Documentación sobre vivienda mínima siglo XIX

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Reflexiones para proyectar viviendas del siglo XXI Reflections on the projection of 21st century housing Recibido: 11 de marzo de 2010. Aprobado: 21 de mayo de 2010.

Josep María Montaner

Doctor Arquitecto. Catedrático de Composición Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB-UPC) . Colabora con artículos en los periódicos El País y La Vanguardia, por lo que ha recibido el Premio Nacional de Urbanismo a la iniciativa periodística 2005 del Ministerio de Vivienda. www.josepmariamontaner.cat j.m.montaner@coac.net

Zaida Muxí Martínez

Doctora Arquitecta. Profesora lectora del Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio. Subdirectora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) . Codirige, con Josep María Montaner, el Máster Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI , que se imparte en la misma universidad. www.punt6.net www.laboratoriovivienda21.com zaida@coac.net Todas las figuras fueron elaboradas por los autores.

Resumen El artículo plantea formular una revisión de los criterios de diseño de la vivienda colectiva para el siglo XXI reflejado, fundamentalmente, en que hoy en día existe la conciencia de un cambio social. El texto valora una serie de cuestiones clave: ¿responde la vivienda a la diversidad de la sociedad? ¿Contribuye a mejorar la calidad de la ciudad y el territorio? ¿Se hace un uso razonable de las tecnologías disponibles? ¿Responde a unos objetivos de sostenibilidad? Los parámetros para el diseño de la vivienda en la propuesta planteada parten de la definición de unos criterios básicos que se complementan con una serie de diagramas sobre las relaciones idóneas entre ámbitos de la vivienda y espacios del edificio. Se genera un sistema de valoración integral, formado por 14 + 1 variables imprescindibles, que permite proyectar y evaluar proyectos. En conclusión, la calidad de la vivienda se resuelve tanto en la correcta resolución de su interior, como en su contacto con el espacio público del barrio, mediante una diversidad de gradientes que pasen de lo urbano a lo privado. Palabras clave: vivienda, flexibilidad, género, complejidad. Abstract The paper suggests a review of the design criteria for 21st century collective housing, principally to comply with the awareness of the existing social changes. The paper evaluates a number of key issues: does the housing respond to the needs of a diversified society? Does it contribute to the improvement of the quality of the city and the territory? Does it respond to the aims of sustainability? Are the available technologies taken advantage of? The paramenters of housing design in the proposal put forward, have their starting point in the definition of some basic concepts that are complemented with a series of diagrams reflecting the ideal relationship between areas of the housing and spaces belonging to the building itself. An integral evaluation system is generated, made up of 14 + 1 indespensble variables that allow us to project and evaluate projects. To conclude, housing quality is resolved by the correct resolution of the interior space and the building’s contact with the public space in the neighborhood, through a diversity of gradients that go from the public to the private. Keywords: housing, flexibility, gender, complexity.

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n las últimas décadas se han producido verdaderas revoluciones productivas, tecnológicas y sociales que hacen necesaria la revisión del concepto de ‘vivienda’ y de los ‘sistemas de pensamiento’ que utilizamos para su proyecto. La mayoría de las normativas y reglamentos vigentes hasta ahora, que limitan los requerimientos de diseño de las viviendas, se basan en valores y parámetros que han quedado obsoletos. Las revisiones de normas y legislaciones discurren de manera más lenta que los cambios que se producen en la sociedad. Por lo tanto, se hace necesaria una revisión profunda derivada, especialmente, de los paradigmas contemporáneos, según criterios de sostenibilidad y atendiendo a una conformación de la sociedad más diversa y menos jerárquica. Es también necesario cambiar el rumbo del modelo de crecimiento y desarrollo urbano vigente. En los países desarrollados ha aflorado un fenómeno nuevo: por primera vez las expectativas de condiciones futuras de las actuales generaciones jóvenes, con respecto a sus mayores, es negativa, a menos que se revisen realmente los parámetros con que se mide el bienestar y el desarrollo. Es decir que el desarrollo y el bienestar se dejen de equiparar invariablemente con el crecimiento. Es necesario reinterpretar la vivienda más allá del ámbito estrictamente privado, potenciando las actividades compartidas y comunitarias, su capacidad de relación y mejora de las estructuras urbanas, permitiendo llevar una vida completa (trabajo, educación, cultura, ocio, naturaleza) y evitando la construcción meramente numérica de viviendas. Sin olvidar que se ha de tener en cuenta la adecuada utilización de las tecnologías y los recursos, incorporándolos integralmente en la concepción espacial de las viviendas. Por lo dicho, formular una revisión de los criterios de diseño de la vivienda para el siglo XXI implica reflejar, fundamentalmente, la conciencia del cambio social. La composición de los hogares no es uniforme, ni en la vida de un ser humano en particular, ni en el conjunto de la sociedad. Diferentes agrupaciones de convivencia hacen anticuada la concepción de ‘familia nuclear’ como componente mayoritario y, por ello, la vivienda ha de proyectarse con respuestas de máxima ambigüedad y versatilidad funcional, de manera que pueda cobijar la enorme variedad de modos de vida y permitir una mayor capacidad de transformación, con costes mínimos, tanto económicos como técnicos. Compartimos en este escrito una serie de criterios y metodologías, diagramas y sistemas de evaluación que permitan establecer un marco para el debate sobre la reformulación de las normativas de diseño para las viviendas del siglo XXI. Para construir una definición clara de la vivienda, partimos de la premisa de que una vivienda es un espacio que garantiza el correcto desarrollo de la vida grupal e individual de las personas. Dicho espacio ha de permitir modificaciones y adecuaciones según los cambios de los modos de vida de las personas que lo habitan.

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Hablaremos de vivienda básica, entendiéndola como aquella que, además de cumplir con calidades mínimas y suficientes de habitabilidad, ofrece unos requerimientos mínimos de adaptabilidad. Es decir, es una vivienda que permite la evolución y modificación del espacio, el incremento de los habitantes que alberga, la adecuación a los diferentes tipos de familias y a los cambios dentro de una misma familia.

Concepto La vivienda es el espacio privado, un interior construido, en el que se realizan principalmente las actividades y tareas de la reproducción, que son aquellas que hacen posible el desarrollo natural, físico y social de las personas, constituyendo la base de las tareas productivas. Los trabajos o tareas reproductivas son aquellas tradicionalmente asignadas al género femenino. Las tareas de la reproducción tienen como característica principal no ser remuneradas, lo que las hace invisibles y, por ello, se las considera como tareas menores. Las tareas de la reproducción se refieren tanto a cuestiones individuales y grupales, de nutrición y de higiene, de descanso y de trabajo, de cuidado y relación abarcando un sinnúmero de actividades que se realizan tanto individualmente como en grupo. Se realizan principalmente en el interior doméstico, si bien la dotación del barrio en el que se halla la vivienda favorecerá o no la correcta y eficiente realización de las tareas que necesariamente salen y se nutren del exterior público. Tales tareas se complementan necesariamente en ámbitos externos, ya sean privados, comunitarios o públicos, más allá de la vivienda. Por ello, los espacios intermedios, fuelles de relación entre ámbitos de diferentes escalas de socialización, constituyen una escala imprescindible de trabajo y proyecto, ya que permiten la integración progresiva de las personas y las tareas. Los trabajos productivos son aquellos que reciben remuneración como contraprestación, y se considera que, mayoritariamente, son realizadas fuera del hogar, en entornos públicos. Este último presupuesto no siempre se cumple, ya que el hogar ha sido y es también un espacio de tareas productivas, especialmente de las mujeres, y que en la mayoría de las ocasiones no cuenta con el espacio adecuado. Las tecnologías de la información y la comunicación han ampliado las posibilidades de actividades productivas en el hogar, tanto en tipo de trabajo como de trabajadoras y trabajadores en esa situación. Ambos trabajos se involucran mutuamente y la vivienda es la base para el desarrollo efectivo de ambas tareas.

Parámetros generales Desarrollamos por primera vez estos parámetros para la exposición Habitar el Presente. Vivienda en España: Ciudad, Sociedad, Tecnología y Recursos (2006), por encargo del Ministerio de Vivienda de España.

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Se elaboró un primer sistema de valoración integral de obras realizadas, también aplicables al proyecto, en el que se planteaba, esencialmente, el sentido político que tiene la arquitectura de la vivienda, valorando una serie de cuestiones clave: ¿responde a la diversidad de la sociedad? ¿Contribuye a mejorar la calidad de la ciudad y el territorio? ¿Se hace un uso razonable de las tecnologías disponibles? ¿Responde a unos objetivos de sostenibilidad? Grandes preguntas que tienen que ver con los cuatro conceptos en los que se organizó la exposición (sociedad, ciudad, tecnología y recursos), que en cada ejemplo fueron analizados con la herramienta de la valoración integral, en la que cada concepto se desglosa en otros cinco temas clave y cada uno se despliega en una constatación de características, a base de esquemas, termómetros y proporciones. Ello comporta haber entrado con detalle en cuestiones que califican a las viviendas para una sociedad más justa y libre, con menos jerarquías y barreras, más flexible y compleja. Como trabajo colectivo, esta valoración integral tenía la voluntad de ser abierta y en constante proceso, que pudiera ser mejorado y ampliado, y que, fundamentalmente, sirviera de guía básica para considerar cuestiones clave en la vivienda contemporánea. Este posterior desarrollo es el que aquí estamos explicando.

Figura 1. Valoración integral exposición Habitar el Presente. Vivienda en España: Sociedad, Ciudad, Tecnología y Recursos.

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1 El artículo se basa en el trabajo Propuestas para una nueva normativa de diseño de vivienda en Andalucía que ha sido dirigido por Josep María Montaner y Zaida Muxí Martínez, y en el que han colaborado los arquitectos y arquitectas: Roser Casanovas, David Hernández Fálagan, Esteban Jaramillo, Tania Magro, Maurizio Rodríguez Torriano, Christine van Sluys, Luciana Tessio.

En esta propuesta, los parámetros de diseño de la vivienda parten de la definición de unos criterios básicos, que se complementan con una serie de diagramas sobre las relaciones idóneas entre ámbitos de la vivienda y entre espacios del edificio, y con un sistema de valoración integral, formado por 14 + 1 variables imprescindibles, y que permitirá proyectar y evaluar los efectos y aportaciones de cada proyecto.1 Los criterios sobre la vivienda básica se fundamentan en cuatro parámetros generales: ·

La atención a la diversidad social, teniendo en cuenta las nuevas estructuras familiares existentes, la diversidad de costumbres y la igualdad de género. La vivienda se define en función de las prestaciones que permiten el desarrollo de las personas como individuos y como integrantes de la sociedad, siendo necesario, para ello, que permita las relaciones igualitarias en su seno y que facilite las maneras más diversas en que los diferentes grupos utilizan el espacio doméstico.

