Espacio, usuario y sentidos
Carlos A. Pliego Tinajero Arquitectura, FES Acatlán, UNAM Seminario: Funciones Sociales de la Música en la Cultura Urbana Contemporánea, MUAC, Campus Expandido
Introducción Desarrollo este texto como modo de reflexión personal a través de las lecturas que se hicieron a lo largo del seminario, así como de intereses personales que al curso del mismo han cobrado mayor sentido. Busco con esto tirar varias hipótesis sobre el espacio, como influye la percepción del usuario a través de sus sentidos en la construcción del concepto de espacio y a través de esto, la creación de relaciones sociales, que tienen como resultado final un diseño arquitectónico del espacio. Para esto divido en subtemas a manera de escalar y llegar a dar una aproximación mas entendible. Objetivos El objetivo de este ensayo es, retomando la narrativa de Careri de que el hombre construye una idea de espacio a través del andar, plantear que los sentidos, al momento del andar están en lo que se establecerá como “estados de alerta sensorial” y, a través de los estados de este concepto, se pretende hacer un análisis comparativo de la configuración espacial del modelo de prisión denominado panóptico con los espacios de espectáculo, partiendo de la premisa que están diseñados para que el usuario tenga sus sentidos enfocados en un solo punto, siendo esto una suerte de “panóptico invertido”.
El andar y la construcción del espacio En Walkscapes Careri menciona que la ciudad se descubre a través del andar y en su analogía del nómada nos da a entender que es éste el ser a través de quien se crean necesidades, justamente por moverse y descubrir el mundo. Es el nómada quien tiene impulsos creativos puesto que se enfrenta constantemente con un mundo que desconoce y, es por esto, que necesita crear mas cosas para enfrentarse a un mundo que. En este caso, Careri utiliza el término homo ludens1 (el hombre que juega) para referirse al nómada. Parece muy interesante esta analogía que a la vez retoma de Johan Huizinga, y a través de esta, entender las creaciones y descubrimientos del nómada como resultado del juego y de su forma de vivir. En el andar se pueden mencionar dos formas en las que el individuo se aproxima al espacio desconocido: desde el orden y desde el caos, siendo estas dos producto del estado mental inmediato anterior en el que se encuentra el caminante. Estas dos condiciones son determinantes en la aproximación del individuo al espacio y de ellas dependerá en gran parte lo que quede registrado en su memoria, los conceptos que construya y posteriormente, las relaciones sociales que se llevarán en torno a ese espacio. Un ejemplo de esto es como se llega a nombrar a los lugares por las civilizaciones prehispánicas, siendo Mixcoac (“lugar de la nube serpiente”) y Xochimilco (“la sementera de flores”) algunos ejemplos en nuestra mexicanidad. Los niveles de conocimiento y desconocimiento que se plantean en estos esquemas son, a mi entender, el compromiso y la repetición que se llegan a tener de un lugar, según la siguiente cita de de Certeau: “El barrio es una noción dinámica, que necesita un aprendizaje progresivo que se incrementa con la repetición del compromiso del cuerpo del usuario en el espacio público hasta ejercer su apropiación de tal espacio.” Una vez en el acto del andar, el individuo va construyendo (y deconstruyendo) inconscientemente imágenes/mapas mentales que mas tarde le ayudarán a generar un conocimiento del espacio y con esto, un concepto de lugar como tal. Dicho concepto se significa y se re-significa con el pasar del tiempo y a través de las experiencias de cada individuo. La relación entre el conocer y el andar nos llevan a preguntar: ¿Qué es lo que sucede al andar?, una de las hipótesis es que, al andar, el ser permea sus sentidos y trabaja en estados de alerta sensorial. Entendemos por estados de alerta sensorial, estados en los que el ser (en cuerpo y mente) está en alerta a través de sus sentidos e instinto, y esto ayuda a la construcción experiencias que mas tarde el individuo tomará como parte esencial para la conclusión de conocimientos. Véase Careri, Franco. “Errare humanum est” en Walkscapes: el andar como práctica estética Ediciones Gustavo Gili, Barcelona, 2009, pp. 29-51. 2 Véase de Certeau, Michel. La invención de lo cotidiano Universidad Iberoamericana, Departamento de Historia, México D.F., 2006, p. 10. 1
