UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA Facultad de Ciencias de la Construcción y Ordenamiento Territorial Escuela de Arquitectura
ESPACIO PÚBLICO COMO CAMPO DE BATALLA
Alumna/o: Valentina Gormaz Navarro Profesores: Hernán Vergara y Carlos Bustamante Taller IX 21 dic. 2019
El Espacio Público Como Campo De Batalla A principios de octubre del año 2019 el presidente Sebastián Piñera junto con un grupo de asesores resuelven subir el pasaje del transporte metro a los ciudadanos de Santiago. Esto desencadena protestas, en un principio como forma de evasión en el mismo medio de transporte durante 3 días llegando a su clímax el 18 de octubre, día donde se inicia una protesta masiva en la mayoría de las estaciones de metro, estas se dieron de distintas formas ya fueran evasiones, disturbios, incendios, entre otros. Las protestas continúan e intensifican por un par de días y comienzan a hacerse visibles actos delictivos, brotes de delincuencias y daños a propiedad pública privada. Aquí es donde el gobierno chileno decide imponer la presencia militar para tratar de controlar y contener las protestas, desencadenando verdaderas batallas campales en las calles donde las pérdidas son materiales, pero por sobre todo humanas. La lucha se da en la calle, en las plazas, en los parques, en recintos privados como universidades o edificios gubernamentales, haciendo de estos verdaderos campos de batalla donde se enfrentan día a día policías contra manifestantes. Sin embargo, esta batalla que se da en estos momentos en Chile de manera literal se ha dado de forma más sutil y figurativa en el día a día de millones de ciudadanos. El caso de estudio del taller, comuna de Estación Central, es una zona donde la batalla se da día tras día por quienes la habitan, ya sea por sus desplazamientos, su diaria lucha por poder trabajar en el sector, el hacinamiento humano y de programas y la inseguridad que todo esto produce. La comuna en sí es un claro ejemplo de lo que sucede en la región metropolitana pero maximizado. Todos los sucesos que se nombran anteriormente se dan en distintas comunas de la capital, pero en Estación Central se dan todas y de manera desmedida. El propósito de este trabajo consiste en poner en evidencia la importancia del diseño de los espacios públicos con el fin de poder llegar, en el próximo curso, a un estratégico diseño en la comuna tomando en cuenta las distintas relaciones y fricciones que presenta este campo de batalla urbano.
El Espacio Público Para poder diseñar cualquier tipo de espacio necesitamos conocer que se ha hecho en el pasado y cómo se han resuelto las problemáticas. Es por esto que el uso de referentes es primordial. Percibimos el espacio público a veces como un vacío urbano rodeado de volúmenes, estos construidos en zonas de mayor congregación dentro de la ciudad donde coinciden encuentros de esta. Además, es aquí donde se concentrarían la mayor cantidad de áreas verdes y zonas de recreación. En su esencia el espacio público permite conectar lugares y personas facilitando la interacción entre ellas. Este espacio es la cara de entrada a una zona, es el cual nos permite definir ciertos lugares, es un elemento de percepción. El impacto que produzca dependerá de la relación que este tiene con sus usuarios. Si está degradado, con poca o nula iluminación o sin actividad nocturna se percibe como una zona peligrosa e inmediatamente se obtiene rechazo hacia él. Los edificios circundantes a este también juegan un rol en la percepción del lugar dependiendo de su uso y función además de las relaciones que tengan con el espacio mismo. ‘’Se entiende el espacio público como una “categoría puente” en la que se conectan y entrecruzan diversas dimensiones de la ciudad, especialmente lo cívico y lo político.‘’ (Nacional, 2014). Si tomamos la esencia del concepto podemos decir que ‘’es más que un simple lugar de propiedad compartida que se utiliza para desplazarse y para relacionarse” (López de Lucio 2013, p.19). La falta de una regulación en la comuna de Estación Central trae consecuencias visibles como lo son la construcción desmedida de edificios habitacionales los que por consecuencia además producen una sobre población en el lugar, esto acompañado de la nula existencia de espacios públicos en proporción con la cantidad de habitantes de la comuna genera una calidad de vida muy baja. Estación Central ocupa el puesto 79 de las 92 comunas en el ranking de Índice de Calidad de Vida Urbana (Díaz, 2018) y las principales falencias se reflejan en las condiciones socioculturales y el acceso de sus habitantes a parques y plazas. Si observamos el eje General Velásquez, específicamente su bandejón peatonal podemos notar el no uso público de este. El lugar conllevó una proyección y recursos, pero el resultado es nefasto.