·

La valoración de la vivienda adecuada no se puede separar de un entorno urbano en sus diferentes escalas, de la gran ciudad al pueblo, que complemente necesariamente las prestaciones de ellas. La situación urbana es una condición previa al proyecto de vivienda. La relación con el contexto en el que se inserta brinda los datos y criterios necesarios para decidir la propuesta funcional y formal. Es fundamental para el proyecto de vivienda tener en cuenta el tipo de ciudad o pueblo, la forma urbana y la situación relativa a dicho entorno; conocer las dotaciones y servicios de los que se podrán beneficiar los futuros habitantes; y tener una conocimiento cierto de las carencias que posee el contexto a las que el edificio deberá responder (equipamientos, espacios públicos, comercios, etcétera). Sería recomendable que un proyecto de viviendas quede paralizado si no se le garantiza un medio urbano adecuado y que sea complementario a la vivienda. Algunas de estas características son externas al proyecto de vivienda, y difícilmente podrá incidirse desde él, ya que vienen dadas por el contexto y por la normativa. Sin embargo, hay características que pueden ser definidas tanto por el proyecto como por los usuarios.

·

El uso de las tecnologías adecuadas implica que la vivienda se ha pensado y resuelto de acuerdo con el lugar y el tiempo, sacando el máximo provecho de los medios utilizados y facilitando en gran medida la transformación de la vivienda. Se ha de tener en cuenta el ciclo total de los materiales, el insumo energético que suponen desde su fabricación y la consideración de la finitud de las fuentes primarias minerales de los recursos utilizados. Por lo tanto, la adecuada articulación de los diversos sistemas que confluyen en la vivienda, elementos constructivos e instalaciones, pueden favorecer la evolución y la adecuación de los componentes a los requerimientos cambiantes de los usuarios.

·

La correcta utilización de los recursos, con el máximo ahorro energético, junto con la salud de las personas, es un objetivo priorita-

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rio del proyecto de la vivienda del siglo xxi. Es imprescindible la incorporación de sistemas de mejora climática con dispositivos constructivos y espaciales que favorezcan desde el proyecto la utilización eficiente de los recursos. Hay que promover la utilización de agua de lluvia y la reutilización de aguas grises. Se ha de tender a la suficiencia energética utilizando la energía solar. Ciertos criterios de diseño, como proponer espacios de almacenaje exteriores a los ámbitos de estancia y utilizar materiales sin tóxicos, contribuyen a crear ambientes más saludables.

Condiciones del entorno Se ha de tener en cuenta que la vivienda no puede funcionar aisladamente y que la vida de las personas necesita, además del espacio adecuado y propio de la vivienda, un entorno urbano que aporte los lugares para las necesidades cotidianas. Por lo tanto, consideramos la vida cotidiana como factor esencial para definir y articular los barrios. Esto implica valorar la proximidad de los equipamientos, servicios y comercios variados; la perspectiva de género en el urbanismo; la sostenibilidad como criterio múltiple urbano, económico, social y cultural; y los elementos de diseño que hacen que una ciudad sea amable, capaz de expresar la diversidad y potenciar el habitar sin discriminación de ningún tipo (género, edad, clase, religión, origen, etnia). Las posibilidades de hacer y escoger es lo que distingue a los barrios de las simples urbanizaciones: son los lugares cotidianos, las tiendas y su gente los que se convierten en nuestro soporte, en nuestra seguridad. Una certeza que viene dada por el reconocimiento del lugar y de saber leer su normalidad cotidiana, vivida y habitada. Para crear este soporte a las redes sociales, no sólo es necesario crear vivienda, si no que es igual de importante crear lugares de trabajo, comercios, servicios, equipamientos y espacios públicos de relación, para que todos puedan tener una variedad de oportunidades en cuanto a trabajo y actividades económicas en el barrio. Son las dos caras de la moneda: la necesidad de crear servicios que entretejan el habitar con un buen desarrollo cotidiano para todos, y el hecho de que estos equipamientos o servicios creen lugares de trabajo próximos al hogar. Estamos hablando de una red compleja que involucre todas las vidas; por lo tanto, se trata de ofrecer espacios de socialización y usos diversos tanto para el mundo productivo como el reproductivo en la configuración de un barrio. Desde el punto de vista físico, los barrios tienen características que quien vaya a realizar una intervención sobre ellos tendría que conocer previamente: los datos del territorio y sus condicionantes; el tipo de tejido urbano del área donde se intervendrá; las actividades económicas; la proximidad, la cantidad y calidad de los equipamientos y servicios

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Figura 2. Margarette Schütte-Lihotzky Höf, Viena 1997. Master Plan Franziska Ullmann. Arquitectas edificios: Franziska Ullmann, Elsa Prochazka, Gisela Prodeka y Liselotte Peretti. Este conjunto propone espacios comunitarios para diferentes actividades y edades, al tiempo que espacios para el comercio, oficinas y equipamientos públicos.

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en el área de análisis; la red y el tamaño de los comercios, las características del espacio público y los tipos de viviendas. Este entorno físico no puede entenderse sin tener en cuenta a sus habitantes. Por ende, en este análisis tendría que sumarse un análisis paralelo y estrechamente relacionado con lo social, que tiene que ver con conocer los habitantes y sus características; las actividades económicas que realizan; las tasas de ocupación; el porcentaje de trabajo formal o informal; el trabajo doméstico; el nivel económico; el grado de cohesión y actividad social según la presencia de asociaciones y entidades ciudadanas; el tipo de grupos de convivencia que habitan y habitarán las viviendas; la utilización del espacio público que hacen diferentes grupos y personas; así como conocer los espacios de relación social de las diferentes entidades y asociaciones. 2 Estas dimensiones obedecen a que se piensa en la producción de la vivienda masiva y pública y, por lo tanto, es necesario establecer un mínimo habitable.

El análisis social es un instrumento básico para realizar cualquier proyecto de reforma de barrio o barrio nuevo y para empezar cualquier proyecto de crecimiento de una ciudad o pueblo. Para ello es también imprescindible un exhaustivo estudio estadístico segregado por género, actividades, ocupaciones, ingresos, edades, etcétera, así como un conocimiento de los tipos de servicios, horarios, usuarios, para realmente poder interpretar las faltas y requerimientos de los habitantes actuales y futuros, con el fin de que la nueva intervención no agrave las faltas de infraestructuras y servicios que pudieran existir, y no se dupliquen los ya existentes si no son necesarios.

Definición Teniendo en cuenta lo dicho, proponemos que las viviendas potencien la apropiación diferenciada e individualizada de los espacios por parte de quienes los habiten, asegurando siempre los mínimos de habitabilidad. Por ello, no buscamos definir las piezas con funciones determinadas ni asignarles nombres únicos. Los mínimos de habitabilidad garantizarán la apropiación de los espacios según los usos y funciones preestablecidos y aceptados de las viviendas (como salón, comedor, cocina, dormitorio, baño, lavadero o cocina), sin por ello predeterminar ni condicionarlos unívocamente, ni por la superficie, ni por la fenestración, ni por la accesibilidad, ni por una única posibilidad de distribución y utilización.

Ámbitos Espacial y funcionalmente la vivienda queda definida como un conjunto de ámbitos especializados, no especializados y complementarios, cuyas prestaciones estarán definidas en función de la cantidad y características de los habitantes previstos. Las superficies de las viviendas estarán definidas por múltiplos de un módulo2 de 9 m2. Se ha escogido esta superficie por tratarse de una medida mínima que permite la correcta organización de diferentes áreas funcionales. Para llegar a esta conclusión se han trabajado y estudiado módulos

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Figura 3. Justificación de ámbitos de 9 m2 (diám. 2,80 m).

de diferentes superficies acordando, según se enseña en las figuras, que en 9 m2 y con un diámetro mínimo de 2,80 m es posible inscribir las agrupaciones de mobiliario que se pueden presentar en las diferentes situaciones de una vivienda. Los ámbitos especializados son aquellos que necesitan de infraestructuras e instalaciones específicas para su funcionamiento, como agua y desagüe, gas y salidas de humo. La electricidad y los sistemas de comunicación han de estar en toda la vivienda, según quede establecido en los códigos técnicos de cada país. Son áreas con un carácter funcional determinado (preparación, almacenaje y zonas de lavado ligados a la alimentación, ciclo de gestión de la ropa, lo que significa guardado de ropa sucia, lavado, secado, guardado de ropa limpia y planchado; actividades higiénicas y de evacuación personal). En los diagramas de relaciones entre ámbitos quedan clarificadas las relaciones inmediatas y de contigüidad entre ámbitos especializados. Los ámbitos especializados higiénicos deben garantizar la utilización simultánea por dos personas a partir de tres ocupantes, por lo que deben estar sectorizados en, por lo menos, dos áreas. Los elementos que componen un ámbito especializado higiénico mínimo son: inodoro, lavamanos y plato de ducha. A partir de cinco ocupantes, los ámbitos especializados higiénicos, además de tener sectorizados los usos, han

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de tener duplicados todos los artefactos, siendo la segunda ducha una bañera y siendo optativo la incorporación de un bidé. El ámbito especializado de la comida tiene que permitir un correcto desarrollo de las tareas ligadas a ella, y tienen que procurar ofrecer espacios que puedan ser compartidos por más de una persona. Es imprescindible el espacio para el almacenaje frío, para la cocción y para el lavado, considerando un espacio lineal básico de seis elementos modulares de 60 cm de ancho, lo que es igual a 3 m lineales más 60 cm para el espacio del almacenaje frío. Los ámbitos no especializados son aquellos que no necesitan infraestructura o instalaciones diferenciadas, sino que han de cumplir con parámetros de confort adecuados para la habitabilidad; por lo tanto, su función quedará determinada por los usuarios. Son los espacios preparados para la estancia, la actividad y el descanso social e individual, denominados convencionalmente salón o estar, comedor y dormitorio. Se entiende que las condiciones de habitabilidad para estos usos son similares, por ende, se favorece su no predeterminación funcional específica, que suele estar dada por tamaños determinados y singularizados; de esta manera, se permite la apropiación diferenciada por quienes los habiten. La superficie de los ámbitos especializados es igual o superior al módulo de 9 m2 y se deberá inscribir como mínimo un círculo de 2,80 m de diámetro. Los ámbitos no especializados pueden fundirse o formar maclas entre ellos. Un tercer tipo de categoría serían los ámbitos complementarios o comodines, que funcionarían asociados a otros espacios, no conformando en sí mismos un recinto de uso autónomo. Se han de tener en cuenta, por lo menos, tres tipos de ámbitos complementarios que son: espacios exteriores propios, espacios de guardado y espacios de apoyo. Los espacios exteriores propios se dividen en dos tipos: uno relacionado con el ámbito especializado de la cadena de la ropa (ropa sucialavado-secado-ropa limpia- planchado- guardado), recomendándose la relación directa con la zona de higiene personal, y con una superficie mínima de 3 m2; el otro espacio exterior privado tendrá relación con

Figura 4. Espacio mínimo que resuelve la cadena del cuidado de la ropa (espacio para almacenar ropa sucia, para lavar, para secar, para almacenar ropa limpia y para planchar).

