Temas para Debatir LA DESIGUALDAD EN VENEZUELA Y EN AMÉRICA LATINA
Juan Bautista Saymar Investigador del CEDICE Libertad
Temas para Debatir LA DESIGUALDAD EN VENEZUELA Y EN AMÉRICA LATINA
“Sábete, Sáncho que no es un hombre más que otro si no hace más que otro” El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (Capítulo XVIII)
Contenido ¿Es un problema económico la desigualdad?
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Evolución de la desigualdad
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Valores de la desigualdad en Venezuela
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La Pobreza en América Latina
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Conclusiones
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Temas para Debatir LA DESIGUALDAD EN VENEZUELA Y EN AMÉRICA LATINA
¿Es un problema económico la desigualdad? Generalmente, los economistas han prestado más atención a problemas como el crecimiento económico, el desempleo o la inflación que a la desigualdad. Sin embargo, la desigualdad aparentemente es un problema social porque los grupos de menores ingresos se sienten mal viendo que otros tienen más ingresos que ellos. En forma dinámica se aprecia mejor: si aumentan los ingresos de una nación, y los grupos de mayores ingresos aumentan sus ingresos en una proporción mayor que la de los grupos de menores ingresos, aparentemente hay malestar social por este hecho. Porque las clases de menores ingresos perciben que no están participando en el progreso económico. También el problema de la desigualdad económica se mezcla con el de la pobreza, siendo dos problemas distintos, el problema de la pobreza se puede resolver con políticas económicas apropiadas y adecuadas. Como veremos más adelante en los países más pobres el índice de desigualdad es menor, pero cuando comienza la carrera del progreso económico aumenta la desigualdad, pero hasta un límite. Interrogado verbalmente el doctor Trino Márquez1 sobre si ¿la desigualdad constituye un problema económico? Éste responde que aunque no es un problema económico en lo estricto, es un problema social, en vista de que con una mayor igualdad la sociedad está más cohesionada. Según el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, cohesión, en una de sus acepciones significa “acción y efecto de reunirse o adherirse entre sí las cosas o la materia de que están formadas“. Entonces, si bien no es un problema económico, es un problema social que se resuelve a través de lo económico. Algo similar al de la seguridad ciudadana, que no es un problema económico pero se resuelve aportando fondos para fortalecer a las policías, mejorar el sistema judicial y además el sistema penitenciario.
Un intelectual de gran valía y de gran modestia al mismo tiempo, coordinador del doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela. 1
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Increíblemente, algunas políticas gubernamentales paradójicamente aumentan la desigualdad. Una de éstas fue la combinación de una reforma agraria en Venezuela en los años sesenta, con una política de sustitución de importaciones. En efecto, la asignación de lotes de tierras pequeños (minifundios) a campesinos que no estaban preparados técnicamente ni poseían medios suficientes de capital, hizo que estos fracasaran como productores agropecuarios y emigraran a las ciudades en busca de empleos. Al mismo tiempo, los empleos que se generaban en las nuevas industrias nacientes gracias a la protección gubernamental, no podían ser cubiertos por los campesinos que acudían a las ciudades y centros de producción porque eran empleos para técnicos (soldadores, mecánicos, torneros, etc) y profesionales (ingenieros). Muy pronto, estos “hombres del campo” ingresaron a las files del ejército de la economía informal. De igual forma, los cambios que ha experimentado la legislación laboral, siempre buscando “mejorar” la condición económica del trabajador han impulsado aún más a la economía informal. Otra política que es regresiva en cuanto a la distribución del ingreso, es la gratuidad de las universidades públicas financiadas por el Estado, puesto que en ella ingresan más que todo los miembros de los estratos medios y altos de la sociedad venezolana. En Argentina, país donde el populismo con Perón ha echado fuertes raíces existe la misma gratuidad para la educación superior. De igual forma en Venezuela la política de subsidios a la gasolina a otros combustibles estimula el uso individual del transporte, es un subsidio a los propietarios de vehículos y desestimula el uso del transporte