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EDITORIAL En esta tercera edición de Carpe Diem, queremos expresarnos de una manera más personal, con el fin de canalizar nuestras emociones de maneras menos convencionales. Para nosotros, la importancia de la expresión desde lo más íntimo de nuestro ser, reside en propiciar la introspección en esa búsqueda insaciable por explicarnos a nosotros mismos lo que nos dice el corazón. Y no sólo eso, sino que canaliza y libera la intensidad atrapada, desahoga los problemas, sentimientos, frustraciones, lo convierte en arte, ayuda a relajar y tranquilizar el alma. Cuando no quieres expresar tus pensamientos y emociones directamente, les das otro sentido que dependerá de la interpretación del lector. Este tipo de expresión busca dar mensajes acordes al mundo actual de maneras subjetivas e imaginativas, así como también despertar la inspiración al desahogar los sentimientos con metáforas, figuras, colores y poner en práctica nuestro vocabulario. Con esto, queridos lectores, deseamos que disfruten de estas obras literarias, las cuales tratan de expresar nuestros sentimientos y frustraciones de la manera más sincera. Esperamos crear una conexión con ustedes, a un nivel personal muy profundo, y que se identifiquen con nuestros trabajos y con nuestra manera de sentir.
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Índice CUENTOS I.
“El hombre infinito” por César Miguel Valdez ……………………………..4
II.
“Absorbo lo que tu piel emana” por Abril Martínez ……….................5
III.
“Pasión” por Catalina Dávila ……………………………………………………….7
IV.
“Amor y pasión” por Estefanía González …………………………………...10
V.
“No me queda más que decir…” por Kathia Sáenz ………………………11
VI.
“Samuel y el oso” por Juan Pablo Bárcena ………………………………….17
VII.
“Pabwolf: El lobo adolescente” por Rosita Ptacnik ………………………19
VIII.
“Desaparecido” por Luis Huape ………………………………………………..21
IX.
“Sueños” por Ana Cristina Ochoa Campos …………………….…………..23
X.
“Un camino sin final” por Sheila Vázquez …………………………………..24
XI.
“La vida del adolescente” por Metzli Sandoval ……….……………………25
XII.
“El vengador” por Ricardo Zapata ………………………..……………………26
XIII.
“Compañeros” por Pedro Samayoa ……………………………………………29
XIV.
“El joven sin expresión” por Mario Lomelí …………………………………31
XV.
“Camino nuevo, vida alterna” por Mariela Martínez …………………….33
XVI.
“Últimos segundos” por Armando Ramírez ………………………………..37
Obra Teatral I.
“El hechizo perfecto” por José Miguel Lino …………………………………………………39
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Poemas I.
“Amar de otoño” por Eva Guerrero …………………………………………..43
II.
“Para aquel” por Priscila Sam Cortez …………………………………………44
III.
“B” por Brandon Esquivias ……………………………………………………….45
IV.
“La amistad” por Karla Merienne López Flores ………………………….46
V.
“Le deseo una vida muy feliz” por Andrea Romero …………………….47
VI.
“La vida sobre ruedas” por Miguel Ruiz Romero ………………………..48
VII.
“Huellas en la arena” por Diana Cásarez …………………………………….50
VIII.
“¿Somos?” por Ivon Mireles Benavides ……………………………………..51
IX.
“Verte de nuevo” por Paola Orejas Villegas ………………………………..56
X.
“Acissej” por José Alvarado Tovar ……………………………………………..57
XI.
“La amistad” por Guadalupe Zavala Torres ………………………………..58
XII.
“Los colores de la vida” por Karina Cárdenas ………………………….....59
XIII.
“Nos volvemos a encontrar” por Karla Monge …………………………....60
XIV.
“Amo este juego” por Sherly Cruz ……………………………………...........62
XV.
“Sentido inverso” por Alicia Ameyali Escobar Romero ………………..63
XVI.
“Juego” por Mónica Galván ………………………………………………………64
XVII.
“Descansa amor mio” por Karla Cannet Castro …………………………..66
Fabula I.
“Los santeros de Nueva Orleans” por Fernando Márquez ……………67
Ensayo II.
“Sabor Agridulce” por Krishna Almaraz ……………………………..……..70
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CUENTOS I. El hombre infinito por César Miguel Valdez Era justo al paso del reloj que parecía caer el alba, el cual se veía mucho más lento en comparación al incesante ritmo al que danzaban las manecillas. Todo se debía a que sus pasos le imponían un compás impecable a un horario aparentemente implacable, que desde ya hace varias noches parecía verse un poco más tolerante. Eran cortas y precisas las zancadas que lo trasladaban por la ya añejada acera, que adquirían cada vez más carácter, conforme pasaban las horas. A simple vista sus pasos no dejaban más memoria sobre las calles que una huella que desvanecería ese mismo instante. Lo único que se podía apreciar era la gran soberbia con la cual estos caían, y el camino tan definitivo que recorrían. Aún así, por más mecánicas que parecían las pisadas tanto como su trayecto, eran ambos delatores de todo pesar que había alguna vez concurrido con sus numerosos ocasos. Habrán existido días en los cuales este hombre no caminaba con el mismo ritmo, aún bajo el mismo cielo. Días en los que los primeros rayos de sol no lograban motivar ni uno sólo de sus actos, puesto que el simple respirar representaba un pesar adicional. La tristeza era ya una conocida más, siempre puntual, que en ciertas ocasiones llegaba antes que las ansias de ponerse los zapatos para emprender un día donde seguramente se vería forzado
a lidiar con esa monotonía que ya no era costumbre, sólo rutina. Fue entonces que los días comenzaron a adquirir el perfil que formaba ya parte de la vida. Lentos y redundantes. Sin embargo no era esto una razón para despreciar la situación. Todo era predecible, tanto que los momentos que alguna vez fueron producto de un pensamiento premeditado eran palpables justo después de concebirlos. Seguro, era la misma melancolía y el especular sobre días anteriores que daban pie a semejantes memorias, pero estaba dentro del recordar lo que creaba un ambiente fascinante, el cual resultaba cómodo, inclusive tomando en consideración la actualidad. No obstante, con cada recuerdo, regresaban las ansias y nacían esperanzas. Se transformaban momentos. De estar completamente atenido al minuto anterior, surgía el deseo por querer entablar el próximo. Esta vez, con una ilusión creciente, de vencer al reloj que tantos días lo había visto derrotado. Y fue, que armado con esa misma ilusión decidió, darle otra oportunidad a las calles, sin jamás olvidar lo vivido para poder entonces comenzar un nuevo viaje hacia lo que había por vivir.
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II. Absorbo lo que tu piel emana por Abril Martínez Mi madre siempre me ha dicho que soy una persona que se preocupa demasiado; no está del todo errada, y no es la única que piensa lo mismo. Desde temprana edad comencé a desarrollar una habilidad que se llegó a convertir en necesidad: mantener todo bajo control. Para mí, todo aquello que no estuviera bien hecho o estructurado me causaba cierta angustia que luchaba con la visión que mi cerebro había creado sobre lo correcto. Desde tiempo atrás, al darme cuenta de que las tempestades son inevitables y que lo incorrecto es parte del contexto del libro de mi vida, adquirí una característica: parecer una esponja. Cual flor en inicio de primavera, mi piel, mis sentidos y mis pensamientos son increíblemente sensibles a la luz de una buena noticia. Cual esponja dentro del agua, mis poros tienen la capacidad de absorber toda la buena o mala vibra en que me encuentro sumergida cuando presencio determinadas situaciones. Hasta hace pocas semanas, pude reconocer esta vulnerabilidad como tal y darle una explicación. Soy una persona que tiende a huir de situaciones incómodas que me coloquen en posiciones indeseables, donde la ignorancia se apodera de mí y no sé ni qué decir. Normalmente me retiro en cuanto puedo hacerlo, pero cuando no es posible, mi piel de esponja comienza a trabajar. El grupo de personas con el que convivo diariamente, tiene ciertos días de tensión debido a una notable división por un choque de personalidades que generalmente forman dos grupos, en donde la línea que divide sus territorios puede o no presentarse, creando tormentas que dañan constantemente nuestro ambiente. Estoy consciente de que la misma diferencia de personalidades hace que personas vulnerables como yo tiendan a elevar un poco más la intensidad de estas tormentas, mientras que otras se encargan de tranquilizarlas, controlarlas o ignorarlas. Normalmente, estas tormentas inician con un pequeño comentario, una lluvia leve que no llega a dañar mucho lo que encuentra en su camino, pero poco a poco va inundando el lugar. Si se desea, lluvia puede aumentar su intensidad, convirtiéndose en tormenta, y las personas a mi alrededor crean una tempestad con truenos y relámpagos que me asustan. Me encuentro ubicada de forma física y mental en medio de estos dos bandos, ni con uno ni con otro, en medio de la lluvia, donde tengo más posibilidades de absorber lo que cae. ¿Cómo es posible esto? La esponja que lleva mi nombre y que no opina ni reclama, permite que parte de esta agua contaminada de insultos, injusticia, rencor y faltas de respeto, se adentre en ella de forma inevitable, lo que ocasiona que su tamaño aumente y sienta la presión de toda el agua que recae sobre su cuerpo, pidiendo en pensamiento que la tormenta se acabe o, por lo menos, que no sea tan fuerte.
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Cada palabra, cada agresión que se da entre este grupo de personas emana una vibra, un sentimiento invisible que viaja hacia mí y se mete en mi cabeza a jugar malvadamente con mis pensamientos, dejándome notablemente cansada. Pareciera que la tormenta no tiene fin. Otro trueno se escucha en el cielo y todos continúan a la defensiva, lanzan sus rayos que generalmente vienen con la misma intensidad y luminosidad. La lluvia ya no me deja ni ver el rostro de mis compañeros. Miro a mis lados y me doy cuenta de que hay otras esponjas a mi alrededor, pero que éstas han perdido la habilidad de absorción, o tal vez nunca la han tenido. Son capaces de moverse y de irse sin que el agua les inmute en lo más mínimo. Mi esponja, celosa, sólo las observa en silencio y se pregunta: "¿De verdad no pueden absorber? ¿No sienten el agua que cae directo sobre todos nosotros?" Sin embargo, hay días en que el cielo está despejado, no se ven nubes que amenacen de lluvia, y el sol se va asomando poco a poco. Son esos días en que no hay conflicto alguno y la convivencia se llena de risas, bromas y amistades que sé que son verdaderas. En esos momentos, la esponja es blanda al tacto, sin dureza, tensión o aspereza, ya que la luz del sol es cómplice de su relajación. El agua contaminada que la llenaba va saliendo de su cuerpo sin presión o fuerza, rápidamente. La luz del sol le da la fuerza para limpiar las impurezas que dejan las tormentas, olvidarlas por completo y así sonreír ante todo lo que le rodea. La desesperación se apodera de mí cuando la tempestad llega de nuevo, sin avisar, y no soy capaz de poder separarme de esta piel defectuosa que parece tener los poros más grandes y absorbentes del mundo, de lograr que no me afecten los gritos que me marcan como alguien increíblemente sensible. No espero un cambio, ni siquiera lo estoy pidiendo. Que mis compañeros conozcan mi sentir no me asegura nada, sólo una visita a lo que es mi personalidad, a lo que observo en ellos todos los días. Lo único a lo que puedo aspirar es a ser capaz de no ser tan vulnerable y entender que no todo está bajo mi control, que la incertidumbre de no saber si el día que viene será soleado o tormentoso no está en mis manos, sino en la madurez de todos los que formamos este conjunto.
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III. Pasión por Catalina Dávila
Se escuchó la campana escolar y comenzaron las vacaciones. Sofía estaba emocionada, había sido un año normal y ella, como todos los estudiantes, se sentía libre y ligera para disfrutar de su tiempo de verano. Pronto descubriría las casualidades de la vida. La primera semana de vacaciones salió con sus amigos a un parque, cuando llegaron había muy poca gente, básicamente tenían todo el lugar para ellos, aprovechando el momento, corrieron, jugaron y se comportaron como infantes; por broma, Sofía subió a un árbol, posicionó sus pies en una rama lo suficientemente gruesa como para sostenerla, extendió sus piernas y se paró gritándole a una amiga para que volteara a verla, por un movimiento de torpeza perdió el equilibrio y en unos segundos ya estaba de rodillas, en el piso; sintió que algo no andaba bien, miró sus pies, se quitó los zapatos y calcetines, tres de sus dedillos estaban chuecos y rojos, la llevaron a su casa, su madre la calmó y le dijo que no pasaba nada, pues posiblemente sólo eran pequeñas fisuras, lo llevó al hospital para unas radiografías y cuando el doctor le dijo que sus dedos estaban rotos, se los vendó y le dio indicaciones, tenía que descansar y reposar, no era anda grave, pero como cualquier fractura, hay que cuidarse. Sofía estaba molesta, ya pensaba que las vacaciones duraban poco y ahora tenía que descansar, mientras hacía pucheros con su mamá, entró una señora empujando una silla de ruedas, donde estaba sentada una mujer de la tercera edad, con el cabello largo, canoso y muy menudita. La acostaron en la cama de enseguida; todo esto había ocurrido con indiferencia para Sofía, hasta que la viejita comenzó a llorar y la señora que iba con ella la abrazó para consolarla; Sofía como cualquier adolescente curiosa se les quedó viendo preguntándose porque lloraba aquella adorable viejita, se acercó a la cama y tomando del brazo a la anciana le preguntó con suavidad cual era su pesar; la señora sonrió a Sofía y le dijo – “Mi madre tiene diabetes y le han cortado algunos dedos de los pies, venimos hoy porque se le han infectado otros y también, tendrán que quitárselos, por eso está muy triste, pero le digo que todo estará bien”- Sofía sintió que su problema no se comparaba con el de la anciana, pues ella sabía que después de reposar volvería a correr y jugar, pero ¿Qué le quedaba a la señora de cabellos blancos que se encontraba a su lado en ese momento? Mientras su madre y el doctor hablaban Sofía aprovechó el tiempo para hablar con su nueva amiga. Después de la consulta Sofía le comento a la viejita si podía ir a visitarla en las vacaciones, la señora, llamada Angélica, le dijo que sí. Y así es como comenzó todo para Sofía. Una mañana Sofía despertó, agarro un papel donde había escrito la dirección de su nueva amiga Angélica, abrió su mochila, y metió en ella una bolsita de plástico llena de avellanas para compartirlas con su nueva amiga, le pidió a su madre que la llevara para visitar a Angélica en vista de que no podía ir sola por sus dedos fracturados. Cuando llego a casa de Angélica, toco la puerta y su hija le abrió, la dirigió al cuarto de la viejita y Sofía comenzó a platicarle de un sueño extraño que había tenido esa misma noche mientras comían avellanas. De pronto se dio cuenta que en el cuarto de su amiga había muchos trofeos, diplomas y reconocimientos a su nombre, ya que era muy curiosa le preguntó a que se debían todos esos trofeos, Angélica tomó un trofeo y se lo
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acercó a Sofía, señalando la placa que decía “1er lugar, España, Patinaje Artístico, Angélica Miel Toledo 1965” Sofía estaba sorprendida y le preguntó todo acerca de su vida. Angélica había sido patinadora artística profesional, pero debido a la diabetes y la amputación de sus dedos, tuvo que dejar lo que más le gustaba, también le contó a Sofía que ella ya había sido advertida y que tenía que cuidar su alimentación, pero su prepotencia le hacía ver que nadie podía decirle que o no hacer. Le dijo a Sofía que luchara por lo que quería en la vida, sin importar las críticas y que jamás se dejara caer en los brazos del ocio y la soberbia. Así pasaron las vacaciones y Sofía seguía visitando a Angélica, pero por desgracia su vida concluyó y una noche fresca, Angélica cerró los ojos para descansar y no volverlos a abrir nunca jamás; Sofía estaba triste pero jamás olvidaría aquellas palabras sabias que su amiga pudo compartir con ella antes de que su corazón dejara de latir. Sofía se encontraba mejor de su pie, y después de ver la vida completa que había tenido su amiga y la pasión por el patinaje artístico, ella quería algo que la motivara y la inspirará para seguir adelante. Recibió de la hija de Angélica una carta, que solamente contenía la siguiente frase: “No me mueve mi Dios para quererte, el cielo y la tierra que me tienes prometido, ni el infierno tan temido, me mueves tú, muéveme al verte, muéveme al sentirte, aunque no hubiera cielo te amara, y aunque no hubiera infiero te temiere, si lo que espero, no esperara, lo mismo que te quiero, te quisiera” – Resumen de la oración: NO ME MUEVE, MI DIOS, PARA QUERERTE. Le gustó a Sofía la carta, se le hiso extraña, pero agradeció por tener un recuerdo se Angélica y la guardo con el alma. Las clases habían comenzado, ya no eran vacaciones, y las tareas y trabajos comenzaban a presentarse en la escuela. Un día camino a su casa Sofía vio un letrero pegado en la ventana de un local, que decía lo siguiente: “¿Qué te mueve?“. Sofía se sintió atraída y observo detenidamente el lugar, era un lugar donde daban clases de piano, y el letrero era un anunció que contenía una frase inspiradora y los horarios para asistir a clases. Sofía no era una persona de iniciativas, pero había algo en ella que la animo a inscribirse; dos días después tomo su primera clase. Comenzó con teoría, aprenderse los nombres de las notas, pero esto no le agradó, sin embargo pensó que era demasiado pronto para renunciar. Fue así como siguió asistiendo a clases y cada vez aprendía más, hasta que comenzó a tocar y leer partituras. Así, con el paso de los años Sofía era experta en tocar el piano, recibiendo reconocimientos por sus canciones y su gran éxito llego cuando fue invitada para realizar la música de películas internacionales y musicales famosos. Pero con la fama, vinieron los vicios, los aires de superioridad y el olvido de la sencillez y humildad; para desgracia de Sofía, abusar del alcohol le trajo problemas personales y profesionales, sus melodías mostraban déficits, le faltaba seriedad y puntualidad en sus proyectos, y los directores dejaron de contratarla. Más pronto de lo que esperaba se encontraba sola y arruinada, pero un día cuando estaba en el último hotel que podía pagar, se empezó a poner nerviosa porque no tenía más botellas de alcohol, y en una ataque de histeria aventó su maleta y se cayó una caja que al impactarse con el suelo se abrió, saliendo la nota que años atrás le había dejado una persona especial. Leyó con lentitud la carta y de pronto comprendió porque contenía esa oración
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y nada más; analizó con detalle cada oración y se dio cuenta que, el significado que le había dejado su amiga era que no la movieran cosas vanas, como la fama o el dinero, que hiciera lo que amaba por amarlo, no porque tenía una recompensa o algo prometido, y que no le temiera al fracaso, si después de todo, disfrutando el momento, no había nada tan malo como para preocuparse. Decidió regresar a casa, a la antigua pequeña y limpia ciudad donde había crecido, descubrió que su hogar siempre había estado esperándola, y la equidad entre los seres humanos se hacía cada vez más notoria en su mente, porque todos merecen ser tratados por igual, y cada quien es capaz de realizar diferentes habilidades. Abrió una escuela de música y tocaba, no para impresionar, no con fines de lucro, tocaba el piano porque quería transmitir vibras positivas, quería inspirar a los demás e inspirar el esfuerzo, tocaba porque la música llenaba su vida y no necesitaba nada más.