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ámbitos no especializados y permitirá la permanencia en él, cumpliendo con dimensiones mínimas de 1,20 x 2,00 m. En caso de no poder cumplir con estos mínimos de espacios exteriores privados, el edificio ha de proporcionarlos de manera comunitaria. La consideración utilitaria simplificada de las partes y aportaciones de una vivienda ha llevado a una progresiva pérdida de espacios considerados superficialmente innecesarios, sin uso o indefinidos, como pueden ser las galerías, terrazas, espacios semicubiertos que, sin embargo, permiten usos más versátiles de la vivienda, creando ámbitos de transición y relación entre lo privado y lo público, funcionando a su vez como fuelles térmicos. Estos espacios intermedios deben ser considerados imprescindibles, y dada su aportación a la mejora térmica y al ahorro energético, podría no ser computada su superficie en la edificabilidad, valorizando los efectos positivos que tienen a largo plazo. Por ello, se considera imprescindible que toda vivienda cuente con un espacio exterior propio. Todos los ámbitos, sean especializados o no, han de tener espacios de guardado propios en previsión de las necesidades de las diferentes funciones, pudiéndose agrupar espacios de guardado semejantes. Se recomienda que los ámbitos de guardado se sitúen en ámbitos complementarios, de manera que no condicionen los ámbitos especializados y no especializados a los que se sirve. Los espacios de apoyo complementarios son los que permiten la correcta relación y circulación entre ámbitos. En los ámbitos de uso complementario no se requiere la inscripción del círculo de 2,80 m, ya que no conforman espacios de uso independiente ni de estancia prolongada. Los ámbitos complementarios pueden maclarse o integrarse con otros ámbitos. La vivienda ha de aportar una serie de prestaciones que se podrán resolver a diferentes escalas dentro del edificio, de manera privada y comunitaria.

Figura 5. Vivienda básica en la que se prueba la capacidad de albergar diferentes agrupaciones familiares.

La “vivienda básica” es la que cumple con la concepción de la vivienda como germen de núcleo familiar o de convivencia, pensada para albergar y satisfacer las necesidades de dos personas, con el horizonte de que pueda modificar su composición con la incorporación de otra persona (descendientes, familiar o invitado) o que pueda incorporar espacios productivos sin entorpecer las tareas reproductivas propias, es decir, una vivienda que se adecúe a diferentes grupos y necesidades. Su superficie es de 45 m2. El módulo añadido por cada nuevo ocupante se compone de 9 + 1, ya que se propugna la creación de espacios compartidos comunitarios, que pueden formarse con la sumatoria del + 1 que aporta cada módulo agregado, según se amplíe la cantidad de habitantes que se prevea habiten en ella. Es decir, para dos habitantes la vivienda básica es de 45 m2; para tres habitantes, 54 + 2 m2; para cuatro habitantes, 63 m2 + 3; y sucesivamente. Todas las viviendas básicas tienen que tener, por lo menos, un ámbito no especializado estanco, capaz de ser aislado acústica, funcional, visual y lumínicamente del resto de la vivienda. En todos los casos los ámbitos no especializados

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tienen que tener las condiciones de iluminación, ventilación y dotación para poder ser utilizados de manera estanca, cerrada en el interior de la vivienda si sus habitantes así lo deciden. Las actividades y tareas cotidianas presuponen unos muebles determinados. Para cada persona se necesita una previsión de superficie para alojar correctamente estos muebles. Los criterios aquí planteados se basan en la no predeterminación de usos de los espacios; por ello, es necesario que las viviendas permitan la colocación de los muebles necesarios en los diferentes ámbitos no especializados, independientemente del uso definitivo que hagan los futuros habitantes de ellos. Los espacios han de permitir la colocación de los muebles necesarios, sin que por ello sus dimensiones reflejen una organización o utilización única. Las diferentes funciones que se darán en los ámbitos no especializados quedan a elección de los habitantes. La prueba de efectividad de que todas estas actividades tienen cabida vendrá dada por la presentación de dos variantes distributivas, es decir, dos posibilidades de organización del espacio interior (mobiliario y funciones) y una variante de evolución/transformación espacial; siempre teniendo en cuenta las necesidades de los trabajos reproductivos y productivos.

Relaciones entre ámbitos de la vivienda Las actividades que se realizan en la vivienda tienen que cumplir con unas necesarias relaciones espaciales para poder ser satisfechas adecuadamente. Estas relaciones entre ámbitos las hemos definido en un diagrama en el que se especifican relaciones inmediatas que son las necesarias o imprescindibles para la correcta realización de las actividades. Otras relaciones son de proximidad o contigüidad recomendables y una tercera categoría agrupa relaciones posibles o menos necesarias. El diagrama de relaciones entre ámbitos plantea como correspondencias necesarias e inmediatas las de los ámbitos de preparación, limpieza de alimentos y almacenaje frío; las del ciclo de la ropa, que a su vez se recomienda próximo a las áreas de aseo corporal y espacios de almacenaje. Los ámbitos complementarios de almacenaje se proponen no privativos de un ámbito no especializado, sino según áreas complementarias que permiten una utilización más flexible en su indeterminación. El ámbito exterior de estancia se recomienda que se encuentre en correlación contigua de por lo menos un ámbito no especializado para permitir sus usos como expansión social. Del diagrama de relaciones entre las partes del edificio resaltamos la importancia de los espacios de zonas colectivas, como transición entre áreas de niveles de privacidad y propiedad diferentes. Es decir, para moverse entre el área privada de la vivienda y las áreas de apoyo no residencial (aparcamientos y trasteros), así como entre los espacios públicos y privados, la transición se realiza a través de las zonas colectivas.

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Figura 6. Diagrama de relación de ámbitos en la vivienda.

Criterios básicos para el proyecto y la valoración de la vivienda Una vez definida la vivienda, sus ámbitos, medidas y relaciones, se establecen los criterios cualitativos que ha de cumplir la vivienda del siglo XXI: ·

Espacio exterior propio. Toda vivienda disfrutará de un espacio exterior propio en el que se puedan realizar algunas de las actividades del habitar, que tenga vistas agradables y que actúe como dispositivo de control térmico.

·

Desjerarquización. Los espacios de la vivienda no condicionarán jerarquías ni privilegios espaciales entre sus residentes, favoreciendo una utilización flexible, no sexista, no exclusiva y no predeterminada de los espacios.

·

Espacios para el trabajo reproductivo. Se han de prever los espacios adecuados para desarrollar el trabajo reproductivo. Se debe considerar la posibilidad de espacios satélite comunitarios para albergar alguna función específica como, por ejemplo, lavaderos.

·

Espacios para el trabajo productivo. Es clave la capacidad de adecuación de la vivienda a la necesidad de lugares de trabajo productivo, que no entorpezcan las actividades de la vida cotidiana, contemplando la posibilidad de disponer de “espacios satélite” o espacios discontinuos con la vivienda para tal finalidad.

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Figura 7. Diagrama de relaciones entre las partes del edificio.

·

Espacios de guardado. Se han de prever espacios para todos los diferentes tipos de guardado y almacenaje necesarios según la agrupación familiar, es decir, armarios, trasteros, despensas, roperos, etcétera.

·

Atención a las orientaciones. Es obligado que las fachadas respondan adecuada y diferenciadamente a cada una de las orientaciones y vientos.

·

Ventilación transversal natural. Es imprescindible que cada vivienda posea ventilación natural transversal, ya sea en esquina, ya sea en un edificio de una profundidad máxima de 13 m, o a través de patios.

·

Dispositivos de aprovechamiento pasivo. Hay numerosos sistemas de control climático, solar y acústico que pueden ser diseñados durante el proyecto y que no necesitan de ninguna aportación energética extra. Muchos de ellos pertenecen a la tradición constructiva del lugar y, por lo tanto, al clima donde se inserta el proyecto. Se debe utilizar al máximo estos sistemas como, por ejemplo, las galerías invernadero que actúan como captadores solares, las celosías para generar sombras y los patios con agua para favorecer la refrigeración evaporativa.

·

Incidencia en la formalización. Determinados valores plásticos y culturales, basados en la volumetría, el color, la textura, la composición o la forma se deben tener en cuenta en cada contexto para

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conseguir armonía con el lugar y la escala y favorecer la identificación de los usuarios con sus viviendas. ·

Sistemas constructivos independizados. Los sistemas constructivos han de ser independientes para permitir la sustitución parcial de partes del edificio a lo largo del tiempo sin afectar a otros sistemas, en función de diferentes durabilidades ligadas a temporalidades tecnológicas y funcionales diferentes (estructura, fachada, cubiertas, instalaciones y tabiques).

·

Adaptabilidad. La capacidad de adecuarse a diferentes situaciones familiares en el tiempo y diferentes agrupaciones entre personas es básica. La capacidad de adaptabilidad de la vivienda es un factor básico de sostenibilidad.

·

Recuperación de azoteas. Es clave recuperar las azoteas como espacio de encuentro y uso comunitario, evitándolas como residuo de maquinarias, las cuales deben estar agrupadas e integradas, recomendando ocupar, como máximo, el 35% de la superficie para funciones exclusivamente técnicas.

·

Integración de la vegetación en la arquitectura. Se debe integrar la vegetación al edificio en fachadas, patios, espacios de conexión y cubiertas.

·

Posible integración de ámbitos de otras viviendas. Ello significa facilitar la sumatoria entre ámbitos de diferentes viviendas para variaciones tipológicas, o para incorporar ámbitos satélite para otros usos productivos cerca de las viviendas (oficinas o talleres).

·

14 + 1 - volumen. La vivienda no es solamente un espacio resuelto en planta, sino que se ha de sacar el máximo partido de su volumen; por lo tanto, unos centímetros adicionales de altura pueden favorecer, por ejemplo, espacios de guardado sobre ámbitos especializados que necesitan menos altura.

Figura 8. Aplicación de los 14 + 1 puntos en un proyecto básico de viviendas, Montaner Muxí Arquitectes.

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Figura 9. Espacio multiuso (trabajos reproductivos y trabajos productivos).

Figura 10. Espacio exterior propio.

Sobre los espacios comunitarios Al considerar que las capacidades de servicio y funciones de la vivienda van más allá de lo privado de cada unidad, es imprescindible repensar los servicios del habitar y, para ello, repensar los servicios y espacios comunitarios. Consideramos que un edificio de vivienda debería disponer, como mínimo, de un espacio comunitario (mínimo de 20 m2) a partir de doce viviendas, que podrá ser comunitario de uso privativo o comunitario de uso público, y cuyo destino responderá a un estudio del barrio en el que se insertan, sus prestaciones y sus necesidades. A partir de las doce viviendas iniciales se irá sumando a los 20 m2 mínimos el espacio comunitario que resulte del 9 + 1.

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En caso de que la vivienda esté situada en un contexto urbano complejo que aporte diferentes espacios para las actividades de la vida comunitaria, se podría optar por que los metros cuadrados dedicados a los recintos comunitarios se dedicaran a la ampliación de los espacios de paso e intermedios, con el fin de ganar espacios de juego y encuentro en diferentes situaciones del edificio.

Sobre los edificios de viviendas y su entrega al espacio público Para la calidad de la vida urbana son importantísimos que entre el público/privado existan gradientes, es decir, definir y proyectar espacios intermedios entre vivienda y edificio, y entre edificio y espacio público. También es clave la relación entre el plano vertical de fachada con las aceras y los espacios públicos, ya que es el encuentro de dos sistemas de relación y es aquí donde reside la potencialidad de máxima actividad y variedad, como si de sistemas ecológicos se tratara. En definitiva, la calidad de la vivienda se resuelve tanto en la correcta resolución de su interior, como en su contacto con el espacio público del barrio, especialmente mediante una diversidad de gradientes que vayan pasando de lo urbano y bullicioso hasta lo privado y relajado. Tan importantes como los metros cuadrados de la vivienda son los metros cuadrados del espacio público, semipúblico y semiprivado que puede disfrutar cada habitante en aceras, paseos, plazas, jardines, zaguanes, patios y pasarelas. La clave es que la puerta de la vivienda no dé directamente a un espacio transitado y ruidoso. Es vital que cada sociedad resuelva adecuadamente sus viviendas, ya que las fricciones derivadas de su mal diseño e insuficiencias pueden tener, en la vida de las personas, consecuencias negativas cuyos efectos y gastos se externalizan. Cuando las viviendas no responden a las necesidades reales, a la larga, los problemas se hacen visibles en formas de insatisfacción que derivan en depresiones personales, en situaciones de violencia social y en problemas de violencia intrafamiliar, en casos como los de barrios guetizados y estigmatizados, precisamente, desde la misma situación urbana y la forma de la vivienda.

