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ἐκκλησία Eclesiología

Teología de la Iglesia


Facsímil electrónico, con addendas y adecuada a la segunda década del siglo veintiuno por Soporte papel. Se edita esta obra auxiliar en estudio del libro: Eclesiología por Prof. Juan E. Huegel 1991. Publicado por: Ediciones Transformación / CUPSA. La presente entrega será solo electrónico auxiliar con fines didácticos del libro antes citado pidiendo a los alumnos adquiera una copia original en soporte papel y su finalidad es hacer adecuaciones con el propósito actualizarlo a los planes de estudio CeDeM del nuevo siglos. Cuando no sea tomada información de otro libro, se informara cual es la fuente de donde será tomado. Esta edición no tiene ningún fin comercial. Será Gratuita.


Índice LECCIÓN 1

LECCIÓN 2

LECCIÓN 3

LECCIÓN 4

LECCIÓN 5

Prefacio

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Indicaciones

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Bibliografía

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EL PROPÓSITO DIVINO Lectura anexa 1: “El Malentendidode la Iglesia” Emil Brunner LA IGLESIA COMO COLONIA DEL REINO Lectura anexa 2: “La Iglesia como Polis” Carlos A. Raimundo

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LA IGLESIA COMO CUERPO DE CRISTO Lectura anexa 3: . “Comunidad y Compromiso. Estudios sobre la renovación de la Iglesia”. “ Fragmento del capítulo “La Vida Comunitaria de la Iglesia” Juan Driver

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LA UNIDAD Y DIVERSIDAD DE LA IGLESIA Lectura anexa 4: La Comunidad del Rey, Fragmento del capítulo “La Vida Comunitaria de la Iglesia” Snyder, Howard A.

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LOS DONES ESPIRITUALES DENTRO DE LA IGLESIA Lectura anexa 5: “Sin Excepción” del libro La Iglesia Resucita, Ray C. Steadman.

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Lectura anexa 5 bis: “Comunidad y Compromiso. Estudios sobre la renovación de la Iglesia”. Fragmento del capítulo “Los dones del Espíritu” Juan Driver

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LECCIÓN 6

EL MINISTERIO DE LA IGLESIA Lectura anexa 6: “La Preparación de Líderes para el Ministerio Pastoral. Un Resumen Histórico, por Jaime H. Emery Apéndice Núm. 6 bis: “Bases para el Cambio en la Educación Teológica” Porf. Ross Kinsler.

LECCIÓN 7

UNA COMUNIDAD DE PERDON Apéndice Num. 7: “Comunidad y Compromiso. Estudios sobre la renovación de la Iglesia”. Fragmento del capítulo “Una Comunidad de Perdon” Juan Driver

LECCIÓN 8

LA MISIÓN DE LA IGLESIA Apéndice Num. 8: “Comunidad y Compromiso. Estudios sobre la renovación de la Iglesia”. Fragmento del capítulo “Una Iglesia Misionera” Juan Driver

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Prefacio ¿Qué es la Iglesia y a dónde va?

Los primeros meses del año dos mil, fui invitado por una iglesia del sureste de México, y el tema a tratar era: “hacia dónde va la iglesia”. Comente en varias ocasiones no podemos saber a donde va sí no sabemos de donde viene. Creo que esa es la piedra angular de la reflexión teológica de la Iglesia. Es así que hoy reflexionamos de donde viene. Atendamos en esta ocasión su origen operacional. Hay tres elementos que son coadyuvantes al establecimiento y desarrollo del Reino de Dios. Estos elementos tienen que ver con la condición del ser humano, como ente gregario. Las dos primeras son de nivel organizativo: La familia y el gobierno. La familia como preservadora de la herencia divina; (1) el gobierno como sustentador de paz social. (2) estas dos instituciones proveen del ámbito adecuado para un avance mejor del Reino. Pero no son el Reino. Por otro lado podríamos entrar en una discusión en cuanto a que ha pasado cuando no están presentes y si el Reino se establece a pesar de su nulidad o debilidad. La tercera es la Iglesia y no es una organización, es por mucho un organismo vivo, con una directriz, Cristo. (3) “ἐστιν ἡ κεφαλή / estin i kefalí”. Un organismo con “Jerarquía y Cabeza”. En la alegoría de Pedro es las piedras vivas, y el fundamento o piedra angular es Cristo. Este cuerpo el cual es formado de manera providencial, es la “εκκλησια / ekklisia”. Este termino se desvirtuado con el paso del tiempo y en el español ahora la palabra iglesia tiene un significante de edificio. Si en una conversación coloquial digo a un persona “disculpe, tengo que dejar la conversación, tengo que ir a la iglesia”, me temo que no tendrá en su mente la imagen de un grupo de personas siendo parte de un organismo vivo; sino la de un edificio. En la década de los noventas del siglo pasado, se puso de moda en la jerga eclesial la palabra “comunidad”, sobre todo para hacer referencia a pequeños “oikos” que como en la cultura griega hacia trabajo de colonización, estableciendo el Reino de Dios en medio de un mundo hostil. A la par mis lecturas personales me llevaron a teólogos radicales, (4) en pequeños artículos publicados poro la Fraternidad Teológica Latinoamericana; donde se referían a la iglesia como comunidades. El término “comunidad” en este sentido, me parece más adecuado para referirse a la “εκκλησια / ekklisia”.

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Ahora bien para responder operacionalmente a qué es la Iglesia, tenemos que referirnos a lo que hace, y en primer lugar vemos que es una comunidad terapéutica, es decir previene, cura y restaura al ser humano. En un ámbito operativo de lo que trata de dar evidencias sustanciales de que la comunidad local es un cuerpo vivo, así que una pongamos a prueba, a la luz del reto que le hace Pablo a la comunidad de los gálatas: “…. ustedes que son espirituales restauren al tal con espíritu de mansedumbre,”. Un organismo vivo, que es sinérgico, contribuyendo en el bienestar de todo el cuerpo aportando su parte y mintiendo un equilibrio en un auto cuidado. En segundo lugar es una comunidad hermenéutica, donde su palabra revelada es el centro del mensaje, donde la lectura reflexiva ocupa un lugar de constante análisis por toda la comunidad. Como los hermanos de berea que escudriñaban para ver si esto era así. Hechos 17. Todo esto debe estar en equilibrio, siendo una comunidad profética donde la palabra que se expresa tanto en el discurso como en la narrativa de los hechos es recibida de parte de Dios. (5) Comprendido que vivimos en una sociedad trastocada y corrupta alejada del plan de Dios. (6) En una paradoja que es: amando los mandamientos de Dios, (7) los cuales somos incapaces de cumplir, perno en la permanencia o dependencia únicamente en él; que es su cumplimiento como el cuerpo de Cristo. La “εκκλησια / ekklisia” de Dios promotora de los valore del Reino

_______________ (1)

Dt. 6.2.

(2)

1 Tim. 2. 1 al 4.

(3)

Ef. 4. 11 al 15.

(4) Boletín Teológico, de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, (FTL). Esfuerzo de reflexión teológica surgida por la década de los 70, que se consolido como referente de la exégesis y hermenéutica dese América Latina. Difícil hacer un recuento de sus participantes, sin omitir alguno, pero sirva de ejemplo, nombres como: Rene Padilla, Pedro Savage, Pedro Arana, Samuel Escobar, Plutarco Bonilla, Rubén Lores, Osvaldo Motessi, Orlando Costas, Emilio Antonio Núñez, Rolando Gutiérrez-Cortés, Juan Driver, Pablo Deiros, por mencionar algunos.

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(5)

Dt. 30

(6)

Is. 6

(7)

Jn. 15.10


Indicaciones Educación Cristiana. El presente material es parte de un proyecto de Educación Cristiana, que tiene como objetivo proponer un conjunto de asignaturas, que se agruparan en tres niveles: básico, intermedio y avanzado. Una de sus principales cualidades es que tanto las asignaturas como los niveles son totalmente interdependientes, de tal forma que pueden ser usados desde lo individual o bien como un todo. En ambos casos el objetivo será obtener un pensamiento teológico. Si bien, cualquiera de los niveles o módulos puede ser usado para la “escuela dominical” no debe hacerse sin los objetivos bien claros. No se trata simplemente de llenar un espacio en la formación educativa de la iglesia. Sino organizar el departamento de Educación dentro de los parámetros necesarios para la educación de los adultos. Ya que se trata de re-valorar la Educación Cristiana como columna vertebral de un cuerpo en crecimiento sano y robusto. Cada módulo será estructurado de la misma manera y bajo la misma matriz, donde la metodología principal es que el diálogo que propone de pie a una conversación donde se aplique la hermenéutica de los alumnos al tema a tratar. Naturalmente el soporte será la base bíblica y la doctrina denominacional. El mentor o maestro tratará de consensuar las diferentes opiniones para plasmar sobare el manual, anotar la conclusión que llegue el grupo. NO debe perder de vista cual es el objetivo de la enseñanza en particular, para así hacer más concreta la respuesta. La clase terminara con una tarea asignada. Que incluye la memorización ya sea de alguna porción o bien la memorización de un pasaje con las citas relacionadas con el tema. Y un anexo de lectura, que el alumno tendrá que realizar y entregar como reporte final en la última clase dando su punto de vista expuesto por el autor del la lectura. Será de suma importancia calendarizar las clases, apartando un total de 10 clases para cada módulo, tomando en cuenta las actividades particulares de cada comunidad, por si fuera necesario dejar algún día libre.

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Por último y muy importante el aluno conservara el manual como parte de su acerbo educativo, y tendrá cuidado de que su página de logros al final del manual esté completa y firmada por su mentor, ya que cada asignatura dependiendo del nivel tendrá un valor en créditos para completar un reconocimiento. En el caso del nivel intermedio y avanzado, las asignaturas estarán planificadas tanto para ser tomada en manera presencial como a distancia, en este último caso, los alumnos no presenciales se le pedirá que envié vía electrónica cada semana sus reporte de lectura como sus propias respuestas que tendrán que ser acotadas por el mentor. En caso de duda de concertará un conferencia por medios electrónicos para aclarar los puntos donde el alumno tenga alguna duda. Así como al final pedirá a su mentor una copia de su hoja de logros firmada, para poder completar sus reconocimientos.

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Bibliografía Recomendada por el Prof. Juan E. Huegel. Alien, Rolland. La Expansión Espontánea de la Iglesia, trad. por Adán F. Sosa, Buenos Aires: La Aurora, 1970. Arias, Mortimer. Venga Tu Reino, C.U.P.S.A. México 1980. Coolidge, Faith. Esa es Mi Iglesia, Kansas City: Casa Nazarena de Publicaciones. Driver, Juan. Comunidad y Compromiso. Certeza, Buenos Aires, 1974. Gerber, Virgilio. Manual para Evangelismo y Crecimiento de la Iglesia, Caracas: Ediciones Libertad, 1973. Getz, Gene. Refinemos la Perspectiva de la Iglesia, Ed. Caribe, Miami 1982. Getz, Gene. La Medida de una Iglesia, CLIE, Tarrassa, 1978. Greenway, Rogers S., Seis Pasos: Cómo Evangelizar y Multiplicar la Iglesia, Grand Rapids: TELL, 1973. Haney, David. El Ministerio de todo Creyente, Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones. Renueva mi Iglesia, Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones. Hendrickson, Walter A, El Discípulo Se Hace, No Nace, Trad. Por Samuel Vila, CLIE, 1976. Howe, Ruel L., El Milagro del Diálogo, San José: Centro de Publicaciones Cristianas. Ladd, George E., El Evangelio del Reino, trad. por George A. Lockward S., Barcelona: Editorial Caribe, 1974. Larson, Bruce. Atrévete con la Vida. Barcelona: CLIE. El Don de la Libertad, Barcelona; CLIE. Ya no Somos Extraños, Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones. León, Jorge A., Comunicación del Evangelio en el Mundo Actual. Ed. Caribe, Miami. Miller, Donald G. Naturaleza y Misión de la Iglesia, CUPSA, México, 1980. Miller, Keith. Sabor de Vino Nuevo, Buenos Aires: La Aurora, 1975. Ortiz, Juan Carlos, otros. Discípulos y Ministros. Iglesias en Transformación. 1984. Padilla, C. Rene, Ed., El Reino de Dios y América Latina, El Paso: C. B. P., 1975. Rinker, Rosalind, Transmitiendo el Amor por Medio de la Oración, Barcelona, CLIE, 1975.

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Schaeffer, Francis A., La Iglesia al final del Siglo XX, Ediciones Europeas. Snyder, Howard A., La Comunidad del Rey, Ed. Caribe, Miami, 1983. Stedman, Ray C., La Iglesia Resucita, trad. por Gabriel Amat Torregrosa, Barcelona, CLIE, 1975. Ward, Wayne, Vino Viejo en Odres Nuevos, El Paso: Casa Bautista de Publicaciones.

Recomendada por el Dr. Don L. Davis Allsman Don., Jesús Recortado de la Imagen, KINDLE EDITION Davis Don L. ., Raices Sagradas: Un Tratado Sobre La Necesidad de Recuperar La Gran Tradición, KINDLE EDITION Grudem Wayne., Doctrina Bíblica, Editorial Vida. Miami, Florida. Publicado en inglés bajo el título: Bible Doctrine.

Recomendada por el CeDeM. Brunner Emil., El Malentendido de la Iglesia / 1993, Ediciones Transformación Raymundo Carlos., EDICIONES TRANSFORMACIÓN / La Iglesia como Polis. Más allá de una Comunidad Terapéutica Küng Hans., La Iglesia, Biblioteca Heder. Barcelono 1968 Juan Driver., “Comunidad y Compromiso. Estudios sobre la renovación de la Iglesia”. EDICIONES CERTEZA, BUENOS AIRES, ARGENTINA” Juan E. Huegel ., Apacentad La Grey De Dios Editorial Palibrio /

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LECCIÓN 1 EL PROPÓSITO DIVINO

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EL PROPÓSITO DIVINO

1.0.0. Objetivo de esta unidad: Dados varios pasajes bíblicos y una cita de autores modernos, al concluir esta unidad usted será capaz de señalar por medio de un bosquejo escrito los puntos principales acerca del tema, el propósito final de Dios.

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LECCIÓN 1

2.0.0. Estudio Bíblico-teológico acerca del tema: 2.1.0. Introducción: 2.1.1. El Dios que adoramos y servimos es Dios viviente y por lo tanto, aunque su esencia no cambia, no permanece estático pues está trabajando continuamente en este mundo. Además es Dios inteligente y él ha formado un plan que desea llevar a acabo en este mundo. Por lo tanto, sus obras no son necias o desordenadas, sino que todas tienen el fin de llevar adelante el cumplimiento de su plan. Es también Dios amoroso, por lo tanto su plan es fruto de su amor para con los hombres y es llevado adelante en forma amorosa. Dice Juan A. Mackay en su libro, El Orden de Dios y El Desorden del Hombre, “En el espíritu y lenguaje de la Biblia, el hombre es un ser que fue hecho a la imagen y semejanza de Dios. A él se le hizo por amor para amar a Dios y a sus semejantes.” (Pág. 49) En sus propias palabras escriba la contestación a la siguiente pregunta: (1) ¿Qué fin tuvo Dios al crear al hombre?

2.1.2. Pero desafortunadamente, hubo un profundo desacuerdo o desavenencia. El hombre que había sido creado a la imagen y semejanza de Dios y por lo tanto gozaba de libre albedrío por el cual podía decidir amar a Dios y tener comunión con él, se rindió a la tentación del diablo y se rebeló contra Dios. Al rebelarse contra su amante Creador, se produjo en el hombre una profunda grieta o abertura que ocasionó la ruptura de sus relaciones con Dios, con sus semejantes, con la naturaleza y consigo mismo, pues esta fractura afectó aun su propia personalidad. El hombre se encontró en enemistad contra Dios, contra sus prójimos, contra sí mismo y contra el mundo en que vivía. (2) ¿Cómo se frustró el propósito final de Dios y con qué efectos?

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EL PROPÓSITO DIVINO

2.1.3. Fue entonces que el amor de Dios se mostró aún más intenso, pues decidió enviar a su único Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para reconciliar al hombre con Dios, o dicho en otra forma, para hacer las paces entre el hombre y Dios. Dice San Pablo en 2 de Corintios 5:19,” ... en Cristo, Dios estaba poniendo al mundo en paz consigo mismo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres.” Esta obra maestra de Dios requirió el sacrificio de Jesucristo, su muerte en la cruz. En I de Juan 4:10 leemos, “El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados” (3) ¿Qué hizo Dios para solucionar el problema del pecado humano?

2.2.0. El Propósito de Dios: 2.2.1. Si es cierto que Dios tiene un propósito y que aunque fue frustrado provisionalmente por la rebelión del hombre, lo sigue llevando a cabo, y si Dios nos ama y quiere que conozcamos ese plan, debemos poder descubrirlo. (4) Según su opinión, ¿cuál es ese propósito de Dios?

2.2.2. La unificación de todas las cosas bajo Cristo: Dios nos ha compartido un secreto, que es precisamente la revelación de su propósito final. Estudiemos varios pasajes bíblicos para descubrir ese plan: (5) Según Efesios 1: 7-10 ¿cuál es el propósito que Dios se ha propuesto llevar a cabo?

(6) Explique este propósito en sus propias palabras:

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LECCIÓN 1

(7) ¿Qué más encontramos acerca de este propósito en Colosenses 1:19,20 y en I Corintios 15: 27 y 28?

2.2.3 Recuerde que señalamos que cuando el hombre se rebeló, se enemistó contra Dios, contra sus prójimos, contra sí mismo y contra la naturaleza. En varias de las citas anteriores se encuentra la frase “todas las cosas”. (8) ¿Qué incluye esta frase?

(9) Repase las citas (Ef. 1:8-10; Col. 1:19-20; y I Co. 15:27,28) para ver qué sucederá con “todas las cosas”, y anote su descubrimiento en el siguiente cuadro:

2.3.4. El Dr. Mackay en su libro antes citado dice, “La voluntad de Dios para la unidad es, por consiguiente, la cosa más céntrica en la historia cósmica y humana. Nadie se atreve a ignorar esta fuerza divina, porque cualquier cosa que el hombre intente que va en contra de ella finalmente será frustrada y destrozada por ella. Por lo que a los cristianos se refiere, es importante que exploren en su grado máximo la naturaleza e implicaciones de esta unidad que Dios persigue, este orden de vida que él está estableciendo.” (Traducción directa del inglés por el autor, pág. 62). (10)

a) Según el Dr. Mackay, ¿cuál es la cosa céntrica de la historia humana?

b) Ante esta realidad, ¿qué deben hacer los cristianos?

