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ÍNDICE
1º LA CASA ESPIRITA .......................................................................................... 4 2º LA MISIÓN DEL ESPIRITISMO EN EL MUNDO ..................................... 15 3º ANTE LA VIDA ............................................................................................... 24 4º SUBLIME EXPIACIÓN ................................................................................... 32 5º EN LOS DOMINIOS DE LA MEDIUMNIDAD (1º parte) ....................... 40 6 EN LOS DOMINIOS DE LA MEDIUMNIDAD (2º parte) ......................... 53
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LA CASA ESPIRITA Mercedes Cruz Reyes La doctrina Espirita figura en la Tierra como restauradora del Cristianismo primitivo. En la actualidad, hay muchos núcleos espiritas como verdaderos templos, donde Jesús debe estar representado no por imágenes de barro, altares ornamentados o estatuas de bronce, sino por las actitudes esencialmente cristiana de sus frecuentadores. Es la religión del Espíritu, y su símbolo es el estudio doctrinario, de la fe razonada. Las características de una Casa Espirita debe ser primero primar por la simplicidad, aplicando en sus construcciones e interiores lo básico para el estudio, divulgación y practica del Consolador. Si actúan con exagerada preocupación en ofrecer confort que lleva al ocio, estarán huyendo de los objetivos propuestos por Jesús, olvidándose de que la verdadera fortaleza de un centro o casa espirita, desde el punto de vista de su función en la Tierra, no está en los cimientos en concreto, y si en la vivencia del aspecto doctrinario, ese sí deberá ser colocado en evidencia, fortaleciendo moralmente a los adeptos de la tercera Revelación, contribuyendo para el esclarecimiento y entendimiento de lo que realmente es el Espiritismo, lo que es el Centro Espírita, cuales son sus responsabilidades y su sagrada importancia como representante del Cristo en el planeta. La responsabilidad de los que están al servicio del espiritismo, es muy grande, deben adoptar seriedad en ejecutar las tareas, para que así reconozcan, a las almas enfermas que atentan contra la obra del Señor, aprovechando las debilidades humanas, son observadas por benefactores espirituales, heraldos de los cielos, que apoyan, protegen, incentivan a todos los que cooperan de manera honesta y verdadera, mas sin quitarle, la oportunidad del aprendizaje y del testimonio. Los componentes de un Centro Espirita adoptaron responsabilidades ante Dios nuestro Padre y el movimiento espirita y los que ejecutan cualquier función, en las benditas casas consagradas al Espiritismo, han de encontrar en el trabajo, sencillo en cuanto a la forma, profundo e importante en cuanto 4
al fondo, esclarecimientos y estímulos para la vigencia, la oración, el estudio y el trabajo, guardando la certeza de que. Lo que quiera que ocurra en el Centro Espírita, es siempre fruto de la actuación buena o mala, y siempre responsabilidad de los que lo componen. Independientemente del servicio que se ejecuta, siempre serán convocados a comparecer al tribunal de la propia conciencia, bajo los ojos atentos y severos de las leyes divinas convertidas en gran Juez que darán cuenta de sus actos. Siempre que el orgullo, la vanidad, la lengua viperina y la intolerancia penetre en los templos espiritas, estarán abriendo sus componentes brechas a los adversarios del amor alborotando la obra de Cristo. En los verdaderos Centros Espiritas el amor debe representar de manera absoluta y fiel, el propio Cristianismo, para que las infiltraciones no tengan lugar. En lo referente a la asistencia a los desencarnados (reunión mediúmnica) los medianeros han de mantenerse respetuosos; laboriosos espíritus amigos organizan a los necesitados programados para el intercambio, con la mayor tranquilidad. La mayoría de las ideas parten de lo Alto. Los adversarios del bien procuran a los componentes de los centros y sobre todo a los de las reuniones mediúmnicas entorpecerles su primorosa labor de asistencia a los desencarnados, pero los instructores del bien suelen aconsejar a los Médiums inspirándoles firmeza en la vigilancia y en la oración. Los elogios de las personas a los Médiums se deberán evitar pues suelen ser uno de los obstáculos más graves en la mediumnidad, procurando evitarlos siempre, y si no se pudiera ofrecer los meritos al Creador, estimulando la continuidad de los trabajos. Los pedidos de pruebas sobre la inmortalidad del alma, con exigencias de amigos y parientes desencarnados, han de obtener la respuesta de parte de los Médiums con la simplicidad y en líneas generales, responder que el Señor no les autoriza ese mensaje. Frente a esta propuesta, se deberá actuar siempre con honestidad, alegando que estas cuestiones están en manos de los amigos espirituales. No faltaran acusadores, así como los que dudaran de las facultades, pero ello no nos debe preocupar, Cristo también pasó por eso y estamos a mucha distancia del Maestro.
