MAMOTRETO
#fanzine #esquizoide
LIMA - PERÚ
MAR //003
Contenido Del otro lado
de la celda 22
utópica 9
En Lima están filmando 11
Cultural 18
de la vagina
Opinión 4
Antieditorial 3 Crónicas 7 Surgiendo
Cartas de amor 26
Entretiempo 32
Punk Kon 14 Keso
Shootout 16
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EN ESTA EDICIÓN ESCRIBEN: Coyote Jaime Gamarra Jaime Morales Lady C Lutxo Desobediencia Marcos Campoverde Miguel Hernández Adhemir Cavero
© ESP - Lima 2012
Antieditorial Aullidos
D
espiertas. Caminas hacia el baño. Abres el caño y sosteniéndolo entre tus manos mojas tu rostro con poesía. Metes tus delgados dedos entre tus cabellos y sientes tu cabeza húmeda entre tantas letras y palabras. Comienzas a salivar. Tus senos también se mojan y tus perforados pezones despiertan. Ahora tus tatuajes hablan como parte de tu cuerpo. Ahora tus tatuajes gritan como parte de la poesía. Te tocas como si fuera un cuerpo ajeno. Tus torneados muslos y sus letras japonesas sienten las fasciculaciones de sus músculos. Llevas la mano a tu vagina y te preguntas por qué nadie te enseñó a masturbarte. Pero creas poesía y nadie te enseñó a escribirla. Es cuestión de introducir las letras indicadas. Tapas el agujero del lavadero y en pocos minutos la poesía por los suelos, inundando el lugar, subiendo por tus pies, quieres sentirla en tus duros muslos.
De repente se acerca tu amante, con un beso en el cuello y con una caricia en tu ano. La observas delicadamente y en un radical movimiento golpeas su rostro. Cae golpeándose duramente la nuca. Observas la sangre y te das cuentas que es más espesa y menos circunstancial que la poesía. Llegas a entender que tu esposa es tu hija, que todo aquello que debes enseñarle significa abrazar la pureza de la belleza. Coges su garganta mientras la ahogas en poesía. Le haces tragar poesía como cuando eras niña y alimentabas a tus muñecos de peluche. Simplemente no debe existir hueco para la ignorancia. Simplemente no
debe existir excusa para no querer demasiado a tus niños. Porque sabes que cuando despierte… cuando despierte… podrá traducir tu realidad con su inagotable lengua. Vuelves a la cama mientras tu amante vomita todos esos órganos realistas que no cumplían mayor función. Te estiras en ese espacio púrpura, mientras piensas que un día sin poesía es aquel día que tu padre te reventó la nariz de un golpe. Un día sin poesía es aquel día que tu amante te mordió el labio inferior hasta sangrar y no tenía ninguna letra. Un día sin poesía es aquel donde los periódicos vociferaban los problemas mundiales y sus usuales estupideces, y tú no reconocías que habías perdido la vista. Un día sin poesía es aquel día que fuiste de caza y con tu fiel hacha pudiste matar y cortar cabezas con una gran sonrisa en tu rostro. Un día sin poesía es aquel día que le dijiste a un hombre “acepto” sin darte cuenta de que él ya estaba defecando en tu mesa. Un día sin poesía es la consagración de los deportes, la reversibilidad de las leyes, el despropósito de las drogas, la putrefacción política continuada, las operaciones estéticas, la lectura de las estrellas, la mediocridad de los sonidos y demás parásitos. Felizmente este no es un día sin poesía. Ella termina de vomitar y te acompaña en el tálamo. Hoy es un día para aprender aquello que nunca aprendiste y mientras te preguntas por qué todo se ve azul puedes pronunciar un distintivo excitante mierda y la poesía impregnada en tus sábanas.■ 3
OPINIÓN|| La igualdad compleja Introducción
L
as sociedades modernas en su compleja expansión, deberían desarrollar fórmulas de distribución que toque la vida de los sujetos en los variopintos espacios culturales en los que se desenvuelven; significa que la distribución de los bienes responde a una concepción específica de significación. Es decir la valoración de los bienes constituye el horizonte de significado de los sujetos. Esta perspectiva de análisis que Michael Walzer plantea, es un intento de superar por un lado la idea de una distribución simple, lo que se ha denominado “igualdad simple”, por otro lado la propuesta valiosa defendida por Rawls, en la que concibe la distribución bajo la égida de principios únicos y universales. Propuesta que llega a ser aplicada en un Estado con estructuras básicas sólidas; la limitación de la propuesta rawlseana encuentra su límites en la pretendida intención de universalidad. En las sociedades actuales, unas en vías de desarrollo en contraposición a las que se denominan Estados de bienestar, es inevitable prescindir de un esquema de distribución que dinamice la acción de los sujetos en la participación más equitativa en las diversas esferas de la vida social (política,
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economía, cultura, creencia, etc.), asumiendo a priori los espacios de libertad que cada esfera brinda al sujeto en la construcción de una sociedad más justa.
En la perspectiva de Walzer Interpretar la distribución desde la perspectiva de la igualdad simple; intentando, así, crear un espacio en el que las condiciones de distribución simplifiquen el acceso a los bienes, para que la justicia distributiva se active y las sociedades respiren un aparente estado de justicia; tal postura es hasta cierto punto ingenua, simplista y por ende inviable. No todos deben acceder a los mismos bienes por la intención que despliegan en la pirámide de necesidades. En un eventual escenario donde las necesidades se multiplican, es así como las sociedades actuales se constituyen en una compleja urdimbre de relaciones, donde la complejidad no es la excepción sino la característica que las define. Dentro de esta estructura compleja es importante especificar que los bienes se dan en un contexto social y cultural que redefinen la relación entre los bienes y los sujetos (por ejemplo, si tengo una docena de sombreros y quiero repartir a 12 cabezas la distribución
MAMOTRETO
no es más que un acto de dar a cada quien un sombrero). Lo que se está intentando analizar, como lo hace Walzer, es que nunca a lo largo de la historia se ha logrado desarrollar un criterio único a partir del cual todas las distribuciones sean controladas; es más, ninguna institución tiene la capacidad de controlar los sistemas de distribución, aun al Estado, que desde su creación ha desempeñado una labor reguladora en las formas de distribución que se dan en la estructura interna de una sociedad, se le escapan las cosas de las manos. El mercado es en la actualidad uno de los mecanismos más importantes para la distribución de los bienes sociales, pero nunca es ni lo será -y en ningún lado es hoy- un sistema distributivo completo. John Rawls, por su parte, intenta dar solución al problema de la distribución de los bienes, tomando como referencia a una “supuesta” sociedad bien ordenada, donde los sujetos libres e iguales tienen la capacidad deliberativa de elegir principios con una doble función; por un lado tienen que ser a nivel abstracto principios universales donde toda sociedad racional pueda aplicarlos, y la segunda característica estriba en que luego del proceso de elección se constituyan como principios únicos, con rango de axiomas dentro de cualquier esquema distributivo de los bienes sociales. Además son principios que fundamentan el buen desempeño de toda institución básica; sin duda Walzer considera que no es posible solucionar el problema de la distribución de los bienes sociales aplicando principios con pretensión de universalidad, tales principios alcanzan sus límites en las fronteras de las estructuras sociales. En el caso de Rawls, el objeto de la teoría de la justicia presupone que todo Estado debe ser administrado por instituciones básicas bien constituidas; es decir instituciones elementales que a toda sociedad liberal-democrática por deber le corresponde. Walzer analiza el problema de la justicia distributiva desde las esferas de la sociedad: “cada esfera se rige por sus propios criterios distributivos y no se pueden traspasar impunemente sus límites ni aspirar a encontrar un principio general que los subsuma en un conjunto de reglas coherentes y universales”. La idea de esferas se entiende desde la existencia de los bienes que se van a distribuir. Se entiende que toda sociedad liberal está constituida por una suerte de espacios de acción que permiten al individuo actuar en conformidad a su ser libre; el Estado como tal es una esfera independiente que debe respetar
el ámbito de competencia de las demás áreas. Las esferas sociales no son impedimento para que los sujetos puedan actuar y buscar participar en otras áreas; es decir un individuo tiene la libertad y autonomía, definición liberal de sujeto, para participar de los acontecimientos que se realicen en el escenario correspondiente a otros niveles sociales. Tan es así, que dentro de un esquema general las esferas son escenarios de participación ciudadana donde los individuos cumplen tareas muy específicas; se realizan como personas de alguna manera. Ahora bien, Walzer desarrolla en su análisis sobre la justicia distributiva la tesis del concepto de “igualdad compleja”; es decir “el planteamiento de una igualdad compleja parte de nuestra noción -me refiero a nuestra comprensión concreta, positiva y particularde los diversos bienes sociales”. Se entiende que son los individuos que se relacionan en el esquema social por medio de los bienes que mueven sus intereses particulares; “la igualdad es una compleja relación de personas reguladas por los bienes que hacemos, compartimos e intercambiamos entre nosotros; no es una identidad de posesiones”.En tal sentido, la igualdad compleja significa que ningún ciudadano posicionado en un escenario social específico o con un bien social determinado, puede ser coartado por ubicarse en otra esfera, con respecto a un bien distinto. Lo específico del planteamiento (igualdad compleja) es dar cuenta de que toda sociedad liberal está diseñada sobre la base de una estructura de un modelo complejo de distribución de los bienes; no se cumple el esquema funcional de igualdad simple. Aunque parezca sencillo analizar el papel que cumple cada esfera dentro del proceso distributivo, en la vida cotidiana -la praxis del hacer- la complejidad distributiva es contradictoria y convenida; la autonomía de cada esfera solo es un planteamiento teórico; es decir es difícil lograr un equilibrio. Por ejemplo si consideramos al Estado como una esfera que tiene la función de distribuir el poder y garantizar normativamente para que este se cumpla a cabalidad para el bien de la sociedad civil, entonces su función como una esfera más de la sociedad es justa, su autonomía se justifica; pero si ejerce el poder deliberadamente con el objetivo de encubrir actos ilícitos o interfiere creando leyes que no son viables que solo justifican irregularidades, entonces estaría actuando en contra del principio de autonomía. 5
[Opinión]
En una sociedad dominada por el mercado, es imposible lograr que se justifique el esquema moderno de las esferas. Pondera el predominio en otros niveles de distribución; es decir se dan procesos de distribución injustos. La intromisión de una esfera en el esquema distributivo de otra genera un trastorno a nivel de todo el aparato distributivo de una sociedad. En nuestro medio, no se respeta en lo mínimo el accionar autónomo de las esferas; el mal uso del poder nos ha llevado a engendrar anomalías injustificables como la corrupción; todas las esferas acuden a su fortalecimiento, una sociedad que no tiene el nivel reflexivo para reconocer los aspectos de una moral mínima, para hacer frente a las injusticias cada vez más burdas que cometen quienes tienen el la igualdad es una deber de hacer compleja relación de que el equilibrio distributivo sea personas reguladas posible. ¿Será que por los bienes no hemos logrado dar el que hacemos, paso a la modernidad?, de saber que somos compartimos e una sociedad con intercambiamos autonomía, libre; es decir ciudadanos entre nosotros; no que se relacionan es una identidad de en igualdad de posesiones condiciones y capaces de lograr consensos comunes fundamentados sobre la base de su autonomía y libertad que solo se da en una sociedad justa.
