Las imágenes que no exporta Catalunya

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Centro Cultural de Espa単a, junio de 2009



Carlos G. Cano y Leo Ruffini

En la era de las comunicaciones, irónicamente, no hay lugar que se libre del tópico. Y si el país es pequeño, como en el caso de El Salvador, con más motivo todavía: cuando los focos de la prensa internacional se fijan en el pulgarcito de América, suele ser para rememorar la guerra, un terremoto o un huracán. Y últimamente también se exportan maras, así que, con suerte, si se habla para bien, las escasas oportunidades caerán del lado del turismo. Pero una sociedad es mucho más. Por eso ACCES se planteó, hace algo más de un año, mostrar Las imágenes que no exporta El Salvador. El objetivo: evitar todos esos tópicos y armar un collage ecléctico pero alternativo. Ahora, fruto del concepto de ida y vuelta sobre el que se sustenta nuestra filosofía, nos hemos propuesto mostrarle a El Salvador Las imágenes que no exporta Catalunya. Y para eso, siempre huyendo de los tópicos, hemos tenido que dejar de lado al Barça, la arquitectura de Gaudí, el folclore catalán o los reflejos de la capitalidad económica y cultural que ejerce Barcelona. El nacionalismo catalán, aunque intencionadamente no lo hemos obviado, tampoco acapara mayor

protagonismo, en esta ocasión. Y es que, si bien la identidad es un tema clave, en Las imágenes que no exporta hemos optado por primar las informaciones de entrelíneas: datos, rostros y situaciones necesarias para entender una sociedad tal y como es, pero que a menudo se ven devoradas por la vorágine informativa de la televisión y los periódicos. Para alcanzar ese grado de aproximación, le planteamos el tema a algunos de los más destacados fotógrafos que trabajan actualmente en Catalunya –no todos catalanes– y el resultado son 48 imágenes que hablan de la vejez, los contrastes económicos, el futuro, la añoranza de los inmigrantes o lo difícil que resulta acceder a una vivienda digna. Pero eso no es todo porque, sobre cada uno de los 24 temas de la muestra, diferentes autores –periodistas, músicos y escritores, en su mayoría– han condensado su visión en textos breves. Junto a las fotografías y la subjetividad misma del público salvadoreño, esas reflexiones, que no deben entenderse como un pie de foto, sino más bien como un despertador mental, conforman Las imágenes que no exporta Catalunya.


Albert Jódar Àlex Domínguez Anna Bosch Ariadna Arnés Carlos Castro Daniel Loewe Elena Carreras Francesc Sans Gianluca Battista Guillem Sans Jakob Karte Joan Guarch Joan Pujol-Creus Julián Martín Marcia Yáñez Massimiliano Minocri Mikel Laburu Mireia Arsó Pía Ponti Quim Roser Raúl Hernández Robert Ramos Sergi Càmara Xavier Gil Dalmau



Antonio, Badalona, 2007/ fotografía digital Podría caminar poco a poco como los ancianos, o fingiendo que soy ciego. Podría disimular que soy otra persona, resbalar en la lluvia como los niños más patosos o ir al paso de los que parece que siempre llegan tarde y tengan cosas muy importantes que hacer, como salvar su propio mundo. Observando a la gente sin nombre me pregunto si ellos ven el color verde de la misma manera que yo, o si su visión de las alturas está más deformada que la mía. Finalmente no tengo más remedio que plantearme la no existencia de un canon universal y que nunca sabré cómo perciben ni cómo sienten las cosas los seres anónimos. Y que quizás el arte y la palabra sea el único medio para crear puentes entre islas.


Teresina, Poblenou, 2008/ fotografía digital

Finalmente concluyo que todos somos versiones diferentes de la misma canción. Reposo en un banco y fotografío con la mente. Me pido como esposa a la tercera por la derecha, frente al mercado. Me pido al anciano como abuelo postizo y a aquel señor de traje oscuro como mi ejecutor platónico. Me pido a la chica que tararea para que sea mi niñera tardía. Pido a la vida puntos comunes de entendimiento en todas las materias. También me pido las joyas de aquella señora que brilla y me pido a aquel hombre inflado como mi mecenas. Me pido al librero como asesor personal y a esa belleza llena de circunferencias como lo que siempre podré encontrar en mi bañera hirviendo. Pido nexos en común con casi todos, miro a los seres anónimos y pido, en boca de todos, un nuevo sistema de trueque de lugares comunes, un intercambio continuo. texto de Santi Balmes


Congelats pel futbol/ fotografía digital ¿Por qué?, suelen preguntarte con incredulidad cuando confiesas –porque en Catalunya algo así no se dice, se confiesa– que eres seguidor del R.C.D. Espanyol, el otro equipo de Barcelona. Te lo preguntan y luego se te quedan mirando con una mezcla de curiosidad y recelo, el mismo gesto de un chaval que ha encontrado una araña y la empuja con un palito. Eres un tipo raro. Probablemente un provocador.


Tot recordant Juanito/ fotografía digital

Tú ya lo sabes: en realidad no quieren saber qué te llevó a encariñarte con la camiseta blanquiazul. Eso no les interesa lo más mínimo. Su pregunta no es ¿por qué sí?, sino más bien ¿por qué no?. ¿Qué ha fallado para que, siendo catalán, no seas del F.C. Barcelona? ¿Pero por qué?, les habrán preguntado, también infinidad de veces, a estas personas, miembros de una peña catalana del Real Madrid. Puedo imaginarme al interlocutor esperando la respuesta impaciente, ladeando la cabeza en busca de una razón que explique semejante desorden: ¿te negaron cariño cuando eras un crío? ¿Nunca superaste el trauma de aquella novia que te dejó por otro? ¿O es que, simplemente, te gusta llevar la contraria?

texto de Leo Ruffini


La fundición 1/ negativo b/n El precio de querer ser lo que no somos Para el visitante distraído Barcelona ha sido siempre un escaparate rutilante, una innovación permanente. Los más atentos, sin embargo, eran capaces de escuchar cómo detrás de todo eso respiraban esforzadamente las máquinas y rugían los motores. Era la fuerza de su industria lo que permitió a Barcelona ser de facto una capital europea más y lo que hizo que Catalunya soñara con ser un estado. Una vez despertados del sueño, el rugido de las máquinas es ahora un murmullo. La industria generaba riqueza y daba dinero, pero con demasiado esfuerzo y no siempre a corto plazo.


