Noviembre - Diciembre / A単o 4
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Los 40 a単os del parque de los hippies El gran maestro Retratos breves * * El pasado oscuro de La Pestilencia Destinos de fin de a単o
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DIRECTOR Jorge Pinzón Salas
GERENTE GENERAL José Luis Sarralde Molina
REDACCIÓN Paula Ricciulli
GERENTE COMERCIAL Andrés Felipe Medellín Torres
jpinzon@cartelurbano.com
paular@cartelurbano.com
Gisela Ramírez
jlsarralde@cartelurbano.com
andresm@cartelurbano.com
Luis Carlos Dávila
DIRECTOR DE GESTIÓN CULTURAL Juan David Arenas
DIRECCIÓN DE ARTE David Segura
EDITOR ONLINE Esteban Triana
DISEÑO & DIAGRAMACIÓN Juan Mojica
EJECUTIVOS COMERCIALES David Roa
FOTOGRAFÍA Carlos Basto “Spoon”
Laura Hernández
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CORRECCIÓN DE ESTILO Elkin Rivera
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ÁREA FINANCIERA Y ADMINISTRATIVA Ofelia Lozano
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Carolina Ardila
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JEFE DE DISTRIBUCIÓN David Roa davidr@cartelurbano.com
IMPRESIÓN Printer Colombiana S.A.
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PRACTICANTE Jenny Torres
es una publicación de:
Casa Cartel Urbano Cra. 8A No. 42 - 25 Tel: 2883779 www.cartelurbano.com
PORTADA Camo MODELOS Estefanía Leaño de DC Models Lola Duarte Gelvez ROPA JUAN Little Ramonas
Colaboradores Es hincha de Millonarios y una biblia callejera en diversos temas. Melómano y periodista bogotano. Entrevistó para esta edición a La Pestilencia.
Estudió literatura. Sus artículos han aparecido en SoHo, Gatopardo, Rolling Stone y El País (España). Autor de la novela Sálvame, Joe Louis.
Para los mamertos es facho y para los fachos mamerto. Filósofo y periodista. Retrata en este número al mamerto colombiano.
Barranquillera, 26 años, de los cuales lleva nueve viviendo en Bogotá. Estudió artes visuales y filosofía, y ahora está haciendo una maestría en literatura. Es editora de Blog.com.co.
A veces dibuja, a veces escribe. Bogotano, 1971. Profesor de arte de la Universidad de los Andes. Caricaturista. Escribe por primera vez en Cartel Urbano.
Nació en Colombia. Estudió Comunicación Social y Literatura. Ha escrito dos novelas: Su casa es mi casa y Recursos humanos. Es columnista de la revista SoHo.
La mitad de su vida la ha dedicado a la radio. Modelo 1979. Colaboradora de Cartel Urbano desde la primera edición. Comunicadora social de profesión.
Comunicador de la Javeriana. Enseñó español durante un año en Ciudad Bolívar. A partir del artículo que escribió para esta edición, ha empezado a usar más la bicicleta.
Ya no fuma pero aún bebe. Es buena titulando y contando chistes. Como libretista le gusta utilizar nombres compuestos para las villanas de las telenovelas que escribe.
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No sabemos si escriben a cuatro o a seis manos, ya que son un colectivo. Lo que sí sabemos es que lo hacen bien. También conocido como el “bulevar de los sueños rotos del fútbol colombiano”, el Bestiario del balón debutó como blog a finales de 2005.
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En escena
Desde mayo pasado, una vez al mes, diversos proyectos musicales vienen tomándose un espacio muy bacano de la noche bogotana: Radiónica Sound System. El objetivo de este evento, en el que se presentan propuestas sonoras de primer nivel frente al público fiel de Radiónica, es crear una plataforma en vivo para la difusión de la música que se programa a diario en la emisora. Hasta el momento han tocado Diva Gash, Velandia y La Tigra, Ciegossordomudos, Systema Solar, Profetas, Retrovisor, La Pestilencia, Nawal, Superlitio, entre otras bandas. Lugar: Centro Cultural Gabriel García Márquez / Calle 11 No. 5-60 Hora: 6 a 8 p.m. Entrada libre Próximas fechas: 26 de noviembre 3 de diciembre
L a sen sac ión q ue le q ueda a l espec t ador después de ver, a través de una ventana, la obra Sobre algunos asuntos de familia: el autor intelectual, es haber estado fisgoneando una pelea en la casa del frente. Y esa fue, precisamente, la intención del joven dramaturgo Jorge Marín al hacer el montaje de esta inquietante y divertida pieza teatral en un escenario poco convencional: la sala de su apartamento. “Empezamos ensayando en mi casa y después nos dimos cuenta de que lo mejor era montar la obra ahí, para que así el espectador se convirtiera en voyerista, en chismoso. Desde el ingreso, el hecho de tocar un timbre y entrar a una casa crea una atmósfera diferente, como si se estuviera viendo la vida de otros”, dice Marín. Esta es la historia de tres hermanos, Sergio, Jorge y Nora (uno arruinado, otro desempleado y la tercera al borde del suicidio), que deben decidir, junto a Elvira y Susana, las esposas de los dos primeros, quién se encargará del cuidado de su madre. Una trama entretenida, en un lenguaje cotidiano y en un formato espontáneo e innovador. La temporada empezó el 17 de septiembre y va hasta el 30 de noviembre. Funciones de miércoles a sábado 8:00 p.m. / domingos 6:00 p.m. Reservas: Cel. 315-4096003 Calle 42 No. 8A - 19 Apto. 102
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Información comercial
Luego de participar en el Ethical Fashion Show 2009, en París, KAFTAN estrenó, este 15 de noviembre, dos colecciones basadas en la recuperación de material textil usado, un concepto inspirado en la visión crítica que frente al flagelo del secuestro han desarrollado los creadores de esta marca bogotana. Rekaftan y Enraze-Reciclaje Humanitario se llaman estas nuevas colecciones de contenido ético-social. De venta en tiendas Resistencia: Cra. 7 No. 54A - 18 / Tel. 2350453 Calle 80 No. 12A - 21 / Tel. 2180934 www.resistencia-rst.com
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La movida en Bogotá
4 de diciembre LA 33 LANZA SU NUEVO ÁLBUM La famosa orquesta b o got a n a de s a l s a ofrecerá un concierto para presentar su nueva producc ión discográfica, que cont iene once ca nc iones y un arreglo de Roxanne (The Police). Lugar: Theatron / Calle 58 No. 10-32 Hora: 9:00 p.m. + info: www.la-33.com 19 de noviembre LOS AMIGOS INVISIBLES Estos maestros venezolanos del sabor y la sátira vienen a presentar Comercial, su nuevo álbum, para el que colaboraron Natalia Lafourcade y Jorge González (Los Prisioneros). Lugar: Teatro Metro / Calle 34 No. 13-28 Hora: 10:00 p.m. Boletería en www.tuboleta.com + info: www.amigosinvisibles.com Tel. 4602849
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Hasta el 20 de oviembre CUERPOS DE AGUA Exposición de la artista plástica Rosemarie Gleiser, quien reflexiona a través de su obra sobre el agua como recurso vital y como conexión con el cuerpo humano. Lugar: Edificio de Posgrados de la Universidad Nacional + info: www.rosemariegleiser.com Tel. 3165000 ext. 16142
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Del 13 al 20 de noviembre ZINEMA ZOMBIE FEST Terror, suspenso, ciencia ficción, zombis, acción y mucho gore será la fórmula de este ciclo de cine de serie B. Además de películas de Colombia, Cuba y Brasil, habrá conferencias. Lugar: Sala Fundadores / Calle 22 No. 5-21 Entrada libre + info: www.zinemazombie.com Hasta el 21 de noviembre ANTONI MUNTADAS: TRES PROYECCIONES Muestra de uno de los videoartistas más reconocidos en la actualidad. La obra de este catalán, ganador del Premio Velázquez de Artes 2009, propone una crítica frente a los medios de comunicación. Lugar: El Parqueadero / Calle 11 No. 4-14 Tel. 3431212 Entrada libre + info: www.lablaa.org/el-parqueadero Del 16 al 30 de noviembre DANZA EN LA CIUDAD 11 compañías locales, 3 internacionales y 2 nacionales. Talleres y laboratorios de creación con bailarines de Colombia y Europa. En el parque Simón Bolívar, el Centro Cultural Gabriel García Márquez y el Auditorio León de Greiff. Consulte la programación en: www.car
Hasta el 19 de diciembre UN DIOS SALVAJE Obra de teatro en la que se narra la historia de dos parejas que tratan de resolver una pelea de niños, con un lenguaje sarcástico y una fina escenografía. Escrita por la francesa Yasmina Rez. Protagonizan: Ernesto Benjumea, Victoria Góngora, Rosario Jaramillo y Ricardo Leguízamo. Lugar: Teatro Nacional Fanny Mikey / Calle 71 No. 10-25 Funciones: miércoles a viernes 8:30 p.m. / Sábado 6:00 p.m. y 8:30 p.m. $35.000 Desde el 2 de diciembre EXPOSICIÓN SOBRE LA CARICATURA EN COLOMBIA Desde 1985 la artista Beatriz González se dio a la tarea de rastrear la historia de la caricatura en Colombia, y esta muestra reúne algunos de los grabados, pergaminos y dibujos que forman parte de su investigación. Lugar: Casa Republicana, biblioteca Luis Ángel Arango / Calle 11 No. 4-14 Entrada libre
28 de noviembre ÉPICA EN VIVO Si usted es seguidor del rock gótico y lírico, no se pierda este gran concierto de esta banda alemana. Lugar: Teatro Metropol / Calle 24 No. 6-31 Hora: 7:00 p.m. Balcón: $90.000 / Platino: $100.000
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La movida en Bogotรก
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La movida en Bogotá
Ilustración: Andrés Guturo
Este colectivo, que lleva más de seis años dedicado al reconocimiento de la gráfica e iconografía popular, ha puesto a la venta afiches, postales, parches y calcomanías en la librería del Fondo de Cultura Económica del Centro Cultural Gabriel García Márquez. Hasta hace poco, este material sólo podía adquirirse a través del sitio web www.populardelujo.com, que actualmente está en remodelación.
