XX
magazZine
Una publicación de Grupo Reforma Editor: Edgardo Reséndiz Diseño: Carlos L. Malo Guillermo del Toro estrena su nuevo filme ‘Hellboy 2: El Ejército Dorado’.
Doly Mallet
N
ombra a los directores de cine fantástico actual. Seguramente te sobran los dedos de una mano. Pero, ¿mencionaste a Guillermo del Toro? Considerado uno de los mejores cineastas, no sólo mexicano, sino del orbe, el tapatío se ha ganado ese título gracias a su enorme creatividad, su metodología y su mundo interno, que refleja en la pantalla. Comenzando en el cine independiente y ahora consagrándose en el cine de autor, Del Toro nos invita a su mundo y nos muestra los pasos que sigue para llegar a su meta.
La influencia Su madre fue un canal positivo, y su abuela, uno negativo; pero las dos ayudaron a que Guillermo creara su muy particular estilo. “Mi mamá cree en la magia, la astrología, todo ese rollo. Pero su influencia es estimulante. Me hacía limpias antes de cada película, se moría la paloma y la ching...; hasta que hubo un momento en que mi mujer me dijo: ‘¡Ni una paloma más!’”, expresa el director de 43 años. “Por el otro lado, la relación con mi abuela es muy interesante. Con todo el cariño que había entre nosotros, el factor que yo recuerdo es el miedo a los dogmas del infierno y el purgatorio, que me fueron difíciles de manejar cuando era niño”. La fantasía Del Toro suele tomar imágenes de nuestro inconsciente colectivo y cambiarles el significado. Lo aterrorizante lo transforma en hermoso, y viceversa. “Los arquetipos, las imágenes primarias del ser humano, siempre representan absolutos dependiendo de la cultura. Y siempre hay una mayor libertad en las culturas no occidentales. “Nosotros estamos criados por puritanos, por gente que tiene un dogma moral enorme; entonces, me interesa la ambivalencia: el Vampiro, como pobre diablo, patético e indefenso en Cronos (1993); Hellboy, que en teoría viene a destruirnos, es el tipo más delicado; y Abe, que es intelectual, se enamora a fondo. Entonces, creo que en el contraste está el banquete”.
El Fauno y el Hombre Pálido (der.) de ‘El Laberinto del Fauno’.
El Ángel de la Muerte, personaje de Hellboy 2.... La filosofía Sus valores son muy claros, pero a pesar de que predica el amor, la amistad y la tolerancia, también retrata la injusticia con finales y personajes atípicos. “Es más fácil parecer inteligente cuando se es cínico. Cuando dices que crees en la amistad y en el amor, suena como a Timbiriche. Pero cuando dices: ‘No creo en el amor’, los demás piensan que eres un poeta. “Creo que se puede ser medianamente inteligente y tener fe. El mundo puede ser tan mier... como se quiera. El cinismo suplanta a la inteligencia con una impunidad absoluta en esta época. “Lo normal en el cine norteamericano es que el malo muera, pero yo creo que la mayoría de la gente que muere tiene la razón. Los hijos de la ching... son los que sobreviven. Esa parte de mis películas no es lo normal. “En Blade 2 (2002), el malo es un malo trágico que muere por su propia mano. En Hellboy 2..., el Príncipe Nuada tiene la razón; yo pienso como él, me cargaría a todos los humanos. “En eso no voy a cambiar, soy muy contreras; el mundo es profundamente imperfecto”. La dramaturgia La base de las películas de Del Toro es la historia. Podrá tener gran dosis de fantasía y varios efectos especiales, pero la columna vertebral está en la trama. “La dramaturgia del cine no es sólo el guión, es la imagen y el sonido. Y no hay nada accidental en escenas que te están informando cosas”.