público. Adicionalmente se alude que las desigualdades económicas empujan a las masas hacia las revoluciones y levantamientos contra los regímenes. Sin embargo, según Alexis de Tocqueville en su obra El antiguo régimen y la Revolución, al parecer la revolución se produjo cuando estaba ocurriendo una recuperación económica porque las clases que más participaron este proceso no podían perdonar los años anteriores de penuria y miseria. Para ilustrar esta idea tomamos textualmente un párrafo del gran historiador y sociólogo francés Hippolyte Taine sobre las causas de la revolución francesa: ¿Puede admitirse que con tantas intenciones buenas llegara a destruirse todo? Tanto el gobierno como la clase elevada, imaginábanse firmemente haber hecho todo lo que podían hacer. El rey advierte que ha reintegrado a los protestantes en el estado civil, suprimido las jornadas manuales de trabajo, establecido la libre circulación de granos, instituido las asambleas provinciales, organizado la marina, socorrido a los americanos, emancipado a sus propios siervos, disminuido los gastos de su casa, empleado a Malesherbes, Turgot y Necker, dejado en libertad a la prensa y escuchado a la opinión pública. Jamás gobierno alguno se ha mostrado tan benigno: el 14 de julio de 1789, no había en la Bastilla más que siete prisioneros, idiota uno de ellos, detenido a petición de la familia otro y cuatro acusados de falsarios. Ningún príncipe ha habido más humano, más caritativo ni que más se preocupase de los desgraciados. En 1784, año de inundaciones y de epidemias, distribuye tres millones de socorros. Recurren a él hasta para los accidentes privados; el 8 de junio de 1785, envía doscientas libras a la mujer de un labrador bretón, la cual, teniendo ya dos niños, acaba de dar a luz a tres en un solo parto.
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Durante el invierno riguroso, tolera que los pobres invadan diariamente sus cocinas. Probablemente, es después de Turgot el hombre que más haya amado al pueblo. Los delegados se ajustan a las ideas del monarca; he leído muchas cartas de intendentes que tratan de parecerse a Turgot. “ Uno construye un hospital, otro funda premios para los labradores; éste admite artesanos en su mesa, aquél emprende el saneamiento de una marisma. Monsiur de la Tour ha prodigado tantos en Provenza durante cuarenta años, que, a pesar suyo, el estado llano le vota una medalla de oro. Un gobernador da un curso de panadería económica. ¿Qué peligro pueden correr semejantes pastores en medio de su rebaño? Cuando el rey convoca los Estados Generales, nadie “muestra desconfianzas” ni se espanta ante el porvenir. “Se hablaba del establecimiento de una nueva Constitución del Estado como de una obra fácil, como de un acontecimiento natural”.”Los hombres mejores y más virtuosos veían en ello el advenimiento de una nueva era de felicidad para Francia y para todo el mundo civilizado. Los ambiciosos se regocijan ante la gran perspectiva que se iba a abrir a sus esperanzas, mas no se hubiera encontrado un individuo, el más moroso, el más tímido, el más entusiasta, que previese ni uno de los acontecimientos extraordinarios hacia los cuales iban a ser conducidos los Estados coligados2.
En un trabajo de investigación de la Escuela de Gerencia Social se acusa al capitalismo como generador intrínseco de desigualdades: La desigualdad es típica en los sistemas capitalistas pues dentro de éstos se produce y reproduce la división social, la fragmentación y el mantenimiento de grupos sociales con capacidades, recursos y posibilidades de satisfacción limitadas al acceso, igualmente desigual, que tienen de los bienes existentes. Para algunos autores la historia del capitalismo es la historia de la desigualdad. Si bien la desigualdad es muy antigua, en el caso latinoamericano aparece asociada a los procesos de conquista y colonización, que en la actualidad manifiestan nuevas situaciones3.
Ignora el redactor de estas líneas, que antes del capitalismo, existía un régimen feudal o aristocrático, en donde el campesino ni siquiera podía cambiar de residencia sin permiso del señor feudal. La revolución industrial no solo ayudó al aumento de la población en Inglaterra sino que en un plazo de varias décadas permitió que los salarios reales aumentaran. En cuanto a América Latina los imperios azteca e inca estaban sostenidos por unos regímenes esclavistas en donde incluso los sacrificios humanos eran frecuentes. Tampoco es posible después de haber pasado 200 años de independencia se le pueda seguir achacándole la culpa a los colonizadores españoles de la desigualdad económica.