Dentro de la cada vez más nutrida oferta de cafés en el barrio La Soledad, hay uno al que le sugerimos tener en cuenta en caso de encontrarse en la zona. Se llama La Otra Esquina y es perfecto para quienes les gusta mezclar la lectura con un capuchino, un té, un tinto o una cerveza. Diagonal 36 bis No. 20 - 70 www.magisterio.com.co
Con una donación de 154 piezas del artista Manuel Hernández, destacado maestro de la abstracción geométrica en Colombia,
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se inauguró el 15 de noviembre de 2007 el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, diseñado por el arquitecto Daniel Bermúdez. Por sus 1.600 metros cuadrados han pasado artistas, fotógrafos y diseñadores. En hora buena.
Entre la vida y la muerte
El colectivo Directo Panamericana, ganador de la convocatoria “La ciudad y los muertos”, del Ministerio de Cultura, presenta durante noviembre el proyecto Bogotá, entre la vida y la muerte, que comprende actividades como “Adopta un muerto”, un homenaje a quienes mueren como N.N., o “Cartografías de la memoria”, una serie de intervenciones que tienen lugar todos los viernes del mes en el Chorro de Quevedo y en el Parque Nacional. + info: Cel. 312-4447561
Palabra de cocinero
¿Su maestro culinario? Julieta Oriolo, la chef del restaurante bar Uriarte, en Buenos Aires. ¿Cuál es el restaurante de combate bogotano que más le gusta? Lo Mejor del Pacífico, en la calle 57 entre carreras trece y novena. ¿Qué olor le abre el apetito? El olor de un bife en la parrilla.
A los 16 años, Sebastián Bedoya tuvo su primer trabajo como ayudante de cocina en el restaurante de un hotel en Caracas. Hoy tiene 23 y es dueño y chef de La Monferrina, un restaurante de comida italiana y fábrica de pastas que montó hace año y medio en el barrio La Macarena (Cra. 4A No. 26 – 29).
Un fetiche gastronómico… Papas a la francesa y un par de huevos fritos con la yema blandita. ¿Cuál es el restaurante más caro y aburrido de Bogotá? El Tramonti. ¿Cuál fue su primer invento en la cocina? Carpaccio de orellanas. ¿Qué es lo más raro que ha comido? Yacaré, un reptil tipo caimán que vive en el sur del continente. Un sabor mata pasión… Ajo crudo o quemado. ¿A qué personaje le gustaría cocinarle? A Anthony Bourdain. ¿Qué música le gusta escuchar mientras cocina? Rock and roll ventiao. Si su cocina estuviera en llamas, ¿qué salvaría primero? Mi máquina Imperia, para hacer pastas.
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Retrópolis
Por Paula Ricciulli* Fotos: archivo de Jorge Silva
stábamos echando carreta y entre todos dijimos que nos íbamos a tomar el parque”, cuenta Gustavo A renas (Dr. Rock), uno de los asiduos visitantes de la calle 60. Corría el año 1969 y él y sus amigos acababan de salir de un concierto de las bandas Tapus, Siglo Cero y Glass Onion. Lo que empezó como carreta se fue convirtiendo en una r e a l id a d : pi nt a r on las bancas, podaron el pasto y barrieron el parque. El que hasta entonces se llamaba Julio Flórez se convirtió en el parque de los Hippies. Durante años, este parque fue el punto de encuentro por excelencia de todos los hippies de Bogotá. Era un espacio para la psicodelia, la comunicación, la socialización al calor de un bareto, las expresiones artísticas, la libertad. Un escenario donde se llevaban a cabo conciertos, fogatas, obras de teatro, happenings, presentaciones de danza, recitales de poesía y lecturas de manifiestos contraculturales.
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Retrópolis
Algunas de las bandas más populares entre los hippies eran Los Flippers, con aires psicodélicos; Génesis, dentro del folk rock, y otras menos recordadas, como Aeda, Carne Dura o Caja de Pandora. Sybius, asesinado cuando intentaba montar una obra de teatro en Granada (Meta), era el poeta por antonomasia del mundillo hippie bogotano. “Era un sitio de frescura, o como decía una expresión de esa época, crema de frescura”, dice Fito Solarte, otro de los hippies de aquellos años.
egún Tania Moreno, ex integrante de Génesis, “muchos huyeron de la casa al enfrentarse a la intolerancia de sus familiares, por lo que el parque se convirtió en su hogar”. Así ocurrió con uno de los personajes más famosos de los primeros años del hippismo en Bogotá: Manuel Vicente Peña (Manuel V), hijo de una prestigiosa familia cachaca y fundador del periódico Olvídate, en el que se publicaban manifiestos, entrevistas, poemas y dibujos relacionados con la escena hippie. “La música hizo el milagro. Fue como una especie de catarsis. Todos empezaron a reunirse en el parque y fue algo maravilloso, pues por primera vez los hijos de papi se reunieron con los loquitos de por ahí”, recuerda Solarte. “No había diferencia de clases, todos éramos hermanos”, agrega Moreno. El sector aledaño al parque empezó a ser conocido como el pa-
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saje de los Hippies, pues un español, propietario de un estrecho pasaje comercial en la 60 con novena, decidió arrendarles locales a bajo costo a los mechudos, lo que aumentó la proliferación de almacenes administrados por hippies, como Las Madres del Revólver, Cannabis, Piernas Peludas, Safari Mental, Samsa, entre otros que se especializaban en cachivaches, ropa y accesorios. Los hippies eran una mancha multicolor en una ciudad donde la gente prefería vestirse de gris, café o azul oscuro. Aunque las formas de vestir eran muy diferentes, había ciertas tendencias. Algunos lucían similares a los mod ingleses, con camisas y pantalones entallados, pelo liso y botas a los tobillos. Otros, con chaquetas de cuero, imitaban a Marlon Brando y a James Dean. Estaban también los que usaban prendas de colores vivos con influencias indígenas o de la India. Algunos almacenes de la zona se especializaban en afiches, como Tánatos (propiedad de Tania Moreno), Vampiro Ediciones y El Escarabajo Dorado (con el eslogan “En afiches sobrado”). Un afiche en el que se ofrecía una recompensa a quien encontrara a Jesús, acusado por los hippies de sedición, anarquía, conspiración y demagogia, puso en la cárcel La Modelo a Alberto y Horacio Marín, dueños de El Escarabajo. Este episodio hizo que las autoridades tomaran “acciones enérgicas contra los hippies por escándalo, conducta inmoral y perversión”, lo que ocasionó las primeras batidas de la policía. Los conciertos de rock que posteriormente se realizaron en Lijacá y en el parque Nacional, y las constan-
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tes intervenciones de la policía, le fueron quitando espacio al parque de la 60. Con el tiempo, la gente lo olvidó. Los almacenes se fueron quebrando uno a uno, y las calles aledañas, en las que alguna vez era difícil caminar por el gentío, poco a poco se fueron quedando vacías. Hoy, el parque de los Hippies es como cualquier otro parque de la ciudad. La connotación de rebeldía, libertad e igualdad que tuvo alguna vez quedó sepultada cuando construyeron allí una estación de policía, algo que los verdaderos hippies nunca perdonarán. En parte por eso, hace algunos años, cuando la alcaldía de Mockus le propuso organizar un concierto para relanzar el parque, la respuesta del Dr. Rock fue tajante: “¡Ni por el hijueputa!. *Redactora de Cartel Urbano
Es mental
Por Adolfo Zableh Durán*
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g noro en q ué estadísticas se fijan los optimistas para vivir de buen á n i mo cua ndo yo, sin ser el más observador ni el más pesimista, hallo sin problema evidencias de que la civilización occidental es un fracaso. Lo que en apariencia son pendejadas, en una segunda lectura quedan expuestas, retratándonos. El problema es que muchos no leen la vida, sino que la ojean mientras se dedican a otras cosas. Es un fracaso que los edificios sean construcciones verticales pero que se llamen “propiedad horizontal”. Mientras no definamos esa cuestión, no habrá paz en Oriente Medio. Fracasamos cuando a TV Cable la compra el hombre más rico del planeta, pasa a llamarse Telmex y sus millones sirven para que el servicio al cliente se convierta en una reverenda porquería. Que se meta un pedazo de caucho entre dos panes, se lo rebautice como “hamburguesa” y se vendan 40 millones de ellas al año, cortesía de McDonald’s, lo hallo equivalente a estrellarnos contra un muro en un carro a 300 km/h y sin cinturón de seguridad. Los traumas del accidente sanan un poco con el hecho de que la multinacional haya perdido una batalla legal contra un restaurante en Malasia llamado McCurry, al que quería hacerle cambiar de nombre. Que celebren en Asia mientras en Barranquilla lloran porque McMondongo debió cambiar su nombre a Magmondongo. Pero no sólo las multinacionales nos tienen de rodillas, nosotros mismos ayudamos a clavarnos el puñal. Gran auge ha cogido algo llamado “blanqueamiento anal”, que ha venido a acompañar al blanqueamiento dental. Lo segundo puedo en-
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tenderlo, lo primero no me cabe en la cabeza. ¿Para qué blanquearse algo que no podemos ver y que –salvo que únicamente comamos helado de vainilla– se va a ennegrecer toda la vida? En Cartagena, unos pandilleros aportaron su dosis de fracaso cuando saquearon un circo y violaron a Paola, la burra que baila. Ingenuos. Cómo no ven que durante años los costeños hemos tenido sexo con lindas burritas sin necesidad de forzarlas. Sólo en Cali han atinado a descubrir lo animales que somos, y la ciudadanía se ha puesto en manos de veterinarios para que hagan operaciones estéticas con cebolla cabezona frita y vino tinto. Y mientras nos animalizamos, convertimos a nuestros animales en personas, para compensar. Dios trajo a los perros al mundo para que sobrevivieran sin nada más que su pelaje y sus dientes, pero nosotros hemos montado una industria que les fabrica estupideces como piyamas, v i sera s, chaq uet a s con capucha, zapatos y collares con piedras semipreciosas de un millón de pesos. No estoy a favor de la pena de muerte, pero en casos como éste no me incomodaría del todo. Pero el mayor descalabro es haber elegido a Isabella Santo Domingo Mujer Colombiana 2009. Tengo varias objeciones al respecto: primero habría que someterla a exámenes médicos para determinar si es mujer, no vaya a ser que salga como Caster Semenya, la surafricana que resultó ser hermafrodita; segundo, si Isabella es lo mejor que tenemos para hacerles un homenaje a las mujeres colombianas, es mejor llenar nuestras playas con carteles que digan “Se vende”, hasta que un turista extranjero se anime. Envidio a los surafricanos, pues siempre será mejor tener un hermafrodita campeón mundial de atletismo que una mujer mediocre. *Jefe de redacción de la revista SoHo.
