Análisis de agua y avifauna Humedal Petrel, Noviembre 2020

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Investigación financiada por la Ilustre Municipalidad de Pichilemu (2020)

Programa municipal “Comunidad sensibilizada contribuye a la recuperación de sus humedales urbanos”

Elaborado por: Carolina Denis Allendes Muñoz Licenciada en Educación en Biología mención Ciencias Naturales, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Chile. Profesora de Biología y Ciencias Naturales, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación Magíster en Manejo de Recursos Naturales, especialización en evaluación de recursos naturales, Universidad de la Frontera, Chile.

Marcelo Andrés Miranda Cavallieri Licenciado en Educación en Biología mención Ciencias Naturales, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Chile. Profesor de Biología y Ciencias Naturales, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación Magister en Manejo de Recursos Naturales, especialización en evaluación de recursos naturales, Universidad de la Frontera, Chile.

Claire Ponsac Magister en Manejo del agua y de los medios acuáticos, Université Aix-Marseille, Francia Magister en Ecología de Zonas Áridas, Universidad de La Serena, Chile.


CONTENIDOS Contexto

Pag.1

Objetivos

Pag.1

Área de estudio

Pag.2

Avifauna del humedal Petrel Metodología monitoreo de avifauna

Pag.4 - pag.5

Resultados monitoreo de avifauna

Pag.6 - pag.8

Análisis y discusiones

Pag.9 – pag.25

Conclusiones

Pag.26

Parámetros fisicoquímicos del agua Metodología de monitoreo

Pag.28 - pag.32

Resultados monitoreo

Pag.33 - pag.35

Análisis y discusiones

Pag.36 - pag.41

Conclusiones Bibliografía

Pag.42 Pag.43 - pag.50


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CONTEXTO

El Humedal Petrel (34°23’01.12’’S 71°59’58.73’’O), ha sido durante varios años foco de descarga de aguas residuales urbanas en la comuna de Pichilemu, Región de O’Higgins (Saldías, 2012), aunque actualmente, la situación ha cambiado, puesto que en parte importante de la comuna existe cobertura de alcantarillado, aprobándose durante el año 2008, el proyecto de construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas (PTAS), a cargo de la empresa ESSBIO VI Región, finalizando sus obras durante el segundo semestre del año 2009. Su construcción ha resuelto en gran parte los problemas asociados al uso de recepción de efluentes domésticos en la Laguna Petrel, sin embargo y pese a la presencia de esta planta de tratamiento de aguas, aún persisten los problemas de eutrofización en parte importante de la laguna, lo cual es preocupante, puesto que si entendemos la eutrofización como un proceso de deterioro de la calidad del agua producido por el enriquecimiento de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, lo cual podría estar afectando a las comunidades biológicas que habitan este ecosistema, dado que los humedales son reservas importantes de biodiversidad (CONAMA, 2008). Dentro de la fauna más emblemática de los humedales, se encuentran las aves, las cuales utilizan estos ecosistemas como refugio, descanso, alimentación y sitios de reproducción, a lo cual es importante añadir que muchas aves constituyen un indicador directo de la calidad y estado de conservación de los humedales (López Lanús, 2004). Es por todo esto, que los objetivos de la presente investigación son:

OBJETIVO GENERAL Evaluar el estado ambiental que presenta el humedal Petrel.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS Monitorear mensualmente riqueza y abundancia de avifauna del humedal Petrel. Monitorear mensualmente parámetros fisicoquímicos del agua del humedal Petrel.


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ÁREA DE ESTUDIO

Humedal Petrel El humedal lagua Petrel (34°23’01.12’’S 71°59’58.73’’O), es un humedal urbano, de tipo costeroalbuférico, presenta una extensión aproximada de 45 há y se encuentra ubicado en la comuna de Pichilemu, Región del Libertador Bernardo O’Higgins, Chile (Fig. 1). Se caracteriza por un macrobioclima mediterráneo con lluvias invernales, estación seca prolongada y gran nubosidad (Luebert & Pliscoff, 2017). Este humedal es alimentado principalmente por el estero San Antonio de Petrel que presenta un régimen pluvial. Sus aportes principales son la Quebrada El Retiro y la Quebrada El Lingue. En otoño-invierno, debido a las lluvias, el humedal conecta con el mar, por ende, se puede catalogar a este sistema como un estuario estacional en los meses fríos (o lluviosos), y como laguna en los meses cálidos (secos, en donde pierde conectividad con el mar; Andrade & Grau, 2005).

Fig. 1. Área de estudio: Mapa Humedal Petrel.



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METODOLOGÍA MONITOREO DE AVIFAUNA

El plan de monitoreo contempló muestreo directo, el cual consiste en la búsqueda a vista de las aves en los sitios de monitoreo y observación pasiva, es decir, registrar lo detectado visualmente y mediante vocalizaciones (De la Maza & Bonacic, 2013). El monitoreo se realizó el jueves 05 de noviembre del 2020, durante la jornada de la mañana de 08:30 – 14:30 hrs, procurando que las condiciones ambientales fueran adecuadas para la observación, esto es, sin lluvia, niebla o viento fuerte. Se estableció una metodología mixta que contempla 3 puntos de conteo (con un radio de observación de 200 metros aproximadamente y un tiempo de observación de 5 minutos por cada estación de conteo) y recorrido a través de 5 transectos a lo largo del perímetro del humedal para abarcar de forma ordenada la totalidad del área de estudio, en base a lugares estratégicos y que permitan buena visibilidad para el avistamiento (Fig. 2). Para el registro de datos participaron 2 personas, uno que observa y relata, y otro que registra en una planilla previamente definida, apoyado de binoculares modelo Bushnell falcon (10x50mm), un catalejo modelo Celestron ultima 65 (18-55x 65mm) y cámara fotográfica modelo Nikon 5300 con un lente réflex 70 - 300mm para dejar registro de las especies.

Fig.2. Mapa del diseño de monitoreo de avifauna en el humedal Petrel, Pichilemu, VI región.


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METODOLOGÍA ANÁLISIS DE DATOS

Se determinaron dos variables ecológicas, riqueza (R) de especies y abundancia (Ab) de individuos, datos que fueron usados para determinar el índice de diversidad de Simpson (S’) (1949), el cual indica la probabilidad de encontrar dos individuos de especies diferentes en dos ‘extracciones’ sucesivas al azar sin ‘reposición’. Este índice le da un peso mayor a las especies abundantes subestimando las especies raras, tomando valores entre ‘0’ (baja diversidad) hasta un máximo de [1 - 1/S].

También se determinó el índice de diversidad de Shannon-Weaver (H’) (1949), el cual

expresa la uniformidad o equitatividad de los valores a través de todas las especies de la muestra. Sus valores se mueven de 0 a 4,5. Por lo tanto, H’ = 0 cuando la muestra contenga solo una especie, y, H’ será máxima cuando todas las especies S estén representadas por el mismo número de individuos, es decir, que la comunidad tenga una distribución de abundancias perfectamente equitativa.

Posteriormente, se determinó el índice de equitabilidad de la diversidad de Pielou

(J’’; 1969), el cual mide la equitatividad de las abundancias de la comunidad de aves. Si todas las especies en una muestra presentan la misma abundancia el índice usado para medir la equitabilidad debería ser máximo (1), y por lo tanto, debería decrecer tendiendo a cero a medida que las abundancias relativas se hagan menos equitativas. Además, de elaboró una curva de acumulación de especies, la cual representa la riqueza acumulada en el inventario frente al esfuerzo de muestreo empleado durante las sesiones de monitoreo.

Adicionalmente, se clasificó a las especies en residentes o migratorias. Por otra parte, se las separó en especies acuáticas y de otros ambientes y también se llevó a cabo una investigación bibliográfica con el objetivo de determinar el estado de conservación actualizado de cada especie. Finalmente, se realizó la clasificación taxonómica de las especies registradas, según su orden y familia, para posteriormente evaluar la diversidad taxonómica de aves registradas.


