues las diferencias existentes entre cada sistema permitían que solo los más resistentes subsistieran, mientras aquellos que no lo lograban se disolvían en el mar primitivo, el cual ha sido también llamado SOPA PRIMITIVA. Después, cuando los protobiontes evolucionaron, dieron lugar a lo que Oparin llamo EUBIONTES, que ya eran células y, por lo tanto, tenían vida. Según la teoría de Oparin – Haldane, así surgieron los primeros seres vivos. Estos primeros seres vivos eran muy sencillos, pero muy desarrollados para su época, pues tenían capacidad para crecer al tomar sustancias del medio, y cuando llegaban a cierto tamaño se fragmentaban en otros más pequeños, a los que podemos llamar descendientes, estos conservaban muchas características de sus progenitores. Estos descendientes iban, a su vez, creciendo y posteriormente también se fragmentaban; de esta manera inicio el largo proceso de evolución de las formas de vida en nuestro planeta.

TEORIA DEL FIJISMO Teoría científica que sostiene que cada especie de seres vivos permanece poco más o menos invariable a lo largo de la historia en la forma en que fue


creada. En una primera aproximación puede decirse que el f. es lo opuesto al evolucionismo o teoría de la evolución (v.). Si bien, análogamente a como existen diversas teorías o hipótesis evolucionistas, existen también diversas teorías fijistas, admitiendo unas y otras, según los autores, un mayor o menor grado de evolución o de fijeza en las especies vivientes; con lo cual la oposición entre teorías fijistas y evolucionistas se atenúa en muchos casos. Entre los biólogos modernos clásicos sostenedores de un f. en mayor o menor grado y con diversos matices se distinguen Linneo (v.), Cuvier (v.), Pasteur (v.), Quatrefages y otros. En el s. XIX es cuando fundamentalmente se produjeron las más fuertes polémicas entre fijistas y evolucionistas.

Linneo (1701-78), el clasificador de las especies vivientes, especialmente de las vegetales, escribió que «tantas especies podemos numerar como diversas formas fueron creadas al inicio» (Plhilosophia botanica, 1751); casi al mismo tiempo hacía notar que nacen nuevas especies por cruce; según una carta de su hijo, L. pensaba que «las especies y los géneros eran obra del tiempo, pero que los órdenes naturales eran obra del Creador». Cuvier (17691832), el creador de la Anatomía comparada y gran impulsor de la Paleontología, deducía de la armonía y equilibrio de la Naturaleza que cada especie es una realidad fija a partir de su creación. Cuvier observó las relaciones entre fósiles (v.) y especies vivientes, estableciendo la correlación de sus formas y fundando un método para estudiar las extinguidas. Considera al equilibrio en la Naturaleza algo fundamental y necesario desde su principio; no puede ser un simple resultado final de procesos evolutivos como decía Lamarck (v.); en la polémica triunfó Cuvier, cuya autoridad científica era muy superior. Pasteur (1822-95), el creador de la moderna Microbiología, con sus demostraciones experimentales de que todo ser vivo proviene de otro ser vivo, incluso los microorganismos más elementales, en contra de la antigua opinión tradicional que admitía la llamada «generación espontánea»,


