Folleto exposición "Ciudad" de Faraj Daham

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FARAJ DAHAM

Por primera vez, el público madrileño y todos los visitantes que regularmente recibe nuestra ciudad, podrán contemplar la obra de un artista plástico qatarí. Hasta la fecha, Casa Árabe no había tenido ocasión de presentar una muestra proveniente de Qatar, un país con el que España ha tejido en los últimos años una intensa red de relaciones económicas, educativas y, por fin, también culturales. La exposición que alberga la sala de exposiciones de Casa Arabe hasta el próximo 26 de enero, y que lleva por título ”Ciudad”, presenta la obra de Faraj Daham, uno de los artistas pioneros del panorama artístico qatarí y por tanto, testigo de excepción de la impresionante transformación y crecimiento que ha vivido el ámbito cultural tanto en Qatar como en el resto de países de la región. Dicho desarrollo, indisociable del crecimiento económico que la zona ha experimentado en la última década y al que tantos reportajes ha dedicado la prensa occidental, tiene su reflejo en la vertiginosa transformación urbana de capitales como Doha, cuya fisonomía es la de una ciudad de vanguardia en el siglo XXI. En este contexto, resulta muy interesante la propuesta artística de Faraj Daham y su reflexión en torno al concepto de ciudad como un organismo vivo y en movimiento. Con esta concepción, Daham va más allá de la foto fija del skyline (que por cierto, no está en la exposición) como idea y representación de la ciudad moderna. Para él, Doha son las personas que la habitan y que en ella trabajan, independientemente de sus lugares de origen. Es, por definición, una ciudad que vive del cosmopolitismo y creo que para cualquier persona que haya tenido el enorme privilegio

de visitar Doha, resultará fácil identificarse con esta manera de entender la urbe qatarí. Casa Árabe incorpora esta exposición a una línea de trabajo puesta en marcha durante los últimos meses y que tiene a la ciudad como eje central de su reflexión. Este eje argumental nos llevó a exponer, por ejemplo, en Jardines de Arena, la magnífica serie de fotografías de Oriente Medio a finales del siglo XIX, con hermosísimas imágenes de ciudades de la época, entre ellas, de La Meca, de El Cairo o de Damasco; o la que nos ha llevado recientemente a la exposición De viaje: arquitectura española en el mundo árabe, a través de la cual hemos podido ver de qué manera los arquitectos españoles participan en estos procesos y contribuyen al desarrollo urbano en muchos países árabes. Con la exposición “Ciudad” que ahora presentamos, nos planteamos además un doble objetivo: no sólo mostrar el trabajo del artista Faraj Daham, sino también dar a conocer parte del tejido cultural institucional de Qatar. Nuestra colaboración con la entidad Katara habrá de servir para que el público español conozca la labor de instituciones que son representativas del enorme dinamismo Qatar. La muestra que traemos ahora a Madrid, es continuación de un trabajo conjunto ya iniciado con Katara y que tuvo su inicio con la presentación de la exposición fotográfica De Qurtuba a Córdoba en Doha el pasado mes de junio de 2013. Nos corresponde ahora dar la bienvenida a Katara y a Faraj Daham ante el público de Madrid. Eduardo López Busquets Director general de Casa Árabe Postal, 2012

La exposición permanecerá abierta hasta el 26 de enero de 2014 De lunes a sábados de 11:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:30 horas Domingos y festivos de 11:00 a 15:00 horas

Casa Árabe Alcalá 62, 28009, Madrid www.casaarabe.es

Organiza:

Colabora:

Casa Árabe es un consorcio formado por:


Por primera vez, el público madrileño y todos los visitantes que regularmente recibe nuestra ciudad, podrán contemplar la obra de un artista plástico qatarí. Hasta la fecha, Casa Árabe no había tenido ocasión de presentar una muestra proveniente de Qatar, un país con el que España ha tejido en los últimos años una intensa red de relaciones económicas, educativas y, por fin, también culturales. La exposición que alberga la sala de exposiciones de Casa Arabe hasta el próximo 26 de enero, y que lleva por título ”Ciudad”, presenta la obra de Faraj Daham, uno de los artistas pioneros del panorama artístico qatarí y por tanto, testigo de excepción de la impresionante transformación y crecimiento que ha vivido el ámbito cultural tanto en Qatar como en el resto de países de la región. Dicho desarrollo, indisociable del crecimiento económico que la zona ha experimentado en la última década y al que tantos reportajes ha dedicado la prensa occidental, tiene su reflejo en la vertiginosa transformación urbana de capitales como Doha, cuya fisonomía es la de una ciudad de vanguardia en el siglo XXI.

FARAJ DAHAM

En este contexto, resulta muy interesante la propuesta artística de Faraj Daham y su reflexión en torno al concepto de ciudad como un organismo vivo y en movimiento. Con esta concepción, Daham va más allá de la foto fija del skyline (que por cierto, no está en la exposición) como idea y representación de la ciudad moderna. Para él, Doha son las personas que la habitan y que en ella trabajan, independientemente de sus lugares de origen. Es, por definición, una ciudad que vive del cosmopolitismo y creo que para cualquier persona que haya tenido el enorme privilegio

