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Configuración de búsquedas y privacidad
El icono de configuración permite establecer algunas opciones básicas de las búsquedas. En este punto puede activarse o desactivarse Cortana, el asistente de voz de Microsoft que compite con Siri de los Smartphones de Apple y con Google Now, de los teléfonos con el sistema operativo Android. Sin embargo, al momento de escribir esto, Cortana no está aún disponible en todas las regiones del mundo, en esos casos, no podremos activarla, como en la siguiente imagen.
Abajo de las opciones relacionadas con Cortana, podemos ver que es posible desactivar las búsquedas en línea de los resultados de la caja de búsqueda. Eso limitaría las búsquedas a los archivos y carpetas de nuestro equipo. Si mantenemos esta opción activada, entonces es probable que deseemos filtrar resultados con contenido para adultos, sobre todo si los miembros pequeños de la familia también usan el mismo equipo. Para eso sirve Configuración de Bing SafeSearch. Al pulsarlo, se abre el navegador de Internet para configurar esas opciones.
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Enseguida de esas opciones del panel encontramos Otras opciones de configuración y privacidad, que nos lleva a las ventanas de diálogo de configuración de privacidad de Windows 10. Es importante conocer esas opciones, pero sin caer en la paranoia de pensar que estamos siendo vigilados de cerca por Microsoft. El uso de datos personales que hace Microsoft, en realidad, no es muy distinto del que hace Google, a través de Android o de su motor de búsqueda, o el que hace Apple a través de iOS. Algunas de estas opciones son necesarias si deseamos obtener resultados de búsquedas útiles. Por ejemplo, si queremos que una búsqueda, o Cortana, nos informen sobre el tráfico o el clima en nuestra zona, es imposible obtener un buen resultado si no ofrecemos información respecto a la ubicación del equipo. Tampoco vamos a obtener resultados útiles si desactivamos acceso a nuestros contactos y luego intentamos buscar en ellos algún nombre. Con Google ocurre algo similar: si recibimos publicidad, ésta no será significativa si no se guarda ningún historial de nuestras búsquedas o de nuestra navegación en Internet. En todo caso, tendríamos que evaluar qué parte de nuestra privacidad deseamos ceder a cambio de servicios más personalizados. Paradójicamente, la mayor parte de la gente utiliza las opciones predeterminadas de los sistemas operativos que utiliza (Windows, iOS o Android) sin preocuparse mucho por el tema.
Como mencionamos, al hacer clic en Otras opciones de configuración y privacidad, se abre el cuadro de diálogo correspondiente. En la parte izquierda están las distintas categorías en las que se dividen los temas y a la derecha las opciones de configuración que le corresponden. Cada ajuste tiene una explicación breve de su función, la cual, en la mayoría de los casos, es suficiente para tomar una decisión al respecto. Intentemos ampliar un poco.
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• Permitir que las aplicaciones usen mi id. de publicidad. Hace que las aplicaciones que muestran anuncios lo hagan de modo más personalizado, pues puede utilizar información colectada por Microsoft respecto a consultas o hábitos de navegación en Internet. Si te incomodan anuncios personalizados, esta opción se puede desactivar. • Activar el filtro Smartscreen. Supervisa las direcciones URL de las aplicaciones de la tienda Windows para comprobar si son sitios válidos, sin contenido malicioso. Por definición, esta opción debería estar siempre activa. • Enviar información a Microsoft sobre cómo escribo. Hay por supuesto una enorme diferencia entre decir “cómo escribo” a decir “qué escribo” . La segunda opción daría realmente qué pensar respecto a nuestro derecho a la privacidad. Sin embargo, esta función está diseñada simplemente para recolectar información que permita mejorar las funciones de Autocompletar que podemos ver en el navegador Edge o en las opciones de búsqueda. Pero también podemos decir que no pasa nada si se desactiva, así de simple. • Dejar que los sitios web ofrezcan contenido relevante a nivel local. Esta opción da acceso a la lista de idiomas instalados en Windows. Si sólo tenemos instalado Español (en cualquiera de sus diversas regiones), el uso de esta opción tampoco es realmente preocupante en términos de privacidad. • En la categoría Ubicación, encontramos los siguientes ajustes:
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• Como ya mencionamos, la ubicación es necesaria para que algunas aplicaciones, como El tiempo, nos ofrezcan un mejor servicio. En el cuadro de diálogo necesitamos activar, si lo deseamos, la ubicación por partida doble, una vez para el equipo (con el botón Cambiar) y otra para el usuario, con el botón Ubicación. Luego, si lo consideramos pertinente, podemos seleccionar qué aplicaciones pueden usar o no nuestra ubicación. Eso se consigue en la misma ventana, desplazando la barra hacia abajo y luego seleccionando en la lista de aplicaciones que ahí aparecen.
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• Este mismo principio se utiliza para las siguientes categorías. Es decir, podemos decidir qué aplicaciones pueden utilizar la Cámara, el Micrófono, la
Información de cuenta, Contactos, Calendarios y Mensajería. Obviamente, no podemos desactivar todas las funciones al respecto. Por ejemplo, no tiene sentido utilizar la grabadora de voz de Windows para grabar algún audio, si la aplicación no tiene acceso al Micrófono. Otras pueden desactivarse si se desea. Por ejemplo, podemos establecer que absolutamente ninguna aplicación tenga acceso a nuestra lista de contactos. • Los temas de privacidad son, o deben ser, temas sensibles para cualquier persona, por supuesto. En ese sentido, es importante definir qué parte de tu información no debe ser pública o disponible para cualquier aplicación bajo ninguna circunstancia. Eso incluye, por supuesto, contraseñas, información bancaria y de ingresos, de salud, familiar, etcétera. Hay otro conjunto de datos que, aunque consideramos privada, es pública, como el remitente registrado de nuestro domicilio para diversos servicios, como luz y agua. Si deseamos ser estrictos con la privacidad, entonces no sólo tendríamos que revisar con lupa las opciones de los sistemas operativos de todos nuestros dispositivos, sino además con la información que compartimos con todas las entidades públicas y privadas con las que tenemos contacto. Por tanto, no se trata de desarrollar ninguna paranoia al respecto, sino de ser prácticos a la hora de balancear qué información brindamos y qué beneficios obtenemos de ello. • Otro aspecto de la privacidad que hemos dejado al final tiene que ver no sólo con los datos que nos definen de algún modo, como nuestra ubicación,
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