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Para vencer la mediumnidad, es necesario que el médium se sienta como pequeño servidor, guardando su apasionado orgullo, venciendo la vanidad y manteniéndose en disciplinado estudio del espiritismo. El paso de los años proporcionará a los médiums valiosos y largos ejercicios, hasta que logren obtener las ideas de forma satisfactoria, pues muchos están muy lejos de obtener los frutos con la calidad que debieran. Muchos tienen grandes débitos ante las leyes divinas y precisarán trabajar mucho para agradecer al Creador la mediumnidad como conductora de su propio progreso. Los Médiums que tienen la producción mediúmnica reconocida, asumen un compromiso moral junto a las leyes Universales, y la falta de la vivencia de las enseñanzas superiores, le acarreara consecuencias dolorosas. Será experimentado, en sus tendencias y dificultades más íntimas, por los adversarios de la causa cristiana; más la providencia divina les concedió los libros de la codificación para esclarecerle y vencer. No han de esperar orientadores de gran nombre, figuras en el campo de la cultura y de la religión. Pues la mayoría no tienen méritos para compartir la presencia de estos; es preciso hacer para merecer. Muchos permanecen en el anonimato, para probar al médium observando si consigue cumplir en la tierra lo que se propuso en la vida Mayor, sin desviarse. Es probable que a veces se sienta solo en el ideal que abraza. Aun así, no se ha de detener en sentimientos de auto piedad, irguiendo la frente y continuando el camino. Valiéndose de la codificación para vencer sus dificultades. Mientras persevere en el Bien los Mensajeros Espirituales estarán sustentándole. Para que los médiums tengan éxito en la tarea de intercambio con los Espíritus, es esencial que jamás se envuelva con el comercio de las fuerzas psíquicas, esforzándose en la reforma intima. Ocupando siempre su mente con pensamientos productivos, afiliándose a las obras asistenciales, consolidando en la Tierra con el propio ejemplo, los mensajes de los “Cielos” sobre la caridad.
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A de evitarse hablar de las experiencias mediúmnicas, revelándolas solamente cuando sea necesario esclarecer a los compañeros de jornada. Incluso en ese caso, por encima de los ejemplos personales debe estar la Doctrina Espirita; ella es quien deberá ser exaltada; es necesario ser discreto, tanto como se pueda. Si la vida les lanza piedras, soportarlas pacientemente, recordando que los primeros mártires, del Cristianismo, de los cuales, estamos muy lejos, no rehusaron la oportunidad de testimoniar enfrentando, por el nombre de Cristo, humillaciones y dolores. Si se permanece con este ideal, caminando con humildad, no les faltaran protección y amparo. El mayor compromiso es con los necesitados, por eso se debe concentrar toda la energía y amor en el beneficio a los espíritus obsesores y desequilibrados. Hay que valorar y prestigiar la Casa Espírita que misericordiosamente concede un trabajo serio y disciplinado. Siendo aconsejable llevar, siempre, las producciones menos medianimicas al análisis doctrinario riguroso de los compañeros respetables, estudiosos y experimentados del movimiento Espírita, aceptando pacientemente, con humildad las orientaciones que objetiven la mejora del trabajo. Para la seguridad del médium es necesario se mantenga unido a la Institución Espírita. El médium debe concienciarse en que, si faltase a la sociedad, a la verdad, al deseo del bien, al estudio asiduo de la Doctrina, si buscase privilegios, haciendo un escándalo de la mediumnidad, será abandonado por los mentores. Sin olvidar que casi siempre la infiltración en las casa espiritas son programadas por los adversarios de la verdad y del bien. Los espíritus obsesores con perversas intenciones, trazan directrices de persecución y destrucción a las casa espiritas, ellos se quejan del alejamiento de espíritus que son arrancados de ellos, con el auxilio de la mediúmnidad parlante, del dialogo engañador y de la interferencia de los emisarios del Bien. De que encarnados bajo procesos obsesivos, readquieran equilibrio, gracias a la odiosa intervención de las entidades de Luz; pues muchos encuentran en las casa espiritas tranquilidad y confort espiritual, que para ellos es abominable. Odian los pases por transmitir efectos positivos sobre las personas. El centro es una dinamo de beneficencia y los espíritus perversos, multiplican sus esfuerzos para acabar con ellos. 7
Las leyes Universales regulan la influencia de las entidades perversas, y todo Centro serio cuenta con la poderosa protección espiritual, millares de espíritus superiores en incesante trabajo en el bien, además de entidades sublimes le garantizan extraordinarios auxilios. Los espíritus perversos, programan su actuación, procurando ser discretos. Trabajan silenciosamente, en el campo de los sentimientos, sugiriendo pensamientos, estimulando irritaciones, los celos, la crítica, la indignación, la susceptibilidad, la disputa, los cargos, funciones, tareas etc. Es en ese vasto campo de inferioridades humanas donde ellos trabajan, aprovechando las brechas dejadas por muchos trabajadores, sus deslices y descuidos son oportunidades para ellos infiltrarse entre los “ilustres seguidores de Jesús” es la única forma de penetrar en las instituciones, la única forma de no ser borrados por las corrientes protectoras, pues los mensajeros del Bien no pueden violar el libre albedrío de los adeptos del Cristo. Los espíritus elevados dicen que del mal se extrae el bien, que la entrada de las entidades perversas es permitida porque sirve de testimonio para muchos frecuentadores y trabajadores de la Casa. Perlas y entidades evolucionadas, aguardan la aprobación de sus pupilos, en el campo de las pruebas, ellos apuestan en la reprobación de los tutelados. Las entidades maléficas, valoran los momentos, y aprovechan las dificultades económicas, sociales y políticas del país que les suele favorecer, por estar muchas almas envueltas con los problemas materiales, olvidándose ellos de vigilarse, cultivando el pesimismo, la irritación, juramentos etc., entrando así en la faja vibratoria de las entidades inferiores, autorizándoles el proceso de influencia; olvidándose la mayoría de las veces de la oración, que podría alejarlos completamente, rompiendo así los propósitos de infiltración. La casa espirita es una oficina de trabajo de los espíritus benefactores junto a las criaturas humanas de los dos planos. Es necesario que en ellas se implante la alegría del estudio, del socorro y de la labor espirita, posibilitando oportunidades de servicio cristiano en compañía de los hermanos encarnados comprometidos con el mismo ideal. Los Mentores, que permanecen al otro lado tienen el deber de amparar y conducir a los encarnados por caminos rectos, respetando, obviamente, la facultad de libre elección.