Pag.6

RESULTADOS

Se registró una riqueza de 53 especies, de las cuales 46 son residentes y 7 son especies migratorias (Tabla 1), de estas, 4 corresponden a especies migratorias del hemisferio Norte, 1 de la zona Norte de Chile y 2 de la zona tropical de américa. Del total de especies registradas, 33 corresponden a especies asociadas directamente a ambientes acuáticos y 20 a otros ambientes (Tabla 2). Respecto a la abundancia, se registró un total de 1024 individuos. En la Tabla 1 se presenta el resumen de la riqueza y abundancia por cada estación de monitoreo. Adicionalmente, se registraron 3 especies con problemas de conservación: Cisne coscoroba

(Coscoroba coscoroba) que se encuentra “En peligro”; Cisne cuello negro (Cygnus melancoryphus) en estado “Vulnerable”, y Cuervo de pantano (Pledays chihi) en “En peligro” (Tabla 2). Respecto a los índices de diversidad, se obtuvo un índice de Simpson (S’) de 0.93 y el índice de Shannon-Weaver (H’) fue de 3.14. En cuanto al índice de equitabilidad de Pielou (J’), se obtuvo un valor de 0.79.

Tabla 1. Resumen de riqueza de especies y abundancia de individuos por estación de muestreo, riqueza y abundancia total en el humedal, total de especies migratorias y especies con problemas de conservación. Variable Riqueza Abundancia

P1

P2

P3

P4

P5

5 23

6 39

9 18

12 91

34 342

P6

P7

P8

27 18 20 162 139 210 Especies migratorias

Especies con problemas de conservación

Total en el Humedal 53 1024 7 3


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RESULTADOS

Tabla 2. Especies registradas con su respectiva abundancia por estación de muestreo. Se destaca en color amarillo las especies migratorias y en rojo las especies con problemas de conservación. Las especies que presentan * corresponden a especies acuáticas.

Especie

P1

P2

P3

P4

P5

P6

P7

P8

Abundancia total

1

Bailarín chico (Anthus correndera)

2

Becacina (Gallinago paraguaiae)*

3

Blanquillo (Podiceps occipitalis)*

4

Cachudito (Anairetes parulus)

5

Cisne coscoroba (Coscoroba coscoroba)*

6

Cisne cuello negro (Cygnus melancoryphus)*

7

Chercán (Troglodytes aedon)

8

2

2

1 10

8

1 5

3

26

2

2 6

44 6

1

2

69

24

30

1

7

1

1

Chincol (Zonotrichia capensis)

1

2

3

9

Chirihue (Sicalis luteola)

6

3

9

10

Churrín del norte (Scytalopus fuscus)

1

1

11

Codorniz (Callipepla californica)

1

1

12

Cuervo de pantano (Pledays chihi)*

14

14

13

Colegial (Lessonia rufa)*

5

14

Diucón (Xolmis pyrope)

2

2

15

Fío Fío (Elaenia albiceps)

1

1

16

Garza chica (Egretta thula)*

2

17

Garza grande (Ardea alba)*

18

Gaviota cáhuil (Larus maculipennis)*

19

Gaviota dominicana (Larus dominicanus)*

20

Gaviotín piquerito (Sterna trudeaui)*

21

Golondrina chilena (Tachycineta leucopyga)

22

2

1

3

6

1

19

7

18

2

3

1

7

3

40

11

5

3

6 50 1

2 5

3

2

24 2

24

20

27

Golondrina dorso negro (Pygochelidon cyanoleuca)

1

1

1

23

Gorrión (Passer domesticus)

3

1

1

11

16

24

Huala (Podiceps major)*

4

3

8

21

25

Jote cab. Negra (Coragyps atratus)

26

Loica (Leistes loyca)

27

Paloma (Columba livia)

28

Pato colorado (Spatula cyanoptera)*

8

29

Pato jergón chico (Anas flavirostris)*

3

2

30

Pato jergón grande (Anas geórgica)*

49

7

2

10

4

7

37

3

1

1 6

6

41

8

27

128

3

41 8 5 11

105


Pag.8

RESULTADOS

31

Pato rana (Oxyura vittata)*

3

32

Pato real (Anas sibilatrix)*

2

33

Perrito (Himantopus melanurus)*

34

4

17

8

2

25

10

2

14

5

4

PilpilĂŠn (Haematopus palliatus)*

4

3

7

35

Pimpollo (Rollandia rolland)*

2

36

Pitotoy grande (Tringa melanoleuca)*

6

37

Pitotoy chico (Tringa flavipes)*

2

38

Playero de Baird (Calidris bairdii)*

39

Queltehue (Vanellus chilensis)*

40

Rayadito (Aphrastura spinicauda)

41

Rayador (Rynchops niger)*

42

Tagua (Fulica armillata) *

43

2

2

28

41

1

1

26 14

2

4

2

11 2

2 3

60

4

2 3

10

2

2 18 43

139

Tagua chica (Fulica leucoptera)*

1

1

44

Tagua frente roja (Fulica rufifrons)*

6

6

45

TagĂźita (Gallinula melanops)*

46

Tijeral ( Leptasthenura aegithaloides)

47

Tiuque (Milvago chimango)

48

Tordo (Curaeus curaeus)

49

Tortolita cuyana (Columbina picui)

50

Trabajador (Phleocryptes melanops)*

51

Trile (Agelasticus thilius)*

52

Yeco (Phalacrocorax brasilianus)*

53

Zarapito (Numenius phaeopus)*

Abundancia total

1

53

35

7

18

8

8 1

1

1

1

6

3

1

1

3 1

23

9

1

3

39

18

91

13

18

10

342

162

139

1

1

2

6

7

11 41

210

1024


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Se identificaron un total de 53 especies, distribuidas en representantes de 10 órdenes (Tabla 3), de los 22 presentes en Chile, lo que significa que en este espacio de 437.288 m2 podemos encontrar el 45,4% de los órdenes de Chile, lo cual es un valor sumamente elevado considerando la extensión reducida del humedal Petrel. Se identificaron 24 familias (Tabla 3) de un total de 66, lo que representa un 36,3% de las familias presentes en Chile. Otros estudios de censo en el mismo humedal durante la temporada anual de los años 2015 y 2016 registran un total de 91 especies (Aguirre & Celis, 2016), Aunque estudios posteriores permiten inferir la presencia de 101 especies (Cornejo et al., 2018). Finalmente, es importante hacer alusión al registro histórico en la plataforma e-bird para este humedal, el cual considera 146 especies a la fecha, posicionándolo en el noveno lugar dentro del ranking de los mejores sitios de interés para la observación de aves en todo Chile. Con todos estos datos, es preciso mencionar que en este espacio de tan solo 45 Há, es posible observar aproximadamente el 32 % de las aves presentes en Chile, lo cual refleja que es un ecosistema que alberga una gran biodiversidad de avifauna, y por lo tanto merece ser valorado y protegido. Respecto a la diversidad taxonómica, se mantiene la mayor diversidad para el orden Passeriformes, seguido de Charadriiformes y Anseriformes (Fig.3). Esta representatividad concuerda con el patrón de diversidad taxonómica para Chile (CONAMA, 2008).

Diversidad Taxonómica Passeriformes Charadriiformes Anseriformes Gruiformes Ciconiiformes Podicipediformes Falconiformes Columbiformes Pelecaniformes Galliformes

Especies Familia

0

5

10

15

20

Fig.3. Diversidad taxonómica de aves registradas en el mes de noviembre


Pag.10

ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Tabla 3. Clasificación taxonómica de las aves presentes en el humedal Petrel según su orden y familia. También se puede observar el estado de conservación. Las especies que presentan * corresponden a aquellas con problemas de conservación.

