Cooperación Española CULTURA/ BUENOS AIRES
Decir tu palabra es un espacio en CCEBA dedicado a jóvenes adolescentes para la escritura y la lectura de poesía. De la mano de la escritora y educadora Ruth Kaufman, las chicas y chicos del taller crearon textos a partir de poemas y consignas disparadoras, entre marzo, abril y mayo de 2021.
INTRO VALENTÍA DE LÁPIZ Y PAPEL
El fósforo en la pila de hojas secas, la semilla en la tierra fértil, las velas que se hinchan con el viento. Imágenes gastadas que vienen a cuento, sin embargo, para comunicar el ánimo de estos encuentros. Todas las consignas prendían con tanta facilidad que se disolvían en las escrituras individuales sin dejar rastros. Escuchar a estos jóvenes fue, cada martes, una experiencia sorprendente.
La culpa eligió al más vulnerable. La culpa anda descalza por un camino de hielo. ¿De dónde salían esos textos?
¿Arder es un deber? /¿Qué no es un deber para nosotras? No nos conocíamos antes y quizás no lleguemos a encontrarnos cara a cara, cuerpo a cuerpo, nunca. Gracias a la tecnología y al Centro Cultural España, nos reunimos ocho veces para escucharnos y escribir, llegando de puntos distantes: Salta, San Salvador de Jujuy, Ciudad de Buenos Aires, cercanías de Roma, Caleta Olivia, Colonia. La palabra encuentro ensanchó sus límites generosamente.
pequeñas flores de hielo cubrían los muros/llenaban mi corazón me arrinconaban/y en medio del paraíso invernal yo me sentía más sola que nunca Ahora mientras escribo estas palabras y releo los poemas, cierro los ojos y recuerdo con total claridad a cada uno, a cada una de los autores. Es cierto que apenas los he visto a través de la pantalla, entrevisto, diría y, sin embargo, acá están leyéndome sus textos en voz alta. ¿Seguirán escribiendo? ¿Recordarán esta experiencia?
¿Cuánto puedo escribir sin coraje? Muchas palabras, ningún mensaje ¿Y de qué sirve escribir palabras sin mensaje? No sirve ¿Está mal que quiera hacer algo que no sirve? Está bien La poesía es una tradición generosa que comparte sus logros para que nosotros podamos ir forjando los nuestros Decir tu palabra en su territorio, es esta experiencia de asombro, emoción y extrañamiento.
Rut h K aufm an * Las citas son de poemas que aparecen completos en la antología. ¡Adelante!
1 LA LLUVIA
a partir de un poema de Arnaldo Antunes
La culpa hincha tus mejillas y seca tu garganta. La culpa te invade. La culpa deambula como un fantasma. La culpa, en busca de presas. La culpa te empapa. La culpa siempre sabe dónde estás. La culpa es vieja. La culpa es fresca. La culpa es tu sombra, tu mejor amiga. La culpa huele a fracaso. La culpa busca la miseria en el placer. La culpa se regocija de tu infortunio. La culpa es el terapeuta que nadie quiere tener. La culpa se pasa de bando. La culpa empaña el visor de tu rumbo. La culpa es atemporal. La culpa es tuya. La culpa es mía. La culpa de nadie. La culpa tiñe las paredes, se adueña de las casas. La culpa tocó la puerta. Te está esperando. Abril Roldán
La culpa derrumbó edificios. La culpa tocó la puerta de la mentira. La culpa se dirige hacia nosotros. La culpa enchastró el piso. La culpa anda en la gente como los peces en el río. La culpa enfrió los sentimientos. La culpa explotó las calles. La culpa ahogó mares de pensamientos. La culpa eligió al más vulnerable. La culpa anda descalza por un camino de hielo. La culpa silenció voces. la culpa está aquí. La culpa mata sin ser vista. La culpa eclipsó a la Luna. La culpa algún día cesará. Lucía de la Colina
El río bajó por las montañas. El río mojó las playas. El río derrumbó casas. El río jugó a llevarme. El río transportó insectos. El río corrió junto al agua. El río seco de tantas esperas. El río ansió la lluvia. El río lloró de nuevo. El río cruzó el puente. El río acorraló pueblos. El río desbordó. El río enfurecido gritó. El río resguardó amares. El río regó cosechas. El río con su gusto a lágrimas. El río llegó tarde. El río peleó contra corrientes. El río con curvas de sonrisa. El río aguardó por años. El río creció. El río aguantó sequias. El río calmo. El río inquieto. El río anheló lunas y soles. El río terminó en la mar. Frida Gómez Ivetich