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IV. Amor y pasión por Estefanía González ¿Cómo vivir sin esto? El amor y el perdón, son como el aire y el sol. No podemos vivir son alguno de estos, son parte fundamental en la vida de todo ser humano. El aire. Siempre está presente, aunque no queramos, lo respiramos; hasta la persona más solitaria ama, hasta la persona más aislada respira. El sol, como el perdón. Cualquier individuo puede aislarse, puede vivir un tiempo sin él, puede vivir en un cuarto oscuro sin ver ni un rayo de luz natural. Una persona puede vivir con su ego, con su oscuridad, pero tarde o temprano necesitará la luz del sol. Tarde o temprano necesitará el perdón. Incongruentemente, a veces podemos se los seres más inhumanos del planeta. ¿Cómo es que amamos a la pareja y nos cuesta tanto perdonar a la familia? ¿Cómo es que decimos amar a los amigos y nos cuesta tanto convivir con nuestra propia estirpe? Analiza un momento. ¿Alguna vez te has sentido sin aire? ¿En algún momento te has aislado de la luz del sol? ¡RECAPACITA! Puedes llegar a asfixiante con tu propio odio, puedes llegar a perderte en el abismo del ego… y de ahí ya nadie se salva. AMA. PERDONA. VIVE.
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V. No me queda más que decir… por Kathia Sáenz Nunca imagine correr en la helada noche por el bosque oscuro que rodea las afueras de la carretera. Puedo ver mi aliento con cada jadeo con lo frio del ambiente. Es una lucha con mis pulmones que tratan de tomar un sorbo más del aire nocturno, y mi pecho duele más con cada paso. Pero este no es el momento de detenerse. Nunca imagine correr por mi vida, que ahora peligra por un secreto que nunca debí descubrir. Que sin importar que tanto corra, sienta que la distancia entre sus botas no era la suficiente para perderlo de vista, a aquel que tanto añoraba ver, aquel que juró que me amaba, es ahora la línea definida entre si vivo o no. No debo voltear para visualizar claramente su siniestra sonrisa que se siente cada vez más cerca. Pero sus pasos ya no suenan con el mismo eco y lo único que se escucha en el bosque son los latidos de mi corazón que chocan bruscamente con mi pecho. Me entra la inseguridad, debo sentirme más segura o esta es una mala señal. Muchos sentimientos encontrados hasta que mi cuerpo se detiene, pero es por la sorprendente fuerza de las manos que ahora rodean mi cuello, levantándome de la superficie como una vil muñeca de trapo. Volteo hacia el suelo evitando su mirada que se llena de venas rojas indicando la presencia de una droga fuerte y veo como mi vestido celeste, ahora cubierto de lodo, baila con el viento a una tranquilidad que no espero encontrar en mi posición. Es allí cuando escucho su voz, gritando mi nombre desesperadamente… y despierto en el suelo de mi habitación. No escucho nada. Es como si el viento de mis sueños siguiera presente en la habitación, circulando por mis tímpanos ahora sellados de cualquier sonido. Las sábanas gruesas están enredadas entre mis piernas con nudos enormes que me inmovilizan. Visualizo un par de manos que me sobresaltan, hasta entender que son las de mi madre. Poco a poco voy recobrando el audio y escucho la voz desesperada de mi madre, la misma que me llamaba en mi pesadilla. Su rostro me pinta toda la angustia que siente. Escucho una conversación de cómo mis gritos llegan hasta el final de la cuadra y que es imposible evitarlos cada noche. La falta de luz en la ventana me indica que aun no amanece, e imagino a los vecinos que despiertan nuevamente con uno de mis ataques. Mi madre me levanta con cuidado hasta sentarme en la cama y comienza a tenderla con las sabanas. Ahora me doy cuenta que se preocupa, no como antes que vivía con la oreja pegada al teléfono y su computadora. Desde aquel accidente no para de cuidarme y hasta deja su trabajo por mí. No es fácil acostumbrarse a un cambio repentino por parte de los padres, a veces quisiera que solo saliera del cuarto, pero nunca lo comento pues temo que las pesadillas vuelvan, como si me fueran a encerrar en una locura. Se que ella sigue hablando, pero solo volteo a ver mis ser en el espejo. Las grandes bolsas debajo de mis ojos cafés, mi cabellera canela con peinado de cama, mi cuerpo lleno de cicatrices en proceso de recuperación. No escucho ni una palabra de lo que aclama y pide, pero la memoria vuelve a correr por mi mente…
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Fue más rápido de lo que imaginé, y fui más tonta de lo que creí. Soy, o por lo menos solía ser, una joven con mucha popularidad, tenía amigas por cualquier lado y mi nombre era conocido por todos. No era de buenas notas pero tampoco tenia las peores, mas mi actitud hacia los maestros era conocida por como los convencía de pasarme con facilidad. Muchos me buscaban para salir con ellos, pero siempre fui muy selectiva, no quería que mi rango decayera. Siempre luché por la perfección de mi apariencia, mis dientes, como caminar, como hablar, que vocabulario, que moda. Atendía a las mejores fiestas, tomaba desde temprana edad y buscaba la diversión. Tenia que ser el centro de atención. Ahora es fácil de entender, gracias a las visitas con el psicólogo, que mi obsesión por la atención era por que no la recibía de mis padres. Ellos trabajan todo el día, salen desde madrugada a la oficina y nunca están al regresar a casa de la escuela. De allí salió mi mal habito de ser igual que ellos y nos llegar a la hora de la comida. Claro que al final del día regresaba a escuchar gritos de sus peleas. Que si tenían mucha presión con sus jefes, que no le dieron el asenso, los folletos no están donde los dejó. Nunca se aburrían de pelear pues siempre era algo nuevo. Pero yo escuchaba siempre lo mismo por distintas que fueran las palabas. Se volvió rutina. Rutina el entrar sin que me vieran, ni un “buenas noche”, y correr a mi habitación, abrir la ventana con vista a la luna. Contaba sus fases con emoción y me encerraba en mi mundo. Amo la luna y sus diferentes caras, era como un recordatorio de lo que soy, que puedo mostrar muchas caras pero nunca la que en realidad es. Mi vida era perfecta con muchas imperfecciones. Siempre hay algo que cambia tu vida de manera drástica, lo que logra sacarte de la rutina. Fue un domingo en medio de una fiesta más donde lo conocí. Estaba recargado en la barda del lote baldío mientras los gritos se desvanecían a mí alrededor. El licor volaba por el aire salpicando a los invitados, todos celebrando el nuevo curso escolar. El se mantenía serio, ignorante a su alrededor, de vez en cuando sonreía y saludaba a unos muchachos pero siempre se vio separado del festejo. Algo de su presencia captó mi atención. Aun no se si el brillo que expedía su ser era efecto del alcohol en mi cuerpo, pero parecía algo fuera de este mundo. Lo observe hasta altas horas de la madrugada de la manera mas discreta que conozco mientras por mis sospechas parecía venir con otra niña. Supongo que la acompañaba para cuidarla, pues esta ya llevaba cinco tropezones y el siempre atendía a levantarla y darle un respaldo mientras volvía a correr gritando. Nunca le vi ingerir una gota de alcohol durante la fiesta, pero justo al final, mientras mis amigos tomaban de mi brazo para meterme al auto, nuestras miradas se cruzaron por un momento y aunque su rostro no mostro interés alguno, sabia que tenia que volver a verlo. Claro, algo de película, pero lo suficiente para obsesionarme con este personaje. Lo sorprendente no fue la rapidez, pues dure por lo menos tres semanas y un día con exactitud para volverle a ver. Durante ese tiempo investigue como fuera posible su nombre, escuela, edad, cualquier pista de información que me diera a conocerlo un poco más. Gracias a mis contactos supe que le dicen Poncho, que era tres años mayor que yo y
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que por el momento no estudiaba, pero que había atendido a una preparatoria no tan lejana a la mía ya hace dos años. El rencuentro fue en una pequeña reunión después de al escuela, un Lunes. Un amigo cercano me invito y salimos hasta las afueras de la ciudad donde se encontraban varias camionetas con más personas en un espacio amplio terroso. Había pocos conocidos, pero lo primero que capte fue su gorra roja mientras bajaba de una camioneta guinda. Se quito los lentes para descubrir sus ojos cafés cuando voltio a verme, bueno, mas bien voltio a ver la camioneta que llegaba conmigo dentro. Me baje con la mirada gacha y cuando menos lo espere el estaba cerca saludando a mi amigo. Bromearon por un momento hasta que preguntó por mi nombre a mi amigo. Mi corazón se acelero y para no quedar como una tonta me presenté sola. Fue mágico como llegamos a conversar y tan rápido creamos una conexión de ideas y gustos. No despegaba los ojos de mí y parecía colgarse de cada palabra que decía, sonreía mucho y platicaba de temas inteligentes. No me dejó tomar ni una gota y decidió dejarme en mi casa pues además de que se hacia tarde, mi amigo había caído dormido de tanto alcohol. No dudé en aceptar y dicho y hecho me dejo frente a mi cochera. Intercambiamos números y aunque creo que fue mi imaginación creí escuchar que dijo “que le gustaría volver a verme” antes de partir. Me dejó temblando de la ilusión. Fue todo un espectáculo el decirle a mis amigas sobre lo ocurrido, los gritos y las emociones, y hasta los celos de algunas, el mensaje que mandaba por las tardes, que me invitaba a lugares más decentes de los que frecuentaban mis amigos. ¡Al fin un hombre bueno y perfecto! Pensé. Y por lo menos así fue por las 12 semanas que lo conocí. Me lograba distraer de mi situación en casa, me consolaba. Fue poco después cuando sucedió lo inesperado, algo que pude haber evitado si no me hubieran cegado los sentimientos. Después de las confesiones, los besos y el primer “te amo”, me presentó a unos amigos mayores en una fiesta bastante avanzada para mi gusto. Nunca me había llevado a un lugar así, y mucho menos pensé que estas personas de mala reputación fueran parte de su círculo social. Se encontraba por unos rumbos que jamás había conocido, cerca de un bosque bastante húmedo en una casa enorme llena de luces. Sabia que no era mucho de seguir la moral, pero la actitud de estas personas sobrepasaba mis expectativas. Mas no me mostré molesta, al contrario, intente acoplarme, podría ser una nueva experiencia. Volteé un poco mi miraba para analizar el lugar mientras Poncho reía con el grupo. Y allí estaba la niña que él había cuidado en la otra fiesta, ha unos metros de mí, en el mismo estado o creo hasta peor. Unos muchachos bastante altos juagaban con ella, empujándola de uno a otro y la niña tenia el rostro verde del mareo, era cuestión de segundos para que lo soltara. Decidí voltear mi vista para no ver la demostración pero Poncho se había perdido. Me desesperé y comenzó a alejarme del grupo de hombres ebrios para buscarlo. Sentí como mi vista se nublaba. Aun dudaba si era el humo de los cigarros o mi cuerpo a punto de caer por el mareo que ocasionaba el olor a droga en el ambiente. Hasta que a lo lejos logre ver una pista de su gorra roja que tanto le representaba. Corrí con cuidado para no tropezar
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mientras el entraba a una habitación con otras personas, sentí que tenia que apurarme o me quedaría jugando con la niña verde y sus altos y rudos amigos. Después de un episodio de empujones y salpicones de alcohol llegue a la misma puerta. Entre esperando encontrarlo pero solo vi un largo pasillo oscuro que terminaba con unas escaleras. Parecían conducir a un tipo de sótano pero no escuche a nadie pues la música del exterior aturdía. Con tal de no quedarme sola, se me hizo más seguro buscarlo en un sitio que no parecía tener otra salida, por lo que no escaparía y seria más fácil encontrarlo. Las escaleras no eran cortas y estaban muy inclinadas, viejas pero no rechinaban con mis pasos ligeros. Fue entonces cuando capte una luz anaranjada, como de una fogata y las voces comenzaron a surgir. Tome más confianza de bajar a su encuentro hasta que un fuerte olor a sangre penetró mi nariz. Tuve que cubrir mi cara inferior para soportar el olor tan típico de hierro oxidado y continúe bajando con curiosidad y confusión hasta que los vi. La vista fue suficiente para que mi inconsciente soltara un ligero grito que rápidamente cubrí con mis manos, pero era demasiado tarde. Sus caras me veían y no se movían, como si fueran estatuas. Nada corrió por mi mente en ese momento, pero el primero en moverse fue Poncho que se ubicaba en una esquina de la profunda habitación. Me miró con una sonrisa y me ofreció disculpas por dejarme, me ofreció quemare a acompañarlos. Los hombres a su alrededor permanecían serios pero movían la cabeza como aprobación y se decían cosas entre si que no pude escuchar mas que la palabras “perfecta”, “encontramos”, “que mas da”, que no me daban seguridad. El olor era penetrante y mis ojos se lagrimaron como cuando se corta una cebolla. Era insoportable. No fue hasta que me encontraba corriendo en el bosque helado que capte las acciones de mi cuerpo. Había salido corriendo como instinto de protección, pues algo si me quedaba claro, Poncho no era lo que creí. Había salido lo más rápido posible de la fiesta para poner tanta distancia como pudiera de esa escena tan horrenda. Aun visualizaba el rojo por todos lados, las siluetas, el fuego. Tome mi celular y marque directamente a las primeras amigas en las que pensé, pero no contestaban, o estaban tan borrachas en otras fiestas que no me prestaron atención. Solo encontré a Marisol castigada en su casa y la desperté con mis gritos de auxilio. Le rogué que viniera por mí pero se quejo de mi actitud exagerada de niña mimada y colgó la llamada sin nada mas que decir. Comencé a temblar por el frio y el temor, además del coraje de la traición de las que se decían llamar mis amigas, perdí la confianza en todos. Es allí cuando recapacite que solo me buscaban por conveniencia, no por amistad. Y no era el momento ideal de arrepentirme de mis errores pues escuche como las botas de Poncho golpearon las hojas secas de la tierra, saliendo detrás del árbol en donde me encontraba. Sonreía pero de una manera casi enferma mientras me pedía volver con el a la fiesta, que mis padres se preocuparían si no regresaba. Pero algo en mi me aseguraba que tendría menos posibilidades de volver a casa si aceptaba la propuesta de Poncho. Mi negación le enojó tanto que jaló bruscamente de mi brazo, tanto que lo torció y me tiro al suelo. Comenzó a gritarme de todo, y muchas veces repitió que no hablara de
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lo que vi esta noche. Estoy segura que también grito alguna frase en un idioma desconocido. Vi su intento de golpearme cuando tome lo primero de estaba a mi alcance y se lo tiré a la cara. Era un tronco mediano pero muy astillado que lo dejo agonizando por un momento, lo suficiente para que me levantara y comenzara a correr a donde fuera, con la esperanza de encontrar la carretera, algún policía o hasta señal para el teléfono que había desaparecido con mi huida de la casa. Después escuche como Poncho se recuperó y corrió tras de mí gritando de maldiciones, pero su voz mostraba lo tanto de disfrutaba su cacería. Tropecé unas dos veces pero nunca paré. Observé las sirenas que se dirigían a la fiesta y comencé a gritar a pulmón para que me rescataran, mas nunca se desviaron de su meta. Voltear ahora sería una mala idea pues lo único que encontraría seria a Poncho con si rostro maniático. No me cabe en la mente lo que podría hacerme, esa persona tan civilizada que una vez fue mi obsesión es ahora el protagonista de mis pesadillas. Caí por tercera vez causado por el sonido de un arma disparada. Fueron cuatro balazos no muy lejanos. Podía sentir un enorme peso encima de mi espalda, unas manos que rasgaban mi pierna derecha mientras temblaba. Me preguntaba si alguna de las balas me había atravesado pues sentía sangre correr por algún lugar de mi cuerpo, mas el miedo no me dejaba concentrarme. Escuche mas pasos y perros ladrando, corrían a mi ayuda. Vi piernas frente a mi cara enlodada. Mi vestido celeste nuevo debía ser un desastre. Alguien tomo el cuerpo herido de Poncho de mi espalda para liberarme de su prisión. Pero escuche claramente antes de que lo esposaran que susurro a mi oído “Mas te vale no decir nada…” con un enojo mayor que cualquiera. No podía pensar, ni moverme, ni escuchar. Lo único que recuerdo después fue haber amanecido en una camilla de hospital completamente blanca. Mi cara dolía, al igual que mis extremidades llenas de cicatrices en proceso de sanación. Mi madre se encontraba al lado de mi cama en una silla, recostaba en la orilla de la cama con una posición bastante incómoda. No tenia miedo ahora, ni preguntas de ningún tipo, porque estaba segura que Poncho se encontraba lejos. Observé en la habitación unos arreglos de flores con letreros de “recupérate pronto”, algunos de mis supuestos amigos, pero serían los únicos verdaderos. Allí es cuando la puerta se abrió, llena de reporteros con cámaras. Aunque era de día y el cuarto era lo bastante iluminado, las luces de las cámaras lastimaban mi vista. Un doctor y un señor vestido muy formal entraron y sacaron las pocas personas que lograron traspasar y cerraron la puerta. Mi madre estaba de pie en un segundo haciendo preguntas de mi estado, pero no conteste mucho. No acostumbro a estos cuidados por parte de mi madre. El señor del traje me sonrió y se acercó, descubrí que era un abogado que estaba encargado del caso de la habitación subterránea de la fiesta. Al parecer habían buscado rastro de los actos que se habían cometido dentro pero para cuando las patrullas habían invadido el lugar, había escondido evidencia de todo. Me mencionó que unos cuantos se habían suicidado con algún tipo de acido mientras que los otros se encontraban en la cárcel, solo dos escaparon, pero ninguno era Poncho para mi tranquilidad. Me preguntó de todo para saber la verdad, pero no le pude responder. Mi mente bloqueaba cualquier
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memoria de esa noche, que por lo mencionado había sido ya hacia 6 días que estaba dormida. Se que se decepciono al haber esperado tanto tiempo a mi regreso para obtener su información y encontrar una niña que no hablaría sobre la situación. Trató todo mundo, mis padres, la policía, mis amigos, mis profesores, pero a todos les contesté lo mismo. La amenaza de Poncho aun asechaba mis pensamientos, por lo que se me facilitaba decir “No me queda nada mas que decir…”.