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Su modesto trabajo, en la siembra de Jesús, llama la atención de los adversarios espirituales deseosos en aniquilar toda y cualquier disposición de ayuda cristiana. En el fondo, son almas enfermas, profundamente necesitadas de atención y cariño, que se esconden usando las mascara de la maldad que, antes o después, tendrán que dejar caer, pues la ley de progreso es para todos. Por ellos, las actividades de los mentores se ven muchas veces amenazadas en los centros. Algunos espíritus que aun están en el aprendizaje para el trabajo espiritual se espantan. Otros quedan atemorizados, creyendo que los superiores no tienen disposición y recursos para la defensa, y no es Así, todo está bajo control, para fortalecer a los hermanos en la jornada Terrena. Es una hermosa posibilidad de testimoniar, en la práctica, todo aquello que estudian acerca de las enseñanzas de Jesús ¿pues qué sería del alumno si la escuela periódicamente no le aplicase exámenes? La Sabiduría Divina; a través de sus leyes, controla todo, maniobra todo, y, en un mundo como el de la Tierra, de expiación y de pruebas, es natural que el mal predomine, probando, constantemente, a los que aspiran al título de seguidores de Jesús. Pero no hay que tener miedo ni flaqueza morillos mentores espirituales de los centros no están abandonados por Dios; disponen de muchos recursos espirituales de defensa; tienen a su lado a las entidades sublimes que los apoyan, inspiran y garantizan su protección. Ellos trabajan en nombre de Jesús; están cumpliendo, cuando es posible, los designios Divinos. Las batallas son a los encarnados a quienes compete vencer, ellos se limitan a protegerlos, vigilando y orando fervorosamente. Muchos hay que por los sentimientos que alimentan, no merecen el recurso de los Mentores, pero no obstante, las tareas que realizan promueven el bien común, por su trabajo bien hecho que ejecutan, aunque lo realicen como “ profesionales espiritas” y no como verdaderos idealistas, la protección se hará sentir del plano espiritual pensando en el estado de la casa. Pues estos “profesionales” nada reciben financieramente, están siempre en busca de los elogios, de la notoriedad y siempre se irritan cuando no son llamados. Estos son, los que infelizmente son alcanzados, pese al empeño de la Espiritualidad querer protegerlos, será prácticamente imposible salvarles. Pues cuando se trata de una actuación aislada, la espiritualidad Mayor tiene mecanismos para evitar el asedio del mal, pero cuando se trata de una falange bien preparada, con mentes inteligentes explorando todas las inferioridades humanas, y encarnados vibrando en el mismo padrón, es prácticamente imposible salvarles. 9
Es una pena que en el Templo de la fraternidad, entre los conocedores del evangelio, algunos insistan en ser el ejemplo de aquello que Jesús no enseño. Hay que comprenderles pues están en el aprendizaje, no se han despertado aun, y actúan así por cargar en el alma las informaciones espiritas y no la vivencia de ellas. Los mentores del centro, comprenden estas deficiencias, son tolerantes, y los inspiran para el camino del bien, porque es de Ley Divina hacer al otro lo que nos gustaría hiciesen con nosotros. Ellos no desean estar entre aquellos que apuntan las dificultades criticando maliciosamente, sin presentar propuestas de ayuda y renovación. Ellos desean cooperar en silencio, prefiriendo ver en su semejante las virtudes que ya conquistó animándole amorosamente para vencer las propias dificultades morales; agradeciendo, en lo posible, a los que trabajan en la Casa ESPIRITA. La mediumnidad posibilita a los mentores la sublime oportunidad de irradiar centenares de mensajes sencillos, que calan hondo en el corazón de los participantes de las reuniones de intercambio espiritual. Muchas veces, a través de mensajes simples es que los espíritus sublimes hablan, porque prefieren la simplicidad de corazón, los pobres de espíritu, los mansos y pacíficos para servirles de intérpretes. Pues si los espíritus, malhechores exploran las flaquezas humanas, los bienhechores estimulan virtudes del alma, apartando con la vivencia de las enseñanzas de Jesús, las tinieblas de la maldad. Es verdad que cuando existen impedimentos y contrariedades, muchos envuelven y desisten del camino, reencontrándolo, más tarde, cuando están más maduros por la vida. Aquellos que guardan las enseñanzas de Jesús solo en los labios, los que trabajan por pura vendad, los envidiosos, melindrosos, que no desean fortalecerse, caerán en las redes de los malvados invasores, porque vibran en la misma sintonía de los enemigos de la Verdad. Los trabajadores respetables, discretos deseosos del bien, idealistas podrán sentir cierto envolvimiento, en cambio, sabrán hacer brillar la propia luz, sintonizando con los planos superiores, protegiéndose naturalmente de la infiltración de las sombras, contribuyendo así para la sobre vivencia y continuidad del centro. Tal vez estos tengan el corazón herido, el alma triste, pero sabrán comprender a los compañeros desequilibrados, perdonándolos por no conseguir aún dar testimonio cristiano; y a medida que soportan los aguijonazos de las imperfecciones humanas, habrán de proseguir granjeando naturalmente la simpatía de espíritus superiores. 10