2 3
Los orígenes de la Francia contemporánea (El antiguo régimen) tomo II pp.109-110, Barcelona, Ediciones La Desigualdad en Venezuela, Caracas, 2006, en www.gerenciasocial.org.ve en página 1.
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En cuanto al régimen socialista idealizado como un sistema en donde cada uno recibe según sus capacidades, y come según sus necesidades, George Orwell publicó su Rebelión en la granja (en inglés Animal Farm) (1945) la cual es una novela satírica acerca de un grupo de animales en una granja que expulsan a los humanos y establecen un gobierno propio que finaliza por convertirse en una tiranía brutal. Orwell, un socialista democrático y un miembro del Partido Laborista Independiente por mucho tiempo, fue un crítico de Joseph Stalin. Una de las frases famosas de esta novela de rechazo al socialismo es “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Y en efecto, mientras más socialista es un régimen más se genera una desigualdad, porque los privilegios están en manos de los gobernantes y sus allegados. Nada más hay que ver el caso cubano en donde la tarjeta de racionamiento es la regla para todos, excepto para los altos funcionarios del gobierno y del Partido Comunista. Y ni siquiera tienen el derecho de viajar libremente a donde quieran los ciudadanos de ese país. Una idea excepcional sobre el problema de la desigualdad económica es la expresada contundentemente por Friedrich A. Hayek, al cual citaremos in extenso: Una de las grandes tragedias de nuestro tiempo es que las masas hayan dado en creer que el logro de sus elevados niveles de bienestar material es el resultado de haber abatido a los ricos, y que teman que la conservación o el resurgimiento de dicha clase les prive de algo que de otra forma sería para ellos y que consideran que les es debido. Hemos visto que hay pocas razones para creer que la riqueza lograda por un sector limitado de la sociedad progresiva existiría en absoluto si a los integrantes de tal sector no se les permitiera disfrutarla. Tal riqueza ni les ha sido despojada ni se les impidió acceder a ella. Constituye el primer signo de un nuevo de vivir que inicia la vanguardia. Ciertamente que los poseedores del privilegio de ensayar posibilidades que solamente disfrutarán los hijos o los nietos de otros no son generalmente los individuos que más la merecen, sino aquellos a quienes la casualidad ha colocado en sus envidiadas posiciones. Pero este hecho es inseparable del proceso de crecimiento, que siempre va más allá de lo que cualquier hombre o grupo de hombres puede prever. El impedir que algunos sean los primeros en gozar de ciertas ventajas puede muy bien traducirse en que el resto de nosotros no las llegue a disfrutar nunca. Si por motivos de envidia hacemos imposible ciertas maneras excepcionales de vivir, al final todos sufriremos el empobrecimiento material y espiritual4.
Al parecer, el problema de la distribución del ingreso (un flujo de ingresos que proviene ya sea del trabajo (siempre legítimo para todos), o del capital (ilegítimo para algunas ideologías), genera la envidia que en términos económicos no sería sino la desutilidad o utilidad negativa que produce la utilidad positiva que les genera a otros sus ingresos.
4
Friedrich A. Hayek, Los fundamentos de la libertad, Madrid, Unión Editorial, 2008. P.173.
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Evolución de la desigualdad El economista especializado en temas del desarrollo y crecimiento económico, Simon Kuznets (1955) planteó su hipótesis de que en sociedades muy primitivas existe una igualdad natural, luego cuando comienza la marcha hacia el desarrollo se produce una desigualdad, pero luego esta se va atenuando al alcanzar altos niveles de desarrollo un país. Según Kuznets excluyendo la intervención gubernamental, hay dos fuerzas que explican la desigualdad de ingresos antes de instaurar los impuestos. Estas son: la concentración de ahorros, la cual manteniéndose constantes las otras variables, tiene un efecto acumulativo al incrementar la proporción de activos que generan ingresos en grupos que poseen elevadas ganancias, generándose de esta forma una mayor concentración de beneficios por parte de estos grupos y de sus descendientes. La otra fuerza que empuja es el resultado del proceso de industrialización y urbanización, esto es, un crecimiento económico el cual no se basa en la agricultura y actividades similares. Este proceso tiene como primer efecto que aumenta la proporción urbana de la población total, la cual generalmente es más desigual que la rural.
