RESUMEN: LA PIEDAD Situado al noroeste del Estado de Michoacán, el municipio de La Piedad linda con los Estados de Jalisco y Guanajuato. Con un pasado remoto que no se ha descifrado todavía a fondo, La Piedad se entronca directamente con la etnia purépecha. Por la banda izquierda del Río Lerma, se fundó la población de Aramútaro, que significa "lugar de cuevas", encontrando su forma de vivir en la pesca del río y en el cultivo de las sementeras. En la lucha por la Independencia, La Piedad (que durante un gran lapso del virreinato se llamó San Sebastián Aramutarillo), constituyó un escenario significativo, y durante la Reforma, "no sufrió gran cosa", a no ser por un hecho de armas que tuvo lugar en la plaza principal. Durante la Intervención Francesa, por La Piedad pasaron las tropas invasoras y además fue visitada por el emperador Maximiliano. En la Revolución Mexicana, los piedadenses participaron tiempo después de que se expidiera el Plan de San Luis , con prominentes ciudadanos que se afiliaron con determinación al movimiento rebelde. En la época contemporánea, el municipio se ha caracterizado por su esfuerzo comercial e industrial, particularmente en lo relativo a su porcicultura y a la artesanía del rebozo, que por un tiempo cobrarían un auge inusitado.
ISIDRO CASTILLO PÉREZ
Monografía Municipal
LA PIEDAD
ISIDRO CASTILLO PÉREZ
GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACÁN 1978
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CRÉDITOS Coordinador General: Leopoldo Herrera Morales Departamento de Promoción Económica del Gobierno del Estado: Abdías Toledo Bucio Departamento de Turismo del Gobierno del Estado: Miguel García Flores y Alejandro César Herrera Servicios Coordinados de Salud Pública en el Estado de Michoacán: José Berber Sánchez COLABORACIONES ESPECIALES Historia: Jesús Romero Flores Economía: Pablo Aguilera Navarro José García Castillo Ricardo Ortiz González Organización Social: Eduardo Trillo Aceves
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PRESENTACIÓN
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GOBIERNO DE MICHOACÁN edita esta serie de monografías municipales por que piensa que el conocimiento específico de uno de los municipios michoacanos contribuirá a una autoconciencia razonada de cada municipio, a un conocimiento más cabal del conjunto del Estado, a la divulgación de la belleza y los valores locales del terruño y a la mejor inteligencia del hombre en general. Estima, asimismo, que las monografías locales pueden ser un instrumento pedagógico de primer orden para iniciar a niños y adolescentes al través de su patria chica, a la que instintivamente aman, en la ciencia y el amor de la patria grande que es México, y por que está seguro que estas monografías fomentarán una acción social más consciente, vigorosa y audaz de los conglomerados municipales. Cada monografía se propone diseñar un conocimiento redondo de un municipio, aspira a la comprensión de sus hombres, al dibujo de su geografía, de su historia, de su economía, de su organización social, de su participación política y de su vida de relación con otras comunidades, y busca la definición del municipio de que trata. Vamos a impulsar hacia un imperioso levantamiento espiritual los mejores hombres de cada lugar, que hoy están prisioneros del gravamen terrible del abandono y aislamiento. Vamos a hacerles saber a estos espíritus fraternos, perdidos en la inercia provincial, que tienen en nosotros auxiliares y defensores. Vamos a tender una red de nudos de esfuerzo por todos los ámbitos michoacanos, red que a la vez será órgano de comunicación y órgano del estudio y conocimiento del hecho local y nacional; red, en fin, que forme un sistema nervioso por el que corran vitales oleadas de sensibilidad y, automáticas, poderosas corrientes de entendimiento y colaboración. Si alcanzamos estas metas, estaremos cumpliendo con el propósito esencial de esta serie monográfica y, a nivel estatal, colaborando en la realización de los propósitos nacionales expresados por el Presidente de la República, licenciado José López Portillo. Finalmente, sobra decir que estas monografías no serán producto de una sola persona, sino de varias bien enteradas y muy distinguidas que nos han brindado su colaboración: sus escritos o testimonios, así L
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como el resultado de sus investigaciones hechas sobre el pasado y la realidad actual. Morelia, Mich., enero de 1978 Carlos Torres Manzo Gobernador Constitucional del Estado
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PREFACIO
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C. GOBERNADOR DEL ESTADO de Michoacán, Lic. Carlos Torres Manzo, se ha propuesto reunir y editar una serie de monografías de todos y cada uno de los municipios que constituyen la entidad. La compilación y redacción de estas monografías fueron encomendadas a personas de reconocido prestigio, conocedoras del municipio respectivo, y preferentemente oriundas del lugar. El conocimiento de la pequeña provincia, de la localidad, del solar nativo, del municipio, de la célula constitucional, de la base de nuestra vida social, económica, cultural y cívica, es fundamental para integrar una imagen más diversa y completa de la entidad federativa. Permítasenos citar un interesante resumen de don Alfonso Reyes, sobre las vicisitudes y la permanencia del régimen municipal. Y —conviene reconocerlo— el Ayuntamiento es una singularísima derivación de las costumbres jurídicas españolas. Con razón se ha dicho que la vida social de México parece organizada en torno a las reglas municipales de España. Cuando Cortés emprendió la conquista, el concepto de soberanía municipal era de tal modo vigoroso —suelo democrático de nuestras instituciones— que el arrojado capitán y sutil político, tratando de darse algún título que le permitiera negociar directamente con el Emperador, y salvar el enojoso conducto del Gobernador de Cuba, Diego Velázquez, erigió la Villa Rica de la Veracruz, y obtuvo de su municipio la facultad para proseguir la campaña en nombre de los poderes centrales. En sus posteriores tratos con el Gobierno de España, y al defenderse en el proceso a que más tarde fue sometido, siempre alegó esa delegación; así como, al adueñarse de México, sólo con el Cabildo compartió su poder, entre tanto que la autoridad real venía a ser representada por Audiencias y, al fin, por Virreyes. Durante el virreinato, la inspiración aragonesa, tan visible en nuestra evolución jurídica, dio lugar a las Cartas Pueblas, y el poder municipal fue una realidad y un super-gremio que dominaba la vida propiamente gremial característica de la Nueva España. En México, lo mismo que en la América del Sur, el movimiento de independencia se inició en los Cabildos; y los letrados que L
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intervinieron, sea en la preparación de este movimiento, como Yermo y Verdad, sea en el movimiento mismo, como Domínguez y Liceaga, buscaron la acción conjunta de los Cabildos de México, de nuestra Valladolid (hoy Morelia) y de Guanajuato. El primer proyecto de Constitución Mexicana —la de Apatzingán— surgió entre las juntas de Parroquia, entidades de carácter municipal, de las que manaba entonces el latido de los anhelos independientes. Y en las discusiones del Congreso de 1823 y 1824 (que no estableció propiamente el poder municipal, porque ya se nos había infiltrado la doctrina de la Federación, la cual vino a sustituir a la antigua y castiza práctica) se advirtió la constante preocupación por la idea municipal, única realidad política en que hasta entonces había vivido el pueblo mexicano. En el duelo entre federalistas y centralistas que ocupa la buena parte de nuestra historia legislativa, las leyes centralistas procuran apoderarse de los municipios, y de ellas deriva el régimen que había de anularlos: el régimen de las Jefaturas Políticas. Sin embargo, las Bases Orgánicas de 1843 —leyes constitutivas que se distinguen por su evidente congruencia técnica, cualesquiera sea la simpatía política que se profese— revivieron mucho de la antigua fuerza municipal. Bajo el Presidente Salas, en 1847, se trató de volver a la Constitución de 1824 con algunas reformas, y en las discusiones de que brotó el germen de nuestro importantísimo Juicio de Amparo, hubo intervenciones de los juristas más eminentes, Lafragua, Zubieta y Mariano Otero —un discípulo directo de las Universidades españolas— por el restablecimiento del poder municipal en toda su antigua pureza. La Constitución de 1857, en su extremado y heroico jacobinismo, no podía devolver a la castiza institución toda su fuerza, pero dio por supuesta la existencia de los Ayuntamientos; y, para el Distrito y los Territorios Federales —así, pues, para la ciudad de México— estableció la elección popular de autoridades de municipio. Finalmente en la Constitución de 1917 se consagra definitivamente el Municipio libre. Como el árbol del que habla un poeta nuestro, que cuanto más atreve la audacia de su ramaje a la inmensidad magnífica de la luz, más debe hundir sus raíces en la oscuridad pródiga de la tierra, la 7
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vida y la cultura tienen que compensar en profundidad lo que ansían y proclaman en elevación. Si no lo hacen, decaen de improviso, rechazadas por el suelo que no las nutre, por el horizonte que no las interpreta y que, al sentirse no comprendidas ni reveladas espontáneamente se marchitan en su aislamiento e incomprensión. Y entiéndase que lo auténtico no lo concebimos aquí restrictivamente, con criterio parroquiano, o como lo tradicional y folclórico, sino como aquellos que seremos cuando seamos lo que sólo nosotros podemos ser, sin que pongamos vanidad en lo que logremos ni sintamos envidia, sino por lo contrario, satisfacción y orgullo por lo que otros logren, que el bosque será más variado y más bello, cuando cada árbol, cada ramaje, sea más vigoroso, tenga un matiz distinto y una fragancia que en su conjunto den la sensación y la imagen real, local y regional, nacional y universal de nuestro México. Porque anhelamos una armonía del hombre perdido en el retiro de su pequeño lugar, con el hombre de la provincia y de la ciudad, no un "solo" de una capital o una entidad, frente al silencio de un auditorio desposeído. Porque sabemos que esta armonía, requiere voces individuales, características diferentes. Y que la nuestra valdrá en el coro por lo que afirme como bien suyo: el tono de su verdad y el registro prístino de su ser. En suma, porque sentimos que en la paz de mañana, rápida o larga, cada pueblo tendrá que dar a todos los otros el máximo de sí mismo y sólo estará en aptitud de ofrecer su contribución conociéndola con certeza y depurando, cada día más, el concepto genuino de lo que es. En un capítulo de los Upanishads —dice don Jaime Torres Bodet—, cierto joven inquiere de su maestro: "Cuando en la muerte — le dice— la voz del hombre regresa al fuego, su aliento al aire, su vista al sol, su cuerpo al polvo y su sangre al agua, ¿dónde, entonces, se encuentra el hombre?". El capítulo no nos explica lo que el maestro contestó al joven. Pero sí menciona que ambos se retiraron, durante horas, a hablar de la acción del hombre y concluyeron que lo bueno sólo llega a ser bueno por medio de la acción. He citado esas viejas palabras porque, a mi juicio, se relacionan curiosamente con el propósito de esta obra. En efecto, lo que define a
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los pueblos —y a las personas— es la calidad de su acción, el conjunto de hechos que representa el valor permanente de su conducta. En nuestro caso, ese conjunto tiene ya forma y, en numerosos terrenos, sentido propio. Con referencia a esta monografía particular, tal vez llame la atención la proporción de datos históricos que se proporcionan. La cosa es fácil de explicar. Tiene La Piedad la suerte de contar entre sus hijos con un historiador nacional de la talla de Jesús Romero Flores, y lo que es más, que éste haya escrito una obra que tituló "Aspectos Históricos Piedadenses". Pero, además, juzgamos que la historia local (bastante descuidada hasta ahora) enriquece y complementa a la historia nacional. Sin embargo, frente a La Piedad de ayer, y sin distorsionar o equivocar su idiosincrasia y su camino, se presenta a La Piedad de hoy, no como un legado, sino como un compromiso, como un proyecto real y colectivo, como un esfuerzo y una esperanza, que nos permite dar vista a la promesa de una época mejor para las generaciones venideras. Todo el haz de verdes, enhiestas y granadas espigas de sus juventudes inquietas (energías que sólo aguardan cauce) que sueñan, luchan, estudian y se superan. Las esperanzas de las muchachas apretadas en un ramo de reina, el de la damita de este noble solar que fue coronada como tal en un certamen de belleza: Herminia I. Pero sus ideales, sus virtudes, sus aspiraciones, sus aptitudes los proyectan en forma amplia, lo mismo sobre el amor que el deber moral, sobre lo superior y lo práctico. La mujer es maestra, obrera o empleada de comercio. Se dice, y no sin razón, que cuando a los negocios se dedica suele ser más hábil que el hombre, saca adelante con su espíritu de empresa, situaciones comprometidas de amenaza y derrota y llevarlas hacia la prosperidad y el éxito. El piedadense es emprendedor y práctico. Es un guerrillero de la acción positiva. Acomete hasta en el habla, su conversación es en forma de preguntas, disparos a quema ropa para perforar el alma del prójimo y descubrir su intención y su sinceridad. Quizá corra por sus venas un torrente de sangre vasca. En su propensión a lo desmesurado algunos han creído ver un asomo de ostentación. Pero también es capaz de reposo, de mesura, de reflexión, de sociabilidad y
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sentido de la vida pública. Pero no es ésta la ocasión para intentar soslayar siquiera la psicología del piedadense. Sobre la realidad inmediata trabajamos, con el deber cotidiano y mostrenco cumplimos, y así nos realizamos en nuestra propia circunstancia geográfica, pero siempre con la mira de fundar sobre lo transitorio, concreto e individual, la idealidad, la convivencia, la perennidad y trascendencia de nuestro existir colectivo. Como Ortega, entendemos la patria grande y la patria chica como crítica de la tierra de los padres y como construcción de la tierra de los hijos. Patria — dice— no es el pasado y el presente, no es nada que una mano providencial nos alargue para que gocemos de ella: es, por el contrario, algo que todavía no existe, más aun, que no podrá existir como no pugnemos enérgicamente para realizarlo nosotros mismos. La patria es una idea, un fervor, pero también un propósito, un proyecto, un problema, una tarea. No existe en el pasado o en el futuro, sino en el presente, porque no se concibe la acción a distancia, sino en el espacio del ahora y el aquí. Este sentido de patriotismo, más dinámico, más profundo y ponderado, no agota todo el prospecto y pensamiento de Ortega. La historia —alega— está viva en el presente. Vive en nosotros y nosotros vivimos en ella. Si es una cosa que más bien pertenece al ayer, esto sólo es verdad en la medida en que el ayer ha decidido el hoy, y el hoy tendrá sus consecuencias en el mañana. Se relacionan e inducen de tal manera estas tres dimensiones del tiempo, que conociendo el hoy, se conoce mejor el ayer, y viceversa; y ambos llevan a prever el mañana, no como una profecía, sino como una consecuencia natural. Ortega y Gasset dice en su obra Historia como Sistema: "La Historia es ciencia sistemática de la realidad radical que es mi vida. Es, pues, ciencia del más riguroso y actual presente. Si no fuera ciencia del presente, ¿dónde íbamos a encontrar este pasado que se le suele atribuir como tema? Lo opuesto, que es lo acostumbrado, equivale a hacer del pasado una cosa abstracta e irreal que quedó inerte allá en su fecha, cuando el pasado es la fuerza viva y actuante que sostiene nuestro hoy. No hay acción a distancia. El pasado no está allí, en su fecha, sino aquí, en mí". De manera resumida y subrayada tenemos que concluir que de no conocerse y tomarse en cuenta los problemas locales y regionales 10
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la provincia no podrá entender los grandes problemas nacionales ni podrá contribuir a su mejor solución. El Sr. Gobernador Torres Manzo tal vez se dijo para sí —porque lo demostró desde su campaña electoral—: Vamos a inundar con nuestro aliento e interés los últimos rincones del Estado. Recorreremos los pueblos y los campos en apostólica algarada de entusiasmo, viviremos en las aldeas, escucharemos las quejas desesperadas allí donde manan; seremos primero amigos de quienes luego vamos a ser conductores. Crearemos entre ellos fuertes lazos de socialidad, cooperativas, grupos comunales, círculos de estudio, centros de investigación y promoción. ¡El programa de gobierno! Si se entiende por tal algo hondo, vivaz, efectivo, tiene que ser formulado punto por punto, en esa convivencia a que os invito; sobre la realidad misma, previa consulta con quienes sufren los problemas, con el asentimiento de quienes contribuirán a su realización. Y claro, es, en las coordenadas de desarrollo de una política local, regional y nacional bien integrada y planificada con sentido real y humanista. En busca de un equilibrio entre los tres niveles de autoridad y promoción social: el federal, el estatal y el municipal. Levantar el nivel de vida de las comunidades y darles mayor unidad y cohesión, se propone el Sr. Gobernador. Y si para la unidad y solidaridad de la gente influye un mismo paisaje geográfico, una misma tradición y una misma cultura, son factores más decisivos de cohesión de la comunidad, los intereses y problemas, la comunidad de propósitos y de proyectos a realizar. No hemos de olvidar que comunidad es comunicación, pero sobre todo, cooperación en las empresas comunes. Y promover esta participación solidaria es el leitmotiv de la política, de los programas y de la acción general del Gobierno local. Esta serie de monografías que ahora se publican obedece, sin duda, a este alto pensamiento y propósito del señor licenciado Torres Manzo.
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CAPÍTULO I ASPECTOS GEOGRÁFICOS LOCALIZACIÓN
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MUNICIPIO DE LA PIEDAD está situado al noroeste del Estado de Michoacán, bordeando la ribera sur del río Lerma. Limita al norte con los municipios de Degollado, Jal. y Pénjamo, Gto., sirviendo de lindero el propio río Lerma a cada uno de estos Estados; al sur, con los municipios de Zináparo, Churintzio y Ecuandureo, todos del Estado de Michoacán. Tiene una superficie total de 271.59 kilómetros cuadrados, equivalente a 0.45% de la superficie total del Estado y una población de 63,783 habitantes, lo que da una densidad de 234.85 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las más altas de la Entidad. La cabecera del municipio es la ciudad de La Piedad Cavadas, situada en la margen izquierda del río Lerma, a los 20º 21' 29" de latitud norte y a los 102º 01' 30" de longitud oeste, del meridiano de Greenwich, y a los 1,675 metros sobre el nivel del mar. L
B) OROGRAFÍA El municipio presenta múltiples accidentes orográficos, el relieve de su suelo es irregular: hacia el norte, se forma el Valle de La Piedad o Bajío a una altura promedio de 1,680 m., con terrenos planos; al noroeste, siguiendo el cauce del río Lerma, se forman montes escarpados; al oeste, se forman algunos lomeríos; hacia la parte sur, se encuentran los cerros de Zináparo y Penjamillo a 1,940 m., formando onduladas mesetas y en la parte central, a una altura de 2,470 m sobre el nivel del mar, se localiza el de Cujuarato.
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HIDROGRAFÍA
En la vertiente hidrológica del norte del Estado, el río Lerma forma parte importante; la margen izquierda sirve de límite natural con los Estados de Jalisco y Guanajuato. Las principales corrientes del municipio están formadas por los siguientes arroyos: Zináparo, La Providencia, El Jagüey y Los Paredones; todos ellos depositan sus aguas en el río Lerma. El agua del subsuelo se localiza tanto en las tierras bajas, a inmediaciones del Lerma, como en las tierras altas, existiendo pozos en todas estas zonas. El agua potable que se utiliza en La Piedad proviene de dos pozos profundos localizados al oriente de la ciudad, en la comunidad de El Cuitzillo. PRESAS EXISTENTES: o o o o o o o o o o o o D)
BRISEÑAS MIRANDILLAS QUIRINGUICHARO LAGUNA DE COLESIO NUMARÁN ZINÁPARO PENJAMILLO MELCHOR OCAMPO EL CHIFLIDO PURUÁNDIRO ARROYO VILLACHUATO SAN FRANCISCO ANGAMACUTIRO CLIMA
El clima predominante en el municipio se caracteriza por ser templado subhúmedo mesotermo; temperatura media anual 20.1ºC. temperatura máxima 35.0ºC. temperatura mínima 3.0ºC.
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Los vientos dominantes provienen del suroeste con una intensidad máxima de 2.0 a 14.5 Km/hora considerados como débiles. E)
PRECIPITACIÓN PLUVIAL
El período de lluvias comprende los meses de junio a octubre, con precipitación máxima mensual de 660.8 mm.; días con lluvia 92.75 durante el año, días despejados 201.65, con heladas 8.59 y con granizo 1.83. La precipitación total anual media es de 858.8 mm. F)
SUELOS
La extensión total de su territorio se caracteriza por tener suelos de tipo Chernozem o negros profundos, propios para la agricultura. G)
VEGETACIÓN
Podemos decir que los factores y la morfología que integran la distribución de la vegetación en el municipio son casi uniformes por lo que la vegetación en su totalidad se caracteriza por ser propia de la pradera compuesta por arbustos grandes o árboles pequeños de 2 a 5 metros de altura, tales como: mezquites, casahuate, uña de gato, palo dulce y huizache. BIOGRAFÍA DEL LERMA Al Lerma se le llama el Nilo de México y así como el Nilo tuvo su biógrafo en el gran Ludwig, el Lerma lo tiene en el maestro Jesús Ruiz Aguilar, de Michoacán. Merecen ser conocidos algunos pasajes de su trabajo Historia del río Lerma. Hay nieve en la cumbre y rumor de bosque en la montaña; el viento es helado y sopla al norte, es suave y se advierte que juega con hojas 14
LA PIEDAD silvestres de selva en la altura y allá en el barranco inclinado y profundo, se escurren las aguas inquietas y claras que van presurosas buscando caminos entre verdes campiñas, florestas de valles y suman sus aguas a nuevas corrientes que brotan del suelo en fríos manantiales, que afloran del Xinantécatl. Ahora el agua se precipita en un descenso de las montañas neovolcánicas del altiplano arriba del Valle de México y aumenta su velocidad tratando de encontrar su nivel; desde la selva verde hasta el Pacífico, el río Lerma tiene un recorrido de 1,377 Km. de longitud, es el desagüe que drena los mantos acuíferos del corazón de un relieve orogénico, al principio es un solo río más adelante va a nutrirse con el caudal de otros muchos que influyen en la trama sutil de la vida, donde se tejen equilibrios entre especies que determinan la ecología regional, aquí uno puede comprenderlo todo si se tiene a la naturaleza por maestra. Abajo, ya en el Valle del Lerma se forma una laguna que recibe el mismo nombre del río, luego se derrama formando una corriente; pasa frente a Toluca, sigue y llega a Ixtlahuaca; corta valles escalonados para entregarse al vaso de la presa de Tepuxtepec, continúa a Maravatío para precipitarse en un nuevo escalón en terrenos de Ziritzícuaro y prosigue hacia Acámbaro, lugar donde se inicia una extensa zona conocida con el nombre de "El Bajío"; pero antes recogió, por su margen derecha, las aguas de dos afluentes: el río Amealco y el río Tigre o Coroneo, esto es entre los límites de Michoacán y Querétaro; más adelante pasa por Salvatierra y al llegar a los terrenos de Jaral del Progreso, se bifurca para volverse a unir en Salamanca; en este trayecto descargan sus aguas sobre la margen derecha los afluentes: "río de La Laja" y "río del Jaral". Considero de gran importancia decir que en 1548 un varón con alma de gigante, fray Diego de Chávez, miembro de la orden de los Agustinos, trazó y abrió un canal de 20 Km. de longitud que conectó a la laguna de Yuriria con el Lerma en un punto llamado "Ojuelos", esto se hizo aprovechando la bifurcación a que antes aludo; para esto se sirvió de los bajos y pantanosos terrenos amurallados en un flanco por enormes rocas de magma sólido, correspondiente a la séptima y última luminaria volcánica, de que nos habla la dinámica endógena del Valle de Camémbaro, hoy de Santiago; el lago es ahora esplendoroso criadero de peces y batracios que auxilian el problema alimenticio de sus habitantes, aparte de los sistemas de riego que mejoran la floreciente agricultura. 15
ISIDRO CASTILLO PÉREZ Las aguas siguen su marcha pasando ahora por el "Valle de Santiago", "Corrales", "Penjamillo", "Numarán", "La Piedad"; pero antes, en su margen izquierda recibe el caudal del "Río Angulo" que nace en el municipio de Puruándiro y desemboca muy cerca del poblado de Conguripo. Ahora las aguas se deslizan en un nuevo desnivel, allí se escucha un canto de trova silvestre, entonado sobre un lecho de rocas basálticas hasta llegar a Yurécuaro, continúa ya más tranquilo recorriendo terrenos de Vista Hermosa de Negrete y después pasa entre las poblaciones de Briseñas, Mich., y La Barca, Jal., situadas a corta distancia del Lago de Chapala, en donde entrega sus aguas al enorme vaso, en un punto llamado "Ibarra"; pero antes ha recibido la corriente del "Río Duero" que nace en la sierra michoacana, en un lugar llamado Kuinio, muy cerca de Carapan, que recogiendo el derrame del Lago de Camécuaro, pasa por Zamora, en donde se le agregan las aguas del "Río Celio de Jacona" y continúa para desembocar en la margen izquierda del Lerma. El Lago de Chapala es un accidente orohidrográfico de gran importancia en la cuenca, allí recibe las aguas de otros ríos, citando por ahora el "Río Zula", "Río Jiquilpan", "Río de Sahuayo", etc., su embalse llega a presentar una extensión de 1,109 Km. aproximadamente, con una profundidad media de 10 a 12 m., dato que nos permite suponer que el almacenamiento medio de la Laguna es de seis mil millones de mts.3; en el año de 1926 alcanzó la cifra de once mil seiscientos sesenta y ocho millones de m3. Es de hacerse notar que en su parte oriental, el Lago sufrió una merma en su extensión, al levantarse un dique de desecación para recoger el agua en la Ciénega de Chapala y dejar abiertos al cultivo estos terrenos. Según datos geológicos, el Lago de Chapala fue originado por el hundimiento tectónico que se presentó en combinación con erupciones volcánicas, cuyo material básico obstruyó la salida del antiguo río a la altura de Poncitlán; también se conoce que desde el altiplano se sucedían lagos escalonados que fueron desapareciendo, al drenarse en gran parte, evaporándose el líquido encharcado, por la acción del calor. A las aguas tranquilas almacenadas en la Laguna, se les da paso y control de salida en las compuestas de la Presa de Poncitlán, ahora hay un nuevo camino trazado por erosión fluvial registrada durante muchos miles de años con destino al mar, es la misma corriente del Lerma con nuevo nombre, "Río Grande" o de "Santiago Ixcuintla", 16
LA PIEDAD que a veces parece que canta a carcajadas en el choque estrepitoso sobre rocas o en Juanacatlán en su salto desesperado donde rompe el espacio para caer al abismo y seguir por cañones y cañadas; de pronto la corriente se adentra en la Barranca de Oblatos, un tul de sombras recubre las aguas y un eco profundo, hilvana un pregón al abismo, se rompe el silencio cantando victoria al salir de los muros, entre rocas de altivas montañas; hasta llegar a su desembocadura para enfrentarse con el bravío oleaje del Pacífico y perderse entre la salinidad inmensa de los mares. El "Río Santiago" recibe el agua de los afluentes, que descargan sobre su margen derecha con mayor caudal que los de su margen izquierda; así encontramos el "Río Verde" que rinde su tributo frente a Guadalajara, más adelante el modesto arroyo de "Achichilco", después el "Río Juchipila", ya en este lugar se presenta con gran caudal y al atravesar la Sierra Madre Occidental recoge la afluencia del "Río Bolaños", más tarde, ya en Nayarit, desemboca el "Río de Guaynamota" y sobre su margen izquierda recibe la corriente del "Río Moloa" que nace en las serranías que circundan el "Valle de Matatipac", de día, un paisaje se refleja en sus riberas, después… un atardecer de brumas y celajes que se pierden a distancia y aparece un nuevo dosel de luces que cintilan en el cielo y en la tierra un espectro de sombras en la noche; el ímpetu de sus aguas se pierde al llegar a la costa nayarita, su corriente es débil hasta entregarse, al final de su destino, entre esteros ubicados al sur de Mexcaltitán. Son importantes los datos facilitados por el C. Ing. Carlos Aguinaga Guerrero, quien por muchos años ha dedicado su tiempo al estudio de este gran río, pues indica que cuando los conquistadores llegaron a México, los antiguos pobladores llamaban al río Lerma "Chionahuac" que se traduce por "nueve aguas" y que más tarde los españoles, superando la dificultad de la pronunciación le dieron el nombre con que ahora se le conoce. En su trayecto se han construido varias presas, entre las que citaré las siguientes: En el Estado de México la presa José Antonio Alzate antes "San Bartolo", con treinta y cuatro millones de m 3 de agua; presa Tepuxtepec en Michoacán, con capacidad de trescientos setenta millones de m3, terminada en 1935; la presa de Solís en el Estado de Guanajuato, con un volumen de setecientos noventa millones de m3, hasta cumplida su segunda etapa en 1949; la presa de Poncitlán que controla los volúmenes del Lago de Chapala según las necesidades de riego, de producción de energía, de agua potable y en su caso, de alivio al vaso, por tanto los volúmenes extraídos son 17
ISIDRO CASTILLO PÉREZ demasiado variables; la presa de "Santa Rosa" de la CFE, tiene una longitud de cortina de 150 m., con altura máxima de 117 m y su capacidad de almacenamiento es de cuatrocientos millones de m 3; desde hace varios años se encuentra en proyecto la presa de Aguamilpa. En la cuenca del "Alto y Bajo Lerma o de Santiago", principalmente son aprovechadas sus aguas en el riego de los terrenos agrícolas, en el abastecimiento del agua potable a sus poblaciones y en producción de energía eléctrica para servicio doméstico y fomento de la industria permitiendo con sus presas, evitar que las aguas broncas originen catástrofes por medio de las inundaciones, durante el periodo de lluvias. Este río, en su largo recorrido lleva un mensaje de vida que se entrega en el bienestar de los pueblos, sus aguas se esparcen sobre suelos de comarcas distintas que prosperan en maizales que rematan en glumas de espigas o en trigales que doran los campos fértiles de prósperos veranos, tiñen de verde y de rosa los fresales en el Bajío, de verde claro los cañaverales con sus trapiches humeantes o de verde subido en la región tabaquera de la costa de oro nayarita; pero sus aguas también van a contribuir con el volumen de los esteros en donde se cultivan moluscos, se desarrollan crustáceos y se reproducen infinidad de peces que sirven de alimento al hombre y acrecientan la economía de la industria pesquera, aun no tecnificada por sus moradores; llega sin fatiga el río que recorrió un extenso camino de cambiantes formas y retrató en sus riberas el paisaje típico de cada región, para compartir en su final con la paradisiaca estampa de un nuevo rincón de ensueño, la Albúfera de Mexcaltitán.
Si Herodoto dijo que Egipto era un don del Nilo, nosotros no podemos decir que La Piedad sea un don del Lerma, sino exactamente al revés: que el Lerma, nuestro Nilo Mexicano, es un don de La Piedad. El poblado ha tenido que subir sus caseríos por una ladera del falderío del Cerro Grande, y desenvolverse en el estrecho y accidentado espacio geográfico que lo limita hacia arriba por la empinada montaña y hacia abajo, por los meandros del río, que es una amenaza permanente para su planeación y despliegue urbanos. La historia de La Piedad se puede contar por las grandes inundaciones que se recuerdan. La de 1855, que se repitió en 1865, 18
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rebasaron las aguas la plaza de armas, hasta un nivel elevado respecto al del río; en 1912 el río invadió una tercera parte de la población, a causa de que olvidándose de esta calamidad, ya que habían transcurrido 66 años sin que se registrara alguna importante inundación, la población se había extendido por las orillas del río y lugares bajos, que constituían su lecho natural. Desbordamientos del río de mayor o menor cuantía se han registrado en 1926, 1927 y 1958. El más reciente, acaecido en 1973 alcanzó cotas muy elevadas y causó muchos daños. No hay exageración en afirmar que el tesoro más valioso de esta tierra es el hombre. El hombre mestizo del Bajío, el ranchero mexicano, puesto que por estas lindes ha desaparecido completamente el indígena. No nos ciega el amor al terruño; no nos ciega la relación sentimental con una comarca a la que están vinculados nuestros más caros sentimientos filiales, si aseguramos que la gente de La Piedad, aparece, al que contempla el panorama michoacano, como la gente de más temple, como la más esforzada de la región. Sólo un puñado de luchadores tenaces ha podido conseguir transformar un erial en una de las regiones más ricas del país. En otras zonas la naturaleza fue más dadivosa, aquí hubo que arrancárselo todo, y esta pugna feliz, esta creación sobre la nada es una de las demostraciones más patentes de la cultura y de las posibilidades del espíritu. Porque el espíritu es, sobre todo, rectificación y superación, modelación que transfigura el dato bruto de las realidades exteriores. Todo ha sido pugnacidad y ceño, duelo del hombre contra el medio. Arroyos casi secos, más bien caminos de pedruscos, tierras áridas, pedregosas, un río caudaloso que se hincha de pronto y produce inesperados desbordes. Aunque, en verdad dicho sea al paso, deja limos fecundantes en las partes bajas del municipio. Pequeñas presas, cajas de agua, bordos, han sido un tenaz esfuerzo por disciplinarlo en provecho del hombre. Se han instalado algunas bombas eléctricas para elevar sus aguas, pero a veces éstas son incosteables por la profundidad del río.
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PUENTE SOBRE EL LERMA, EN LA PIEDAD Una de las obras más notables con que cuenta el Estado es, sin duda alguna, el magnífico puente que sobre el río Lerma existe en la ciudad de La Piedad, inaugurado en noviembre de 1833. Dicha obra es no solamente notable por la utilidad que reporta uniendo dos entidades populosas, sino por la grandiosidad con que está realizada, pues entre las obras de su género es una de las mejores de nuestra patria. Ya desde el año de 1807 los vecinos de dicho pueblo habían obtenido licencia del Virrey para construir el puente, mas por lo elevado de su presupuesto y después por la revolución de independencia, no se pudo empezar sino hasta el año de 1832, a iniciativa y empeño del benemérito cura de esa población don José María Cavadas. El primero de abril de 1832 se dio principio la puente y en noviembre de 1833 se pasó por él. Mas hasta el año siguiente se dio por terminado en su totalidad. Se ignora el costo total de la obra, pues aun cuando una inscripción en la alameda principal del puente se dice que el Sr. Cavadas "prestó" de su peculio $7,265 pesos, y más adelante afirma que se concluyó con menos de la cuarta parte que se había presupuestado, que era sesenta mil pesos, cantidad pequeña, en verdad, para la magnitud de la obra a que aludimos. Ya que del Sr. Cavadas y de su magnífico puente tratamos, diremos que el expresado párroco era un hombre de espíritu elevado y filantrópico; además del puente construyó el atrio de la parroquia y los altares de su interior, trazó y alineó muchas de sus calles, y estimuló a los habitantes a levantar buenas moradas; en Morelia construyó el edificio que hasta hace poco tiempo servía de arzobispado, y en el que hoy se encuentra la Escuela José María Morelos. Trazó la iglesia catedral de Zamora, e introdujo en Guadalajara los pararrayos. El Sr. Cavadas era oriundo de Zamora, y lo sustituyó en el Curato de La Piedad su hermano don Isidro, al ser promovido a una Canongía en la catedral de Morelia, en donde falleció en 1844.
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Como dato curioso se proporciona lo que se cobraba por concepto de peaje en el Puente, según un documento muy poco conocido: "El Vocal más antiguo de la Junta Departamental en ejercicio del Poder Ejecutivo de Michoacán a todos sus habitantes: Sabed que: La Junta Departamental de Michoacán usando de la facultad que le concede la atribución 4ª del artículo 45 de la Ley de 20 de marzo del presente año y con el fin de reintegrar a los empresarios de los gastos que hicieron en la construcción del Puente de La Piedad y para resarcir al Ayuntamiento de la pensión que cobraba de las canoas, ha decretado lo siguiente: Tarifa para el cobro del Peaje en el mismo Puente
Por todo carruaje de camino se pagará un peso. Por los que transiten a caballo exceptuándose los vecinos de la Municipalidad y de las haciendas inmediatas a ella por la otra parte del Rio, una cuartilla. Por las carretas cargadas, un peso. Por las vacías, dos reales. Por cada carga de efectos extranjeros conducida en mula, un real. Por la misma en burro, medio real. Por la de plata acuñada o en pasta, dos reales. Por la de efectos nacionales en mula, un real. Por la de Ídem en burro, medio real. Por la de fruta, ocote, tablas y toda clase de madera, una cuartilla. Por la de chile verde y toda clase de verdura, una cuartilla. Por mulas aparejadas y a cuatro por medio, medio real. Por burros Id. a seis por medio, medio real. Por partida de mulada y caballada a dos pesos el ciento. Por Id. de ganado mayor de veinte reales el ciento, dos pesos cuatro reales. Por Id. de ganado menor y también el de cerdo a un peso el ciento, un peso. 21
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Mariano Rivas, Presidente. Juan José Méndez del Corral, Secretario. Por tanto mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento. Morelia, Octubre 26 de 1837. Vicente Sosa Isidro García de Carrasquedo, Secretario. Certifico que el anterior Decreto fue publicado en esta capital en el día veintinueve de octubre de mil ochocientos treinta y siete. Isidro García de Carrasquedo. POBLADOS QUE FORMAN EL MUNICIPIO 1 La Piedad, ciudad cabecera 2 Acuitzio, ejido 3 El Algodonal, ejido 4 Los Ayala, ejido 5 La Campana, ejido 6 Cujaruato, ejido 7 Los Guajes, ejido 8 Guanajuatillo, ejido 9 La Higuera, ejido 10 El Jagüey, ejido 11 Jauja, ejido 12 Los Melgoza, ejido 13 Los Moreno, ejido 14 El Pandillo, ejido 15 Los Paredones, ejido 16 Potrerillos, ejido 17 La Providencia, ejido 18 El Soroó, ejido 19 Tanque de Peña, ejido
28 El Calabocito, ranchería 29 La Campana, ranchería 30 Canoas del Salto, ranchería 31 El Cuitzillo, ranchería 32 Chorrera de Silva, ranchería 33 La Escoba, ranchería 34 La Esperanza, ranchería 35 El Fuerte, ranchería 36 La Higuerita, ranchería 37 Los Laureles, ranchería 38 Los López, ranchería 39 Mitad de Noria, ranchería 40 Ojo de Agua de Serrato, ranch. 41 Palo Blanco, ranchería 42 Patty Estación. FF.CC.M. 43 El Perimal, ranchería 44 Río Grande, ranchería 45 El Salto, Planta de Luz 46 Los Rodríguez, ranchería 22
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20 Taquiscuareo, ejido 21 El Zapote, ejido 22 Zaragoza, ejido 23 Santa Fe, colonia 24 Vasco de Quiroga, colonia 25 Colonia México, colonia 26 Arroyo Hondo, rancho 27 Banquetes, colonia
47 San Cristóbal, ranchería 48 San Joaquín, ranchería 49 San José de Heredia, ranch. 50 San Juan del Fuerte, ranch. 51 Santa Catarina, ranchería 52 Ticuítaco, ranchería 53 El Tigre, ranchería 54 La Torcaza, ranchería
El clima es templado como en todo el Bajío y en lo general la Mesa Central.
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CAPÍTULO II HISTORIA ZULA, LUGAR DE CODORNICES
A
ilimitada de los tiempos, de esto, hace tal vez más de ochocientos años, el lugar en donde hoy se extiende nuestra ciudad no era más que una hermosa pradera cubierta de espesa vegetación. En lo alto de las mesetas que limitan el horizonte por el sur y el oeste, había bosques espesos de encinas corpulentas; sombreaban los acantilados de las rocas frondosos camichines de follaje verdinegro y en los declives de las laderas una vegetación bravía de tepames, cacirpes y huizaches, era sólo habitada por bandadas de pájaros que alegraban con sus cantos la soledad misteriosa de una región no profanada todavía por la planta de los hombres. Pero lo más hermoso, lo que alegraba y daba vida a aquel paisaje de peregrina belleza, era el padre río: ancha cinta de plata que reflejaba los rayos maravillosos de un sol de fuego, formando encantadores cabrilleos. A las márgenes de la anchurosa corriente había bosques de sauces y sabinos debajo de los cuales se deslizaban las aguas plácidas y silenciosas a veces, o bien, rompiendo sus cristales en las aristas del lecho rocalloso, formaban rápidas corrientes que alegraban con su rumor eterno la quietud idílica del paisaje. En una tarde como éstas, en el principio del otoño, arribaron por el occidente, caminando entre las faldas de las montañas y la ribera izquierda del río, los grupos numerosos de una tribu indígena que por primera vez pisaba nuestra tierra. Eran los aztecas. En su larga peregrinación desde la remota y desconocida Aztlán, que habían abandonado por disposición de su dios Huitzilopochtli, al que llamaban también Mexítl, llegaban conducidos por cuatro jefes que eran al mismo tiempo los sacerdotes de su culto. LLÁ EN LA PENUMBRA
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Encabezaba la columna el sacerdote Tezacóatl (culebra resplandeciente), que llevaba a la espalda un quimilli o cesto de mimbres y en él, cuidadosamente envuelta, la imagen de su dios; seguíanle Cuauhcóatl (culebra con pico de águila) y Apanécatl, que cargaban los paramentos y objetos necesarios para el culto, y, en último término, caminaba Aacatl (caña de agua), el sumo sacerdote, el que se comunicaba directamente con la divinidad, el que recibía órdenes y las trasmitía a su pueblo, el cual las escuchaba postrado en la tierra y las cumplía irremisiblemente. Al llegar los aztecas a nuestra tierra, en aquella tarde apacible del otoño de hace ochocientos años, bandadas numerosas de codornices parecían nublar el horizonte. Revoloteaban como asustadas por la presencia de aquellos extraños seres que jamás habían interrumpido la posesión de un lugar que parecía reservado para ellas solamente. Los aztecas, al contemplar la extraordinaria abundancia de aquellos pajarillos, prorrumpieron en gritos de alegría: ¡zólin! ¡zólin! ¡zólin!, que en su idioma náhuatl significa: ¡codornices! ¡codornices! ¡codornices! La amenidad del paisaje, el clima delicioso que se disfrutaba, las corrientes abundantes del río y la multitud de aquellas aves que formarían su alimento, los convidaron a hacer alto; pero no solamente para descansar de aquella jornada, sino para fundar un pueblo, para detenerse el tiempo que por mandato de su dios les fuera señalado. A la falda del monte que está al noroeste, empezaron, al día siguiente de su arribo, a levantar las chozas que les servirían de albergue, y sobre lo alto de la meseta erigieron su teocalli, que podemos contemplar todavía y en el que todas las mañanas, a la salida del sol, celebraban los ritos y ceremonias de su religión. Al pueblo formado en la falda de la meseta le llamaron Zólin, que siglos después los españoles lo pronunciaron Zula (lugar en donde abundan las codornices). Algunos años después de fundada nuestra primitiva Zula, siguieron su marcha hacia el oriente, dejando en el pueblo a los ancianos, a los enfermos que no podían caminar y a un grupo de hombres y mujeres, no muy numeroso, para que cuidaran y vieran por ellos en su manutención y defensa.