No pueden exigir a las criaturas aquello que no conquistaron. Muchos infelizmente no saben valorar la honra de los testimonios a favor del evangelio. Otros olvidan que la Casa ESPIRITA es un templo sagrado, donde se exaltan los valores de Cristo a través de la fraternidad. Dios que es Sabio, permite ciertas infiltraciones, que al principio parecen terribles, exactamente para hacer que la humanidad progrese más deprisa. Ellos permanecen confiados, animando y estimulando la fraternidad, cuando estamos en el capítulo de las pruebas. Evitan los comentarios innecesarios. Permanecen, en silencio, absoluto, ante estos acontecimientos, hablando sobre ello lo estrictamente necesario, a fin de poner en acción la caridad. El hecho de asumir la función de dirección en un Centro Espírita, no coloca al elegido por encima de los demás compañeros y no ha de esperar privilegios, todo lo contrario, se le exigirá más pues por estar al frente de una tarea importante, es natural que esté más empeñado que los otros en la búsqueda de la propia reforma intima. Está en este cargo para recomponer con el bien y la fraternidad los desvíos materiales y espirituales que proporcionó a los hermanos en humanidad, todos traen débitos para saldar junto a las leyes Divinas. El Director de la Casa ESPIRITA ha de cumplir las labores esenciales para el buen camino de la Institución. Eso no le librará de las envestidas de las tinieblas. Por eso debe evitar las irritaciones y los aborrecimientos cuanto sea posible, cultivando la tolerancia y vigilancia siempre, y cuando hubiera de orientar, procurará conciliar autoridad con fraternidad. Hay muchos casos, que requieren discusiones rápidas, reclamaciones pidiendo corrección, trabajadores rompiendo normas, celos, envidias etc., es natural en una Casa Espírita, pero hay que tener sobre todo paciencia. El ejemplo tiene que ser de arriba abajo. El dirigente ha de ser el espejo que refleje la comprensión tolerancia y fraternidad. El deberá vencer con el propio esfuerzo, conduciendo con el propio ejemplo a los trabajadores del bien, evitando siempre la proliferación de las intrigas, que son fatales en caso de ataques espirituales. Es de extrema importancia, continuar velando por la pureza doctrinaria, y permanecer con la divulgación del Espiritismo a través de los cursos sistematizados, preparando doctrinariamente a cuantos deseen servir en la siembra de Jesús. Con el estudio doctrinario constante los trabajadores del espiritismo tienen las actividades disciplinarias. Gracias a la posibilidad de trabajo es que 11
los centros espiritas ofrecen, muchas personas dejan de perderse en el mundo, muchos encarnados encuentran el sustento, para vencer la jornada terrestre. Fuente de actividades nobles y valiosas, es preciso estar atentos, pues los obsesores crueles tendrán en el ámbito doctrinario su mayor actuación. Pero hay que olvidarse de si mismo, dejando de lado las conversaciones improductivas, que naturalmente surgen, empeñándose exclusivamente en el trabajo. Una de las armas que utilizan los espíritus tenebrosos, son las formas de hablar. Otros intentaran fascinar, en las comunicaciones, utilizando mil sistemas vulgares, envolventes, intrigando con el ego de las personas. No faltaran los deseos de imprimir, cambios en la estructura de la doctrina, trayendo nuevos conceptos, nomenclaturas exageradas para definir lo definido. Los estudiantes del Espiritismo, han de tener firmeza en Kardec, buen sentido, y rigor, lógica y razón en analizar todo lo que viene de los espíritus. Muchos consideran absoluto los cursos sistematizados, voces eruditas gritan que la modernidad exige consideraciones científicas profundas, actualización del pensamiento Kardeciano, que las directrices, en el campo de las clases, no suplen las expectativas de los alumnos. Ante esto, la postura deberá ser la del compañero, que se presta a la revisión del trabajo, del método, de la técnica, sin, con todo, cambiar, los objetivos, aceptando solamente lo que sea razonable y lógico y lo que esté en condiciones de ser implantado y asimilado por la mayoría (en la administración de las Casas Espiritas es preciso pensar en todo). Deberán ser evitadas las vulgaridades, continuando el trabajo discreto, sin grandes pretensiones. Y si los “doctores” por ventura en Espiritismo te solicitan alteraciones drásticas, proponiendo implantaciones de nuevas ideas, se acogerán con simpatía, respetando el modo de pensar, esclareciéndoles cuanto sea posible, con todo, sin incorporar, en las actividades de la Casa Espirita, lo que no esté de acuerdo con las obras básicas. El estudio Doctrinario, en el Centro Espírita, debe alcanzar todos los niveles de comprensión humana, evitándose la exaltación de los que disponen de mayores recursos intelectuales. Estos deben utilizar su bagaje para ayudar a los menos favorecidos y sobre toda la enseñanza de Jesús ha de brillar en la casa Espírita. Sacrificándonos cuanto sea posible, por los que son atendidos de ambos planos, colocándonos a disposición del Bien, incesantemente, disciplinando los pensamientos para poder sintonizar con las esferas mayores. Evitar colocar la organización por encima de la bondad y de la fraternidad; 12