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No deje de probar los fish & chips y no se pierda este pub en estas vacaciones. Getsemaní es uno de los barrios con más historia de Cartagena. De sus entrañas salió un puñado de héroes que gestó la independencia de España, hace más de 190 años. Independencia que, con la ayuda del tiempo y de los habitantes de este barrio, ha forjado un trasfondo cultural de importante envergadura e impacto en la ciudad. A esas entrañas ha llegado Scooter Pub, un bar inspirado en los clásicos pubs Ingleses frecuentados por los jóvenes Mods de los años sesentas en Brighton.
Cartagena Calle de la Media Luna # 9-44 Barrio Getsemaní Tel 664 42 79 www.scooter.com Abierto todos los días de 11 Am-4 AM
Encontramos una atmosfera refrescante para la ciudad de Cartagena que combina sabiamente los colores de este movimiento de Scooters, Vespas y Lambretas acompañados de un entorno musical con el Groove del funk, Modern Jazz, Rythm & Blues, y NuSoul, servido con el calor de la cocina que integra los sabores de todo el Caribe en pizzas artesanales, hamburguesas, Wraps, platos vegetarianos, Fish & Chips y menús especiales que se pueden acompañar de las mejores cervezas y licores del mundo.
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En la calle
Foto: David Segura
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Por Miguel Santacoloma l primer plan de desarrollo de Bogotá que contempló la instalación de una red de ciclorrutas fue el de 1995. En la alcaldía de Peñalosa el proyecto tomó forma y se construyeron 177 km exclusivos para bicicletas. La ruta que circunda el parque Simón Bolívar fue la primera vía de la red. Luego, la administración Mockus construyó 115 km y la de Garzón 53. Al final de su gobierno, Samuel Moreno dejará construidos tan sólo 20 km. Es evidente que las prioridades respecto a la movilidad han cambiado: el Día sin Carro perdió fuerza y el metro es endiosado. A mediados de los años setenta, Luis Prieto fue el primer alcalde en poner en la agenda pública el tema de la bicicleta. Algo tímido al comienzo y basado en algunas experiencias europeas, el debate en torno a la bicicleta logró, pocos años después, durante la alcaldía de Augusto Ramírez (1982-1984), su primer resultado tangible con la puesta en marcha de la ciclovía dominical, que actualmente moviliza un millón y medio de personas. La infraestructura de las ciclorrutas ya es un activo de la ciudad. El paso siguiente es que las comunidades de conocimiento aborden el tema y se conviertan en grupos de presión con iniciativa frente al gobierno distrital. Iniciativas como Ciclopaseos de los miércoles o los Paseos Urbanos son acercamientos directos de la sociedad civil con el activismo de la cicla en la ciudad. En 2008 se celebró la Semana de la Bicicleta, en la que se reunieron la Cámara de Comercio de Bogotá, el Institute for Transportation and Development Policy, la Universidad Nacional y el Distrito. “Trajimos experiencias y volvimos a poner el tema de las ciclorrutas en la agenda, y armamos un grupo para promover la movilidad cotidiana en bicicleta”, dice Germán Prieto, de la Cámara de Comercio. En una ciudad donde el 3,7% de los viajes se realizan en taxi y el 2,2% en bicicleta, es claro que los usuarios de este medio de transporte son una fuerza ciudadana que se debe tener en cuenta.
Felipe Serna. 23 años. Odia madrugar y se emociona al ver las fotografías de Chuck Close. Es usuario de la ruta que conecta a Cedritos con LaSalle College, en la calle 75, donde estudia fotografía. “Yo peleo mucho por el respeto de las ciclorrutas, la gente las usa para caminar y no son para eso, mucha gente es hostil con la bicicleta”. Serna vivió un año en Londres, donde trabajó en el servicio de bici taxis del centro de la ciudad. “Cuando llegué acá volví a entrar a los trancones, ya no tenía bici, necesitaba volver a montar y me conseguí una”.
Emje Jaramillo. Barranquillera, 17 años, está en cuarto semestre de música. Formó parte de la Liga de Patinaje del Atlántico, pero al llegar a Bogotá cambió los patines por la bicicleta. “Gracias a la ciclorruta no tienes que lidiar con el tráfico”, dice. Herbie Hancock y Fela Kuti son algunos de sus acompañantes musicales cuando va en bicicleta, pero los escucha a bajo volumen para no desconectarse tanto de la calle. Con las ciclorrutas ha comprobado que la capital puede ser amable.
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En la calle
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Por Juan Carlos Flórez*
os seres humanos construyeron hace miles de años unos refugios, a los que llamaron ciudades, con la esperanza de tener una vida más segura y hasta mejor. La ciudad es un campo fértil para extraordinarios o rutinarios intercambios, sin los que nuestra vida sería árida y estaríamos aún oprimidos por el miedo ancestral que nos originan la potencia de la naturaleza y la ausencia de voces que nos respondan desde el cosmos. No hay lugar mejor que las ciudades para hacer amigos, enamorarse, entregarse a la realización de un sueño, saber para qué es bueno uno, fracasar y volver a levantarse, divertirse, construir un patrimonio o despilfarrarlo en un abrir y cerrar de ojos. La ciudad está hecha para que seamos predeciblemente rutinarios, o para que alguien construya su propio éxito o se refugie en el anonimato. Y todas esas jugadas, movidas, avances y retrocesos que nos caracterizan, sólo podemos llevarlos a cabo si nos movilizamos por la ciudad. Durante siglos lo hemos hecho a pie, sobre animales, en carruajes de tracción animal, en góndolas, en trenes, tranvías, bicicletas, metros, buses, carros. Pero ta l vez el veh ículo que más ha impactado la ciudad, que más profundamente la ha transformado es el carro, ese trono rodante de nuestro indiv idualismo.