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La salida de los aztecas de Zula la hicieron por el rumbo sureste y en su peregrinación fundaron Tlazazalca (palabra náhuatl), luego a Chilchota (lugar de sementera de chiles, en náhuatl) y de ahí enfilaron hacia el lago de Pátzcuaro, situándose en Coapa (lugar de culebras, también en lengua náhuatl). Los pueblos con nombres aztecas Tlaximaloyan (Taximaroa), Tuxpan, Tlalpujahua y otros nos van señalando claramente la ruta que siguieron en su peregrinación aquellas tribus venidas desde Aztlán en busca del sitio que les había designado su dios; hasta llegar al valle de Anáhuac, en donde fundaron, en el año de 1525, su ciudad de México-Tenochtitlan, después de una larga peregrinación que duró muchos años. Zula, poblado azteca, rudimentaria agrupación de seres humanos, fue la base y el origen de nuestra querida tierra; a través del tiempo aun no hemos olvidado, porque nos dejó como recuerdo un teocalli, que podemos contemplar diariamente en lo alto de la mesa de Potrerillos. Sus primeros pobladores llegaron una tarde de otoño en que la naturaleza convidaba al descanso, en un sitio próvido y placentero; en estas líneas consagramos el homenaje de nuestro recuerdo, por haber sido la célula primitiva de nuestra progresista ciudad.1 NAHOAS Y TARASCOS Característica esencial de todas las razas y en todas las épocas ha sido su constante movilidad. Como un mar de embravecidas olas se han agitado los pueblos en busca de los mejores elementos para su vida económica y social, haciéndose la guerra, desplazándose unas veces y fundiéndose, en otras; dando lugar, con esto, a la formación de nuevas razas, modificando su idioma, su religión y sus costumbres. Cuando los aztecas fundaron el pueblo de Zula, según el cómputo más aproximado en la segunda mitad del siglo XII, otras razas "Aspectos de la Historia piedadense", libro del historiador piedadense Profr. Jesús Romero Flores. Editado en la ciudad de La Piedad, por el impresor José Ortiz Servín. 1
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habitaban las regiones limítrofes a la nuestra. Por el norte, hacia las montañas de Pénjamo, que se enlazan con las de Comanja y Guanajuato, habitaban las tribus huachichiles, guamares y otomíes y hacia el sur, por las sierras que llamamos de Carapan, Patamban y Tarecuato, habitaba una raza fuerte, de origen nahoa-tolteca, de la cual nos habla un antiquísimo códice llamado Lienzo de Jucutacato y cuya descifración más acertada corresponde al sabio alemán Eduardo Seler; tal raza se llamaba la raza teca ó téquecha, cuya capital, por aquellos siglos, era Carapan, a la orilla de hermosos y abundantes manantiales a la entrada de una cañada que más tarde recibiera el nombre de los Once Pueblos. Pero hacia el año de 1200, es decir, a principio del siglo XIII, arribó, procedente de un lugar que todavía no ha podido precisarse, otra raza que se estableció a las faldas del cerro de Zacapu; esta raza se llamaba eneami, guacúsecha: (hombres-águilas) o también zacapuireti; este último nombre se les dio por haberse posesionado del cerro de Zacapu. Esta nueva raza tendría, con el tiempo, que dominar a todas. Hizo la guerra a los tecos, venciendo primero al cacique de Naranxán y apoderándose después de todos los pueblos ribereños del lago de Pátzcuaro y más tarde excursionó por el occidente y venció al cacique de Carapan y obligó al pueblo teco a remontarse a la serranía de Tarecuato, en donde sólo pudo vivir como tributario de los guacúsecha, que con el tiempo fueron llamados por los aztecas michihuaca y por los españoles tarasco. Ellos a sí mismos se llamaban purépecha. Un sacerdote predijo la destrucción del reinado tarasco. No fue, empero, destruida por entonces aquella poderosa monarquía. Después del reinado de Aramen gobernó Tariácuri, que fue un rey conquistador. Hizo la guerra a los pueblos circunvecinos, y, lo que Aramen había respetado, él lo sometió. Extendió su reino, por el norte hasta las montañas de Guanajuato y de Querétaro; por el oriente, hasta las sierras de Tlalpujahua y Angangueo; hacia el sur más lejos, llevó sus pendones victoriosos hasta más allá del río de las Balsas, por Coyuca y Zirándaro y por el occidente se extendió hasta Colima, dejando como tributarios a muchos pueblos en la vasta extensión del occidente michoacano. 27
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Zula fue uno de los pueblos conquistados por el rey Tariácuri, en la segunda mitad del siglo XV. Tres siglos había vivido libre y feliz. Resistió victorioso el empuje de los tecos de Carapan y supo defenderse de las tribus de los belicosos huachichiles; pero un día cayó obligado por la superioridad de una raza que estaba llamada a ser una de las más poderosas del Anáhuac, la raza tarasca. Hacia el año de 1380, fecha aproximada, las huestes de Tariácuri aparecieron por el oriente de nuestro pueblo, trasponiendo las lomas que nos separan de la entonces aldea de Numarán. El sonar de sus caracoles guerreros y el estrépito de sus quiringuas de sonora madera, llenaban el ambiente con ecos terroríficos, así como los gritos con que los tarascos provocaban al combate a los pacíficos moradores de Zula. Éstos no se acobardaron ante aquellas provocaciones; dispuestos a defender sus hogares, que se extendían a la falda de la mesa de Potrerillos, se colocaron en línea de combate, previamente llevando a sus mujeres y a sus niños a la cima de la mesa, junto a la yácata que formaba su adoratorio. La lucha se inició violenta; el empuje de los tarascos, muy superiores en número, se hacía cada vez más fuerte; pero a medida que avanzaban dejaban el campo regado de cadáveres; tomar las alturas a donde los zuleños se replegaban, costábales el sacrificio de muchos hombres. Las rocas que coronan la mesa servíanles de trinchera a los defensores y la lucha se prolongaba indefinidamente, y al notar, el jefe de los tarascos, el heroísmo de aquellos aguerridos campeones de su libertad, después de varios días de asedio tocó parlamento y los jefes guerreros conferenciaron, celebrando un pacto por el cual Zula seguiría existiendo con su cacique propio; pero con la obligación de tributar al rey Tariácuri, cada año, determinada cantidad de los productos de su cosecha, en señal de vasallaje y reconocimiento. Los zuleños bajaron con su frente levantada para volver a habitar sus hogares, por donde ahora es Potrerillos y el Cerro del Muerto, mientras que los jefes tarascos fundaban una nueva población, por el barrio que hoy se llama la Purísima, con el nombre de Aramútaro, que en su lenguaje quería decir lugar de cuevas. Muchos años coexistieron ambas poblaciones, como acontece siempre, acabó por absorber a la
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conquistada y de la primera solamente quedaron sus yácatas, que la mano destructora de los hombres arrasó en busca de objetos de oro. De la unión de dos razas, la azteca y la tarasca, procedieron los habitantes indígenas que los españoles encontraron a su llegada a nuestra tierra. Era una raza valiente, porque sabía defender su libertad y su suelo; pero al mismo tiempo era trabajadora y pacífica. En contacto con los demás pueblos aprendió las artes del tejido y de la cerámica: eran tejedores y alfareros; pero la principal fuente de su vida la formaba la pesca del río y el cultivo de las sementeras, con cuyos productos tenían establecido comercio con muchos de los pueblos del Bajío. Celebraban sus fiestas religiosas con mucha pompa y alegría. Su dios principal era Curicaveri, que representaba al sol, como en casi todos los mitos antiguos. Curicaveri estaba sentado, con las piernas dobladas hacia el lado izquierdo. Su rostro no se le podía ver, porque lo tenía cubierto con una gran máscara de ojos enormes y redondos y las orejas también cubiertas con dos discos. La cabellera estaba figurada con llamas, simbolizando los rayos luminosos que despide el sol. La diosa se llamaba Xarátanga y simbolizaba a la luna, que por otro nombre se llamaba Cutze. Tenía adoratorios especiales esta diosa y sus sacerdotisas, llamadas guanánchechas, que en el plenilunio le ofrecían danzas y guirnaldas de flores. Los habitantes de Aramútaro vivieron tranquilos durante más de dos siglos (1380 a 1529), en que su territorio se vio invadido por las huestes de los conquistadores españoles. Las predicciones de sus sacerdotes y adivinos parecía que estaban próximas a cumplirse, y ellos, temerosos como todo pueblo víctima del fanatismo religioso y de la ignorancia, juzgaron que era irremediable su destrucción. Pueblos superiores habían sido ya destruidos, como la gran Tenochtitlan y la bella Tzintzuntzan, ¿cuál sería el porvenir de nuestro humilde Aramútaro? Sin embargo, los valientes no se resignan a morir sin defenderse. De la heroica defensa de este pueblo nos ocuparemos en el siguiente capítulo.2 2
Jesús Romero Flores. Ibídem. 29
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EL "MUY MAGNÍFICO" NUÑO DE GUZMÁN No cuadraba al temperamento y a las ambiciones de don Nuño permanecer en la ciudad de México, que era en aquellos años un verdadero nido de víboras, por las desmedidas ambiciones de todos los conquistadores y de los agraciados con mercedes reales, que constantemente estaban en disputa y pleitos sobre sus pertenencias y derechos. Don Nuño necesitaba conquistar regiones inexploradas para obtener oro y riquezas; deseaba sobrepasar a Hernán Cortés y para ello no medía obstáculos ni le intimidaban dificultades de ninguna especie; era joven, valiente y audaz y uno de los pocos hombres de mediana cultura que había hecho algunos estudios en su país. Al año de estar en la ciudad de México, en cuyo tiempo había mandado llamar a todos los reyes y caciques indios para que le tributaran grandes cantidades de oro, plata u objetos de valor, entre esos reyes al Cazonci, de Michoacán, Tangáxhuan; al año, en el mes de diciembre de 1529, salió Guzmán de la ciudad de México para ir a conquistar las tierras de Occidente, más allá de Michoacán, y que eran conocidas con el nombre de Reino de Chimalhuacán; pues toda esta vasta comarca que comprende hoy los Estados de Jalisco, Colima, Nayarit, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Sinaloa y Sonora, no estaba sometida a los españoles, de ella se tenían vagas referencias, más fabulosas que reales. Nuño Beltrán de Guzmán salió de la ciudad de México con un enorme ejército compuesto de 500 españoles armados de arcabuces y lanzas; diez mil indios mexicanos pertrechados con macanas, flechas y rodelas; 150 hombres de caballería bien equipados y doce cañones, bien servida cada pieza, conducida a rueda, en los terrenos planos y en los montañosos a lomo de indio. La ruta que siguió el conquistador Guzmán fue la siguiente: de México a Ixtlahuaca, a Jilotepec, a Taximaroa y a Tzintzuntzan; en este lugar se le hizo un gran recibimiento; Guzmán ordenó a Tangáxhuan que mandara recoger más oro y éste le dijo que ya había entregado a Cristóbal de Olid, para Hernán Cortés, doscientas cargas de oro y plata, que ya no tenía más. Guzmán no quedó conforme, lo mandó poner preso y dispuso que se cateara el palacio y se 30
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encontraron gran cantidad de platos de oro y rodelas de plata. También tomaron gran cantidad de mujeres hermosas. En Tzintzuntzan permanecieron los españoles una semana y continuaron su camino para Puruándiro y luego a Conguripo, a la orilla del río, que se llamaría después de Lerma. En este lugar mandó Nuño dar tormento al Cazonci (Tangáxhuan); primero le quemaron los pies, luego lo envolvieron en un petate y lo arrastraron atado a la cola de un caballo y, por último, el execrable Guzmán lo mandó quemar vivo. De tan triste y cruel manera terminó sus días el infortunado monarca tarasco. En Conguripo, cerca de Angamacutiro, en donde estas escenas tenían lugar, Guzmán ordenó se dividiera su ejército, caminando Chirinos rumbo al norte por Pénjamo, hasta llegar a Zacatecas; para regresar, después de un gran rodeo por Los Altos y volver a encontrar a Nuño en el señorío de Cuinao, cerca de donde hoy es La Barca. La otra parte del ejército siguió por la ribera del río, al occidente, pasando por Numarán y llegar a Aramutarillo (hoy La Piedad), cuyo caserío se encontraba totalmente destruido, pues las avanzadas habían colocado una cruz y congregado a unos cuantos indígenas en torno a ella y de una ermita de paja, dedicada a San Sebastián, por haber acontecido tal suceso el 20 de enero de 1530.3 UN PUEBLO QUE SE SACRIFICA Mientras el "muy magnífico señor" don Nuño Beltrán de Guzmán, obedeciendo a la ferocidad de sus instintos se detuvo durante algunos días en el poblado de Conguripo, en donde, como ya dijimos anteriormente, simuló un juicio para sacrificar bárbaramente a Tangáxhuan, el último Cazonci purépecha, las avanzadas de sus tropas seguían el camino de Occidente por la ribera izquierda del río, mandadas por el Maestro de Campo don Antonio de Villarroel. Los habitantes de la comarca huían despavoridos al solo anuncio de la proximidad de aquella horda rubia de salvajes hispanos, más cruel y sanguinaria que el ocelotl de pintada piel que moraba en sus 3
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montañas. Los tlacuilos-indios nos dejaron dibujados en sus jeroglíficos, en sus códices, los episodios más salientes de aquella expedición y el paso de don Nuño lo representan por una víbora que ahuyenta a su paso a todo ser viviente, que trata de escapar a su ponzoña. Era en el mes de enero y la más dura estación del año había dejado los campos yermos; los habitantes, al huir, habíanse llevado sus escasos víveres y los bastimentos que cargaban los tamemes escaseaban también; hubo necesidad de que el ejército se dividiera en varias fracciones para que, caminando por diversos rumbos, no sucumbiera en aquella parte, que fue la más penosa de la travesía. El Maestre de Campo Villarroel, por los informes que tenía recibidos, esperaba llegar a Aramutarillo y encontrar ahí abundancia de provisiones; sabía que el lugar, aunque no muy grande, estaba poblado por indios laboriosos que cultivaban sementeras de las que cosechaban maíz, frijoles, chile y camote; que pescaban el bagre de su río y que, en llegando, nada habría de faltarles. Pero ¡oh desilusión! los mensajeros regresaron llevando malas noticias: el pueblo de Aramutarillo estaba quemado, las ruinas de sus jacales humeaban todavía; ni un solo habitante se veía en todo el contorno. El historiador Epigmenio Santana en su interesante libro titulado "Nuño Beltrán de Guzmán y su Obra en la Nueva España", pág. 24, nos dice que los castellanos encontraron el pueblo de Zula la Vieja (nombre que también se le daba a nuestra tierra) completamente abandonado; pero que a poco andar se les presentó un grupo como de doscientos indios. Ya se preparaban a combatirlos, cuando de entre aquellos aborígenes se desprendió uno que parecía el capitán, y, dirigiéndose a los españoles les propuso que se decidiera la cuestión en un combate singular. Se aceptó la proposición y un portugués llamado Juan Michel se batió con el indio, saliendo vencedor el portugués. Después de tal combate los indígenas huyeron en precipitada fuga. Este episodio tuvo lugar en el declive occidental de la meseta que le llamamos ahora de Potrerillos. Los indios emprendieron la retirada y en su persecución fueron los españoles hasta un lugar llamado El Fuerte, cuyo nombre le pusieron desde entonces por haber 32
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establecido ahí los conquistadores un fuerte para defenderse de los indios, que pasaron el río que corre en aquel lugar y frecuentemente hacían incursiones para hostilizar a quienes invadían sus antiguas posesiones. Las tropas de don Antonio de Villarroel tomaron posesión de Aramutarillo (Aramutarátzicurin, en lengua tarasca o Zula, en idioma náhuatl), el día 20 de enero de 1530, día en que la iglesia venera a San Sebastián. Según la costumbre de entonces, se le dio el nombre de San Sebastián de Aramutarillo, uniendo el nombre cristiano al nombre gentílico. Días después llegó Nuño de Guzmán con el grueso de sus tropas distribuyó las tierras y los solares entre algunos españoles que quisieron quedarse a vivir en el lugar. Envió emisarios de paz a los indios siendo esos emisarios fray Juan de Padilla y fray Juan de Badía, quienes con su humildad y amables palabras persuadieron a algunos indios a regresar con sus familias, especialmente con los niños y los ancianos, a su primitivo pueblo. Empezaron los frailes su obra de catequización y conversión de los nuevos cristianos; levantaron su templo al santo patrono y las prácticas del culto formadas por cantos y danzas, suavizaron la aspereza de la vida de sumisión y esclavitud que habrían de soportar durante trescientos años. Después de la fundación de San Sebastián siguieron las huestes de don Nuño hacia Xalisco (reino de Chimalhuacan). Mientras las avanzadas recorrían el camino de Yurécuaro, para ir a someter el señorío de Cuinao, que se encontraba entre La Barca y Ocotlán, Nuño de Guzmán acampó en la falda del cerro de Cujaruato, tal vez en la parte media de esa montaña, pues relata la leyenda que desde aquel lugar podía contemplarse la planada azul del lago de Chapállac y espaciarse la mirada en un vasto horizonte de montañas y en la llanura inmensa del Bajío.4
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Romero Flores. Ibídem. 33
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ACONTECIMIENTO EXTRAORDINARIO Durante muchos años (a ser precisos en los de 1530 a 1687), el pueblo de San Sebastián vivió ignorado entre todos los pueblos de la naciente colonia Novo-Hispana: las sombras de la esclavitud, la ignorancia y la miseria lo envolvieron en el negro crespón de siglo y medio. Unas cuantas chozas de indígenas semidesnudos que vivían del escaso producto de sus tierras y de la pesca del río, formaban el haber de aquellas gentes, que no tenían otra esperanza que el paraíso que el Dios de los blancos dominadores ofrece a los mortales. Pero un suceso extraordinario vino a orientar la vida de los habitantes de aquella mísera aldehuela por rumbos diferentes: flor ingenua de santidad y de leyenda que ha perfumado los corazones aborígenes. Héla aquí, relatada en breves frases: Vivía en la estancia de la Buena-Huerta, inmediata a Yurécuaro, el criollo Blas Martín Uriarte, arrendatario de aquellas tierras juntamente con su esposa Catalina Segura, su hijo Juan de la Cruz Uriarte y su cuñado Juan de Aparicio Segura; eran labradores sin más capital que el trabajo de sus manos. El 24 de diciembre de 1687 preparábanse para celebrar la NocheBuena, con la alegría que da a los seres humanos tan singular festejo. Mas como no tuvieran leña suficiente para las fogatas de esa noche, fueron al monte, para proveerse de ella, los dos Juanes. Cuando hubieron llegado con su carga y se disponían a arrojarla al fuego, vieron, con gran sorpresa, que uno de aquellos troncos semejaba una cruz en donde abría sus brazos una imagen de Cristo. Tuvieron el prodigio por milagro, e intacto conservaron el madero. En los primeros días del siguiente enero (1688), caminaba Blas Martín a sus faenas y vio venir por entre el monte a dos mancebos que se decían escultores, en busca de ocupación; contratólos Blas Martín, diciéndoles que él pagaría con semilla y efectos de la tierra por no tener metálico; convencidos en ello, dieron principio a su trabajo de limar y perfeccionar la figura que representaba el Crucificado, haciéndolo tan bien como hasta hoy día se puede contemplar en el templo en donde se le rinde adoración y culto. Y sigue diciendo el sencillo relato: como Blas Martín no tuviera manera de construirle una capilla, sorteó la imagen entre los siete 34
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pueblos comarcanos, tocándole en suerte al más humilde de todos, a San Sebastián de Aramutarillo. Sorteóse la advocación que habría de dársele, quedándole el nombre de Señor de La Piedad, como hace dos siglos y medio es conocido. No tenía entonces nuestro pueblo capilla adecuada para el culto decoroso, ni capellán o vicario que lo administrara, por lo cual, el cura de Tlazazalca ordenó que se quedara en esta población la imagen de Cristo, mientras se le arreglaba un templo adecuado. Estimulados los escasos vecinos, con el deseo de tener en su tierra al santo Cristo, dieron providencias para empezar a construir el templo (hoy la Purísima), empeñándose en ello Antonio Tejada y Nicolás Álvarez del Castillo, ayudados pecuniariamente por el administrador de la hacienda de Santa Ana Pacueco, don Luis Bravo y el dueño de la misma don Alonso Altamirano; hizo la traza y levantó la fábrica el alarife don Juan de Urbina. En el año de 1607 aconteció en Tlazazalca un tumulto de indios, tumultos que fueron tan frecuentes durante la colonia, pues, exasperados los naturales por los atropellos y vejaciones que recibían de los encomenderos y autoridades, reaccionaban con actos de violencia, que eran difícilmente sofocados. Así sucedió en el año que antes citamos, por lo cual el cura de Tlazazalca resolvió cambiar su residencia a La Piedad, nombre con el cual iba conociéndose ya nuestro pueblo, debido a la advocación de la imagen ahí venerada. Pero hubo aun otro incidente, que determinó más el auge que empezaba a tener La Piedad. En el año de 1620 se cambiaron a las autoridades políticas y judiciales de Tlazazalca a nuestro pueblo; con ellas vinieron también a avecindarse algunos comerciantes, artesanos y gentes de buena posición económica; entraba La Piedad en la corriente del progreso; empezaron a levantarse casas de buena construcción, debido a la abundancia de cantera que hay en el subsuelo; las fiestas religiosas, que se celebraban cada año, atraían a muchos visitantes; el ser un lugar de tránsito entre los pueblos de la sierra michoacana y los del Bajío guanajuatense, la amenidad del sitio y lo agradable de su clima hicieron que en menos de cincuenta años la población fuera otra, muy diferente a la mísera aldehuela de fines del siglo XVII; tanto, que en el año de 1748 el obispo de la diócesis erigió la parroquia con su cura propio, que lo fue el licenciado don Agustín 35
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Francisco de Esquivel y Vargas, escritor notable en su tiempo y del cual nos ocuparemos con mayor amplitud. A nadie que se precie de conocer medianamente la sociología de los pueblos, le puede extrañar que la vida colonial fuera regulada por los acontecimientos religiosos que en ella sucedían. Las fiestas en honor de una imagen milagrosa determinaban el auge del comercio en las llamadas ferias y a veces la aparición de un santo resolvía la fundación de un pueblo, o por lo menos el engrandecimiento de su vecindario: así aconteció en nuestra tierra… Y no pudo acontecer de otra manera.5 LOS MISIONEROS DE "PROPAGANDA FIDE" Producto de su educación y de su siglo fueron los misioneros que acompañaron a los conquistadores en la sangrienta aventura del sometimiento de los pueblos de América. Pero justo es también convenir en que, no obstante las deficiencias de su educación y las condiciones del siglo en que vivieron, a los primeros misioneros debe México la existencia de sus razas aborígenes; ellos se interpusieron entre la espada del conquistador y el látigo del encomendero, prestos a descargarse sobre el indio, para ahorrar vidas y esquivar sacrificios. La labor moralizadora de aquellos primeros maestros es digna de ser estudiada y recordada, puesto que formó el cimiento de la educación que recibimos los hijos de México durante tres siglos. Con todas las imperfecciones que haya tenido, es meritoria y grande, puesto que la animaron un grande amor y un desinterés absoluto: hicieron el bien por el bien mismo, y si alguna recompensa esperaron no la pidieron jamás de los humanos, ni fueron los bienes de la tierra su ambición suprema. Todos los historiadores están acordes en que, pasados los primeros años de la conquista, y con ellos Vasco de Quiroga y Bartolomé de las Casas, el espíritu apostólico de enseñanza y sacrificio decayó en quienes los siguieron. Casi un siglo duró el eclipse 5
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de esta luz generosa que había iluminado el horizonte de nuestra patria. Pero a fines del siglo XVII, en el año de 1682, movida la voluntad del Papa Inocencio XI por el impulso de un grupo de hombres generosos, expidió la bula "Sacrosanti apostolatus officium", en virtud de la cual se fundaron en América los Colegios de Propaganda Fide, siendo el primero de todos (diez se fundaron en América) el establecido por fray Antonio de Linaz en la ciudad de Querétaro el 15 de agosto de 1683. Del Colegio de la Santa Cruz de Querétaro salieron todos los misioneros que durante el siglo XVII recorrieron la vasta llanura del Bajío, se internaron en las sierras y procuraron moralizar a quienes, sin norma ni cultura vivían entregados a los vicios y al desenfreno de todas las pasiones, especialmente a la embriaguez, al hurto y al homicidio. Viendo el buen resultado de la obra de los frailes de "Propaganda Fide", el rey Felipe V autorizó, por Cédula expedida el 27 de enero de 1704, la fundación del Colegio de Guadalupe, inmediato a la ciudad de Zacatecas. Para tal fin, salieron del convento de Querétaro Fr. Antonio Margil de Jesús, el P. José de Castro y Fr. Pedro de la Concepción Urtiaga y Salazar. De esos dos Colegios Apostólicos, el de Querétaro y el de Zacatecas, salieron los misioneros que evangelizaron a los habitantes del pueblo de La Piedad durante casi todo el siglo XVIII. La labor de ellos consistía en la enseñanza de los rudimentos de la fe cristiana; combatir los vicios, con el único medio que estaba a su alcance, cual era la amenaza con el castigo de las penas eternas para el pecador; procurar el arrepentimiento, que casi siempre era momentáneo y transitorio, de la comisión de las faltas, por medio de la práctica de los sacramentos; pero eran los únicos recursos de que ellos podían disponer: su labor era meritoria. Cincuenta años después de fundado el Colegio de la Cruz, unieron los misioneros de ese convento con su primera misión a La Piedad, en el año de 1735; la presidió Fr. Tomás de Uribe, Guardián de dicho convento y lo acompañaban dos frailes más.
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En el año de 1736 llegó a La Piedad, ya muy anciano y próximo a morir, Fr. Antonio de Jesús Margil; lo acompañaba Fr. Simón del Hierro. La tercera misión la presidió el sacerdote jesuita José María Mónaco, y fue en el año de 1740. La cuarta se llevó a cabo por los frailes de Santa Cruz de Querétaro Fr. Agustín Briones, Manuel de Jesús y Fr. Agustín Jiménez, en 1744. En enero de 1749 llegaron al Colegio de Santa Cruz los frailes presididos por el P. Guadalupe Alcibia, para dar misión. En 1754 arribó Fr. Hermenegildo Villaplana, sacerdote dotado de gran saber y de extraordinaria elocuencia. Volvieron los padres de Zacatecas en el año de 1755, se celebró la octava misión, ahora en la hacienda de Santa Ana, presidida por Fr. Juan Gumiel y Fr. Manuel Roncero.6 EL PEREGRINO SEPTENTRIONAL Cuando Fray Margil de Jesús arribó a tierras de América, abandonando para siempre el dulce encanto de la huerta valenciana, su tierra natal, promediaba la décima octava centuria y había pasado ya la edad de oro de los grandes misioneros. Pero la vida de los hombres benéficos también toca a su término y fray Margil sintiendo que éste se acercaba, enderezó sus pasos a la capital del virreinato, la populosa ciudad de México y salió de La Piedad sobre el lomo de un modesto borriquito que la bondad de los vecinos le obsequiaran. Dejando atrás los pueblos de Numarán y Penjamillo llegó al de Epejan, en donde los vecinos lo recibieron con quejas y lamentos; pues sus cosechas se malograban debido a que una plaga de gorriones invadía los sembrados comiéndose los trigos. El fraile cogió entre sus manos a una de aquellas avecillas y la amonestó tiernamente ponderando el mal que hacía a aquellas pobres gentes y rogándole que no volviera a hurtar las semillas, que eran todo el capital que tenían los labriegos. Volvió el gorrión entre los suyos y poco después observó que la bandada levantaba vuelo para no volver a aparecer más por las inmediaciones de Epejan. 6
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Tras de visitar las ciudades de Valladolid (Morelia) y Toluca llegó a México y se hospedó en el convento de San Francisco, de donde salía los domingos a predicar; no a los templos, sino a las plazas y las calles, tronando su palabra contra el vicio, condenando el lujo y abominando de las bajas pasiones. Ya no podía hacer más. En busca de nuevos seres a quienes ilustrar y convertir, avanzó Fray Margil hasta las remotas llanuras texanas; fundaba pueblos, enseñaba las artes y la cultura, y, cruzado infatigable de su causa, plantaba una cruz en cada monte; sobre una peana, señoreando los valles; a la orilla de los ríos; cruces chicas y grandes, en los caminos y en las aldeas, como huella de su paso, como signo inequívoco de sus espirituales conquistas. Viejo ya, abandonó aquellas apartadas regiones y desanduvo el camino que muchos años antes había recorrido, hasta llegar otra vez a Zacatecas; de aquí se dirigió a la Nueva Galicia, pasando por entre los indios huicholes. Poco tenía que hacer en Guadalajara, la que bien pronto abandonó para seguir misionando por los pueblos ribereños de la laguna de Chapala. Un día, tras mucho caminar, arribó al pueblo de La Piedad; era el doce de febrero del año 1736; traía a su lado a un fraile discípulo suyo que le servía de ayuda (era fray Simón del Hierro). Pocos años tenía de erigida la parroquia de este lugar, y por no haberse construido aun el templo grande, todos los oficios religiosos se efectuaban en el templo de San Sebastián (hoy La Purísima). Anciano y muy enfermo por su larga vida de fatiga y de miserias, falleció en el convento grande de San Francisco y su cuerpo tuvo sepultura precisamente en el panteón de la Orden, que estaba en donde hoy se encuentra la calle de Gante, en nuestra urbe populosa y agitada.7 LOS ILUSTRES MARQUESES DE ALTAMIRA Cuatro años llevaba ya en el gobierno de esta Nueva España, como Virrey y Capitán General de ella, el excelentísimo señor don Gaspar de 7
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la Cerda Sandoval Silva y Mendoza, Conde de Galve, en el año de 1692, cuando ocurrió en la ciudad de México un acontecimiento que será eternamente memorable, tanto por las muchas desgracias y calamidades que en él acontecieron, como por la lección que desde entonces recibieron los malos gobernantes que se niegan a satisfacer las necesidades de su pueblo, y que, engreídos por la autoridad de que disponen, cierran sus oídos a los clamores de los pobres. Sucedió que, ya dos años antes, las cosechas de maíz, alimento principal de nuestro pueblo, habíanse perdido en casi toda la extensión de nuestro país; pues aunque se decía que en algunas regiones de las costas existían cantidades del grano, las enormes distancias, la carencia de caminos transitables por acémila y los elevados costos de los fletes, hacían que en las poblaciones de mayor consumo se careciera de él en lo absoluto. Grandes tumultos hubo en diversas ciudades, amotinada la plebe en aquellos lugares en donde sospechaba se tenía escondido el maíz, para sacarlo a viva fuerza; pero el motín acontecido en la ciudad de México no tuvo igual, ni antes ni después. Irritados los indios hubiéronse de reunir más de doscientos, acordando encaminarse a pedir audiencia al virrey. Llegaron a palacio, ya entonces en número de más de mil; pero el funcionario se negó a escucharlos. La indignación de aquella enfurecida muchedumbre subió de punto y empezaron a oírse gritos y mueras que salían de miles de gargantas. Empezó entonces aquella plebe enfurecida a lanzar piedras sobre las vidrieras de los balcones; los alabarderos y guardias del virrey hicieron fuego sobre los amotinados, pero esto no los contuvo; el virrey huyó a refugiarse en el convento de San Francisco y entonces el pueblo empezó a prender fuego al palacio y a la cárcel real, que estaba contigua y luego al palacio del Ayuntamiento y a las tiendas o cajones del Parián, que, como eran de madera, empezaron a arder en un momento. Por donde quiera se veían llamas de los incendios: aquello parecía el juicio final. Sólo un hombre impávido, un sabio, don Carlos de Sigüenza y Góngora, se vio que, en medio de las llamas, se introdujo al Palacio Municipal para salvar los libros y antigüedades que ahí habían sido guardadas, siendo ellas un gran tesoro para la historia mexicana. Sigüenza fue el héroe de aquella noche. 40
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Pero hubo otro también, y éste fue don Luis Sánchez de Tagle. Era un vecino acaudalado e intrépido y sin arredrarse por las furias del populacho, logró reunir un gran número de hombres de bien y amantes de su ciudad, para salvarla de una conflagración que la hubiera hecho desaparecer. Tal acontecimiento tuvo lugar en la noche del día 8 de junio del año de 1692. Pasados aquellos terribles momentos, serenados un tanto los ánimos, reunióse el comercio de la ciudad, y todos sus miembros, por unanimidad, designaron a don Luis Sánchez de Tagle Capitán de Infantería de las fuerzas del Comercio. Sabedor el rey de España, que lo era Felipe V, de aquel suceso y de la participación tan importante que tuvo el señor Sánchez de Tagle, lo agració con los títulos de Marqués de Altamira y Vizconde de Tagle el 23 de diciembre de 1704, doce años más tarde del suceso a que hemos venido haciendo referencia. Este personaje fue dueño de la hacienda de Santa Ana Pacueco, rico feudo de gran extensión, cuya influencia económica tuvo mucha importancia en la vida comercial de nuestra población. Colocada La Piedad a la falda de una ladera o altozano, formada por ásperas rocas, son pocas las tierras labrantías de que puede disponer y éstas solamente en la estación pluvial. En cambio, la hacienda de Santa Ana, con la vasta extensión que tenía en aquellos siglos ofrecía tierras para el cultivo en cantidad sobrada, con excelentes cosechas, con dehesa para crianza de ganado de toda especie, vacuno, porcino, cabrío y lanar; prolongándose por el norte, hasta la sierra que se llama de Guanajuato, tiene gran cantidad de esquilmos, así en fauna como en flora; piedra para construcción, cal, arena y cuanto se necesita para la vida y prosperidad de los conglomerados humanos. Murió don Luis, el primer Marqués de Altamira y heredó a su única hija doña Luisa Sánchez de Tagle y Dávila, segunda Marquesa de Altamira. Esta señora no tuvo sucesión masculina; murió y dejó su título a su hija doña Manuela Sánchez de Tagle, casada con su primo don Pedro Pérez de Tagle, a cuyas expensas mandó construir el templo parroquial de La Piedad.
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El primer Marqués de Altamira le prestó al rey, sin réditos, un millón trescientos mil pesos; todos los nobles le prestaban dinero.8 EL ALMA DEL PUEBLO Distingue y caracteriza a una ciudad, sobre el conjunto de su caserío, de sus arboledas y jardines, la mole imponente de sus edificios destinados al culto, es decir, sus templos, que como colosos de los siglos guardan, durante la noche, el sueño de sus habitantes o lanzan al aire, durante el día, el son ladino de las lenguas de bronce de sus elevados campanarios. Lo primero que saluda al viajero, al llegar a una ciudad, es la torre de su iglesia. Véamosla entre la bruma de la distancia como un dedo de piedra que apunta al firmamento, que nos hace señas y que nos invita a penetrar a una población que tal vez para nosotros es todavía desconocida. Así, también, al llegar a nuestra ciudad vemos a la distancia el dedo de piedra, que apunta al cielo, de la iglesia parroquial. No tiene ojivas ópticas, ni celados encajes morunos, ni las líneas severas del arte clásico; la torre de nuestro pueblo es modesta, fue labrada por humildes artesanos de la cantera, pero es para nosotros la más amada de todas las torres, porque a su sombra hemos nacido, porque en su derredor jugamos en nuestra infancia; porque hemos repicado sus campanas en los días de las fiestas; porque ella ha presenciado el desfile de nuestros muertos queridos y porque junto a ella ansiamos reposar el sueño del que nunca se despierta jamás. Esta iglesia, que sustenta esta torre, esta iglesia que vemos a muchas leguas de distancia al llegar a nuestra ciudad, fue levantada en el año de 1741, debido a la devoción y munificencia del propietario de la hacienda de Santa Ana Pacueco, don Pedro Pérez de Tagle. Aparte de los elementos pecuniarios de don Pedro de que haya podido disponer, contaba con la buena voluntad y la cooperación del vecindario de este lugar, que en aquellos años ascendía, aproximadamente, a tres mil habitantes, considerando el de los 8
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pueblos, haciendas y ranchos del mismo curato. La cooperación del vecindario, de suyo pobre, tenía que ser en forma de faenas o trabajo personal, acarreando piedra, arena, cal y todos los materiales para la construcción. Ahora, que hemos presenciado las reformas que a dicho templo se le están haciendo (1956), podemos apreciar el esfuerzo de aquellos nuestros antepasados para acarrear tan enorme cantidad de piedra negra, para construir los elevados y gruesos muros; la cantidad de mezcla que hubo necesidad de batir, y, muy especialmente, la sólida construcción, que ha resistido el embate de dos siglos sin una cuarteadura, sin un desperfecto que pueda poner en peligro su estabilidad. El templo parroquial, a que nos estamos refiriendo, no puede enorgullecerse de ser una obra de arte arquitectónico, semejante a las que, de la época colonial nos quedaron en diversos lugares; por ejemplo el convento de Yuriria, el colegio de Tepotzotlán u otros, no; su fachada es modesta, el arco del pórtico es de líneas sobrias, con ligeros adornos al gusto de su época, al igual que la ventana del coro, colocada con gallarda simetría sobre la puerta principal. Lo que admiramos en esta construcción es su solidez; el haberse llevado por todos los vecinos a término debido al tesón de un hombre, ayudado por todos y el plazo tan corto en que se terminó su construcción, que fue el de nueve años. Según lo asienta el cura del lugar don Agustín Francisco de Esquivel y Vargas en su libro "El Fénix del Amor". Los templos semejantes construidos en la época colonial o bien ya en el México independiente, duraron en su construcción de cincuenta a cien años y nuestras grandes catedrales, como las de México, Morelia y Puebla, muy cerca de tres siglos. Quedó terminado el templo, es decir, cerradas sus bóvedas, aunque sin cruceros ni altares, en el año de 1748 y el año siguiente, de 1749 murió en la ciudad de Puebla don Pedro Pérez de Tagle. El templo se estrenó el Jueves Santo de 1750. Mide 48 y medio metros de longitud; 9.15 metros de ancho y el alto de la torre, desde el pavimento es de 36.33 metros. La capilla del Rosario, que le es anexa por el lado oriental fue construida más tarde debido a la devoción de don Blas de Orbaneja cuyo retrato desapareció también de la antesacristía en donde por 43
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muchos años estuvo colocado. Los altares del templo parroquial se construyeron ya en el siglo XIX y son de cantería, todos de un estilo clásico y de un buen gusto. Los altares de la capilla del Rosario eran de madera de cedro, tallada y dorada, de estilo Churrigueresco, semejante a los del Sagrario de México y a los de las Rosas de Morelia. En la década de 1890 fueron destruidos. Omitimos todo comentario.9 DOS PRÓCERES DE LA IGLESIA La iglesia católica ejerció una influencia definitiva en los pueblos de América, recién descubiertos y conquistados, a fines del siglo XV y casi todo el siglo XVI. Esta influencia no solamente se ejercía y era utilizada para la propagación de la fe, sino que se extendía a todos los órdenes de la vida social, política y económica. Los obispos en sus diócesis, los curas en sus curatos, los frailes en sus provincias y prioratos y hasta los simples vicarios o guardianes de las más modestas feligresías, eran quienes determinaban cuanto debía hacerse o evitarse por las gentes de entonces; los virreyes, alcaldes, gobernadores de indios, todos los que tenían una autoridad, estaban sometidos al poder teocrático que se ejercía por el dominio absoluto que se operaba en las conciencias. A los frailes franciscanos, agustinos y dominicos, que vinieron durante los primeros cincuenta años después de la conquista, debe México la existencia de las razas indígenas; ellos las protegieron, de la voracidad de los encomenderos y conquistadores; les enseñaron oficios nuevos, pusieron escuelas de rezar y cantar y algunas veces de leer y escribir; fueron, en una palabra, padres de los sufridos y humillados indígenas. Los nombres de Fray Pedro de Gante, de Fr. Bartolomé de las Casas, de Vasco de Quiroga y de algunos otros, serán inmortales en el corazón de los mexicanos. El primer obispo de Michoacán fue Fr. Luis de Fuensalida, que no llegó a tomar posesión de su cargo. El segundo fue don Vasco de Quiroga, que se considera como el primero, por haber sido quien, de hecho, primeramente, ejerció tales funciones. El trigésimo cuarto 9
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obispo fue don Marcos Moriana y Zafrilla, que ejerció pocos meses; llegó a Valladolid (Morelia) el 10 de febrero de 1809 y falleció repentinamente el 27 de julio del mismo año. Lo sustituyó el canónigo don Manuel Abad y Queipo, que fue presentado ante el Papa como obispo electo y empezó a ejercer sus funciones; pero el Papa no lo aceptó porque era hijo bastardo. Abad y Queipo fue el obispo que excomulgó a Hidalgo y a los insurgentes y marchó a España al empezar la guerra de independencia. Al llegar a España, el rey lo mandó aprehender y lo puso preso, por cuestiones que no es del caso tratar. Dos obispos ejercieron grande influencia en los destinos de nuestro pueblo, La Piedad; ellos fueron don Juan José de Escalona y Calatayud, que gobernó de 1729 a 1737, y el señor don Martín de Elizacoechea, que ocupó la diócesis michoacana de 1746 a 1756. En el largo periodo de tres siglos, en el que hubo treinta y cuatro obispos, solamente estos dos visitaron La Piedad; por eso era aquella expresión que decía "cada venida de obispo", para afirmar que las cosas sucedían con grandes intervalos de tiempo. El señor Escalona y Calatayud llegó a La Piedad, procedente de Pátzcuaro, en marzo de 1734; se hospedó en la casa de la hacienda de Santa Ana Pacueco, de donde concurría a las ceremonias eclesiásticas que tenían lugar en el templo de La Purísima, pues aun no se construía la actual parroquia. Trajo consigo muchos jóvenes para la ordenación sacerdotal, que aquí se celebró; nombró curas para Tanhuato y Penjamillo y estuvo varios días dando confirmaciones, sacramento que jamás se había impartido, recibiéndolo ancianos hasta de setenta años. La visita de este prelado fue muy fructífera así en el orden religioso como en el orden social. El señor Calatayud había nacido en la villa de Quer, pequeña población de la provincia de Guadalajara, en España; estudió en las Universidades de Alcalá de Henares y de Salamanca; desempeñó el obispado de Caracas, de donde fue trasladado al de Valladolid (Morelia). En esta ciudad mandó construir la Calzada de Guadalupe, el templo de San Diego y el de San José. Durante la visita que hizo a La Piedad se rompió una pierna, por lo cual no pudo continuar hasta Colima, que era el curato más lejano de su diócesis.