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VI. Samuel y el oso por Juan Pablo Bárcena A Samuel no le molestaba vivir en el bosque lejos de todas las comodidades, ni los centros comerciales, ni cualquiera de ese tipo de cosas que la tecnología a proporcionado en el último siglo, debido a que nunca las conoció. Desde que nació el ha vivido en el bosque junto con su padre, su madre y su hermano. Que el viviera en el bosque se debía a que su padre, Pablo, era uno de los últimos leñadores que seguían cortando árboles con un hacha. A su madre, Elena, en realidad nunca le había gustado mucho la comodidad de la ciudad así que en, en verdad, ella también disfrutaba mucho del aire libre que le proporcionaba el vivir en una pequeña cabaña en el bosque. Pero, de toda la familia, el que más disfrutaba vivir en el bosque era el pequeño Jack, que tenía recién cumplidos los 4 años de edad. En el bosque el pequeño Jack daba rienda suelta a su imaginación y jugaba a más no poder con todo aquello que se encontraba: desde un montón de tierra y piedras, hasta los más curiosos animales del bosque. Sin embargo, Samuel, ya estaba por cumplir los 13 años de edad, y el vivir en el bosque sin nada nuevo nunca, le estaba comenzando a causar un malestar en su pequeña mente. El necesitaba cosas nuevas, y el área limitada, impuesta por su padre, de hasta donde podían ir a jugar los hijos en el bosque, simplemente ya no le era suficiente. Necesitaba algo nuevo. Así que un día se levanto muy temprano, para que el tiempo no fuera a ser un obstáculo, desayuno, se vistió y metió en su mochila cosas que creyó que fuera a utilizar, como palas y cuerdas y otro tipo de cosas, junto con comida suficiente para 2 días. Dejó una nota a sus padres y se fue a recorrer el bosque. Camino por varias horas sin encontrar nada que realmente le llamara la atención, salvo un pequeño rio que le sirvió de guía para emprender el camino. El bosque seguía siendo igual: arboles por aquí y por allá, varios animales ya conocidos se asomaban de repente y simples sonidos de pájaros embelleciendo el habla del bosque, puras cosas que un puberto de 13 años jamás encontraría interesantes, ni cosas que valen la pena el detenerse a observar. Al seguir caminando el bosque se hacía menos denso y comenzó a darle mucho calor. Encontró una cueva y se metió para comer su almuerzo bajo una agradable sombra. De pronto 2 enormes osos vinieron corriendo hacia la cueva y Samuel no podía hacer nada más que verlos venir justo hacia él. Su sorpresa fue enorme al ver que los osos simplemente lo pasaron de largo y se adentraron en la cueva. Justo en ese momento un instinto de curiosidad y excitación recorrió todo su cuerpo como una reacción instantánea de algo casi ya conocido. Sin pensarlo tomo sus cosas y salió corriendo detrás de los osos. Después de tan sólo unos segundos se dio cuenta de que ya no había luz por y que estaba perdido. Se sentó un momento a pensar, pero la desesperación que recorría su cuerpo se lo impedía. Comenzó a escuchar una conversación muy inusual a lo lejos. Realmente el no entendía lo que estaban diciendo pero podía identificar palabras humanas en lo que eran unas voces realmente muy extrañas. La curiosidad y la excitación volvieron a tomar control de su cuerpo y mente y se dejo guiar por su oído hacia donde venían las voces. Las voces se hacían más y más fuertes hasta que Samuel hizo un movimiento en falso y provoco un enorme ruido y las voces callaron. Se volvió a sentar en pensar en su propio final hasta que sintió una enorme figura sentarse alado
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de él. Al tenerlo a unos cuantos centímetros de distancia era inevitable no distinguir la figura de un oso de unos 1.5m de altura, por lo que debía de tener la edad de un puberto en oso, justo como Samuel. Samuel comenzó a sentir mucho miedo pero la desesperación ya se había adueñado de su mente y cuerpo por lo que no pensó en otra cosa que soltar una pregunta: -¿Me vas a comer?-pregunto Samuel con inocencia. -¿Tan monstruo me veo acaso?- contesto el oso con el tono de las palabras usadas para cuando alguien acaba de recibir una ofensa. – Pues, eres un oso.-contesto Samuel algo más naturalmente y mucho menos preocupado. –Si lo sé, y creo que dentro de algo de tiempo en efecto, si matare personas. Pero, por el momento mi mamá me sigue dando de comer lechita. –Dijo el oso. -¿Y tu mamá no me matara si me ve aquí?- Dijo Samuel de nuevo con un tono de pánico en su voz. –Yo creo que si, pero mi mamá se acaba de ir a cazar por lo que no te vera por ahora. –Dijo el oso muy seguro de si mismo.-Mí nombre es Charlie por cierto. Añadió el oso. –El mío es Samuel, vayamos a jugar. El tiempo pasó y Samuel había encontrado la emoción que necesitaba en su vida. Le había dicho a su papá que había encontrado a una amiga con quien jugar y a su papá realmente le servía el pretexto. Cada vez Charlie crecía más y más, mucho más rápido de lo que crecía Samuel. El tiempo en que Charlie tuvo que invernar fue el más triste de todos para Samuel, realmente pensó en el suicidio de tanto aburrimiento que sufría. Pero la primavera llego otra vez y las tardes juguetonas entre los dos amigos regresaron. Pasaron así varios años hasta que Samuel cumplió 19 años y un día cuando fue a jugar con el Charlie, ya no podía entenderle. Solamente se escuchaban rugidos aterradores de la boca del oso. Samuel había crecido y ya no podía creer en osos que hablan. Aun que el sabía que todo había sido verdad y que Charlie era su amigo, el hecho de que había crecido provocaba en el una inseguridad hacia lo inimaginable que provocaba que ya no lo pudiera escuchar. Samuel se despidió cariñosamente de Charlie, ya que el pudo ver que Charlie realmente sentía lo mismo que él muy dentro y que comprendía su rol en la vida, y se marchó para cumplir con su deber en el mundo. El ser una persona más en una ciudad. Nunca realmente olvido a Charlie. En su lecho de muerte Samuel no sabia por que no podía evitar recordar a Charlie, por lo que escribió la historia de su amistad con el oso y se la entrego a su hijo. Su hijo era un señor grande que realmente sólo lo tomo como una locura de un hombre delirando a punto de morir, y tiro el cuaderno con la historia. Pero, el nieto de Samuel recogió la historia y la leyó. El pequeño de apenas 10 años de edad pudo sentir la magia de la historia y fue con Samuel, su abuelo, y le dijo que el le creía. Samuel solamente pudo decirle a su nieto: “No olvides que lo más sagrado que se tiene en el mundo es la inocencia”. Al decir esto Samuel murió.
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VII. Pabwolf: el lobo adolescente por Rosita Ptacnik Pablo era un adolescente normal: cursaba primer semestre de prepa, salió con buenas calificaciones de la secundaria, sin reportes, sin quejas de maestros y con un grupo numeroso de buenos amigos. A principios de octubre, salió a un viaje y regreso enfermo. Le daba mucha hambre, le daba sueño de día y durante la noche estaba más que despierto y empezó a sentir un amor inmenso hacia la luna; jamás se había dado cuenta de su belleza. Comenzó a engrosarle la voz y tenía una tos medio rara, además, le salía bello por doquier. Al principio, sus padres pensaron que había pescado algún virus en el viaje y que por eso tenía esa hambre tan feroz y ese desorden en su sueño. Por otra parte, los cambios físicos pensaron que no era más que la pubertad para otro niño de poco más de 15 años. Con el tiempo el Sr. y la Sra. Stanley se preocuparon y descubrieron que algo no estaba bien. Hasta que un día, un día con una enorme y hermosa luna llena escucharon ruidos horribles desde el cuarto de Pablo. Pensaron que se había despertado con fiebre o algo así, en el peor de los casos había entrado un ladrón a la casa… pero no sabían lo que les esperaba. Cuando llegaron al cuarto de su hijo observaron algo increíble: Pablo se había convertido en un hombre lobo. Para unos padres como los de Pablo era increíble (y debo decir, inaceptable) que su hijo se convirtiera en tal atrocidad. Rápidamente se preguntaron, ¿Cómo vamos a llevar a un hombre lobo a la boda de la tía Anita?, ¿y a la escuela?, ¿Cómo lo verán en la iglesia cuando vayamos a misa? Las dudas los llenaron y realmente no supieron cómo reaccionar. Al darse cuenta que Pabwolf (como le empezaron a decir) era diferente, todas las personas a las que conocían y que un día lo estimaron, comenzaron a tratarlo diferente y no tuvo más opción que dejar su casa y escapar al bosque, sin saber lo que le esperaba. La primera noche escucho ruidos extraños, pero era feo y peludo y probablemente a quien se le ocurriera acercarse correría lejos tan pronto lo viera. Al llegar la mañana lo despertó el sol y salió en búsqueda de algo de comer. Estuvo explorando su nuevo hogar y rápidamente se acostumbro a él. Al llegar la noche fue a buscar un nuevo lugar donde dormir y escuchó ruidos y no puedo esconder su temor. “¿Quién está allí?”, preguntó con la voz que hace un niño que le teme a la oscuridad. Salió un zombie de entre los arbustos, Sofie Zombie. Era dos o tres años menor y le preguntó que si cuanto tiempo llevaba viviendo por ahí. Pabwolf se sorprendió cuando su nueva amiga le contestó que vivía en el bosque desde que tenía 3 años. Sofie Zombie conocía el lugar de esquina a esquina y eso le ayudo más a Pabwolf a adaptarse. Lo llevó a donde tenía su chocita y pronto se sintió como en casa. Pasaron los días y la amistad entre Pabwolf y Sofie Zombie creció e idearon un plan divertido para el siguiente día de brujas: ir a la ciudad a pedir dulces y así Pabwolf podría ver a sus viejos amigos y sin ser juzgado por ser un hombre lobo. Llego el gran día y Pabwolf y Sofie Zombie llegaron a la ciudad y parecía que nadie notaba lo diferentes que eran al resto de las personas, escogieron el día perfecto para ir y que nadie los juzgara por
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lo extraños que eran. Ese día se la pasaron muy bien y estaban contentos con como termino la noche, llenos de dulces y alegres como nunca. Al día siguiente todos se preguntaban dónde estaban aquellos dos amigos con los que se la pasaron tan bien la noche anterior. Entre ellos estaban Isaías y María, que fueron a buscarlos a casa de Pablo. Sus padres dijeron que tenía un par de semanas que ya no viva ahí y no sabían cuál era su paradero, pero sospechaban que estaba en algún lado del bosque. María e Isaías fueron en búsqueda de sus amigos y los encontraron pronto. Intentaron convencerlos de regresar a la ciudad, pero esta vez a vivir y no solo una noche. Al principio no estaban muy seguros, pero luego los convencieron y al regresar no se arrepintieron: a pesar de sus diferencias con el resto de las personas de su edad todos los querían y Sofie no tardó en adaptarse a la ciudad.
