Caja de memoria

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Caja de Memoria



Catalina Suazo P. Taller de Producci贸n secci贸n 3 Prof. Leslie Fern谩ndez 22 de Marzo de 2016


Familia



Padre, madre y hermanos; aquellos que han estado conmigo, me han forjado y ayudado a ser lo que soy hoy en día. Siendo todos de generaciones muy distintas, siempre se ha generado un continuo intercambio de información e intensos debates después de almuerzo, formando en conjunto un rico bagaje cultural e intelectual que ha sido siempre el distintivo de nuestra familia. Ser la menor trajo consigo lo que cualquier otro tomaría como un aislamiento del resto de mi familia, pero que por mi parte considero fue un hito fundamental de nuestra dinámica. Desconociendo a otros parientes, por simplemente no conocerlos o porque no fueron relevantes en mi infancia, creó para mi un modelo familiar; un círculo pequeño, intimo y armonioso.


Que aun si a veces, por estar pasando por tiempos difíciles, ambos padres debían trabajar, su ausencia pasaba desapercibida, porque siempre estaba alguno de los hermanos mayores ahí para cuidar de los menores. Por ultimo, pero no menos importante, aquellos miembros de la familia de cuatro patas que hacían felices momentos de infortunio, esos que como niña pequeña no lograba entender o que simplemente por estar jugando con mis mascotas, no parecía percibir en absoluto y que solo ahora, al mirar hacia atrás, puedo reconocer.


Entorno



“La casa de las flores”, como la denomina mi madre, ha sido el lugar donde he vivido toda mi vida consciente; desde que poseo memoria, este ha sido mi hogar. Desde mi primer año y medio de vida, que esta casa me ha visto crecer (1998 aproximadamente) Ubicada en la población Las Canchas, justo en la esquina de la calle Ainavillo, pareciese ser una pequeña isla blanca y roja desvinculada de las otras casas que allí se encuentran. Siempre tranquila, ha sido para mi y para aquellos que no se han dejado amedrentar por su humildad, un refugio cálido al cual acudir en momentos de necesidad, porque siempre se ha recibido a todos con los brazos abiertos de mi madre y los sabios consejos de mi padre.


El patio de mi casa en mis años de infancia fue mi lugar favorito. Un pequeño bosque privado y seguro, en el cual podía pasar los mas entretenidos momentos, desde explorarlo incontables veces, como también entrenando a mis perros o columpiándome entre el palto y “la palta”, arboles guardianes, que esbeltos, velaban mi juego . Además, era el lugar donde solíamos celebrar con un asado las festividades. Lugar de festejos, cargado de momentos felices, siempre bajo la atenta mirada de nuestras mascotas. Le delimitaba una reja de madera pintada de blanco, que por muchos años fue la entrada a la casa, porque la puerta oficial se mantuvo cerrada hasta el 2005 aproximadamente.


La calle en que se encuentra mi casa, condicionada a seguir la forma del cerro, desciende solo para curvarse y volver a subir. Esto hizo el sector ideal, un lugar tranquilo en el que los niños podían salir a la calle a jugar, porque pocos se atreven a bajar por ella y aun hoy no es extraño que un auto quede atrapado, porque al intentar subir, las piedras se lo impiden. Jugar con los vecinos en este “jardín común”, vivencias que parecen ser comunes en una población, fueron un gran estimulo a la imaginación, en especial por la particularidad del entorno. La vegetación, la tierra y las piedras, formaban el escenario ideal para las mas épicas fantasías. .


“Nuestros intereses particulares inducen una lectura personalizada de la realidad circundante, que no atañe solamente al sentido de las cosas; también afecta a su apariencia perceptual.” Margarita Schultz, La mirada fotográfica

Así también lo fue el cerro, extensión sin limites de mi patio; lugar de innumerables aventuras, sector de juegos, pista de carreras para mis perros y fondo favorito para las fotos conmemorativas de mi madre. Sin lugar a dudas, el paisaje que mas gravado esta en mi retina, así como también el escenario de mis mas felices recuerdos de infancia. Fue y será el lugar de mayor inspiración que poseo, que con su característica vegetación, han influenciado mi imaginario dejando una huella presente aun hoy en mi arte.


