Apuntes Cátedra Teoría III Introducción Clase 1: 20 de marzo
Existen dos estrategias para acceder a la teoría. La primera es una mirada historicista, consiste en revisar la historia de la teoría sociológica. La segunda se denomina Sistemática Teórica y consiste en el estudio de los problemas y las soluciones a estos problemas que van surgiendo en el campo de la teoría (este curso la abordará desde esta estrategia). La teoría puede ser analizada como un ámbito autónomo en la sociología, de hecho Parsons planteaba la teoría como una variable independiente que marcaba también el desarrollo de la ciencia. En efecto la teoría tiene cierta autonomía, esta configurada como un sistema, los autores se refieren entre si…etc. Pero los focos temáticos de la teoría están orientados a dar cuenta de las transformaciones de la modernidad tardía y hay un diagnóstico de lo que representa la modernidad como proyecto histórico. Unidad I: Habermas. Representa uno de los mayores esfuerzos de reconstrucción de la teoría sociológica, al nivel de lo que fue Parsons con la “teoría de la acción voluntarista”, en efecto Parsons es importante para Habermas. El diagnostico que hace el Parsons es el de la crisis de la sociedad liberal y la incapacidad del liberalismo de hacer frente a los movimientos colectivistas. El diagnóstico de Habermas es de una crisis no solo social, sino también teórica y pretende resolver esta crisis en la teoría. Se puede hablar de dos momentos de Habermas, el 1° es una Crítica al materialismo histórico y su intento de reconstrucción, el 2° se expresa en su intento de construir una teoría de la sociedad en base a una teoría de la comunicación. Consiste en un giro de la filosofía de la conciencia a la filosofía del lenguaje, para desde esta elaborar categorías de complejidad necesarias para la comprensión. En Habermas hay un fuerte trabajo de síntesis teórica cuyo objeto es la elaboración de una teoría sociológica: “La acción comunicativa”. Unidad II: Luhmann. Diagnostica un déficit importante en la teoría, señala que las teorías han quedado obsoletas. Elabora una teoría de los sistemas sociales cuyo objeto de estudio es el sistema global con sus procesos de especialización y diferenciación. Los elementos de síntesis entre Luhmann y Habermas son diferentes pero la pretensión es la misma, elaborar una gran teoría de alcance general. En ambos hay una teoría del sistema social y también una teoría de la evolución que intenta responder a cómo cambian y evolucionan las sociedades, se trata de entender los mecanismos evolutivos; esto hace dota de gran completitud a sus teorías. Unidad III: Bourdieu y Giddens. Estos autores suponen una complejidad diferente (de menos rango). Bourdieu apuesta por una sociología que rompa con el dualismo sujeto/estructura. Primera Unidad: La teoría sociológica de Jürgen Habermas I. Trabajo e Interacción: hacia la reconstrucción del materialismo histórico Clase 2: 23 de marzo Relación entre teoría sociológica y el proyecto de la modernidad. Sabemos que existe una crítica al iluminismo, empero la teoría sociológica no es antimoderna. Por el contrario, estudia e intenta resolver las trabas que obstaculizan el pleno desarrollo del proyecto moderno. Las distintas etapas del pensamiento sociológico tienen absoluta relación con las etapas constitutivas de la Modernidad. La teoría sociológica está siempre circunscrita a un período determinado. En este sentido, la teoría sociológica contemporánea no es ajena a la etapa actual de las sociedades contemporáneas. Está estrechamente relacionada con el concepto de crisis de esta.
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Crisis como consecuencia del modelo (post años ‘30 ‘gloriosos’) que ocurre con el agotamiento del sistema. Las dos modernidades. La tesis de las dos modernidades señala que el proyecto moderno siempre contempló dos dimensiones, una de ellas es la modernidad técnica o material; se refiere a lo que constituyo la promesa del progreso y el desarrollo en términos materiales, y cuyo hito histórico fue la Revolución Industrial. La otra es la modernidad política o práctico moral; que se refiere al proyecto político que se articula en torno a la idea de la emancipación de las relaciones de dominio que se mantenían en las sociedades tradicionales y cuyo hito histórico representativo fue la Revolución Francesa. Se ha sostenido por diversos autores que en el desarrollo del proyecto moderno, que implicaba ambas promesas (progreso material y emancipación), la articulación entre estas dos dimensiones se deshace limitando las posibilidades emancipatorias que el proyecto encerraba y exacerbando el componente técnico material. La burguesía como clase triunfadora del proceso revolucionario se percata de los peligros de esta dimensión política que va siendo subordinada a la lógica técnico-material. Este diagnóstico del devenir del proyecto moderno es el punto de partida de Habermas, que se propone elaborar una teoría sociológica que de cuenta de la disociación entre estas dos dimensiones donde una queda subordinada a la otra. También elabora un diagnóstico de la teoría social planteando que hay un déficit importante en el ámbito teórico que no permite hacer inteligible el estado de disociación del proyecto moderno. La reconstrucción del materialismo histórico. El materialismo histórico resulta muy completo para Habermas pues ahí encuentra una teoría de la sociedad y una teoría de la evolución. Junto con eso le atrae la unidad entre teoría y praxis que afirma el marxismo y de la que Habermas hace gala en su condición de heredero de la Escuela de Frankfurt. Fundamentos Normativos. Según Habermas el materialismo histórico carece de un adecuado desarrollo sobre el aspecto normativo de la sociedad. Habermas aboga por una teoría que de cuenta de la relación entre lo normativo y lo material por tanto pretende proveer al materialismo histórico de aquello que carece. Su revisión arranca de una crítica a la noción de trabajo en Marx y la discusión se sitúa en tres dimensiones: -Teoría de la Sociedad -Teoría de la Evolución -Teoría de la acción. Habermas analiza esta dimensión del materialismo histórico desde la categoría de trabajo. Visón materialista, trabajo = praxis. Al afirmar la centralidad del trabajo, Marx eleva esta categoría igualándola al concepto de praxis “mediante el trabajo el ser humano transforma al mundo y al transformar el mundo se transforma a si mismo…”, “es el trabajo lo que diferencia a los seres humanos del resto de los animales” “podemos distinguir al ser humano por ser el único capaz de crear las propias condiciones de su existencia”, finalmente mediante el trabajo es posible que la especie humana se reconozca a si misma, es posible la objetivación (Tesis sobre Feuerbach). En definitiva la actividad sensible humana es el trabajo definido como una actividad práctica mediante la cual el sujeto construye mundo y lo transforma. El trabajo se plantea como la dimensión fundamental de la praxis, el trabajo es la praxis y la praxis es trabajo. El trabajo tiene dos características fundamentales: en primer lugar es una actividad conciente (reflexiva) y en segundo lugar tiene una estructura de carácter teleológica, pues es una actividad orientada a un fin. En suma la premisa de la producción material se manifiesta en el trabajo que adquiere entonces una importancia fundamental para definir la condición humana y por tanto el trabajo constituye la praxis misma. Distinción entre trabajo e interacción. Habermas considera que la identidad entre trabajo y praxis (relación entre el sujeto y el mundo) es sumamente reduccionista pues limita la praxis a la dimensión material, subordinando ésta la dimensión simbólica bajo la idea de trabajo socialmente organizado. Habermas discute esta idea recogiendo a Hegel lo que le permite platear que la identificación trabajo-praxis es insuficiente pues deja fuera la dimensión de la interacción, siendo que el sujeto no sólo toma conciencia de si mismo a través del trabajo sino también a través de su relación con los demás. La interacción comprende una dimensión (no menos relevante) de la praxis pues también constituye una forma de acción, una forma de transformar al mundo y al actor. La constitución del sujeto en el mundo implica trabajo e interacción. Esta distinción entre trabajo (promesa del progreso, avance de la técnica) e interacción (promesas de emancipación) da cuenta de las dos dimensiones del proyecto moderno que se encontrarían disociadas.
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Lo que ocurre con estas dos promesas es la subordinación de la emancipación al progreso técnicomaterial, lo mismo ocurriría en el Materialismo histórico al reducirse la praxis al trabajo. A Habermas le interesa hacer la diferenciación entre estas dos dimensiones en términos de una teoría de la acción. El Trabajo es una acción de carácter reflexivo, conciente y racional, cuya estructura es de carácter teleológico, es decir acción racional con arreglo a fines (AR con AF), por tanto comprende una acción de carácter estructuralmente instrumental, que implica una evaluación del proceso de trabajo en términos de una racionalidad instrumental. El trabajo es una relación entre el sujeto y un mundo objetivo (S-O). Esta regido por reglas técnico que dependen de un saber empírico. Esta racionalidad es lo que ha permitido los progresos materiales del proyecto moderno. En el caso de la Interacción tenemos un tipo de acción distinto. La interacción es una relación entre sujetos mediada simbólicamente (S-S). Su estructura no es de carácter teleológico sino de carácter comunicativo (lenguaje), se rige por reglas sociales (normas) que dependen de un saber práctico-moral. Dimensión Trabajo Interacción
Estructura de la acción Teleológica Comunicativa
Reglas Reglas técnicas Reglas sociales
Saber del que dependen las reglas Saber empírico Saber práctico-moral
La distinción entre reglas sociales y reglas técnicas está en Durkheim según el cual: En el caso de las reglas técnicas las consecuencias derivadas de la violación de la regla derivan del acto mismo, que se funda en un saber empírico, hay una relación analítica entre acto y consecuencia (ej: si salto por la ventana, me mato). En el caso de las reglas sociales la relación entre acto y consecuencia es sintética, y la consecuencia de la violación de la regla no deriva del acto mismo sino de la sociedad. La consecuencia no esta contenida en la regla, lo que media entre acto y consecuencia es la sociedad. Entonces Habermas plantea que las reglas técnicas que rigen el trabajo, no dependen de la voluntad de los sujetos, pues el mundo objetivo está constituido por hechos, el sujeto conoce y modifica el mundo objetivo (naturaleza) a través de la acción teleológica (trabajo). Si bien las reglas sociales también actúan como hechos (hecho social), también son exteriores y también se imponen a los sujetos, estas dependen de un saber práctico-moral cuya eficacia descansa en la validez intersubjetiva, de no existir este principio no operan. Lo normativo es fundamental para entender la dimensión de la interacción, que es parte de la praxis. El lenguaje permite objetivar el sentido de esta interacción. No estamos definidos solo por el trabajo sino también por la capacidad de regular nuestras interacciones, de coordinar nuestras acciones, lo que es posible por el lenguaje. Esto no quiere decir que el trabajo este exento de relación entre sujetos, sino que en los espacios sociales dominados por el trabajo lo que predomina y se impone es la lógica de la racionalidad instrumental, el tipo de acción predominante es la acción instrumental, por tanto podemos asimilar el trabajo a la dimensión técnico- material del proyecto moderno. En cambio en la Interacción no hay una estructura de carácter teleológico, la acción no se orienta a fines conseguidos, sino a la comunicación. Pero, ¿acaso la comunicación no persigue un fin? ¿no hay también comunicación en el trabajo?, la respuesta de Habermas a estas preguntas es que Interacción y Trabajo constituyen dos modelos de acción (algo como tipos ideales) distintos, con estructuras de carácter diferente. Para Habermas no se trata de subordinar la interacción al trabajo, ni de identificar la praxis únicamente con la interacción. Entiende que el problema teórico y social ha sido justamente dicho desequilibrio entre estas dimensiones, por tanto se propone generar una teoría que de cuenta de ambas, que aclare la relación entre estas dimensiones. Crítica de Marcuse a la técnica. Marcuse fue inspirador de los movimientos contraculturales y las revueltas estudiantiles por su crítica visión del progreso técnico. Sostenía que hay un engaño en pensar a la técnica como políticamente neutra pues la técnica encerraría un proyecto de dominación política, en la medida en que responde a los intereses de un sector de la sociedad (clase dominante). El peligro obedecía a la propia estructura de la técnica: estructura de carácter racional instrumental, cuyo fin es el dominio y la subyugación de la naturaleza, lógica que se hace extensiva a la sociedad, tal que los sujetos dominan a otros sujetos. Pero no sería posible frenar el uso político de la técnica solo en base a la denuncia, la técnica debiera ser criticada ella misma por su estructura. Para Marcuse la relación entre la lógica de la técnica y la lógica de la dominación