Conclusiones 1. Ampliar nuestro horizonte democrático de acceso a los bienes es valorar la autonomía de los sujetos y su relación con los significados sociales. Es el sujeto el que debe ser partícipe activo dentro de las esferas sin que sea subsumido como “objeto” al que se le ordena qué debe adquirir, pensar, sentir, etc. Se busca establecer un equilibrio más democrático entre las esferas para que la distribución de los bienes no sea un complejo intercambio de bienes que se da entre sujetos anónimos, sino que se dé como un espacio deliberativo de consensos comunes para lograr un equilibrio distributivo. La sociedad es el espacio donde los sujetos crean y recrean mecanismos que facilitan la convivencia, superando las barreras económicas y de poder infranqueables que son las fisuras que ahondan el abismo de desigualdad entre sociedades y sujetos. Solo desde una justa división de las esferas 6
es posible construir una sociedad de hombres y mujeres con dignidad. De lo que se trata es de defender la autonomía del sujeto que es parte y de él depende, finalmente, el complejo aparato distributivo. 2. La igualdad compleja supera en cierta medida el individualismo cerrado, que algunas sociedades “neoliberales” sustentan en la sobreposición del mercado como única vía por el que se justifica la realización de los sujetos. Una mirada crítica será oportuna si va ligada a una praxis que termina, necesariamente, en el anhelo de un compromiso recíproco entre sociedad y sujeto. La posibilidad de crear mecanismos de distribución que equilibren, no solo como idealización de políticas socialistas con ribetes de comunitarismo, en un sano proceder donde la autonomía de los sujetos y de las comunidades quede libre de impedimentos. Finalmente, en la medida que se reconozca en la pluralidad el potencial crisol de significados que cada bien representa en la sociedad, la convivencia alcanzará un nivel de tolerancia más justo.■ Marcos C. G.
CRÓNICAS La dicha del dinamitero
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iclio chico (que es como se le conoce a Tablada de Lurín) nos recibe con un aguacero. El clima particular de esta zona de Villa María del Triunfo no es auspicioso para los que sufren de asma y son alérgicos. Un morador legendario de estos suburbios lo sabe muy bien. Su amplio jardín, muy bien cuidado, nos introduce de lleno en el reino del poeta. No se trata de un hombre solemne o tétrico sino de un hombre de convicciones arraigadas que sigue bregando a pesar de las crisis económicas y las embestidas de los gobiernos. Leoncio Bulmaro Bueno Barrantes -su nombre completo- se recupera de una terciana malhadada. Anarquista, exaprista y antiguo militante comunista, posee una vasta cultura, sin embargo, está presto a escuchar con paciencia a sus interlocutores con ínfulas académicas o intelectualoides. Su risa es desbordante, lo llena todo (como en el haiku de Iámei: “Con un solo grito / el faisán ha llenado / el inmenso campo”). Su odio en contra de Haya de la Torre es visceral, no obstante recuerda sus años juveniles de militante aprista. En un momento de la plática se pone a cantar “La marsellesa” aprista. Su memoria es prodigiosa. Nos revela que en el ejército tuvo que abandonar sus ideas apristas de la etapa insurreccional, pero no del todo. Cuando entró al Partido Comunista, no tardó
¿Contra qué se dispara una revolución? Contra los privilegios. Los privilegios constituyen la violencia de los poderosos. Leoncio Bueno
mucho en convertirse en antiestalinista consecuente. Nos cuenta que las invitaciones para congresos y homenajes no cesan, pero él ha decidido ya no asistir más. Pasó un pésimo momento durante una de las últimas veces, por la cicatería de un escritor cusqueño, quien lo dejó abandonado a su suerte, después de un evento. Al cusqueño lo habían designado para que acompañase al poeta a Tablada. Siento vergüenza ajena y me vienen a la mente unos versos de Bukowski: “Es tan fácil ser poeta / y tan difícil / ser hombre”. Le menciono un homenaje que le tributaron en la UNI hacia el 2008, en el cual dio un discurso el poeta piurano Armando Arteaga. Esperé pacientemente a que terminara el evento para acercarme al homenajeado y alcanzarle una publicación 7
[Crónicas]
ácrata en la cual yo escribía. Me pregunta si yo era el que rubricaba infaltablemente el poema de la última página del periódico. Le respondo afirmativamente y le alcanzo un ejemplar del 2010. El autor de “Pastor de truenos” (1968), “Invasión poderosa” (1970) y otros libros, nos revela que un libro suyo se presentará el 20 de este mes en la Casa de la Literatura. El responsable de la edición es el tenaz Jorge Luis Roncal, su gran amigo. Pero el poeta no se la cree, sabe que la poesía hoy por hoy no es un bien cotizable en la bolsa, un commodity. De nuevo la risa endiablada y la picardía en los ojos. La conversación fluye incoercible. Sánchez Cerro, Engels, la Segunda Guerra Mundial y el pacto de no agresión germano-soviético, de 1939, Stalin, el trotskismo, Cuba, el castrismo, los burócratas rojos, las nuevas potencias mundiales, la cuestión del poder, etc. son solo algunos tópicos de la conversa. Y por supuesto, el cristianismo. El poeta norteño es un acendrado anticlerical. Pero, ante todo, un gran conversador. Un poeta refractario testigo y protagonista de su tiempo. El tiempo de los runas.■ Márlet Ríos
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SURGIENDO
MAMOTRETO
DE LA
VAGINA UTÓPICA Sobre cuentos de infancia
C
uando somos niñas nos cuentan tanto sobre esas historias de hadas y personajes fantásticos que iluminan nuestros rostros porque somos tan pequeños. Apenas a mis 30 años se me acercó ella, la maternidad, y él, la paternidad, a venderme de la manera más hipócrita el personaje más irreal de todos: el príncipe azul. Y así empezó el surrealismo de todos los tiempos, en donde por un beso transformó a un noble animal en un personaje que no existe en ningún contexto. Hoy me acerco a su baño, tomo su navaja de afeitar y me parto los labios continuamente. Toda la sangre en el lavabo y en el suelo. No importan los besos, no importan las caricias labiales, no importa porque no hay nada azul en él.