Bibliografía AA. VV, “Vivienda social ahora” en Ciudad y Territorio. Estudios territoriales. vol. XLI 3º época Nº 161-162. Ministerio de Vivienda, Madrid, otoño-invierno 2009. Architekturzentrum Wien, Housing in Viena. Innovative, social and ecological. Viena: Architekturzentrum, 2008. Chermayeff, Serge y Alexander, Christopher. Comunidad y privacidad. Hacia una arquitectura humanista. Buenos Aires: Nueva Visión, 1975.

[ 98 ]  dearq 06. Julio de 2010. ISSN 2011-3188. Bogotá, pp. 82-99. http://dearq.uniandes.edu.co


Habraken, N. J. et ál. El diseño de soportes, traducción Indaleci Miras Pardo; reedición 2002. Barcelona: Gustavo Gili, 1979. Habraken, N. John, Mignucci, Andrés. Soportes: vivienda y ciudad. Supports: Housing and City. Barcelona: Máster Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI, 2009. Jordà, Carmen, ed. Vivienda moderna en la Comunidad Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana, Col·legi d’Arquitectes de la Comunitat Valenciana, 2007. Klein, Alexander. Vivienda mínima 1906-1957, traducción Reinald Bernet, Jacint Conill y Miguel Usandizaga. Barcelona: Gustavo Gili, 1980. Montaner, Josep María. “Tipologías de vivienda colectiva de promoción privada en el siglo XXI. Tres casos de estudio: flexibilidad, agrupación y sostenibilidad” en AA.VV., Vivienda colectiva de promoción privada. Valencia: Col·legi d’Arquitectes de la Comunitat Valenciana, 2006. Montaner, Josep María. Sistemas arquitectónicos contemporâneos. Barcelona: Gustavo Gili, 2008. ____“Vivienda contemporánea: cambio sociales y transformaciones tipológicas” en Proyectiva, vol. 1, núm. 1. Medellín: Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Colombia, 2008. Montaner, Josep María. Habitar el presente. Vivienda en España: sociedad, ciudad, tecnología y recursos. Editado por Zaida Muxí. Madrid: Ministerio de Vivienda, 2006. Muxí, Zaida. “Mujeres y arquitectura: teoría y práctica de la vivienda” en Arquitectura COAM, núm. 340. Madrid, 2005. ____“Vivienda comunitaria: revisión crítica” en Proyectiva, vol. 1, núm. 1. Medellín: Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Colombia, 2008. ____Recomanacions per a un habitatge no jeràrquic ni androcèntric. Barcelona: Generalitat de Catalunya, 2009.

Reflexiones para proyectar viviendas del siglo

XXI .

Josep María Montaner, Zaida Muxí Martínez  [ 99 ]



20 13

9

9

● EDITORIAL ● PULSANDO LA CUESTIÓN SOBRE LA VIVIENDA Y EL HÁBITAT / PRESSING THE HOUSING AND HABITAT QUESTION, Rosa María Añón Abajas ● ENTRE LÍNEAS ● THE PRIMACY OF RESIDENTIAL QUALITY IN URBAN CREATION. A CURRENT OBSERVATION ON A RECURRING NOTION / LA PRIMACÍA DE LA CALIDAD RESIDENCIAL EN LA CREACIÓN URBANA UNA OBSERVACIÓN ACTUAL DE UNA NOCIÓN RECURRENTE. Sten Gromarko ● ARTÍCULOS ● HACIA LA NUE-

VA SOCIEDAD COMUNISTA: LA CASA DE TRANSICIÓN DEL NARKOMFIN, EPÍLOGO DE UNA INVESTIGACIÓN / TOWARDS THE NEW COMMUNIST SOCIETY: THE TRANSITION HOUSE OF NARKOMFIN, A RESEARCH EPILOGUE. Daniel Movilla Vega; Carmen Espegel Alonso ● EL SISTEMA COMO LUGAR. TRES ESTRATEGIAS DE COLECTIVIZACIÓN DEL ESPACIO DOMÉSTICO CONTEMPORÁNEO / THE SYSTEM AS A PLACE. THREE COLLECTIVIZATION STRATEGIES OF THE CONTEMPORARY DOMESTIC SPACE. Fernando Nieto Fernández ● LA CASA EN “CAMPO DE ARROZ”. UN IDEOGRAMA DE INTERACCIÓN EN EL HÁBITAT JAPONÉS CONTEMPORÁNEO / HOUSE IN A “RICE PADDY”. AN IDEOGRAM OF INTERACTION IN THE CONTEMPORARY JAPANESE HABITAT. Pedro Luis Gallego Fernández ● LA CONSTRUCCIÓN TEORICA Y PRÁCTICA DE UN NUEVO HÁBITAT MODERNO: UNOS PATIOS Y UNA CALLE (1946-1954) / THE THEORETICAL AND PRACTICAL CONSTRUCTION OF A NEW MODERN HABITAT: SOME PATIOS AND A STREET (1946-1954). Juan Pedro Sanz Alarcón, Miguel Centellas Soler, Pedro García Martínez ● EL BARRIO DE SÃO VICTOR DE ÁLVARO SIZA: ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA DE LAS OPERACIONES SAAL / DISTRICT OF SÃO VICTOR OF ÁLVARO SIZA: BETWEEN THEORY AND PRACTICE OF THE SAAL OPERATIONS. Aitor Varea Oro ● REVISITING PUBLIC SPACE IN POST-WAR SOCIAL HOUSING IN GREAT BRITAIN / REPENSANDO EL ESPACIO PÚBLICO DE LAS VIVIENDAS SOCIALES DE POST-GUERRA EN GRAN BRETAÑA. Pablo Sendra ● INTIMIDADES TRANSGREDIDAS: HABITAR EN TRÁNSITO / TRANSGRESSED PRIVACIES: TO LIVE IN TRANSIT. María Prieto Peinado ● RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS ● R.D. MARTIENSSEN: LA IDEA DEL ESPACIO EN LA ARQUITECTURA GRIEGA. Juan Luis Trillo de Leyva

hábitat y habitar

R E V I S TA _ P R O Y E C TO P R O G R E S O A R Q U I T E C T U R A AÑO IV

HÁBITAT Y HABITAR

N9

GI HUM-632 UNIVERSIDAD DE SEVILLA

PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA AÑO 2013. ISSN 2171–6897 – ISSNe 2173–1616


PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA. N9, NOVIEMBRE 2013 (AÑO IV)

hábitat y habitar índice

editorial

PULSANDO LA CUESTIÓN SOBRE LA VIVIENDA Y EL HÁBITAT / PRESSING THE HOUSING AND

HABITAT QUESTION

Rosa María Añón Abajas

12

entre líneas

THE PRIMACY OF RESIDENTIAL QUALITY IN URBAN CREATION. A CURRENT OBSERVATION ON A RECURRING NOTION / LA PRIMACÍA DE LA CALIDAD RESIDENCIAL EN LA CREACIÓN URBANA

UNA OBSERVACIÓN ACTUAL DE UNA NOCIÓN RECURRENTE

Sten Gromark - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.01)

16

artículos

HACIA LA NUEVA SOCIEDAD COMUNISTA: LA CASA DE TRANSICIÓN DEL NARKOMFIN, EPÍLOGO DE UNA INVESTIGACIÓN / TOWARDS THE NEW COMMUNIST SOCIETY: THE TRANSITION

HOUSE OF NARKOMFIN, A RESEARCH EPILOGUE

Daniel Movilla Vega; Carmen Espegel Alonso - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.02)

26

EL SISTEMA COMO LUGAR. TRES ESTRATEGIAS DE COLECTIVIZACIÓN DEL ESPACIO DOMÉSTICO CONTEMPORÁNEO / THE SYSTEM AS A PLACE. THREE COLLECTIVIZATION

STRATEGIES OF THE CONTEMPORARY DOMESTIC SPACE

Fernando Nieto Fernández - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03)

50

LA CASA EN “CAMPO DE ARROZ”. UN IDEOGRAMA DE INTERACCIÓN EN EL HÁBITAT JAPONÉS CONTEMPORÁNEO / HOUSE IN A “RICE PADDY”. AN IDEOGRAM OF INTERACTION IN THE CONTEMPORARY JAPANESE HABITAT

Pedro Luis Gallego Fernández - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.04)

68

LA CONSTRUCCIÓN TEORICA Y PRÁCTICA DE UN NUEVO HÁBITAT MODERNO: UNOS PATIOS Y UNA CALLE (1946-1954) / THE THEORETICAL AND PRACTICAL CONSTRUCTION OF A NEW MODERN HABITAT: SOME PATIOS AND A STREET (1946-1954)

Juan Pedro Sanz Alarcón, Miguel Centellas Soler, Pedro García Martínez - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.05)

84

EL BARRIO DE SÃO VICTOR DE ÁLVARO SIZA: ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA DE LAS OPERACIONES SAAL / sÃO VICTOR DE ÁLVARO SIZA DISTRICT: BETWEEN THEORY AND PRACTICE OF THE SAAL OPERATIONS

Aitor Varea Oro - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.06)

96

REVISITING PUBLIC SPACE IN POST-WAR SOCIAL HOUSING IN GREAT BRITAIN / REPENSANDO EL ESPACIO PÚBLICO DE LAS VIVIENDAS SOCIALES DE POST-GUERRA EN GRAN BRETAÑA

Pablo Sendra - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.07)

114

iNTIMIDADES TRANSGREDIDAS: HABITAR EN TRÁNSITO / TRANSGRESSED PRIVACIES: TO LIVE IN

TRANSIT

María Prieto Peinado - (DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.08)