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VIII. Desaparecido por Luis Huape Había una pequeña familia la cual estaba conformada por los padres Carl y Jennifer, y sus dos hijos Luis de 2 años y Juan de 6 años. Esta familia que apenas estaba floreciendo decidió dar una cambio y mudarse gracias a que Carl estaba en un puesto mejor. Unos días antes de la mudanza la familia sale de paseo por el parque ya que era un día tan agradable que los pájaros no paraban de cantar. Mientras todo es alegría Carl y Jennifer deciden dejar solos por un instante a sus hijos en el parque para que jueguen mientras ellos compran unos helados pero no antes de decirle a Juan que no dejara solo a su hermano. Juan decide desobedecer a su mamá dejando solo a su hermano y sale corriendo a los resbaladeros, en eso llega una señora misteriosa con una aura sombría y sin que nadie se dé cuenta sigilosamente se lleva a Luis. Al voltear los padres le preguntan a Juan que donde está su hermano y sin preocupación alguna les dice que no sabe, por lo cual lo empiezan a buscar desesperadamente, pero sin éxito alguno. Tristes y desconsolados los padres recurren a la policía y en un acto de enojo e impotencia la madre le echa la culpa al a su hijo, ya que solo lo debía de cuidar un momento. Días después los policías siguen buscando a Luis y mientras tanto sus padres deciden posponer su mudanza lógicamente para encontrar a su amado hijo. Al pasar los días, semanas, meses y un par de años los policías siguen sin encontrar rastro alguno del niño por lo cual prácticamente les dicen a los padres que empiecen a rehacer su vida. Al transcurrir el tiempo deciden mudarse al otro lado de la ciudad y su hijo Juan que nadie le presta atención por lo sucedido se va distanciando poco a poco de sus padres. Ya pasando los años Juan con 17 años va caminando por la calle hacia su escuela cuando se encuentra con un niño que se parece un poco a su hermano, pero decide no prestar atención ya que piensa que lo tacharían de loco y que esta traumado. Al poco tiempo Jennifer se encuentra al mismo niño en una tienda e intenta sacarle platica, pero en eso siente ese instinto de madre que al verlo tiene la sensación de que ya lo conoce y hasta se podría decir que siente cariño por él, por lo cual no pierde tiempo e investiga con la policía si hay alguna posibilidad de que puedan investigar si es su hijo perdido Luis. La policía somete al niño que se llama Cristian a una prueba para ver si es Luis ya que tiene rasgos muy parecidos si por no decir idénticos. Al averiguar que efectivamente si es su hijo Jennifer y Carl se llenan de alegría, mientras que su hijo Juan queda impactado de que ese niño si era su hermano y nunca comento nada, al ver la reacción de Juan le preguntan que por qué no está feliz, pero solo se queda enmudecido. Descubren que Luis estaba con esa familia, ya que la señora al verlo solo en la calle decidió llevárselo a su casa y cuidarlo mientras que encontraban a su familia y que en realidad su intensión no era robárselo. Pero al vivir tan lejos al parecer nunca se contactaron. Ya con esta aclaración la familia verdadera de Luis decide no levantar cargos y solo quedarse con su hijo, por lo cual la señora no tiene opción y lo permite.
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Esto aun que este alegrando a una parte y a otra la pone triste no ven lo que en realidad importa que es Luis, ya que se siente contrariado por este cambio tan repentino de tener que estar con una familia que para él es totalmente desconocida de un día para el otro. Al llegar a su nueva casa aun sintiéndose muy bien recibido se siente incomodo al no estar con los que para él son sus padres y aunque el comprende que ellos son sus verdaderos padres se siente un poco incomodo. Mientras tanto Juan al ver que Luis tiene toda la atención no le afecta en mucho ya que desde chico ha estado acostumbrado a esto. Al pasar unos días Luis trata de integrarse con cada uno inclusive con Juan aun que lo menosprecie. Luis no se logra adaptar y extraña mucho a su antigua familia por lo cual discute con su madre Jennifer y su padre, ya que quiere regresar con su antigua familia y al no permitírselo decide escapar. Al descubrir que se fue su Carl y Jennifer deciden que están haciéndole un mal a su hijo por lo cual lo dejan en su antigua casa ya que no vale la pena que Luis este sufriendo por solo el egoísmo de que no quieren separarse de él aun cuando el no siente mucho afecto por ellos. Y ahora centran su atención con Juan que cada vez se sentía más alejado y se estaba yendo por el mal camino de las drogas y el alcohol. Que con el cariño que ahora recibirá y más que nada atención de sus padres se irá por el buen camino.
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IX. Sueños por Ana Cristina Ochoa Campos No sé si les suene familiar alguna de estas frases: ¿ella lo tiene todo?, ¿Por qué siempre a mi?, ¡Sueños y nada más! Queridos lectores, sé que esto si les resulta muy pero muy conocido, pero el ser humano tiene 3 capacidades que solemos tenerlas en reposo o todo lo contrario muy desarrolladas. La primera: es la inteligencia, claro que algunos la tienen en un estado de “STAND BY” por así decirlo. La segunda: es la capacidad que tenemos de soñar cosas imposibles, esta amigos es una de las cosas más bonitas que tenemos nosotros como seres humanos, es lo único que nos diferencia de unos y otros, ya que todos tenemos sueños diferentes, en ocasiones los compartimos para volverlos en realidad; pero la contra parte de esta capacidad es la 3 que tenemos muy desarrollada la mayoría de nosotros. La tercera: la envidia al prójimo. Si saben que la envidia es uno de los 7 pecados capitales, y un antivalor muy famoso entre nosotros. El ser humano como tal puede crear “pajaritos en el cielo” como comúnmente se dice y en efecto creas tu propio mundito en donde tu sueles ser el centro de todo y todos; pero claro que siempre nuestros sueños se ven frustrados por los logros de otros, vemos lo que han hecho ya sea bueno o malo pero lo seguimos criticando, nos fijamos minuciosamente en cada detalle y si por alguna razón encontramos un defecto lo gritamos a los “4 vientos”. Pero de qué sirve estar buscando defectos a otros cuando puedes hacer algo con tu vida. Lo mejor de soñar es hacerlo hasta cumplirlo; sabemos que nos costara más trabajo y tal vez el doble de esfuerzo que otros pero en general todos somos buenos en algo y debemos de aprovecharlo al máximo. Sabemos que el éxito esta al alcance de nuestras manos, por eso te digo agarra la onda y vive tu propio sueño deja la envidia atrás concéntrate en ti y solo piensa que entre más rápido consigas tus objetivos más rápido se cumplen tus metas. Llega al punto en donde tú te sientas ser el envidiado, pero recuerda que al llegar al éxito jamás te olvides de los que en algún momento te tendieron la mano y sobre todo de los que necesitan de tu experiencia para que como tu vivan su propio sueño. Entre más seamos los soñadores en este mundo, menos habrá personas envidiosas y así podremos lograr nuestros objetivos todos. Aquí te dejo un tip para que lo pongas en práctica día con día. Al levantarte de la cama no pienses que hoy es un buen día, sino mucho mejor piensa que hoy es el último día de tu vida y que quieres aprovecharlo al máximo. Despierta y di: “lo veo y lo consigo” esa es una gran actitud emprendedora. He ahí que todos tendremos nuestro propio mundito, en la dirección correcta.
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X. Un camino sin final por Sheila Vázquez Esta vida está llena de sorpresas las cuales pueden ser buenas o malas. El destino viene detrás de nosotros y de nuestra toma de decisiones. Este suceso… en el amor… es impredecible. A lo largo de mis 18 años, creo que éste ha sido maravilloso ya que es como un regalo, siempre te va a sorprender. Sin esperarlo llega como el viento, como el amor; yo no esperaba a nadie y llegó a tocar mi puerta, al paso del tiempo de pensar que era algo bueno resultó no serlo, pero a pesar del rencor que pude sentir, aprendí, aprendí hacer fuerte, a no dejarme llevar tan rápido por palabras sino darme cuenta que el amor viene de acciones. Estos son los ejemplos del destino hasta no intentar no sabrás. El arriesgarte a ver que hay para ti, es una forma de tomar riendas a la vida y formarte como persona. Muchas personas no son creyentes de esto, pero a esas personas quisiera decirles que nada está escrito. El destino puede ser una coincidencia, pero mediante nuestras actitudes al tomar las decisiones correctas formaremos un camino valioso, en vez de que si tomamos las decisiones malas formaremos un camino sin rumbo fijo. Cada quien es dueño de su propio destino, aprovecha cada oportunidad que se te cruce en el camino, toma las decisiones correctas y corre como el viento.
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XI. La vida del adolescente por Metzli Sandoval El despertador suena, ya es hora de levantarse para ir a la escuela, ya haces ya todo por inercia, te estiras, y piensas otro día mas, prefiero quedarme dormido todo el día, pero aun así e levantas, te bañas, te cambias y vuelves a pensar si lo que te acabas de poner esta bien por que quieres dar una buena impresión al igual que tu peinado y en algunas casos tu maquillaje, en la preparatoria todo cuenta. Lo siguiente es un desayuno, que es solo un engaño al estomago, porque, como las apariencias cuentan mucho en esta etapa de la vida, nuestra propia sociedad nos hace pensar que ser delgados es mejor. Terminamos de arreglarnos y nos encaminamos a la escuela o lo que algunas pensamos a la jaula con los amigos en las cuales solo estamos por obligación, al llegar solo vemos pocos lugares vacíos, los cuales dejaron aquellos grupos de amigos de esos que siempre se la pasan hablando y a tus ojos son los mejores. La clase comienza, y poco a poco los ojos se te hacen pesados, apenas son las 7 A.m. Y las materias aburridas ya empezaron, haces lo imposible para no quedarte dormido pero tu cuerpo no tiene casi nada de combustible al igual que energía por la noche anterior, las clases te adormecen, aunque haces lo posible para quedarte despierto las horas pasan y tu solo escuchas y apuntas lo necesario, deseando que ya se ala hora de salir, para poder así llegar a casa, comer, hacer algo de provecho y salir con tus amigos, aunque tengas tarea es mejor dejarlas para mas tarde, al llegar de das cuenta que ya es demasiado tarde y que no haz hecho nada, es entonces que empiezas a hacer los trabajos, es cuando realizas que han dejado otra vez mucha tarea, así que decides no dormir de nuevo hasta que termines durmiéndote otra vez a las 4 am., pensando ya quiero que sea fin de semana así podré dormir mas hasta tarde, aunque este solo sea el principio de tu semana. Cuando por fin estas en tu cama justamente para dormir, piensas que solo eres un joven de 15 anos y que la presión de la sociedad ya esta en ti, para crecer y ser un profesionista aunque tu sigues teniendo esos deseos de niños que ahora son muy inmaduros, seguimos pensando que la escuela no debería de existir mucho menos por las personas que no la aprovechan bien. Es así cuando por fin nos quedamos dormidos, pensando que otra vez será la misma rutina por la mañana y que en realidad no queremos existir. aunque siempre habrá alguien que nos necesite .
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XII. El vengador por Ricardo Zapata Hace 500 años existía un imperio tan poderoso que casi conquistaba todo el mundo, pero un ejército rebelde acabo con su sueño antes de que la raza humana fuera exterminada por completa, liderada por un joven poseedor de un extraño poder que podía acabar con todo un ejército pero aun no conocía su pasado ni el como activar sus poderes ocultos que sus antepasados le habían heredado para detener toda una era de oscuridad y rencor. Todo comenzó 10,000 años antes de que se suscitara la gran batalla en busca de una época de luz y alegría. Una pequeña aldea llamada Croix, poseía poderes inimaginables que llevarían a la tierra a una era dorada. Pero un día, mientras todo el pueblo dormía cayó un asteroide en la tierra, el cual contenía una cápsula que encerraba una criatura que se alimentaba de todo el mal y rencor que escondían todas las personas de la tierra, por lo que vivía en la oscuridad alimentándose del odio y matando a sangre fría hasta que fue creciendo y convirtiéndose en un ser supremo que destruía todo lo que se le interponía en su camino, pero sabía que al llegar a la aldea de Croix sería destruido por todos sus habitantes de luz, por lo que decidió reunir un ejército y así acabar con ese pequeño clan. Se empezó una batalla entre luz y oscuridad, pero no resultó como se tenía planeado. El mal empezó a apoderarse de sus habitantes, manipulándolos y formando un ejército cada vez más poderoso, por lo que su patriarca luchó por su pueblo hasta activar un poder oculto que sólo él poseía y sabía que al hacerlo moriría. El poder oculto era conocido como el modo ermitaño capaz de reunir los poderes de la naturaleza y toda la energía de los seres humanos por lo que encerró a la criatura en una bóveda en la cual nunca podría salir y la mandó al espacio con el fin de que nunca regresaría, pero había matado a todo un clan poseedor de extraños poderes excepto a un bebe recién nacido el cual le heredó todos sus poderes antes de morir y se refugió en su cuerpo para mantenerse con vida, teniendo la confianza que podría armar un ejercito y reconstruir un nuevo clan, por lo bautizó como Cromlech y al terminar de hacer la transfusión de su alma dijo: “Una nueva era comenzará, cuando sepas como activar tu poder oculto y liberarme de éste sello, al hacer esto mi alma será liberada” . Al decir eso, desapareció de la faz de la tierra, dejando al joven inmortal hasta que llegara el momento de destruir al mal por completo y crear la era de luz que el mismo patriarca no pudo terminar. Después de más de 5000 años de búsqueda, Cromlech el poseedor de poderes capaces de estabilizar nuevamente la paz en la tierra reunió un ejército capaz de destruir todo el mal plantado en la tierra, ya que todos los que conformaban ese ejercito eran vengadores, en busca de una época de luz. Todos poseían poderes muy extraños, tanto que Cromlech el joven vengador no sentía que estaba al nivel de sus amigos, tanto que un día trato de liberar el poder oculto dentro de él, plantado por el patriarca de su pueblo natal, pero gastó tanta energía en tratar de liberarlo que casi muere en el intento, por lo que sus amigos decidieron darle un poco de sus poderes para la pelea final que sería dentro de unos días, ya que el meteorito que encapsulaba a la gran bestia del mal pasaría cerca de la
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tierra tal y como el gran patriarca lo había predicho. Cromlech había esperado más de 5000 años para ese día, ya que si derrotaba a la bestia podría recuperar la paz entre las naciones y dejar de ser inmortal. Una noche antes de la batalla, Cromlech tuvo un sueño en el cual todo su ejército era destruido y el mal se apoderaba nuevamente del mundo, por lo que activó el poder oculto refugiado muy dentro de él liberando el sello donde se encontraba el patriarca y fusionándose para formar un ser de luz capaz de poder volver a activar el modo ermitaño y destruir a todos los seres obscuros de la tierra. Al despertar del sueño sabía que durante la batalla rompería el sello, liberando al patriarca y activando el modo ermitaño para destruir a Zort una criatura capaz de alimentarse de todos los miedos y odios de los seres humanos y así crear un imperio del mal capaz de destruir al mundo entero y apoderarse del poder de Cromlech que el patriarca le había confiado por más de 5000 años para la batalla final y con el cual esta vez lo destruiría para siempre. La cápsula había caído en la tierra, tal como el patriarca lo había dicho, los ejércitos de la tierra estaban listos para enfrentar lo peor, la cápsula cayó en las afueras de las ciudades más del mundo donde se concentraban los ejércitos más importantes para enfrentar a la criatura, el ejército de Cromlech se encontraba en la aldea del fuego, a poco más de 30 km del lugar en donde había caído la cápsula, Cromlech y los demás temían que el plan que por más de 3000 años habían realizado y practicado para ese día y que después de la batalla todos aquellos inmortales pudieran romper la maldición y así regresar a la época de las cuales venía cada uno. Al abrirse la cápsula donde se encontraba Zort, se dieron cuenta que estaba vacía, al parecer se había liberado hace ya más de 2000 años en una galaxia llamada Giselle a 3000 años luz de la tierra pero era imposible que pudiese permanecer vivo en el espacio por lo que los habitantes de la tierra empezaron a celebrar por la destrucción de esta criatura. Cromlech, no estaba tan convencido del todo de la destrucción de la bestia, ya que el patriarca no se podría haber equivocado y la profecía de que él era el elegido para destruirla se debía de cumplir, momentos después de haberlo pensado, un joven de su mismo ejército llamado Ronald empezó a sufrir severos cambios de apariencia, tales que lo convirtieron en Zort, el pueblo entero se sorprendió al ver que Zort estaba vivo y se había refugiado en un joven por más de 3000 años, el cual se apoderó de su cuerpo en un planeta llamado G10 en la galaxia Giselle, destruyendo al planeta entero y viajando nuevamente a la tierra con el fin de terminar lo que había empezado ya hace más de 5000 años cuando el patriarca del pueblo de Croix lo encerró en una cápsula enviándolo al espacio y sellándose en el cuerpo de un bebe. Zort que había estado con Cromlech por más de 2000 años y sabía todas sus técnicas y planes para destruirlo le fue sencillo apoderarse de todo su ejército para que pelearan en contra de él.
