Atake contra zona

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Julio 1992 Aíto García Reneses

Conceptos de ataque contra zona Considero que el propósito de cualquier charla, conferencia o articulo escrito es el de hacer reflexionar a los que escuchan o leen. Lo que nos explican no hay que tomarlo como una receta perfecta y absoluta que inmediatamente podemos aplicar en nuestro equipo, porque es muy difícil que las circunstancias puedan repetirse en un equipo de cualquier nivel que éste sea; lo que realmente sí importa es analizar lo que se escucha y de este análisis personal saber extraer aquellos detalles o aspectos técnicos o tácticos que podamos introducir posteriormente en el trabajo que realiza cada entrenador con su equipo. En la práctica, hay tres formas de atacar la zona: 1) divisiones 2) pases 3) bloqueos. La utilización de divisiones y pases es lo más habitual desde tiempos lejanos, mientras la tercera opción, bloqueos, junto con algunos detalles que luego explicaremos, es la más novedosa. La zona se puede atacar con cualquiera de estos conceptos aunque hay que especificar que la tercera opción (bloqueos) necesita algunas de los otras dos para ser eficaz; solamente con los bloqueos no se puede atacar una defensa en zona. Sin embargo, con divisiones y bloqueos, o pases y bloqueos, o divisiones y pases o con los tres conceptos juntos, sí que podemos crear una excelente manera de atacar la zona. Vayamos ahora por partes y analicemos la primera opción o forma de atacar la zona. El primer aspecto a tener en cuenta es la "circulación". En muchas ocasiones un problema que suele surgir cuando atacamos zona, individual o contra cualquier defensa, es que circular el balón significa que yo te paso, tu me pasas, yo vuelvo a pasar y así seguidamente. Esto no es propiamente lo que yo entiendo por circulación. Su verdadero sentido es cuando el balón va completamente de un lado a otro, o por lo menos el balón empieza en una esquina y va hacia la otra como


se refleja en el diagrama 1, o como, poniendo otro ejemplo, en el diagrama 2,

Cuando hablo de circulación entiendo que debe haber como mínimo un pase hacia el fondo y una buena «línea de pase», Esto quiere decir que haya una línea en la cual podemos pasar el balón y no nos lo corten, o sea que tengamos una probabilidad de riesgo mínima, diagrama 3. Para utilizar convenientemente este concepto de «línea de pase» es importante que tengamos en cuenta que ésta no la vamos a conseguir de forma natural sino que habrá que buscarla en función de la posición defensiva. Si la zona se cierra, los atacantes se cierran, y si la zona se abre, los atacantes harán lo mismo. Con estos movimientos, que podríamos llamar de contracción, es como se mantienen las líneas de pase, que no siempre son las mismas y van en función de los movimientos individuales de los jugadores, defensores y atacantes. En este contexto es muy importante el juego de los jugadores sin balón. Este aspecto es algo en el que pecan muchos

de nuestros jugadores. Aquí en España estamos acostumbrados a que el jugador con balón lleve el mayor peso del ataque, mientras la experiencia nos va enseñando de la importancia del movimiento de los jugadores sin balón, que son los que realmente consiguen crear buenos líneas de pase o ayudan al jugador con balón a conseguirlas. Un aspecto también importante es que el jugador con balón siempre debe disponer de dos líneas de pase para evitar que se


atasquen las conexiones con los demás compañeros y que la defensa adquiera una ventaja posicional. El tercer punto clave es el de «alejarse de la posición teórica del defensor», con lo cual podremos dividir con más facilidad y, además, iniciar el movimiento con una posición ventajosa, ya que no estamos enfrentados al defensor, sino desajustados.

En el diagrama 4 tenemos un ejemplo de una circulación rápida del balón usando las líneas de pase, alejándose del defensor para posteriormente buscar dividir, Cuando (5) pasa a (3) y éste a (1), (2) debe alejarse de su defensor (B), y cuando recibe de (1) dividirá entre (B) y (D), Al dividir, (2) provocará la reacción de los defensores y en consecuencia logrará crear dos líneas de pase claras hacia (1) y hacia (4). Cuando dividimos, debemos tener claro que el mejor momento es cuando estamos entre dos defensores y no cuando estamos enfrentados a uno de ellos. Lo que sí puede ocurrir es que el jugador con balón sea presionado y entonces intenta superar al rival para romper y mejorar la circulación. El siguiente aspecto a tener en cuento es la «distancia». Para concretar mejor este concepto utilizamos una disposición defensiva 1-2-2 que sólo nos va a servir para explicar los conceptos; no para crear un sistema de ataque.