No importa si puedo transformar mis labios en dos procesos maritales de alta calidad o en pedazos de constante encubrimiento de impotencias. No existes en ningún contexto. Eres algo tan falso y yo suelto la navaja y con mis dedos empiezo abrir más mis labios porque algo erróneo deben tener si beso todo tu rostro y resulta que eres menos que un animal. Eres un inmundo animal. Y debí crucificarte cuando caminabas en cuatro patas, debí crucificarte cuando te arrastrabas por todo lugar, debí crucificarte cuando te colgabas por los árboles. Ahora es muy tarde e innecesario. Tocarte ya es un presupuesto masoquista. Y somos niñas con historias bajo el brazo. Algunas de estas han sido 9
[Algo sobre F]
dejadas por nuestros padres y madres y esas estúpidamente les trasmitimos a nuestras niñas cuando creen que los embarazos serán la constitución de su propia moral masculina cuando en realidad nuca la tuvo. Príncipe azul eres un superhéroe de ciudades vacías, de mundos que ayudas a destruir, eres aquello que contamina el aire y aún esperas por aplausos. Eres modernidad, sí, porque no terminas de nacer en cada siglo. Oh, príncipe azul,¿por qué no llegaste antes a mi vida para poder clavar mis uñas en todo tu estúpido rostro? Hoy he entendido que eres ese animal que representas. Te mueves misteriosamente y aparentas sensibilidad… pero eres alguien que está esperando morder ese beso que tanto le han prometido, ese beso que tanto significa su transformación. Y por un beso eres delicado, salvador, sensible, romántico, constante, heroico y humilde. Eres aquello que podemos soñar. Destruyes tus asquerosas formas con esa personalidad magnética que hace que hasta el más repugnante de tus rostros parezca la alegría de un ángel. Y ante eso no podemos más que formular una sonrisa y decir sí, el cielo se merece un beso y así completar el asombroso cuento que marca todas tus expectativas con unas enormes letras que comienzan con tu F porque es tu felicidad, siguen con una I porque es imaginativa y termina con un N porque es nula. Y es en realidad eso, el fin, pero el fin de todas tus expectativas, el fin de todas las declaraciones románticas, el fin de toda la disposición masculina para todo aquello que soñaste como propio, es el fin de todos los comienzos extraordinarios. El “érase una vez…” se ríe de ti, se burla de tu ingenuidad y todos los personajes de los bosques y de los castillos salivan sobre sus comidas sin tragarlas porque saben que existe alguien más estúpido que ellos. Y todo con una sonrisa en sus faces. Ahora puedes besar la piedra, puedes besar la tierra, puedes besar los dedos de tus hijos. No importa. No importa cuantas veces puedas revertir tus labios y cortarlos. No importa que todas las mañanas te cortes el cuerpo buscando la respuesta azul. No
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importa que te autoflageles creyendo que puedes detener su evolución. No hay formas de detener ello. No hay príncipe azul. No hay transformación. No hay finales felices. No hay daños previos. Mujeres antiguas se retuercen en sus criptas. Niñas se arrojan al mar sin saber nadar. Las letras se derriten sobre tus manos. Ahora solamente te resta caminar por todo el reino. Es momento de matar animales antes que alguien pueda leerte otro cuento a tus apenas 60 años. Ahora ya tienes una espada. Ahora ya tienes un hacha, ahora puede caminar con libertad por el reino. Es por ello que cada movimiento es la constitución de tus pensamientos. Puedes imaginar y pensar al mismo momento. Puedes imitar todos tus antiguas revoluciones y no hay nadie que te haga sentir culpable al respecto. No hay culpabilidad cuando no le dejas pronunciar palabra antes de cercenar su cabeza. Ahora escupe todo su falocentrismo, como si alguna vez hubiera tenido importancia. Ahora quiere aparentar una vez más importancia. No existes porque no existe el concepto azul en tu mente. Y además, querido príncipe, ese título, ese título es excremento en cada boca. Odio tener que conocerte. Odio tener que besarte. Pero de repente estoy durmiendo y una vez más puedo escuchar las inmortales palabras… “érase una vez…”. Y sí, érase una vez que fui feliz e inocente. Fin. Érase una vez que el mundo tenía cielos claros e impolutos. Fin. Érase una vez que los niños y niñas podían creer las palabras de los libros que escogían sus padres y madres. Fin. Érase una vez que mi nombre me pertenecía. Fin. Érase una vez que podía caminar y moverme como yo quería caminar y moverme. Fin. Érase una vez que la libertad significaba libertad. Fin. Fin. Fin. Fin. Fin. Fin. Fin. Y eso es exactamente. Felicidad imaginativa nula. Ahora, ¿cuál es el siguiente motivo para sonreír? ¿Quieres crecer o érase una vez? ¿Quieres ser una edad de 30 años y de 60 años o érase una vez? ¿Eres mujer o érase una vez?■ Jaime Morales Medina
EN LIMA ESTÁN FILMANDO... algo que nunca verás acá Cuando cazamos en la noche…
O sobre la hora más sublime de Charles Laughton
T
al vez lo hayas reconocido. Un gordito algo peculiar, de estructura anatómica algo amorfa y de un rostro poco simpático. Tal vez, si te pones a pensar en La Vida Privada de Enrique VIII, en la llamada mejor versión de El Jorobado de Notre Dame (para algunos puristas, el cine mudo siempre nos entregará a Lon Chaney), o si recuerdas Testigo de Cargo, El Déspota o incluso, Espartaco. Irónicamente este buen actor de cine y de teatro es más reconocido por una joya eclipsada en su tiempo y que ahora es un film noir y thriller de culto: La Noche del Cazador. Charles Laughton decidió por única vez colocarse en el sillón de director para esta entrega de 1955. Su vergüenza por las críticas en contra de su película hicieron que jamás
volviera a incursionar en la dirección y que hay decidido olvidarse del filme y archivarlo. Laughton siempre tuvo a La Noche del Cazador como uno de los mayores fracasos en toda su carrera. Irónicamente, tras su muerte, la película ha sido apreciada por una infinidad de críticos y cineastas, siendo ahora una película de culto apreciada por sus capacidades técnicas y sus actuaciones. Desde Martin Scorsese hasta Rob Zombie han citado a La Noche del Cazador como un entrega de thriller psicológico de notable calidad, llegando incluso a ser parte de estudio en diferentes universidades por el uso de diferentes movimientos (como el expresionismo alemán) dentro de la llamada etapa del fim noir en los Estados Unidos de los años cincuenta. 11
[Filmando]
Laughton pone a la cabeza a uno de los actores más reconocidos, y algo conflictivos, de la época: el gran Robert Mitchum. El icono rebelde americano trae a la vida al reverendo Harry Powell, que en un rápido comienzo nos hace entender que es un hombre de Dios y que la palabra divina le ordena matar mujeres y apropiarse de sus pertenencias. Mitchum es increíble en este rol, llegando a ser uno de los mejores villanos por antonomasia, su claridad ante un ser tan patológico es exquisita. Su mismo despliegue con niños actores demuestra una gran seguridad y versatilidad en el manejo de un producto como este, en donde la influencia del director y sus formas es decisiva, y aún así, Mitchum destaca como un personaje de profundidades inexplicables. Junto a él pero en roles menores, una gran Shelley Winters, dejándose llevar por el manejo del director, logrando una impecable performance. Asimismo, encontramos a una leyenda del cine como es la gran Lillian Gish que brilla en este rol y en los actuaciones de los niños encontramos a los talentosos Billy Chapin y Sally Jane Bruce. Laughton toma el libro homónimo de James Agee y junto a él, crea la adaptación tomando gran consideración al expresionismo alemán de los años veinte. Ello lo tonifica con música tradicional y original preparada por Walter Schumann, con pasajes de orquesta nostálgicos, apoyados en la idea de la religión. El uso del leitmotif también es parte del proceso, ya que el personaje de Mitchum es encapsulado en el himno tradicional Leaning on the Everlasting Arms de 1887.
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La película sería duramente criticada en su estreno. Pero su condición ambivalente de la confluencia de varias temáticas y las increíbles actuaciones lograrían a través de los años que La Noche del Cazador se transformara en el placer de millones. Elsa Lanchester, la viuda de Charles Laughton, en conversaciones con los archivistas Robert Gitt y Anthony Slide, entregaría a estos más de 8 horas de filmación de la película. Lanchester no permitió que Laughton destruyera todo este material después de sentirse avergonzado por la respuesta del público y lo archivó hasta entregarlo en 1974 a dichos archivistas. En 1981, todo este material sería enviado al Archivo de Cine y Televisión de la UCLA, donde por los siguientes 20 años se trabajaría para crear un documental de proporciones épicas. Lanchester moriría en 1986 pero la obra maestra de su esposo tendría un resurgimiento en el 2002 con el lanzamiento del documental Charles Laughton dirige La Noche del Cazador, donde por más de dos horas y media podemos ver las capacidades técnicas de Laughton como director y todo el contexto que rodea a la producción. Tanto la película como este documental se han vuelto imprescindibles para todo amante del cine.■ Jaime Morales Medina
MAMOTRETO
Total Eclipse
1871
fue un año convulsionado, con un magnífico viento de revolución social en Francia. Paul Verlaine ya era un poeta consagrado cuando tiene la desgracia de toparse con Rimbaud, efebo genial e indócil. Verlaine, escritor simbolista y amoroso esposo, pierde la cabeza irremisiblemente por el adolescente de formación católica y amplia cultura, a pesar de su edad. Los dos se convierten en amantes y le dan forma a una relación ciertamente tortuosa y destructiva (más para Verlaine, quien verá impasible cómo su proyecto de vida de hombre respetable se diluye para siempre por las cloacas). Sabemos muy bien que los valores de respetabilidad, confort y decencia son pilares fundamentales de un orden simbólico estático, inamovible, inmanente para la burguesía, esa clase tan encantadora como un chancro. Ahora, hablemos de la película de 1995, dirigida por la cineasta polaca Agnieszka Holland. El bueno de Leonardo Dicaprio interpreta al autor de Una temporada en el infierno. ¿Qué podemos decir a su favor? La performance de Dicaprio nos devela, de alguna forma, la naturaleza sádica e indolente de una relación que fue la comidilla del submundo literario francés de aquellos años. No obstante, a la película no la salva ni la presencia del protagonista de Titanic ni el efectismo de las escenas homoeróticas. El beso entre Dicaprio y David Thewlis (quien interpreta a Verlaine)
solo constituye un gesto transgresor para quien siga pensando que la homosexualidad es una enfermedad o perversión sexual de seres anormales. Innecesario y falsamente provocador. Nos extraña de una directora políticamente incorrecta como Holland, quien fue encarcelada por sus ideas en 1968, por apoyar la Primavera de Praga. Holland, quien dirigió Europa, Europa (1991), también colaboró en el guión de Tres colores: Azul, de Krzysztof Kieślowski. Pero, volvamos al filme de 1995. Es conocida la actividad revolucionaria de Verlaine y su participación en la Comuna de París, en marzo de 1871, meses antes de que él y Rimbaud se reunieran. ¿Qué hubiese pasado si en Total Eclipse, se hubieran abordado (sugerido tan solo) las correspondencias entre el discurso literario en boga en ese momento en Francia, por una parte, y el imaginario político-social, por otra? Las clases acomodadas de Francia de aquella época se alegraron por el cruel escarmiento que recibieron los promotores de La Comuna. El trágico final de muchos escritores, entre ellos Verlaine, tal vez sea algo más que el corolario de una vida desafiante y transgresora de las buenas costumbres. Jaime N. Gamarra Cuadro de Henri Fantin-Latour, de 1872, en el cual están retratados Verlaine y Rimbaud.
