Para poder vivir civilizadamente, toda sociedad necesita tener gobierno. Para poder financiarlo, necesitamos un sistema impositivo. Tal hecho no se puede perder de vista, pero tampoco el que, paradóji- camente, los impuestos tienden a reducir lo que tanto necesitamos, como puede ser la motivación a la inversión y al trabajo. Sin moderación impositiva, ni las empresas ni la economía del país pueden funcionar consistentemente.
Por Carmen Cancela Rey