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EL PROPÓSITO DIVINO

2.2.4. La Glorificación de Dios: Veamos ahora un segundo aspecto del propósito de Dios: (11) Según Romanos 11:36; Gálatas 1:5; Efesios 3:20,21 y II Timoteo 4:18, ¿qué se le dará a Dios por todas las edades?

(12) Además de la alabanza, ¿qué otras actividades pueden estar incluidas en la labor de glorificar a Dios?

(13) Según Juan 17:20-22 y Romanos 8:18 los cristianos comparten con Cristo y Dios su gloria. ¿Qué cree usted que signifique esto?

3.0.0. Conclusión: (14) Ahora ya está listo para hacer su bosquejo de los varios aspectos del propósito de Dios. Repase particularmente las respuestas escritas én los cuadros y haga una lista de los puntos que pudiera incluir en su bosquejo sobre el propósito final de Dios:

¿Cuál es pues, el propósito de Dios para el hombre y la creación? Es que el hombre viva felizmente en comunión con su Creador y en armonía con la creación, o por decirlo de otra manera, la libre y armoniosa función del hombre y todas las cosas bajo el gobierno amoroso de Dios. Este es el plan original de Dios, que, aunque para su realización fue postergado por la rebelión del hombre, sigue llevándose a cabo ahora, ajustado a la realidad impuesta por la presencia del pecado en el mundo.

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LECCIÓN 1

E! hombre, haciendo uso de la libertad que Dios le dio, cedió a la tentación de desobedecer a Dios, quiso gobernarse por sí solo y cayó en pecado. Como resultado hubo una ruptura en sus relaciones con Dios, y rompió la armonía de la creación. El hombre se enemistó contra Dios, contra sí mismo, contra sus prójimos y contra la naturaleza. Esta enemistad se ha manifestado a través de la historia por su temor y desconfianza a su Creador, y el culto que le ha rendido a dioses falsos que él mismo ha sustituido en lugar del Dios vivo y verdadero. Esta enemistad se ha manifestado por la grieta en su propia personalidad, pues se encuentra dividido en sí mismo, sabe lo que le conviene hacer pero no lo puede hacer. Por consiguiente siente frustración y culpa, temor y desconfianza de sí y padece neurosis. Se ha manifestado además, por el engaño, el odio, la envidia, los homicidios y robos, por (a injusticia, subyugación, tortura y crueldad contra sus vecinos, y por las guerras y la creación de sistemas de opresión. Se ha manifestado por la explotación irresponsable de los recursos naturales no renovables y por la contaminación de los ecosistemas, de la atmósfera y el agua y el mal uso de la tierra. En fin, su enemistad contra todo se está manifestando en estos últimos días por la fabricación de armas nucleares para defenderse de sus vecinos, las cuales son capaces de destruir toda la humanidad y acabar con la civilización. Pero Dios “que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó” envió a su Hijo, Jesucristo, quien “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Por este sacrificio expiatorio, redimió al hombre y lo reconcilió con su Creador y por consiguiente con toda la creación. Los efectos de esta reconciliación se ven en que su enemistad es quitada y se establece la paz entre el hombre y Dios, paz en sí mismo, paz en sus relaciones con su prójimo y con la naturaleza. Esta paz se manifiesta en que renace la confianza, la comunión y la armonía con el Dios verdadero. Se manifiesta en la integración de la personalidad del hombre, en que ya no siente culpa, pues sus deseos y sus hechos se unifican y es capaz de ser humilde y aceptarse a sí mismo. Se manifiesta en el amor, perdón, paciencia, cuidado y respeto para con sus prójimos y en su preocupación por la justicia y el bienestar de los desvalidos. Ahora busca la paz entre los hombres y los pueblos. Se manifiesta además, por su respeto, cuidado y conservación de los recursos no renovables y sus esfuerzos por crear ecosistemas balanceados que no contaminen el aire y el agua, pues reconoce que el mundo físico es su hogar, y que quiere vivir en armonía con la naturaleza. En fin, al hombre ahora lo mueve el deseo de colaborar en cualquier forma que esté a su alcance para llevar adelante el propósito de Dios de que el hombre y “todas las cosas” sean unificadas armoniosamente bajo el gobierno divino. Los cristianos haremos lo que podamos para que este propósito de Dios se lleve adelante en nuestra familia, nuestra comunidad, nuestras iglesias y nuestra nación, a través de nuestra influencia, en las escuelas, sindicatos, empresas, fábricas, y el gobierno, y haremos nuestra contribución para lograr esta finalidad en el trabajo, el comercio, la ciencia, la política y el arte.

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EL PROPÓSITO DIVINO

(15) Después de leer los párrafos anteriores compare los puntos de su bosquejo con el contenido de estos párrafos. ¿En qué puntos se distinguen?

4.0.0. Preguntas para reflexión y discusión: (16) Si el propósito de Dios incluye la reconciliación y sujeción de todas las cosas a él, principiando con el hombre, ¿a qué actividades piensa usted debía dedicarse la Iglesia y los cristianos?

(17) ¿Con qué fin deben los cristianos involucrarse en estas actividades?

Para Memorizar: Efesios 4. 11-16. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

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Lectura anexa 1: EL MALENTENDIDODE LA IGLESIA EMIL BRUNNER Fragmento del CAPITULO UNO LA COMUNIDAD SOBRENATURAL CRISTIANA Y EL PROBLEMA DE LA IGLESIA. En su obra clásica, Institución de la Religión Cristiana, que probablemente ha ejercido una mayor influencia que cualquier otro escrito sobre la teología del cristianismo protestante, Calvino no comienza su enseñanza relacionada con la Iglesia hasta el cuarto y último tomo, osea, no hasta que haya discutido en su tercer libro el dogma de la justificación por la fe. Este orden de tratamiento, al cual se han adherido todas las obras de teología reformada, no se explica asimismo ni está falto de significado. Es tanto una expresión como una de las causas de ese individualismo protestante que es tan frecuentemente deplorado. Ciertamente Calvino repudiaba decisivamente el individualismo craso que interpreta a la Iglesia simplemente como la suma de los creyentes individuales, y se apropiaba las expresiones de los antiguos Padres de la Iglesia en el sentido de que la Iglesia es “omnium piorum mater” (totalmente la madre piadosa) y “extra ecclesiam” y “nulla salus”. (“fuera de la iglesia “ “no hay salvación “). Estas frases, sin embargo, bastan cuando mucho para ocultar pero no para superar la perspectiva fundamentalmente individualista que determina el concepto que Calvino tenía de la Iglesia. Es porque en realidad, en último análisis, Calvino quiere decir por ʻIglesiaʼ simplemente la eclesia invisibilis. La iglesia visible, por el contrario, es relegada por él a la dudosa categoría de extemun subsidium fidei, de un “medio externo de salvación”. Ahora bien, la idea de la Iglesia invisible es extraña al Nuevo Testamento, mientras que la interpretación de la Iglesia real y visible como un mero medio externo de salvación no sólo es extraña a este, sino completamente imposible. Nunca se le ocurrió a ningún apóstol que la Ecclesia, la comunidad de los creyentes cristianos, el verdadero pueblo de Dios del Nuevo Pacto, podría ser considerada simplemente como un medio para un fin, ni mucho menos como un medio puramente “externo”. Tal entendimiento de la Iglesia parece a todos los pensadores de tendencias católicas una herejía horrible y blasfema. Por lo tanto se ven obligados a condenar como tal al protestantismo en su totalidad. ¿Pero no debiéramos decir que están en lo cierto desde el punto de vista del Nuevo Testamento? Posiblemente ambos partidos, los católicos y no quiero decir primordialmente Católicos Romanos - y los protestantes están bien o mal al mismo tiempo. Desde el punto de vista del Nuevo Testamento, acerca de lo que allí se llama la (εκκλησία) “Ecclesia” y lo que la Ecclesia se entiende de su mismo ser, ciertamente el pensamiento de Calvino de que la Iglesia es un apoyo externo de la fe, es totalmente ininteligible. La Ecclesia del Nuevo Testamento se da cuenta que ella es el Cuerpo de Jesucristo, que es una revelación divina y la salvación en acción.

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Lectura anexa 1

Por lo tanto nunca puede ser considerada como un medio hacia un fin, sino como un fin en sí misma, aun cuando sea todavía sólo el presagio de un anhelo para la consumación que llegará dentro del buen tiempo de Dios. Pero el pensamiento de Calvino, que dentro de este contexto parece ininteligible, se hace inmediatamente bastante claro a medida que traducimos “ecclesia” por el término “iglesia”, y al hacerlo así, pensamos en la institución con todos sus ritos y liturgias, sin los cuales la Iglesia histórica es simplemente inconcebible. Los católicos están en lo correcto: La Ecclesia del Nuevo Testamento no es un externum subsidium fidei, sino la realidad misma. Los protestantes están en lo correcto: lo que la iglesia ha llegado a ser como un hecho histórico no es la misma realidad, sino algo que muy apropiadamente podría ser entendido como un medio hacia un fin. La Ecclesia del Nuevo Testamento, la comunidad de creyentes cristianos, no es precisamente lo que es toda “iglesia”, cuando menos en parte: una institución, algo visible. El Cuerpo de Cristo no es otra cosa que una comunidad de personas. Es “la comunidad de Jesucristoʼʼʼ o “la comunidad del Espíritu Santo”, donde la comunión o koinonia significa una participación en común, un estar juntos, una vida de comunidad. Los fieles están unidos los unos con los otros por medio de su común participación en Cristo y el Espíritu Santo, pero lo que tienen en común es Precisamente no una “cosa”, no “algo”, sino a “Él”, Cristo y su Espíritu Santo. Precisamente es aquí donde radica lo milagroso, la naturaleza única, permanente, de la Iglesia. Como el Cuerpo de Cristo no tiene nada que ver con una organización y no tiene en ella misma ningún carácter institucional. Esto es exactamente lo que se tiene en mente cuando se describe a sí misma como el Cuerpo de Cristo. Al principio de la historia de la Ecclesia está el misterio del Pentecostés. Cuando el cristianismo clasifica la fiesta de Pentecostés con sus otras grandes fiestas, con la Navidad, el Viernes Santo y la Pascua, cada una de las cuales nos recuerda algunos de los misterios solemnes en la historia de nuestra redención - la encarnación, el sacrificio vicario y la resurrección - desea enseñarnos por medio de esto que de la misma manera, el derramamiento del Espíritu Santo, que significa el surgimiento de la Ecclesia, es uno, y de hecho, el último de los grandes milagros salvíficos en el proceso de la revelación. El derramamiento del Espíritu Santo y la existencia de la Ecclesia están tan íntimamente interrelacionados que realmente pueden ser identificados como un solo evento. Donde está el Espíritu Santo, ahí está la comunión cristiana. Y el Espíritu Santo no está ahí en otra forma sino como el Espíritu dado a la comunidad. Por lo tanto la comunidad como portadora de la Palabra y el Espíritu de Cristo antecede al creyente individual. Uno no cree primero y después se une a la comunidad: sino que uno se convierte en creyente simplemente porque participa del don otorgado a la comunidad. EL MALENTENDIDODE LA IGLESIA EMIL BRUNNER Título original en alemán (Das Missverständnis der Kirche) Traducido por: Pablo Pérez, y Ernesto Olvera. 1993, EDICIONES TRANSFORMACIÓN

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LECCIÓN 2 LA IGLESIA COMO COLONIA DEL REINO

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LA IGLESIA COMO COLONIA DEL REINO

1.0.0. Objetivos de esta unidad: Dados unos párrafos de información, citas de algunos autores modernos y pasajes bíblicos, al concluir está unidad usted será capaz de: 1.1.0. Explicar la relación que existe entre el Reino de Dios y la iglesia. 1.2.0. Explicar lo que significa que la iglesia sea colonia del reino. 1.3.0. Indicar las formas en que la iglesia primitiva se parecía a la colonia del Reino de Dios.

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LECCIÓN 2

2.0.0. Estudio bíblico-teológico acerca del tema: 2.1.0. La relación entre el reino y la iglesia: 2.1.1. La iglesia no es el Reino de Dios sino la creación o expresión concreta y palpable del reino en la historia. El reino existió aun antes que la iglesia existiera y existirá después de que la Iglesia haya cumplido su función. Cuando Dios quizo mostrarles a los hombres en forma invisible y concreta cómo sería su gobierno, su reino, estableció la Iglesia en el mundo. El Dr. Rene Padilla en su libro, El Reino de Dios y América Latina, escribe: “La iglesia es la expresión de la soberanía universal de Jesucristo, la manifestación concreta del Reino de Dios. Que Jesús es ʻSeñor de todoʼ significa, no solo que es soberano sobre todos los hombres, sino que ya en el presente otorga las bendiciones del Reino de Dios a todos los que invocan su nombre. Que él es “cabeza sobre todas las cosas” es importante porque como tal ha sido dado a la iglesia, a fin de que ésta sea llena de plenitud. Como el Señor exaltado, cuya autoridad se extiende a todo el universo, él ha provisto a su pueblo de dones que hacen posible su crecimiento como una unidad orgánica, a fin de alcanzar el modelo de humanidad representado por él.”

Ibid., págs. 54, 55 (1) Según este autor, ¿qué es la Iglesia y qué significa que Jesús sea su Señor?

2.1.2. Una de las paradojas del reino es que aunque el reino ya está entre nosotros, sin embargo su manifestación completa y plena consumación se realizará en el futuro; que aunque ya se manifiestan sus enseñanzas ahora, el poder completo se mostrará sólo en el futuro; y aunque se manifiesta en forma personal, también afecta la sociedad en que vivimos. Pues la iglesia también participa de la tensión sentida en estas paradojas. Vive en el ahora, bajo las limitaciones de la situación actual y lleva en sí las marcas de la historia, pero también trasciende su situación y las señales del reino irrumpen en ella, teniendo las marcas de la eternidad. Padilla lo expresa de la siguiente manera:

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LA IGLESIA COMO COLONIA DEL REINO

“El Reino de Dios ha sido inaugurado, pero no definitivamente establecido. Por tanto, la iglesia tiene que tomar en serio ‘este siglo’. Sabe que está pasando, marcado por los síntomas de la destrucción e irremisiblemente destinado a su fin. Pero sabe también que los poderes de la nueva edad no tienen otro concepto para manifestarse que en el contexto del mundo con sus estructuras e instituciones. Es por esto que, aunque a lo largo del Nuevo Testamento se mantiene latente la esperanza de la futura manifestación del Reino de Dios, en ningún momento se pierde de vista la importancia del presente. El dato escatológico dominante es que el reino ha sido inaugurado, que los poderes de la nueva edad han sido desatados por Jesucristo y están al alcance del hombre aquí y ahora, que Dios ha mostrado que la historia le pertenece. Por lo mismo, la iglesia no puede entregarse a la pasividad frente a los males que afectan a la sociedad.”

Ibid., págs. 55, 56 (2) Según Padilla, ¿qué tensión se nota en la iglesia?

(3) ¿Por qué no puede la Iglesia “entregarse a la pasividad frente a los males que afectan la sociedad”?

(4) Escriba un párrafo sobre la relación entre el reino y la iglesia:

2.2.0. La Iglesia como colonia del reino: En los tiempos del Imperio Romano el gobierno central de Roma acostumbraba establecer colonias para mantener su influencia y control en los países subyugados. La colonia se organizaba y vivía bajo las normas del imperio. Los residentes de las ciudades fundadas o elevadas a colonias romanas, aun en los lugares más apartados del imperio, eran ciudadanos romanos con todos los privilegios y responsabilidades. Además, su estilo de vida reflejaba el de los residentes de la capital.

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A pesar de que la figura de la iglesia como colonia del reino puede tener asociaciones negativas con el colonialismo moderno, la analogía es útil para ayudarnos a entender la relación entre el reino y la iglesia. La iglesia se organiza y vive como las normas del reino lo señalan. Los miembros de la iglesia, creyentes en Jesucristo, son ciudadanos del reino con todos sus privilegios y responsabilidades. El estilo de su vida, refleja el estilo de la vida que impera en el reino.


LECCIÓN 2

(5) ¿En qué sentido es la iglesia colonia del reino?

2.3.0. La Iglesia primitiva reflejando el Reino: Momentos antes de que Jesús ascendiera al cielo, los que se habían reunido con él le hicieron la siguiente pregunta, “Señor ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6) Ellos reconocían que Jesús era el Rey y estaban preocupados por saber cuándo y cómo establecería su reino. Algunos quizá seguían abrigando las esperanzas de que Jesús restauraría la independencia política a Israel y que esta nación sería el reino de Dios. Jesús respondió a la pregunta indicándoles primero, que no les tocaba saber a ellos cuándo sería la consumación de los tiempos y el establecimiento del reino, y segundo, lo que era aún más importante, que mientras tanto, ellos, después de recibir el poder del Espíritu Santo, serían sus testigos en todo el mundo, testigos del Rey. (Hechos 1:8) (6) ¿Cómo respondió Jesús a la pregunta de los discípulos “Señor restaurarás el reino a Israel en este tiempo”?

(7) ¿De qué daban testimonio los discípulos según hechos 4:33?

(8) En Hechos 2:14-36 encontramos el sermón de Pedro que predicó en el día de Pentecostés. Este sermón nos enseña el mensaje que proclamaba la iglesia primitiva. Estudie este pasaje y escriba un bosquejo de los puntos principales que menciona Pedro en su sermón. Observe que las palabras ʻVarones judíos”, ʻVarones israelitas”, y ʻVarones hermanos” parecen dividir el sermón en tres partes.

Veamos ahora, cómo la iglesia primitiva reflejaba en su vida que era la colonia o comunidad del reino en la situación en que se encontraba.

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LA IGLESIA COMO COLONIA DEL REINO

(9) Según Hechos 1:4,14 y 2:1, ¿qué se nota de la vida de los primeros cristianos?

(10) Estudie Hechos 2:42-47 y 4:32-35 y haga una lista de todas las características de esta comunidad de cristianos en Jerusalén que encuentra en estos dos pasajes:

(11) ¿Cuál parece ser la característica que más se destaca? ¿Por qué escogió ésta?

(12) ¿ Qué contraste encuntra entre el incidente en 4:36,37 y el registrado en 5:1-11?

(13) ¿Por qué fueron tan severamente castigados Ananías y Safira?

(14) En capítulos posteriores del libro de los Hechos no se menciona que los cristianos compartieran sus bienes. ¿Por qué parece haber caído en desuso esta expresión de la vida en comunidad?