en la relación humana, disciplina y amor deben andar juntas. El resto hay que dejarlo en manos de Dios y continuar fieles nuestro camino. Aun cuando en el camino se presenten barreras de fuego, purificar el pensamiento es lo ideal para reflejar fielmente los mensajes celestes en el mundo. Todas las realizaciones respetables de la Tierra nacen en el trabajo de los que se humillan para servir. Si se piden maravillas deben ofrecer el prodigio de su corazón renovado y humilde, en el que se manifiesta el amparo de la Divinidad. Si los deberes están cumplidos en los centros Espiritas, la luz irradiara la lámpara que tiene por misión alejar las tinieblas. Pues puestos en el mundo, para sustentar las verdades de los Espíritus, tienen el hermoso y anónimo destino de los árboles, que producen bienes en abundancia y soportan los malos tratos de quien arrebatan sus frutos; Más los cuidadores espirituales de los centros no poseen campos en la tierra… Moran en las galaxias estrelladas del infinito, de donde regresan, abnegados a las Casas Espiritas, para poner los espíritus de los que trabajan en ella, en la posesión de la herencia inmarcesible de la inmortalidad, a la cual los destinó el Padre Supremo, otorgándoles el más grande tesoro del Universo… Los Mensajeros de la Eterna Alegría aceptan las migajas de sufrimientos por extender la luz en la construcción divina. Ellos estuvieron con todos los apóstoles del pasado, alimentan las energías para que los centros del futuro sean mejores. Inspiran la palabra para que los desalentados se reanimen y balsamizan las manos para sanar enfermos… son ellos la inspiración que quita un pesar, su oración tonifica… se debe curar, atribuyéndoles la virtud, extender el bien, reconociendo su poder, consolar, confiándoles el merito, esclarecer, aceptándoles la lección… Confiar y auxiliar, en las casas espiritas porque los Grandes Hermanos, están con los trabajadores del Bien y para estar unidos a ellos basta seguirlos en el servicio al prójimo olvidándonos de uno mismo, trabajando con la conciencia tranquila y la sinceridad en el corazón. Cuando el huracán de la adversidad estimule el desaliento y cuando las tinieblas de la prueba sumerjan en tristeza a los componentes de un Centro Espírita, se debe recurrir a los Embajadores Divinos del Amor Eterno y sentirán de inmediato el calor de la fe alimentando y fortaleciendo el recinto y sus componentes.
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Para ello basta que se recojan en la paz del silencio, encendiendo en su interior la llama viva y vigilante con el acto sublime de la Oración. El desánimo y la Tristeza tanto como la insatisfacción y la rebeldía son síndromes de enfermedad en el alma y ocasionan desequilibrios favoreciendo las molestias del cuerpo. El pase magnético en los centros es una transfusión de energías anímicas equilibran las mentes y apoyo eficaz para todos los tratamientos. El pase magnético es un agente eficaz para impedir las alucinaciones depresivas en el alma. Su aplicación proporciona fuerzas magnéticas curativas es una efluvio terapia, que unido al vehículo eficaz de la oración es un legítimo complemento terapéutico. El pase magnético, con la autoridad moral de la oración es un auxilio divino para las necesidades humanas. Basta recordar en los centros el Evangelio donde Jesús atendiendo a los enfermos extendiéndoles sus manos luminosas. En los centros debe existir la confianza en Dios y estar lo suficientemente esclarecidos para comprender los preparativos de la nueva vida que Jesús nos destina”.
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LA MISIÓN DEL ESPIRITISMO EN EL MUNDO Mercedes Cruz El Espiritismo es la Doctrina consoladora y gracias a ella el hombre cuenta con la oportunidad de conocer mejor a Dios y su obra además de saber de dónde viene a donde va le da la enseñanza para seguir la vida de una forma más llevadera ayudándolo a resignarse, a seguir firme y adelante los caminos que le son imposibles. Sólo ella con los protagonistas los Espíritus es la que descubre él más allá de una forma convencional y razonable. El Espiritismo con su bálsamo de amor ha animado a las almas afligidas descubriendo ante ellas que merecía la pena seguir viviendo y luchar hasta el fin en las causas perdidas. El Espiritismo con su enseñanza basada en las de Cristo a explicado las situaciones más embarazosas de la vida, a esclarecido al hombre de los mitos y milagros que aun hoy son imposibles a la lógica y la razón. Él con ayuda de los Espíritus a dado el sentido real y lógico a todos los enigmas del mundo, él le descubre al hombre sus verdaderos sentimientos por decirlo de alguna manera le desnuda ante sí mismo, dejando desde ese momento de engañarse y viendo su verdad con la opción de cambiar y mejorar o la de saber claramente que no está obrado como debe y que si se engaña o engaña él es el que sufrirá las consecuencias pues Dios registra sus verdaderas intenciones y un día a su vuelta las veras tal son, por ello es el mismo el que edifica o destruye en su mundo. Ella nos esclarece que es sólo el cuerpo material el que muere que nuestros seres queridos que han partido están a nuestro alrededor con un cuerpo etéreo imperceptible para nosotros y nos da la resignación para saber esperar a ese mañana en el que cuándo nosotros partamos nos encontraremos y veremos que todo esto es realidad. Atormentados muchas veces por el espectáculo del mundo y por la incertidumbre del porvenir muchos hemos levantado nuestros ojos al cielo pidiendo la verdad. Hemos pedido a la ciencia los secretos y a las religiones sus entusiasmos pues la naturaleza nos parece muda y las respuestas del sabio y del sacerdote no nos bastan para la razón y para el corazón. Es esta hermosa Doctrina la que trae solución, una solución más grande, racional, más consoladora que otras doctrinas y las filosofías del día, esta