La valentía da valor La valentía regala fe en las personas La valentía abrió puertas La valentía lleva lejos La valentía hace reír La valentía hace llorar La valentía sentimiento de amor La valentía ciega La valentía muda La valentía da mucho y a la vez poco La valentía buena La valentía de lápiz y papel La valentía transparente La valentía ruda La valentía profunda La valentía parte de la sociedad La valentía te lleva a hacer cosas locas. Francesco Bonfanti
Ten edor libre La comida falta. La comida se ausenta. La comida sacia. La comida junta amigos por las noches. La comida brinda trabajo. La comida invita a risas. La comida se deja probar. La comida se desea. La comida se priva. La comida genera culpa. La comida nutre. La comida obsesiona. La comida se espera. La comida nos calienta. La comida nos cambia. La comida nos alegra. La comida tarda. La comida se pudre. La comida se acaba. La comida no se olvida. La comida se necesita. La comida se siente. La comida se cocina. La comida se come. A la comida la quiero. A la comida la extraño. Lupe de la Cuesta
La piel maldita. La piel fría. La piel que recorre la mía. La piel se eriza. La piel tienta. La piel como un lienzo. La piel se siente. La piel que voy a llenar de besos. La piel, caricias. La piel no miente. La piel desnuda. La piel tibia. La piel madruga. La piel se cubre. La piel cobija. La piel protege la carne, cruda. La piel de constelaciones. La piel, que me abraza. La piel que me refugia de la inmensidad de la Tierra. La piel de mis manos. La piel de tu cuello. La piel tersa. La piel bendita. Rocío Álvarez
2 POEMAS CONCRETOS
a partir de un poema de Ronaldo Azeredo
Memoria Memoria Memoría Memoría Memoría Memoria Abril Roldán
ESPERANZA ESPERANZ ESPERAN ESPERA ESPER ESPE ESP ES E DE DES DESE DESES DESESP DESESPE DESESPER DESESPERA DESESPERAN DESESPERANZ DESESPERANZA Frida Gómez Ivetich
CIEGO ELNIE GOOCI CEJGO OGOEI Rocío Álvarez
yo nosotros le solle
el ellos oy sortoson Candela Francia
Amor
Amor
Amor
Amor
Amor
Amor Amor Amor Amor Amor Amor
Lucía de la Colina
3 SUEÑOS
a partir de un poema de Nicanor Parra
Sueño con el frío en mis piernas; Sueño con los reflejos de las luces en sus ojos; Esos sueños tan locos; Sueño con calles largas; Sueño con personas a las cuales no conozco; Sueño estando despierto; Un sueño es la vida de otro; Sueño el paisaje deseados; Sueño con viejos amigos; Escuché un suelo complicado; El sueño en donde escapar; Sueño con la vida de la muerte; Un sueño con hambre; Ese sueño que no termina. Lucía de la Colina
Sueño que me desprendo de mi cuerpo. Mi andar es cada vez más liviano. Anduve por tantos pasillos que cuando me di cuenta ya estaba perdida. No importa. Sigo. No estoy cansada. No siento nada. Estoy en un lugar familiar que no logro reconocer del todo. ¿Dónde estoy que no te encuentro? Empiezo a desesperar, ya pasó una eternidad y no entiendo. Bajando por unas escaleras siento que voy para algún lado, nunca logro descifrar si llego o no. ¿Me estaré muriendo? ¡Qué pena! Todavía no logro encontrarme. Frida Gómez Ivetich
En mi sueño, hacía frío. En mi sueño, había azules y celestes y blancos de tiza esparcidos por las paredes que llegaban hasta los techos y se difuminaban en el cielo pero no era un cielo no, mis ojos me mentían una franja fina como techo, de celestes y blancos simulaba el cielo a mis lados, a mis lados soñé conos y formas picos y estalactitas triángulos y esferas pequeñas flores de hielo cubrían los muros llenaban mi corazón me arrinconaban y en medio del paraíso invernal yo me sentía más sola que nunca Abril Roldán
Sueño con volar lejos de mi nido Con ser libre como el agua del mar Sueño con ver mi ciudad Con ser un ángel Sueño que brillo como una estrella Sueño con la noche Donde no hay hipócritas ni ladrones Sueño que despierto Sueños indeseados pero no quiero dejar de soñar Francesco Bonfanti
Sueño que me quemo Sueño que me queman él, ellos, todos Sueño con el roce de la soga en mis muñecas Sueño que me duele todo Sueño que no siento nada Sueño desnuda Sueño que me desnudan él, ellos, todos Sueño que me toco a mí Sueño que llegó mi momento Sueño que les pego Sueño que me tocan, que me penetran, que me matan él, ellos, todos Sueño que me ardo con el fuego del incendio, no con el de la vela Sueño que ganan él, ellos, todos Sueño con el frío que deja la vida cual souvenir luego de su estadía Sueño que no estoy Sueño que me muero Sueño que me matan él, ellos, todos Sueño que no sueño Pero esta vez, sueño.