La ‘Toro-logía’ de Guillermo
SELMA BLAIR
Endiabladamente bella Eduardo Molina
E
l rostro de Selma Blair es difícil de olvidar, aunque en la pantalla grande puede perderse fácilmente en sus per-
sonajes. Sus ojos expresivos, su mirada profunda, su sonrisa un tanto tímida y la capacidad camaleónica para hacer tanto comedia como drama la colocan como una de las actrices más prometedoras de Hollywood. Pero Selma, quien acaba de cumplir 36 años, no es fácil de catalogar; por lo menos no en el mundo del cine popular. Su predilección por personajes poco convencionales y una cuidadosa selección de proyectos aseguran que el rostro juvenil de la actriz de 1.60 metros seguirá siendo parte de la industria por muchos años. En Hellboy 2: El Ejercito Dorado, dirigida por el mexicano Guillermo Del Toro, Selma vuelve a interpretar a Liz Sherman, la novia del rojo protagonista del filme. La gira promocional de la cinta la trajo a México, donde una apretada agenda la mantuvo ocupada, pero siempre con una sonrisa y buena disposición para atender a sus seguidores y a la prensa. Aunque no titubea al contestar a lo que le pregunten, Blair habla poco de su vida familiar. La actriz estuvo casada durante más de dos años con Ahmet Zappa,
hijo del desaparecido músico Frank Zappa. Su unión, que finalizó en el 2006, se realizó en la mansión de la actriz Carrie Fisher, en Beverly Hills. Existe toda una ola de bebés ahora en Hollywood y de vender las fotos para aparecer en portadas de revistas. Tú todavía no eres madre, ¿qué opinas de todo eso y crees que caerías en ese juego? “No sé. Si están en las portadas de las revistas no es necesariamente por su elección. Hay muchos fotógrafos que te toman foto sin permiso. Quizá si fuera por fines de caridad, no sé. “Pero por elección suelo ser una persona más privada, probablemente mantendría mi cara hinchada para mí misma. Ésa es mi elección personal, pero honestamente si amo mucho al bebé voy a querer que todos lo vean”. ¿Quieres ser madre? “No me ha atraído la idea todavía, ¡y ya tengo como 100 años!, por lo que no creo que pase. Nunca debes decir nunca. Deseo que pase, pero no lo sé. No he llegado ahí”. No tienes 100, pero sí acabas de cumplir 36 años y todavía puedes hacer papeles de personajes de 20 y los aparentas sin dificultad. ¿Es algo que te limita en los roles que puedes tomar en tu carrera o te sirve de ayuda? “Ha sido suerte. Cumplí 36 años la semana pasada (el 23 de junio) y siem-
© 2008. Propiedad Grupo Reforma. Derechos reservados. Prohibida su reproducción parcial o total.
Hellboy 2: El Ejército Dorado es estelarizada por Ron Perlman y la actriz oriunda de Michigan.