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Cromlech trató de pelear contra Zort en una batalla donde todo su ejército, formado hace más de 3000 años estaba en contra de él, uso todas las técnicas conocidas por Zort, las cuales no le resultaron efectivas. Zort uso una técnica la cual liberaría al patriarca encerrado dentro de él por más de 5000 años para terminar la batalla que había empezado, al usarla Cromlech se negó usando una técnica jamás antes vista por Zort, ya que la profecía decía que él mismo liberaría el sello y usaría los poderes de la luz para derrotar a la bestia del mal, su técnica era el intercambio de almas con el patriarca para que pudiera luchar por él en la pelea y así liberar nuevamente el modo ermitaño que esta vez destruiría por completo a Zort de la faz de la tierra. Dentro de él liberó el sello que acabaría con la hegemonía de Zort, todo su ejército se destruía con el resplandor del intercambio de almas, ya que Cromlech había realizado su trabajo en la tierra reuniendo a un ejército capaz de derrotarlo por más de 3000 años y su inmortalidad había terminado con la llegada del patriarca sellado en su cuerpo, al terminar la liberación de almas el patriarca uso su ultima técnica vengando a todo su pueblo que había destruido hace más de 5000 años la cual acabaría para siempre con Zort la bestia de las tinieblas, transformándose en el modo ermitaño, la ultima técnica usada contra Zort para sellarlo pero esta vez lo destruiría por completo reuniendo toda la energía positiva que los seres humanos le brindaban y los poderes de la naturaleza, convirtiéndolos en una esfera de luz y atravesándolo por completo. Zort fue destruido totalmente y no había posibilidades de que pudiera regresar a la tierra, el patriarca liberó las almas inmortales de todos los guerreros que debían de luchar contra Zort hasta su total destrucción. Cromlech regresó a su cuerpo con el propósito de cumplir la profecía dictada por el patriarca la cual era crear una era de luz y esperanzas para todos los pueblos, ya que la gran guerra había terminado, el patriarca fue liberado del sello tal como lo decía la profecía y Cromlech fue conocido como “El vengador”, comenzando una época de luz en el mundo.
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XII. Compañeros por Pedro Samayoa Jonatán y Cristian son dos jóvenes que desde su infancia siempre han estado muy unidos, asistían a la misma escuela primaria, secundaria y posteriormente a la preparatoria que es cuando nuestra historia toma lugar precisamente. Cristian es un muchacho relajado de calificaciones regulares aun que el desearía sacar mejores, es extrovertido no tiene ningún inconveniente en hacer amistad con alguien que apenas acaba de conocer ,se desarrolla bien al momento de expresarse su carácter en si no es problemático si no que el tomar todo a la ligera si resulta ser un poco difícil al momento de estar serio ante una situación que lo requiera .Todo esto es lo contrario de Jonatán quien el si obtiene excelentes calificaciones a consecuencia de esto Jon no es tan bueno en las relaciones sociales ya que el está más preocupado por obtener mejores notas y deja de lado el asociarse con gente nueva, Jon desde pequeño casi no tuvo amigos más que Cristian ya que él era demasiado penoso al momento de hacer una amistan nueva pero en cambio Jon desde pequeño siempre ha adoptado una postura un tanto más madura que la de su amigo dándole más valor y credibilidad a Jon . Ya han pasando unas semanas de haber entrad a la escuela, la maestra encargada del grupo les avisa que tendrán una visita por parte de una alumna extranjera lo que resta del semestre. Al día siguiente todo el salón estaba emocionado debido a que les daba curiosidad saber qué tipo de chica seria con la que convivirían todo un semestre además de que les emocionaba la idea de que fuera extranjera. El día estaba por concluir ya habían pasado 4 clases de las 6 correspondientes y la joven extranjera aun no llegaba esto tenia al salón impaciente y por consiguiente empezaron comentarios de que probablemente la muchacha llegaría mañana o que simplemente no llegaría ese mismo día esto tenia a Jon y a Cristian un tanto sin cuidado ; más que nada a Jon ya que como no era muy propenso a hacerse de amistades ajenas a él, no le daba mucho interés el tema sobre su nueva compañera extranjera , pero a Cristian si mostraba un cierto interés en especifico ya que tenia las esperanzas de llegar a tener una relación un poco mas intima con la joven. El timbre de la escuela sonó para el término del descanso que se les da a los muchachos después de una clase, al regreso de todos se llevaron una gran sorpresa ya que la joven extranjera ya se encontraba dentro del salón da la casualidad de que la joven escogió un mesa banco al lado de el de Jonatán , el no le tomo mucha importancia pero Cristian si ya que veía la posibilidad de que Jonatán se hiciera amigo de ella y así se la pudiera presentar ya que él tenía intenciones de tener más que una amistad con ella. Ya han pasado varios días desde que la joven extranjera llego a la escuela, ella a hecho amistad con todos los del grupo incluso hasta con el tímido Jon y claro que también se hizo amiga de Cristian ya que ese era el objetivo del joven ambicioso pero el conflicto que se crea es que a la joven le empieza a interesar Jon ya que nota una cierta madurez y un intelecto que claro para ella es algo irresistible que un hombre posea esas cualidades; a Jon sigue sin interesarle mucho así que él sigue con su postura normal de solo amigos, un día por la tarde Jon y Cristian deciden salir ya que la semana de exámenes parciales había terminado, creyeron que sería bueno relajarse debes en cuando ya estando en la plaza del
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el centro comercial curiosamente se encuentra con esta joven encantadora quien por cierto ese día ella se veía especialmente hermosa no fue hasta ese día en que Jon se empezaría a fijar en ella de una manera en la que él nunca se hubiera imaginado ya que sentía cosas inexplicables; ambos caminaron hacia ella para saludarla y si podían pues claro acompañarla un rato solo que ella ya había terminado sus asuntos y se despidió cordialmente de los dos no fue hasta ese momento en el que Cristian le cuenta a Jon que realmente está enamorado de ella Jon lo ve fijamente y con un ademan le dice que intente salir con ella ya que según Jon ellos dos formaban una buena pareja engañándose completamente así mismo, entonces Cristian sin saber en realidad lo que sentía su mejor amigo se dio a la tarea de intentar llamar la atención de esta joven. Ya ha pasado más de la mitad del semestre y la situación de Cristian con esta muchacha extranjera va mejorando cada día mas ya que se han hecho buenos amigos y como prosíguete a que empezaran a salir esto prácticamente molesto totalmente a Jon ya que no hallaba manera ni momento de contarle a Cristian que el también sentía lo mismo por ella sin estropear la larga amistad que estos dos jóvenes han llevado durante toda su vida y que por una niña terminaran de ser amigos, al paso de los días Jon empezó a darse por vencido en ese aspecto intentándose convencer de que “quien mejor para la muchacha a la que quiere que su mejor amigo”. Un sábado Cristian se arma de valor y va a casa en donde esta joven estaba viviendo ya que es de intercambio escolar , la invita a salir , van a comer, ven una película y al final de su cita Cristian reúne el valor suficiente para decirle lo que siente ; al estar tan unidos como amigos ella acepta sin ningún pero , pero ella sabía bien que no quería del todo a Cristian si no que quería a Jon , cuando Cristian llevo a casa a la joven despidiéndose de ella él también se retiro a su casa contento ya que había logrado su objetivo que era tenerla como pareja . Al día siguiente Cristian entusiasmado le cuenta todo lo ocurrido a Jon con lujo de detalle, a este solo se le pusieron los ojos llorosos haciendo un ademan de aprobación hacia su amigo diciéndole bien hecho que bueno que conseguiste lo que querías, Cristian quien se veía desconcertado por la reacción de su amigo le pregunto si algo le ocurría y este le dijo que no siendo todo lo contrario , esa misma tarde Jon decide platicar con la muchacha para felicitarla por su noviazgo con su mejor amigo ; estos durante la platica iba pasando el grado de intensidad va aumentando ya que se terminan diciendo lo que el uno siente por el otro Jon al ser tan razonable e interponer primero su juicio antes sus sentimiento le propone que continúe con Cristian dándole la oportunidad de que en realidad se termine enamorando completamente de él aun que sería una despedida triste para ellos ya que no se volvería a hablar , ella acepta la propuesta e inmediatamente Jon al estar destrozado completamente va con Cristian y le cuenta todo lo ocurrido desde que vio por primera vez a esta joven extranjera ambos discuten por horas hasta que llegan a un acuerdo como consecuencia Cristian permanece con ella mientras que Jon dolorosamente acepta esta relación después de no haber hecho nada al respecto y este mejor se dedico a sus estudios y a intentar relacionarse mejor con las personas ya que después de haber experimentado esta experiencia noto lo bien que se sentía no estar solo.
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XIV. El joven sin expresión por Mario Lomelí Es de reconocer lo duro que puede llegar a ser la vida de los jóvenes, existe un sistema muy estricto para etiquetar, juzgar y definir; muchos no pueden expresarse como quisieran, pues serán juzgados por ello. Tal es el caso de Marco, quien por su propia naturaleza, la introversión era lo que lo caracterizaba; no tenía amigos, hasta su misma vestimenta hablaba mucho de él, siempre portaba esa gabardina color negro, vendajes que le cubrían la cabeza a plenitud y una apariencia anormalmente delgada. Sin embargo, la gente que lo rodeaba no quería estar con él, sea que no entendían dicha actitud, mientras que otros tantos se sintieron completamente indiferentes al respecto. Nunca se le ha escuchado decir una sola palabra, nadie sabía cómo se escuchaba su voz, ni siquiera sabían sus gustos, opiniones ni visiones. De hecho, es por eso mismo que había veces que creían que no era humano. Esto conllevó a que muchas personas abusaran vilmente de su persona sin consideración alguna hacia él, ya que creían que como cualquier materia inerte, Marco era un objeto sin sentimientos ni propósito significativo ni trascendente. Se la pasaban empujándole mientras él caminaba por los pasillos del instituto o gritando burlas y vulgaridades, a decir verdad, hacían pensar a los que no estaban tan informados de su presencia: “¿Qué hizo él para merecerse tanta crueldad?”. Una persona que se formuló esa pregunta, fue una niña que también cursaba en el instituto, que tenía por nombre “Bianca”. Su inocencia y nobleza era apreciada por todos, era vista como una de las chicas más hermosas de todo el instituto, con su tez clara, ese cabello rubio con tonos rojizos y ojos tan turquesas que parecían ser hechos de alguna piedra muy brillante y valiosa. Decidió acercarse a conversar con él misterioso joven y al mismo tiempo, sentía una escalofriante sensación que crecía gradualmente. Al sentarse junto a él, Marco levantó la cabeza y juzgando por la posición de la misma, parecía ver fijamente a Bianca por un par de segundos, antes de bajar su postura una vez más. Ella estaba desesperada por obtener una reacción de su parte, por lo que puso su mano junto a la de Marco y se presentó. Hubo un extraño e incómodo silencio, hasta que el chico decidió responderle de la forma más peculiar posible, al tomar una hoja de papel y dibujar una cara sonriente e inocente, Bianca se sintió muy conmovida por su logro y de ese punto en adelante, lo frecuentó todos los días a la hora de la salida para caminar juntos y conversar, aunque era Bianca básicamente la única que hablaba. Un día, Bianca empezó a notar que Marco estaba ausente a todas las clases, ya por varios días seguidos, su preocupación fue tan grande que decidió ir a buscarlo ella misma. Resultó ser una desagradable sorpresa para ella, al enterarse que uno de los chicos del salón, quien quería salir con Bianca, lo golpeó repetida e incansablemente, mientras lo criticaba en cuanto a todo lo que tenía que ver con su apariencia y existencia. Al saber esto, Bianca corrió sin orientación ni razón, lo único que la impulsaba a hacerlo fue la desesperación y el miedo.
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La pobre joven ya no sabía por dónde buscar, hasta después de una larga y agotadora trayectoria, término en un pastizal a la periferia del pueblo donde ambos vivían, observó a lo lejos un enorme naranjo, este eclipsaba al sol al ser visto de frente, para su fortuna y sorpresa, Marco estaba parado a distancia del solitario árbol. Al acercarse más, Bianca empezó a notar que había muchos dibujos, todos clavados al árbol mediante estacas; la mayoría eran escenarios tristes y llenos de negatividad, tanto en su diseño como en su gama de colores. Marco, mientras tanto, acababa de terminar otro dibujo en un lienzo, voltea un momento hacia donde estaba Bianca y se dirige lentamente hacia el árbol. Agarra una afilada estaca y la clava profundamente, colgando la ilustración. Era un dibujo bellisimo, los colores armonizaban perfectamente, se sentía la calidez y la suavidad de su intención, era tan peculiar y tan único, que parecía que no usó pintura de este mundo. Bianca lo vio fijamente, boquiabierta por el impacto que le causó no solamente la estética, pero lo que estaba dibujado: Era Marco abrazando a Bianca, con una de sus vendas descubriendo la parte de la boca y con un efecto que parecía hacer mover la cabeza del chico hacia los labios de la sorprendida dama. Cuando Bianca volteó para ver al tan enigmático personaje, quien retiraba todo el vendaje que cubría su cabeza, revelando así el rostro de Marco, quien tenía el cabello de color castaño y largo, una piel muy suave y clara. Una vez que movió su cabello para descubrir su cara, reveló un rostro que era perfectamente normal, no había razón para ocultarlo. Se acercó a Bianca y la abrazó, se quedaron así por mucho tiempo, sentados a un lado del hermoso naranjo.