Orden

Familia

Especie

Estado de conservación

Anseriformes

Anatidae

Charadriiformes

Charadriidae Haematopodidae Laridae

Cisne coscoroba Cisne de cuello negro Pato colorado Pato jergón chico Pato jergón grande Pato rana Pato real Queltehue Pilpilén Gaviota cáhuil Gaviota dominicana Gaviotín piquerito Rayador Perrito Becacina Pitotoy chico Pitotoy grande Playero de baird Zarapito Garza chica Garza grande Cuerco de pantano Paloma Tortolita cuyana Jote de cabeza negra Tiuque Codorniz Tagua Tagua chica Tagua de frente roja Tagüita Chincol Loica Tordo Trile Tijeral Trabajador Rayadito Golondrina chilena Golondrina de dorso negro Bailarín chico Gorrión Churrín del norte Chirihue Chercán Cachudito Colegial Diucón Fío Fío

En peligro (EN) * Vulnerable (VU) * Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor En Peligro (EN)* Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor

Recurvirostridae Scolopacidae

Ciconiiformes

Ardeidae

Columbiformes

Threskiornitidae Columbidae

Falconiformes Galliformes Gruiformes

Cathartidae Falconidae Odontophoridae Rallidae

Passeriformes

Emberizidae

Furnariidae

Hirundinidae Motacillidae Passeridae Rhinocryptidae Thraupidae Troglodytidae Tyrannidae


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Pelecaniformes Podicipediformes

Phalacocoracidae Podicipedidae

Yeco Blanquillo Huala Pimpollo

Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor

Una vez transcurridos 8 meses de monitoreo, se observa que se mantiene la tendencia que muestra que, a medida que aumenta el esfuerzo de muestreo, mayor es el número de especies avistadas. Durante las primeras sesiones de muestreo, se avistan especies comunes, y la adición de especies al inventario se produce rápidamente; por tanto, la pendiente de la curva comienza siendo elevada (Jiménez-Valderde & Horta, 2002; Fig.4). A medida que se avanza en las sesiones de monitoreo aparecen especies menos comunes, las que hacen crecer el inventario, aunque, la pendiente de la curva va descendiendo. Un ejemplo de esto, es el registro de Aphrastura spinicauda (Rayadito), si bien es un habitante clásico de los bosques templados de Chile, además, es una especie que se ha adaptado a la presencia de ambientes forestados como plantaciones, sotobosque, y zonas circundantes (Aves de Chile, 2020a), lo que podría explicar su avistamiento, dado que se registró en una zona fragmentada con alta presencia de plantaciones forestales. En relación a la riqueza acumulada, esta asciende a 90 especies, registrándose por tanto un total de 2 nuevas especies en relación al mes anterior, este es un valor elevado, considerando que se han realizado tan solo 8 muestreos y que en Chile habitan aproximadamente 460 especies (CONAMA, 2008).

Curva de acumulación de especies Especies observadas

120 100 80 60 40 20 0 0

1

2

3

4

5

6

7

8

Unidades de muestreo

Fig.4. Curva de acumulación de especies. En el eje X se muestra el esfuerzo de muestreo efectuado (n; meses de monitoreo). El eje Y representa el número de especies encontradas para cada nivel de muestreo dado.


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Respecto a la abundancia, se observa un alza en el valor de ésta en relación a los meses fríos (junio, julio, agosto y septiembre; Fig.5), en los cuales se registraron en promedio aproximadamente 800 individuos. El aumento en la abundancia de este mes, que corresponde al inicio del periodo cálido, ha sido descrito como un fenómeno común para las aves acuáticas residentes en los humedales costeros (Schlatter & Sielfeld, 2006; Mella, 2008; Vilina & Cofré, 2008; Simeone et al., 2008; Estades & Vukasovic, 2013). Así mismo, se espera para los próximos meses, un aumento mayor en la abundancia de aves acuáticas, como parte del proceso de “Dispersión Local en Periodo Cálido”, fenómeno que indica que las especies residentes que se concentran en los estuarios y lagunas costeras, muy probablemente provienen de humedales de baja extensión del valle central y latitudes menores, en el que una gran porción de estos humedales durante el periodo cálido se seca, generando escases de agua, disminución de alimento y sitios de refugio, por lo que se ven obligados a desplazarse a otros sitios (González et al., 2011; Estades et al., 2012). De allí por lo tanto, la importancia de los humedales costeros como hábitat claves para las aves acuáticas.

Dinámica de la abundancia 1200 1000

1071

1040 894

Abundancia

800

1024

Octubre

Noviembre

839

833

600

1005

640

400 200 0 Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Mes de monitoreo

Fig.5. Dinámica de la abundancia de la comunidad de aves durante todos los meses de muestreo.


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

También, es preciso destacar que la jornada de monitoreo correspondiente al mes de noviembre estuvo fuertemente marcada por eventos de reproducción, lo cual, no es de extrañar, dado que nos encontramos en pleno periodo reproductivo de las aves (Hoffmann & Lazo, 2000). Dentro de este contexto, se observó indicios de reproducción confirmada (Medrano et al., 2018) para las siguientes especies:  Tagua (Fulica armillata); fueron registradas dos parejas con dos crías cada una en P5 (Fig.6). En Chile, la postura de esta especie se ha descrito desde octubre a noviembre, prolongándose hasta enero en una segunda postura, si hay pérdida de la primera (Housse 1945; Goodall et al., 1951). Construye su nido en los mismos ambientes que ocupa regularmente. En general, es una estructura flotante construida con las mismas plantas del entorno, expuesto, a veces con una plataforma de acceso y montado sobre la misma vegetación. Pone entre 2 – 8 huevos (media 5,3) de color crema pálido con abundantes manchitas pardas y grises, dispuestas regularmente en toda la superficie. Ambos sexos participan de la construcción del nido y crianza de los polluelos. Defienden agresivamente su territorio de otras taguas o aves acuáticas con bulliciosas carreras sobre el agua. El nido es parasitado por Pato rinconero (Heteronetta atricapilla) (Housse 1945; Goodall et al., 1951; Taylor, 2018).  Pato real (Anas sibilatrix); fueron registradas dos parejas en P6, la primera con 2 crías y la segunda con 6 crías (Fig.7). Para esta especie se describe que los cortejos comienzan en junio–julio en Chile, con la temporada reproductiva en el centro del país de octubre a diciembre (Carboneras & Kirwan, 2018a). Goodall et al. (1951) señalan que empieza a nidificar en las provincias centrales a fines de agosto–septiembre, con huevos hasta enero en Magallanes. Se han registrado cópulas entre julio–octubre, nidos activos entre octubre– diciembre, y polluelos entre septiembre–febrero. Elige para nidificar sitios cercanos a los cuerpos de agua, aunque también sitios secos más distanciados. Esconde el nido en champas de pasto, debajo de cardos, matorrales u otros sitios similares, aunque también en juncos en el borde de lagos. Construye una taza de finas hierbas, cubierta con abundante plumón. La nidada varía entre 5 – 10 huevos de color blanco cremoso. El cuidado de los polluelos lo realizan ambos padres (Housse, 1945; Goodall et al., 1951; Barros, 1965).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

 Tagüita (Porphyriops melanops); Fue registrado un individuo adulto con 4 crías en P1 (Fig.8). En este caso se observó la conducta de alimentación de polluelos, refiriéndonos con esto a un adulto alimentando pollos que han dejado el nido, pero que aún no vuelan o no son independientes (Medrano et al., 2018). En chile, se tienen registros de huevos a partir de octubre, mientras que la presencia de pichones se visualiza desde octubre hasta marzo, con el registro de los últimos volantones hasta abril (Medrano et al., 2018). Suele depositar el nido por lo general en el suelo en partes húmedas, ligeramente por encima del agua, o adheridos a troncos en estos lugares, pero siempre cubiertos y ocultos con la densa vegetación circundante; allí construye un nido de gramíneas, juncos y otros restos vegetales, el que lleva una especie de semi-techo. Deposita entre 4 y 8 huevos de color crema con manchitas irregulares más oscuras (Smyth, 1928; Goodall et al., 1951; De la Peña, 1987; Castro, 1994; Taylor & Kirwan, 2018).  Pato jergón grande (Anas geórgica); Se registró un individuo adulto con 7 crías en P1 (Fig.9). La reproducción comienza en agosto en las regiones centrales, anidando en mayor número entre septiembre y octubre, pudiendo hacer hasta dos posturas por lo que se puede extender hasta febrero (Housse, 1945; Goodall et al., 1951; Barros, 1963). Las parejas se separan bastante para anidar, lo que realizan en campos pastosos algo húmedos, en las cercanías de los humedales que habita. Su nido es construido en el suelo, en una taza excavada entre la hierba alta o que esté oculta junto a un pequeño matorral, la que reviste con plumón de la misma ave y pasto seco, material que ocupa para tapar los huevos durante la ausencia de la hembra. Pone entre 4 – 12 huevos, generalmente 9. La incubación dura cerca de 26 días y es realizada por la hembra, mientras el macho se mantiene vigilante ahuyentando a otras aves. Los juveniles abandonan el nido e inmediatamente se dirigen al agua cercana, donde ambos padres los vigilan permanentemente (Goodall et al., 1945; Housse, 1945; Barros, 1963; Carboneras & Kirwan, 2018b).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES  Cisne coscoroba (Coscoroba coscoroba); Se registraron al igual que en el mes de octubre los mismos dos nidos ocupados (Fig.10 y 11), entendiendo por “nido ocupado” como aquel que se presume como nido usado porque adultos entran y se quedan, se producen cambios de incubación, etc. (Medrano et al., 2018). Esta especie tiende a formar colonias, aunque también nidifica de forma solitaria (Kear, 1972). La reproducción ocurre, en general, desde junio a diciembre, aunque el tiempo preciso varía entre localidades y se han observado pichones naciendo en febrero (Rees & Brewer, 2005). Respecto del tamaño de nidada, éste varía localmente, siendo de 5,03 pichones en El Yali, con un mínimo de 1 y un máximo de 10 (n=58) (Silva- García obs. pers.). No existen estudios de éxito de nidada. Se han observado hembras incubando una segunda nidada, 40 – 50 días después de la eclosión de ocho y siete polluelos, con segundas nidadas de siete y tres pichones respectivamente (Brewer & Vilina, 2002). Ocasionalmente, dos nidadas de distintas edades se pueden juntar dentro de un grupo familiar. Los padres acompañan a sus crías hasta por un año (Silva-García & Brewer, 2007) y se observan escasas agresiones de adultos hacia juveniles (Rees & Brewer, 2005). Los pichones pueden volar a los tres meses (Brewer & Vilina, 2002), sin embargo, crecen relativamente lento, alcanzando tamaño adulto solo a los ocho meses (Todd, 1996).