proporcionó nuevos argumentos a los fijistas en contra de los evolucionistas. Juan Luis Armando de Quatrefages (181092) descubrió gran número de especies y realizó estudios de histología comparada pasando después a ser el iniciador de los estudios de Antropología biológica; se opuso a la teoría evolucionista de Darwin, si bien no defendió un f. rígido. Ideas evolucionistas habían sido sostenidas por algunos pensadores griegos presocráticos (v.) de diversas escuelas; p. ej., Anaximandro (v.) de la Escuela de Mileto (v.), lenófanes de la Escuela de Elea (v.), Heráclito (v.), y mecanicistas atomistas como Empédocles (v.) y Demócrito (v.). Entre los latinos, Lucrecio (v.). Eran en general ideas más o menos burdas, en relación con un craso materialismo o panteísmo. Los grandes filósofos griegos, como Aristóteles y Platón, aunque a veces tendían a un cierto panteísmo, reconocían mejor la real pluralidad de los seres v de sus formas con sus diferencias específicas y profundizaron también en el estudio de la naturaleza de sus cambios y en su finalidad. Y la generalidad de los autores puede decirse que tenía una visión espontánea más o menos fijista de los diversos seres. Es decir, ni las ideas evolucionistas ni las fijistas eran nuevas en los s. XVIII y XIX; y a partir del cristianisino, ambas eran relacionables y relacionadas de diversos modos con el hecho fundamental de la creación (v.). Los que tendían a interpretar literalmente el relato de la creación divina en el libro del Génesis solían dar una explicación más fijista de la historia de las diversas especies de seres vivos y no vivos. Pero el mismo Génesis sugiere por sus formas de decir que su descripción de la creación no ha de entenderse literalmente, y de hecho muchos Padres de la Iglesia y teólogos cristianos antiguos entendieron el relato de los «seis días» como algo expresivo de que la creación divina abarca a todo lo existente (de que no hay nada fuera del poder creador de Dios) y de que hay una especial creación del hombre que se diferencia del resto de los seres. La interpretación más general y tradicional ha sido considerar que no fue todo creado a la vez, o que no aparecieron todos los seres creados al mismo tiempo. Para algunos, a partir de la única creación material se habrían originado por generación espontánea los primeros seres vivos; según otros, también habrían sido directamente creados uno o varios ejemplares vivientes, a partir de los cuales se originarían las diversas especies; el hombre, al menos en su alma, necesariamente ha sido creado de modo


directo por Dios (si bien, el «barro» con el que Dios formó el cuerpo de Adán se interpreta de diversas formas). Se considera a S. Agustín como uno de los autores cristianos más antiguos que darían pie a interpretaciones favorables a teorías evolucionistas. Estas cuestiones se radicalizaron el s. XIX porque muchos biólogos evolucionistas de esa época extrapolaron las teorías de la evolución biológica, tratando de generalizarlas de forma absoluta y de emplearlas para justificar el materialismo y el ateísmo. Naturalmente ello provocó una inmediata y legítima oposición por parte de otros muchos biólogos y por la mayoría de los filósofos y teólogos, y se radicalizaron también las teorías fijistas. Como dice el padre Wagget, en Darwin and modern science (1909): «La creación especial en su forma rígida parece haber sido un elemento reciente, incluso en la ortodoxia bíblica inglesa (anglicana). La Edad Media no sospechó que la fe religiosa pudiese prohibir la investigación del origen material de las distintas formas de vida... Y todavía mucho después, en el s. xviii, como puede deducirse no sólo de los primeros «Proceedings of the Roya] Society», sino también de un autor tan sencillo y regularmente piadoso como Walton, la variación de las especies y la generación espontánea no tenían implicaciones teológicas... Fue en el s. XIX cuando tomó forma la enunciación en su modo más severo. Algo en la precisión de aquella época, en su exaltación de la ley, en su fría pasión por un universo estable y medido, debió ser la causa de esta rigidez del pensamiento religioso sobre el mundo vivo que Darwin desafió». Darwin (v.; 1809-82) no solamente aludió a que el cuerpo humano podía haber tenido un antecedente animal, sino que consideró al hombre todo como un animal muy evolucionado. Más extremosos fueron aún Haeckel (v.; 1834-1919) y Spencer (v.; 1820-1903), que incidieron en un monismo- generalizado (v. MATERIALISMO) y, por tanto, en la negación, en sí misma contradictoria, del espíritu humano y del pluralismo (v.) de la realidad, en una degradación de la ética, etc. Es decir, la extensión de las teorías evolucionistas a toda clase de ámbitos, incluido el espiritual, era un evidente a priori inadmisible, que radicalizó la polémica. En el s. XX, los biólogos responsables en general se limitan a considerar la evolución como una hipótesis explicativa de la historia puramente biológica, reconociendo las radicales y cualitativas diferencias que presenta el espíritu humano y sus fenómenos de conocimiento intelectual y amor en libertad, que no pueden derivarse de la pura materia.