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XV. Camino nuevo, vida alterna por Mariela Martínez Se encontraba en una situación turbia. Eran las 9.30 de la noche y el silencio era su único acompañante en el camino vacio, el carro no encendía y había una alta probabilidad de que nadie fuera en su ayuda. No era la primera vez en la que se encontraba en un panorama poco favorecido, su vida en general era uno. Tal vez suene exagerado al establecer tal hecho, pero en sí, Olivia era una víctima de las pequeñas disfunciones en los planes cotidianos. Mientras se quejaba de su infortunada situación, aprovecho su soledad para divagar en pensamientos recientes. Recordó que si hubiera aceptado la propuesta de irse junto con Raúl al campamento donde todos sus amigos quedaron en verse, esto no hubiera pasado. Típico, pensando en el hubiera, pero eso ya no importaba ahora. En su opinión, Raúl era muy hostigoso, Olivia recuerda la manera en la que él se ofrecía en ayudarla en hasta en las más mínimas cosas. Normalmente a las chicas les parecería agradable que una persona mostrara detalles como él, pero a ella no, simplemente le parecía que se esforzaba demasiado. Al rechazar su invitación, sintió un alivio al pensar que tal vez así se alejaría un poco de ella, le dejaría de prestar atención. De una manera u otra parece que la vida le cobró su mal obrar y ahora la ha metido en un embrollo. Sacó de la bolsa de su chamarra una cajetilla y encendió un cigarrillo y al ver que de los dos lados del camino no había nadie se sentó en su asiento con la puerta del carro abierta. Encendió el radio, pero el carro ya había estado prendido desde hace unas horas, así que poco después decidió apagarlo para evitar que se apagara su auto. Empezó a revisar sus contactos del celular, ella sabía que lo que hacía era inútil, ya que no tenía crédito para marcarle a nadie, pero sentía que el ambiente en que se encontraba se tensaba más y haría cualquier estupidez para ocupar su mente. Pronto el silencio invadió la atmosfera, cada vez mas estaba consciente de sus movimientos y de la perspectiva ajena de su situación. Una mujer, en un carro, sola en la noche. Al relacionar los hechos, terminó su cigarrillo y lo apagó en el suelo contra la presión de su zapato. Surgió una ligera ansiedad y miedo de ella pero con sus pensamientos se trató de tranquilizar. Súbitamente, vio en el espejo retrovisor que un carro se encontraba detrás del de ella. Abrió sus ojos un poco más de lo normal y con inseguridad trato de ver a la persona que se encontraba dentro del carro, pero las luces la encandilaron. La desconocida silueta, enseguida apagó sus luces y bajó de la camioneta. Olivia vio como el joven delgado y alto, se acercaba a ella con una expresión neutra. Tímidamente, ella lo vio y espero una reacción de él. Ahí fue cuando él dijo: ¨Tengo prisa, ¿Si? Mueve el carro.¨
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La reacción de Olivia por el comportamiento del extraño fue molestarse así que, frunció el ceño y le dijo: ¨Pues fíjate que no enciende, así que le bajas ¿no?¨ Al decir esto, ella instantáneamente tomo en cuenta lo que había dicho, y que dependiendo del carácter del desconocido, representaba una gran osadía. El mozo al tomar la respuesta de Olivia, cambio su expresión facial en una cara molesta y en sorpresa para Olivia, esa cara fue gradualmente cambiando en una sonrisa. El muchacho sonrió y soltó una ligera risa diciendo: ¨Perdón, pero en serio ocupo llegar a un lugar rápido. Ya se me hiso tarde, así que ando un poco malhumorado¨ Olivia confundida hiso una pausa y dijo ¨No pues… no hay problema¨ En eso, ella empezó a tranquilizarse tal vez anticipadamente, pero en ella había una sensación de que no había de que preocuparse más. En ese momento de descarte, al volver en sí, noto que el joven la miraba. No fue de las típicas miradas noveleras donde el guapo personaje se extravía en la profundidad de los ojos de la mujer, por favor. Si no que, en su caso fue una mirada átona y fija. Como si la conociera. A los segundos, comprobó que su deducción fue correcta, ya que el joven le dijo que ya la había visto anteriormente. Divagó en sus últimos recuerdos, para ver si había una insinuación de un encuentro con el muchacho de formidable aspecto con el que se encontraba, y pronto recordó que evidentemente así había sido. Por un intervalo breve pero aclarador recordó cada uno de los detalles de esa noche. Estaba con su amiga Ana en un improvisado concierto en un bar. Recordó que ella no tenía muchas ganas de salir esa noche, pero Ana insistió debido a que uno de sus muchos pretendientes le dijo que posiblemente iba a tocar. Se encontraba tranquila, un poco agobiada porque los músicos todavía no terminaban de afinar sus instrumentos y la atención de su amiga se limitaba hacia la dirección de donde estaba el ¨amigo¨. Rápidamente se resignó a haber salido de mi casa por nada y empezó a ordenar tragos de la barra. Imprevistamente tras varios tragos, el tiempo se precipitó y casi como acto de magia se encontraba Olivia de un humor muy bueno en medio de la multitud coreando las canciones junto con extraños. Al finalizar el concierto, las dos amigas estaban a punto de salir, cuando Ana le dijo a Olivia que si no quería quedarse a conocer al chico que la había invitado. Al sopesar la idea, decidió ceder y esperar a su amiga y al renombrado personaje. Recordó perfectamente ese momento y ahí fue cuando se percató de que Alejandro era él y que había sido aquel joven tan mencionado por su camarada. En el momento de la presentación fue cuando era ostensible por parte de Ana su abuso de imaginación al decir que él era su pretendiente ya que para Olivia, la actitud del muchacho era tan indiferente que le resultaba imposible imaginar que el tenia sentimientos por Ana. Alejandro le dirigió pocas palabras de carente significancia a Olivia. Después de su breve interacción con él, ella y Ana salieron del bar. Después de ese encuentro, le siguieron por
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parte de Ana comentarios endulzantes de las maneras de Alejandro y con el tiempo fueron deteriorándose hasta que se transformaron en frases arrinconadas en el olvido. Jamás lo volvió a ver Olivia, claro es, antes de esta noche. Al terminar su recuerdo, retomó la conversación con Alejandro preguntándole que había sido de su relación con Ana. Él le respondió con desinterés que solo eran amigos, como él no le dio seguimiento al asunto, Olivia decidió no preguntarle más sobre él. De inmediato terminó Alejandro de decir su frase y el sonido de las vigorosas llantas de unos pickups que pasaron rápidamente, interrumpió el entorno apacible que sostenían los dos. Fue en ese momento cuando el percató de que los pickups eran sus amigos, que iban a su mismo destino y precipitadamente se dirigió hacia su carro y empezó a pitarles para llamar su atención. Los carros siguieron su trayecto dejando el camino con un carácter más solitario del que tenía antes. Alejandro instintivamente prendió su carro e hiso el cambio para dirigirse con ellos, pero Olivia no iba a permitir eso así que se interpuso en su camino. Alejandro frenó bruscamente y percibió la razón de su actuar, pero era más fuerte su terquedad al irse, así que le gritó: ¨ ¿Qué haces? Ocupo irme, ¡ya perdí mucho tiempo contigo!¨ Olivia no se retiro de ni una manera de su lugar y le contestó indignada: ¨ ¡No me puedes dejar aquí sola, yo también tengo que ir a un lugar, pero no puedo sola!¨ Entonces él le contesto: ¨ ¡Pues ni que te fueras caminando, ahí está tu carro!¨ Olivia se ofendió por el tan obvio comentario y le respondió exaltada: ¨ ¡Pues no sirve imbécil, que no te acuerdas!¨ Al escuchar eso, Alejandro cambió de expresión facial a una obviamente ofendida y pisó el acelerador de una manera brusca y breve, hasta que de nuevo Olivia se interpuso. Esta vez, el contexto era diferente. Ella lo había ofendido y podía verlo en sus ojos en como su mirada establecía la intención de no ayudarla y dejarla como la desconocida que realmente era para él. Olivia pensó en lo que le había dicho segundos atrás, y como ella siendo la que ocupaba ayuda no le convenía enfurecerse con un muchacho que al igual que ella se quería alejar de aquel sitio vacuo y fantasmal. Al meditar lo anterior, sintió una profunda vergüenza de su actitud hacia él, hacia la situación y hacia sí misma. En realidad, ella no había interactuado más de lo que había hecho la perpleja noche de hace un par de meses y ese hecho le hacía deducir que su verdadera introducción hacia él, en realidad estaba siendo todo un fracaso. En ese momento ella se resignó de sus nocivos pensamientos y al bajar la mirada y abrir sus labios dijo: ¨Perdón Alejandro, ocupo tu ayuda¨
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Como tenia las luces prendidas, no pudo ver la reacción de él, pero en unos instantes fue aclarada al escuchar el sonido del motor que se había apagado. Fue ahí cuando, de una manera muy repentina, como habían sido sus pasadas acciones bajó de su auto y con sus vertiginosos movimientos se dirigió hacia la cajuela y sacó un objeto de metal. Se condujo hacia la parte de enfrente del carro de Olivia y empezó a instarlo. Cuando termino subió a su carro, Olivia al curiosear con lo que estaba haciendo inconscientemente se movió de su camino. Alejandro manejó hasta situar su parte trasera del carro con la parte frontal del de ella y unió con el aparato los dos carros. Fue ahí al terminar su labor, que volteó a ver a Olivia y con un sugestivo gesto le dijo: ¨Listo, súbete¨ Olivia perdió por completo el anhelo de ir de nuevo con sus amigos. En ese momento todo tornó hacia otra dirección. Un fuerte presentimiento surgió de ella, le decía que al subirse a su carro se estaría introduciendo a la vida de él. En cuestión de segundos, se encontró a sí misma en un momento decisivo. Sencillamente, vio delante de ella y dejó de lado todas sus antiguas consternaciones. En un abrir de ojos se vio reflejada con él y no con sus amigos, fue ahí cuando se armó de valor y subió al carro. Por un momento no le importo su vida pasada, si no la oportunidad que tal vez se adentraría a un camino nuevo, con alguien que le acompañara.
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XVI. Últimos segundos por Armando Ramírez Sintiendo un fuerte dolor que le recorre todo el cuerpo, logra incorporarse sin saber bien qué fue lo que pasó. Busca la causa de ese insoportable dolor y se da cuenta que tiene heridas profundas en el pecho y brazos. Asustado, ve la escena a su alrededor y unas palabras resuenan en su cabeza: “Tu vida ha estado llena de comodidades, es hora de que sufras como lo hacen los demás” Comienza a recordar: iba de regreso a casa cuando recibió una llamada anónima. Con más enfado que miedo, colgó a ese acosador y aceleró el paso pues tenía muchísimas ganas de estar con su esposa e hija, después de trabajar arduamente, como todos los días. Pero cuando ya se encontraba cerca de su destino, un automóvil negro y de modelo no muy reciente apareció a su lado abruptamente; sin recordar la llamada de unos minutos atrás, ignoró el automóvil (aunque si lo asustó un poco) pero al dar una curva, el carro extraño quedó detrás de él y sucedieron varias cosas al mismo tiempo: a pesar de tener los vidrios cerrados, sintió una brisa helada que le dio de lleno en la cara; escuchó un lamento que provenía de su misma cabeza y al ver por el retrovisor y observar un horrendo rostro al que no le encontró forma , recordó esa llamada a la que no dio tanta importancia. Como si se tratara de una historia de terror, casualmente la calle que tomaron (y que no se encontraba en su ruta habitual a casa), se encontraba sin señas de trasnochadores y con luces descompuestas y otras apagadas. En un ataque de pánico, pisa el acelerador y trata de perder a su extraño perseguidor, pero da mal una curva y choca contra un poste de luz que no alcanzó a ver. Con el golpe, su carro quedo a transversal a la calle, por lo que se preparó para el impacto y este no tardó mucho en llegar. Se aferró lo más que pudo al volante, pero al punto se dio cuenta de que no traía el cinturón de seguridad, así que con más miedo aun, oró por su vida. -
“¿Quién está ahí?
Fue lo primero que pudo decir mientras se recuperaba de los golpes y heridas. Sin recibir respuesta, camina tambaleándose para alejarse de su automóvil hasta que unas manos grotescas lo jalan del cuello y lo obligan a hincarse. Trata de ver la cara de la persona que tiene a su lado pero lamentablemente esta detrás de él y al querer darse la vuelta, es cuando comprende realmente que no tiene escapatoria ya que sus músculos no le responden. Poco a poco, ve una figura un poco más alta que él, desplazarse en la oscuridad hasta que la tiene frente a frente. Busca los ojos de esa misteriosa figura, y no le sorprende ver dos orificios tan inexpresivos, como dos piedras negras entre puras calizas; ya nada le sorprendía. -
“¿Quién eres?” – Preguntó la victima.
“Soy por quien todos esperan algún día…” – Contesta la voz más fría que había escuchado en toda su vida.
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“Ya entiendo, ¿así que esperas que crea que eres la muerte?”
“Ese es tu problema… de cualquier modo me tienes que acompañar” – Al decirle esto, incontrolables escalofríos le recorren toda la espalda. Su familia es lo único que pasa por su mente… recuerda cuando conoció a su esposa y todos los momentos que pasaron felices. Pero el rostro en el que más piensa, es en el de su hija; solamente tiene 4 años y es la niña más hermosa que haya pisado la tierra jamás. Sin detenerlas, deja que caigan lágrimas por sus mejillas. No volverá a ver los ojos de su esposa; no volverá a escuchar las risas incontrolables de su mujer e hijas; jamás podrá volver a consolar a su hija en esas noches de pesadillas y nunca tendrá la oportunidad de verla crecer. Le dan ganas de salir huyendo, correr por su vida, aferrase lo más que pueda a cada segundo que pasa, pero se encuentra en algún tipo de trance en el cual no puede dejar de ver el rostro de la supuesta muerte y tampoco puede moverse. -
“¿Por qué yo?”
“Graciosa pregunta, pues todos me la hacen. Lo único que puedo contestarte, es que no puedes hacer algo para posponer este evento, así que es mejor que no lo hagas mas difícil… para ti” Haciendo un esfuerzo sin precedentes, logra mover un poco las piernas y poco a poco incorporarse. No recuerda haberse planteado nunca estar en una situación similar y menos haberse preguntado qué haría los últimos momentos de su vida. ¿Es acaso la muerte, el final? Yo no lo creo. No creo que exista un final definitivo, pero si existen finales para cada etapa de nuestra existencia; y la muerte es sólo una de ellas. Como se suele decir: “El finales sólo el principio”. Entendiendo esto, se creó un propósito: estar siempre con su familia, tal vez no en cuerpo presente, pero ahí estará con ellas. Así que extendiendo su brazo, le da la mano a la muerte, como quien saluda a un viejo amigo por quien ha esperado años.
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Obra Teatral I. El hechizo perfecto por José Miguel Lino Personajes: Narrador (voz en off) Olinda: bruja, 93 años. Zelma: bruja, 67 años. Matilda: bruja, 29 años. Alemania medieval ACTO ÚNICO ESCENA I
Las brujas están encerradas en su casa. Matilday Zelma están en el centro; Matilda mirando a la izquierda y Zelma a la derecha. NARRADOR: Había una vez, en un pueblo alemán, 3 brujas muy feas, nariz de tucán. Su anhelo vehemente, sueño adolescente, era conseguir un príncipe valiente. ¡Lástima! Había un grave defecto: las brujas tenían aspecto de insecto. MATILDA: Yo siempre quise ser bonita. Tener una piel de algodón, unas manos de seda, un olor a rosas y unos ojos de estrella que brillaran e hicieran sonreír a los hombres para que se fijaran en mí. ZELMA: Pues sí, pero te tocó ser bruja. Y de las feas. Con nariz de cacatúa, manos de calaca, y unos ojos de rana. MATILDA: Siempre quise vivir en un palacio… ZELMA: Pero vives marginada, porque a las brujas nadie las quiere. MATILDA: Acompañada de un príncipe… Alto, delgado y apuesto. ZELMA: ¡Ja! Eso de querer jugar a las princesas son puras babosadas.
Entra Olinda. OLINDA: ¿Qué dices querida? ZELMA: Matilda, que quiere ser bonita. MATILDA: ¿Y por qué no darnos una oportunidad? Míranos, ¿qué hombre se va a fijar en nosotros? Así nunca vamos a poder bajar al pueblo. La gente nos señala, nos quiere
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quemar. Pero nosotras no somos malas, bueno al menos yo no soy mala. Yo lo único que quiero es conocer a un hombre guapo, sencillo, que me quiera de verdad. ZELMA: ¡Ja ja ja! MATILDA: Sólo hace falta una transformación. OLINDA: ¿Qué dices? MATILDA: Un conjuro para poder ser bonita. OLINDA: Ah, creo que conozco el hechizo perfecto para eso. NARRADOR: ¿Podrían lograr algún día cambiar esa apariencia? Bastaba un encantamiento para borrar el aspecto piojento, y darle a Matilda, el giro perfecto.
Oscuro. ESCENA II
Matilda está parada en un banco, al centro. Olinday Zelma a su alrededor. OLINDA: Mírala bien querida, ¿qué te gustaría cambiar? MATILDA: Bueno, yo siempre he pensado en… OLINDA: Shht, shht, querida; por favor. ¿Zelma? ZELMA: ¡La nariz! Así que una lombriz al caldero y comenzamos a batir, y a batir un poco más: ¡una nariz respingada, digna de los más finos olores, tendrás! OLINDA: ¡Los dientes! Un colmillo de elefante para una sonrisa de perlas brillante. MATILDA: ¿Qué tal mis ojos? ZELMA: Guarda silencio Matilda; tú tranquila, pronto acabaremos. OLINDA: Pero antes mezclaremos patitas de rana y… ¡Presto!, una piel de porcelana. ZELMA: De esta momia ponemos un hueso y ¡adiós a tu peso! OLINDA: Uy querida, creo que exageraste un poco. Habrá que dejarla más llenita. Y ahora con decoro mezclamos un poco de cloro y nuestra niña tendrá los cabellos de oro. ZELMA: ¡Bah! Si es sabido que los hombres las prefieren con cabello oscuro, entonces revertimos con un conjuro. ¿¡Ay que pasó?! MATILDA: ¡Olinda ayúdame! OLINDA: ¿Qué dices querida? Habla más fuerte que no escucho muy bien.
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ZELMA: No sé si los ingredientes se cruzaron, pero a Matilda acaba de salirle un tercer brazo. OLINDA: Ah, conozco el hechizo perfecto para arreglar eso. Ponemos a hervir una serpiente y a deshacer el inconveniente. ¡Ah caray! ¿Matilda? ZELMA: ¡Tiene cola y joroba! ¿Es esto una broma? OLINDA: Ya, ya; deja de rimar. Es un asunto serio. ZELMA: Tenemos que devolverla a su estado original, ¡rápido! OLINDA: Espera, creo que conozco el hechizo perfecto… ZELMA: ¡Nein! Se acabaron tus hechizos, mira en qué ha terminado Matilda. Déjame a mí. NARRADOR: Y así fue, que entre el desacuerdo y la confusión se acumuló la presión, y un acto espantoso de hechizos cruzados hizo de Matilda un pollo rostizado. ZELMA: Olinda… Olinda… Matilda está ardiendo con el hechizo. OLINDA: ¿Qué dices querida? ZELMA: ¡Se está derritiendo!
Olinda voltea. OLINDA Y ZELMA: ¡Matilda!
Drei muere derretida. Oscuro. ESCENA III
Olinda sentada, Zelma asomada en la ventana, ambas pensativas. NARRADOR: Pobre Matilda, su sueño no se cumplió: una mezcla de indecisión e inexperiencia su vida cegó. Fea era y fea se quedó. Y poco a poco el dolor por su muerte, tan profundo e iracundo, echó raíces y envenenó el alma de Zelma, pidiendo venganza contra las causantes del problema… Esas mujercitas, las de bellas cinturitas y aroma de margaritas: las bonitas, las bonitas, las bonitas. ZELMA: Si la gente cuidara un poco más sus expresiones, esto no hubiera sucedido. Seguramente de pequeña los niños huían de Matilda y gritaban “¡córrele, córrele, ahí viene la brujita!” ¡Ja! Ni se imaginaban... Pero estaba tan aferrada a querer ser como ellas y esto se nos fue de las manos… (Susurrando) Todo por culpa de las bonitas. OLINDA: ¿Qué dijiste querida?
