Rutas musicales: China, la nueva revolución

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índice música clásica música popular música ceremonial China, la nueva revolución

música contemporánea recopilatorios

Rutas musicales


China, la nueva revolución

música clásica

La música clásica china se compone de canciones refinadas y tranquilas, instrumentales en su mayoría, que habitualmente acompañaban ceremonias con protocolos muy estrictos o ambientaban momentos de estudio, creación o discusión.

Rutas musicales

Cuando hablamos de música clásica china nos referimos a las diferentes tradiciones musicales vinculadas a las elites gobernantes y a los sectores sociales próximos a ellas (intelectuales, comerciantes, banqueros), tradiciones que hunden sus raíces en los inicios mismos de la historia del país. El corpus general de la música clásica china, derivado de una primera manifestación artística conocida como yuewu y que combinaba poesía, canción, danza y música, está formado por canciones refinadas y tranquilas, instrumentales en su mayoría, que habitualmente acompañaban ceremonias con normas de protocolo muy estrictas o ambientaban momentos de estudio, creación o discusión. La percusión, por lo tanto, no suele tener mucha presencia en este repertorio, siendo instrumentos de cuerda los que asumen el protagonismo más destacado. Entre todos ellos destaca el qin, considerado el instrumento más importante de la cultura musical china y del que se tienen referencias desde la dinastía Zhou (s. XIIIs.III aC). El zheng, que como el qin pertenece a la familia de las cítaras, y la pipa, un laúd de cuatro cuerdas, completan este trío principal de instrumentos de cuerdas pinzadas que, desde tiempos inmemoriales, han disfrutado de una posición superior como solistas respecto al resto de instrumentos, posición que se hace evidente por la calidad artística de los repertorios compuestos para ellos.También hay que prestar atención al erhu, un violín de dos cuerdas, y al sheng, instrumento de viento con varias cañas de bambú unidas a un cuerpo de calabaza y denominado habitualmente órgano de boca.


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música clásica

Wu Man es una de las más destacadas tocadoras de pipa de la actualidad y máximo exponente entre las jóvenes generaciones del estilo interpretativo vinculado a la prestigiosa escuela de Pudong.

Wu Man Chinese tradicional & contemporary music for pipa & ensemble Nimbus Records, 2000

Considerada una de las más destacadas tocadoras de pipa de la actualidad y máximo exponente entre las jóvenes generaciones del estilo interpretativo vinculado a la prestigiosa escuela de Pudong, Wu Man nació en el seno de una familia de larga tradición artística. En contacto con la música desde su más tierna infancia, su periodo como alumna de grandes maestros (se puede citar a Lin Shicheng, Luang Yuzhong o Liu Dehai, entre otros) en el Conservatorio Central de Música de Pequín acabó por modelar su talento. Este doble álbum recoge dos grabaciones, editadas con anterioridad por separado, que resumen perfectamente las dos facetas artísticas de Wu Man, la interpretación de partituras clásicas y la aproximación a conceptos más contemporáneos. El primer disco, Music for the pipa (Nimbus Records, 1993), presenta un repertorio de pipa en el que la artista, sin otra compañía que la de su instrumento, exhibe todas las habilidades que han dado brillo a su arte: sencillez, vitalidad, delicadeza, pasión, intensidad, elegancia… Tanto en los temas de aire más popular (la vivaz «Dengyue jiaohui») como en las piezas más clásicas (la relajante «Chen Sui»), Wu Man transmite todo el imaginario poético vinculado a la cultura china más refinada. En el segundo disco, Chinese contemporary & traditional music (Nimbus Records, 1996), Wu Man se acompaña de una formación que incluye a TienJuo Wang (erhu, gaohu), Yang Yi (zheng) y Liu Qi-Chao (dizi, xiao, suona) para repasar obras de compositores chinos actuales (Tan Dun, Bun-Ching Lam, Zhou Qinru) y revisar, desde una perspectiva moderna y respetuosa, algunas piezas tradicionales. Cabe recordar que Wu Man participó activamente en los primeros proyectos que sirvieron para visualizar y proyectar, a mediados de los años ochenta del siglo XX, la creatividad de la nueva música china.


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música clásica

Esta grabación nos permite disfrutar del exquisito trabajo de Louis Chen sobre el milenario corpus musical vinculado al zheng.

Louis Chen & Friends The sound of silk and bamboo Network Medien, 1997

Desde una educación musical occidental, el primer eco que llega a la mente mientras se escucha el tema que abre este disco, titulado «In thoughts of an old friend», es el de un melancólico blues del río Mississippi, sonando a través de las tensadas cuerdas de una vieja guitarra acústica. Sin embargo, el maestro que interpreta esa composición, datada en los tiempos de la dinastía Han (202 aC-220 dC) es el profesor Louis Chen.Y el instrumento que hace sonar es un zheng, tan antiguo como la misma música china según cuentan las crónicas. En activo desde hace décadas, el trabajo de Louis Chen para recuperar, preservar y transmitir el corpus musical vinculado al zheng (y a su antecesor, el qin), se ha ganado el respeto de todos sus compañeros de profesión. Tanto en su tarea de musicólogo como en la faceta de intérprete, Chen se ha sumergido en los repertorios clásico y tradicional para desarrollar su propio estilo. Así, en este disco podemos disfrutar de su exquisita forma de acariciar las cuerdas de su instrumento (habitualmente un zheng tiene dieciséis cuerdas, aunque algunos tienen más de veinticinco), adaptándose siempre a las diferentes necesidades que plantean músicas con objetivos tan dispares como una melodía cortesana y una tonada folclórica. The sound of silk and bamboo se completa con varias piezas interpretadas en solitario por Li Kai (erhu), Lam-zi Kun (ti-tse, sheng) y Ya Dong (pipa), todos ellos buenos amigos de Louis Chen (en realidad, Chen sólo participa en cinco de los trece temas) y excelentes músicos, sin ninguna duda.


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música clásica

Para introducirnos en un instrumento chino clásico tan sofisticado como el sheng, pocos músicos hay mejores que Weng Zhenfa, solista de la Orquesta de Música Tradicional de Shanghai, profesor en el conservatorio de esta misma ciudad y creador de un sheng con treinta y siete tubos, además de autor de numerosos discos.

Weng Zhenfa Stream flowing, traditional music from China Celestial Harmonies, 2006

Entre los instrumentos clásicos chinos, probablemente el sheng sea el más sofisticado. Se trata de un instrumento de viento, construido con elementos vegetales (para el cuerpo principal se usa una calabaza, para los tubos se emplean cañas de bambú) y metálicos (las lengüetas son de plata para protegerlas de la oxidación) y utilizado desde hace milenios en diferentes momentos de la vida de la sociedad china (aparece citado en poemas de Confucio). El sonido del sheng remite a los órganos de las iglesias cristianas y algunos estudiosos lo sitúan como antecesor del acordeón (instrumento patentado por el austriaco Cyril Demian en el año 1829). Para introducirnos en la estética del sheng, pocos músicos hay mejores que Weng Zhenfa, solista de la Orquesta de Música Tradicional de Shanghai, profesor en el conservatorio de esta misma ciudad y creador de un sheng con treinta y siete tubos, además de autor de numerosos discos, como este Stream flowing. En las manos de Weng Zhenfa, el sheng es el protagonista principal de este trabajo, creando una apreciable variedad de ambientes, gracias a la capacidad del instrumento para combinar, de manera simultánea, diferentes voces armónicas y melódicas. El repertorio de Stream flowing se inspira en melodías populares de diferentes regiones del país («Yi Meng» recrea una tonada originaria de las montañas de Shandong, «Lin Ka Yue Ye» toma elementos de una danza del pueblo zang, «Jin Diao» está basada en una canción de la provincia de Yunnan) e incluye un par de adaptaciones de clásicos de la ópera china («Chao Yuan Ge» y «Gu Su Xing»). Weng Zhenfa está acompañado por Fu Renchang, sutil intérprete de yangqin, instrumento de la familia de las cítaras cuyas cuerdas se percuten con macillos (a diferencia de las que se pinzan con los dedos), como el santur persa o el címbalo del este europeo.