En el diagrama 5, si el atacante (4) intenta pasar a (2) y el defensor (B) presiona, (2) se abre y recibe el pase en una posición más alejado de (1) que la inicial. La idea básica es que entre los atacantes haya como máximo 4 ó 5 metros de distancia; de esta manera (1) deberá buscar una nueva posición


porque sino hará que, en otra zona defensiva, un solo defensor consiga encargarse de dos atacantes. Existen casos en los que alejarse bastante de la posición teórica del defensor, o no acercarse lo suficiente, no implica que tengamos a dos jugadores juntos. Por ejemplo, en el diagrama 6, en una situación atacante en 1-4, los aleros (2) y (3) pueden ser, sin tener el balón, muy peligrosos para la defensa y ello porque, estando el balón en cualquier posición, siempre hay algún defensor que está pensando en salirles. En esta situación, la distancia se convierte en un aspecto relativo. Como podemos apreciar, siempre siguiendo el ejemplo, si (4) tiene el balón, el defensor (C) está pensando que (3) puede recibir en la misma posición que en el último o los dos últimos ataques, o sea en la prolongación del tiro libre. En el siguiente ataque, si (1) recibe más cerca de (3), éste se desplazará hacia la esquina y si recibe, será el defensor (E) que tenga que salir.

Si (3) no recibe, (E) estará pensando que en caso de hacerlo deberá salir, con lo cual el defensor (C), que está acostumbrado a hacerlo, tendrá dudas y permitirá que (5) esté más libre. Con ello, quiero decir que sin ni siquiera recibir el balón, si el alero se aleja de la posición teórica del defensor que debería salirle, ya está creando un peligro potencial dado que consigue que sean dos los defensores pendientes de su posición.

La ventaja que puede tener este tipo de ataque es que el alero no se acerca a ninguno de sus compañeros y puede crear dos buenas opciones ofensivas. En la primera, diagrama 7, cuando (1) pasa a (3) y (E) sale a defender, el atacante (5) puede cortar


hacia canasta para recibir. Cuando la defensa se ha acostumbrado a la opción anterior y busca sus contra-medidas, se produce la siguiente opción, diagrama 8. Si el defensor (C) se queda a defender a (5) y (E) está preparado para salir a la esquina, (3) finta un corte por abajo y luego se abre hasta la altura de la prolongación del tiro libre para recibir de (1) y tirar con ventaja, o jugar una penetración a contrapie sobre (E), si éste saliera tan arriba. Volviendo al principio, quiero que quede claro que la alineación inicial de 1-2-2 en ataque es simplemente un ejemplo para que se entiendan los conceptos de circulación rápida del balón, de la importancia de la línea de pase y del significado de alejarse de la posición teórica del defensor. Tras lo comentado, el siguiente paso a estudiar es el de «dividir para buscar una nueva línea de pase». Es un error muy común el querer dividir sin buscar una línea de pase. Por ejemplo, en el diagrama 9, (1) divide entre (A) y (B); automáticamente (2) y (3) deben buscar nuevos líneas de pase, pero también (4) y (5), que antes de la penetración estaban a dos pases del balón, ahora necesitan buscar una línea de recepción tras la división creada por (1). Esta labor es importante si queremos crear una buena dinámica de trabajo y que todo el equipo se involucre en una acción conjunta para lograr un buen tiro. Salvo en situaciones límite, es importante no hacer acciones precipitadas en los primeros segundos de posesión.