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El carro, construido supuestamente para acortar distancias y permitirnos desplazamientos rápidos, trae consigo también ruido, contaminación y un sentido de libertad que se transforma en irresponsable cuando lo utilizamos como arma letal contra inermes peatones, ciclistas u otros conductores. En Bogotá, el carro es más una fiera sin domesticar que un cívico participante de nuestra vida diaria. No tenemos todavía un dialogo civilizado entre conductores de carros, peatones y ciclistas. Los automotores están sobre los andenes, en las cebras, van en contravía, se pasan impunemente los semáforos en rojo. Y quienes vamos en ellos somos unos seres estresados, que nos pegamos al pito y le echamos madrazos al que se nos atraviese. No podemos arrojar al carro de la ciudad, como lo hiciera Jesucristo con los mercaderes que profanaban el templo. No podemos pasar de la dictadura del carro a la dictadura de la bicicleta. El fruto prohibido es el que más queremos probar. Miren lo que sucedió en las ciudades chinas: el carro estuvo proscrito durante décadas porque las bicicletas eran el transporte omnipresente, pero hoy en ese país todos quieren tener un carro. La bicicleta es un medio extraordinario para humanizar la ciudad. Cuando nos movemos en ella somos conscientes de nuestra fragilidad y eso, en un en-
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torno de vigoroso civismo, nos hace respetuosos de la fragilidad de otros y del medio ambiente. La bicicleta siembra la semilla de una cultura urbana menos depredadora de los recursos naturales, más saludable y más alegre. Creo que en algún recóndito lugar de nuestra memoria, dispuesta a volver a acompañarnos en el ahora mismo, se encuentra la sonrisa que nos suscitó uno de los entrañables recuerdos de la infancia: el regalo de una bicicleta. La ciudad también se merece ese regalo,
es decir, que quienes la viven, la piensan, la planifican, la gobiernan, incluyan a la bicicleta como un componente importantísimo de su vida diaria. La bicicleta merece toda la atención, al lado del impulso sostenido a un mejor transporte público, mejores andenes y semáforos para los peatones, y una presencia civilizada del carro en nuestras calles.
*Historiador. Candidato al Senado 2010-2014
Federico Arango. 29 años. Este libretista, blogger y usuario cotidiano de la ciclorruta de la carrera 13 ha recorrido la ciudad durante los últimos diez años sobre una bicicleta, y en los últimos cuatro ha sido testigo de la desaceleración del crecimiento de las ciclorrutas. “Para nuestro gobierno de izquierda la bicicleta no es una alternativa de transporte. Todos los gobiernos de izquierda en las ciudades son los que promueven el uso de la bicicleta, acá no. Se ve en el eslogan de la ciclovía: ‘Bogotá positiva para montar en bicicleta los domingos’. Esta administración ve en la bicicleta un vehículo para hacer deporte, pero no una opción válida de transporte”. “La ciclorruta está invadida por mafiosos del espacio público que ganan mucha plata”.
Ricardo Caraballo. Constructor, 39 años. Recuerda que cuando en Bogotá no había ciclorrutas los ciclistas tenían que bravear la Caracas junto a docenas de agresivos choferes y cruzar la carrera séptima con el riesgo de ser arrollado. Ahora prefiere bajar hasta la carrera 30, desde su casa en el barrio Germania, para dirigirse a las construcciones donde trabaja, casi todas en el norte. “Cuando pedaleo una hora desde la obra hasta mi casa, después de un día de trabajo, llego muy cansado. Pero la bicicleta le sirve a uno para tener el cuerpo bien, sostenerse bien y para no enfermarse, así aguanto todas los días la misma carga”.
Fotos de ciclo-ruteros: Nicolás Bermúdez
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Foto: Carlos Basto “Spoon”
La universidad está quebrada,
¿con qué la curaremos? El pasado octubre fue un mes de protestas universitarias en Bogotá, debido a que las universidades públicas atraviesan por un momento delicado. El punto álgido, objeto del despliegue noticioso de las últimas semanas, fue la retención, a mediados de octubre, del rector de la Nacional por parte de un grupo de estudiantes. La situación sirvió como excusa para el ingreso de la policía al campus y dio lugar a las especulaciones y a la exagerada acusación de secuestro emitida por el presidente. Lo cierto es que este fue el resultado de una total ausencia de comunicación. A causa de su difícil situación financiera, la universidad ha per-
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manecido en “anormalidad académica” desde el 13 de octubre. “La universidad tiene, para el año entrante, presupuesto únicamente para pagar la planta docente. Necesitamos más fondos”, dice Carolina Moreno, representante estudiantil. Según ella, a las universidades públicas se les entregará el mismo presupuesto que se les ha dado en los últimos años, y los 148 mil millones de pesos de más irán al Icetex y a Colciencias, no entrarán a la base presupuestal de la universidad, sino a entidades que controla el Ministerio de Educación. Si en algo coinciden el rector y los estudiantes de la Nacional, es en la advertencia de que el futuro financiero de la universidad se encuentra amenazado. Por Iván Andrade
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ica s ú m e d a í s d a í r d o p o c s n e i c ion c a t n o e r s t e n r e p c o l c a n r ci ni e v a r a p ño s cinco día rimer festival del a al p DDEELL 227 AL
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Instantáneas
Foto: Gustavo Marión
Desde La Habana. No hay forma de que mire a mi hijo y no vaticine que en algunos años estará subido a una balsa para llegar a La Florida o casado con una extranjera en plan de salir de Cuba. Sólo de verlo me doy cuenta de que intentará a toda costa dejar atrás este pedazo de tierra, al que está atado por la testarudez de sus padres y por el absurdo migratorio que le impide viajar. Sin apenas saberlo, él es hoy el pichón de emigrante que algún día desplegará las alas y volará lejos de aquí. Un embrión de exiliado al que sólo le falta conocer el destino de su peregrinaje. Qué más quisiera yo que se quedara. Pero no tengo un solo argumento con-
vincente para decirle que no se marche. ¿Cuál razón podría argumentarle? ¿Qué pronóstico optimista sería suficiente para convencerlo? ¿Habrá algún atisbo de cambio para hacerlo desistir de su idea? Si yo misma no estoy segura de que deba permanecer aquí, cómo voy a tratar de que eche raíces en un país donde pocos pueden dar frutos. Después de uno de los últimos discursos de Raúl Castro ante la Asamblea Nacional, con su “sombra” de continuidad, con su halo de “más de lo mismo”, con su apagada oratoria de tiempos pasados, sólo tengo el impulso de ser para mi hijo remo, vela, visa, ala… en el camino de su pronta huida. Por Yoani Sánchez. Filóloga y bloguera cubana, 32 años. En el 2008, la burocracia castrista no le permitió salir de la isla para recibir en Madrid el premio Ortega y Gasset, un reconocimiento al trabajo periodístico de opinión y denuncia contra el régimen cubano que realiza a través de su blog www.desdecuba.com/generaciony.
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Instantรกneas
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El caso Coca-Cola.
No es un secreto que esta bebida es un producto que hoy, más que nunca, está cuestionado por muchas razones: sus componentes, sus efectos en la salud, sus desastres ambientales en varios países y, en especial, su vinculación con paramilitares en Colombia para amenazar y asesinar sindicalistas. De este último punto se trata T he Coca- Cola case , present ado en oc t u bre du ra nt e la 11 Muest ra I nt er nac iona l Doc u ment a l de Bogot á. En el documental, dirigido por Germán Gutiérrez y Carmen García, financiado por entidades canadienses, se retrata la guerra jurídica que han emprendido los abogados Daniel Kovalik y Ferry Collingsworth, de la mano del activista Ray Rogers, en contra de la multinacional Coca-Cola. Pueden observarse imágenes de los juicios, las asambleas de la compañía, las reuniones y viajes de estos abogados a Colombia en busca de pruebas, entrevistas con los sindicalistas, etc. Son las imágenes de una pelea entre David y Goliat. Una lucha en la que se destaca la perseverancia del sindicato de Coca-Cola, que no se cansa de pedir justicia, verdad y reparación.
Aunque la cinta se concentra en el caso colombiano, no deja de lado sucesos similares ocurridos en México, Guatemala, Turquía e India, entre otros países. Coca-Cola es acusada igualmente de ocasionar desastres ambientales como el de Chiapas (México), donde está acabando con las reservas de agua subterránea, y el ocurrido en Panamá, donde contaminó el río Matasnillo y la bahía de Panamá con un tinte rosado para producir jugos. En India la acusaron de explotar también aguas subterráneas. En España la culparon de usar sólo plástico virgen para embotellar. Así que la marca que nos invita a ser positivos, que con su publicidad nos promete la chispa de la vida, buenos momentos y risas, puede ser la causante de desastres ambientales irreparables, así como de problemas de salud graves, como obesidad y diabetes, por mencionar sólo algunos. The Coca-Cola case es un documental que nos muestra otra cara de la bebida más famosa del mundo. No todo es felicidad, como en sus comerciales. Lo triste es que parece que, pese a todos estos desastres, ¡CocaCola es así! Por Mariana Jaramillo
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Blasfémina
Por María Ximena Pineda on la propiedad que me da un divorcio y un consecutivo de por lo menos diez relaciones sentimentales, me atrevo a afirmar que uno de los peores tipos de novios es el hippie. Y no me ajusto solamente a razones de asepsia, pues en realidad tengo en cuenta muchas más circunstancias. El tipo hippie nunca va a admitir que eres la novia, siempre te va a presentar ante sus amigos como “la parcera”, o en el peor de los casos, y recurriendo al peyorativo uso del diminutivo, te llamará “la parcerita”. Otro peligro del novio hippie es que quizá llegue a pedirte que intimen “más cerca de la Pachamama”, es decir, en el pasto, y la verdad uno, a menos que tenga veinte años, ya no está para esos trotes. Seguramente va a querer llevarte a una fiesta hippie, como por ejemplo el cumpleaños del mejor amigo, donde su novia Paloma del Viento, Guadalupe o María de los Ángeles te va a ofrecer brownies con marihuana y chicha como para matar la flora intestinal de veinte estómagos en menos de una hora. Tal vez debas enfrentar la enfermedad del veganismo exacerbado, y en el inoportuno momento en que se te antoje una carnecita roja y jugosita te va a tocar ordenar una ensalada para no herir sus sentimientos (recuerda que le inventaste que pertenecías a un grupo ecologista para que te invitara a salir). Creo que es necesario aclarar que, según algunos puristas de la onda hippie de los años sesenta y setenta, los hippies no existen ahora, lo que existe hoy en día es un remedo de este movimiento, denominado “neohippie” por algunos
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adictos a la taxonomía urbana. Este neohippie, aunque guarda un sincero respeto por Silvio Rodríguez, escucha música moderna como Manu Chao y Bob Marley and The Wailers remasterizados, y puede llegar a sentirse atraído por grupos de reguetón como Calle 13, con el argumento de que “Calle 13 no es reguetón, es la crítica al reguetón, mera canción social”. Otra razón imperante para no tener un novio hippie es que –sólo en el caso de que este neohippie tenga presupuesto de estudiante– no te compra regalos sino que los hace con pedazos de alambre y cáscaras de mandarina secas, atreviéndose a llamar “arte” a la falta de plata e imaginación. Pero una de las razones más contundentes, si no la más para evitar los novios hippies es ese extraño odio que sienten por la comodidad: prefieren cambiar una suite por una carpa, y son adictos al atún y a las sardinas. Por eso, chicas, a menos que saquen a flote su espíritu hippie, se inscriban a un curso de yoga o comiencen a usar la muletilla “qué video” indiscriminadamente, como si fuera un signo de puntuación, dejémosles los hippies a las hippies.