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El señor Elizacoechea hizo la visita pastoral a esta población en el año de 1752, visita que duró nada más cuatro días. Era este señor oriundo de Azpilcueta, en el reino de Navarra. Fue primeramente obispo de Durango y de ahí vino a Michoacán; mandó construir el templo de Santa Rosa (las Rosas) en Valladolid. Falleció en dicha ciudad muy cerca de los setenta años de edad. El señor Elizacoechea erigió en curato a La Piedad; durante su administración eclesiástica se terminó el templo parroquial y se trasladó la imagen del Señor de La Piedad, de La Purísima a su templo, en donde hasta hoy se encuentra. Estos fueron los dos obispos que visitaron nuestra población durante los tres siglos de vida colonial.10 EL JOVEN MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA Sabido es, porque así nos lo relatan historiadores, que la madre del señor cura don Miguel Hidalgo, doña Ana María Gallaga, quedó huérfana de padre y madre cuando apenas contaba cuatro años de edad. Diéronle albergue, educación y cuidado sus tíos don Manuel Mateo Gallaga y la esposa de éste doña Águeda Villaseñor, que vivían en el rancho de Jururemba, Mich., entrando Ana María a formar parte de la familia al lado de sus primos. Esta familia, en el año de 1749 cambió su residencia al rancho de San Vicente del Caño que era una fracción de la hacienda de Corralejo, en el curato de Pénjamo. La familia de los esposos Gallaga, con quien se crió la niña Ana María, estaba formada por cuatro hijos, que eran José Antonio, Vicente Francisco, Basilio y Rita. Los dos primeros estudiaron en Valladolid, hoy Morelia, hasta ordenarse sacerdotes. Casi al mismo tiempo que don Manuel Mateo Gallaga tomaba en arrendamiento el rancho de San Vicente, llegó a la hacienda de Corralejo, con el carácter de administrador, un honorable caballero, ya hombre maduro, pues tendría entonces más de treinta años, llamado don Cristóbal Hidalgo y Costilla, que empezó a frecuentar la casa del arrendatario de San Vicente, en donde conoció a la sobrina 10
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de éste, la joven Ana María, que contaba diecisiete años; era bonita, hacendosa y discreta. El señor Hidalgo pidió la mano de la joven y se casaron al año siguiente (1750), viviendo en Corralejo y de cuya unión tuvieron varios hijos, siendo el segundo de ellos el Padre de la Patria don Miguel Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte, quien nació en Corralejo el 8 de mayo de 1753. Entre tanto estos acontecimientos se desarrollaban, los primos de Ana María que estudiaban en el Colegio de San Nicolás de Valladolid, se ordenaron de sacerdotes y empezaban a desempeñar curatos, habiéndole tocado en suerte al entonces pueblo de La Piedad, que el presbítero don José Antonio Gallaga fuera designado cura beneficiado de dicha población, en el año de gracia de 1761, precisamente el día 19 de septiembre. En este curato permaneció 16 años, es decir, hasta el año de 1777. Cuando administraba la parroquia de La Piedad el señor cura Gallaga eran estudiantes del Colegio de San Nicolás de Valladolid sus sobrinos Joaquín y Miguel Hidalgo y Costilla, hijos ambos de su prima Ana María, y éstos, en la temporada de vacaciones que pasaban en Corralejo, venían a La Piedad todos los años en el mes de diciembre para pasar al lado de su tío las fiestas del Señor de La Piedad en la Nochebuena, que desde entonces tenía fama en todo el contorno por lo alegres y rumbosas y a la que acudían viajeros, comerciantes y gentes de toda clase y condición desde Guadalajara, Ocotlán y La Barca, por el poniente, hasta los pueblos llamados del Rincón (San Francisco y Purísima), León, Celaya, Irapuato y demás lugares que están al oriente de nuestra población. He aquí, pues, al Padre de nuestra Patria don Miguel Hidalgo y Costilla paseando por las callecitas, antaño muy humildes, de La Piedad; tendría entonces de quince a veinte años de edad, pues pasaba esto entre los años de 1765 a 1770 y don Miguel (le antepondremos ya el Don) había nacido en 1753. Doña Ana María Gallaga falleció al dar a luz al quinto de sus hijos, el que con el tiempo habría de ser el señor licenciado don Manuel Mariano Hidalgo. Doña Ana María murió joven todavía, a la edad de treinta y un años y fue sepultada en Pénjamo. Todos sus hijos quedaron muy pequeños y Miguel, el futuro Libertador, tenía apenas unos ocho años. 47
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Dice el historiador Amaya: "El segundo matrimonio de don Cristóbal Hidalgo y Costilla tuvo lugar en La Piedad el 12 de octubre de 1763, con la señora doña Rita Toribia Peredo y Ramírez, viuda, desde seis años antes, de don Nicolás Cárdenas. De este segundo matrimonio fueron dos hijos: don Félix Mariano Hidalgo y Peredo, que fue tesorero del ejército insurgente y murió fusilado por los realistas en Chihuahua, en el año de 1811 y el niño Cristóbal Hidalgo y Peredo, que falleció en la infancia. Falleció doña Rita Peredo y Ramírez y don Cristóbal volvió a casarse en terceras nupcias. En el año de 1775, por las fiestas de Navidad vino a La Piedad don Cristóbal Hidalgo y Costilla. En esta visita aconteció que, entre las muchas personas que habían venido de fuera a las fiestas de Navidad, se encontraba la familia de don Manuel Ramos Ortiz de Bracamonte, rico hacendado de origen español que radicaba en Numarán y que era propietario de una hacienda inmediata a dicho pueblo. Entre las hijas de don Manuel descollaba por su juventud y hermosura la señorita Jerónima, de cuyas cualidades quedó prendado don Cristóbal, quien pidió su mano y otorgada que le fue celebróse el matrimonio en el pueblo de Numarán, de donde era nacida doña Jerónima Ramos y Origel, tercera esposa, y, por consiguiente, segunda madrastra de Hidalgo. De este tercer matrimonio tuvo don Cristóbal cuatro hijos, que fueron Juan, Vicenta, Joaquina y Agustina Lucía Hidalgo y Ramos. Todavía existen en nuestra ciudad y sus contornos familias Ramos, que son descendientes directos de aquel don Manuel Ramos Ortiz y Bracamonte, que procedente del reino de Castilla la Vieja vino a la Nueva España a mediados del siglo XVII y que fue suegro del padre del cura Hidalgo.11 LA BATALLA DE UREPETIRO Después de la acción del Monte de las Cruces, primera batalla campal librada entre realistas e insurgentes y ganada por éstos, hubo 11
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diferencia de criterio entre los jefes independientes sobre si se debería atacar o no a la ciudad de México, que se encontraba ya a unas cuantas leguas, pues habían avanzado hasta el pueblo de Cuajimalpa. Prevaleció la idea de regresar al interior del país, porque, dijeron, con una tropa bisoña no se podría resistir el empuje del general Flon que venía de Puebla y el del general Calleja, que avanzaba de San Luis Potosí; la derrota de los insurgentes hubiera sido segura dentro de la ciudad de México. Convinieron, pues, en regresar y seguir el camino para Guadalajara, que acababa de ser tomada por el "Amo Torres", don José Antonio, originario de San Pedro Piedragorda; Allende seguiría el camino de Guanajuato e Hidalgo el de Valladolid, (Morelia) reuniéndose en la primera ciudad nombrada. No es nuestro intento relatar los pormenores de ese largo y penoso viaje, en el que tuvieron que pelear con Calleja en Aculco, y Allende, con este mismo general, en Guanajuato; solamente diremos que Hidalgo llegó primero a Guadalajara, el 26 de noviembre, y Allende se le incorporó hasta el 12 de diciembre, empezando a organizar el gobierno insurgente; se nombraron, dos Ministros de Estado, un Embajador para los Estados Unidos, se expidieron varios decretos, se publicó el primer periódico insurgente y se prepararon a resistir a los realistas, que ya venían en su seguimiento. Pero para narrar lo que nos proponemos, es justo retroceder unos cuantos días. El señor cura Hidalgo llegó el día 10 de noviembre y permaneció en dicha ciudad hasta el 17, reponiéndose de algunas pérdidas sufridas en el viaje penoso desde las inmediaciones de México. Salió de Valladolid por el rumbo de la Quemada hasta la hacienda de El Cuatro y de ahí avanzó hasta Ziquítaro, inmediato a Penjamillo, en donde las fuerzas insurgentes rindieron su segunda jornada. De Ziquítaro salieron rumbo a Tlazazalca y de ahí a Zamora, en cuya población fueron muy bien recibidos los insurgentes (día 19 de noviembre). En esta población, dicen los autores de "México a través de los siglos", las autoridades y vecinos le hicieron un donativo de siete mil pesos para los gastos de guerra. En cambio de estas simpatías y adhesiones, el señor Hidalgo le dio a Zamora el título de ciudad, elevándola de categoría. 49
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La noche que pernoctó en Ziquítaro el señor Hidalgo, con la gente que venía a sus órdenes, se le presentó una gran cantidad de vecinos de La Piedad, todos montados y armados, unos con mosquetes de chispa, otros con machetes y lanzas, que era lo que entonces se acostumbraba; pero todos, eso sí, con caballos muy buenos. Los acaudillaba el cura del lugar, don José Antonio Macías y era su segundo en jefe un vecino de bastante valor y prestigio, don José de Herrera que por su popularidad la gente del pueblo lo conocía por don Chepe de Herrera. Los piedadenses le ofrecieron al señor Cura Hidalgo sus servicios, pidiendo ser incorporados a sus filas; pero el caudillo los contuvo, diciéndoles que permanecieran en el pueblo para lo que pudiera ofrecerse, atacando a las fuerzas realistas que se presentaran. El señor Cura Macías, como Morelos, Verduzco y otros sacerdotes insurgentes, había sido discípulo del señor Hidalgo en el Colegio de San Nicolás, y como todos ellos, sentía en su corazón el amor por la independencia que su ilustre maestro había sabido inculcarles. Así pues, ambos curas, Hidalgo y Macías, eran amigos e identificados con los mismos principios. Volvieron los piedadenses a su pueblo (que pueblo era todavía), en espera de que se presentara la ocasión de recibir su bautismo de sangre en una acción guerrera. La ocasión no tardó en presentarse. El brigadier don José de la Cruz, por orden del virrey salió de México en persecución del señor Hidalgo, y no encontrándolo ya en Valladolid se propuso seguir hasta Guadalajara. Llegó Cruz a Valladolid el día 29 de diciembre (1810) en donde permaneció unos cuantos días, pues intentaba atacar a Guadalajara en combinación con las fuerzas de otro jefe realista, don Félix María Calleja, para desbaratar a los independientes. El señor cura Hidalgo fue avisado de la rápida marcha del brigadier Cruz, y para impedir el que se uniera con Calleja, le dio órdenes al coronel don Ruperto Mier para que saliera de Guadalajara al encuentro de Cruz y lo combatiera, para evitar la reunión e los dos generales realistas. Al mismo tiempo mandó un correo violento al cura Macías para que, con la gente de La Piedad saliera a auxiliar a Mier, obrando ambos en combinación. 50
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El coronel don Ruperto Mier salió de Guadalajara y llegó a Zamora; pero sabedor de que se acercaba el brigadier Cruz por Tlazazalca, resolvió fortificarse en el Puerto de Urepetiro cuatro leguas al oriente de Zamora y ahí esperar la embestida del realista. El lugar escogido por Mier era magnífico: las defensas naturales, a un lado y otro de la cuesta, son casi inexpugnables. El parte del brigadier Cruz, muy exagerado en todo, dice que Mier llevaba de diez a doce mil hombres y veintisiete cañones; pero la verdad era que no contaba sino con dos mil soldados, valientes, pero poco prácticos en el arte de la guerra. Los insurgentes de La Piedad salieron por Zináparo y Churintzio y espiando el movimiento de la gente de Cruz, dejaron que pasara de Tlazazalca y fueron a situarse a esta población, para atacarlos por la retaguardia, ataque que no se esperaba el realista. La batalla se libró el día 14 de enero de 1811, Cruz dividió a su gente en tres fracciones: la del centro a su mando, el ala derecha la confió al coronel don Ignacio García Illueca y el ala izquierda al coronel don Pedro Celestino Negrete y se formalizó el ataque, que duró varias horas sin que pudieran desalojar los realistas a los insurgentes de sus posiciones. Pasado un tiempo, el ataque de los piedadenses se dejó sentir por el lado de Tlazazalca; vuelve el general Cruz para defender su retaguardia y el coronel Ruperto Mier, creyendo que huían los realistas, abandonó las posiciones del cerro y bajó al llano; el ala derecha y la izquierda la envolvió y perdió la batalla, cuyo éxito, si hubiera permanecido sin moverse, estaba asegurado. Los de La Piedad, al ver el desastre, motivado por la festinación de Mier, se replegaron en orden a Tlazazalca y de ahí al lugar de su origen, sin haber sufrido mayores pérdidas. De esta manera perdieron los insurgentes una acción que tenían casi ganada y que fue de fatales consecuencias. Mier marchó a Guadalajara a dar cuenta de su derrota al señor Hidalgo y éste, informado con amplitud del hecho, reprochó a Mier su conducta muy severamente; por lo cual optó éste por retirarse de la insurgencia. El general Cruz avanzó sobre Guadalajara y llegó cuando la batalla del Puente de Calderón había pasado; permaneció en esa Provincia, como Intendente, durante los once años de lucha por la 51
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libertad. El coronel don Pedro Celestino Negrete quedó de destacamento en Zamora; ahí se casó y adquirió grandes propiedades, se hizo muy rico, pues fue dueño de la hacienda de Guaracha y de Buena Vista de Negrete, hoy Vista Hermosa de Negrete, ese apellido tal vez se lo dieron por uno de sus dueños, don José María Martínez Negrete, nieto del jefe realista de que hablamos.12 EL INSURGENTE RAYÓN SE REPONE DE SUS FRACASOS Después del terrible descalabro que sufrieron las tropas insurgentes el día 7 de enero de 1811 en el Puente de Calderón, inmediato a Guadalajara, los primeros caudillos con sus diezmadas huestes se encaminaron a Aguascalientes, de ahí a Zacatecas, hasta llegar a Saltillo después de un mes de larga caminata llena de penalidades. El proyecto de Hidalgo, Allende y sus demás compañeros, era el acercarse a los Estados Unidos, pues ya San Antonio de Béjar (hoy San Antonio Texas) estaba en poder de los insurgentes. Pero mientras ellos marchaban hacia el norte, no debería quedar desguarnecido el centro y sur del país, en donde ya había muchísimas partidas de independientes, las cuales necesitaban una autoridad que encauzara y dirigiera su acción, es decir, que se formara un gobierno. En junta de generales celebrada en Saltillo el día 16 de marzo, se acordó que regresara al centro del país el general Ignacio Rayón, en quien los jefes tenían plena confianza por su talento, disciplina y espíritu organizador. Así pues, con poderes omnímodos y como representante de los primeros jefes, regresó el abogado Rayón, saliendo de la mencionada ciudad el día 26 del citado mes de marzo. Acompañaban a Rayón, como subalternos, un brillante conjunto de patriotas que habrían de distinguirse más tarde por su valor heroico durante los once años que duró la guerra por nuestra libertad; algunos de ellos tuvieron una muerte gloriosa, que los ha hecho pasar a las páginas de la historia con el honroso título de héroes de la patria; ellos fueron don Víctor Rosales, don Juan Pablo Anaya, don Manuel
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Villalongín, don José Antonio Torres, "el amo Torres", como generalmente era conocido y don José María Rayón. ¡Ah, qué penoso fue el recorrido que hicieron nuestros abnegados patricios! Bajo el calor sofocante de aquel mes de abril atravesaron la distancia que separa Saltillo de Zacatecas, sufriendo la falta de víveres y la carencia casi absoluta de agua; luego una peste de disentería que mató a muchísimos soldados, cuyos cadáveres quedaban regados en el camino; murió entonces don José María Anzorena, que había sido nombrado por Hidalgo Intendente de Valladolid, y, para mayores males, el primero de abril sufrieron el ataque del realista Ochoa, en Puerto de Piñones, saliendo vencedores los insurgentes, que pudieron atacar y tomar la ciudad de Zacatecas el día 17 de abril. En este mineral los insurgentes adquirieron muchos elementos de guerra y dinero; fundieron cañones y Rayón ordenó se beneficiaran los metales extraídos de las minas por su orden y pudo hacerse de una buena cantidad de oro y plata para socorrer a sus tropas. Menos de un mes estuvo Rayón en Zacatecas pues temía el ataque del realista don Félix María Calleja, que se encontraba ya en San Luis Potosí. Su propósito era llegar cuanto antes a Michoacán, región de clima benigno, en la que encontraría toda clase de provisiones, y, además, muy conocida por él y por su gente, por ser todos de este rumbo. Así pues, dejando al general Rosales en Zacatecas, Rayón tomó el camino del sur, pasando por la hacienda de Pabellón, en el hoy estado de Aguascalientes; pero fue alcanzado por el coronel realista don Miguel de Emparán mandado por Calleja en su persecución, librándose el combate del rancho del Maguey el día 7 de mayo (1811). Atacaron a Rayón el nombrado coronel Emparán y sus segundos don Diego García Conde y el Conde de Casa Rul, con tres mil hombres y varias piezas de artillería. Grande fue el descalabro que sufrió Rayón esta vez; pues en la acción del Maguey perdió cuanto había acopiado en Zacatecas, y lo que es más de lamentarse, la dispersión casi total de su gente. No le quedó otro recurso después de la derrota sufrida que seguir para Michoacán. Pasando por los pueblos del Rincón y luego por San Pedro Piedragorda, llegó a La Piedad a mediados del mes de mayo de 1811. El Mariscal don Juan Pablo Anaya le dio orden de que se situara 53
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en Jesús María, para prevenir un posible ataque de parte del Brigadier Cruz, que se encontraba en Guadalajara, y a don Manuel Villalongín lo destacó por el rumbo de Santa Fé para repeler cualquier ataque de los realistas de Valladolid; Rayón, entre tanto, con muy escasa tropa se instaló en la población de La Piedad, resuelto a reponerse de su inmediato fracaso. Los autores de "México a Través de los Siglos", así como los historiadores Alamán y Bustamante, refieren la permanencia del general don Ignacio Rayón en La Piedad y afirman que llegó sumamente abatido, tanto por la derrota sufrida en el Maguey, como porque sus subalternos se habían dispersado para obrar por su cuenta llevándose el dinero y las armas que con tanto trabajo había podido conseguir y sacar de Zacatecas; pero dicen textualmente: "No por esto se abatió la ingénita actividad de Rayón, quien logró (en La Piedad) reunir treinta mil pesos y cerca de doscientos hombres; acopió armas y montó tres cañones que halló enterrados". Esta fue una pequeña, pero eficaz contribución que nuestros antepasados dieron a la causa de la insurgencia. Pero más que el dinero, las armas y los hombres aquí reunidos, debemos hacer notar que en los días en que el general Rayón se encontró en La Piedad, se levantó su ánimo abatido, se moralizó y disciplinó su gente y fue para todos, esta tierra, como un oasis después de las duras penalidades sufridas por espacio de dos largos meses, desde Saltillo hasta La Piedad. A fines de mayo salieron Rayón y su gente rumbo a Zamora. En este lugar organizó una tropa de más de cuatrocientas plazas que puso a las órdenes de don José Antonio Torres, con instrucciones de que marchase a Pátzcuaro y, en compañía del Padre Luciano Navarrete y del comandante de Tacámbaro don Manuel Muñiz debería atacar a Valladolid, plaza que estaba defendida por el comandante realista Linares. El ataque de los insurgentes a Valladolid, mandados por Torres, Muñiz, Navarrete y otros, se efectuó el día último de mayo (1811), con mala fortuna, pues tuvieron que retirarse sin poder posesionarse de la plaza. Pero de todas maneras, el hecho de armas fue muy favorable a Rayón, pues él le dio ocasión de abrirse paso por la mitad de la Provincia, de occidente a oriente, para ocupar la población de Zitácuaro, que ya había sido tomada por el insurgente don Benedicto 54
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López. En Zitácuaro instaló Rayón la Soberana Junta Nacional Americana, que fue el primer gobierno que tuvieron los insurgentes. Las órdenes de Hidalgo quedaron cumplidas, había ya un gobierno nacional.13 EL "TERRIBLE" PADRE TORRES La lucha por nuestra independencia se divide en cuatro etapas o periodos, a saber: La Iniciación, que comprende desde el grito de Hidalgo en Dolores la madrugada del 16 de septiembre de 1810, hasta la muerte de los primeros caudillos en Chihuahua, en julio de 1811; la Organización o sean las campañas del señor Morelos, la instalación del Congreso de Chilpancingo, la expedición de la Constitución insurgente de Apatzingán, hasta la muerte del Generalísimo en diciembre de 1815; la Resistencia, que comprende los esfuerzos de muchos jefes y caudillos para mantener viva la llama del patriotismo fortificando lugares estratégicos, tales como el fuerte de Cóporo, el del Sombrero, el de los Remedios, el de Jaujilla y llevando a cabo una guerra sin cuartel, fuerte y despiadada, por conseguir el bien supremo de la libertad y, por último, la Consumación que fue la unión de insurgentes y realistas por medio del Plan de Iguala para lograr la separación de nuestro país de la metrópoli española, en 1821. En esos cuatro periodos los piedadenses tomaron parte muy activa; así los vemos concurriendo a la célebre batalla de Urepetiro; ayudando a Rayón para reorganizarse y contribuyendo, al lado de Iturbide, a liquidar los últimos restos del poder virreinal. En la tercera de estas etapas a que antes hicimos mención, La Piedad sufrió un incendio, de tanta consideración, que estuvo a punto de hacerla desaparecer del mapa del país; doloroso tributo que los hijos de este pueblo pagaron para conseguir la independencia de nuestra patria. En el mes de febrero de 1818 el insurgente Antonio Torres cayó por sorpresa al pueblo de La Piedad y sin causa ni razón de ninguna especie, movido nada más por sus instintos sanguinarios y 13
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destructivos, mandó a las chusmas que le prendieran fuego a las casas, consumándose así uno de los actos más dolorosos que ha sufrido nuestra tierra. Los piedadenses, si bien sintieron profundamente los daños que en sus propiedades les causó el atropello de las chusmas del padre Torres, no por eso se desmoralizaron. Ocurrieron en demanda de ayuda al Intendente de la Provincia y pudieron reparar sus males muy en breve. Era Intendente de la Provincia de Michoacán el señor don Manuel Merino y Moreno, que la gobernaba desde el año de 1811. El señor Moreno había sido Secretario del Virreinato, era hombre ilustrado y prudente y permaneció en su cargo hasta los primeros meses del año de 1821, antes de consumarse la independencia. Dispuso, este probo magistrado, que a cada uno de los vecinos de nuestra tierra se les suministraran, con cargo a los fondos del Real Tesoro, las cantidades suficientes para reparar sus casas, las que fueron reconstruidas con buen gusto, de sólida cantería y aprovechando no solamente el barrio de La Purísima en donde antes se encontraba el mayor número de viviendas, sino las inmediaciones del templo parroquial en donde, desde entonces, se empezó a formar el centro de la futura ciudad, sin un plan preconcebido ciertamente, por lo cual su configuración resultó irregular. Muy en breve nuestro pueblo pudo repararse de los daños sufridos y su vecindario aumentó considerablemente; pues según la Estadística publicada por el señor don Juan José Martínez de Lejarza en el año de 1822, tres años después de reconstruida, La Piedad tenía cuatro mil novecientos habitantes que se dedicaban a la agricultura, el comercio y a la industria.14 EL JEFE DEL EJÉRCITO TRIGARANTE Llegó Iturbide a Santa Ana Pacueco el día 24 de abril de 1821 y se hospedó con un lucido séquito de militares, muchos empleados,
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tropas abundantes, gentes aduladoras, una imprenta portátil y cuantos acomodaticios se agregan al sol que nace. Desde Santa Ana envió una comunicación al Brigadier don Pedro Celestino Negrete, que estaba en Zamora, invitándolo a tener una entrevista. Le contestó Negrete que la tendrían en Yurécuaro, tanto por serle más cómodo el viaje como por estar cerca de su hacienda de Buenavista. Iturbide aceptó, saliendo de Santa Ana el día 26; llegó a La Piedad y apeándose del caballo penetró con sus acompañantes a la parroquia para visitar a la santa imagen que ahí se venera y que le da nombre a nuestro pueblo. Esto lo sé porque se lo contó a mi padre don José Ma. Pegueros, que vivía en la plazuela de La Purísima; este señor lo presenció, siendo muchacho, pues murió casi centenario, a fines del siglo pasado. Siguió Iturbide su camino, llegó a Yurécuaro y ese mismo día tuvo la entrevista, resultando de ella que Negrete se adhirió al Plan de Iguala; en el lugar de la entrevista hay una placa de mármol que recuerda el hecho histórico. Desde Yurécuaro puso Iturbide una carta al Brigadier don José de la Cruz, solicitando una entrevista, la cual se tuvo después de muchas comunicaciones, porque Cruz se negaba; tal entrevista fue celebrada en el rancho de San Antonio, perteneciente a La Barca; el encuentro, aunque afectuoso, pues ambos habían sido compañeros, fue rápido. Por un principio de dignidad (Cruz era español), éste se negó a aceptar el Plan de Iguala. Se ofreció a mediar con el virrey para que las cosas se arreglaran pacíficamente, y sin llegar a un acuerdo, se separaron. Iturbide regresó a Yurécuaro, de ahí nuevamente a La Piedad y tomando el camino a Penjamillo (antes había llegado de León) siguió hacia Huaniqueo y luego a Chucándiro, en donde se instaló con sus tropas para esperar la respuesta de la comunicación que le envió al coronel don Luis Quintanar, Comandante de Valladolid (Morelia).15
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EL DOCTOR CAVADAS: UN BENEFACTOR INSIGNE Durante el primer tercio del siglo XIX dio la iglesia mexicana, a nuestra patria, sus más valiosos elementos; hubo entre ellos políticos de altura, educadores, filántropos y hombres de ciencia cuya huella jamás se borrará en los pueblos que favorecieron con su acción bienhechora, ni sus enseñanzas de la mente de los hombres, ni la gratitud que supieron inspirar en el corazón de las generaciones presentes y futuras. Si pretendiéramos estudiar la causa que originó esa pléyade de eclesiásticos dignos, la encontraríamos en el libre acceso que tuvieron los jóvenes criollos y mestizos a los estudios superiores en los Colegios Seminarios, en la segunda mitad del siglo XVIII; al desarrollo de éstos cuando fueron suprimidos los colegios regenteados por los jesuitas, quienes daban una enseñanza casi reservada para las clases aristócratas, en tanto que los Seminarios abrieron sus puertas a los jóvenes de extracción social humilde, quienes, a su vez, favorecieron al pueblo de donde habían salido: he ahí manifiesta la importancia de la educación popular. No mencionamos, por ser de todos conocidos, los nombres de los héroes y caudillos que, siendo sacerdotes, tomaron parte activísima en la lucha por nuestra emancipación de la tutela de España; bastaría recordar los nombres de Hidalgo, de Morelos, de Matamoros, de Manuel Sabino Crespo, del padre Mier, de Ramos Arizpe y de tantos y tantos otros que con su espada o con su pluma o sacrificándose en el cadalso, contribuyeron a darnos patria. Hablando del Estado de Michoacán, vamos a recordar a unos cuantos eclesiásticos que en la época a que nos estamos refiriendo, primer tercio del siglo XIX, trabajaron activamente en el terreno social por elevar las condiciones de los pueblos recién salidos de la opresión de tres siglos de esclavitud colonial. Esos sacerdotes modelo, someramente enumerados, son éstos: Don Juan Pastor Morales, precursor ideológico de la Independencia; estuvo preso en México, en el tribunal de la Inquisición por haber manifestado, a fines del siglo XVIII, ideas en contra de la tiranía de los monarcas y ser simpatizador de la Revolución Francesa; más tarde fue diputado al primer Congreso del 58
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Estado de Michoacán y autor del proyecto de Constitución. Al morir dejó dos haciendas (Tecacho y Bellas Fuentes) para el fomento de la instrucción pública; su nombre lo lleva Huaniqueo de Morales. Don Juan Bautista Figueroa, trabajó incansable durante su larga vida en beneficio de todo el vecindario de Zinapécuaro; creando industrias, fomentando el comercio, estableciendo centros de beneficencia y siendo un apóstol de la caridad. El nombre de este cura lo lleva Zinapécuaro de Figueroa. Don Manuel de la Torre Lloreda, cura de Santa Clara y de Pátzcuaro, poeta eminente; fue conspirador en favor de la Independencia, en Valladolid, en el año de 1809 y por ello fue reducido a prisión. Fue diputado al primer Congreso Constituyente michoacano y Consejero de Gobierno. Don Mariano Rivas fue el reorganizador del Colegio Seminario de Morelia, miembro de la Junta Lancasteriana de Instrucción Primaria, fundador de la Primera Escuela Normal de Morelia, en el año de 1832. Don Gerónimo Villavicencio, fundador del Colegio Seminario de Zamora, hombre amante de la cultura y del progreso. Lugar especial merece, en nuestra gratitud y cariño, el benemérito cura de La Piedad don José María Cavadas, con cuyo apellido, por decreto de la Legislatura, se honra nuestra ciudad. Nació este ilustre sacerdote en la ciudad de Zamora en el año de 1778, de padres de mediana posición social. Hizo sus estudios en el Seminario de Valladolid (Morelia) hasta ordenarse de sacerdote, dedicándose al ejercicio de su ministerio en diversos lugares, hasta ser promovido a nuestra población, de cuyo curato tomó posesión el día 19 de diciembre de 1830. Era el señor cura Cavadas muy amante del progreso, así en el orden moral como en el material; esto último lo inclinó a estudiar materias científicas que no eran, generalmente, estudiadas en aquellos años, tales como las matemáticas y la física, las matemáticas como base de todas las ciencias; por esa razón, él, así como el señor don Juan José Pastor Morales, a quien ya nos referimos en párrafo anterior, eran consumados matemáticos. Con estos conocimientos le fue fácil abordar los problemas de la física, tales como los estudios de electricidad y de mecánica y del cálculo de resistencias en la arquitectura y construcción. De sus 59
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conocimientos de física nos queda el recuerdo de haber sido el señor Cavadas el introductor de los pararrayos a la ciudad de Guadalajara, que, por especiales condiciones atmosféricas, era víctima de constantes descargas eléctricas. De sus conocimientos como arquitecto quedó el trazo de la catedral de Zamora entonces parroquia, en 1830. Pero la obra maestra de este insigne sabio fue el puente sobre el río Lerma, que ha sido uno de los más grandes beneficios que nuestro pueblo ha recibido, ya que de esta manera se desarrolló su vida económica fomentándose el comercio, la agricultura y las pequeñas industrias textiles, que le han dado la vida a los habitantes de este poblado. Las fuertes avenidas de aguas en el río Lerma, durante la estación pluvial, lo hacían invadeable y quedaba La Piedad incomunicada con el vecino Estado de Guanajuato durante seis meses, de junio a noviembre, que sólo se podía atravesar en grandes canoas. En la temporada de secas se pasaba por el llamado Vado Real, que se encontraba en donde hoy es la Quinta. Cuenta la tradición que un domingo, encontrándose el río muy crecido y al ser atravesado éste por una barca cargada con familias procedentes de los ranchos del vecino Estado de Guanajuato, una corriente impetuosa arrastró la embarcación, pereciendo ahogados absolutamente todos los pasajeros. Este hecho llenó de consternación a todo el vecindario y el señor cura Cavadas se propuso construir el puente, para evitar en lo futuro tales desgracias que casi cada año, en mayor o menor escala, sucedían. El puente se comenzó a construir en abril del año de 1832 y se terminó en noviembre de 1833; un año siete meses duró la obra. El plano lo trazó el mismo cura Cavadas y se le hizo un tajo al río para que su caudal disminuyera, temporalmente, más allá del casco de la hacienda de Santa Ana, en el llamado Paso Blanco, para desaguar dicho tajo antes de llegar a lo que es hoy el puente del ferrocarril. Tiene el puente sesenta y siete metros de longitud y ocho y medio metros de ancho. Tiene once arcos del más puro estilo románico; todo está construido de cantera de la mejor calidad; las rampas que le dan acceso son amplias y de suave declive; por ambos lados tiene sus 60
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balaustradas y un monumento en forma de estípite sirve para hacerle saber al viajero lo más importante de la construcción, pues tiene tres leyendas en otras tantas caras. Dicen así las expresadas leyendas: Para tu perpetua comodidad ¡Oh caminante! Los vecinos de La Piedad Edificaron este puente con tal celeridad que el primero de abril de 1832 se comenzó y en noviembre de 1833 se pasó por él. Promovedor ecónomo y director de este puente el Dr. José María Cavadas y prestó 7260 pesos. Lo ejecutó el maestro don Tomás Sandoval. Para esta obra en 1807 los principales vecinos ofrecieron prestar 40 mil pesos. Obtenida la licencia del Virrey no se hizo porque el presupuesto fue de 60 mil pesos y en 1834 se construyó con menos de la cuarta parte de lo presupuestado. Hay dos fechas, en la leyenda, que parecen contradictorias; una dice el año de 1833 y otra en el año de 1834; pero se supone que, habiéndose pasado por el puente en noviembre de 1833, los detalles de la obra, tales como rampas, balaustrada, almenas y demás, no se terminaron sino dos o más meses después, es decir, ya en el año de 1834. El costo total de la obra fue de catorce mil pesos, más o menos, pues el dato no es rigurosamente exacto. Creo que en el costo total no se considera el valor del trabajo gratuito de los vecinos y rancheros, que con el nombre de faena desempeñaron por turnos o en los días de fiesta, sin estipendio alguno. El señor cura Cavadas mandó construir el atrio del templo parroquial, que fue destruido para ampliar la calle frontera; se deben también a su iniciativa los altares del interior de la parroquia y los portales que limitan el hoy Jardín Juárez o plaza de armas, como se le llama comúnmente. El señor Cavadas recibió el grado de Doctor en teología, que según informes de personas del clero, le fue conferido por la Universidad de Guadalajara. En premio a su excelente labor parroquial, fue promovido a la dignidad de prebendado de la Catedral de Morelia, por el Ilmo. señor obispo don Juan Cayetano Gómez de Portugal; esto pasó en el año de 1841. En 1842 fue designado Vicario General del obispado y en abril de 1844 falleció en la propia ciudad de Morelia, siendo su muerte muy 61
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sentida por los piedadenses y por cuantas personas lo trataron, o, por referencias, conocieron su labor.16 EL PRONUNCIAMIENTO DEL CORONEL BAHAMONDE Un hecho de trascendencia nacional tuvo lugar en La Piedad, Mich., el 13 de septiembre de 1852: el pronunciamiento del coronel Francisco Cosío Bahamonde; hecho que apenas mencionan los textos de Historia, pero cuya importancia es innegable, dado que ocasionó la caída del Presidente Arista y el derrumbamiento de varios gobernadores de Estados y, en una palabra, del régimen liberal entonces imperante. Pero antes de entrar en materia vamos a dar algunos antecedentes, para que los lectores se compenetren mejor del caso. Después de nuestra funesta Guerra con los Estados Unidos (1846-47) y firmados los Tratados de Paz en la Villa de Guadalupe (1848) entregó el mando supremo de la República el Lic. don Manuel de la Peña y Peña al general don José Joaquín de Herrera, electo democrática y pacíficamente. Este mandatario le entregó el gobierno al general don Mariano Arista el 15 de enero de 1851, electo en la misma forma; por primera vez había elecciones pacíficas y entrega pacífica del mando: parece que la dura lección que acabábamos de recibir hacía entrar en cordura. También en los Estados empezaron a celebrarse elecciones para gobernadores, eligiéndose a hombres progresistas del entonces llamado partido Liberal Moderado, pues no se iniciaba aun la etapa de los radicalismos. En Oaxaca se eligió al licenciado Benito Juárez, en Michoacán a don Melchor Ocampo, en Jalisco al licenciado don Jesús López Portillo y así en las demás entidades federales. El partido Conservador, agazapado por su funesta actitud durante la invasión norteamericana, parecía conforme con lo que sucedía en el país. Pero no era así. Veamos primeramente lo que sucedió en Guadalajara.
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Romero Flores. Op. cit. 62
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En Jalisco, como ya dijimos, gobernaba el licenciado López Portillo, que era un joven ilustrado, inteligente y muy activo y le ocurrió disolver el Cuerpo de Cívicos, especie de soldados voluntarios que dependían del Gobernador. Era jefe de estos Cívicos el coronel José Ma. Blancarte, hombre parrandero y de cierta popularidad entre la plebe, quien no estuvo conforme con la disolución de su tropa y reclamó al Gobernador, por haberes insolutos, la cantidad de tres mil pesos, que el gobierno se negó a pagar. En lugar de los Cívicos, gente escandalosa, el Gobernador creó, por primera vez en la República, el Cuerpo de Gendarmería, ayudado por el Dr. Pedro Vanderlinden, de origen prusiano, amigo de López Portillo. La gendarmería fue uniformada convenientemente y se le dio la instrucción necesaria. Tanto por ser una institución nueva, como porque el primer enemigo del pueblo es el gendarme y más porque los Cívicos les hacían la guerra, el cuerpo de gendarmería era mal visto por la gente de trueno. Agréguese a esto que la propia gendarmería hizo que terminara un bailecito de barrio en donde se encontraba, borracho, el ex coronel Blancarte. Éste juró vengarse y a los pocos días, a las dos de la tarde del 26 de julio de 1852, se pronunció en Guadalajara al frente de buen número de gente al grito de "¡muera López Portillo y muera el gringo que inventó la Policía!". El movimiento populachero cundió rápidamente, y aunque el Gobernador trató de defenderse en el Carmen, como el jefe de las armas federal no se encontraba en el lugar en su puesto, López Portillo salió para Zapotlanejo y de ahí a Lagos. Entre tanto, los pronunciados nombraron Gobernador al licenciado don Gregorio Dávila y ¡aquí no ha pasado nada! El Presidente Arista supo que era un movimiento puramente local, no le dio mayor importancia y cayó López Portillo. Pero Blancarte no era más que un instrumento que le sirvió a la conserva para tentar el terreno y poder operar con seguridad. A los pocos meses, mejor dicho, días, vino el pronunciamiento del coronel Francisco Cosío Bahamonde en La Piedad, el 13 de septiembre. Bahamonde era de Morelia y se encontraba de guarnición en La Piedad. Sus ideas conservadoras, su connivencia con el centro de sus correligionarios en Morelia y en México y, especialmente, las ideas 63
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dominantes entre la gente adinerada de la población, entre la cual figuraba don Ricardo y don Alejo Flores, que vivían en una de las mejores fincas del Portal de Arriba, le dieron la oportunidad de pronunciarse en la fecha indicada. Este no era ya un pronunciamiento localista, era ya nacional; pedíase "la destitución del Presidente Arista, de todas las autoridades que desmereciesen la confianza pública, la permanencia del sistema federal y la vuelta de Santa Anna al poder supremo de la nación…" Al grito de Cosío Bahamonde respondieron don Francisco Velarde, el famoso Burro de Oro, dueño de la hacienda de Buenavista, pronunciándose en Zamora; luego se pronunciaron en Aguascalientes, Mazatlán y otras poblaciones: ¡ahora sí era deveras! En Guadalajara hubo un nuevo pronunciamiento: el del Plan del Hospicio, el 20 de octubre, fraguado por los canónigos y personas de buena posición, que quitaron del gobierno al licenciado Dávila y pusieron al general don José Ma. Yáñez. El Presidente Arista mandó tropas al mando del general López Uraga a reducir al orden a los tapatíos; pero abrazó el partido de los insurrectos y se pasó a su bando. En diciembre fue a atacar Guadalajara el general Miñón, sin más resultados que consumir el parque y fracasar. Al mes siguiente Arista abandonó la Presidencia de la República (5 de enero de 1853), marchándose al extranjero, en donde falleció en agosto de 1855, siendo sepultado en Lisboa, Portugal. Asumió la Presidencia el licenciado don Juan B. Ceballos, que era Presidente de la Suprema Corte de Justicia. El general don Mariano Arista es uno de los Presidentes más honrados que ha tenido México; renunció porque la Cámara le negó facultades extraordinarias para sofocar la revuelta. Salió de Palacio Nacional a pie, por la puerta norte, que en su honor se la llama Puerta Mariana. No llevaba más capital que su reloj de oro, que mandó empeñar ese día. Dejamos un párrafo anterior pronunciado al coronel don Francisco Cosío Bahamonde, con la gente que era a su mando y los rancheros que pudo reunir en el contorno; lo rodeaban algunos civiles, entre ellos, ya dijimos, los señores don Ricardo y don Alejo Flores, que eran de ideas conservadoras. 64
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Con aquella gente pudo el coronel Cosío Bahamonde marchar a Zamora para unirse con la que mandaba don Francisco Velarde, que asumió el grado de coronel, que le ratificó Santa Anna más tarde en pago de sus buenos oficios, así como el Emperador Maximiliano, años después, que le dio el grado de general. La tropa de Velarde "Burro de Oro", llamado así por la gente debido a su ignorancia superlativa, se unió a la de Cosío Bahamonde y marcharon rumbo a la ciudad de Morelia, con el objeto de tomar la capital del Estado. El Gobernador, que lo era don Melchor Ocampo, tan luego que supo el pronunciamiento de La Piedad, puso en pie de guerra a la guarnición y tropas federales de que podía disponer; éstas estaban al mando del coronel don José Ma. Calderón, que murió después, en 1858 en la batalla de Salamanca. Calderón era pariente del señor Ocampo, por parte de su madre doña Francisca Xaviera Tapia; era Calderón Tapia, y se dispuso a ir a combatir a los alzados, que se encontraban ya en la ciudad de Pátzcuaro. En efecto, entre las tropas de Cosío Bahamonde y las del coronel Calderón hubo un encuentro en las lomas de San José, en donde sufrieron un descalabro los revoltosos, replegándose a Pátzcuaro. Sin embargo, los acontecimientos de la capital siempre han marcado el rumbo a los sucesos de los Estados. Habiendo renunciado el Presidente Arista, en los primeros días de enero de 1853, al saber el Gobernador Ocampo este acontecimiento, renunció también en el propio mes de enero, retirándose a la hacienda de San Bartolo, en donde el propietario de ella, el señor Gómez, amigo suyo, le dio hospitalidad, entre tanto pudo volver a su hacienda de Pomoca, por Maravatío. Al renunciar el Presidente Arista, días después, se pronunció en la ciudad de México el general don Manuel María Lombardini a favor de la revuelta y al salir Ocampo del poder se pronunció, por lo mismo, el general don Ángel Pérez Palacios en Morelia, pudiendo Cosío Bahamonde ocupar, con los pronunciados de La Piedad, la capital del Estado. Pero no sacó gran provecho de su pronunciamiento Cosío Bahamonde: en épocas posteriores por lo menos hubiera sido Gobernador del Estado; entonces no; ocupó la gubernatura, por parte 65
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de los alzados, el coronel don José Ugarte, y Cosío Bahamonde fue designado Prefecto del Distrito de Zamora, de donde meses después fue cambiado al de Huetamo. El 20 de abril, meses más tarde de los sucesos que estamos refiriendo, llegó el general don Antonio López de Santa Anna, que se encontraba en Colombia, a hacerse cargo de la Presidencia de la República, nombrando Ministros a los principales corifeos del partido retrógrado; tales como don Lucas Alamán, el general Haro y Tamariz, Diez de Bonilla, Teodosio Lares y otros de la misma familia. Una vez en el gobierno, instauró su terrible dictadura, que para bien de los mexicanos no duró sino dieciocho meses (igual tiempo que la de Victoriano Huerta); pues el primero de marzo de 1854 se pronunció el general don Juan Álvarez en Ayutla, seguido de otros valientes militares y secundado en varias partes del país, contra la funesta dictadura santanista. Veamos ahora cómo murió el coronel Cosío Bahamonde. El general don Juan Álvarez invitó al general don Gordiano Guzmán para ponerse de acuerdo y levantarse en armas contra Santa Anna, para lo cual hizo viaje Guzmán desde Aguililla a la hacienda de la Provincia, en donde se encontraba el viejo insurgente. Puestos de acuerdo, Guzmán esperó la orden en el pueblo de Zacatula. Sabedor el coronel Cosío Bahamonde de lo que se tramaba, compró a un traidor, quien invitó al general Guzmán a una pelea de gallos y estando en ella, por sorpresa cae la gente de Cosío Bahamonde, aprehende a Guzmán y lo manda fusilar inmediatamente en el mismo pueblo. La noticia de la muerte del general Guzmán causó sensación entre las fuerzas ya pronunciadas por el Plan de Ayutla, y los principales jefes de la revolución juraron tomar venganza por aquella felonía de Cosío Bahamonde, que era sumamente cruel, pues en cierta ocasión fusiló en la plazuela del Teco, en Zamora, a una pobre mujer y un jovencito por haber robado éstos unos elotes. Era sanguinario, como todo esbirro de la tiranía. La ocasión no se hizo esperar mucho tiempo. Se pronunció en un lugar inmediato a Huetamo el valiente coronel Ignacio Díaz y con su gente atacó a dicha plaza, defendida por Cosío Bahamonde. Después de un reñido combate la plaza fue tomada, sus defensores hechos 66
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prisioneros y la suerte de Bahamonde era bien clara: fue fusilado inmediatamente. Así terminó sus días uno de los más adictos santanistas, pronunciados en La Piedad. Por tradición de la familia sé (mi padre me lo refería por habérselo a él contado su padre, mi abuelo Francisco Romero, que era cura de La Piedad cuando el pronunciamiento de Cosío Bahamonde), que el Pbro. don Vicente Silva no aprobó la rebelión contra el gobierno que efectuaban los vecinos; como no la aprobaron algunos canónigos de Guadalajara. Esto motivó que el señor cura Silva no durara ya muchos meses más en este curato y entrara a sustituirlo el señor cura don José Antonio de la Parra, que fue padrino de bautismo de mi padre y nació en marzo de 1854, días después de proclamado el Plan de Ayutla. COMBATE ENTRE LIBERALES Y CONSERVADORES Michoacán no sufrió gran cosa durante la Guerra de Reforma, debido al talento organizador, al valor y firmeza de convicciones de su Gobernador, que lo era entonces el general don Epitacio Huerta, secundado por el general don Manuel García Pueblita y otros michoacanos distinguidos, quienes no permitieron que entraran a Michoacán las fuerzas conservadoras; a Zamora penetró un coronel Pérez Gómez, procedente de Jalisco, pero lo derrotó la guarnición liberal; en Maravatío otra fuerza conservadora intentó penetrar, fue duramente escarmentada por el coronel don Andrés Iturbide, y otra fuerza reaccionaria fue derrotada en La Piedad, conforme lo vamos a referir. Era Prefecto de La Piedad, en aquellos años, don Pedro Ávila: agricultor medianamente acomodado que tenía sus pertenencias por los ranchos del Zapote y Paredones. Más que un político, era un hombre de orden que ejercía la autoridad con beneplácito del vecindario. En la madrugada de uno de los primeros días del mes de noviembre de 1860, la población se despertó sobresaltada debido al ataque que por sorpresa daba el jefe reaccionario Francisco García. Éste operaba en la región de Los Altos y desde Arandas se desprendió 67
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con su gente, cayendo en las primeras horas del citado día. Don Pedro Ávila y su escasa guarnición no tuvieron tiempo de reponerse de la sorpresa y abandonando la población por el rumbo del puerto de Zamora se replegaron hacia el Pandillo, saliendo detrás de ellos algunos de los principales vecinos para no caer en manos de la chusma reaccionaria, que no contenta con su fácil victoria se dedicaba ya al saqueo de los comercios, que siempre han sido abundantes y bien surtidos en esta población. Sabiendo don Pedro Ávila, por los vecinos que fueron a unírsele, las tropelías que estaba cometiendo el reaccionario García, montó en cólera y con su pequeña fuerza, los rancheros del rumbo y los vecinos de buena voluntad, volvieron a la población después de medio día, trabándose un reñido combate que se libró desde la plaza principal hasta la plazuela de La Purísima, funcionando los mosquetes de unos y de otros sin interrupción y cuando se les hubo acabado el parque se fueron a la lanza y machete, cuerpo a cuerpo, hasta arrojarlos por la salida de Potrerillos, persiguiéndolos hasta la orilla del río, que atravesaron los conservadores por San Juan del Fuerte, yendo a pernoctar al rancho de San Ignacio, en donde permanecieron algunos días. Éste ha sido uno de los hechos de armas más sangrientos que ha tenido lugar en La Piedad; el rumbo, desde la plaza principal hasta Potrerillos quedó regado de cadáveres de uno y de otro bando; el propio don Pedro Ávila resultó herido, así como algunos de los principales vecinos; esa noche fue de luto y de horror para nuestros abuelos, que se dedicaron a velar a sus muertos, a curar a sus heridos y a prevenirse para cualquiera otra sorpresa que pudieran tener, pues era creíble que García pidiera auxilio a sus correligionarios y regresara a La Piedad de un momento a otro. Al día siguiente, don Pedro Ávila pidió auxilio a los vecinos de Penjamillo, Purépero y Zamora, auxilio que no se demoró casi nada, pues empezaron a llegar gentes de esos rumbos: de Zamora llegó el comandante Carlos Gómez con 100 hombres de caballería, bien pertrechados y moralizados; de Purépero arribó el entonces mayor Manuel Barbosa, con 50 lanceros; de Penjamillo el capitán Tranquilino Navarrete con un buen número de hombres. Por su parte un vecino rico y de buena voluntad, don Juan Nepomuceno Peredo, 68
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reunió 100 rancheros bien montados y armados, conocedores del terreno, para que ayudasen a la persecución de García y de su gente. Muy en breve estuvo lista la fuerza liberal que había de perseguir a los rebeldes; contaba ésta más de trescientos hombres, que se pusieron al mando de los jefes Montenegro y Cardoso, que eran de mayor graduación y se emprendió la batida contra García. Éste, todavía en San Ignacio, al sentir la proximidad de los gobiernistas, se fue replegando hacia Los Altos, sin presentar combate, hasta verse obligado a huir y desbandar a su gente, que quedó dispersa por los límites de Jalisco con Zacatecas y Aguascalientes. Volvieron los piedadenses a su población, en compañía de sus aliados y amigos, a quienes se les hizo un cordial recibimiento, con música y festejos que duraron dos días, regresando en seguida al lugar de su origen. Los vecinos dieron las gracias al Gobernador del Estado y a los jefes que los auxiliaron; don Pedro Ávila pronto sanó de la herida y renació la calma en nuestra población. EL EJÉRCITO FRANCÉS PASA POR NUESTRA TIERRA El ejército francés al mando del general Elías Federico Forey entró a la ciudad de México el día 7 de junio de 1863, una semana antes evacuada por el gobierno republicano que encabezaba el Presidente, licenciado don Benito Juárez, quien había declarado capital de la República la ciudad de San Luis Potosí. Las actividades del jefe de la ocupación invasora se dedicaron a organizar un gobierno pelele formando primeramente una Junta de Notables, integrada por capitalistas e intelectuales reaccionarios y en seguida una Regencia, especie de triunvirato presidido por el arzobispo de México don Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos y los generales Juan Nepomuceno Almonte y Mariano Salas. La Regencia declaró, arbitrariamente, ya que el país no le había concedido delegación alguna, que México deseaba gobernarse por una monarquía, ofreciéndole el trono al archiduque de Austria Fernando Maximiliano de Habsburgo, o, si éste no aceptaba, al que designara el emperador de los franceses Napoleón III. Partió una comisión a Miramar a ofrecer la corona a Maximiliano y en México dio principio 69
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un gobierno en el que quien mandaba era Forey, mientras que los señores Regentes sufrían contrariedades y disgustos. El día primero de octubre el general Aquiles Bazaine sustituía en el mando de las tropas expedicionarias francesas a Forey, que había sido honrado con el grado de Mariscal de Francia y Napoleón lo llamaba a su país. Los franceses ocupaban en aquellos días únicamente las poblaciones de tránsito de Veracruz a México y esta ciudad; el resto del país estaba ocupado por las fuerzas republicanas, y justo es confesarlo, había cundido cierta desmoralización entre algunos jefes pusilánimes, que creían que todo se había perdido por la salida de Juárez de México y la ocupación de esta ciudad por los franceses. Bazaine se mostró más activo, en materia militar, que su antecesor y dispuso que salieran de la ciudad de México dos grandes divisiones con el objeto de ocupar las principales ciudades del país. La salida de las tropas francesas se hizo el día 9 de noviembre. La primera división, al mando del general Castagny, se formaba de los batallones 7 y 20, de los Cazadores de a Pie, del 3 de zuavos y del 51 y 96 de línea y de dos regimientos de caballería; iban, además, tres mil mexicanos traidores a las órdenes del general Leonardo Márquez. Este gran contingente armado serviría para ocupar los Estados de Michoacán y Jalisco. Esta división salió de México por el rumbo de Toluca y caminó con tanta lentitud, que hasta el día 27 llegaron a Acámbaro, en donde llegó a unírseles el general Bazaine. La segunda división salió también de México en igual fecha que la anterior y tomó el camino hacia Querétaro; ésta se le encomendó al general Félix Douay y tenía por objeto perseguir al general Manuel Doblado y ocupar el centro y norte del país. Douay llegó a Silao, sin poder atacar a Doblado; siguió a León y luego a Aguascalientes, de donde se le ordenó que contramarchara a León, nuevamente, pues debería perseguir al Gral. José Ma. López Uraga, jefe del ejército Republicano del Centro. Entre tanto los franceses hacían esta marcha separados en dos gruesas divisiones. ¿Qué pasaba en el campo republicano? Las tropas liberales se replegaban a la periferia, dejando las ciudades principales al enemigo, para observar su actitud y obrar en consecuencia.