La fundición 2/ negativo b/n A Barcelona le dio por querer ser lo que no es: la economía productiva pasó a un segundo plano y la especulación y la ingeniería financiera se adueñaron del escenario. ¿Quién quiere ser un sufrido comerciante pudiendo jugar a ser un chico de Wall Street? Y cuando la crisis ha derrumbado los castillos de naipes de la especulación todos los ojos se han girado otra vez hacia la tan denostada industria. Quizás sea ya demasiado tarde y ahora esa Barcelona tan satisfecha de haberse conocido a si misma ya no es el reflejo de una riqueza pujante sino las máscara de una ciudad que paga el precio de no querer ser lo que siempre ha sido.

texto de Iago Andreu


Paloperla/ negativo b/n


Rient/ negativo b/n

Ariadna Arnés

Carrer Fraternitat La luz de nuestra vieja calle, la de cuando te encontré, qué guapo qué chulo y qué pillo, te amo como nunca amé. Allí vi un día al Pescaílla, lo mirabas como quien ve a un dios, qué envidia mi niña, qué envidia, y ahora aquí estamos los dos. El compás te venía en la sangre, y la luna brillaba en tu piel, no vi que pasaban los años por tus besos dulces de miel. La niña es como tú de niña, nació en el carrer Fraternitat, la calle en que todos nacimos, esquina con Llibertat. La noche que resplandecía, de sombras, rumba y vino, unió nuestras almas gitanas, y selló nuestro destino. Y la luz de nuestra vieja calle da lumbre y nos cubre de fe, el tiempo no pasa en nosotros, te amo como nunca amé.

texto de Eudald Caseras


Pensi贸n Calatrava/ fotograf铆a digital


Al margen/ fotografía digital

Carlos Castro ¿Sin Techo? Con el lenguaje subvertimos a diario las palabras que agreden nuestra coraza políticamente correcta. A la pornografía la llamamos cine para adultos, las muertes de inocentes no son más que daños colaterales, las peores mazmorras se difuminan como establecimientos penitenciarios, las masacres invasoras se hacen en nombre de intervenciones militares en guerras limpias, el genocidio es limpieza de etnias, el préstamo usurario es hoy benefactora financiación, la miseria del obrero se convierte en moderación salarial y el pobre que entre todos hemos parido -¿o debo decir diseñado?- ya forma parte asimilada del mobiliario urbano cuando limosnea de día, o de otra animación cultural del vientre de la noche, que sólo es elevada a noticia cuando un racimo de “hijos de la mierda” –como los definía Montserrat Roig- abrasan a uno de sus figurantes, a la sazón peligrosa célula mal dormida en un cajero automático. Esta misma noche, quizá mañana, alguien propondrá que los Techo Cero pasen a ser denominados, de modo aún más delicado e inofensivo, Amigos de las Estrellas. ¡Cuanta infamia gramatical en fría prosa forense! Y cuán inexacta: ellos son los amos del mejor techo de acero, el que les dimos para que jamás ascendieran a las instancias superiores de la excluyente felicidad. Ellos, ricos espejos de nuestro envilecimiento. texto de Ramon Miravitllas


El suelo de Sarrià-Sant Gervasi es uno de los más caros y cotizados de Barcelona/ fotografía digital

Daniel Loewe

Hay que elegir, ¿no? Tanto el fotógrafo -al que no conozco, pero me arriesgaré: este tipo de inducciones son menos peligrosas de lo que parece- como yo vivimos en una ciudad porque nos da la gana. Idos a vivir a un pueblo, podrían decirnos. Nosotros, además, en líneas generales -y sigo hablando por el fotógrafo sin conocerle- pasamos por gente comprometida. Esto facilita una gestión airosa de nuestra autoimagen: no podemos ser parte del problema. A ver: no en vano estamos fotografiando y escribiendo estas cosas, denunciando la contradicción entre la cara amable de la socialdemocracia y su (constitutivo, etc.) reverso oscuro: la gente que se desvincula del bienestar mainstream y que el bienestar mainstream, cruelmente, mantiene alejada sin despeinarse (el bienestar, se entiende), sin aspavientos pero con firmeza.


Inmigrante ante la sede de Iberia de Passeig de Gràcia, en reformas/ fotografía digital

Pues idos a vivir a un pueblo; allí todo el mundo cuida de todo el mundo, y si hay una rata en mitad de la calle, una hacendosa señora (de enérgica sonrisa; delantal bordado a mano, quizá) la va a barrer y va a pasar la fregona luego; a todo esto, nadie cierra la puerta de la calle, y nuestros bolivianos hablan un cantarín, selvático, gracioso catalán. Etcétera. No podemos ser parte del problema y, sin embargo, somos la parte principal del problema. Por nuestra culpa, hacer esto pasa por hacer algo. Por culpa de gente como nosotros, la progresía ambiente es este amontonarse abúlico de historias e imágenes y no acaba de pasar que se imponga el atónito, silencioso, necesario estupor y el caer en la cuenta que será el principio de todo.

texto de Manolo Martínez


Besos 1/ fotografĂ­a digital


Besos 2/ fotografía digital

Elena Carreras Dicen por aquí que es cada vez más difícil encontrar personas cuyos abuelos tengan los cuatro apellidos catalanes. Hay quien se lamenta de eso. Para otros, en cambio, es algo bien normal. Catalunya ha sido siempre tierra de aluvión. Aquí estuvieron sucesivamente los fenicios y los griegos. Bastante más tarde, los árabes. Una oleada de inmigración subida desde el sur de España fue determinante en el desarrollo industrial del país a mitades del siglo XX. Ahora nuestras escuelas están llenas de mohameds, fátimas, lupitas y yan-yans. De nosotros y de ellos dependerá que en el futuro la lengua y la cultura catalanas, se mantengan y sean, al mismo tiempo, abiertas al mundo. Hay quien no lo ve de la misma manera. Lo mejor que se me ocurre para convencerles es recordar aquel bello aforismo: Tu Cristo es judío, tu escritura es latina, tus números son árabes, tu democracia es griega, tu equipo de música es japonés, tu balón es de Corea, tu videojuego es de Hong Kong, tu camisa es de Tailandia, tus estrellas de futbol son brasileñas, tu reloj es suizo, tu pizza es italiana. ¿Cómo osas decir que tu vecino es extranjero? texto de Salvador Alsius


S/T / fotografía digital Año 2009. Barcelona durante una protesta contra una ley educativa. Pero imaginemos que fuera París aquel mayo de 1968. Los protagonistas, la situación y el motivo serían otros, en cambio la escena, la imagen, la instantánea sería la misma: jóvenes protestando y policía actuando. Por tanto quedémonos allí. En plena manifestación, un joven estudiante parisino conoce a una joven estudiante catalana. Pasan una noche loca en casa de un amigo de él. Pocos días después ella vuelve a su país. Ni una dirección, ni un teléfono, ningún amigo común. Imposible saber nada la una del otro (y viceversa). Por ello, él jamás supo que fruto de aquella relación nació Jordi. Lástima porque en su comisaría es el único policía sin hijos.