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Objetos



Mi madre ha sido siempre activa, por lo mismo ha aprendido diversas técnicas en el ámbito manual. Pasando por la cocina, hasta la costura e incluso la fotografía, por toda la casa han quedado objetos icónicos que dan fe de sus múltiples habilidades . Uno de los pasatiempos de mi madre que más recuerdo en mi niñez era la costura . Me gustaba mirarla mientras hacia ropa e por lo que a menudo jugaba con su “caja de botones”; una caja de metal que a ojos de infante, parecía ocultar mil maravillas multicolor. Por otro lado, también estaba la cocina


Así mismo, otra de las habilidades de mi madre ha sido siempre la cocina, la cual si bien podría ser considerado algo común para una dueña de casa, ella siempre a mostrado una dedicación digna de ser admirada. Dos objetos son los que mas recuerdo referentes a este tema en particular. El primero, algo infaltable en el refrigerador desde siempre: los colorantes que nos han permitido decorar las galletas de navidad. Tradición familiar que nació en un momento de crisis y que me a inculcado la disciplina, el detallismo , la paciencia y trabajo en equipo. Por otro lado, el segundo, es y será el eterno recordatorio de una de las filosofías que mi mamá me ha demostrado a lo largo de los años: “En toda receta, el amor es el ingrediente principal”. Para ser exitosos, debemos sentir pasión por lo que hacemos,


Entre aquellos peluches que con tanto cariño me confecciono mi madre para cumplir mis caprichos, se encontraba “Loki” un perro dálmata. Recuerdo se lo pedí una noche y fue tanta mi insistencia, que a pesar de no tener tela blanca, de una camiseta vieja corto los patrones y el perrito estuvo listo a la mañana siguiente. Ninguna de las dos imaginaria que aquel muñeco de trapo no solo se convertiría en mi juguete favorito, sino que también en el personaje principal de una de mis historias.


Y aquella historia no era la primera de su clase. Desde pequeña gustaba de dibujar, narrar historias a mi misma en una pagina, sucesiones de dibujos que intentando imitar la animación que veía en los dibujos de la tele, hoy en día son collages sin sentido o intrincadas historias que poseen numerosos cuadernos de duración. Siendo un ejemplo de esto, la historia de “Dimo, el dinosaurio”, que posee 10 cuadernos donde cada “viñeta” es una pagina completa, historia que tenia a mis hermanos como seguidores, siendo ellos mi primer publico, así mismo, mis primeros “críticos de arte”.


Finalmente, la “caja de las fotos”, un registro físico realizado por mis padres a través de los años gracias a que ambos trabajaron en laboratorios fotográficos, ha sido siempre una “puerta” a otros tiempos, momentos únicos en la vida todos los que integramos la familia y que ha servido para reforzar los lazos; rememorar recuerdos de los cuales, aunque no fuimos participes, conocemos hasta el ultimo detalle. “La realidad fotografiada se torna misteriosa, vive una vida propia, que a veces compartimos cuando miramos una fotografía.” Margarita Shultz, La mirada fotográfica.


Un grupo familiar pequeño me ha hecho reservada. La inmensidad del paisaje que me rodea, tranquila. El deseo de expresar los mundos en mi mente, detallista. Una infancia con múltiples estímulos me forjo con una constante búsqueda de conocimiento, el querer aprender de todo para luego mezclarlo, formar algo nuevo que pudiese expresar todo aquello que pasaba por mi cabeza. Esta inquietud que en sus inicios fomento la curiosidad infantil, puedo verla reflejada aun hoy en mi producción. La mirada retrospectiva a traído consigo la conciencia de determinados detalles en mi persona; algunos que no había notado con anterioridad, como lo es la fuerte influencia del paisaje natural en mi visión del mundo. Pareciese ser este el que mas aparece en mis ilustraciones, renegando así mi mano de la urbanidad en virtud de la vegetación, la línea y forma orgánica. El haber sido la menor en un grupo de adultos, que trajo consigo un particular interés por los temas “maduros” en los que se manejaban mis padres y hermanos mayores,: como también la condición que generaba el ser “el conchito de la familia” (expresión de mi madre), una especie de infancia extendida, que en contradicción con lo primero, genero en mi a su vez, interés por temas más infantiles. Esto pareciese ser la causa probable de que por muchos años, incluso ahora, aquello que mueve a mi generación contemporánea, me sea ajeno o poco comprensible. Así mismo, esta búsqueda en el pasado me ha ayudado a confirmar mi clara tendencia grafica a la hora de expresarme de forma artística. El como la narración visual a sido mi lenguaje de predilección desde una etapa temprana en mi vida y como esto ha ido evolucionando hasta llegar a ser lo que es ahora, en plena formación profesional. Lo que puedo destacar de esta experiencia es el valor que posee hacer una vista a conciencia del pasado. La auto compresión , como también el por qué de nuestra forma de expresarnos, se encuentra allí y estar consientes de ello han sido de ayuda para esclarecer un poco mas el como podre desempeñarme mejor a futuro.





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