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El Gobernador de Michoacán, general don Felipe B. Berriozábal, evacuó la ciudad de Morelia el día 30 de noviembre, cuando ya los franceses estaban en la loma del Zapote, a la vista de la capital y se trasladó a Uruapan. Mes y medio después, el 18 de diciembre, Morelia era atacada por las fuerzas de la División del Centro al mando del general José López Uraga, con mal resultado, pues tuvo que retirarse cuando ya los republicanos estaban en el centro de la ciudad; esta inexplicable actitud de Uraga le valió las censuras y reproches de los republicanos. Uraga se retiró a Pátzcuaro y de ahí tomó el camino para Zamora, llegando a Chilchota, pocas leguas antes de dicha ciudad. Para que le atajara el paso al general Uraga, que como vemos llevaba el rumbo de Zamora, con intenciones de llegar a Jalisco, por La Barca, y unirse a las fuerzas liberales de esa entidad, el general Bazaine le dio orden al general Félix Douay que, de la ciudad de León marchara hacia Zamora, mientras él (Bazaine) siguiendo por Los Altos de Jalisco iría a Guadalajara. La división del general Douay salió de León siguiendo el camino recto que de esa ciudad, y rumbo al sur, llega a la población de Cuerámaro; de este lugar y por la sierra de Pénjamo, atravesó por la Barranca del Chilar y San Antonio, la Loma y los Ocotes, hasta llegar a la hacienda de Santa Ana Pacueco, acampando a la vista de La Piedad del lado norte del puente y en terrenos de Guanajuato, el día 21 de diciembre de 1863. La división de Douay presentaba un aspecto muy pintoresco, que desde luego llamó poderosamente la atención de los pacíficos moradores de la Villa de Rivas, como entonces se le llamaba a La Piedad. Esta división llevaba como avanzada a la brigada del coronel Margueritte, formada del batallón de Cazadores de África, negros argelinos de elevada estatura, a quienes se les llamaba también zuavos, pertenecientes a las tropas coloniales francesas. Iban vestidos de un gran pantalón bombacho de color rojo y blusa azul, tocada su cabeza con un birrete de paño rojo y grandes botas negras para el camino y blancas en las paradas de gala. Eran groseros, atrabiliarios y abusivos en las poblaciones, pero a la hora de pelear no daban la medida, como todas las tropas forzadas, y los zuavos no estaban identificados con los franceses. 71
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El grueso de la división estaba integrada por soldados franceses de línea, muy disciplinados; su marcial continente, sus prendas de vestir o uniforme, impecable, y su conducta correcta, en las poblaciones a donde llegaban. Los franceses solamente de pasada estuvieron en La Piedad (Villa de Rivas, entonces); cruzaron el puente de Cavadas y al redoblar de los tambores y al marcial estrépito de sus clarines atravesaron de norte a sur, saliendo por el llamado puerto de Zamora, rumbo a dicha ciudad. Para honor de los piedadenses cabe decir, que ni las autoridades ni los vecinos se hicieron presentes ante el jefe de las tropas invasoras de nuestra patria; nadie, ni los mochitos o sea en aquel tiempo partidarios del imperio, fueron a saludar al general Félix Douay: porque en La Piedad habrá conservadores, como en todas partes, pero nunca traidores.17 LA BATALLA DEL ONCE DE ENERO En Michoacán gobernaba en aquellos años el general don Epitacio Huerta; pero fue llamado por el señor Juárez para que acudiera a la defensa de Puebla, a la que había puesto sitio el general francés don Elías Federico Forey, y aquel militar tuvo que dejar el gobierno del Estado, que pasó por varias manos: primero a las del Lic. Luis Couto, luego a las del general don José López Uraga y después a las del general Felipe B. Berriozábal. El desastre se aproximaba. Cayó Puebla en poder de los franceses y éstos avanzaron para México; Juárez, su Gabinete y la Cámara de Diputados se trasladaron a San Luis Potosí. Era la legalidad errante. Se iniciaba la lucha por nuestra segunda independencia. También la ciudad de Morelia fue evacuada por el gobierno, que se trasladó a Uruapan, ocupando los franceses y el traidor Márquez aquella ciudad el 30 de noviembre de 1863. Solamente La Piedad, por el rumbo del occidente, permanecía en poder del gobierno legítimo. En esta población era Prefecto del Distrito don Pedro Ávila; Juez de Letras el Lic. don Mariano de Jesús 17
Romero Flores. Op. cit. 72
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Torres; secretario el Lic. don Néstor López y colaboraban con la administración local el Lic. Miguel Mesa y los valientes y entusiastas vecinos don Ignacio Guerra, don Nabor Bolaños, don Juan Nepomuceno Peredo y algunos otros de filiación republicana. Desde noviembre de 1863 se aproximaban a esta población, por el lado de Yurécuaro, los jefes conservadores José Almanza, Alejo García y José Troncoso. En dicho mes tomaron las poblaciones de Tanhuato y Yurécuaro; defendido el primero de los citados lugares por los vecinos Agustín Gil, José Ma. y Genaro López. En Yurécuaro cometieron los conservadores muchos abusos: robaron y violaron, y la población quedó totalmente destruida. Pero a La Piedad no pudieron entrar, porque los vecinos ya citados se armaron para defenderla. Hubo, sin embargo, un momento en el que ya no fue posible que esta población pudiera quedar sustraída a la acción de los intervencionistas. Dentro de ella misma se fraguó una conspiración para deponer a las autoridades; figuraban como cabezas de esta conjura los hermanos Alejo y Ricardo Flores y pusieron el mando de los rebeldes en manos de un ranchero de la región, hombre de mediana posición económica que lo era don Manuel García Pesquera. La noche del 11 de enero de 1864 estalló el pronunciamiento, acercándose las fuerzas de Pesquera por el lado de la salida de Yurécuaro y penetraron hasta las Casas Consistoriales por el lado del antiguo Puente Seco; al mismo tiempo que otra fuerza de rebeldes atacaba penetrando por la calle real, en el rumbo del oriente. La lucha fue reñidísima; esta vez, por desgracia, entre hijos del mismo pueblo. Me refería el Lic. Torres a quien traté mucho en Morelia, durante mis años de estudiante (falleció en 1921), que los gobiernistas (liberales) estaban posesionados del portal de las Flores y del portal de Abajo, en tanto que los conservadores (pronunciados), lo estaban del portal de Arriba y del atrio de la parroquia; se peleó toda la noche y al día siguiente terminó el combate, quedando el triunfo de parte de los intervencionistas. No hubo abusos de parte de los vencedores. Los funcionarios principales fueron detenidos durante unas cuantas horas y luego puestos en libertad. El juez de letras, con otros empleados, marcharon para Uruapan a incorporarse al gobierno del general Berriozábal, y algunos de los que habían peleado la noche anterior se incorporaron a 73
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la conserva. Los vecinos que no aceptaron el nuevo estado de cosas como don Nabor Bolaños, don Ignacio Guerra y demás salieron rumbo a Zamora. La autoridad política quedó en manos de don Ricardo Flores y la militar a las órdenes de García Pesquera. De esta manera permaneció La Piedad sustraída al gobierno juarista desde el 11 de enero de 1864 hasta el mes de febrero de 1867; aunque algunas veces amagada por los republicanos, que se acercaban por el rumbo de Numarán, especialmente los llamados "Potrereños" del lado de Santa Fe del Río, al mando del valiente republicano don Esteban Bravo. Los muchachos de mi época oíamos cantar a los viejos esta tonada: ¿Qué es aquello que relumbra por aquel camino real? Son las tropas de Pesquera que ya vienen de pelear. Y seguía el corrido relatando las hazañas de Pesquera, cuando salía a batir a los republicanos. Era muy popular y querido de los rancheros y de la gente de La Piedad. Cuando cayó el imperio y se les llegó la hora de perder a los conservadores, García Pesquera fue hecho prisionero; pero no lo fusilaron, porque los vecinos de La Piedad demostraron que nunca había matado a ningún republicano fuera de los combates, y a quienes había fusilado eran los bandidos que se aprovechaban, para cometer sus fechorías, del estado de revuelta por el que atravesaba el país, sin tener ninguna bandera.18 VISITA DEL ARCHIDUQUE MAXIMILIANO Mucho antes de que el ejército invasor ocupara la capital del país, ya entre los conservadores se sabía que el futuro Emperador de México sería Fernando Maximiliano de Habsburgo, hermano menor del Emperador de Austria Francisco José. Los conservadores desterrados por el gobierno juarista y radicados en Europa habían tratado con él este asunto, muy especialmente don José María Gutiérrez Estrada, 18
Op. cit. 74
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don José Manuel Hidalgo y don Pedro Escudero y Echánove. Tan sólo esperaban, para poner en práctica su pensamiento, la ayuda de Napoleón III, que al fin obtuvieron por mediación de la esposa de éste, Eugenia de Montijo, española de origen. Así que, el arribo de una comisión al palacio de Miramar para ofrecerle la corona, en octubre de 1863, fue una mera fórmula, como fórmula fue también la exigencia de Maximiliano de que se llevaran las firmas de todos los habitantes del país pidiéndolo como Emperador. Estas firmas o votos fueron sacados bajo presión de las tropas francesas en los lugares ocupados por ellas o por las fuerzas conservadoras. Pero había que cubrir las apariencias y, por fin, se decidió públicamente a aceptar el día 10 de abril de 1864. Tan estaba ya todo arreglado, que el día 28 de marzo hizo su arribo al puerto de Veracruz él y su esposa Carlota Amalia de Bélgica, a bordo de la fragata "Novara"; en junio estaban los príncipes en México, un año después de haber arribado los franceses. Pasadas las fiestas de rigor con que fueron obsequiados los titulares del llamado Imperio, y sin avocarse a organizar seriamente un gobierno, cosa que jamás hizo, pues Maximiliano era de un carácter superficial, medio soñador; nunca le dio importancia a las cosas de fondo, tales como organizar la hacienda pública o un ejército que lo apoyara; se atuvo al dinero de Napoleón y a las tropas francesas, de tal suerte que cuando ambas faltaron, el Imperio se fue abajo. Pasadas, pues, las fiestas, como antes dijimos, Maximiliano quiso conocer el país y emprendió su primera jira hacia el interior, saliendo de México el día 10 de agosto. Para hacerle creer que el país estaba pacificado y darle la impresión de que había plena seguridad, no lo acompañó una tropa numerosa, pero el general Leonardo Márquez dispuso que a una prudente distancia fuera una tropa, tanto a la vanguardia como a la retaguardia de la comitiva, que se formaba de un Consejo de Estado, un Chambelán, un Secretario y varios escribientes; algunos oficiales franceses y una columna de escolta formada por soldados franceses y mexicanos (a estas columnas así integradas, el pueblo les decía "franco-traidoras"). Como jefe de ella iban el comandante francés Loyssel y el coronel Miguel López,
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compadre de Maximiliano y confidente en aventuras amorosas, algo así como alcahuete, según las malas lenguas. La comitiva imperial caminaba despacio; el día 15 estaban en San Juan del Río; el 17 en Querétaro y en los siguientes días visitaron Apaseo, Celaya, Salamanca e Irapuato. De esta ciudad le ocurrió regresar a Dolores Hidalgo, con el objeto de pasar ahí el 16 de septiembre: este fue el primer bofetón a los conservadores, pues los fanáticos de este partido nunca han visto con buenos ojos al señor Hidalgo; Maximiliano fue y pronunció un discurso en elogio del Padre de la Patria en el curato, cuna de la Independencia. De Dolores salió el día 17 de septiembre rumbo a Guanajuato y ahí descansó una semana visitando después Silao y León. De esta ciudad partió, por el mismo camino que antes habían recorrido las tropas francesas rumbo a La Piedad, a donde llegó la tarde del día 3 de octubre de 1864. Como la caminata desde León la había hecho a caballo, determinó descansar aquí, en La Piedad, cuatro días. A su llegada, como era de rigor en cada población, lo esperaban los vecinos y lo conducían al templo para que diera las gracias entonándose un Tedeum, con la custodia manifiesta y el Señor de La Piedad expuesto al culto. Algunas veces Maximiliano no asistía a estos actos, delegando su representación en algunas personas de su comitiva; aquí sí asistió a la parroquia. Se le tenía preparado un suntuoso alojamiento, lo mejor que se pudo en nuestro lugar, el edificio en donde hoy están las oficinas del gobierno (antes la Prefectura). En la sala que da a la plaza o Jardín que hoy se llama Juárez, se instaló su gabinete de trabajo o despacho, en seguida un recibidor y después su recámara y la de sus acompañantes, por orden de categorías. Uno de los días que permaneció Maximiliano en esta población, le ocurrió visitar la Escuela del Rey, como se le llamaba a la Escuela Oficial de niños (no había entonces de niñas). Fue Maximiliano a la escuela acompañado, según me decía mi padre que era alumno entonces, de varias personas, entre ellas del coronel López. Como es de rigor, se hizo que algunos alumnos leyeran en su libro de texto, se les pusieron algunas cuentas en el pizarrón y, al terminar el acto sacó Maximiliano de una caja una medalla de las que llevaba prevenidas, pues en cada población prendía al pecho de 76
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alguna persona caracterizada, simpática al vecindario, una medalla que se llamaba del Mérito Civil; con dicha medalla condecoró al director de la Escuela, don Marcos H. Pulido. No una medalla, sino muchas medallas merecía el señor don Marcos; no de un Emperador de opereta como fue Maximiliano, sino de la República entera, por su honradez, su abnegación en la enseñanza y sus cualidades morales. Sin embargo, al triunfo de la República lo cesaron de la Escuela de La Piedad, cambiándolo a la de Zitácuaro; años más tarde volvió a ésta, que no era su tierra, pero que él la amaba como suya. Las generaciones posteriores le han hecho justicia levantándole un monumento a su grata memoria. Maximiliano se expresaba con dificultad en castellano, todavía en los días en que llegó a nuestra tierra; pues aunque desde su palacio de Miramar había estado recibiendo clases de español, lo hablaba mal o con un acento teutónico, difícil de entenderlo al oírlo. Esto lo contrariaba; la tarde que llegó se encontraba reunido con las personas de su comitiva y los vecinos que lo estaban agasajando, en el salón que se le había destinado, y, de repente, sin decir nada a nadie se retiró de la reunión y casi corriendo fue a encerrarse a la recámara más distante: su Majestad tenía ratos un poco bruscos. De esta población salió el día 8, haciendo una jornada bastante larga, pues fue a pernoctar a Panindícuaro; de ahí a la hacienda de Tecacho y el 11 llegó a Morelia, por la garita de Chicácuaro. TRIUNFO DE LOS REPUBLICANOS SOBRE LOS IMPERIALISTAS Veamos cuál era la situación que prevalecía en nuestra entidad y en nuestra población de La Piedad, en aquellos meses, último del año de 1866 y primeros de 1867, en que terminó el Imperio. Era Gobernador del Estado el Coronel y Licenciado don Justo Mendoza, que, por estar ocupada la ciudad de Morelia por las fuerzas imperialistas, no tenía lugar fijo la capital del Estado, que por esos meses se encontraba en la población de Coalcomán. Era General en Jefe del Ejército del Centro don Nicolás de Régules y se encontraban a sus órdenes las Brigadas del Coronel Rafael Garnica (Primera Brigada); Segunda Brigada al mando del Coronel Eugenio Ronda; 77
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Tercera Brigada, General José Vicente Villada; Cuarta Brigada, al mando del Coronel José María Méndez Olivares y Quinta Brigada al mando del Coronel Germán Contreras. En La Piedad era la autoridad municipal don Ricardo Flores, rodeado de un escaso número de vecinos; pues si bien en un principio el elemento imperialista había sido numeroso, muchos hombres honrados y trabajadores se habían retirado de sus filas, tanto por los atropellos que los jefes conservadores cometían con el vecindario, como por convencimiento de que no era ese régimen el que mejor convenía al país. El jefe militar que operaba en el Distrito y sus límites, por parte de los imperialistas, era el coronel don Manuel García Pesquera, quien, debemos afirmar, era hombre valiente. Entre los liberales o republicanos que había en nuestra tierra debemos recordar a don Nabor Bolaños, don Ignacio Guerra, don Antonio Salcedo, a quienes, muchos de mi generación alcanzamos a conocer todavía a fines del siglo pasado. En los primeros días del mes de enero las fuerzas republicanas tomaron a sangre y fuego la ciudad de Pátzcuaro, bajo las órdenes del general Régules. Esta victoria dio ánimo al general en jefe y amagó Morelia, pasando por el pueblo de Santa María, que está a corta distancia de dicha ciudad; pero pasó de largo rumbo a Zinapécuaro. En seguida intimó rendición a Acámbaro, pero tuvo que retirarse por el lado de Santa Ana Maya y volver, por la orilla del lago, a la ciudad de Pátzcuaro. Tras de permanecer algunos días en esa población dando reposo a su ejército, dispuso una nueva expedición, ahora al occidente del Estado, pues intentaba atacar al general Ramón Méndez que había salido de Michoacán rumbo a Jalisco, situándose en La Barca para ayudar a los defensores de Guadalajara; pero ya fue tarde, dicha ciudad cayó en poder de los republicanos al mando de los generales Parra y Corona; Méndez tuvo que regresar por el lado de Zamora, para refugiarse en Morelia, sabedor que no tardarían en hacer irrupción sobre Michoacán los generales que habían ocupado ya todo Jalisco. En los últimos días del mes de enero (1867) el general Régules dio orden a los republicanos de movilizarse sobre el occidente, en poder, como antes dijimos, de los imperialistas. Salió Régules de 78
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Pátzcuaro, Villada de Uruapan y Ronda de Coeneo. Caminando por su rumbo cada cual, llegaron la tarde del día último de enero a la población de Penjamillo, lugar de reunión de antemano señalada por el general Régules. El día primero de febrero salieron los componentes de la División Régules, fuerte en más de tres mil hombres rumbo a La Piedad, a donde llegaron la tarde de ese día, pero la plaza ya había sido evacuada. Don Manuel García Pesquera y algunos conservadores salieron de antemano para Zamora, en donde todavía se encontraba una fuerte guarnición imperialista, que pensaba resistir a los republicanos. La llegada de Régules, Villada, Ronda y demás jefes fue pacífica; aquí pernoctaron y al día siguiente, dejando un destacamento a las órdenes del coronel don Carlos Borda, que fue nombrado Prefecto del Distrito, salieron rumbo a Ecuandureo, llegando el día 3 a la ciudad de Zamora, la cual fue atacada, siendo sus defensores el coronel Berna y los jefes conservadores Manuel García Pesquera, José Ma. Carriedo y Francisco Velarde, alias "Burro de Oro". La plaza fue tomada después de tres días de duros ataques. Por lo que ve a nuestra tierra, quedó, como antes dijimos, bajo el gobierno republicano desde el día primero de febrero de 1867. El coronel Borda organizó los servicios públicos, desarrolló una política de acercamiento entre todos los elementos sociales y dispuso el contingente militar que habría de concurrir al sitio de Querétaro, que se inició precisamente en aquel mes de febrero. Muchos fueron los piedadenses que concurrieron a aquella notable acción de armas, que epilogó el llamado Imperio, al ser fusilados en el cerro de las Campanas el 19 de junio del propio año, el llamado Emperador Maximiliano y los generales Miramón y Mejía. Desde esa fecha La Piedad inició una nueva era de progreso al amparo del régimen republicano y liberal que nos gobierna hasta estos días.19
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Op. cit. 79
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LOS CRISTEROS DURANTE EL GOBIERNO DE LERDO El triunfo de la República sobre el Imperio y la entrada del gobierno presidido por el licenciado don Benito Juárez a la ciudad de México el 15 de julio de 1867, hicieron abrigar a todos los buenos mexicanos la esperanza de que habría de restablecerse una paz firme y duradera, después de más de medio siglo de constantes luchas por obtener la independencia o afianzar el régimen republicano y los principios constitucionales. Pero un nuevo y más sangriento problema militar tendría que afrontar este gobernante, cual fue la llamada Guerra de los Cristeros. Las Leyes de Reforma, expedidas en Veracruz por el gobierno del Presidente Juárez en el año de 1859, fueron elevadas a la categoría de preceptos constitucionales por el Congreso de la Unión el 25 de septiembre del año de 1874; este hecho, y algunas medidas enérgicas tomadas por el presidente Lerdo, tales como la expulsión del territorio mexicano de las Hermanas de la Caridad, de origen francés, así como de algunos sacerdotes españoles, hicieron que el partido conservador entrara nuevamente en actividad, aprovechando esta circunstancia para resucitar la lucha entre los dos partidos antagónicos desde la Independencia, católicos y liberales. Aprovechándose de la miseria existente en el pueblo por la falta de industrias que dieran trabajo a millares de brazos, por la eventualidad de las cosechas agrícolas, debido a los vetustos sistemas de trabajo en el campo, por la falta de caminos para comunicarse unos pueblos con otros, por lo raquítico de un comercio hecho a base de la artesanía manual retrasada y por otras muchas causas, el clero católico en el púlpito y los periódicos conservadores en sus artículos, empezaron a incitar a la rebelión, fomentando los levantamientos y estimulando a las gavillas de ladrones que ya existían, a fin de lograr derrocar a un gobierno que era contrario a sus intereses. Así nació la revolución cristera en Michoacán, en la primera mitad del año de 1874, en el que se levantó en armas en el rancho de Cótiro, inmediato a Coeneo, el fanático Socorro Reyes. A este pronunciamiento siguieron otros muchos, engrosándose el número de los levantados en armas con las bandas de ladrones que 80
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merodeaban en el Estado y estimulados con las noticias favorables a la revuelta que se publicaban en La Voz de México, periódico ultraconservador y El Pensamiento Católico de la ciudad de Morelia, que reproducían en sus columnas los Planes Revolucionarios, como lo hicieron con el de Nuevo Urecho, Mich., suscrito por Abraham Castañeda y Socorro Reza. En este Plan se pedía el desconocimiento del gobierno legítimo del Presidente Lerdo y de la Constitución de 1857; se pedía un Concordato con la Santa Sede y una nueva Constitución basada en la religión católica, apostólica y romana. Para combatir a los sublevados, el Congreso de la Unión concedió facultades extraordinarias al Presidente Lerdo de Tejada, e igual cosa hizo el Congreso de Michoacán, autorizando al Gobernador, que lo era el licenciado don Rafael Carrillo, para emplear los medios que fueran necesarios para sofocar la revuelta. Tan grandes proporciones llegó a adquirir la revuelta cristera en el año de 1875, que el gobierno federal envió a Michoacán tres Divisiones al mando, respectivamente, de los generales Mariano Escobedo, Nicolás de Régules y Epitacio Huerta y dos brigadas, la del general Rafael Garnica, que se situó en Puruándiro y la del general Prisciliano Flores, que tuvo su radicación en La Piedad de Cavadas. Fuera tarea muy extensa relatar pormenorizadamente los hechos de armas librados en Michoacán durante los tres años que duró la revuelta cristera (1874, 1875 y 1876); basta decir que los periódicos le llamaron a aquel Estado el matadero michoacano, por los caracteres de implacable crueldad desplegada por ambos combatientes. En La Piedad, como antes dijimos, se situó el general de brigada Prisciliano Flores con mil doscientos hombres de las tres armas. Esta población adquirió en aquellos días una importancia extraordinaria, porque todos los habitantes de las rancherías inmediatas, tanto del Estado de Michoacán como de los de Guanajuato y Jalisco que le son limítrofes, fueron obligados a concentrarse en dicha población, pues tales rancheros, de buen o mal grado, eran favorecedores de los rebeldes cristeros. En enero de 1876 un grupo de militares se pronunciaron en la población de Tuxtepec en contra del gobierno lerdista y a favor del general Porfirio Díaz; éste aceptó el Plan, con algunas reformas que le hizo en Palo Blanco. Desde ese momento los cristeros de Michoacán, 81
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Jalisco y Guanajuato vieron un camino para salir airosos de su empresa, adherirse a dicho pronunciamiento porfirista y seguir la suerte de los tuxtepecanos, que no fue mala, pues a los cuantos meses de combatir contra el Presidente Lerdo, éste abandonó el poder, saliendo de México por Toluca y Morelia, embarcándose en Zihuatanejo, rumbo a los Estados Unidos, de donde no volvió jamás. Algunos vecinos de La Piedad, encabezados por los señores Octaviano y Serapión Fernández, simpatizadores del general Díaz, se pronunciaron en Pueblo Nuevo, hoy Degollado, Jal., a mediados del año de 1876; a éstos se les unieron las partidas de los señores Macario y Amado Romero y don Silvestre Llamas y entraron en son de triunfo a la primera población nombrada, cuando ya la batalla de Tecoac, cerca de Huamantla, Tlax., había dado el triunfo al porfirismo. Así, con la fusión de tuxtepecanos y cristeros, terminó la revuelta contra la Constitución y las Leyes de Reforma, que ensangrentó el territorio michoacano durante los años de 1873 a 1876. EFEMÉRIDES DE LA REVOLUCIÓN. EL MADERISMO EN MICHOACÁN La revolución que acaudilló en el norte de nuestro país el señor don Francisco I. Madero y que se inició por virtud del Plan de San Luis Potosí el 20 de noviembre de 1910, también fue secundada en Michoacán, aunque, a decir verdad, a última hora en el terreno armado y con muy escasos y pobres elementos. Algunos sectores del pueblo michoacano mostraban su descontento cada cuatro años con motivo de las constantes reelecciones del Gobernador del Estado Aristeo Mercado, que venía ejerciendo el poder ininterrumpidamente desde el año de 1892. Tal descontento se manifestaba por tal o cual periódico de oposición, alguno que otro club político y dos o tres algaradas de los estudiantes nicolaitas de Morelia. En 1896 un motín estudiantil dio por resultado la prisión de los entonces jóvenes estudiantes Pascual Ortiz Rubio, José Inocente Lugo, César López Couto y algunos otros. En 1904 la oposición tomó mayores proporciones, encabezándola los señores Estrada, de Morelia, con un periódico de oposición y un club político. También en esta vez fueron reducidos a prisión algunos estudiantes, 82
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entre ellos José Gaytán Corona, Gregorio Ponce de León, Emigdio Olivo Pimentel, Fortino Rafael Salcedo, José Ortiz León y algunos más; esto ocasionó el consiguiente escándalo, don Aristeo Mercado fue reelecto y las cosas siguieron su curso. Hacia el año de 1909 un grupo de políticos de la ciudad de México lanzó la candidatura del general don Bernardo Reyes para Presidente de la República, y en Michoacán, como en todo el país, empezó la agitación política que también terminó pronto, ya que el general Reyes rechazó tal candidatura y se marchó al extranjero aceptando una comisión que le confirió el Presidente Porfirio Díaz. Pero al año siguiente, en el mes de abril, volvió de nuevo la agitación política. El Partido Antirreeleccionista que funcionaba en la ciudad de México efectuó una Convención Nacional que se celebró en el Tívoli del Eliseo, de la cual surgió la candidatura de don Francisco I. Madero para Presidente de la República y la del Dr. Francisco Vázquez Gómez para la Vice-Presidencia. Al mismo tiempo el Partido Nacional Porfirista celebraba otra Convención de la cual surgía la candidatura del Gral. Don Porfirio Díaz para ser reelecto por sexta vez como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, y la candidatura de don Ramón Corral como Vice-Presidente. Desde aquel momento la lucha más enconada en el terreno político se inició en nuestra República. No había gente, por humilde que fuera, que no tomara partido en uno o en otro bando: los de la oposición se llamaban maderistas, y los gobiernistas se llamaban más que porfiristas, corralistas. Se formaron clubes en las poblaciones de mayor importancia, y un desbordamiento político mal contenido por una dictadura de cerca de treinta años inundó la República. La candidatura de Madero no tuvo buen fin; muchos de sus partidarios fueron reducidos a prisión y al mismo Madero se le puso preso en la Penitenciaría de San Luis Potosí. Como la masa oposicionista de la nación se juzgaba en mayoría, no creyó tener otro recurso, para obtener el triunfo, que lanzarse a la lucha armada provocando una revolución. El señor Madero redactó el Plan de San Luis por el cual convocaba a la lucha armada para deponer al Gral. Porfirio Díaz y hacer valer y respetar el voto popular. Dicho plan era, fundamentalmente, de carácter político, ya que sus principales 83
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postulados eran Sufragio Efectivo y No Reelección, aun cuando esbozaba algunas ideas de carácter agrario y de interés social. Se fijaba como fecha del levantamiento en armas el día 20 de noviembre del propio año de 1910. Antes de esa fecha hubo un acontecimiento sangriento: al pretender la policía de Puebla catear la casa de Aquiles Serdán, en la que se guardaban armas para el levantamiento, tuvo lugar un zafarrancho el día 18 de noviembre, en el que perdieron la vida el propio Aquiles, su hermano Máximo y algunos otros obreros y campesinos que lo acompañaban en la defensa del hogar que se pretendía catear. El 20 de noviembre se iniciaron algunos levantamientos en el Estado de Chihuahua encabezados por don Abraham González, quien había logrado inclinar a su favor a algunos campesinos como Francisco Villa, Pascual Orozco, José de la Luz Blanco y algunos otros. Pocos días después apareció otro foco de rebeldes en el sur, tanto en el Estado de Morelos como en el de Guerrero, siendo el más significativo de éstos el que encabezó Emiliano Zapata en la primera de las Entidades mencionadas. También en Zacatecas apareció un formidable grupo de guerrilleros acaudillados por el valiente Luis Moya. Poco a poco surgieron núcleos de revolucionarios en Veracruz, en Sinaloa y en otros Estados. En Michoacán, aunque la opinión pública en general simpatizaba con la revolución maderista, no aparecieron grupos armados sino hasta los primeros días de mayo del año de 1911, es decir, cinco meses después de que la revolución había empezado, cuando se había propagado ya por los Estados del norte y sur, y cuando se veía claramente el próximo triunfo de aquella revolución. Hubo levantamientos armados en Santa Clara, Charapan y otros lugares. El levantamiento maderista se efectuó en La Piedad el día 2 de mayo de 1911 y lo encabezaron los señores Enrique Ramírez, Pedro Aceves, Vicente de P. Cano, Rafael Amezcua y Cesáreo Ortiz. Abrieron la prisión, repartieron los objetos del Monte de Piedad entre los menesterosos y Cano pronunció un discurso candente en el kiosco de la Plaza de Armas.
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VICTORIANO HUERTA Después de traicionar a Madero, quien había depositado en él toda su confianza, mediante una rápida y pérfida maniobra, la noche del 18 de febrero de 1913 se hizo nombrar Presidente de la República. El 22, por la noche, Madero y Pino Suárez fueron asesinados al trasladarlos de la Intendencia de Palacio a la Penitenciaría. El huertismo en La Piedad se manifestó en forma inmediata y con sus peores consecuencias, por efecto del Prefecto Maximiano Velázquez, quien dio su adhesión incondicional a Huerta y logró el apoyo del tirano y la simpatía de algunos de sus compinches, particularmente de Aureliano Blanquet. Velázquez era un hacendado de la región, casi analfabeto, valiente, tenaz y aguerrido, así como atrabiliario, déspota y cruel. Formó un cuerpo que llamó de voluntarios (aunque los sostenía con su peculio y con la contribución que impuso en efectivo, a los comerciantes y hacendados de la región). Los voluntarios, secundados por las guardias blancas de las haciendas dominaban una amplia región que le fue encomendada. Las levas se sucedían con suma frecuencia, así como las persecuciones y los fusilamientos. Sembró el pánico durante esos terribles años de poder absoluto. DON VENUSTIANO CARRANZA Ocupaba la primera magistratura de su Estado, Coahuila, cuando acaeció la traición de Huerta y el asesinato del Presidente Madero. Fue el primer Gobernador que desconoció el gobierno espurio, y enarbolando la bandera del Plan de Guadalupe, el 26 de marzo de 1913 se lanzó a la lucha. Organizó un poderoso ejército, y con la designación de Primer Jefe Constitucionalista, fue avanzando en marcha incontenida de Norte a Sur, secundado por los tres cuerpos de ejército: el del Noroeste, al mando del general Álvaro Obregón, el del Centro o División del Norte, al mando del general Francisco Villa y el Ejército del Noreste que comandaba Pablo González. A fines de mayo de 1914 se levantó en armas en La Piedad, en favor de la Revolución, un grupo de jóvenes entre los que figuraban 85
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Pedro Aceves (como jefe del movimiento), Merced Aceves, Alfonso Aceves, Baldomero Ramírez Zenteno, José Heredia Trillo, Tito y Félix Cerda, Jaime Carrillo, Jesús Bañales, Pedro Chavolla, José Aguilar, el "Chino" López, Vicente de P. Cano, Luis Guzmán, José Ruiz y los señores Martínez, Vargas y Moreno. Acompañaron a Pedro Aceves, que era un típico ranchero, no un hacendado, los peones más leales. Al tener noticia de los hechos el usurpador Presidente de la República, destacó un ejército de línea de los mejor equipados, para escarmentar a los que tuvieron la osadía de provocar la rebelión cerca de las trincheras gobiernistas poniendo así en peligro la retaguardia. La acción de guerra se libró en La Barranca. Tan desventajosa era la situación para los piedadenses, por la superioridad en número, en armamento y dirección estratégica de los soldados federales, que el Prefecto, quien se vio obligado a concurrir al campo de batalla para auxiliar a éstos con la intervención de su aguerrido cuerpo de voluntarios conocedores del terreno, se negó a combatir a sus paisanos. Después de encarnizada lucha, que transcurrió con cambiante suerte, al fin el triunfo se decidió en favor de Pedro Aceves. Así recibía su bautizo de fuego y sangre aquella juventud heroica. Entre la incertidumbre de lo que les tuviera reservado el porvenir, una cosa no admitía duda: que no eran personajes de una comedia animada por la hipocresía de los terratenientes locales: un drama de la historia de México los había arrastrado al escenario para un papel propio, y sus nombres estaban ya en la cuenta de las esperanzas de su pueblo. Triunfante el gobierno carrancista se dieron cita en la capital de la República los diversos ejércitos revolucionarios. Después de la Toma del Castillo (Guadalajara), último reducto del huertismo, el cuerpo del Ejército del Noroeste, comandado por el general Obregón, emprendió la marcha hacia la capital. Durante muchos días pasaron en ininterrumpido oleaje millares de soldados de caballería, por La Piedad. Después de la escisión villista-carrancista, más exactamente al consumarse la derrota de Villa en Celaya, Silao, etc., quedaron disgregados muchos villistas que merodearon por varios Estados.
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En Michoacán, al principio, asumió el mando de los villistas el general Jesús Cíntora. Más tarde perdió éste el control de las facciones que operaban en diversos lugares del Estado. Un facineroso de amarga memoria que operaba sin bandera, y asediaba constantemente nuestra región fue el tristemente célebre José Inés Chávez García. Saqueaba los pueblos que tomaba, mancillaba la chusma a las mujeres en la forma más brutal y luego mandaba incendiar el poblado. Nuestra región, nuestra ciudad, ya que la asediaba frecuentemente intentó tomarla en varias ocasiones, sin lograrlo, pues los piedadenses habían organizado una Defensa Civil. La ciudad sufrió varios años de incertidumbre e inseguridad, a lo cual habrá que agregar la Influenza Española que diezmó la población; la miseria, la falta de trabajo, la escasez de los artículos más indispensables de consumo. Gran parte de la población se fue a radicar a Guadalajara o se expatrió a los Estados Unidos, como braceros. La rebelión delahuertista, que tuvo su matriz en Guadalajara, casi no se hizo sentir en la ciudad de La Piedad. Puesto que fue breve, y salvo el paso de ejércitos, y un combate que se efectuó en un lugar próximo, en Palo Verde, no tuvo más consecuencias.