Lupe de la Cuesta
4 PREGUNTAS Y RESPUESTAS a partir de un poema de Susana Thénon
1. ¿Hacia dónde sigue el viento? Hacia el norte ¿Al viento no le gusta el sur? Al sur no le gusta el viento ¿Están peleados el sur y el viento? Están desencontrados el viento y el sur ¿Qué opinan el este y el oeste? Opinan que no es así como los criaron
3. ¿Qué mata multitudes? El fuego ¿Qué clases de fuego son los que matan? Incendios, y bombas, y pasiones, y violencias, y amores ¿Los amores pueden matar? ¿Acaso pueden no hacerlo? ¿El que ama debe morir? Si no, debe hacerlo el amado ¿Cuántas víctimas tiene amor? Multitudes ¿Son las multitudes las que matan al amor?
2. ¿Cuánto ardemos nosotras? Nosotras ardemos siempre ¿Y cuándo dejaremos de arder? ¿Cuándo dejaremos de arder? ¿Por qué debemos arder? ¿Arder es un deber? ¿Qué no es un deber para nosotras? Las cosas que hacemos por placer ¿Hay placer alguno para nosotras? No si ardemos ¿Pero por qué no arderíamos? Debemos arder ¿Por qué tenemos que seguir debiendo? No lo sé ¿Cuánto nos deben a nosotras? Varias vidas ¿Y cuántas vidas serán suficientes? Es difícil saberlo ¿Y qué es más difícil que perder la vida ardiendo?
4. ¿Cuánto mueve la birome? Cuanto le alcance la tinta ¿Habrá tinta infinita? Hay, pero muere el dueño de la birome ¿Vale regalarla antes de morir? Se puede hacerlo pero con mucho cuidado ¿Cuánto cuidado hay que tener al mover la birome? El que no tiene cuidado hace revoluciones ¿Puedo hacer una revolución con un lápiz? Sí, también la podés hacer con la palabra ¿Dónde puedo escribir las palabras con mi birome? Podes escribirlas en papel pero es mejor que las escribas en pieles ¿Está mal tener miedo a escribir con marcador indeleble? Hace falta coraje para escribir con marcador indeleble ¿Vos tenés coraje para escribir sin goma? Espero tenerlo ¿Cuánto puedo escribir sin coraje? Muchas palabras, ningún mensaje ¿Y de qué sirve escribir palabras sin mensaje? No sirve ¿Está mal que quiera hacer algo que no sirve? Está bien ¿Algún día dejaré el lápiz? Si así lo prefieres ¿Algún día habrá una birome que pueda mover lo suficiente? La hubo pero no la leyeron, y seguro habrá más
5. ¿Cuánto arden los libros? Depende de quien los queme ¿Quién quiere quemar libros? Muchos, pero no todos se animan ¿Los que se animan arden con los libros? Los que se animan arden con el tiempo ¿Qué libros arden? Los libros que gritan ¿Ellos llaman al fuego? Sí pero a otro tipo de fuego ¿Qué pasa con los que leen los libros que ardieron? Generan el fuego que los libros llaman ¿Hay fuegos malos y buenos? Hay fuegos libres y fuegos opresores ¿Hay libros opresores? No porque los libros no queman ¿Y por qué queman a los libros? Porque sus gritos atraen ¿Y cuánto arden los libros? Cuanto los dejemos arder. Lupe de la Cuesta y Rocío Álvarez
1. ¿A qué le teme el fuego? Le teme al viento. ¿Por qué le teme al viento? Porque sopla mucho. ¿El viento le sopla al fuego? No, le sopla al río. ¿Y por qué le sopla al río? Para que corra más rápido. ¿Y el fuego le teme al río? Le teme a la muerte. ¿Y qué es la muerte? Cuando el viento y el río corren juntos.