de visitar Doha, resultará fácil identificarse con esta manera de entender la urbe qatarí. Casa Árabe incorpora esta exposición a una línea de trabajo puesta en marcha durante los últimos meses y que tiene a la ciudad como eje central de su reflexión. Este eje argumental nos llevó a exponer, por ejemplo, en Jardines de Arena, la magnífica serie de fotografías de Oriente Medio a finales del siglo XIX, con hermosísimas imágenes de ciudades de la época, entre ellas, de La Meca, de El Cairo o de Damasco; o la que nos ha llevado recientemente a la exposición De viaje: arquitectura española en el mundo árabe, a través de la cual hemos podido ver de qué manera los arquitectos españoles participan en estos procesos y contribuyen al desarrollo urbano en muchos países árabes. Con la exposición “Ciudad” que ahora presentamos, nos planteamos además un doble objetivo: no sólo mostrar el trabajo del artista Faraj Daham, sino también dar a conocer parte del tejido cultural institucional de Qatar. Nuestra colaboración con la entidad Katara habrá de servir para que el público español conozca la labor de instituciones que son representativas del enorme dinamismo Qatar. La muestra que traemos ahora a Madrid, es continuación de un trabajo conjunto ya iniciado con Katara y que tuvo su inicio con la presentación de la exposición fotográfica De Qurtuba a Córdoba en Doha el pasado mes de junio de 2013. Nos corresponde ahora dar la bienvenida a Katara y a Faraj Daham ante el público de Madrid. Eduardo López Busquets Director general de Casa Árabe Postal, 2012

La exposición permanecerá abierta hasta el 26 de enero de 2014 De lunes a sábados de 11:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:30 horas Domingos y festivos de 11:00 a 15:00 horas

Casa Árabe Alcalá 62, 28009, Madrid www.casaarabe.es

Organiza:

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Por primera vez, el público madrileño y todos los visitantes que regularmente recibe nuestra ciudad, podrán contemplar la obra de un artista plástico qatarí. Hasta la fecha, Casa Árabe no había tenido ocasión de presentar una muestra proveniente de Qatar, un país con el que España ha tejido en los últimos años una intensa red de relaciones económicas, educativas y, por fin, también culturales. La exposición que alberga la sala de exposiciones de Casa Arabe hasta el próximo 26 de enero, y que lleva por título ”Ciudad”, presenta la obra de Faraj Daham, uno de los artistas pioneros del panorama artístico qatarí y por tanto, testigo de excepción de la impresionante transformación y crecimiento que ha vivido el ámbito cultural tanto en Qatar como en el resto de países de la región. Dicho desarrollo, indisociable del crecimiento económico que la zona ha experimentado en la última década y al que tantos reportajes ha dedicado la prensa occidental, tiene su reflejo en la vertiginosa transformación urbana de capitales como Doha, cuya fisonomía es la de una ciudad de vanguardia en el siglo XXI.

FARAJ DAHAM

En este contexto, resulta muy interesante la propuesta artística de Faraj Daham y su reflexión en torno al concepto de ciudad como un organismo vivo y en movimiento. Con esta concepción, Daham va más allá de la foto fija del skyline (que por cierto, no está en la exposición) como idea y representación de la ciudad moderna. Para él, Doha son las personas que la habitan y que en ella trabajan, independientemente de sus lugares de origen. Es, por definición, una ciudad que vive del cosmopolitismo y creo que para cualquier persona que haya tenido el enorme privilegio

de visitar Doha, resultará fácil identificarse con esta manera de entender la urbe qatarí. Casa Árabe incorpora esta exposición a una línea de trabajo puesta en marcha durante los últimos meses y que tiene a la ciudad como eje central de su reflexión. Este eje argumental nos llevó a exponer, por ejemplo, en Jardines de Arena, la magnífica serie de fotografías de Oriente Medio a finales del siglo XIX, con hermosísimas imágenes de ciudades de la época, entre ellas, de La Meca, de El Cairo o de Damasco; o la que nos ha llevado recientemente a la exposición De viaje: arquitectura española en el mundo árabe, a través de la cual hemos podido ver de qué manera los arquitectos españoles participan en estos procesos y contribuyen al desarrollo urbano en muchos países árabes. Con la exposición “Ciudad” que ahora presentamos, nos planteamos además un doble objetivo: no sólo mostrar el trabajo del artista Faraj Daham, sino también dar a conocer parte del tejido cultural institucional de Qatar. Nuestra colaboración con la entidad Katara habrá de servir para que el público español conozca la labor de instituciones que son representativas del enorme dinamismo Qatar. La muestra que traemos ahora a Madrid, es continuación de un trabajo conjunto ya iniciado con Katara y que tuvo su inicio con la presentación de la exposición fotográfica De Qurtuba a Córdoba en Doha el pasado mes de junio de 2013. Nos corresponde ahora dar la bienvenida a Katara y a Faraj Daham ante el público de Madrid. Eduardo López Busquets Director general de Casa Árabe Postal, 2012

La exposición permanecerá abierta hasta el 26 de enero de 2014 De lunes a sábados de 11:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:30 horas Domingos y festivos de 11:00 a 15:00 horas

Casa Árabe Alcalá 62, 28009, Madrid www.casaarabe.es

Organiza:

Casa Árabe es un consorcio formado por:

Colabora:


Una postal

Ciudad Faraj Daham es un artista qatarí, toda una institución en el panorama artístico de Doha y una persona llena de energía y con un punto de vista único de su ciudad natal Doha. A mediados de 2012, Faraj Daham me contactó para pedirme que trabajara con él en un proyecto; “Utopía”, “Ciudad”, “Enfocado / Desenfocado”, fueron algunas de las palabras que me sugirió a modo de ideas, conceptos y ejes generadores de lo que ahora se puede ver en forma de exposición en Casa Árabe de Madrid, bajo el título Ciudad. Se trata de una continuación de la exposición original mostrada en la Fundación Katara Cultural Village, en marzo de 2013. Nos pusimos de acuerdo desde el principio en que se trataba de desarrollar material gráfico centrado en su ciudad natal, Doha, en los diversos estilos de vida y luchas de la gente por crear, desarrollar y construir la ciudad. Doha iba a ser vista a través de los ojos de los trabajadores que habitan en ella y que, de alguna manera, la alumbran y animan. El resultado de un proceso de meses de desarrollo y creación de material gráfico superó todas mis expectativas. Faraj Daham nos muestra una obra que aborda la ciudad como si fuera una postal, como una construción cultural viva que reconocemos no sólo por su densidad poblacional, sino también por los factores sociales e históricos que abarca. Una ciudad se organiza imponiendo un sistema que define las relaciones entre los diversos grupos y comunidades que residen en ella. Se supone que toda