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implicaba entender que el incremento de la técnica no supone un incremento en las posibilidades de emancipación, al contrario sería indisoluble la relación entre técnica y dominación, ya que la lógica de la técnica es someter a la naturaleza y por ende a los individuos también. Marcuse llega a plantear que la técnica debe ser superada históricamente, que debía encontrarse otra forma de relacionarse con la naturaleza, que la técnica debía ser rechazada como forma de acción frente al mundo natural. En la crítica de Habermas a Marcuse, encontramos su visión del trabajo. Habermas sostiene que Marcuse está equivocado en su diagnóstico, la técnica NO responde a un proyecto de dominación política, menos al proyecto de una clase, si fuese efectivamente un proyecto político sería el de la humanidad toda. Para discutir esta idea recurre al filósofo alemán Arnold Gehlen quien plantea que es impensable una técnica alternativa (a la técnica = dominación) pues la técnica responde a la insuficiencia orgánica del ser humano, sería inviable un replanteamiento de la relación con la naturaleza prescindiendo de la técnica, pues ésta tiene un fundamento antropológico: necesitamos de esta para resolver problemas derivados de nuestras deficiencias orgánicas. La técnica es una proyección de ciertas capacidades de nuestra estructura corpórea que apuntan a intervenir y modificar la naturaleza (estamos dotados de manos para manipular cosas de nuestro entorno, es inherente a nuestra estructura). Renunciar a la técnica sería renunciar a nuestra condición orgánica y a innumerable posibilidades relacionadas con el bienestar y la prosperidad de los seres humanos. El problema no está en la técnica, tampoco en su estructura de acción teleológica ni tampoco en el trabajo, el problema radica en la disociación entre la dimensión material y la dimensión normativa, tenemos que analizar la articulación entre estas dimensiones. El diagnóstico de Habermas es que en la sociedad moderna se ha subordinado la estructura de acción comunicativa a la estructura de acción teleológica. (algo tendrá la acción teleológica que subordina a otros tipos de acción). Clase 3: 27 de marzo Distinción entre trabajo e interacción que Habermas propone para entender la praxis como dos dimensiones de la praxis. La diferencia entre trabajo e interacción tiene que ver con el tipo de acción o de estructura de acción. Trabajo Acción racional con arreglo a fines orientada por reglas de carácter técnico dependen de un saber empírico. Interacción Acción comunicativa orientada por reglas de carácter social dependen de un saber práctico. En cada uno de estos dos tipos de acción el modelo del actor es diferente. En el caso del trabajo tenemos un actor que se vincula con el mundo objetivo y en el caso de la interacción el actor se relaciona con el mundo social constituido por normas que regulan la interacción. La crítica de Habermas a Marcuse permite situar el sentido que tiene para Habermas el plantear la distinción ente el ámbito del trabajo y el ámbito de la interacción. La técnica no resulta superable históricamente pues la AR con AF esta inscrita en la propia condición antropológica del hombre. Esto mismo resulta aplicable al trabajo, que comprende un tipo de acción que tampoco va a ser superable históricamente, por tanto no se trata de una crítica al trabajo que busque emancipar al hombre de la necesidad de trabajar. El problema es que la praxis se concibe de una forma equivocada, no es que el trabajo sea malo en si, ni que la AR con AF sea intrínsicamente perversa, ni que las formas de racionalidad que le resultan inherentes lo sean. Institucionalización. Habermas sostiene que es necesario aclarar la relación entre trabajo e interacción. Y esa relación la va a analizar a partir de una definición de cómo cada una de estas formas de acción logra institucionalizarse socialmente y a que dan origen: Las formas de AR con AF llegan a institucionalizarse socialmente, dando origen a ordenes sociales específicos que denomina Sistemas de AR con AF (o Sistemas en general). Del trabajo, como forma genérica de acción, se generan espacios de acción articulados en base a las características que la estructura de la AR con AF tiene, (en este caso una acción de carácter instrumental que se manifiesta en el trabajo en el predominio de los componentes de tarea), espacios que se constituyen a partir del entrelazamiento funcional de las consecuencias que se derivan de la AR con AF. Ejemplo de esto: el mercado y el estado; dos ordenes sociales tradicionalmente constituidos a partir de una racionalidad de carácter instrumental o estratégico (la diferencia entre estas radica exclusivamente en si es una racionalidad que aparece en un contexto social o no, el actor actúa instrumentalmente a través de la manipulación de medios para determinados fines, si lo hace en un contexto que es social da origen a una acción de carácter estratégico donde la acción comprende el cálculo de las acciones que del otro actor, como en un juego de ajedrez). El mercado y el Estado, se institucionalizan, lo que no sólo significa que da
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origen a regularidades en el mundo social, sino que también pasan a estar reguladas por mecanismos de orden sistémico. En el caso de la Interacción estamos en presencia de un tipo de acción que es impensable si no es en términos sociales (ojo, el trabajo también esta organizado socialmente, pero desde el punto de vista analítico el trabajo, como modelo de acción, supone un actor solitario que se vincula con el mundo, este actor corresponde al actor que interviene instrumentalmente). Sin duda que se dan contextos de interacción de carácter instrumental, acción estratégica; donde el otro actor aparece transformado en un medio para el logro de determinados fines, por tanto hay una actitud objetivante por parte del actor. Sin embargo, la Interacción que Habermas esta planteando supone una acción que siempre requiere de al menos dos actores que se vinculan en términos comunicativos. En el caso de las estructuras de la interacción, debido al carácter de las reglas sociales y debidos a que su eficacia descansa en una validez que los actores le otorgan, dependen de un consenso de base que viene garantizado comunicativamente. Estas reglas que se originan a partir de la interacción comunicativa también logran institucionalizarse socialmente y lo hacen en lo que Habermas denomina Marco Institucional o Marco Normativo: corresponde al conjunto de relaciones de carácter normativo que en una sociedad logra, no solo articular un espacio de acción diferenciado de los sistemas, sino que fundamentalmente logra someter a regulación el funcionamiento de la sociedad en su conjunto incluyendo hasta los sistemas. Habermas intenta “sociologizar” el materialismo histórico, pues lo somete a una revisión similar a la que Durkheim sometió al utilitarismo. Se pregunta cuales son los fundamentos en los que descansa la operación Estado y el Mercado como sistemas autonomizados, estos soportes son de carácter normativo y son los que otorga esta institucionalización de la Interacción Comunicativa bajo la forma de Marco Institucional: particularmente el derecho y la moral. Las acciones instrumentales que se dan en el espacio del mercado requieren de un fundamento normativo, nunca hay una acción estratégica o instrumental que se de en el vacío, siempre se dará en un marco que viene dado por la institucionalización de las normas a través de las estructuras de interacción, y que opera por la vía del derecho o de la moral. Igual sucede con el Estado, la visión de Hobbes y otros autores que suponen que el Estado resultaría suficiente para garantizar el orden social ya que bastaría el ejercicio de la coacción, es ampliamente refutada por Durkheim, Parsosn y luego Habermas, quienes plantean que no es posible ya que por más eficiente que fuera en la administración del poder requiere siempre para lograr eficacia en el dominio, de alguna forma de legitimación y esto significa un sustrato normativo sin el cual no es posible la estabilización del orden social. En el caso del mercado, el contrato en si mismo es insuficiente para asegurar la estabilidad de los vínculos (vínculos de por si instrumentales), ya que se requiere también de un Marco Normativo que lo provee el derecho y la moral. En este sentido Habermas plantea que desde el punto de vista de análisis social no sólo se requiere someter a revisión la teoría de la praxis sino también el propio concepto de sociedad y según lo planteado la sociedad está siempre articulada en dos niveles; el nivel que corresponde a la dimensión instrumental o estratégica y en el nivel de la dimensión interactiva o comunicativa que se traduce en el Marco Institucional. ..Habermas se da cuenta que los sistemas que fueron resultado de la institucionalización de la AR con AF y que alcanzaron un importante grado de autonomía a lo largo de la evolución sociocultural, han sido resultado de una particular circunstancia histórica: la modernidad. Habermas entiende que la pregunta por el origen de esta distinción supone que en un principio el Marco Institucional cumplía un papel fundamental en la regulación no sólo de las interacciones en términos comunicativos, sino también una regulación de las acciones de carácter instrumental y estratégico. Las sociedades pre modernas son sociedades que descansan en este Marco Normativo, que asegura un principio de integración, que responde justamente a la pregunta de la sociología, la pregunta durkheimiana ¿qué es lo que hace posible el funcionamiento del mercado y del estado? La integración social. Pero esta integración no la produce ni el mercado ni el estado, el mercado al contrario produce fenómenos de anomia, actúa como mecanismo disruptor. La integración social proviene de un marco institucional, de un ámbito de carácter simbólico, ya que lo que permiten las reglas sociales es introducir una regulación más allá de lo que eventualmente pudiera estar contenido en la regla misma, las reglas sociales tienen una eficacia simbólica importante. Esta eficacia simbólica descansa en la capacidad que a través del lenguaje, en el contexto de interacciones comunicativas, los actores tienen para objetivar el sentido atribuido a las normas o regulaciones. Y esa naturaleza simbólica del marco institucional es una dimensión que resulta irreducible a la dimensión material que Habermas identifica en el trabajo y en general en los sistemas de AR con AF.
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Sin duda los sistemas de AR con AF también tienen un componente simbólico, los mecanismos a través de los cuales se coordinan las acciones al interior de un sistema son simbólicos (dinero y poder). Pero no es posible que el trabajo remplace la capacidad de regulación que las normas a través Marco Institucional proveen, tampoco es posible que las funciones propias del estado y el mercado, o las tareas propias del trabajo puedan ser remplazadas por la interacción comunicativa. Lo que Habermas sostiene es que son dos dimensiones de la praxis que resultan irreductibles la una a la otra. Habermas afirma que “la emancipación con respecto al hambre y la miseria no converge de forma necesaria con la emancipación con respecto a la servidumbre y la humillación, ya que no se da una conexión evolutivas automática entre el trabajo y la interacción”. Es decir lo que esta en juego son las dos promesas que la modernidad encarnaba, por una parte la posibilidad de progreso material y por otra las posibilidades de emancipación. Ambos objetivos no están vinculados automáticamente, por lo mismo es posible que se verifiquen procesos de desequilibrio en los procesos de expansión de estas dos dimensiones de la praxis, producidos por condiciones históricas determinadas, la condición que Habermas considera fundamental para entender el por qué los sistemas de AR con AF han llegado a un importante grado de autonomización con respecto al Marco Institucional es el advenimiento del modo de producción capitalista, que propicia la capacidad expansiva de los sistemas de AR con AF. Weber: a través de la relación entre capitalismo y ethos calvinista muestra cómo el capitalismo, como forma histórica de organización de la vida económica, depende en última instancia de un principio de legitimación de orden cultural. La novedad es que el capitalismo alcanza un nivel de desarrollo tal que el Marco Institucional se vuelve innecesario para el despliegue de estos sistemas de AR con AF, particularmente el mercado. La tesis de Weber sobre la perdida de libertad tiene que ver con cómo además del trabajo (que requirió de un principio de legitimación cultural), se necesitó una ética del trabajo que provino de los modelos de legitimación de carácter ético religioso que genero las condiciones que hicieron posibles la expansión del capitalismo y que a su vez actuaba como principio de regulación. En suma, gracias a que existió un respaldo normativo proveniente de la ética calvinista se hizo posible la constitución del capitalismo como un sistema. El marco institucional no solo pierde la capacidad de regulación sino que experimenta un desacoplamiento de los sistemas de AR con AF, donde en lugar de ser un estimulo a la expansión del sistema capitalista se convierte en un obstáculo. Esto es resultado de la autonomización que alcanza el sistema capitalista en virtud del principio sobre el cual está organizado: la lógica de la acumulación, que impone un principio de funcionamiento que logra satisfacer las necesidades de expansión del capitalismo sin recurrir a ningún principio de legitimación ético o religioso, el capitalismo no necesita justificación moral. Esto no significa que los sistemas de AR con AF no estén vinculados en absoluto con el Marco institucional, lo que ocurre actualmente es un desacoplamiento que vuelve cada vez más autónomos a los sistemas generando efectos que van socavando la dimensión normativa. El capitalismo termina minando las propias bases de la cultura. (Preocupación de Morandé por ejemplo: el desarrollo lleva inherente un riesgo de descomposición moral. El conflicto entre modernización y cultura o entre identidad y desarrollo, son todas distinciones con las cuales la sociología denominado esta problemática. La diferencia con Morandé es que Habermas lo plantea en términos analíticos). Diagnóstico a nivel teórico: déficit de categorías que permitan aprender adecuadamente lo que esta en juego en las dinámicas de estructuración social que han surgido con el desarrollo de la modernidad, llámese anomia, empobrecimiento cultural, perdida de libertad, crisis identitaria…etc. Junto con intentar responder a este déficit teórico por la vía de someter a revisión la teoría social, particularmente el materialismo histórico, Habermas también hace suya la pretensión parsoniana de dar con una teoría social lo suficientemente compleja para; por una parte dar cuenta de estos fenómenos, y por otra parte integrar en una misma teoría categorías propias de la teoría de la acción con categorías propias de la teoría de sistemas. Habermas cree que esta fue una tarea no resuelta por Parsons. Parsons planteaba que la acción nunca tiene lugar si no es en contextos sistémicos, es decir, la acción esta constituida en términos de sistemas, y la acción es posible en virtud de los sistemas, bajo la forma de sistemas de acción, la acción esta necesariamente vinculada a los sistemas y los sistemas son “sistemas de acción”. Para Habermas, Parsosn habría traicionada la idea original de desarrollar una teoría de la acción que simultáneamente diera cuenta de la dimensión sistémica de la sociedad y terminó subordinando todas las categorías de la acción a categorías puramente sistémicas. De ahí que Habermas también crea necesario, en este intento de reconstrucción del materialismo histórico, el integrar categorías de la teoría de la acción y de la teoría de sistemas ya que la institucionalización de las formas de AR con AF da origen a Sistemas. Al distinguir entre Marco Normativo y Sistemas de AR con AF Habermas pretende dar cuenta de la imbricación de dos órdenes sociales que se originan en tipos de acción distintos y