Desigualdad
Curva de Klutznets
Ingreso per Cápita
La denominada hipótesis de Simon Kuznets ha levantado toda clase de estudios e investigaciones al respecto. Bajo este contexto WW Arthur Lewis ha planteado su teoría del desarrollo en la cual este proceso se produce a medida de que los trabajadores del sector tradicional (agrícola y de baja productividad) pasan al sector moderno (emplea técnicas intensivas de capital). Según otros investigadores, la tendencia creciente de desigualdad se revierte cuando todo el exceso de trabajo es absorbido por el empleo del sector moderno. De esta forma, el trabajo se convierte en factor escaso y todo crecimiento adicional representará un incremento en la demanda de trabajo, empujando los salarios al alza.
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Valores de la desigualdad en Venezuela Uno de los coeficientes más empleados para evaluar la desigualdad es el denominado coeficiente de Gini, cuyo nombre proviene del estadístico italiano Corrado Gini. se utiliza para evaluar la desigualdad en los ingresos, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El índice de Gini es el coeficiente de Gini expresado en porcentaje, y es igual al coeficiente de Gini multiplicado por 100. Aunque el coeficiente de Gini se utiliza sobre todo para medir la desigualdad en los ingresos, también puede utilizarse para medir la desigualdad en la riqueza. Este uso requeríría que nadie dispusiera de una riqueza neta negativa El coeficiente de Gini es calculado como una razón de las áreas en el diagrama de la curva de Lorenz. Si el área entre la línea de perfecta igualdad y la curva de Lorenz es a, y el área por debajo de la curva de Lorenz es b, entonces el coeficiente de Gini es a/(a+b). Esta razón se expresa como porcentaje o como equivalente numérico de ese porcentaje, que es siempre un número entre 0 y 1. El coeficiente de Gini se calcula a menudo con la Fórmula de Brown, que es más práctica:
[1-
M
G=
n-1 k=1
(Xk+1 - Xk) (Yk+1 + Yk)
]
En donde tenemos que: • G: Coeficiente de Gini • X: Proporción acumulada de la variable población • Y: Proporción acumulada de la variable ingresos De forma resumida, la Curva de Lorenz es una gráfica de concentración acumulada de la distribución de la riqueza superpuesta a la curva de la distribución de frecuencias de los individuos que la poseen, y su expresión en porcentajes es el índice de Gini. En este sentido mientras más el coeficiente tiende a 100% más desigual será la distribución del ingreso y al revés mientras más tiende a 0 más igualitaria será la distribución del ingreso.
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Curva de Klutznets
En el Gráfico 2 tenemos los datos de la desigualdad en la población total la cual pasó según Baptista y sus fuentes de una fuerte concentración en los ingresos del total de la población de 68,9% a 0,422 en 1989, también es interesante saber que el coeficiente de la población urbana presentado también por Asdrúbal Baptista en su libro (cuadros V-11 y V-12, 1989) y en la mayoría de los años de información disponible la población tiende a ser más igualitaria que la total, contradiciendo así ciertos postulados de Kuznets.- Luego en el Gráfico 3, donde tomamos los años desde 1990 hasta el 2007 y este coeficiente nos da un promedio de 43,51 notamos por la forma de la curva que ha sido la desigualdad en todos estos años algo constante que casi no ha tenido grandes variaciones.
a b
Gráfico 1 Diagrama que muestra el área a comprendida entre la curva de Lorenz y la bisectriz del cuadrado, dicha área es proporcional al coeficiente de Gini.