ciudad debe garantizar a sus pobladores bienestar y un modo de vida digno, pues la sociedad siempre aspira a mejorar. Pero sin embargo, el logro de dicho progreso tiende a ser obstaculizado por factores humanos que presionan en otras direcciones, sugiriendo que, en realidad, ningún retrato puede resultar auténticamente representativo mientras exista un conflicto de deseos, poder y exclusiones. La ciudad engloba tanto la presencia física humana, como una perspectiva cultural que podemos adoptar para explicar algunos fenómenos inesperados, como la hegemonía de ciertas normas preestablecidas o de un estilo de vida que organiza las relaciones entre las personas de acuerdo con ideas, tendencias y conductas cambiantes -lo que no puede ser desconectado de la diversidad cultural propia de la ciudad-. Se da una infinita variedad de una persona a otra, mientras todas compiten para convertir sus sueños en realidad, o como William Shakespeare pone en boca de Próspero en La tempestad: “Estamos tejidos de la misma tela que los sueños”. De hecho, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, así como los espectadores que observamos cómo se construyen. Pero a medida que actuamos para hacer realidad nuestras esperanzas y deseos, nuestras aspiraciones se van distorsionando, tanto como la imagen que cada uno tiene de sí mismo. Faraj observa su ciudad y nos transmite una serie de sueños, aspiraciones, inquietudes y simples recuerdos enviados desde Doha a sus ciudades de origen por los obreros que, de sol a

sol, erigen los edificios que pronto habitaremos y poblaremos con otros sueños, aspiraciones e inquietudes. Faraj recurre, en el material gráfico expuesto, al artificio de la carta postal para comunicar el sencillo, aunque hondamente sentido, dilema que cada trabajador -y de hecho, cada expatriado en Doha- ha de afrontar a diario: ¿cómo albergar a dos ciudades en nuestras cabezas y corazones? Aunque no existen respuestas definitivas a esta pregunta, a través de las obras de esta exposición podemos captar una visión de lo que Faraj Daham siente y piensa sobre este dilema. Se perfila un profundo sentimiento de empatía con los trabajadores y sus realidades; se da, definitivamente, un valiente intento de comprender y de conectar con la gente. En esta exposición, Faraj Daham comunica la ciudad con sus muy diversos impulsos sociales, observa a la gente desde la Ciudad y a la Ciudad desde la gente, registrando el movimiento perpetuo y el constante cambio, desarrollo, divergencia y similitud. Faraj Daham nos hace saber, como cita José Saramago del Deuteronomio, a modo de epigrama sobre la ceguera: “Si puedes ver, mira. Si puedes mirar, observa”.

Sa’id Costa Fundación Katara Cultural Village Comisario de exposiciones de artes visuales y programas educativos

Postal, 2013

La postal ofrece una especie de interpretación artística de la ciudad por medios gráficos, abarcando también un mensaje que reduce el lugar a una idea. El intento de capturar una imagen del lugar no resulta muy diferente a observar los fenómenos sociales de los que somos testigos en Doha, lo que se reduce en esta postal a constituirse en un medio para documentar un ambiente predominante de nostalgia o de deseo de recuperar las raíces propias. Todo esto es transmitido explícitamente en una postal abierta, completada con los sellos y matasellos que resultan marcas inseparables de todo individuo y de su identidad.

no hace falta mirar más allá del mundo inmediato que nos rodea, reconociendo de esta manera que los pensamientos e ideas se mueven con las personas que construyen sus sueños, sea cual sea la etapa de transformación material que se esté dando sobre el terreno, resaltando así las diferencias estructurales entre lo que es ahora y lo que era antes. Al alcance de la actividad humana se extiende ad infinítum, de forma parecida al acto de lanzar una piedra al agua -las ondas se amplían hasta el infinito dentro de los confines de la ciudad- .

Doha, una ciudad moderna cuya fundación está vinculada al crecimiento económico de una sociedad en acelerada emergencia, tiene el poder de penetrar directamente en nuestras mentes. Aquí las metas se confunden con los deseos, incluyendo el deseo de desarrollo por medio de los radicales cambios estructurales experimentados por la ciudad. De hecho, así es como este “no lugar” se ha transformado gradualmente en “algún lugar. Por supuesto, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, además de ser sus espectadores. A cambio, se está creando una cultura global paralela y, sin embargo, contradictoria, impuesta por las mutaciones a escala planetaria.

Doha, en su concepción geográfica, se ha convertido en un floreciente espacio poblado por personas que mantienen vivo su antiguo y tradicional estilo de vida. Pero junto al crecimiento de la ciudad, que va de la mano de su desarrollo económico, político y social, está emergiendo un nuevo estilo de vida resultado de la diversidad cultural, sólidamente vinculado a todo lo material, tangible y palpable que se da sobre el terreno. Esta reacción -o interacción- , que lleva necesariamente en su interior el concepto de nostalgia, está menguando la población en detrimento de la situación interna de la ciudad. Aquí podemos percibir las interrelaciones de ideas plasmadas en una postal, a través de las señales de cambio que acompañan a las metamorfosis estructurales que todos podemos observar a nuestro alrededor.

