JUVENTUD: ¿DIVINO TESORO?
historia cap.4
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V O L
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MARÍA DE DIOS N U E S T R A
F U N D A D O R A
H I J A S D E L B U E N P A S T O R Y D E M A R I A I N M A C U L A D A . C O M
AIRES DE JUVENTUD Como una chica normal, los años de adolescencia y juventud de Carmina, no estuvieron privados de dificultades humanas. El fervor religioso que ardía en ella, y que tan firmemente le había legado su familia, la hacían pensar en una consagración religiosa, pero la frivolidad y los mil pensamientos terrenos la separarían de ella. La niña planteó a su madre,su intención: religiosa misionera. Doña Encarnación, con el mando en la educación de sus hijos, no menos enérgica, sacó precipitadamente del colegio religioso a Carmina, había que evitar que las religiosas, fomentasen aquel impulso piadoso. Quizás esta etapa difícil es una reacción a la negación por parte de los suyos a la consagración religiosa y misionera. No lo sabremos, pero este periodo, hasta el que ella llama de "su conversión", será complicado, no sin recibir a cambio, muchas gracias de Dios, que sostenían el alma pura de Carmina, para Él y para su obra. Estampa madrileña de principios del s. XX. El Madrid nocturno de fiestas, bailes y teatro. Seguramente alguna vez bailó Carmina como en la estampa.
Ahora, es otro sin duda, el nuevo programa de vida de la futura Madre María de Dios. Sus amigas mayores, que la introducirán en el mundo de los bailes, las fiestas, tertulias y demás diversiones de la época, tendrán parte importante en su determinación por cambiar de planes. En aquellas noches, al dolor de la enfermedad de Doña Encarnación, se une ese cambio de tornas en la vida de su hija. Al morir Dña. Encarnación, Carmina queda en un estado de orfandad, dado que todos sus hermanos mayores ya habían constituido hogar. Mariano, como hermano mayor se quedará como tutor de la adolescente, la convivencia será por temporadas con unos y otros. En este plano de su juventud, y con un fuerte temperamento, dos frenos sirvieron para evitar el descenso progresivo: su sensibilidad delicada y su rechazo a la ordinariez por una parte. Pero lo que sobre todo salvó su juventud fue su religiosidad nunca abandonada. A veces iba acompañada de actitudes difícilmente conciliables, pero la gracia si se le deja entrar, siempre triunfa. Dios cuida las almas que le buscan de corazón, aunque existan momentos de incertidumbre, momentos difíciles, momentos de juventud.
grabado madrileño
PRINCIPIO S. XX
HIJAS DEL BUEN PASTOR Y DE MARÍA INMACULADA H I J A S D E L B U E N P A S T O R Y D E M A R I A I N M A C U L A D A . C O M
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