S/T / fotografía digital

Años después Jordi viaja a Paris. En pleno paseo ve movimiento, gente corriendo. Es una manifestación. La policía actúa con contundencia. Jordi corre, pero cae al suelo. Un policía va directo hacia él. Justo en el momento en que se dispone a pegarle con la porra, se cruzan las miradas. Igual expresión, mismo gesto. El policía le grita: va, corre. Vete, chaval. Sin saberlo, 30 años después padre e hijo se han conocido. Y en una manifestación.

texto de Iu Forn


La Datzira (granja ecol贸gica en Catalunya) 1/ fotograf铆a digital


La Datzira (granja ecológica en Catalunya) 2/ fotografía digital Habitar la ruina, dignificarla o quizá tan sólo evitar que se desplome. Caminar al amanecer entre la bruma, con un jersey grueso y las manos frías. Dar de comer a los animales, que parecen vagar sin rumbo hasta que tú te acercas. Pensar: tengo que arreglar un poco todo esto, tirar esas tablas, o utilizarlas para hacer postigos para las ventanas. Resentirse de cierto dolor allá, que no cede. Admirar a veces la noche absoluta, la eternidad de los días. Conversar a la calidez de la mesa, la olla humeante, los pies entumecidos. Bostezar mirando el fuego. Pensar en alguien a quien ya no ves, o en lugares a los que nunca regresaste. Sentir sueño, un cansancio lento, como bruma en los músculos. Notar la efervescencia de las estrellas al orinar contra un árbol. Saberte lejos y cerca a la vez, lejos de todo, cerca de todo. Compartir con un perro la mirada.

texto de Pedro Zarraluki


S/T / fotografía digital En casa, cojo el plano, el mapa de la ciudad desplegado encima de la mesa grande del comedor. He tenido que plegarlo un par de veces para quitar con un trapo el barro seco que tiene detrás, no recuerdo cuándo se manchó. Repasando el recorrido, mis pasos dibujan curvas, sólo puedes caminar entre los cuadrados y los rectángulos de color rosado, de color más oscuro, por el enrejado de calles que indican países, ciudades o nombres de hombres y mujeres muertos, sólo caminas por aquí, pero da igual, da igual porque tus pasos podrían ser los de cualquier otra calle. La mancha de debajo del mapa, la mancha de barro seco, traspasa el papel tiñendo la parte de delante, un borrón negro al lado del parque. Hay trozos de fotocopias que Maria ha pegado encima del mapa y en los márgenes, extendiendo en blanco y negro las calles rosas que terminan en los límites del plano y que tienen su continuidad en el pedazo de papel y en el adhesivo. También se pueden ver nombres encima de otros, tachados, cambios de nombres de calles donde puedo adivinar la letra de Maria, y en el cruce


S/T / fotografía digital

posterior de la calle, donde trabajaban las máquinas hay una líneas discontinuas dibujadas que indican la futura remodelación, como en un mapa antigeológico que después se verá cumplido. El mapa es viejo, está arrugado, con las puntas dobladas y gastadas. No encuentro el lugar donde he tropezado. Puedo ver la plaza y los dos extremos de la calle, las aceras, pero el paso de cebra tiene el color blanco y fibroso del papel que se ha abierto una y otra vez, aquella esquina plegada y vuelta a plegar muestra ahora una cruz abierta que deja ver la madera de la mesa, un plano deshecho del abrir y cerrar que nos rompe. Somos cuatricromía fina de un mapa.

texto de Francesc Serés


Este día especial 1/ fotografía digital

Hola, me llamo Mireia. Y yo Enric. Yo tengo diez años. Y yo nueve. Los dos vivimos en Sitges. Claro que a lo mejor no sabéis donde está. Nosotros tampoco sabíamos donde estaba El Salvador. Lo tuvimos que preguntar. Bueno, lo pregunté yo porque Enric no lo encontraba en el mapa. ¡No te enrolles! Vale. Que os queríamos invitar a que vengáis a Sitges. Sí. Tranquilos que es muy fácil llegar. Cuando lleguéis a Barcelona preguntad a la gente. Todo el mundo lo conoce. ¡Ey, pero no vengáis ahora en verano! No, porque entonces os perderéis el carnaval. Y es superchulo. Todo el mundo se disfraza y sale a la calle. Y la gente va en comparsas y con carrozas. Es una pasada. Yo este año iba de bruja. Ah sí, ya me acuerdo. ¡Qué fea! Claro listo, porque era para dar miedo.


texto de Javier Montoro

Este día especial 2/ fotografía digital

¡Peor tú que ibas de pirata y el parche te iba grande! ¡Fue por culpa de mi madre, que se piensa que tengo la cabeza como la de mi padre! Claro, es que aquí nos disfrazamos todos. No os imagináis lo nerviosos que se ponen nuestros padres. ¡Qué tontos! No hay que ponerse nervioso. Bueno un poco sí. Yo lo estoy hasta que llega el Rey Carnestoltes. Sí, pero lo más divertido son las rúas. Una se llama Rua de la Disbauxa –desenfrenoy la otra, Rua de l`Extermini –exterminio-. Y todo se acaba con el entierro del Carnestoltes. Y tenéis que saber que esos días se come mucho Xató, que es una ensalada hecha con una salsa muy buena... Pero eso mejor lo probáis cuando vengáis. ¿No? Fins aviat!


La cantina de Los Castillejos/ negativo b/n La memoria, como las paredes desconchadas, está recubierta de fragmentos, de escamas frágiles y ligeras que el tiempo hace volar para perderlas en el vacío del desarraigo. Parte de nuestra memoria permanece sólo en la materialización del paisaje, una forma esencial del recuerdo. La estética decadente y poética de esta cantina del cuartel de Los Castillejos de Reus me trae a la mente el Tempus Fugit y una cierta motivación de relatividad histórica. Aún sabiendo que nunca tendremos una visión estable del pasado, nuestro anhelo pugna contantemente para fijar las cosas que, como los edificios, resistirán los embates del tiempo.


Urbanització a Cap de Creus/ negativo b/n Como en los Viatges i Flors de Mercè Rodoreda, los habitantes de ese pueblo también eran peculiares. La aglomeración de casitas blancas sólo se habitaba en verano, cuando el sol del Cap de Creus atraía a los veraneantes franceses. Venían para olvidarse de sus rutinas, de sus paisajes familiares, durante unas semanas embalsamadas de sal marina y aceite de oliva. Irónicamente, hoy esta urbanización, aún sin llegar a ser nunca la rutina de nadie, está abandonada, y próximamente será derribada, a causa de su ubicación en medio de un parque natural. La memoria es frágil y polimorfa, y el olvido siempre acecha.

texto de Maria Patricio


Lloret de Mar 1/ diapositiva


Lloret de Mar 2/ diapositiva Todas las ciudades son bonitas de noche y es extraño un anochecer aburrido en un pueblo de playa. Hasta aquí, bien. Conozco ciudades ejemplares para meterte en una pelea. Esas mismas acostumbran a ser ideales para dormir acompañado con una de las mujeres del jefe y arrepentirte a la mañana siguiente. Puedes llegar a fraguar una leyenda si por dormir acompañado te metes en una pelea. Te arrepentirás, sin duda. Y tendrás suerte si existe esa mañana siguiente... Una noche me violó una mujer del jefe. Lo juro. Sí, en un pueblecito de playa; cumplía todos los requisitos. Fue mi primera vez y no hay que hablar mal de las primeras veces pero permitidme decir que la arena era demasiado fina. Intenté decir que la quería. Ahora no recuerdo cómo se llamaba pero sí recuerdo que puse su nombre a mi bicicleta ese verano. No sé donde estará ahora esa bicicleta. Tampoco sé si esa mujer tenía el culo del color que resulta al mezclar remolacha con yogur griego. Al menos así podría haber localizado sus nalgas por la playa; esa pasarela de segunda clase tan característica de esos pueblos de playa que lo tienen todo pero que no tienen nada. Pero que al no tener nada, lo tienen todo. texto de Miguel Ángel Blanca