Fig.6. Individuos de Tagua (Fulica armillata) registrados con crías en estación de muestreo P5.

Fig.7. Individuos de Pato real (Anas sibilatrix) registrados con crías en estación de muestreo P6.


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Fig.8. Tagüita (Porphyriops melanops) registrada con crías en estación de muestreo P1.

Fig.9. Pato jergón grande (Anas georgica) registrado con crías en estación de muestreo P1.


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ANร LISIS Y DISCUSIONES

Fig.10. Cisne coscoroba (Coscoroba coscoroba) registrado en nido en estaciรณn de muestreo P5.

Fig.11. Cisne coscoroba (Coscoroba coscoroba) registrado en nido en estaciรณn de muestreo P5.


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

En relación a las especies migratorias, se identificaron 7 especies, dentro de las cuales 4 corresponden a especies migratorias del hemisferio Norte: Pitotoy grande (Tringa melanoleuca), Pitotoy chico (Tringa flavipes), Playero de Baird (Calidris bairdii), Zarapito (Numenius phaeopus); 1 de la zona Norte de Chile: Golondrina de dorso negro (Pygochelidon cyanoleuca); y 2 de la zona tropical de américa: Rayador (Rynchops niger), Fío Fío (Elaenia albiceps). En este mes es preciso destacar la presencia de Rynchops niger (Rayador) (Fig. 12), la cual fue registrada desde el monitoreo del mes de octubre. Esta especie corresponde a un visitante estival que de acuerdo a la bibliografía llega aproximadamente a fines de septiembre, para luego partir en mayo. Presenta una distribución en el territorio nacional desde Arica hasta el estrecho de Magallanes. La otra parte del tiempo se distribuye en ríos y costas al norte de Sudamérica a Bolivia y el noroeste de Argentina, puede verse en bandadas en costas arenosas y bancos de arena en desembocaduras de ríos. Se alimenta de peces principalmente (pudiendo también incluir a su dieta crustáceos e insectos), estos son atrapados con su pico mientras vuela a ras de la superficie del agua y justamente el nombre rayador guarda relación con la forma de alimentarse que tiene esta ave, ya que al volar a ras de la superficie buscando alimento deja una “raya” en el agua. No hay registros de nidificación en Chile. Al norte de Sudamérica nidifica en depresiones de sitios arenosos, donde coloca entre 3 a 5 huevos de color blanco cremosos manchados de gris y café de un tamaño aproximado de 45 x 33 cms. (ROC, 2020).

Fig. 12. Rynchops niger (Rayador) registrado en estación de monitoreo (P6)


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

En relación a los índices de diversidad, el índice de diversidad de Simpson (S’) fue de 0.93, siendo un máximo (1-1/S) para esta comunidad de 0.98 (Simpson, 1949), lo que refleja que este humedal presenta una alta diversidad de aves. Para el índice de Shannon-Weaver (H’), los valores varían entre 1 y 4.5 (Golicher, 2008) estableciendo que valores inferiores a 2 se consideran bajos en diversidad y cercanos o superiores a 3 son altos en diversidad de especies, en este caso, el valor obtenido fue de 3.14, lo que reafirma nuevamente que este ecosistema alberga una gran biodiversidad de avifauna. En cuanto al índice de equitabilidad de Pielou (J’), el valor obtenido 0.79, nos muestra una alta equitatividad, lo que se traduce en abundancias homogéneamente distribuidas entre las especies (Magurran, 1988). Si bien, todos estos indicadores de diversidad se han mantenido en valores altos durante todos los meses de muestreo, se aprecian algunas diferencia en cuanto a los meses del periodo frío versus los meses del periodo cálido, por ejemplo, durante los dos últimos meses, estos índices han aumentado respecto a los meses del periodo frío (junio, julio, agosto y septiembre), patrón que ha sido descrito en otros estudios similares realizados en humedales costeros de Chile central, los cuales han mostrado mayor diversidad de aves durante la temporada cálida (González et al., 2012). Finalmente, es necesario mencionar que al igual que en los meses anteriores, durante la jornada de monitoreo se reiteran una serie de amenazas que alteran la estabilidad natural de este ecosistema. La primera de ellas es la presencia de perros bordeando el humedal (Fig.13), en este punto es importante mencionar que esta amenaza se ha hecho presente en absolutamente todas las sesiones de monitoreo, registrándose la mayor concentración de estos en el sector de la laguna (P5, P6, P7 y P8) en contraposición a lo observado en el sector del estero San Antonio, lo cual, no es de extrañar, pues los sectores en donde se observa una mayor presencia de perros corresponden a los sectores de mayor urbanización, lo cual, también nos da luces de una problemática que se encuentra al origen, pues de acuerdo a la clasificación señalada por Vanak & Gompper (2009), en el humedal no solo se observan perros callejeros, sino que también se hacen presentes de forma regular perros con dueño, pero que no son mantenidos de forma constante en sus hogares, por lo cual, estos transitan libremente por el sector. Por otra parte, ya es habitual observar que muchas personas utilizan el humedal como lugar de paseo para sus mascotas, el problema es que la mayoría no respeta la normativa vigente en la “Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Animales de Compañía”, en la cual se señala que “Todas las mascotas o animales de compañía que circulen fuera de su lugar de residencia, deberán hacerlo mediante el uso de collar con correa, arnés con correa u otro sistema de transporte adecuado para su especie y tamaño”, lo cual no es respetado en su gran mayoría en los sectores aledaños al humedal Petrel, por tanto se sugiere que es imperante implementar medidas para asegurar su cumplimiento. En virtud de esto, se propone que una buena estrategia sería articular con el Programa municipal de tenencia responsable de mascotas que se está implementando actualmente, pues este contempla la fiscalización del cumplimiento de esta ley y de la ordenanza municipal, por lo cual, incorporar fiscalización dentro del humedal podría ayudar a mejorar esta situación, no obstante, la mejor medida siempre es la educación de la población, puesto que se ha evidenciado en el trabajo en terreno que existe un gran desconocimiento por parte de los visitantes tanto de la actual ley vigente, como también de la gran amenaza que la presencia de perros constituye en el humedal. Puesto que como se ha mencionado en informes anteriores la presencia de perros en los ecosistemas naturales afectaría la riqueza y abundancia, especialmente de las aves (Vanak & Gomper 2009; Iriarte & Jaksic 2012), alterando su comportamiento (Hoopes, 1993; Lenth et al., 2008), disminuyendo su detectabilidad y conductas de forrajeo (Bennet & Zuelke, 1999; Lenth et al., 2008). Adicionalmente son señalados como uno de los principales factores del declive y extinción local de varios taxa (Taborsky, 1988; Banks & Bryant, 2007). Además de ocasionar lesiones y muertes sobre sus presas (Sime, 1999), también actúan como competidores y vectores de enfermedades como el distemper canino, el virus de la rabia y la transmisión de diversos parásitos (Sillero-Zubiri et al., 1996; Laurenson et al., 1998; Cleaveland et

al., 2000; Manor & Saltz, 2004; Campos et al., 2007; Silva-Rodríguez et al., 2010; Acosta-Jamett et al., 2015; Belsare & Gompper, 2015).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Fig. 13. Perro registrado en estación de monitoreo (P7)