En el esquema se muestran dos ejemplos de aproximaciones, en el primero como es que el caminante que no tiene una idea definida sobre el espacio y tiene una predisposición del caos sobre el mismo, y al pasar la línea frontera del “conocimiento” crea una idea lineal, en la cual su conocimiento sobre el lugar, a su entender, está concretado; en la segunda aproximación, se tiene una pre-disposición a que todo está ordenado, sin embargo, mientras mayor conocimiento se tiene del espacio, se encuentra con que este es en esencia caótico y que no hay un orden como tal. Uno de los elementos mas importantes en el conocimiento de un lugar es la frontera de familiaridad que es esquematizada como frontera de conocimiento, esta es definida como el momento en el que el ser tiene la sensación de familiaridad o de conocimiento de determinado lugar, esta frontera es variable y tiende a aparecer y a desaparecer con el paso del tiempo, sin embargo, es el elemento mas importante en la construcción del concepto de lugar. Para ejemplificar el primero, podemos tomar la película Jurassic Park, de Steven Spielberg, en la que la primer aproximación de los niños es a través de la visita al parque que es creación de su abuelo y en el cual está todo bajo control, sin embargo, llega a haber momentos en los que su vida llega a estar en riesgo. Como segundo ejemplo podemos tomar la película A Nightmare on Elm Street, de Wes Craven, en la que los protagonistas se ven perseguidos por un sujeto que habita en sus pesadillas y los asesina mientras duermen. Al final, las condiciones sensoriales en que viven, en constantes estados de alerta, logran ayudar a la protagonista a tener cierto conocimiento del mundo de las pesadillas salir viva. Otro buen ejemplo de esta aproximación es The Matrix, de las hermanas Wachowski.
Los sentidos: estímulos y fronteras Estos estímulos, son un factor muy importante en la vivencia del espacio, la creación de un concepto sobre este y, por tanto, el uso que se da del mismo. Enfocándonos en el espacio público como género espacial en el que se realizan el mayor número de prácticas, encontramos que está lleno de señales y anuncios que transgreden de una manera directa los sentidos del usuario, elementos como la música de fondo (muzak) y el mobiliario urbano, son determinantes en el comportamiento del usuario en el espacio y por lo tanto de su desarrollo integral como ciudadano y como ser humano. Para comprender mejor la fenomenología en que se agrede al cuerpo desde las prácticas en el espacio público, cabe señalar las diferentes escalas en que trabajan los sentidos y desde esto, visualizar cuáles son los sentidos más propensos a dichos mensajes, dado que se pueden estimular desde una distancia no necesariamente física del cuerpo. Bajo la premisa de que el conocimiento de un lugar es en parte importante a través de la percepción de los estímulos fisiológicos que este encuentra en su vivir, cabe esquematizar los niveles en que los sentidos humanos son estimulados por diferentes variantes y la distancia física de éstas de acuerdo al cuerpo. En la experiencia corpórea, como lo vimos en algunas lecturas, sobre todo acerca de los dispositivos portátiles de reproducción musical, se pueden emular y evocar estados que tienen cierto significado en el ser, a través de esto se personifican las experiencias y se fragmenta la sociedad desde el individuo. Espacio vital del ser Estímulos externos
Se define el espacio vital como aquel espacio que construye el individuo para y a través de si mismo por medio de diferentes prácticas como escuchar música con audífonos, leer y en algunas ocasiones hasta el pensar. Retomando el concepto de Delgado de que el enamorado, el adolescente, el outsider, el artista, el rebelde y el etnólogo de lo urbano habitan “otro” espacio público, se trata de explicar de esta manera que el espacio del que se habla es aquel que solo existe para su persona.
Desde una mayor escala, resulta un fenómeno curioso la intersección de espacios vitales en el espacio público, es, como lo describe Delgado: “escenario de un tipo insólito de estructuración social, organizada en torno al anonimato y la desatención mutua o bien a partir de las relaciones efímeras basadas en la apariencia, la percepción inmediata y relaciones altamente codificadas y en gran medida fundadas en el simulacro y en el disimulo.”3 En el espacio público se entretejen toda una suerte de personalizaciones y construyen una identidad del colectiva del anónimo. La interacción de los cuerpos en el espacio público, se ve mermada por los medios de comunicación y mensajes de consumo que disocian. Es interesante pensar entonces cuales son las prácticas que hacen que la construcción de la ciudad funcione como tal y bajo que principios se rige, esto entendiendo que además de su escala la ciudad es caracterizada la práctica de las relaciones sociales en un determinado espacio. Esto me hace pensar inmediatamente en los medios digitales y sobre todo en el cómo se generan, desarrollan y expiran las relaciones interpersonales a través de estos, si bien hay una tendencia a la des-humanización (desde el cuerpo, que podríamos entonces llamar “descorporificación”), los medios cumplen la función de ayudar a la interrelación entre quienes hablan el mismo lenguaje, sin embargo, son las prácticas las que afectan y hasta cierto punto ponen en riesgo la naturaleza de las relaciones humanas. Como advierte Zizek en El Acoso de las Fantasías al inicio de la sexta parte, “habría que tomar una actitud conservadora, como la de Chaplin con relación al cine sonoro” 4. En esta analogía habría que notar que en la actualidad el cine mudo no es lo que mayormente se produce y que ha habido grandes obras de cine desde el cine sonoro.