S/T / fotografía digital Barcelona és bona si la bossa sona Barcelona es buena si la bolsa suena. Esa bolsa llena de ruidosas monedas. O llena de recuerdos inútiles que otros nos dan. Las caras de una metrópolis mediterránea se confunden. Un mar que nos abraza y que a otros les escupe. Toneladas de asfalto derriten nuestros zapatos. Bochorno seis meses al año. Y nos proporciona un aire amargo y salado. Esa humedad que nos sofoca y nos agota. Ese ambiente que aplatana después de la dieta mediterránea. Tardes de sopor que ralentizan el ritmo de la ciudad. Una ciudad volcada al consumo instantáneo. Acoge millones de visitantes en busca de algo. Tan solo unos cuantos encenderán el aire acondicionado. O se bañarán en piscinas de azoteas de pago. Pero ya no hay cama pa’ tanta gente!. Y algunos años las fuentes se apagan porque se acaba hasta el agua. Imágenes de calor que es preferible soñar. Tumbarse y soñar. Estirarse y roncar. Y despertar con la caída del sol.


S/T / fotografía digital Con la ropa pegada y la cabeza embotada. Con la espalda empapada y la vista cansada. Con la paloma cagada y tu bolsa tirada. Esa rata alada que vuela ilusionada. Barcelona parece buena sólo si la bolsa suena. Y si no suena siempre habrá un banco que la haga sonar. Un banco gratuito que algún día se tendrá que pagar. Como se paga por aparcar, beber o fumar. El capital manda y la ciudad se ha de aguantar. Hasta esa hora en que la bolsa deja de sonar.

texto de “Txarly Brown”


Barbie Blue/ fotografĂ­a digital


Familia Barbia Blue/ fotografía digital La i griega no es sólo una letra más: es un vínculo, una cópula, un empalme y una conjunción. La forma de su mayúscula es la perfecta imagen de lo separado en el cielo pero unido en la tierra, de lo que nace junto pero crece separado, como el camino de Caperucita roja y el lobo feroz. Es capaz de unirlo todo con todo: niños y yonquis, alegría y pobreza, carne y plástico, realidad y ficción. Por eso, cuando cuatro piernas andan juntas, hay que preguntarse, sobre todas la cosas, en dónde andarán las dos cabezas. Porque eso determinará si de verdad están aquí o no.

texto de Ana Portolés


Por el barrio del Born en el día de la Diada de Catalunya/ fotografía digital

El tendero de la rambla del Born mira al cielo de septiembre con el temor de que cuatro oscuros nubarrones terminen por aguarle la tarde. Y maldice su suerte entre dientes, mientras los parroquianos del bar de enfrente comentan que la crisis aprieta, pero no ahoga, y lo bien que juega ese chico del Barcelona. Al fondo del local, la radio discute sobre la identidad, las banderas, el himno y las urnas, aunque la señora Matilde, que de la vida sabe un rato, dice que eso queda ahora para el otro año.


Libertad para los presos políticos catalanes/ fotografía digital

Mi abuelo siempre va conmigo y me cuenta que Catalunya también celebra su día nacional. Que por eso el lunes pasado fue fiesta. Que entonces el nacionalismo sí salió a la calle, y hablaron las paredes y clamaron las pancartas. Algunos levantaron banderas y lanzaron proclamas. Aunque siempre con respeto. Que no me preocupe que ya lo entenderé cuando sea mayor. A mí me parece bien, pero yo lo que me pregunto es por qué los mayores se ponen tan serios cuando hablan de política. Cómo es posible que el recelo venza a la curiosidad por saber cómo piensa y siente el otro. Dónde empiezan y acaban las fronteras y a quién dejamos fuera. Y por qué la principal revolución no consiste en luchar para que finalmente todos tengamos un pan que llevarnos a la boca. texto de Fermín Robles


S/T / fotografía digital Aprender a compartir Cuando llegas de un lugar del que no vas a volver o piensas que tus fuerzas nunca podrán medirse a las de los demás, la compañía del juego puede convertirse en el reto de ponernos en las manos de los otros, y ofrecerles las nuestras. Con los demás podemos superar nuestras debilidades. Hacernos fuertes. Y nunca en solitario. La fuerza es más grande, siempre, cuando logramos unirnos, cuando entendemos que sus cualidades pueden encontrar en las nuestras un complemento perfecto y no vemos, en ellos, a un competidor. Un juego de alianzas que nos aporta las sonrisas y los golpes en la espalda que la soledad del día a día, en la lucha de un entorno injusto, no nos proporcionará. Nunca tendremos todo lo que buscamos, pero tendremos más si somos capaces de compartirlo.


S/T / fotografía digital

Ésta es la gran asignatura pendiente: aprender a compartir. No sabemos. Vivimos desde pequeños inmersos en la soledad de querer ser mejores que los demás, y dejamos atrás la capacidad de compartir la energía, los espacios, el trabajo, la poca riqueza que se reparte entre quienes siempre acaban teniendo menos. Nos da miedo compartir los servicios escasos y nos asusta la difícil subsistencia de un Estado del Bienestar que no tiene suficientes recursos para atender a todo el mundo… o eso parece. Todo podría repartirse mejor. Y si no, miremos un campo en el que todos juntos tejimos una estrategia. Y sí: en el campo, las jugadas que hacen sonreír son las que nos hacen jugar a todos.

texto de Mònica Terribas


Queralt : estudiant de filologia àrab/ fotografia digital

Ella vive en un edificio sin vecinos, una suerte de versión metropolitana de una pesadilla orwelliana protagonizada por un mileurista. Acaba de independizarse a los 35 años, tiene dos carreras y un máster, pero a su jefe todavía le preocupa que no conozca el reglaje de la máquina del café en el bar en el que trabaja, gracias al enchufe de una amiga que conoció de viaje post licenciatura, cuando aún no sabían que aquel año sabático se iba a alargar toda una década.