La ciudad, en su esencia más pura, se refiere tanto al espacio físico humano como a las perspectivas culturales que engloba. Las culturas urbanas se forman mediante una especie de reacción -o de interacción- química, desencadenada por los que llegan a la ciudad procedentes de otros lugares. Para captar esto,

Faraj Daham

Sobre Faraj Daham Tras graduarse en Diseño escenográfico teatral en 1983, en el Instituto de estudios superiores de artes dramáticas de Kuwait, Faraj Daham realizó un máster de Bellas Artes en Estados Unidos en 1988, en la Ball State University (Indiana). Como joven estudiante en una escuela superior técnica en Doha, se familiarizó con materiales y herramientas que han marcado su trabajo de forma duradera, introduciendo un enfoque científico en su metodología artística que aún sigue aplicando hoy en día. Daham fue uno de los fundadores de la Sociedad qatarí de Bellas Artes, donde expone anualmente su trabajo desde 1981. También ha realizado múltiples exposiciones individuales, tanto en la región como en Estados Unidos, y ha participado en la Bienal de arte asiático en Bangladesh, así como en las bienales de Sharjah y El Cairo, y en la Trienal egipcia International Print. Pertenece también a la primera generación de artistas que se unió al Al-Jasrah Club, que hizo las funciones de centro de intercambio de ideas y de relación con otros artistas, antes de la constitución formal de sociedades artísticas en Qatar. Ha desarrollado y profundizado su temprana tendencia hacia el arte abstracto, resultando de ello una obra experimental muy audaz.

Postal, 2013


Una postal

Ciudad Faraj Daham es un artista qatarí, toda una institución en el panorama artístico de Doha y una persona llena de energía y con un punto de vista único de su ciudad natal Doha. A mediados de 2012, Faraj Daham me contactó para pedirme que trabajara con él en un proyecto; “Utopía”, “Ciudad”, “Enfocado / Desenfocado”, fueron algunas de las palabras que me sugirió a modo de ideas, conceptos y ejes generadores de lo que ahora se puede ver en forma de exposición en Casa Árabe de Madrid, bajo el título Ciudad. Se trata de una continuación de la exposición original mostrada en la Fundación Katara Cultural Village, en marzo de 2013. Nos pusimos de acuerdo desde el principio en que se trataba de desarrollar material gráfico centrado en su ciudad natal, Doha, en los diversos estilos de vida y luchas de la gente por crear, desarrollar y construir la ciudad. Doha iba a ser vista a través de los ojos de los trabajadores que habitan en ella y que, de alguna manera, la alumbran y animan. El resultado de un proceso de meses de desarrollo y creación de material gráfico superó todas mis expectativas. Faraj Daham nos muestra una obra que aborda la ciudad como si fuera una postal, como una construción cultural viva que reconocemos no sólo por su densidad poblacional, sino también por los factores sociales e históricos que abarca. Una ciudad se organiza imponiendo un sistema que define las relaciones entre los diversos grupos y comunidades que residen en ella. Se supone que toda

ciudad debe garantizar a sus pobladores bienestar y un modo de vida digno, pues la sociedad siempre aspira a mejorar. Pero sin embargo, el logro de dicho progreso tiende a ser obstaculizado por factores humanos que presionan en otras direcciones, sugiriendo que, en realidad, ningún retrato puede resultar auténticamente representativo mientras exista un conflicto de deseos, poder y exclusiones. La ciudad engloba tanto la presencia física humana, como una perspectiva cultural que podemos adoptar para explicar algunos fenómenos inesperados, como la hegemonía de ciertas normas preestablecidas o de un estilo de vida que organiza las relaciones entre las personas de acuerdo con ideas, tendencias y conductas cambiantes -lo que no puede ser desconectado de la diversidad cultural propia de la ciudad-. Se da una infinita variedad de una persona a otra, mientras todas compiten para convertir sus sueños en realidad, o como William Shakespeare pone en boca de Próspero en La tempestad: “Estamos tejidos de la misma tela que los sueños”. De hecho, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, así como los espectadores que observamos cómo se construyen. Pero a medida que actuamos para hacer realidad nuestras esperanzas y deseos, nuestras aspiraciones se van distorsionando, tanto como la imagen que cada uno tiene de sí mismo. Faraj observa su ciudad y nos transmite una serie de sueños, aspiraciones, inquietudes y simples recuerdos enviados desde Doha a sus ciudades de origen por los obreros que, de sol a

sol, erigen los edificios que pronto habitaremos y poblaremos con otros sueños, aspiraciones e inquietudes. Faraj recurre, en el material gráfico expuesto, al artificio de la carta postal para comunicar el sencillo, aunque hondamente sentido, dilema que cada trabajador -y de hecho, cada expatriado en Doha- ha de afrontar a diario: ¿cómo albergar a dos ciudades en nuestras cabezas y corazones? Aunque no existen respuestas definitivas a esta pregunta, a través de las obras de esta exposición podemos captar una visión de lo que Faraj Daham siente y piensa sobre este dilema. Se perfila un profundo sentimiento de empatía con los trabajadores y sus realidades; se da, definitivamente, un valiente intento de comprender y de conectar con la gente. En esta exposición, Faraj Daham comunica la ciudad con sus muy diversos impulsos sociales, observa a la gente desde la Ciudad y a la Ciudad desde la gente, registrando el movimiento perpetuo y el constante cambio, desarrollo, divergencia y similitud. Faraj Daham nos hace saber, como cita José Saramago del Deuteronomio, a modo de epigrama sobre la ceguera: “Si puedes ver, mira. Si puedes mirar, observa”.

Sa’id Costa Fundación Katara Cultural Village Comisario de exposiciones de artes visuales y programas educativos

Postal, 2013

La postal ofrece una especie de interpretación artística de la ciudad por medios gráficos, abarcando también un mensaje que reduce el lugar a una idea. El intento de capturar una imagen del lugar no resulta muy diferente a observar los fenómenos sociales de los que somos testigos en Doha, lo que se reduce en esta postal a constituirse en un medio para documentar un ambiente predominante de nostalgia o de deseo de recuperar las raíces propias. Todo esto es transmitido explícitamente en una postal abierta, completada con los sellos y matasellos que resultan marcas inseparables de todo individuo y de su identidad.

no hace falta mirar más allá del mundo inmediato que nos rodea, reconociendo de esta manera que los pensamientos e ideas se mueven con las personas que construyen sus sueños, sea cual sea la etapa de transformación material que se esté dando sobre el terreno, resaltando así las diferencias estructurales entre lo que es ahora y lo que era antes. Al alcance de la actividad humana se extiende ad infinítum, de forma parecida al acto de lanzar una piedra al agua -las ondas se amplían hasta el infinito dentro de los confines de la ciudad- .