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que necesitan de categorías de análisis distintos; por tanto es menester una teoría social que integre ambos órdenes categoriales. Critica de Habermas al concepto de trabajo social. Toda esta reflexión de Habermas arranca de la crítica a la teoría marxista del trabajo, identificar el trabajo con la praxis sería una manera limitada y reduccionista de entenderla y de ahí la necesidad de distinguir estos dos tipos de acción como dos dimensiones de la praxis. Habermas plantea una discusión sobre el carácter social del trabajo o la categoría de trabajo en el marco del materialismo histórico, el concepto de trabajo social es discutido a la luz de la teoría de la evolución. La noción de trabajo social en el materialismo histórico ocupa un papel central dentro de la teoría. En la Ideología Alemana Marx dice: “podemos diferenciar a los hombres de los animales por la religión y por cuanto se quiera, los hombres empiezan a diferenciarse de los animales sin embargo cuando empiezan a producir sus medios de subsistenaica”, es decir, el trabajo social aparece como una premisa que es histórica y analística al mismo tiempo. Habermas se da cuenta que el someter a revisión el concepto de trabajo social obliga a revisar la teoría de la evolución y obliga a revisar toda la arquitectura conceptual del materialismo histórico. La pregunta que Habermas se hace es si ¿esta idea de Marx de que el trabajo social permite identificar el momento de emergencia de las formas sociales de vida, es suficiente o no? ¿el trabajo socialmente organizado permite distinguir al mono del hombre? Habermas afirma que a la luz de las evidencias científicas antropológicas disponibles en la actualidad no parece plausible afirmar que el trabajo permita caracterizar de manera suficiente las formas humanas de vida. Esto por que el trabajo tiene origen mucho más atrás en la escala evolutiva de lo que el marxismo supuso. El trabajo socialmente organizado aparece entremedio de las formas de organización de los primates y los primeros homínidos (ojo que no estamos hablando de trabajo como mero gasto de energía, la organización del trabajo no descansa en un principio instintivo sino en un fenómeno de naturaleza simbólica, que es justamente la regulación normativa). [ primatehomínidohomo sapiens ]. La aparición de las sociedades humanas requirió de algo distinto al trabajo socialmente organizado, y que surgió del siguiente problema; la evolución sociocultural (no la evolución orgánica) está marcada por la aparición de problemas que requieren solución, la evolución supone de procesos de aprendizaje que permitan resolver problemas de orden sistémico. Cuando los primeros grupos de homínidos se vieron sometidos a la necesidad de asegurar su propia subsistencia, es probable que haya ocurrido un proceso de diferenciación funcional que trajo consigo un problema sistémico: la integración. Es probable que estas primeras comunidades paulatinamente fueran diferenciándose en dos grupos de individuos, por una parte estaban los individuos en condiciones de participar de las tareas propias del trabajo (recolección, caza) y aquellos individuos (mujeres, niños, ancianos) que se dedicaban a tareas de orden doméstico. Problema sistémico: cómo evitar que ese principio de diferenciación diera lugar a una autonomización absoluta de estos sistemas, con el consiguiente riesgo de la desaparición de la comunidad. Lo que esto genera es una tensión entre diferenciación e integración, ¿cómo asegurar la integración de una comunidad que está diferenciada funcionalmente en estos dos subsistemas (trabajo adultos hombres/tareas domésticas mujeres y niños)? En estas primeras sociedades las forma de organización social descansa en un sistema de jerarquías de carácter unidimensional, es decir, un individuo ocupa una única posición (status) dentro del sistema y de la posición que ocupa tiene determinadas posibilidades de acción y no otras; en estos sistemas de jerarquía hay leves problemas de coordinación. En cambio en el caso de las sociedades humanas la principal novedad es que esos sistemas jerárquicos unidimensionales ya no son suficientes, y no lo son fundamentalmente por que no logran resolver el problema que esta a la base de la diferenciación funcional, un sistema unidimensional de jerarquía podría organizar adecuadamente cada uno de estos subsistemas diferenciados, pero por si sólo o en si mismo. Para resolver los problemas de integración se requiere un sistema que sea capaz de articular cada uno de estos subsistemas y que permita vincular a quien ocupa una posición en uno de ellos con una determinada posición en el otro. Lo que apareció como innovación evolutiva fue el sistema familiar, concretamente el sistema de parentesco. El sistema de parentesco posibilita la integración de estos sistemas diferenciados funcionalmente por la vía de asignar posiciones de correspondencia entre un subsistema y otro, es decir, el individuo que integraba el subsistema del trabajo a su vez ocupaba una posición en el subsistema doméstico y a su ves los individuos pertenecientes al subsistema doméstico ocupaban una posición también en el sistema productivo, no físicamente, sino que había un criterio a partir del cual se establecía un vínculo entre la posición que se ocupaba en un caso y en el otro. Ese vínculo era posible a por el sistema de parentesco (aparece la figura del padre que trabaja y que es líder de familia), un sistema que vincula a todos los individuos entre si a partir de vínculos de
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afinidad, de alianza, consanguinidad, opera con más de una dimensión, aparece un sistema de roles y son esos roles los que hacen posible asegurar la integración no obstante los procesos de diferenciación funcional. Tenemos entonces: roles y funciones económicas que se complementan con roles y funciones domésticas, a través del sistema de parentesco. Lenguaje. Lo que Habermas esta planteando es que para que estos roles se constituyan, para que el sistema de parentesco pueda operar como principio regulativo se requirió algo que antecede a todo esto: el LENGUAJE, es decir, el lenguaje es el que otorga en el marco de la evolución sociocultural, la posibilidad de poder contar con un principio de regulación más complejo que el existente en las sociedades animales. El lenguaje permite objetivar el sentido de las normas y las coordinaciones que permite el leguaje admiten mayor variabilidad que las combinaciones que admite un determinado principio químico o el instinto. Lo que el lenguaje posibilita son mayores posibilidades de experiencia de acción para los individuos. Habermas plantea que la aparición de las primeras sociedades humanas requirió de dos logros evolutivos: trabajo social con la organización familiar. En síntesis las formas humanas surgen en el momento que se combina trabajo y familia. Esto significa que el sistema de parentesco opera como el primer marco normativo que hizo posible las primeras sociedades humanas, no solo provee las regulaciones requeridas para la coordinación de las acciones en estas comunidades diferenciadas funcionalmente, sino además actúa como el principio de organización fundamental; la sociedad se organiza a partir del sistema de parentesco. Y eso implica que los mecanismos de diferenciación descansan y dependen del sistema de parentesco (las relaciones de intercambio económico, de poder, dependen del lugar que se ocupe en el sistema de parentesco) El parentesco viene a ser la primera institución que emerge en las sociedades humanas y que tiene una capacidad regulativa. Es un logro evolutivo por que es una innovación que permite resolver problemas de orden sistémicos básicos, como el problema de reproducción de la especie. Y el sistema de parentesco como logro evolutivo fue posible gracias a procesos de aprendizaje que se pueden distinguir en dos ámbitos: Procesos de aprendizaje técnico o cognitivo-instrumental Procesos de aprendizaje práctico-moral La evolución siempre supone procesos de aprendizaje. Habermas supone que, tal como los individuos, las sociedades aprenden en términos técnicos y eso se materializa en un saber técnicamente disponible, pero aprenden también desde el punto de vista practico moral, es decir, en relación a las regulaciones a las que son sometidas las interacciones entre los individuos, regulaciones que son de carácter simbólico, posibilitadas a través del lenguaje. En el contexto de las primeras comunidades de homínidos, claramente no estamos en presencia de sistemas de AR con AF, no hay aún sistema económico, ni sistema político autonomizados, como sí aparece en las sociedades modernas, y no están por que el sistema normativo, en este caso, el sistema de parentesco regula todo (intercambio económico, relaciones de poder, funciones religiosas, castigos, normas), es decir, cubre todo lo que en las sociedades modernas aparece como ámbitos funcionalmente diferenciados. Lo que Habermas está planteando es que no hay sociedad sin un sistema normativo, no hay sociedad sin norma. Las sociedades se constituyen en el momento en que emerge lo normativo, en su origen el sistema de parentesco. Primacía de la interacción sobre el trabajo. Esta argumentación le permite a Habermas afirmar la primacía de la interacción sobre el trabajo, ya que esto significa que para que el trabajo pueda asegurar la reproducción de la especie se necesita un marco normativo que haga posible esa organización del trabajo. Hay un desequilibrio evidente dado por la expansión de los sistemas de AR con AF, y esto significa poner en riesgo la propia estabilidad de los mismos sistemas. La paradoja es que aunque estos sistemas alcancen grados importantes de autonomía, nunca serán capaces de asegurar por si mismos su propia reproducción, siempre requieren de un anclaje en el Marco Normativo, lo que significa que los procesos de aprendizaje en el plano técnico requieren también de los procesos de aprendizaje en el plano práctico moral. Las innovaciones técnicas no pueden implementarse si no es en la medida en que la sociedad asegure previamente un nivel superior de integración social y esto implica, contrariamente a lo que el marxismo había sostenido, que en el proceso evolutivo, quien lleva el peso de las transformaciones son las innovaciones a nivel de las estructuras normativas. Fuerzas productivas/relaciones sociales de producción. Marx planteaba que las fuerzas productivas avanzaban hasta verse impedidas por que las relaciones sociales de producción no logran regenerar las condiciones para continuar por la senda del progreso y de ahí la necesidad de una transformación de esas relaciones. Como si las fuerzas productivas estuvieran siempre a la vanguardia, tirando de las relaciones sociales de producción. Habermas plantea que se daría al revés, son las relaciones sociales de producción, particularmente las estructuras normativas,
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aquellas que hacen posible el avance de las fuerzas productivas, son la condición de posibilidad para la implementación de las innovaciones técnicas.
Clase 4: 29 de marzo ¿Cómo llega a surgir el parentesco, cómo aparece una institución capaz de regular ámbitos de acción diferenciados funcionalmente? Referencia a la base del proceso de hominización: Respuesta durkheimiana. El origen de lo normativo es de carácter pre discursivo, las normas sociales (en el mundo tradicional) se hallan fuera del discurso. La respuesta a las preguntas por el origen son simplemente conjeturas. Pareciese poco probable que el sistema normativo haya surgido en el minuto cero en que aparece la sociedad de homínidos, tampoco es probable que fuera el resultado de una actividad reflexiva conciente. El sistema normativo surge de los propios desafíos de la evolución y es posibilitado a través del lenguaje que es lo que marca la diferencia respecto de otras sociedades animales, el sistema normativo emerge de la Interacción. Surge espontáneamente por la necesidad de adaptarse al entorno. El sistema normativo emerge de la interacción. Son pocas las teorías sociológicas que contienen una teoría de la evolución, en general el tema ha sido competencia de la antropología. Rene Girard, filósofo francés, aborda tema de la evolución, se trata de volver a hacerse la pregunta por el hombre como especie (desarrollo del proceso de hominización). En su teoría mimética plantea que hay dos conductas que se encuentran en la génesis del proceso de hominización: el deseo y la apropiación. Para Girard el deseo humano se configura gracias a los deseos de los demás y propone el concepto de Mimesis de apropiación, es decir, el deseo por poseer lo que otros poseen. Cuando un objeto de apropiación es disputado por dos o más individuos se genera inevitablemente la violencia y el conflicto. En los animales esta violencia se resuelve por el establecimiento de un orden jerárquico que regule el acceso a los objetos de deseo que pudiesen generar una crisis. Girard plantea que en el origen hay una crisis mimética real: violencia que se desata a partir del objeto de apropiación que en definitiva puede ser olvidado y transformarse en obsesión recíproca de los rivales y una vez que aumenta el numero de rivales los antagonistas tienden a escoger el antagonista del otro, en suma, hay una situación de indiferenciación (homogeneización), que se expresa en violencia desatada. El ciclo de la violencia mimética opera según el siguiente patrón de desarrollo: un objeto de deseo desata la crisis, luego este pasa a segundo plano y simplemente hay violencia, luego la violencia se vuelve aleatoreamente sobre uno de los individuos implicados en la mimesis (el chivo expiatorio suele ser la víctima menos vengable), se produce una muerte de carácter sacrificial y el asesinato viene a reestablecer el orden social. Tal restauración del orden perdido se le atribuye a la víctima la cual es sacralizada y tanto el recuerdo de la violencia como el fin de la misma quedaran conservados, aunque velados, bajo los ritos, los mitos y las prohibiciones. La institucionalización de lo sagrado emerge como una salida a la crisis mimética real. Bajo esta visión el origen de lo humano está marcado por un hecho poco decoroso: un asesinato arbitrario. Estaríamos constantemente amenazados por el ciclo mimético. No es que alguien lo haya planteado, fue el resultado de un fenómenos espontáneo, no discursivo. Fenómenos de autoorganización a partir del caos y el desorden. Para Girard la sociedad está fundada en la violencia, “violencia de lo sagrado”. Habermas tiene un planteamiento más racionalista en la materia, supone que en materia de regulación (Marco normativo) hay procesos de aprendizaje. El sistema normativo surge de las estructuras de interacción. Arnold Gehlen también ahonda en las condiciones antropológicas que explican la emergencia de lo normativo. Antropológicamente buscaríamos evitar el desorden. El caos se expresa en la experiencia del sujeto frente a la contingencia, situación que le provoca una tremenda angustia pues la contingencia provoca incertidumbre. Por tanto el origen de lo normativo sería una respuesta a esta angustia, donde son las instituciones las que reducen la complejidad y nos permiten manejarnos en la contingencia. La constante antropológica para este autor es el temor al