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EL SONETO DEL CUARTETO “¡Baja el volúmen!” , dice mamá mientras mis sentidos se van llenando de rimas. Las palabras no funcionan del todo bien en solitario, necesitan unirse para armas frases. Cuesta crearlas y mucho más el crear párrafos que rimen y sean inteligentes a la vez. Nada de hacerlo diciendo “me siento contigo fine y tus tetai que me dejan guay”. Nuestro diccionario tiene millones de palabras, sinónimos y es realmente rico. Entonces: ¡ Bienvenida la creatividad en la letra de una canción! “A ese grupo no lo conoce nadie, man”, me dicen mis compañeros de trabajo. De repente, elijo una canción, la pongo a sonar y subo el volúmen de mi auricular. Escuchando al Cuarteto de Nos, de repente río como un loco, solo su música y yo. Somos cómplices. Todos hemos pasado alguna vez por estados de ánimo distintos. Podemos estar superfelices, cambiar de golpe y deprimirnos. O tener un día en el que no querramos nada más que estar echados en la cama sin hacer nada a lo John Lennon. Todos tenemos un poco de raros, bipolares y porfiados. La vida es una ruleta rusa llena de emociones y sensaciones. Raro, Bipolar y Porfiado son la trilogía que encerró el concepto emociones. “Dedícame un tema lindis, una baladita, algo más sweetie, pero no esto pues”. La enamorada y sus pedidos especiales. “Pero amor, capta las letras, son bravazas”, replico. “¡Ah,no!. Prefiero a mi Arjona y su apología a la infidelidad y su célebre canción dedicada a la menstruación”. Aún así por un tiempo tuvo el intro 14
de una de sus canciones como tono de celular. No tengo penas, ni tengo amores, así no sufro de sinsabores, con todo el mundo estoy a mano, como no juego ni pierdo ni gano, no tengo mucho ni tengo poco, como no opino no me equivoco, y como metas yo no me trazo, nunca supe lo que es un fracaso. dice “Así soy yo”. La vida no hay que tomársela tan en serio, uno puede elegir estar justo en el medio y pasarla bien o simplemente arreglárselas para no pasarla mal. Ahora que los escuché, exploro su discografía pasada. Me doy cuenta que no es un grupo nuevo, que tiene toda una historia y muchos discos grabados. De repente mi madre que tanto molestaba, tararea sus temas y mis amigos me piden algunos tracks. Yo se los paso gustoso (la música se comparte), y les enseño sus videos que son además materiales de colección. Estoy depre y es que “todos pasan por mi rancho pero nadie se detiene, siempre algún temor les viene que con nada los engancho y a lo largo y a lo ancho de esta historia singular, nunca me puedo explicar que misterio se despierta, todos llegan a mi puerta pero nadie quiere entrar”. y necesito escuchar algo que me anime. De repente mis ánimos se levantan. “Tengo tantas chicas hermosas y ricas, pero ninguna es digna de mi, por eso ando dejando corazones rotos, me masturbo mirando mi foto”. Un himno a la autoestima, irónía, sarcasmo. Soy un tipo normal y en esta vida siento que a veces no solo vivo, sino que sobrevivo. “No piensen que no tengo el temple de un samurai, ni que mi cerebro es del tamaño de un bonsai, aunque se que ahora estoy en off-side, no parece pero aquí dentro tengo un intel inside”. Siempre he querido oirlo solamente, pero no puedo, siempre termino cantándolo. Estuvieron a punto de venir a Perú el año pasado, pero la baja venta de entradas del festival en que iban a participar, hizo que se cancele el show. Aún así los sigo esperando. Y ese día invitaré a mis amigos a mi enamorada y quien sabe a mi madre. Sueño con llevarlos y escucharlos decir a mis amigos “¡Muy buenos eh! ...ahora si pásame mas tracks”, a mi mamá :¡ Súbele el volúmen y a mi enamorada ”Ponte Me amo amorcito, me gusta mucho”. Adhemir Cavero
White Light/White Heat Velvet Underground, 1968 Después de liberarse de la sombra de Warhol y deshacerse de Nico, en lo que veían como una pobre unión debido a las bajas ventas del primer LP, los Velvet empezaron un largo tour en 1967 para rápidamente tener material en lo que sería su segundo intento en los estudios. Encabezados por Lou Reed, el multifacético John Cale, el útil Sterling Morrison y la andrógina Maureen Tucker estaban preparados junto al productor Tom Wilson a darle vida a su disco más representativo. Inspirados por un disco anti-belleza y por crear un contraste con el primer lanzamiento (tanto fue su enojo por la inclusión de Nico que la primera placa se lee como una obra de “The Velvet Underground and Nico”), los Velvet recuperaron su nombre y su estilo. ¿Qué representaba su vida en esos momentos? Caos. Después de la intensidad del tour, no vieron mejor manera de representar su estilo que tratar de recrear la experiencia de tocar en vivo. Pero eso llevaría problemáticas con la ingeniería, por no hablar del siempre conflicto de quien llevaba la batuta del grupo, algo que Lou Reed y John Cale no pdrían resolver, hasta el despido del segundo antes de lanzar la tercera placa. White Light/White Heat sería creado a partir de todas estas tensiones y de la necesidad de los Velvet de demostrar su furia y toda su fuerza musical sin importar si este podría o no plasmarse en estudio. Con los indicadores en rojo en la mayoría del proceso, la música fluye como el sonido incontrolable que obligaría a Wilson a salir del estudio antes de quemarse las orejas con tanta “cacofonía”. Con mayores aparatos electrónicos a su disposición y con una necesidad de improvisación que provoque esa libertad sentida en las presentaciones en vivo, la viola eléctrica y órgano de Cale destruyendo contextos rítmicos y creando propios, los contrastes de guitarra y bajo de Sterling Morrison, y la siempre mecánica Tucker con su sonido garaje de batería. Todo ello acompañando las letras ecléticas de Reed sobre transexualismo, drogas, orgías, sexo oral, lobotomía y demás desviaciones de una mente joven necesitada de éxtasis.
La canción homónima al disco nos abre este gran álbum, un viaje rock’n’rollero con un piano anarquista, seguida de la fábula de The Gift, una suerte de relato con el acento galés marcado de Cale que nos cuenta en más de 8 minutos acerca del desamor y su sarcasmo. Lady Godiva’s Operation nos lleva a un tono musical nuevamente de fúnebres experimentos con ciertos toques de delicadeza auditiva para terminar esta primera parte con Here She Comes Now, otra delicada armonía de corto alcance con un poco más de dos minutos de guitarras esperando el desenfoque. El lado B abre con dicho desenfoque I Heard Her Call My Name, una continuación de la última canción del lado A pero con mayor rapidez, énfasis y descargas eléctricas atacando todos los espacios. El disco finaliza con Sister Ray, 17 minutos de improvisación, ruido, cacofonía, descargas y todo aquello que Velvet pude introducir en una canción con tintes de violencia y furor. Aparece apaciblemente y va tomando fuerza mientras los minutos transcurren. Una distorsión de sonidos para la creación de una nueva forma de sinfonía, destruir para empezar una nueva construcción, alterar los sonidos para abrigar una nueva forma de entender la música. Una vez más la suerte en la parte comercial no revalidó sus esfuerzos, pero comenzaron un legado inigualable de la banda más influyente de todos los tiempos, con su proto-punk y su rock experimental, destruyendo antiguas reglas y logrando la originalidad que pocas bandas pueden aspirar. Jaime Morales Medina
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Shootout
“POBREZA: Herramienta para que hinquen los dientes las ratas de la evolución. El número de planes para abolirla iguala al de los reformadores que la soportan más el de los filósofos que la ignoran”.
AMBROSE BIERCE. Diccionario del Diablo.
CULTURAL C.S. Lewis y el problema del dolor
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l escritor de origen británico Clive Staples Lewis, más conocido como C.S. Lewis (1898-1939), no solo escribió excelentes libros de corte fantástico como Las Crónicas de Narnia y La trilogía de Ramson, sino también numerosos ensayos como El problema del dolor (1940) en el que aborda, desde una perspectiva cristiana, cuál es el sentido del sufrimiento y cómo puede armonizarse la existencia del dolor con la bondad y la omnipotencia de Dios. Dicho ensayo se estructura en diez capítulos. Los cinco primeros ofrecen una visión sobre la omnipotencia y bondad divina en contraste con la maldad humana. Mientras que los cinco últimos tratan del dolor en sí que es propio de las criaturas.