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Doctrina reposa sobre las bases más sólidas que puedan concebirse; el testimonio de los sentidos y la experiencia de la razón. Esta Doctrina capacitada para transformar la faz de las sociedades es la que ofrecemos en estas conferencias a los investigadores de todos los órdenes y de todas las categorías, es para los que están hartos de vivir como ciegos, ignorándose a sí mismos, para aquellos que no se conforman con las ideas materialistas y superficiales, que aspiran a cosas de un orden más elevado. Muchos de los que la conocen tal vez la rechacen un día, quizás muy pocos la seguiremos hasta el fin pero en realidad el número importa poco, la inspiración de esta Doctrina es el respeto y amor a la verdad y la anima la sola ambición de que sus seguidores a su vuelta al espacio puedan decir en Espíritu: mi pasó por la tierra no ha sido estéril, he contribuido a apaciguar un dolor, a iluminar una inteligencia en demanda de la verdad, a reconfortar una sola alma vacilante y entristecida. La religión es necesaria e indestructible por qué tiene su razón de ser en la naturaleza misma del ser humano del cual, resume y expresa las aspiraciones elevadas, es también la expresión de las leyes eternas, para ser saludable la religión para convirtiese en un móvil de elevación y progreso esta debe despojarse de los disfraces con que se ha vestido a través de los siglos. Lo que debe desaparecer no es su principio si no los mitos oscuros, las formas exteriores y materiales. La verdadera religión no es una manifestación exterior; es un sentimiento, y es en el corazón humano donde está el verdadero templo de lo Eterno, la verdadera religión no puede ajustarse ni a reglas ni a ritos estrechos. No necesita formulas ni imágenes; se preocupa poco de los simulacros y de las formas de adoración y no juzga los dogmas sino por su influencia en el perfeccionamiento de las sociedades. La verdadera religión abarca a todos los cultos, todos los sacerdocios y se eleva por encima de ellos y les dice: ”La verdad está más alta”. Todos los hombres no alcanzan esas cimas intelectuales por eso la tolerancia y la benevolencia se imponen. Si el deber nos impulsa a separar a los buenos Espíritus de las manifestaciones vulgares de la religión es preciso abstenerse de arrojar piedras a las almas dolientes, desconsoladas, incapaces de asimilarse las nociones abstractas que encuentran en su fe ingenua un sostén y una confortación. El número de creyentes sinceros disminuye día a día.
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La idea de Dios en otro tiempo sencilla y grande en las almas, ha sido desnaturalizada por el temor al infierno perdiendo eficacia. La ficción y la fantasía han engendrado el error y este condensado en el dogma se ha erguido como un obstáculo en el camino de los pueblos. La luz a sido velada por aquellos que se consideraban los depositarios de ella, y las tinieblas en que querían envolver a los demás se ha producido en ellos y a su alrededor, los dogmas han pervertido el sentido religioso y el interés de catas a falseado el sentido moral, de aquí un cumulo de supersticiones de abusos de práctica idolatras cuyo espectáculo a lanzado a tantos hombres a la negación. Estamos en unos momentos en que estas religiones envejecidas se derrumban ante sus bases y una filosófica renovación social se prepara. El progreso material e intelectual llama al progreso moral, las almas inspiradas se agitan en sus profundidades esforzándose en adquirir formas y nacer a la vida. El sentimiento y la razón dos fuerzas grandes e imperecederas como el Espíritu fuerzas con actitudes hasta ahora hostiles y turbadoras para la sociedad por sus conflictos tienden en la actualidad por fin a aproximarse. La hora presente es una hora de crisis y de renovación. El mondo esta en fermentación, la corrupción aumenta, las sombras se extienden, y los peligros son grandes. Para elevar el nivel moral, para detener la superstición y el escepticismo que conducen a la esterilidad, lo que necesita el hombre es una concepción nueva del mundo y de la vida que apoyándose en el estudio de la Naturaleza a y de la conciencia, en la observación de los hechos, en los principios de la razón, fije la finalidad de la existencia y regularice la marcha hacia delante. Lo que necesita la Humanidad es una enseñanza de la que se deduzca un móvil de perfeccionamiento una sanción moral y una certidumbre para el porvenir. Ahora bien, esta concepción y esta enseñanza ya existen y se vulgariza todos los días en medio de las disputas y de las divagaciones de las escuelas una voz se ha dejado oír; “la de los muertos”. Desde el otro lado de la tumba se han revelado más vivos que nunca y lo que nos enseñan concilian todos los sistemas y de las cenizas del pasado llegan a hacer brotar una llama nueva. En la filosofía de los Espíritus encontramos la Doctrina oculta que abarca todas las edades. Esta Doctrina los hace revivir, reúne los restos esparcidos y los adosa uno a otros con un poderoso cemento para reconstruir un monumento capaz de amparar a todos los pueblos y a todas las civilizaciones. Para asegurar su duración, la asienta sobre la roca de la experiencia directa, del hecho renovado sin cesar. Gracias a
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ella se tiene la certeza de la vida inmortal, con las existencias innumerables y los incesantes progresos que nos reserva en la sucesión de las edades. Semejante Doctrina puede transformar a los pueblos y a las sociedades, llevando la claridad a todas partes donde exista la noche, haciendo desaparecer todo lo que hay de hielo y de egoísmo en las almas, revelando a todos los hombres las leyes que les une con los vínculos de una estrecha solidaridad. El objeto Supremo es la perfección, el camino que nos conduce a ella es el progreso y este es largo y se ha de recorre pasó a pasó, y finalizada cada etapa el ser recoge el fruto de su trabajo, enriquece su experiencia y desarrollan sus facultades, todos los destinos son iguales no hay privilegiados ni malditos, todos recorremos el mismo camino, y a través de mil obstáculos estamos llamados a realizar los mismos fines. Somos libres