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música clásica

El erhu, el violín chino de dos cuerdas, nos ofrece su gran capacidad expresiva y transmite una sorprendente alegría vital en este repertorio de piezas tradicionales y de nueva composición.

Lei Qiang Chinese traditional erhu music, vol. 1 & 2 Oliver Sudden, 2003

Dos discos para disfrutar del erhu, el violín chino de dos cuerdas, y de un simpático repertorio de piezas tradicionales y de nueva composición pensadas para este instrumento. De entrada, parece que las capacidades expresivas de un par de cuerdas deberían ser bastante limitadas. Pero, por algún extraño motivo, el sonido del erhu transmite una sorprendente alegría vital. Evidentemente, el talento de los compositores y los instrumentistas también cuenta.Y mucho. Es el caso de estos trabajos que Lei Qiang ha realizado alrededor de las composiciones de Liu Tian-Hua y Lu Xiu Tang, recogiendo el legado de dos personajes de gran trascendencia histórica dentro de la música china del siglo XX. Lei Qiang, que se inició en el arte del erhu con apenas 15 años bajo la tutela de los maestros Zhanh Huai De y Yu Feng Yan, no consiguió alcanzar el estatus de solista hasta los años veinte del pasado siglo, cuando Liu Tian-Hua escribió una serie de piezas pensadas expresamente para ser interpretadas con erhu y se convirtió en un referente del citado instrumento. Antes de instalarse definitivamente en Canadá en 1993, Lei Qiang fue, durante años, el solista del grupo de canto y danza de su provincia natal, The Shaanxi Provincial Song and Dance Troupe, formación con la que grabó estos dos discos en 1994 y 1997 respectivamente. Este trabajo conjunto realza y refuerza el toque efusivo de Lei Qiang, dotando a ambos discos de ese sonido épico que se hace presente en numerosas ocasiones en la música china. Tanto en el primer como en el segundo volumen encontramos también piezas vinculadas a las tradiciones de las diferentes provincias y culturas chinas, desde Zhejian hasta Hunan, pasando por Jiangxi o Shandong.


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música clásica

Las interpretaciones que realizan estas tres compañías son de una nitidez excepcional, una ocasión perfecta para descubrir las percusiones y el penetrante sonido del gong que, junto a la variedad de registos vocales de los intérpretes, son los elementos con los que solemos identificar la ópera china.

Varios An introduction to Chinese Opera, vol. 1 Marco Polo, 1994

Si un espectáculo de ópera china resulta de difícil comprensión para quien no está acostumbrado a los códigos gestuales, musicales y de vestuario desarrollados durante siglos, acercarse a un disco que, sin ninguna concesión, recoge únicamente las voces de los cantantes y de los instrumentos requiere atención, concentración y paciencia por parte del oyente. En el caso de este disco, el esfuerzo merece la pena, pues las interpretaciones que realizan las tres compañías participantes (Shanghai Kun Opera Group, Sichuan Opera Company y SichuanYibin Opera Company) son de una nitidez excepcional. Especialmente en el caso de la primera, de la que se recoge un extracto (la media hora inicial) de su versión de la pieza «Dream of the Peony Pavilion», un clásico de la ópera Kun. Como estilo dirigido a los ciudadanos más ilustrados, la ópera Kun tiene un carácter ciertamente refinado y su repertorio se suele basar en relatos de la literatura china antes que en las historias populares. Los tres temas restantes (extractos de las óperas Gift of a Silk Robe, The Jade Hair-pin y Du Shiniang) pertenecen a la tradición de la ópera de Sichuan, más próxima a esas canciones folclóricas que durante siglos han hecho las delicias del público de todo el país. En este caso, ya desde la primera nota se descubren las potentes percusiones y el penetrante sonido del gong que, junto a la variedad de registros vocales de los intérpretes, son los elementos con los que solemos identificar la ópera china. Es una lástima que no podamos disfrutar de la infinidad de detalles visuales que completan las representaciones de ópera china, una de las formas de arte dramático más antiguas del mundo (comparable a las tragedias griegas) y declarada Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco. Pero como primera aproximación, este disco cumple su función.


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música clásica

La interpretación calmada de Wu Wenguang atraviesa las barreras del tiempo y llega hasta nosotros con toda la carga emocional que arrastra desde hace siglos.

Wu Wenguang China, music of the qin JVC World Sounds, 1991

Cualquier persona que se acerque a este disco y tenga la paciencia para descubrir algunos de sus secretos quedará impresionada. Empecemos por el instrumento.Wu Wenguang es músico de qin, una cítara de siete cuerdas cuyas primeras referencias retroceden tres mil años en el tiempo. A pesar de su antigüedad, la definición de la estructura formal del qin, tal y como ha llegado hasta nuestros días, no se produjo hasta el final del periodo Han (22-220 dC). Sigamos con las siete cuerdas. Afinadas en escalas de cinco notas, se pueden tañer de tres maneras: al aire, presionándolas o jugando con los armónicos. Combinando este trío de posibilidades junto a las características tonales propias del qin, el sonido se revela muy apropiado para ambientar momentos de meditación, calma e introspección, razones por las cuales fue apreciado siempre por literatos, filósofos y estudiosos. Fijémonos ahora en el repertorio. Cada una de las seis piezas interpretadas en esta grabación atraviesa las barreras del tiempo y llega hasta nosotros con toda la carga emocional que arrastra desde que fue creada. Es el caso de «Liu Shui», por citar una, atribuida a Bo Ya, legendario tocador de qin que vivió hace más de veinte siglos. Finalmente, centremos nuestra atención en el intérprete. Consciente del valor que tiene cada nota, del tiempo que hay que dedicarle a todas y cada una de ellas, Wu Wenguang trabaja con calma y paciencia, como si sólo desde la más profunda serenidad fuera capaz de realizar los precisos movimientos que le permiten recrear la belleza poética de estas antiguas composiciones. Llegados a este punto, con todos estos elementos reunidos, resulta muy fácil decir que China, music of the qin es, más que un disco con el que descubrir un instrumento, un trabajo francamente estimulante para conocer una de las múltiples caras de la música china.


China, la nueva revolución

música popular

Una civilización que se remonta cinco mil años en el tiempo, un país que acoge más de cincuenta grupos culturales distintos, una diversidad cultural que merece la pena conocer.