(15) ¿Cómo vino a expresarse esta preocupación de los unos por los otros en tiempos posteriores? (vea Hechos 11:28-30; 20:35 y Romanos 15: 2526)

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LECCIÓN 2

2.4.0. Resumen: Howard A. Snyder, en su libro La Comunidad del Rey, resume la tarea de la iglesia de la siguiente manera: “La tarea de la iglesia, entonces, y su lugar en el designio cósmico de Dios es, primero, ser genuinamente la comunidad redimida, mesiánica y, luego, hacer las obras de Dios y continuar las obras de Jesús. Al ser verdaderamente la comunidad de los discípulos de Jesús, la Iglesia se compromete a un patrón de vida corporativa y a una forma de relacionarse el uno con el otro, que es un rechazo de,y por lo tanto un desafío a, las estructuras sociales y políticas de este mundo.” (16) Según este autor, ¿cuál es la tarea central de la iglesia?

(17) Según lo que usted descubrió en Hechos acerca de la iglesia primitiva, ¿cree que el resumen de este autor sea acertado? ¿por qué sí? o ¿por qué no?

(18) Haga un breve resumen de las características de la vida de la iglesia primitiva.

3.0.0. Conclusión: (19) Repasando las contestaciones a las preguntas anteriores, escriba un párrafo sobre la relación entre el Reino de Dios y la Iglesia:

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LA IGLESIA COMO COLONIA DEL REINO

4.0.0. Preguntas para reflexión y discusión: (20) ¿Cuáles caraterísticas de la iglesia primitiva encuentran expresión en la actualidad en la mayoría de las iglesias evangélicas en México que usted conoce?

(21) ¿Cuáles características de la iglesia primitiva no encuentran expresión en la actualidad, en la mayoría de las iglesias evangélicas en México, según su conocer?

(22) Si la iglesia es la manifestación concreta del Reino de Dios, debía demostrar las características del reino en su vida diaria. Anote algunos aspectos de la vida de su iglesia local que se parecen al reino y otros que no se parecen al Reino de Dios:

Para Memorizar: La cita donde Pablo habla de la Iglesia como un organismo vivo: 1 Corintios 12.12 al 27, La cita cuando Pedro habla de la Iglesia como piedras vivas: 1 Pedro 2.4 al 8

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Lectura anexa 2: LA IGLESIA COMO POLIS. Más Allá de un Comunidad Terapéutica Por: Dr. Carlos A. Raimundo. Fragmento La presente es una lectura sociológica-sociométrica de la Iglesia. Se basa en el concepto bíblico de la Iglesia como Cuerpo(1), y como Pueblo de Dios (2), elegido y justificado por Jesucristo, para presentar la realidad del Reino de Dios sobre la tierra. Pretende este trabajo además ser una continuidad con los temas tratados el año 1984 por la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Tomando parte del resumen de la actividad ʻ84 realizada por el Dr. Mervin Breneman.... “Toda la temática del año destaca que el Shalom que anhelamos y que Dios quiere es una cualidad y una calidad de vida que abarca todo aspecto de nuestra existencia; lo individual, lo comunitario, lo psicológico, lo intelectual, lo espiritual, lo político, todo. Es una paz, salud y bienestar personal y comunitaria que solamente se logra en relación armoniosa con Dios, con el prójimo, con la sociedad y con toda la creación”.

LA IGLESIA La Iglesia está sumergida dentro de la realidad mundial, universal, nacional, familiar y personal. Sumergida no quiere decir embebida, consustanciada, consciente del problema, tal vez, sólo sumergida. ¿Cuál es esta realidad? Podemos hacer un acercamiento diciendo que vivimos en una sociedad donde: Cada uno vive sin ni siquiera, pensar en el otro. Cada uno reclama sus derechos sin conocer sus obligaciones. Se reclama públicamente por los derechos humanos y al mismo tiempo se maltrata al hijo, esposa, amigo, empleado, etcétera. Desde el gobierno se habla de compromiso social y desde el pueblo se gime por casa, comida, trabajo y libertad. Tanto agrupaciones sociales o religiosas se cierran en grupos enquistados, recubiertos de sólidas corazas que sólo producen oscuridad, confusión y asfixia, y a corto o largo plazo atrofian la mente y el corazón del hombre, mientras piensan que están construyendo el paraíso soñado y perdido. Los grupos humanos se preocupan por ganar más personas con diversos móviles proselitistas, construyendo masas amorfas que luego no pueden cuidar ni dirigir. Todos creen tener las respuestas, sin saber que es una pregunta. La masa tapa al hombre. El grito tapa la palabra. La Iimosna culposa tapa la caridad. La hipocresía tapa el amor. La mentira tapa la verdad. El Yo tapa al Tú. El poder tapa la ley. La Iglesia debe encontrar ser el vehículo de Dios para trasmitir y vivir el poder restaurador y re-vinculador de Jesucristo. En esta realidad se encuentra la Iglesia, en un mundo incoherente y divagante, pero donde incoherencia y divagación se encuentran también en la Iglesia. “Sí, la Iglesia está enferma pero es la única enfermera que tiene el mundo”. (J. León). La esencia de la vida, el poder sobre la muerte, la guía contra la ignorancia, la verdad, la respuesta de paz, los mandamientos perpetuos, el camino. Todo esto y más, lo tiene la Iglesia, la cual puede poner las cosas en práctica, pues está formada por hombres que aceptaron el poder

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Lectura anexa 2:

restaurador de Jesucristo y poseen la guía del Espíritu Santo. La iglesia como tal, y cada uno de sus miembros, es guiada por Dios para ser el vehículo de salud total al hombre y al mundo todo. El resultado más evidente de la Caída, es la desvinculación del hombre con Dios, consigo mismo con el otro y con la naturaleza y ésta consigo misma. El poder de Dios se basa en el orden vincular (equilibrio-homeostasis). El poder divino es Verdad en Unidad y Diversidad. El poder del hombre sin Dios es Diversidad Y División; sin comunicación, sin diálogo, sin respuestas coherentes a preguntas complementarias: falta de identidad.

¿POR QUÉ UNA POLIS? La Polis, novedosa organización cívica, se instaura como un verdadero estado en Grecia (1100a.C.) como una ciudad-estado. La Polis surge como resultado de diversas variables; necesidad de unión de varias aldeas, por la pobreza existente, para producir mejor unión a instancias de producir una mejor defensa. Es el comienzo de un período y proceso de sinecismo (agrupación) en el que se mezclan diversas tribus, poblados, aldeas, oficios, genes. Éste fue sin lugar a dudas el comienzo de la democracia. ¿Es este concepto de sinecismo una creación del hombre?, ¿es un producto elaborado de la filosofía griega? NO. El concepto de sinecismo y sinergismo es la base de la creación. Dios, universo, naturaleza, hombre; infinito y finito; personalidad e impersonalidad fueron las agrupaciones básicas de la creación. Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, los profetas fueron los medios sinecistas utilizados por Dios para la agrupación del hombre ante él, ante su ley. Las Tribus de Israel son un ejemplo de agrupación organizada, una red social complementaria donde todos los roles podrían desenvolverse en armonía, para el logro de la dignidad humana, individual y social. En el N.T. el agrupador-redentor es Jesucristo. La polis, es la Iglesia; agrupación de judíos, gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres. Unión de personas, pueblos, razas bajo la unificación del Espíritu Santo es la gran posibilidad del hombre y de la sociedad de encontrar la agrupación modelo, sinérgica, para la evolución humana y no seguir en la involución. Pero. ¿Dónde está esta Iglesia las 24 horas del día, los 360 días del año? Seguramente encontraremos a ésta una o dos horas los domingos por la mañana y tal vez a la tarde y algunas durante otro día de la semana en un edificio; nos debemos gozar por ello, ¿y el resto de las horas y días? Stuart Briscoe en su libro, “Dónde estaba la Iglesia cuando estalló la revolución Juvenil?” (Ed. Clie), dice: “Hay dos mundos que habitan paralelamente dentro de un mismo planeta; La juventud, melenuda y extravagante, con sus necesidades y sus excesos. La tranquila y apacible Iglesia, con sus sermones y sus armonías. Un mundo salvaje y agresivo frente un mundo dócil y suave. Un mundo rebelde y exigente frente al mundo conformista y respetable. Dos mundos que constantemente parecen alejarse más y más entre sí. Y parece que jamás van a encontrarse Pero DEBEN ENCONTRARSE, Y FORZOSAMENTE DEBEN UNIRSE EN UN ABRAZO!” ¿Cómo un encuentro? Seguramente no sólo desde dentro de cuatro paredes. La sociedad es una red gigantesca de individuos vinculados por roles. Así como la riqueza yoica puede ser evaluada de acuerdo a la cantidad de roles que tiene y que la persona puede desempeñar libremente, la riqueza social se puede medir por la cantidad de roles que son jugados en ella. Por este motivo una ciudad diversificada es más fuerte y estable que una ciudad con objetivo y actividad única. Pero la base sociológica vincular no está solamente en la cantidad (diversidad) de roles sino también en la calidad y complementariedad. Es poco útil, y pérdida, la capacitación en roles que no pueden ser complementados socialmente.

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Lectura anexa 2:

La Iglesia, si realmente se siente parte de la sociedad, debe ser el crisol de roles y purificador de los mismos. Tanto produciendo nuevos roles como tomando los existentes para sanearlos a la luz de la Palabra, para salud y enriquecimiento social. También debe levantar la voz contra roles que son contra la dignidad humana: torturadores, patria financiera, prostitución, no sólo como voz en contra, sino la apertura y comprensión para brindar amor sin perder la verdad. Según el concepto judaico de la creación, Dios no ha terminado de crear el mundo, sino ha puesto al hombre para ser co-creador con él. La responsabilidad de la Iglesia es suprema, y su silencio o falta de compromiso en tamaña obra, no sólo deja de ser falta de co-creación, es destrucción y muerte, favoreciendo la involución humana. ¿Por dónde comenzar? Seguramente, por el hombre que conoce la Verdad, el cristiano. Por el grupo de hombres que conocen la Verdad, la Iglesia. Para conocer si el evangelio se ha distribuido en los diferentes medios sociales, debemos hacer un censo en la Iglesia de profesiones y oficios, hombres y mujeres, el porcentaje que resulte debería ser proporcional a la distribución de roles en el mundo secular. Una propuesta operativa. Es frecuente escuchar. --”El domingo hablaré sobre los cuatro temperamentos”. Uno le pregunta,”¿A qué te dedicas?”. --”Vendo materiales de construcción”. Podemos pensar, ¿por qué esta persona no habla en su iglesia sobre lo que más conoce? Su vida, la ética en su trabajo, compartir su vida cristiana fuera de las cuatro paredes. Existe en la Iglesia como una competencia en ver quien es mejor teólogo, psicólogo, analista social, demonólogo etcétera. Se pierde de esta manera la riqueza de compartir la teología práctica de cada persona. De la mismaforma que en la sociedad hay carpinteros, maestros, electricistas, médicos, albañiles, empleados en administración, policías, contadores, abogados, los hay en la Iglesia. ¿Cuándo comparten ellos sus vidas? ¿Cuándo podemos orar y colaborar por cada uno de ellos? Mirando hacia atrás, ¿cuántas veces miembros de seguridad, policías, militares, han compartido sus roles en los tiempos de represión, y la Iglesia se comprometió a brindarles apoyo y guía de conducta en esos momentos? ¿Dónde estaba la Iglesia? ¿Cuándo operarios, sindicalistas piden oración y guía para encontrar una conducta cristiana en los momentos difíciles que vivimos? ¿Cuándo contadores, administradores de empresas nos hablan de una ética acorde con la realidad en cuanto a lo financiero, dólar, sueldos? ¿Cuándo obreros pueden compartir su realidad social-familiar de hambre e impotencia? ¿Cuándo médicos pueden encontrar una ética en relación al trato médico-paciente, pautas sobre control de la natalidad, aborto, ingeniería genética? ¿Cuándo un empresario habla de sus relaciones interpersonales con su grupo gerencial, obreros, alza de precios? ¿Cuándo amas de casa comparten su vida, alegrías y frustraciones? ¿Cuándo padres y madres? ¿Cuándo abuelos, tios? ¿Cuándo, etcéteras? Compartir la vida personal con la Iglesia crea un sentimiento de responsabilidad en el otro. El compromiso reside en involucrarnos racional y afectivamente, y juntos buscar pautas dentro del marco de la ética cristiana. Para este compromiso la Iglesia debe estar preparada. Pasar a pensar en términos de acción, de encuentro de vida Dejar de lado las especulaciones racionalistas de quien es más espiritual. La “espiritualidad” aislada del amor, es sólo fantasía mística. “Ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura” es el compromiso y mandato para todo cristiano. ¿Esto lo encerramos a cuatro paredes, campañas evangelísticas, radio, T. V., o ampliamos la mirada para una vida ética cristiana en todo lugar donde se encuentra un cristiano, en cualquiera de sus tareas?

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Lectura anexa 2:

UN ACERCAMIENTO METODOLÓGICO Crear una comunidad cristiana, grupos de juego de roles y que sean homogéneos o heterogéneos, no es tarea fácil; como tampoco lo es el compromiso cristiano. Primeramente debemos pensar en los pastores y líderes, sus vidas, vocación, familia. En cuanto a la congregación: Realizar un censo de roles familiares, sociales, eclesiásticos. Buscar las complementariedades de los mismos. Crear grupos de actividades similares y complementarias para el encuentro de una sinergia laboral con sólidas bases cristianas, en coherencia con la realidad social. Fomentar grupos de reflexión laboral, cada miembro encontrando sus dones. Abrir el púlpito y las clases a personas con diferentes actividades a fin de compartir con la Iglesia sus vivencias de su vida secular. Al compartir los miembros sus actividades deben comprometerse todos a orar velar por él. De esta manera la iglesia lo acompañará las 24 horas. El hermano no se sentirá solo, la compañía de Dios se verá manifestada por la de los hermanos. Cada uno pasará a ser Iglesia las 24 horas dando testimonio vivencial de su nueva vida. Será una vida evangelizadora, generadora de luz y sal en la tierra. Y si esta persona cometiera errores o faltas, los otros deberán ver en él la paz en el perdón de Dios. Tal como existen organismos oficiales de asesoramiento científico-técnico, la Iglesia debería estar preparada para ser el lugar de asesoramiento modelo de la ética humana en cada actividad vínculo-social.

NOTAS: (1) Romanos 12.5; 1a Corintios 12.13; Efesios 1.23, 3.6, 4.3-16; Colosenses 1.18 (2)Éxodo 19.5,6; Deuteronomio 4.19-20, 7.6-9, 14.2, 26.18; Jeremías 31.31-34; Oseas 1.9,2.18-19.

tomado de: EDICIONES TRANSFORMACIÓN LA IGLESIA COMO POLIS. MÁS ALLÁ DE UNA COMUNIDAD TERAPÉUTICA Por: Dr. Carlos A. Raimundo. ISBN 968-6053-16-6

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LECCIÓN 3 LA IGLESIA COMO CUERPO DE CRISTO

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LA IGLESIA COMO CUERPO DE CRISTO

1.0.0. Objetivos de esta unidad: Dados unos pasajes bíblicos, varios párrafos de información, y una entrevista con su pastor o un dirigente de su iglesia, al concluir esta unidad usted será capaz de: 1.1.0. Explicar lo que significa que la iglesia sea el cuerpo de Cristo. 1.2.0. Señalar las consecuencias de esto para nuestro entendimiento de la iglesia hoy día. 1.3.0. Explicar lo que su iglesia cree sobre el Bautismo y la Santa Comunión y cómo los practica.

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LECCIÓN 3

2.0.0. Estudio bíblico-teológico acerca del tema: 2.1.0. El concepto de la iglesia como cuerpo de Cristo: Conteste las siguientes preguntas estudiando las correspondientes citas para entender lo que significa que la iglesia sea el cuerpo de Cristo; (1) Según Efesios 1:23, ¿qué es la iglesia?

(2) ¿Qué significa que la iglesia sea “la plenitud misma de Cristo” o “la plenitud de aquél que todo lo llena en todo”?

(3) ¿Qué función tiene Cristo según Colosenses 1:18?

(4) Anote todo lo que Cristo ha hecho por la iglesia según Efesios 5:23-32

(5) Según Colosenses 1:24, Pablo parece indicar que Cristo todavía está sufriendo por su iglesia ¿Por qué cree usted que Pablo afirma esto? Además, dice que él mismo está cumpliendo en su cuerpo ló que faltaba de los sufrimientos de Cristo por su Iglesia ¿Qué significa esto?

2.1.1. En Romanos 12:4,5 y I de Corintios 12:12 -13 Pablo desarrolla el concepto de la iglesia como cuerpo de Cristo. (6) ¿Cuáles son los puntos de comparación que hace entre la iglesia y un cuerpo?

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LA IGLESIA COMO CUERPO DE CRISTO

(7) Según I Corintios, ¿cómo llegamos a ser mimebros de ese cuerpo y qué medio nos une, estando en el cuerpo?

2.1.2. Estudie detenidamente I de Corintios 12: 14 - 27. En este pasaje Pablo desarrolla la analogía del cuerpo para tratar de presentar la solución a dos problemas.

Primero: en los vv. 14-20 se ocupa del problema de aquellos cristianos en la iglesia de Corinto que se sentían inútiles porque creían que sus dones y funciones eran tan insignificantes que no tenían ningún valor. (8) ¿Qué dice Pablo en estos versículos que les ayuda a estos miembros del cuerpo de Cristo?

Segundo: en los w. 21-25 atiende el problema de los que despreciaban a los que tenían dones menos significativos. Éstos se sentían superiores a los demás porque tenían lo que creían eran dones más importantes. (9) ¿Qué dice Pablo en estos versículos para tratar de corregir esta actitud?

(10) Si la iglesia es el cuerpo de Cristo y nosotros miembros en particular de ese cuerpo, según I de Corintios 12:26 ¿qué consecuencias tiene esa verdad para nosotros?

(11) Según Efesios 3:6 ¿quiénes están unidos en el cuerpo de Cristo? ¿qué importancia tiene esto para nuestro entendimiento de la iglesia en este día?

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LECCIÓN 3

2.1.3. En Efesios 4:11-16, Pablo enseña que la obra del ministerio es para la edificación del cuerpo de Cristo. Estudiaremos más acerca del ministerio en futuras unidades, aquí sólo conviene señalar que él aclara que esta edificación está relacionada con el logro de la madurez en cada miembro (v. 13). Parece que los w. 14-16 son una explicación más amplia acerca del crecimiento de tos miembros del cuerpo hacia la madurez. Estudie estos versículos y conteste las siguientes preguntas: (12) Según el v. 15, ¿cuáles son los dos elementos que contribuyen al crecimiento?

