Memoria, cuerpo y territorio Para la Casa de la Mujer, “Reconstrucción de memoria histórica de las mujeres”, significó un desafío conceptual y metodológico. Pero también, implicó el desarrollo de procesos de concertación con las mujeres participantes, que resultaron en una apuesta teórica y política donde fue fundamental el diseño de herramientas que nos permitieran profundizar en el conocimiento colectivo de lo que implica ser mujer, tanto en el primer territorio -el cuerpo-, como en un territorio geográfico inmerso en dinámicas de guerra. El proceso involucró un trabajo a través del cual significamos y resignificamos las categorías memoria, cuerpo y territorio, desde las historias subjetivas de las mujeres víctimas del conflicto armado, en su articulación con la historia colectiva. Nos propusimos desvelar la multiplicidad de saberes de los cuales son portadoras las mujeres en relación con la experiencia del ser mujer, antes que visibilizar un saber único, lo cual creemos se encuentra en íntima relación con una visión de mundo androcéntrica, homogenizante y que le da mayor valor al llamado saber científico. También comprender el cuerpo como primer territorio, localizado en un espacio geográfico, lo que implica pensarlo como un “lugar histórico” 6 donde se encuentra y expresa la memoria: “(…) las memorias no solamente se sedimentan en los edificios, en el paisaje o en otros símbolos diseñados para propiciar el recuerdo; las memorias también se sedimentan en nuestros cuerpos, convirtiéndolos en procesos y lugares históricos” (Kimberly Theidon, 2009, p. 8). La historia subjetiva, marcada en el cuerpo de manera particular por el hecho de ser mujer, se habita y vive en un territorio de maneras particulares en razón al hecho de ser mujer portadora de diversas identidades. Partiendo de esto, apostamos a indagar por narrativas “femeninas” de la memoria de las violencias y del ser mujer colombiana en medio del conflicto armado, un lugar donde el cuerpo se significa y resignifica constantemente, se “materializa” en un proceso de creación incesante en relación directa con las posibilidades subjetivas. En palabras de Judith Butler: “El cuerpo no es una realidad material fáctica o idén6. En una reflexión sobre su trabajo con mujeres peruanas, la autora Kimberly Theidon propone entender el cuerpo de las mujeres como un “lugar histórico” donde se expresa la violencia de la memoria. Creemos que los planteamientos de Theidon proponen una perspectiva novedosa para entender el cuerpo de las mujeres en su relación con una historicidad “femenina” o particular a las mujeres. Sin embargo, proponemos que el cuerpo expresa también otras dimensiones de la memoria, por ejemplo las formas de habitar un territorio por el hecho de ser mujer, una contingencia enraizada en el cuerpo que se expresa esa historicidad a la que refiere Theidon. En: Theidon, Kimberly. The milk of sorrow. A theory on the violence of memory. En: Canadian Woman Studies/Les Cahiers De La Femme, 2009. Versión online. p. 8.
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A P U N T ES PA R A U N A P R Á C T I C A D E L A ES P E R A N ZA