Rutas musicales

En una civilización que se remonta cinco mil años en el tiempo, en un país que acoge más de cincuenta grupos culturales distintos, en un territorio que abarca desde la costa pacífica hasta la estepa mongola, la variedad y la riqueza de la música vinculada a las tradiciones populares ha de ser, por fuerza, enorme. Y aunque el pueblo han supone el 90% de la población total, las diferentes minorías han logrado mantener vivas sus propias manifestaciones y celebraciones. Ahí están los uigures, que habitan las duras planicies centroasiáticas, en el este del país, a tres mil kilómetros de la costa más cercana, y cuyos instrumentos, cantos y ritmos poco tienen que ver con los que se utilizan en otros lugares del país. O los miao y los dong de las montañas del sur, quienes no tienen ningún problema en alabar las virtudes de su licor de arroz en las canciones con las que acompañan sus fiestas. Toda esta variedad también se refleja en la aparición y el desarrollo de instrumentos que parten de una base estructural común, pero que presentan especificidades locales. El uso de un repertorio compartido, sea instrumental o cantado, puede ser interpretado con ligeras o grandes variaciones. En la música popular china también juega un papel importante la percusión, sobre todo en momentos de celebración callejera como la llegada del Año Nuevo. Y no podemos olvidar, claro, la ópera china, un espectáculo muy popular durante siglos (en especial la de Pequín) y que, a pesar de tener una versión más elitista, ha conservado sus característicos registros estridentes que tanto sorprenden a los occidentales. En definitiva, se trata de una diversidad cultural que merece la pena conocer.


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música popular

Emparentada con la bombarda bretona o la zurna turca, la suona es considerada un elemento principal de las músicas del norte de China desde hace siglos.

La Bande de la Famille Li Chine: hautbois du nord-est, vol. 2 Buda Records, 2000

Dentro de una serie dedicada a los instrumentos de viento tradicionales del nordeste de China encontramos este volumen protagonizado por Li Shiren, uno de los últimos maestros que conoce los secretos ancestrales de la suona. Emparentada con la bombarda bretona o la zurna turca, la suona es considerada un elemento principal en las músicas del norte del país desde hace siglos, sean éstas religiosas, militares o populares. Aunque no aparece citada en textos chinos hasta el periodo Ming (1368-1644), existen ilustraciones, datadas entre los siglos III y V de nuestra era, en las que se puede ver un instrumento similar. En este disco protagonizado por la familia musical de Li Shiren (en la que participan por igual parientes, alumnos y amigos) destaca el sonido agudo y penetrante de su suona, que en algunos de los temas se potencia con una segunda o una tercera suona de dimensiones y tesituras diferentes. La formación se completa con otros instrumentos de viento (guanzi, shuangguan, sheng), percusión (tanggu, gongs) y cuerda (zhuiqin) para interpretar un repertorio fuertemente anclado en la tradición, pues Li Shiren y su familia son contratados habitualmente para animar todo tipo de celebraciones y ceremonias populares (la fiesta anual de la cosecha, una boda, la inauguración de un negocio, un funeral...). Por este tipo de actuaciones, el grupo puede llegar a cobrar 1.000 yuanes (propinas aparte), cifra importante en su contexto. Como dato curioso, señalar que Li Shiren aparece en las fotografías tocando el zhuiqin, dejando el protagonismo a su joven sobrino, Song Xiping, considerado el sucesor del maestro.


China, la nueva revolución

música popular

La interpretación que realiza la prestigiosa The Orchestra of Chinese Central Music College, situada en Pequín y que reúne a los mejores músicos jóvenes del país, está cargada de energía, alegría, detalles y soltura, convirtiendo la grabación en una celebración de la música china.

The Orchestra of Chinese Central Music College Gongs and drums for celebration, vol. 2 Wind Records, 1990

Vitalidad, épica, versatilidad, fuerza, velocidad… Los instrumentos de percusión están presentes en las tradiciones musicales de todas las culturas del planeta desde hace miles de años. China no es ninguna excepción. De hecho, los diferentes pueblos que conviven en el país han ido desarrollando durante siglos sus propias formas de expresión, con la consecuente evolución de la estructura de los instrumentos, las técnicas de interpretación, las combinaciones con otras familias instrumentales y los repertorios (originales o adaptados). Este disco reúne doce piezas provenientes de las tradiciones de diversas provincias chinas, pero con nuevos arreglos realizados por diferentes compositores contemporáneos bajo la dirección artística de Wang San-Ti y Wang Fu-Jiang. Así, viajamos de Fuenyang a Cantón, pasando por Taiwán o Pequín, y escuchamos nuevas versiones de piezas que se pueden encontrar en muchas regiones del país, como «General Command» o «Music for Chinese Lion Dance». La interpretación que realiza la prestigiosa The Orchestra of Chinese Central Music College, institución situada en Pequín y que reúne a los mejores músicos jóvenes del país, está cargada de energía, alegría, detalles y soltura, convirtiendo la grabación en una celebración de la música china.


China, la nueva revolución

música popular

Este disco nos permite realizar, a través de diez temas delicados y sensibles, un rápido y cómodo viaje para conocer los instrumentos de viento de la diversidad cultural china de la mano de unos de sus más destacados intérpretes, Liu Hongjun.

Liu Hongjun Pipes of the minority peoples JVC World Sounds, 1990

El vasto territorio chino acoge un número considerable de culturas, con toda la diversidad y la riqueza que eso supone. Y este disco firmado por Liu Hongjun nos permite realizar, a través de diez temas delicados y sensibles, un rápido y cómodo viaje para conocer los instrumentos de viento de algunas de ellas. La grabación se abre con «Xianren aisi», pieza interpretada con la milenaria flauta shun (algunos estudiosos consideran que fue creada hace más de seis mil años). El pueblo miao está representado por «Feng zhi xuwu», tema en el que se escucha el lusheng, derivación del sheng u órgano de boca. La melancólica «Nujiang wuyu» nos acerca la musicalidad de la cultura yi, localizada en el sur de China, en las orillas del río Nujiang. Hasta las montañas de Yunan nos traslada «Muying», melodía de la tradición Jingpo ejecutada con una flauta tuliang. En el repertorio encontramos también una pieza escrita por el propio solista, «Hevian xi xinu», dedicada al pueblo Dai e interpretada con la flauta huluxi. Con un soplo elegante y comedido, apoyado por percusiones y cuerdas en contadas ocasiones, sin necesidad de ningún exceso superfluo, Liu Hongjun nos muestra los motivos que le han convertido en un destacado intérprete y estudioso de la música tradicional china, tras su trabajo en instituciones de primer nivel como The Chinese National Academy of Peking Opera, The Central Academy of Music o The Chinese National Academy of Opera and Dance Drama (de la que fue primer flautista). En estos momentos vive en Japón, desde donde sigue involucrado en numerosos proyectos vinculados a la enseñanza, el desarrollo y la interpretación de su herencia musical.


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música popular

Este álbum nos acerca a la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, en el extremo occidental de la República Popular China, un enorme territorio de cultura claramente centroasiática que presenta instrumentos como el satar, el tanbur, el rawap o el dap, y nos sumerge en la tradición poética del ghazal.