de acelerar o de aminorar nuestra marcha, de hacernos inferiores con los goces groseros y de retrasarnos con los vicios o mantenernos en la ociosidad. Pero no dudemos que tarde o temprano nuestro sentimiento del deber despertara, nuestro dolor sacudirá esa apatía, y forzosamente reanudaremos la carrera. La diferencia en las almas es su grado de adelanto y este está permitido superarlo en el porvenir, todos con nuestro libre albedrío caminamos con diferentes pasos que motivan esa diferencia hijos del mismo Padre deberemos aproximarnos a Él en la sucesión de nuestras existencias para llegar a formar todos una sola familia. La gran familia de los Espíritus que pueblan todo el Universo. Ya no tienen razón de ser las ideas en el mundo del paraíso o del infierno eterno, vemos seres que persiguen su propia educación y se elevan mediante su esfuerzo hasta lograr la armonía Universal. Todos creamos nuestra situación con nuestros actos y las consecuencias recaen sobre uno mismo cuándo hacemos mal, rebajamos nuestro nivel y empequeñecemos y para lavar nuestros errores deberemos reencarnar en mundos de dolor y purificarnos mediante el sufrimiento. Cumplida esta purificación la evolución vuelve a comenzar. Los castigos eternos no existen, pero se necesitan una reparación proporcionada a las faltas cometidas. Nuestro juez y verdugo es nuestra conciencia y está cuándo se separa de las sombras materiales, se torna imperiosa y obsesionante. En el orden moral y en el físico no hay más que causas y efecto, lo que para el hombre constituye una injusticia no es más que la reparación de su pa18
sado. El destino del hombre es el pago de la deuda contraída por el mismo con la ley. La vida actual es consecuencia directa e inevitable de nuestras vidas pasadas y nuestra vida futura será resultante de nuestros hechos presentes. Al animar un nuevo cuerpo, el alma lleva consigo en cada encarnación el acervo de sus cualidades y sus defectos, todos los bienes y los males acumulados por obras del pasado. El hombre construye con sus propias manos su ser moral, edifica su porvenir, prepara el mundo donde deberá renacer y el sitio que deberá ocupar. Con la ley de reencarnación la Soberana Justicia resplandece sobre los mundos. Las situaciones dolorosas que padecemos los hombres se explican por la acción de esta ley. El que hizo sufrir, sufrirá a su vez. Después de un número incalculable de muertes y renacimientos, de caídas y ascensiones, liberados de las reencarnaciones gozaremos de la vida celestial, en la cual participaremos del gobierno de los seres y de las cosas, construyendo con nuestras obras a la armonía Universal y a la ejecución del Plano Divino. Tal es el misterio de la psiquis, el alma humana. El alma lleva gravada en sí la ley de su destino. Aprendemos a deletrear los preceptos, a descifrar este enigma que constituye la verdadera esencia de la vida. Cada chispa arrancada del Foco Divino, cada conquista lograda sobre el alma misma, sobre sus pasiones, sobre sus instintos egoístas, le proporciona un goce intimo, más vivo a medida cuanto este esfuerzo es más costoso. Este cielo está en nosotros, la felicidad o el remordimiento, el hombre lleva en lo más profundo de su ser su grandeza o miseria, son consecuencia de sus actos. Las voces melodiosas o severas que se elevan en nosotros, son los fieles interpretes de la gran ley, tanto más poderosas a medida que sube más alto nuestro camino a la perfección. El alma es un mundo en él se mezclan aun las sombras y los rayos de la luz, cuyo estudio atento nos hace ir de sorpresa en sorpresa. A medida que nos purificamos aumenta nuestras percepciones. Todo lo que nos encanta en el presente, comparado con lo que el alma adquirirá un día, cuando lleguemos a las supremas alturas, será poco. Poseeremos inmensos recursos ocultos en los sentimientos íntimos, variados y sutiles, fuentes de vivas impresiones, que están entorpecidos en la mayoría por nuestra grosera envoltura.
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Sólo algunas almas elegidas, desligadas de las cosas terrestres y purificadas por el sacrificio han gustado las primicias de ese mundo. Pero no han tenido expresiones para describir las sensaciones que los habían embriagado. El hombre ignorante de la verdadera naturaleza del alma y de los tesoros que está posee, se ríen de lo que llaman ilusiones y quimeras. Como hemos apreciado, el Espiritismo es la fuente que calma la sed de los que realmente desean beber en la fuente de la sabiduría Divina. Dios atiende nuestra llamada con esta Doctrina, que nos esclarece y nos anima a seguir el camino de Cristo. Estamos por el progreso, pues construyámoslo dentro de nosotros, para ampliar el programa de los que construyen y edifican por insignificante que sea nuestro número. Ente Dios somos brazos trabajando para el bien común y los frutos un día se verán no muy lejano, empecemos, nunca es tarde para volver al Padre, es una iniciativa particular de uno mismo. Gracias al Espiritismo, se comienza a reconocer que el hombre, criatura compleja que es, formada de cuerpo y alma, no sufre sólo las influencias del medio físico en el que vive, como es el clima, la tierra, la alimentación, etc., sino tanto o más las influencias de la psicosfera terrena, es decir, de las entidades espirituales – buenas o malas – que cohabitan este planeta (los llamados ángeles o demonios), las cuales interfieren en su comportamiento en mayor escala de lo que él quiera admitir. De ahí la recomendación de Cristo: “orad y vigilad para no caer en tentación”. Gracias también al Espiritismo, hoy, se sabe, que el espíritu, o alma, no es mera “función” del sistema