A esto se suma la realización de actividades recreativas, como lo son, las cabalgatas (Fig.14). Lo cual, es preocupante, ya que, estas actividades no reguladas se realizan por sectores de reproducción de un grupo importante de aves, situación alarmante sobre todo en esta época, pues la mayor parte de las aves comienza su periodo reproductivo en primavera (Hoffmann & lazo, 2000). Un ejemplo de esto, es Haematopus palliatus (Pilpilen) (Fig.15), especie cuya postura ocurre entre octubre y diciembre y que nidifica generalmente en dunas o arenales cercanos a la playa, aprovechando alguna depresión. La nidada suele tener 2 a 3 huevos de color piedra con manchitas negras, lo que los hace tener un excelente mimetismo con el entorno (Aves de Chile, 2020b), lo cual es preocupante pues se ha registrado que algunas de estas cabalgatas son realizadas sobre el sector de dunas. A esto se suma que este tránsito no regulado ahuyenta a las aves que se posan a descansar en esos sectores, muchas de las cuales son especies migratorias, que realizan largos viajes, involucrando un gasto energético tremendo en busca de ecosistemas que brinden descanso, refugio y alimentación (Petracci et al., 2005).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Fig. 14. Cabalgatas registradas en estación de monitoreo (P6)

Fig. 15. Haematopus palliatus (Pilpilen) en sector de dunas en estación de monitoreo (P6)

Además, aunque sea repetitivo es preciso señalar que tal como se ha hecho visible en las sesiones anteriores, preocupa la alta cantidad de residuos que se observan en el borde del humedal, generando en algunos sectores el establecimiento de microbasurales, lo cual es alarmante, dado que como ya se ha mencionado en informes anteriores, en otros humedales urbanos de Chile, se ha descrito el depósito de basura como el primer eslabón en la sucesión progresiva de la destrucción del borde de los humedales, generando a su vez, condiciones favorables para que otras amenazas puedan apropiarse de la zona, como por ejemplo, la llegada de animales domésticos (como perros) e invasión por especies vegetales exóticas (Paredes, 2010). A esto se suma que durante las últimas décadas, la basura plástica se ha convertido en un problema global en constante crecimiento, ya que, una vez que estos objetos plásticos llegan al mar, al estar expuestos a la radiación solar y al roce con la arena y el agua, estos se van fragmentando en pedazos cada vez más pequeños, formando los denominados microplásticos (Cole et al., 2011), los cuales constituyen una gran amenaza para los ecosistemas marinos, porque pueden ser consumidos por distintas especies, tales como aves y mamíferos marinos, peces, choritos, gusanos, picorocos, entre otros, los cuales acumulan estos contaminantes en sus sistemas digestivos, produciendo consecuencias negativas en las tramas tróficas (Hidalgo et al., 2012).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES Por último, se debe incorporar en el registro de amenazas observadas la presencia de especies introducidas, como caballos (Fig.16), los cuales se alimentan de vegetación de ribera como

Sarcocornia fruticosa o Schoenoplectus sp, lo cual, como ya se ha reiterado es muy preocupante, puesto que parte de esta vegetación es relevante para la alimentación, descanso y anidación de múltiples especies, como por ejemplo para Coscoroba coscoroba (Silva & Brewer, 2007; Couve et

al., 2016; Allendes, 2020; Miranda, 2020), lo cual ya ha sido descrito en mayor detalle en los informes de los meses anteriores. No obstante, en este mes, se hace necesario hacer hincapié en la presencia de especies vegetales introducidas, dado que se ha identificado un gran número y extensión de estas especies en el humedal (Fig. 17). Durante los muestreo estacionales de invierno (Julio a Septiembre), se han identificado 71 especies en el humedal Petrel, de las cuales un 29,57% correspondiente a especies nativas, un 69,01% corresponde a especies introducidas con alto potencial invasor y un 1,42% se encuentra sin clasificar (Ilustre Municipalidad de Pichilemu, 2020), esto demuestra la escasa preocupación y falta de información de las autoridades por promover una arborización que privilegie las especies nativas. Adicionalmente, se observa como las especies introducidas desplazan a las especies nativas de su hábitat, siendo un indicador de los desequilibrios ecológicos existentes en el humedal. Considerando que el humedal se encuentra en el radio urbano, esta situación es preocupante, puesto que la expansión de las ciudades no solo altera el hábitat de especies nativas, sino que también genera hábitat para especies exóticas que se adaptan a las condiciones urbanas (McKinney, 2006), promoviendo el reemplazo de biotas locales por especies cosmopolitas en un proceso conocido como homogeneización biótica (McKinney & Lockwood, 1999; Sax & Gaines 2003). Además, la introducción de especies exóticas tiene el potencial de causar invasiones biológicas (Richardson et al., 2000), lo que convierte a las áreas urbanas en grupos de taxones potencialmente esparcidos. Por tanto, el desequilibrio entre especies nativas y exóticas podría considerarse como un primer indicador de los efectos de la urbanización sobre la biodiversidad. Para contrarrestar estos efectos, el uso de la flora nativa en las ciudades podría beneficiar de diferentes formas. No solo puede brindar apoyo a la diversidad vegetal regional; también puede crear trampolines o corredores para las poblaciones naturales (Dearborn & Kark, 2010), por ejemplo, se ha señalado que las especies de plantas nativas pueden ser preferidas por las aves nativas, por lo que se espera que una mayor representación de la flora nativa, mejore las condiciones del hábitat y atraiga la avifauna nativa a las diversas áreas del humedal (Díaz & Armesto, 2003; White et al., 2005).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Por todo esto, se sugiere que los futuros proyectos de arborización promuevan y rescaten el valor de las especies nativas, debido a que los hábitats urbanos podrían apoyar la conservación regional de la biodiversidad, por lo que un cambio hacia la planificación urbana sostenible podría promover la conservación biológica local (Santilli et al., 2018), considerando además que las especies nativas consumen menos agua y requieren menos cuidados, el costo de mantención es menor (Moreira et

al., 2015).

Fig. 16. Caballos alimentándose de vegetación de ribera en estación de muestreo (P6)


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ANร LISIS Y DISCUSIONES

Fig. 17. Mapa de zonificaciรณn de la vegetaciรณn en el humedal Petrel, Pichilemu, VI regiรณn.


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CONCLUSIONES Conforme a los resultados obtenidos en los índices de diversidad y equitabilidad se destaca

que estos indicadores se han mantenido en valores altos durante todos los meses de muestreo, observándose un aumento de estos en los meses de periodo cálido, patrón que ha sido descrito en otros estudios similares realizados en humedales costeros de Chile central. Adicionalmente, el humedal Petrel alberga a un número importante de especies que presentan problemas de conservación y especies migratorias que viajan desde diferentes partes del mundo. Se registra una riqueza acumulada al mes de noviembre de 90 especies. En virtud de todo esto, se puede catalogar a este ecosistema como un humedal costero de alto valor ambiental para el grupo de las aves. Adicionalmente, se destaca que la jornada de monitoreo correspondiente al mes de noviembre estuvo fuertemente marcada por eventos de reproducción, lo cual, no es de extrañar, dado que nos encontramos en pleno periodo reproductivo de las aves, registrándose indicios de reproducción confirmada para las siguientes especies: Tagua (Fulica armillata), Pato real (Anas sibilatrix), Tagüita (Porphyriops melanops), Pato jergón grande (Anas geórgica) y Cisne coscoroba (Coscoroba

coscoroba). Finalmente, se reiteran una serie de amenazas, que atentan contra la estabilidad natural del humedal, algunas de las cuales se han mantenido durante las sesiones de monitoreo, como lo son, la presencia de perros bordeando el humedal, la realización de actividades recreativas (cabalgatas), el establecimiento de microbasurales y la introducción de especies, tanto animales como vegetales, destacándose un gran número y extensión de especies vegetales introducidas, alcanzando en los muestreos estacionales de invierno, un 69,01% de especies introducidas y solo un 29,57% de especies nativas, esto demuestra la escasa preocupación y falta de información de las autoridades por promover una arborización que privilegie las especies nativas, lo cual es preocupante, ya que las especies de plantas nativas suelen ser preferidas por las aves nativas, por lo que se espera que una mayor representación de la flora nativa, podría mejorar las condiciones del hábitat y atraer la avifauna nativa en las diversas áreas del humedal.