Ilustración: David Segura
Mi - Arte
Por Lucas Ospina
Mi trabajo comienza donde termina el de Warhol”, manifestó el artista Franklin Aguirre en una entrevista para un artículo de la revista Semana (junio, 2005). Tal vez por afirmaciones así de pintorescas es que el artista Álvaro Barrios decidió hacer una conferencia hace algunas semanas con el título aleccionador de “El pop no volverá”. La charla de Barrios estaba enmarcada en la programación que hizo la Luis Ángel Arango para la exposición Andy Warhol, Mr. America. Barrios anticipó por escrito lo que iba a decir: “Dado su atractivo vestido de luces, el pop art seguirá siendo de una gran atracción para la juventud integrada al arte. Ponerse ese vestido de nuevo, reponiendo las lentejuelas caídas o colocándolas en otro sitio, será inevitablemente un acto decadente e imposible”. La conferencia misma era una aseveración de lo anterior: Barrios hablaba, mostraba
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imágenes y cada tanto leía apuntes que tenía en un pequeño cuaderno. Comenzó con la portada de la revista Esquire (mayo de 1969): una lata abierta de sopa y Warhol ahogándose en ella; “La caída final y el colapso total de la Vanguardia Americana”, decía el titular. Barrios nombró artistas actuales —Murakami, Hirst, Koons—
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para contrastar épocas: la sucia militudes y diferencias entre la obra de Warhol y y caótica Factory de Warhol con la de Beatriz González, le atribuye a esta última un el galpón impoluto de Koons, una carácter de plagiaria: “¿No es mucha casualidad línea de producción que el artista que Warhol haya sacado de la prensa noticias de prefiere asociar con “un estudio en suicidios y que más adelante Beatriz González la tradición del siglo XVII”, donde haya pintado Los suicidas del Sisga también de más de cien empleados marcan taruna foto sacada de un periódico?”. Y encontró jeta. El conferencista parecía estar más similitudes, tantas que sólo le faltó invende acuerdo con todo, repetía que lo tar que González, como Warhol, orinaba de pie importante era “el concepto”. (¿o sentada?). El astuto comentarista no juega Barrios contó su historia a punahí donde el marco teórico se vuelve poroso y ta de detalles y relaciones, pero su las categorías se desbordan, donde el historiaparsimonia y neutralidad hicieron dor está a solas y el único recurso que tiene extrañar el espíritu irónico de ales usar su imaginación en forma narrativa, gunas de las respuestas que dio a analítica y crítica. Algunos llanamente “hisGonzalo Arango en una entrevista de torizan”, se embalan a punta de teclear “ibid” 1966: y “op.cit”, arman con rigor casas de muñe“- ¿Es el pop una moda pasajera, o cas para alojar bibliografías; así como rimar el arte del porvenir? versos no garantiza que aparezca la poesía, - El futuro del pop no me interesa. en las parrafadas de estos escribidores hay Yo evolucionaré hacia otras cosas muuna que otra ocurrencia, pero la singularicho antes de que el pop desaparezca, dad brilla por su ausencia. o degenere en academicismo. Yo no me El “pop no volverá” de Barrios intuye quedo en nada, me voy en busca de lo el problema de muchos artistas jóvenes y
que vendrá, de lo que no existe todavía”. veteranos que dicen pensar el mercado El conferencista mostró, en cambio, pero es el mercado el que piensa por una enternecedora candidez, afín a otras ellos, dicen utilizar al bobo pero son respuestas de esa misma entrevista: ellos los bobos útiles; creen, junto a “- ¿En qué radica actualmente la inspimuchos de sus coleccionistas y galeración de su obra? ristas, que la historia del arte comenzó - En revelar la tira cómica como un nuecon Warhol (en Rubens hay otro buen vo género de arte”. ejemplo de arte y mercado). Y, sobre Barrios tenía entonces 20 años. Ante sus todo, carecen de talento; el gran naojos todo era primicia, novedad, extrañeza; rrador, analista y crítico de arte Calahora, 43 años después, los criterios establevin Tomkins en sus apuntes da cuencidos para definir el pop ya se han trazado, ta del Warhol excepcional, atrapa las son un recurso simple para hacer memoria. características que lo hicieron sinBarrios no hizo obras para la historia del gular, un icono que se conjuga siempop, algunas de sus obras son históricas porpre en presente: “La clarividencia que merecen ser recordadas y releídas (tal vez con la que Andy tocó el nervio del incluso a la luz del pop). En esto el artista difiearte comercial y la moda era una re de muchos comentaristas de la historia que energía que emanaba de Dios sabe hacen historia sólo para aparecer en la historia dónde, la ingenuidad y la no exprey anteponen sin gracia la categoría a la obra, sividad, el calor, el misterio y el la opinión común al pensamiento. Por ejemplo, vacío de su personalidad misma; Eduardo Serrano, el gran generalizador del arte todo ello sugiere una intuición en Colombia, incapaz de sopesar semejanzas, sifuera de lo normal”.
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El paisaje bogotano no sería lo mismo sin estos cuatro especímenes, retratados de manera sucinta por cuatro plumas que saben vérselas con la brevedad, no se la llevan nada mal con el humor y reconocerían a kilómetros a un yuppie, a un chocoloco, a un geek o a un mamerto. Ilustraciones: Carlos Martínez “Cafemaco”
Por Antonio García
e rasura todos los días, quizá también los domingos. El celular es una extensión natural de su cuerpo, manos l i bres i nclu ido. i Phone, por supuesto. El blackberry también. Tiene peluqueado de 50.000 pesos y es posible que también manicure. Considera que a los dos años un carro es viejo. Bucea, esquía o hace yoga. Va al gimnasio por las mañanas, se echa cosméticos para hombre. Puede que también se meta una vez por semana a la cámara bronceadora. ¿Personal trainer? Tal vez. Su mujer está buena. Su secretaria también, pero no se la come porque aprendió a no meter el pipí en la nómina y además le parece mañé. Su oficina tiene vista a la ciudad. Su apartamento también. Lee o ha leído a Paulo Coelho. Le gusta. Su biblioteca la completan algunos libros de marketing y media docena de coffee table books. Revistea para completar su cultura general. Oye La W. A veces tutea a las mujeres, pero prefiere hablar de usted. Se sabe todas las malas palabras y las dice, pero le suenan bien. Dice mucho “guón”. Su discurso está salpicado de inglés: se le jode el mood, pide el briefing, disfruta el brunch, le gustan las cosas que ten-
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gan punch, pero mucho más las que sean trendy. Le preocupan la calvicie y la obesidad. Almuerza comida light, pero una vez por semana se manda una hamburguesa gourmet. Los fines de semana pide domicilios, también le gusta salir a comer sushi en sudadera y con las gafas oscuras en la cabeza, a la zona T o a la G. No baila salsa pero con el merengue se bandea. Rumbea duro: un porrito por allí, un periquito por acá, pepas, agua embotellada, martinis, whisky on the rocks. Va al bar de moda o a Andrés Carne de Res. Votó por Uribe I y Uribe II, pero piensa que ya estuvo bueno. Le cae mal Chávez. Jamás votaría por el Polo. ¿Fajardo? Tal vez. Mejor Santos o Arias. No piensa mucho en política, de todas maneras. Cuando no quiere pensar en nada y tampoco quiere rumbear, se va
para Mesa de Yeguas, en Anapoima. No llora desde 1996. Tiene corbatas de medio millón y zapatos ídem, un reloj Breitling y un Tag. Quería un Rolex, pero ya no porque en algún lado oyó que eran de traqueto. Ambos para el diario. Tiene un grupito de amigos del colegio con los que se reúne a
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patanear. Alguna vez se le comió la novia a uno de ellos. Alguno de ellos se le comió la novia a él. Se quieren pero compiten entre sí. Cuando estaba adolescente lo mandaron de intercambio a Estados Unidos, cuando era universitario mochileó por Europa. No sabe dónde queda San Alberto, ni San José del Guaviare ni Sampués. No le importa. Un día, despechado o sintiéndose miserable, contrató a una prepago. La recibió en su apartamento y le dijo que le hiciera sexo oral. Todavía se acuerda y tiene miedo de que le haya pegado un sida, pero le gustaría volverla a llamar una de estas noches. Viaja en primera clase, se echa la bendición antes del decolaje. Se hospeda en hoteles de cinco estrellas, se toma las botellitas del minibar. Tiene reuniones con clientes mayores que lo tratan con cierto aire paternal. Hay cosas de su padre que lo avergüenzan; en el fondo, le gustaría que fuera más como ellos que como en realidad es. Olvida los cumpleaños de su mamá, pero siempre hay alguien que está pendiente de recordárselos. Tiene un hermano bastante hippie a quien quisiera hacer entrar en razón, pero ya se dio por vencido. Espera en vano que algún día, cuando su hermano esté jodido, venga y le dé la razón. Cuando se mira al espejo, le gusta lo que ve. Tiene miedo del día en que se mire al espejo y no sienta lo mismo. Hubo un tiempo en que estuvo deprimido y fue a visitar un analista que le recetó Prozac. Hace meses que ya no lo toma, ahora necesita esporádicamente alguna pepa para dormir. Nada grave. Toma bastante café, negro, sin azúcar. Fuma. Está tratando de dejarlo. Está convencido de que lo va a lograr. Es constante, pertinaz. Tiene un buen concepto de sí mismo. Una o dos veces al mes siente que es verdaderamente feliz. No se lo ha contado a nadie. Hasta ahora, es el único secreto que ha sido capaz de guardar.
