Sesión I Introducción Este curso tiene como objetivo conectar con la sabiduría ancestral femenina aprehendiendo a leerte a ti misma y a leer en el inconsciente femenino colectivo.
Partimos de la base de que en nuestro desarrollo intelectual y emocional no nos han enseñado a utilizar la herramienta más poderosa que poseemos: Lo que ya sabemos.
Desde que nacemos y durante todos los años de escolarización obligatoria (también en las universidades), el sistema se encarga de que “aprendamos” una serie de lecciones, de dogmas que vienen preestablecidos (un organismo oficial se encarga de decidir los objetivos que tenemos que ir asoliendo, curso a curso), pero en ningun caso nos enseñan a exteriorizar lo que ya sabemos, lo que tenemos grabado en nuestras células, en nuestro inconsciente, porque se parte de la base de que nacemos carentes de información, de sabiduría y de recursos. Pocas personas recuerdan que nuestrxs niñxs son maestrxs, que lo son tanto tus hiijxs como tu niña interior, a la que habrás de retornar para que te cuente 1.
Es imposible, por tanto, en un sistema que no reconoce la sabiduría implícita de nuestros recién nacidos, que se impulse a (re)conocer los dones e informaciones de cada una, los que ya tenemos almacenados en nuestros cuerpos (con los que nacemos y los que se van incorporando, de manera continuada, durante los tres primeros años de vida, cuando el contacto con nuestras mamás representa el vínculo más importante, del que dependerá nuestra estabilidad emcional durante toda nuestra vida). En el colegio no se nos ha enseñado a ser creativas, a “sacudirnos” a nosotras mismas y a exteriorizar todo el conocimiento que traemos. No es de extrañar, entonces, que muchas mujeres cuando llegan a la treintena se pregunten qué es lo que han estado haciendo hasta entonces. Muchas, pero muchas, llegan 1 En este punto, tenemos que tener en cuenta que nuestras niñas interiores y nuestros hijxs son maestros durante los primeros años de sus vidas, antes de que la sociedad contamine y adormezca su sabiduría ancestral innata.
a Casa de Luna y me comentan lo mismo: Estudié por inercia, influenciada por mi entorno, me casé porque era lo que “tocaba”, tuve hijos y ahora me siento vacía. He olvidado quién soy.
Y es que este hecho es un efecto de la socialización. Pasamos la mayor parte de nuestra vida absorviendo información, conocimiento del exterior, y olvidamos aprehender a interpretar y expresar lo que nadie nos ha enseñado, pero que sabemos. De hecho, en nuestra cultura está muy mal visto todo lo que no sea considerado conocimiento empírico, contrastado, científico (la parte puramente masculina), llegando al punto de que hemos olvidado como comprender a nuestra intuición (parte puramente femenina). En este punto quisiera deciros que, cada vez más, gracias a antropólogxs y científicxs pioneros en este ámbito, se empieza a comprender la importancia de tener en cuenta esta poderosa herramienta.
Y, ¿qué pasa cuando pasamos media vida absorviendo información y almacenándola en los cajones de nuestro cerebro? Pues que nos volvemos autómatas, seres amoldados a una sociedad creada por y para los que representan el eslabón más alto de la cadena, personas sin alas, personas a las que se les ha robado el Santo Grial, despiertas aunque dormidas.
Las mujeres llevamos, en las sombras de nuestro inconsciente, años y años de censura, de lucha contra nuestra propia sabiduría, contra nuestra esencia más pura. En estos momentos, la mayoría de las mujeres piensan que su menstruación es sucia y que es un deshecho, la mayoría de las mujeres temen sus propios partos y prefieren dejar el timón de su experiencia vital en manos de un médico, regalándole así el último bastión de su poder, que es el derecho a dar a luz según la sabiduría de su propio cuerpo, de si misma.
Estamos en la época de mayor desestructuración de lo femenino. Pero no es dificil de imaginar el por qué. Las mujeres del presente llevamos en nuestras espaldas generaciones y generaciones de abuelas a las que les cortaron las alas, torturaron y hasta mataron (recordemos la caza de brujas) por “saber”, por ser mujeres sabias. El mundo tal y como ahora existe no hubiese sido posible con mujeres sabias. Las mujeres sabias nunca permitirían que sus hijxs sufrieran como ha sufrido la humanidad entera, y sufre.
¿Pero, cómo no vamos a tener miedo de recuperar lo que robaron a nuestras abuelas con sus propias vidas? Lo tenemos y es lícito, es comprensible. Aun así, somos cada vez más las mujeres que sentimos la llamada de la Diosa2.
Con este curso pretendo mostrarte una herramienta que he llevado a cabo conmigo misma, tan válida como otras, ya que cada mujer puede crear la suya propia, hecha a su medida, para (re)aprehender a contactar con “la que sabe” que lleva dentro, y exteriorizar todo ese conocimiento. Por ello, yo te mostraré una parte teórica, fruto de mi investigación (gestación), necesaria para que comprendas y, finalmente, la creación final del diario como método de conexión con la sabiduría ancestral femenina. Puedes utilizar lo que te resuene y modificar, crear de nuevo, investigar más en algun aspecto que a mi no me ha llamado pero a ti sí, etc. Hasta crear, así, la herramienta perfecta para ti misma. Necesitarás dedicación, sí, pero te aseguro que el resultado merece la pena. Y que no te arrepentirás.
¿Imaginas un mundo en el que todas las mujeres lo llevasen a cabo? Cada una con su diario de las sombras bajo el brazo, cada una con la herencia de su linaje, cada una despierta y andando hacia su don sin miedo, a sabiendas de que la voz que le robaron a su abuela vuelve a hablarle a ella. Yo sé que esta voz nunca ha cesado de mostrarnos el camino, pues a Ella no podían erradicarla tan fácilmente, por ello nos moldearon a su antojo desde fuera, para no encontrar la puerta detrás de la que nos espera. Para mi, esto que os mostraré a partir de ahora es un camino de vuelta a la estancia donde habita mi Diosa, dentro de mi misma, dentro de ti.
Espero que te sirva para encontrar a la tuya y poder descubrir lo sabia que eres, y que has sido siempre.
2 Llamo Diosa a la intuición que me grita dentro, la que me sale de las entrañas, del útero y, algunas veces, del estómago, la voz de “la que sabe” que vive en mi, y en la que confío porque sé que es mi guia. Nada tiene que ver la palabra Diosa, escrita a lo largo de estas páginas, con religión alguna, sino conmigo misma y mi voz empoderada.