Cuando la construcción de relaciones sociales abandona el espacio físico, estas se fugan de la vista del etnólogo de lo urbano, sin embargo, este hecho abre nuevas brechas en el estudio de lo social. 3 4
Véase Delgado, Manuel. El animal público Anagrama, Barcelona. 1999, p. 12. Véase Zizek, Slavoj. El acoso de las fantasías Siglo XXI Editores, México. 1999, p. 148.
Esquema de las relaciones espaciales en las cuales son estimulados los diferentes sentidos. En el esquema se muestran las distancias en que los diferentes sentidos logran ser estimulados, se busca entender que dichos sentidos trabajan con diferentes escalas y, por tanto, juegan un papel completamente distinto en la construcción de una experiencia. Podemos notar que los sentidos cuyos órganos sensibles requieren de un contacto físico son el tacto y el gusto, siendo este segundo un sentido que a pesar que requiere del alimento el estar dentro del cuerpo para poderse estimular, tiene gran relación con el olfato, por eso se decide poner en segundo lugar; el olfato es colocado en la frontera, pues a pesar que su percepción es a través de la respiración, el medio aéreo hace que no sea tan fácil decidir qué es lo que se va a oler como lo que se va a probar. El oído y la vista son sentidos que se pueden estimular sin tener necesariamente contacto físico con el cuerpo, y es principalmente a través de estos sentidos en que los medios de comunicación y de mercadotecnia se aproximan a sus consumidores. Las imágenes y los sonidos juegan parte esencial en torno al imaginario colectivo.
Los espacios del espectáculo, configuraciones panópticas Si bien en el espacio público se viven fenomenologías al parecer muy aparentes que nos llevan a estar bajo estados de control, enajenación y consumismo, nos son los únicos espacios que llevan este tipo de mensajes, existe también en los espacios del espectáculo y otros. De acuerdo con la configuración de los espacios de espectáculo, entonces podemos concluir que estos ayudan a que el artista ejerza poder sobre el usuario, y a esto también tiene que agregarse la disposición en que el usuario llega psicológicamente a presenciar el espectáculo, pasando de ser usuario del espacio a caer a la categoría de espectador. Podemos diferenciar al usuario del espectador en que el espectador tiene una actitud pasiva en torno a lo que acontece frente a si, solo observa, y el usuario hace uso de algo, encontrando el sentido útil de tal o cual cosa. Un tipo diferente de usuario es el que podríamos llamar “usuario creativo”, que es aquel que además de encontrar el sentido útil, participa de una manera activa en lo que sucede. Estos tipos de usuario es más fácil de diferenciarlos en los museos que en los espacios del espectáculo. En los espacios de espectáculo convencionales (teatros, auditorios, salas de cine, etc.), los sentidos que son mayormente estimulados son la vista y el oído, esto se apoya en el diseño arquitectónico para que se logre una eficiencia mayor, es decir, que los espectáculos visuales sean observables por el mayor número de asistentes posibles y que los espectáculos acústicos, logren ser escuchados de la misma manera por el mayor número de personas, esto siempre buscando que la experiencia sea lo más similar posible sin importar el espacio geométrico que se ocupe. Para esto la arquitectura se apoya de dos disciplinas complementarias del diseño arquitectónico: la isóptica y la acústica. Entendemos a estas dos disciplinas si bien como auxiliares para que el espacio geométrico cumpla con los requerimientos de los espectáculos y lleve a los asistentes a experimentarlo de una manera “adecuada”, también como una manera de condicionar el acto de estar presente en ese espectáculo y de “seguir” desde el funcionamiento arquitectónico los protocolos que se siguen en cada uno de los espectáculos. Es decir, en un concierto de orquesta, por ejemplo, se tienen ciertas limitantes espaciales para que el usuario cumpla con los protocolos y no se brinda libertad mayor que la que está prevista por los mismos. La posición del espectador con respecto a quien se presenta en el escenario condiciona y regula también como se debe comportar este con respecto al resto. La práctica de poder en el espacio del espectáculo y su comparación directa con el panóptico, parte del supuesto de que en el panóptico el observador ejerce solo la práctica de observar, pero si, en el mismo lugar geométrico realizara una acción, por ejemplo, saltar la cuerda, todos los presos estarían sujetos a verle saltar la cuerda. Si además de esto hubiera bocinas direccionadas a cada una de las celdas, se podría hacer más evidente el sistema de control que se ejercería sobre estos.