Por Catalina Ruiz-Navarro
e levantas a medio día y enciendes tu iPhone para encontrar rápidamente un link curioso con el que puedas saludar al mundo. Prendes entonces tu Pielroja y miras malgeniado por la ventana de tu apartamento de La Soledad, que pagas con tu trabajo como freelance y con una ayudita de tus papás, que entienden que, en la carrera creativa que estudiaste, la plata llega tarde y hay que dedicar buen tiempo al ocio porque si no, no aparecen las ideas ni se puede pasar el guayabo con tranquilidad. En realidad, tu vida es tranquila, las cosas van bien, tu piercing expansor ya tiene como 5mm, estás flaco, y el corte de pelo irregular resalta tus defectos con ironía. La vida está llena de color, como un mural de Excusa2, pero tú no eres feliz, Uribe va para un tercer periodo, y ese man está en contra de la legalización, y del aborto; además, todo el mundo ya se copió de las mismas gafas Rayban que usas porque ahora las venden en todas las esquinas a 10.000. Tu postmomiseria se ve acrecentada porque la noche anterior, después de Mai Lirol, el portero de Invitro no te reconoció, y te tocó pagar la entrada y gorrear trago y otras cosas por ahí. Por eso el guayabo. Vas a la cocina y te sirves un tinto negro, de un sabor tan amargo como caer en cuenta de que todo lo que quieres hacer ya se lo inventó Duchamp. Después te bañas, te calas una camiseta con la ilustración de un casete, porque los ochenta son tan chéveres, y claro, unos Converse. Te toma u n rato escoger de ent re t u s c i nco pa res c uá l pega con los jea n s q ue te vas a poner.
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Tu roomate ha puesto The Killers a todo volumen y se da besos tibios con una chica que ahora tiene las medias de tu ex, porque las medias rotan al mismo ritmo que las venéreas. Tú le gustaste una vez y la hiciste la portada de ese fanzine vegano que fracasó porque se dañó la fotocopiadora, y por eso dejó de quererte y no volvieron a tener esas dates en Crabs; claro que como Crabs ya cerró, hoy irían mejor a una exposición en La Residencia y comentarías cuánto quieres tener esos libros que no te puedes comprar, afortunadamente, porque no te los vas a leer. Te pones los audífonos y sales a la calle. Bogotá es una chimba porque es fría y oscura como Londres, sólo que últimamente hace un sol que delata que Chapinero no forma parte de una ciudad del primer mundo. Sientes que el centro te llama y coges un bus. Al pasar por la plaza de toros, recuerdas con amargura ese libro de Foucault que te leíste, el que citas en todas las fiestas, no sabes muy bien por qué, pero ya es hora de que leas Lukács, porque alguien habló de él el fin de semana pasado, y a todos les gustó. Decides que vas a parar en la Lerner a comprar algo de él.
El libro es caro y la vida es una mierda. No vas a tener plata para ese mural de vinilo que quieres poner en tu oficina. Almuerzas en el restaurante árabe de ahí al lado del Icfes porque es barato y sólo alguien como tú reconocería un restaurante modesto y exótico que fuera realmente bueno. Cuando llegas al restaurante te encuentras Cartel Urbano, que te parece
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muy bien que sea gratis porque la libre información es el futuro del impreso, y en esta edición sale una amiga tuya que diseña ropa. Vuelves a tu casa, donde tu roomate te cuenta que su chica lo acapara, y maldices entre dientes haberla oído gritar anoche y le aconsejas que la deje. El día ha pasado como cualquier otro, has reafirmado satisfactoriamente tu identidad a través de esas preferencias tan tuyas; no te caes mejor que ayer, pero para eso está el antidepresivo. Así que frente a tu computador trabajas y chateas hasta medianoche, y pides un domicilio a La Hamburguesería. La comida de allá es buena, pero es mejor pedir, porque el restaurante se la pasa lleno de chocolocos.
Por Colectivo Bestiario del Balón omo si fuera un software, la vida del geek transcurre en dos dimensiones: la 1.0, que es la real para el resto del mundo, y la 2.0, esa que para la gente de a pie es la virtual. Mientras a muchos se les pasa la vida entre problemas de compatibilidad con la pareja, descifrando cómo pagar la Pila (Planilla Integrada de Liquidación de Aportes) y atendiendo normas de protocolo, es decir, en la vida 1.0, la del geek transcurre en el ámbito 2.0 y sus problemas también son de compatibilidad, pero de software, con la pila, pero del laptop, y de protocolo, pero protocolo IP. Esa es su vida virtual, sin mayor anclaje territorial. Porque puede que el geek viva en Bogotá, ciudad en la que alguna vez dio su primer beso o le hicieron el paseo millonario, episodios que a muchos nos marcan, pero que para un geek son tan irrelevantes como para usted lo es la vez que pasó de Windows 3.11 a Windows 95, o cuando entendió que Hotmail no era una página porno. Está claro que el geek vive sumergido en un universo virtual poco terrenal, que vale la pena explorar. Comencemos por el lenguaje. De lo más complicado a la hora de interactuar con un geek es que, como el gringo que da por sentado que en París hablan inglés, éste cree que todo el mundo sabe que un hashtag es un tema del que todos hablan en Twitter y que todo el mundo sabe qué es Twitter. Por eso, si va a hablar con uno (por la red, desde luego) le aconsejamos tener siempre a mano un diccionario de bolsillo geek-castellano. El consejo es para que no caiga en el error de creer que WTF (What The Fuck) es la sigla de una confederación de lucha libre, que PLZ (Please) es una filial de la OLP en Maicao y que MFT no es la competencia de los calzoncillos BVD sino una forma breve de decirle que está Meando Fuera del Tiesto. Ahora, la vida
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en sociedad. De entrada se puede decir que para el geek a falta de abrazos buenos son los emoticones. Que si a una persona 1.0 el afán por dejar las cosas claras lo ha llevado a pelear con la novia en la fila de un cine o con un amigo en un parque, para el geek es común hacerlo en Twitter, delante de una audiencia cautiva que se cuenta por centenas. El geek tiene claro que la noche del viernes se pasa mejor en casa, cerveza o kola granulada en mano, comentando de nuevo en Twitter el partido entre Defensa y Justicia y Boca Unidos de Zárate por la primera B argentina, o calculando cuánto popó ha hecho en su vida gracias al noble servicio que presta http://bajs.no (dato cortesía de nuestra faceta geek). Medio autista y cusumbosolo, el geek goza también de ese tipo de ingenuidad que en Colombia sabe a papaya, que le da un aire de servicio al cliente; por eso en la calle una persona en apuros siempre recurrirá a él para averiguar por una dirección que no encuentra y si va en carro será al primero al que le pidan cables de batería. Para su desgracia, su andar despalomado, normalmente con audífonos y concentrado en la pantalla de su celular, lo ha hecho blanco fácil del hampa, que crece silvestre en la Bogotá positiva.
Por último, se preguntarán qué tiene que ver el geek con los ñoños o nerdos de antaño. La verdad es que la pregunta a esta altura es irrelevante: ñoños y nerdos pertenecen al universo 1.0, en el que se quedaron estancados esperando un upgrade a geek 2.0.