(13) Según el v. 16, ¿qué recibe el cuerpo de su cabeza y con qué fin? La Versión Popular Dios Habla Hoy, traduce el versículo 16 de esta manera, “Y por Cristo todo el cuerpo está bien ajustadoy ligado en sí mismo por medio de la unión entre todas sus partes; y cuando cada parte trabaja bien, todo va creciendo y desarrollándose en amor.”

(14) Según este versículo: (a) ¿Qué hace Cristo por la Iglesia?

(b) ¿Qué significa la frase, “cuando cada parte trabaja bien”?

(c) ¿Qué sucede cuando esto ocurre?

(15) ¿Qué más nos dice acerca de esto en Colosenses 2:19?

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LA IGLESIA COMO CUERPO DE CRISTO

2.1.4. Resumen: (16) A la luz de los pasajes bíblicos que acaba de estudiar, escriba un párrafo explicando lo que significa que la iglesia sea el cuerpo de Cristo:

2.2.0. Las consecuencias de lo anterior para nuestro entendimiento de la iglesia hoy: 2.2.1. La Iglesia es una organización secular: Muchos dirigentes, pastores y miembros perciben a la iglesia como una organización moderna o empresa secular. Organizan a las congregaciones locales y las denominaciones a las cuales pertenecen como si fueran organizaciones seculares más bien que si fueran parte del cuerpo de Cristo. Emplean las estructuras y las bases administrativas de las empresas modernas. Elaboran proyectos que requieren el adiestramiento de personas para cumplir con determinadas tareas. Nombran ejecutivos y establecen líneas de autoridad y responsabilidad para que éstos controlen y dirijan el comportamiento de los demás y evalúan sus trabajos y logros para ver si están cumpliendo con las metas preestablecidas. Los dirigentes de estos grupos toman las decisiones importantes que afectan la vida de la institución y la vida de sus integrantes. Las personas que pertenecen a estas organizaciones se identifican por su función y no por sus relaciones los unos con los otros. (17) En base a lo anterior, ¿cuáles son las principales características de una institución u organización formada sobre estos lincamientos?

(18) Si la iglesia se pareciera a una empresa secular, ¿cuáles serían algunas de sus características?

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LECCIÓN 3

2.2.2. La iglesia es un organismo vivo: Pero como hemos visto la iglesia no es una organización moderna ni una institución secular sino que es el cuerpo de Cristo, un organismo viviente. En un organismo hay una sola cabeza y la cabeza no delega responsabilidad, sino que está en íntima conexión con cada miembro del cuerpo. Cada miembro depende de la cabeza. La autoridad de la cabeza de un cuerpo estriba, no en su posición jerárquica, sino en su relación con los miembros, pues ella los cuida. Su función es proveer todo lo que el cuerpo necesita para crecer y coordinar las funciones de cada miembro para que funcionen en armonía con los demás miembros. Cada miembro mantiene una relación íntegra con el todo, el cuerpo. No hay unos miembros superiores y otros inferiores. Cada miembro participa de la vida de los demás miembros. Todos los miembros sufren cuando uno se se enferma, y comparten sus recursos con el necesitado. (19) ¿Cómo se distingue un organismo de una organización o institución?

(20) Si la iglesia es un organismo, ¿cuáles son sus características?

La iglesia es un organismo viviente. Tiene una sola cabeza que es Cristo, y no varias cabecillas. Cristo no puede delegar su función pues dejaría de ser la cabeza. Se mantiene en íntima comunión con todos los miembros de su cuerpo. Su función es sostenerlo y proveer todo lo que el cuerpo necesite para crecer. Según el Nuevo Testamento (Efesios 4:12-16 y Colosenses 2:19), la iglesia crece internamente hacia la madurez cuando todos los miembros se edifican mutuamente unos a otros, sosteniéndose unos a otros y ministrando unos a otros. Este proceso de crecimiento sólo puede ocurrir en un ambiente de amor y unidad. (21) ¿Por qué se parece la iglesia más a un organismo que a una organización moderna?

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LA IGLESIA COMO CUERPO DE CRISTO

3.0.0. Aclaración acerca del bautismo y la santa comunión: 3.1.0. Introducción: Ninguna consideración del tema de eclesiología podría estar completa sin un estudio acerca del bautismo y la santa comunión. Ambos sacramentos y ordenanzas fueron instituidos por Jesucristo (Mateo 28:19 y 26:26,27), y ha sido parte integra de la vida de la iglesia desde su inicio (Hechos 2:38,41,46). 3.2.0. Su interpretación y práctica: La interpretación y práctica del bautismo y la santa comunión en las diferentes denominaciones cristianas ha sido muy diversa. 3.2.1. El Bautismo: para algunas iglesias el bautismo tiene eficacia para quitar los pecados y es indispensable para la salvación. Para otras es un símbolo de la realidad que representa la nueva vida en Cristo. Y para otras es sólo un acto de obediencia de parte del nuevo creyente. Algunas iglesias bautizan por inmersión y otras por aspersión. Unas bautizan sólo adultos y otras infantes y adultos. 3.2.2. La Santa Comunión: Para algunas iglesias Cristo está realmente presente en los elementos del pan y el vino. Para otras su presencia es espiritual. Y para otras el acto es sólo un recordatorio de la cena con sus discípulos. Para unas iglesias sólo los miembros de la iglesia local pueden participar en la comunión celebrada en esa iglesia. Para otras sólo cristianos de esa denominación pueden participar de los elementos. Y para otras la comunión es abierta para todos. En unas iglesias sólo los ministros ordenados pueden administrar los elementos; en otras sólo los que tienen licencia para hacerlo. En cambio, en otras iglesias los laicos designados para hacerlo pueden administrar los elementos. 3.2.3. Lo que es común a todos los cristianos: Sin embargo, a pesar de esta notable divergencia en cuanto a interpretación y prácticas, sí parece haber algo en común entre todos los cristianos. Para todas las iglesias cristianas, el bautismo es en alguna forma el acto por el cual se da testimonio público de la incorporación de la persona, sea infante o adulto, en la iglesia como cuerpo de Cristo. A pesar de la divergencia de opiniones en cuanto a la Santa Comunión, todas las iglesias cristianas están de acuerdo que en alguna manera el participar de los elementos nutre la vida espirirtual de los creyentes. Debido a la gran divergencia sobre su interpretación y práctica en las iglesias y con el deseo de respetar a todas y no tratar de favorecer un solo punto de vista, hemos creído prudente que los temas del Bautismo y la Santa Comunión deben ser tratados según el criterio de cada iglesia local. Por lo tanto sugerimos lo siguiente:

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LECCIÓN 3

(22) Celebre una entrevista con su pastor o un dirigente de su iglesia para platicar sobre cómo su iglesia interpreta y practica el Bautismo y la Santa Comunión y anote aquí lo que descubre:

4.0.0. Conclusión (23) Repasando sus contestaciones a las preguntas anteriores, especialmente las que están en cuadros, escriba un párrafo sobre lo que aprendió en esta unidad sobre el tema de la iglesia como cuerpo de Cristo y cómo esto afecta su entendimiento acerca de la iglesia hoy:

(24) Escriba un párrafo de lo que aprendió en la entrevista que celebró acerca de lo que su iglesia cree y practica en cuanto al Bautismo y la Santa Comunión:

5.0.0. Preguntas para reflexión y discusión: (25) A la luz de lo que ha aprendido en esta unidad, ¿qué le respondería a un hermano que le dijera que se siente inútil en la iglesia?

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LA IGLESIA COMO CUERPO DE CRISTO

(26) Analice su propia iglesia local, haciendo dos listas: una de las características que la hacen parecerse a una organización secular, y otra de las características que la hacen parecerse a un organismo vivo:

Organización:

Organismo:

¿A cuál de las dos se parece más y por qué?

¿Qué podría hacer usted para que su iglesia funcionara más como un organismo*;

Para Memorizar: Romanos 12.3 al 8. Digo, pues, a cada uno de ustedes por la gracia que me ha sido dada, que nadie tenga más alto concepto de sí que el que deba tener; más bien, que piense con sensatez, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros pero todos los miembros no tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo pero todos somos miembros los unos de los otros. De manera que tenemos dones que varían según la gracia que nos ha sido concedida: Si es de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; si es de servicio, en servir; el que enseña, úselo en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que comparte, con liberalidad; el que preside, con diligencia; y el que hace misericordia, con alegría.

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Lectura anexa 3:

“COMUNIDAD Y COMPROMISO. ESTUDIOS SOBRE LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA”. Fragmento del capítulo “La Vida Comunitaria de la Iglesia” Por: Juan Driver “La Iglesia se constituye en una experiencia común compartida entre todos sus miembros. Todos somos hijos de un solo Padre. Todos confesamos a un solo Señor Jesucristo. Y todos somos regenerados por el poder del Espíritu Santo. Por lo tanto, todos somos miembros unos de otros. La Iglesia no es meramente colección de individuos discretos, mas o menos unidos por algún convenio que define los alcances de su colaboración. Ser una comunidad no es opcional para la Iglesia de Jesucristo. Por naturaleza somos una comunidad (y tenemos comunión). La pregunta que tenemos que formularnos es: ¿Qué clase de comunidad seremos? ¿Seremos una comunidad limitada y empobrecida, o una comunidad que realiza plenamente los propósitos que Dios tiene para ella? Compartir la vida en el Cuerpo de Cristo implica vivir en Cristo en toda la plenitud inherente es esa relación y, a la vez, convivir con nuestros hermanos en una expresión plena de vida comunitaria (Ver 1 Juan 1:3, 6, 7).” Definiciones Para propósitos de claridad es preciso que definamos algunos términos, tales como “comunión”, “comunidad”, “vida comunitaria”, “compartir”, etc. En el Nuevo Testamento el término más expresivo para describir esta vida común en el Cuerpo de Cristo es el vocablo griego koinonía. Este término, junto con sus derivados, aparece unas cincuenta veces en el Nuevo Testamento y significa básicamente “aquello que se tiene en común”. Un vistazo de algunas de las maneras en que este concepto es traducido en el Nuevo Testamento nos será útil: “comunión”, “tener en común las cosas”, “compartir”, “participar”, “compañerismo”, “generosos”, “contribución”, “ofrenda”, “ayuda mutua”. . . Se notará la rica gama de significados que caracteriza este término. Es notable que aproximadamente la mitad de las veces que aparece koinonía en el Nuevo Testamento se refiere a compartir en la esfera de lo espiritual, mientras que la otra mitad de las veces se refiere a compartir en la esfera de lo material. Esto ayuda a clarificar el significado de “comunión” en su sentido neotestamentario. Tiene que ver con compartir una vida común en todos los niveles de la existencia y experiencia: espiritual, social, intelectual, económico, etc. No hay área de nuestra vida que pueda excluirla. Koinonía significa participación en algo en lo cual también otros participan; es compartir en forma consciente con otro algo que se tiene en común. Se trata de una vida fundamentada conscientemente en una posesión común: Cristo y su Espíritu. La verdadera comunidad cristiana es creada y sostenida por una fe común, una vida común en Cristo, un compromiso de obediencia común a Cristo como Señor, en fin, una participación común en el Espíritu. La fuerza y la calidad de esta vida en comunidad dependerá directamente de la intensidad y la integridad de este fundamento.

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Lectura anexa 3

Este breve resumen de los significados del concepto neotestamentario de koinonía nos revela cuán pobres han sido muchos de los conceptos de comunidad, compañerismo espiritual y comunión que tradicionalmente se han sostenido en la Iglesia. Koinonía es mucho más que reunirse periódicamente para estar juntos; es mucho más que meramente gozar juntos, lo cual puede hacerse en una forma superficial y transitoria: es mucho más que ese sentido de bienestar interior, ese calorcito en el corazón, que nos viene al saludar a nuestros amigos y familiares en las reuniones de la Iglesia; es mucho más que tener las mismas bases étnicas culturales, lingüísticas e históricas, es mucho más que la organización en una serie de sociedades y subgrupos, pues sus múltiples actividades pueden llegar a constituirse en sustitutos de una verdadera koinonía. Las implicancias del término “comunidad cristiana” son mucho más amplias que las del término “comunidad” en su sentido sociológico. Lo que nos interesa aquí es descubrir en qué radica ese “mucho más” que caracteriza la auténtica koinonía de la Iglesia de Jesucristo.” “Koinonía” en Jerusalén En su descripción del nuevo pueblo de Dios inmediatamente después de Pentecostés, Lucas menciona cuatro características fundamentales de la Iglesia. “Y perseveraban en la doctrina de los Apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hch. 2:42). Aquellos que invocaron al Señor en arrepentimiento y fe y recibieron el Espíritu Santo se sintieron en forma irresistible unidos unos a otros en un Cuerpo. Tan intensa y tan continua era la manera en que compartían los maravillosos hechos de Dios en su medio, que su situación se describe como “comunión” (común unión) unos con otros. Su experiencia los constituía en un Cuerpo separado de los demás judíos. Por medio de su Espíritu, Dios obraba entre ellos y consecuentemente sentían su unidad en forma sumanente intensa. Esta comunión espiritual tuvo un efecto inmediato sobre sus relaciones sociales: produjo una vida social en común. Pasaron mucho tiempo juntos partiendo el pan de sus comidas fraternales en sus casas, con gran alegría y sinceridad transparente. Eran de “un corazón y un alma” y compartían sus bienes materiales de modo que “no había entre ellos ningún necesitado”, pues “ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común” (4:32-34). En este proceso la particularidad del individuo fue superada en todo aspecto (corazón, alma, posesiones), de modo que ahora él se hallaba libre para participar con otros en la comunidad en todo. No se trata de la imposición de un nuevo orden económico, sino del sentido cristiano de participación plena de una vida en común que comprendía todos los aspectos del vivir diario. El poder de Dios se apoderó de tal forma de las vidas de estos hombres y mujeres que aun sus prácticas económicas fueron reconstituidas. La enseñanza de los apóstoles era posesión de todos; el mensaje de Cristo era posesión de todos; en fin, las posesiones espirituales de la gracia y poder de Dios manifestados en Cristo y el Espíritu Santo eran comunes. De igual manera las posesiones materiales se colocaban a disposición de todos. “Koinonía” en Corinto Otro texto básico para comprender el significado de koinonía en la Iglesia neotestamentaria es 1 Corintios 10 y 1 1, donde Pablo reprende a esa Iglesia por los abusos de la Cena del Señor, Si nos fuera posible leer estos textos dejando de lado el filtro de siglos de prácticas eclesiásticas y debates eucarísticos, probablemente veríamos en las palabras “este pan” y “esta copa” una referencia a una práctica diaria de Jesús y sus discípulos: una comida común. La última cena del Señor y sus discípulos se llevó a cabo en el contexto de la Pascua judía. Pero a la vez era

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Lectura anexa 3

un ejemplo más de las comidas en común que deben haber practicado Jesús y sus discípulos desde el momento en que éstos dejaron sus otras ocupaciones para seguirle y compartir la vida, la bolsa y la mesa con el Maestro. La comunión presupone una comunidad que comparte su diario vivir. Los símbolos de esta vida en común no tienen sentido fuera de la real comunidad de Jesucristo donde se comparte su vida por el poder de su Espíritu. Tanto la tradición eucarística católica como la protestante nos han alejado de la realidad concreta de la comunión. El Nuevo Testamento nos invita a formular una teología y una práctica de la comunión que sean consecuentes con la verdadera naturaleza del Cuerpo de Cristo, librándonos así de la tentación de separar el hecho del símbolo. Nuestro comer juntos la Cena del Señor debe significar que nuestra vida es una comunión auténtica.

“Koinonía” y hermandad Otra forma de expresar el concepto de koinonía es el uso del término “hermanos” tanto para designar a la Iglesia como a sus miembros particulares. “Hermanos” es la designación más frecuente para referirse a los cristianos en el Nuevo Testamento. Aparece unas doscientas cincuenta veces en Los Hechos y las Epístolas. Sin duda su uso es tan frecuente porque se trata de un saludo natural en una comunidad de este tipo. Esta hermandad nace de la obra que el “primogénito entre muchos hermanos” realiza para formar la “familia de Dios” (Ro. 8:29,30; cf. He. 2:11-13). “Hermandad” significa amor y responsabilidad mutua, plena participación de todos en la familia de Dios, un compartir pleno en la realización de la vida de la Iglesia, precisamente con el mismo sentido que el término koinonía tiene. Jesús mismo dio una nueva definición de “hermanos”: son los que hacen la voluntad de Dios (Mr. 3:35); los que colocan las obligaciones de su nueva familia en primer lugar. Se sirven unos a otros en sus necesidades, sea de comida, ropa, o amistad (Mt. 25). En esta hermandad no existen distintos niveles de honor ni superioridad. Hay distinciones en términos de dones y funciones, pero no en términos de superioridad e inferioridad. “Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo” y “todos vosotros sois hermanos” (Mt. 23:10, 8).

“Koinonía” y renovación Es notable cómo la auténtica koinonía de la Iglesia ha sido amenazada y hasta destruida por prácticas económicas muy poco fraternales. Jesús advierte que es muy difícil que un hombre rico entre en el Reino (Lc. 18:25) y que la ansiedad por los bienes es una actitud propia de los paganos (Mt. 6:32). Pablo da la impresión que por lo menos uno de los elementos que fomenta división en la Iglesia de Corinto son las diferencias económicas (1 Co. 11) у señala que en la comunidad cristiana “la raíz de todos los males es el amor al dinero” ( 1 Ti. 6:10). Santiago advierte contra la tentación de la Iglesia de favorecer al rico (cap. 2). A juzgar por las advertencias que hallamos en el Nuevo Testamento, aparentemente la tentación materialista, representaba un peligro mayor en la Iglesia primitiva que la tentación a la violencia. Como Jesús bien advirtió, la propiedad ejerce un poder diabólico sobre las personas. Existe en las sociedades en general una presión demoníaca que le lleva a uno a sacrificar cualquier valor ético por el dinero. “La koinonía no es una abstracción teológica, sino algo que han experimentado multitudes de cristianos desde los tiempos apostólicos hasta nuestros días. La comunicación entre miembros es fundamental para la realización de comunidad auténtica. En la práctica, la comunión se hace concreta cuando los cristia-

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Lectura anexa 3

nos se reúnen. Por eso, para desarrollar plenamente esta vida común se requiere tiempo. Aunque en un sentido puede haber comunión y comunidad en un círculo amplio, sin necesidad de reunión personal, para que la koinonía funcione en un nivel profundo y práctico se requiere la posibilidad de relaciones interpersonales primarias en círculos pequeños. En éstos los hermanos se conocen, piden y dan consejo en la toma de decisiones éticas, ejercen disciplina mutua, reconocen y fomentan el desarrollo de los dones que el Espíritu les da, y se apoyan mutuamente en su discipulado diario. Desde luego todo esto depende de una experiencia común de la gracia de Dios en Cristo, una respuesta común de fe y obediencia, y una expresión común de amor cristiano. En este sentido debe señalarse que el Espíritu Santo de Dios crea, profundiza y extiende la experiencia de comunidad en la Iglesia. “En la experiencia pentecostal encontramos la negación de Babel. A partir de Pentecostés la comunicación en una comunidad y por medio de ella es una posibilidad viva. Se ha señalado que en casi todos los casos en el Nuevo Testamento el Espíritu Santo fue dado a grupos de personas, sea la compañía de discípulos reunidos en Jerusalén, o sean grupos familiares. Rara vez fue dado a individuos aislados, y aun en estos casos fue dado para la edificación del Cuerpo de Cristo. La koinonía es parte de la esencia de la Iglesia de Jesucristo. Por lo tanto no ha de sorprendernos que a lo largo de la historia de la Iglesia los movimientos de renovación que se han preocupado por retornar a sus raíces siempre han redescubierto algo de esta dimensión comunitaria. Entre estos movimientos se podría mencionar a los valdenses, los hermanos checos, los anabautistas, los cuáqueros, los metodistas y otros movimientos de renovación contemporáneos. Sin embargo, no se trata meramente de imitar un modelo antiguo de la Iglesia cristiana en nuestro afán de renovarnos. Más bien es cuestión de redescubrir experimentalmente esa koinonía que es de la misma esencia de la comunidad de Jesús y vivirla en el poder del Espíritu de Cristo.