2. ¿Por qué odia la mujer? Porque le faltan rosas. ¿Por qué le faltan rosas a esa mujer? No se las dio la vida. ¿Y por qué la vida no le dio rosas? Porque se las dio a otra persona. ¿Y esa persona odia también? Esa persona no odia tanto. ¿Por qué le dieron las rosas a esa persona? Porque brillaba más. ¿Y qué hacía que esa persona brille más? Ni Dios lo sabe Frida Gómez Ivetich y Abril Roldán
5 EDICIÓN DE POEMAS previos al taller
Punto de qu i eb re Ciertamente no le temías. Si el cuchillo te fuera dado en mano, lo tomarías como un bastón de plata. Si el invierno que te acribilla estuviera en el plano de realidad, no dudarías ni un segundo, antes de apuñalarlo. Las hortensias se debilitan a ritmo de dos por cuatro, y sin embargo, aquí te tienes, tiritando de frío te escondés de tu fuego; ¿cuándo te hemos visto desenvolver el papel de importancia? Pero recordá: el invierno transiciona a primavera. Candela Francia, 6 de mayo de 2019
6 APRENDÍ A
a partir de un poema de Elena Anníbali
Conexión Mente vacía trenzo mis trenzas cosidas me olvido de todo menos del mechón que va por arriba aprendí con ella pero, en realidad, aprendí conmigo Realidad pelo, mecha, dedo, de nuevo pelo, mecha, dedo, de nuevo nudillos como máquinas uñas largas, uñas comidas, uñas molestas Conexión Mente vacía Como me gustan mis trenzas cosidas Lupe de la Cuesta Aprendí a escuchar Cuando no supe qué decir Cuando el llanto ahogado enterró mi voz en mi silla o en los cables por los que pasaron sus palabras por los que pasan todas las llamadas de las amigas separadas Lupe de la Cuesta
Aprendí a cuidarme la primera vez que fui solo a la escuela, cuando subí a ese colectivo lleno de chicos que no conocía Fue un día lluvioso Corrí para no llegar tarde Sentía el ruido al pisar el agua de los charcos Como las gotas caían en mi cara y las nubes grises que pintaban el cielo azul Aprendí a estar atento al cruzar las calles mientras recordaba lo que me decía mi mamá Ella lo sigue haciendo porque todavía no sabe que yo aprendí a cuidarme un día de lluvia, un día yendo a la escuela. Francesco Bonfanti
Aprendí a escribir dibujando las letras, mientras ella dibujaba planos en las tardes. En el comedor de casa, aunque a veces ella me llevaba al parque, caminando. Pasábamos por un árbol viejo y ella guardaba la corteza en la cartera, Los árboles lloraban. Me llevaba al rosedal, Olía todas las flores. La carne e los sauces, Ahora era carbonilla con la que yo dibujaba letras, y ella paisajes. No volví a dibujar las letras, Y solo huelo las flores que le llevo. Los sauces todavía lloran. Abril Roldán
Aprendí a hacer trenzas cosidas con la cabeza de quien tiene poco pelo pero lo comparte mechas entre manos transpiradas manchadas con sangre de desalojar cascaritas en un galpón en algún lado de la Argentina la voz de un profesor de gimnasia aturdía a los grillos Lupe de la Cuesta
7 UNA VEZ
a partir de un poema de Roberta Iannamico
Una vez no pude más me quedé encerrada me quedé afuera me caí y me cansé de pedir ayuda a los gritos y con silencios ensordecedores. Anduve sola muchas horas y escribí muchas palabras palabras que tragué para luego vomitar. Lloré hasta el cansancio y no dormí por entrar a un bar donde solo había hombres me sacaron una foto y me dio vergüenza me preocupé tuve mucho miedo. Salí a comer y no pude o no quise y me perdí en las calles de mi cabeza cruce varias sin mirar. Al volver quise pedir ayuda pero, una vez más, no me animé. Frida Gómez Ivetich