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caos y las instituciones resuelven este problema real. Los sistemas normativos tampoco surgen en el nivel discursivo sino de forma espontánea. En el origen también tenemos un fenómeno caótico. Para Habermas lo normativo surge en el proceso de evolución gracias a un logro evolutivo: el lenguaje y el trabajo, que son más antiguos que la sociedad, WTF son condición de posibilidad de la sociedad. El proceso evolutivo está siempre sujeto a la contingencia y son las condiciones contingentes las que van generando problemas que la sociedad tiene que resolver. La sociología busca explicar cómo la sociedad ha ido resolviendo los problemas y cuales han sido las consecuencias de tales soluciones. Habermas supone que los procesos evolutivos no dependen de una ley histórica, señala que hay estructuras antropológicas que definen dos tipos de acción humana: la Acción técnico-instrumental, y la acción comunicativa (ambas tendrían un fundamento antropológico). El Marco normativo está asegurado por la interacción. Habermas busca desentrañar cómo estas estructuras de interacción influyen en el desarrollo de la evolución socio cultural. Analogía entre ontogénesis y la evolución sociocultural. La clave evolutiva no se encuentra en el desarrollo de las fuerzas productivas sino en las relaciones sociales de producción. Habermas estudia los procesos de evolución desde la psicología evolutiva (Piaget y Lorenz Colbert), parte del supuesto de que los procesos de cambio que se producen en el individuo (desarrollo ontogénico) tienen su contraparte en la sociedad (evolución socio cultural). El desarrollo ontogénico descansa en la base de los procesos de aprendizaje; el niño va aprendiendo y aprende, entre otras cosas, a vincularse con los demás. Hay una racionalidad que permite el aprendizaje el cual se traduce primero en innovaciones de orden práctico moral y luego en innovaciones técnicas. El proceso de aprendizaje del niño tiene su contraparte en la sociedad. Los cambios de una sociedad a otra son posibilitados por procesos de aprendizaje en el plano práctico moral y no por las innovaciones técnicas. Las estructuras de interacción proveen de una tipo de racionalidad tanto o más útil que el saber técnico-instrumental. Lorenz Colbert estudia el desarrollo de la conciencia moral, que experimenta una evolución desde el nacimiento hasta la muerte, pues la conciencia moral es resultado de procesos de aprendizaje. Define tres etapas de desarrollo: 1.- Pre-Convencional: el niño puede evaluar la acción en virtud de posibles recompensas o sanciones. Son situaciones contingentes las que determinan uno u otro comportamiento frente a una norma. Este es el nivel más bajo de moralidad. 2.- Conciencia Convencional: los criterios a partir de los cuales se evalúa moralmente una acción se vuelven más abstractos. El adolescente respeta la norma, no sólo por temor al castigo, sino por que la reconoce como válida. 3.- Post-Convencional: moral que se orienta por principios de carácter universal y por tanto de un nivel de abstracción aún mayor. El adulto se orienta por valores. Partiendo del supuesto de que es posible homologar la ontogenia y la evolución socio-cultural, Habermas cree que estas etapas tienen su equivalente a nivel social en la estructura normativa. Pero las sociedades no son un macro individuo, no es la sociedad la que aprende, los que aprenden son siempre los individuos que la componen, lo que ocurre es que dicho aprendizaje es aprovechable socialmente. La contingencia está en las condiciones iniciales para cada respuesta evolutiva, lo que resulta de lo contingente no es lo “necesario”, hubo otras alternativas, otras salidas a los problemas que la contingencia presentaba. Clase 5: 03 de Abril La acción comunicativa no se opone de acción de carácter teleológico, la acción comunicativa aparece opuesta a la acción de carácter estratégico y las diferencias entre estas no radican en que una tenga componentes teleológicos y la otra no. La acción comunicativa sin duda tiene componentes teleológicos, cuando actuamos orientados a búsqueda del entendimiento tenemos objetivos claros, las formas de acción coordinadas a través del entendimiento son acciones que tienen una estructura de carácter teleológico. No se trata de someter a una crítica demoledora a la acción teleológica o a la racionalidad instrumental, ya que esto no significa intrínsecamente un problema. El problema está en la relación que se ha establecido a lo largo de una determinada
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trayectoria evolutiva entre las formas de racionalidad técnico-instrumental y las formas de racionalidad comunicativa. Para Habermas este problemas se expresa teórica y socialmente: en primer lugar esta relación aparece teóricamente poco clara, en la teoría social y particularmente en el materialismo histórico la interacción figura como una dimensión de poca importancia, lo normativo aparece reducido a las superestructuras que cumplen funciones de carácter ideólogo. Y en segundo lugar, la propia trayectoria de la modernidad ha significado una expansión de los sistemas de AR con AF, generando espacios cada vez más desubjetivados, siendo el mercado el caso más emblemático. La AR con AF no significa un problema per se sino que aquellos sistemas adquieren tal grado de autonomía que van socavando el Marco Normativo el que aparece subordinado a la lógica que imponen estos sistemas, esto significa poner en riesgo la sociedad y la propia supervivencia de los sistemas, ya que siempre debe existir algún fundamento más allá de lo contractual. Justamente la situación de crisis de la modernidad tiene que ver con como la trayectoria que ha seguido ha significado un socavamiento sistemático del marco normativo, que permiten regular el funcionamiento de los sistemas, en ultima instancia es lo intersubjetivo, las normas constituidas intersubjetivamente lo que da sentido a una sociedad. (TAC escapa de esta posición màs conservadora, añade la capacidad de crítica y por lo tanto la de evolución en terminos de racionalización.) Acción Comunicativa Interacción AR con AF Trabajo Para Habermas esta distinción es concreta, empírica, “en una empresa uno no tiene derecho a ser persona” (Maturana), las relaciones de trabajo subordinan a las relaciones sociales. No es una distinción puramente analítica, son dimensiones concretamente separables, no se puede interactuar comunicativamente y trabajar a la vez. La distinción entre los componentes teleológicos y los componentes comunicativos en los distintos contextos de acción responden a una distinción de carácter analítico. La sociedad se constituye a partir de la institucionalización de estas dos formas de acción, la AR con AF y la acción comunicativa, estos dos tipos de acción dan lugar a dos ámbitos en la sociedad diferenciados concretamente, uno de esos ámbitos son los Sistemas y el otro es el Marco Normativo (mundo de la vida). No confundir, los sistemas no son instituciones, son Sistemas y lo que hacen es coordinar acciones racionales con arreglo a fines orientados al cumplimiento de determinadas funciones con alto grado de especialización. Así mismo el Marco Normativo o Institucional no es un sistema (Luhamann supone que el mundo de la vida si es un sistema), cuya principal diferencia con los sistemas es que depende fundamentalmente de las propias orientaciones de acción los sujetos, mientras que los sistemas pueden prescindir de esas orientaciones de acción, es decir, pueden prescindir de una integración de carácter social, el marco normativo al contrario, es lo que asegura la integración social. La política, la economía o el mercado sin duda pueden prescindir de los sujetos capaces de orientarse recíprocamente, el mercado no necesita de nuestro consentimiento para poder operar. Como resultado de la evolución sociocultural surgen sistemas de funciones, la autonomización de estos sistemas asegura la resolución de ciertos problemas (ej; Sistema económico). Sin embargo esa especialización trae consigo el problema de la integración. La diferenciación funcional que resulta eficaz para la solución de problemas genera otros como la desintegración social. Habermas (que recibe una importante influencia de Parsons) plantea que los cambios evolutivos se producen como soluciones a ciertos problemas y esas soluciones provienen de la capacidad que tienen los individuos de aprender. El aprendizaje práctico-moral se traduce en estructuras normativas y el aprendizaje técnico se traduce en el desarrollo de las fuerzas productivas. Habermas propone que primero resolvemos los problemas de convivencia y luego los problemas de carácter técnico. Podría pensarse que este planteamiento es arbitrario, pero Habermas supone que la relación S-S es primaria y la relación S-O es secundaria. ¿Qué ocurre cuando hay un cambio en el modo de producción? Marx el motor de la historia es el incremento de las fuerzas productivas, y la lucha de clases. Habermas relaciones sociales de producción; procesos de aprendizaje práctico-moral. Sólo en el momento en que las sociedades pueden regular sus conflictos socialmente están en condiciones de resolver problemas de carácter técnico. Son las estructuras normativas las que hacen plausible el saber técnico. La integración es condición de posibilidad para las soluciones técnicas en el trabajo.
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La reconstrucción del materialismo histórico. Habermas se replantea dos supuestos del materialismo histórico: 1.- La dialéctica entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción La expansión de las fuerzas productivas a diferencia de lo que Marx suponía no es determinante desde el punto de vista de la evolución sociocultural. Lo que hace la expansión de las ffpp es actuar como un mecanismo generador de problemas, que requieren de soluciones que emergen desde las estructuras normativas o de las relaciones sociales de producción y son soluciones que requieren de innovaciones evolutivas, es decir, “respuestas nuevas para problemas nuevos”. Esas soluciones (conocimiento técnico) solo pueden ser aprovechadas si la sociedad alcanza un nivel de integración mayor. No es que las relaciones sociales actúen pasivamente adecuándose a la expansión de las ffpp como lo planteó Marx, para Habermas el motor fundamental se encuentra en el marco normativo y descansa en el saber práctico moral. 2.- Relación entre infraestructura y superestructura Habermas plantea que en el materialismo histórico se ha confundido la infraestructura (base) con la economía siendo que estas coinciden sólo en el capitalismo. El marxismo asume que la base domina la superestructura. Para Habermas es necesario que el concepto mismo de modo de producción de remplace por Principio de Organización: “Entiendo por principios de organización aquellas innovaciones que son posibles a través de estadios de aprendizaje reconstruibles según la lógica del desarrollo y que institucionalizan un nuevo nivel de aprendizaje de la sociedad”. La sociedad organizada a partir de un principio (por ejemplo el parentesco). El principio de organización actúa como delimitación de posibilidades, es el núcleo integrativo que provee de las soluciones. Lo que cambia de un Modo de producción a otro son las formas de integración social, de hecho existen investigaciones que demuestran cómo los cambios en los normativo permiten el surgimiento de innovaciones técnicas.
Problemas sistémicossobrepasan la capacidad de dirección del sistema de parentesco Proceso de aprendizaje evolutivo explica el cambio hacia una forma nueva de integración social.
“La implantación de un nuevo principio de organización significa el establecimiento de un nuevo nivel de integración social. Esto permite la aplicación de conocimientos técnicoorganizativos ya existentes, es decir, una intensificación de las fuerzas productivas y una ampliación de la complejidad sistémica. En lo relativo a la evolución social los procesos de aprendizaje cumplen una función de adelantado en el ámbito de la conciencia práctico-moral”. Procesos evolutivos aprendizajedesarrollo de competencias. Aprendemos cómo intervenir el mundo Aprendemos a regular la interacción con los demás. La moral no es un tema que quede a cargo sólo de filósofos, es fundamental pues ahí reside la clave evolutiva, la evolución supone la aparición de nuevos principios de integración. Hay una preeminencia de lo simbólico (Normativo) sobre lo material. Habermas modifica la interpretación marxista de los procesos de cambio, integra a Marx y a Weber en una única teoría de cómo se pasa de un modo de producción a otro y de cómo llega a surgir el capitalismo. Lo normativo no es reflejo de la base económica. Tampoco aporta el planteamiento de que existe una relación dialéctica entre ambos, lo interesante es el desarrollar la dimensión normativa en una teoría como el materialismo histórico.
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Clase 6: 04 de Abril II. El giro lingüístico y el problema de la intersubjetividad Habermas llega a la conclusión de que se requiere un análisis de las estructuras que regulan la interacción, es decir, una teoría de la comunicación. El “giro lingüístico” se asocia al punto de inflexión en la filosofía donde se pasa de una filosofía de la conciencia del sujeto a una filosofía del leguaje, con esto se intenta hacer del lenguaje un elemento fundamental del análisis. Hamann (1730-1788), Herder (1744-1803) y Humblodt (17671835) son los representantes de la filosofía alemana del lenguaje. El giro lingüístico supondría que nuestra relación con el mundo es inconcebible sin la acción mediadora del lenguaje El primer referente del giro lingüístico sería la obra de Hamann (contemporáneo a Kant) quien formuló una crítica a la concepción que Kant tenía del lenguaje. Kant, al interrogarse sobre la razón olvida el elemento más importante de las capacidades de la razón: el lenguaje, es ahí donde reside la capacidad de la razón. Kant sería heredero de una tradición filosófica (Aristóteles) donde el leguaje se concibe como un instrumento que media entre las cosas externas y las cosas internas del alma. Hamman plantea que el lenguaje no es un mero instrumento, el lenguaje no es una mera herramienta que nos sirva para comunicar los objetos que existen en el mundo con independencia de él; muy por el contrario, tiene un papel constitutivo, el lenguaje constituye la experiencia, no hay objetos pre-lingüísticos. Es imposible purificar la razón pues “éste es el único y primer criterio de la razón”. La capacidad de pensar descansa en el lenguaje. El lenguaje está enraizado histórica y culturalmente. La razón es posible en virtud del lenguaje, ya que éste es el principio de diferenciación que opera culturalmente, esta diferenciación opera como un límite, delimita tal como lo hace la norma que al limitar no sólo prohíbe sino también construye. Estas distinciones posibilitan el razonamiento. La filosofía debiera detenerse en el lenguaje y en las posibilidades que otorga. Humboldt (el de mayor influencia para Habermas) se distancia de la anterior concepción del lenguaje en 3 puntos: 1.- Rechaza la concepción del lenguaje como un instrumento para designar objetos dados con anterioridad al lenguaje. No habría objetos pre-lingüísticos, si algo no existe en el lenguaje no existe para nosotros. Entender al lenguaje como constitutivo del mundo implica entender que cuando comenzamos a hablar de algo pasa a tener una experiencia en el mundo, el lenguaje crea realidad (como lo planteo Huidobro). Nuestra experiencia está mediada por el lenguaje. 2.- Afirmación de la identidad entre pensamiento y palabra. Para Humboldt no hay “razón pura”. 3.- Idea de que el lenguaje cumple una función de apertura al mundo, el mundo es como el lenguaje lo muestra. Cada lenguaje representa una perspectiva del mundo, nos permite observarlo de una forma particular. El lenguaje cumple una función de lectura del mundo, supone un conjunto de distinciones que nos otorga posibilidades de acción. El lenguaje no sólo NO se limita a una función instrumental, está lejos de tener un carácter pasivo en nuestra relación con el mundo. Para Humboldt el lenguaje es fundamentalmente actividad; no es sólo logos sino también praxis: tiene la capacidad de construir y modificar la realidad. Es Humboldt quien afirmando la idea de lenguaje como actividad realiza el giro lingüístico. Humboldt plantea la existencia de una doble dimensión del lenguaje:
Dimensión cognitivo-semántica: dimensión referencial del lenguaje, posibilidad de hacer referencia a objetos mediante el lenguaje. Dimensión comunicativa-pragmática: el lenguaje como actividad supone la participación de al menos dos sujetos capaces de lenguaje, constituye un proceso dialógico, supone la presencia de un interlocutor. La manera de analizar el lenguaje es en su dimensión de diálogo.
El lenguaje se organiza mediante el uso de pronombres personales. El rasgo distintivo del lenguaje es su intersubjetividad, ya que sólo se desarrolla en sociedad, el lenguaje presupone la presencia del otro. No hay lenguaje en abstracto.