Badreix: Dissenyador de moda/ fotografia digital

Él vive en un micropiso sin cédula de habitabilidad. El baño se atasca cada dos semanas y en un viejo frasco de mermelada guarda monedas para cuando debe bajar a utilizar el servicio del bar de abajo, donde no te dejan utilizar el urinario a no ser que consumas algo. Jamás había bebido tanto café. Cuando un amigo le visita, le debe pedir a las cucarachas que bajen a dar una vuelta para dejar algo de espacio. Cuando se le cae una percha encima de la olla en la que cocina el menú habitual (fideos con arroz de diario; fideos con verduras, los sábados), se consuela pensando en lo bueno que es tener ciertas cosas siempre a mano. A pesar de llevar una vida subprime, ambos siguen pensando que lo primero que harán cuando encuentren un buen trabajo será comprarse un piso con terraza y una de esas cocinas de vitrocerámica –signo de estatus desde que la felicidad se mide en metros cuadrados-, pagar una hipoteca a 40 años que se coma la mitad de su sueldo y poder dejarle a sus hijos ese trozo de cemento que nos iba a hacer libres y hoy nos ha convertido en esclavos a perpetuidad de una sociedad en la que lo superfluo es virtud y lo necesario, un capricho. texto de Xavi Sancho


Vista al mar/ fotografía digital El juego de la identidad se basa en la dialéctica entre la similitud y la diferenciación. Parecerse a los demás, para poder formar parte del grupo, o intentar individualizarse y, así, poder ser reconocido como diferente. Y la imagen que queremos dar de nosotros mismos, o de nuestros países, recorren a la misma dialéctica. La vejez, sin embargo, remite a la similitud: no da de sí como para establecer diferencias, y poco a poco va perdiendo su especificidad, hasta la muerte, que es la disolución absoluta de la individualidad. Por eso los viejos no forman parte, en los países avanzados, de su imagen pública. La decrepitud homogeniza, y se parece demasiado en todos sitios. Un viejo en tren y una playa indeterminada no señalan ninguna pertenencia, sino más bien desafección, alejamiento o progresiva indiferencia.


texto de Salvador Cardús i Ros

Arquitectura Okupa/ fotografía digital

Aún más exacto para lo que digo es la imagen que integra el estado de abandono del viejo edificio y su habitante, que podrían estar en cualquier ciudad del mundo: pura similitud. En cambio, el edificio que emerge al fondo, sí que diferencia la ciudad. Nadie entendería la imagen inversa, con el viejo dentro del edificio moderno que, intuitivamente, imaginamos lleno de gente joven, trabajando con tenacidad.


Barceloneta, vida en la playa de Barcelona 1/ Holga 6x6 diapositiva caducada


Quietud y calma, calma contenida, involuntaria Huellas borradas Sola en la inmesidad, perdida entre la vorágine del día a día, de la ciudad Calma, quietud total Un minuto para parar el mundo Un minuto para escucharse Un minuto para respirar Un minuto de silencio Aguarda, No te gires, ahora no, disfruta de este momento Tú y la brisa que te hace saber que estás aquí Tú y la arena que te hace palpar que no hay vuelta atrás, que sólo puedes mirar adelante para crecer sola Rodeada de todo lo que altera tu estado natural. Vive, firme y con todo tu esplendor. Crece, crece viva, Haciendo muestra de todas tus caras. ¿Cuántas veces has cambiado este año? Has crecido Superando los obstáculos Haciendo frente a todo aquello que te cae encima Sin que puedas controlarlo Sin que puedas pararlo Hasta que entiendes que aprendes Aprendes que eres fuerte, valiente. Calma, quietud total Serena, Enraizada con fortaleza Ahora que sabes quién eres Te reconoces Y sonríes Y ves a los otros a tu lado, por fin. Y los otros te miran y les gustas. texto de Helena Miquel

Barceloneta, vida en la playa de Barcelona 2/ Holga 6x6 diapositiva caducada

La gente y cada una de las personas


Boqueria 1/ fotografĂ­a digital


Boqueria 2/ fotografía digital

Los protagonistas de estas imágenes, detenidas en el tiempo, pertenecen a un universo llamado Las Ramblas, donde uno se puede encontrar de repente cautivado por la música de alguna de las trescientas lenguas llegadas hasta aquí desde los más recónditos lugares. Un paseo por el que han transitado, en algún momento, destacadas figuras del mundo de la política, el deporte, la literatura y el arte en general del siglo XX, sin contar que Las Ramblas también han sido testigo mudo de grandes acontecimientos históricos que han marcado las últimas décadas de esta ciudad cosmopolita y culturalmente promiscua como pocas. Un universo que desemboca en el mar, donde la vida jamás se detiene y en el que es posible comprar el periódico o revistas a cualquier hora del día o la noche. Forman parte de las señas de identidad de este paseo, el mercado de La Boqueria, el Liceu, el Cafè de l’Òpera, pero también al lado del viejo Arc del Teatre, un barcito, el más pequeño de la ciudad, fundado en 1912 y donde cada noche se reúnen hasta ochenta clientes en la barra de un metro, y en la que aún te sirven la cazalla. texto de Carlos Ernesto García


Fin de fiesta, la primera luz/ fotografía digital Amantes en la playa La ciudad se desprende del laberinto urbano y, en busca de sosiego, se desliza hacia la playa. Allí nos recibe el Mediterráneo que deslumbra con su luz. En algunos sitios, protegidos por la intimidad del abrazo y sumidos en el sabor del beso, ajenos a la mirada de la cámara que acaricia el instante, los que se aman han encontrado su espacio para la ofrenda de un eterno diálogo sin palabras. Y, en cada recorte, vemos una imagen entera del amor.


Fin de fiesta, el último beso/ fotografía digital

Las ondulaciones de los cuerpos que descansan en la playa, reescriben el movimiento del mar. La pasión circular del horizonte descansa en la armonía del abrazo, centro donde late el ritmo del amor. El aire se detiene en los amantes dormidos y la luz los envuelve con la nostalgia de un lejano paraíso. Nos quedamos en silencio y los dejamos que permanezcan para siempre en el sueño de un puro renacer. Lejos, el horizonte se aleja entre la bruma. El tiempo de los hombres interrumpe la eternidad del mar. Vigilantes que buscan… ¿qué buscan? Los amantes, desvelados en el beso interminable, no sabrán nunca de aquella presencia, y los custodios del orden transgredido no los encontrarán jamás. La playa guarda huecos en el aire y entre la ofrenda de un refugio improvisado discurre ese diálogo de los cuerpos que se entregan en silencio mientras el mar queda prisionero de una búsqueda inútil. texto de Teresa Martín Taffarel


Resant/ negativo b/n Tengo los bolsillos vacíos, el corazón inquieto, me siento de aquí y de allá y de ningún lado, me llena de esperanza este día de sol y de quietud. Estáis tan lejos y sin embargo os llevo dentro, conmigo, como una música que se repite en la cabeza, como pasar toda la tarde mirando la orilla, como las olas que vienen y van y que me muestran vuestras caras... que vienen y van.