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Por Daniel Pacheco
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Foto: David Rugeles
Retrato hablado
Por Andrés Felipe Solano
n 1967 se reportó en Chiquinquirá el primer intoxicado con hari na de t rigo contaminada con paratión, un plaguicida que en dos años afectó a 600 personas, 88 de las cuales murieron. Ese mismo año el arquero argentino José Rosendo “El Indio” Toledo logró un invicto de 510 minutos con el Deportivo Cali y se publicó el libro Exilio, del poeta de Guapi (Cauca), Helcías Martán Góngora. También se realizó la primera exposición de orquídeas en Medellín y se timbró una estampilla de uso obligatorio con el dibujo de un gorro de enfermera para beneficiar a la Cruz Roja Colombiana. Anthony Griffin y Jerry Bernard Frikel, miembros de los Cuerpos de Paz, sirvieron ese año en Soacha (Boyacá) y Marialabaja (Bolívar), y en Bogotá se inició la construcción del edificio de Avianca, que duraría tres años. De acuerdo con los datos recolectados por la estación meteorológica del aeropuerto El Dorado, durante marzo de 1967 se registró en promedio una temperatura mínima de 12 grados centígrados
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y una máxima de 19 en la capital de la república. También durante ese mes, sin compañía alguna y con 31 años de edad, arribó a Colombia invitado por la Universidad América el maestro coreano Kyong Deuk Lee, un hombre menudo y de gruesos lentes pero fuerte como una placa de hormigón, que para entonces ya era cinturón negro séptimo dan de taekwondo. A los tres días de llegar a Bogotá empezó a enseñar una disciplina marcial (desconocida en el país) en la sala de un apartamento en la avenida Caracas con calle 18, a cuatro colombianos a los que apenas podía decirles patada-puño-puño-patada. El espíritu de los Lee en los últimos cien años trasegó bastante antes de llegar a las calles de la brumosa y todavía pueblerina Bogotá. El abuelo del maestro fue un funcionario importante en la corte del último rey de Corea, destronado cuando Japón colonizó la península a principios del siglo XX. Después del fin de la dinastía Je-seon, que reinó por cinco siglos, el ex funcionario fue perseguido con saña y finalmente murió, en lo que se conoce hoy como Corea del Norte, a manos de soldados soviéticos. Su hijo, corresponsal por entonces de la agencia de noticias
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Retrato hablado
UPI, fue encarcelado, pero logró fugarse y migró a Corea del Sur, primero a Seúl y luego a Daegu, ciudad donde fundó el Yeongnam, un influyente periódico que todavía existe, y en la que el joven Kyong Deuk Lee tomó sus primeras lecciones de taekwondo, estudió economía y empezó a darle forma a una existencia tan legendaria como la de sus ancestros. Como si contara con muchas vidas en lugar de una o pudiera estar en diferentes lugares al mismo tiempo, el maestro Lee ha sido: 1) Instructor de la división 33 del ejército coreano. 2) Insigne bebedor de makkoli (bebida de arroz fermentado). 3) Estudiante de literatura hispanoamericana en la Javeriana, política internacional en Los Andes y comercio internacional en la Tadeo.
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4) Subgerente de una fábrica de hilo de seda en Pereira, en la que una empresa coreana invirtió cuatro millones de dólares. 5. Diplomático en los años setenta y periodista en ejercicio (aún manda notas para Chosun Ilbo, periódico con un tiraje de dos millones de ejemplares). 6) Una pequeña torre de Babel (además de coreano y español habla inglés y japonés, y estudió francés, ruso y alemán). 7) Pionero absoluto del taekwondo en el continente, como lo atestiguan las fotos y diplomas que tiene colgados en las paredes de su academia, por la que según sus cuentas han pasado 30 mil alumnos (llegó a tener sucursales en Panamá, Venezuela, Ecuador y Jamaica). 8) Dueño de un antiguo Mercedes Benz 230 azul cielo y de un cómodo sofá en una casa cerca de Unicentro, donde toma hancha a sorbitos, una bebida medicinal china preparada por su esposa. 9) Pintor al óleo. 10) Profesor universita-
rio. 11) Profesor de artes marciales en la Escuela Militar de Cadetes, el DAS y la Defensa Civil. 12) Padre de seis hijos que hablan español y crecieron en Chapinero (cinco de ellos emigraron a Los Ángeles, uno más vive en Nueva York y es manager de grupos de hip-hop). 13) Fiel creyente de la máxima de Confucio: “Sacrificar mi vida no por mí sino por la próxima generación”. 14) Coleccionista de películas asiáticas (tiene 700 casetes de VHS y docenas de DVD, incluida la colección Vagabond de tres discos sobre Miyamoto Musashi, un famoso guerrero y peregrino del Japón feudal). 15) Protagonista de dos videos en Youtube. En el primero realiza a la perfección una poomsee o figura del taekwondo conocida como caballo de hierro (http:// www.youtube.com/watch?v=-bKEiTvIIt4).
En el segundo practica un rompimiento: con la mano izquierda sostiene un bloque, lo lanza hacia arriba y lo rompe en el aire con la derecha (http://www.youtube.com/ watch?v=D9wrdOIPUes). 16) Aficionado al golf. 17) Sobreviviente de la guerra que dividió a su país en dos. 18) Único cinturón negro noveno dan de Latinoamérica (el grado más alto del taekwondo). “Después de eso, la muerte”, dice el gran maestro Lee, un coreano que llegó al país el mismo año en que el grupo de rock Los Flippers publicó su álbum Psicodélicas y murió el líder revolucionario indígena Manuel Quintín Lame, para algunos el último mohán o sacerdote con capacidad para transformarse en animal y leer el vuelo de los pájaros y las mariposas.
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Cartel Sonoro
Con 29 estaciones en FM y 31 en AM, la radio en Colombia es amplia en oferta pero mon贸tona en contenidos. A continuaci贸n, una selecci贸n de ocho programas que una experta en radio nos propone sintonizar, para que no perderle el gusto a la aventura hertziana. Por Luisa Pi帽eros
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LAUD Estéreo – 90.4 FM Lunes a viernes 5:00 a 8:00 p.m. La emisora de la Universidad Distrial propone este espacio, en formato de magazín, para escuchar rock en español, canción social, entrevistas a escritores, directores de cine, artistas y demás personajes de la cultura. Vale la pena sintonizarla. www.udistrital.edu.co
Radio Nacional 95.9 FM – 570 AM Domingos 11:00 a.m. a 1:00 p.m. Conozca la actualidad musical independiente a través de las propuestas de nuevos artistas, como Gordo´s Project, Paito, La Mákina del Karibe, Nakí, N´Voz, Cinema 5, entre otros. Este conteo es una apuesta única en la oferta radiofónica que les da relevancia y prioridad a los sonidos colombianos. www.radionacionaldecolombia.gov.co
Candela Estéreo 101.9 FM Jueves, viernes y sábado desde las 6:00 p.m. Si al final de la tarde tiene ganas de emparrandarse con la música de Rodolfo Aicardi, Juan Luis Guerra, Sergio Vargas o El Gran Combo de Puerto Rico, no dude en sintonizar Fiesta Candela, una franja guapachosa y sin comerciales. En caso de no tener éxitos tropicales en su iPod, esta es una buena opción. www.candelaestereo.com
Javeriana Estéreo 91.9 FM Lunes a jueves de 8:00 a 9:00 p.m. Lo mejor del mambo, la timba, el son y la pachanga lo puede usted disfrutar en esta frecuencia universitaria, que lo pondrá a mover la cadera mientras otros están pegados viendo la telenovela. Además, se brinda información detallada y casi educativa sobre la salsa y otros géneros vecinos. www.javerianaestereo.edu.co
Radiónica 99.1 FM Lunes a jueves 12:00 m – 1:00 p.m. Andrés Durán y Héctor Mora son los encargados de devolver el casete a los años cincuenta y regresar a nuestros días para ponernos a viajar durante una hora por momentos destacados de la historia del rock. Es un gusto escuchar este programa, en el que se arrojan datos que no se encuentran en la web. www.radionica.gov.co
Todelar – 103.9 FM Lunes a viernes de 10:00 a 11:00 p.m. Desde hace 28 años Antonio Ibáñez, “El Señor de la Noche”, es el anfitrión de este espacio de efemérides sobre hechos que han cambiado la historia del mundo. El arte, la ciencia, las humanidades y un invitado diario se dan cita en esta reunión noctámbula. www.todelar.com
UN Radio 98.5 FM Sábados 11:00 a.m – 12:00 m Un relato sobre la historia de este género. Una buena opción en la que la investigación es la clave para navegar entre acordeones, guitarras, cajas y guacharacas. Maestros como Emiliano Zuleta o Julio Bovea son algunos de los protagonistas de este programa con sabor a la tierra de Francisco el Hombre. www.unradiobogota.unal.edu.co
Radio Melodia – 730 AM Lunes a viernes de 6:00 a 9:00 a.m. El veterano Efraín Páez Espitia conduce este programa desde “el moderno edificio de cristal”. La suya es una manera amable, entretenida y sin drama de abordar la noticia diaria y la información cultural. www.cadenamelodia.com
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Cartel Sonoro
Por Julián Gutiérrez
odría uno pensar que la idea de hacer lo que tres punks y un me t a ler o con fe so definen como “carranga rock” estaría siempre condenada al fracaso. Pero el cuarteto de Tunja Velo de Oza logra salir muy bien librado de la tarea. Frank Forero (guitarra y voz), Raúl Vargas (bajo), Daniel Espitia (requinto) e Iván Chávez (batería)