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METODOLOGÍA

MONITOREO PARÁMETROS FISICOQUÍMICOS Se establecieron 8 puntos de medición el 06 de noviembre 2020 en el Estero San Antonio y en la laguna Petrel (Fig.18 y Tabla 4) en los cuales se registraron algunos parámetros fisicoquímicos del agua (Tabla 5), a través de una sonda de medición multiparamétrica y una sonda de oxígeno disuelto de marca Hanna (HI981395 y HI98193 respectivamente, Tabla 5) y se tomó una muestra de agua en un frasco de vidrio esterilizado de 250mL en cada punto de muestreo para luego determinar la demanda bioquímica de oxígeno (DBO5) en laboratorio (Fig. 19 y 20). La medida de DBO5 corresponde a la medición del oxígeno disuelto en un volumen determinado (en nuestro caso 250mL) al día 0 menos la misma medición al día 5 y sirve para determinar el grado de contaminación del agua (Abarca, 2012). Las sondas cuentan con un datalogger que permite la visualización instantánea de los distintos parámetros bajo estudio. Para realizar las mediciones se llevó a cabo previamente la preparación y calibración de las sondas de acuerdo a las especificaciones de cada equipo. Las mediciones se realizaron desde la orilla del cuerpo de agua o desde más adentro sumergiendo las sondas a 30 cm bajo la superficie del espejo de agua, tal como lo establece la Nch 411/2 (INN, 1996). Luego de cada medición se sometieron las sondas a los cuidados y limpiezas correspondientes para sus correctos usos (Fig. 21), valiéndose de una piseta con agua destilada para lavar las partes expuestas a las muestras (parte inferior) y guardándolas posteriormente con una solución de almacenamiento (si lo requiere), conforme lo establece el fabricante. Finalmente, cabe señalar que para la realización de las mediciones se utilizaron los implementos básicos de seguridad e higiene, es decir, botas impermeables, guantes y mascarilla. Cabe destacar que si el acceso a los puntos de muestreo pertenecía a terrenos privados (e.g. planta de tratamiento de ESSBIO), se realizaron las gestiones correspondientes, solicitando por escrito las autorizaciones necesarias para el ingreso.


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METODOLOGÍA

Por otro lado, se registraron los siguientes datos abióticos: velocidad del viento, temperatura media ambiental, humedad relativa media ambiental, presión atmosférica y radiación solar máxima, datos que fueron obtenidos de las estaciones meteorológicas “Puente Negro – Pichilemu” y “Aeródromo – Pichilemu” de la Red Agrometeorológica del INIA y Dirección Meteorológica de Chile, respectivamente (AGROMET, 2020).

Fig.18. Mapa de los puntos de muestreo de calidad del agua en el humedal Petrel, Pichilemu, VI región. Tabla 4. Coordenadas geográficas de los puntos de medición in situ de los parámetros fisicoquímicos de la calidad del agua. P1

P2

P3

P4

P5

P6

P7

P8

Huso

19

19

19

19

19

19

19

19

Norte

6190595.67

6190851.12

6190664.34

6191040.30

6191586.62

6191260.52

6191000.87

6191121.09

Este

225755.49

225957.61

226018.33

225290.25

224466.82

775505.24

775646.85

224317.00

Coordenadas geográficas (UTM)


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METODOLOGÍA Tabla 5. Parámetros fisicoquímicos medidos con su respectivo instrumento de medición. Parámetro

Unidad de medición

Abreviaciones

Instrumento de medición

Oxígeno disuelto

mg/L

ODmg

Hanna HI98193

Oxígeno disuelto

% sat

OD

Hanna HI98193

Demanda bioquímica de Oxígeno

mg/L

DBO5

Hanna HI98193

Estado del electrodo

Milivolt de pH

mVpH

Hanna HI98195

pH

-

pH

Hanna HI98195

Potencial Redox

mV

ORP

Hanna HI98195

Conductividad Eléctrica

µS/cm

CE

Hanna HI98195

Conductividad Eléctrica

µS/cm2

CE2

Hanna HI98195

Resistividad

Ω * cm

resist

Hanna HI98195

Sólidos Totales Disueltos

ppm

TDS

Hanna HI98195

Salinidad

PSU

PSU

Hanna HI98195

Agua de Mar

∑t

sigmat

Hanna HI98195

Temperatura

°C

T

Hanna HI98195

Presión del agua

psi

psi

Hanna HI98195

Fig. 19. Equipo de trabajo tomando muestra de agua en un frasco de 250mL para luego medir DBO5 en laboratorio


Fig. 20. Equipo de trabajo preparando los frascos y midiendo DBO5 en laboratorio

Fig. 21. Equipo de trabajo limpiando sondas entre cada mediciรณn.

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METODOLOGร A


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METODOLOGÍA

ANÁLISIS DE DATOS Y EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DEL AGUA Los resultados obtenidos para cada parámetro pueden ser observados en la Tabla 6 y fueron comparados con la Norma Chilena NCh1333.Of78 (Tabla 7, Fig. 22). Además, se tomaron en cuenta las concentraciones máximas y mínimas según las categorías expuestas por la “Guía Metodológica de la CONAMA para el establecimiento de normas secundarias de calidad ambiental para aguas continentales superficiales y marinas” (2004). Luego, se realizaron los análisis estadísticos de los datos considerando los 8 puntos de muestreos como réplicas. En una primera instancia, se comprobó distribución normal de los datos con el test de Shapiro-Wilk (función shapiro.test en R) y se aplicó el test de Student (función t.test del paquete stats) para comparar las medias y los errores estándar de cada uno de los parámetros fisicoquímicos del agua entre el Estero San Antonio y la laguna Petrel para establecer si existen diferencias significativas o no (version 3.3.2, R DevelopmentCoreTeam, Boneau, 1960). Luego se realizaron regresiones lineales para determinar si existe algún tipo de dependencia entre las variables medidas, gracias a análisis de varianzas de la función lm del paquete stats del programa R (version 3.3.2, R DevelopmentCoreTeam; Bates, 2005; Kendall 1938 y 1945; Bolkeret al., 2008). Con esta función se estableció si la correlación es significativa o no, gracias al estadístico F, p-value y al coeficiente de correlación ajustado (R2), el cual mide la bondad del ajuste de la recta a los datos. Se calculó el índice de pearson gracias a la función cor del paquete stats y a la matriz de coeficientes de correlación (Pearson, 1895).


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RESULTADOS

A continuación se presenta un resumen de los valores obtenidos para cada parámetro por cada punto de medición: Tabla 6. Parámetros fisicoquímicos del agua y factores abióticos medidos el 06/11/2020 en 8 puntos del humedal Petrel. P1

P2

P3

P4

P5

P6

P7

P8

11:05

10:30

10:42

10:13

09:00

09:26

09:49

09:59

ODmg

18.83

14.99

8.03

17.65

13.65

8.71

6.06

9.78

OD

193.4

167.7

102.2

198.3

147.9

91.5

68.5

109.3

DBO5

1.41

1.81

0.40

2.72

2.36

0.52

0.68

1.32

mVpH

-135.2

-150.7

-100.6

-168.8

-181.5

-157.4

-144.3

-157.0

pH

9.39

9.65

8.79

9.97

10.2

9.80

9.56

9.78

ORP

154.2

125.8

131.5

109.1

100.8

137.9

24.5

117.4

CE

12330

12360

10720

13700

14210

14950

14650

14820

CE2

10850

11140

9554

12260

12400

12690

12690

12870

resist

0.0001

0.0001

0.0001

0.0001

0.0001

0.0001

0.0001

0.0001

TDS

6166

6181

5363

6854

7107

7479

7329

7413

PSU

7.10

7.11

6.1

7.95

8.28

8.75

8.56

8.66

sigmat

3.9

3.6

3.0

4.4

4.9

5.5

5.1

5.2

T

18.7

19.83

19.25

19.45

18.29

17.04

17.96

18.09

14.783

14.783

14752

14.791

14.653

14.697

14.750

14.748

Viento (km/h)