Doha, una ciudad moderna cuya fundación está vinculada al crecimiento económico de una sociedad en acelerada emergencia, tiene el poder de penetrar directamente en nuestras mentes. Aquí las metas se confunden con los deseos, incluyendo el deseo de desarrollo por medio de los radicales cambios estructurales experimentados por la ciudad. De hecho, así es como este “no lugar” se ha transformado gradualmente en “algún lugar. Por supuesto, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, además de ser sus espectadores. A cambio, se está creando una cultura global paralela y, sin embargo, contradictoria, impuesta por las mutaciones a escala planetaria.

Doha, en su concepción geográfica, se ha convertido en un floreciente espacio poblado por personas que mantienen vivo su antiguo y tradicional estilo de vida. Pero junto al crecimiento de la ciudad, que va de la mano de su desarrollo económico, político y social, está emergiendo un nuevo estilo de vida resultado de la diversidad cultural, sólidamente vinculado a todo lo material, tangible y palpable que se da sobre el terreno. Esta reacción -o interacción- , que lleva necesariamente en su interior el concepto de nostalgia, está menguando la población en detrimento de la situación interna de la ciudad. Aquí podemos percibir las interrelaciones de ideas plasmadas en una postal, a través de las señales de cambio que acompañan a las metamorfosis estructurales que todos podemos observar a nuestro alrededor.

La ciudad, en su esencia más pura, se refiere tanto al espacio físico humano como a las perspectivas culturales que engloba. Las culturas urbanas se forman mediante una especie de reacción -o de interacción- química, desencadenada por los que llegan a la ciudad procedentes de otros lugares. Para captar esto,

Faraj Daham

Sobre Faraj Daham Tras graduarse en Diseño escenográfico teatral en 1983, en el Instituto de estudios superiores de artes dramáticas de Kuwait, Faraj Daham realizó un máster de Bellas Artes en Estados Unidos en 1988, en la Ball State University (Indiana). Como joven estudiante en una escuela superior técnica en Doha, se familiarizó con materiales y herramientas que han marcado su trabajo de forma duradera, introduciendo un enfoque científico en su metodología artística que aún sigue aplicando hoy en día. Daham fue uno de los fundadores de la Sociedad qatarí de Bellas Artes, donde expone anualmente su trabajo desde 1981. También ha realizado múltiples exposiciones individuales, tanto en la región como en Estados Unidos, y ha participado en la Bienal de arte asiático en Bangladesh, así como en las bienales de Sharjah y El Cairo, y en la Trienal egipcia International Print. Pertenece también a la primera generación de artistas que se unió al Al-Jasrah Club, que hizo las funciones de centro de intercambio de ideas y de relación con otros artistas, antes de la constitución formal de sociedades artísticas en Qatar. Ha desarrollado y profundizado su temprana tendencia hacia el arte abstracto, resultando de ello una obra experimental muy audaz.

Postal, 2013


Una postal

Ciudad Faraj Daham es un artista qatarí, toda una institución en el panorama artístico de Doha y una persona llena de energía y con un punto de vista único de su ciudad natal Doha. A mediados de 2012, Faraj Daham me contactó para pedirme que trabajara con él en un proyecto; “Utopía”, “Ciudad”, “Enfocado / Desenfocado”, fueron algunas de las palabras que me sugirió a modo de ideas, conceptos y ejes generadores de lo que ahora se puede ver en forma de exposición en Casa Árabe de Madrid, bajo el título Ciudad. Se trata de una continuación de la exposición original mostrada en la Fundación Katara Cultural Village, en marzo de 2013. Nos pusimos de acuerdo desde el principio en que se trataba de desarrollar material gráfico centrado en su ciudad natal, Doha, en los diversos estilos de vida y luchas de la gente por crear, desarrollar y construir la ciudad. Doha iba a ser vista a través de los ojos de los trabajadores que habitan en ella y que, de alguna manera, la alumbran y animan. El resultado de un proceso de meses de desarrollo y creación de material gráfico superó todas mis expectativas. Faraj Daham nos muestra una obra que aborda la ciudad como si fuera una postal, como una construción cultural viva que reconocemos no sólo por su densidad poblacional, sino también por los factores sociales e históricos que abarca. Una ciudad se organiza imponiendo un sistema que define las relaciones entre los diversos grupos y comunidades que residen en ella. Se supone que toda

ciudad debe garantizar a sus pobladores bienestar y un modo de vida digno, pues la sociedad siempre aspira a mejorar. Pero sin embargo, el logro de dicho progreso tiende a ser obstaculizado por factores humanos que presionan en otras direcciones, sugiriendo que, en realidad, ningún retrato puede resultar auténticamente representativo mientras exista un conflicto de deseos, poder y exclusiones. La ciudad engloba tanto la presencia física humana, como una perspectiva cultural que podemos adoptar para explicar algunos fenómenos inesperados, como la hegemonía de ciertas normas preestablecidas o de un estilo de vida que organiza las relaciones entre las personas de acuerdo con ideas, tendencias y conductas cambiantes -lo que no puede ser desconectado de la diversidad cultural propia de la ciudad-. Se da una infinita variedad de una persona a otra, mientras todas compiten para convertir sus sueños en realidad, o como William Shakespeare pone en boca de Próspero en La tempestad: “Estamos tejidos de la misma tela que los sueños”. De hecho, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, así como los espectadores que observamos cómo se construyen. Pero a medida que actuamos para hacer realidad nuestras esperanzas y deseos, nuestras aspiraciones se van distorsionando, tanto como la imagen que cada uno tiene de sí mismo. Faraj observa su ciudad y nos transmite una serie de sueños, aspiraciones, inquietudes y simples recuerdos enviados desde Doha a sus ciudades de origen por los obreros que, de sol a