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CAPÍTULO III ECONOMÍA
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de este poblado, de la primitiva Zula, se debió a la necesidad que tenían los purépechas o tarascos de establecer puestos avanzados de defensa frente a sus eternos rivales, los otomíes, cuyos dominios comenzaban en los límites entre Michoacán y Guanajuato, justamente en la banda opuesta del río Lerma. Más tarde su asentamiento se juzgó necesario porque en esta parte existía un vado que permitía cruzar el Lerma por el agua fácilmente, de una a otra orilla. Los primeros habitantes, aprovechando la ribera del río se dedicaron a la industria de la curtiduría, o bien a cebar cerdos en maquila para la hacienda o feudo de Santa Ana Pacueco, la que les proporcionaba el maíz necesario para la cría y engorda de los mismos. La economía del municipio se basaba fundamentalmente en la agricultura, siendo su producción principal el maíz, el garbanzo, el trigo, el frijol y en menor escala las hortalizas. En los últimos años se ha venido cultivando en forma extensiva el sorgo o maíz milo, por ser éste un elemento de primer orden para la alimentación de los cerdos. También ha adquirido importancia el cultivo de la alfalfa, a causa de la ganadería vacuna que va tomando auge. Con todo, la producción agrícola de La Piedad es escasa, pero se compensa con la introducción de cereales proveniente del colindante municipio de Pénjamo, esencialmente agrícola, que tiene por aquí fácil acceso. El régimen de tenencia de la tierra es ejidal en todo el municipio. Algunas comunidades comienzan a organizarse en forma colectiva. Por este motivo los piedadenses para subsistir han tenido que recurrir a las industrias. Hace unas décadas cobró un auge inusitado la industria de los rebozos. Se abrieron numerosos telares que proporcionaron ocupación a muchos artesanos, y también a centenares de muchachas de la población y de las rancherías circunvecinas que se dedicaban, a domicilio, a confeccionar el L ASENTAMIENTO
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laborioso empuntado de los rebozos. Se tejían los más bellos y costos rebozos de artisela de diversos matices y entramados. La mayor parte de esta producción se enviaba a diversos Estados de la República y también al extranjero, principalmente a los Estados Unidos. Pero sea porque decayó la moda y el uso del rebozo, porque escaseó la artisela o adquirió precios muy altos, o porque faltó organización y un financiamiento necesario para sostener la producción, la industria decayó y hoy representa un factor económico secundario en la población. En 1947 como en gran parte del país, La Piedad sufrió las consecuencias de la epizootia de la fiebre aftosa, y también las de la campaña en contra de la misma. Se sacrificaron millares de cerdos y de reses. Se sufrió a causa de esto y de la intranquilidad que produjo en las rancherías una depresión moral sólo comparable a la de los años de la Revolución y la peste de la influenza española. La gente en las calles se movía como en cámara lenta. Cundía la alarma de alzamientos de protesta en tal o cual comunidad del municipio. Se registraron dramáticas escenas. Un niño campesino abrazado de su becerro predilecto cayó en la fosa en que se sepultaban los cadáveres del ganado sacrificado por el rifle sanitario. Vagaba un hombre por las calles de Numarán gritando enloquecido: ¡Mi ganado! ¡Mis bueyes! Algunos campesinos al recibir el precio de sus bueyes de trabajo, se iban a la cantina a embriagarse, compraban un revólver 45, o se marchaban a los Estados Unidos. El gobierno de Alemán suspendió ciertas garantías individuales. Mas un día, de buenas a primeras, los veterinarios decretaron oficialmente que ya no existía la fiebre aftosa, y aunque la situación no había cambiado, se dio fin así a esta tremenda calamidad. De unos años a esta parte la porcicultura ha adquirido un enorme desarrollo. Es la ocupación principal de los habitantes. Existe desde el pequeño hasta el grande porcicultor. Se calcula una producción anual de 250,000 cerdos, con un valor aproximado de $280.000,000.00 anuales. Los medianos y los grandes porcicultores se agrupan en la Asociación Local de Porcicultores que consta de 273 criadores y cebadores. Con la aclaración de que los pequeños porcicultores no pertenecen a esta Asociación. 89
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La Piedad es sede de la Unión Ganadera Regional de Porcicultores en el Estado, que comprende 22 Asociaciones Municipales. Existen algunas zahúrdas perfectamente mecanizadas que tienen más de 10,000 cerdos en engorda, con ganado de buena calidad, pues el cerdo criollo ha ido desechándose por su bajo precio en Ferrería, principal centro al que se destina el ganado de esta región. También se debe hacer notar que en el perímetro urbano aun existen criaderos de marranos, y que en contados casos se han sustituido por granjas ubicadas fuera de la ciudad, muchas de ellas en terrenos del Estado de Guanajuato. Es muy difícil calcular en cifras exactas el monto de la producción agropecuaria, ya que se tropieza con muchas dificultades para obtener los datos exactos, o siquiera aproximados. En La Piedad existen porcicultores que poseen una fortuna de millones de pesos, hecha en pocos años. No son excepción los nuevos ricos. Esta industria ha dado origen a muchas otras, como es, por ejemplo, la elaboración de alimentos para cerdos en alta escala, el desarrollo de la medicina y la atención técnica veterinarias. Existen hasta ahora sólo dos empacadoras de carne de cerdo, la afamada firma comercial italiana Parma, y otra de menor cuantía, pero ambas no absorben ni siquiera el 5% de la producción porcina. Las transacciones comerciales derivadas de esta próspera industria son tan fuertes que han dado origen a la apertura de varios bancos particulares, como: El Banco de Zamora (actualmente Banca Promex), el Banco Nacional de México, el Banco de Londres y México (el más antiguo de la ciudad pero que desapareció al comienzo de la Revolución), el Banco de Comercio, el Banco de Jalisco, y una o dos agencias crediticias oficiales. La Piedad es uno de los centros porcinos más importantes de la República. La avicultura ha empezado a desarrollarse también en gran escala, de acuerdo con los sistemas modernos para la explotación de las aves de corral. El comercio es uno de los más florecientes de nuestro Estado, debido a la situación geográfica en que se encuentra colocada La Piedad, a donde concurren los habitantes de los municipios de oriente 90
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y sur, que son de menor población, y también los habitantes de los pueblos y rancherías de los Estados de Jalisco y Guanajuato que le son limítrofes. La Piedad es una de las poblaciones ahora mejor comunicadas de nuestra Entidad. La construcción de la carretera de Zapotlanejo a México presta un servicio rápido entre esta capital, la ciudad de Guadalajara y las ciudades del centro norte de la República, con todas las cuales puede comunicarse en unas cuantas horas. La construcción de la carretera de La Piedad a Carapan comunica a dicha ciudad con Zamora, Morelia, Uruapan y Apatzingán, a las que habrá que agregar dos carreteras muy recientes, la de La Piedad a Zamora y la que, pasando por Manuel Doblado comunica a la población con los Estados de Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí y Tamaulipas. En fecha reciente se construyó una moderna Central Camionera. A las anteriores obras de infraestructura había que sumar la apertura de la Planta Hidroeléctrica de El Salto, que produce la energía eléctrica que provee las industrias y los servicios públicos, como el del agua potable y el alumbrado de la población. Un hombre de empresa, originario de Zamora, pero que se instaló en la ciudad hace sesenta años, ha sido un incuestionable factor de cambio de la población. En grado tal ha sido fecunda y continuada su obra, que podríamos atribuir gran parte del progreso de la ciudad a su esfuerzo, iniciativa, trabajo e ingenio. Nos referimos al ahora ya nonagenario señor José García del Río, quien emprendió su obra constructiva: apertura del pozo que provee de agua a toda la población y otras más, hacia 1914, en plena Revolución. El señor García del Río, asociado con sus hijos y otros colaboradores, ha implantado una fábrica o taller mecánico que es único en la República. En ésta se reparan las turbinas de gas de Petróleos Mexicanos, las que antes eran desechadas y consideradas como chatarra por carecerse en México y en el extranjero de una fábrica reparadora de las mismas. En este taller llamado Turbomáquinas se da trabajo y se prepara a muchos jóvenes de este lugar. La ciudad crece rápidamente y se hace cada vez más moderna. Los dos problemas que enfrenta, el del aumento de la cantidad de 91
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agua potable, que es insuficiente actualmente, y el de la urbanización, se ha ido resolviendo paulatinamente. El municipio, con la ayuda de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos está renovando y ampliando las redes de distribución de agua potable, así como haciendo la perforación de un nuevo pozo en el Cuitzillo. En materia de urbanización se ha seguido un ritmo acelerado. Se han abierto nuevas colonias en la parte alta de la ciudad y por la entrada de la carretera de Guadalajara. Se han construido dos amplios boulevares y un puente moderno de cuota que facilita el tránsito y dan belleza a la ciudad. Se construyó en uno de estos boulevares un hermoso Parque, a la orilla del Lerma, que lleva el nombre del general Lázaro Cárdenas. Por este mismo boulevard se encuentran el edificio moderno de la Escuela Secundaria Federal Lic. Rafael Reyes, y el Paseo del Recuerdo en la antigua Quinta de Guadalupe. En el renacimiento Tomás Campanella concibió una Ciudad del Sol: De diverso modo, o sólo por coincidencia nominativa, aquí se hizo realidad la utopía de Campanella. Recientemente se ha hecho un fraccionamiento próximo a la ciudad, situado en un hermoso lomerío que se alza en uno de los recodos del Lerma, que puede considerarse por la construcción de sus casas residenciales de un diseño nuevo, por su planificación funcional, por los servicios públicos que proporciona, como un modelo en su género. Y lleva precisamente el nombre de Ciudad del Sol. Se han construido, en suma, dos puentes más sobre el Lerma, uno de servicio público, el Puente Morelos, y el otro de cuota; este último en la carretera que pasa por un costado de la ciudad, sin entrar en ella. Desahoga mucho el paso de vehículos de tránsito para México y Guadalajara. Hay un problema que no ha podido resolver la población, y es el del saneamiento del ambiente. Las zahúrdas están diseminadas en la población o en lugares próximos y envenenan, corrompen el ambiente, son un peligro constante para la salud de los habitantes. Se dice, y esto es verdad, que toda la ciudad huele a cerdo. El aire se hace irrespirable para los viajeros, que no acostumbrados al ambiente, cruzan la carretera por este lugar. Pero tengamos fe en que todos estos problemas se resolverán en breve tiempo, porque es urgente hacerlo y porque la actividad 92
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creadora de sus habitantes es el factor esencial de la nueva sociedad piedadense. En los íntimos estratos de su alma colectiva nos sorprende encontrar una voluntad autónoma, potestad de autogestión que más que esperar las soluciones a las carencias del gobierno, confía en sus propias fuerzas y en sus propios recursos. ASPECTOS DEMOGRÁFICOS Y SOCIALES A)
Población Total
La población municipal ha venido creciendo, según los censos de 1940-70, en la siguiente forma: en 1940 había 21,989 habitantes; en 1950, 31,011; en 1960, 41,619; para 1970 alcanzó la cifra de 52,432, y para 1976 se estima en 63,783 habitantes, por lo que los incrementos relativos correspondientes a los años señalados respecto de 1940, son como sigue: 41.0, 89.3 y 138.4%, respectivamente; el aumento neto que experimentó durante el decenio 1960-70 es de 25.9% (10,813 habitantes). Se estima que la población para 1980 será de alrededor de 66,954 habitantes. Los ritmos de crecimiento han venido decreciendo. La tasa media anual durante 1940-50 fue de 3.5%; en la década 1950-60 pasó de 3.0% para disminuir aun más en el periodo 1960-70 que fue de 2.3%. Las tasas de crecimiento registradas en el Estado durante el periodo señalado son de: 2.0 y 2.3%; por lo que el ritmo de crecimiento demográfico municipal ha decrecido en los últimos 30 años, en tanto que el del Estado ha venido en aumento. Por lo que hace a la participación de la población del municipio respecto a la del Estado viene en aumento desde ese año, con el 1.9% en 1940, 2.2% en 1950, 2.3% en 1960, manteniéndose igual en 1970. Las causas más importantes que favorecen el crecimiento demográfico son las mismas que las a nivel estatal: la disminución de la tasa de mortalidad infantil, que de 9.6 en 1960 pasó a 8.6 por millar en 1970, y a 5.48 durante el primer semestre de 1977, y la tasa de natalidad que es de: 48.1 y 47.3 al millar en los dos primeros años señalados y de 37.1 durante el primer semestre de 1977.
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B) Composición de la población por edad y sexo De un total de 52,432 habitantes en 1970, el 49.3% (25,825) pertenecen al sexo masculino y el 50.7 (26,607) al sexo femenino. El grupo mayoritario lo forman las mujeres, cuyo promedio es de 1.03% mujeres por cada hombre. Con respecto al Estado, esta relación es de 0.99%. La pirámide de edades muestra que la base es muy amplia de los 0. a 14 años de edad, 24,365, representando el 46.4%; el 11.2% lo constituye el grupo de 15 a 19 años, con 5,876. Ambos porcentajes suman el 57.6%, significando con ello que más de la mitad de la población es joven. De los 20 años en adelante, 22,191, la pirámide de edades empieza a decrecer en forma casi continua. C) Densidad de Población El territorio municipal tiene una superficie de 271.59 Km2 que representa el 0.5% de la extensión estatal (59,864 Km2). Lo anterior indica que se encuentra entre los municipios de menor superficie. La densidad de la población en 1970 fue de 193.06 habitantes por Km2, muy por encima a la del Estado que fue de 39.9. El municipio representa el 2.26% de la población del Estado. En el año de 1977 la densidad fue de 227.8 habitantes por Km2. Entre las localidades de mayor concentración de población, sobresalen: La Piedad de Cavadas (cabecera municipal), con 45,731 habitantes; Río Grande con 2,300; Ticuítaco con 1,380; Los Guajes con 1,700, y Paredones con 1,190. El resto de las localidades registra población inferior a los 1,000 habitantes. D)
Población Urbana y Rural
El análisis de la población urbana y rural nos revela que en los últimos años la población urbana ha venido en aumento; en 1960 fue de 24,337 habitantes, en tanto que la rural lo fue de 17,282; para 1970 la urbana pasó de 34,963, en tanto la rural a 17,469, diferencia que representa el 67% y el 33%, respectivamente. La misma relación encontramos en la población estatal, de 46% y 54%, respectivamente. 94
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Las 46 localidades, en 1970, se hallaron repartidas por el número de habitantes en la forma siguiente: LOCALIDADES POBLACIÓN Total Porcentaje Total Porcentaje Total De 1a " 100 a " 500 a " 1,000 a " 30,000 a
99 499 999 2,499 39,999
46 10 20 12 3 1
100.0% 21.8 43.5 26.1 6.5 2.2
52 432 656 4 456 7 604 4 753 34 963
100.0% 1.3 8.5 14.5 9.1 66.7
En el cuadro anterior se observa que el 97.9% de las localidades está integrado por grupos con menos de 2 499 habitantes. E)
Movimiento Social
Se dijo anteriormente que el municipio registra un crecimiento anual de población de 2.3% en el último decenio. Este crecimiento fue afectado por los movimientos migratorios en la forma que sigue: En 1970, había 47,318 personas nacidas en la entidad radicando en el propio municipio e instalaron su residencia 5,114 personas más nacidas en otras entidades o país. En el mismo año se encontró que el numero de inmigrantes llegados al municipio fue de 5,391 personas, de las cuales el mayor número provino del Estado de Guanajuato, 2,540, y de Jalisco 1,223. Sólo 277 personas regresaron a su lugar de origen. En cuanto al número de emigrados, se calcula en este mismo periodo en 5,200 personas, con destino a los USA. y al D.F., principalmente. Este desplazamiento de la ciudad cabecera a otros lugares del país o al extranjero, en particular a los Estados Unidos de Norteamérica, obedece, por una parte, a la falta de fuentes de trabajo, y por la otra, a la también falta de coordinación entre los factores que intervienen en la explotación justa y racional de la tierra.
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F)
Población económicamente activa e inactiva
En 1960 la población de 12 años o más fue de 25,338 habitantes y en 1970 pasó a 32,391, dato que indica que una parte considerable de la población (20 041) son menores de edad. La población económicamente activa, en 1977, fue de 12,327 habitantes, de los cuales 442 se encontraron desocupados. Los 11,885 restantes desempeñaron labores en el campo y la industria, principalmente. La población inactiva fue de 20,064 habitantes, dedicada a actividades en el hogar, estudiantes y otras. a) Población económicamente activa por sectores y ramos de actividad. Se dijo también que la población económicamente activa ocupada fue de 12,085 personas. De este total 4,317 participaron en el sector primario, en las ramas de agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca. El sector secundario empleó a 2,382 personas; la rama industrial ocupó 1,723; la de la construcción a 571; energía eléctrica, extractiva y petróleo a un total de 88 personas. El sector terciario registró el mayor número de personas ocupadas, con un total de 5,386. La rama servicios absorbió 1,864; comercio, 1,517; transportes, 394; gobierno, 201 y no especificados, 1 410. b) Población económicamente activa por la Posición en la Ocupación y en el Trabajo. La estructura ocupacional y del trabajo nos refleja que el mayor número de personas económicamente activas ocupadas (12,085) laboran en actividades industriales y agropecuarias. El aspecto ocupacional estuvo integrado de la siguiente forma: en labores agropecuarias, 4,186; obreros no-agrícolas, 2,806; conductores de vehículos, 1,130; comerciantes y vendedores, 1,221; personal administrativo, 852; profesionales y técnicos, 542; personal directivo, 205 y no especificados 1 143. En lo que se refiere a la posición en el trabajo había 4,576 obreros o empleados; 2,688 jornaleros o peones; 2,576 que trabajaban por su 96
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cuenta; 1,321 patrones, 924 en negocios familiares. La mujer participó en un total de 1,803 en estas actividades. c) Población económicamente Activa por Niveles de Ingreso. En lo referente a los niveles de ingresos se observa que la población económicamente activa ocupada, el mayor número, 8,446, declaró ingresos mensuales de 100 a 999 pesos, destacando 3,200 trabajadores en labores agropecuarias y 2,167 obreros. Con ingresos de 1,000 a 9,999 pesos mensuales declararon 1,971 personas; obreros, 411; trabajadores en labores agropecuarias, 307 y comerciantes, 314. Con ingresos superiores a los 10,000 pesos mensuales, sólo 81 personas declararon ingresos. El mayor número, 23, fueron de trabajadores en labores agropecuarias; 16 obreros; así como lo son especificados. Sólo 1,587 personas no declararon ingresos. G) MARCO SOCIAL a)
Alimentación y calzado
La alimentación en el municipio se estima deficiente en su gran mayoría. El 70% de la población ocupada tiene ingresos inferiores a los 1,000 pesos mensuales; además, por cada persona ocupada que recibe ingresos hay 4.3 personas que no lo reciben. Por lo que hace a su dieta alimenticia, de un total de 52,432 habitantes, el 77.14% se alimenta de carne; el 67% de huevos; 69% de leche; 11.59% de pescado y el 67.67% de pan de trigo, uno o varios días de la semana. Se estima que un 20% de la población rara vez consume alguno de estos alimentos. La población de un año o más, el año de 1977 fue de 50,719, de los cuales 45,332 usan zapatos; 4,918 usan huarache y 469 andan descalzos, o sea, el 0.92% de la población se encuentra en este último caso.
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b)
Vivienda
En el año de 1970 el Censo registró un total de 8,347 viviendas en las que habitaron 9,142 familias. El número de habitantes por vivienda es de 6.3. Del total de viviendas, 5,797 son propias y 2,550 no lo son. En cuanto a su clase: 3,074 viviendas de 2 cuartos es la cifra más alta; le sigue las de 1 (uno) con 2,121 y de 3 cuartos con 1,628 viviendas. Por sus condiciones cualitativas el mayor número de viviendas están construidas con adobe, 4,433 para 27,359 habitantes; de ladrillo, 3,393 para 21,940 habitantes; de madera, embarro y otros materiales, 521 para 3,133 habitantes. El material predominante en cuanto a techos, 5,949 son de teja, y en lo que a piso se refiere, 3,145 viviendas son de tierra, 3,610 carecen de agua entubada. ASPECTOS ECONÓMICOS Sector Primario De este sector con 4,317 personas ocupadas, en 1970, sólo los renglones agricultura y ganadería tienen importancia económica. A)
Agricultura
Por lo que respecta a la agricultura, ésa se desenvuelve con las siguientes características: 1) Es predominantemente extensiva y de temporal, por lo que bien puede ser considerada como una actividad de subsistencia en la que se emplean métodos tradicionales y técnicas atrasadas, siendo, además, poco diversificada. 2) La principal área irrigada (1,694 Has.) es la comprendida en el Distrito de Riego, donde organizaciones privadas y ejidales utilizan tecnología avanzada en su explotación.
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Tenencia de la tierra Con datos de 1970, del Censo Agrícola Ganadero y Ejidal de 1975 de la SIC, de las 16,099 Has. que se censaron dentro del municipio, 5,309 Has. son de propiedad privada, con 679 dueños; el resto, o sean 10 790, se distribuyen en 23 ejidos con una extensión de 10,784 Has., cultivadas por 982 ejidatarios y un predio de propiedad municipal con extensión superficial de 6 Has. Superficie cultivada Los principales productos agrícolas cultivados son: maíz, frijol, sorgo, trigo, garbanzo, cebollas, alfalfa, jitomate, papa, jícama y chile. Con datos del mismo Censo, la extensión total en el municipio es de 27,159 Has. El total de tierras censadas (16,099.5) se clasifican en la siguiente forma: De Labor: Temporal Jugo Riego PASTOS
6 268.8 Has. 182.5 " 1 694.0 "
BOSQUES INCULTAS PRODUCTIVAS IMPRODUCTIVAS
8 145.3 Has.
6 678.5 " 203.0 " 7.5 " 1 062.2 "
La fruticultura es incipiente; sólo merece mencionarse la producción de guayaba. B)
Ganadería
La ganadería, en el municipio y en la ciudad cabecera ocupa un nivel muy importante. Está considerado como el principal centro porcícola del país.
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Población ganadera: Se estima que en 1970 el número de cabezas de porcinos fue de 200,000. Además, como la configuración del suelo propicia la cría y engorda de ganado, en bovino se registraron 11,000, en caprino 9,000 y 47,000 en aves. El número de colmenas alcanza la cifra de 950. 2)
SECTOR SECUNDARIO
No obstante las perspectivas de desarrollo industrial que ofrece el municipio por su estratégica ubicación, sólo la industria de transformación sobresale económicamente. El número de personas ocupadas fue de 2,382. Industria de Transformación Las principales industrias establecidas en 1970, son:
3 Fábricas de embutidos de carne 3 Fábricas para alimentos de ganado 1 Fábrica de bombas de riego 1 Fábrica de cartuchos 1 Fábrica de hilados y tejidos 1 Fábrica de colchones 1 Fábrica de velas y veladoras 1 Vulcanizadora
El capital invertido es de alrededor de 10 millones de pesos. El nivel artesanal ha venido en decadencia. Se producen rebozos y mantelería. 3)
SECTOR TERCIARIO
En 1970 había 5,386 personas ocupadas en este sector. 100
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A) COMERCIO La cabecera del municipio se ha convertido en un centro comercial de importancia. La actividad agropecuaria ocupa un lugar predominante dentro de la economía municipal, por lo que el comercio está sujeto a las transacciones con productos primarios y en determinados ciclos productivos. En el propio año de 1970 había 355 pequeños establecimientos comerciales sujetos al pago de impuestos al Estado, con un total de 900 mil pesos manifestado. 632 establecimientos más estuvieron sujetos al pago de impuestos mercantiles, con un capital manifestado de 23.5 millones de pesos. B)
TRANSPORTES
La confluencia y el número de caminos y vías de comunicación que por el municipio cruzan hacen de este renglón uno de los más importantes y desarrollados. El número de vehículos que por aquí transitan hacen de este municipio un lugar estratégico para el establecimiento y desarrollo de una amplia gama de actividades. C)
TURISMO
Es renglón con muy limitado desarrollo, debido a las características propias de la región. En la ciudad cabecera se localiza una Sub-delegación, dependiente del Gobierno del Estado. La industria hotelera cuenta con 12 instalaciones en sus tres categorías, que permiten satisfacción y descanso, así al viajero como al turista. En cuanto a restaurantes, existen 12 establecimientos en sus distintas categorías. La ciudad de La Piedad, cuenta, asimismo, con 5 gasolineras y 10 salas-auditorios para convenciones. 101
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Lugares de recreo Deportes acuáticos, caídas de agua, cañones de singular belleza, lagos artificiales, zonas arqueológicas y prácticas de la charrería. INFRAESTRUCTURA La infraestructura es considerada como el conjunto de obras y servicios que constituyen un requisito previo para el desarrollo económico. El municipio de La Piedad cuenta ya con ese conjunto de obras y servicios que consolida a esta zona como un importante polo de desarrollo económico. La Piedad, después de haber sido titulada como ciudad en el año de 1871 y con su tradicional importancia en las comunicaciones, primero fluviales antes de la conquista, y después como posta obligada en el Mesón del Refugio, para la ruta de las diligencias más importantes del país, la de México-Guadalajara, fue incorporada a la red telegráfica nacional en el año de 1875, y en los últimos años del siglo XIX, como un anticipo al desarrollo que le esperaba, entre sus acontecimientos venturosos, vio la llegada del primer ferrocarril de la vía México-Guadalajara, el 15 de mayo de 1888. En los albores del siglo XX, no queriendo parar el tren de progreso que se había puesto a funcionar en el siglo XIX, en el año de 1901, el señor Luis G. Ramírez Mora, entonces propietario del Mesón del Refugio y de un negocio de diligencias, visualizando los cambios que la nueva época requería, con un grupo de amigos progresistas de la ciudad crearon una compañía de tranvías, con la cual establecieron la comunicación por vía férrea entre la estación de Pénjamo, Gto., y la ciudad de La Piedad, Mich., y, simultáneamente, con este acontecimiento, se construyó el primer edificio de servicio público para el Banco Nacional de México, S.A., que se inauguró el año de 1904. En estos primeros años del siglo XX, las grandes ciudades del mundo se llenaban de orgullo con su novedoso alumbrado eléctrico y abrían las puertas a la industria mecanizada a lo largo de sus líneas y comparaban su grandeza con las dimensiones de sus plantas 102
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eléctricas. Juicio de importancia y de gran interés que La Piedad sintió en sus grandes anhelos de progreso, y por cuyo efecto y para satisfacción de los piedadenses, el 15 de noviembre de 1906 se puso a funcionar en las goteras de la ciudad la primera planta hidroeléctrica con el nombre de Quinta de Guadalupe, que suministró energía eléctrica, por primera vez, a los hogares de la ciudad y al campo, en las áreas circunvecinas de los Estados de Michoacán y Guanajuato, habiendo logrado también, con esta planta, el primer almacenamiento de agua a escala mayor en la región mediante la captación de aguas broncas que, convertidas en mansas, se utilizaron para beneficio del riego del campo. Con importantes niveles de agua en el río para riego del plan de La Piedad, con energía eléctrica barata de las plantas hidroeléctricas Quinta de Guadalupe y San Francisco, de Velasco Hermanos, más trabajos de bordería para aniegos y riegos realizados por progresistas agricultores, así como con las Cajas de Préstamos de la época, se llegaron a cultivar casi todos los planes de La Piedad, origen de nuestro desarrollo económico y de una muy importante actividad comercial en la ciudad. De esa manera, para el año de 1910 se lograron cultivos a tierra venida, del orden de cinco mil hectáreas, y de riego, con modernas estaciones de bombeo electromecánico, tres mil hectáreas. Infortunadamente se presentó la necesidad de parar este ritmo de trabajo por virtud de las horas violentas de nuestra revolución, por una parte, y por la otra, debido a que frente al deseo de nuestra gente de transformar lo más rápidamente posible las grandes áreas, antes de contar con la posibilidad de construir las obras hidráulicas para lograr un mejor aprovechamiento técnico y adecuado de la nueva distribución de la propiedad, se interpuso el paso de transición entre las formas tradicionales de trabajo de la tierra y las nuevas técnicas de explotación y cultivo, que obligaron al campesino a abandonar las obras que se habían construido originalmente por resultar inoperantes, hechos y circunstancias por los que el campo quedó convertido en el cementerio más grande de obras hidráulicas de la república mexicana. En el suspenso económico de los años veintes, cuando todo parecía que en esta región del centro del país no había más porvenir 103
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que el ir a trabajar a tierras de Norteamérica, en esta ciudad, el señor José García del Río establecía el primer servicio de agua potable domiciliaria, se iniciaba el funcionamiento de la Compañía Bancaria del Centro, S.A., de los Hermanos Heredia, el desarrollo de la curtiduría, zapatería e industria rebocera, así como la fabricación de ropa y otras actividades artesanales. Las Juntas de Mejoras Materiales de la época, por primera vez en el Estado de Michoacán, pavimentaban con asfalto las principales calles de la ciudad, y a fines del decenio, el 28 de julio de 1928, fue inaugurado el servicio telefónico de larga distancia nacional e internacional en el antiguo edificio del Mesón del Refugio, que hoy lleva el nombre de Hotel Imperial. Por los años treintas, por efecto de las grandes crisis económicas mundiales, La Piedad quedó casi sin habitantes al emigrar gran parte de nuestra gente a los Estados Unidos de Norteamérica, o bien, a la capital de la República, en busca de algún medio, que, aunque modesto, les permitiera subsistir. Las gentes que se quedaron en la población se esforzaban por no perder su tierra y en la titánica lucha contra la adversidad del momento, se gestaban programas de superación y crecimiento para la agricultura, la industria, las comunicaciones y la educación. En esos días, cuando las empresas extranjeras tenían el control del crecimiento del país, cuando una de nuestras plantas eléctricas había dejado de funcionar por la falta de control de caudales en el río Lerma, y la otra había quedado bajo el control de las empresas extranjeras, ante la terrible carencia de energía que imperaba en el país y la imposibilidad de seguir impulsando nuestro desarrollo, un grupo de piedadenses apoyados por el iniciador de nuestra independencia económica, el entonces Presidente de la República, general Lázaro Cárdenas, hicieron nacer en esta población dos pequeñas empresas eléctricas que con administración, capital, tecnología y maquinaria hecha en México, desafiaban a los gigantes extranjeros, haciendo desaparecer las restricciones eléctricas en esta región, en grado tal, que cuando en todo el país se observaban apagones por las grandes carencias de plantas generadoras, en La Piedad no faltó la luz un solo día.
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Puede considerarse que aquí nació la confianza para el inicio de la mexicanización de la industria eléctrica nacional, ya que de esta manera pudo demostrarse físicamente que los mexicanos también podían diseñar, construir, operar y mantener sistemas eléctricos a precios competitivos, sin la necesidad de recurrir a experiencias o divisas extranjeras. Con el funcionamiento de estas empresas mexicanas fue posible reiniciar los cultivos de riego en esta región, que se habían perdido a consecuencia de los cambios de la tenencia de la tierra, y al contar con energía barata, se inició la mecanización de la industria ganadera local, con un índice de crecimiento superior al resto del país. En forma muy especial, con las plantas hidroeléctricas ya mencionadas tomó origen en la República la tecnología encaminada al conocimiento de los turbo-mecanismos. Con los primeros avances en la agricultura, la ganadería, la industria y el comercio, simultáneamente se procedió a hacer caminos vecinales para vehículos de motor en torno a La Piedad, lográndose así la comunicación con otras poblaciones como Zamora, Yurécuaro y Numarán, Mich., Pénjamo, Gto., y Degollado, Jal. Las gestiones y ejecución de todos estos trabajos fueron realizadas por distinguidos piedadenses encabezados por los señores José García del Río, Ing. Guillermo Ramírez Zenteno y Juan N. López, quienes tuvieron la audacia de que su Comité de Caminos fuera el más activo del país y el de mayor influencia en la región. Desde su fundación, este Comité de Caminos trabajó en muchas de las comunicaciones nacionales que se encuentran en servicio, y otras que aun están pendientes de programación, dentro de las cuales está la que restablecerá la antigua ruta que seguían las diligencias entre México y Guadalajara, que es la verdadera vía corta entre esas dos grandes ciudades, con una economía de más de cien kilómetros en su recorrido, en comparación con las rutas actuales en servicio, pues partiendo de México pasaría por Atizapán, Atlacomulco, Tlalpujahua, Maravatío, Santa Ana Maya, Puruándiro, La Piedad, Tanhuato, La Barca, Ocotlán y Guadalajara. Recorriendo el corazón de la República y haciendo un verdadero acto de justicia social a toda esta región tan densamente poblada, que fue sacrificada por no
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haberse actualizado los proyectos de las rutas antes descritas, de conformidad con los requerimientos de la época. En la actualidad el camino México-Guadalajara tiene un tráfico del orden de diez mil vehículos diarios, lo que daría una economía a la nación de tres mil millones de pesos anuales al disponerse de la ruta de las diligencias. Además, trazando en el mapa de México círculos concéntricos a la mitad de esta vía corta, la población estimada dentro de ellos sería: en 100 kilómetros, dos millones de habitantes; en 200 kilómetros, ocho millones de habitantes y en 300 kilómetros, veinticinco millones de habitantes, con una concentración de población que no es posible trazar en ningún otro lugar del país. Con los resultados positivos de las diferentes actividades de los buenos piedadenses para dotar a esta población de las infraestructuras necesarias para su desarrollo social y económico, los Gobiernos estatales y federales también fijaron su atención en este lugar, y para fines de 1958, cuando ya La Piedad había logrado un lugar prominente en el país en la industria porcina, con una producción regional de mil quinientos cerdos diarios, cuando tenía más de tres mil quinientos operarios en la industria rebocera e iniciaba sus actividades en la industria electromecánica, sobrevino una crisis laboral debido a la falta de uso del rebozo, una crisis en la industria del cerdo por falta también de mercado nacional y una gran inundación que afectó todos los planes de cultivo que ocasionaron que el Gobierno Federal fijara su atención en nosotros y muy especialmente el entonces Presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos. El Lic. Adolfo López Mateos, quien conociera a La Piedad, entre otros motivos, por ser la tierra de su Secretario Particular, Lic. Humberto Romero Pérez, quien se ha distinguido como decidido benefactor de esta ciudad que lo vio nacer, en la inundación y crisis económica de 1958, que entre otras cosas desquició la economía regional, el C. Presidente de la República dispuso se auxiliara a la región a través de las diferentes Secretarías de Estado a fin de lograr su pronta recuperación y su reorganización a nivel nacional, programas en los que se incluyeron obras muy importantes de infraestructura general como electrificación, salubridad, irrigación, 106
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caminos, urbanización, educación y muchas más, por lo que pronto esta región de La Piedad volvió a recuperar un ritmo creciente de desarrollo, hasta llegar a ser uno de los lugares mejor preparados en infraestructuras generales en el centro del corredor industrial Querétaro-Guadalajara y en el cruce con el eje de desarrollo económico León-Lázaro Cárdenas. PROGRAMAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL Siendo La Piedad el principal centro porcino nacional, en la actualidad se está proyectando un rastro TIF, que además de auxiliar la compra de ganado de pie, será el firme abastecimiento de las empacadoras de carnes. Teniendo ya la fábrica principal de productos finos en conserva, se estudia la posibilidad de una gran planta de productos populares del cerdo. Al lograr la ampliación de la industrialización del cerdo, se formarán otras pequeñas industrias complementarias de la principal. Como centro muy importante de las comunicaciones por carreteras, además de tener muchos talleres automotrices y haber iniciado la fabricación de máquinas-herramientas para la industria automotriz, se encuentra próxima la fabricación de partes para automóviles. La industria textil que prácticamente había desaparecido con el colapso rebocero en 1958, empieza nuevamente a desarrollarse con la manufactura moderna de prendas de vestido. La elaboración de artículos deportivos ha estado modernizando sus productos y en la actualidad gozan ya del más alto prestigio nacional, lo que ha abierto nuevos horizontes a sus manufacturas. La industria metal-mecánica, como consecuencia de la mecanización del campo y de la ganadería, ha generado una serie de pequeños talleres que son la semilla de las grandes industrias. En el aspecto electrometalúrgico, en plena iniciación, guarda las mejores perspectivas por lo favorable del energético principal en esta región.
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En la industria de los turbo-mecanismos, siendo este lugar el pionero en la América Latina, se está viendo con agrado por los inversionistas nacionales y extranjeros para instalarse en esta región. En lo correspondiente a la industria del aluminio, se tiene en estudio y gestiones muy adelantadas, la instalación de una planta de envases con capacidad de ochocientos millones de latas anuales. En resumen: Puede considerarse que si Lázaro Cárdenas fue el pilar de las industrias primarias en el Estado, La Piedad puede ser el centro de procesos industriales secundarios de alta especialidad en Michoacán. COMUNICACIONES Vías férreas El ferrocarril México-Guadalajara-Manzanillo toca el municipio de La Piedad, aunque la estación está ubicada a 5 kilómetros de la ciudad cabecera, ya que en el municipio de Pénjamo, Gto., es donde realmente queda ubicada. De esta estación, La Piedad dista 444.1 kilómetros de la ciudad de México y 523.7 kilómetros de Manzanillo. Está situada a una altura de 1,679.7 metros sobre el nivel del mar. El ferrocarril se sigue usando como medio importante de transporte de carga, pues el pasaje ha disminuido al mínimo, debido a que las más importantes líneas de autobuses foráneos tocan en sus rutas esta ciudad con frecuente periodicidad, circunstancia que facilita un permanente movimiento de pasajeros. Al noreste del municipio de La Piedad se encuentra otra estación ferroviaria denominada "Patti", que se utiliza principalmente para servicio del mismo ferrocarril, ya que por virtud de una pendiente muy prolongada que une Yurécuaro y La Piedad, los trenes procedentes de Guadalajara tienen como maniobra obligada el que una máquina arrastre la mitad de los vagones hasta Patti, misma que regresa por la otra parte a Yurécuaro, lugar desde donde el convoy integrado en su conjunto continúa la marcha hacia su destino. El horario no es regular porque los trenes son de paso sobre la ruta México-Guadalajara o viceversa. 108
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La vía ferroviaria México-Guadalajara fue inaugurada el 15 de mayo de 1888 y fue la primera comunicación que tuvo La Piedad. Carreteras En el municipio de La Piedad y concretamente en la ciudad cabecera, tiene lugar un cruce de carreteras: 1. La carretera federal México-Guadalajara (vía corta La Piedad). La ciudad de México queda a una distancia de 420 kilómetros. Es carretera pavimentada, transitable en todas las épocas del año. Las líneas de camiones para pasajeros son las que hacen el tránsito por esta carretera hacia el sureste y el suroeste de la República. 2. Carretera federal Zamora-Morelia, que entronca con la carretera México-Guadalajara. También en Zamora conecta esta vía con la carretera que va a Los Reyes, Buena Vista y Apatzingán, Mich. (207 kilómetros). Queda Zamora a una distancia de 52 kilómetros de La Piedad y Morelia a 152 kilómetros. Carretera pavimentada, transitable en todas las épocas del año y en buenas condiciones. Circulan varias líneas de autobuses. 3. Carretera federal La Piedad-Yurécuaro-Tanhuato-Vista Hermosa-La Barca-Guadalajara. Carretera pavimentada. Los autobuses que transitan por esta vía son: Flecha Amarilla y Transportes La Piedad. La ciudad de Guadalajara dista de la ciudad de La Piedad 170 kilómetros por esta vía. 4. Carretera La Piedad-Carapan (construida por el Estado y la Federación). En Carapan conecta esta vía con la carretera nacional. Carapan queda a 76 kilómetros de La Piedad. Carretera pavimentada, transitable en todas las épocas del año. Las líneas de autobuses que transitan por esta vía son: Flecha Amarilla y Autotransportes La Piedad. 5. Carretera La Piedad-Zináparo-Penjamillo-Puruándiro, construida por el Estado y la Federación. Zináparo dista de La Piedad 27 kilómetros y Puruándiro 76. Por Puruándiro se continúa a Cuitzeo del Porvenir (26 kilómetros) y de allí a Morelia (93 kilómetros). Por esta ruta La Piedad está a 187 kilómetros de la ciudad de Morelia. Carretera pavimentada y
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transitable en todas las épocas del año. Los autobuses que siguen esta ruta son: Flecha Amarilla y Autotransportes La Piedad. 6. Carretera por cooperación entre Estado y Federación tiene como ruta La Piedad-Cd. Manuel Doblado, Gto.-León, Gto., con una extensión total de 106 kilómetros; totalmente pavimentada y transitable en cualquier época del año. Los autobuses que circulan por esta vía son: Flecha Amarilla y Autotransportes La Piedad, hasta Manuel Doblado y de allí en adelante por la línea Guadalajara-LeónMéxico. Esta confluencia de carreteras a través del municipio permite una fácil comunicación a todas las rancherías y poblados del mismo, por lo que los Ayuntamientos han abierto caminos vecinales cortos de entronque con las carreteras principales; entre otros, El Zapote, El Pandillo y Paredones, por una parte, y por otra, Taquiscuareo y El Capricho, que tienen a su vez conexiones con la carretera La PiedadZamora. Los poblados el Tanque de Peña, Ojo de Agua de Serrato y San Juan del Fuerte tienen su entronque con la carretera La PiedadGuadalajara. Todas las rancherías situadas al sureste de la ciudad cabecera se comunican entre sí por un camino cimentado con fuerte tepetate, transitable en todo tiempo. Tales rancherías son: Los Moreno, El Tigre, El Jagüey, Los Melgoza, Los Navarro, Ticuítaco y otros. De la ciudad cabecera parten caminos vecinales directos al Cuitzillo y El Calabocito, pasando por Banquetes y San Nicolás; otro a Guanajuatillo y otro más a San José de Heredia, que pasa por Potrerillos y Arroyo Hondo. En San José de Heredia se proyecta la construcción del rastro municipal, una posible estación de ferrocarril y un nuevo panteón. Todas las rancherías que faltan por enumerar quedan relativamente cerca de las carreteras y de las estaciones de ferrocarril. Resulta en la actualidad muy útil la carretera de libramiento de La Piedad, construida por Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos, que cruza el río Lerma. También está en proyecto y estudio la continuación de la autopista Zapotlanejo-La Piedad.
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Esta confluencia de importantes carreteras en la cabecera del municipio que nos ocupa ha sido generada por dos razones fundamentales: a) Su ubicación en el curso de la ruta más corta entre las dos ciudades más importantes del país: México, D.F. y Guadalajara, Jal. b) Su ubicación en el centro geográfico de la República, razón por la que es región de intenso movimiento de productos y población, ya que es, asimismo, una de las zonas de mayor densidad en el Estado. Esta circunstancia debe ser considerada por los Gobiernos Estatal y Federal y por la iniciativa privada local y nacional, como un ventajoso, importante y favorable factor para el desarrollo, promoción y fomento de la industria. Servicio aéreo Existe en las cercanías de la carretera La Piedad-Carapan una pista de terracería para avionetas de poca envergadura, que es utilizada por particulares y compañías fumigadoras. No existen rutas aéreas comerciales en atención a que esta pista no se puede utilizar en todas las épocas del año. Cuenta con una extensión aproximada de 1,200 por 30 metros. Se tiene en proyecto la construcción de un aeropuerto entre los Gobiernos del Estado y Municipal y los propietarios de la pista actual. Telégrafos La Oficina de Telégrafos Nacionales de México se encuentra ubicada en la calle de Hidalgo, lado oriente de la plaza central. Presta el servicio de mensajes ordinarios, o sea, despacho, recepción y reparto, por riguroso turno, así como el de urgencia que tiene preferencia respecto al anterior. Cuenta asimismo con el servicio de giros ordinarios y urgentes. Despacha mensualmente un promedio de 3,300 mensajes y recibe, aproximadamente, una cantidad igual. En materia de giros registra un promedio mensual de 700 que salen y 950 que recibe. Esta Oficina forma parte de la Dirección 17ª del país y fue establecida el 22 de febrero de 1875. 111
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La oficina de telégrafos citada opera directamente sobre máquinas teleimpresoras, sistema que aligera y expedita el servicio. Correos La Administración de Correos cuenta con los servicios de despacho, recepción y reparto de cartas, envíos abiertos y paquetería, comprendiéndose entre los segundos las publicaciones y los periódicos. Cuenta, además, con el servicio de expedición y cambio de giros postales, así como el de reembolso. Tiene establecida una sucursal dependiente de la Central Camionera, oficina que es manejada por un solo empleado. Teléfonos Teléfonos de México, S.A., opera únicamente en la ciudad cabecera. En 1974 contaba con 1,485 líneas con 2,254 aparatos instalados; funciona automáticamente. En 1928 se inauguró la red telefónica de larga distancia. Bancos Para impulsar las actividades comerciales, agrícolas y ganaderas, existen en la ciudad cabecera 8 instituciones bancarias, con oficinas establecidas en distintos rumbos de la ciudad y operan, además, 11 instituciones sin oficinas en la localidad. Las instituciones establecidas son como sigue:
Banco Nacional de México, S.A. Bancomer, S.A. Banca Promex, S.A. Banco del Pequeño Comercio del D.F., S.A. Banco Agropecuario, S.A. Banca Serfín, S.A. Unión de Crédito Agrícola, Ganadero e Industrial de La Piedad, S.A. 112
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Banco Industrial de Jalisco, S.A.