Una vez no quise Una vez escribí muchas palabras En todas te denuncié Las vomité tantas veces Me desfilan en la lengua Las pronuncio Las tiro A la basura Una vez escribí dónde nadie podía verme Y solté verdades Solté tantas que se pusieron a jugar, bailar, cantar Y entre esas flores estábamos ellas y yo María José Soto
1. Una vez hablé con vos, siempre con vos, ¿demasiado? Nunca demasiado Nunca me pusiste un límite de renglones La apertura de tus oídos me asusta, puedo decirlo todo, hablé en teléfonos, hablé en una falsa playa con sillas verdes, amarillas, y naranjas, hablé en tu casa no, en tu casa no tanto en la mía no, en la mía tampoco ¿dónde entonces? el anonimato de varios pisos el anonimato de paredes gruesas el anonimato de las calles y del tren el anonimato de la noche el anonimato de los ronquidos y la identidad entre nosotras en nosotras volando como mariposas desconocidas o conocidas solamente como orugas mariposas que estamos conociendo juntas
2. una vez compré una muñeca compré vida compré imaginación compré elegir un nombre compré vestirla compré sentarme en el piso compré despertarme en el amanecer compré hablar sola compré hablar conmigo compré con mi plata compré mi muñeca compré peinarla compré crear historias compré catarsis compré juego compré infancia lo compre? compré ser princesa compré ser doctora compré expresión Compré una muñeca que usé demasiado
3. Una vez abracé fuerte que feo esperar un abrazo que feo esperar encerrada princesa en la cima de la torre mi trenza no era tan larga no había un príncipe tampoco lo necesitaba creo princesa encerrada que espera un abrazo abrazos sanadores abrazos esperados abrazos fuertes abrazos entre princesas encerradas Creí que lo hacía por vos lo mismo te decía tu cabeza Princesas con demasiado orgullo Princesas que no piden ayuda Princesas sin príncipe Princesas que abrazan fuerte a otras princesas Princesas sin madrastra Princesas que no hablan con animales Princesas que no hablan que no piden ayuda Princesas de mentira Princesas de verdad Princesas que una vez se necesitaron Princesas que nunca lo aceptaron Princesas fuertes Princesas revolucionarias Princesas con miedo mucho miedo Princesas que necesitaban abrazarse Princesas que una vez se abrazaron muy fuerte Lupe de la Cuesta
8 DIEZ PALABRAS MÁS BELLAS DE LA LENGUA a partir de un poema de Nicanor Parra
Todavía no puedo… Calla, silencio, palabras que atormentan a muchos, a los que caminaban por la noche azul, a los que leer era su forma de guardar su inmensidad de sentimientos, a los que buscaban expresar sus pensamientos en sus escritos, a los que dejaron un dibujo a medias por falta de comprensión, a los que cuando hablaban no recibían ni un poco de atención, a los que no tuvieron el abrazo que necesitaban, a los que el tiempo los hizo deteriorarse, a esos a los cuales todavía no puedo olvidar. Lucía de la Colina
A veces el silencio, tirita. Como un abrazo con frío, que derrite el tiempo. Tiembla el sentimiento, que no sabe si estar. En la inmensidad de la Tierra, se siente pequeño. No sabe mostrarse. Es azul transparente. Le gusta callar. Rocío Álvarez
El aroma de la libertad sacia mis ganas de felicidad, la profundidad una manera de decir amor. El cielo es bello como encender la chispa de tu corazón. El orgullo como fuego, sonidos de cascabel sembrando claridad en mi ser. Francesco Bonfanti
Voy a cambiarle el nombre a algunas cosas Esperanza se llamará estoy harta eterna espera aroma de libertad. El colador lo usaremos para bailar desnudas tapándonos de la lluvia. Sentimental será el nombre de los presidentes de la casa de al lado será el nombre de las presidentas de los países de pacotilla países de las tierras del sur olvidadas de su propio nombre. Azul se llamará Noche y Noche se llamará Brillo Tierra se llamará Marte. ¿Amarte? Vinimos amarte Vinimos a amarte