Varios Turkestan chinois / Xinjiang / Musiques ouïgoures Ocora Radio France, 1990

En el extremo occidental de la República Popular de China encontramos la Región Autónoma Uigur de Xinjiang. Este enorme territorio (tres veces el tamaño de España) tiene poco que ver con la realidad de las provincias costeras. Su cultura es, por evidente localización geográfica, claramente centroasiática: basta con repasar el nombre de los instrumentos (satar, tanbur, rawap, dap…) y detenerse en las características de su canto para sumergirnos en la tradición poética del ghazal. El primer disco de este volumen está dedicado al repertorio clásico uigur, que tanto puede ser religioso como tradicional. De hecho, se nos presentan las composiciones típicas que conformarían la actuación de un grupo uigur, composiciones definidas por unos modos melódicos (como los muqams árabes o las ragas indias) identificados con nombres propios y en los que se combinan largos desarrollos instrumentales y exquisitas glosas poéticas. El segundo disco se centra en canciones populares uigures y en danzas del pueblo dolan, que los etnógrafos chinos no distinguen del pueblo uigur. Es un repertorio más directo y que presenta una diversidad asombrosa: se suele decir que, por lo menos, cada uigur toca un instrumento y conoce un centenar de canciones, muchas de las cuales pertenecen exclusivamente a su familia. Este doble compacto es también recomendable por el excelente cuadernillo que acompaña la edición y que incluye abundante información (sorprendentemente también en castellano) y algunas fotografías con las que podemos visualizar los instrumentos utilizados. Y un detalle final: en la pequeña ilustración que nos ayuda a situar Xinjiang en el mapa, China comparte frontera con la Unión Soviética. Cómo cambian los tiempos…


China, la nueva revolución

música popular

El repertorio de esta grabación, centrado en las expresiones musicales de las culturas miao y dong, está formado por canciones que sirven para expresar los primeros juegos de seducción adolescente o para remarcar la importancia de los destilados en la vida cotidiana de estos pueblos.

Varios Les Miao et les Dong du Guizhou, chansons à boire et chants d’amour Arion, 1996

Es costumbre en ciertas aldeas miao saludar al visitante recién llegado con una copa de licor de arroz. Generalmente son chicas adolescentes quienes ofrecen la bebida, acompañando esta invitación con canciones tradicionales de bienvenida que buscan consolidar la amistad recién estrenada. Así, el primer corte de este disco, «Les hôtes sont les bienvenus», cantado por cuatro adolescentes miao, es la introducción lógica al trabajo realizado in situ por Francis Corpataux, profesor y músico canadiense que se desplazó al sur de China para encontrarse con los diversos pueblos de aquella gran región. En este territorio, formado por las provincias de Hunan, Guangxi, Yunan y Guizhou, caracterizado por su orografía montañosa, se contabilizan treinta culturas diferentes, algunas de las cuales (como los bai) están presentes desde hace dos o tres milenios. El repertorio de esta grabación, centrado en las expresiones musicales de las culturas miao y dong, está formado por canciones que sirven para expresar los primeros juegos de seducción adolescente («Je suis en amour avec toi», «Où êtes-vous, mon amour?», «Je te connais») o para remarcar la importancia de los destilados en la vida cotidiana de estos pueblos («Trop de vin», «L’alcool de riz», «Allons buvons»). Como reflejo perfecto sirve «Je suis ivre», una canción de cuna que reúne los mismos tres elementos (el alcohol, los sueños y la ternura) que suelen aparecer en las canciones de jóvenes y adultos. También se incluyen piezas instrumentales, en las que se escuchan el lusheng (derivación del sheng u órgano de boca), la pipa (un laúd de cuatro cuerdas), el di (violín de dos cuerdas, similar al erhu) o el mantao (una larga flauta de bambú), y que presentan desarrollos melódicos y rítmicos más elaborados.


China, la nueva revolución

música ceremonial

Para Confucio, la música era un elemento primordial de sus enseñanzas y junto a la poesía y los ritos, la concebía como un medio para calmar las pasiones y asegurar la armonía social. Tal vez la música de carácter religioso o ceremonial sea una de las más desconocidas manifestaciones de la cultura china. Para Confucio, la música era un elemento primordial de sus enseñanzas, junto a la poesía y los ritos. De hecho, el maestro filósofo consideraba la música como una institución pública porque “hace bueno al pueblo, cambia los usos y transforma las costumbres”, concibiéndola como un medio para calmar las pasiones y asegurar la armonía social. Con la consolidación del budismo como religión mayoritaria, impregnada de elementos del confucianismo y del taoísmo, la música que habitualmente acompaña el ritual litúrgico chino se definió a partir de tres elementos: el canto, la percusión y la melodía instrumental. Este último elemento suele acompañar los momentos más solemnes, mientras la percusión se utiliza para reforzar momentos de exaltación espiritual. En otro ámbito completamente diferente situaríamos las músicas religiosas de las minorías culturales del país, que ofrecen una diversidad de ritos y que, en algunos casos, mantienen vivo el culto a los antepasados y a las fuerzas de la naturaleza, una de las bases de la vida cotidiana de muchos habitantes del país.

Rutas musicales


China, la nueva revolución

música ceremonial

La capacidad expresiva de Lo Ka Ping con el qin, dotada de una poderosa fuerza espiritual, está fuera de toda duda, como se comprueba disfrutando de la sensibilidad que exhiben estas diez piezas.

Lo Ka Ping Lost sounds of Tao, Chinese masters of the guqin in historic recordings Arbiter, 2001

El misterio profundo que se dibuja cuando suenan las cuerdas del qin (o guqin) deriva de la milenaria tradición taoísta. De hecho, era el instrumento favorito de Confucio y ha sido considerado siempre como el compañero ideal para ambientar momentos de reflexión e introspección. Probablemente sea esta la razón por la cual Lo Ka Ping, protagonista de esta grabación, reconocía que el mejor momento para sentarse junto a su qin, para tocar o para componer, era por la noche, iluminado por la luz clara y relajada de la soledad. Sacerdote taoísta en un monasterio situado en las colinas de Hong Kong, Lo Ka Ping no fue un músico en el sentido habitual de la palabra. Los investigadores consideran que sólo tocó su música una vez frente al público (en un concierto celebrado en Hong Kong en 1971) y que apenas realizó grabaciones. Pero su capacidad expresiva, dotada de una poderosa fuerza espiritual, está fuera de toda duda, como se comprueba disfrutando de la sensibilidad que exhiben las diez piezas (cuatro compuestas por Lo Ka Ping, el resto pertenece al repertorio tradicional) recogidas en esta edición. Se trata de un material grabado in situ por Dale A. Craig, estudioso de la música china que se desplazó en el año 1970 hasta el pequeño monasterio taoísta para aprender los secretos del qin de una persona que encarnaba los valores de la antigua cultura china. El cuadernillo que acompaña el disco incluye tres textos muy interesantes: una introducción de Allan Evans, responsable de este trabajo de recuperación, un artículo del citado Dale A. Craig, publicado en el otoño de 1971 en la revista Arts of Asia, y una carta abierta del propio Lo Ka Ping, escrita en 1920 y titulada «¿La música china debe enseñarse en las escuelas cristianas?».