Electrificación En 1973 había 31 localidades con este servicio, beneficiando a 48,994 habitantes. La planta hidroeléctrica llamada de Guadalupe se inauguró el año de 1896. Con este motivo hubo una ceremonia presidida por el entonces Gobernador del Estado, don Aristeo Mercado. Pero no fue sino hasta el 15 de noviembre de 1906 cuando se contó en la población con el servicio de luz eléctrica. Irrigación Dentro del municipio existen sólo presas para pequeña irrigación. Presa "Antonio R. Longone" en el poblado de Ticuítaco que capta las aguas del arroyo Zináparo, afluente del río Lerma; tiene una capacidad para 1,240 Has. Presa "El Jagüey", que capta las aguas del arroyo del propio nombre; beneficia 76 Has. Presa "La Providencia", que capta las aguas del arroyo del mismo nombre, que nace en el municipio de Ecuandureo, cruza el de La Piedad de sur a norte y en su trayecto alimenta la presa "Los Coyotes". Beneficia 168 Has. Presa "Los Paredones" en el poblado Los Paredones, que toma sus aguas del arroyo del mismo nombre y beneficia 70 Has. La presa "El Rosario" sobre el río Angulo, ubicado en el municipio de Angamacutiro, que beneficia la irrigación del valle Los Corrales del Municipio de La Piedad.
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CAPÍTULO IV SALUD PÚBLICA INUNDACIONES
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sanitario se registran varios hechos de importancia que pudieron haber afectado la salud de la población del municipio. Primeramente encontramos que en el año de 1912 se registró una inundación de importancia al decir de habitantes que vivieron esa época, sin poder precisar su extensión. Como consecuencia de esta inundación se registró una epidemia que en esos tiempos muy probablemente pudo haberse tratado de un cólera. No se tiene conocimiento de que en relación con esa inundación y epidemia se haya llevado a cabo ninguna labor de medicina social. En el año de 1913 se presentó una nueva inundación, la cual al parecer no fue de la intensidad de la anterior, aunque sí lo suficientemente grande, como para que de ella conserven recuerdo los vecinos que vivieron en aquellos tiempos. En 1954 se repitió este mismo fenómeno, durante el cual ya se impartieron acciones sanitarias y de medicina preventiva. No se conservan datos que nos permitan precisar el tipo de actividades o medidas tomadas. En 1957 se presenta la primera tromba de que se tiene registro, como consecuencia de la cual hubo bastantes víctimas que lamentar y sobre las que tampoco nos es posible precisar número, ni tan siquiera aproximado. En 1958 se presentó una nueva inundación, causada en parte por las precipitaciones pluviales y en parte también por el desbordamiento de una presa del Estado de Guanajuato muy próxima a la ciudad de Irapuato, por lo que, al seguir las caudalosas corrientes el cauce del río Lerma, aquél fue insuficiente y éste se desbordó en gran parte de su corriente, pero sobre todo en lo que corresponde al municipio de La Piedad y lugares cercanos, pues al parecer, en esta región el citado río pierde pendiente formando un remanso natural ESDE EL PUNTO DE VISTA
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que da oportunidad a que se desborde e inunde las calles y campos cercanos a su cauce. En el curso de este nuevo fenómeno la población recibió atención médica y social por parte de varias instituciones, llevándose a cabo medidas de medicina preventiva, asistencial y social. En julio de 1974 cayó una tromba que causó la pérdida de vida de 13 personas y pérdidas materiales, en hogares de escasos recursos. Los habitantes de la zona afectada recibieron atención médica y social de varias instituciones entre las que podemos mencionar las siguientes: Gobierno del Estado, Servicios Coordinados de Salud Pública en el Estado, Centro de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social, ISSSTE, etc., las cuales realizaron campañas de vacunación, de prevención de enfermedades transmisibles y de ayuda social a los damnificados, todas ellas dirigidas y coordinadas por el Centro de Salud de la localidad. En 1976 se repitió el hecho de una nueva inundación por desbordamiento del río Lerma, ya casi natural en esta zona, afectando la parte baja de La Piedad, cabecera municipal, sin pérdida de vidas, pero sí con grandes daños materiales. En esta ocasión, como en las anteriores, realizaron campañas de servicio social y en favor de la salud autoridades civiles, sanitarias, militares, etc. Cabe hacer notar que en ninguna de las inundaciones, a excepción hecha de la de 1913, se presentaron brotes epidémicos, ya que en los últimos 25 años se ha procurado tomar medidas preventivas en cuanto a salud y asistencia social. Mortalidad La mortalidad general en el quinquenio 72-76 fue de 872.79 por 100,000 Hab., siendo las principales causas las siguientes: Bronconeumonías con una tasa de 163.97 por 100 habitantes, equivalente al 18.72% en relación con el total de defunciones. En segundo lugar, síntomas y estados morbosos mal definidos con una tasa de 90.47, equivalente al 10.35% del total de defunciones. En tercer lugar, accidentes, con una tasa de 63.96, equivalente al 8.52% del total de defunciones. En cuarto, enfermedades del corazón con una tasa de 61.28, equivalente al 7.07 del total de defunciones, y en 115
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quinto, gastroenteritis, con una tasa de 60.2, equivalente al 6.95% del total de defunciones. Siguiendo en menor escala, bronquitis, enfisema y asma; desequilibrio hidroelectrolítico; causas de morbilidad y mortalidad perinatales, tumores malignos y avitaminosis y otras deficiencias nutricionales. En cuanto a la mortalidad por grupos estarios vemos que en primer lugar lo ocupa la mortalidad infantil con una tasa de 847.60 x 10,000 Habs., siguiéndole la mortalidad de 65 y + años con una tasa de 709.08 por 10,000 Habs. Esto, aunado al análisis de mortalidad por causas, nos lleva a deducir que el primer lugar de mortalidad es ocupado por las bronconeumonías, que son propias de la infancia y edades avanzadas; que el segundo lugar lo ocupan síntomas y estados morbosos mal definidos que nos lleva a pensar, en una mala o vaga certificación; el tercer lugar, accidentes; cuarto lugar, enfermedades del corazón también propias de edades avanzadas, y quinto lugar, gastroenteritis que nuevamente nos remite a la población infantil. Así pues, analizando estas 5 primeras columnas, vemos que el grupo más expuesto a riesgos en nuestro municipio es el grupo infantil y el de edad avanzada. Asimismo, dentro de las primeras 10 causas encontramos en séptimo lugar el desequilibrio hidroelectrolítico, en octavo, las causas de morbilidad y mortalidad perinatales, y en décimo, avitaminosis y otras deficiencias nutricionales que abarcan el área materno-infantil, o sea, 5 de las 10 primeras causas de mortalidad general giran alrededor de esta área. Morbilidad La morbilidad en este municipio está referida en base a la notificación de enfermedades transmisibles, que en el quinquenio 72-76 arroja los siguientes resultados: En primer lugar lo ocupan las gastroenteritis y otras enfermedades diarreicas con una tasa de 1,308.91 por 100,000 habitantes, que como sabemos prevalece generalmente en el área infantil; el segundo lugar lo ocupan las amibiasis con una tasa de 318.82 x 10,000 habitantes, relacionada con los malos hábitos higiénicos; le siguen en orden descendente la salmonelosis, influenza, 116
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sarna, parasitosis, parotiditis, sarampión, T.B.P y brucelosis. Como vemos, en las 10 primeras causas de morbilidad se encuentran involucradas 5 causas que son predominantes de la infancia. Vivienda Existen aproximadamente 7,201 casas-habitación con un promedio de tres cuartos por vivienda en el primero y segundo cuadros de la ciudad y en su periferia de dos cuartos por casa. El tipo de construcción en el centro comercial de la ciudad o primer cuadro, es colonial, compacta, con muros altos de cantera y adobe, techos de hormigón, bóveda y teja; pisos de mosaico, ladrillo y cantera; ventanas de herrería artística colonial y algunas son de madera labrada, y las puertas son grandes, de madera. Estas viviendas son grandes en su mayoría, están bien ventiladas e iluminadas, con pasillo y grandes patios o jardines, adornados en algunos casos con una fuente en el centro; cuentan, además, con drenajes y sanitarios tipo moderno. Conforme la población se extiende a su periferia, a partir del segundo cuadro de la ciudad, el tipo de construcción se empieza a entremezclar con tipo colonial, moderna y rústica; cuentan también con servicio de drenaje, aun cuando no todas con excusados tipo moderno, sino algunos son de cemento, hechos en casa y en número muy reducido tienen letrinas. Las viviendas tipo moderno, se puede observar que se levantan por todas partes de la ciudad, contrastando con las de cantera, adobe o rústico; sus muros son de tabique con aplanados, pisos de mosaico o mármol, techos de concreto, ventanas tabulares y vidrio, puertas de fierro y algunas de madera. Las casas de tipo rústico se encuentran principalmente en la periferia de la ciudad. Están construidas de tabique, cartón, piedras sobrepuestas y adobe; sus pisos son mixtos por lo general (mosaico, cemento y tierra); techos de teja, cartón, asbesto. Los espacios habitacionales son reducidos, mal ventilados e iluminados y cuentan de dos a un cuarto; carecen en gran parte del servicio de drenaje, agua entubada; en ellas habitan familias numerosas.
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Las calles de la ciudad son angostas, con pavimento en un 60%, 30% empedradas y el 10% son de tierra; las banquetas son angostas y hechas de losetas de cantera y algunas de cemento. Abastecimiento de agua La ciudad cuenta con 4 abastecimientos de agua, uno municipal que está en etapa de terminación y 3 particulares. El servicio de agua municipal cuenta con 5,000 tomas intradomiciliarias y abastece un 69.43% de la población. Los sistemas particulares de abastecimientos de agua, cubren 33.84% de la población, con 2 437 tomas, lo cual nos da un 103.27% de población servida, debido a que muchas casas cuentan con servicio de agua municipal y servicio de agua de pozos particulares, por lo que se calcula que estas empresas particulares de agua, únicamente cubren el 21.83% con 1 772 tomas, lo que da un 91.26% de población servida con más de 200 litros de agua por habitante, al día. El 8.74% que no cuenta con servicio de agua introdomiciliaria, se abastece comprando agua a carros-pipa de particulares o acarreándola de 7 hidrantes públicos distribuidos en diferentes partes de la ciudad. Cabe aclarar que aunque la dotación de agua por habitante al día, es satisfactoria, realmente hay carencia de este líquido debido a que la mayoría de las casas no cuenta con tanque o aljibes para almacenar el agua durante las 4 ó 5 horas que se proporciona el servicio, diariamente, y, por otro lado, a que el gasto de este líquido es muy elevado para la alimentación de gran cantidad de cerdos que se crían en la ciudad, así como para el aseo de zahúrdas y porquerizas, donde el agua sirve como medio para transportar gran cantidad de excretas a través de los drenajes. Es importante mencionar que el nuevo sistema de abastecimiento de agua municipal tiene serias deficiencias en los tanques de almacenamiento y red de distribución. Los tanques no están adecuadamente protegidos y las redes sufren frecuentemente rupturas por las altas presiones del agua, lo que ocasiona riesgos constantes de contaminación con aguas negras de los drenajes que
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cruzan o siguen a escasos 60 cms. de separación, razón por la que ya se han presentado casos de contaminación. Por otra parte, las redes de abastecimiento de los sistemas particulares, en su mayoría, son ya muy viejas, lo que ocasiona también constantes rupturas y peligros de contaminación. Por lo anterior, urge la instalación de un sistema que permita tratar el agua e intensificar pro todos los medios la educación de la comunidad para que hiervan el agua de tomar, ya que los análisis constantes que se realizan de dicha agua, nos indican que ésta se encuentra en un alto grado permanente de contaminación. Disposición de desechos Las excretas, aguas negras y servidas son arrojadas al río Lerma, sin recibir ningún tratamiento a través del sistema de drenaje que se encuentra instalado en un 85% de la ciudad. Menos del 1% de la población cuenta con letrinas y el resto practica el fecalismo al ras de suelo. Basuras Las basuras son recogidas por los camiones recolectores del servicio de limpia municipal, el cual en la actualidad es deficiente, por no contarse con el número de unidades suficiente. La disposición final de las basuras se hace al ras de suelo en las afueras de la ciudad, en virtud de que el municipio no cuenta con los medios para realizar rellenos sanitarios, por lo que la disposición de dichas basuras, en estas circunstancias, representa problemas sanitaros y mal aspecto de estos lugares. Alimentación Existen en la población dos mercados para abastecer las necesidades de la población; el más grande se encuentra en el centro y en la actualidad está establecido provisionalmente en la calle, mientras se termina la construcción del nuevo edificio que ocupará dicho
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mercado, que reunirá los requisitos sanitarios de que carecía en su totalidad el edificio anterior. El otro mercado se encuentra al oeste de la ciudad, en una zona de mayor densidad de población, pero de menores recursos económicos. Este mercado se encuentra en condiciones aceptables de funcionamiento. Existen además, los siguientes establecimientos con expendio de alimentos:
Abarrotes y tendajones Carnicerías Cenadurías y loncherías Empacadoras Cremerías Fruterías y expendios de legumbres Expendios de jugos y licuados Expendios de mariscos Expendios de menudo Paleterías Pollerías Panaderías Supermercados Tortillerías
230 30 60 4 4 85 20 4 5 9 11 23 3 20
De estos establecimientos un 70% cumple con los requisitos sanitarios mínimos necesarios para su funcionamiento y el resto trabaja con deficiencias de higiene en el manejo, elaboración y expendio de alimentos. Infraestructura de salud El Municipio de La Piedad cuenta con dependencias de salud del Estado, paraestatales y particulares, descritas a continuación.
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Un Centro de Salud Urbano tipo "A" Localizado en la cabecera municipal, que presta los siguientes servicios, todos ellos coordinados por una dirección a cargo de un médico general, con curso de Planificación de la Salud.
Servicio de Administración llevado por un Contador Privado. Servicio de Epidemiología a cargo de un Médico General con curso intermedio de Salud Pública. Servicio de Pediatría a cargo de un Médico Pediatra. Servicio de Dermatología en el que se incluye el Programa de Control de la Lepra, a cargo de un Médico con curso de Dermatología. Servicio Prenatal a cargo de un Médico General. Servicio de Planificación Familiar a cargo de un Médico General adiestrado en el servicio. Servicio de Clínica de Tórax con el programa de Control de la Tuberculosis, a cargo de un Médico General. Servicio de Consulta General a cargo de un Médico General y tres pasantes de medicina en servicio social. Servicio de Odontología Sanitaria, jefaturado por un Médico Cirujano Odontólogo y dos pasantes de odontología en servicio social. Servicio de Laboratorio a cargo de un Químico Farmacobiólogo. Servicio de Rayos X a cargo de un técnico adiestrado en este campo. Servicio de Inmunizaciones llevado por una auxiliar de enfermería, del que es responsable el Epidemiólogo. Servicio de Control Sanitario a cargo de un técnico en saneamiento, graduado en Salud Pública. Servicio de Farmacia del que es responsable un personal administrativo con dependencia de la Administración. Servicio de Trabajo Social bajo la responsabilidad de una trabajadora social posgraduada. 121
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Programa de Promoción de la Salud a cargo de un promotor de la salud adiestrado, con título de Trabajador Social en el que se incluye el Programa de Alimentación Complementaria Rural, que es realizado por una auxiliar de nutrición. Servicio de Estadística a cargo de un estadígrafo con curso de Auxiliar de Estadística, del que depende el Servicio de Archivo Clínico.
Todas las acciones de estos servicios y programas son reforzados por personal paramédico que consta de 18 personas de Enfermería, del cual una es enfermera graduada con curso de Salud Pública, en función de Jefa de Enfermeras Jurisdiccional; un Higienista Dental, dos técnicos en Enfermería con curso de Técnica en Laboratorio y 14 auxiliares de enfermería. Cabe hacer notar el que existen en la planta de personal de enfermería, 3 auxiliares más que se encuentran comisionados, uno en el Centro de Salud "C" de Angamacutiro, otro en el Centro de salud "B" de Pajacuarán y el tercero en el Hospital General de La Piedad, por necesidades propias del servicio. Así pues, la planta de personal está integrado de la siguiente manera: Médicos Med. Cirujano Dentista Pasantes de Odontología Pasantes de Medicina Personal de Enfermería Químico Farmacobiólogo Trabajadoras Sociales Estadígrafo Técnico en Saneamiento Promotor Social Auxiliar de Nutrición Agentes Sanitarios Tecnólogo (Rayos X) Personal Administrativo Personal de Intendencia Oficial de Transporte
Cantidad 7 1 2 3 18 1 2 1 1 1 1 3 1 6 5 1 122
Horas contratadas 20 Hs. Méd. por día 6 Hs. diarias 1o Hs. diarias 9 Hs. diarias 126 Hs. diarias 6 Hs. diarias 14 Hs. diarias 7 Hs. diarias 7 Hs. diarias 7 Hs. diarias 7 Hs. diarias 21 Hs. diarias 7 Hs. diarias 42 Hs. diarias 35 Hs. diarias 7 Hs. diarias
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Dependiente del Centro de Salud se encuentra una Maternidad que presta únicamente este servicio, cuenta con 12 camas y es atendida por un pasante en servicio social, comisionado de un Centro de Salud "B" que funge, además, como Administrador; 5 auxiliares de enfermería adiestradas en la atención de partos entocicos y 3 personas de intendencia. UN HOSPITAL GENERAL Con 36 camas, que presta los servicios de: Consulta Externa, Urgencias, Rayos X, Cirugía e Internamiento; los 4 servicios básicos de un hospital agudo: Pediatría, GinecoObstetricia, Cirugía y Medicina Interna. Estos servicios son realizados por 2 médicos, uno con 3 Hs. y otro con 2 Hs. más 4 internos de pregrado. El Hospital es dirigido por un Médico Director. Existen además los servicios de Administración y Farmacia, con una Administradora y dos auxiliares administrativos con 21 Hs.; servicio de cocina, lavandería e intendencia, con 12 personas con 84 Hs. Todas las acciones de los servicios médicos son reforzadas por una enfermera graduada y 10 auxiliares de enfermería. Este personal de enfermería, dividido en turnos, descansos y roles, proporciona un total de 42 Hs. diarias. IMSS El Instituto Mexicano del Seguro Social cuenta con un edificio propio y presa los siguientes servicios: Consulta Externa, que consta de consulta general y servicio dental. La consulta general es cubierta por 5 médicos familiares con 8 Hs. diarias cada uno, dividiendo su tiempo en 6 Hs. para consulta externa y 2 Hs. para visitas domiciliarias, dando un total de 40 Hs./ médico diarias contratadas. El servicio dental es atendido por un médico cirujano odontólogo con 2 Hs. diarias y un pasante de odontología con 8 Hs. diarias.
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Servicio de Hospitalización con 6 camas, atendido por 3 médicos en servicio social, con 8 Hs. diarias cada uno, y servicio de urgencias médicas cubierto por los pasantes en servicio social. El personal paramédico está compuesto por 9 enfermeras de base con 8 Hs. cada una y un total de 72 horas diarias. Servicio de Farmacia con 4 personas y con un total de 30 Hs. diarias. Archivo Clínico, con 2 personas de 8 Hs. cada una. Asistencia Social, con 2 personas de 6.30 Hs. cada una. Servicio de Conservación, con 2 personas de 8 Hs. cada una. Servicio de Intendencia, con 2 personas de 8 Hs. cada una y 3 auxiliares de transporte con 8 Hs. cada uno. Esta clínica es del tipo T-3 de la nomenclatura del Seguro Social y presta servicio a 11,597 derechohabientes en el Municipio. ISSSTE Este Instituto al servicio de los trabajadores del Estado no cuenta con edificio propio y atiende los servicios de Consulta Externa, Urgencias, Farmacia, Curaciones, Inyecciones, Administración y Archivo Clínico, ya que los servicios de laboratorio, radiología y hospitalización son subrogados. Para poder prestar estos servicios cuenta con: un pediatra con 5 Hs.; un médico general que presta servicio de ginecoobstetricia con 4 Hs.; 2 médicos generales para consulta externa con 5 Hs. cada uno; 2 médicos desahogadores con 8 Hs. cada uno; 2 personas en farmacia con 6.30 Hs. cada una; 4 personas en administración distribuidas en la siguiente manera: 1 administrador con 10.30 Hs. y 2 recepcionistas con 6.30 Hs. cada una; 1 auxiliar de transportes con 10.30 Hs.; 1 auxiliar de transporte para guardias; 2 auxiliares de intendencia con 6.30 Hs. cada uno. Cuenta asimismo, con 2 auxiliares de enfermería: una de 8 Hs. y una de 6.30 Hs. Presta servicio a 2,372 derechohabientes y 577 empleados federales.
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Servicios particulares Un Sanatorio Particular que presta servicios de consulta externa, rayos X, gineco-obstetricia y medicina interna, que cuenta con un total de 20 camas disponibles para uso general. Los recursos humanos con que cuenta son: 7 médicos, 12 auxiliares de enfermería, 2 internos de pregrado y un químico; 2 personas para el servicio administrativo y 3 para el de intendencia. Tres Maternidades Particulares que prestan servicio de consulta externa, cirugía menor, obstetricia y pediatría; entre estas tres maternidades tienen 20 camas disponibles, 5 médicos y 4 auxiliares de enfermería para la atención de pacientes. Consultorios Médicos Particulares. Existen 38 en medicina general y 10 en odontología. Los consultorios generales cuentan con 2 pediatras, 1 gineco-obstetra, 2 cirujanos generales, 1 anestesista y 1 técnico en anestesiología. Dichos consultorios se encuentran en su mayoría concentrados en el primer cuadro de la ciudad o zona comercial. Farmacia y Laboratorios Existen 18 farmacias de 1ª clase y 5 laboratorios clínicos, que al igual que los consultorios médicos están ubicados en el centro de la ciudad. Parteras Fuera de los servicios antes descritos, una enfermera graduada con curso en Salud Pública ejerce una partera y 11 enfermeras empíricas, con permiso del Departamento de Profesiones en el Estado. Consultorios rurales En el municipio de La Piedad se cuenta con un Consultorio Rural (Casa de Salud) ubicado en la localidad de Ticuítaco, a cargo de una Encargada de Salud, preparada en la Escuela de Adiestramiento de Morelia, en cursos impartidos por el IPIES y por los Servicios Coordinados de Salud Pública en el Estado durante el año de 1976. 125
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Panorama Epidemiológico Los principales problemas de salud se encuentran relacionados con las malas condiciones ambientales, baja educación médica de la población, deficientes e insuficientes servicios públicos sanitarios: agua, drenaje, hábitos higiénicos, malos hábitos nutricionales. Como consecuencia, asimismo, del bajo ingreso per cápita, mala utilización de los servicios existentes y al aun en uso medicina tradicionalista. Todos estos agravantes se vierten principalmente en los grupos más vulnerables y más desprotegidos, debido, además, a situaciones propias de la edad, del embarazo y la lactancia, en cuyos casos inciden los factores adversos que minan su salud, haciendo que sean tributarios de un alto porcentaje de mortalidad y morbilidad. Dichos grupos son de niños menores de 15 años, en especial en la primera infancia, así como de madres embarazadas. Estos grupos, según muestra estadística, son tributarios de las altas tasas de padecimientos respiratorios agudos (bronconeumonías) y padecimientos gastrointestinales originados y predispuestos por las razones anteriormente expuestas. Este panorama repercute en el aspecto socioeconómico de la población, debido a la frecuente erogación de gastos en la familia y la comunidad, por padecimientos que pudieran ser evitables y previsibles por medio de acciones que optimizaran las condiciones de la familia, como fueran: apertura de fuentes de trabajo que mejoraría notablemente el aspecto nutricional, mejores servicios sanitarios, mejor y más educación médico-higiénica que disminuiría los padecimientos trasmisibles (gastroenteritis, bronconeumonías, parasitosis y otros propios de la infancia), y, en general, el nivel de vida en relación con el estado de salud general y en particular, con el de los grupos más expuestos a riesgos que representan un porcentaje mayor, ya que como vemos, la población materna equivale al 19.0% de la población total y la infantil, que representa un 48.28, cifras que arrojan el 67.67% del total de la población. Por otra parte, las medidas que se han tomado para coadyuvar en la atención de estos problemas han sido llevadas a cabo por acciones generales y específicas, así cuantitativas como cualitativas. Dentro de las actividades cuantitativas encontramos la prevención de ciertas 126
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enfermedades transmisibles a través de la aplicación de biológicos específicos a grupos determinados que son los más susceptibles, a través de campañas y en forma rutinaria, como por ejemplo la vacuna contra el sarampión, cuyos frutos han propiciado la disminución de morbilidad y mortalidad por este padecimiento, según lo demuestran los datos estadísticos en la evaluación de la salud pública. Lo mismo podemos decir de las vacunas contra la poliomielitis, difteria, tosferina, tétanos, tuberculosis y tifoidea. Cuantificables son también los resultados del programa de planificación familiar, aunque aun no es evaluable, pero sí lento y notorio el resultado. En la misma situación se encuentra el programa de alimentación complementaria rural, que aunque es llevado con las deficiencias propias de nuestras carencias ha venido a redituar frutos lentos pero seguros. Dentro de las acciones no cuantificables encontramos la educación para la salud, que también es deficiente y que aun no arroja resultados satisfactorios en la medida que fuera deseable, pero que sí nos permite observar cambios lentos en los hábitos higiénicos y en el óptimo aprovechamiento de los recursos de salud, cambios que obedecen al mejor uso de la infraestructura sanitaria y que se traducen en la disminución de la morbilidad y mortalidad por padecimientos infecto-contagiosos. En cuanto a la participación de la comunidad en las acciones de salud realizadas, podemos decir que ésta ha sido positiva, ya que ha respondido y aceptado a los programas y acciones que lleva a cabo la Secretaría de Salubridad y Asistencia, y que si no ha logrado llegar a penetrar al 100 por ciento de la población, es debido quizás a nuestra limitada capacidad de recursos humanos, técnicos y materiales y al bajo nivel sociocultural y económico de nuestra población. Perspectivas de salud Nuestro municipio cuenta únicamente con una localidad mayor de 2,500 habitantes susceptible de instalar un servicio médico permanente de salud. Dicha localidad (Río Grande) cuenta con 2,697 habitantes y se encuentra a 5 kilómetros de la cabecera municipal, con camino de terracería transitable en toda época del año.
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Contamos con 16 localidades menores de 2,500 habitantes y mayores de 500, distribuidas en forma dispersa, de difícil comunicación en época de lluvias y carentes de medios de transporte durante las horas nocturnas, por lo cual pensamos que en algunas de ellas fuera conveniente la instalación de consultorios rurales (Casas de Salud). Las 28 localidades restantes, menores de 500 habitantes, podrían ser confluentes de estos consultorios rurales. Conclusiones Los problemas que consideramos vulnerables para mejorar las condiciones higiénicas de la comunidad son: La concentración de zahúrdas en un complejo porcino adecuado y a una distancia considerable de la población, con las condiciones higiénicas adecuadas. Todo esto debidamente planificado para evitar el estrangulamiento de los pequeños porcicultores y evitar así la proliferación de fauna nociva trasmisora (mosca), la contaminación ambiental por malos olores y el uso inadecuado y excesivo del líquido vital. La optimización de los sistemas de abastecimiento, tratamiento y distribución de agua potable. La adecuada dotación y mejoramiento del servicio de alcantarillado. La adecuado recolección y disposición final de los desechos sólidos (basuras), ya que se carece, incluso, del medio adecuado para recolección y disposición de las basuras. La construcción de un rastro adecuado para el sacrificio de animales destinados al consumo humano, ya que el existente no tiene ni la capacidad ni las condiciones sanitarias mínimas para ser funcional. Dado que las instalaciones actuales son obsoletas y el que la producción ganadera del municipio es muy elevada, se requeriría de local e instalaciones amplias y sanitariamente aceptables. El acondicionamiento y la remodelación de los mercados donde se expenden los productos básicos para el consumo de la población; uno de ellos en construcción y el segundo en condiciones higiénicas.
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Con el mejoramiento de estos servicios y con la intensificación de las acciones de salud de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, creemos quedarían en gran parte resueltos nuestros problemas de salud.
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CAPÍTULO V EDUCACIÓN
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ha tenido la fortuna de tener siempre buenos centros de educación; si no montados con los anexos, equipos y confort que la educación exige, por lo menos ha tenido al frente de ellos a personas de aceptable preparación y dotados de un gran sentido de responsabilidad en las funciones que desempeñan. El primer plantel educativo de segunda enseñanza de que se tiene noticia, fue el que fundó en el año de 1861 el presbítero don Prisciliano Altamirano. Este ilustre varón fue hermano de dos sujetos que fueron don Wenceslao y don León del mismo apellido; las tres personas fueron honorabilísimas; de vida tranquila y reposada y de intachables costumbres. Don Prisciliano fue hasta su muerte, acaecida ya en el siglo que corre, canónigo de la catedral de Querétaro, el segundo fue empleado del gobierno en esta ciudad y el tercero (don León) comerciante en el ramo de ropa. En los colegios de antaño, tales como el que primero se fundó en esta ciudad por el P. Altamirano, se estudiaba la Gramática Latina, cuyo autor era don Antonio de Nebrija. Al cerrarse el colegio, quienes tenían recursos pasaron a Zamora o a Morelia a continuarlos en los planteles de esas ciudades. Entre los alumnos que se recuerdan del primer colegio que hubo en esta ciudad, se mencionan a don Othón Fernández, que fue Prefecto de Jiquilpan en la época porfirista; al Pbro. don José María Coronado, a quien se agració con una canonjía en la catedral de Morelia; al Pbro. don Antonio Ávila, Rector del Seminario Auxiliar de Celaya. También fueron alumnos de ese plantel algunos seglares que no siguieron carrera alguna, tales como don Leonardo Guevara, don Trinidad y don Perfecto Heredia, padre de numerosas familias que llevan ese apellido. Pocos años debió haber durado el primer colegio, pues en 1870 fundó el segundo Fray Luis de Portugal. Este sujeto, al igual que su compañero Fray Luis Morett, eran originarios del Estado de Jalisco y UESTRA POBLACIÓN
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habían sido monjes del convento de Zapopan, exclaustrados por virtud de las leyes de Reforma; vinieron a esta tierra y aquí se radicaron, permaneciendo en ellas hasta su muerte. Un año solamente duró el Colegio fundado por el padre Portugal. El día 7 de agosto de 1876 se estableció el Colegio de la Purísima en la casa Nº 5 del Portal Morelos, debido a la actividad del cura del lugar, Pbro. don Eligio Carranza. Este párroco duró en sus funciones ocho años; después de su separación de esta ciudad continuó abierto el Colegio, que hubo de clausurarse en el año de 1888. Doce años impartiendo la instrucción a los alumnos, muchos de los cuales, ya sin mayores dificultades, partían para Morelia u otra capital a proseguir la carrera de su elección. Era una ayuda muy grande a los jóvenes pobres, a quienes les hubiera sido difícil sostenerse en una capital durante muchos años. Entre los alumnos que tuvo, durante los años que funcionó el Colegio de que venimos hablando, recordaremos a los que sobresalieron por alguna circunstancia: el canónigo don Félix María Martínez, poeta y latinista de mérito que publicó una gramática latina y un tomo de poesías; el Pbro.don Nabor Bolaños, que abjuró del sacerdocio y se hizo ministro protestante; el Pbro. don Francisco Gutiérrez, orador sagrado y erudito en Filosofía; Luis G. Madrigal, canónigo de la catedral de Morelia; Pbro. Crisóforo Guevara, muy conocedor en asuntos de pedagogía moderna, Pbro. Crisóforo Guevara, muy conocedor en asuntos de pedagogía moderna, fundador de varios colegios; Vicente de P. Meza, sacerdote muy entusiasta en los asuntos educativos de la niñez, y Miguel Ávila Coronado, que vivió en México, separado del sacerdocio, que abrazó en sus primeros años. A quienes siguieron la carrera de la abogacía, con mayor éxito, debemos recordar a los licenciados Primitivo Villegas y David Carrillo postulantes en esta ciudad; Lic. Alberto Bravo, secretario del Seminario de Morelia; Lic. Ezequiel Pérez, que radicó en México, con un bufete muy acreditado y el Notario Público don Hilarión Gómez, muy entusiasta por el estudio de las Ciencias Naturales, especialmente la Botánica. Recordaremos a los médicos, que en sus primeros años estudiaron en este colegio: Próspero Herrera, orador de mérito,
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Diódoro Pedroza y Reinaldo Suárez, que desempeñaron su profesión con desinterés entre las clases económicamente débiles. En la década del 90 al 900 hubo otro intento de Colegio Auxiliar del Seminario; en esta ocasión lo dirigió el Pbro. Pablo Jiménez. Tuvo pocos alumnos y duró dos o tres años. En el siglo que corre un grupo de vecinos fundamos un colegio de enseñanza secundaria, sin que fuera precisamente una antesala obligada para el seminario u otra escuela profesional; no, el espíritu era mucho más amplio y con propósito de mayor servicio social. Este plantel fue el Instituto Hidalgo y principales protectores y organizadores fueron el Lic. Rafael Reyes, que fue el Director, el Ing. Vicente Gutiérrez designado Sub-Director y el Profr. Jesús Romero Flores, Secretario. El cuerpo de profesores lo integraban: Dr. Próspero Herrera, idioma inglés; Lic. Jesús Ríos Córdova, Historia de México; Matemáticas, Ing. Gutiérrez; el Lic. Reyes servía la cátedra de Español y la de Teneduría de Libros, el Cont. don Jesús Alvarado. Se impartían también cátedras de Telegrafía, Dibujo Constructivo, Geografía, etc. Pero eran los días en que se avecinaba la Revolución Mexicana y muchos de los componentes de ese Instituto eran anti-reeleccionistas; esto pasaba a mediados del año de 1909. Por una parte la desconfianza de los gobernantes, que vieron ahí un semillero de opositores a la dictadura porfiriana, y, por otra, la intransigencia y el fanatismo torpe de algunas personas, de criterio limitado, fueron factores de franca oposición al Instituto, a grado tal que no pudo sostenerse. Un noble esfuerzo, frustrado por los enemigos del pueblo, que veían un peligro en la educación. Quisiéramos recordar en esta ocasión a los grandes maestros que ha tenido nuestra tierra, La Piedad de Cavadas, porque esta tierra, por humilde que sea, ha tenido la fortuna de poseer educadores que han entregado su vida a la alta misión de la enseñanza, seguramente con medios muy modestos, con elementos muy limitados; pero ellos han sido ricos en voluntad y con su gran corazón han suplido lo que los gobiernos y la sociedad misma no ponía a su alcance; viejos edificios, muebles destartalados, libros ya deshojados ¡pero qué grande era el alma de aquellos hombres!. 132
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La Piedad ha tenido, afortunadamente, escuelas primarias desde a fines de la época colonial. El gran virrey Revillagigedo dispuso la creación de algunas escuelas públicas pagadas con los fondos del tesoro y a estas escuelas se les dio el nombre de Escuelas Reales, que el público bautizó con el nombre de Escuela del Rey, nombre con el que todavía conocimos nosotros, hace sesenta años, a la escuela pública de nuestra población. ¿Quiénes fueron los maestros de tales escuelas? Hoy es un poco difícil averiguarlo. Hemos sido, en nuestro país, muy descuidados en la conservación de nuestros archivos; creemos que los papeles viejos no tienen importancia, los quemamos, los destruimos y por ello es muy difícil reconstruir la historia de muchos de nuestros avances sociales. Hace un siglo, a decir de la tradición, era el maestro de la escuela pública o del gobierno, el Profr. D. Juan Gallaga; quien, a juzgar por su apellido, debió ser pariente del cura Hidalgo, ya que muchos elementos de la familia Gallaga vivieron en esta población, desde que fue párroco de este curato un tío materno del Padre de Nuestra Independencia. Le sucedió en la dirección de la Escuela el Profr. Don Marcos H. Pulido, quien estuvo al frente de ella desde el año de 1860, aproximadamente, hasta fines del siglo, en un lapso de más de cuarenta años. El Profr. Pulido era oriundo del pueblo de Numarán e hizo sus estudios en la Escuela Normal Lancasteriana que dirigía en Guadalajara el maestro López Cotilla, de grata memoria entre los tapatíos; tanto, que una de las principales avenidas de Guadalajara lleva su nombre. Cuando llegó Maximiliano de Habsburgo, titulado Emperador de México, a esta ciudad (La Piedad), en octubre de 1864, visitó la escuela y prendado de las bellas cualidades del maestro Pulido, lo condecoró con la Medalla del Mérito Civil que el maestro mostraba orgulloso a quienes fueron sus discípulos en la década de 1890. Las ideas monarquistas del maestro Pulido le valieron que, al restaurarse la República, después de la toma de Querétaro y del fusilamiento del rubio Emperador, se le cambiara a Zitácuaro, en donde permaneció algunos años. 133
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Volvió el maestro don Marcos nuevamente a La Piedad, al subir al poder el general Porfirio Díaz, que inició una política conciliatoria con los antiguos monarquistas. Tuvo entonces como ayudante en esa escuela al Profr. Don Espiridión Carrillo, que años después pasó a dirigir la Escuela Parroquial. En el año de 1900 el maestro don Marcos renunció a la Escuela Oficial y fundó el Colegio Guadalupano, que dirigió hasta su muerte, acaecida después de la primera década del siglo que corre. Lo sustituyó el maestro don Homobono Melgoza que era originario de Purépero. Había hecho sus estudios en el Seminario de Zamora, recibiéndose a título de suficiencia, como se acostumbraba entonces. Así se recibieron también, en el último tercio del siglo pasado dos ilustres damas piedadenses, doña Margarita Zenteno de Ramírez y doña Soledad Fernández de Belmonte. Don Homobono Melgoza era hombre de no escasos conocimientos, muy especialmente en Humanidades y en Matemáticas. Las escuelas no disponían de personal docente, apenas el director y un ayudante, por lo cual los programas no eran extensos. Se regían los planteles por el sistema llamado de enseñanza mutua, es decir, de monitores, y el director se ocupaba únicamente de aquellos alumnos más adelantados o que mostraban mayor aplicación, por lo cual la enseñanza presentaba serios inconvenientes; esto, unido a la dureza de la disciplina que se implantaba, hacía huir a muchos jovencitos que se quedaban con escasos conocimientos. Después de doce años de labor dejó don Homobono la escuela y, fastidiado del poco estímulo que los maestros de entonces recibían, pasó a radicarse a Guadalajara, en donde falleció. Sucedióle en el cargo el Profr. don Rafael Aguíñiga, quien, como el anterior, había hecho estudios en Zamora. Aguíñiga era, o es, si aun vive, un hombre progresista; atendía la escuela con mucho empeño, aunque, como siempre, careciendo de elementos. Él solo y un ayudante para trescientos alumnos, era todo el personal. Dejó gratos recuerdos entre sus alumnos en los pocos años que estuvo desempeñándola. Se retiró al Distrito de Zamora, en donde ejerció su cargo en diversos lugares. Hasta aquí termina el periodo porfirista. Justo es que nos ocupemos también de las maestras. Varias de ellas atendieron la Escuela Oficial de Niñas, pero no duraban en su 134
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encargo muchos años; uno o dos a lo sumo. La maestra que más duró lo fue la señorita María Concepción Olvera, que estuvo entre nosotros más de diez años y dejó gratos recuerdos. Era muy dedicada y de grandes conocimientos. Formó bastantes alumnas, aunque volvemos a repetirlo, con las consiguientes dificultades debidas a la falta de elementos de que entonces se podía disponer. Entre los maestros de escuelas particulares dignos de mención debemos recordar a don Librado Bolaños. Pertenecía a una familia Bolaños que fue muy numerosa en esta ciudad, de elementos muy recomendables, entre los cuales se recuerda a don Nabor Bolaños, que fue Prefecto Político, tanto en este Distrito como en el de Zamora. La escuela de don Librado tenía pocos alumnos, generalmente de las familias acomodadas. Entre los maestros de escuela sostenida por el curato, recordamos a don Espiridión Carillo, a don Aristeo Méndez y a don Rafael Vázquez de la Cadena, que después tuvo escuela particular en la que terminamos nuestra enseñanza los jóvenes Ramírez Zenteno, Camarillo, Magdaleno, Tejeda, Aceves, Vargas, Navarro y otros muchos, algunos muertos y otros ausentes del lugar que nos vio nacer. Había pequeñas escuelas que podemos llamar de primeras letras. Estas escuelas prestaban grandes servicios, pues como no había entonces métodos apropiados para tal aprendizaje, era obra de una gran paciencia, enseñarnos a leer y escribir. Tan modestos planteles estaban dirigidos, uno de ellos, por la señorita María del Refugio Ortiz, por el entonces llamado Puente Seco, a cuya aula asistían muchachos de la barriada. La escuela de Pachita Ramírez, abnegada mentora de la niñez; la escuela de Valeria y Jesús Cosío, originarias de Morelia, que hasta su muerte y en un periodo de más de treinta años, sirvieron a la niñez piedadense. Valeria se ocupaba de las niñas y doña Jesusita, como se le decía, delos niños. Vuelvo a decir, en casi todos los barrios había pequeñas escuelas, muy concurridas, pues siempre los hijos de esta tierra han sido amantes de que su familia concurra a recibir la instrucción. Espero que alguno de los maestros de ahora, por fortuna muchos de ellos estudiosos y bien preparados, emprendan la tarea de formar una 135
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verdadera historia de la educación primaria en La Piedad; los datos que antes he escrito, son producto de recuerdos personales, que podrán ampliarse con el concurso de otras personas y el estudio de algunos documentos, que existan tanto en las escuelas como en las oficinas del Ayuntamiento y de la antigua Prefectura del Distrito. Tengan, todos los maestros de antaño, mi recuerdo más cariñoso y la gratitud de todo un pueblo, al que supieron servir desinteresadamente.20 ESCUELAS URBANAS Y RURALES FEDERALES, ESTATALES, MUNICIPALES Y PARTICULARES Nº 4 58 11 1 1
Jardín de Niños Alumnos 482 Primarias 14319 Secundarias 5022 Preparatoria 470 Especial 17
Maestros 15 140 224 22 1
Durante la década de este siglo los profesionistas titulados eran unos cuantos, aunque eso sí muy distinguidos. Se contaba con tres licenciados, tres médicos, dos ingenieros y un profesor. Después de la Revolución y sobre todo en las últimas décadas a causa, por una parte, del desarrollo de las instituciones educativas en la ciudad, y por la otra, al establecimiento del Instituto Politécnico Nacional y al aumento de posibilidades brindadas por las instituciones de enseñanza superior como la UNAM y otras de provincia, numerosos jóvenes de todas las clases sociales, especialmente los jóvenes de la clase media y aun del medio rural, han podido hacer estudios a diversas partes, y convertirse en profesionistas. La nómica de las nuevas promociones de profesionistas, salvo error u omisión, como dicen los contables, es como sigue:
