Muchos salvadoreños están confiando sus ahorros en empresas que no tienen supervisión especializada ni están sometidas a un marco regulatorio diseñado para empresas financieras; tal situación en la que tiene una responsabilidad importante el Estado, en parte ha sido generada por las políticas de la banca extranjera que opera en el país, empresas que no tienen interés en atender a pequeños ahorrantes, lo cual ha tenido como consecuencias que esas personas busquen solucionar sus necesidades crediticias y de depósitos con empresas no reguladas (cooperativas, cajas de crédito, fundaciones, etc.), las que generalmente son administradas por personas que no tienen los créditos necesarios para manejar recursos del público.