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música ceremonial

Melodías cortesanas, músicas de las ceremonias imperiales y las canciones relacionadas con Confucio según la interpretación seria, relajada y transparente, sin artificios ni excesos superfluos, de Fleur de Prunus.

Fleur de Prunus Chine: Hymne à Confucius Buda Records, 2003

La mayoría de las músicas vinculadas a las cortes imperiales tienen unas estructuras y unas dinámicas muy definidas, toda vez que sirven para acompañar ceremonias, actos o acontecimientos cuyo funcionamiento suele estar regido por un severo protocolo. Si por un lado estas normas establecidas le restan frescura y carácter, por el otro han permitido que este tipo de música haya llegado hasta nosotros prácticamente intacta después de siglos de historia. Es el caso que nos ocupa, pues este disco está dedicado a las diferentes formas musicales calificadas, según algunos expertos, como confucianas. A saber, melodías cortesanas, músicas de las ceremonias imperiales y las canciones relacionadas con Confucio, sea porque se le considera su autor o porque las solía interpretar. A pesar de que todo este corpus musical quedó prácticamente en el olvido tras la fundación de la República China en 1911, los numerosos y precisos escritos que recogían la descripción de los instrumentos y las partituras permitieron su recuperación al cabo de los años. Bajo la dirección de François Picard, el ensemble Fleur de Prunus parte del trabajo realizado a mediados de los años cincuenta del siglo XX por el gran musicólogo Yang Yinliu para mostrarnos una pequeña parte de este repertorio milenario (el disco incluye composiciones datadas entre los siglos XIII y XX). Como corresponde a un espacio en el que se tenía que mantener una corrección en las formas, la interpretación de Fleur de Prunus es seria, relajada y transparente, sin artificios ni excesos superfluos, destacando el trabajo vocal de Shi Kelong y You Liyu. Como instrumentos dominan las sobrias cuerdas del qin, aunque aparecen de forma puntual algunos elementos de percusión, diferentes flautas y el sheng.


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música ceremonial

Este álbum captura la esencia de una tradición que, derivada de la música utilizada en los templos durante la época imperial, se ha mezclado con la realidad de los pueblos para mantenerse hoy en día vigente en diversas ceremonias populares.

Tianjin Buddhist Music Ensemble Buddhist music of Tianjin Nimbus Records, 1994

Tianjin es una importante ciudad de la costa nordeste china, considerada el primer puerto de la región ya desde el siglo X. Gracias a la prosperidad económica de la que ha disfrutado siempre, sus habitantes han desarrollado un rico y variado legado cultural que en el ámbito de la música incluye ópera, grupos de percusión, canciones épicas y bandas de vientos. También encontramos música para rituales y ceremonias budistas, denominada shen-guan en esta parte del país a partir de los dos instrumentos (el sheng y el guanzi, ambos instrumentos de viento) que lideran la interpretación de un repertorio con el que se suele acompañar funerales y celebraciones en honor a los dioses. Este disco capta la esencia de una tradición que, derivada de la música utilizada en los templos durante la época imperial, se ha mezclado con la realidad de los pueblos para mantenerse hoy en día vigente en diversas ceremonias populares. La grabación viene avalada por una formación de prestigio en la que, pese a su nombre y al repertorio interpretado, sólo Li Jinwen fue educado como monje budista antes de la Revolución de Mao Zedong de 1949. El resto de instrumentistas son seglares, aunque mantienen una fuerte relación con la vida religiosa de su comunidad. Como solista principal del grupo, el guanzi de Li Jinwen dirige la interpretación de unas piezas que acompañan las diferentes ocasiones en las que la religión se hace presente en la vida cotidiana de las personas: la inauguración de un altar («Kaitan bo»), el inicio de una plegaria («Yan guo nalou») o un entierro («Lanhua mei»). Pero el momento más destacado de este trabajo son los veinte minutos de «Xingdao Zang», suite que suele interpretarse como una de las partes del fang yakou, ritual nocturno de sanación espiritual.


China, la nueva revolución

música ceremonial

Los monjes del templo de Quanzhou declaman, como cada tarde, la letanía del ritual vespertino: sus voces van y vienen, moviéndose por el espacio, con una homogeneidad y una dinámica magníficas, construyendo una musicalidad sorprendente.

Varios Chine Fanbai / Chant liturgique bouddhique / Leçon du soir au Temple de Quanzhou Nimbus Records, 1994

A diferencia del repertorio presente en el trabajo del grupo Tianjin Buddhist Music Ensemble (Buddhist music of Tianjin, Nimbus Records, 1994), más próximo a ceremonias de carácter popular, en esta grabación encontramos los repetitivos cantos silábicos que desde Occidente identificamos a menudo, y erróneamente, como única manifestación musical del budismo. Al compás marcado por algunos instrumentos de percusión, los monjes del templo de Quanzhou declaman, como cada tarde, la letanía del ritual vespertino. Se trata de jóvenes iniciados, entre 18 y 24 años, que viven ajenos, de alguna forma, al resto del mundo. Mientras recitan sus mantras, por el micrófono entra el sonido de los fuegos artificiales con los que, en el exterior del recinto, la gente celebra la llegada del Año Nuevo (la grabación fue realizada el 29 de enero de 1987, inicio del Año del Conejo). Obviando la festividad, ellos siguen con sus cantos, ensimismados, como poseídos por una energía primigenia. Escuchar esta grabación con auriculares significa entrar en otra dimensión. Al quedar uno mismo, como oyente, libre del ruido que nos rodea, centramos nuestra atención y descubrimos cómo las voces van y vienen, moviéndose por el espacio, con una homogeneidad y una dinámica magníficas, construyendo una musicalidad sorprendente que confirma aquella máxima de que no hay instrumento comparable a la voz del ser humano. Por último, señalar que la partición numérica de los temas es puramente orientativa, pues la grabación se desarrolla durante algo más de una hora sin interrupción. De hecho, este disco no puede entenderse como un espectáculo musical porque se trata de una manifestación cultural a la que es preciso acercarse considerando su contexto.


China, la nueva revolución

música contemporánea

China despierta conectada al mundo y montones de artistas y creadores musicales realizan su trabajo con el cuerpo impregnado de su herencia ancestral y también de los nuevos registros que llegan desde otros lugares.

Rutas musicales

La cultura china siempre ha considerado la música como una de las formas más relevantes de la capacidad creativa humana. Así, en estos momentos de cambio social y de renovación cultural que vive el país, no nos debe sorprender que la música se esté revelando como el mejor camino para expresar sentimientos, transmitir ideas y compartir inquietudes.Tras siglos en un cierto aislamiento, conservando celosamente sus tradiciones y sus valores, China se despierta conectada al mundo en plena era Internet, de manera que muchos artistas y creadores musicales realizan su trabajo con su cuerpo impregnado de su herencia ancestral y a la vez asumen los nuevos registros que llegan desde otros lugares. A pesar de algunas restricciones establecidas por las autoridades (restricciones que alcanzan en ocasiones la censura), en la China actual hay músicos que hacen punk, rock o heavy metal, otros que se expresan a través del rap o la canción de autor, que buscan nuevos caminos a través de la música tradicional, que son estrellas del pop capaces de agitar a las masas, que se mueven en los ámbitos del jazz, las bandas sonoras o la música clásica europea y que, en muchos de los casos, presentan el valor añadido de su especificidad cultural. Ahora mismo muy pocos de estos proyectos llegan hasta nosotros, a pesar de las redes digitales. Pero teniendo en cuenta el número de habitantes del país, no parece exagerado imaginar que desde aquel lado del planeta llegarán muchas propuestas interesantes en un futuro próximo. Aquí las esperaremos.