El Parnaso - Raffaello Sanzio
El dolor y la decadencia de la vida humana han sido patentes en todas las épocas. Las criaturas causan dolor al nacer, viven infligiéndose dolor y mueren, la mayoría de las veces, en medio de profundo dolor. Los seres humanos por ser superiores a los demás seres vivientes tenemos lo que se llama “conciencia” que nos capacita para sentir dolor. Este tiene un sentido profundo, pues lleva al hombre a preguntar sobre el significado de su vida y le ayuda a “crecer en dignidad”. A lo largo de su existencia, el hombre siempre se ha interrogado y busca afanosamente respuestas a temas como la existencia, la vida, el dolor, el amor, la muerte y Dios. En El problema del dolor Lewis lleva a cabo la reflexión sobre el sufrimiento, su sentido y su transcendencia. Con este libro ayuda al lector a comprender algo tan importante como es esta condición intrínseca de la existencia humana. Con su estilo conocido, su profunda compasión y su extenso entendimiento, Lewis ofrece respuestas a esenciales preguntas y comparte su esperanza y su conocimiento para ayudar a sanar a un mundo poco solidario. En cuanto al problema del sentido del sufrimiento, este surge cuando el dolor y el placer dejan de ser jueces últimos e 18
inapelables, cuando obedecen, como todo lo demás, las órdenes de una autoridad más alta (Dios). Cabe aclarar que para Lewis el cristianismo no es “un sistema en el que debamos encajar la compleja realidad del dolor, sino un hecho difícil de ajustar con cualquier sistema que podamos construir. En cierto sentido el cristianismo crea más que resuelve el problema del dolor, pues el dolor no sería problema si, junto con nuestra experiencia diaria de un mundo doloroso, no hubiéramos recibido una garantía suficiente de que la realidad última es justa y amorosa”. Según Lewis el único propósito del libro era resolver el problema intelectual suscitado por el sufrimiento, es decir, el dolor. Su convicción es que cuando llegue el momento de sufrir
MAMOTRETO
el dolor, ayudará más un poco el valor de afrontarlo que un conocimiento abundante acerca de él; también algo de compasión humana más que un gran valor; y el amor de Dios más que ninguna otra cosa. Como en cualquier tema, para llegar a la respuesta correcta es necesario realizar la pregunta adecuada. Por ello, Lewis escribe que “el enigma del dolor como fenómeno vital, como algo real en tanto que vivido, es el misterio de su sentido”. Y por tanto la pregunta decisiva se podría formular, pues, más o menos así: “¿Tiene sentido el dolor?”. Para dar respuesta al interrogante, el autor establece un camino lógico a lo largo de los diez capítulos en que está articulado el libro. Sitúa los límites naturales del estudio comenzando con un acercamiento a Dios, a su omnipotencia y bondad divinas, para continuar posando la mirada en el hombre y en el dolor. Profesor de literatura medieval durante muchos años, primero en Oxford y más tarde en Cambridge, C.S. Lewis también destaca entre los filólogos y ensayistas ingleses del siglo XX. Nació en el seno de una familia
fuertemente anglicana, por lo que la religión fue un asunto clave en su vida. Y aunque en la adolescencia perdió la fe cristiana y durante 20 años fluctuó entre el agnosticismo y el ateísmo, pasando por el espiritualismo mágico y el deísmo, finalmente, por influencia de algunos de sus mejores amigos, como J.R.R. Tolkien (autor de El señor de los anillos) abrazó de nuevo la fe anglicana en 1933, y se convirtió en uno de los principales apologistas cristianos modernos. Tanto sus creencias religiosas como su erudición literaria y medieval-mitológica (en especial la nórdica) fueron bases esenciales para la creación de sus primeros libros con los que se hizo conocido. C.S. Lewis siempre defendió el pensamiento independiente y la búsqueda de la verdad, y El problema del dolor, obra escrita hace ya más de siete décadas, aún se presenta como sencilla y plagada de ejemplos que bien deberíamos tener en cuenta en una época y en una sociedad como la que vivimos, tan consumista y tan hedonista. Miguel Ángel Hernández
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[Cultural]
Día mundial de la poesía
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n la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), celebrada entre octubre y noviembre de 1999, se decidió proclamar el 21 de marzo como el Día Mundial de la Poesía. Ha pasado el tiempo y ya son casi tres lustros que en diferentes partes del mundo se han venido realizando diferentes actividades poéticas con motivo de celebrar, en dicha fecha, este arte maravilloso, el cual dispone las palabras según modelos formales, en lo que atañe a su sonido, ritmo y significado, o cualquier combinación de estos tres elementos, para conseguir, en un espacio mínimo, la máxima intensidad de expresión. Desde aquella conferencia la Unesco ha desarrollado un programa de traducción de obras poéticas de vates del mundo entero. Asimismo, se planteó el retorno a la oralidad, o al espectáculo vivo. A ello se agregó la necesidad de fomentar la asociación de la filosofía y la poesía para que así vuelva a tener vigencia lo que escribió en su diario el pintor francés Eugene Delacroix: “No hay arte sin poesía”. También se sugirió restablecer el diálogo entre ella y las demás manifestaciones artísticas como el teatro, la danza, la música, la pintura, etc. y con los temas de actualidad, como la cultura de paz, la no violencia y la tolerancia. La poesía se ha constituido en una disciplina efectiva de la vida sentimental del hombre, ya que somete vivencias inmediatas y personales a la prueba de los valores perdurables. Koichiro Matsuura, ex presidente del Comité Mundial de Patrimonio de la Unesco, decía, en 1999, que “una cultura se reconoce en sus poetas porque son ellos quienes consiguen dar forma concreta a sus sueños más íntimos y a sus aspiraciones comunes. Pero la poesía es igualmente un medio incomparable para la comprensión intercultural. Su enseñanza, desde temprana edad, ayuda al individuo a formar su sensibilidad, a profundizar su aprehensión de la complejidad del mundo, a aproximarse al otro a través del refinamiento del arte y a asegurar sus pasos en el camino de la vida”. 20
La función social de la poesía, como las demás artes, no es tan solo deleitar y entretener, sino humanizar los anhelos puramente animales del hombre dándoles expresión estética y emocional. Marita López-Luaces, poeta y ensayista española, afirmó una vez que “la poesía, por ser un medio cultural y social cuya primera ‘poética’ es mantenerse al margen de los medios masivos y su explotación comercial, puede traer a primer plano lo inédito de la condición actual allí en lo que tiene demás deshumanizante”. Asimismo, si nos olvidamos de reflexionar de lo que ocurre en nuestro mundo interior, la poesía está ahí para hacérnoslo recordar, y de esa manera situarnos mejor en el mundo exterior. En la medida que se reconozca su papel social y siga siendo instrumento de despertar y de expresión de la toma de conciencia, la poesía podrá atender las necesidades existentes en el terreno de la estética. La poesía impulsa a los hombres y mujeres, pero en particular a los jóvenes, a volver a las fuentes, pues constituye para ellos un medio de confrontarse consigo mismos, ya que el mundo exterior los atrae irresistiblemente fuera de sí. Quizá en esa función social radica para muchos poetas el porqué y el cómo de la poesía desde un punto de vista histórico y racional. En nuestro país, al tan mentado crecimiento económico que dicen lo ha enrumbado por los buenos cauces del ámbito internacional,
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siempre parece que estuviéramos pasando por momentos desafortunados, sin embargo, poesía de la buena nunca nos ha faltado. Solo por poner un ejemplo, contamos con tres poetas heterodoxos, desde una perspectiva estilística propia, que son como los pilares de la poesía peruana del siglo XX. Me refiero a José María Eguren (simbolista), César Vallejo (vanguardista) y Martín Adán (posvanguardista). Sin duda Vallejo superó a sus antecesores y a los que debían de venir después de él, por eso es considerado nuestro poeta mayor, el más antologado, traducido y, por ende, conocido.
acción mundial a favor de la poesía debería tener como objetivo principal sostener la diversidad de los idiomas y dar a los que están amenazados la posibilidad de expresarse en sus comunidades respectivas. Para finalizar me preguntaba si en las regiones del interior del país las autoridades de educación y cultura leen poesía, ¿sabrán de dicha fecha?, ¿harán algo?, ¿les interesará la poesía? Ellas y toda la sociedad lectora están llamadas a movilizarse para que la poesía encuentre su lugar tradicional en la vida de la población y cumpla su vocación universal de diversidad cultural y de paz en el mundo.
La poesía tiene capacidad para mezclar con las representaciones concretas una serie de ideas puramente abstractas. Una
Miguel Ángel Hernández
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DEL OTRO LADO DE LA
CELDA(Fixión) El Primer Día de Clases
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amentablemente, lo temía llegar. La noche del domingo anterior mis padres me obligaron a lustrar mis zapatos de colegio y a ordenar mis cuadernos y libros nuevos con vinifán reluciente en mi mochila. Estaba ansioso. Las vacaciones habían terminado ya para mí, y empezar una rutina tediosa y espantosa era algo execrable para cualquier niño sensible. Al día siguiente llegué al colegio. Era un colegio franciscano que se arrogaba una “sólida educación cristiana” con ciertos pedagogos con cara de perro en cargos de dirección y que merodeaban los alrededores con insoportables aires de guardias militares. Llegué sin conocer a nadie. Un pequeño extraño rodeado de niños con rostros distintos. Hasta cierto punto me entretenía viendo sus caras. Con solo verlos un poco, fácil era imaginar sus modales y sus manías. El niño inquieto, viéndolo de lejos, se me insinuaba ya como el “travieso del salón”. Por ahí otro con cara de sabiondo no era difícil adivinarlo como el “chanconcito” del aula. Y así sucesivamente. Un sujeto de aspecto simiesco, regla en mano, hacía sonar estentóreamente un pito y conminaba a todos los infantes a formar filas.