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Humboldt intentó mostrar el este intersubjetivo del lenguaje a través de un análisis de los pronombres personales, lo que le permitió demostrar la primacía que lo intersubjetivo tiene sobre la relación sujeto-objeto. La constitución del pronombre el supone previamente la constitución del yo y del tu. “La palabra tiene que cobrar esencialidad en el oyente”. La distinción fundamental entre yo y tu corresponde a la función apelativa del lenguaje, función que demuestra el carácter intersubjetivo que tiene; “esfera de la acción realizada en común”. La relación S-O es secundaria, presupone la anterior relación S-S. El lenguaje constituye el fundamento de la intersubjetividad y a su vez ésta es lo que hace posible a toda objetividad. Habermas aborda desde el lenguaje la pregunta por lo social. Husserl se pregunta ¿cómo evitar caer en el solipsismo 1?, se argumento descansa en: 1.- La tesis general del altere ego; desde el punto de vista fenomenológico estamos guiador por una actitud natural con la que nos enfrentamos al mundo, no nos aparece como problemático, sino que participamos directamente de él, es decir, tenemos una experiencia inmediata del mundo. Esto se debe a que sabemos por “sentido común” que las cosas sucederán como siempre. Si el mundo fuese aleatorio seguramente nos volveríamos locos. El sentido común que resulta de la experiencia que del mundo tenemos, se va sedimentando en esquemas interpretativos que nos permiten transformar lo desconocido en conocido. Los acontecimientos del mundo son improbables, pero aún así, tenemos una actitud natural en la vida, ya que hemos absorbido esos esquemas interpretativos. Schutz señala que se requiere romper con la actitud natural, pasar de la experiencia a la reflexión. Reflexionar implica problematizar el mundo lo que supone un quiebre con la experiencia ordinaria. Los quiebres permiten llevar al plano de la reflexión, lo que hasta entonces era pura experiencia, actitud natural. Considerando esta distinción es posible demostrar el carácter intersubjetivo que el mundo tiene. 2.- Reciprocidad de perspectivas: tomamos conciencia de nosotros mismos en un tiempo pretérito, por que el flujo de conciencia debe interrumpirse para tomarnos como objeto de pensamiento. Primero experimento al otro, como un alter ego (presente) y luego me experimenta a mí como ego (tiempo pretérito). Experiencia del alter ego; flujo de pensamiento que puede ser experimentado en su presente mismo por medio de mis propias actitudes que son simultáneas. Sin un acto de reflexión participamos en la simultaneidad viva. Lo que la fenomenología está afirmando es que hay una experiencia original, que es la experiencia que tenemos del alter ego. Que el nosotros se constituye antes que el yo, lo primario está en la relación intersubejtiva, luego podemos tomar conciencia del yo. Clase 7: 10 de Abril Fundamentación de la fenomenología al problema de la intersubjetividad. La crítica de Habermas a la fenomenología Habermas va a hacer dos críticas a Husserl: 1.- Husserl plantea que “puedo ponerme en la perspectiva del otro y entender que me experimenta tal como yo a él”. Habermas discute este argumento. Se pregunta cómo, dentro de todos los objetos posibles, un sujeto llega a la conclusión de que aquellos dotados de conciencia son los iguales a mi. Sólo puedo suponer que hay una conciencia encerrada en esa corporeidad que se asimila a la mía; este supuesto de la fenomenología, sería insuficiente para explicar el carácter intersubjetivo del mundo social. 2.- Lo único que Husserl puede demostrar es una comunidad de monadas aisladas, donde no hay intersubjetividad, lo que da origen a una idea de comunidad que descansa en cada uno de esos yoes aislados, con lo que la experiencia intersubjetiva no logra ser explicada. Al describir un sujeto que piensa al mundo, y como resultado constituye al otro como un sujeto conciente y reflexivo, se puede suponer que hay otras conciencias con las que comparto tiempo y espacio, pero no se tiene la certeza de que todo eso no sea más que un invento de la mente.
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Solipsismo es la creencia metafísica de que sólo existe uno mismo, y esa existencia sólo significa ser parte de los estados mentales del propio yo - todos los objetos, personas, etc, que uno experimenta son meramente partes de la propia mente.
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Habermas plantea que la salida al problema de la intersubjetividad es asumir el giro lingüístico. Propone una teoría de la comunicación, pues la comunicación da cuenta de un vínculo entre conciencias que no puede ser un simple supuesto, el lenguaje presupone el carácter intersubjetivo del mundo social. Por tanto a una teoría de la comunicación le resulta más fácil demostrar la intersubjetividad que a la filosofía de la conciencia. Podría plantearse que quizás también podemos imaginar que comunicamos a otros, pero si se establece la comunicación con ese alguien no cabe lugar a dudas de que ese alguien existe. El lenguaje permite analizar la intersubjetividad sin necesidad de un modelo como el de la fenomenología, el cual se basa en meros supuestos. Habermas plantea el lenguaje como piedra angular de una teoría de la sociedad, con lo que en cierto modo abandona el materialismo histórico para emprender una teoría de la comunicación. Rescata la tradición analítica de la filosofía del lenguaje. Wittgenstein (Círculo de Viena) encontramos dos etapas en su filosofía: 1.- Un esfuerzo en el marco del positivismo lógico por dar con un lenguaje que permita a la ciencia construir enunciados (en términos lógico matemáticos) con suficiente rigor. En esta fase Wittgenstein está interesado en el lenguaje desde el punto de vista del orden lógico que este tiene, el lenguaje supone un conjunto de principios, de reglas. 2.- Hay un segundo momento en su teoría sobre los juegos del lenguaje. Wittgenstein llega a preguntarse ¿cómo podría codificarse un gesto, cómo traducirlo a un lenguaje lógico matemático? Luego presenciando un juego para a pensar en las analogías entre juego y lenguaje. Estos dos hechos marcaron a Wittgenstein quien luego va a plantear que el lenguaje debe ser considerado en términos de su uso. Resulta menos relevante un análisis lógico del lenguaje que un análisis sociológico de los usos del lenguaje, más que las reglas del lenguaje importa el uso que de éste se haga. La pregunta por el significado no puede ser contestada sino atendemos al uso, a los significados compartidos. La analogía entre el juego y el lenguaje se funda en que:
Ambos funcionan con reglas; por una parte, los jugadores deben desarrollar ciertas competencias en el manejo de las reglas del juego; análogamente, para hacer uso del lenguaje deben desarrollarse competencias lingüísticas que permitan formular enunciados adecuados desde el punto de vista pragmático. En ambos casos existe un consenso tácito sobre la legitimidad de las reglas. El carácter consensual de las reglas da cuenta del carácter contingente que tienen, las reglas son susceptibles de modificación por que no vienen dadas naturalmente.
La teoría de los juegos del lenguaje destaca dos cuestiones de importancia para Habermas: 1.- La idea de“comunidad de lenguaje”, hay consenso de fondo que permite actuar comunicativamente, el intercambio lingüístico da origen a una interacción comunicativa. Este tipo de acción se va sedimentando, se va formando habitus, esto expresa el poder constitutivo del mundo propio del lenguaje. 2.- Wittgenstein retoma la distinción que hace Humboldt entre usos del leguaje en términos cognitivos y en términos comunicativos: Uso cognitivo: el lenguaje permite hacer referencia a cosas que hay en el mundo. Uso comunicativo: el lenguaje permite hacer referencia a estados de cosas en el mundo interpelando a un oyente, permite establecer un vínculo comunicativo con el otro. En esta distinción queda manifiesto que el lenguaje sirve para entender aquello que en el mundo sucede estableciendo un vínculo de carácter comunicativo, apela a un oyente. El lenguaje tiene un componente proposicional y un componente realizativo. El lenguaje tiene una estructura que siempre supone el uso de pronombres personales, es decir, presupone la intersubjetividad. Para Humboldt, el uso comunicativo del lenguaje es condición de su uso cognitivo, el que disociado del uso comunicativo no tiene sentido (Para referirme a cosas en el mundo, debo primero haberme vinculado con alguien para expresárselo) El uso comunicativo es más autosuficiente que el uso cognitivo, ya que eventualmente podemos comunicar sin referirnos al estado de cosas en el mundo, pues hay formas de comunicación donde el sentido descansa únicamente en el establecimiento del vínculo. Esta distinción de Humboldt que Wittgenstein retoma y que Habermas utiliza, muestra que es el establecimiento de un vínculo a través del lenguaje lo que posibilita la intersubjetividad. Entonces la comunicación aparece como condición de la constitución de una sociedad.
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Habermas recurre a la filosofía analítica del lenguaje para desarrollar una disciplina que permita analizar las competencias que los individuos desarrollan respecto de las estructuras lingüísticas. Las estructuras lingüísticas son universales y pueden ser estudiadas intentando reconstruir el desarrollo de las competencias comunicativas. La pragmática universal es un momento necesario en la teoría de la comunicación. Según la teoría de los actos de habla de J. Austin, “con palabras se pueden hacer cosas”. El lenguaje tiene en su dimensión pragmática la posibilidad de producir efectos en el mundo, efectos derivados del uso del lenguaje a partir de verbos realizativos, que generan cambios en el mundo, modifican el estado de cosas. El lenguaje mismo constituye una forma de actuar, desencadena acciones. Por ejemplo, cuando un hablante hace una promesa no se limita a describir, sino que genera expectativas en los oyentes y eso tendrá un correlato en las acciones que el oyente toma respecto de lo que se acaba de prometer. Los actos de habla producen estados de cosas. Locución: descripción. Efectos ilocucionarios: efectos que se producen por el uso del lenguaje. Efectos perlocucionarios lo que busco producir en el oyente, mi intencionalidad. Son efectos que van más allá del acto de habla que se relacionan con la forma en que se usa el lenguaje. Un análisis de los actos de habla permite mostrar que el lenguaje implica una determinada forma de acción. Habermas se da cuenta que el efecto del acto de habla no viene dado por el lenguaje sino por el contexto institucional (ej: bautizos, matrimonios...etc.). Habermas va a complementar el análisis de la pragmática (que busca descubrir las reglas, el cómo se lleva a cabo un uso comunicativo del lenguaje) con el planteamiento de que “todo acto de habla comporta pretensiones de validez”. En un comienzo distingue 4 pretensiones: Inteligibilidad Verdad Rectitud Veracidad Luego Habermas corrige que la inteligibilidad no es una pretensión de validez pues no queda supeditada al reconocimiento intersubjetivo, es una condición necesaria para el establecimiento comunicativo. El uso comunicativo del lenguaje permite generar vínculos entre sujetos, en el uso hay ciertas reglas por tanto los sujetos deben desarrollar competencias comunicativas. Cada vez que hablamos levantamos (implícita o explícitamente) pretensiónes de validez: verdadero, correcto, veraz. La validez o validación es lo que otorga el carácter intersubjetivo. Estas pretensiones de la validez se corresponden cada una con afirmaciones respecto a estado de cosas en el mundo, pero refieren a mundos distintos: Verdad Mundo Objetivo Rectitud Mundo Social. Es una pretensión de carácter normativo. Veracidad Mundo Subjetivo (vivencias) Estos tres mundos se corresponden además con distintos modelos de acción:
Mundo objetivo Acción teleológica Mundo social Acción normativa; el concepto de acción regulada por normas implica que el actor se vincula con dos mundos simultáneamente: el mundo objetivo y el mundo social; hay un actor que interviene en el mundo y se orienta normativamente. Mundo subjetivo Acción dramatúrgica; significa expresar a los otros nuestro mundo interior, refiriendo a nuestras vivencias, “hablar desde la propia experiencia”, validar la pretensión de veracidad implica asumir que el otro está siendo sincero respecto a su propia experiencia.