China, la nueva revolución

música contemporánea

Una sorprendente oportunidad para escuchar las versiones originales de un género que, en los años veinte, partió de melodías e instrumentaciones tradicionales chinas para acercarse al concepto de las big bands de jazz y swing, y que se presenta en este álbum en remezclas realizadas por diferentes artistas contemporáneos.

Varios Shanghai Divas in residence at Shanghai Tang, vol. 1 & 2 Emi Music Hong Kong, 2003 & 2006

Durante la década de los años veinte del siglo pasado, coincidiendo con la aparición de la clase media urbana, un estilo musical de corte occidental se hizo popular en China. Protagonizado por un nutrido grupo de cantantes y estrellas de cine que fueron reverenciadas como ídolos, nació un género que partía de melodías e instrumentaciones tradicionales chinas para acercarse al concepto de las big bands que destilaban jazz y swing en las salas de baile de Europa y Norteamérica. Esta escena fue especialmente prolífica y notoria en Shanghai, el centro financiero y comercial más importante del país desde hace decenios y que, como ciudad portuaria, ha sido espacio natural para todo tipo de intercambios culturales. El efecto de la Revolución Comunista sobre la actividad creativa de la ciudad, así como del resto del país, fue devastador y cualquier forma de entretenimiento fue proscrita. Ante este panorama, las protagonistas de aquel momento tuvieron que replantearse el futuro y acabaron siguiendo diferentes caminos. Aunque su música no fue olvidada completamente, sí que quedó marginada. Estos dos discos recuperan una minúscula parte del trabajo de artistas como Bai Kwong («Without you»), Gong Qiu Xia («You in my dream»), Li Xiang Lan («If only…»), Chang Loo («All stars in the sky») oYao Lee («Rose rose I love you»), con la particularidad de que sus canciones se presentan en las versiones originales (grabadas entre 1920 y 1950), y en unas remezclas firmadas por diferentes artistas contemporáneos. En el primer volumen las seis versiones fueron realizadas por Ian Widgery y Morton Wilson, mientras que en el segundo sus autores son la pareja Matthew & Stanley. Sin duda, una sorprendente ventana abierta a una etapa muy especial de la historia china más reciente.


China, la nueva revolución

música contemporánea

Esta antología nos acerca a las bandas sonoras de cuatro películas del magistral Zhang Yimou, cuya carrera cinematográfica ha producido joyas de indiscutible belleza en las que la música juega un papel esencial.

Zhao Jiping i San-Bao Raise the red lantern, music from the films by ZhangYimou Milan Music, 2003

Esta antología nos acerca las músicas que dan forma a las bandas sonoras de cuatro películas del magistral Zhang Yimou: Raise the red lantern (1990), Lifetimes (1994), The road home (1999) y Not one less (1999). Alumno del Instituto Cinematográfico de Pequín e integrante de la primera promoción surgida tras el final de la Revolución Cultural (promoción denominada «la Quinta Generación»), Zhang Yimou ha ido tejiendo su carrera artística con joyas de indiscutible belleza que han alimentado nuestro interés por el cine chino.Ya desde su primer largometraje, Red sorghum (1987), exhibió la potencialidad de su talento y un interés especial por mostrar su visión del mundo a través de los ojos femeninos. Otra constante del trabajo de Zhang Yimou es el importante papel que la banda sonora juega en el desarrollo de sus historias. Por esta razón ha realizado la mayoría de sus trabajos con Zhao Jiping, quien ha devuelto siempre la confianza depositada por el director en forma de excelentes composiciones, ya sea creando, a partir de la tradición musical china, ambientes coloristas y brillantes para la dramática historia de Songlian (Raise the red lantern) o dibujando con sintetizadores las atmósferas que nos ayudan a seguir el recorrido por diferentes momentos de la vida de una familia china (Lifetimes). San-Bao, por su parte, supo aprovechar la oportunidad que le brindó Zhang Yimou y realizó unos vestidos perfectos para The road home y Not one less, con un trabajo muy próximo a la estética occidental, pero sin abandonar los elementos musicales chinos (como reflejan los temas extraídos de Not one less, tres variaciones sobre la misma melodía).


China, la nueva revolución

música contemporánea

Cuatro músicos en un espacio único, envueltos por los ritmos y las melodías que surgen de sus instrumentos, regalan virtuosismo y consiguen un curioso efecto de naturalidad para encontrar un punto de unión entre músicas y conceptos de distintas tradiciones.

I·Ching Of the marsh and the moon Chesky Records, 1996

La fotografía de la contraportada de este disco nos muestra a un trío con gafas oscuras y actitud desafiante. Sin embargo, su música tiene un carácter mucho más amable de lo que esta imagen puede desprender. Ya dice el refranero aquello tan sabio de que el hábito no hace al monje. Grabado durante tres jornadas en la neoyorquina Saint Peter’s Church, el trabajo está dirigido por Joel Goodman (sintetizadores, samplers), autor de cinco de los once temas y encargado de todos los arreglos (el repertorio incluye versiones de cinco conocidos temas de la tradición china clásica más una pieza de Dai Yuwu y Huag Chiyi). Su intención es encontrar un punto de unión entre músicas y conceptos de distintas tradiciones, en una relación de equilibrio. Para llevar a buen puerto su proyecto, Goodman se unió a músicos acústicos como Tao Chen (flauta de bambú), Bao Li Zhang (erhu) y Sisi Chen (yang ching), quienes refuerzan la amabilidad que citábamos al inicio y que caracteriza este álbum. Otro punto fuerte de Of the marsh and the moon es su proceso de grabación, realizado de forma simultánea por los cuatro músicos en un espacio único, hecho que le añade un curioso efecto de naturalidad. Envueltos por los ritmos y las melodías que surgen de los teclados de Goodman (destacable el trabajo con las percusiones, pues en todo momento uno cree que éstas son acústicas), el resto del grupo va extrayendo lo mejor de sus instrumentos, especialmente Tao Chen, quien se muestra brillante con su flauta de bambú en los temas basados en las melodías tradicionales. Los detalles añadidos posteriormente (el ajetreo de un mercado tibetano, las cuerdas de un sitar indio, un poeta callejero…) decoran con gusto la más que evidente sensibilidad creativa de este cuarteto.


China, la nueva revolución

música contemporánea

Desde una tarea creativa de calidad, el proyecto muestra una evidente vocación por desarrollar una música contemporánea china, combinando el uso de instrumentos y melodías tradicionales con elementos occidentales.