132

reseña bibliográfica TEXTOS VIVOS

R.D. Martienssen: La idea del espacio en la arquitectura griega

Juan Luis Trillo de Leyva

152


EL SISTEMA COMO LUGAR. TRES ESTRATEGIAS DE COLECTIVIZACIÓN DEL ESPACIO DOMÉSTICO CONTEMPORÁNEO

THE SYSTEM AS A PLACE. THREE COLLECTIVIZATION STRATEGIES OF THE CONTEMPORARY DOMESTIC SPACE Fernando Nieto Fernández

RESUMEN El artículo pretende definir un conjunto de estrategias de generación del espacio doméstico colectivo actual, a través del análisis de algunos mecanismos basados en la sistematización de los procesos de proyecto. Para ello se establece una confrontación entre tres investigaciones contemporáneas de hábitat colectivo –Gifu, Plus, Elemental– y sendos ejemplos extraídos de algunos manuales de vivienda colectiva del siglo XX –Klein, Alexander, Habraken–. Las teorías de estos tres autores se basan en una taxonomía espacial doméstica desde tres conceptos de partida –forma, límites, tiempo– que permiten establecer un sistema de parámetros ajeno a un contexto específico –sistema de vacíos, sistema de umbrales, sistema de soportes–. Los ejemplos de vivienda colectiva estudiados redefinen en términos actuales algunas de las ideas planteadas por las teorías de referencia, apuntando una suerte de categorización genérica de especies de espacios de habitación. PALABRAS CLAVE vivienda colectiva; espacio doméstico; proyecto; sistema; parametrización; manualística de vivienda SUMMARY The article attempts to define a set of strategies of generation for the current collective domestic space, through the analysis of certain mechanisms based on the systematization of the project processes. To this end a confrontation is established between three contemporary research works on the collective habitat: Gifu, Plus and Elemental, and individual examples extracted from some collective housing manuals of the XX century: Klein, Alexander and Habraken. The theories of these three authors are based on a domestic spatial taxonomy from three baseline concepts: form, boundaries and time, which allow the establishment of a system of parameters external to a specific context: system of spaces, system of thresholds and system of supports. The studied examples of collective housing redefine, in current terms, some of the ideas proposed by the benchmark theories, pointing to a kind of generic categorization of types of living space. KEY WORDS collective housing; domestic space; project; system; parameterization; housing manualistics

Persona de contacto / corresponding author: fernando@hipo-tesis.eu. Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Valladolid

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 51

Proyecto, Progreso, Arquitectura. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 / 02–03–2013 recepción–aceptación 03–10–2013. DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

N9_ HÁBITAT Y HABITAR 50

F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

UNA ESTRATEGIA DE PARAMETRIZACIÓN l filósofo Władysław Tatarkiewicz define el concepto de forma A como la disposición de las partes, cuyo opuesto son los elementos que constituyen la totalidad. A partir de esta definición, un espacio cuya forma no fuera la consecuencia de una concepción geométrica apriorística sería, en terminología del autor polaco, una forma conceptual o idea –eidoz–, frente a la forma visible o morfología –morjh–1. Se trataría así de un espacio sin forma predeterminada. Otro filósofo, el francés Michel de Certeau, expone que la espacialidad organiza o propone la determinación de fronteras, siendo esta el adelgazamiento máximo del espacio, la línea o contorno que lo define. De Certeau señala que el principal problema tanto teórico como práctico de la frontera es el problema de su pertenencia, porque "no tiene el carácter de no–lugar... tiene un papel mediador... es un 'intervalo', un 'espacio entre dos'... un lugar de intercambios y de encuentros"2. Por otra parte, en la expresión 'espacio habitable' el modo de ocupar un determinado lugar puede explicarse desde el tiempo si consideramos, como establece José Luis Pardo, el hábito como principio productor del mismo3. Según Pardo, la costumbre produce el tiempo al excluir la primera vez, ya que si no existiera este todas las veces serían un primer momento. De manera recíproca, la práctica doméstica es asimismo generada por el tiempo en tanto acto de habitar.

EE

Estos tres conceptos de partida –la forma desde lo indeterminado, el límite como ámbito de intercambios, y el tiempo desde la noción de habitar– constituyen una base teórica del espacio de habitación colectiva contemporánea en tanto en cuanto fundamentan una parametrización de procesos basados en la sistematización como mecanismo de generación del espacio doméstico. Algunas de estas estrategias de proyecto fueron apuntadas a lo largo del siglo pasado si bien la vigencia de sus postulados se refleja en ciertas prácticas actuales. SISTEMA DE VACÍOS Unos meses antes del CIAM II sobre vivienda mínima en Frankfurt (1929), se celebra en París el Congreso Internacional de las Viviendas y los Planos Reguladores, en el contexto de la Exposición de la Habitación de 1928. En dicho congreso, el arquitecto ruso afincado en Alemania Alexander Klein (1879–1961) expone los trabajos desarrollados durante una década acerca de lo que él mismo denomina como estudio racional del espacio habitable. El objetivo de Klein es establecer una estrategia para la investigación de tipos racionales de alojamiento colectivo que derive en la determinación objetiva de la calidad de la vivienda mínima a partir de parámetros como la longitud de fachada, el fondo edificatorio o las condiciones de ventilación y soleamiento. Dicha investigación es ejemplarizante en cuanto a la obtención de una forma a partir de un proceso, lo que permite hablar de una forma

1. En Tatarkiewicz, Władysław: Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis, experiencia estética. Madrid: Editorial Tecnos/Alianza, 2002. p. 253. 2. En Certeau, Michel de: La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México D.F.: Universidad Iberoamericana (Departamento de Historia). Biblioteca Francisco Xavier Clavigero. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, 2000. p. 135. 3. En Pardo, José Luis: Sobre los espacios. Pintar, escribir, pensar. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1991. p. 16. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 52

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 53

1. Tabla 1. Optimización dimensional según Klein: tipologías más favorables. 2. Tabla 2. Optimización dimensional según Klein: variación del número de camas.

2 CAMAS [1 HAB. DOBLE] 3 CAMAS [1 HAB. DOBLE + 1 HAB. INDIV.] 4 CAMAS [2 HAB. DOBLE] 5 CAMAS [2 HAB. DOBLE + 1 HAB. INDIV.] 6 CAMAS [3 HAB. DOBLE] 7 CAMAS [3 HAB. DOBLE + 1 HAB. INDIV.] 8 CAMAS [4 HAB. DOBLE]

1

0

10

50m

F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

DORMITORIO ANCHO 2,50 m

2

DORMITORIO ANCHO 2,00 m

0

20

50m

F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 54

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 55

3. Cuadros A y B. Efecto cama según Klein, a partir de las dimensiones más favorables para dos posiciones de escalera.

CUADRO A. Efecto-cama según dimensiones más favorables [escalera a este] ESCALERA A ESTE

nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama tipo general

Klein como el resultado de una sistematización en este caso de carácter fundamentalmente tipológico. La forma Klein se basa en una metodología que parte de una serie de sistemas gráficos cuyo fin es obtener elementos de medida y valores límite a través de un método gráfico de valoración. La forma surge así como resultado de una optimización tipológica que es consecuencia de la categorización previa de una serie de parámetros. Dicha optimización garantiza unos mínimos cualitativos y cuantitativos: el estándar racionalista del Existenzminimum. Klein propone así un sistema que da como resultado un tipo de espacio a partir de la forma como diagrama, basando el cientificismo de su método en la valoración objetiva de los problemas funcionales y económicos de las viviendas4. Uno de los métodos que utiliza Klein es el de los incrementos sucesivos. A partir de la comparación de esquemas de plantas a la misma escala, se obtienen una serie de tablas de doble entrada que relacionan longitud de fachada y profundidad edificatoria en función de aspectos como la optimización dimensional, las luces estructurales, los tipos de sujeción vertical, la configuración general de los espacios o los costes económicos de aspectos tan concretos como el tipo de calefacción. En la tabla 1 (figura 1)5 se muestran las dimensiones más favorables según Klein para determinados tipos de planta a partir de dos posiciones de la escalera, con variaciones en la profundidad (columnas) de 0,50 m –de 7,50 m a 10,50 m–, e incrementos sucesivos en la superficie útil de 3,10 m2 en base a modificaciones en el ancho de fachada (filas). Las plantas más eficaces están situadas en la diagonal de las tablas (I), aumentando su superficie hacia la derecha y hacia abajo, permitiendo la

elección de tipos en función del tamaño y recursos económicos de cada familia. Es decir, a medida que aumenta la profundidad debe incrementarse la longitud de fachada para no obtener espacios que carezcan de aceptables condiciones higiénicas por su excesivo fondo –en la parte superior de la diagonal– o que resulten poco económicos por el aumento de la dimensión del cerramiento a espacio público –en la parte inferior–. Las manchas en gris (II) agrupan los tipos en función del número de camas que se obtienen: de 3 a 6 con la escalera en la banda de noche –columna izquierda–, de 4 a 7 con la escalera junto a la zona de día –columna derecha–. Un ejercicio de actualización de este esquema a los parámetros actuales (III)6 da como resultado un desplazamiento de las manchas de mayor número de camas hacia la parte superior derecha de las tablas, dejando igualmente los tipos menos económicos a medida que nos acercamos a la esquina opuesta (las tramas más oscuras de la parte inferior izquierda). La tabla 2 (figura 2) desarrolla este supuesto de traslación a los parámetros actuales de los valores dimensionales, deduciéndose asimismo un aumento considerable del número de habitantes por estancia. Esta cuestión es fundamental para Klein a la hora de medir la eficacia de cada planta en términos de superficie de uso y habitabilidad, lo cual queda reflejado en el coeficiente betteffekt o 'efecto cama' como la relación entre la superficie construida y el propio número de ocupantes por dormitorio. En los cuadros A y B (figura 3) se señalan con trama en gris los valores de dicho coeficiente que aumentan en la actualización de los parámetros de Klein como consecuencia de la disminución del número de personas en la zona de noche7.

sup. construida

F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

tipo 1

tipo 2

tipo 3

tipo 4

tipo 5

tipo 6

tipo 7

A

61,64

3

20,55

3

20,55

2,5

24,66

2,5

24,66

2,5

24,66

2,5

24,66

2,5

24,66

B

65,06

4

16,27

3

21,69

3,5

18,59

2,5

26,02

2,5

26,02

2,5

26,02

2,5

26,02

C

68,62

4,5

15,25

4

17,16

3,5

19,61

3,5

19,61

2,5

27,45

2,5

27,45

2,5

27,45

D

72,14

4

18,04

4,5

16,03

4,5

16,03

3,5

20,61

3,5

20,61

2,5

28,86

2,5

28,86

E

75,69

4

18,92

4

18,92

4,5

16,82

4,5

16,82

3,5

21,63

3,5

21,63

2,5

30,28

F

79,27

5

15,85

4

19,82

4,5

17,62

4,5

17,62

3,5

22,65

3,5

22,65

3,5

22,65

G

82,84

6

13,81

5

16,57

4,5

18,41

4,5

18,41

4,5

18,41

3,5

23,67

3,5

23,67

H

86,21

6,5

13,26

5

17,24

4,5

19,16

4,5

19,16

4,5

19,16

4,5

19,16

3,5

24,63

I

89,77

6,5

13,81

6

14,96

5,5

16,32

4,5

19,95

4,5

19,95

4,5

19,95

4,5

19,95

J

93,30

6,5

14,35

6,5

14,35

5,5

16,96

4,5

20,73

4,5

20,73

4,5

20,73

4,5

20,73

ESCALERA A ESTE

parámetros actuales nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama

tipo general

sup. construida

tipo 1

tipo 2

tipo 3

tipo 4

tipo 5

tipo 6

tipo 7

A

61,64

4

15,41

4

15,41

4

15,41

2

30,82

2

30,82

2

30,82

2

30,82

B

65,06

4

16,27

4

16,27

4

16,27

4

16,27

2

32,53

2

32,53

2

32,53

C

68,62

4

17,16

4

17,16

4

17,16

4

17,16

4

17,16

2

34,31

2

34,31

D

72,14

4

18,04

4

18,04

4

18,04

4

18,04

4

18,04

4

18,04

2

36,07

E

75,69

6

12,62

6

12,62

4

18,92

4

18,92

4

18,92

4

18,92

2

37,85

F

79,27

6

13,21

6

13,21

6

13,21

4

19,82

4

19,82

4

19,82

4

19,82

G

82,84

6

13,81

6

13,81

6

13,81

6

13,81

4

20,71

4

20,71

4

20,71

H

86,21

6

14,37

6

14,37

6

14,37

6

14,37

4

21,55

4

21,55

4

21,55

I

89,77

8

11,22

8

11,22

6

14,96

6

14,96

6

14,96

4

22,44

4

22,44

J

93,30

8

11,66

8

11,66

6

15,55

6

15,55

6

15,55

6

15,55

4

23,33

CUADRO B. Efecto-cama según dimensiones más favorables [escalera a oeste] ESCALERA A OESTE