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Cierto adiestramiento disciplinario fétido se percibía en el ambiente. Era la primera reflexión de la mañana desde un balcón y los niños abajo en el patio central escuchando la monserga de un profesor perorando sobre algún episodio de la vida de Jesucristo. Mis nervios empezaban ya a traicionarme. Estar rodeado de tantos niños me mareaba o quizá la confusión indigesta de una taza de leche y un pan con huevo. No duró mucho la reflexión mañanera afortunadamente y, luego de un ligero discurso sobre el inicio del año escolar y el himno nacional, sonó una especie de timbre mal grabado y esto nos indicaba que había que subir las escaleras para ingresar a los salones. Había un soponcio general en el ambiente. Subiendo por las escaleras, observé mi reflejo en los vidrios de las ventanas de los salones, quizá para cerciorarme que estaba aún vivo y no muerto en el ejército. Odiaba estar con el pelo corto y mi madre misma me había llevado a la peluquería para “ir como hombrecito”, según sus propias palabras. En el salón de clases olía a cera y a primer día de clases, es decir a útiles nuevos y otras cosas nuevas más. Nos sentamos como pudimos, tal
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cual llegamos y estábamos en la fila. Me parecía curioso que algunos niños hablasen como si ya se conociesen. Niños sociables, les dicen. Yo era el niño callado, de pensamientos raros y extrema imaginación. Ya instalado en mi carpeta, puse mi nombre en aquella con mi lapicerito azul, como disimulando estar ocupado. Saqué mis cuadernos simplemente para fingir no estar en la monotonía, pero mirando de soslayo a mis compañeritos de estudio. Eran demasiado alegres. Por azares del destino, dos sitios atrás mío había una bella niña de ojos marrones con el cabello más hermoso y brillante que había visto en mi vida. ¿Quién era esa niña? Más de uno estaba al pendiente de ella. Indudablemente era la niñita más bonita del salón. Con respecto a lo que me rodeaba, había cierto jolgorio desprevenido. Gritos destemplados, caos infantil, correrías en general. Comencé a sentirme mejor en la anarquía momentánea sin profesor. Hasta ese momento estaba acostumbrado a tener profesoras que llamaba Misses. Cuando aún esperaba conocer a la nueva Miss, hizo su ingreso un tipo que fungía de profesor o algo así… Hizo su aparición este tipo con unos zapatos lustrosos pero con un jean medio desteñido y con un saco con parches en la parte de los codos. Y ni bien apareció, y luego de borrar la pizarra, nos dio un sermón sobre la confianza en ser nosotros mismos y la responsabilidad ante la vida. Nada que no te diga alguien que no haya estudiado pedagogía. Nada nuevo bajo el sol. Su presencia me hizo poner un tanto nervioso cuando dijo que había venido provisionalmente a reemplazar al profesor de turno pues este había tenido un contratiempo, pero recalcando que no había permiso para salir del salón. Pero, quizá ver al niño de adelante beber constantemente su refresco de su tomatodo Milo hizo activar mi vejiga. Quería ir al baño, pero sobre todo, quería salir. Pareciera tan evidente mi nerviosismo que al acercarse la niña bonita para pedirme prestado mi tajador metálico, me preguntó: ¿Te encuentras bien? Ya ni ella podía salvarme. Aún recuerdo sus dedos asaz cosméticos sujetando el tajador. En un alarde de sagacidad me paré de mi asiento, cuando el profesor de turno sellaba unos papeles que parecían importantes en su escritorio. El salón de clases permanecía impávido. Me dirigí hacia el profesor por el extremo izquierdo del salón. Siempre me gustaría sentarme por los extremos del salón, esto es algo que corroboraría en el futuro. Siempre en los extremos. Al deslizarme por un
ala del salón, rumbo al escritorio del docente sentía la seguridad y confianza de poder salir, al menos para ir al baño y contentar a mi vejiga. Frente al profesor y sus ojos horribles, le dije con voz baja: ¿Puedo ir al baño? La respuesta fue rotunda: NO. Entonces intenté razonar con este individuo, ocasionalmente sentado allí de tutor. Le hablé acerca de la NECESIDAD de TENER que SALIR… Recordé el maldito momento desaprovechado en el cual pude ir al baño, antes de formar fila y lamenté con pánico invertir ese lapso de tiempo pensando en las musarañas. Solo movió la cabeza negativamente. Al no hallar respuesta positiva, con cierto resquemor regresé a mi lugar. Había pensando en acercarme nuevamente con alguna jeremiada inusitada para volver a intentarlo. Fue entonces que lo hice, ya instalado nuevamente en mi carpeta y en forma de protesta. Ya no resistía. Abrí mi mochila nueva de jean negro y miccioné en el interior. Sentía el chorro salpicando los cuadernos forrados y mi cartuchera de Transformers. Imaginaba la Escuela Nueva rindiéndose ante borbotones de agua tibia y contenida. Ahora sus páginas contendrían no solo la historia del Perú y del mundo sino la mía y de la urgencia mayor del acto cometido. Luego, de terminar… ¿Qué carajos había hecho? Mi mente de pocos años, con culpa y remordimiento al cabo, pensó en esto como una solución, pero… ¿Alguien se habrá dado cuenta? Haberlo hecho en los pantalones de por sí era más humillante y rochoso. Fui muy diestro en hacerlo de esa forma casi imperceptible. Sin embargo, igual pensé cómo las leyes de la física explicarían que el meado no haya traspasado las paredes de tan mochilero envoltorio. No me moví y permanecí como un héroe anónimo aquel primer día de clases. Tenía que sobreponerme a todo eso. Tenía que salir victorioso de esa primigenia experiencia. Fui el último en abandonar el salón aquella tarde. Como dice algún personaje de Ribeyro, cuando se refiere a la venganza, “juré vengarme”, pero de cada uno de mis profesores y de los encargados de la disciplina con “cara de perro” y sacos con parches en los codos. Nadie era inocente. Alguien tenía que pagar los platos rotos. Al regresar a casa, mi madre me regañó, mi padre me castigó por malograr los útiles y todo el año fui el único niño que asistió a clases con libros y cuadernos amarillentos. Lutxo D. 23
[Fixión]
Z rules
L
a otra vez nos contaste que de la revistucha Mamotreto te enviaron como reportero a hacer una entrevista a un tipo que tenía el pelo largo y hacía algo de música o entrevistas y siempre andaba con pintoras o de plásticas y gente del círculo de arte al que tu no entendías porque le decían círculo cuando en verdad querías decir por qué a “eso” le decían arte, en fin, el tipo era más conocido por aparecer en un par de cortos que luego fueron películas pero que él no salía en ellas, solo ayudaba en las líneas de algunos guiones o tal vez en alguna participó pero seguro en lo menos posible, solo salía en los cortos claro, pero siempre andaba dando vueltas por ahí. Algunos y algunas se imaginan su edad pero eso no era lo importante, también nos contaste que llegaste con R. para tomar fotos porque se puso de insistente voluntaria, ya que nunca había conocido a algún personaje de verdad yo me quedo con la escena del tipo con el que trabaja le dice que el jefe es así .. y que también el jefe es asa ... y él por esforzarse en su primer día de trabajo como practicante le pregunta: “Solo por etiqueta, cuando lo vea, ¿debo ofrecerle el culo o la bragueta?”.
(camaraman)
Bueno, continuando... y no sé cómo llegaron al sitio porque Mamotreto no tiene movilidad ni credenciales ni nada legal u oficial, pero fiel al estilo de R. porque el mérito es suyo, la entrevista salió pero… bueno no sé bien cómo interpretar eso, las preguntas estuvieron bien, las respuestas… bueno, mejor...
-Me tomó por sorpresa –te responde R. -. ¿Cómo iba a imaginar que saldría?
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Enfoco al tipo más bajo -Dicen que son de la revista Mamotreto señor. -¿Son los mamones? diles que se acomoden y esperen. El sirviente, un diminuto indio de pelo rubio, sale haciendo reverencias y aguantando las ganas de reír. El personaje deja que Julia termine de hacerle la paja y luego de ducharse sale desnudo, a saludarlos. Los ojos de R. pasan como una ráfaga por su sexo y se quedan en una pintura de Goya que no es falsa. Tú mueves las manos como si fueses a decir algo pero no encuentras las palabras adecuadas. -Lo siento - dice- creí que eran otras personas. Mientras se viste te escucho discutir. Tú regañas a R. por no haber sido capaz de hacerle una fotografía. -Era la oportunidad de tu vida –dices-. Jamás lo han retratado así, ni siquiera cuando era un don nadie aceptó hacer desnudos.
-Pero… Oh diablos, tienes razón, fue insólito. –replicas. Fijo la vista del lente en una pantalla.