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llevan cuatro años incorporando en su propuesta la vitalidad y energía del punk con la picaresca y el sentido del humor de la carranga, con lo que han creado un sonido que ha atraído a quienes escuchan uno y otro género, pasando la prueba de fuego ante el padre de la carranga: Jorge Luis Veloza Ruiz, de quien recibieron su venia y aprobación para grabar una versión de La china que yo tenía, que le gustó tanto al compositor de clásicos como La cucharita y Julia que los autorizó a incluir en su próximo trabajo canciones inéditas de su autoría. myspace.com/velodeoza
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Cartel Sonoro
Por Dr. Rock
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ace 25 años, Campo Valdez era un barrio en Medellín donde las organizaciones criminales reclutaban niños y adolescentes para convertirlos en sicarios o gatilleros. Como único sobreviviente de una generación desaparecida se encuentra vigente Dilson Díaz, cantante del grupo La Pestilencia, quien encontró en la música un camino para transitar por la vida y en el estilo punkhardcore un canal para dejar escuchar su
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grito de descontento, dolor, preocupación y rabia por la marcha de las cosas en nuestra amada Colombia. Esta búsqueda de nuevas formas para expresarse la alimentó con la música de bandas como Los Eco de Brasil y MG15 de España, cuyo álbum Derecho a la Vida es “una obra maestra del punk español”, según Díaz. En 1983, Dilson viajó a Bogotá y conoció a Héctor Buitrago en el programa
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Cartel Sonoro
radial La nave rocosa, de Édgar Restrepo. “Comenzamos a tocar, ensayando en la casa de Héctor, en el barrio Restrepo, y hacíamos covers de GBH, Minor Threat, Dead Kennedys, entre otros”, recuerda. “Cuando decidimos hacerlo en serio, buscamos al guitarrista Pacho Nieto y al baterista Jorge León Pineda, y nuestro primer toque fue en un bar del barrio Castilla, donde alternamos con Darkness y Cíclope”, cuenta Dilson. A Medellín llegó de vuelta un casete con cuatro temas, de producción casera, sin el nombre de la banda ni los títulos de las canciones. Sin embargo, en forma subterránea la banda empezaba a ganar adeptos. Se creó así una buena base de seguidores y en su primer toque en el municipio antioqueño de Copacabana congregó a cerca de 1.500 punkeros. “Ese día tocamos con una batería hechiza, a base de canecas metálicas”. En 1989, con una plata que les prestó la mamá de Héctor y un buen pucho de canciones propias, entraron a los estudios Grabar, del guitarrista Arturo Astudillo, pionero del rock nacional, quien tuvo la
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paciencia de introducirlos y orientarlos en el mundo de la producción musical. “Grabé más de corazón que de técnica, ese primer día quedé afónico”, dice Dilson. La muerte, compromiso de todos está cumpliendo dos décadas, y La Pesti, atracción principal en cinco versiones de Rock al Parque, se ha venido renovando con el tiempo y hoy suena más contemporánea que nunca. Por sus filas han pasado músicos que han dejado valiosos aportes en cada uno de sus cinco álbumes: La muerte, compromiso de todos, Nuevas aventuras, Amarillista, Balística y Productos desaparecidos (disco de oro). Logros que no han cambiado el compromiso de Dilson con su público y con el planeta. Un combo de CD más DVD, en el que se recopilan dos décadas de La Pestilencia, es la nueva sorpresa de esta banda rolo-paisa que reside actualmente en Los Ángeles.
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Por Luisa Piñeros
Con el documental Global Metal, el ca nad iense Sam Du n n nos conduce a t ravés del mu ndo del heav y met a l . Dunn es un guía en el que se puede conf iar; un antropólogo apasionado por el metal que un día decidió viajar por el mundo para explorar la realidad de este género. En sus viajes recogió testimonios de fans y habló con músicos como Lars Ulrich, de Metallica, y Adrian Smith, de Iron Maiden. Desde el metal progresivo israelí, pasando por el thrash de origen iraní, este documental aborda propuestas de bandas que no absorben los parámetros musicales de Occidente sino que transforman el género a partir de recursos propios de sus países. A la brasileña Sepultura, por ejemplo, según su ex integrante Max Cavalera, le apesta imitar el heavy metal que se produce en Estados Unidos, razón por la cual en 1996 lanzó Roots, un álbum que incorpora samba y ritmos procedentes de los indígenas xavante. Global Metal retrata magistralmente la forma como jóvenes metaleros, pertenecientes a religiones adversarias en países como India e Indonesia, asu men la música como u n lenguaje que los une bajo una misma filosofía de vida.
“La puedo llamar mi diosa porque ya la coroné… Mamita” (Balada) Torbellino ácido, raspa rock, humor del negro, personajes sacados de la mente musical de este burro poeta llamado Velandia, que ha puesto el campo santandereano y los vientos del Chicamocha a su merced. Cójale el swing a Chuvak, Guarapera y El Billetico. www.velandiaylatigra.com
“Yo me voy pa´ la cumbia, que la cumbia está sabrosa” (Me voy pa´ la cumbia) Durante tres noches de noviembre del año pasado, el Sargento comandó en Bogotá una camada de talentosos músicos colombianos que trabajaron sobre nuevas versiones de cinco de canciones de este artista francés. Canciones recomendadas: Amor Pa´ mí y Poetas. www.sargentgarcia.com
Bajo la batuta de Linkin Park (con toda la densidad de su metal alternativo) se concibió la banda sonora de Transformers, protagonizada por los robots humanoides que resguardan el planeta al ritmo de los acordes de Nickelback, Green Day, The Used y Cheap Trick. Mucha bomba sonora para una cinta sin ton ni son. Flores para estas canciones que refuerzan las batallas de estos seres de lata.
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Anónimos
60 años no se cumplen todos los días y Adidas sabe muy bien cómo celebrarlos. La marca de las tres rayas botó la casa por la ventana con su House Party de aniversario el pasado 5 de noviembre en Bogotá. La cuota musical de la noche la pusieron The Twelves, Dj Fresh, Raul Yudo y Diva Gash.
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De viaje
Zona selvática de Nariño
¿Le gustaría presenciar el nacimiento de las tortugas marinas, de esas que salen en Discovery Channel, emergiendo de la tierra a orillas del mar, o nadando al encuentro de su madre? ¿Alguna vez ha querido navegar en canoa por lagunas rodeadas de manglares? El Parque Nacional Sanquianga es el lugar para hacerlo. Para llegar por tierra a este paraíso selvático le sugerimos tomar en Cali un bus a Tumaco, desde donde se puede embarcar, por $40.000, en una lancha veloz que los tumaqueños llaman “voladora”, rumbo a Salahonda, un pueblo ubicado a la entrada del parque. Los habitantes del área hospedan gustosamente a los turistas en su casa a cambio de algún regalo o de unos pocos pesos.
Por Luis Carlos Dávila
Entre Bogotá y Medellín
Si usted es de las personas que prefieren unas vacaciones relajadas (lejos del televisor, la comida chatarra y el caos), la Reserva Natural Cañón del Río Claro El Refugio es el destino perfecto para descansar este fin de año. En el río de aguas cristalinas de este escenario paradisíaco se puede practicar rafting, canopy y kayak. Si viaja en flota desde Bogotá en dirección a Medellín, bájese en el kilómetro 264. El costo del pasaje de ida oscila entre $48.000 y $62.000. Playa Manantial y el Templo del Tiempo son dos de las atracciones de la zona que le recomendamos visitar. En El Refugio encontrará hostales a $60.000 la noche, dormitorio colectivo a $55.000 y cabañas rústicas en las cavernas a $95.000. También se puede acampar a $10.000 por persona. + info: www.rioclaroelrefugio.com
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Departamento del Guaviare Situado a 20 minutos de San José del Guaviare, Ciudad de Piedra es un enclave que consiste en una serie de antiguas rocas cuya estructura, similar a la de una ciudad, ha motivado la aparición de diversas leyendas sobre su origen. Hay quienes tienen una exót ica c reenc ia: q ue Ciudad de P ied ra f ue una civilización habitada por extraterrestres que habrían sembrado allí una extraña especie, hoy conocida como “la flor del Guaviare”. En Ciudad de Piedra no hay dónde alojarse, pero en San José, que está bastante cerca, se encuentran varios hoteles con tarifas económicas. + i nfo: w w w.sanjosedelguaviare-guaviare. gov.co
Departamento de Sucre
Este acogedor rincón del Caribe colombiano es la prueba fehaciente de que no es necesario gastar millones en tiquetes aéreos para pasar unas vacaciones memorables. Únicamente hay que llegar a Sincelejo y luego a San Onofre, un pueblo a sólo 20 kilómetros de la reserva. Como opción de alojamiento le recomendamos dormir en Rincón del Mar, un bonito corregimiento de San Onofre donde puede encontrar cabañas como Mar y Luna, Las Margaritas o La Malena, que ofrecen habitaciones para tres personas por $75.000 la noche. Una opción interesante para dormir es la hamaca, a $10.000 la noche. No se pierda este delicioso menú local: sopa de mote con queso, arroz con coco, suflé de atún y jugo de mango biche. + info: www.sanguare.com
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