parámetros Klein nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama

tipo general

sup. construida

tipo 1

tipo 2

tipo 3

tipo 4

tipo 5

tipo 6

tipo 7

A

60,22

4

15,06

4

15,06

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

B

63,85

4

15,96

4

15,96

4,5

14,19

-

-

-

-

-

-

-

-

C

67,39

4

16,85

4

16,85

4,5

14,98

4,5

14,98

-

-

-

-

-

-

D

71,10

5

14,22

4

17,78

4,5

15,80

4,5

15,80

4,5

15,80

-

-

-

-

E

74,80

6

12,47

5

14,96

4,5

16,62

4,5

16,62

4,5

16,62

4,5

16,62

-

-

F

78,51

6,5

12,08

5

15,70

4,5

17,45

4,5

17,45

4,5

17,45

4,5

17,45

4,5

17,45

G

81,98

6,5

12,61

6

13,66

5,5

14,91

4,5

18,22

4,5

18,22

4,5

18,22

4,5

18,22

H

85,57

6,5

13,16

6,5

13,16

6,5

13,16

5,5

15,56

4,5

19,02

4,5

19,02

4,5

19,02

I

89,08

7

12,73

6,5

13,70

6,5

13,70

6,5

13,70

5,5

16,20

4,5

19,80

4,5

19,80

J

92,58

7

13,23

7

13,23

6,5

14,24

6,5

14,24

5,5

16,83

5,5

16,83

4,5

20,57

ESCALERA A OESTE

parámetros actuales nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama nº de camas efecto cama

tipo general

4. A pesar de calificar su propio método como científico, él mismo advierte constantemente de la subjetividad en la elección de los parámetros, con la necesidad de la introducción de coeficientes correctores que compensen las desigualdades. En Rossari, Augusto, "Los estudios de Alexander Klein y el movimiento racionalista", en Klein, Alexander: Vivienda mínima: 1906-1957. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1980. p. 32. 5. Las cinco tablas y tres cuadros (figuras 1, 2, 3A, 3B, 11, 12, 13 y 14) que ilustran este artículo son de elaboración propia a partir de los datos extraídos de las tablas de Klein (ibídem), los estudios posteriores de Griffini (en Griffini, E. A.: Construcción racional de la casa. I parte: Distribución, organización, unificación de la casa. Nuevas orientaciones. Barcelona: Editorial Hoepli, 1950) y las investigaciones de Habraken publicadas en Habraken, N. John y otros: El diseño de soportes. 2ª ed. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2000. 6. Según las normas para la redacción de proyectos del Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA), organismo dependiente de la Comunidad de Madrid, se ha considerado la anchura mínima de 2,50 m para dormitorios con cama doble o dos camas individuales en paralelo, y 2,00 m para dormitorios con dos camas individuales en posición contigua. 7. Debe señalarse que, a diferencia de los valores que señala Klein, en la actualización no se han considerado medias camas en el cómputo global de cada tipo.

parámetros Klein

sup. construida

tipo 1

tipo 2

tipo 3

tipo 4

tipo 5

tipo 6

tipo 7

A

60,22

6

10,04

4

15,06

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

B

63,85

6

10,64

4

15,96

4

15,96

-

-

-

-

-

-

-

-

C

67,39

6

11,23

6

11,23

4

16,85

4

16,85

-

-

-

-

-

-

D

71,10

6

11,85

6

11,85

6

11,85

4

17,78

4

17,78

-

-

-

-

E

74,80

6

12,47

6

12,47

6

12,47

6

12,47

4

18,70

4

18,70

-

-

F

78,51

8

9,81

6

13,09

6

13,09

6

13,09

6

13,09

4

19,63

4

19,63

G

81,98

8

10,25

8

10,25

6

13,66

6

13,66

6

13,66

6

13,66

4

20,50

H

85,57

8

10,70

8

10,70

6

14,26

6

14,26

6

14,26

6

14,26

6

14,26

I

89,08

8

11,14

8

11,14

8

11,14

6

14,85

6

14,85

6

14,85

6

14,85

J

92,58

8

11,57

8

11,57

8

11,57

8

11,57

6

15,43

6

15,43

6

15,43

3 F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 56

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 57

4. Células domésticas en edificio de viviendas sociales en Kitagata, Gifu (Japón) de Kazuyo Sejima, 1994-2000. 5. Planta tipo de viviendas en Gifu de Kazuyo Sejima. 6. Diagramas en alzado y sección de viviendas en Gifu de Kazuyo Sejima.

Las conclusiones obtenidas del análisis gráfico de las tablas precedentes y sus valores numéricos asociados tienen validez principalmente desde lo comparativo. Los estudios de Klein no suponen en este sentido tanto el establecimiento de principios generales como la resolución específica de una tipología aceptada en la época, basada en los principios de la edificación higienista de bloques abiertos desarrollada en los primeros años del Movimiento Moderno. Como ha señalado Giorgio Grassi8, el procedimiento juega un papel principal en la metodología analítica de Alexander Klein, cuyo valor debe tomarse en términos relativos, esto es, de relación de cada término con el que lo precede y el que lo sigue. Según Grassi, en Klein el proyecto se considera como medio de conocimiento con una finalidad determinada9. En base a un análisis tipológico a diferente nivel, el edificio de viviendas en Kitagata (Gifu, Japón, 1994– 2000) de Kazuyo Sejima basa su complejidad espacial en un sistema de generación de la colectividad que parte de una modulación específica, la cual es estructural y espacial a la vez, y resuelve con pequeñas variaciones todos los condicionantes programáticos del proyecto a partir de su seriación en planta y sección (figura 4). A un módulo espacial principal (M1) de dimensiones 2,48 x 4,80 x 2,40 m, separado entre sí 32 cm en planta y 46 cm en sección, se le adosa otro en forma de galería privada en la orientación sur (M2), de igual altura que aquel, profundidad de 1,10 m y longitud variable A en función de los módulos base a los que sirve (A x 1,10 x 2,40 m). La suma de ambos da lugar a una unidad espacial completa y pasante de 2,48 x 5,90 x 2,40 m (M = M1 + M2). Un corredor público a norte de anchura 1,35 m resuelve al mismo tiempo el sistema de circulaciones en el soporte y los accesos a las viviendas. Esta disposición modular se basa en dos conceptos de partida que permiten una combinación espacial libre: la no especialización de las funciones del habitar y la ausencia de jerarquías en las relaciones programáticas. Todos los ámbitos, ya sean en forma de estancia o de vacío, son idénticos en sus dimensiones –el módulo M–, sin existir uno de estar propiamente dicho. Desaparece así la

5

0

10

30 m

6

0

1

5m

4

8. En Grassi, Giorgio: La construcción lógica de la arquitectura. Barcelona: Publicaciones del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Baleares, 1973. p. 52. 9. Ibídem. p. 67. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

predominancia de la sala principal en favor de un espacio más versátil, y adquiriendo al mismo tiempo las zonas de descanso algunas de las características del primero. Por otra parte, la versatilidad de las diferentes tipologías de vivienda en Gifu se basa en la inclusión de dos espacios comodín y otro intermedio. Los primeros pueden albergar múltiples funciones: un lugar exterior ligado directamente a cada unidad habitable pero conectado directamente con el corredor de acceso, y una zona interior vinculada a cualquiera de los otros ámbitos –la habitación tradicional japonesa o tatami–. La combinación de ambas situaciones permite las dobles circulaciones y otorga independencia a cada unidad a través de accesos independientes desde el corredor. La estancia intermedia –a modo de invernadero (módulo M2) o engawa10– es un espacio colchón que funciona al mismo tiempo como conexión entre ámbitos y como filtro térmico entre interior y exterior. La continuidad de esta galería a lo largo de la fachada unifica espacialmente cada célula y es al mismo tiempo responsable de la imagen unitaria exterior del bloque.

En Gifu no existen concesiones arbitrarias en la configuración de la estructura del soporte. La variación se produce a partir de la multiplicidad combinatoria de las diferentes células. Es en esta combinación donde se refleja la sistematización de la investigación tipológica. En este sentido, los esquemas matriciales del proyecto son una suerte de tablas de Klein en sección –la forma Gifu en este caso– en cuanto que reflejan la optimización de una seriación combinatoria11. La adición de los tres módulos espaciales en sus diferentes variaciones (M, M1, M2) da lugar a múltiples configuraciones en base a las diferentes agrupaciones (figura 5). El apilamiento entre células–vacío conforma espacios en doble altura que conectan visualmente viviendas en dúplex o sirven de esponjamiento vertical a la célula que amplían. La apariencia de galería acristalada continua a la calle sólo se ve interrumpida por los espacios exteriores, contraponiendo su especificidad aleatoria a la estricta monotonía del conjunto (figura 6). El proyecto resuelve la cualificación de cada unidad espacial mediante pequeños elementos responsables de

10. Terraza o veranda de la casa tradicional japonesa. 11. En Ferré, Alberto; Sakamoto, Tomoko (Eds. con la colaboración de Kazuyo Sejima & Associates): Kazuyo Sejima en Gifu. Barcelona: Editorial Actar, 2001. pp. 20 y 21. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 58

acera cubierta

vehículos

entrega

estacionamiento

7. Diagramas de los componentes B, C, E, F y G según Chermayeff y Alexander. 8. Diagrama compuesto de suma de componentes según Chermayeff y Alexander. 9. Diagramas barrera-esclusa según Chermayeff y Alexander.