MAMOTRETO
Una sirvienta les lleva las bebidas. R. está radiante, hasta diría muy hermosa. Estamos en la salita de entrevistas. Tú bebes algo fuerte que yo sé que tiene whisky, R. jugo de zanahoria. Miki (uno de sus nueve gatos) salta y se acomoda sobre las piernas del chico, él la acaricia y ella ronronea. -Ustedes se comportan como un par de novatos, el tipo de personas que mi agente odia que atienda. Su revista debe tener menos circulación que una rana aplastada en una ardiente avenida - piensa el personaje ; R. no deja de azotarme con su vieja cámara. Tú estas revisando papeles y papeles, todavía no encuentras el camino. Verlos me hace recordar viejos tiempos. Después de varios sorbos de tu Jack Daniels (eso era!), te sientes listo y empiezas. M.: ¿A qué atribuye su fama? Él: Hay dos razones posibles. Una es que jamás me ducho antes de las 10 am y la otra es que llevo dos años y seis meses con los mismos calzoncillos (R. ríe, tú estás pálido como el rastro de un caracol). M.: Leí que va a trabajar con Sean Penn y Betsy Brantley en la nueva película de los hermanos Cohen. Él: Es una especie de western contemporáneo sobre un pistolero llamado Bill Malone (que hace Sean) cuyo sueño es encontrar a Emily Dickinson y meterle el pepino mientras ella recita aquello de: “Es cosa fácil llorar, cosa breve el suspirar”. Y sin embargo, por obligaciones de ese tamaño, nosotros, hombres y mujeres, morimos. Los Cohen son tipos raros, nunca dan explicaciones. Sus guiones están llenos de silencio… En esta película nunca se sabe por qué un estúpido pistolero quiere tirarse a Emily Dickinson. Sean trató de sacarle algo, le dijo que necesitaba información sobre el tal Bill Malone y Cohen le respondió que no sabía quién demonios era ese… Y la verdad no creo que lo supiera. A ellos les importan más los vacíos entre escenas y la música, que sus malditas criaturas. Están pagado para hacer de irresponsablemente y eso lo hacen genial. M.: ¿Cuál es su personaje? Él: Soy una especie de chulo que viaja de pueblo en pueblo embaucando mujeres. Malone me odia y me persigue porque, sin saberlo, me atoré a su madre, su mujer e hija. La gracia del asunto es que los personajes se encuentran y
se hacen amigos del alma sin saber quiénes son. Al final Malone descubre que ese tipo que ama es su más odiado enemigo. M.: ¿Se considera buen amante? Él: Hijo, no dejes que esas cosas te quiten el sueño. Has ido al zoológico, ¿no? También lo hice y aprendí mucho. Vi a un macaco atorando a su hembra y a esta suspirar de gusto. He visto en las calles, de madrugada, a dos ratas copulando la mar de felices. He oído cómo los gatos hacen su infierno en el tejado. He visto a un pájaro metérselo a su pájara sin necesidad de un manual. ¿Por qué no iba a hacerlo bien yo? ¿Por qué ibas a tener líos tú? Se trata de mujeres, te aseguro que una mosca ofrece más dificultad. La mujer habla de amantes perfectos pero un amante perfecto lo es para sí mismo. Si te empeñas en quedar bien con ellas te van a dejar seco y aburrido. Por mi parte solo procuro mantenerlo erecto cuanto me sea posible y después suelto el escupitajo. Si hasta los historiadores y cajeros de banco eyaculan, por qué no iba a hacerlo una mosca. M.: ¿Qué opina de la guerra? El: Lo mismo que opino de las estufas integrales. M.: ¿Qué cosa es? -Como una cacería de liebres de la gentry. Se produce una pausa algo incómoda como el eructo de un beodo. Tal vez si hubiera recurrido a los ansiolíticos antes de la bendita entrevista. Tal vez si hubiese llamado a Mary ayer para despeinarnos y aligerarnos de ropa. Él: Hijo, parece que necesitas un respiro y yo además ya me aburrí de esta entrevista. Pero, sírvete otro trago si quieres. Yo debo seguir con la meditación zen. Salimos en silencio y haciendo la finta que tomaremos un taxi de color beige. Me queda una sensación de náuseas revoloteando y vibrando como un flujo de electrones angustiado. Llegaré a mi cuarto y me masturbaré viendo Calígula, de Tinto Brass. El siguiente Mamotreto saldrá para la feria del libro gótico y todos iremos a celebrar después a El Molinero o algún sitio fichón creyendo que escribimos para Etiqueta Negra o Der Spiegel. Coyote
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CARTAS
DE AMOR (Poética) Bruja cósmica “Estoy triste / pero no siempre estaré triste./ El sol brillará / algún día en mi puerta”. Janis Joplin
Declamó incansable los poemas de Wallace Stevens, aún sentía, como que a veces pensaba pinchazos de heroína en sus adoloridos brazos. Desconocía todo método abstracto sin haber cumplido treinta y acabó demasiado solitaria y profundamente dormida como lo deseó en su muda habitación del hotel Ladmark (Av. Franklin 7047, Hollywood. California) con pedazos de versos reventados y dibujos antidepresivos, cabellos embrollados, gráciles manos heladas, piernas exquisitas y los senos fogosos con tanta osadía. Semidesnudez ignorada por una muchedumbre harapienta derritiéndose en un espléndido juego de alfombras perfumadas. Antes de cantar con inextinguible voz desgarradora se entonaba en ginebra y brandy hasta la inconsciencia y lo hacía con todas las ganas de su alma cavernosa por esos guitarristas raros del salvaje destino que los parió; algunos confinados a la soledad, otros a la indiferencia. O quizás por esos adictos apestosos acusados de sexistas y de llevarse su “Caja de Perlas” para cambiarla por un video obsceno. Pero fue el último hijo de la euforia mediática el que recorrió su feminidad inconforme y le abandonó como los demás posesos aspirantes a malditos. Con su boca hedionda y su lengua curtida por el 26
trago también despotricó contra aquellos músicos que murieron aullando de improviso en el embiste de los vehículos descuajeringados que circularon al ritmo de un monocorde destello; en cambio para mí nunca hubo nada imperturbable. Pedí leer su corazón y me hizo tocar sus esféricos glúteos, pedí escuchar en su pecho y me mostró su espalda tatuada y mientras curaba sus brazos heridos por el uso de las hipodérmicas se escuchó en la radio una encrucijada de referencias suicidas que ella previó con aterradora exactitud hasta jactarse de su audacia y sus tropelías maniáticas,
MAMOTRETO
para luego pedir perdón, rendida de un cierto placer doloroso, encomendándose supersticiosamente a piedras esotéricas y amuletos. Echada en un negro diván carcomido por la resaca y los traumas, traspiró afrodisíacos perfumes finiseculares o reía sardónicamente por la sarta de insultos que le lanzaron. Ella bien sabe que tú fuiste el celoso guardián de los esperpénticos sueños, de esos sueños duros en los que aparecía burlona de sí misma, de esa estética chocante de maja grotesquera, esclava de los devaneos del fatalismo y el consumo. Abanderada de la gran irreverencia, se abría paso entre los tímidos aplausos de pordioseros insomnes y las críticas desaprobatorias de misóginos compulsivos, caricaturizando sentimientos propios y ajenos como los que atesoraba con orgullo inquebrantable para bailotear una mezcla ecléctica de ritmos y propuestas aberrantes, rodeada de áulicos que olían a crisopacio y a crisma. Provista de recetas médicas, le rociaron esencias naturales de extractos de rosas arrancadas de jardines galácticos. Cuando la dermatología tocó los lugares estratégicos de su anatomía ella rebasó los linderos de un consultorio y la sensibilidad de terapeutas que le miraron de través y no directo a la cara por ser lo embustero de sus rojísimos labios semiabiertos una amenaza flagrante a la fidelidad de aquellas putrefactas de celos y puritanos escándalos. ¿Cuántos amanecieron con ella sobre troquelados y húmedos cartones? O es que fueron los sórdidos resquicios de las mentes los que hilvanaron intimistas rituales inspirados en tu pasión chisporroteante y en las visiones antirrománticas con las que estaba decidida al autoflagelo y así desconectarse de la realidad llena de cabriolas después de las confesiones agridulces de los incestuosos que arrojaron un ruido de timbrazos para espabilarse. Mas evadió con la complicidad de los búhos y adrenalina de contestaría la infraestructura moral de las viejas fisgonas paradas como estatuillas ebúrneas exorcizadas de angustia. Cenó de día y desayunó de noche en las casuchas devastadas por las lujuriosas deidades oriundas de tórridos rincones y en los instantes previos a la penumbra, contagiada
de ternura, cubrió de telarañas polvorientas sus pobres hemorragias lacrimales. Es difícil creer que anduvo con los ojos vendados y cirios ardiendo cerca del cetrino resplandor, para indigentes violadores de los canarios que compró como algo vital en los supermercados quebrados por la estafa, las plagas inevitables de las moscas y los opacos febreros, mes de la amoralidad amorosa, de los petimetres a los que regaló incógnitas de contratos depurados por la lluvia salada de las guerras. Yo sé que una vez orinó afiebrada en los autos de los polizontes errabundos al sospechar que sus nombres eran seudónimos donde se ocultaron fabricantes de azarosas alegrías y famélicos de crecidas termitas. Armónica blusera ¿puede tu música servir para un prolongado ostracismo? Dama blanca del blues que se sintió una gran idiota en la ciudad del feroz sentimentalismo. “Ahora está en una mejor vida”, dicen en los escenarios rodantes y si siguiera en este mundo mandaría a la mierda a los que no entienden de depresión porque desde que ya no estampó piquitos a los pudibundos enclaustrados en sabáticas historias de premoniciones y acogotes remordimientos, ya no hubo quien empañe su caleidoscopio y fustigue sus excesos, solo quedó un abstemio que le abofeteó su rostro de incurable acné en sucios callejones que empezaban a convertirse en pedacitos de privacidad donde se exhumaron ese par de abuelos tacaños que no nos relataron los entretelones de sus aventuras demoníacas al filo de lo increíble, en un año abundante de incertidumbre y balazos a bocajarro, espirituosamente peor que una estrellita de rock, fastidiada de anfetaminas, canceló una críptica entrevista con el disc-jockey calumniador de sus blues y en ese lado asustado de nosotros, recordó pero no volvió a pedir las desconsoladas canciones de negros, desbaratadas por racistas solapados en una puesta de sol que seguía adelante por un pestilente recorrido y no saber por qué porque no siempre estará triste hasta otro día de fatalidad. Miguel Ángel Hernández
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[CartasDeAmor]
Doppelgänger
otros demonios lo han intentado y “no me llevarán a ningún lado”…
Y
a se acercaba la hora de salida, y solo ansiabas caminar por el parque y fumar un cigarrillo, te gustaba tanto estar al lado del camino, ver a la gente pasar, y tratar de adivinar qué es lo que pasaba por sus mentes, sus caras muchas veces eran un poco delatoras y quizá siempre estabas acostumbrado a verlos por el mismo camino de todos los días, verlos con las mismas personas. El hombre de traje gris, que todos los jueves llevaba puesta una corbata roja, era el clásico de todas las semanas, también había una mujer que estaba sentada en la vereda, siempre con un libro en la mano, pero nunca lo leía, “¿qué hace con un libro distinto todos los días si no piensa leerlo? ¿Dónde los deja? O bueno ¿de dónde los consigue?”. Añorabas sentir la paz de años atrás, cuando sabias que no había preocupaciones en tu vida, cuando estudiar era algo muy sencillo, cuando no debías de trabajar día a día y preocuparte de todo eso que la gente da tanta importancia “el trabajo es para aquellos que no tienen cosas que hacer… es su rutina…”, deseabas regresar al colegio y nunca llegar siquiera a la etapa de universidad.