pre me he considerado muy afortunada de cómo inicié en esta carrera. Tenía 26 cuando interpreté mi primer papel importante y era de alguien de 14, y no lo hubiera tenido si no pudiera verme menor. No tenía experiencia en el mundo profesional de la actuación y tomaban gente sin experiencia y la gente a esa edad no tiene mucha. “Estaré por siempre agradecida con Roger Kumble, el director de Juegos Sexuales (1999), por darme ese trabajo y pensar que me podía ver de esa edad. Dios lo bendiga y estoy muy agradecida. Sí creo que puedo hacer personajes de mi edad y puedo actuar de manera inmadura y lograrlo, y está bien”. Sueles tomar riesgos en películas, en ciencia ficción, terror, comedias atrevidas... ¿Qué clase de carrera buscas llevar? Ya que has trabajado con cineastas reconocidos como John Waters, Guillermo del Toro y Todd Solondz en filmes que se pueden catalogar como diferentes. “Ciertamente nunca intenté ser la novia de América. Me gusta trabajar con directores que tienen visión y ellos la tienen. Y me eligen. Creo que
Lo autobiográfico “Hellboy 2... no era lo más conveniente porque es una secuela de una película que no hizo tanto dinero. Pude haber terminado El Laberinto… y hacer una película de 300 millones que todo mundo quisiera ver; pero, para mí, Hellboy 2... es una autobiografía. Soy Hellboy. Los momentos que él ha vivido emocionalmente, yo los he vivido. Cuando mi mujer los ve retratados, o sonríe o me da un codazo. “La tercera parte depende de la lana y de cómo le vaya a ésta. Entre la primera y la segunda hubo cuatro años; así que a ver si no está Ron (Perlman) en silla de ruedas”, bromea. El presupuesto Ahora muchos confían en él y consigue dinero más fácilmente, pero los inicios no fueron así. Tuvo que empeñar su casa y endeudarse incluso con sus actores. “Ron (Perlman) vino a México a hacer Cronos. A la mitad del rodaje se nos terminó el dinero. Él venía de Hollywood. Yo fui a su tráiler y le dije: ‘Te doy mi palabra que te pago cuando pueda’; y se quedó. ¿Cómo pagas una lealtad así? Le pagué como un año y medio después. Le pagué primero a él, y luego la deuda de mi casa”. A pesar de que empezó a tener éxito entre el público y la crítica, el IMCINE siguió negándole apoyo económico, por lo que tuvo que migrar a España. “Intenté hacer El Espinazo de Diablo (2001) aquí, y el IMCINE me dijo que no, no y no. Ahora prefiero dejar el apoyo gubernamental para los chavos que están empezando, que venir de pin... nalgón de 800 kilos a pedir dinero. Se me haría una mentada”. Aunque ya tiene la posibilidad de conseguir mucho más presupuesto para las cintas, el director tapatío prefiere manejar cantidades pequeñas. “Conforme más dinero tienes, más te cuesta pelear tu libertad. En cambio si la cifra de la película es razonable, (los estudios) te dan menos lata. El que el Príncipe Nuada tenga la razón, o un diálogo como el del tumor, existen porque la película no cuesta 200 millones de dólares”.
Universal Pictures/ TOP Magazzine
top
Lo mejor de
INTERNACIONAL
soy buena con un personaje que tiene algo fuera de lo común, alguien con un defecto, ya sea de manera cómica o en este caso con Liz y su problema con el fuego. Soy muy, muy, muy, mala en un personaje de la chica de al lado. No puedo hacerlo. Soy la peor, nada que pueda hacer. Me va mejor cuando tienen algo raro”. Originalmente querías ser fotógrafa y caíste en la actuación. ¿Cómo sucedió? “Estaba seriamente interesada en la fotografía en la preparatoria y la universidad, tengo un título en arte. Y pensé que a eso me dedicaría. Me fui a Nueva York a estudiar y buscar una carrera en fotografía o actuación, lo primero que funcionara. Y la foto no progresó”. ¿Sigues practicándola? “Ya lo dejé, ya que lo que más me gustaba era estar encerrada en el cuarto oscuro y no tengo uno. Quedó en el pasado”. ¿Cómo consigues mantener tu privacidad como figura pública? “Nunca salgo de mi casa. Más bien, no salgo mucho. Soy una persona muy cándida, le digo a la gente todo lo que quieran saber. Soy abierta, pero al mismo tiempo soy muy privada. Odio que me tomen fotos. Me quedo mucho en casa y mis amigos suelen ir a verme”.
La actriz de 36 años confiesa que es ‘muy, muy mala’ haciendo papeles de chica buena, por eso prefiere tomar riesgos y aceptar personajes que tengan algo raro. raro
¿Por qué odias las fotos? “Ésas son para las jovencitas. Que se las tomen a las adolescentes, no quiero que me tomen fotos. A menos que tenga el equivalente a una aldea completa preparándome para el asunto”. ¿Tuviste una hoy? “¡Oh sí, absolutamente!”.