filtro zona interior

entrada

zona exterior

acceso de emergencia

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 59

casa

almacenamiento

a

b

c

d

abc

e

f

def

peatones vehículos

basura

servicio semipúblico

casa servicio

ef

ab

cd

a

bcde

ef

ruido urbano descanso

comunal pedestre

E

cd

dominio de los peatones

vehículo de servicio

dominio privado

abc

C

B

dominio de los peatones

F

la generación de los matices o gradientes específicos de colectividad, desde el ámbito de la célula hasta la escala de la ciudad. Por tanto, en Gifu existiría una gradación de la colectividad que pasa por una sucesión en etapas: Grado 0: el ámbito de descanso y aseo. Privacidad total. Colectividad nula. Grado 1: la habitación tatami. Espacio semi–privado. Grado 2: el ámbito de cocina–comedor y la galería de conexión interior entre células. Espacios de relación familiar en la unidad doméstica. Grado 3: el espacio terraza. Sin serlo del todo al conectarse directamente con el tránsito de la galería de acceso, mantiene un cierto carácter privado por su configuración y relación con el interior de la unidad doméstica. Grado 4: la galería de acceso, los núcleos verticales y las escaleras exteriores. El espacio del soporte propiamente dicho. Grado 5: el aparcamiento para bicicletas en planta baja, los patios abiertos de manzana. Privacidad nula. Colectividad total: la inserción de la ciudad en la parcela. Por tanto, esta transición de la colectividad está resuelta desde una idea de proyecto que abarca la triple escala de la célula, el soporte y la ciudad, en una gradación que parte del ámbito privado para ampliarse mediante círculos concéntricos hasta la escala colectiva de lo urbano. Con todo, las formas Klein y Gifu resuelven un determinado programa de habitación mediante una sistematización de proyecto que en un caso se deriva de una estricta optimización dimensional, y en el otro responde

juego G

7

a la multiplicidad de las formas de vida contemporáneas mediante una respuesta unitaria. SISTEMA DE UMBRALES Para los arquitectos Serge Chermayeff (1900–1996) y Christopher Alexander (1936), la búsqueda de la estructura de la comunidad ideal es la base de la conciliación entre individualidad y condición social12. El equilibrio entre ambas esferas debe ser establecido mediante una secuencia de gradación en niveles de colectividad. Esta diferenciación se traduce en una jerarquización espacial que va desde lo más público a lo estrictamente privado en diversos gradientes de intimidad: lo urbano–público, lo urbano–semipúblico, lo grupal–público, lo grupal–privado, lo familiar–privado y lo individual–privado. Esta jerarquía en niveles se traduce en siete componentes principales a partir de una investigación de parámetros con prioridad de dominios, reflejada en diagramas explicativos de algunos de los componentes, los cuales apuntan una cualificación espacial específica (figura 7). A. El componente A explica la gradación en los accesos al espacio doméstico mediante aspectos relacionados con la protección o la vigilancia en las circulaciones de acercamiento. Da lugar a un tipo de espacio de observación o espacio vigía. B. El componente B se define mediante las condiciones de aproximación entre las infraestructuras y el límite del espacio doméstico, mediante bandas de tránsito de vehículos y peatones y sus relaciones de coexistencia. En

12. En Chermayeff, Serge; Alexander, Christopher: Comunidad y privacidad. Hacia una nueva arquitectura humanista. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1975. p. 15. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

8

f

9

este caso, existe un tipo de espacio de negociación en el solapamiento entre los tránsitos rodado y peatonal, que tiene que ver con el proceso de suministro o recepción de personas y mercancías. C. El componente C aborda la cuestión de los filtros de acceso al espacio habitable y sus mecanismos de control de la privacidad: exterior descubierto, exterior cubierto, entrada, elemento filtro, interior público, interior privado. El espacio filtro funciona así a modo de espacio intermedio. D. La idea de protección física da lugar al componente D, que aborda los filtros contra elementos extraños provenientes del exterior, y da lugar a un tipo de espacio que funciona como dispositivo de barrera. E. El componente E se centra en la relación entre el dominio grupal–privado y el estrictamente privado, definiendo las condiciones básicas para la generación de un espacio comunitario de mantenimiento y control de los servicios públicos o de aspectos como la contaminación acústica producida en los dominios comunes. F. El componente F señala las conexiones entre los dominios semiprivado y público mediante bandas de servicio que funcionan como elementos amortiguadores, dando lugar a un tipo de espacio que funciona a modo de espacio colchón. G. Por último, el componente G se define mediante espacios concéntricos sucesivos que generan condiciones de separación y protección. Se trataría de un espacio matrioska al tratarse de elementos que conservan sus

cualidades individuales desde la pertenencia sucesiva a un ámbito mayor. La suma de los siete componentes da lugar a un diagrama compuesto que tiene las características de todos ellos (figura 8). A Parámetro CONTROL Espacio VIGÍA B Parámetro APROXIMACIÓN Espacio SOLAPE C Parámetro FILTRO Espacio INTERMEDIO D Parámetro PROTECCIÓN Espacio BARRERA E Parámetro RELACIÓN Espacio COMUNITARIO F Parámetro AMORTIGUACIÓN Espacio COLCHÓN Espacio MATRIOSKA G Parámetro SUCESIÓN A ± B ± C ± D ± E ± F ± G = ESPACIO ESCLUSA Los diagramas de barrera–esclusa serían la base conceptual de estas zonas intermedias entre lo comunitario y lo estrictamente privado (figura 9). Los arquitectos franceses Frédéric Druot, Anne Lacaton y Jean–Philippe Vassal basan su propuesta de rehabilitación de los grandes conjuntos de vivienda colectiva de la periferia urbana francesa en una investigación acerca de la secuencia progresiva de límites13. Desde una consideración del espacio como el verdadero lujo, el plus de la vivienda protegida14, algunos de los parámetros derivados de los trabajos de Chermayeff y Alexander están en la investigación de la vivienda Plus de Druot, Lacaton y Vassal en forma de gradación de la exterioridad. El aprovechamiento del engrosamiento de los límites se produce, además de en beneficio de unas condiciones

13. En Druot, Frédéric; Lacaton, Anne; Vassal, Jean-Philippe: Plus. La vivienda colectiva. Territorio de excepción. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2007. 14. Según Anne Lacaton, "el lujo es aquello que supera las expectativas iniciales". En García-Germán, Javier (Ed.): De lo mecánico a lo termodinámico. Por una definición energética de la arquitectura y del territorio. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2010. p. 186. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 60

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 61

10. Vivienda Plus de Druot, Lacaton y Vassal. Estudio de rehabilitación y ampliación de 96 viviendas en la torre Bois-le-Prêtre, Distrito 7, París, 2011.

de exterioridad y en otros con los niveles de acceso y relación comunitaria.

0 1

5

10 m

10

energéticas más favorables, en favor de una hipertrofia espacial que tiene que ver con el control y cualificación de los espacios intermedios. Es en la sistematización de estos espacios y su adecuación a los casos particulares como 'trajes arquitectónicos' a medida donde se produce la hibridación espacial a través de un sistema de umbrales. En una primera fase de la operación, se plantea el añadido de un espacio suplementario o extensión superficial en forma de elemento corrido adosado a las fachadas, aprovechando las ventajas en el cómputo de estos espacios a efectos de edificabilidad (figura 10). Este elemento de 3 m de anchura y montaje modular se divide en dos partes mediante un cerramiento de paneles ligeros de policarbonato que dan lugar a una galería interior de 2 m y un balcón corrido de 1 m. Una vez cerrado el nuevo elemento de fachada se procede a la sustitución del

muro existente por un cerramiento acristalado completo mediante vidrios practicables. De esta manera se obtiene una galería cerrada que regula las condiciones térmicas interiores mediante la captación solar en invierno o la disipación del calor estival a través de la ventilación natural. Con todo, el principal avance de la vivienda Plus está en la operación de ofrecer nuevos programas sin asignar una función determinada a cada espacio. Esto sucede de la misma manera en la escala del soporte mediante la inclusión de nuevos usos comunitarios, en una mezcla programática de la vivienda colectiva que soluciona desde sí misma algunos problemas de la ciudad existente sin intervenir directamente en ella. Al igual que en la investigación sobre comunidad y privacidad de Chermayeff y Alexander, la vivienda Plus establece una gradación de la intimidad relacionada en unos casos con los grados

F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

SISTEMA DE SOPORTES El arquitecto holandés de origen indonesio N. John Habraken (1928) ha manejado el concepto del tiempo en el desarrollo de sus investigaciones en el campo del alojamiento colectivo15. Las tesis de Habraken plantean la necesidad de la creación de alojamientos capaces de soportar la doble condición de perdurabilidad y mejora constante a través de la incorporación de los cambios en el tiempo. Esta doble característica debe llevar según Habraken al establecimiento de una relación natural entre individuo y materia, la cual se perdió cuando el alojamiento de masas pasó de ser medida de emergencia a línea generalizada de actuación en la primera mitad del siglo XX. Con el fin de atender una demanda que no puede aceptar la enorme rigidez en el tiempo de los estándares técnicos, Habraken propone el concepto de estructuras de soporte. Estos son una respuesta a la perversa tergiversación del alojamiento de masas, el cual no incluye según él al habitante como interviniente en el proceso, reduciendo la vivienda a un producto final de la sociedad de consumo. La utilización de los soportes introduce así la intervención del usuario en el proceso a través de la incorporación de las modificaciones en el tiempo. El acto habitable desarrollado en una estructura de soporte facilita una evolución del alojamiento promoviendo la absorción de los cambios y la renovación de los conceptos. Esto se traduce en una mayor implicación y, como consecuencia, facilita la identificación entre habitante y vivienda, en una idea de posesión que no tiene por qué llevar aparejada la noción de propiedad. La propuesta de Habraken tiene, ante todo, un carácter eminentemente estructural en cuanto a su voluntad de generación de un sistema global. La concepción de la estructura de soportes implica todos los factores del proceso de generación del alojamiento colectivo, cuyos componentes más importantes serían: Componente psicológico: favorece la identificación entre individuo y vivienda y, por extensión, la relación entre hombre y materia;

Componente técnico: beneficia la producción industrial diferenciando entre pre y post fabricación y potenciando la eficiencia de ambas; Componente infraestructural: favorece la ciudad compacta mediante la consideración infraestructural del alojamiento; Componente social: los distritos o barrios de la ciudad de soportes se basan en la mutabilidad de sus comunidades; Componente económico: la disolución entre soporte y vivienda abarata esta última, cualquiera que sea su régimen de uso; Componente procedimental: el arquitecto como agente anónimo en el proceso; Componente interdisciplinario: el equilibrio de fuerzas entre todos los factores y agentes intervinientes. En 1965 el grupo que dirige Habraken –Stichting Architecten Research (SAR)– presenta una investigación que desarrolla un método de proyecto de vivienda colectiva basado en un sistema de separación entre elementos fijos de control comunitario –soportes–, y elementos adaptables por parte de cada usuario, cambiantes en el tiempo –unidades separables–. Con el fin de ofrecer una solución a algunos de los problemas planteados por el alojamiento colectivo, el sistema de soportes es un método de diseño basado en el establecimiento de un conjunto de reglas y acuerdos de proyecto. Dicho sistema debe ser lo suficientemente genérico para servir de base a las distintas soluciones de unidades separables que puedan plantearse a partir de las convenciones adoptadas en el soporte. Cuanto mayor sea el número de soluciones posibles que un mismo soporte pueda albergar, más eficaz es su planteamiento. El sistema de Habraken parte de una disposición longitudinal en bandas paralelas, diferenciadas por su dimensión en anchura, que dan lugar a configuraciones pasantes en la misma unidad habitable. La sucesión alternada entre franjas contiguas da lugar a los conceptos diferenciados de zona y margen, cuyas condiciones de uso, anchura y posición relativa entre sí y con respecto al cerramiento exterior les confieren una nomenclatura y características específicas. En la tabla 3 (figura 11) se muestra el desarrollo de un soporte genérico formado por dos zonas contiguas a un cerramiento exterior –zonas α–, una zona interior situada entre dos zonas α –zona β– y

15. En Habraken, N. John: Soportes: una alternativa al alojamiento de masas. Madrid: Editorial Alberto Corazón, 1975. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 62

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 63

11. Tabla 3. Sistema de soportes según Habraken: diagrama de conceptos. 12. Tabla 4. Sistema de soportes según Habraken: análisis de posiciones espaciales en sectores.