Yellow Children Yellow Children Hugo Productions, 1992

Antes de darse a conocer como Dadawa (convirtiéndose en la primera artista china que, viviendo en su propio país, publicaba un disco a nivel internacional desde 1950) y de acercarse a la música tibetana (aproximación reflejada en discos como Sister Drum, Wea, 1995, o Voices from the sky, Wea, 1997), la cantante Zhu Zhe Qin ya había realizado varias grabaciones en China. Una de ellas fue este trabajo que compartió, bajo el nombre de Yellow Children, con los hermanos He Xun-tian y He Xun-you, compositor y letrista respectivamente (con el primero de ellos ha seguido trabajando con regularidad). Desde una tarea creativa de calidad, el proyecto muestra una evidente vocación por desarrollar una música contemporánea china, combinando el uso de instrumentos y melodías tradicionales con elementos occidentales (incluso se adivinan ciertos ecos de la cantante islandesa Björk en la forma de cantar de Zhu Zhe Qin). Alejándose de la estridencia y el nervio presentes en una parte de la cultura musical del país, las composiciones de He Xun-tian se desarrollan, etéreas, a partir de la guitarra y los teclados. Aunque, sin duda, el elemento que mejor identifica el disco es la voz susurrante, apasionada y flexible de Zhu Zhe Qin, que hace suyas las palabras de He Xun-you, hermosos textos que, a través de sencillos mensajes, expresan pensamientos profundos, como sucede en «The sea is gone», «The unknowm father» o «The child going far away», conectando la creatividad contemporánea con el poso histórico y filosófico de la cultura china. Yellow Children es un trabajo adecuado para quienes buscan un disco que les acerque, sin prisas, a esta música que abre nuevos caminos sin olvidar sus raíces. Además, el cuadernillo incluye la traducción al inglés de las letras de las canciones.


China, la nueva revolución

música contemporánea

Tan Dun presenta unas piezas elegantes que pueden ser disfrutadas sin necesidad de las imágenes y que destacan por la extraordinaria riqueza de sus detalles instrumentales y el contenido de su discurso creativo.

Tan Dun Crouching tiger, hidden dragon Sony Music, 2000

Reconocido como uno de los grandes compositores contemporáneos (ha escrito diversas óperas y varias obras por encargo, además de recibir numerosos premios y distinciones), el trabajo de Tan Dun se ha definido por la combinación de elementos de las diferentes tradiciones que le son propias o cercanas (nació en Changsha, provincia de Hunan, en 1957, y vive en Estados Unidos desde 1985) y por su interés en investigar las posibilidades de instrumentos poco o nada convencionales. Toda esta capacidad creativa ha pasado desapercibida por el gran público, que finalmente le ha conocido a través de bandas sonoras como la que realizó para esta película dirigida por Ang Lee en el año 2000. En esta ocasión, sin embargo, sus influencias, más que mezclarse, coexisten. Así, al carácter épico-místico de la aventura cinematográfica (una frenética historia de amor y artes marciales), Tan Dun contrapone unas piezas elegantes que, al contrario de lo que sucede con otras producciones, pueden ser disfrutadas sin necesidad de ser complementadas con las imágenes. Basta escuchar «A wedding interrupted», con las secciones de vientos y cuerdas conduciéndonos a través de una relajada melodía, «Night fight», dominada totalmente por unas percusiones que decoran la escena sin aplastarla, o «Farewell», con la magistral combinación del violonchelo de Yo-Yo Ma y el erhu de Ma Xio Hui construyendo una pieza hermosa y triste, para descubrir el valor artístico del trabajo de Tan Dun. La inclusión de «A love before time» (cantada en inglés y mandarín por CoCo Lee, estrella del pop asiático) supone un caramelo final que poco tiene que ver con el resto de una obra que destaca por la extraordinaria riqueza de sus detalles instrumentales y el contenido de su discurso creativo.


China, la nueva revolución

música contemporánea

Faye Wong es una de las grandes estrellas del pop cantonés y este álbum, que recoge algunos de sus éxitos más importantes editados entre 1997 y 2001, es un regalo para la cantidad impresionante de seguidores de la artista.

Faye Wong The most favourite Faye Emi Music, 2002

Nacida con el nombre de Xia Lin en el seno de una familia con antecedentes artísticos (su madre fue soprano), Faye Wong es una de las artistas más importantes de la escena del pop cantonés, incluso en estos momentos en los que ha decidido mantenerse apartada de los estudios y los escenarios. Cantante, compositora, actriz y modelo, es un icono popular en China, Taiwan, Hong Kong, Singapur, Malasia, Indonesia, Corea y Japón. De hecho, este doble disco puede ser considerado un regalo para toda esa ingente cantidad de seguidores, pues fue distribuido en numerosos países (aunque todos los textos incluidos en el cuadernillo están escritos en chino) y recopila algunos de sus éxitos más importantes editados entre 1997 y 2001. El primer disco contiene dieciséis temas, todos ellos cantados en mandarín, mientras que el segundo reúne ocho canciones con letras en cantonés. Está claro que todo el proyecto musical gira alrededor de la excelente voz de Faye Wong, quien apenas se aparta de unos registros musicales (baladas y medios tiempos) que se ajustan como un guante a su frágil figura y a sus capacidades vocales. Pero lo cierto es que su carrera tampoco necesita variaciones, pues ha sido asimilando el modelo del pop occidental (como refleja perfectamente la combinación de arreglos orquestales y efectos electrónicos que decoran la canción «The last blossom») como ha logrado convertirse en una de las grandes estrellas de la música moderna del este asiático.


China, la nueva revolución

recopilatorios

Los recopilatorios os permitirán moveros con soltura y seguridad en las amplias aguas de las músicas que aquí os presentamos. En la amplia escena de las músicas del mundo, los recopilatorios juegan siempre un papel importante, tanto para el neófito, que busca acercarse a un artista, un estilo o un país, como para el iniciado, que quiere profundizar en un ámbito que empieza a conocer. Lo cierto es que pasan tantas cosas en el planeta (y aún más en música, una disciplina artística en constante y afortunado movimiento) que es imposible saber de todas.Y nunca está de más atender los consejos de alguien que conoce el terreno, tal y como hacemos cuando buscamos la mejor guía posible antes de emprender un viaje hacia un destino más o menos lejano. Pero para que la selección musical se convierta en una herramienta realmente útil deberíamos exigir, como mínimo, dos elementos que se antojan imprescindibles: cierta coherencia en el repertorio (no todo vale) y amplia información en los cuadernillos que se incluyen para acudir a las fuentes si decidimos avanzar otro paso. Bajo estas premisas, en este apartado encontraréis ediciones discográficas que os permitirán moveros con soltura y seguridad en las amplias aguas de las músicas que aquí os presentamos.

Rutas musicales


China, la nueva revolución

recopilatorios

Un trayecto a toda velocidad por la enorme variedad musical que ofrece China: la máxima variedad posible en sesenta minutos de duración, reflejando diferentes emociones, actitudes, lugares, épocas y circunstancias.

