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El Collectif 212, unidos para afirmar su singularidad Mohamed Rachdi. Artista, profesor de universidad y comisario de exposiciones

EL COLLECTIF 212, UNIDOS PARA AFIRMAR SU SINGULARIDAD

Desde la independencia del país hasta los años 80, la creación artística marroquí estuvo dominada por preocupaciones identitarias 1 . No obstante, nuevas necesidades y aspiraciones llevaron a algunos artistas a abandonar una situación intelectual saturada por preocupaciones exclusivamente marroquíes y árabes, para explorar nuevas vías. Estos artistas empiezan entonces a reivindicar menos su pertenencia a una misma comunidad, cultura o nación, para afirmar su individualidad y su libertad de desarrollar una práctica artística singular. Sin embargo, después de haber intentado algunos tímidos, y muchas veces superficiales, experimentos contemporáneos (particularmente instalaciones, pero casi ninguna performance, y nunca videoarte, arte numérico o nuevas tecnologías), la generación de artistas marroquíes de los años 80 se vio reducida rápidamente al campo pictórico, muy probablemente por comodidad comercial 2 . La dinámica de apertura y de audaz exploración contemporánea no empieza a reaparecer, y amplificarse seriamente, hasta las generaciones del último decenio del siglo XX-principios del siglo XXI. Si bien la diáspora artística es la principal impulsora de esta perspectiva 3 , también la Escuela Superior de Bellas Artes de Tetuán ha formado jóvenes artistas, algunos de los cuales fueron impulsados, sino propulsados, por el año de Marruecos en Francia, 1999. Gracias a la mundialización, la escena marroquí empieza a ver aparecer jóvenes artistas con nuevas aspiraciones y con la preocupación de estar juntos para organizar mejor sus acciones y optimizar el impacto de sus distintas propuestas artísticas. Dos colectivos emergen particularmente y comparten la misma preocupación de inscribir sus pasos dentro de una exploración creadora decididamente contemporánea: La Source du Lion en Casablanca, creada en 1995 por iniciativa de Florence Renault y Hassan Darsi 4; y el Collectif 212 que fue iniciado 10 años más tarde, en 2005, por Hassan Echair e Imad Mansour, y que cuenta hoy con un total de siete miembros, cuatro mujeres y tres hombres: Amina Benbouchta, Safâa Erruas, Jamila Lamrani, Myriam Mihindou y Younès Rahmoun, además de los previamente mencionados. La Source du Lion reivindica un compromiso manifiestamente ciudadano, desarrollando acciones de sensibilización en la ciudad como, por ejemplo, el “Projet de la Maquette” construido por este colectivo para denunciar el abandono de uno de los pocos pulmones del mega-polo industrial marroquí -El “Parc de l’Hermitage” en Casablanca – y sensibilizar a la opinión pública sobre la necesidad y la urgencia de su rehabilitación 5. A diferencia del

1 M’rabet, Khalil, Peinture et Identité – l’expérience marocaine, éd. L’Harmattan, París, 1987 (tesis de doctorado adaptada a la edición). 2 Rachdi, Mohamed, L’art comtemporain au Maroc et le Maroc de l’art contemporain, artículo en dos partes en la revista Comtemporary Practice, El Cairo, 2007-2008. 3 Rachdi, Mohamed, Interférences – références marocaines de l’art contemporain, ed. Le RARE, Amiens, 2005. Un díptico, catálogo y coloquio alrededor de una exposición que reunió en el verano 2004 a jóvenes artistas procedentes de la inmigración marroquí y que evolucionan en Europa. 4 Para más información ver http://www.lasourcedulion.org 5 Algunos proyectos de La Source du Lion están acompañados, a título individual, por algunos de los miembros del Collectif 212. Amina Benbouchta participa al mismo tiempo en los dos colectivos.