Poema colectivo
LAS AUTORAS, LOS AUTORES, LA PROFE Y LOS POEMAS DISPARADORES
LAS AUTORAS Y LOS AUTORES Rocío Álvarez nació en Tucumán en 2005. Estudia danzas desde los 5 años y en 2019 empezó teatro. Le gusta mucho caminar y quedarse a dormir en los cerros. Francesco Bonfanti nació en Argentina en 2008, aunque ahora vive y escribe en una ciudad muy cerca de Roma, Italia. Lucía de la Colina tiene trece años y vive en Caleta Olivia, Santa Cruz. Leer, bailar y escuchar música son actividades que la serenan y la definen. Lupe de la Cuesta nació en la ciudad de Buenos Aires en 2005. La escritura es su forma de canalizar sus emociones. Le gustaría dedicarse a la educación. Es fan de Vanessa Montfort y de Mon Laferte. Candela Francia nació en San Isidro, Buenos Aires, en 2002. Estudia Letras en la UBA y le gusta mucho escribir e ilustrar. Frida Gómez Ivetich nació en Vaqueros, Salta, en 2003. Le gustan las acuarelas, la música y las letras. La sensibilidad es su gran fortaleza, y a veces también su debilidad. Abril Roldán nació en Buenos Aires, en 2005. Es de Aries, se reconoce como una “contradicción andante”, a veces desganada, pero con mucho fuego adentro. Le gusta el arte, dibujar, escribir, editar videos y sacar fotos. María José Soto tiene 18 años y vive en Bahía Blanca.
LA PROFE Ruth Kaufman nació en Buenos Aires en 1961. Es docente, editora, co-creadora y conductora de las tres temporadas del programa Susurro y altavoz, de Canal Encuentro. Publicó narrativa y poesía dirigida a niñxs y adolescentes. Las onomatobellas, Premio Sor Juana Inés de la Cruz, 2015, México; Nadie les discute el trono, tercer premio nacional de literatura 2011, Argentina; Abecedario, premio New Horizons 2015, Italia, entre otros. Algunos de sus libros forman parte de los planes de lectura de Argentina, Chile, Brasil y Colombia. Susurro y altavoz fue distinguido en Uruguay, Argentina y Japón.
LOS POEMAS DISPARADORES LA LLUVIA / Arnaldo Antunes (San Pablo, Brasil, 1960) La lluvia derrumbó los puentes. La lluvia desbordó los ríos. La lluvia mojó los transeúntes. La lluvia encharcó las plazas. La lluvia oxidó las máquinas. La lluvia enfureció las mareas. La lluvia y su olor a tierra. La lluvia con su cabellera. La lluvia agujereó las piedras. La lluvia inundó la favela. La lluvia de cortaplumas. La lluvia enjugó la sed. La lluvia anocheció de tarde. La lluvia y su brillo plateado. La lluvia de rectas paralelas sobre la tierra curva. La lluvia destrozó los paraguas. La lluvia duró muchos días. La lluvia apagó el incendio. La lluvia cayó. La lluvia se derramó. La lluvia murmuró mi nombre. La lluvia se unió con el parabrisas. La lluvia encendió los faroles. La lluvia tocó la sirena. La lluvia con su crin iba. La lluvia llenó la piscina. La lluvia con las gotas gruesas. La lluvia de aguacero negro. La lluvia azotando las plantas. La lluvia señora del fango. La lluvia sin pena. La lluvia apenas. La lluvia combó los muebles. La lluvia amarilleó los libros. La lluvia corroyó las cercas. La lluvia y su golpe seco. La lluvia y su ruido de vidrio. La lluvia hinchó el cieno. La lluvia goteó por el techo. La lluvia multiplicando insectos. La lluvia sobre los tendederos. La lluvia derribando rayos. La lluvia acabó la luz. La lluvia mojó los cigarros. La lluvia meó en el tejado. La lluvia regó lo cultivado. La lluvia erizó los poros. La lluvia hizo muchos pozos. La lluvia secó al sol.