sol, erigen los edificios que pronto habitaremos y poblaremos con otros sueños, aspiraciones e inquietudes. Faraj recurre, en el material gráfico expuesto, al artificio de la carta postal para comunicar el sencillo, aunque hondamente sentido, dilema que cada trabajador -y de hecho, cada expatriado en Doha- ha de afrontar a diario: ¿cómo albergar a dos ciudades en nuestras cabezas y corazones? Aunque no existen respuestas definitivas a esta pregunta, a través de las obras de esta exposición podemos captar una visión de lo que Faraj Daham siente y piensa sobre este dilema. Se perfila un profundo sentimiento de empatía con los trabajadores y sus realidades; se da, definitivamente, un valiente intento de comprender y de conectar con la gente. En esta exposición, Faraj Daham comunica la ciudad con sus muy diversos impulsos sociales, observa a la gente desde la Ciudad y a la Ciudad desde la gente, registrando el movimiento perpetuo y el constante cambio, desarrollo, divergencia y similitud. Faraj Daham nos hace saber, como cita José Saramago del Deuteronomio, a modo de epigrama sobre la ceguera: “Si puedes ver, mira. Si puedes mirar, observa”.

Sa’id Costa Fundación Katara Cultural Village Comisario de exposiciones de artes visuales y programas educativos

Postal, 2013

La postal ofrece una especie de interpretación artística de la ciudad por medios gráficos, abarcando también un mensaje que reduce el lugar a una idea. El intento de capturar una imagen del lugar no resulta muy diferente a observar los fenómenos sociales de los que somos testigos en Doha, lo que se reduce en esta postal a constituirse en un medio para documentar un ambiente predominante de nostalgia o de deseo de recuperar las raíces propias. Todo esto es transmitido explícitamente en una postal abierta, completada con los sellos y matasellos que resultan marcas inseparables de todo individuo y de su identidad.

no hace falta mirar más allá del mundo inmediato que nos rodea, reconociendo de esta manera que los pensamientos e ideas se mueven con las personas que construyen sus sueños, sea cual sea la etapa de transformación material que se esté dando sobre el terreno, resaltando así las diferencias estructurales entre lo que es ahora y lo que era antes. Al alcance de la actividad humana se extiende ad infinítum, de forma parecida al acto de lanzar una piedra al agua -las ondas se amplían hasta el infinito dentro de los confines de la ciudad- .

Doha, una ciudad moderna cuya fundación está vinculada al crecimiento económico de una sociedad en acelerada emergencia, tiene el poder de penetrar directamente en nuestras mentes. Aquí las metas se confunden con los deseos, incluyendo el deseo de desarrollo por medio de los radicales cambios estructurales experimentados por la ciudad. De hecho, así es como este “no lugar” se ha transformado gradualmente en “algún lugar. Por supuesto, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, además de ser sus espectadores. A cambio, se está creando una cultura global paralela y, sin embargo, contradictoria, impuesta por las mutaciones a escala planetaria.

Doha, en su concepción geográfica, se ha convertido en un floreciente espacio poblado por personas que mantienen vivo su antiguo y tradicional estilo de vida. Pero junto al crecimiento de la ciudad, que va de la mano de su desarrollo económico, político y social, está emergiendo un nuevo estilo de vida resultado de la diversidad cultural, sólidamente vinculado a todo lo material, tangible y palpable que se da sobre el terreno. Esta reacción -o interacción- , que lleva necesariamente en su interior el concepto de nostalgia, está menguando la población en detrimento de la situación interna de la ciudad. Aquí podemos percibir las interrelaciones de ideas plasmadas en una postal, a través de las señales de cambio que acompañan a las metamorfosis estructurales que todos podemos observar a nuestro alrededor.

La ciudad, en su esencia más pura, se refiere tanto al espacio físico humano como a las perspectivas culturales que engloba. Las culturas urbanas se forman mediante una especie de reacción -o de interacción- química, desencadenada por los que llegan a la ciudad procedentes de otros lugares. Para captar esto,

Faraj Daham

Sobre Faraj Daham Tras graduarse en Diseño escenográfico teatral en 1983, en el Instituto de estudios superiores de artes dramáticas de Kuwait, Faraj Daham realizó un máster de Bellas Artes en Estados Unidos en 1988, en la Ball State University (Indiana). Como joven estudiante en una escuela superior técnica en Doha, se familiarizó con materiales y herramientas que han marcado su trabajo de forma duradera, introduciendo un enfoque científico en su metodología artística que aún sigue aplicando hoy en día. Daham fue uno de los fundadores de la Sociedad qatarí de Bellas Artes, donde expone anualmente su trabajo desde 1981. También ha realizado múltiples exposiciones individuales, tanto en la región como en Estados Unidos, y ha participado en la Bienal de arte asiático en Bangladesh, así como en las bienales de Sharjah y El Cairo, y en la Trienal egipcia International Print. Pertenece también a la primera generación de artistas que se unió al Al-Jasrah Club, que hizo las funciones de centro de intercambio de ideas y de relación con otros artistas, antes de la constitución formal de sociedades artísticas en Qatar. Ha desarrollado y profundizado su temprana tendencia hacia el arte abstracto, resultando de ello una obra experimental muy audaz.