primero, El Collectif 212 no reivindica abiertamente compromiso ciudadano alguno. Si hay militancia, es en primer lugar para activar el reconocimiento de la proposición artística contemporánea, del estatus del artista y de su gestión individual. Mientras La Source du Lion acaba de abrir un espacio en Casablanca (junio de 2008) en el que se pueda trabajar, reunirse con artistas de diferentes orígenes con la intención de intercambiar, reflexionar y desarrollar proyectos conjuntos, los miembros del Collectif 212 no comparten un mismo espacio físico de producción o de difusión. Si bien la pareja Safâa Erruas y Hassan Echair abre su taller para acoger a jóvenes artistas que el Collectif 212 apoya con becas, el único sitio que comparten verdaderamente hoy en día es un territorio virtual: su blog http://collectif212.blogspirit.com, creado para existir en la red y extender la difusión de sus diferentes acciones, que no son necesariamente comunes. Aunque la proclamación del Collectif se hizo con una exposición colectiva en el espacio Le Cube, del Centro Cultural Austriaco de Rabat, las obras presentadas por los artistas no mostraban ninguna preocupación por tener las mismas inquietudes artísticas. Presentando esta exposición, Florence Deniel anotó: “Le Cube acoge desde el 16 de noviembre de 2005 un grupo de siete artistas representativos de la creación contemporánea de este reino, reunido bajo el prefijo-guiño de Collectif 212, que presenta pinturas, y también instalaciones efímeras, videoarte, performances…, esta nueva comunidad de expresión nos invita a través de sus pasos a descubrir y apreciar toda la riqueza nacida de la diversidad, aumentando a la vez nuestra percepción estética y el campo infinito de nuestra sensibilidad”. (ver más arriba el blog del Collectif 212) Desde un principio, no apuntan a una voluntad de construir proyectos en común, sino a la presentación de la diversidad de las acciones en el campo del arte que empiezan a afirmarse en un contexto artístico y cultural de un Marruecos todavía reticente a acogerlas. De hecho, las actividades que desarrollan los miembros del Collectif 212 están realizadas a imagen y semejanza de la producción artística contemporánea en la era de la mundialización. Sus prácticas se despliegan, en efecto, en una pluridisciplinidad característica de la diversidad de la producción artística contemporánea a escala internacional: pinturas, instalaciones, fotografías, dispositivos video, performances… Si el desarrollo de las prácticas permanece diverso y manifiestamente singular, ¿por qué reagruparse entonces en colectivo? ¿Existiría algún proyecto en común que federara a estos artistas tan innovadores? Podemos encontrar aquí y allá connivencias entre tal y cual artista del colectivo, señalar afinidades, complicidades artísticas, amistosas, incluso conyugales. Pero, sin lugar a dudas, únicamente la preocupación de constituir una fuerza de propuestas decididamente contemporáneas capaz de desarrollarse desafiando un contexto dominado por un conformismo artístico y cultural, parece verdaderamente orientar su lucha como colectivo… Efectivamente, los artistas no se preocupan de poner en evidencia lo que hay en común de sus prácticas, sino más bien de respaldarse para tener una mayor presencia, y afirmar cada uno la singularidad de su obra en un mundo cada vez más uniforme. Sin embargo, los miembros del Collectif 212 no hacen obra colectiva, si no que aspiran sencillamente a acordar sus fuerzas y cruzar sus diferentes redes para optimizar el impacto de sus distintas acciones. Esto no excluye de ninguna manera la posibilidad de trabajar juntos puntualmente para un proyecto común. Por tanto, el Collectif 212 no busca la instauración de un movimiento artístico que conlleve las mismas ideas o ideologías. Lo que reúne fundamentalmente a sus miembros, es la misma lucha para afirmarse como artistas decididamente contemporáneos en el seno de un entorno que si bien no es hostil a la audacia de la creación contemporánea, por lo menos no está preparado para acoger nuevas propuestas artísticas, es decir, las de la creación innovadora que obra para dar cuerpo a nuestra percepción y aguzar nuestra sensibilidad mas allá de las prácticas caducas.

Mohamed Rachdi Artista, profesor universitario y comisario de exposiciones

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