“COMUNIDAD Y COMPROMISO. ESTUDIOS SOBRE LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA”. Fragmento del capítulo “La Vida Comunitaria de la Iglesia” Por: Juan Driver

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LECCIÓN 4 LA UNIDAD Y DIVERSIDAD DE LA IGLESIA

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LA UNIDAD Y DIVERSIDAD DE LA IGLESIA

1.0.0. Objetivos de esta unidad: Dados unos pasajes bíblicos y varios párrafos de información, al concluir esta unidad usted será capaz de: 1.1.0. Señalar las bases para la unidad de la iglesia en las enseñanzas de Jesús y Pablo. 1.2.0. Indicar cómo esta unidad afecta la obra de la evangelización 1.3.0. Explicar cómo se manifiesta la diversidad en la iglesia.

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LECCIÓN 4

2.0.0. Estudio bíblico-teológico acerca del tema: 2.1.0. La unidad de la iglesia: 2.1.1. En las enseñanzas de Jesús: Estando junto con sus discípulos en el aposento alto después de la institución de la Santa Comunión y antes de salir al huerto de Getsemaní, Jesús eleva una oración a su Padre en que expresa sus hondas preocupaciones y presenta las peticiones que brotan desde el fondo de su ser. Está oración se encuentra en Sn. Juan 17. En los versículos 20-26 pide por todos aquellos que habrán de creer en él al escuchar el mensaje de los apóstoles. Lea cuidadosamente estos versículos (Juan 17; 20-26) y conteste las siguientes preguntas: (1) ¿Por qué cosa pide Jesús en el v. 21?

(2) ¿A qué debía parecerse la unión de aquellos que habrían de creer en el anuncio hecho por los apóstoles?

(3) ¿Cómo es la unión del Hijo con el Padre?

(4) ¿Qué resulta de la unidad de los seguidores de Jesús? ¿por qué este resultado?

(5) ¿Por qué cree usted que Jesús rogó tan insistentemente a su Padre por la unidad de sus seguidores?

(6) ¿Qué significa la palabra “gloria” en el v. 22?. (Vea también Juan 1:14; 2:11; 5:41,44; 11:4; 12:41 - 43; 17:5).

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LA UNIDAD Y DIVERSIDAD DE LA IGLESIA

(7) Según el v. 22, ¿de qué les ha dado Jesús a sus seguidores y con qué fin?

(8) Según los w. 22 y 23, ¿qué dice Jesús que se dará cuenta el mundo cuando vea la unidad de los cristianos?

3.0.0. En las enseñanzas de Pablo: Parece que a Pablo también le preocupaba la unidad de la iglesia, pues en varias de sus epístolas se dirige al problema de las divisiones entre los hermanos: (9) Lea I de Corintios 1:10 -17 y conteste las siguientes preguntas: (a) ¿Qué exhorta en el v. 10?

(b) ¿Qué preguntas hace en el v. 13? ¿Cuál es la contestación a estas preguntas?

(10) Lea cuidadosamente Efesios 4:1-6 y conteste las siguientes preguntas: (a) ¿Qué preocupaciones expresa Pablo en los w. 1 - 3?

(b) ¿Cuál es la actitud y el comportamiento que Pablo señala en el v. 2 como base para la unidad?

(c) En los w. 4 - 6 ¿qué bases establecen claramente la unidad de la iglesia? (Explique lo que significa cada una)

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LECCIÓN 4

(11) Según Ia de Corintios 12:13, ¿qué otras bases hay para la unidad de la iglesia?

3.1.0. Resumen: (12) Escriba un párrafo explicando en qué consisten las bases de la unidad de la iglesia en las enseñanzas de Jesús y Pablo:

(13) Escriba un párrafo señalando cómo esta unidad afecta la obra de la evangelización:

3.2.0. La Diversidad de la Iglesia; 3.2.1. La Iglesia de Jesucristo es una, pero en ella hay una gran diversidad. Para la iglesia en todas las edades ha sido muy difícil mantener en equilibrio la diversidad en medio de la unidad. Aveces el énfasis ha recaído sobre la unidad y la iglesia ha tendido a volverse monolítica. Otras veces el énfasis ha recaído sobre la diversidad en tal forma que se ha perdido la unidad. Hay que mantener ambas cosas en tensión creativa. Pablo insiste en ambas. (14) Según Ia de Corintios 12:4-6, ¿qué clase de diversidad hay en la iglesia?

(15) ¿Quiénes mantienen unida a la iglesia en esta diversidad?

(16) ¿Qué contraste hay entre la función del Espíritu Santo según el v. 11 y el 13?

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LA UNIDAD Y DIVERSIDAD DE LA IGLESIA

(17) ¿Qué bases para la diversidad encuentra usted en Romanos 12:6 y I de Corintios 12:13?

3.2.2. La iglesia o congregación local está unida por un solo Espíritu Santo. Pero este mismo Espíritu reparte distintos dones a los miembros. Esto produce una diversidad de funciones de los miembros. Las iglesias locales esparcidas por una ciudad, región o país son una sola iglesia en Cristo, pero las diferencias de raza, cultura, idioma, historia y trasfondo, producen una gran diversidad de expresiones. A estas diferencias sumamos los distintos énfasis doctrinales, las tradiciones litúrgicas y de gobierno y se multiplica la diversidad. Pero con todo y esto, la iglesia de Cristo, es esencialmente una. (18) ¿Qué otros factores producen la diversidad en la iglesia?

(19) Escriba un párrafo explicando cómo se manifiesta la diversidad de la iglesia:

4.0.0. Conclusión: (20) Repasando las respuestas a las preguntas anteriores, especialmente las que están dentro de los cuadros, escriba un párrafo explicando las bases de la unidad de la iglesia y los factores que contribuyen a su diversidad:

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LECCIÓN 4

5.0.0. Preguntas para reflexión y discusión: (21) Muchas veces lo primero que pregunta una persona no evangélica es por qué hay tantas distintas denominaciones en el movimiento protestante. ¿Qué le contestaría a una persona que le hiciera tal pregunta?

(22) Si la unidad de los cristianos fue preocupación tan honda para Jesús y Pablo ¿por qué ha sido asunto de tan poca preocupación para los evangélicos en la América Latina?

(23) Dirigentes evangélicos se disculpan en cuanto a las divisiones que existen en el movimiento protestante afirmando que estás son insígnifícantes; sin embargo, hacen poco para promover la unidad. ¿Cuál debería ser nuestra actitud ante divisiones?

(24) ¿Qué podría hacer su iglesia local para promover la unidad de los cristianos?

(25) Discuta esta pregunta: ¿Cómo puede mantenerse la unidad en medio de la diversidad y la diversidad en medio de la unidad?

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Hacer un bosquejo expositivo de: 1 Corintios 12.4 al 7. 4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

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Lectura anexa 4: “LA COMUNIDAD DEL REY” Fragmento del capítulo “La Iglesia en el Plan de Dios” Por: Howard A. Snyder. Dios tiene un plan cósmico, un plan maestro de redención. Él se propone hacer mucho más que llenar el cielo con almas salvadas. La Biblia habla de un plan divino para la creación entera, y la Iglesia tiene un papel central en ese plan. La Biblia demuestra como es la Iglesia, y define su misión.

Amo de una Gran Familia El plan cósmico de Dios se indica lo más sucinto posible en los primeros tres capítulos de Efesios. Pablo habla de “la voluntad de Dios” (Ef. 1:1), “el buen propósito de su voluntad” (Ef. 1:5), “el misterio de su voluntad conforme al buen propósito, que de antemano estableció en Cristo” (Ef. 1:9). Pablo dice en varias ocasiones que Dios “nos eligió,” “nos designó” y “nos predestinó” según su voluntad. Observe especialmente Efesios 1:10: “con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra.”(Biblia de las Américas) “Administración” es traducido de la palabra “oikonomia”, la cuál proviene de la palabra [oikos] para “casa” o “familia.” Se refiere a la vigilancia de una familia, o al plan o al arreglo para la administración de la familia. La idea “es la de una gran familia de la cual Dios es el amo y de la cual tiene cierto sistema de administración dirigido sabiamente por él.” (1) Pablo ve el plan de Dios como una estrategia cósmica que tiene que ver con toda la creación. El plan de Dios es “reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra” (Ef. 1:10). Cinco veces en Efesios Pablo habla de “las regiones celestiales.” Dios es el “Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos,” y Cristo “ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo [el universo entero].” (Ef. 4:6,10). Reconciliación ¿Pero cuál es el plan maestro de Dios? Simplemente esto: que Dios puede glorificarse uniendo todas las cosas debajo de Cristo. “El plan de Dios es reunir y reconciliar todas las cosas en Cristo de modo que la gente pueda servir otra vez a su Creador.”(2) El plan de Dios es para la restauración de su creación, para superar el daño hecho a las personas y a la naturaleza por la caída. El plan de Dios para reconciliar todas las cosas puede parecer simplemente satisfacer su intención original en la creación. Pero esto es hablar humanamente, desde nuestro punto de vista; no debemos suponer que el plan cósmico de Dios para la reconciliación es el “plan B,” que Dios había pensado luego porque él falló en la creación. Porque el plan eterno de Dios existía antes de la caída y la creación; el había existido en la mente de Dios “antes de la creación del mundo” (Ef. 1:4).(3) Este plan incluye no sólo la reconciliación de la gente a Dios, pero la reconciliación de “todas las cosas tanto las del cielo como las de la tierra” (Ef. 1:10). Pablo lo escribe en Colosenses, es la intención de Dios por medio de Cristo “reconciliar consigo todas las cosas... haciendo paz mediante la sangre que él derramó en la cruz.” Es central a este plan de reconciliación de personas por medio de la sangre de Jesús Cristo. Pero la reconciliación por Cristo alcanza a todas las relaciones rotas que resultaron del pecado- entre nosotros mismos y Dios, entre toda la gente, y entre la humanidad y el ambiente físico. Tan asombroso como es el pensamiento, las Escrituras enseñan que esta reconciliación incluso incluye el rescate del universo físico de los efectos del pecado mientras que todo se trae debajo de su debida autoridad en Cristo Jesús (Ro. 8:19-21). La Nueva Versión Internacional sugiere en traducir Efesios 1:10, el propósito de Dios es “reunir en él [Cristo] todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra.” (4) La implicación es asombroso: todo debe ser traído bajo la soberanía de Cristo.

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Lectura anexa 4

La Iglesia en el plan cósmico de Dios Una frase notable ocurre en Efesios 3:10. El plan cósmico de Dios, Pablo dice, es que “por medio de la Iglesia” que “la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora…a los poderes y autoridades en las regiones celestiales.” (5) Miremos el pasaje: “Al leer esto, podrán darse cuenta de que comprendo el misterio de Cristo. Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios; es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.” (Ef. 3: 4-6).

El misterio, ahora dado a conocer, es que los gentiles tanto como los judíos pueden compartir en la redención prometida por Dios. De hecho el judío y el gentil se reúnen en “un cuerpo” a través de Cristo Jesús, como Pablo ya había explicado, Dios “de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba.” Así, todos los cristianos son un cuerpo, “un nuevo hombre.” Esto fue hecho “mediante la cruz, por la que dio muerte a la enemistad” (Ef. 2:14-16). Observe las dos dimensiones aquí. Se reconcilian los creyentes judíos y gentiles a Dios y al uno al otro. Han sido unidos a Jesús en una relación de la reconciliación que supera y destruye su vieja hostilidad hacia uno al otro. No más son enemigos, ahora son hermanos y hermanas. ¿Cuál entonces es el misterio del plan de Dios? Esta es que en Cristo, Dios actúa tan poderosamente que él puede superar enemistades y curar hostilidades. El judío y el gentil son reconciliados a Dios en un cuerpo. El misterio no es simplemente que el Evangelio será predicado a los gentiles; es que con esta predicación los creyentes gentiles son ahora “herederos juntos” y “miembros juntos de un cuerpo.” El plan de Dios para la Iglesia se extiende al todo la plenitud del cosmos: “El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la Iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales, conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Ef. 3:10-11). Por la sabiduría “en toda su diversidad” la Iglesia de Dios exhibe una plenitud temprana de lo que logrará Cristo en la conclusión de las edades. El espectáculo es alcanzar más allá de la gama de la humanidad, incluso a los reinos angelicales. La Iglesia es la exhibición de Dios del amor reconciliador de Cristo, trayendo al judío y al gentil juntos como hermanos y hermanas en la comunidad de la gente de Dios. ¿Pero judío y gentil solamente? ¿El milagro del Evangelio fue agotado solo por la reconciliación del judío y del gentil en el primer siglo d.C.? ¡Ciertamente no! Hay más del misterio del plan de Dios. La reconciliación histórica inicial nos demuestra que Dios reconcilia a todas las personas y gentes separadas a sí con la sangre de la cruz. Empezó con la reconciliación del judío y gentil, y se extiende al libre y esclavo, hombre y mujer, negro y blanco, rico y pobre (Col 3:10-11; Gá 3:28). Extenderá al final a “toda familia ” (Ef. 3:15). La Imagen Bíblica de la Iglesia La Biblia dice que la Iglesia no es nada menos que el cuerpo de Cristo. Es la novia de Cristo (Ap. 21:9), el rebaño de Dios (1 P. 5:2), el templo vivo del Espíritu Santo (Ef. 2:21 - 22). Virtualmente todas las figuras bíblicas para la Iglesia enfatizan una relación esencial viviente del amor entre Cristo y la Iglesia. Esto subraya el papel clave de la Iglesia en el plan de Dios y nos recuerda que “Cristo amó la Iglesia y se entregó por ella” (Ef. 5:25). Si la Iglesia es el cuerpo de Cristo, el medio para la acción de la cabeza en el mundo, entonces la Iglesia es una parte inseparable del evangelio, y la eclesiología [la doctrina de la Iglesia] es inseparable de la soteriología [la doctrina de la salvación cristiana]. Por lo tanto, el adoptar lo que se puede llamar “una postura en contra de la Iglesia” sería diluir el Evangelio mismo y al mismo tiempo demostrar un malentendimiento de lo que “la Iglesia” significa en la Biblia. La Biblia muestra la Iglesia en el medio de la cultura, luchando para ser fiel pero a veces adulterada por alianzas artificiales con

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Lectura anexa 4

el paganismo y el legalismo judío. En la Escritura los lados terrenales y celestiales de la Iglesia caben juntos en una entera y no nos dejan con dos Iglesias incompatibles o con una imagen de la Iglesia partida en dos niveles. La Iglesia es una; es un Cuerpo de Cristo que ahora existe ambos “en a tierra” y “en los lugares celestiales” (Ef. 1:3; 2:6; 3:10). Esta visión de la Iglesia es agudamente relevante para la edad moderna por las razones que son básicas a la imagen bíblica de la Iglesia. (6) Primero, la Biblia muestra la Iglesia en una perspectiva cósmica/histórica. La Iglesia es la gente de Dios lo cual Dios ha sido formando y con lo cuál Él ha estado actuando a través de la historia. En este sentido la Iglesia tiene raíces que van atrás al Antiguo Testamento, incluso a la Caída. Su misión va adelante en toda la historia restante a la eternidad. Esta línea horizontal es la dimensión histórica. La dimensión cósmica nos recuerda que nuestro mundo del espaciotiempo es realmente parte de un universo más grande, espiritual en el cual Dios reine. La Iglesia es el Cuerpo dado a Cristo, el Salvador Conquistador. Dios ha elegido colocar a la Iglesia con Cristo en el mismo centro de su plan para reconciliar el mundo a sí mismo (Ef. 1:20-23). En segundo lugar, la Biblia muestra la Iglesia más bien en términos carismáticos, que institucionales. Mientras que la Iglesia es, en un sentido ancho, una institución, es más fundamentalmente una comunidad carismática. Es decir, existe por la gracia (charis) de Dios y es edificado por los dones de gracia (charismas) concedidos por el Espíritu Santo. Bíblicamente, no se estructura la Iglesia en la misma manera de una corporación de negocios o una universidad, pero se estructura como el cuerpo humano, en base de la vida. En su nivel más básico es una comunidad, no una jerarquía; un organismo, no una organización (1Cor. 12; Ro. 12:5-8; Ef. 4:1-16; Mat. 18:20; 1Ped 4:10-11). Tercero, la Biblia muestra la Iglesia como la Comunidad de la Gente de Dios. Aquí se unen el cósmico y el carismático, y vemos a la Iglesia como ambos dentro del mundo y más allá del mundo. Puesto que la Iglesia es la gente de Dios, incluye todo la gente de Dios en todos los tiempos y en todos los lugares, así como los que ahora han cruzado el límite del espacio-tiempo y viven en la presencia de Dios. Pero la gente de Dios debe tener una expresión visible, local; y en el nivel local la Iglesia es la comunidad del Espíritu Santo. Como Samuel Escobar ha dicho, “Dios llama a los que llegan a ser Su gente a ser parte de una comunidad. La nueva humanidad que Cristo está creando llega a ser tan visible en las comunidades que tienen una calidad de la vida que refleja el ejemplo de Cristo.” (7) La Iglesia encuentra su identidad en este ritmo unificado, complementario de ser una gente y una comunidad, ambos dentro de una ciudad o una cultura y dentro del contexto mundial más grande. La Comunidad de la Gente de Dios Estos conceptos concatenados enfatizan que la Iglesia es, en el primer lugar, gente, no una estructura institucional. Enfatizan más que la Iglesia no es ninguna mera colección de individuos aislados, sino que tiene una naturaleza corporativa o comunal que es absolutamente esencial para su ser verdadero. Y finalmente, estas verdades demuestran que el ser una comunidad y una gente es un regalo de Dios a través del trabajo de Jesús Cristo y del Espíritu Santo que mora en ella. No es producido por técnicas ni planes humanos. La Iglesia es constituida como la gente de Dios por la acción de Cristo Jesús, y esta realidad abre la puerta a la posibilidad de una comunidad verdadera y profunda. Aquí la figura del cuerpo toma un significado agregado, incluyendo lo de la comunidad y lo de una gente de Dios. Este concepto de una gente se arraiga firmemente en el Antiguo Testamento y subraya el hecho objetivo de Dios que actúa a través de la historia para llamar y para preparar un “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios” (1 P. 2:9; compare con Ex. 19:5-6). La palabra griega para “gente” es laos, de que proviene la palabra “laico.” Esto nos recuerda que la Iglesia entera es una gente. Aquí el énfasis está en la universalidad de la Iglesia, la gente de Dios dispersada por el mundo en centenares de denominaciones específicas, de movimientos y de otras estructuras. Es la realidad inclusiva, mundial y corporativa de la multiplicidad de hombres y mujeres quienes a través de la historia, han sido reconciliados con Dios a través de Jesús Cristo. Este hecho