El sentido del poder es entonces cambiar el observar por regular lo que se ve. en este caso Controlar el contenido al que se tiene acceso a través de mensajes subliminales Los espacios del espectáculo guardan entonces un gran potencial en sus usos y configuraciones geométricas, mismas que deberían siempre tomarse en cuenta para construir una experiencia desde el espacio, me refiero con esto a buscar que cada eventualidad que pase en un espacio tenga un acuse, una característica propia del espacio y del público. Con esto busco criticar abiertamente a las salas de multicinemas, cuya reproductibilidad ayuda a volver del cine, en sus versiones mas comerciales, a volverse un instrumento más de consumo.
Espacios ocupados por los usuarios/espacio vital
Panopticon Royal Exchange Theatre Comparativa de plantas arquitectónicas del concepto de panóptico y el Royal Exchange Theatre. En este caso podemos observar la similitud espacial bajo la cual se configuran ambos casos, lo que diferencia a uno del otro es que uno es una prisión y el otro es un espacio del espectáculo, este uso se simula aunque la configuración geométrica del espacio cambia según los requerimientos de cada espectáculo, en el caso del cine el espacio es configurado para que todos los asistentes puedan ver la pantalla y se colocan bocinas estratégicamente para que la experiencia acústica de igual manera tenga las características más parecidas en cada una de las localidades.
Cine Ópera Espacios ocupados por los usuarios/espacio vital
En los espacios de espectáculo, en corte, podemos observar en rojo los espacios vitales de los individuos y como en estos espacios se tiende a experimentar toda clase de emociones a través de solo dos sentidos, la vista y el oído. Si bien hay espectáculos en los que se piensa en tener alguna clase de contacto físico con el espectador o alguna otra manera de transgredir el espacio vital, en pocos se logra llegar a un proceso de verdadero cuestionamiento, y los que llega a haber, son poco promovidos o mal vistos por el público común.
Harou-Romain. Plan for a penitentiary, 1840 A prisoner, in his cell, kneeling at prayer before the central inspection tower.
La búsqueda, plantea en su oportunidad Bretch y más tarde desde su influencia Littlewood, es de “dar al espectador una experiencia, sino también de sacar de éste una decisión práctica de intervenir activamente en la vida.”5
Véase Matthews, Stanley. From Agit Prop to Free Space: The Architecture of Cedric Price, Black Dog Publishing, Londres. 2007 p.52 5
Conclusiones El cuerpo es el medio por el cual el individuo experimenta el espacio, vive. Es nuestra tarea, primero como seres humanos, re-apropiarnos de nuestro propio cuerpo y a través de este, y en segundo, como quienes podemos tener de alguna manera que ver con la experiencia corpórea de alguien más, ser siempre muy responsables sobre lo que se puede influir. Hay infinidad de mecanismos y de mensajes que nos violentan día con día. El caso de los espacios de espectáculo es solo el más evidente, pero cabría también hacer un análisis de los museos, parques, hoteles, etc. Incluso hay quienes comparan el panóptico con las computadoras. Todos estos espacios están de alguna manera mediados y a través de repensar su propósito y una vez entendidos los problemas que afronta el ocupante en la sociedad actual, podremos afrontar el reto de diseñar algo que ayude a que este se desarrolle integralmente como ser humano. Es alarmante la enajenación a la que nos vemos sujetos y la descorporificación que se lleva a cabo a través de los medios audiovisuales. Bibliografía Careri, Franco. Walkscapes: el andar como práctica estética Ediciones Gustavo Gili, Barcelona, 2009. de Certeau, Michel. La invención de lo cotidiano Universidad Iberoamericana, Departamento de Historia, México D.F., 2006. Delgado, Manuel. El animal público anagrama, Barcelona. 1999, p. 12. Zizek, Slavoj. El acoso de las fantasías Siglo XXI Editores, México. 1999 Foucault, Michel. Discipline and punish: The birth of the prison Random House, Inc., Nueva York. 1995 Matthews, Stanley. From Agit Prop to Free Space: The Architecture of Cedric Price, Black Dog Publishing, Londres. 2007
Contacto captliego@gmail.com