Postal, 2013


Una postal

Ciudad Faraj Daham es un artista qatarí, toda una institución en el panorama artístico de Doha y una persona llena de energía y con un punto de vista único de su ciudad natal Doha. A mediados de 2012, Faraj Daham me contactó para pedirme que trabajara con él en un proyecto; “Utopía”, “Ciudad”, “Enfocado / Desenfocado”, fueron algunas de las palabras que me sugirió a modo de ideas, conceptos y ejes generadores de lo que ahora se puede ver en forma de exposición en Casa Árabe de Madrid, bajo el título Ciudad. Se trata de una continuación de la exposición original mostrada en la Fundación Katara Cultural Village, en marzo de 2013. Nos pusimos de acuerdo desde el principio en que se trataba de desarrollar material gráfico centrado en su ciudad natal, Doha, en los diversos estilos de vida y luchas de la gente por crear, desarrollar y construir la ciudad. Doha iba a ser vista a través de los ojos de los trabajadores que habitan en ella y que, de alguna manera, la alumbran y animan. El resultado de un proceso de meses de desarrollo y creación de material gráfico superó todas mis expectativas. Faraj Daham nos muestra una obra que aborda la ciudad como si fuera una postal, como una construción cultural viva que reconocemos no sólo por su densidad poblacional, sino también por los factores sociales e históricos que abarca. Una ciudad se organiza imponiendo un sistema que define las relaciones entre los diversos grupos y comunidades que residen en ella. Se supone que toda

ciudad debe garantizar a sus pobladores bienestar y un modo de vida digno, pues la sociedad siempre aspira a mejorar. Pero sin embargo, el logro de dicho progreso tiende a ser obstaculizado por factores humanos que presionan en otras direcciones, sugiriendo que, en realidad, ningún retrato puede resultar auténticamente representativo mientras exista un conflicto de deseos, poder y exclusiones. La ciudad engloba tanto la presencia física humana, como una perspectiva cultural que podemos adoptar para explicar algunos fenómenos inesperados, como la hegemonía de ciertas normas preestablecidas o de un estilo de vida que organiza las relaciones entre las personas de acuerdo con ideas, tendencias y conductas cambiantes -lo que no puede ser desconectado de la diversidad cultural propia de la ciudad-. Se da una infinita variedad de una persona a otra, mientras todas compiten para convertir sus sueños en realidad, o como William Shakespeare pone en boca de Próspero en La tempestad: “Estamos tejidos de la misma tela que los sueños”. De hecho, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, así como los espectadores que observamos cómo se construyen. Pero a medida que actuamos para hacer realidad nuestras esperanzas y deseos, nuestras aspiraciones se van distorsionando, tanto como la imagen que cada uno tiene de sí mismo. Faraj observa su ciudad y nos transmite una serie de sueños, aspiraciones, inquietudes y simples recuerdos enviados desde Doha a sus ciudades de origen por los obreros que, de sol a

sol, erigen los edificios que pronto habitaremos y poblaremos con otros sueños, aspiraciones e inquietudes. Faraj recurre, en el material gráfico expuesto, al artificio de la carta postal para comunicar el sencillo, aunque hondamente sentido, dilema que cada trabajador -y de hecho, cada expatriado en Doha- ha de afrontar a diario: ¿cómo albergar a dos ciudades en nuestras cabezas y corazones? Aunque no existen respuestas definitivas a esta pregunta, a través de las obras de esta exposición podemos captar una visión de lo que Faraj Daham siente y piensa sobre este dilema. Se perfila un profundo sentimiento de empatía con los trabajadores y sus realidades; se da, definitivamente, un valiente intento de comprender y de conectar con la gente. En esta exposición, Faraj Daham comunica la ciudad con sus muy diversos impulsos sociales, observa a la gente desde la Ciudad y a la Ciudad desde la gente, registrando el movimiento perpetuo y el constante cambio, desarrollo, divergencia y similitud. Faraj Daham nos hace saber, como cita José Saramago del Deuteronomio, a modo de epigrama sobre la ceguera: “Si puedes ver, mira. Si puedes mirar, observa”.

Sa’id Costa Fundación Katara Cultural Village Comisario de exposiciones de artes visuales y programas educativos

Postal, 2013

La postal ofrece una especie de interpretación artística de la ciudad por medios gráficos, abarcando también un mensaje que reduce el lugar a una idea. El intento de capturar una imagen del lugar no resulta muy diferente a observar los fenómenos sociales de los que somos testigos en Doha, lo que se reduce en esta postal a constituirse en un medio para documentar un ambiente predominante de nostalgia o de deseo de recuperar las raíces propias. Todo esto es transmitido explícitamente en una postal abierta, completada con los sellos y matasellos que resultan marcas inseparables de todo individuo y de su identidad.

no hace falta mirar más allá del mundo inmediato que nos rodea, reconociendo de esta manera que los pensamientos e ideas se mueven con las personas que construyen sus sueños, sea cual sea la etapa de transformación material que se esté dando sobre el terreno, resaltando así las diferencias estructurales entre lo que es ahora y lo que era antes. Al alcance de la actividad humana se extiende ad infinítum, de forma parecida al acto de lanzar una piedra al agua -las ondas se amplían hasta el infinito dentro de los confines de la ciudad- .

Doha, una ciudad moderna cuya fundación está vinculada al crecimiento económico de una sociedad en acelerada emergencia, tiene el poder de penetrar directamente en nuestras mentes. Aquí las metas se confunden con los deseos, incluyendo el deseo de desarrollo por medio de los radicales cambios estructurales experimentados por la ciudad. De hecho, así es como este “no lugar” se ha transformado gradualmente en “algún lugar. Por supuesto, también somos los arquitectos y constructores de esos sueños, además de ser sus espectadores. A cambio, se está creando una cultura global paralela y, sin embargo, contradictoria, impuesta por las mutaciones a escala planetaria.