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ZELMA: ¡Venganza querida, dije venganza! Si nosotros no podemos ser bellas, entonces ninguna otra mujer podrá serlo. Las vamos a envenenar con la desgracia de ser fea: les vamos a tirar los dientes, se les va a caer el cabello, sus huesos se van a transformar en gelatina y se van a volver todas aguadas. Vamos a arrancar uno a uno de los pétalos de esas florecitas. ¡Se van a pudrir de feas en nuestra lava de furia! ¡No habrá nadie que sea bonita en toda Alemania! Y entonces… entonces sí, ¡las brujas vamos a conquistar el mundo! OLINDA: Ah, creo que conozco el hechizo perfecto para eso. NARRADOR: ¡Ja ja ja! (La risa se desvanece poco a poco)
Oscuro. FIN
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Poemas I. Amor de otoño por Eva Guerrero Era una tarde de verano Cuando mi amor, tu y yo nos enamoramos ¿Es acaso esto un amor pasajero? No, no lo creo.
Pasaron los meses y nuestro amor no parecía igual Poco a poco se fueron perdiendo Esos detalles que tú me daba. Cuales hojas en el otoño
Entra el invierno ¡Oh que desdicha! Tu olvido ha traído consigo Un frio que parece querer quedarse
Durante el invierno, Con la nieve y el viento, Regresas a explicarme el porqué, De este gran tormento.
Después llegará mi primavera, Donde me doy cuenta, De la tristeza que traía, La cual yo por ti la sentía
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II. Para Aquél por Priscilla Sam Cortez Siguen pasando los años, sigo queriendo arrancar tus memorias, necesito olvidar tu existencia, quiero arrancar tus besos de mi cuerpo, pero no sé cómo olvidar el pasado. Vivo de pretextos, la realidad invade mi alma, me vuelve vulnerable, pero escondo mis lamentos, para sentirme un poco más segura. Hoy ya no puedo ocultar, no me puedo engañar, mi sonrisa ya no es natural. Esta llama que esperaba con el tiempo apagar, hoy con todas sus fuerzas arrasa con toda la razón, me atormenta y me castiga, hasta darle paso al corazón. Contigo aprendí tantas cosas no lo niego, descubrí un mundo nuevo, lleno de color y esperanza. Descubrí que tu presencia es el mejor regalo que me dio la vida. Tal vez sea absurdo el motivo de mi pasión, tal vez sea una locura mi fantasía, tal vez no sea lo mejor, pero es inútil seguir escondiéndolo. Tu mirada me llena de ansiedad, tu sonrisa me da la fuerza para continuar, inquietas mi alma con una palabra, toco el cielo y vuelvo al infierno. Esta locura de quererte no tiene explicación, esta montaña rusa de nuestro amor, cada día es otra historia, las sorpresas son parte de la rutina. Entregarte el poder de destruirme, no suena tan malo después de todo. Ya no me importa lo que venga, duela lo que duela, sin temor y sin fronteras, lleguemos al cielo y no regresemos.
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III. “B” por Brandon Esquivias Te tengo una solución Para tu lamentar Pues esta canción Alegre te pondrá.
Una melodía sin igual Yo te voy a componer, Pues como un cometa Deslumbrante va a ser.
Un tono elegante tendrá Pues se adornará con colores Que nadie más vera Ni aquí, ni en otras regiones.
Y como los días de primavera Esta canción te cautivara, Pues tiene olores De muchos sabores.
Mujer, tan solo espera El sonido de mi voz, Pues serás merecedora De una gran riqueza.
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IV. La amistad Karla Merienne López Flores La Amistad es esencial para nosotros, Sin ella, nuestra vida no sería la misma. En mi opinión, habría muchos destrozos, Por eso es importante tenerlo presente cada día.
Entonces, ¿Qué es la Amistad para ti? Porque para mi, es tener a una persona Que más que un amigo, Pueda tratarlo como a un hermano. Es una persona con la que puedo contar, Y cuando lo necesite, me eche la mano.
Los amigos son muy diferentes entre sí, Cada uno tiene su propia personalidad; Unos son serios, otros risueños, También son sensibles, pero en ellos se puede confiar.
Algo más que quisiera resaltar, Su amistad es lo mejor que hay. Son todos muy diferentes, Pero entre todos se saben complementar.
Cuando sientas que el mundo da vueltas, Llama a tus amigos, Ya sabes que ellos estarán allí Para levantarte los ánimos.
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V. Le deseo una vida muy feliz por Andrea Romero Fue un invierno frío y oscuro Hasta que llegaste a encender la luz Y fue ahí cuando me robaste un suspiro Desde el segundo en que te vi.
Pero ausente te encuentras hoy mi amor Después de tanto gozar, De algo que tu yo sabemos, no volverá Y heme ahí estúpida como soy, en pesar que no me olvidaras.
Al escuchar esa canción tú sabes muy bien cual Aun puedo recordar tus ojos en mi mirar Y cada vez que el invierno llega Siento tus brazos y tus labios por mi cuerpo al rozar.
Pero feliz mi amor ya debes estar Al llegar a casa y verla sonreír Y aunque sé que conmigo no estás, Les deseo una vida muy feliz.
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VI. La vida sobre ruedas por Miguel Ruiz Romero Vivir la vida no es algo sencillo, para aprender debemos ir poco a poquito, vas balanceando, incluso subiendo no lo esperas y ya vas cayendo Por eso se dice que vas en la vida sobre ruedas
Como dice el proverbio chino, “Caes siete veces levántate ocho” La perseverancia significa eso A pesar de errores, sigue hacia delante.
Desde chico empiezas con el estrés al ir tropezando nuevas experiencias se te van a ir presentando, Nada en la vida es perfecto Esto lo irás con el tiempo aprendiendo.
La escuela puede ser una preocupación, tu vida completa puede ser afectada por una calificación Eso le pasa a mucha gente Pero tu vida no es una decepción La escuela es sólo una fase de la juventud debemos sacarle ventaja para aprender Aprovecha el día, tienes mucho que ver, es hermoso soñar, no te dejes vencer, debemos volar. Valora lo que la vida te ha dado, no dejes de soñar y no voltees hacia atrás La vida está llena de oportunidades aprovecharlas está en nosotros, eso lo debemos saber. La vida es un regalo que nos han dado, siempre debemos ir hacia adelante, sacarle la vuelta a los obstáculos y siempre ser positivo. No te preocupes por esas rueditas, aunque no siempre te llevarán a donde quieras ir, con los errores aprenderás, adquirirás experiencia y no te caerás.
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Mis pensamientos: La perseverancia es uno de los valores más importantes por varias razones. Como todos sabemos nada en la vida es perfecto, dicen que la práctica lo hace perfecto pero dentro de la misma práctica cometes errores. La verdad es que nada es fácil, pero de los errores se aprende y creo que si en realidad quieres algo luchas por ello. Mencioné el proverbio chino que dice “Si caes siete veces levántate ocho.” Es una frase que me motiva a ser la persona que soy, no me gusta sentir que pude haber dado más de lo que tenía, más de mi fuerza de voluntad y si fracasé alguna vez, me decepciono de mi mismo. Me gusta sonreírle a la vida y evitarme los problemas, claro que es difícil pero mantengo la cabeza en alto. En mi cabeza y corazón tengo la palabra perseverancia muy apegada, porque esa palabra me hace luchar día con día para ser la mejor persona posible.
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VII. Huellas en la arena por Diana Casarez Se respire la nostalgia en la playa del ayer, cuando aun no hacían la magia el destino y su poder.
Cuando no te conocía pero te necesitaba, aunque aún no lo sabía en mi ruta tú ya estabas.
En la arena solitaria unas huellas encontré, fuerte y temeraria frente a mi yo te miré
A partir de ese momento caminaste junto a mí y entendí ese sentimiento tan valioso cual rubí
La amistad es la lección mas difícil de entender gracias por tu comprensión siempre te voy a querer.
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VIII. ¿Somos? por Ivon Mireles Benavides El sudor que recorre mi espalda arde como ácido sobre mi piel. Que intentas tocarme, que me recibe tu familiar sonrisa. Arranca ese fragmento de tiempo, Tal vez logre separarme de este impuro cuerpo.
Sé que aún me guardas un espacio en tu mesa, En aquella que olvidé se jugaba ajedrez. Es que no comprendes, aunque sepas mis movidas, Quizá porque en tu vida, cada una es obsoleta.
Celebro tus nuevos y viejos triunfos, es verdad que los siento como míos. Me tranquiliza el decirte que hemos sido un gran equipo, un equipo sin convenios y por lo tanto, sin derechos.
Y es así como nació un nuevo gusto gramatical. Afinidad por las palabras que definan el olvido. Sólo respeto pedí, sólo en eso decidiste mentir. Desconozco el derecho con el cual reclamas cariño
Prometí siempre estar feliz por ti; Supe que nunca me pesó y que jamás sucedería. De la seguridad con que prometo, aún guardas tus dudas Hice mal en suponer que ya la conocías.
Te diré que a veces carezco, Mas como sombra, ajustarme es natural. Aprendo como tú a vivir la realidad,
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Aunque carezco de incentivos para intentar evadirla.
De todos tus vicios, éste ha sido el más jodido, Porque hace poco o mucho tiempo, alimenté tu capricho, O al menos la versión de inocencia que tuve ayer para exponer. Hoy te retuerces frustrado, no encuentras lo mismo.
El marco que viste mi ceguera, El cuerpo roto que ignora mi edad, Las prendas que solían entenderme… Tú solías entenderme.
Pero tercos son mis labios que no me abandonan Colándose en fotografías, han sabido defenderme. También colaron tus besos, besos improvisados Tan repentinos, que para ver mi alma no tuvieron tiempo.
Acostumbramos mutuamente vivir extraños conceptos Comodidad infinita, cuando crees creerlo; Y es entonces que conozco la fe, Y cuando no, lamento y acepto que hemos expirado.
¿Así que quieres que responda tu pregunta? Porque sinceramente, hoy no sé si puedo. El aire pesa como agua, respiro tras respiro, Y me ahogo, pensando en que ayer sobraban tus preguntas.
Sonrisas o lágrimas, ya no sé qué pedirte, Pues de un tiempo a este día, nunca han de separarse.
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De un tiempo a este día tú eres causa, Tu nombre es consecuencia de un tiempo a este día.
Tu nombre me suena a terror. Melodía que me invita, congelada me siento. El baño irónico en las réplicas de tu diálogo Me hace dudar tu verdad, tu honestidad.
Creo poder recibirte, poro a poro puedo respirarte, Pues eres mi mejor huésped cuando olvidas mi vientre, Con el tiempo has olvidado todas mis prioridades; Tu juego carnal que a los cielos nunca presenté.
No te juro conformidad al deshacerme de tu cuerpo, Sino también satisfacción, profunda y tranquila. Mi carne es sólo un medio para enviarte mi nombre, Mi nombre, que es mi alma y nada más que eso.
No hay respuestas que den gusto a mi lógica. Es que he podido tapar el sol con un dedo, Pues lo que llamé como experiencias personales, Disfrazaron lo que eres, todas tus verdades.
Tonta, pero libre de rencores, En hilos de opulencia tejo emociones. Dentro de mí pertenece el arte subjetivo, Dejaré a mis expresiones todo aquello que es objetivo.
Es lamentable todo esto, me parece ridículo.
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Celebrando travesuras, bailas como un niño. Decepcionada, me parece estúpido, nuevamente; Será que nada de esto me parece, simplemente.
Hablo contigo, pesados crujen mis tendones, Crujen también mis huesos, líquidos ladrones. Pecado no es del cual cómplice me has hecho, Sino la fascinación con que uno a uno, rompes tus ideales.
Me agito, No escucho, Me encierro, No sale ni un grito.
Me muero. Y cuando al fin llega la calma, recuerdo quiénes somos… Y cuando recuerdo quiénes somos, viene la calma.
Despierto de ese ácido, recuerdo quiénes somos. Frases crudas olvido, recuerdo quiénes somos. Recupero mi adolescencia, recuerdo quiénes somos. Siento el calor de una presencia, recuerdo quiénes somos. Retengo y dejo ir, recuerdo quiénes somos. Acepto tus errores, recuerdo quiénes somos. Perdono sin decirte, recuerdo quiénes somos. No tengo nada que temer, recuerdo quiénes somos. Confío y te abrazo, recuerdo quiénes somos. Creo en ti y descanso, recuerdo quiénes somos. Me acerco al pasado, recuerdo quiénes somos.
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Regreso al presente, recuerdo quiénes somos. Veo mi nombre en tu vida, recuerdo quiénes somos. Aún veo tus manos, recuerdo quiénes somos. Confieso que así te quiero, recuerdo quiénes somos. Dejo de destruirme, recuerdo quiénes somos.
Siento que aún recuerdas, recuerdo quiénes somos.
Y también recuerdo, que juntos hemos llegado aquí
Ahora dejo de destruirme,
Porque recuerdo quiénes somos.
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IX. Verte de nuevo por Paola Orejas Villegas Aún recuerdo aquel cruce de miradas, Fue como un momento tan bello Que siempre en mi mente está Y nunca de mi pensamiento podré borrar.
Al verte, quise entender Como es que al simple hablar Pude comprender, que tu belleza interior Nunca nadie la podrá tener.
Quisiera volverte a ver, Nunca más dejarte escapar Y esos ojos de nuevo tener, Te prometo, nunca te voy a dejar.
Tienes un enorme corazón Y esos labios color fuego, Son los que hacen desaparecer mi ego Pues cada día me enamoro más de ti.
Si tú aceptas, mi amor, Quisiera estar siempre contigo Pues sin ti siento un enorme vacío Y sólo estando a tu lado, late mi corazón.
Gracias por darme la oportunidad De tu corazón poder llenar, Esos labios besar Y a tu lado por siempre estar.
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X. Acissej por José Alvarado Tovar Tus ojos son un cielo, tu sonrisa es una estrella, tu cuerpo es el sol, que me da mi calor.
Eres mi inspiración, que me da la ilusión, eres el corazón, que rompe este armazón.
Te observo y lo único que pienso es en tenerte, pero es mi persona la que me impide seguir, haciendo que mí corazón se quiera extinguir, aunque sigue vivo al verte sonreír.
Díselo a él, quien es el que sufre, quien es el que llora, que soy solo un objeto cubriendo a este pobre corazón, y calla a los vientos lo mucho que te ama.
Llegará el día que mi corazón explote, provocando que, la verdad que guardé, sea el sueño que logré y logres darte cuenta de lo mucho que te amé
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XI. La amistad por Guadalupe Zavala Torres La palabra amistad tiene diferentes significados, los cuales a veces no los entendemos pero sabemos que es un sentimiento hermoso hacia los que queremos y apreciamos tanto.
Cuando estamos peque単os empezamos a sentir la amistad compartiendo un juguete a un amigo en especial
Van pasando los a単os y ese amigo se ha convertido en un hermano que comparte ilusiones y sue単os en cada aventura que se realiza.
Sentir que alguien te da su amistad es algo que nunca podr叩s olvidar pues un sentimiento puro de cual no muchos pueden gozar.
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XII. Los Colores de la vida por Karina Cárdenas Un poema en taller tenía que hacer, sin idea de qué tema escoger, podría escribir de los árboles, de las flores, de sus multicolores o podría optar por aquellos mil sabores.
El sabor de una mirada, profunda, serena y clara. El sabor de una sonrisa, pícara y siempre llena de alegría. Y si llegara a escribir de mis amores:
El amor de mi madre, La fuerza que me inspira, Un apoyo dentro de mi vida. El amor de mi padre, no del todo atento pero siempre con un buen intento.
Mis amigos, indispensables en mi vida, las chispas de chocolate de toda buena galleta. Mis hermanos, tan diferentes entre ellos pero con un gran ángel de por medio.
Y para finalizar, la luz de mi vida: mi novio, mi sol, mi felicidad, mi sueño y mi alegría. Aquel niño travieso, coqueto y risueño, quien no omite un beso sin hacer de él un bello recuerdo.
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XIII. Nos volvemos a encontrar por Karla Monge Nos volvemos a encontrar después de una día cansado de una salida que nunca será olvidada. Y nos volvemos a encontrar después de muchas veces ya habernos encontrado.
Inicia la plática sin fin, y espero con ansias lo que tienes que decir. Sabes bien que mis oídos atentos están a las aventuras que has de relatar.
Regreso a mi hogar, contenta de tener a una persona en quien confiar. ¡Qué bello es cuando se tiene algo jamás se esfumará!
Minutos, días, semanas, meses. ¿Dónde estás cuando más te necesito? Te has desaparecido y parece que no existo, me canso de intentar y sólo duele más.
Y de repente, como un rayo escucho gritos y reclamos. ¡Ya no quiero discutir, Ya no quiero argumentar!
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No es lo que era antes crees que me puedes engañar, y que en tus juegos puedo caer; ¿No conoceré yo la palma de mi mano?
¡Quiero qué de mi vida, Te vayas y no vuelvas más!
Pasa el tiempo, ya no siento enojo; doy paso a la tristeza. me consume por dentro, me llena y enferma.