Fuente: Explosión inmobiliaria en estación central (2018)
Otro espacio de uso público el cual se ve desatendido dentro de la comuna es la misma Estación Central. A pesar de que la estación funciona como un centro de arribo para miles de personas de diferentes partes del país, este tiene un mayor uso comercial. El barrio Meiggs ubicado al lado oriente de la estación genera un gran flujo peatonal el cual crea situaciones tanto de tipo permanente como esporádicas. Tanto el comercio establecido y por sobre todo el comercio ambulante producen un movimiento continuo durante el día, el cual es caótico y a esta situación, debemos sumarle los terminales de buses que también provocan un cierto caos a nivel automovilístico. La comuna de Estación central se caracteriza por ser una zona de superposición de programas y por ende también de relaciones. Encontramos aquí los programas típicos de una comuna como serían viviendas, comercio, educación, deporte y áreas verdes, pero lo que resalta en ella por sobre otras es su conexión. Como se vio en el taller la comuna posee una accesibilidad y conectividad con un gran potencial ya que posee conexiones tanto de carácter urbano como regional y nacional. En ella podemos encontrar terminales de buses, la estación de ferrocarriles y metro. Pero a pesar de estas características las cuales la convierten en una comuna con un alto índice de flujo tanto peatonal como automovilístico, además del alto grado de comercio que se desarrolla en la zona, lo cual dan a pie a un buen estado financiero y por ende debiera haber un buen uso de los recursos para potenciar aún más estas cualidades, la comuna presenta un deterioro visible. Lo podemos observar en su configuración, en el desorden que esta presenta y en la pocas o nulas áreas verdes. Campo de batalla urbano Las manifestaciones que se han producido desde octubre de este año nos dan cuenta de las múltiples facetas que posee el espacio público. Su utilización va más allá de un las conexiones o un espacio de recreación. Las manifestaciones también tienen cabida en este.
El combate urbano yace ya hace varios años donde las manifestaciones han tenido su escenario en las calles. Podemos observarlo en Maidán, Ucrania en el año 2014 donde la ciudadanía se toma la plaza de la independencia o casos más cercanos como Bolivia donde, al igual que en nuestro país se desatan los dos bandos. Los adoquines son desmontados de la plaza y sirven de armas de combate, los bancos del parque dejan de ser el asidero de la contemplación del buen vivir y pasan a ser material de hogueras, el fuego está presente como símbolo inequívoco de cambio. Las manifestaciones, sean estas pacíficas o no, dejan en evidencia la nula planificación en las ciudades para este tipo de eventos, de hecho, para ningún tipo de evento masivo. La ciudad está pensada como un mero espacio para trasladarse, llegar de un lugar a otro, del hogar al trabajo, del trabajo al hogar siendo que es el lugar donde más pasan las personas. ¿Por qué no diseñar espacio público agradable, el cual te permita desenvolverte en otro tipo de actividades? Una manifestación masiva, como las que han ocurrido en estos últimos meses, son actos de batalla en sí y a pesar de su menor escala, comparadas con la escala de la ciudad, podemos extraer distintas situaciones que nos ayudan a tener una mejor perspectiva del espacio público. Como lo que ocurrió el pasado 25 de octubre donde fue convocada la ‘’marcha más grande todas’’, que fue la primera junta masiva que hizo desde que comenzó el estallido social en Chile. Esta me dio la oportunidad de observar a la ciudad en otra circunstancia, las calles repletas, el tráfico vehicular inerte, el comercio libre (sin persecución policial), el arte desplegado por los suelos, la personas comunicándose. Toda esta libertad de que se produjo cambió completamente cuando se concentró la gente, las calles seguían repletas, al punto de no poder caminar, el comercio desapareció, los muros tomaron el arte que el suelo ya no podía, la comunicación desapareció y la multitud comenzó a desesperarse. Si el espacio público pudiese responder a las manifestaciones de todo tipo ¿podría también hacerlo para le día a día de sus habitantes? Mi reflexión me hace pensar que sí, ya que como se nombró anteriormente se considera al espacio público, en este caso en la comuna de Estación Central, como un campo de batalla diaria y si esto lo ponemos en correlación con las batallas en las manifestaciones, podríamos diseñar un espacio público dispuesto y utilizable para cualquier tipo de actividad.
Si buscamos dentro de las manifestaciones problemáticas que se den en el espacio donde estas se llevan a cabo, en este caso espacio público, podemos pensar en una o varias estrategias para poder combatirlas. Una de ellas se da en la medida de combatir la congregación o si quisiéramos llamarlo el hacinamiento. La multitud se apodera de las aceras y calles, las cuales al no poseer un diseño adecuado crean un caos donde sus usuarios quedan sucumbidos por el mar de personas. Esto afecta directamente a las personas con cierta discapacidad o mayores, los cuales se ven excluidos a la hora de manifestarse. Si se trabajara directamente con la accesibilidad universal en nuestros proyectos a nivel urbano podríamos asegurar que este tipo de situaciones no solo ocurran en los eventos masivos. Nuestras calles, como se presentó en el taller, poseen diferentes nivelaciones, microtopografías y materiales, las cuales dificultan el transitar. Esto se suma a la no planificación de cruces peatonales, por donde los cuales los habitantes deben a veces hasta correr para poder llegar al otro lado. ‘’Los pavimentos urbanos deben permitir la utilización y el uso de la vía pública exterior con total seguridad y confort para el ciudadano.’’(Garcia Campillo, 2015) La inseguridad es un factor que está presente tanto en manifestaciones como en la vida cotidiana. En las manifestaciones uno se puede sentirse seguro por el envolvimiento de la masa, pero si esta comienza a desintegrase la inseguridad actúa. Lo mismo sucede en la comuna, ya que, en zonas menos concurridas, a pesar de que estén muy próximas a las áreas de grandes flujos, la inseguridad de la soledad se apodera de los usuarios. Lo podemos observar al ver los tipos de programas que se posicionan en estos lugares, tales como prostíbulos, bares, moteles o botillerías, los cuales denotan cierto sentimiento de peligro.