18.4

19.0

18.8

19.3

14.5

16.9

18.8

19.7

Dirección del viento (°)

181

196

190

201

218

215

212

213

Temperatura media del aire (ºC)

17.5

17.1

17.3

17.0

16.9

16.9

16.9

16.9

Temperatura mínima del aire (ºC)

17.0

17.0

17.0

17.0

16.9

16.9

16.9

16.9

Temperatura máxima del aire (ºC)

17.5

17.5

17.5

17.5

16.9

16.9

16.9

16.9

Humedad relativa (%)

57.5

59.2

58.1

60.1

60.8

61.0

61.3

61.5

Presión atmosférica (mbar)

1050

1050

1050

1050

1050

1050

1050

1050

Radiación solar (W/m2)

917.5

861.2

880.6

849.3

662.7

757.4

802.3

823.8

Hora

Parámetros

psi


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RESULTADOS

Se destacan valores altos de conductividad eléctrica (10720<CE<14950 µS/cm), de sólidos totales disueltos (5363<TDS<7479 mg/L; Fig. 22) y un salinidad mediana (6.1<PSU<8.75) en toda la laguna y el estero San Antonio. Se observan además valores significativamente más altos en la laguna que en el estero San Antonio (+2380 µS/cm, t = 3.7745, df = 3.4182, p-value = 0.0259; +1191, t = 3.7746 mg/L, df = 3.4216, p-value = 0.02585; +1.50 PSU, t = 3.822, df = 3.4325, p-value = 0.0248 respectivamente; Fig. 23). Se encontraron valores alcalinos de pH, fluctuando entre 8.79 a 10.2, sin diferencias significativas entre los puntos de muestreo (t = 1.3593, df = 4.5782, p-value = 0.2372). Los valores de oxígeno disuelto se encontraron entre 68.5% y 198.3% de saturación. Se encontró una tendencia de diferencia de oxígeno disuelto más alto en el estero San Antonio que en la laguna (+61.1 %, t = -2.2022, df = 5.5922, p-value = 0.07316; Fig. 24). Los valores de DOB5 se encontraron entre 0.4 y 2.72 mg/L, sin diferencias significativas entre el estero y la laguna (t = -0.57325, df = 5.8842, p-value = 0.5877), valores que son muy bajos y que indican una muy buena calidad del agua.

Fig. 22. Resultados de oxígeno disuelto OD (en % de saturación) y de los sólidos totales disueltos TDS (en ppm), pH y CE (en µS/cm) medidos en 8 puntos de la laguna Petrel el 06/11/2020. Las líneas rojas corresponden a los límites establecidos por la guía de CONAMA para las aguas superficiales continentales en donde el agua pasa a ser de mala calidad. Los puntos rojos corresponden entonces a valores de agua continentales de mala calidad (clase 4 de CONAMA) y los puntos negros a valores dentro de clases.


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RESULTADOS

Fig. 23. Diferencias significativas entre la laguna y el estero San Antonio en las mediciones de temperatura del agua (en °C), de los sólidos totales disueltos (TDS en ppm), de la salinidad (en PSU), conductividad eléctrica (CE en µS/cm), radiación solar (en W/m2) y Humedad relativa (HR en %) del día 06/11/2020. En cuanto a los parámetros abióticos, no se encontraron diferencias significativas de viento entre la laguna y el estero (t = -1.2007, df = 3.1613, p-value = 0.3121). Mientras, se encontraron diferencias significativas de temperatura del agua, de humedad relativa, de radiación solar y una tendencia de diferencia de temperatura promedio ambiental entre el estero y la laguna (Fig. 24) al momento de tomar las muestras, eso debido al orden en el cual muestreamos (+1.46°C, t = -4.0242, df = 5.8502, p-value = 0.007298; -2.425%, t = 4.0522, df = 3.4319, p-value = 0.02091; +115.6 W/m2, -2.9853, df = 4.0146, p-value = 0.04034; +0.325°C, t = -2.9314, df = 3, p-value = 0.06093, respectivamente). Efectivamente, los puntos del estero se muestrean cerca del mediodía, cuando la inclinación del Sol se aproxima a los 90°, implicando más radiación solar y temperatura, y menos humedad relativa. Aunque las diferencias entre el estero y la laguna de esos parámetros no fue más de unos grados y un 2%, lo que no afecta los parámetros bióticos.


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Fig. 24. Tendencia de diferencias significativas entre la laguna y el estero San Antonio en las mediciones de oxígeno disuelto (OD en mg/L) y de temperatura promedio del aire (en °C) del día 06/11/2020. Los valores de CE y TDS de las aguas de la laguna y del estero no cumplen con la norma chilena NCh 1333 por la alta cantidad de sales que contienen. Las aguas no sirven para regar ningún tipo de cultivos o plantas tolerantes en suelos permeables. Eso es típico de las aguas de lagunas costeras que fueron tipificadas acordado a la salinidad como aguas dulces (PSU<0.5), salobres oligohalinas (0.5 a 5), salobres mesohalinas (5 a 18), salobres polihalinas (18 a 30), y marinas euhalinas (30 a 40) alrededor del mundo (Savenije, 1988; Pérez-Ruzafa et al., 2011). La salinidad encontrada este mes (6.1<PSU<8.75) permitió clasificar las aguas como salobre mesohalinas. Hay que tener en consideración que esa clasificación puede variar durante el tiempo, ya que se encuentra una variabilidad temporal interna debido sobre todo a la apertura o el cierre de la desembocadura (CEDESUS, 2020b y 2020c). Por ejemplo, cuando se abrió la desembocadura en agosto, las aguas fueron consideradas como salobres polihalinas al límite de ser consideradas como marinas (CEDESUS, 2020b), por otro lado, cuando la boca estaba cerrada y sumado a las altas precipitaciones en julio, las aguas fueron consideradas como dulce en los brazos del estero y salobre mesohalina en el resto de la laguna (CEDESUS, 2020c). Por ende, las aguas de la laguna se encuentran dentro de un continuum de salinidad correspondiente a las áreas de transición y a las principales formas fisiográficas que son incluidas bajo el término de “aguas transicionales” (European communities, 2000). Lo más interesante es conocer es el impacto que tiene esa salinidad sobre las funciones del estuario para determinar las repercusiones legal administrativas o ambientales (McLusky & Elliot, 2007).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Tabla 7. Caracterización de los parámetros fisicoquímicos del agua del monitoreo del 06/11/2020 de acuerdo a la clasificación de CONAMA y verificación del cumplimiento de la norma NCh 1333 Of78. El color rojo indica el no cumplimiento de la norma para aguas dulces destinadas a la vida acuática y el color verde indica que se cumple con la norma. El color gris indica que con esa agua no se puede regar ningún tipo de suelo pero no contraindica la vida acuática. La clasificación de CONAMA va desde clase de excepción (c.de.exc.), la cual, se caracterizada por una agua pura y escasa (color azul), a clase 1 (verde) de muy buena calidad, 2 (amarillo) de buena calidad, 3 (naranjo) de calidad regular y 4 (rojo) de mala calidad.

NCh 1333 P1 P2 ODmg 18.83 14.99 OD

P3 8.03

CONAMA

P4 P5 17.65 13.65

P6 8.71

P7 6.06

P8 9.78

P1

P2

P3

P4

P5

P6

P7

P8

193.4 167.7 102.2 198.3 147.9

91.5

68.5

109.3

1

1

3

1

1

1

1

1

DBO5

1.41

1.81

0.4

2.72

2.36

0.52

0.68

1.32

c.exc

c.exc

c.exc

1

1

pH

9.39

9.65

8.79

9.97

10.2

9.8

9.56

9.78

2

4

4

4

4

CE

12330 12360 10720 13700 14210 14950 14650 14820

TDS

6166

6181

5363 6854 7107 7429

7329

c.exc c.exc c.exc 4

4

7413

Efectivamente ese gradiente de salinidad define la intensidad y la estructura de los procesos bióticos y abióticos y de los procesos de filtración de materias disueltas o componentes asociados que son considerados como sumideros de materias orgánicas y nutrientes (Telesh & Khlebovich, 2010). Por ejemplo, estudios mostraron que en ese gradiente de 5 a 8 PSU se encontraba la mínima cantidad de especie, la zona Artenminimum, y que por eso llamaban esa zona la zona de salinidad crítica o horohalinicum (Zenkevitch, 1959; Khlebovich, 1962 y 1974; Kinne, 1971; Telesh & Khlebovich, 2010). Mostraron que esa zona funciona como barrera (por el hecho que los organismos marinos poiquilo-osmóticos son incapaces de vivir en aguas dulces, a parte de algunos invertebrados) pero también funciona como una barrera fisiológica y evolutiva (especies capaces de cruzar esa barrera; Khlebovich, 1990 y 2007). Ese gradiente de salinidad, como lo acabamos de ver, afecta los procesos biológicos pero también los procesos físico-químicos de manera no lineal. Esa parte se discutirá en el informe final, ya que los resultados microbiológicos llegan en desfase porque requieren procesos más largos para su análisis y determinación.

