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ESPECIAL 'CONTUBERNIO DE MÚNICH' TESTIMONIO DE UN CIUDADANO VASCO EN MÚNICH POR
Xabier Echeverr A Arr E
Participante del Congreso del Movimiento Europeo en Múnich en junio de 1962 Texto incluido en el libro editado por el Movimiento Europeo, "El Contubernio de Múnich 60 años después", Madrid Catarata, junio de 2022.
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Como prólogo, quería traer un elemento esencial, elemento que debe ser bien distinguido Se ha hablado aquí anteriormente de las ventajas de Europa, se ha hablado de europeísmo, se ha hablado de construir Europa, de entrar en Europa y que no solo pretendemos buscar la democracia europea, sino ser también europeístas
Realmente, es fundamental distinguir esto: España está en Europa, Europa es un concepto geográfico; no podemos entrar en Europa, estamos en Europa, somos europeos, eso que quede bien claro Y eso es un problema que afecta a la prensa, a la televisión , la prensa siempre habla de Europa, pero para referirse a la Unión Europea, cuidado, es diferente la Unión Europea de Europa.
Si aquí, en Euskadi, defendíamos también el proyecto europeo, era fundamentalmente porque la Unión Europea, el Movimiento Europeo, tenía una singularidad, y es que únicamente admitía como socios a aquellos países que tenían un encuadre y un hacer netamente democráticos; luego el poder entrar en la Unión Europea, no en Europa, en la Unión Europea, era un elemento importantísimo para nuestro objetivo democrático, esencial, eso hay que dejarlo, desde el primer momento, claro. Bien, el federalismo, del que ha hablado mi anterior compañero, es un elemento importantísimo, porque, realmente, si la Guerra Civil se produjo, fue porque no hubo la menor posibilidad de entendimiento, todos íbamos con los máximos, con el máximo programa cada cual. El nacionalista era separatista, el republicano odiaba a la monarquía y, por tanto, odiaba a toda la derecha, y la derecha estaba igual, e iban contra los republicanos Las ventajas de Múnich fue que nos encontramos gente muy diferente, muy diferente, y pudimos hablar unos con otros, charlar tranquilamente, después de la Conferencia, tomando un café, y digamos que éramos todos personas con ganas de hacer felices a los demás, y queríamos llegar a un acuerdo amplio para todos los demás Y trabajamos mucho los objetivos, no se renunciaba a nada; se prorrogará, si llega, llegará, y si no llega, primero vamos a lo posible: ser posibilistas, ese realmente era el elemento fundamental En Múnich, en el hotel Regina donde estuvimos, hubo muchos encuentros, y yo, se ha referido el anterior conferenciante a Satrústegui, con el cual yo tuve mucha relación, y con el cual nos reuníamos en San Sebastián, juntamente con Enrique Múgica, del PSOE, eminente hombre, nos reuníamos con Paco Idiáquez, del Partido Comunista y nos reuníamos también con Valdés, que era también de un sector izquierdista algo contagiado con el tema de ETA, sin ser de ETA, pero era parecido , y nos juntábamos todos, y no éramos iguales Allí estaba el purista, el que solamente aceptaba a don Juan y que decía que su hijo no valía para nada; estaba el que era liberal, le aceptaba los cambios, que eran bien precisos para llegar a un acuerdo; y estaba allí un Partido Comunista, que decía ya que sí estaba de acuerdo en poner todos los medios para conseguir un sistema democrático
Recuerdo que en el 61 el PSOE todavía era marxista, que fue Felipe el que renunció en Suresnes a ese operativo. Era marxista como el Partido Comunista, exactamente igual, la diferencia: el PSOE era un partido marxista de España y el Partido Comunista era un partido comunista supeditado a Moscú, esa es la diferencia, pero todo esto fue un elemento más de este tinglado complicado
Me impresionó mucho en Múnich encontrar personas que en mi mente estaban catalogadas como personas radicalmente opuestas a cualquier comprensión del problema vasco, a la derecha extrema, por supuesto, no esperaba nada de la Falange, bajo ningún punto de vista. Y, sin embargo, ya empiezan a cambiar los temas, la Falange ya se empieza a separar del régimen, la extrema derecha, la Iglesia católica, fundamentalmente, empieza a decir “esto es demasiado, hay que atemperar un poquito, hay que cuidar la economía”, empiezan en estos momentos los hombres del Opus Dei, empieza un poco el turismo... y en este ambiente de cierta relajación, de cierto comedimiento, de cierto posibilismo, es cuando se propone el tema de Múnich, un buen ambiente para ello. Y en este ambiente hay que decir que, por ejemplo, hablé con Irujo, que me encantó, un hombre simpatiquísimo, amabilísimo... me sorprendió mucho su nivel, porque su historia para mí era una historia negra, de Falange, División Azul , bueno, era un hombre realmente encantador y me llevé estupendamente bien.
Y, en este ambiente, lo que sí vi también es que se mantenían algunos tics no tan sencillos. Por ejemplo, nos costó un montón y éramos el 25% de toda la gente que asistió, el 25%, nos costó mucho conseguir ni una palabra que hiciese referencia a los derechos del pueblo vasco, no se consiguió Pero se habló en este momento del reconocimiento de la personalidad de las comunidades naturales, cuidado, cuidado , ¿qué es una comunidad natural para un jurista? ¿Hablamos de biología, hablamos de plantas? Hay que hablar de la personalidad jurídica, que sí es la que conviene, y con solo reconocer la personalidad jurídica se está haciendo algo muy importante. Las personalidades jurídicas llevan derechos claros, competencias claras, que la gente no quería ver ni quiere ver hoy en día mucha gente, pero hay que decirlo.
Tengan en cuenta ustedes que yo soy nacionalista vasco, pero nacionalista posibilista, en consecución, yo no me imagino en este momento ir por la vía de la separación, de la independencia... ni nada semejante, es una barbaridad. Eso madurará o no madurará, igual sí o igual nunca , igual sí, ya veremos, pero no es el tema de hoy, ni de mañana, ni de dentro de cinco años. Por eso, posibilista, sí, evidentemente, había que reconocer la monarquía, en la persona del príncipe Juan Carlos, que era una cosa segura, y había que llegar a un acuerdo de mínimos, y se llegó a ese acuerdo de mínimos, esencial en Múnich, porque, sin ese acuerdo de mínimos, hubiera sido muy difícil, o más difícil, el arreglo, el acuerdo que se hizo en el año 78 cuando hubo que redactar la Constitución. En aquel momento me acuerdo de cómo el Partido Comunista dijo claramente que, a pesar de su vínculo con la República, si el Rey, que cumplía la función como hasta ese momento estaba cumpliendo, estaban completamente a favor de respetarlo y apoyarlo mientras fuese democrático o, dicho en otras palabras, mientras fuese un rey republicano, y eso fue lo que realmente sucedió
Yo quedé muy marcado por esta reunión, y aquí hicimos, dentro del país, País Vasco, por supuesto, luchando, porque yo pertenezco a la resistencia, he estado allí luchando durante años y años, perseguido por la policía, encarcelado..., estuve confinado en Priego de Córdoba también con Múgica y con Valdés, por ejemplo Entonces, desde el punto de vista de la esencia vasca, lo que se consiguió en aquel momento parecía poco, pero era suficiente, fue realmente suficiente y se ve, visto desde este momento, que el nivel general de comprensión del pueblo español va aumentando a pesar de algunos sectores de extrema derecha Yo tengo esperanza de que la España que viene va a ser comprensiva, va a ser plural y nos va a hacer a todos muy felices.