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Lectura anexa 4

celebra como Dios se mueva en la historia para constituir a una gente peregrina y se relaciona especialmente con el concepto del pacto. Visto en perspectiva cósmica/histórica, la Iglesia es la gente de Dios. (8) Por otra parte, la Iglesia es una comunidad o una comunión, una koinonia. Este énfasis se encuentra más claramente en el Nuevo Testamento y crece directamente desde la experiencia de Pentecostés. Si “la gente” subraya la continuidad del plan de Dios del Antiguo al Nuevo Testamento, “la comunidad” llama la atención al “nuevo pacto,” el “vino nuevo,” a la “nueva cosa” que Dios hizo en la resurrección de Cristo Jesús y el bautismo del Espíritu en el Pentecostés. El énfasis aquí está en la localidad de la Iglesia en su vida comunal, intensa y interactiva. Visto como organismo carismático, la Iglesia es la comunidad del Espíritu Santo. La Iglesia como una comunidad acentúa la vida local, temporal de la Iglesia en un contexto cultural dado. Aquí nos bajamos de las alturas etéreas al asunto de los cristianos viviendo juntos, compartiendo una vida común. Aquí también descubrimos el hecho básico de que la comunidad verdadera es esencial para el testimonio eficaz. Y aquí también, consecuentemente, hacemos frente al problema de la necesidad de las odres nuevas; la necesidad de ocuparse de las estructuras prácticas para permitir y animar a una comunidad verdadera. Es críticamente importante, especialmente en una situación mundial y multicultural tal como la Iglesia enfrenta hoy, estar claro que la esencia de la Iglesia es una gente, no una organización; que es una comunidad, no una institución. La gran división en el pensamiento contemporáneo acerca de la Iglesia está precisamente aquí. Bíblicamente, la Iglesia es la comunidad de la gente de Dios, y ésta es una realidad espiritual que es válida en cada cultura. Pero todas las instituciones eclesiásticas, como los seminarios teológicos, denominaciones, agencias misioneras, casas editoriales cristianas, no son la Iglesia. Son instituciones de apoyo para servir a la Iglesia. Están culturalmente limitados y pueden ser entendidos y evaluados sociológicamente. Pero no son ellos mismos la Iglesia. Y cuando se confunden con la Iglesia, o se consideran a tales instituciones como parte de su esencia, resultan en todas clases de males entendimientos desafortunados, y la Iglesia está limitada a una expresión cultural particular, actual. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la comunidad del Espíritu Santo, la gente de Dios. Es la comunidad del Rey y el agente en el mundo del plan de Dios para la reconciliación de todas las cosas. El agente de Dios del Reino no se debe considerar apenas un método entre muchos. Porque de la cruz a la eternidad sigue siendo la verdad que “Cristo amó la Iglesia y se entregó por ella para hacerla santa… para presentársela a sí mismo como una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección.” (Ef. 5:25-27). Notas: 1. W. Robertson Nicoll, ed., The Expositorʼs Greek Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1961), Así es nuestra palabra económica. Observe también la palabra oikonomia y sus varias traducciones. 2. Bernard Zylstra, cotizado en Perspectiva (boletín de noticias del Association for the Advancement of Christian Scholarship), 7, no. 2 (marzo/abril, 1973), P. 141. 3. Observe la repetición de esta frase significativa en Mateo 13:35; 25:34; Juan 17:24; Efesios 1:4; Hebreos 4:3; 1Pedro 1:20; Apocalipsis 13:8; 17:8. Estos pasajes ponen en claro que Dios designó a Cristo como Salvador desde la eternidad y que el plan del Reino de Dios es eterno. 4. Vea a Gerhard Kittel y a Gerhard Friedrick, eds., Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Eerdmans, 1964-74), 2:681-688. 5. La frase “por la Iglesia” ambigua es traducida “por medio de la Iglesia” en el AV, así enfatizando el hecho de que la Iglesia es el agente del plan de Dios. 6. Los tres puntos que siguen resumen el capitulo 13 de Howard A. Snyder Radical Renewal: The Problem of Wineskins Today (Houston, TX: Torch Publications, 1996). 7. Samuel Escobar, “Evangelism and Manʼs search for Freedom, Justice and Fulfillment” in Let the Earth Hear His Voice, comprendium of the International Congress on World Evangelism, Lausanne, 1974, edited by J. D. Douglas (Lausanne: World Wide Publicacions, 1975), P. 312. 8. Hans Kung describe semejantemente la Iglesia como “la gente de Dios… la comunidad de los fieles”; la Iglesia es “la comunidad de la nueva gente de Dios llamada afuera y junta. “Structures of the Church”, trans. Salvator Attanasio (Londres: Burns and Oates. 1964), pp. x, 11.

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LECCIÓN 5 LOS DONES ESPIRITUALES DENTRO DE LA IGLESIA

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LOS DONES ESPIRITUALES EN LA IGLESIA

1.0.0. Objetivos de esta unidad: Dados varios pasajes bíblicos, un capítulo del libro La Iglesia Resucita, por Ray C. Stedman, y varias citas de otro capítulo del mismo libro, al concluir esta unidad usted será acapaz de: 1.1.0. Hacer una lista tentativa por escrito de los dones espirituales que se mencionan en los correspondientes pasajes del Nuevo Testamento, con una breve definición de cada uno. 1.2.0. Contestar las siguientes preguntas: 1.2.1. ¿Qué es un don espiritual? 1.2.2. ¿Quiénes han recibido los dones espirituales? 1.2.3. ¿Cuál es la función y el propósito de los dones? 1.2.4. ¿Qué es lo que determina cuáles son los dones que recibimos? 1.2.5. ¿Cuáles son los dos criterios que pueden usarse para determinar cuáles son los “mejores dones”?. 1.2.6. ¿Cómo se puede saber si es el poder de la carne o el poder del Espíritu Santo lo que está moviendo al creyente en el ejercicio de los dones?

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LECCIÓN 5

2.0.0. Estudio bíblico-teológico acerca del tema: En la unidad anterior estudiamos el tema de la unidad y diversidad de la iglesia. En dos de los pasajes donde Pablo escribe acerca de la diversidad de la iglesia (Romanos: 12:4 - 8 y I de Corintios 12:4 -11), señala que la diversidad surge debido a los distintos dones que reparte el Espíritu Santo a los creyentes. Es lógico, pues, que el siguiente tema que consideremos sea el de los dones espirituales. El tema de los dones espirituales ha cobrado nuevo interés en los últimos años. Por mucho tiempo se había considerado que era un fenómeno de la época apostólica o una de las peculiaridades de las iglesias pentecostales, pero en los últimos años escritores de una gran variedad de denominaciones evangélicas han estado estudiando este tema. Esto nos ha llevado a descubrir que el tema de los dones es un tema bíblico bastante relevante y parte del patrimonio de todas las iglesias evangélicas. En una sola unidad no será posible hacer un estudio exhaustivo acerca de los dones espirituales. Sólo podremos ayudarle a iniciar el estudio de este fascinante tema que será de sumo beneficio para su vida y de utilidad para la iglesia de la cual es miembro. Además, debemos señalar que aún no hay uniformidad de criterio en cuanto a varias preguntas referentes a los dones y falta más estudio serio del material bíblico y reflexión en torno al asunto para aclarar algunos puntos. El que escribe ha llegado a la conclusión de que un entendimiento del asunto de los dones espirituales es básico para percibir el llamamiento de Dios a cualquier ministerio; es decir, este llamamiento se hace en base a los dones que Dios ha distribuido a los miembros de la Iglesia. Dios sólo llama a determinado servicio a la persona que ha capacitado para este servicio por la entrega de los correspondientes dones. Por lo tanto, hemos colocado este tema dentro de este curso de Eclesiología para que todo los que lo estudian puedan iniciar el proceso por el cual descubran los dones que Dios les ha dado y de ahí, a qué ministerio los está llamando.

2.1.0.Asuntos introductorios: Lea cuidadosamente la lectura anexa Núm.5, “Sin excepciones”, tomado del libro, La Iglesia Resucita, por Ray C. Stedman. Se encuentra al final de esta unidad. (1) Según este autor, ¿qué es un don espiritual?

Por otro lado, un talento es una capacidad natural que una persona tiene porque la heredó de sus padres o fue cultivada por su formación en su medio ambiente. (2) ¿Cuál es, entonces, la diferencia entre un talento y un don?

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LOS DONES ESPIRITUALES EN LA IGLESIA

Dios en su soberana sabiduría y gracia puede tomar uno o varios talentos y convertirlos en dones, o puede dar dones al creyente que no tengan ninguna relación con los talentos que él tenga. Debemos recalcar que todo creyente en el Señor Jesucristo ha recibido por lo menos un don y probablemente varios, pero por el otro lado, ningún creyente los ha recibido todos. Es en la iglesia local donde se manifiesta un mayor número de dones, pues es allí donde se manifiestan los dones particulares de cada creyente, dándose así en el cuerpo todos o casi todos los dones. Comenta Stedman: “Precisamente en este momento debemos comprender lo que Pablo nos enseña aquí: que somos miembros de un cuerpo, y que no se espera de un miembro del cuerpo hacer todo lo que el cuerpo hace. Existe una división de labores dentro de la Iglesia de Cristo y los demás miembros del cuerpo están también Henos del Espíritu y necesitan usar sus dones”... y “todos nosotros debemos descubrir la misma verdad - Dios nos da dones a todos, pero ninguno de nosotros tenemos todos los dones.” (3) Según Stedman ¿quiénes son receptores de los dones?

Si por “don” se entiende un regalo que Dios nos ha dado sin que lo merezcamos y si los dones espirituales son regalos de Dios para ser usados en su servicio, entonces se entiende que nos son dados por su gracia, por el amor inmerecido de Dios. (4) Según 1 Corintios 12:11 ¿qué determina cuáles dones reparte el Espíritu a cada creyente?

Lea usted 1Corientios 12:1-9. Observe que en los w. 4 - 9 Pablo trata el asunto de la diversidad de los dones en medio de su unidad. (5) Según este pasaje, ¿qué es lo que une a los diversos dones? ¿Cómo se manifiesta su diversidad?

(6) Según Stedman, ¿cuál es la diferencia entre dones, ministerios y operaciones?

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LECCIÓN 5

2.2.0. Reconocimiento y clasificación de los dones: Estudie detenidamente 1 Corintios 12:9 -11 y 27 - 31, y Romanos 12:6 - 8. (7) A continuación haga una lista de todos los distintos dones que encuentra en estos pasajes. Si hubiera un don para el cual se emplean dos diferentes nombres o palabras, anote la segunda entre paréntesis al lado de la primera:

Lea usted Efesios 4:7-12. Aunque en este pasaje hay expresiones difíciles de entender, parece que Pablo tiene en mente los dones espirituales. En el versículo 7 habla de la gracia (charismata) que fue dada. En el versículo 8 cita el Salmo 68:18, en donde se dice, “y dio dones a los hombres”. La palabra “constituyó” en el v. 11 en el griego es la misma que el verbo “dar”. Este contexto parece indicar que lo que tenemos en el resto del v. 11 es otra lista, esta vez quizá más especializada, de dones. (8)

¿Cuáles son, pues, los dones que Pablo menciona en Efesios 4:11?

Tomando en cuenta lo anterior, lea las siguientes citas, tomado de otro capítulo del mismo libro de Stedman. “Estos cuatro -apóstoles, profetas, evangelistas y pastores-- son los dones que... el señor resucitado ha impartido a los hombres. Ellos constituyen lo que podríamos llamar “los dones de soporte” en contraposición a los de “servicio” y a los de “señal”. “El fundamento de la iglesia es Jesucristo, tal y como Pablo declaró a los corintios: Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. (1 Corintios 3:11), y la principal tarea de un apóstol era declarar el cuerpo completo de verdad relacionado con Jesucristo; ese es el fundamento. “El don apostólico todavía se da hoy en día, aunque en un sentido secundario. No hay ninguna verdad que se pueda añadir a las Escrituras, pero el bloque de verdad que tenemos debe llevarse por los que tienen el don apostólico, para impartirlo a las nuevas iglesias allí donde éstas comiencen. Es parte del don apostólico el empezar nuevas iglesias. Hoy llamamos a los que hacen este trabajo ‘misioneros pioneros’.

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LOS DONES ESPIRITUALES EN LA IGLESIA

“Un profeta es, sobre todo, un hombre que habla de parte de Dios, que revela la mente de Dios. En la iglesia primitiva, antes de que se escribiese el Nuevo Testamento, los profetas hablaban directamente, dirigidos por la inspiración del Espíritu Santo, enseñando las verdades que ahora tenemos escritas en el Nuevo Testamento. Ellos exponían lo que Dios enseñaba, y de este modo el cuerpo se preparaba, era capacitado para la actividad. “El don de un profeta difiere del de un apóstol, en que el apóstol da una declaración autoritativa de todo el cuerpo de verdad sobre Jesucristo, mientras que el profeta interpreta esa palabra autoritativa y explica la verdad, para que esté clara y sea vital y llena de vigor. “El tercer ministerio de soporte en el cuerpo de Cristo es el del evangelista, el cual va unido con el trabajo del pastor-maestro. Los evangelistas y los pastores-maestros trabajan juntos, de la misma manera que los apóstoles y los profetas. Los evangelistas son hombres y mujeres con un don especial de comunicar el evangelio en términos relevantes para los que todavía no son cristianos. “Los maestros-pastores... están en su puesto para mantener la vida del cuerpo a base de alimentarlo y limpiarlo, preservando su vida con vigor y vitalidad.” (9) Haga una lista de los “dones de soporte” o ministerios que Stedman menciona en las citas anteriores y escriba una breve explicación de la función que tiene cada uno:

Observará que ninguna de las listas que Pablo presenta en los pasajes que estudiamos (Romanos 12:6-8; I Corintios 12:9-11,27-31; Efesios 4:11) parece estar completa. Algunos dones mencionados en una lista no se encuentran en las otras. Además, algunos autores modernos encuentran otros dones mencionados en otras partes del Nuevo Testamento: I Corintios 7:7, el don de continencia sexual o el celibato; en I Corintios 13:3, el don del martirio; I Pedro 4:9, el don de la hospitalidad. Esto nos indica que debemos ser cautelosos y no tratar de formar una lista oficial de los dones. Posiblemente los apóstoles no mencionaron todos los que se manifestaban en la iglesia primitiva. Finalmente debemos tener cuidado de no tratar de hacer una clasificación rígida de los dones, pues el Nuevo Testamento no da lugar a hacerlo.

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LECCIÓN 5

2.3.0. Criterios para determinar cuales son los mejores dones: Parece que en la iglesia de Corinto había cierta predilección por los dones más espectaculares y Pablo se vio en la necesidad de entrar en una explicación de cuales serían en realidad los “mejores dones”. Ya en las tres listas de los dones presentadas en 1 Corintios 12:8 - 10, 28 - 30, había colocado los dones más extraordinarios como sanidades, lenguas e interpretación de lenguas al final. En la conclusión a la primera parte de su exposición, en el v.31 había exhortado a los corintios a “Procurad, pues los mejores dones.” El propósito de su exposición en el capítulo 14:1 - 33 es precisamente tratar de sentar las bases para los criterios para determinar los “mejores dones.” Con este fin compara el don de la profecía con el don de lenguas. (10) Según 1 Corintios 14:4,5,12,17 y 26, ¿qué es lo primero que determina cuáles sean los “mejores dones”.

(11) Según 1Corintios 14:22,24y25, ¿qué es lo segundo que determina cuáles sean los “mejores dones”? (para ayudarle en la contestación a esta pregunta y la anterior consulte la lectura anexa Núm. 5).

Conviene señalar que en la actualidad hay el peligro de caer en el error de los corintios de juzgar como los “mejores dones” los espectaculares y portentosos. No olvidemos los criterios por los cuales se deben juzgar, cuáles sean “mejores”.

3.0.0. Problemas relacionados con el ejercicio de los dones: 3.1.0. Dones apreciados o despreciados: Uno de los problemas que Pablo está confrontando en la iglesia de Corinto es el abuso que algunos cristianos estaban haciendo de algunos de sus dones, que producía en otros la desvalorización de los suyos. Es por eso que en 1Corintios 12:14 Pablo amplía la analogía de la iglesia como cuerpo de Cristo, demostrando que no debe existir la actitud de auto-desprecio de parte de algunos porque sienten que sus dones son menos útiles que otros (12:1420), ni tampoco la actitud de desprecio de parte de aquellos que tienen los dones más espectaculares para con los que tienen los dones menos llamativos (12:21-25). En la iglesia no hay dones apreciados y dones despreciados pues todos son otorgados por el Espíritu Santo y útiles para el servicio.

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LOS DONES ESPIRITUALES EN LA IGLESIA

(12) Según Ia Corintios 12:14 - 20, ¿qué les dice Pablo a los que se autodesprecian por tener dones menos llamativos?

(13) Según Ia Corintios 12:21-25, ¿qué les dice Pablo a los que desprecian a los que no tienen los dones más llamativos?