Ahora sólo me queda esperar, lo que el destino deparará.
Es una de esas cosas, que no puedo dejar atrás. sé que a veces, podremos pelear ¡Pero siempre, nos volvemos a encontrar!
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XIV. Amo este juego por Sherly Cruz Cada mañana al despertar doy gracias a dios por un día más. Siempre me levanto sin pensar lo que hoy pueda ganar.
Algunas veces sueño lo que no tengo, pero otras lucho por lo que quiero. Dejando atrás todo mi tiempo.
Puedo aceptar el fracaso pero no puedo aceptar el no tratar. Sabiendo que en la vida lo más fácil es olvidar.
En la vida nada es fácil, pero hay que arriesgar para poder ganar, sin perder el tiempo y sin mirar atrás Juega y pon tus cinco sentidos Defiende a muerte, entrena y no des respiro, Juega y dalo todo en cada tiro Controla tus movimientos o habrás perdido.
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XV. Sentido Inverso por Alicia Ameyali Escobar Romero
Mirarte tranquilo, dócil… ¿cómo se supone que hallemos la paz que ni en nosotros mismos tenemos? ¿Desde cuándo las tormentas inspiran paz? Todo funciona en teoría…sólo en teoría y en silencio. ¿Oyes la lluvia caer? ¿No? Otra plática más sólo conmigo, mientras este frío me quiebra la piel. Pero tú conservas esa calidez propia de la primavera. Tic,tic,tic…sigue lloviendo, las gotas golpean la ventana queriendo entrar. Cómo cambian las… ¡Cómo hemos cambiado! Aún cuando estás aquí te extraño y me sobran los deseos de invertir las manecillas del reloj (tic-toc, tic-toc, tic-toc…), de volvernos extraños y „„hola ¿cómo estás?‟‟ de nuevo; pláticas sin sentido a mitad de la noche. A veces cuesta mucho confiar en alguien, ceder. Cuesta bajar la guardia y mostrarse frágil, quebrantable. Cuesta, porque duele ver la propia fragilidad en otras manos, donde parece fácil que se quiebre y caiga cada pedazo de mí. Duele; porque siempre hay un pedazo que se pierde. Creo oírte suspirar, tal vez en unos minutos te alejes de Morfeo y… „„hola ¿cómo estás?‟‟
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XVI. Juego por Mónica Galván No sé si te parezca desesperado, no sé si te parezca absurdo Que una mujer te escriba versos, y los deletree con tanta devoción Por que como cualquier otra canción, habla de la entrega sin condición Pero más, de la sinceridad del corazón. Todo esto, no sé si lo sientas tú también No te estoy presionando, solo quiero que lo recuerdes bien Desesperada, tal vez, ansiosa, a lo mejor Solo quiero que recuerdes que lo que siento es amor. El amor es paciente, el amor es bueno, Cuando sabes que eres correspondido. No sé si estas enterado, pero lo que siento es verdadero Lo que sucedió, para mí no es solo un pasatiempo. Muchas hablan del amor como si fuera cualquier cosa Como un problema, como una maldición, como una carga más Tal vez no estés listo aún, o tal vez solo te molesto Solo quiero que sepas que aquí estaré cuando te encuentres listo. Me duele, me remuerde, me desconsuela Que tal vez puedes dejar de amarme Solo somos niños, consciente estoy Pero nadie decide si debe enamorarse hoy. Esa noche increíble, rápida e implacable Los dos escondiéndonos de la vista ajena Entre risas y caricias, la adrenalina por nuestras venas Con la playa y un beso, comenzó este juego. Tengo miedo de sentir que despavorido huyes de mí De que sientas lo que cuando te llamaba ella sentías Te des cuenta de todo lo que ocasionas en mí ser Cuando me llamas y me dices que me quieres ver. Tus ojos, mi cuna, tus labios, mi desplazo A un mundo perfecto, donde no importa nada, Tus brazos, mi resguardo, tu sonrisa, mi tesoro Un tesoro que no cualquiera el respeto concede. Tengo miedo de que no me vuelvas a buscar, De que de mí te vayas a hartar,
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O peor, que de mí te vayas a olvidar Y mi amor jamás vuelvas a considerar. Me hace sonreír el hecho de que estés ahí El hecho de que me encuentres solo para saludar El sonido de tu voz es mi melodía a cantar Y tu risa me hace suspirar, como las olas del mar. Confundido estás, apresurado sientes que vas A enamorarte de mí, a dejar todo atrás Te esperaré, deletreando tú nombre mil veces En la hoja de mi cuaderno y en una estrella fugaz. No sé si te vaya a asustar, no sé si te vaya a alegrar Ni si te va a molestar, o si te va a cansar Esto es lo que siento más o menos, No puedo hacértelo más claro, ni más ameno.
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XVII. Descansa amor mío por Karla Cannet Castro Abro mis ojos y te veo a mi lado Sonrío al saber que nuestro sueño se ha cumplido. No hay edificios, no escucho autos, Sólo tu respiración y el viento soplar. Cocino con lo poco que hay, Y no me importa compartirlo contigo Porque sé que esta vida es temporal, Pero nuestro amor es eterno. Llegas, me abrazas y suspiro, Me tomas en tus brazos Cuanto tiempo esperé para esto No puedo creer que sea tan feliz. Escucho tu risa, extiendo mi mano Te acercas a mis labios, me enamoras otra vez. Me pierdo en tu mirada, me provocan tus caricias. Y de nuevo nos fundimos en la pasión de nuestro ser. Mi profesión es amarte En medio de este lugar. No te sientas solo cariño mío, Que Dios y yo estaremos siempre para ti. No aprecies más lo externo, Y mira el fruto que se gesta dentro de mí, Mira mi sonrisa al verte llegar, Mira la felicidad que nos envuelve al pasar. No me importa lo que el mundo hable, Yo sólo quiero estar por siempre a tu lado, Continuar caminando en este desierto Refugiada en tu pecho. Descansa amor mío, duerme entre mis senos. Sabes bien que nuestra mirada No está puesta en el hombre, Sino en el Dios vivo que está en los cielos.
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I. Los santeros de Nueva Orleans (Fábula) por Fernando Márquez -¿Es usted Yurierkis?- Pase caballero, presiento que necesita algún trabajo- le dice Yurierkis, y al decirlo, lanza unos caracoles en la mesa en un local oscuro y esotérico, el hombre se asombra y Yurierkis pronuncia un conjuro que parece en un dialecto africano, al momento que parece convulsionar y se le voltean los ojos, todo empieza a moverse y el hombre misterioso sale asustado. -Ja,ja,ja, el trabajo ya se hizo de todos modos, Ashe está realizando ahora mismo la petición, queda en tu conciencia ThierryMientras tanto en el pantano pasa algo muy extraño; el cuero sin vida de un cocodrilo empieza a moverse, al momento que entra un grupo se sombras a él, se escuchan gritos de ultratumba… Jean se levanta y no puede creer lo que ve, sus manos están cubiertas de escamas, el hechizo del santero dio efecto y lo convirtió en cocodrilo, Jean empezó a gritar cuando unos animales lo empezaron a rodear… -¿Porqué gritas, que no te habías dado cuenta que eras un cocodrilo hasta ahorita?- dijo una serpiente -Yo presiento que hay algo extraño en este cocodrilo- dijo un sapo - Está loco, a lo mejor, yo creo que está fingiendo- dice un caimán -¿Qué? ¿Ahora todos los animales hablan, quiénes son ustedes, no ven lo que me pasa? Yo soy un humano, un brujo me hizo esto- dice Jean - Se los dije, yo lo presentí, esto fue obra de un brujo, probablemente santero o vudú… por cierto me llamo Yuat- dice el sapo - No creo que seas un humano, ¿Porqué te íbamos a creer?- dice el caimán - … Yo ya había visto esto, yo si le creo al cocodrilo, deberías hacerlo tú también Jaial, Yuat, tu puedes ayudarlo, ¿No?- dice la serpiente- Por cierto me llamo KaYuat dijo que conocía a un santero que estaba en lo más peligroso del pantano, y Jean dijo que por favor lo guiaran, los animales terminaron por aceptar y emprendieron su viaje. Poco a poco iban cruzando el pantano Jean, Yuat, Jaial y Ka. -Debo advertirte que Mauel, el santero no es ningún alma caritativa, el querrá algo a cambio de tu transformación- dijo Yuat -A decir verdad, dudo que quiera ayudarte, es más famoso por sus embrujos de magia negra, que por sus curaciones- dijo Ka - Aún así quiero intentarlo, para poder vengarme del maldito Thierry que me hizo esto, estoy seguro que fue él, sólo así pudo deshacerse de mí para tener el camino libre hacia Elodie y el amuleto- dijo Jean - Para poder llegar a tiempo con el brujo, necesitas agilizar esas patas tuyas Jean, se nota que no estás acostumbrado a moverte- dice Jaial, que tenía acento caribeño, y en cuanto dijo esto, observaron una luz cerca de ellos. - ¿Qué es eso?- dijo Jean -Qué extraño, nunca había visto una luz así en plena noche- dijo Ka y de la luz provino una voz- Cocodrilo: ¿Qué te pasa? Parece como si fueras un hombre encerrado en el cuerpo de un animal…-
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-No puede ser, hasta las luces hablan aquí, ya ni modo, y, ¿Tu como sabes?- le dijo Jean -Entonces es cierto, te ha transformado, yo me entero de muchas cosas, y también se que estás yendo por el camino incorrecto, no siempre tienes que hacer lo que otros te digan, porque creen saber de lo que hablan, si un santero te transformó, ¿Cómo crees que otro te ayudará? Tienes que usar el cerebro de humano que tienes- dijo la luz - ¿Y porqué confiaría en ti? Ni se bien que eres, ¿Cómo se que tú tienes la razón?- dijo Jean - Solo te digo que pienses bien, si ves una luz brillante, ¿No crees que te guiará a la salida?dice la luz - No le creas- dice Jaial -Piénsalo, ninguno de nosotros ha ido con el santero, sólo nos han dicho que está en este pantano, y hemos sabido y visto cosas muy extrañas de el- dice Ka, después de esto - En ti queda, por lo pronto me separo de ustedes, Bianca fuera- dice la luz y sale a toda velocidad, Jean se queda pensando, pero aún así siguen por el camino hacia el santero, mientras más se acercan, mas se turna oscuro el pantano y tenebroso, se torna de noche y se detienen para dormir. Al despertarse siguen su camino, y llegan a lo último del trayecto. - Nunca había llegado a esta parte del pantano-dice Jaial -Y, ¿Ahora qué hacemos?-dice Ka -Ahora es cuando decides el camino, de ti depende volver a la normalidad, nosotros solo te acompañamos- dice Yuat. Jean se dio cuenta que ese era un momento decisivo en ese momento de su vida, o seguía el camino que le decían los demás o seguía la luz, la luz le había dicho una gran verdad, que el camino lo hacía él y no los demás y el santero era lo único seguro o al menos conocido, después de analizar siguió el camino del santero, no quiso arriesgarse. -¿Estás seguro de tu decisión? Todavía puedes cambiar de opinión-dice Ka -Mira Jean, la verdad la luz tenía mucha razón en lo que dijo, tendré que obligarte a regresar- dice Jaial -Es mi problema, yo voy a solucionarlo, no tu- le dice Jean - Me he convertido en tu compañero de viaje, desde que empezamos el viaje me he hecho parte del problema, así que vienes o vienes- Después de esto, empezaron a pelear por el camino, obviamente Jaial tenía más ventaja porque Jean no sabía utilizar su cuerpo, pero Jean era más grande, Yuat trató de separarlos al igual que Ka, pero los 2 no pudieron y salieron lastimados, ya que los 2 estaban cansados y visiblemente lesionados, se les apareció una sombra que se materializó en un hombre, que resultó ser el santero, Jean les planteó el problema y el santero escuchó, después de estar, observó que Jaial y él estaban lastimados, levantó un bastón con el cual se sostenía… -Ja, ja, ja, cocodrilo inútil, ¿por qué crees que yo con mi gran poder habría de ayudarte?dijo el santero -¡Te lo dije y no me escuchaste!- le reclamó Jaial -¿Tu sabes cómo me llamo? ¿No crees que es una casualidad que solo haya 2 santeros en Nueva Orléans? Me llamo Mauel y soy hermano de Yurierkis el santero, y ahora tonto, se terminará el trabajo que ese Thierry pagó, y por cierto, muy bien pagado- al momento de decir esto, lanzó un extraño conjuro y de su bastón salieron espectros que parecían sombras que iban directo a Jean que comprendió que era hora de sacar la casta y el valor,
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de afrontar las consecuencias, trató de repeler a las sombras y a algunas logró alejarlas, pero eran muchas para él, y Mauel había paralizado a los demás que venían con él. Cuando todo parecía perdido, la luz llegó y destruyó a las sombras y el santero se aterró y enojó al mismo tiempo, y lanzó todo lo que tenía contra la luz, la luz atacó la sombre del santero, pero no pudo con el poder oscuro y se apagó. -Hasta crees que me venciste, santero de chistorra- dice una anciana vestida de blanco, con un bastón, muchos collares y lentes oscuros -No puedes ser, se supone que estabas muerta, maldita anciana decrépita, ni siquiera tú puedes contra mi poder- dice Mauel La anciana levanta las manos y Jean hace lo mismo, y a Jean le entra un poder sobre natural y ataca con una mordida mortal a Mauel, desapareciéndolo en sombras, en ese momento Jean se convierte de nuevo en humano, y pierde el conocimiento. Cuando despierta, se encuentra frente Thierry, el que lo quiso desaparecer y, sin pensarlo 2 veces lo agarra a golpes al punto en que lo deja sangrando, casi inconsciente, lo obliga a devolverle su terreno y va a ver a Elodie. Siempre quedó agradecido con la anciana vudú y con sus amigos Yuat, Jaial y Ka, siempre iba a visitarlos. La moraleja es que siempre en algún momento de la vida pasarás por tiempos difíciles, y tendrás que apoyarte en los demás para que te guíen, mas siempre la decisión correcta la tendrás que tomar tu y solo tú, y decidirás por ti mismo y asumirás las consecuencias, y al final, si tomaste la decisión correcta, te esperará un futuro feliz y prometedor.
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Ensayo *Respeto (Del lat. respectus, atención, consideración). 1. m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien. 2. m. Miramiento, consideración, deferencia. 3. m. miedo (recelo). 4. m. ant. Respecto. 5. m. germ. Espada (arma blanca). 6. m. pl. Manifestaciones de acatamiento que se hacen por cortesía.
I. Sabor agridulce por Krishna Almaraz El respeto es la envoltura de un delicioso caramelo. Éste dulce caramelo necesita de una buena envoltura para preservarse, cuidarse, mantenerse, y cuando el tiempo sea el adecuado, podamos disfrutar el caramelo al máximo. ¿Por qué pensamos que la envoltura no es necesaria? ¿Por qué malinterpretamos esa colorida y útil envoltura, y la usamos inadecuadamente? Los adultos, que por cierto ya han participado mucho más en la lotería de la vida, son nuestros soles. Nos guían y nos ponen el ejemplo. Pero, ¿Estamos seguros que todos los adultos son soles? ¿Cómo podemos distinguir un sol sin brillo, un mal ejemplo, un ángel caído?
Creo que es necesario darnos cuenta que sí existen malas hierbas, y estas no se merecen el mismo respeto que los grandes árboles que conforman y decoran nuestros bosques. También mis ojos color brócoli no pueden evitar el notar que los adultos, ¡Adivinen que!... NO SIEMPRE RESPETAN A LOS JÓVENES. Por ser más nuevos en la vida, ¿Somos tontos?, ¿Somos menos?, ¿Nuestra opinión no cuenta?, ¿Somos inmaduros? … ¡No! Debemos aprender a diferencias las ocasiones donde el respeto es debido, aquellos casos en donde lo cortés no quita lo valiente. Saber utilizar esta envoltura hará que nuestro caramelo sepa más dulce. Pero también debemos saber cuando esa bella envoltura se nos exige hacia los demás y no se nos da. En base a lo anteriormente mencionado, ¿Somos todos merecedores del respeto del prójimo, tan solo por ser una parte pequeña de nuestro mundo, como una moronita que con muchas otras juntas forman una barra de pan? ¿Es el hombre obligado a respetar a su entorno por los paradigmas de la sociedad? ¿Es el hombre naturalmente respetuoso, o arrogante y egoísta? Invito a la sociedad entera, a pequeños saltamontes y a grandes osos, a cuidar el caramelo. No olvidemos que el caramelo es el néctar de la vida, y si no lo aprendemos a disfrutar, la vida misma pierde su propósito.
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