Pretensión de validez
Mundo al que refiere
Tipo de acción
Verdad
Mundo objetivo
Acción teleológica
Rectitud
Mundo social
Acción normativa
Veracidad
Mundo subjetivo
Acción dramatúrgica
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Clase 8: 12 de Abril III. Entendimiento y Acción Comunicativa La pragmática es una disciplina, constituye una de las modalidades de análisis del lenguaje. Es equivalente a la lingüística, pero esta se centra en la dimensión del lenguaje en tanto un sistema que supone ciertas reglas lógicas y estudia las reglas mediante las cuales los individuos pueden construir oraciones. Mientras que la pragmática constituye un modo de análisis del lenguaje que se centra en el uso que del lenguaje hacemos no para construir oraciones gramaticalmente correctas sino para producir enunciados socialmente adecuados. Habermas entiende la pragmática como un programa de investigación que le va a permitir poder analizar las competencias que los individuos desarrollan y que los habilitan para hacer uso del lenguaje con fines comunicativos, competencias comunicativas. Habermas está interesado en un análisis formal y no sólo un estudio empírico del lenguaje. El análisis formal del lenguaje en su dimensión comunicativa es posible a través de la pragmática universal, la que permite reconstruir racionalmente cuales son las reglas que utilizan los hablantes para la producción de enunciados socialmente adecuados. Se trata de analizar las competencias comunicativas de los hablantes, es decir, cómo están habilitados para producir actos de habla o enunciados socialmente adecuados. Estas reglas se encuentran en todo lenguaje, en toda cultura, por tanto son de carácter universal, del mismo modo las competencias cognitivas y comunicativas son también universales (tal como la ontogenia) Habermas en el análisis de la pragmática universal (año 76) distinguía 4 pretensiones de validez, pero posteriormente se da cuenta que la inteligibilidad que no es una pretensión pues no queda sujeta a un reconocimiento intersubjetivo de validez alguna, es más bien una condición necesaria para el uso comunicativo del lenguaje. [Paréntesis: Giddens, en un artículo llamado “Razón sin revolución”, plantea que Habermas es bastante arbitrario en el uso de la triada para efectos del análisis que hace de la sociedad, cuando elimina la pretensión de inteligibilidad le resulta mucho más fácil hacer corresponder las tres pretensiones de validez con los tres conceptos de mundo y con sus respectivos conceptos sociológicos de acción, haciendo calzar su arquitectura conceptual].Las pretensiones de validez no son reducibles la una a la otra, y cada una se vincula con conceptos de mundo que son irreductibles y que se rigen por su propia lógica interna. Estos conceptos de mundo que Habermas identifica con los distintos modelos sociológicos de acción, los toma de Popper quien distinguía 3 ordenes distintos (mundos objetivo, social y subjetivo) y que se corresponden con el análisis de Piaget sobre los procesos de descentramiento que experimenta el individuo desde niño hasta la vida adulta, que consisten en una progresiva diferenciación entre los hechos del mundo objetivo, las normas y la propia experiencia subjetiva. El análisis de Piaget sobre el proceso de descentramiento que experimenta un individuo a lo largo de la ontogénesis coincide con estos tres mundos que comportan los tres conceptos sociológicos de acción y que coincide por tanto con las tres pretensiones de validez que siempre son levantadas en referencia a cada uno de estos mundos. Lo que esta en juego es que cada uno de nosotros pretende que se reconozca que lo que dice concuerda con las normas, los hechos y las experiencias. Sin embargo Habermas en su esfuerzo por producir un trabajo de síntesis teórica cree que cada uno de estos conceptos sociológicos de acción resulta insuficiente para entender como la sociedad se constituye a través de la capacidad de los sujetos de actuar comunicativamente. Habermas distingue estos tres conceptos de acción del concepto de Acción Comunicativa concepto que sintetiza bien a los otros conceptos sociológicos de acción, que quedan recogidos en este concepto, pues cuando actuamos comunicativamente a la vez constatamos hechos, en conformidad con normas y expresamos nuestro mundo interior recurriendo a nuestra vivencias. Una acción comunicativa es una acción mediante la cual los individuos actúan orientados al entendimiento, al hacerlo levantan las tres pretensiones de validez simultáneamente y al mismo tiempo establecen, a través del acto de habla, una relación con los tres mundos simultáneamente. (¿Y con otro sujeto estableciendo estas mismas tres relaciones?) Habermas entiende al concepto de acción comunicativa como una suerte de logro evolutivo del propio desarrollo de la teoría sociológica que viene a resolver una serie de problemas de orden teórico. (Habermas escribió 1200 paginas que pudieron reducirse a 200 para exponer la teoría, pero el pretendía mostrar cómo la teoría de la acción comunicativa fue resultado de un basto trabajo de análisis, investigación y desarrollos teóricos en campos muy diversos, antropología, filosofía del lenguaje, psicología evolutiva, sociología…etc, donde hay puntos de convergencia que tienden a fundamentar una teoría de la sociedad en base a una teoría de la comunicación).
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El concepto de acción comunicativa es un concepto de acción social, supone una interacción, a diferencia del concepto teleológico de acción que supone un modelo de acción solitario, la acción comunicativa no tiene sentido a partir de un actor solitario, pues no hay comunicación entre el sujeto y el objeto, no nos podemos comunicar con la naturaleza. Por tanto la acción comunicativa implica la participación de al menos dos actores en un contexto de interacción que queda mediada (regulada) a través del lenguaje y coordinada a través del entendimiento. El concepto de acción estratégica también es una acción social y recoge el sentido de la acción teleológica, actuar estratégicamente es hacerlo teleológicamente en contextos de interacción, la calculabilidad que el actor realiza de la adecuación de medios a fines incluye a otro actor, es decir, en el cálculo que hago de la acción buscando asegurar el cumplimiento de mis fines se considera la acción de un alter ego, quien a su vez actúa calculadamente considerando mi acción. Los juegos estratégicos son juegos que suponen una situación de interacción donde dos sujetos se orientan hacia fines y pretenden alcanzar el éxito en sus planes de acción pero lo hacen teleológicamente, el otro aparece como un medio para el logro de mis fines por vía de la influencia que puedo ejercer sobre él. En el caso de la acción estratégica el actor se orienta al éxito, mientras que en el caso de la acción comunicativa el actor se orienta al entendimiento, es decir, a la búsqueda de un acuerdo entre hablante y oyente que permita obtener el reconocimiento de la validez intersubjetiva de las pretensiones que se levantan en cada emisión lingüística. Un acuerdo supone una aceptación de los participantes de la validez de lo que el hablante ha planteado. Esta aceptación no puede venir impuesta, un acuerdo no se impone, se obtiene a través de un proceso comunicativo que Habermas analiza recurriendo a la filosofía analítica del lenguaje fundamentalmente a la teoría de los actos de habla. Habermas va a poder mostrar dos cosas: primero, cómo se produce un acuerdo comunicativo, segundo, que consecuencias se derivan de ese acuerdo comunicativo desde el punto de vista empírico. La teoría de los actos de habla (desarrollada por Austin) distingue entre locución ilocución, perlocución. Locución: una manera de utilización del lenguaje mediante la cual hacemos referencia a estados de cosas que ocurren en el mundo. Ilocución: corresponde a una forma de hacer a través del lenguaje. Se expresa en el uso de verbos realizativos o preformativos, los que son formas de hacer al hablar, se puede hacer cosas hablando, el hablar es una forma de actuar. Los verbos realizativos más usuales son las promesas, compromisos, peticiones. Cuando prometo algo no sólo estoy constatando algo que sucede, sino que estoy actuando a través de lo que digo y eso implica que el oyente no queda indiferente al acto de habla sino que queda expuesto a los efectos ilocucionarios que al acto de habla produce, la utilización de verbos realizativos compromete no sólo al hablante sino también al oyente. Perlocucionarios: efectos que se producen sobre el oyente pero que no derivan del lenguaje mismo, no derivan del uso de verbos realizativos. El efecto no se deriva del acto de habla mismo, se originan fuera del lenguaje, en el uso que del lenguaje hacemos con la finalidad de producir en los oyentes un determinado efecto. Cuando a través de actos de habla producimos efectos ilocucionarios, estos efectos no son producidos intencionalmente por parte del hablante, derivan del propio uso del lenguaje, no se necesita algo exterior. Mientras que los efectos perlocucionarios paracitan de los verbos realizativos para producir en los oyentes efectos de temor, angustia..etc. Habermas pone énfasis en el potencial que el lenguaje tiene para asegurar el establecimiento de una relación interpersonal, es decir, la capacidad que el lenguaje tiene para coordinar acciones. El lenguaje tiene una fuerza ilocucionaria que permite coordinar acciones y por tanto permite establecer una relación interpersonal entre hablante y oyente. Cuando actuamos comunicativamente lo hacemos utilizando el lenguaje como una forma de obtener un reconocimiento de las pretensiones de validez, que ocurre a partir de la relación que se establece entre tres planos, un plano semántico y un plano empírico que están vinculados a través de un plano pragmático. Semántico entender Pragmático toma de postura Empírico coordinación Para que el lenguaje pueda actuar como mecanismo coordinador de acciones tiene que satisfacer ciertas condiciones, estas condiciones hacen posible un acuerdo comunicativo. En el plano semántico, en una interacción comunicativa el oyente reacciona ante a lo que el hablante dice si entendiende la emisión lingüística. La pregunta es ¿qué significa entender un acto de habla? Habermas sostiene que entender un acto de habla corresponde al conocimiento por parte del oyente de las condiciones bajo las cuales el acto de habla y la oferta que ese acto de habla
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comporta para el oyente resultan aceptables. Por tanto en una situación de interacción comunicativa el hablante al enunciar algo, no sólo describe cosas que suceden en el mundo objetivo, lo hace conforme a un contexto normativo y conforme sus propias vivencias, sino que fundamentalmente esta ofreciendo algo al oyente, y lo que le ofrece es que acepte la validez de lo que se esta diciendo, es una oferta comunicativa. Para que el oyente acepte la oferta comunicativa tiene que conocer bajo que condiciones esa oferta resulta aceptable. La aceptabilidad tiene que ver con las pretensiones de validez y con la capacidad que el hablante tiene de desempeñarlas argumentativamente, esto es, la condición de aceptabilidad esta directamente vinculada al contenido de racionalidad. La racionalidad no tiene que ver tanto con el saber que se posea, tiene que ver más bien con el uso que hacemos de determinadas formas de saber, actuar racionalmente se refiere a la capacidad que tenemos de aportar razones de por qué hacemos lo que hacemos o decimos lo que decimos y de exigir razones de por qué el otro hace lo que hace y dice lo que dice. Se es racional en la medida que se está en condiciones de enjuiciar críticamente lo que alguien dice o hace y de poder respaldar en razones lo que hacemos o decimos. Habermas plantea que en las estructuras de la comunicación se encuentra un potencial de racionalidad importante, esa racionalidad la llama racionalidad comunicativa, y este descubrimiento es lo que le permite ampliar el concepto de racionalidad que deriva de los modelos de acción reducidos a la acción técnico instrumental, teleológica. Las razones aparecen directamente vinculadas con las pretensiones de validez, por que en la medida en que hablante y oyente se orienten al entendimiento, los oyentes pueden someter a crítica esas pretensiones, es decir, exigirle al hablante que acredite la validez de lo que está diciendo en los tres ámbitos (verdad, rectitud, veracidad). La forma de acreditarlo es a través de razones, es una forma argumentativa. A ese momento en los procesos comunicativos (en los que el hablante se ve obligado a aportar razones) Habermas lo llama el desempeño de esas pretensiones de validez. Que las pretensiones de validez sean desempeñadas significa que estas son respaldadas en razones que aporta el hablante a través de la argumentación. El desempeño de las pretensiones de validez no ocurre siempre en la vida cotidiana (no cuestionamos siempre las pretensiones que levantan otros), pero desde el punto de vista analítico para que las pretensiones de validez puedan ser validadas han de estar respaldadas en razones. Es posible que el desempeño de las pretensiones alcance un nivel de sofisticación mayor al de una conversación cotidiana, y en esos casos adquiere el carácter de una argumentación discursiva (más formal), que toma la forma de discurso práctico, discurso teórico y discurso terapéutico. Dado un nivel de discusión en torno a las pretensiones de validez hablante y oyente pueden recurrir a uno de estos tipos de discurso disponibles para zanjar la discusión. Cuando la discusión en torno a las pretensiones de validez pasa a un plano discursivo puede que se haga uso de: Discurso teórico; cuando la ciencia aporta argumentos para poder respaldar la pretensión de verdad. Discurso practico-moral; que puede llegar a cuestiones relativas al sentido último que hay tras una norma. Discurso terapéutico; como no tenemos acceso al mundo subjetivo de otros, “la sinceridad es incomunicables”, la pretensión de veracidad sólo puede ser comprobada mediante los actos, cuando la pretensión de veracidad es puesta en duda apela al principio de la consecuencia. También es posible pasar a una argumentación de carácter discursivo, que Habermas cree se encuentra en el discurso terapéutico (psiquiatra, psicólogo). Habermas sostiene que una vez que el oyente conoce las razones que hacen aceptable el acto de habla, toma a nivel pragmático una postura, es decir, acepta o rechaza la oferta. Si efectivamente hay una orientación al entendimiento, y existen las condiciones de aceptabilidad, esta toma de postura no sería otra que la aceptación de la oferta comunicativa, pues no puede más que rendirse a las razones que el hablante ha aportado. Esto se debe a que hay un vínculo interno entre las razones, el desempeño y la validez de los actos de habla, ahí radica su fuerza ilocucionaria. Negarse ante la evidencia de las razones es actuar no comunicativamente y por tanto actuar de forma irracional. Si el oyente acepta la oferta comunicativa va a orientar su acción de acuerdo a esa oferta, y se produce una coordinación de acciones entre hablante y oyente. Por tanto la coordinación de acciones resulta de la capacidad que el lenguaje tiene de producir efectos ilocucionarios que derivan de la estructura interna del lenguaje particularmente del vínculo interno entre validez, desempeño y razones. Los actos de habla comportan siempre las tres pretensiones de validez, puede que tematice solo una pero contienen las tres. De hecho, la filosofía analítica del lenguaje distinguía entre tres tipos de actos de habla: constatativos, regulativos y expresivos, donde cada uno tematiza una pretensión en particular, pero en cualquier caso son las tres pretensiones las que están en juego y aceptar un
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acto de habla implica aceptar la validez de las tres pretensiones, basta que una de ellas sea rechazada para que la coordinación se vea frustrada. Lo que puede resultar difícil creer es que bastan las puras razones para que el lenguaje produzca un efecto sobre el oyente tal que se vea motivado a la aceptación de la oferta y con ello a la coordinación de acciones. Habermas cree que las investigaciones en materia de la filosofía del lenguaje permiten respaldar la idea de que el lenguaje es capaz de producir acciones sin que venga apoyado en un factor externo (como podría ser el dinero), basta que entienda lo que se esta diciendo, es decir, que sepa que tiene razones para respaldarlo y que conozca las condiciones bajo las cuales la oferta resulta aceptable. Esto supone una disposición por parte de hablante y oyente a la lógica del mejor argumento, es el mejor argumento el que define si se produce o no una coordinación de acciones a través del entendimiento. Si la persona no tiene suficientes razones para respaldar lo que me esta pidiendo y yo tengo mejores razones para rechazarlo, esa situación sigue siendo una acción comunicativa, pues el rechazo se fundamenta en razones. En el de que no se produzca un acuerdo comunicativo impide el éxito en los planes de acción y por tanto implica un fracaso. Clase 9: 17 de Abril Conexión entre el plano semántico y el plano empírico que Habermas aclara recurriendo a una teoría del significado planteada en términos de pragmática, es decir, entender que existe una relación entre significado y validez. Habermas afirma que entender el significado de una emisión tiene que ver fundamentalmente con conocer las condiciones que la hacen aceptable, eso significa que resulta válida desde el punto de vista de cada una de las pretensiones que están implícitas en la emisión. La acción comunicativa o acción orientada al entendimiento, tiene por si sola una capacidad de constituir vínculos, es decir, tiene un efecto coordinador que proviene de la fuerza ilocucionaria que comportan los actos de habla de los que se sirve la acción comunicativa, y deriva del vínculo que existe entre la validez, las pretensiones que el hablante formula y el desempeño de esas pretensiones, (desempeño que consiste en la capacidad de aportar razones de por qué lo que se está diciendo resulta válido). Por tanto hay un vínculo interno en el lenguaje entre validez (desempeño) - razones. Habermas entiende que la fuerza motivacional que el habla tiene deriva del vinculo entre valides y razones. Esto constituye el potencial de racionalidad inherente al lenguaje. Se trata de un acción que recurre a la capacidad que los agentes tienen de fundamentar en razones lo que dicen y de enunciar lo que los demás dicen exigiendo razones. Eso es condición suficiente para garantizar la motivación del oyente, no se requiere ningún dispositivo externo al lenguaje, en la medida que se cumplan las condiciones de un entendimiento comunicativo, esto es, de la búsqueda de un acuerdo, donde hablante y oyente han decidido someterse a la lógica del mejor argumento. Lo que no significa que actuemos permanentemente orientados al entendimiento, en ese sentido Habermas va a distinguir entre Acción Comunicativa y Acción Estratégica, desde el punto de vista de los fines que persiguen hablante y oyente en la interacción. La acción comunicativa es una acción orientada al entendimiento donde los actores persiguen exclusivamente fines ilocuionarios2 al hacer uso del lenguaje para lograr un acuerdo comunicativo. En cambio, en la Acción Estratégica se trata una acción donde prima la orientación al éxito del cumplimiento de los planes de acción de un actor, prima una actitud egocéntrica de hacer primar el logro de los fines por sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con el oyente, el acuerdo queda subordinado a la búsqueda del éxito de los propios planes de acción. Un análisis pragmático del uso del lenguaje con fines estratégicos mostraría como, en este caso, los actores persiguen fines perlocucionarios. La distinción entre ilocución y perlcución en de gran importancia para Habermas pues le permite hacer la distinción entre dos tipos de acción, ambas acciones lingüísticamente mediada, acciones sociales, pero que se distinguen por el uso que se hace del lenguaje. Habermas sostiene que la acción comunicativa constituye el modo original de uso del lenguaje, mientras que acción estratégica es una acción parasitaria que se sirve de la acción comunicativa para la consecución de ciertos fines. Ejemplo: Oscar: te invito a la playa. Ana entiende (éxito ilocucionario 1) y acepta (éxito ilocucionario 2).