11

F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

12

F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 64

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 65

13. Tabla 5. Sistema de soportes según Habraken: comparativa entre cuatro tipos de soportes. 14. Cuadro C. Resumen de valores de cuatro sistemas de soportes según Habraken

Sistema de soportes

Zonas

Márgenes

Anchura total

Posición de núcleos

Posición de servicios

Baja altura

2x 2,70m

3x 1,80m

10,80 m

zona α

zona α/margen αα

Longitudinal

1x 2,10 m 1x 4,20 m 1x 1,80 m 1x 2,40 m

3x 0,30 m 1x 1,50 m

12,90 m

zona β + margen αβ

zona β/ zona β+margen αβ

Bijlmer

3x 2,70 m

4x 1,80 m

15,30 m

zona β

zona β/ zona β+margen αβ

Gemelos

1x 3,60 m 2x 2,70 m 1x 2,40 m

2x 2,10 m 1x 0,90 m 1x 0,30 m

16,80 m

zona β

zona β/margen αβ

dos zonas exteriores a los cerramientos con uso diferente –zona γ de uso público y zona δ de uso privado–. Los cuatro márgenes situados entre estas cinco zonas –márgenes αβ, αδ y αγ– adquieren las características de las dos zonas que separan. En este sentido, los márgenes son espacios de negociación por esta condición de espacios intermedios con características importadas de las zonas que delimitan. La sectorización transversal de un conjunto de zonas y márgenes da lugar a los sectores, que pueden ser individuales o estar conectados en grupos, y que son susceptibles de subdividirse en un orden inferior de subsectores. Las posiciones relativas que pueden adoptar los espacios dentro de un mismo sector son múltiples en función de su uso específico y de su relación con las diferentes zonas y márgenes (figura 12). A partir del concepto genérico de soporte, Habraken desarrolla cuatro tipos de sistemas para su aplicación en diferentes casos particulares (figura 13). Partiendo de sectores de 3,60 m de anchura, la variedad entre los cuatro surge de la diferencia de anchuras en zonas y márgenes –de 0 a 4,20 m– y de la situación de los distintos usos dentro de cada sector –posiciones I, II y III–. Analizando el cuadro resumen de valores obtenido a partir de su esquematización (figura 14), y obviando los márgenes perimetrales que resuelven los espacios exteriores y de acceso en cada uno, los de baja altura y longitudinal resuelven menores profundidades de edificación en base a tres crujías –dos zonas y un margen–. Estos sistemas se diferencian en la disposición estructural, con estructura portante paralela a fachada en el caso del longitudinal. Por tanto, de los cuatro los que más se acercan al diagrama base conceptual, más complejos desde el punto de vista espacial, son el Bijlmer y el de soportes gemelos. Ambos se basan en cinco crujías en total, tres zonas simétricas de anchuras similares y dos márgenes intermedios iguales. En ambos casos los núcleos de servicio

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F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

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pueden situarse en la zona central o en los márgenes adyacentes. En estos esquemas se observa que los soportes no son formas concretas, sino el conjunto de reglas que dan lugar a un sistema de acuerdos. Sus características principales son la sección constante y una disposición longitudinal que asuma todas las opciones. Como elementos de carácter fijo, inamovibles por el usuario, basan por tanto su mayor o menor rigidez en el número y dimensión en anchura de zonas y márgenes, la solución estructural, los accesos y las comunicaciones. Su justificación se entiende desde su capacidad para acoger las transformaciones, de servir de plataforma o base a los elementos transformables por el usuario. Lasunidadesseparablesseríanloselementosquecualifican el espacio al permitir su modificación a lo largo del tiempo. Recientemente, el grupo Elemental –dirigido por el arquitecto chileno Alejandro Aravena– ha utilizado de forma muy específica la noción del tiempo y su previsión como mecanismo de proyecto de vivienda colectiva, en este caso destinada al alojamiento de comunidades desfavorecidas en América Latina. El proyecto parte, según sus autores, de una redefinición del concepto de calidad desde un punto de vista progresivo, en un incremento del valor del alojamiento en el tiempo a partir de las necesidades cambiantes de sus habitantes. Según el propio Aravena, cantidad y calidad deben ir unidas en una arquitectura de interés común, no únicamente para los arquitectos16. Elemental utiliza la arquitectura como herramienta para la creación de situaciones de ocupación futura, en un proyecto de vivienda mínima que permite una ampliación posterior a su primera ocupación hasta el doble de su superficie inicial –de 36 a 72 m2– (figura 15). A partir de una previsión de los espacios futuros desde la arquitectura, sólo se construye el soporte básico para una ocupación inicial. Se trata así de construir la célula doméstica mínima que permita su expansión.

16. Elemental parte según sus autores de una redefinición de la calidad como "la capacidad de una vivienda de aumentar su valor en el tiempo". En Herreros, Juan (Coord.): Vivienda y Espacio Doméstico en el Siglo XXI/Housing and Domestic Space in the XXI Century. Compilación de textos del seminario homónimo (2007). Madrid: La Casa Encendida, 2008. p. 117. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


N9_ HÁBITAT Y HABITAR 66

PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA 67

15. Plantas tipo de viviendas en Quinta Monroy, Iquique (Chile). Equipo Elemental, 2003-04.

Bibliografía

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Elemental aprovecha la restricción de una adaptación sine qua non a la escasez de recursos de partida para proponer un modelo de crecimiento, un manual de instrucciones de uso para la mejora en el tiempo. Se trata así de no ofrecer un producto terminado, sino poner sobre la mesa las condiciones para su perfeccionamiento a partir de una base. Un proyecto inacabado que se entrega para ser completado. UNA TAXONOMÍA DEL ESPACIO HABITABLE Los sistemas estudiados de generación de espacio doméstico colectivo apuntan los componentes y parámetros de medida de sendas categorías genéricas de espacio habitable. Los análisis de Klein son la base teórica para la definición de un tipo de espacio disuelto, de característica formal indeterminada17. Se trata de una concepción de la forma desde una lógica procedimental, como resultado de una sistematización analítica reflejada en una optimización que va más allá de un análisis estrictamente tipológico. Las investigaciones de Chermayeff y Alexander parten de una consideración espacial desde lo fronterizo como ámbito de negociación entre espacios adyacentes. Definen así un espacio pactado como aquel que establece un límite mediante el grosor, proponiendo una zona intermedia o espacio umbral entre dos ámbitos contiguos. El espacio negociado es responsable del grado de interacción de los espacios disueltos que delimita, y lo es por

tanto de acordar condiciones, usos o intereses diversos a partir de una cualidad elástica. Es así un elemento de cruce –espacio crucigrama– en cuanto a su condición de yuxtaposición de cualidades o mezcla de condiciones. Su grosor y características de porosidad cualifican las relaciones entre los espacios que separa. La disolución de las barreras entre lo colectivo y lo privado –o el exterior y el interior–, así como la hibridación de usos o funciones son ejemplos de espacios que dan lugar a configuraciones espesas, sistemas híbridos o intersticiales. La seriación que ofrece el soporte de la vivienda colectiva favorece esta característica. Por último, el sistema de soportes define una noción de espacio transitorio, asociado al transcurrir del tiempo como inspirador de sistemas de proyecto cuatridimensionales. La condición de mutabilidad de este espacio reversible se basa en la capacidad de transformación de los objetos que aloja, y muy especialmente en las posibilidades de manejo del concepto de espesor en el tiempo como elemento de cualificación. Es un espacio secuencia que se define por la repetición de un hábito o acto de habitar. Estas tres categorizaciones del espacio doméstico – disuelto, negociado, transitorio– son el punto de partida de una investigación pendiente que redefina una nueva metodología del proyecto de vivienda colectiva –un sistema como lugar ajeno a la especificidad del contexto– a partir de estas y otras estrategias de proyecto que aborden conceptos aquí no tratados como la técnica, la materia o las percepciones.

17. José Morales hace una investigación exhaustiva sobre la idea de disolución en relación a los límites interior-exterior en algunos ejemplos significativos de espacios domésticos del siglo XX. En Morales, José: La disolución de la estancia. Transformaciones domésticas 1930-1960. Madrid: Editorial Rueda, 2005. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. Proyecto, Progreso, Arquitectura. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03

Certeau, Michel de: La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México D.F.: Universidad Iberoamericana (Departamento de Historia). Biblioteca Francisco Xavier Clavigero. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, 2000. Chermayeff, Serge; Alexander, Christopher: Comunidad y privacidad. Hacia una nueva arquitectura humanista. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1975. Druot, Frédéric; Lacaton, Anne; Vassal, Jean-Philippe: Plus. La vivienda colectiva. Territorio de excepción. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2007. Ferré, Alberto; Sakamoto, Tomoko (Eds. con la colaboración de Kazuyo Sejima & Associates): Kazuyo Sejima en Gifu. Barcelona: Editorial Actar, 2001. Grassi, Giorgio: La construcción lógica de la arquitectura. Barcelona: Publicaciones del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Baleares, 1973. Griffini, E. A.: Construcción racional de la casa. I parte: Distribución, organización, unificación de la casa. Nuevas orientaciones. Barcelona: Editorial Hoepli, 1950. Habraken, N. John: Soportes: una alternativa al alojamiento de masas. Madrid: Editorial Alberto Corazón, 1975. Habraken, N. John y otros: El diseño de soportes. 2ª ed. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2000. Herreros, Juan (Coord.): Vivienda y Espacio Doméstico en el Siglo XXI/Housing and Domestic Space in the XXI Century. Compilación de textos del seminario homónimo (2007). Madrid: La Casa Encendida, 2008. Klein, Alexander: Vivienda mínima: 1906-1957. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1980. Lacaton, Anne; Vassal, Jean-Philippe: “Una conversación”. En García-Germán, Javier (Ed.): De lo mecánico a lo termodinámico. Por una definición energética de la arquitectura y del territorio. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2010. pp. 183-198. Morales, José: La disolución de la estancia. Transformaciones domésticas 1930-1960. Madrid: Editorial Rueda, 2005. Pardo, José Luis: Sobre los espacios: pintar, escribir, pensar. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1991. PMCid:PMC52988. Tatarkiewicz, Władysław: Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis, experiencia estética. Madrid: Editorial Tecnos/Alianza Editorial, 2002.

Fernando Nieto Fernández (Barcelona, 1978). Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Valladolid (2004), Máster en Vivienda Colectiva por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (2006) con una Beca de posgrado de la Fundación "la Caixa", y Diploma de Estudios Avanzados por el Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAM (2007). Desarrolla su tesis doctoral con el título Normativa y espacio doméstico. Hacia una nueva metodología del proyecto de vivienda protegida en el mismo departamento bajo la dirección del profesor Juan Herreros Guerra. Es codirector de HipoTesis, plataforma de investigación de micro-reflexiones embrionarias de carácter independiente (www.hipo-tesis. eu). Actualmente realiza una estancia de investigación en la ETH Zurich con una Beca de excelencia de la Confederación Suiza para investigadores y artistas extranjeros. F. NIETO. “El sistema como lugar. Tres estrategias de colectivización del espacio doméstico...”. N9 “Hábitat y habitar”. Noviembre 2013. Universidad de Sevilla. ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 DOI: http://dx.doi.org/10.12795/ppa.2013.i9.03


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