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CONCLUSIONES

Me he dado cuenta que la mecanización de algunos procesos constructivos limita el encuentro con las materialidades y las formas en la ejecución de obras, sin embargo, las construcciones adquieren identidad e historia al ser habitadas, es ahí donde los sentires humanos emergen para crear vínculos con los espacios.

La relación que se establece entre el cuerpo humano, la tierra, la madera, el agua, las cañas y las fibras implica sensibilidad y aprendizajes constantes, a los muros de las casas de bahareque también los sostienen quienes jugaron o lloraron resguardados por envolventes cálidas en las mañanas y frías en las noches, ellos se apegan a las vivencias que experimentaron allí.

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Indagar sobre el bahareque no fue una tarea fácil, mi inquietud se juzgaba como algo menor o poco innovadora, pensar las construcciones en clave de vivencias emotivas me ayudó a encontrar una forma de acercarme a la cuestión, esta fue una aproximación a aspectos constructivos, y al bahareque en la voz de muchas personas.

Indagar sobre los materiales y los procesos constructivos a través de la memoría oral puede aportar elementos a los procesos de diseño arquitectónico. La forma en que se da la apropiación de los espacios y las creencias en torno a los materiales me hacen pensar el diseño como un camino de exploración en el que se deben proyectar espacios para la vida, donde las personas se encuentren con texturas, vegetación,otras especies. Patios y corredores hacen parte de las casas en bahareque, estos permiten contemplar y relacionarse con el entorno al sentir la lluvia, recibir el sol, mirar las estrellas y escuchar las aves.

Ahora busco una arquitectura consciente y contextualizada, no sólo construimos, también tomamos decisiones sobre los espacios existentes, el bahareque ha hecho historia y sigue dando de qué hablar en el presente.

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