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Éxitos ilocucionarios: comprensión y aceptación de los actos de habla. Perlocucionarios: son todos los fines y efectos que van más allá.
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Oscar invita a Ana a la playa. O: anda a la playa conmigo. Pero en realidad Oscar quiere llevar a Ana a la casa de sus padres (que viven fuera de santiago) sabiendo que Ana no ha querido nunca ir. Oscar supone que Ana no aceptará ir a la casa de sus padres. Si Ana acepta bajo la invitación de ir a la playa y finalmente Oscar logra llevarla a casa de sus padres, estamos en presencia de un éxito perlocucionario. Ana siempre puede someter a crítica las tres pretensiones de validez que están en juego en cualquier acto de habla. No es correcto que nos vayamos juntos a la playa; no es verdad que tengas una casa en la playa; no es veraz tu invitación, pues en realidad no quieres ir a la playa. Siempre esta la posibilidad de que Oscar actué comunicativamente, planteando y aportando buenas razones de por qué debieran ir a casa de sus padres. La acción estratégica parásita de la acción comunicativa, Oscar simula una acción comunicativa, pero una acción comunicativa supone simetría de los participantes, y basta que uno de ellos adopte una orientación al éxito de sus planes de acción. La simulación es una condición para el propio éxito de los fines perlocucionarios que persigue el hablante. También existe la posibilidad de imponer la propia voluntad. En cualquier interacción comunicativa el problema tiene que ver con garantizar la aceptación de la oferta. Parsons se da cuenta de que los lenguajes naturales son limitados desde el punto de vista de asegurar una coordinación de acciones, por que comportan un alto riesgo de disentimiento. A lo largo de la evolución sociocultural han surgido dispositivos o mecanismos no lingüísticos de coordinación de acciones como el poder (como modo de comunicación opera en base a la intimidación) y el dinero (como modo de comunicación actúa a través de la inducción). Si se actúa comunicativamente y se hace uso solamente del lenguaje natural, ante las pocas probabilidades de éxito, cabe la posibilidad de recurrir a la acción estratégica. Para tener éxito perlocucionario necesariamente tiene que haberse producido un éxito ilocucionario (que está simulado). Son las razones aceptadas como válidas las que han hecho posible el éxito perlocucionario. Y la simulación es fue condición para el éxito ilocucionario. “La mentira no se sostiene por si sola sino es aparentando la verdad”. Pese a que se logre un acuerdo, éste ha sido resultado de una utilización con fines estratégicos, es un acuerdo comunicativo espurio, pues no se basa en una condición se simetría. Esto permite mostrar que siempre las acciones de carácter estratégico paracítan a las acciones de carácter comunicativo cuando estamos en presencia de interacciones lingüísticamente mediadas. Pues la acción estratégica abierta en interacciones lingüísticamente mediadas no existe, no se sostiene. Al revés no ocurre, una acción comunicativa no puede servirse de una acción estratégica para realizar fines comunicativos. La acción estratégica depende de la acción comunicativa y no a la inversa, la acción comunicativa no requiere de la estratégica para tener éxito comunicativo. Maturana: distingue entre relaciones sociales y no sociales. Lo que funda lo social es la “aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia”. Las relaciones de trabajo y de poder no son sociales. Las relaciones no-sociales no se sostienen en si mismas si no es en virtud de las relaciones sociales. La emoción primaria es el amor, es una condición primaria desde el punto de vista lógico y evolutivo. Durkheim: el estado y el mercado tampoco son instituciones que logren asegurar por si mismos un orden social. Maturana aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia” Durkheim normas Habermas Acción comunicativa Pensadores diversos como Maturana y Durkheim coinciden con esto que Habermas está pensando cuando analiza la relación entre el marco normativo y los sistemas de AR con AF la acción comunicativa; estos sistemas, que están constituidos a partir de la institucionalización de la AR con AF, dependen de la capacidad de regulación que proviene de las estructuras normativas y estas emergen de los espacios de interacción comunicativa. El marco normativo es lo que constituye una sociedad humana propiamente tal. No es solamente que los sistemas estén sometidos a una regulación normativa, sino que no podría ser de otro modo, necesitan de un anclaje institucional, es decir, de una regulación que vienen de lo normativo. Esto se conecta nuevamente con la relación entre trabajo e interacción, la interacción no solamente constituye otra dimensión de la praxis, es una dimensión fundamental para constituir lo social y para constituir al propio trabajo. El trabajo socialmente organizado requiere de las normas que han sido objetivadas a través del lenguaje. En relación a la distinción entre estas dos acciones lo que Habermas está planteando es que la acción comunicativa es la condición de posibilidad incluso para la acción estratégica.
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Habermas cree que en términos empíricos, actuamos estratégicamente o comunicativamente y hay espacios de interacción donde predominan las acciones comunicativas, y otros espacios donde primas las acciones estratégicas.
1) 2)
Función de la acción comunicativa. La Acción Comunicativa cumple una función de coordinación de acciones, que la convierte en elemento central en una teoría sobre el orden social. La pregunta de Parsons sobre cómo resolver el problema de la doble contingencia, sigue presente en el análisis que Habermas hace de la acción comunicativa, por que la acción comunicativa comporta el riesgo del disentimiento. La acción comunicativa tiene un carácter incluso más contingente que la acción estratégica, ya que esta expuesta a una mayor probabilidad de fracaso, y por tanto constituye una improbabilidad mayor de lograr el efecto coordinador. Una teoría de la comunicación tiene que explicar como el resuelto el riesgo del disentimiento. Parsons que había avanzado la materia, planteaba el problema de la doble contingencia, vale decir: la incertidumbre que generan los contextos de acción; dado que el carácter contingente de la acción no permite asegurar que las expectativas de alter coincidan con las expectativas de ego; se resolvía por la vía de la orientación normativa que garantizaba la complementariedad de expectativas a través de los roles. Habermas enfrenta el mismo problema, ya que hay un riesgo evidente riesgo de que la acción comunicativa fracase en la función coordinación de hablante y oyente, con lo que no habría orden social. Se trata de minimizar los riesgos de disentimiento: En la vida cotidiana no se cuestionan constantemente las pretensiones de validez de cada emisión, por lo que se minimiza el riesgo de disentimiento, pero no desaparece. Ese riesgo se absorbe socialmente, lo que permite que nuestros procesos de entendimiento puedan garantizar el éxito de la coordinación de acciones radica en 2 alternativas: En que los mecanismos de coordinación no sean lingüísticos, es decir, coordinar acciones recurriendo a dispositivos que eviten que la coordinación dependa del entendimiento comunicativo. En caso que de un entendimiento lingüísticamente mediado, hay una forma de absorber los riesgos apelando al mundo de la vida, el cual aporta un horizonte de sentido a partir del cual los procesos de entendimiento pueden llevarse a cabo. Nos aporta el lenguaje. El mundo de la vida actúa como un contexto para nuestros procesos de entendimiento, nos provee de las convicciones a partir de las cuales hablantes y oyentes pueden llegar a un acuerdo, que no sería posible de alcanzar en el vacío social. Las competencias cada individuo requiere para actuar comunicativamente se adquieren en procesos de socialización, que se basan en el contexto del mundo de la vida compartido. Las condiciones vienen provistas por el mundo de la vida. El mundo de vida, como concepto de mundo se diferencia de los conceptos de mudo que Habermas revisa a partir de los otros tres conceptos sociológicos de acción. Principalmente por que con el mundo de la vida no asumimos una actitud objetivante, en la vida cotidiana hablante y oyente se entienden desde el mundo de la vida sobre cuestiones del mundo objetivo, social, subjetivo. El mundo de la vida actúa como un horizonte de sentido y allí radica la posibilidad de éxito de los procesos de entendimiento, por que nos provee de convicciones de fondo, tal que no necesitamos fundamentar siempre las pretensiones de validez para coordinar nuestras acciones. El riesgo de disentimiento es absorbido por el mundo de la vida, lo que no significa que no haya disentimiento, de todos modos discutimos, pero lo hacemos recurriendo al mundo de la vida el cual facilita los procesos de entendimiento. Clase 10: 19 de Abril VI. Sistema y mundo de la vida Habermas se plantea la pregunta por el orden social, entendiendo que el orden se constituye a partir de la coordinación de acciones. Y como todo el análisis de la acción comunicativa muestra la función que este tipo de acción cumple desde el punto de vista de la coordinación de acciones, la conclusión obvia es que la acción comunicativa contribuye a la generación de un determinado tipo de orden social. Habermas sabe que a apropósito de la pregunta por el orden social la sociología ya había planteado la duda sobre la posibilidad de constitución de orden por la vía de la coacción o por la vía de la coincidencia de intereses. Toda la crítica sociológica al utilitarismo y a la solución planteada por Hobbes. Habermas entiende que la sociología ya había afirmado que el orden social requiere de un fundamento que garantice estabilidad más allá de la fuerza y la coincidencia de intereses, mercado y estado no fundan el orden social. Cuando Durkheim plantea que el orden
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social está constituido a partir un fundamento normativo da cuenta de esta capacidad de coordinación de acciones que viene mediada por símbolos y cuya eficacia descansa en el carácter sagrado que las normas adquieren. Habermas sabe que los procesos evolutivos van acompañados de una progresiva “linguicización de los actos”, es decir, una progresiva transformación discursiva de los componentes no discursivos presentes en los fundamentos normativos, la norma pasa paulatinamente a ser objeto de una discusión racional. Esto tiene que ver con los procesos de racionalización comunicativa. El problema aparece con la idea que Habermas plantea, de que la coordinación de acciones puede venir asegurada a través del entendimiento. El entendimiento comunicativo comporta riesgos (dos riesgos consecutivos): hay un riesgo de disentimiento cada vez que la coordinación de acciones queda supeditada a un acuerdo que requiere del consentimiento de hablante y oyente, por tanto esta siempre abierta la posibilidad de rechazo a la oferta comunicativa, y de ese rechazo se deriva el riego del fracaso de los planes de acción. Habermas entiende que es altamente improbable que a partir del entendimiento (conocimiento de las condiciones que hacen válida una afirmación) ocurra un proceso que demeboque en una coordinación de acciones. En ese sentido Habermas se pregunta: si la coordinación de acciones esta sometida a esta fuente de riesgo ¿cómo se ha resuelto esto a lo largo de la evolución sociocultural, cuales son las formas mediante las que se ha contrarrestado ese potencial riesgo? Es la misma pregunta que se hizo Parsons a propósito del problema de la doble contingencia; la coordinación de acciones en la interacción constituye un acontecimiento altamente improbable, por que se trata de dos sistemas de personalidad (hablante y oyente) que están constituidos a partir de la contingencia, por tanto no es evidente que puedan llegar a coordinarse y efectivamente hay que explicar cómo esa coordinación es posible. Habermas plantea que en relación al problema de la doble contingencia, es decir, el problema de cómo asegurar la coordinación de acciones, hay dos posibilidades: 1.-Una de ellas es un orden social donde la coordinación viene impuesta desde fuera, lo que permite reducir la contingencia en la interacción y aumentar la probabilidad de coordinar las acciones. A lo largo de la evolución sociocultural hay dos mecanismos que han mostrado su eficacia: el dinero (inducir) y el poder (intimidar) emergen como logros evolutivos que hacen posible la coordinación de acciones de manera más eficaz unos sistemas normativos fundados en lo sagrado en el marco de una sociedad en pleno proceso de racionalización. Habermas se da cuenta que dejar que las interacciones descansen en la capacidad de que los participantes se sometan a la lógica del mejor argumentos no resulta eficaz en todos los contextos, en el sistema económico y en el sistema político operan mecanismos sistémicos (dinero y poder) que vienen a remplazar al entendimiento comunicativo y a al las formas de coordinación de acciones que tradicionalmente operaron a través del sistema normativo. 2.-Sin embargo el entendimiento comunicativo puede operar como mecanismo de coordinación de acciones en determinados contextos, y las posibilidades de riesgo no necesariamente tienen que ser eliminadas recurriendo a los mecanismos sistémicos. El entendimiento comunicativo absorbe esa posibilidad de riesgo por la vía del mundo de la vida que comparten hablante y oyente. Habermas toma el concepto de mundo de la vida de la fenomenología, que en primera instancia es planteado por Husserl. El mundo de la vida se entiende como un trasfondo de convicciones no temáticas a partir de las cuales hablante y oyente pueden entenderse y negociar sobre definiciones de la realidad llegando a un acuerdo comunicativamente alcanzado. El mundo de la vida provee estas convicciones de fondo que hacen posible la coordinación de acciones a través del entendimiento sin que eso signifique estar permanentemente sometiendo las pretensiones de validez a una crítica. El concepto mundo de la vida da cuenta del trasfondo de sentido que facilcita los procesos de entendimiento, da cuenta de que existe un saber de carácter prerreflexivo y atemático, que esta disponible para nosotros en la medida en que compartimos un mundo de la vida. En las interacciones comunicativas el sentido que las distintas emisiones lingüísticas adquieren lo adquieren en un contexto: el mundo de la vida que hablante y oyente comparten y da por descontado que determinados supuestos están operando simétricamente. La obviedad descansa en una experiencia común que ha sido resultado del proceso de socialización y que nos provee de las convicciones que están sedimentadas en el mundo de la vida. En el caso de la fenomenología el concepto de mundo de la vida aparece todavía identificado al concepto de cultura, hay una suerte de reducción culturalista del concepto que Habermas pretende superar. El mundo de la vida que esta constituido por este trasfondo intersubjetibamente compartido en el que transcurren las interacciones comunicativas, se compone por la famosa
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triada parsoniana: cultura – sociedad – personalidad. Pero los sitúa como componentes estructurales del mundo de la vida:
la cultura constituye un saber del que disponemos (bajo sus distintas formas: desde las
ciencias hasta el sentido común) para nuestro proceso de entendimiento pues es el resultado de nuestra experiencia en común. Es un saber prerreflexivo que facilita nuestro proceso de entendimiento, podemos recurrir a ese saber para negociar definiciones de la situación la sociedad entendida como órdenes legítimos. Vale decir, que cada actor además esta integrado a grupos que nos proveen de las condiciones que hacen posible el entendimiento comunicativo. Nos proveen de normas a las que hacemos referencia en la interacción, es decir, de las solidaridades sociales que hacen posible el establecimiento de vínculos interpersonales. El que se produzca una coordinación de acciones es debido a que la improbabilidad de la coordinación se ve reducida por vínculos de solidaridad, por relaciones interpersonales (por ejmeplo entre amigos). Nuestra pertenencia a ordenes legítimos también contribuye a que se produzca una coordinación por la vía del entendimiento, no bajo la forma del saber sino bajo la forma de la solidaridad.
