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I El sector Opina

REPORTAJE EL SECTOR OPINA

ANICE, Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España La internacionalización y las inversiones son motores para el sector, pero las cargas administrativas lastran las expectativas

Alberto Jiménez, presidente de ANICE

La industria cárnica, al igual que muchos otros sectores, está atravesando una muy complicada situación, de la que ANICE se ha hecho eco y ha venido alertando en los últimos meses. Pese a ello, la inmensa mayoría de los empresarios confiamos en mantener el empleo, aumentar las inversiones y seguir desarrollando las exportaciones como motor sectorial, siempre y cuando sintamos el apoyo de la Administración Pública o al menos no se nos impongan nuevos condicionantes que lastren aún más nuestra actividad, con cargas administrativas que incrementen aún más los elevados costes que actualmente tenemos. Desde ANICE tememos que de no resolverse de manera urgente la actual coyuntura, ello termine con la destrucción de una importante parte de nuestro tejido industrial, con lo que conllevaría en términos de pérdida de actividad y futuro para el medio rural en el que la industria cárnica se ubica, poniendo en peligro nuestro posicionamiento como país exportador. El encarecimiento de las materias primas y el incremento continuado de los costes de energía y resto de insumos, han disparado los costes de producción de las empresas, como así lo ha manifestado el 87,3 % de los empresarios encuestados en el último Barómetro de la Industria Cárnica Española, elaborado por ANICE y Cajamar. Además, más de un 70 % temen que estos sigan incrementándose, teniendo enormes dificultades para trasladarlos al siguiente eslabón de la cadena. Si ello no fuese suficiente, la industria pagará este año la energía un 344 % más cara que en 2019. Se añade a ello la enorme evolución inflacionista, que ha roto todas las premisas sobre las que se sustentó la negociación colectiva y las cargas administrativas derivadas de normativas, nacionales y comunitarias, como la que traerá consigo la entrada en vigor el próximo año del Impuesto al plástico que golpeará a la industria alimentaria española con un coste de 690 millones de euros, reduciendo los ya ajustados márgenes de nuestro sector.

Nuestro Gobierno tiene que tomar consciencia de estos delicados escenarios y adoptar medidas de emergencia que pongan solución a una insostenible situación, que está tensionando la cadena cárnica y produciendo un enorme desgaste de los operadores. A pesar de esta difícil coyuntura, en la industria cárnica el ISICE (Índice de Sentimiento de la Industria Cárnica Española) sigue registrando cifras positivas derivadas del aumento de las exportaciones, que posiciona a las industrias como un potente motor económico para el sector, de acuerdo con lo manifestado en el barómetro por el 83,7 % de las empresas. El crecimiento de las exportaciones en esta última década ha permitido a las empresas diversificar riesgos y posicionar a la industria cárnica española como una de las principales potencias exportadoras de carne de calidad a nivel mundial y a la vanguardia de las exportaciones de la Industria de Alimentación y Bebidas en nuestro país. Gracias a este esfuerzo, en 2021 la industria cárnica continuó batiendo récords, superando los 8.990 millones de euros, que se traduce en un aumento de ventas al exterior del 3,72 %. Una evolución positiva, pero sin duda con mucho recorrido, dada la gran calidad de nuestros productos, la búsqueda de nuevos mercados y la firme demanda internacional, así como experiencia comercial acumulada en los últimos años.

Nuestro Gobierno tiene Sin embargo, es importante señalar una vez más, la necesidad de elimique tomar consciencia nar cargas administrativas si se quiere continuar favoreciendo el desarrollo empresarial del sector cárnico-ganadero y mantener su liderazgo exportador. de estos delicados escenarios y adoptar La industria está invirtiendo en proyectos de sostenibilidad y digitalización, enfocados mayormente en la reducción de costes de explotación y consumedidas de emergencia mo de energía, en un intento por compensar el fuerte incremento de estos en el último año. Desde ANICE se lamenta que el PERTE Agroalimentario, en el que se habían depositado muchas expectativas, será de difícil aplicación, impidiendo que las empresas puedan participar en las próximas convocatorias y que las ayudas lleguen de forma eficaz a la industria cárnica. El sector confía en mantener el empleo y sus inversiones. Durante la pandemia tuvimos un buen comportamiento y en 2021 quedó ratificado de nuevo nuestro compromiso con la creación y el mantenimiento de los puestos de trabajo generados, situándonos como el primer empleador de toda la industria alimentaria con 119.646 ocupados en el primer semestre del 2021. Esperamos que esta situación se repita en el nuevo ejercicio que ahora comenzamos, teniendo en cuenta los resultados del último Barómetro de la Industria Cárnica, en el que más de la mitad de nuestras empresas han manifestado que mantendrá su plantilla y un tercio expresa haberla aumentado durante el primer semestre de 2022. En un contexto nada favorable, esta radiografía muestra el compromiso de la industria cárnica con la producción de alimentos para la sociedad, su resiliencia, su capacidad para seguir siendo una potencia exportadora y su confianza para crear y mantener el empleo en zonas rurales, generando riqueza y protegiendo nuestro patrimonio industrial y cultural

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