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I Cultura del precio
Cultura del precio
El incremento de los costes de las materias primas (especialmente los metales y el petróleo), de manera constante, es uno de los factores que está trastocando la planificación y actuaciones de las empresas del sector de material eléctrico. Es una complicación que viene del año pasado, pero que se ha recrudecido por los efectos de la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia.
Una de las consecuencias es el impacto en el negocio de los fabricantes, que se ven obligados a cambiar y actualizar las tarifas de precios de sus productos varias veces al año; fenómeno que, siguiendo la cadena de valor, deriva también en las empresas distribuidoras. Subir el precio siempre es un tema sensible, sobre todo en un mercado que siempre juega con esta variable en la negociación de proyectos y obras.
Pero, en esta coyuntura inflacionista, está calando cada vez más entre los profesionales la idea de que aumentar los precios no solo es necesario sino conveniente. Así lo expresó Javier Arbués, director de Distribución de Schneider Electric Iberia, en la mesa redonda de la distribución que organizó esta publicación a finales de mayo: hay que interiorizar una cultura de precio dentro de cada empresa, “que nos debe hacer más fuertes”; así se protege la rentabilidad de la compañía y crece el sector en su conjunto.
Esta cultura del precio lleva aparejados otros beneficios: se puede alcanzar una mayor facturación con el mismo esfuerzo, en teoría, aunque las tensiones en la gestión logística crecen y se complican. También se puede utilizar el precio como herramienta para compensar el posible riesgo de los clientes. Y, además, se consigue una revalorización de los stocks en cada aumento de las tarifas.
En este ámbito lo ideal es aplicar una responsabilidad compartida entre fabricante y distribución a la hora de trasladar el incremento del precio hacia todos los actores de la cadena.
Alberto Rouco, director general de Simon Iberia, en un reciente foro organizado por Grudilec resumió esta dinámica con claridad: “Si toda la negociación se reduce al precio, todo el sector sale perdiendo”. Como suele ocurrir, siempre habrá alguien que en algún momento ofrezca el precio más barato.
Aquí entran factores como la asesoría, los plazos de entrega y el soporte técnico a los que hay que dar más valor. Aunque la realidad del mercado a veces es muy tozuda
Miguel Ángel Jiménez
Director del Área de Material Eléctrico