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Jesús Romero Flores. Aspectos de la Historia Piedadense. 136
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NUEVOS PROFESIONISTAS PIEDADENSES Abogados Luis Soria José Arellano López José Luis Heredia Serna Juan Camacho Ruiz Cutberto Tenorio González Juan Arturo Márquez Puig Miguel Ángel Vázquez Alejandro Saldaña Villaseñor Javier Ortiz Bravo Eduardo Trillo Aceves Licenciados en Administración de Empresas Jaime Aceves Manuel Quiroz Torres Raúl Aguilar Martín del Campo José Vicente Aguilar Rizo Arturo Ortiz Cázares Javier Soto Ramírez Heriberto Guízar Ayala Administración Turística Pilar Fernández Juárez Aurora Abarca Llamas Lilia Abarca de Rojas Gabriela Suárez Cázares Rosa Elena Aguilar M. del Campo Patricia Zárate Ortiz Arquitectos Salvador Alatorre Morales Pablo Aguilera Navarro Manuel Peña Fuentes José Antonio Suárez Cázares Vicente Orozco 137
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Luis de la Paz Yoseff Enrique Cárdenas de León Jesús Suárez Cázares Jorge Zambrano Morales Contadores Públicos Guillermo Zavala Ma. Concepción Rodríguez Rogelio Rojas Vázquez Julián Morales Medina Rodolfo Pérez Higuera Alipio Bribiesca Tafolla Joaquín de la Paz Yoseff Guillermo Rodríguez Morales Alfonso González Chávez Adrián Rentería Ramos Médicos Agustín Reyes Hernández Roberto Robles Garnica Nicolás Salazar Filiberto Cortés Marmolejo Vicente Rincón Aguilera Eduardo Soto Ramírez Abel Solorio López Leopoldo García Jiménez Alejandro Rozo Hernández Francisco Durán Abraham Campos Curiel Luis Quiroz Ávalos Enrique Márquez Puig Manuel Calderón Jesús Godínez Ramírez Alfonso Oseguera Madrigal J. Santos Aguilera Navarro Alfredo Pérez Castellanos Vicente Rodríguez Morales 138
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Odontólogos Benjamín Mena Cázares J. Jesús Torres Peña Benjamín Ibarra de la Paz Roberto Pérez Márquez Alfonso Pérez Fernando Bribiesca Álvarez Arturo Mena Cázares Raúl Ortiz Rojas Jaime González Chávez Ingenieros Civiles Santiago Bribiesca Rodríguez Rogelio Godínez Ramírez Tomás Ayala Alvarado Alberto Alvarado Luis Alvarado Magdaleno Rafael Reyes Pérez Raúl Sauceda Hernández Francisco Rizo Hernández Antonio Rentería Ramos Carlos Bribiesca Álvarez Eduardo Lemus Rogelio Aguilar Soto Ingenieros Mecánicos Juan Méndez Moreno Guillermo Modesto León Juvencio Ledesma Ingenieros Petroquímicos Gabriel Espinosa José Martínez Profesores en Educación Primaria Elodia Amalia Castillo Pérez Mª. del Carmen Rodríguez Morales 139
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Leonor Castillo Pérez Clemencia Isaura Castillo Pérez Benjamín Zárate Ortega Martha Zárate Ortega Martha Rodríguez Antonio Aguilar Chávez Manuel Servín García Cristina Álvarez Gabriela Castillo Pérez (Educadora) Humanidades Angeliza Guízar de Moreleón Berta Aceves Torres (Lic. en Letras) Teresa Castillo Pérez (Lic. en Letras) Natalia Moreleón Guízar (Lic. en Letras Clásicas) Amparo Rodríguez Morales (Lic. en Psicología) Ingenieros en Electrónica y Ciencias de la Comunicación Alonso Castillo Pérez
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CAPÍTULO VI VIDA CULTURAL PERIODISMO
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A PIEDAD DE CAVADAS
puede enorgullecerse de haber tenido desde tiempos muy remotos como fuente de orientación y cultura al periodismo. Después de Zitácuaro en donde en 1812, el doctor Cos fundó el Ilustrador Americano, en La Piedad se editó por los años de 1887, cuando don Tiburcio Padrón trajo una imprenta que él mismo llamó de la "nalgada", por darle presión con las asentaderas, un periódico que se tituló La Voz de Hidalgo. Este primer órgano periodístico era de orientación política. Pasado el tiempo, cuando ya hubo otra imprenta con mejores recursos tipográficos, don Ignacio Mendoza trajo una imprenta de prensa de palanca, y en ella se publicaron varios periódicos, uno de ellos fue escrito por don Austasio Zepeda, ciego, y exquisito poeta, y otro, por su sobrino el también poeta Everardo Zepeda. En 1890 Juan Pérez editó El Grito de Hidalgo; más tarde don Ignacio Mendoza dirigió El Relámpago; luego don José Jurado y Froylán Heredia dieron a luz La Voz del Comercio. En 1906, el profesor Jesús Romero Flores, que acababa de recibir su título de Profesor de Instrucción, sacó un periódico de mayores dimensiones, de carácter literario e informativo; después el mismo maestro fundó, con don Rosendo Rizo, Don Quijote, periódico de combate, social, político e informativo. Horizonte fue editado por el poeta Florentino T. Quezada; Pluma y Alma por Francisco Montejano. Vicente de P. Cano, en la agitación política de 1910 con el movimiento maderista, fundó El Insurgente, de carácter exclusivamente político; Baldomero Ramírez el Germen Democrático, y Rosendo Rizo revivió Don Quijote, en el que escribieron sesudos artículos sociales el Lic. Rafael Reyes y el Dr. Próspero Herrera. Orientación fue editado por Jesús I. Ávalos y José Camarena Sánchez; Plus Ultra por el Profr. José Padilla Montoya; Fraternidad, por Francisco Ortiz Servín y el Profr. Aurelio 141
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Esquivel; La Piedad, un pequeño seminario editado en 1917, por don Edmundo M. Flores; La Piedad Comercial, revista, órgano de la Cámara de Comercio dirigida por Francisco Ortiz Servín. Debo hacer saber que cuando La Piedad cumplió su cuarto centenario salió a la luz la revista Mintzita. De carácter musical, el señor Francisco Ortiz Servín publicó El Teponaxtle. Y en 1911 el señor José Ortiz Servín, quien ha sido un maestro de periodistas, fundó La Prensa, en diminuto tamaño, que más tarde, en 1918, aumentó en presentación y en 1929 tomara dimensiones standard, de cuatro, seis y hasta ocho páginas, siendo uno de los periódicos de más circulación que ha existido, de carácter informativo, doctrinario y literario. Contó como colaboradores a los escritores, Vicente de P. Cano, Francisco Montejano, Everardo Zepeda, Rafael Reyes, Isidro Castillo y Martín Mercado, así como con la colaboración continuada de la Editorial Lumen de la ciudad de México. Después se editó El Cuarto Poder, que dirigió el Dr. Salvador Fara, y en él escribían Zenaido Michel, José Ortiz Servín, José Mª. Llanderal y Fortino González. En la misma época, 1937, se editó Flama, periódico político que dirigía Octavio Ochoa Vega. Más tarde se publicó Radio, siendo director José Pichardo y Jefe de Redacción Alfonso Martínez. Cuando se inauguró la Escuela Secundaria "Lic. Rafael Reyes" se publicó el periódico Juventud y después El Siglo XX. En esta reseña es preciso incluir la revista gráfica musical Vibraciones, órgano de la Academia de Piano "Ricardo Castro", que contó con la colaboración de eminentes musicólogos y críticos de arte de la capital de la República. Empero, han sido La Prensa y Argos los periódicos más importantes de la ciudad. Ambos fueron editados y dirigidos por los señores José Ortiz Servín, Francisco Montejano y René Ortiz Bravo. Durante algunos años, hacia 1958, de semanarios se convirtieron en diarios. Contaron para ello con el primer linotipo que se instaló en el taller tipográfico de La Prensa. El periódico Argos es uno de los más antiguos del Estado de Michoacán, pues se vino publicando por espacio de cuarenta años, en forma ininterrumpida. El semanario Vida, fundado por Alfonso Martínez Ascencio y don José Ortiz Servín el año de 1947, se continúa publicando hasta la fecha. 142
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La tipografía ha alcanzado un notable desarrollo, gracias al maestro en este arte don José Ortiz Servín. Se han editado en su taller periódicos, revistas y algunos libros, como De mi Viento Amoroso, de la poetisa piedadense Josefina de Ortiz Servín, Aspectos de la Historia Piedadense, del historiador Jesús Romero Flores, Don Nicolás, de Isidro Castillo, Arrullos y Tormentas, De la Naturaleza y la Vida, de Vicente de P. Cano y Cantos del Terruño del poeta José Gómez Rogil. El Club Rotario El Club Rotario de La Piedad es una de las instituciones sociales más antiguas que han existido en esta ciudad. El rotarismo piedadense puede dividirse en dos épocas: la primera empieza el 23 de junio de 1928 cuando fue oficialmente reconocido, en cuya fecha celebró una ceremonia oficial en el Hall del Cine Teresa. Fueron los primeros fundadores los señores: J. Jesús G. Alatorre, Luis Ayala, Dr. Rafael Chávez T., José García del Río, Salvador García Cuadra, el poeta José Gómez Rogil, Apolonio Guízar, Ignacio Heredia, Fernando R. Morett, José Paúl, Ing. Guillermo Ramírez Zenteno, Eduardo Ramírez Zenteno, Gabriel Rojas, Rafael Servín y Cayetano Suárez. Esta primera época abarca cuatro años y medio y realizó durante su vida efímera importantes acciones sociales, entre las que cabe destacar la realizada por el grupo de damas rotarianas que crearon el "Ropero de los Pobres", que tuvo como misión presar auxilio a personas indigentes. La segunda época principió el año de 1945, siendo gobernador rotario el señor don Miguel Herrejón y firmándose la cara constitutiva el 23 de junio del propio año, cuya ceremonia oficial tuvo lugar en el salón de recepciones de la Automotriz del Centro de esta ciudad. Apadrinó el acto el club de Morelia. Esta nueva agrupación quedó integrada por los señores Ing. José García Castillo, Guillermo y Ernesto López, Apolonio Guízar, Eduardo Escudero, Dr. Alberto J. Márquez, Dr. J. Jesús Silvestre R., Dr. Julio López, Francisco Ortiz Servín, Luis G. Ortiz, Dr. Tranquilino Gallegos, Profr. Héctor Mercado, Rodolfo Díaz H., Lic. Juan Tenorio C., Ricardo Guerrero Jr., Carlos Suárez e Ing. Guillermo Ramírez 143
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Zenteno. La primera directiva quedó integrada por el Ing. José García Castillo, como Presidente y como Secretario Ricardo Guerrero Jr. Desde el año de 1846 ha venido fungiendo como Presidente el señor Ernesto López B. quien como hábil timonel ha dirigido la nave rotaria aun en tiempos difíciles, a buen puerto. Forman la actual directiva los señores Ernesto López B. como Presidente, J. Jesús Silvestre R., como Secretario y como Tesorero el Quím. Biól. Pablo Pérez Alfaro. Club de Leones El Club de Leones de esta ciudad, constituido bajo las bases del programa oficial y afiliado a la gran institución mundial, no ha perdido oportunidad de presar su aportación en obras de beneficio colectivo, y así hemos visto cómo ha participado en las funciones que tiene a su cargo el Hospital Civil, que en alguna época estuvo a un paso de suspender el servicio de asistencia que viene prestando precisamente a los grupos más necesitados, a los desheredados de la fortuna. Y si en este servicio los leones han sido tan eficaces no lo han sido menos en actividades sociales, cuyo programa de beneficio colectivo, de acuerdo con sus bases constitutivas, es de una amplia y constructiva repercusión social. El Club de Leones de esta ciudad cuenta con hombres de representación comercial, industrial y de otras actividades de trabajo que, caracterizados como capitanes de empresa en sus negocios particulares, han sido las más indicadas para intervenir directamente en este programa de beneficio social. IMPULSO A LA RADIO DE PROVINCIA La importante Estación XELC, cuya gerencia sigue a cargo de su propietario, don Heriberto Guízar Castro, está dando un enorme impulso a la radiodifusión en el centro del país, ya que en los treinta años que tiene de estar en plena actividad ha logrado conquistar resonados triunfos publicitarios y más aún, ha conquistado la confianza sincera de miles de radioescuchas que a diario sintonizan su 144
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aparato en los 1200 kilociclos de la emisora para deleitarse con los amenos agradables programas que en ella se difunden. XELC Cumplió su Trigésimo Aniversario El día 12 de septiembre de 1977 la radiodifusora local cumplió treinta años de vida; una vida llena de superación y progreso. Comenzó a trabajar el 12 de septiembre de 1946 con 1000 watts de potencia y fueron precisamente el Lic. Ignacio Martínez Carpinteiro, destacado locutor de televisión y el piedadense Lic. Humberto Romero Pérez, quienes con entusiasmo y particular interés vinieron a darle vigor a la iniciación de las labores de este importante vehículo de difusión. No hace mucho tiempo, el señor Guízar Castro aumentó la potencia de su estación a 5000 watts efectivos. Con ello ha logrado abarcar un área que abarca los estados de Michoacán, Jalisco, Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes, lugares donde se ha sabido apreciar la efectividad de su propaganda y la calidad de los programas, motivo por el cual las empresas, industrias y comercios han confiado su publicidad a XELC. Cambio de Frecuencia El propietario de XELC, con el deseo de tener una mejor frecuencia que trabaje durante todas las horas del día y parte de la noche, ya que en la actualidad se trasmite de las 7 a las 19 horas, está gestionando ante la Dirección General de Telecomunicaciones el cambio de 1400 a 900 kilociclos. Esto tardará algunas semanas más, y, una vez logrado, con toda oportunidad se dará a conocer al auditorio. Programas y Patrocinadores El tiempo de la estación está casi totalmente cubierto por publicidad de prestigiadas empresas comerciales. Entre los más interesantes y novedosos programas destacan los de la Colgate Palmolive, de la firma Sánchez y Martín, S.A., de Guadalajara, de la Esperanza, S.A., de Gómez Palacio, Dgo., de la Cervecería Moctezuma, S.A., de la General Motors de México, S.A., de Automotriz del Centro y de los Cines Teresa y Cárdenas. 145
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Controles Remotos Entre los controles remotos que trasmite la XELC, y que han recibido cientos de cartas del auditorio felicitándolos por este movimiento, se encuentran las trasmisiones a control remoto desde el Estadio La Piedad, reseñando los partidos de futbol del Campeonato de 2ª División Profesional de Ascenso y Descenso, bajo el amable patrocinio de General Motors de México, S.A., y Automotriz del Centro, S.A., de esta ciudad. Y "La Peña Delicados", que se trasmite todos los domingos a control remoto desde el elegante Club Social de La Piedad. Estos programas pasan de las 16 a las 19.30 horas. Programas Educativos Entre los programas educativos que son dignos de mencionarse, por trasmitirse sin patrocinador, se encuentra el programa diario del Centro de Bienestar Rural Social de Pénjamo, Gto. El personal que interviene hace viaje cada 8 días a esta ciudad, para grabar los programas de la semana y después pasarlos al aire. Entre los elementos que actúan bajo la dirección de la señorita Josefina Manrique destacan los peritos agropecuarios J. Dolores Sandoval y Luis Juárez Ríos, las enfermeras Leonor Martínez y Consuelo Hernández, las trabajadoras sociales Natalia Ortega, Lucila García, Soledad Miranda y Ernestina Gallardo. Estos programas educativos presentan consejos sobre agricultura a los campesinos, informes y conocimientos a las amas de casa, sobre higiene, riesgos que corren los niños en la vida del hogar, lecturas adecuadas, etc. Artistas locales que intervienen Es interminable la lista de los elementos artísticos que han triunfado a través de la radio XELC. Últimamente han destacado "Las Florecitas Michoacanas", dueto formado por las hermanitas Sara y Consuelo Martínez, que con su estilo único han conquistado la admiración del auditorio; Sandra, la estupenda tanguista que ha gustado a cientos de radioescuchas por su voz temperamental; Lucero (Lucha Pichardo), cuya voz sentimental ha conquistado muchos triunfos; Gonzalo Reyes, una nueva promesa, y la señorita Bertha
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Macías, que interpreta canciones rancheras, los mariachis "Los Dorados Michoacanos", "Los Marceños", etc. Personal técnico y locutores El personal técnico de XELC está formado por su Gerente, el señor Heriberto Guízar Castro; señorita Teresa Ayala Tejeda, Secretaria; Ingenieros Consultores: Filiberto Solís, José García Castillo; Operador responsable, Luis H. Aguayo; Operadores: Miguel Arellano, Rafael Méndez e Ignacio Martínez. El cuerpo de locutores está formado por los señores Agustín Belmonte M., Elías Padilla Castro, Bardomiano Sánchez, Alfonso y Enrique Martínez, Alfredo Moreleón y Angelina Guízar. Cronistas deportivos: Alfonso Martínez A., Profr. Ricardo Alvarado y Ramón Zambrano. Colaboradores: Poetisa Josefina Báez de Ortiz, poeta Vicente de P. Cano, don Juan C. Fernández, Profr. Isidro Castillo, Rogelio y Raúl García Castillo. Círculo Mutualista Estuvo formado por empleados de comercio, principalmente. Es una de las instituciones benéficas más antiguas que ha habido en esta ciudad. Sus actividades culturales y sociales han sido muy amplias. Su influencia muy grande, pues bien podemos decir que desde fechas muy remotas, que se remontan a los años de la Revolución, ha tenido a su cargo la mayor parte de las actividades culturales, educativas y sociales, y ha abarcado en su acción a todas las clases sociales. Desde 1915 algunos miembros de esta benemérita institución como Rafael Padilla, Onofre Cuevas, Jorge Ayala y otros más, fundaron una escuela nocturna con el nombre de Centro de Enseñanza Mutualista. Asociado a esta institución está el nombre de uno de sus dirigentes más activos en sus mejores años: Arnulfo Ávila, benefactor por muchos conceptos de esta población. Deportes En La Piedad existe una tradición y una fuerte afición por el futbol. Se cuenta con un equipo de Segunda fuerza, que en una ocasión ascendió 147
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a Primera División. Han salido de aquí notables jugadores que ahora forman parte de los equipos más destacados del país. Se cuenta con un Estadio y con una Unidad Deportiva que fue construida por iniciativa y con la ayuda económica del licenciado Humberto Romero Pérez. Círculo de Estudios "Vicente de P. Cano" Por los años de 1963 se fundó un grupo con el nombre "Círculo de Estudios Vicente de P. Cano". Este círculo que tuvo por residencia la Biblioteca Pública, enriquecida con las donaciones hechas por el Profr. Romero Flores, ha agrupado a jóvenes de ambos sexos de la clase media y estudiantil, y ha promovido una serie de actos culturales y de actividades sociales y educativas entre los sectores populares. En coordinación con la Academia de Piano "Ricardo Castro" se han celebrado recitales literario-musicales. Se han organizado diversos homenajes a piedadenses ilustres como el maestro Jesús Romero Flores, Mariano Silva y Aceves, maestro Aurelio Esquivel, así como a poetas mexicanos y extranjeros, como Ramón López Velarde y Pablo Neruda. En el homenaje que se le rindió a don Rómulo Gallegos, estuvo presente el novelista venezolano quien honró con su visita a nuestra tierra en tal ocasión. Este Círculo fue fundado y dirigido por la señorita Teresa Castillo Pérez. Tuvo como asesores y participantes a muy distinguidos y cultos profesionistas, como el doctor Carlos Ponce de León y el maestro y licenciado Rafael Gallegos Llamas. Sociedad Médica Piedadense En el curso de casi dos años de existencia, la Sociedad Médica Piedadense ha sabido cumplir su cometido y con ello ha marcado una trayectoria luminosa en el campo científico. No solamente ha conquistado triunfos en lo que inicialmente fue fincada: la superación médica local, sino que, venciendo dificultades y a prueba de supremo esfuerzo, se ha dignificado desarrollando una fecunda labor cultural y artística.
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En el terreno médico, además de los estudios profesionales presentados periódicamente por sus miembros en sesiones ordinarias, la Sociedad Médica ha presentado en su domicilio social a connotadas personalidades que han dictado elocuentes e interesantes conferencias sobre temas de sus respectivas especialidades. De la ciudad de México han asistido: el Dr. Bernardo Sepúlveda, gastroenterólogo del Hospital de Enfermedades de la Nutrición; el Dr. Francisco Gómez Mont, endocrinólogo; el Dr. José Ruilpba, infectólogo; el Dr. Luis Sánchez Medal, hematólogo, y el Dr. Carlos Hernández Esquivel, nefrólogo, todos ellos del propio Hospital de la Nutrición. De la ciudad de Guadalajara han asistido: el Dr. Fernando de la Cueva, neuropsiquiatra y el Dr. Ramón Sanz Muñoz, paidopsiquiatra. De la ciudad de León han asistido: el Dr. José Gama Carpio, gastroenterólogo y el Dr. Luis Isla Cosío, urólogo. De la ciudad de Zamora han asistido: el Dr. Manuel Bribiesca y el Dr. Enrique Tsuji, pediatras ambos. De la ciudad de Morelia, en fin, asistió el Dr. José Santos Ramírez, cardiólogo. En el terreno cultural general, la Sociedad Médica recibió en su seno al culto Profr. Isidro Castillo de la UNESCO, quien pronunció importante conferencia sobre temas psicológicos. En el terreno artístico, la Sociedad se ha preocupado por la organización de conciertos de música clásica, habiendo presentado con gran éxito a los artistas de fama internacional Elías Breeskin, violinista, Félix Villanueva, pianista y Gustavo López, guitarrista, todos ellos de la ciudad de México. También la mencionada organización patrocinó una función teatral de aficionados, que fue sonado éxito. Por último, en el domicilio social de la organización médica aludida se están proyectando cada quine días interesantes películas sonoras, lo mismo de medicina que de cultura general o arte. Por lo expuesto se deduce el sólido afán constructivo de la Sociedad Médica, que lo mismo en bien de los médicos que de la población en general, viene traduciéndose en un plan de trabajo cultural vasto y fecundo que ayuda vivamente al engrandecimiento de la Patria cuando lucha por el pensamiento y la acción sana y noble.
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Grupo teatral Vasco de Quiroga Hace cinco lustros que en nuestra ciudad se fundó el grupo teatral Vasco de Quiroga, y desde entonces, de manera ininterrumpida, ha estado en actividad constante, manteniendo palpitante el bello arte de Talía. Se dice que el teatro es el termómetro con el cual se mide la cultura de un pueblo, y si esto es verdad, sí que la Piedad puede sentirse halagada, pues el grupo teatral arriba mencionado ha sido una escuela cultural donde por medio de las obras que ha representado, ha puesto en contacto a los actores y el público con los grandes comediógrafos como: Molière, Cervantes, Calderón de la Barca, José María Pemán y Alejandro Casona, entre otros. A últimas fechas nos ha obsequiado con la representación de los Entremeses que tuvieron como escenario natural la plazuela de San Francisco y la no menos exitosa puesta en escena de otros entremeses Cervantinos que se escenificaron en el Club Social, y como última novedad, acaban de representar en estos últimos días los "Pasos" de Lope de Rueda. Los entremeses, los Pasos y los Retablillos son obras que sólo se pueden ver en algunas ciudades como Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Morelia. En La Piedad también se tiene ese privilegio gracias a la labor altamente meritoria del grupo teatral que dirige y mantiene su fundador, Luis G. Ayala. Club Femenil Como su nombre lo indica, esta organización social femenina está constituida por miembros de varios sectores de la población, y sus fines benéficos no solamente comprenden a los asociados sino que en lo social, se hacen extensivos a obras materiales, culturales y artísticas. En el mes de agosto de 1951 y a iniciativa de la Sra. Isabel Alatorre de Heredia se fundó en esta ciudad el Club Femenil con el objeto principal de reunir fondos para los trabajos de reconstrucción del Templo del Señor de La Piedad. El día 10 de septiembre del mismo año, previa votación de las señoras y señoritas componentes del Club, quedó designada la Mesa Directiva, resultando electas para 150
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Presidenta la Sra. Isabel Alatorre de Heredia, para Secretaria la Sra. Esther Álvarez de Bribiesca y para Tesorera la Srita. Victoria Ramírez Zenteno. Las damas que integran este Club se reúnen semanariamente con el propósito de organizar diferentes eventos sociales y culturales como conciertos, kermeses, tertulias, representaciones teatrales, posadas, etc., y todo lo que recaudan en estas actividades está destinado a las obras del templo. Academia de Piano "Ricardo Castro" Es una institución de divulgación cultural e instructiva, que ha merecido los más encomiásticos elogios de los centros musicales más destacados de la metrópoli. Ha realizado una labor cuyos frutos hablan elocuentemente, formando pianistas, muchos de ellos en el desempeño de cargos profesionales. En doce años de trabajo docente han sido numerosas las generaciones de pianistas que han recibido una preparación integral de esta institución. De la última generación, el día 30 de abril del año anterior tuvo lugar el último recital, en el que, una vez más, quedó demostrada la eficiencia de la enseñanza que en esta institución se imparte. Esta Academia, además, participa en todos los actos culturales que organizan instituciones diversas de esta ciudad. En La Piedad, Mich., se han desarrollado en diferentes épocas del año, actividades culturales que han logrado bastante éxito por la aceptación del pueblo.
Presentación del Coro Polifónico "Miguel Bernal" Presentación del Ballet Folclórico de Michoacán. Presentación de la Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato. Presentación de Rondallas de diversas partes de los Estados circunvecinos.
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Presentación de varios conferencistas sobre distintos tópicos, procedentes tanto de la capital del país como de otras ciudades de importancia. Presentación del Quinteto de alientos de la ciudad de Toluca. Presentación del teatro "Trashumantes" de Bellas Artes Presentación del Teatro Moderno de Bellas Artes Presentación del Ballet Folclórico de Atotonilco Presentación del pianista de fama internacional Vega Presentación del Ballet Folclórico de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Antología de escritores y poetas piedadenses En el capítulo de biografías hemos presentado a las personas representativas del espíritu piedadense. En la siguiente breve antología, no tenemos otro propósito que el de hacer patente en el pensamiento y en la expresión literaria, en sus producciones, el alma exquisita y nobilísima de los mejores hijos de este solar michoacano, figuras reconocidas por sus méritos, honor y ejemplo de un pueblo que es capaz de suscitar virtudes tales, paisanos eminentes con quienes las juventudes afirman su identidad y valoran sus posibilidades de futuro. Las nuevas generaciones creen en ellos y por lo mismo, creen en sí mismos. EL PUENTE DE LA PIEDAD DE CAVADAS Por Samuel P. Mercado El turista, al llegar a la pequeña ciudad de La Piedad se sorprende a la vista del puente centenario que comunica dos Estados: el de Michoacán y el de Guanajuato. Diez arcos, perfectamente hechos, estéticos, forman el puente, que ha resistido el fiero empuje de las aguas del río de más longitud en nuestro país. Dieciocho lunetas colocadas de dos en dos sobre los pilares dan al puente aspecto de una rúa rara y romántica, hecha a propósito para observar el paso de las 152
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aguas morenas, para extasiarse con la puesta de sol, con la salida de la luna y con las noches estivales. Escritores hay que sólo toman en cuenta la parte "aritmética" del puente: cuántos metros mide de longitud, de latitud, cuántos años cuenta de hecho, qué "trigonometría" constructiva se empleó para hacerlo y tecnicismos engorrosos llenan sus escritos del puente… Yo sólo veo que el puente es un buen amigo: cuando yo era niño, recuerdo que él advirtió que el viento me raptó mi gorra infantil y la arrojó al río; sólo advierto que él supo de la amarga tristeza que presidía mis éxodos hacia las aulas universitarias, que eran como un "arrancamiento", sentimental y cruel. Sólo recuerdo que con sus cuatro "postes" de piedra —como centinelas sin relevo— dos aquende el Lerma y dos allende el río, parecía si me diese la bienvenida al llegar y el adiós al partir. Para mí el puente sólo tiene una importancia sentimental. Es un "viejo camarada de infancia a quien estoy unido por un intenso amor"… Para mí tienen más importancia las lavanderas que cantan cerca del puente y en las orillas del río que los datos históricos de la obra, el murmullo de las aguas y el lentejueleo del sol en las hondas de la linfa, que la árida historia que se relaciona con mi presente. ¡Puente! Tú existes, tú eres un buen viejo que ha recogido mis confidencias y a quien puedo hablar plenamente. ¡Puente! ¡Puente! Tú vives. El cura Cavadas, que te construyó, tiene mi cariño porque fue tu autor. Tú que en los domingos te animas con rostros de mujeres y te llenas de fiesta. ¡Tú, que tienes alma, tú que eres mi amigo!. EL CURA CAVADAS Y SU PUENTE SECULAR Edmundo M. Flores Vagaba yo distraído por la amena ribera del río Lerma cercana a La Piedad, cuando cúpome en suerte entablar conversación con un simpático viejecito, raro longevo de asombrosa vitalidad, con el que departí largamente; pues la infantil sencillez de aquel anciano, lo interesante de su ingenua palabra, cautivaron dulcemente mi voluntad con el vínculo de una profunda simpatía.
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Yo señor, me dijo el albo y risueño viejecito, me llamo Calendario Hernández, y nacía en el año de 1829, en San Pedro Piedra Gorda, Guanajuato. Tengo, por tanto, ochenta y nueve años de edad. Y a pesar de esto, se me figura muy corta mi existencia. Viví durante mi niñez en la "Quesera", rancho como usted sin duda sabe, no muy distante de esta Piedad, en la cual he residido desde hace cuarenta y dos años. Y como yo lo interrumpiera entonces, preguntándole si había conocido al ilustre Párroco Cavadas y pidiéndole datos relativos al famoso puente de ese nombre, me contestó así: "Tuve la dicha de conocer a ese gran hombre, mucho talento y simpatía. Era gordo, corpulento, güero y colorado; muy trabajador y bueno. Mi padre que trabajó en la construcción del Puente, me traía a la obra. Lo recuerdo muy bien porque en una venta inmediata a ella, me llenaba el brazo de rosquillas de pan; dato inolvidable par aun muchacho, aun de una edad como la mía entonces: cuatro años escasos. ¡Oh señor, aquello era hermoso! Calculo ahora que trabajaban cerca de tres mil personas en la construcción del monumento. "El señor Cura era ingeniero activísimo. Él dibujó los planos y dirigió la obra, y su segundo era un maestro a quien llamaban "El Borrego". Los operarios fueron por mandato del señor Cura, ascendidos para trabajar más rápidamente: de manera que los peones eran habilitados de "medias cucharas", éstos, de oficiales, y los oficiales de maestros; y daba gusto ver a tanta gente trabajando como un solo hombre, mediante la influencia del señor Cura, que era admirable. Aquello era un milagro: las señoras, las señoritas y aun las niñas tomaban parte en la faena llevando en los tápalos, rebozos o pañuelos, arena, piedras, todos los materiales que podían adquirir. Así se explica que en una sola temporada de "secas" quedase el puente ya útil para el tráfico, pues aunque es cierto que faltaba un arco (diez tiene ahora la construcción, se pusieron provisionalmente vigas para completarlos, pues las lluvias habían llegado ya). "Movió el gran corazón del cura (doctor e ingeniero don José María Cavadas) a emprender la gran obra, el hecho de que, estando una ocasión a la orilla del río, que iba muy hinchado y furioso, presenció que una canoa llena de gente que venía a La Piedad, fue tragada por uno de tantos remolinos que forman las crecientes. Desde 154
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luego se apresuró a dar principio a los trabajos, comunicando al vecindario, a los dueños de ranchos, a todo el mundo el ardor de su espíritu generoso. "Se principió por cortar el río, para poder echar los cimientos que tienen tanta profundidad como altura el ojo de cada arco. Se cavaron las cepas, y como brotaron en ellas muchos y gruesos veneros que las inundaban luego, el señor Cura improvisó una poderosa bomba, que funcionaba con tanta rapidez como los operarios que cimentaban. Se hizo la mitad del basamento; se dio por ahí curso al río y del mismo modo se construyó la otra mitad, prosiguiendo violentamente la fábrica del Puente. "Un magnífico cemento, para cuya formación se gastaron muchos barriles de leche y otros materiales apropiados, se usó como mezcla. He sabido que cada dueño de rancho ubicado en la comarca cedió para aquel cemento toda la leche ordeñada en un día. "Terminado el soberbio monumento, se tallaron en lugares convenientes de él unas inscripciones conmemorativas. En noviembre de 1833 se pudo ya pasar por el Puente; no permitiéndose durante algún tiempo el paso de carretas sobre él; pero en la entrada del ejército de Napoleón II a esta Piedad, en junio de 1863, lo atravesó una larga fila de pesados carros, y; probada su solidez, han seguido cruzándolo toda clase de vehículos. "Ha resistido, además, el empuje terrible de impetuosas crecientes que han inundado gran parte de La Piedad. Recuerdo las inundaciones de 1855, 1865 y 1912, en la primera de las cuales hubo el repugnante detalle de haber traído las aguas tal cantidad de víboras de muchas castas, que parecía que se había abierto un portillo de infierno. Muchas de ellas se detenían en los montones de hojarasca y ramaje, y había algunas tan monstruosas, que hasta tenían como plumas en la cabeza. Hace ya ochenta y cinco años que el puente de Cavadas soporta con firmeza los ataques del Lerma". Al pasar por el puente secular, se leen las siguientes inscripciones: "PARA TU PERPETUA COMODIDAD. ¡OH CAMINANTE!, LOS VECINOS DE LA PIEDAD EDIFICARON ESTE PUENTE, CON TAL CELERIDAD, QUE EL PRIMERO DE ABRIL DE 1832 SE EMPEZÓ Y EN NOVIEMBRE 155
ISIDRO CASTILLO PÉREZ DE 1833 SE PASÓ POR ÉL. PROMOVEDOR, ECÓNOMO Y DIRECTOR DE ESTE PUENTE, EL DOCTOR DON JOSÉ MA. CAVADAS, PRESTÓ 7,265 PESOS. LO EJECUTÓ EL MAESTRO DON TOMÁS SANDOVAL". "PARA ESTA OBRA, EN 1807 LOS PRINCIPALES VECINOS OFRECIERON PRESTAR 40D PS. OBTENIDA LA LICENCIA DEL VIRREY NO SE HIZO PORQUE EL PRESUPUESTO FUE DE 60D PS Y EN 1834 SE CONCLUYÓ EN MENOS DE LA CUARTA PARTE DE LO PRESUPUESTADO".
Persona fidedigna nos ha asegurado también que el señor Cura Cavadas, hijo, según se cree, de Michoacán, fue además notable electricista y quien instaló en la capital jalisciense el primero de sus pararrayos; así como que él principió la construcción de una gran presa en Ticuítaco para proveer de agua a La Piedad, obra que no terminó por haber sido llamado por el Gobierno Eclesiástico, para ocupar un lugar en su Cabildo. De su gran cariño a La Piedad habla elocuente el autógrafo que como valiosa joya, se conserva en el Museo Morelos; de ella, dicho autógrafo dice a la letra: "Sr. don Francisco Henríquez, Morelia, diciembre 18 de 1848. Muy señor mío y amigo de mi aprecio y consideración: para que el apoderado de la testamentaria de don Rudecindo Villanueva pague según me lo tenía ofrecido, los réditos del capital que reconoce en favor de la cofradía del señor de La Piedad, le escribí ayer a México, recordándole su ofrecimiento, y en esto conocerá usted más y más, que no he llegado a olvidar, no olvidaré a ese Pueblo ni menos cuando anhelo con especialidad por el culto de su sagrada imagen. "Del resultado que tenga esa excitativa daré a usted aviso que me indica, y si no fuere conforme a nuestros deseos, le hablaré en mi tránsito por México al Lic. Macedo para terminar el asunto. "Agradezco a usted sus buenos deseos manifestados en su apreciable del 18 del corriente, y me repito su afectísimo S.S. y Cap. q.b.s.a.m. José María Cavadas. Rúbrica".
No parece extemporáneo transcribir aquí también los conceptos que el sabio profesor don Francisco de P. León estampó en el libro de
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autógrafos de la Biblioteca Pública de La Piedad, después de leer el documento anterior. "Creo que debe seguir en la escritura del apellido del ilustre Párroco de La Piedad, D. José Ma. Cavadas, la ortografía que él mismo daba a su propio apellido, escribiendo Cavadas con v consonante y no con b como generalmente se usa. Esto consta por el autógrafo que de él existe en esta Biblioteca. La Piedad Cavadas, 28 de diciembre de 1919, F. de P. León. Rúbrica".
Para concluir diré como otra vez: Ufánense los piedadenses justamente por la secular grandeza de su famoso Puente: pero ofrezcan también constantes homenajes de recuerdo y de cariño al espíritu sublime de Cavadas. IN MEMORIAN Al protector de las aves, los animales y los árboles, Don Nicolás Castillo Por Vicente de P. Cano La vida, ¿y qué es la vida? Una chispa transitoria, débil destello de gloria que el tiempo borra al pasar, placer de un breve momento, dicha fugaz que se aleja y al marcharse sólo deja tristeza, luto y pesar… La vida es sólo una ráfaga de viento que sopla y muere, puñal que aleve nos hiere con cada nueva ilusión; ansia perpetua y eterna 157
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de alcanzar un imposible y que con mano terrible nos desgarra el corazón! La muerte es la venturanza, la paz, el ansiado olvido, cisne que yace dormido en un lago de cristal; fin del dolor que sentimos, del bien que tanto anhelamos y en cuyas aguas libamos el néctar de nuestro mal… La muerte es la mano helada que paraliza la vida cuando se encuentra perdida en un mar de padecer, no es un espectro macabro sino un ángel de consuelo que mitiga nuestro duelo dando fin a nuestro ser! Entonces… ¿Por qué lloramos? ¿Por qué cuando se derrumba un ser amado en la tumba venimos a llorar? ¿Por qué turbamos la calma de este triste camposanto? ¿Por qué derramamos llanto si morir es descansar? ¿Por qué la Madre Natura se conmueve y se entristece, el cielo llora y parece un topacio de dolor, los perros aúllan, las aves 158
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buscan rápidas el nido y sólo se oye el gemido de llanto desgarrador? Es, porque el hombre filántropo que el corazón repartía descansa en la tumba fría en este triste lugar, y por eso nuestros ojos nublados por la amargura, imitando a la Natura vienen con ella a llorar. Es porque el árbol, la planta, los perros viejos, las aves, extrañan las manos suaves, cuya sombra los cubrió, sienten con honda tristeza que el ser que más los quería, en una mañana fría poco a poco se murió… Es porque cada fragmento que alienta nuestra existencia es una fe y una creencia que ardiendo en el pecho está, y si la parca nos quita ese ser con quien vivimos, un hondo vacío sentimos de ese algo que se nos va…! Hay seres que a nuestra vida se adhieren como la yedra que al roble se enlaza y medra en perpetua floración, y cuando la muerte impía ese ser nos arrebata, sentimos que nos maltrata 159
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las fibras del corazón! Hay seres que al ausentarse dejan un hondo vacío, como deja el cauce el río que antes fértil inundó; como deja la esperanza, convertida en una estrella la débil y frágil huella de una dicha que pasó… Mas, a qué evocar tristeza si el ser que yace en reposo fue un cumplido y buen esposo y un padre amante fue? ¿Para qué evocar llorando de un ser amado la creencia que consumió su existencia en la antorcha de la Fe? No turbemos el silencio de este sitio frío y desierto, los muertos como este muerto no se deben de llorar; que su vida sea el ejemplo de los recuerdos prolijos y el cariño de sus hijos sea cruz, sepulcro y altar…! PAISAJES PIEDADENSES Por Jesús Romero Flores I El Río Lerma 160
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Manso y garruleador, tranquilo y grave, De mi ciudad natal besas la falda; Reclinado en tu lecho de esmeralda Y enamorado del cantar del ave. Ligero esquife y no pesada nave Se desliza fugaz sobre tu espalda, Cual si fuera polícroma esmeralda Que arrastrara la onda, dulce y grave. Se retrata en tu linfa el níveo templo Que fe sincera levantó a María Y que extasiado con amor contemplo; Y recorta tus aguas la arquería Del puente de Cavadas, que es ejemplo De constancia, firmeza y gallardía. II EL PUENTE DE CAVADAS No envidiemos los hijos de este suelo Los puentes que cabalgan sobre el Sena, Ni los viaductos de belleza plena Que se ostentan de Roma bajo el cielo. No hay que expandir de nuestra mente el vuelo Buscando otra belleza más serena; Aquí está nuestro puente, con su almena, Que satisface todo nuestro anhelo. Lo que trazó el gran filántropo Cavadas, Que fue honra y prestigio de la Ciencia, Con líneas por el Arte entrelazadas; Sandoval le dio forma y consistencia Y el pueblo a sus figuras veneradas 161
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Hoy tributa su amor y reverencia. III EL CAMUCHÍN DE LAS PEÑAS Hay hacia el sur de mi nativo suelo Un árbol corpulento y majestuoso, Que su ramaje extiende generoso Brindando sombra y bienhechor consuelo. Árbol amigo en el placer y el duelo, Agrupa a todos su ramaje umbroso: Por igual al insecto bullicioso, Que a las aves que vuelan por el cielo. Versos de amor la juventud entona Y con sus ramas forma una corona Al modular una canción hermosa. Yo no pido coronas a mi frente, Quiero, de su madera, humildemente, Una modesta cruz, para mi fosa. IV EL SALTO De un áspero cantil, allá en el monte, Salta rugiendo turbulento el río: Así como en obscuro desvarío Salta en la selva bramador bisonte. Y al lanzarse, con furia de Aqueronte Coronado de espumas al vacío, Una nube y u iris de rocío Se forma sobre el límpido horizonte. Salto querido de mi hermosa tierra, 162
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El alma te adivina, estremecida, Como estruendo y fragor que el alma aterra. Eres imagen fiel de nuestra vida: Abajo lucha y sufriendo y guerra Y arriba un iris que a la paz convida. EVOLUCIÓN MUSICAL Los datos que consignamos en esta Monografía sobre el movimiento musical piedadense se deben al maestro Jesús Zárate y a don José Ortiz Servín, quienes para reunirlos recurrieron a la fuente viva del testimonio de los ancianos, a sus archivos personales y a sus propios recuerdos, ya que ambos fueron actuantes en los años de culminación artística que se reseñan. Desde fines del siglo pasado y principios del actual, aumentaron considerablemente las manifestaciones musicales en La Piedad; la moda de tener piano se había hecho tan general, que rara era la señorita de buena sociedad o la muchacha de la culta clase media que no estudiara a diario, a la hora de la siesta o de sobretarde, su lección de piano, se atreviera con los primeros arpegios y llegara a distinguirse en la ejecución de la buena música. Los grupos orquestales que siempre había, eran constantes en la escoleta, a pesar de que sus integrantes tenían que buscar el pan cotidiano de diversos modos, trabajando de barberos, carpinteros, impresores, panaderos, reboceros, pues el arte no daba para vivir y sólo era una expresión de sus valores estéticos y un coincidir del hombre con la vocación auténtica. Partituras estudiadas a conciencia se ofrecían después al público, bien en la retreta del quiosco, en la velada de distribución de premios de las escuelas, o en el acto cívico que se revestía de toda seriedad. También la iglesia se preocupaba, como en el presente, por tener competentes maestros de órgano y selectos grupos corales.
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Es esfuerzo fecundo Siguiendo un orden cronológico, pasaremos a reseñar la labor silenciosa, paciente y callada de los maestros de piano y de las orquestas y bandas que han dado su aportación al desarrollo musical con nuestro medio. Banda de D. José Dolores Padilla Por los años de 1870, existió la banda de música que dirigió don José Dolores Padilla, organista de la parroquia. Cantores y organistas destacados En 1877, la parroquia tuvo de organista al maestro y compositor don Francisco Espinosa. El grupo coral que formó se destacó en nuestro ambiente y fuera de la ciudad, por sus buenas voces, la fiel interpretación de la música sacra, y sobre todo, por la buena dirección del maestro Espinosa. Bandas de los Babosos y de los Once Viejos Al par que actuaba el grupo musical de los Once Viejos, lo hacía en público la banda de niños que recientemente había formado don Dionisio Peña, a la que se llamó de los Babosos, por la corta edad de sus ejecutantes. Ambos grupos, el de los Once Viejos y el de los Babosos se trabaron en una noble lucha de competencia y superación, que los llevó aun estudio empeñoso y a una constante renovación de sus archivos. Pero si es principio pedagógico el que triunfe el conocimiento y la experiencia sobre los titubeos y desmaños infantiles, la biología, en cambio, sigue otras leyes: y los Babosos vencieron a los Once Viejos. Manos extrañas, criminales, que vieron riña donde sólo había noble superación, mancharon con sangre el triunfo de la juventud. Un simpatizador del grupo de los Once Viejos atacó y mató a don Dionisio Peña, su director y maestro.