Família llunyana/ negativo b/n

Aguardo en este rincón oculto que llegue el día que espero, aguardo el dinero, aguardo el coraje, me someto a la espera con tranquilidad y secreta esperanza. Os echo tanto de menos que el tiempo pasa tan lento, pero no hay nada que yo pueda hacer para apaciguar esta demora, sólo rezar, quizá... Joan me trajo esta mañana una rosa, y un libro. Me llevó a pasear por Las Ramblas, repletas de gente celebrando el Sant Jordi. Creí veros entre la multitud, se coló de repente un sueño en medio de tantas personas; estaban ellos, pero no vosotros. Extrañamente, dejé de sentirme solo… por una vez.

texto de Pamela Navarrete


Silenci profund 1/ fotografía digital Aquí la muerte es blanca Los velatorios cierran en las noches y los muertos visitan las salas de carrozas de los museos funerarios, las fábricas de ataúdes, las bibliotecas de los grandes cementerios. Porque aquí la muerte no está. No se ve. No hay coches mortuorios en las calles ni muertes violentas ni coronas de flores ni apenas asesinos a sueldo. Aquí la muerte sucede en los hospitales. Es blanca. Y las salas en las que despedimos a los muertos tienen vistas colgadas encima de la ciudad, están rodeadas de árboles,


huelen a limpio y ocultan entre las dobleces de las paredes pequeñas cámaras a través de las cuales alguien nos está observando. Alguien nos guarda. Me ofrecieron grabar los funerales de Barcelona, me dice un amigo. Porque luego las familias quieren conservar el momento. Y es que aquí la muerte de los seres queridos se procesa en silencio, en casa. A solas.

Aquí la muerte es blanca. Y los coches esperan difuminados entre los colores oscuros de los estacionamientos. Aquí las paredes de los cementerios se confunden con el paisaje natural que nos arropa. Aquí no hay histeria. Aquí nosotros nos tragamos las letras con las que escribimos los nombres de los muertos que amamos. Ésta es nuestra manera de penar. Éste, nuestro dolor constreñido. Ésta, nuestra idéntica tristeza inmensa. Nuestro adiós eterno. texto de Lolita Bosch

Silenci profund 2/ fotografía digital

Aquí no hay mariachis ni gritos despiadados de venganza ni lanchas fúnebres con flores moradas. No hay comitivas por los pueblos ni velas en todas las ventanas.


Fotógrafos Albert Jódar Badalona, Barcelona, 1982 Licenciado en Multimedia por la Universitat Politècnica de Catalunya y Graduado en el Master de Reportaje y Fotoperiodismo en EFTI (Madrid). Compagina diversos proyectos personales con publicaciones como Vice Spain Magazine o Mondosonoro, y trabajos para la editorial MusicSales Madrid. Ha expuesto en Vigo y Madird.

Àlex Domínguez Vilassar de Mar, Barcelona, 1980 Periodista de formación, antes de serlo empezó a trabajar como fotógrafo para conocer más de cerca un mundo que le apasionaba. Gracias a su afán por viajar (lleva visitados 25 países) ha ido haciéndose con un estilo más cercano al fotoperiodismo clásico, que intenta no contagiarse con las nuevas tecnologías, reducidas al soporte.

Anna Bosch Sant Esteve de Palautordera, Barcelona, 1982 Estudia Fotografía en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya, especializándose en fotografía de teatro y fotoperiodismo. Además de su actividad como fotógrafa de prensa y documentalista, es miembro fundadora del colectivo Ruido Photo, con el que trabaja en varios proyectos.

Ariadna Arnés Barcelona, 1976 Formada como fotógrafa en la Escola de Fotografia de Terrassa (Barcelona), posteriormente amplió sus estudios de fotoperiodismo en Rochester (Nueva York). Desde 1999 trabaja como freelance para diferentes medios y agencias de España y Alemania. Su trabajo ha recibido diversos premios y ha expuesto en Barcelona, Madrid, Ourense, Rochester y Perpignan.

Carlos Castro Barcelona, 1982 Licenciado en Periodismo y diplomado en Fotoperiodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, completó sus estudios en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya. Redactor en diversos medios, cubrió para diarios como Gara o Berria la independencia de Kosovo. Becado por el proyecto Pensión Calatrava, en el 10 Fòrum Fotogràfic de Can Basté. Daniel Loewe Madrid, 1973 Vive desde 1980 en Barcelona, donde se graduó en Fotografía por la Universitat Politécnica de Catalunya. Empezó a trabajar como fotógrafo freelance en 1997. Ha trabajado en Tibet, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Etiopía, entre otros países, y ha recibido diversos premios, entre ellos el Fujifilm Press Award 2005 por su trabajo La puerta sur de Europa.

Elena Carreras Begur, Girona, 1962 Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca, y en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya. Ha colaborado con varios periódicos españoles y ha trabajado como asistente para otros fotógrafos pero, desde 1999, lo hace para ABC. Su obra ha sido expuesta en diversas ciudades españolas. Francesc Sans Guimerà, Lleida, 1951 Fotógrafo de dilatada trayectoria en la prensa nacional, desde que inició su trabajo en 1974 ha pasado por Triunfo, Interviú, Grupo 16 y Diario 16, hasta su cierre. Desde 2001 ha trabajado para los diario gratuitos Metro y ADN. De este último le despidieron hace poco por conflictivo. Actualmente colabora con el diario AVUI.


Gianluca Battista Roma, Italia,1978 Reside en Barcelona desde 2003, donde alterna colaboraciones con El País y varios medios italianos. Tras trabajar para la prensa rosa italiana, se trasladó a la capital catalana para estudiar el Máster en Fotoperiodismo de la Universitat Autònoma de Barcelona. Desde entonces ha centrado su trabajo en la prensa diaria y el reportaje social.

Mikel Laburu Toronto, Canadá, 1975 Empezó a trabajar como fotógrafo en 1997, alternando encargos para prensa y también empresas y particulares. Uno de sus clientes principales es la agencia económica Bloomberg, pero también ha trabajado para medios como Newsweek, The New York Times, El Punt, El 9 Esportiu y Público, entre otros.

Guillem Sans Barcelona, 1983 Estudió fotografía en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya y ha colaborado, entre otros, con la Agencia EFE, la revista Esplai y el diario El País, del que fue becario. Entre 2004 y enero de 2009 trabajó para el diario gratuito Metro, y ha expuesto su obra con el Col·lectiu Negatiu, formado por un grupo de fotógrafos de prensa.