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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

En relación a los valores de DBO5 que tomamos no aplican ni por la norma chilena, ni por la guía de CONAMA. Pero lo que podemos concluir de esos valores muy bajos (<3mg/L) es el agua es de excelente calidad, sin ningún tipo de contaminación (Abarca, 2012). Las macroalgas presentes en casi toda la superficie de la laguna el mes pasado (CEDESUS, 2020d), disminuyeron su extensión. Las aguas de este mes fueron sobre saturadas en oxígeno en varios puntos, más que el mes pasado (CEDESUS, 2020d). Eso se puede explicar por la menor cantidad de algas presentes en la laguna, lo que implica una menor cantidad de oxígeno consumido durante la respiración de la noche y por ende el oxígeno producido por la fotosíntesis provoca un balance positivo (Ibañez et al., 2009). Cuando las algas se presentan en elevadas concentraciones pueden agotar el oxígeno y los nutrientes, además de contener pigmentos que cambian el color del agua (Smayda, 1997; Suárez & Guzmán, 1999; Cox, 2003; Klose et al., 2012). Pero, presentes en menor cantidad, son una parte importante de la producción primaria que se vuelve fuente de alimentos así como refugios para productores secundarios (Ibañez et al., 2009). Además, su presencia puede ayudar a fijar los sedimentos y bajar la turbidez del agua (Ibañez et al., 2009, Fig. 25).

Fig. 25 Agua translucida de las estaciones de muestreo tomadas el 06/11/2020. Los valores de pH no son adecuados para la recreación con contacto directo ni para las aguas dulces destinadas a la vida acuática según la norma chilena NCh 1333 (Tabla 7). La guía de CONAMA clasifica los valores de pH en clase 4 correspondiente a aguas de mala calidad y un punto en clase 2 correspondiente a aguas de buena calidad aptas para el desarrollo de la acuicultura y actividades pesqueras extractivas.


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Sin embargo, Abarca (2012), así como Ibañez et al. (2009) señala que esos valores alcalinos son normales para aguas salobres, ya que se debe a la actividad de organismos (moluscos o bivalvos) que intervienen el ciclo del CO2 del agua. A sus muertes, sus conchas liberan carbonatos en el agua generando un pH más alcalino. Efectivamente, la apertura de la desembocadura ocurrida en agosto, seguramente permitió la entrada de esos organismos en la laguna. Esas clasificaciones de la norma chilena y de la guía CONAMA que parecen alarmantes a primera vista, se explica racionalmente por la posible presencia de esos organismos marinos inofensivos para el hombre. También se encontró que valores elevados de pH suele porvenir de elevadas concentraciones de CO2 en el agua, producto de la respiración (Ibañez et al., 2009). Los valores de oxígeno disueltos cumplen con la norma chilena Nch 1333 y cumplen con la guía CONAMA (Fig. 22 y Tabla 7). Su clasificación en clase 1 en la guía de CONMA indica que las aguas son aptas para la conservación de comunidades acuáticas, para la desalinización de agua para consumo humano y demás usos definidos (CONAMA, 2004). El punto 3 fue clasificado en clase 3 según la guía CONAMA lo que correspondiente a aguas de calidad regular apta para actividades portuarias o navegación solamente. Se debe que seguir con atención ese punto, ya que en febrero 2020 también tuvo una concentración muy baja de oxígeno, no apta para la vida acuática (CEDESUS, 2020a). Este mes, como todos los otros meses se encontraron correlaciones positivas significativas entre la CE, el PSU (99%; F=1.15e+05; R2=0.99; P=4.436e-14, Fig. 26) y los TDS (99%; F= 2.762e+06; R2=1; P< 2.2e-16, Fig.30), lo cual es esperable, porque cuanto mayor sea la cantidad de sales disueltas en el agua, mayor será el valor de la conductividad eléctrica (CE) y sólidos totales disueltos (TDS) (Abarca, 2012; Lenntech, 2020). Entonces, la mayoría de los sólidos que permanecen en el agua tras una filtración de arena, son iones disueltos. El agua de alta pureza que en el caso ideal contiene solo H2O sin sales o minerales, tiene una conductividad eléctrica muy baja (Lenntech, 2020). Además, se encontró una correlación negativa significativa entre la temperatura del agua y los parámetros anteriores como la CE por ejemplo (-72%, F=6.688; R2=0.4483; P=0.04142, Fig.26) y una tendencia de correlación positiva significativa con el OD (63%, F=4.008; R2=0.3006; P=0.09216, Fig.27). Sin embargo, no se encontraron correlaciones significativas entre el OD y la CE, los TDS o la PSU (P=0.4392; P=0.4382; P=0.4308 respectivamente).


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Fig. 26. Correlaciones significativas entre parámetros de salinidad y de temperatura del agua correspondiente al 06/11/2020.

Fig. 27. Tendencia de correlaciones positiva entre la temperatura del agua y el oxígeno disuelto correspondiente al 06/11/2020.

Fig. 28. Juveniles de pejerreyes en P7, conexión entre la laguna del Bajel y la laguna Petrel, observados el 06/11/2020.


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ANÁLISIS Y DISCUSIONES

Decidimos no realizar las pruebas de correlaciones entre los parámetros de calidad de agua y la riqueza y abundancia de avifauna mensualmente, ya que las tendencias no se repiten a lo largo de los meses. Efectivamente, a veces encontramos tendencias positivas, a veces negativas y a veces ninguna correlación, debido a la poca cantidad de datos. Por eso, se realizará este tipo de análisis cuando se tenga un set de datos suficientemente grande. Finalmente, cabe señalar la presencia de una gran cantidad de pejerreyes juveniles en P7, correspondiente a la conexión entre la laguna Petrel y el Bajel (Fig. 28). Este mes era crucial para evaluar el posible impacto negativo de la proliferación de las macroalgas sobre el oxígeno disuelto, sobre todo durante la noche por la respiración de las algas, pero este hallazgo, demuestra claramente que los valores de oxígeno no se encontraron debajo del límite permisible para la vida acuática (Ibañez et al., 2009).


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CONCLUSIONES

Este mes de noviembre fue caracterizado por la disminución de la macroalga registrada el mes de octubre pasado en toda la laguna. La calidad del agua no fue impactada por esa presencia de algas ya que las mediciones de oxígeno y demanda biológica de oxígeno en 5 días mostraron excelentes resultados, caracterizando el agua de muy buena calidad y sin signo de contaminación. Además, se encontraron juveniles de pejerreyes que demuestra un ambiente sano con tasas de oxígeno que no bajan debajo del límite permisible para la vida acuática de 5mg/L. Considerando la alta salinidad, conductividad eléctrica y sólidos totales disueltos, las aguas de la laguna son consideradas como salobres mesohalinas y se encuentran dentro de los valores internacionales de “aguas transicionales” también llamado “horohalinicum”. Varios estudios sobre los estuarios muestran valores altos de alcalinidad de las aguas marinas o estuarinas, pero la norma chilena Nch1333 y la guía de CONAMA consideran los valores de pH de la laguna Petrel muy altos, indicando hasta una mala calidad del agua y la imposibilidad de utilizar las aguas para riego de cualquier tipo de suelo. Por lo que se sugiere estudiar en profundidad el comportamiento de esta variable, dado que el pH depende del tipo de suelo característico del humedal.


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17.047.035-4

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