Se dan a la teoría de la evolución alcances limitados, que varían según los autores. Se reconoce la dirección finalista de los procesos biológicos, como algo superior a simples procesos materiales de tipo físico-químico; se reconocen las diferentes clases de vida específicamente distintas, que no siempre pueden derivarse unas de otras (V. VIDA I-II; EVOLUCIÓN; MATERIA II, 1; TELEOLOGÍA). Con todo ello la polémica se ha atenuado. Si bien las diferentes teorías de la evolución biológica, con limitados o restringidos alcances, se hallan muy difundidas, no faltan tampoco razones a las teorías fijistas. A favor de las teorías fijistas pueden aducirse diversos hechos y argumentos, como los siguientes: la imposibilidad de la generación espontánea; el no haberse logrado sintetizar en el laboratorio ningún microorganismo vivo a partir de sustancias químicas; la insuficiencia de los mecanismos de la herencia y de la influencia del medio ambiente para explicar transformaciones sustanciales en los animales que den origen a nuevas especies; la existencia de una finalidad inscrita en los diversos procesos biológicos; etc. Por otra parte los parentescos morfológicos entre los seres vivos que ponen de manifiesto la Anatomía e Histología comparadas, los diversos estadios del desarrollo de un ser vivo desde su estado de embrión al de adulto, y las colecciones de fósiles con especies desaparecidas en las que se ordenan las diversas especies vivientes en una sucesiva gradación de formas y perfecciones, si bien pueden resultar coherentes con una teoría evolutiva, también lo son en una teoría fijista. TEORIA EVOLUCIONISTA Como es bien conocido, Charles R. Darwin (1809-1882) participó como naturalista en la expedición del Beagle por América del sur y el Pacífico en el año 1831. El viaje que comenzó cuando él tenía sólo 22 años terminó cinco años más tarde. Durante ese período Darwin tuvo tiempo para realizar muchas observaciones, compilar información y reflexionar sobre los datos que iba recopilando y sobre algunos textos como el que lleva el nombre de Principios de Geología de Charles Lyell, donde encontró buenas síntesis de argumentos evolucionistas como los defendidos por Lamarck. Todo esto le fue llevando a abrazar una perspectiva transformista de la naturaleza. En los años sucesivos a su viaje Darwin fue elaborando sus propias ideas y recogiendo nuevos datos con los que realizar un trabajo en el que quería exponer, de una manera ordenada, su visión de la naturaleza.


Quizá uno de los textos que más influjo ejerció en la elaboración de sus tesis fue el libro de Thomas R. Malthus (1766-1834) publicado por primera vez en 1798: An Essay on the Principle of Population. En este libro Malthus defendía la tesis de que era necesaria la lucha por la supervivencia como consecuencia de que la población tiende a crecer siguiendo una progresión geométrica mientras que los alimentos lo hacen siguiendo una progresión aritmética.

En el año 1858 Darwin recibió un paquete por correo enviado desde una alejada isla del archipiélago Malayo, la actual Indonesia. El paquete contenía un texto que resumía los resultados de la investigación llevada a cabo por Alfred Russel Wallace (1823-1913). El escrito contenía una extraordinaria exposición de “la teoría de la evolución por selección natural”. Su claridad expositiva hace que todavía hoy ese texto conserve gran valor pedagógico. Darwin llevaba dos décadas elaborando una teoría equivalente a la de ese escrito y estuvo a punto de abandonar su proyecto al leer el trabajo. Fue precisamente Charles Lyell y el botánico Joseph Dalton Hooker quienes intervinieron en favor de los intereses de su amigo Darwin. El escrito de Wallace fue publicado en los “Proceedings” de la prestigiosa Sociedad Linneana, precedido de otra contribución de Darwin que contenía algunos fragmentos de un ensayo de 1844 no publicado y una carta escrita al botánico Asa Gray. Los escritos fueron publicados en agosto de 1858 salvando así el derecho de Darwin a reclamar la originalidad del trabajo que llevaba preparando durante tanto tiempo y que todavía no había visto la luz. Fue en el año siguiente, 1859, cuando Darwin publicó los resultados del trabajo que había realizado durante los años precedentes en un libro titulado “On the Origin of Species by Means of Natural Selection”. El éxito de este libro permite afirmar que fue en este momento cuando nació la “teoría de la evolución por medio de la selección natural”.