Jakob Karte Munich, Alemania, 1985 Ha vivido en Alemania, EE.UU. y Sudáfrica. Desde 2008 reside en Barcelona, donde estudia fotografía en el Institut GrisArt. En 2008 publicó un reportaje sobre los fugitivos de Zimbawe en la revista sudafricana Equal. Su obra se ha expuesto en Munich. Joan Guarch Barcelona, 1972 Ha estudiado fotografía en la escuela GrisArt de Barcelona, y también diferentes cursos de radio, televisión, doblaje e interpretación. Trabaja en publicidad y como locutor de radio para distintas emisoras catalanas, como actor de doblaje en publicidad, y también como lector de audiolibros para la Organización Nacional de Ciegos (ONCE). Joan Pujol-Creus Vic, Barcelona, 1977 Estudió Imagen y Sonido en Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios comarcales y nacionales, y ha publicado en revistas como El País Semanal y Magazine de La Vanguardia. Ha recibido algunas becas y premios de los que destacan el Injuve 2003, y las becas de fotoperiodismo Gijón 2003 y Albarracín 2005. Ha publicado 3 libros y actualmente combina su trabajo en estudio con la elaboración de reportajes. Julián Martín Madrid, 1951 Aunque pasó por un par de escuelas de fotografía, se considera autodidacta. Lleva más de 40 años trabajando en Barcelona, la mayoría de ellos para la Agencia EFE. Ha cubierto Juegos Olímpicos y viajes de políticos por todo el mundo, pero lo que más le interesa es la temática social. Recientemente expuso Balcons per la pau, en la que mostraba el rechazo a la Guerra de Irak presente en balcones de toda Catalunya. Marcia Yáñez Santiago, Chile, 1974 Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Chile, cursó el Postgrado en Fotoperiodismo de la Universitat Autònoma de Barcelona, donde lleva viviendo cinco años. Ha participado en 5 exposiciones colectivas y una individual, y ha recibido varios premios en Chile, donde ha trabajado como fotógrafa de prensa. Actualmente se desempeña como freelance.


Massimiliano Minocri Roma, Italia, 1981 Licenciado en Historia y Comunicaciones por la Universidad de Roma RomaTre, también cursó Reportaje Fotográfico en la academia romana RUFA y el Postgrado de Fotoperiodismo de la Universitat Autònoma de Barcelona. Su trabajo Innesti di incontro pubblico sobre los medios de transporte del centro de la ciudad, se expuso en Roma. Desde 2007 colabora en El País.

Mireia Arsó Barcelona, 1977 Estudió un Ciclo Formativo de Grado Superior en Imagen, en Barcelona, y diferentes cursos en el Institut d’Estudis Fotògrafics de Catalunya (2000-2003), entre los que destaca un monográfico de fotografía de viajes. Trabaja para el periódico Regió 7 desde 1999, puntualmente para La Vanguardia, AVUI y El Periódico, y también en proyectos personales.

Pía Ponti Buenos Aires, Argentina, 1982 Estudió Dirección Cinematográfica en la Universidad del Cine de Buenos Aires (2002). Actualmente estudia fotografía en la Escola de Fotografia GrisArt, trabaja como asistente de otros fotógrafos, y prepara en Barcelona la que será su segunda exposición (la primera individual). Quim Roser Cassà de la Selva, Girona, 1970 Fotógrafo profesional desde 1993, en 1999 da el salto a la prensa internacional, colaborando con Associated Press, El País y La Vanguardia, desde Kosovo y Macedonia. Ha trabajado para Medicos Sin Fronteras en América Latina y para el Magazine de La Vanguardia en Oriente Medio y los Balcanes. Actualmente alterna proyectos personales con reportajes para agencias de comunicación, publicidad, fotografía de archivo y la docencia en la escuela IDEP. Raúl Hernández Sopelana, Bizkaia, 1982 Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, realizó su beca Erasmus en la Accademia di Belle Arti di Bologna (Italia). Actualmente cursa segundo en la Escola Superior de Fotografía GrisArt de Barcelona. Recientemente presentó su exposición individual Els meus companys turistes en el Algortako Kultur Etxea de Bizkaia.

Robert Ramos Barcelona, 1958 Licenciado en Ciencias de la Informacion por la Universitat Autònoma de Barcelona. Ha colaborado, entre otros, con Diario de Barcelona, Interviú, Cambio 16 y AVUI, del cual es actualmente Jefe de Fotografía. Obtuvo el segundo premio Cultura y Espectáculos Fotopress 1984. Ha expuesto en varias ciudades españolas, y sus imágenes han ilustrado diversos libros sobre la historia reciente de Catalunya.

Sergi Càmara Vic, Barcelona, 1970 Está centrado, desde 2004, en un proyecto personal acerca de las migraciones de África hacia Europa. Su trabajo se ha publicado en Paris Match, Nouvel Observtour, Financial Times, Magazine de La Vanguardia o Newsweek Japan, entre otros. Obtuvo el segundo premio del certamen europeo OneVision, el José Couso de Telecinco y, recientemente, una mención de honor en FotoPres 09. Ha expuesto en Italia, España, Mali y varios países de América Latina.

Xavier Gil Dalmau Barcelona, 1976 Cursó el Postgrado en Fotoperiodismo de la Universitat Autònoma de Barcelona y Fotografía Artística en la Escola d’Art Groc. Ha publicado en La Vanguardia, El Periódico de Catalunya, El Heraldo de Colombia, Utme (EEUU) y la revista Domus (Italia), entre otros. También ha trabajado como operador de cámara y cámara fija en diversos videoclips. Su trabajo como fotógrafo le ha valido varias becas y menciones.


Autores de los textos Santi Balmes Sanfeliu Barcelona, 1623 Licenciado en Sadismo Tragicómico por Harvard. Cantante y compositor de la banda de pop independiente Love Of Lesbian, con tres discos en inglés y tres en castellano, el último: 1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando la luna) (Music Bus, 2009). Buena persona (en general).

Leo Ruffini Barcelona, 1977 Licenciado en Ingeniería Industrial y Periodismo, estudios que ha complementado con los de narrativa, en el Ateneu Barcelonès, y fotografía, en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya. Actualmente trabaja como fotógrafo para AZAPRESS, colabora con Diari de Terrassa y el portal de la Universitat Oberta de Catalunya, y dirige los departamentos de comunicación de tres empresas españolas del sector tecnológico. Iago Andreu Sotelo Barcelona, 1983 Periodista y escritor. Tras completar sus estudios en Derecho y Periodismo en la Universitat Pompeu Fabra, cambió la capital catalana por el minúsculo pueblo de Ordino, en el Principado de Andorra, donde actualmente reside, trabajando como redactor de Política en El Periòdic d’Andorra, la publicación diaria de centro-izquierda del microestado andorrano.

Eudald Caseras Surribas Barcelona 1974 Licenciado en Derecho y Periodismo. Ha colaborado en diversas radios y desde el año 2006 es redactor de la revista Don Balón. Ramon Miravitllas Pous Ripoll, Girona, 1949 Periodista. Formó parte de los equipos fundadores de Mundo Diario y El Periódico de Catalunya, y fue subdirector de Interviú. Ha presentado programas de debate en RTVE y varias cadenas catalanas. Actualmente dirige la tertulia La Nit en COM Ràdio y es profesor de periodismo político en la Universitat Autónoma de Barcelona. Es autor de siete libros. El último, Mapa mut.

Manolo Martínez Ceuta, 1973 Cantante y compositor del grupo Astrud, con el que ha publicado cuatro Long-Plays, el último titulado Tú no existes (Austrohúngaro / Sinnamon, 2007). También es profesor ayudante en la facultad de filosofía de la Universitat de Barcelona. Manolo Martínez se considera parte del problema. Salvador Alsius Barcelona, 1948 Periodista y sociólogo. En su trayectoria profesional ha alternado el ejercicio activo de la profesión periodística, especialmente en televisión, con la docencia universitaria. Licenciado en Ciencias de la Información, en Ciencias Económicas, y doctor en Periodismo. Ha sido decano del Col·legi de Periodistes de Catalunya. Actualmente dirige la carrera de Periodismo de la Universitat Pompeu Fabra.