El último aspecto fundamental a tener en cuento es el «rebote», Existe una mala costumbre generalizada según la cual nadie va a cerrar los rebotes contra la zona. Tenemos que ser conscientes de que si los defensores trabajan duro para molestar nuestro tiro, van a tener con toda seguridad problemas para cerrar el rebote. El rebote de ataque, pues, es algo importante que un buen equipo debe dominar. En este aspecto es importante la intuición del jugador que debe saber ver la posibilidad de tiro de un compañero para poder anticipar su movimiento e ir al rebote con anticipación. Es preferible hacer lo siguiente,


diagrama 10, que no ir nunca. Si el compañero no tira, se sigue el movimiento y se sale de la zona, tal como hace el jugador (3). Éste, cuando (2) recibe, piensa que puede haber un tiro y se mete dentro del área para buscar una buena posición; si ve que (2) no tira y pasa a (1), sigue su movimiento y se abre creando otra opción de tiro, en caso de recibir de (1), y dando la oportunidad a que sea otro de sus compañeros, (2) o (4), el que se aproveche del espacio libre, El trabajo de coger una buena posición reboteadora es importante especialmente para un jugador exterior. Hay una forma interesante de ir al rebote ofensivo que es cerrar el rebote como si éste fuera defensivo. Por ejemplo, en el diagrama 11, cuando (2) recibe de (1) con la intención de tirar, (4) corta y va a ocupar lo posición por delante del defensor (E), tal como si estuviera defendiéndole.

Vayamos ahora a centrarnos en una segunda forma de atacar la zona, que es con «pases, e ir al hueco». Todas las zonas tienen un hueco característico. Por ejemplo, diagrama 12, la zona 1-2-2 tiene un hueco, en su formación inicial, en el centro. Nosotros podemos atacar como queramos, pero lo importante es atacar este espacio vacío. Cuando alguien que ataca se sitúa en este hueco y puede recibir un pase, la reacción es que algún defensor vaya a taparle, con lo cual automáticamente se creará otro hueco en otra posición y así sucesivamente.


En el diagrama 13, el atacante (5) corta en medio de la zona, en el hueco, provocando la reacción del defensor (E) que debe cerrar esta posición. Enseguida viene la "contra-reacción" de (3), que corta hacia el nuevo hueco para recibir el pase de (2). Si (D) va a defender a (3), diagrama 14, será (2) el que aproveche el nuevo hueco. Si (B) baja a cerrar a (2), (4) sube al hueco que se origina en la esquina superior del área, y lo mismo a continuación. Es decir, que vamos primero al hueco teórico de la zona y cuando los defensores tapan este hueco o esta línea de pase, se están generando otros espacios libres y es allí donde tienen que ir otros atacantes para recibir el balón o hacer que la defensa les siga.

Continuando con este concepto de ataque, lo que más nos interesa es atacar los huecos con más altos porcentajes, que suelen ser los más cercanos a canasta. Lo que podemos hacer es desajustar la zona en función de la alineación defensiva. Si hacen 2-1-2, nosotros nos colocamos en 1-3-1; si hacen 1-3-1, nosotros nos situamos en 2-1-2, y así con cualquier combinación. Si, por ejemplo, nos defendieran con una zona 1-2-2 match-up (o sea, de ajuste), como en el diagrama 15, nosotros nos colocamos en una formación de ataque en 1-3-1. Lo más normal en una defensa de ajuste es que los defensores ajusten sus posiciones y en este caso hagan subir al defensor (D) para tapar a (4), colocándose así en 1-3-1. En esta situación, nosotros empezaríamos directamente a atacar los huecos de la zona 1-3-1, Por ejemplo, en el diagrama 16, nuestros jugadores se desplazan cubriendo los huecos y tomando una formación de 2-1-2. Si ellos nuevamente ajustan, entonces nosotros reemprendemos nuestra posición en 1-3-1.