‘’Marcha de los enfermos 2015’’ Fuente: El Universo
‘’Marcha más grande de todas’’ Fuente: T13
Congregaci贸n peatonal en Estaci贸n Central. Fuente propia
Percepci贸n de inseguridad en Estaci贸n Central. Fuente propia
Sobreposición planos ‘Congregación peatonal’ ‘Percepción de inseguridad’. Fuente propia
Si se superponen las situaciones anteriores se puede observar que las zonas más inseguras son las que poseen menos tránsito tanto peatonal como vehicular. Es por esto que estas son las que se deben repensar. Además, debe haber una intervención inquietudes
a de
nivel
macro
que
desplazamiento
cubra
las
peatonal,
concentración de programas y redireccionamiento de flujos.
Volviendo a las batallas urbanas y tomando en cuenta la información de los planos anteriores, podríamos definir nuestras zonas de batalla en la comuna de Estación Central. Estas son las mismas zonas mostradas en los planos, ya que poseen las características de hacinamiento, dificultad de desplazamiento peatonal e inseguridad. Entonces ¿cómo combatir estas problemáticas a nivel urbano? Comenzando con el hacinamiento surge la idea planteada en el taller mismo, donde se habló de redistribución de programas dentro de la zona, en mi caso terminales de buses en la parte central de los límites otorgados para descongestionar el centro del lugar y permitir un mejor flujo vehicular. Estos terminales se ubicarían en el subsuelo del eje General Velázquez permitiendo así un mejor desarrollo de estos. La idea de ubicarlos en una cota menor permite un mejor uso de los espacios, además nos da más opciones para trabajar las zonas superiores. Además de todo esto se había pensado en un terminal de mucho mayor escala, el cual abarcaría no solo la llegada y salida de los usuarios, sino que programas como hoteles y comercio. El desplazamiento peatonal se había trabajado solo en la zona del mismo eje General Velázquez, desde 5 De Abril hasta la calle Portales o incluso más al norte. Este contemplaba un recorrido de área verde y programas varios. Se trabajaba en la cota cero y se elevaba al llegar hacia la Alameda pasando por sobre esta para que hubiera continuidad sin el peatón tener que batallar con el cruce de la avenida.
Croquis propuesta taller IX. Fuente Carlos Bustamante
Elevarse ‘’…El valor de la elevación, tanto en términos de la capacidad de los manifestantes para elevarse a sí mismos, como de los cambios topográficos que permiten una elevación a gran escala en la ciudad.’’ (Ford, 2019). Este concepto de elevación peatonal se propone a nivel comunal, con la intención de que los habitantes sean libres de transitar por ella. El habitante será libre en términos de desplazamiento, además obtendrá una visión de sus recorridos desde otro ángulo, el superior, permitiendo un cierto dominio sobre este.
Fuente Plataforma arquitectura + intervención propia
‘’Habitar con altura de miras’’ Fuente Deladignidad
Conclusión Redistribuir los programas dentro de la ciudad nos propone una serie de consecuencias que pueden llegar a dar un cambio rotundo al uso de los espacios dentro de la misma. El instalar nuevos programas o cambiar de lugar ciertos edificios con la finalidad de producir cambios nos da una nueva visión de lo que podrían llegar a ser las ciudades del futuro, más equitativas, más justas, más libres y libres de batalla. La finalidad de estas propuestas va con esa mirada, la de diseñar ciudades más amigables tanto con los habitantes como con el entorno mismo. La redistribución programática de la comuna en conjunto con la elevación de circulaciones peatonales nos lleva directamente a combatir la inseguridad. Tanto en manifestaciones como en el día a día estas situaciones se hacen presentes y es responsabilidad de nosotros poder aportar en este sentido. A través de la mirada del uso del espacio público en las manifestaciones o batallas urbanas se pueden generar nuevas instancias de diseño, las cuales combatan las problemáticas de ambas y ayuden a crear una nueva ciudad preparada para todos y todo. las estrategias utilizadas en batallas campales dar una respuesta a las congregaciones masivas que se dan en el espacio público que ayudarán a diseñar el mismo con tal de satisfacer las necesidades diarias de los ciudadanos.
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