la personalidad la obtención de un acuerdo comunicativo se ve se facilitada por que hablantes y
oyentes son individuos dotados de estructura de personalidad que los vuelve competentes desde el punto de vista de la capacidad de acción y de lenguaje. Habermas afirma que la acción comunicativa requiere de ciertas competencias que se desarrollan en el sistema de personalidad a lo largo de los procesos de socialización (ontogénesis). La acción comunicativa requiere de una clara identidad de los participantes, requiere una cierta “madurez psicológica”, de cierta autonomía. Requiere ser capaz de exigir y de dar fundamentaciones ante las acciones. Lo interesante de este planteamiento de la relación entre la acción comunicativa y el mundo de la vida constituido por estos tres componentes estructurales es: Habermas plantea que la acción comunicativa, por una parte es facilitada a través del mundo de la vida (no hay acción comunicativa en el vacío social) y por otra el concepto de acción comunicativa es un concepto complementario al de mundo de la vida (no hay acción comunicativa si no existe un mundo de la vida intersubjetivamente compartido). El mundo de la vida posibilita los procesos de entendimiento, pero además de eso es resultado de la misma acción comunicativa, la que contribuye a su reproducción. Esa reproducción es de orden simbólico (la reproducción material del mundo de la vida se realiza a través de otro tipo de acciones como la acción estratégica o el trabajo). La acción comunicativa puede ser analizada bajo tres aspectos, cada uno de ellos contribuye a la reproducción del mundo de la vida: El aspecto funcional relativo al entendimiento, permite la renovación del saber compartido culturalmente. En una interacción comunicativa donde se tematizan las pretensiones de validez, al hacer uso del saber que compartimos facilitamos el entendimiento y también contribuimos a la renovación de ese saber, primero por que estamos reactualizando el sentido que tiene, y segundo por que se pude producir un nuevo saber que va a facilitar futuros procesos de entendimiento. El aspecto de la coordinación de acciones también hace su contribución a la reproducción del mundo de la vida mediante el efecto de integración social. Coordinar acciones no es sólo un problema técnico de acople de acciones, sino que la acción comunicativa a través de la coordinación genera un vínculo interpersonal que contribuye a reforzar la integración. Entenderse y coordinarse a través del entendimiento refuerza los vínculos interpersonales, la solidaridad que vincula a las personas y por esta vía reproduce el mundo de la vida por el componente de sociedad. El aspecto de la socialización, la acción comunicativa requiere competencias de los individuos y al mismo tiempo contribuye a reforzar dichas competencias. La propia experiencia comunicativa, en virtud del efecto que genera sobre el sistema de personalidad, tiende a reforzar las competencias en la medida en que nos dota de cierta identidad, que nos habilita para interactuar comunicativamente. Por esa vía del refuerzo de la personalidad de los individuos, la acción comunicativa también contribuye a la reproducción del mundo de la vida. En suma la acción comunicativa permite reproducir el mundo de la vida en términos simbólicos. Eso no significa que la reproducción del mundo de la vida venga asegurada de por si por la vía de la acción comunicativa, Habermas se da cuenta que cualquier obstáculo que el proceso comunicativo encuentre se traduce en perturbaciones en la reproducción del mundo de la vida.
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Las consecuencias de la perturbación de la reproducción simbólica del mundo de la vida son tres y tienen que ver con los tres componentes: pérdida de sentido desde el punto de vista de la cultura. anomia desde el punto de vista de la integración social. psicopatologías desde el punto de vista del sistema la personalidad Estas perturbaciones son resultado de una relación entre el mundo de la vida y los contextos de acción que se vienen coordinados a través de los mecanismos de control sistémicos (dinero y poder). Cuando Habermas plantea la distinción entre órdenes coordinados a por medio de elementos lingüísticos y no lingüísticos, esta planteando una visión de la sociedad constituida en dos niveles: mundo de la vida y sistemas. Con el la teoría de la acción comunicativa Habermas pretendía contribuir a una integración de categorías sistémicas y categorías de la acción dentro de una misma teoría y cree que esto es posible por que la sociedad está articulada en términos sistémicos y también se articula en términos de coordinación de acciones. Para esto Habermas va a recurrir al análisis durkheimiano pues considera que caracteriza bien la distinción entre dos formas de constitución del orden social y por tanto dos formas de integración: La integración social resulta de la armonización de las orientaciones de acción de los sujetos. La integración sistémica se produce por el entrelazamiento funcional de las consecuencias que se siguen de nuestras acciones y esto significa que la integración sistémica no requiere de la armonización de orientaciones de acción, basta con que las consecuencias que se derivan de nuestras acciones logren entrelazarse funcionalmente. Podría plantearse que la integración social se produce como consecuencia de un acto de carácter “reflexivo”, hay una acción del sujeto que esta dentro de su campo de control. La integración social descansa en la capacidad que los sujetos tienen de de reconocer como válidos aquello sobre lo cual los cursos de acción tienen lugar, sean normas o sean acuerdos. Mientras que la integración sistémica se produce “a espaldas de los sujetos“, los sujetos no solo no son concientes de la integración, sino que no esta depende de su voluntad, escapa del control del sujeto, es resultado de las externalidades que producen las acciones, de las consecuencias. Habermas rescata Durkheim ya que cuando hace el análisis de cómo las formas de integración social cambian en el paso de la sociedad tradicional a la sociedad moderna, justamente tematiza estos distintos mecanismos de integración. La integración por vía de la diferencia o solidaridad orgánica se corresponde con el concepto de integración sistémica que plantea Habermas, vale decir, una integración que es consecuencia del entrelazamiento funcional que en el seno de la división del trabajo se produce espontáneamente por de la mayor especialización de las personas y que las vuelve cada vez más dependientes unas de otras. En general los fenómenos de diferenciación funcional tienden a generar problemas de integración. Pero Habermas sostiene que la diferenciación funcional asegura la integración en la medida en que la mayor dependencia limita la autonomía de cada unidad lo que las vuelve también menos autárquicas. Se produce una interdependencia funcional que es lo que le otorga a las sociedades modernas un tipo de integración sistémica. Esta distinción entre formas de integración social y sistémica Habermas la vincula con los dos tipos de órdenes sociales que constituyen una sociedad, a saber, el mundo de la vida y los sistemas. Intenta mostrar como los procesos de evolución sociocultural han tenido lugar como un proceso de diferenciación que simultáneamente ha significado una diferenciación en dos niveles, primer y segundo orden: primer orden: entre el mundo de la vida y los sistemas segundo orden: diferenciación al interior de los sistemas y al interior del mundo de la vida. Un análisis de sociedades arcaicas permite ver la diferenciación en que aparecen estos 2 órdenes sociales el sistema de parentesco aparece como una institución total, las normas sacan su eficacia regulativa del fundamento sagrado. En estas sociedades el mundo de la vida es muy homogéneo y cubre gran parte de la vida social. Sin embargo existen procesos de diferenciación social que surgen por imperativos de la reproducción material. La sociedad regula los intercambios con la naturaleza a través de acciones teleológicas (trabajo) el trabajo requiere coordinación, y a través de la división del trabajo se produce una coordinación que es de carácter cooperativo inicialmente. La sociedad experimenta un incremento de la complejidad, que exige recurrir a formas de coordinación de acciones a acciones que ya no dependan del sistema de parentesco. Surgen dos principios de diferenciación: a nivel horizontal, por la vía del establecimiento de relaciones de intercambio, que asume forma económica. Sin embargo esta forma de diferenciación
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(intercambio) a través del sistema de parentesco da lugar a una tipo de sociedad segmentaria, donde se diferencia internamente la sociedad en unidades homogéneas ordenadas horizontalmente, aún están dentro del sistema de parentesco. Pero los propios imperativos sistémicos obligan a introducir formas de diferenciación complementarias: surge una diferenciación vertical, que implica el establecimiento de relaciones de poder para la coordinación de la división del trabajo. En un principio estas relaciones de poder estaban reguladas por el sistema de parentesco (poder basado en el prestigio que otorga el linaje). Habermas plantea que ambos de mecanismo de diferenciación paulatinamente van dando lugar a la aparición de órdenes sociales para que el sistema de parentesco pasa a ser insuficiente como forma de regulación, de este modo aparecen dos ordenes autonomizados del sistema de parentesco: sistema político y sistema económico. El sistema de parentesco pierde la capacidad de regulación normativa y deja de ser el principio de organización que pasa a ser el derecho. Estos proceso de diferenciación han conducido a estos ordenes autonomizados, que sin embargo descansan siempre en un anclaje institucional. Requieren para de una regulación de carácter normativo y sus posibilidades de desarrollo dependen el aprendizaje práctico moral que hace posible la innovación de carácter técnico lo que le permite a los sistemas incremental la complejidad. En este punto Habermas retoma la teoría de la evolución social pero ahora tiene dos conceptos que le permiten describir qué es lo que en una sociedad va siendo objeto de diferenciación: mundo de la vida y los sistemas. Junto con esta diferenciación donde los sistemas van quedando desligados del mundo de la vida se produce la diferenciación interna en los sistemas (separación de política y economía). En el caso del mundo de la vida se produce un proceso de diferenciación estructural de sus componentes, se va produciendo un deslinde entre la cultura la sociedad y la personalidad (en una sociedad arcaica difícilmente podemos hablar de un sistema de personalidad, la idea de individuo no se encuentra ya que el individuo está subordinado a la colectividad). A medida que las sociedades evolucionan y se incrementan, por medio de los procesos de aprendizaje práctico- moral y técnico instrumental- los potenciales de racionalidad tanto técnica como comunicativa, se van generando las condiciones para un deslinde de los componentes culturasociedad-personalidad. En el caso de los sistemas los procesos de diferenciación se traducen en incrementos de complejidad y en el caso del mundo de la vida se traducen en un incremento de la racionalidad. En el marco de esta teoría de la evolución Habermas afirma que los incrementos de complejidad en los sistemas dependen de los incrementos de racionalidad en el mundo de la vida. Si analizamos la aparición del dinero como ejemplo del aumento de complejidad en los sistemas vemos que el principio sobre el cual resulta eficaz el uso del dinero es un principio de orden normativo, el sistema económico tiene un anclaje institucional que me asegura que mi cheque vale por una cantidad de dinero. Finalmente volvemos a la revisión de los postulados del materialismo histórico, concluyendo que la delantera en materia de la evolución sociocultural la llevan las estructuras normativas que emergen desde el mundo de la vida y no de los sistemas.
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