Conviene notar que en Romanos 12:3-8 Pablo presenta el tema de los dones en el contexto de una exhortación a la humildad. 3.2.0. El poder de la carne o el poder del Espíritu: En el sermón “El Cuerpo de Cristo Trabajando”, Stedman dice lo siguiente: “El poder para usarlo (el don) vendrá de una de dos fuentes. Puede ser el poder del Espíritu Santo que permite usar el don, o puede ser el poder de la carne y la energía de la carne... Ese poder puede ser el poder del Espíritu Santo de manera que el don sea usado... para bendición, para ministrar, para ayudar, para avanzar la causa de Dios. O puede ser el poder de la carne, de manera que el don se ejerza... para destruir, para lastimar, para dividir, para cortar relaciones.” (Traducido del sermón en inglés) (14) Según el párrafo anterior y Gálatas 5:19-24, ¿cómo se puede determinar cuál de los dos poderes está impulsando a un cristiano en el ejercicio de sus dones?

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LECCIÓN 5

3.3.0. El individualismo o la interdependencia: Otro problema actual en cuanto a los dones es el énfasis individualista que se les ha dado, es decir, los dones se perciben como otorgados a creyentes individuales para su ejercicio en forma independiente de los demás. Pero cuando en el Nuevo Testamento se aborda este tema, siempre es en el contexto de la iglesia como cuerpo de Cristo, con miembros interconectados o interdependientes unos de otros. Y los dones se ejercitan unos y otros para mutua edificación de los miembros y servicio de todod el cuerpo. La Versión Popular, Dios Habla Hoy, traduce Efesios 4:15 y 16 de la siguiente manera: “Más bien, hablando la verdad en un espíritu de amor, debemos crecer en todo hacia Cristo, que es la cabeza del cuerpo. Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bien mediante la unión entresí de todas sus partes; y cuando cada parte funciona bien, todo va creciendo y desarrollándose en amor”. (15) Según el párrafo anterior y Gálatas 5:19-24, ¿cómo se puede determinar cuál de los dos poderes está impulsando a un cristiano en el ejercicio de sus dones?

4.0.0. Conclusión:

(16) Haga una lista de todos los dones que estudió en esta unidad con una breve definición de cada uno y indicando aquellos que son de “señal”, aquellos que son de “servicio”, y aquellos que son de “soporte”.

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LOS DONES ESPIRITUALES EN LA IGLESIA

Tarea: Lea 1 Corintios 14:1 - 33 y haga un bosquejo del pasaje: .

Compare su bosquejo con el siguiente basado sobre el mismo pasaje: El amor nos impulsa a preferir el don de profecía (v.l) pon A) Consideración a los creyentes (vv. 2-19) Pues el don de profecía edifica a la iglesia (vv. 2-5); A.1 Primera serie de argumentos para apoyar esto: (w. 6-11) Una exhortación al caso (v. 12), A.2 Segunda serie de argumentos para apoyar esto (vv. 13-19). B) El deseo de la conversión de los incrédulos (vv. 20-25); B.l El don de lenguas es señal de juicio a los que no creen (vv. 20-22), B.2 El contraste en el efecto que producen las lenguas y la profecía sobre el incrédulo (vv.23-25). C) Instrucciones para el uso y ejercicio de los dones vv. 25- 31. En resumen, Pablo dice que para saber cuáles son los mejores dones hay que ver el efecto que éstos producen sobre la iglesia y los incrédulos.

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Lectura anexa 5: “LA IGLESIA RESUCITA” Fragmento del capítulo “Sin Excepciones” Por: Roy C. Stedman.

El programa divino para alcanzar y cambiar este mundo tan estropeado siempre ha tenido que ver con la encarnación. Cuando Dios quiso visitar esta tierra para demostrar a la humanidad la nueva clase de vida que venía a ofrecerle, lo hizo encarnándose a sí mismo. Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. Jesucristo fue la encarnación de Dios. Pero eso sólo fue el principio del proceso de la encarnación. Estaríamos en una gran equivocación si pensáramos que la encarnación terminó en el momento en que se acabó la vida humana de Jesús, porque la encarnación continúa todavía. La vida de Jesús aún se manifiesta entre los hombres, aunque ahora no por medio de un cuerpo humano, limitado a un lugar exacto de la tierra, sino por medio de un cuerpo complejo y corporativo llamado iglesia. En libro de los Hechos en el Nuevo Testamento el Dr. Lucas, le cuenta a cierto Teófilo sobre lo que le había contado en su primer escrito (el evangelio según Lucas), acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar.” En su segundo escrito (el libro de los Hechos), continúa narrando los hechos de Jesús entre los hombres, pero en esta segunda ocasión a través de su nuevo cuerpo, la iglesia. Por lo tanto, cuando la iglesia vive en y por el Espíritu, no es más ni menos que la extensión de la vida de Jesús en el mundo de cualquier época. Este concepto es importantísimo. Lo que ocurrió en pequeña escala en Judea y Galilea hace veinte siglos, era como una muestra de lo que tenía que pasar en todo el mundo de hoy, penetrando todos los niveles de la sociedad y todos los aspectos de la vida humana. En el momento que los cristianos descubren esto se hacen mucho más efectivos, porque es estimulante y desafiante el redescubrir el modelo por el que Dios ha preparado a su iglesia para que influencie en el mundo. Por otra parte, no hay nada más patético que una iglesia que no entiende este fascinante programa y lo sustituye por métodos de negocios, procedimientos de organización y se dedica a hacer política como medio para influenciar a la sociedad. Miremos este modelo tan interesante del trabajo a realizar que Pablo describe como el camino por el cual el cuerpo de Jesucristo penetra y cambia al mundo. Pablo ahora cambia de tema; deja de escribir la naturaleza de la iglesia y pasa a darnos las disposiciones dadas por el Espíritu Santo para cumplir con esta operación dice: “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo” (Efesios 4.7). En esta breve frase hay una referencia a dos cosas muy importantes: el don del Espíritu Santo para el ministerio dado a todo verdadero creyente sin excepción, y el nuevo y tremendo poder por el cual aquel don se puede poner en práctica. Debemos cuidar estos dos puntos en su correspondiente orden, pero empecemos con el don del Espíritu, al cual Pablo le llama aquí “gracia”. En el idioma original esta palabra es charis, de la cual procede el vocablo “carismático”. Esta “gracia” es una capacidad de servicio que le es dada a todo verdadero cristiano sin excepción y que nadie ha poseído antes de ser cristiano. El mismo Pablo, se refiere a uno de estos dones que el poseía: “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia... de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo.”Ciertamente uno de sus dones era el de la predicación, o como se le llama en otras ocasiones, el don de la profecía. Cuando Pablo escribe aun joven, un hijo en la fe, Timoteo, usa una palabra muy relacionada con ésta, y le dice: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don (carisma) de Dios que está en ti...” 2 Timoteo 1,6.

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Lectura anexa 5

No hay duda pues de que este es el punto donde la iglesia comenzaba con sus nuevos conversos. Cuando cualquier persona, por la fe en Jesucristo, pasaba del reino y del poder de Satanás al reino del amor de Dios, inmediatamente se le enseñaba que el Espíritu Santo de Dios no sólo le daba la vida de Jesucristo, sino que también le equipaba con un don o dones espirituales, de los que era responsable de descubrir y de poner en práctica. El apóstol Pedro escribe a ciertos cristianos (1 Pedro 4.10) y les dice: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.” Y en otra ocasión Pablo escribió en 1 Corintios 12.7: “Pero a cada una le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” Es muy significativo que en todos los lugares donde se describen los dones del Espíritu en las Escrituras, el énfasis recae en el hecho de que cada cristiano tiene, al menos, un don. Puede que ese don esté dormido, paralizado o simplemente sin usar. Es posible que no se sepa cuál es, pero ahí está el Espíritu Santo no hace excepciones al darle el equipo básico a cada creyente. Es vitalmente esencial que cada uno descubra el don o dones que posee, pues el valor de la vida de un cristiano estará determinado por el grado del uso del don que Dios le haya dado. El pasaje más detallado sobre los dones del Espíritu es 1 de Corintios 12. Existe otra lista breve en Romanos 12, y otra todavía más corta, en 1 Pedro 4. En estos pasajes, algunos de estos dones se citan con distintos nombres. Al comparar los pasajes, parece evidente que hay dieciséis o diecisiete dones básicos, que se pueden encontrar combinados en un mismo individuo, y cada uno de estos grupos de dones sirven para abrir la puerta a un amplio y variado ministerio. Quizá el modo más práctico de llegar a familiarizarse con estos dones es dejar que el apóstol Pablo nos enseñe por medio de la explicación que él da a la iglesia de Corinto: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo; y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo” (1 Corintios 12. 4-6). Dense cuenta de las tres divisiones que encontramos en este pasaje: hay dones, hay ministerios (llamados aquí servicios) y hay trabajos (u operaciones). Los dones están ligados al Espíritu, los ministerios están ligados al Señor Jesús y las operaciones están ligadas a Dios Padre. Así pues, y como en Efesios 4, el Dios uno y trino está presente y vivo en su cuerpo, la iglesia, con el propósito específico de servir al mundo perdido (Efesios 4.3-6). Un don, es una capacidad o función. Un ministerio es la esfera en donde un don se usa entre un grupo determinado de personas o en una área geográfica. Es la prerrogativa del Señor Jesús asignar una esfera deservicio para cada miembro de su cuerpo. Se le puede ver ejercitando este derecho en el Evangelio de Juan, capítulo 21. Allí después de su resurrección, se aparece a Pedro y en tres ocasiones le dice: “Apacienta mis ovejas.” Ese iba a ser el ministerio de Pedro; él iba a ser el pastor (o anciano) que apacentaría al rebaño de Dios. (Pedro habla de esto en el capítulo quinto de su primera carta). Cuando Pedro se muestra curioso en cuanto al trabajo que el Señor iba a asignarle a Juan, el Señor le dice: “A ti qué te importa; sígueme tú”. (El Señor continúa ejercitando este derecho hoy en día. Algunos les da la tarea de enseñar a los cristianos, a otros les envía a servir al mundo. A unos les da la responsabilidad de entrenar a la juventud y a otros de ministrar a los ancianos. Unos trabajan con los hombres y otros con las mujeres; algunos van a los judíos y otros a los gentiles. Pedro fue enviado a los circuncisos (los judíos), mientras que Pablo fue enviado a los incircuncisos (los gentiles). Pero ambos tenían el mismo don aunque su ministerio fuese diferente. Después están los trabajos u operaciones. Estos se encuentran bajo la responsabilidad del Padre. El termino se refiere al grado de poder por el que el don se manifiesta o se pone en prác-

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Lectura anexa 5

tica en una ocasión determinada. “Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo” (1 de Corintios 12.6) El uso de un don espiritual no produce siempre los mismos resultados en diferentes ocasiones. El mismo mensaje, dado en distintas circunstancias, no producirá los mismos resultados. ¿Cuál es la diferencia? Depende de Dios. Él no quiere que siempre se produzcan los mismos resultados; podría hacerlo, pero no lo desea. Es el Padre quien determina cuánto se puede llevar acabo en cada ministerio. Las Escrituras nos hablan de como Juan el Bautista no hizo ni un solo milagro en todo su ministerio, y sin embargo era un poderoso profeta de Dios. Sin embargo Juan no hizo milagros. ¿Por qué no? Porque hay variedad de operaciones y el Padre no quiso operar de este modo por medio de Juan. En I de Corintios 12 encontramos ahora la lista de los dones espirituales específicos: “Porque a éste es dada, por el Espíritu la palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia, según el mismo Espíritu... “(v.8) Aquí tenemos un par de dones: el don de la sabiduría y el de ciencia o conocimiento. A menudo aparecen juntos en un mismo individuo, pues están relacionados con la misma función. Los dos tienen que ver con la expresión, o como dice el original, con la palabra. El don de ciencia es la habilidad de percibir y sistematizar los grandes hechos que Dios ha escondido en su Palabra. Una persona que ejercita este don es capaz de reconocer la clave y los hechos importantes de las Escrituras como resultado de una investigación. El don de la sabiduría, por otro lado, es la habilidad de aplicar esas percepciones en una situación determinada. Es la sabiduría lo que es capaz de poner en práctica la ciencia. Quizá ha estado en una reunión en donde se ha discutido un problema y de repente se produce una pausa general en la que nadie sabe qué hacer o qué decir. Luego, de repente, alguien se ha levantado y pronuncia unas frases claves de las Escrituras y las aplica al problema de tal manera que a todos les hace clara la respuesta. Ese es el don de la sabiduría puesto en práctica. Estos dones gemelos de sabiduría y ciencia también están relacionados con el don de enseñanza que se menciona al final del capítulo 12. La enseñanza tiene que ver con la comunicación y es la habilidad de impartir los hechos y los conocimientos que los dones de sabiduría y ciencia descubren; la capacidad de llevarlos a los demás de una manera clara y apreciable a todos. El hombre o la mujer que posee estos tres dones a la vez, es una persona de mucho valor y conviene tenerla cerca. Después Pablo menciona el don de la fe. Lo que Pablo quiere decir aquí es lo que esencialmente llamamos hoy en día el don de la visión. Es la habilidad de percibir algo que se necesita hacer y creer que Dios lo hará, incluso aunque parezca imposible. Confiar en esta clase de fe significa que una persona con este don puede remover y llevar acabo todo lo que sea, en el nombre de Dios. Todas las grandes obras cristianas han comenzado por un hombre o una mujer que poseían el don de la fe. Hace muchos años, en la isla de Formosa, me encontré con una señora llamada Lilian Dickson. Sin lugar a dudas, aquella mujer tenía el don de la fe. Cuando veía una necesidad, hacia rápidamente todo lo necesario para enfrentarse con ella, tanto si en aquel momento tenía o no los fondos o los recursos para solucionar el problema. Se dedicaba a ayudar a los niños pobres de Taipéi que no tenían un hogar o simplemente los que sus familias tiraban a la calle por no poder atenderlos. El corazón de la señora Dickson los acogió a causa de las presiones que los obligaban a llevar una vida de criminales, pero ella hacía lo que hacía porque tenía el don de la fe. Ese es el don de la fe en acción. El apóstol menciona ahora el “don de sanidad”, dado por el mismo Espíritu. La palabra original griega está en plural, sanidades, y yo creo que tiene que ver con las sanidades a todos los niveles de la necesidad humana: corporal, emocional y espiritual. En la iglesia primitiva había muchas ocasiones en las que este don se aplicaba al nivel físico. A través de toda la historia de la iglesia ha habido quienes tuvieron este don de curar las enfermedades físicas. Hoy en día también hay quienes se llaman a sí mismo “curanderos”, pero es

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Lectura anexa 5

interesante notar que ninguno de los apóstoles se dio a sí mismo este nombre. Sin embargo, existe suficiente evidencia en el Nuevo Testamento de que el Espíritu de Dios obra a través de los apóstoles y de otros creyentes, curando a los enfermos, tal y como lo hacen en el día de hoy. Lo que pasa hoy día es que algunas curaciones que ocurren son el resultado de una larga preparación psicológica, pero cuyos efectos desaparecen al cabo de unos días. Pero que Dios cura en el día de hoy, y a veces de una manera rápida y permanente, es algo que nadie puede poner en duda. Sólo queremos hacer notar aquí que estas curaciones no significan que se haya puesto en práctica necesariamente el don de sanidades. Si alguien preguntase: “Por qué no se da este don con mayor frecuencia?”, la respuesta la encontrará en el versículo 11 de 1 de Corintios 12: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” El don espiritual de curaciones físicas no se observa en la actualidad porque no es la voluntad del Espíritu que acontezca tanto como en los días de la iglesia primitiva. Sin embargo, el don de sanidades se da a menudo hoy a nivel emocional y espiritual. Muchos cristianos, laicos y ministros profesionales por igual, son equipados por el Espíritu para ayudar a los que padecen males emocionales, a los que son enfermos mentales. Estas personas que ayudan son excelentes consejeros, porque son capaces de poner en práctica la paciencia y la comprensión necesarias para ayudar a esas almas heridas. En una línea muy parecida encontramos el don de los milagros, el cual es la habilidad de hacer un cortocircuito en el proceso natural, por medio de una actividad sobrenatural, tal y como el Señor hacía cuando transformó el agua en vino o multiplicó los panes y los peces. Es posible que algunos tangán todavía este don hoy en día; yo no dudo que se pueda dar hoy, pero tengo que decir que todavía no me he encontrado con alguien que tuviese este don de milagros, aunque quizás algunos lo hayan puesto en práctica en determinadas épocas de la historia de la iglesia. Los dones de sanidades físicas, de milagros y de lenguas son dados para la edificación inicial de la fe, como un puente que conduce a los cristianos, desde la dependencia de las cosas que pueden ver, hacia la fe en un Dios que puede obrar y llevar a cabo muchas cosas cuando parece que no pasa nada. La historia de las misiones podría confirmar esto, y es que Dios quiere que andemos por fe y no por lo que vemos. El apóstol continúa mencionando el don de la profecía. Este don es el más grande de todos, tal y como Pablo nos lo pone, dedicando todo un capítulo (1 de Corintios 14) a la alabanza de este don. En el versículo 3 de 1 Corintios 14, el apóstol dice de este don: “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.” Este es el efecto del don de la profecía. Cuando un hombre o una mujer tiene este don, el resultado es la edificación, el estímulo y la animación de los demás. Este don no sólo es para los predicadores, porque todos los dones son dados aparte de la preparación de la persona; muchos laicos tanto de un genero u otro, tienen el don de la profecía y lo ejercitan. Después está el don de discernimiento de espíritus, lo cual es la habilidad de distinguir entre el espíritu del error y el espíritu de la verdad, antes que la diferencia se manifieste por los resultados. Ananías y Safira fueron a ver a Pedro, llevando lo que decían era el precio completo de la parcela que habían vendido, cuando en realidad se habían guardado parte de ello. Pedro ejercitó el don del discernimiento cuando dijo: “¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?; no has mentido a los hombres, sino a Dios”. (Hechos 5:4,9). Los que tienen este don pueden leer un libro y sentir el error sutil que hay en él, o pueden escuchar un mensaje y poner el dedo en lo que tenga de falso. Es, desde luego, un magnífico don para ponerse en práctica en la iglesia. Seguidamente se nombra a otro par de dones: el de lenguas y el de su interpretación. Todos estos movimientos deben examinarse a la luz de las Escrituras. ¿Sirven para glorificar a Cristo? ¿tienen una amplia autoridad bíblica para sus enseñanzas? ¿promueven la unidad en el cuerpo de Cristo?, ¿están sus partidarios caracterizados por la santidad, la humildad y el amor de Cristo? ¿sirven para mejorar permanentemente al individuo y a la iglesia? El don bíblico de lenguas tuvo por lo menos tres marcas distintivas que son descritas claramente en el Nuevo Testa-