Si nos defienden en 1-3-1, diagrama 17, hay una excepción a la «regla» de los huecos, cuando los compañeros que están a la derecha y a la izquierda no están en línea de pase. Entonces no tenemos más remedio que triangular, con (2) que pasa o (5) y éste lo puede hacer hacia (1) o hacia cualquier otro compañero que tenga una línea de pase abierta. A la hora de entrenar estos conceptos lo podemos hacer utilizando únicamente uno de ellos en cada ocasión, sean pases, sea circulación, sea ir al hueco. Lo importante es que tengamos en cuenta que en cualquiera de estas situaciones, cuando un compañero puede tirar o tira, hay que ir al rebote ofensivo, hay que hacer circular rápido el balón y realizar fintas de pases, sobre todo en los pases que pueden ser decisivos para la consecución de una canasta. Pasemos ahora a la tercera parte, la de los «bloqueos», Esta forma es solamente posible combinándola con la primera o la segunda. Los bloqueos son directos cuando se bloquea al compañero que tiene el balón. La finalidad de estos bloqueos es ayudar a que el jugador con balón pueda dividir más fácilmente, por lo cual se crea una nueva línea de pase y se puede forzar al defensor a salir mucho de su teórica posición. En el diagrama 18, el atacante (5) bloquea al defensor (A). Automáticamente (2) busca una nueva línea de pase para recibir de (1) cuando (B) va a ayudar, En el momento en que hemos movido al defensor (B), vamos a buscar los huecos generados. En el diagrama 19, (2) hace salir a (C) fuera de su posición con una penetración (dividir), (4) busca una nueva línea de pase, y cuando (E) va a cerrarle el camino, será (5) que corta tras la continuación en el bloqueo.


Los bloqueos también pueden ser indirectos y se pueden hacer para un compañero o para uno mismo. En el diagrama 20, cuando (3) pasa hacia (2), (5) sube a realizar un bloqueo al defensor (A) para que lo aproveche (1), que así abre una nueva línea de pase y consigue más tiempo para tirar cuando recibe de (2). Este sería un bloqueo indirecto para un compañero,

En el diagrama 21, realizamos una circulación de balón con bloqueos. (3) pasa a (2) y éste a (1) que pasa hacia (3), que se ha aprovechado de los bloqueos de (4) y de (5). Cuando llegamos a esta situación defensiva, diagrama 22, el defensor (D) no tiene más remedio que salir para evitar un tiro cómodo de (3). Es aquí cuando (5), en lugar de esperar y pedir el balón, va a por el defensor (E), que viene a defenderle, y le hace un bloqueo pidiendo a la vez el balón


con un espacio mucho más grande para jugar. Esta es una típica situación de bloqueo indirecto para uno mismo, y para que tenga éxito es importante una circulación rápida del balón para poderlo recibir lo más cerca posible de la canasta. Otro ejemplo de bloqueo indirecto para uno mismo lo tenemos en un ataque a la zona 1-3-1. En el diagrama 23, tenemos una circulación rápida del balón con (3) que corta por la línea de fondo. Cuando (3) recibe y el defensor (D) le sale, el atacante (5) va a bloquear al defensor (E) y gira para recibir. En el diagrama 24, si hay ajuste defensivo, (3) devuelve el balón a (2) y corta. Cuando (2) pasa a (1), el defensor (D) sigue el corte de (3) y entonces es cuando (4) realiza un bloqueo. Cuando (1) divide, diagrama 25, (5) bloquea a (C). En esta situación (1) tiene líneas de pase abiertas para (3) o para él mismo (5) que continuará interior si (E) sube a frenar la penetración. Me gustaría destacar que, como siempre, todo puede ser maravilloso y que los casos que explicamos en la pizarra o en la cancha en plan demostrativo siempre tienen éxito, pero hay que recordar que la verdadera clave del éxito reside en un perfecto dominio de los fundamentos técnicos individuales porque si no sabemos dar un pase: contra la zona estaremos perdidos, así como si no sabemos efectuar un buen tiro o no tenemos un buen dominio del control del balón para dividir con acierto. Es muy importante que penséis en vuestros jugadores y en los contrarios para establecer un orden de prioridad en el trabajo y en función de esto, utilizar las divisiones, los pases o los bloqueos o una combinación de los distintos aspectos. Todo este trabajo es un proceso de meses y no podemos pensar que en cuatro días los jugadores lo van a asimilar; es una labor de mejora constante, de seguir progresando y sobre todo de saber aplicar lo más útil para nuestro equipo, Creo que con lo explicado he cumplido el objetivo puesto al principio, o sea de hacer pensar y reflexionar sobre


determinados aspectos y conceptos y que a partir de aquĂ­ cada uno sepa adaptarse a sus circunstancias.

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