Varios The Rough Guide to the music of China World Music Network, 2003

Esta antología es un trayecto a toda velocidad por la enorme variedad musical que ofrece China. En su favor cabe decir que intenta presentar tanta variedad como sea posible en sus sesenta minutos de duración, reflejando diferentes emociones, actitudes, lugares, épocas y circunstancias. De la tradición más clásica incluye a Yao Gongbai y Tse Chun Yan, tocadores de qin, Min Xiao-Fen y Liu Fang, virtuosos de la pipa, y un tema de ópera cantonesa interpretado por Zheng Jun Mian y Li Hong. Como representantes de la música popular aparecen Urna, cuya voz transporta a la estepa mongola, Sinkiang Uighur Autonomous Region, Song & Dance Ensemble, ejemplo de la tradición musulmana del este del país, y algunas divas del periodo de entreguerras, como Bai Hong, Li Xiang Lan o Gong Chio Xia. Pero el punto fuerte de esta antología es la aparición de artistas rompedores, como Cui Jian, uno de los grandes rockeros del país, Ai Jing, cercana al concepto occidental de cantautor, o Hang On The Box, cuarteto femenino de punk. Escuchando esta guía pasamos en un momento de las antiguas tradiciones de una cultura milenaria al pop más irreverente, del sonido reverenciado del qin a la energía de las guitarras eléctricas, de una canción nacida en el corazón centroasiático a las melodías que alegraban las noches más frívolas de Shanghai. Una experiencia muy enriquecedora que debemos a la selección musical y a los textos del cuadernillo realizados por Paul Fisher, periodista musical inglés que desarrolla su tarea tanto en prensa escrita como en radio, autor de otras compilaciones centradas en la música del este asiático y responsable de Far Side Music, una de las mejores referencias cuando en Internet buscamos música de aquella zona del planeta.


China, la nueva revolución

recopilatorios

Este volumen dedicado a la música clásica china reúne siete inspirados y extensos temas que nos permiten escuchar tres de los instrumentos tradicionales más representativos del país: la pipa, el zheng y el qin.

Varios China Rounder Records, 1998

Dentro de su serie «Anthology of world music», el sello estadounidense Rounder Records dedica este volumen a la música clásica china, reuniendo siete inspirados y extensos temas que nos permiten escuchar tres de los instrumentos tradicionales más representativos del país: la pipa, el zheng y el qin. Curiosamente, ninguno de estos temas incluye un vocalista. Abre la grabación Chen Zeming con “Haiqing Na Tian’e”, composición para pipa que, según los especialistas, forma parte del repertorio más popular de este instrumento desde el siglo XIII. Li Ting revisa de forma vigorosa “Shimian Maifu”, un clásico escrito también para pipa que data de la segunda mitad del periodo Ming (1368-1644). El tema más corto del disco, interpretado por Ding Boling al zheng, es “Pingsha Luo Yan”, cuya notación aparece en un tratado musical publicado en 1634. A partir de aquí entramos en el reino del qin, cuya sonoridad profunda, tranquila y amable seduce tanto en las manos de Guan Pinghu (“Liushui”, “Ao’ai”) como en las de Wu Wenguang (“Guangling San”) o Fu Xuezhai (“Meihua San Nong”), a quien acompaña Zha Yiping con la flauta xiao. Destacable el cuadernillo que completa la edición y que incluye, en inglés, extensa información sobre el repertorio, los instrumentos y los intérpretes, además de unas ilustraciones que relacionan las posturas de las manos de un tocador de qin con diferentes motivos de la naturaleza (una tortuga saliendo del agua, un dragón volador entre las nubes…) y que durante siglos han servido como modelo para el aprendizaje de la técnica de este instrumento.


China, la nueva revolución

recopilatorios

Sin ningún atisbo de duda, el trabajo de AikYew-goh puede ser considerado la compilación definitiva de la música clásica china. Y estos cuatro discos reúnen las joyas de la corona.

Varios The Hugo Masters, an anthology of chinese classical music, vol. 1-4 Hugo Productions / Celestial Harmonies, 1992

En la primera página del cuadernillo que acompaña a los cuatro discos que forman esta serie, Patricia Bryers escribe: «La música clásica occidental, con toda su riqueza, existe desde hace apenas unos cientos de años. La música clásica china, en comparación, abarca miles de años. Condensar este enorme tesoro musical en cuatro discos ha sido un trabajo impresionante. He aquí el resultado». En efecto, estos cuatro discos (a los que puedes acercarte de una sola vez o por separado) resumen la impagable tarea que durante años ha realizado Aik Yew-goh como músico y productor desde su sello discográfico Hugo Productions, para preservar la tradición de la música clásica china antes de que desaparezca totalmente. Yew-goh viajó de provincia en provincia, cruzando varias veces el vasto territorio chino cargado con su equipo de grabación, para encontrarse con los viejos maestros y recoger el legado cultural que podían ofrecer a las generaciones futuras. Sin ningún atisbo de duda, el trabajo de Aik Yew-goh puede ser considerado la compilación definitiva de la música clásica china. Y estos cuatro discos reúnen las joyas de la corona. El material en ellos recogido fue seleccionado por el propio Yew-goh de sus archivos y sirvió para presentar, por primera vez, su trabajo realizado durante años a audiencias de todo el mundo. Con un mínimo de una docena de temas, cada disco está especializado en una familia de instrumentos, en función del que domina la composición: cuerdas frotadas (chinghu, erhu, gaohu…), cuerdas pinzadas (pipa, qin, yangqin…), instrumentos de viento (titzu, suona, xun…) y percusiones (tambores, gongs, címbalos, platillos metálicos…). Todo un universo para descubrir con tranquilidad de la mano de una colección realizada desde el propio país.


China, la nueva revolución

recopilatorios

Tres discos para entrar en un mundo de instrumentos, sonidos y texturas que en ocasiones nos desconciertan, pero que atesoran una belleza sublime.

Varios China, time to listen Ellipsis Arts, 1998

Siguiendo el ejemplo de Alan Lomax con la música del sur estadounidense o de Béla Bartók con la cultura tradicional húngara, Josef Bomback aceptó el reto planteado por Ellipsis Arts (la prestigiosa discográfica neoyorquina conocida por las ambiciosas dimensiones de sus proyectos editoriales) y se sumergió en la enorme diversidad y complejidad musical china con el objetivo de realizar la selección que reflejan estos tres discos. El resultado se mueve entre el repertorio clásico y la tradición popular, entre las voces que representan la vitalidad actual y los ecos que nos trasladan al pasado, entre ambientes vaporosos cercanos a la espiritualidad y tensiones instrumentales de evidente carácter festivo… Los tres discos se presentan bajo sendos títulos conceptuales que agrupan y presentan las grabaciones de forma temática. El primero, Sounds of our stories, ofrece en trece temas un repaso por la diversidad instrumental de la música clásica china, en interpretaciones de artistas de referencia como The Huaxia Chamber Ensemble o Wu Man, la reconocida tocadora de pipa. Con el segundo, Many faces, recorremos el país para conocer las músicas populares de las diferentes culturas que lo habitan a través de grupos consolidados, como The Dayan Ancient Music Association, o de músicos aficionados, como los dos coros (uno de ancianos y otro de adolescentes) de la localidad de Xiachuang (provincia de Guizhou). El tercero, Spirit and wisdom, nos presenta el trabajo de un grupo de jóvenes artistas (Sisi Chen, Li Xinchen, Dadon…) que intentan ampliar los horizontes de la música tradicional china, conectándola con nuevas formas de expresión y con elementos de otras culturas. Tres discos para entrar en un mundo de instrumentos, sonidos y texturas que en ocasiones nos desconciertan, pero que atesoran una belleza sublime.


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