VELOCIDADE / Ronaldo Azeredo (Río de Janeiro, 1937-2006)
SUEÑOS / Nicanor Parra (Chile, 1914-2018) Sueño con una mesa y una silla Sueño que me doy vuelta en automóvil Sueño que estoy filmando una película Sueño con una bomba de bencina Sueño que soy un turista de lujo Sueño que estoy colgando de una cruz Sueño que estoy comiendo pejerreyes Sueño que voy atravesando un puente Sueño con un aviso luminoso Sueño con una dama de bigotes Sueño que voy bajando una escalera Sueño que le doy cuerda a una victrola Sueño que se me rompen los anteojos Sueño que estoy haciendo un ataúd Sueño con el sistema planetario Sueño con una hoja de afeitar Sueño que estoy luchando con un perro Sueño que estoy matando una serpiente Sueño con pajarillos voladores Sueño que voy arrastrando un cadáver Sueño que me condenan a la horca Sueño con el diluvio universal Sueño que soy una mata de cardo. Sueño también que se me cae el pelo.
POR QUÉ GRITA ESA MUJER / Susana Thénon (Buenos Aires, 1935 - 1991) ¿por qué grita esa mujer? ¿por qué grita? ¿por qué grita esa mujer? andá a saber esa mujer ¿por qué grita? andá a saber mirá que flores bonitas ¿por qué grita? jacintos margaritas ¿por qué? ¿por qué qué? ¿por qué grita esa mujer? ¿y esa mujer? ¿y esa mujer? vaya a saber estará loca esa mujer mirá mirá los espejitos ¿será por su corcel? andá a saber
¿y dónde oíste la palabra corcel? es un secreto esa mujer ¿por qué grita? mirá las margaritas la mujer espejitos pajaritas que no cantan ¿por qué grita? que no vuelan ¿por qué grita? que no estorban la mujer y esa mujer ¿y estaba loca mujer? Ya no grita (¿te acordás de esa mujer?)
TABACO MARIPOSA / Elena Anníbali (Oncativo, Córdoba, 1978) Cambios de aprendí a fumar con rubén enrollando tabaco mariposa en papel de seda lo hacíamos de noche sentados en un escalón de la casilla mientras a nuestros pies sus lánguidos perros soñaban con la sangre dulce de las liebres en el monte cercano a veces todo era oscuridad, salvo su cara iluminada brevemente por el fuego como un animal por los relámpagos el día que se fue del pueblo me dejó su radio y los jabones partidos que yo usaba pasándomelos despacio por el cuerpo con la última espuma disuelta en el agua se fue, también, la memoria y el deseo de él una cosa fragante y sutil como los eucaliptos cuando los moja la niebla
COMO GEPETTO / Roberta Iannamico (Bahía Blanca, Buenos Aires, 1972) En la panza de la ballena enciendo una vela para escribir las costillas son un arcoiris sin color un templo donde escucho mi propia voz afuera el mar baila solo.
CAMBIOS DE NOMBRES / Nicanor Parra (Chile, 1914-2018) A los amantes de las bellas letras Hago llegar mis mejores deseos Voy a cambiar de nombre a algunas cosas. Mi posición es ésta: El poeta no cumple su palabra Si no cambia los nombres de las cosas. ¿Con qué razón el sol Ha de seguir llamándose sol? ¡Pido que se llame Micifuz El de las botas de cuarenta leguas! ¿Mis zapatos parecen ataúdes? Sepan que desde hoy en adelante Los zapatos se llaman ataúdes. Comuníquese, anótese y publíquese Que los zapatos han cambiado de nombre: Desde ahora se llaman ataúdes. Bueno, la noche es larga Todo poeta que se estime a sí mismo Debe tener su propio diccionario Y antes que se me olvide Al propio dios hay que cambiarle nombre Que cada cual lo llame como quiera: Ese es un problema personal.
Cooperación Española CULTURA/ BUENOS AIRES