Coeficiente de Gini para Venezuela Calculado con los ingresos salariales / Población total y urbana (años 1944/1989) 90% 80%
Población media geométrica: 45,34 de población total
70% 60%
Población total de Venezuela
50%
Población urbana
40% 30% 20%
Gráfico 2 Fuente: Bases Cuantitativas de la Economía venezolana, Comunicaciones Corporativas, 1991, Cuadro V-11
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
1982
1981
1980
1979
1978
1977
1976
1975
1962
1957
1944
10%
08
De acuerdo a toda la bibliografía sobre el tema, una de las regiones en el mundo donde hay más desigualdad es la constituida por América Latina. Así en la revista Interamerican Dialogue correspondiente a noviembre de 2009, se dice que según el índice de Gini, cinco de los diez países más desiguales del mundo se encuentran en América Latina. Uno de ellos es Brasil, el cual tiene alrededor de la tercera parte de la población de la región. Según algunos brasileños, el mayor mérito del gobierno de Lula fue haber contribuido eficazmente a reducir la desigualdad económica en el Brasil. En el año 2002, Brasil ocupaba el vergonzoso 3° lugar en desigualdad económica en el mundo, pero hoy en día el Brasil se encuentra en el 10° puesto. Sin embargo, en un estudio citado por la revista The Economist del 6 de noviembre de 2003, se menciona que la desigualdad en América Latina tiene causas muy arraigadas en la región. Bajo este contexto la desigualdad en América Latina como un todo, disminuyó ligeramente en los años setenta, aumentó en los 80 (la década pérdida en esta región por el problema de la deuda), y aparentemente se estabilizó en los 90.
Coeficiente de Gini para Venezuela Calculado con los ingresos salariales (años 1944/1989)
Población media geométrica: 43,51%
50% 45% 40% 35% 30% 25%
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
20%
Gráfico 3 Fuente: Bases Cuantitativas de la Economía venezolana, Comunicaciones Corporativas
En el cuadro 1 podemos apreciar los índices de desigualdad (Gini) de algunos países desarrollados y algunos de América Latina, cabe destacar que nuestro país Venezuela (43,5%) tiene un índice similar al de los Estados Unidos (40,8%), y al de países como Rusia y China. Y en América Latina únicamente Uruguay tiene menos desigualdad que Venezuela. Nos extraña la desigualdad
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En el cuadro 1 podemos apreciar los índices de desigualdad (Gini) de algunos países desarrollados y algunos de América Latina, cabe destacar que nuestro país Venezuela (43,5%) tiene un índice similar al de los Estados Unidos (40,8%), y al de países como Rusia y China. Y en América Latina únicamente Uruguay tiene menos desigualdad que Venezuela. Nos extraña la desigualdad que existe en Argentina donde los gobiernos peronistas han introducido toda clase de políticas populistas. También en México nos extrañamos en donde a principios del siglo XX se produjo una de las primeras revoluciones contra el “laissez faire”, y la gran desigualdad en Brasil en donde la preocupación de Lula y su sucesora ha sido aliviar las condiciones de pobreza. En otro estudio5 se expresa en su página 20 en el gráfico 11 (Figure 11) que en el año 2005 México aumentó su clase media en 28%; Brasil en 19%; Argentina en 31% (población urbana); Chile en 33%, mientras que Venezuela en apenas 3%. Cabe destacar que en ese año de 2005 Suecia aumentó su clase media en 95% y Estados Unidos en 91%. Esto nos hace pensar un poco en que los recientes avances venezolanos a favor de la desigualdad lo han sido a expensas de la clase media, por lo menos en años recientes.