La estructura de la teoría de la evolución por selección natural [Lewontin 1970; Sarkar 2007] tal como Darwin y Wallace la expusieron en sus escritos se apoya en tres puntos básicos: 1) Los descendientes heredan los caracteres de los progenitores de generación en generación. Darwin, sin embargo, no conocía las leyes de la herencia sobre las que se estaba trabajando precisamente en los años en los que dio a conocer su teoría. Las leyes de la herencia que hoy son aceptadas científicamente y que fueron descubiertas por Mendel no se conocieron hasta el comienzo del siglo XX. Las explicaciones propuestas por Darwin para la herencia de los caracteres resultaron erróneas y fueron pronto rechazadas. Estas explicaciones, no obstante, no formaban parte del contenido del “Origen de las especies”. 2) En el proceso de la herencia ocurren variaciones espontáneas que son por azar o ciegas. Se habla de variaciones por azar o ciegas en un doble sentido. Por una parte no se pueden determinar sus causas. Por otra parte, dichas variaciones no están orientadas a una mejor adaptación del organismo al medio, es decir, no hay ninguna orientación a priori en ellas. En la primera edición del “Origen de las especies” Darwin rechazaba explícitamente la herencia de los caracteres adquiridos defendida por Lamarck. Más tarde, sin embargo, matizó dicho rechazo. 3) Existe reproducción diferenciada en los individuos de una población. El motivo es doble: o bien algunos individuos poseen mayor fertilidad que otros, o bien están mejor adaptados al medio. Mejor adaptación al entorno se traducirá en una mayor supervivencia y, consiguientemente, en una mayor descendencia. El impacto de las ideas de Darwin/Wallace fue enorme. Muy poco después de la publicación del “Origen de las especies”, ya en la década de los 60, la evolución basada en la selección natural defendida por Darwin era, en la práctica, universalmente aceptada. No obstante, muy pronto empezaron a plantearse las primeras objeciones a su propuesta. Las objeciones a partir de los 60 no iban dirigidas contra el hecho de que hubiera evolución, es decir, que las diversas especies descendieran de otras comunes y anteriores en el tiempo, sino que se dirigían directamente contra lo que hacía original su propuesta, es decir, que el motor de la evolución fuera las variaciones al azar y la selección natural.


En relación con el desarrollo de la propuesta de Darwin en los años sucesivos, y de las críticas que ha recibido hasta nuestros días, hay que decir que Darwin prestó gran atención a la posibilidad de explicar el desarrollo de estructuras complejas sobre la base de las variaciones por azar y la selección natural como causa principal de dicho desarrollo. De hecho, aunque para Darwin dicha teoría explicaba muchos aspectos de la evolución de los seres vivos, incluido el origen de las especies, esto no llegó a implicar que la evolución de los organismos pudiera ser explicada únicamente por medio de la selección natural. Darwin aceptaba la existencia de otros mecanismos causantes del cambio evolutivo. Las razones que Darwin tenía entonces para mantener su visión plural de las causas de la evolución eran, no obstante, muy pobres o erróneas si consideramos las cosas desde la perspectiva actual. Darwin se enfrentó personalmente con buena parte de las objeciones que se han puesto hasta nuestros días a su teoría de la evolución. Sus puntos de vista fueron expuestos en sucesivas ediciones del “Origen de las especies” [Darwin 2002: 183]. No solamente se centró en el problema del origen y el incremento de la complejidad de los seres vivos, sino también, por ejemplo, abordó problemas como el de la escasez de registro fósil disponible de los supuestos seres vivos que debían haber existido como consecuencia de una evolución gradual como la defendida en su propuesta [Darwin 2002: 349].


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