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Y entre tantos recuerdos de anécdotas vividas, viene ella a tu mente, Amanda. Esa chica de cabello oscuro y largo que escondía su personalidad detrás de esos ojos negros y profundos que tanto te gustaban, esos ojos que hacían que tus pilares morales caigan, que tus bajos instintos se eleven, que temblaras de saber que podía hacer contigo lo que ella quisiera mientras estaba entre tus brazos, un escalofrío recorrió tu columna; sabías que no le pertenecías, pero ella se había entregado a ti aun con temor al rechazo, las cosas se dieron de la forma más natural pero demasiado rápido, la deseaste desde el primer momento que la viste, aunque supiste ocultarlo muy bien. Ella siempre actuando de manera ingenua, porque debía ser cautelosa, te soltaba cosas sin sentido que al unirlas te demostraban que te hablaba de la vida, de lo mágico que resultaba vivirla y lo efímero de cada momento, se portó de la mejor manera contigo, te dio su corazón en bandeja de plata, y lo tuviste entre tus manos, miraste tu mano izquierda y viste un pequeño órgano que latía en ella.
MAMOTRETO
Recordaste cada palabra, cada caricia, cada beso, cada vez que tocaba tu mano, el olor de su blusa en el aire, lo tersa de su piel, lo dulce de sus labios. Recordabas cada mirada, cada sonrisa y cada llanto, ella era hermosa, pero sabías que llorar la hacía ver más bella aún, nunca entendiste el porqué pero quizás era porque podías ver su lado humano, ese frágil lado que demostraba que era como tú, que también tenía sentimientos y que le dolía la vida. Cada vez que la viste llorar, la veías aún más hermosa, pero no fue así la última vez, viste sus ojos negros llenos de dolor y agonía, no era bella como siempre la hacían ver sus lágrimas. Esta vez estaba rota, escuchabas lo que te decía pero no lograbas entender palabra alguna, te reprochaba cosas en las que sabías que tenía razón y lo hacía de la manera menos cruda, no querías eso, querías que sea una mierda contigo, querías que te reproche con crueldad tus actos, para así poder sentirte menos culpable. Esperabas una respuesta, pero ella solo te miraba y corrían las lágrimas, Amanda no dijo nada más y solo dibujaba una sonrisa, una sonrisa que no llegaba a esos heraldos negros que iluminaban su rostro. Ella te amaba y sabía que odiarte solo le haría daño a ella, odiar aquello que una vez la hizo feliz, solo hacía que muriese por dentro, le daba más cicatrices de las que ya tenía, y esta vez quería que sea diferente, por eso siempre actuó así contigo de manera desinteresada y tú no lo pudiste entender, tu modo de ver las cosas no te permitía ver que solo arriesgándose, es que uno puede ganar, y puede que arriesgándote con ella no ganarías, pero esta vez eras tú quien le estaba privando de la posibilidad, no dejabas que tiente a su destino por miedo a que tú puedas salir perdiendo, “sí, te quiero pero no estoy enamorado, y sabes que no quiero hacerte daño”, sabes que le dolió oír esas palabras, porque se quedó mirando el horizonte buscando en las estrellas, esperando ver una respuesta entre ellas, porque no había modo de que ella dejara de quererte a pesar de lo que le digas, era su forma de amar, la más dolorosa quizá, la que no repara en el daño. Digas lo que digas, ella no claudicaría ante tu empeño de que te deje por su bien, te quería tal cual eras, si le habías gustado por ser libre, ella no pretendía cambiarte, ella también era un alma libre pero hubiese preferido compar-
tir esa libertad contigo, siempre amó acompañar su soledad con tu silencio… Te miró y tomó tu rostro con ternura, besó tus labios, ella sabía que este era el último beso entre ustedes, pero tú no contabas que sería el último beso que te quitaría el aliento. Abriste el papel para leerlo una vez más: “sabes cuál es el problema contigo? Eres un cobarde y no tienes coraje, tienes miedo de afrontar la verdad y decir: la gente sí se enamora, una persona puede pertenecerle a otra, porque solo así puede ser realmente feliz. Te consideras una persona libre, una cosa salvaje y te aterra que alguien te meta en una jaula. Pero, mi amor, ya estás metido en una jaula, tú mismo la construiste. Y sus límites no son los que yo podría decirte, tú trazas los límites. Porque no importa a dónde vayas o huyas, te enjaularás en tu propio ser. Yo nunca he querido enjaularte, solo quise amarte… - A “. Recordaste una vez más que ella te dio su corazón en bandeja de plata, y lo tuviste entre tus manos, esta vez bajaste la mirada a tu mano izquierda y viste un pequeño órgano que bombeaba sangre, como poco a poco dejaba de latir, el calor que emergía de él, poco a poco se fue apagando y los chorros de sangre eran cada vez más escasos, lo levantaste para examinarlo “efectivamente los corazones no son como los dibujan”, decidiste que por más que te hayas dado cuenta de que ella te pertenecía, no podías hacerle eso, a pesar de que su corazón hasta el último minuto fue tuyo, no siempre lo había sido del todo. Tomaste un fuerte respiro y cortaste la mitad de él, metiste lo que quedaba de corazón dentro de su pecho, con una aguja cerraste el corte que habías hecho, te sacaste la camisa, limpiaste tus manos con alcohol y la vestiste con pijama, la recostaste en la cama, y te acercaste a sus labios “nunca olvidaré ese olor a vainilla”. Saliste del apartamento llevando contigo el bisturí y los demás utensilios, mientras caminabas pensaste en tu pequeño trofeo “el corazón de Amanda”, lo sentías en tu bolsillo aún latir, sentías que estaba caliente, y te diste cuenta de que siempre sería así, ella te llevó consigo hasta el final, y ahora tú harías lo mismo, tendrías una parte de ella por siempre... Lady C.
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[Poética]
ODA A POIESIS How poetry comes to me Gary Snyder I Oh poesía tanta y tan impetuosa que da caza a los cazadores. Oh poesía que andas inquieta y sedienta de poseer al vate cada vez más. Tú has visto pasar miles de huracanes y de tormentas y te has mantenido enhiesta. Quién ha de quererte poesía voz de otro cuerpo, quién sino los que eliges con sabia prudencia y a los que amas de balde. Entre nieblas de error el verbo se hizo carne y sangre mientras la poesía rompía los diques de la razón y todo lo inunda... II Grito anhelado en la Noche / gemido de musa arrecha. Pálida imagen reflejada en un charco como voz lastimera de pasillo ecuatoriano. No he de perder tu lumbre lampo o lo q chucha fuera. Me gana tu embriaguez y tu devaneo sin fin. Amada. Odiada. Escupida. Garabateada. Meada. Nunca sola y recogida. Siempre ardiente. III Creo en el dolor. Creo en la desesperanza. Creo en todos los niños. Creo en mapas, diagramas, códigos, juegos de ajedrez, rompecabezas, tableros de horarios de vuelos, carteles indicadores de los aeropuertos. Creo en todas las excusas. Creo en todas las razones.
Creo en todas las alucinaciones. Creo en toda la rabia. Creo en todas las mitologías, recuerdos, mentiras, fantasías y evasiones. Creo en el misterio y la melancolía de una mano, en la amabilidad de los árboles, en la sabiduría de la luz. IV Llevo más tiempo diciéndoles a quienes no debo / que llevo el tiempo que marca la piel con veneno / sobre un cántaro que tuve / pinté miel, degüello y viento / por la ventana también miré lo que parecía el abismo o el cielo / y era la nube, con el centro lleno de arterias y venas de acero / ligera flotaba en el cielo / sus forman variaban de cerebro a cerebro / Al final, cuando desperté, / Creo / era febrero / y el cuadro de la loca me miraba / con ese lejano ojo / ruidoso / pero lento V Al canto con arena y espuma embriagante sigo en pie y a ritmo titilante, tanteando el pulso de este corazón para no desistir al filo de su misterio desafiante. El error se torna un vicio su probidad menester para condenarse, no esperes el perdón cuando se pudre en otra parte. La belleza no es al biotipo rabioso de los grandes ni a la grandeza de los pequeños mendigándote.
VI Recordé el segundo párrafo cuando la noche terminó; empecé a vestirme recordando quién era y que esta vez por la hora, por los tragos, el lugar y tantos besos no tendría excusa. Ella se despertó mostrándome su espalda y no me sonrió; poniendo en mí la esperanza de que no recordara nuestro trato ni mi nombre. -Pon el dinero en la mesa de noche – dijo. No me queda ni un centavo -mentí. En la mueca que me hizo sentí el lamento de quien fracasa en los negocios, y la esperanza de no perder al cliente. -Soy una imbécil! -le escuché. Giró sobre sí para mostrarse verdadera y completa y yo solo veía los rizos y el cabello en sus hombros. ...me miró con fuego. Me mandó a la mierda. Me la puso dura. Autores: Miguel Hernández, M. Ríos, Lutxo Desobediencia, Alex O., Michael Q., Coyote. Hecho un 21 de marzo de 2013, sacándole la vuelta al trabajo alienante y rutinario.
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MAMOTRETO
Cementerio marino (haikus) Moscas danzan sobre
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la arena que cubre restos de un pelícano.
Estrella agónica, otras guardan luto
§
en el mar de arriba.
Un cangrejo muerto
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parece blandir aún sus tenazas. § La malagua muerta no da buen aspecto
Lejos de la urbe, el rumor del río ahoga sus sollozos.
Márlet Ríos
salvo a las moscas.
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entretiempo... [Banksy]
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