José Watanabe y su generación
… pero otros poemas muestran lo que habrá de desarrollar en sus siguientes libros, esto es, la búsqueda de una expresión sutil, y el paulatino diluirse del confuso escenario urbano a favor de la sensata belleza del escenario natural de Laredo:
Rossella Di Paolo
Mi padre vino desde tan lejos cruzó los mares, caminó y se inventó caminos, hasta terminar dejándome sólo estas manos y enterrando las suyas como dos tiernísimas frutas ya apagadas. “Las manos”
Equilibrar expansión emotiva y contención verbal, discursividad narrativa y síntesis poética implica una fuerte disciplina, sobre todo si recordamos el contexto horazeriano en el que José Watanabe empieza a publicar. Un contexto, una generación, la de Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruiz, Tulio Mora, Enrique Verástegui, Carmen Ollé, Manuel Morales, Óscar Málaga, Abelardo Sánchez León, Jorge Nájar, Elqui Burgos, José Rosas Ribeyro, Antonio Cillóniz, entre otros, que priorizaba de manera brillante el desborde emocional y lingüístico, pues la poesía en los años setenta “tomaba” las calles con los registros más confrontacionales, disruptivos y coloquiales del lenguaje. Algunos poemas del primer libro de Watanabe, Álbum de familia (1971), avanzan en esa línea: Pero lo que quiero decir es rata encorbatada rata jefe rata rata que se baña o canta bajo la ducha haciendo inútil el excesivo perfume de las secretarias] porque el agua no ducha la caca del corazón de la rata. “Sugerencias”
Sobre ese primer libro, que lo hizo merecedor del Premio Poeta Joven del Perú 1970, junto con Antonio Cillóniz, Watanabe dijo en una entrevista: Escribí Álbum de familia cuando vine a estudiar a Lima. Son poemas que tienen que ver con un joven que viene de provincia y que se siente algo desorientado en una ciudad tan caótica. Y en eso coincidimos mucho en mi promoción del 70. Varios de nosotros, si no la mayoría, veníamos de provincia: Verástegui de Cañete, Tulio Mora de Huancayo, Jorge Nájar de Pucallpa… todos tocábamos el tema familiar. Eran los tiempos alrededor de cafés en la Plaza San Martín, épocas de efervescencia cultural y política. Todos éramos amigos al margen de los grupos, sea Hora Zero o Estación Reunida. Hasta hoy no me explico por qué no entré en uno de estos grupos si estaba tan cerca de ellos. Tal vez me dio gripe cuando había que firmar el manifiesto y no fui. Caretas, julio 6, 2000
Relacionado con esto, es importante recordar las palabras del poeta en su discurso de agradecimiento por el homenaje que le hizo la Cámara Peruana del Libro en junio del 2000: Gran parte de la poesía contemporánea se desarrolla en base a una gran imaginería verbal.
75