Iu Forn i Piquer Badalona, Barcelona, 1962 Guionista de radio y televisión, periodista y escritor, él se define como un señor de hacer faenas. Escribe una columna diaria de opinión en el diario AVUI desde 2003. Y colabora con la revista El Jueves desde 1992. Ha escrito seis libros. El último, la novela El candidat.


Pedro Zarraluki Barcelona, 1954 Ha publicado tres libros de cuentos, y novelas como El responsable de las ranas, galardonada con el premio Ciudad de Barcelona y El Ojo Crítico, Para amantes y ladrones, La historia del silencio, premio Herralde de Novela, Un encargo difícil, premio Nadal 2005, y Todo eso que tanto nos gusta, de reciente aparición. Su obra ha sido traducida a múltiples idiomas.

Francesc Serés Saidí, Franja de Ponent, Huesca, 1972 Es autor de Els ventres de la terra, L’arbre sense tronc y Una llengua de plom, dentro de la trilogía De fems i de marbres. Ha escrito también La força de la gravetat (Premi de la Crítica Serra d’Or y Premi Nacional de Literatura) y La matèria primera (Premi Octavi Pellissa), todos ellos en catalán. Actualmente, vive y trabaja en la Garrotxa (Girona).

Javier Montoro Olesa de Montserrat, Barcelona, 1974 Periodista freelance y colaborador de medios como ABC, La Voz de Galicia, Pronto o Interviú. También trabaja como creativo y asesor de contenidos en la agencia de publicidad Umbilical Minds, y se ha encargado de las campañas de prensa de diferentes eventos en Barcelona. Es militante del buen humor y le encanta la gente que sonríe a los desconocidos.

Maria Patricio Barcelona, 1983 Licenciada en Periodismo y estudiante de Teoría de la Literatura. Siente un gran interés por la gestión cultural, campo en el que trabaja actualmente. Ha publicado el poemario El torn de les fades / El turno de las hadas (Emboscall, 2008). Miguel Ángel Blanca Sabadell, Barcelona, 1982 Graduado como guionista en la Escola de Cine i Audiovisuals de Catalunya, en 2001 realizó el cortometraje Las chicas solas tocan el violín, que sólo le gustó a su madre. Empezó a escribir letras acompañado de una guitarra desafinada y de sus inseparables amigos Alejandro, Rafa y Pau, con los formó la banda de canción romántica Manos de Topo. Su segundo álbum se llama El primero era mejor.

Carlos Closa ‘Txarly Brown’ Barcelona, 1967 Barcelonauta ácrata y rumbero, es un conocido diseñador gráfico y activista de la rumba. Preside Fomento de la Rumba Catalana, dirige su programa rumbero semanal en RGP, y oficia como dj en su Rumba Club y otros locales, auspiciado por las ventas de sus discos recopilatorios Achilifunk (Lovemonk, 2007 y 2009).

Ana Portolés Sabadell, 1978 Estudió Psicología en la Universitat Autònoma de Barcelona, fue editora de Le Cool Magazine Barcelona, es autora de varios libros y colabora en revistas culturales dando su particular visión del arte, la música y la literatura.

Fermín Robles Badalona, 1980 Licenciado en Filología Hispánica y Periodismo. Ha trabajado en varios medios locales de Barcelona y desde 2005 es colaborador en la sección de Cultura del diario El País.

Mònica Terribas Sala Barcelona, 1968 Periodista y profesora titular del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Doctor of Philosophy por la Universidad De Stirling (Escocia). Entre 2002 y 2008 fue conductora del programa La Nit Al Dia, galardonado con diversos premios, entre ellos el Nacional de Cultura de Periodismo. Desde junio de 2008 es Directora de Televisió de Catalunya.


Xavi Sancho Barcelona, 1972 Se licenció en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona y entró en el consejo de redacción de Vang, suplemento cultural del diario La Vanguardia. Tras dos años en Londres, volvió a Barcelona para ser jefe de redacción de la revista gratuita de tendencias AB. En la actualidad colabora con El País, Man, Primera Línea, Marie Claire y V Magazine, y es director creativo de la agencia Control Zeta. Salvador Cardús Terrassa, Barcelona, 1954 Doctor en Ciencias Económicas y Profesor Titular de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona. También es periodista y colabora regularmente en diversos medios. Entre sus últimos libros destacan El desconcert de l’educació (2000), Ben educats (2003) e Immigració, ciutat i progrés (2005).

Helena Miquel Barcelona, 1972 Licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona y Diplomada en Comunicación Audiovisual por la escuela EMIC, ha trabajado como periodista en Catalunya Ràdio, AVUI y Enderrock, entre otros. Desde 2007 se dedica profesionalmente a la música como cantante de los grupos Facto Delafé y Las Flores Azules, y Élena.

Carlos Ernesto García Santa Tecla, El Salvador, 1960 Autor de Hasta la cólera se pudre; A quemarropa el amor, La maleta en el desván, El Sueño del Dragón y Bajo la Sombra de Sandino. Desde finales de 1980 vive en Barcelona y su poesía ha sido traducida al inglés, italiano, chino, portugués y árabe. Teresa Martín Taffarel Buenos Aires, Argentina Reside en Barcelona desde 1983. Licenciada en Filología Hispánica. Profesora de técnicas de escritura (cuento y poesía) y de formación literaria. Ha publicado El tejido del cuento, Caminos de escritura, Vida, secretos y costumbres del mundo encantado de las Hadas, Jorge Luis Borges: la escritura del mundo, Trayectoria poética de Pablo Neruda y los libros de poemas Mínimo equipaje, Lecciones de ausencia y Del tiempo y la sombra.

Pamela Navarrete Santiago, Chile, 1968 Reside en Catalunya desde 1974. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en periodismo musical, trabaja desde 1995 en Diari de Terrassa. Ha colaborado en programas locales de radio y televisión, y colabora con la revista musical catalana Jaç. También es programadora artística de la Casa de la Música de Terrassa. Lolita Bosch Barcelona, 1970 Ha vivido en Albons (Baix Empordà), Estados Unidos, la India y, durante diez años, en Ciudad de México. Es licenciada en Filosofía por la Universitat de Barcelona, tiene un Diplomado en Escritura Creativa de la Sociedad General de Escritores Mexicanos y un Postgrado en Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Escribe, a la vez, en catalán y castellano. Y su obra ha sido traducida al polaco, al alemán y al inglés.


junio de 2009

Organiza Associació Cultural Catalunya - El Salvador (ACCES)/ acces.blogia.com Carlos G. Cano/ carlos@liqnec.com Leo Ruffini/ leo@liqnec.com Curadores Raül Calàbria/ raulcalabria@gmail.com Audiovisual


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