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Orquesta de Los Lomelí Actuaron por los años de 1885 y hasta fin del siglo, los hermanos Donaciano, Aurelio y Francisco Lomelí, juntamente con dos o tres personas más, constituyeron un grupo que fue de fama en varias partes de la República, inclusive la capital del Estado. Cierta ocasión que el Gobernador don Serapión Fernández los oyó tocar en la ciudad de Morelia, tradicionalmente musical, los invitó a radicarse en ella y les proporcionó estímulo económico; en dicha ciudad pasaron el resto de su vida. Orquesta de D. Carlos Suárez Don Carlos Suárez, que fue discípulo de don José Dolores Padilla, a la muerte de éste, formó una orquesta bien reforzada, la que después de un buen entrenamiento, tocó música muy selecta, oberturas y óperas, lo mismo en las audiciones de la plaza de armas como en los desempeños de la parroquia, donde entonces se ejecutaban a toda orquesta las misas de función, los ejercicios vespertinos y los actos religiosos de mayo y junio, la Nochebuena y Semana Mayor. Banda Peña Sucesores A la muerte de don Dionisio Peña, quedó al frente de la Banda el discípulo más aventajado, J. Jesús Zárate, que tocaba todos los instrumentos tanto de banda como de orquesta, a cuya nueva organización se le puso Banda Peña Sucesores. Esta corporación musical funcionó por los años de 1888, en que don José Jurado formó una banda y una orquesta con elementos de las músicas ya desorganizadas de Los Once Viejos y de Los Babosos, que tuvo poca vida porque no dejaba de haber antagonismos entre los que fueron rivales antes. En los umbrales de este siglo, comenzó de nuevo su actuación el maestro Jesús Zárate, quien siendo organista del Templo Parroquial, patrocinado por el señor cura don Reyes Ávalos, formó la orquesta infantil con los entonces niños que componían la escuela de canto de la parroquia. 165
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Banda de obreros Zárate, creador sin reposo, consagró sus esfuerzos a dar nacimiento a una nueva institución: La Banda de Obreros Católicos, que tuvo el apoyo franco del Sr. Cura Nicolás Corona. Para constituir esta banda, se fundó una escuela nocturna de solfeo en cuyo curso se inscribió como un centenar de alumnos. La música, como la belleza, como el sol que nos alumbra y el aire que respiramos, era para todos; y subrayando con sentido democrático y popular, no de grupo selecto y privilegiado, sino de educación de las masas, funcionó esta escuela de solfa, canto y música. Rítmica era la clase de solfeo y tenía que impartirse por métodos de enseñanza colectiva, para abarcar al conjunto numeroso de la magna aula y al público que se arracimaba en las ventanas. Lo que va del cuadro de pintura de caballete, para el halago de ricos, a los murales para el gozo del pueblo, es la misma distancia que existe entre la música de cámara y la banda de música de la plaza pública. Estas bandas piedadenses, hechas como la democracia que cantó Lincoln, del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, fueron los murales polifónicos de aquella época. De la cantera de los cien aprendices de solfeo, se seleccionó el grupo que había de constituir la Banda de Obreros. Ésta hizo su estreno el 25 de diciembre de 1908, con la ejecución de diez piezas que dejó escuchar en el kiosco de la plaza de armas. Orquesta del Chino Castro La orquesta que fundó por entonces Aurelio Castro, estaba llamada a ser la corporación más grande y afamada que ha existido en La Piedad. El repertorio, muy amplio, selecto, bien estudiado y en renovación constante, lo daban los mejores compositores italianos, franceses y alemanes de renombre universal: Verdi, Donizetti, Puccini, Rossini, Ponchielli, Mascagni, Gounad, Massenet, Bizet, Soupee, Leo de Libes, Paul Linke, Straus, Wagner, y también los compositores nacionales: Abundio Martínez, Juventino Rosas, Castro, Villanueva, Jordá, Elorduy, José de Jesús Martínez, Alberto Alvarado, etc. Esta orquesta efectuaba jiras por muchas ciudades, así del Bajío 166
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como norteñas, para amenizar ferias, funciones religiosas, partidas, ruedos de pleito de los gallos de Amante, pues lo mismo en el espectáculo popular que en las grandes solemnidades, la gente gustaba de la buena música, del vals cadencioso o la vibrante marcha, al estilo del zacatecano Codina, de la canción folclórica o de corte afinado y la letra pulida que acompañan la voz de las cantadoras tapatías. El Chino Castro llenó toda una época que aun se recuerda. Fue este esplendor como el de una llama, que se aviva y esplende para morir. En aquel mundo de ayer, sin radios ni otros medios mecánicos que ahora facilitan la difusión del arte audible, la orquesta del Chino Castro llenaba una importante función, una misión de esparcimiento espiritual que daba equilibrio al diario vivir. La enseñanza del piano A la vez que avanzaba la música instrumental la enseñanza del solfeo y del piano hacía sus progresos, sólo que en forma menos ostensible. Hace más de medio siglo, la maestra María de Jesús Vargas reunió en torno del piano de familia, el primer grupo de alumnas. Con ella empieza de hecho la historia de la pedagogía musical piedadense. En 1906 la señorita profesora Ma. de la Luz Castro fundó un colegio de enseñanza primaria superior para niñas, y en el mismo plantel, como parte de la educación femenina, se impartían lecciones de piano. De Guadalajara venían a dar lecciones particulares de piano los maestros Esteban Carrillo Espinosa y don Benigno de la Torre. Uno de sus discípulos, que llegó a tocar con maestría el piano y recibió título, Luis Velasco Aceves, estableció una escuela de piano que normalmente impartió enseñanza y preparó conciertos hasta el año de 1937, fecha en que de La Piedad cambión su radicación a Guadalajara. Los frutos Todo el esfuerzo titánico de tres cuartos de siglo, porque procedía no del fungible apoyo oficial, sino de la recia voluntad de vocaciones consagradas al arte como una misión de vida, tenía que perdurar en el 167
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tiempo y trascender en el espacio, al través de los mejores frutos cuajados por su acción constante y laboriosa. A renglón seguido, daremos los nombres de los valores que recibieron el primer impulso y la iniciación musical en este ambiente provinciano. Jesús Zárate, Eugenio Pichardo, Flavio Plascencia, José Solorio, Mauricio Covarrubias, Ramón Castro, José Ma. Zepeda, José Luis Vega, Francisco Rodríguez Vega, Luis Rodríguez, Ignacio Guerra Bolaños, Ma. Socorro Pichardo, Ma. del Refugio Macías, Ma. Guadalupe Carpio, María Nieto, Luis Delgado Belmonte, Juan Rodríguez Vega, y cerrando dignamente esta nómina de honor en que se recuerda y rinde homenaje a quien honor merece, consignamos el nombre de José Ávila Rodríguez, uno de los más ilustres hijos de este solar. El momento presente Ciertamente que se ha enseñado el solfeo y el piano desde los remotos tiempos de la maestra precursora doña Jesusita Vargas; verdades que esta raíz femenina fue de una lozanía extraordinaria que se multiplicó en ramificaciones y buenos frutos; pero el mismo proceso evolutivo de la música y los cambios que el tiempo le imprimía, obligaban a una enseñanza más completa y organizada que la de la simple lección de piano impartida a domicilio; y así la esporádica educación musical se hizo institución, se corporizó en un centro que, para integrar todas las partes del fenómeno musical, que es un gajo del más amplio fenómeno de la cultura general, reunió todas las funciones que la componen: la formación del artista, el estímulo a su creación y desarrollo de sus valores personales y la difusión de las obras maestras entre el más amplio auditorio. Este centro es la Academia de Piano "Ricardo Castro", que fundó y dirige la señorita Angelina Ortiz Bravo. La Academia abrió sus puertas a todos. Al cumplir su X Aniversario, mirando el inmediato pasado pudo decir en su hora de balance: Nuestras aulas han acogido lo mismo al infante que apenas levanta unos palmos del suelo, amadrinado por la diosa Euterpe; como el adolescente estudioso que sueña con identificarse con las obras de los grandes clásicos; o simplemente al obrero, artesano o aficionado que siente vibrar en su interior el divino arte de la música y
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desea penetrar en sus secretos, provechosamente. Para todos hemos tenido los brazos abiertos. La enseñanza del piano en esta Academia no podría estar mejor garantizada. La maestra ha consagrado toda su vida al estudio y magisterio de la música; desde muy niña, en Morelia, la aprovechada discípula del maestro Ignacio Mier y el culto Ignacio Bremauntz ya desaparecidos, y en esta ciudad de Luis Velasco Aceves, José Echeverría y la señora Ma. Guadalupe Gómez. Su contacto constante con los maestros de piano de la ciudad de México y Guadalajara, sus viajes a éstos y otros lugares donde aun se cultiva la interpretación pianística, la han mantenido en constante renovación de métodos y nuevas obras. Sus dotes pedagógicas son positivamente admirables. Queremos, para concluir, autorizar nuestra opinión sobre esta Academia en la opinión de personas ilustres y maestros de piano de mérito indiscutible, que transcribimos a continuación. Mario Beauregard, eminente pianista, dijo: "Yo puedo venir a dar conciertos de piano a esta ciudad y hasta podía alternar con alumnos de la Academia de las más aventajadas…" Félix Villanueva, pianista concertista, expresó: "La Academia de Piano "Ricardo Castro" es una organización moderna que tiene un plan magnífico, igual al del Conservatorio Nacional y principales academias de piano…" El Padre Manuel Muñoz, poeta, pianista y compositor, exclamó en un recital que se dio en su honor: "Me parece que estoy escuchando a profesionistas y no a estudiantes todavía". El Profr. Jesús Romero Flores, escritor e historiador, estableció el siguiente paralelo: "Angelina Ortiz Bravo está haciendo en La Piedad lo que hizo el maestro Carlos J. Meneses en la ciudad de México: introdujo la buena música, enseñó a ejecutarla y educó al público para que la comprendiera".
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CAPÍTULO VII TURISMO ATRACTIVOS TURÍSTICOS DE LA PIEDAD
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PIEDAD FUE ORIGINALMENTE un poblado de origen nahoa y se llamó Zula (lugar de codornices). Después fue habitada por los tarascos y se llamó Aramutarátzicurin (lugar de pequeñas cuevas). La conquista la efectuó Nuño de Guzmán en diciembre de 1529 a su paso para la conquista del reino de Chimalhuacán, después Nueva Galicia y hoy Jalisco; pero la evangelización la hicieron los padres franciscanos el 20 de enero de 1530, día de San Sebastián, por lo cual le llamaron San Sebastián de Aramutarillo, castellanizando esta última palabra. A fines del siglo XVII se le empezó a llamar La Piedad en honor del nombre del Santo Cristo que se venera en su parroquia. En el año de 1873 se agregó a su nombre el apellido de Cavadas, para honrar la memoria del cura Don José María Cavadas que construyó el magnífico puente sobre el río Lerma y estimuló las construcciones de muchos edificios de cantería que rodean la plaza principal y a la parroquia. Actualmente, La Piedad cuenta con cerca de 60 mil habitantes y progresa notoriamente, debido al desarrollo de su agricultura y ganadería, que está dando pie para su industrialización. Es una de las ciudades de Michoacán mejor comunicadas por tierra, pues en ella convergen carreteras que van a los Estados de Jalisco, Guanajuato, Colima, Querétaro y, naturalmente, al interior del propio Estado de Michoacán. Los visitantes pueden saborear aquí ricas chuletas ahumadas de cerdo y toda clase de carnes frías elaboradas en empacadoras locales. También pueden encontrar rebozos que compiten ventajosamente con los elaborados en otras partes del país. A unos 5 kilómetros de la ciudad, se despeña el río Lerma y forma una cascada conocida como El Salto. A
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A poca distancia también se encuentra La Ciudad del Sol, que es un centro turístico donde los visitantes encuentran un Zoológico, canchas deportivas, albercas y un trenecito que realiza un recorrido interior interesante y de gran atractivo para los niños. La Piedad se encuentra a 1,675 metros sobre el nivel del mar y su clima es agradable durante todo el año. Hay doce hoteles con calidad turística. "LA APARICIÓN DEL SEÑOR DE LA PIEDAD" (Leyenda) Era una costumbre entre los cristianos, como lo es ahora, pasar en vela la noche del 24 de diciembre en que se conmemora la Navidad del Mesías. Acostumbraban también, sobre todo los campesinos, hacer lumbradas con leña y ramas para formar las luminarias propias del festejo. Vivían en la estancia de la Buena Huerta, inmediata a Yurécuaro, el criollo Blas Martín Iriarte, arrendatario de aquellas tierras, juntamente con su esposa Catalina Segura, su hijo Juan Cruz Iriarte y su cuñado Juan de Aparicio Segura, estos últimos humildes pescadores y leñadores. Llegó el 24 de diciembre; como buenos cristianos, se preparan para el festejo con la alegría acostumbrada, mas no había leña suficiente para la fogata que en la noche harían y fueron al monte para proveerse de ella los dos juanes. Cuando hubieron regresado con su carga y después de haber arrojado al fuego parte de ella, vieron con sorpresa que uno de los leños, a pesar de tener ya algún tiempo en el fuego, no ardía. Dicho leño semejaba la forma de una cruz en donde abría los brazos la imagen de Cristo. En los primeros días de enero (el 6 para ser preciso) de 1688, caminaba Blas Martín a sus faenas y vio venir por entre el monte a dos mancebos que se decían escultores en busca de ocupación; contratóles Blas Martín diciéndoles que les pagaría con semillas su trabajo ya que no tenía metálico. Convenidos en ello dieron principio a su trabajo consistente en limar y perfeccionar la figura del crucifijo, haciéndolo tan bien como se puede ver en el templo en que hoy se le 171
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rinde adoración y culto. Como Blas Martín no tenía un lugar digno (sigue diciendo la leyenda) para colocar ese hallazgo tan valioso, sorteó la imagen entre varios pueblos, tocando en suerte al más humilde de todos: Aramutarillo. Sorteóse también la advocación que se le debería dar al Cristo entre varios nombres, quedando al final reconocido como el Señor de La Piedad (en parte origen del actual nombre de la ciudad). ORGANIZACIÓN SOCIAL Clubes Sociales
Leones de Lerma Leones de La Piedad Club Rotario Club de Servicio "Santa Lucía" Comité de Voluntarios de la Cruz Roja Club Social Femenil "75" Comité de Colonos de Ciudad del Sol H. Cuerpo de Bomberos Voluntarios
Clubes Deportivos
Deportivo La Piedad (que milita en la 2ª División) Cinegético San Sebastián Moto Club La Piedad Ciclista Cavadas Ciclista Halcones De Karate Tae Kwon Do De Pesistas Asociación de Charros piedadense Liga piedadense de futbol E.T.I. Nº. 111
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Organizaciones Sindicales
Sindicato de Trabajadores en Alimentos Balanceados Sindicato de Trabajadores, Choferes, Empleados y Similares del Servicio Urbano y Sub-urbano de La Piedad Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne, Similares y Conexos de la R. M. Sindicato de Trabajadores, Albañiles y Peones de La Piedad Sindicato de Trabajadores de la Industria Gastronómica Sindicato de Trabajadores de la Radio y la Televisión Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la R. M. Sindicato de Turbomáquinas, S.A. Sindicato de Filarmónicos Sindicato de Meseros Sindicato de Oficios Varios Sindicato de Albañiles Sindicato de Jardineros
Unión de Mercados de Tianguis Unión de Abastecedores de Agua y Carga Ligera Unión de Fotógrafos Unión de Colonos Unión de Panaderos Unión de Comerciantes Ambulantes
Unión de Tablajeros Unión de Comerciantes del Mercado Unión de Vendedores Ambulantes Unión de Aseadores de Calzado Unión de Propietarios Reboceros Unión Local de Porcicultores Unión Regional de Porcicultores Unión de Transportes Unión de Pequeños Propietarios Agrícolas y Ganaderos
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Unión de Trabajadores de Telégrafos, Correos y Hacienda Unión de Profesionistas Unión Sector Femenil Unión Sector Juvenil
Cooperativismo
Cooperativa "El Salto". Energía Eléctrica Cooperativa de Transportes de Carga del Lerma Cooperativa Textil Artesanal Cooperativa "Tintorería Patricia" Cooperativa Agropecuaria "Ojo de Agua de Serrato" Cooperativa "Unión Obrera" Cooperativa "Guanajuatillo" Cooperativa de "Los Guajes"
De las últimas tres cooperativas se enviaron 80 señoritas a la ciudad de México a recibir un curso patrocinado por la Secretaría de Industria y Comercio sobre maquinaria Textil Industrial. Estas cooperativas funcionan actualmente con maquinaria propia, y una de ellas, la "Unión Obrera", es financiada por la institución Fondos de Desarrollo de Jalisco, S.A., con aval de la Presidencia Municipal. En atención a que los resultados han sido altamente satisfactorios, bajo este sistema se está trabajando para organizar cooperativas agropecuarias de producción y consumo en las diferentes comunidades rurales del Municipio. INSTITUCIONES BANCARIAS Banco de Comercio de Michoacán, S.A. (Oficina Regional y Local) Banco Nacional de México S.A. Banco de Londres y México, S.A. Banco Industrial de Jalisco Banca Promex, S.A. Banco del Pequeño Comercio, S.A. 174
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Banco de Crédito Rural del Pacífico Sur, S.A. Unión de Crédito Agrícola, S.A. ORGANIZACIONES VARIAS
Barra de Abogados Ejecutivos de Ventas y Mercadotecnia Asociación Médico Piedadense Comité Pro-Feria Nacional de la Industria Porcina Junta de Festejos Patrios Asociación Dental Piedadense Corresponsalía del Seminario de Cultura, A.C.
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CAPÍTULO VIII CLAROS VARONES BIOGRAFÍAS21
ACEVES PARRA, SALVADOR Doctor Cardiólogo
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LA PIEDAD DE CAVADAS, Mich., en los primeros años del presente siglo. Hizo sus estudios primarios tanto en el lugar de su nacimiento como en la ciudad de Guadalajara, Jal., y los estudios preparatorios y profesionales hasta obtener el título de Médico, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Hizo cursos de especialidad en la rama de cardiología en la ciudad de París, Francia. Desde el año de 1933 ingresó al cuerpo docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, en la que ha desempeñado las cátedras de profesor de patología, de clínica y de cardiología. Ha desempeñado cursos extraordinarios en diversas universidades de la República: Puebla, Guadalajara, San Luis Potosí, Monterrey, Morelia, Chihuahua y Villahermosa. Es profesor de tiempo completo en la UNAM. Pertenece a 22 sociedades científicas de México y del extranjero. Ha escrito y publicado 56 estudios sobre temas muy importantes relacionados con cardiología. Ha asistido a 22 Congresos nacionales y extranjeros sobre Ciencias Médicas y ha recibido condecoraciones de Italia y del Brasil para premiar sus grandes méritos como cardiólogo. Durante el Gobierno del Presidente Díaz Ordaz fue nombrado Secretario de Salubridad y Asistencia, puesto que desempeñó con aplauso general de todos los mexicanos.
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ACIÓ EN
Del Diccionario Michoacano de Historia y Geografía. Jesús Romero Flores. 176
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ACEVES, PEDRO Revolucionario Nació en La Piedad de Cavadas, Mich., el 23 de febrero de 1887, en cuyo lugar hizo los estudios primarios dedicándose a la agricultura en las propiedades de su padre. Palpó, desde muy joven, los problemas de la clase campesina, y como todos los espíritus superiores deseaba un cambio en la estructuración social y política de nuestro país, por lo mismo, cuando estalló la revolución acaudillada por don Francisco I. Madero se levantó en armas para apoyar dicha revolución en compañía de muchos campesinos y vecinos de la zona comprendida entre los Estados de Michoacán y Guanajuato. Terminada aquella contienda por los tratados de Ciudad Juárez volvió a sus labores agrícolas; pero después del asesinato del señor Madero secundó el "Plan de Guadalupe" acaudillado por don Venustiano Carranza y se volvió a levantar en armas, uniéndose a la segunda brigada de Caballería de la División del General Lucio Blanco. Desgraciadamente no alcanzó a ver el triunfo total de la revolución pues falleció en noviembre del año 1914, cuando empezaba la lucha entre las facciones carrancistas, villistas y zapatistas. ALVARADO LANG, CARLOS Pintor Nació en la ciudad de la Piedad de Cavadas, Mich., en el año de 1905. Se trasladó con su familia a la capital de la República y muy joven empezó sus estudios de dibujo, pintura y grabado en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (Academia de San Carlos); uno de sus maestros fue el grabador Emiliano Valdés, quien le enseñó grabado, especialidad que cultivó durante su vida, tanto en metal como en madera; ilustró varios libros. Fue profesor de la Academia y director de la misma institución. Falleció en la ciudad de México en el año de 1961.
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ÁVILA, ARNULFO Gobernador del Estado Ocupó ese elevado puesto sustituyendo al señor general don Gildardo Magaña, del primero de julio al 31 de octubre del año 1939. El señor Ávila era nativo de la ciudad de La Piedad de Cavadas, en donde vio la luz el 18 de julio del año 1900. Fueron sus padres el señor don J. Rosario Ávila y la señora Antonia Ávila de Ávila. Recibió la instrucción primaria en escuelas oficiales y colegios particulares de la misma ciudad de La Piedad, habiéndose distinguido entre sus compañeros por su talento y dedicación. Terminada su enseñanza, se dedicó a la Contabilidad Fiscal y empezó a desempeñar puestos en el Ramo Hacendario, habiendo ascendido por riguroso escalafón a los más elevados. En diversas administraciones gubernativas desempeñó las funciones de Tesorero General del Estado, habiéndose destacado por su talento y probidad en tal encargo; puede afirmarse, con certeza, que en esas épocas estuvo bien administrada la hacienda pública. En 1958 fue delegado en Michoacán, de la Secretaría de Economía Nacional. En 1962 Tesorero General del Estado. Falleció en Morelia el año de 1967. BÁEZ DE ORTIZ SERVÍN, JOSEFINA Poetisa Nació en la villa de Penjamillo, Mich., en la primera década del siglo que corre. Hizo sus estudios y recibió su título de profesora en la Escuela Normal Regional de La Piedad, habiendo desempeñado las funciones de maestra durante algunos años. Desde muy joven mostró extraordinarias facultades para el cultivo de la poesía. Publicó un tomo en el que recopiló su obra poética inicial, y tiene en preparación varios más con sus mejores poesías. Colabora en varias revistas y periódicos. Es una mujer de amplia cultura y de extraordinaria acción social, que participa en todas las agrupaciones que tienden al mejoramiento económico y moral de la colectividad. Radica en La Piedad de Cavadas, Mich. 178
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CASTILLO PÉREZ, ISIDRO Educador y Literato Nació en la ciudad de La Piedad de Cavadas en el año de 1900. Hizo sus estudios de maestro en la Escuela Normal de Morelia. Ha desempeñado muchos puestos de responsabilidad dentro del Magisterio nacional, entre otros, Inspector Escolar, Director de Educación Federal en varios Estados, Subdirector General de Educación Primaria y Rural en los Estados, catedrático de la Escuela Nacional de Maestros, Delegado de UNESCO en Sudamérica y maestro del CREFAL en Pátzcuaro. Ha escrito y publicado "Visión y Maestro" de tema educacional y "Don Nicolás", una hermosa biografía novelada relativa a su padre; la obra: "México, sus Revoluciones Sociales y la Educación", editada por el actual Gobierno del Estado de Michoacán, y, en revistas, cuentos regionales y trabajos pedagógicos de mérito. CANO, VICENTE DE P. Poeta Nació en la ciudad de La Piedad de Cavadas, Mich., en el año de 1888. Estudió la enseñanza primaria en el lugar de su nacimiento; adquirió la profesión de Contador y más tarde ejerció el magisterio primario, siendo director de la Escuela "José Ma. Morelos" de su ciudad natal. Fue un poeta vibrante y fecundo que colaboró en periódicos y revistas en las principales ciudades del país. Publicó varios libros, entre otros "Rimas Rebeldes" y "El Romancero de la Niñez". CARRILLO, DAVID Licenciado Nació en La Piedad, Mich. (1865) falleció en México (1926). Fue Secretario General de Gobierno (1919) y Procurador General de Justicia Militar en la Secretaría de Guerra. Fue notable abogado, en
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cuyo bufete se ventilaban los más importantes negocios, en su ciudad natal. CUENCA DÍAZ, HERMENEGILDO Srio. de la Defensa Nacional Nació en la ciudad de La Piedad de Cavadas, Mich., en abril de 1902. Muy joven pasó con su familia a la ciudad de México, en donde cursó su enseñanza primaria, la preparatoria, y en cuatro años hizo el curso de Ingeniero Mecánico Electricista. Sintiendo vocación por la milicia se inscribió en el Colegio Militar, haciendo además los cursos en la Escuela Militar de Aplicación y en la Escuela Superior de Guerra. Hay un acto en la vida de este militar que mucho lo enaltece: fue de los cadetes que acompañaron al Presidente de la República, don Venustiano Carranza, cuando salió de México por la sublevación del "Plan de Agua Prieta". Él y sus compañeros acompañaron al señor Carranza hasta la Estación de Algibes en mayo de 1920; de ese lugar ordenó el señor Presidente que regresaran los cadetes a su Colegio. Desempeñó honrosas comisiones en el ramo militar; fue Senador propietario por el Estado de Baja California (1964-1970). Recibió ocho condecoraciones y diez diplomas y menciones honoríficas durante su carrera; como escritor también es notable, pues fue autor de cuatro interesantes libros y ocho folletos sobre temas importantes. Fue Secretario de la Defensa Nacional en el Gabinete del señor Presidente Luis Echeverría Álvarez. CHAVOLLA CONTRERAS, GUILLERMO Licenciado en Derecho y Doctor en Filosofía La persona de quien vamos a ocuparnos en la presente biografía es uno de los hombres más cultos que ha producido el Estado de Michoacán en la hora presente. Nació en La Piedad de Cavadas el 25 de junio de 1921. Su padre fue don Ramón Chavolla, hombre muy culto, que entre otros cargos públicos ocupó el de Tesorero General del Estado de Michoacán, y en México fue Director General de 180
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Catastro y Sub-Tesorero del Departamento del Distrito Federal. Muy joven llegó el Lic. Chavolla Contreras a esta capital, en donde hizo sus estudios, recibiéndose de Licenciado en Derecho, Maestro en Filosofía y Doctor en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México, habiendo presentado en sus recepciones tesis muy interesantes que le valieron, al ser aprobado, la mención especial "cum laude" diploma y medallas de mejor pasante de la carrera. Desde el año de 1939 ha ocupado honoríficos cargos en el Gobierno. FERNÁNDEZ, OCTAVIANO Gobernador del Estado Nació en la Piedad, el año de 1838. Principió su carrera política como Presidente del Ayuntamiento y luego como Prefecto del Distrito, siendo adicto al partido liberal republicano. Se pronunció en el distrito de Pénjamo en favor del Plan de Tuxtepec, y al triunfar éste fue electo diputado al Congreso Local en el año de 1877. Al admitírsele la renuncia al Gral. Manuel González del cargo de Gobernador de Michoacán, fue designado el Sr. Fernández, quien desempeñó el cargo hasta el año de 1883, en el que fue electo el Sr. Lic. Pudenciano Dorantes para igual cargo. MERCADO, MARTÍN Maestro Normalista Titulado en la Normal de Morelia. Desempeñó puestos de gran responsabilidad, como el de Director de Educación Federal y Subdirector General de Enseñanza Primaria en la República. Miembro fundador del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio. Fue catedrático de instituciones superiores de la Enseñanza.
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MERCADO, SAMUEL Maestro Normalista Titulado en la Escuela Normal de Morelia. Ejerció el periodismo en la ciudad de Saltillo. Firmaba sus artículos con el mote de Mi Machete. Es un exquisito poeta, inspirado y culto. Obtuvo primeros premios y flores naturales en diversos certámenes literarios de la República. Desempeñó algunos puestos de importancia en la Secretaría de Educación. MONTEJANO, FRANCISCO Maestro carpintero En alguna ocasión, cuenta Romero Flores, siendo yo maestro de escuela de niños pobres, como lo he sido toda mi vida, y lo soy, a la fecha, a mucha honra, se acercó a mi escuela el maestro carpintero Francisco Montejano. Era en el año de 1921, los niños habían abandonado el aula y el sol de la Primavera de mi tierra natal entraba por las anchas ventanas. Después de los saludos se desenvolvió la plática y por ella me di cuenta de las ideas generosas; de que escribía versos, versos con más apego a sus sentimientos personales que a la retórica, afortunadamente, y me di cuenta, entonces, de que un autodidacta sincero vale más que muchos eruditos farsantes, de esos seudo-sabios, que usan de su sabiduría como de una ganzúa, para penetrar por malas artes a donde jamás debieron penetrar. Entonces nació una amistad que debería durar, inalterable, más de cuarenta años. Planeamos la publicación de un periódico, "Pluma y Alma", que habría de durar pocos números. Pero éste fue para Montejano el esfuerzo inicial. Muchos fueron los que publicó durante cuarenta y tres años, con diversos títulos; unos en los días de las luchas revolucionarias, con grave riesgo de su persona; otros en los días de paz, con no menos peligro de los constantes atropellos de que son objeto los periodistas que en provincia se atreven a proclamar la verdad a todos los vientos. Nada le importaban a Montejano ni los halagos ni las amenazas; él, que encontró su vocación a los cuarenta años de su vida y que entró ya madura al periodismo, no buscó en él 182
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ni el dinero ni el aplauso; pero tampoco temió disgustar a nadie, ni la ira del rico ni la amenaza del cacique: Montejano era indiferente a las lisonjas o a las mazmorras cuando se trataba de decir la verdad. "Argos" fue el último periódico que publicó el maestro Montejano. Nunca la palabra maestro estuvo mejor empleada; unos decían con ironía, recordando su primitivo oficio de carpintero; otros, a su segunda ocupación como instructor de niños proletarios; como si esa palabra fuera inferior a la de Profesor; pero Montejano fue un verdadero maestro, porque su vida fue una lección; con ella enseña y enseñará a las generaciones presentes y futuras, cómo el hombre debe de superarse, elevándose por el estudio, del oficio más humilde a la ocupación más noble y distinguida. Cada soldado, decía Napoleón, lleva en su mochila el bastón de Mariscal de Francia. Pasó el tiempo en que el hombre nacía carpintero y carpintero se quedaba para toda la vida, ahora no; el muchacho de más humilde origen, como Juárez, puede llegar a la Presidencia de la República. De estos ejemplos está llena nuestra historia. "Argos" es un periódico provinciano, de una pequeña ciudad; de este periódico se han publicado cerca de mil cuatrocientos números durante otras tantas semanas; en él aparecen artículos culturales, poesías, información y de tarde en tarde el artículo editorial censurando lacras o reprimiendo abusos, siendo en todo el portavoz y el guión de una sociedad que quiere encaminarse por el sendero del progreso. Cuando en cada pueblo de nuestro país haya un hombre que se preocupe por la cultura de sus hermanos, sin otro fin que hacer el bien, desinteresada y noblemente; cuando abra una escuela y publique un periódico y en esa labor tesonera gaste más de cuarenta años de su vida, entonces habremos puesto los cimientos del progreso de México. ¡Duerma en paz el humilde obrero de la cultura nacional! ORTIZ SERVÍN, JOSÉ Periodista y escritor Nació en La Piedad Cavadas, Mich., el 12 de marzo de 1899, siendo sus padres don Francisco Ortiz Bravo y doña María Servín Montejano. 183
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Después de terminar sus estudios en la Escuela Oficial del lugar de su nacimiento pasó al Seminario de Zamora, en donde estudió algunos años la Preparatoria, pero un accidente de tránsito le hizo perder la pierna derecha, por lo cual dejó los estudios para dedicarse a la tipografía, habiéndose iniciado en este arte en la American Book, de la ciudad de México, en el año de 1910. En ese mismo año, inclinado por sus aficiones al periodismo, a la vez que trabajaba como cajista en el periódico México Nuevo que redactaba don Juan Sainz Azcona, empezó a colaborar, habiendo tenido como compañero al también tipógrafo después periodista y Constituyente Rafael Martínez, que hizo famoso su seudónimo de "Rip-Rip". En 1911 volvió el señor Ortiz Servín a su tierra natal La Piedad, para hacerse cargo de la "Imprenta Mercantil" de la casa comercial "Servín Hermanos". Llevado de su vocación de periodista fundó en su tierra natal el semanario "El Insurgente", juntamente con el poeta Vicente de P. Cano. Por algunos años (1920-1923) se dedicó a la enseñanza Primaria como Director de una Escuela Oficial en Tanhuato, Mich. Pasó a Morelia en 1924 y el Gobierno lo designó Director del "Periódico Oficial", puesto que desempeñó hasta 1930, en que regresó a su tierra natal y fundó el semanario La Prensa, que publica hasta la fecha, siendo uno de los periódicos de mayor duración en nuestro Estado y que mantiene un criterio completamente independiente. Como editor se ha encargado de la publicación de obras de gran paginación como lo son: "Aspectos de la Historia Piedadense" del Profr. Romero Flores; los libros de poesías "Romancero de la Niñez" y "Cantos al Dolor, al Amor y a la Naturaleza", de Vicente de P. Cano y el libro "Don Nicolás" del Profr. Isidro Castillo. Vive en La Piedad el excelente tipógrafo, editor y periodista Ortiz Servín. RAMÍREZ, ENRIQUE General del Ejército y Gobernador del Estado Fue electo en los comicios de junio de 1924, y tomó posesión del cargo de gobernador el día 16 de septiembre del año citado. Funcionó sin interrupción en su representación popular hasta el 30 de marzo de 1928, en que le fue aceptada su dimisión por el Congreso Local, es 184
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decir, renunció a su puesto. Fue Diputado y Senador al Congreso de la Unión. ROMERO FLORES, JESÚS Escritor. Autor de este Diccionario De él dice el Ing. y Gral. don Pascual Ortiz Rubio, ex Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: "Estaba en Sonora el Primer Jefe. Nos imponía cariño y respeto. Pero reprochaba a los diputados renovadores que hubiesen aceptado la renuncia del mártir Madero. Trabajo nos costó a algunos renovadores que nos incorporamos al constitucionalismo, convencerlo de que muchos de nosotros no firmamos aquella aceptación; otros protestaron al tiempo, y los más lo hicieron creyendo salvar, con este acto, la vida del Presidente. Al llegar a México en 1914 el Primer Jefe y los que le seguíamos, me pidieron algunos compañeros de Cámara que los llevara con el respetable Varón de Cuatro Ciénegas, como lo hice y fueron bien recibidos, y hasta formaron aquel glorioso grupo colaborador del proyecto de Constitución, inspirado por el Jefe; a saber: Luis Manuel Rojas, Félix F. Palavicini, José Natividad Macías y Gerzaín Ugarte. "Y así nació la Constitución de 1917, alma, espíritu y esencia de las aspiraciones populares, y descolló entre otros muchos por sus avanzados principios y por su amor al pueblo, Jesús Romero Flores, profesor, poeta, historiador y luchador incansable por el bien del pueblo. "Dato curioso: los radicales michoacanos que más se distinguieron en la gesta de Querétaro procedían de Seminarios católicos: Francisco J. Múgica, José Álvarez de la Cadena, Jesús Romero Flores. "¿Acaso no frecuentaron las obscuras aulas, nuestro gran don Benito Juárez y otros próceres de la Reforma? "Pueblo, como otro Job llora tus males/ en los míseros lindes de la vida/ en vez de instruirte y reclamar iguales/ derechos para tu alma redimida". "En esta cuarteta condena el piedadense Romero Flores su filosofía popular: instrucción del pueblo, redención del pueblo. 185
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"Y a esto ha consagrado su vida. "A los veinte años de edad se recibe en el Colegio de San Nicolás, de Morelia, de Profesor de Instrucción Pública, en 1905. "La escuela superior de La Piedad Cavadas lo tuvo como su director, pagando así tributo a la ciudad que lo vio nacer el 28 de abril del año de 1885. "Fue Director de Educación Pública en Michoacán y Rector de la Universidad. "De los más fecundos e inspirados escritores michoacanos del presente siglo es el profesor Romero Flores; díganlo sus obras: "Vasco de Quiroga", premiada en los Juegos Florales del año de 1911; "Historia de la ciudad de Morelia", "Historia de Michoacán", "Historia de la Civilización Mexicana", "Michoacán Histórico y Legendario", "Iconografía Colonial", "Anales Históricos de la Revolución Mexicana", "Apuntes para una Bibliografía Geográfica e Histórica de Michoacán", "Corridos de la Revolución Mexicana" y "Tacámbaro en Acción y en Sentimiento". "Obras didácticas de Lectura, Historia y Geografía para niños. Multitud de artículos en los periódicos. Ha publicado, además, una Biografía de don Melchor Ocampo y otros muchos libros, habiendo participado brillantemente en diversos congresos científicos". ROMERO PÉREZ, HUMBERTO Abogado Nació en La Piedad de Cavadas, Mich., en el año de 1926. En esa ciudad hizo sus primeros estudios, pero, trasladado a la capital de la República, la enseñanza secundaria, preparatoria y profesional la hizo en la Universidad Nacional en cuya Facultad de Jurisprudencia obtuvo el título de abogado, después de un brillante examen recepcional. Su actuación como líder estudiantil fue de bastante significación. Su maestro, el Lic. Francisco González de la Vega, lo nombró su Secretario Particular cuando dicho abogado ocupó la Procuraduría General de la República. El Lic. Adolfo López Mateos, cuando fue Secretario del Trabajo, lo designó Jefe de Prensa de dicha Secretaría; igual nombramiento recibió del Presidente Ruiz Cortines 186
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durante el periodo de su actuación presidencial. En el año de 1960 fue Secretario Privado del Ciudadano Presidente de la República. SILVA Y ACEVES, MARIANO Abogado y escritor Nació en La Piedad de Cavadas, Mich., el 26 de julio de 1887. Rector de la Universidad Nacional; Secretario de la Universidad; Profesor de la Escuela Nacional Preparatoria; Profesor de la Facultad de Altos estudios. Escribió: "Arquilla de Marfil", "Cara de Virgen" y "Muñecos de Cuerda". Murió el 24 de noviembre de 1937. SUÁREZ, MARIANO R. Empresario Nació en La Piedad Cavadas, Mich., en el año de 1893; hizo los estudios primarios en la ciudad de su nacimiento, y la carrera comercial en uno de los mejores colegios de Guadalajara, Jal. Entre las muchas actividades a que se ha dedicado este notable michoacano, podemos enumerar las siguientes: dese el año de 1922 se encuentra al frente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Cerveza, institución de la que a la fecha (1959) es Director. Esta Asociación representa los intereses generales de la industria cervecera del país. Además, es miembro del Consejo de Administración de las siguientes empresas: "La Azteca", Cía. Mexicana de Seguros, S.A.; Protos Nestlé (México), S.A.; "El Buen Tono", S.A.; Sulfato de Viesca, S.A.; Hoteles Regionales, S.A.; Muebles y Equipos para Hoteles, S.A.; Banco Industrial de Monterrey, S.A.; y miembro de la representación patronal en el Consejo Técnico del IMSS. Entre las actividades más destacadas al servicio de la comunidad ha desempeñado las siguientes: Presidente de la Confederación Patronal de la República; Presidente, durante dos periodos consecutivos (1948-50), del Consejo Directivo de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio; miembro del Consejo Directivo del Control Industrial de Productividad; miembro del Comité 187
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Coordinador de Actividades Internacionales de la Iniciativa Privada; miembro del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas, A.C.; ex–Presidente del Club Rotario de la ciudad de México, y VicePresidente del Club Sembradores de Amistad en la ciudad de México. TRILLO MEZA, BENJAMÍN Médico Nació en La Piedad Cavadas, Mich., en el año de 1900. Hizo sus estudios primarios en la ciudad de su nacimiento, la enseñanza preparatoria la efectuó en Guadalajara, y pasó a México para hacer su carrera de médico en la Facultad de Medicina dependiente de la Universidad Nacional. Desde hace algunos años es Director del Hospital de Jesús, en la capital de la República, establecimiento que debe al doctor Trillo Meza su actual engrandecimiento, pues habiéndolo recibido en un estado lamentable, hizo que su patrimonio aumentara considerablemente y por consiguiente las facilidades para atender a quienes buscan el alivio en dicha casa de salud. El Doctor Trillo Meza es uno de los más hábiles cirujanos de nuestro país. ZEPEDA, AUSTASIO Poeta Entre los intelectuales de Michoacán que merecen citarse a la juventud, para que sirvan de ejemplo por su dedicación y constancia en el aprendizaje se encuentra el poeta ciego don Austasio Zepeda, fallecido en junio de 1896 en la Villa de Yurécuaro. Nació en La Piedad de Cavadas, Mich., en el año de 1839 pero desde muy niño pasó a radicar al pueblo que se menciona al lado de un sacerdote ejemplar, quien con una constancia que mucho lo enaltece, comenzó a enseñar la ciencia, desde sus rudimentos hasta sus más encumbradas esferas, a dos humildes jóvenes, Austasio Zepeda, a quien nos referimos en esta nota, y Ramón Sánchez, geógrafo notable, autor de varios trabajos sobre la estadística e historia de Jiquilpan. 188
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El joven Zepeda era ciego, pues quedó privado de la vista desde que tenía cinco años, y así, con un amor profundo por la instrucción, empezó a aprender Gramática Castellana, Geografía, Historia, Ciencias Físicas y Naturales, luego la Teología y por último el Derecho. No sabemos qué admirar más, si al discípulo ávido de saber o al maestro dedicado y paciente que sobre aquella inteligencia luminosa y clara, tal vez por la luz material que no tenían sus ojos, iba derramando sublimes verdades científicas.
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PRESENTACIÓN
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PREFACIO
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CAPÍTULO I ASPECTOS GEOGRÁFICOS Localización Puente sobre el Lerma, en La Piedad
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CAPÍTULO II HISTORIA Zula, lugar de codornices Nahoas y Tarascos El "Muy Magnífico" Nuño de Guzmán Un pueblo que se sacrifica Acontecimiento extraordinario Los misioneros de "Propaganda Fide" El peregrino septentrional Dos próceres de la Iglesia El joven Miguel Hidalgo y Costilla La batalla de Urepetiro El insurgente Rayón se repone de sus fracasos El "terrible" padre Torres El Jefe del Ejército Trigarante El Doctor Cavadas: Un benefactor insigne El pronunciamiento del coronel Bahamonde Combate entre liberales y conservadores El ejército francés pasa por nuestra tierra La batalla del once de enero Visita del archiduque Maximiliano Triunfo de los republicanos sobre los imperialistas Los cristeros durante el gobierno de Lerdo Efemérides de la Revolución: El maderismo en Michoacán Victoriano Huerta Don Venustiano Carranza
24 24 24 26 30 31 33 36 38 44 46 48 52 55 56 58 62 67 69 72 74 77 80 82 85 85
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LA PIEDAD
CAPÍTULO III ECONOMÍA Aspectos demográficos y sociales Marco social Aspectos económicos Infraestructura Programas de desarrollo industrial Comunicaciones
88 88 93 97 98 102 107 108
CAPÍTULO IV SALUD PÚBLICA Inundaciones Un Hospital General IMSS ISSSTE
114 114 114 123 123 124
CAPÍTULO V EDUCACIÓN
130 130
CAPÍTULO VI VIDA CULTURAL Periodismo Impulso a la radio de provincia El Puente de La Piedad de Cavadas El cura Cavadas y su puente secular Evolución musical
141 141 141 144 152 153 163
CAPÍTULO VII TURISMO Atractivos turísticos de La Piedad "La aparición del Señor de La Piedad" Organización social Instituciones bancarias
170 170 170 171 172 174
CAPÍTULO VIII CLAROS VARONES. Biografías Aceves Parra, Salvador Aceves, Pedro Alvarado Lang, Carlos Ávila, Arnulfo
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ISIDRO CASTILLO PÉREZ Báez de Ortiz Servín, Josefina Castillo Pérez, Isidro Cano, Vicente de P. Carrillo, David Cuenca Díaz, Hermenegildo Chavolla Contreras, Guillermo Fernández, Octaviano Mercado, Martín Mercado, Samuel Montejano, Francisco Ortiz Servín, José Ramírez, Enrique Romero Flores, Jesús Romero Pérez, Humberto Silva y Aceves, Mariano Suárez, Mariano R. Trillo Meza, Benjamín Zepeda, Austasio
178 179 179 179 180 180 181 181 182 182 183 184 185 186 187 187 188 188
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