Doha, en su concepción geográfica, se ha convertido en un floreciente espacio poblado por personas que mantienen vivo su antiguo y tradicional estilo de vida. Pero junto al crecimiento de la ciudad, que va de la mano de su desarrollo económico, político y social, está emergiendo un nuevo estilo de vida resultado de la diversidad cultural, sólidamente vinculado a todo lo material, tangible y palpable que se da sobre el terreno. Esta reacción -o interacción- , que lleva necesariamente en su interior el concepto de nostalgia, está menguando la población en detrimento de la situación interna de la ciudad. Aquí podemos percibir las interrelaciones de ideas plasmadas en una postal, a través de las señales de cambio que acompañan a las metamorfosis estructurales que todos podemos observar a nuestro alrededor.

La ciudad, en su esencia más pura, se refiere tanto al espacio físico humano como a las perspectivas culturales que engloba. Las culturas urbanas se forman mediante una especie de reacción -o de interacción- química, desencadenada por los que llegan a la ciudad procedentes de otros lugares. Para captar esto,

Faraj Daham

Sobre Faraj Daham Tras graduarse en Diseño escenográfico teatral en 1983, en el Instituto de estudios superiores de artes dramáticas de Kuwait, Faraj Daham realizó un máster de Bellas Artes en Estados Unidos en 1988, en la Ball State University (Indiana). Como joven estudiante en una escuela superior técnica en Doha, se familiarizó con materiales y herramientas que han marcado su trabajo de forma duradera, introduciendo un enfoque científico en su metodología artística que aún sigue aplicando hoy en día. Daham fue uno de los fundadores de la Sociedad qatarí de Bellas Artes, donde expone anualmente su trabajo desde 1981. También ha realizado múltiples exposiciones individuales, tanto en la región como en Estados Unidos, y ha participado en la Bienal de arte asiático en Bangladesh, así como en las bienales de Sharjah y El Cairo, y en la Trienal egipcia International Print. Pertenece también a la primera generación de artistas que se unió al Al-Jasrah Club, que hizo las funciones de centro de intercambio de ideas y de relación con otros artistas, antes de la constitución formal de sociedades artísticas en Qatar. Ha desarrollado y profundizado su temprana tendencia hacia el arte abstracto, resultando de ello una obra experimental muy audaz.

Postal, 2013


Por primera vez, el público madrileño y todos los visitantes que regularmente recibe nuestra ciudad, podrán contemplar la obra de un artista plástico qatarí. Hasta la fecha, Casa Árabe no había tenido ocasión de presentar una muestra proveniente de Qatar, un país con el que España ha tejido en los últimos años una intensa red de relaciones económicas, educativas y, por fin, también culturales. La exposición que alberga la sala de exposiciones de Casa Arabe hasta el próximo 26 de enero, y que lleva por título ”Ciudad”, presenta la obra de Faraj Daham, uno de los artistas pioneros del panorama artístico qatarí y por tanto, testigo de excepción de la impresionante transformación y crecimiento que ha vivido el ámbito cultural tanto en Qatar como en el resto de países de la región. Dicho desarrollo, indisociable del crecimiento económico que la zona ha experimentado en la última década y al que tantos reportajes ha dedicado la prensa occidental, tiene su reflejo en la vertiginosa transformación urbana de capitales como Doha, cuya fisonomía es la de una ciudad de vanguardia en el siglo XXI.

FARAJ DAHAM

En este contexto, resulta muy interesante la propuesta artística de Faraj Daham y su reflexión en torno al concepto de ciudad como un organismo vivo y en movimiento. Con esta concepción, Daham va más allá de la foto fija del skyline (que por cierto, no está en la exposición) como idea y representación de la ciudad moderna. Para él, Doha son las personas que la habitan y que en ella trabajan, independientemente de sus lugares de origen. Es, por definición, una ciudad que vive del cosmopolitismo y creo que para cualquier persona que haya tenido el enorme privilegio

de visitar Doha, resultará fácil identificarse con esta manera de entender la urbe qatarí. Casa Árabe incorpora esta exposición a una línea de trabajo puesta en marcha durante los últimos meses y que tiene a la ciudad como eje central de su reflexión. Este eje argumental nos llevó a exponer, por ejemplo, en Jardines de Arena, la magnífica serie de fotografías de Oriente Medio a finales del siglo XIX, con hermosísimas imágenes de ciudades de la época, entre ellas, de La Meca, de El Cairo o de Damasco; o la que nos ha llevado recientemente a la exposición De viaje: arquitectura española en el mundo árabe, a través de la cual hemos podido ver de qué manera los arquitectos españoles participan en estos procesos y contribuyen al desarrollo urbano en muchos países árabes. Con la exposición “Ciudad” que ahora presentamos, nos planteamos además un doble objetivo: no sólo mostrar el trabajo del artista Faraj Daham, sino también dar a conocer parte del tejido cultural institucional de Qatar. Nuestra colaboración con la entidad Katara habrá de servir para que el público español conozca la labor de instituciones que son representativas del enorme dinamismo Qatar. La muestra que traemos ahora a Madrid, es continuación de un trabajo conjunto ya iniciado con Katara y que tuvo su inicio con la presentación de la exposición fotográfica De Qurtuba a Córdoba en Doha el pasado mes de junio de 2013. Nos corresponde ahora dar la bienvenida a Katara y a Faraj Daham ante el público de Madrid. Eduardo López Busquets Director general de Casa Árabe Postal, 2012

La exposición permanecerá abierta hasta el 26 de enero de 2014 De lunes a sábados de 11:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:30 horas Domingos y festivos de 11:00 a 15:00 horas

Casa Árabe Alcalá 62, 28009, Madrid www.casaarabe.es

Organiza:

Casa Árabe es un consorcio formado por:

Colabora:


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