Índice de Gini en algunos países seleccionados 2000-2011 (en porcentaje) Países Desarrollados
Proporción sobre EEUU
Alemania
28,3
69,36
Canadá
32,6
79,90
Suiza
33,7
82,60
Israel
39,2
96,08
Estados Unidos
40,8
100,00
China
42,5
101,72
Rusia
42,3
103,68
Argentina
52,1
127,70
Brasil
53,9
132,11
Chile
52,1
127,70
Colombia
58,5
143,38
México
51,7
126,72
Uruguay
42,4
103,92
Venezuela
43,5
106,62
América Latina
Cuadro 1 Fuente: Informe sobre el Índice de Desarrollo Humano correspondiente a 2011 cuadro 3. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Económico “Declining inequality in Latin America: Some Economics, Some Poltics, por Nancy Birdsall, Nora Lustig y Darryl McLeod, Working Paper 251, Mayo 2011, Center for Global Development. 5
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La pobreza en América Latina El informe de la CEPAL titulado Panorama Social de América Latina 2011, presenta un porcentaje de pobreza de la población de 30,4% (2011) y de indigencia para ese mismo año de 12,8%. Cabe destacar que Chile un país que aparece con un índice de Gini por encima de la media, redujo su pobreza de un 38,6% del total de la población en el año 1990 a 11,5 en el año 2009; y su indigencia (pobreza extrema) de un 4,4% a 1,5%., en el mismo lapso. Mientras que Venezuela con un índice de Gini inferior al de Chile tenía para el año 2010, tenía un porcentaje de pobreza en su población total de 27,8%, y un porcentaje de indigencia de 10,7%.
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Conclusiones Poco a poco América Latina, ha venido marchando hacia menores niveles de desigualdad Venezuela sin haber pasado por gobiernos que crearon hiperinflaciones y corralitos tiene uno de los índices de Gini más bajos de América Latina desde hace varias décadas. En un documento publicado en Internet6 se menciona que la desigualdad (refiriéndose al Brasil) trae como principal efecto el desprecio de los valores éticos. Ya que los pobres –según el documento en su ansia por librarse de la pobreza e ingresar al mundo del consumo sofisticado (que los anuncios de televisión publicitarios pregonan) enfatizan como único reducto de dignidad y felicidad, y por ende se amplían la evasión fiscal, la corrupción, el nepotismo y el corporativismo. Como se nota, el autor de estas líneas responsabiliza de todos los males sociales a la disparidad de ingresos, se le olvida a este cripto crítico de la sociedad capitalista que en Cuba donde se supone que todos son iguales, la prostitución y el hurto de bienes públicos han alcanzado niveles insoportables. También en Noruega una sociedad de alto nivel per capita de ingresos y de igualdad el flagelo del alcoholismo y las drogas está presente. También supone el crítico que los pobres son incapaces de apreciar lo que les conviene o no les conviene en una “sociedad de consumo”, bautizada erróneamente como sociedad hedonista, en donde los fines de los individuos consisten únicamente en lograr el placer máximo, y no la alimentación, la educación y la salud. El alivio de la desigualdad plantea un problema ético severo: ¿son los más ricos los culpables de la pobreza de los otros? Tal como dice Friedrich A. Hayek en una sociedad de hombres libres, la justicia social no tiene sentido7. Así manifiestamente nos explica Hayek: Una pequeña investigación demuestra que, a pesar que muchas personas no están satisfechas con los modelos de distribución existentes, ninguna de ellas tiene realmente una idea clara sobre cuál sería el patrón que consideraría justo. Todo lo que encontramos son evaluaciones intuitivas de casos particulares como injustos. Nadie ha encontrado ni siquiera una sola regla general; de la cual podamos deducir lo que es “socialmente justo”, en todos las circunstancias particulares que cabrían bajo ella, salvo la regla de “igual pago por igual trabajo”. La libre competencia, evitando todo aquello que considere mérito, necesidad y conceptos similares, sobre los cuales se basan las demandas de justicia social, tiende a reforzar la regla de igual pago.(Op.Cit, p.183, 1976)
Brasil: Desigualdad social, la prioridad: autores corporativos (empresariales) Agencia Latinoamericana de Información, autores: Betto, Frei y Burquet, J.L como traductor, fechado 19 de agosto de 2006. 7 Friedrich A. Hayek: “El atavismo de justicia social” ensayo originalmente expuesto en una Conferencia de The 9Th Mills Memorial Lecture dictada en la Universidad de Sydney el 6 de octubre de 1976. Una versión corregida del texto fue incluída en el libro de Hayek, New Studies in Philosophy , Politics, Economics and the History of Ideas (Chicago: University of Chicago Press, 1978). 6
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