En El Salvador, en este momento, suceden pequeñas revoluciones, revoluciones que no acotan a lo violento del término que conocemos dentro del imaginario conservador y patriarcal; pero que se sirven de aquellos procesos que se usaron en el pasado, para envalentonar y organizarse ante las crecientes amenazas del deterioro ambiental provocado por el cambio climático y el presentismo de una sociedad de consumo que todavía no discierne el futuro hacia el cual nos encaminamos.
Cuando hablamos de Cartografías Líquidas, hablamos de un mapa, de un desglosado de lugares y conceptos que nos permite conocer dónde estamos parados y quiénes nos acompañan. En este caso, la iniciativa que dio origen a este proyecto y subsecuente exposición nos revela que no estamos solos, que hay personas, grupos y organizaciones que no van a esperar la siguiente crisis para tomar iniciativa y comenzar a trabajar por el bien común y el medio ambiente que les rodea.
El término y actitud que más nos llama la atención en este proyecto es la resistencia. Un concepto que podemos ver en la exploración de cada pieza presentada por los seis artistas residentes de Cartografías Líquidas y los dos artistas invitados que como equipo curatorial hemos seleccionado para esta exposición.
Proyectos que, en el caso de los artistas residentes, se pudieron desarrollar de la mano con las comunidades en las que convivieron y que demuestran cómo estas resistencias personales y grupales se alimentan de los errores del pasado y del presente y lo utilizan como una capa más para generar esta armadura con la cual enfrentarse a ese futuro incierto.
Lo interesante de este proceso es cómo se desarrolla una nueva visión del mundo a través del concepto y la palabra, volviéndose una puerta para la emancipación y toma de conciencia personal y grupal del mundo que les rodea. Por ejemplo, en una de las piezas testimoniales de los artistas, una de las protagonistas de la narración comenta cómo en su niñez, durante la guerra civil salvadoreña, viviendo en los campos de refugiados en Honduras, aprendió el significado de la palabra “refugiado” y la subsecuente apertura y toma de conciencia de su mente y cuerpo a una situación de vulnerabilidad y, por lo tanto, a la construcción de herramientas de resistencia y cambio para enfrentar una situación que temporalmente sobrepasaba sus límites como persona.
Estas herramientas son las que podemos ver reflejadas en esta exposición, procesos que permiten la emancipación personal, grupal, territorial y mental, piezas que nos hablan de la condición del salvadoreño como ser humano resiliente, contradictorio y, a la vez, con la capacidad de generar procesos que pueden cambiar el rumbo de una comunidad y que son un digno ejemplo de esa maravillosa frase del beato Rutilio Grande en la que dijo: “Nos tenemos que salvar en racimo, en mazorca, en matata, o sea, en comunidad”.
The Fire Theory
Santa Tecla, noviembre de 2022
Cartografías Líquidas es un proyecto del cluster EUNIC
El Salvador, integrado por el Centro Cultural de España en El Salvador, la Alianza Francesa en El Salvador, la Delegación de la Unión Europea en El Salvador, la Sociedad Dante Alighieri y el Foro Cultural Salvadoreño Alemán; en colaboración con el Laboratorio de Aceleración del PNUD en El Salvador, ADES Santa Marta, Plataforma Global y La Canasta Campesina.CARTOGRAFÍA HUMANA
–SANTA MARTA–Emilie Beffara [Francia]
Intervención en la pared, 8 audios y 9 fotografías. 2022
HASTA QUE CANTA EL GALLO
Emilie Beffara [Francia]
Creación sonora, 29 min. 7 seg. 2022