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Lectura anexa 5

mento. La primera, tal como ocurrió en el día del Pentecostés, el don de lenguas consistió en hablar lenguas conocidas habladas en otras partes de la tierra. La descripción de “lenguas desconocidas” que aparecen en algunas traducciones de la Biblia no tiene base en el texto original griego. Las lenguas del Nuevo Testamento no eran un torrente de sílabas sin relación alguna entre sí, sino que tenían una estructura y una sintaxis como cualquier otra lengua terrena. La segunda, el don bíblico era de alabanza y de agradecimiento dirigidos a Dios. Pablo escribió: “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios...” (1 Corintios 14.2). El don de lenguas no es, pues un medio de predicar el evangelio o de llevar mensajes a grupos o a individuos, sino que es, tal y como fue en el día de Pentecostés, un medio de alabar a Dios por sus poderosas obras. La tercera, el don de lenguas fue un signo para los no creyentes y no un signo para los creyentes. Pablo es muy preciso sobre esto. Él cita al profeta Isaías como el que había predicho ya el propósito de las lenguas:” En la ley está escrito: En otras lenguas y en otros labios hablaré a este pueblo, y ni aun así me oirán, dice el Señor. Así que las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes” (1 Corintios 14:21,22). La aparición de este hecho de que Dios estaba juzgando a la nación de Israel y que se estaba volviendo hacia los gentiles. Esta es la razón por qué Pedro dijo a los judíos el día de Pentecostés: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:39). Aunque no se mencione claramente en las Escrituras como una de las características distintivas el don bíblico de lenguas, sin embargo, es una realidad que este don se ejercitaba en todas partes y públicamente, y que, evidentemente, no era para uso privado. Se nos dice que los dones del Espíritu son para el bien común y no para beneficio personal. En todas las ocasiones que encontramos el hablar en lenguas en el Nuevo Testamento es en relación con un culto público. El marco de 1 Corintios 14 es la asamblea de cristianos, reunidos para el ministerio y la adoración mutuos. Cuando un cristiano ejercitaba el don de la oración y de la acción de gracias a Dios, al menos que se interpretase a la iglesia, quedaba sin valor, aunque el que lo hiciese recibiese una cierta edificación en su propio espíritu. Pablo llega incluso a prohibir su práctica en la iglesia, a menos que hubiese una seguridad definitiva de interpretación para la edificación de los presentes. Como el don de lenguas es el más fácil de imitar, por eso ha habido tantísimas imitaciones a través de los siglos. Si esas manifestaciones eran o no fruto de un don verdadero, sólo se puede saber por el grado de similitud con las señales bíblicas mencionadas. Recordemos que el propósito primario de todos los dones del Espíritu es servir al cuerpo de Cristo, para su edificación y fortalecimiento y para llevar a cabo la meta específica del Espíritu Santo al dar el don. Al final de I de Corintios 12 hay otra lista de dones espirituales, algunos de los cuales repiten los dones ya discutidos: “Ya unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (v. 28). Un don maravilloso se menciona aquí por primera vez: es el don de ayudar. En cierta manera, éste es uno de los dones más grandes y ciertamente de los más extendidos. Consiste en la habilidad de echar una mano allí donde hay necesidad, pero hacerlo de tal modo que fortalezca y anime espiritualmente a los demás. En la iglesia se manifiesta a veces en los que sirven de tesoreros, los que preparan la mesa de la comunión o arreglan las flores o sirven comidas. La mayoría de las personas se dan cuenta de que la práctica de este don hace posible el ministerio de los demás y más evidentes dones. Todas las iglesias deben muchísimo a los que ejercitan el don de ayudar. En el capítulo 12 de Romanos hay otro tratamiento parcial de los dones espirituales en los versículos del 6 al 8:

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Lectura anexa 5

“De manera que teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, sí es el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría El don de servir parece idéntico al don de ayudar. La palabra para servir es la misma en griego que la que sirve de base para la palabra “diácono”. Así que un diácono será el que usa su don de ayudar para llevar a cabo un servicio en favor de los demás y en nombre de la iglesia. El siguiente don en esta lista es el de exhortación. Esta es una palabra griega que quiere decir animar o confortar a otro. Su raíz griega significa “llamar aparte” y nos da una idea de alguien que llama aparte a otro para fortalecerle o reafirmarle. Es la misma raíz de la que se deriva uno de los nombres del Espíritu Santo: la palabra confortador o consolador. Los que tienen este don son capaces de inspirar a otros a la acción, de despénales un interés espiritual renovado o de sostener a los que están titubeantes y flacos en la fe. Otro de los dones mencionados por primera vez aquí es el de contribuir o de repartir. Aquí se refiere al dinero, y por lo tanto, la exhortación a dar con liberalidad. Sorprenderá a muchos saber que el Espíritu Santo da un don tal, y que muchos cristianos lo poseen, tanto ricos como pobres, pues consiste en la habilidad de ganar y de dar dinero para el desarrollo y avance de la obra de Dios, y hacerlo con tal sabiduría y alegría que los recipientes salen fortalecidos y bendecidos por la transacción. Yo he hablado con hombres de este don, que se ofrecieron a financiar ministerios de mucho costo, incluso perjudicándose económicamente ellos mismos. Ciertamente que al ver los resultados obtenidos sienten un gran gozo y satisfacción. El siguiente don ha sido muchas veces mal interpretado a causa de la pobreza en las traducciones. Algunas dicen: “El que da ayuda”, que lo haga con celo. Otras dicen:”... que el hombre que tiene autoridad, piense de su responsabilidad”, y, por último, otra traducción habla de: “Si tú eres un dirigente, esfuérzate a tí mismo a dirigir.” Es decir, este don se podía llamar el don de la dirección. La palabra griega dice literalmente: “uno que está al frente”, y se pone de manifiesto este don en aquellos que dirigen reuniones, comités, organizaciones, pero que lo hacen de tal manera que ayudan espiritualmente a los demás. El último don mencionado en Romanos 12 es de hacer actos de misericordia. Su distintivo está indicado por la palabra “misericordia”. La misericordia es una ayuda de la cual no se es digno, una ayuda dada a los que a menudo se rebelan contra los demás, los deformados y los desagradables. Se diferencia del don de ayudar porque se lleva a cabo entre los que se merecen esa ayuda, sin tener en cuenta su condición. Yo conozco a una joven que tiene este don y ha desarrollado un magnífico ministerio de ayuda y de confort entre niños retrasados. El amor y la paciencia que da hacia ellos es algo maravilloso de observar. He aquí, pues, las “gracias” que están distribuidas por el Espíritu Santo a cada miembro del cuerpo de Cristo tal y como él quiere. No hay excepciones en esto, nadie se queda afuera, pues es la provisión fundamental del Señor para la operación de su Iglesia. Tal y como un cuerpo físico humano consiste de numerosas células ejercitando distintas funciones, así mismo el cuerpo de Cristo consiste en muchos miembros, cada uno de los cuales posee una función específica que es absolutamente esencial para la buena operación o funcionamiento del cuerpo.

Fragmento, tomado del libro La Iglesia Resucita por Ray C. Stedman, CLIE, Barcelona, 1975.

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Lectura anexa 5 bis.

Lectura anexa 5bis: “COMUNIDAD Y COMPROMISO. ESTUDIOS SOBRE LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA” Fragmento del capítulo “Los Dones del Espíritu en la Comunidad” Por: Juan Driver. Se ha señalado que las Epístolas del Nuevo Testamento sirven de ventana a través de la cual podemos observar algo de la vida íntima de las comunidades cristianas del primer siglo. Esta observación es especialmente acertada en el caso de aquellos pasajes en el Nuevo Testamento que tratan el tema de los dones del Espíritu. Eran comunidades que experimentaban la rica variedad de dones (y de personas dotadas) que el Espíritu daba a su pueblo para su edificación. Su Evangelio era contemporáneo. Reinaba entre ellos un espíritu de expectación cuando se reunían. Adoraban cantando salmos y cantos que expresaban la adoración del pueblo de Dios, que surgían de corazones que se habían encontrado con el Dios vivo. Recibían orientación a fin de tomar sus decisiones éticas diarias de acuerdo con el espíritu y las palabras de Jesús. Algunos de los participantes ofrecían alabanzas en lenguas desconocidas, dando testimonio gozoso de la presencia del Espíritu de Dios en su medio. Otros compartían convicciones que Dios les había revelado y de este modo se daba a conocer la voluntad de Dios en su situación. Eran reuniones en que todos participaban. Aunque había profetas, maestros y pastores, las reuniones no estaban orientadas alrededor de ninguno en particular. Se reunían para edificación y celebración. La enseñanza ocupaba un lugar prominente, pero las acciones de gracias y la alabanza de la comunidad también eran muy importantes. Los principales pasajes que describen el lugar de los dones del Espíritu en la vida comunitaria de la Iglesia son Romanos 12, 1 Corintios 12-14 y Efesios 4. Estos serán los principales objetivos de nuestro estudio. “Jesús es Señor” Una de las primeras cosas que impresiona al observador cuidadoso de estos pasajes es el marco ético en que aparecen las listas de los dones del Espíritu. En Romanos 12 la lista de los dones del Espíritu (vv. 6-8) aparece en un contexto de enseñanza moral. Se nos dice que vivir en el Espíritu de Dios requiere toda una transformación “por medio de la renovación del entendimiento”. El término griego es metamorfosis: un cambio moral radical. Sólo una auténtica experiencia de arrepentimiento nos permitirá conocer la voluntad de Dios y vivir de acuerdo con sus demandas (v. 2). La vida ética que se describe a continuación parece inspirarse en el espíritu y aun en la letra del Sermón del Monte. La humildad descrita en el v.3 recuerda al espíritu de Jesús (Fil. 2:3). Luego, la exhortación al amor sincero (v. 9) y el consejo de compartir los bienes con los necesitados (v. 13) recuerdan las prácticas de Jesús y sus discípulos. Los vv. 14-21 repiten las enseñanzas sobre la venganza y el amor al enemigo que se hallan en Mateo 5:38-48. En Efesios 4 se destaca la misma preocupación ética. Andar como es digno de la vocación con que fuimos llamados (v. 1) implica humildad, mansedumbre, paciencia, amor; en breve, una vida como la que describen las bienaventuranzas de Mateo . Aquí también se requiere una “renovación en el espíritu de vuestra mente” (v. 23) que no es nada menos que un arrepentimiento radical. El nuevo estilo de vida incluye hablar la verdad (v. 25), resistir la tentación a la ira (vv. 26 y 31), y compartir los bienes con los necesitados (v. 28). Todos estos elementos los encontramos en el Sermón del Monte (Mt. 5:33, 22; 6:19, 20).

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Lectura anexa 5 bis.

En 1 Corintios 12 la lista de los dones del Espíritu es precedida por la preocupación por el reconocimiento de Jesús como Señor (v. 3). Y esto es posible únicamente por medio de la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. La obra por excelencia del Espíritu es lograr que Jesús sea verdaderamente reconocido como Señor en su comunidad. Todos los dones del Espíritu son para el bien de la Iglesia. A través de su ejercicio la Iglesia es edificada. Todos los dones del Espíritu prometidos a la Iglesia deben ser esperados, recibidos con acción de gracias y ejercidos para la gloria de Dios en el Cuerpo de Cristo. Pero el ejercicio de estos dones no es autónomo. La autenticidad de la expresión de estos dones no ha de ser aceptada automáticamente. La norma según la cual se ha de juzgar la manifestación de todos estos dones es el señorío de Cristo. Ahora bien, confesar a Jesús es Señor implica necesariamente someterse al reino de Cristo, viviendo según el estilo de vida que caracteriza su Reino. Si en el ejercicio de algún don espiritual se niega el señorío de Jesús, ese don es espurio. La autenticidad de los dones se reconoce por su conformidad a Cristo y a su Reino. Este elemento está implícito. en Efesios 4, donde leemos que el Cristo glorificado, que ha recibido el señorío, es el que da dones a la Iglesia (8-10; cf. Fil. 2:9-11). El señorío de Jesús es normativo para medir la autenticidad de dones espirituales. Esto explica por que Pablo coloca sus listas de dones del Espíritu (en los pasajes de Romanos y Efesios) en un contexto de enseñanza moral y, sobre todo, de enseñanza que refleja el espíritu y el contenido mismo del Sermón del Monte. El Sermón del Monte es un resumen de la clase de vida ética que se vive en el Reino donde Jesús es Señor. Y esta es la clase de vida moral que se manifiesta en una comunidad donde auténticamente florecen los dones del Espíritu.

“Hacia una comprensión de los dones” Las listas de dones o ministerios seguramente no pretenden ser completas. Es el Señor soberano de la Iglesia quien otorga dones a los hombres y da a su pueblo todos los dones que éste pueda necesitar para ser plenamente su Cuerpo. La Iglesia puede vivir en la absoluta confianza de que el Espíritu de Dios impartirá todos los dones que su situación particular requiera. Se ha intentado muchas veces clasificar los dones del Espíritu según varias categorías. Pero estas clasificaciones, en general, son de utilidad bastante limitada. 1. A veces se hace distinción entre “dones” y “ministerios” (o “funciones”). Según esta clasificación los “dones” son actividades inspiradas por el Espíritu que se caracterizan porque no son rutinarias: escapan a la posibilidad de predeterminar y dirigir su operación. No se duda de que pueden ser de gran bendición, pero su ejercicio sencillamente no puede ser fácilmente controlado. Los “ministerios” se describen “como las funciones regulares y ordenadas en la vida de la Iglesia. Por lo general se ordenan oficialmente. Pero esta clasificación emplea una categoría en forma no consecuente con su uso neotestamentario. La imposición de manos, como acto de ordenación, se usa para comisionar a los Siete (Hch. 6:6) y a Pablo (Hch. 13:3), pero también se imponen las manos en congregaciones enteras (Hch. 8:17; 19:6) en las cuales, como consecuencia, “hablaban en lenguas y profetizaban”. Cuando se intenta clasificar todos los dones del Espíritu según estas dos categorías se vuelve problemático encontrar la línea que divide la una de la otra.”

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Lectura anexa 5 bis.

2. A veces se hace distinción entre dones temporarios y dones permanentes. Los primeros son dones que cualquiera puede recibir en cualquier momento; son de índole pasajera y a veces muy espectaculares. Los segundos son más estables y generalmente reciben algún reconocimiento oficial. Pero tal intento de clasificación choca contra textos como 1 Corintios 12:7, 11, 27, Romanos 12:3 y Efesios 4:7, donde todos los dones, sin distinción, son descritos como “dones particulares” de “cada uno”. A la luz de esto, ¿cómo podemos llamar ministerios “especiales” a algunos mientras que a otros no? La visión neotestamentaria de los dones en la Iglesia es la pluralidad y universalidad carismática. 3. A veces se hace distinción entre los dones “carismáticos” y los “no carismáticos”. El inconveniente de tal forma de clasificar los dones es que este uso de los términos no es bíblico. Responde más bien a accidentes históricos. Carisma es un término que se ha utilizado en la Sociología de la Religión y de allí ha pasado al ámbito secular con referencia a políticos o figuras públicas que poseen “esa cosa extra” que llamamos carisma. El mismo fenómeno se nota en caudillos de ciertos movimientos religiosos que ocupan una posición de autoridad en virtud de su carisma. Desde luego, este uso del término subraya el elemento de lo espectacular y lo extraordinario. Pero en 1 Corintios 12 y Romanos 12 no hay ningún don que no sea carismático. Claro, algunos carismas son más atractivos que otros y algunos son para líderes mientras que otros son para ayudantes, pero todos son igualmente carismas. Otra fuente que ha contribuido a la definición corriente de “lo carismático” en nuestros días son ciertos movimientos de renovación que han redescubierto algunos elementos característicos del pentecostalismo clásico. Se les han aplicado apelativos como “neo-pentecostales”, pero como éstos no han satisfecho a todos, se habla del “movimiento carismático”. Este uso ha servido para asociar el término principalmente con los dones de profecía, sanidades, milagros, lenguas e interpretación, pero no con otros. Cuando se afirma que los cristianos que poseen estos cinco dones son “carismáticos” y los que tienen los otros dones no lo son, se contradice 1 Corintios 12-14. En este pasaje se señala que todos los dones son carismáticos, que todos deben ser sometidos a ciertos controles en la comunidad, y que los dones extra-racionales no son necesariamente los más excelentes. 4. A veces se hace distinción entre los dones naturales y los sobrenaturales (o extra-racionales). Pero en el sentido en que todos los dones son “dones de gracia” dados a la Iglesia, todos son carismata y todos son sobrenaturales. Para su empleo en la comunidad de fe todos requieren la gracia sobrenatural de Dios Los dones naturales no son suficientes: se precisa carismata. Por ejemplo: cuando se busca en la Iglesia a uno que presida, la tentación puede ser elegir a un “líder natural”, como algún empresario miembro de la congregación. Pero esto no asegura que tenga el “don de presidir”. Al contrario: probablemente demuestra que no lo tiene. Presidir en una comunidad donde el Señor es siervo requiere un don sobrenatural o extra-racional. 5. También es una tentación clasificar los dones del Espíritu según su importancia, en categorías de esencial y no esencial. Se justifica este intento a base de la lista de dones en 1 Corintios 12:28, donde la terminología parece indicar algún orden de precedencia. Es posible clasificarlos en términos de cierto orden lógico, pero sería muy precario establecer un orden de importancia solamente en base a ocho dones entre un número indefinido. No es posible admitir esta distinción. Todos los dones que el Espíritu da a la Iglesia son importantes. Y esta importancia se nota más cuando falta ese don. En una congregación cuya situación social interna es caótica, probablemente el don más importante sería el de presidir a fin de moderar entre las facciones y reencontrar orden comunitario.

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Lectura anexa 5 bis.

Para una Iglesia que ha perdido sus raíces históricas y marcha sin rumbo, posiblemente el don más importante en el momento sea el de un maestro capaz de interpretar su identidad en relación al pasado, y ayudar a redescubrir su razón de ser para el presente y una visión para el futuro; o tal vez, un profeta con una palabra de Dios para el momento actual. En cambio, para una Iglesia encallada en las rocas del tradicionalismo y la rigidez eclesiástica, posiblemente el don más importante sería el don de lenguas a fin de redescubrir y testimoniar gozosamente la presencia del Espíritu Santo de Dios viviendo y actuando en su medio.

Fragmento de: Juan Driver. “Comunidad y Compromiso. Estudios sobre la renovación de la Iglesia”. iBooks.

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