sensorio-nervioso-cerebral, como divulgaba la seudociencia materialista, ni tampoco una “centella” sin forma, incapaz de subsistir por sí misma, como lo imaginaban las religiones primeras o primarias, pero sin un ser individualizado, revestido de una sustancia quintaesenciada, que, a pesar de ser imperceptible a nuestros sentidos groseros, es pasible de, mientras está encarnado, ser afectado por las enfermedades o por los traumatismos orgánicos, pero que, por otro lado, también afecta a la indumentaria de la que se sirve durante la existencia humana, ocasionándole, con sus emociones, disturbios funcionales e incluso lesiones graves, como lo testifica la psiquiatría moderna al hacer medicina psicosomática. Edifiquemos los espiritas en la tierra la unión de los centros, abracémonos con amor y alegrémonos con los progresos de nuestros hermanos, sirviendo esto para incentivar en nosotros la sed de Dios y lograr el nuestro, la aflicción de la envidia y la intolerancia intercepta nuestro camino y nuestro 20
progreso enfermando nuestros sentidos, haciéndolos maleables para poder lograr esa redención y esa confraternización. Espiritas amémonos, tolerémonos y bebamos en la fuente Kardeciana, Doctrina esclarecedora y pacificadora de los perdidos y los rebeldes, de los incrédulos y los ineptos, ella les da que pensar avivando su fé y les empuja al trabajo para procurarse algo mejor. Es autora de la vida, puesto que ilumina el Espíritu, ser ignorado por sí mismo, y desmerece la envoltura carnal y sus accesorios, tornándolos necesarios para el desarrollo del Espíritu, pero una vez cumplida la labor estos desaparecen sin ningún valor para el Espíritu, lejos de vivir por la envoltura material ella enseña a vivir por el progreso del Espíritu y edifica para él ideas y actos que le sirven en el más allá. No olvidemos que los mundos que brillan en la superficie de los Cielos, son las moradas del porvenir, la herencia que Dios nos reserva, somos ciudadanos del Universo, pertenecemos a los siglos futuros como a los siglos pasados, en la hora presente debemos preparar nuestra elevación, soportemos con calma los males elegidos por nosotros mismos. Sembremos en nuestro dolor la semilla que brotara en nuestras próximas vidas y sembremos también por los demás, como otros han sembrado para nosotros. La accesión es difícil y el sudor inundara nuestros rostros con frecuencia, pero en la cima veremos asomarse la luz y veremos brillar en el horizonte el sol de la verdad y de la justicia. La voz que nos habla así es la de los muertos. La de las almas amadas que nos han precedido en la religión de la verdadera vida. Muy lejos de dormir bajo las losas, velan por nosotros, desde el fondo de lo invisible nos contemplan y nos sonríen. ¡Adorable y Divino misterio! ¡Se comunican con nosotros!. Nos dicen: ¡Basta de dudas estériles, trabajar y amar! ¡Un día cumplida nuestra tarea la muerte nos reunirá!. Al final de cada existencia, los recuerdos lejanos renacen poco a poco y salen de las sombras. Avanzamos pasó a pasó tanteando por la vida, acaecida la muerte todo se ilumina, el pasado explica el presente y el porvenir se esclarece con nuevos rayos de luz. En Espíritu recobramos la plenitud de nuestras facultades y comienza para nosotros un periodo de examen, de reposo y recogimiento, durante el cual se juzga y mide el camino recorrido. Recibimos los consejos de los Espíritus más avanzados, y guiados por ellos adoptamos resoluciones viriles, y cuándo llega el caso, escogemos un ambiente favorable, volveremos a des21
cender a un nuevo cuerpo. Vuelto a la carne el alma perderá también la memoria de las vidas pasadas y al mismo tiempo el recuerdo de la vida espiritual, la única y completa comparada con la cual la estancia terrenal nos parecerá espantosa. Larga será nuestra lucha, penosos los esfuerzos necesarios para recobrar nuestra alma la conciencia y sus potencias ocultas, pero siempre conservaremos la intuición y el vago sentimiento de las resoluciones adoptadas antes de renacer y prosiguiendo el transcurso de nuestras existencias mejoraremos con nuestro trabajo y sufrimiento. El Espiritismo nos revela la ley moral, traza nuestra línea de conducta y tiende a aproximar a los hombres por medio de la fraternidad, de la solidaridad y de la comunidad de opiniones. Trae consigo un sentimiento nuevo de la oración y una necesidad de amar, de trabajar para los demás y de enriquecer nuestra inteligencia y nuestro corazón. Esta extendido el Espiritismo por toda la superficie del planeta, muchos errores y perjuicios retrasan aun su marcha, pero puede esperar, el porvenir esta en ella. Es fuerte, paciente, tolerante y respeta la voluntad del hombre. Es progresivo y vive de la ciencia y de la libertad. Es una Doctrina desinteresada y no tiene otra ambición que la de hacer más felices a los hombres, haciéndolos mejores. A todos proporciona la calma, la confianza y la firmeza en el sufrimiento. Acordémonos que todo lo material es efímero. Las generaciones pasan como las olas del mar, los imperios se derrumban, los mundos mismos perecen y los soles se apagan, todo pasa y se desvanece. Pero hay tres cosas que proceden de Dios y son inmutables como Él, tres cosas que resplandecen por encima del espejismo de las glorias humanas, La Sabiduría, La Virtud y El Amor, conquistémoslas con nuestros esfuerzos y cuándo las hayamos conseguido, nos elevaremos por encima de lo que es pasajero y transitorio para gozar de lo que es Eterno. Recordando al Codificador de la Doctrina Espírita, es importante que estemos alertas en nuestros deberes fundamentales. Convenzámonos de que es necesario: Sentir a Kardec; Estudiar a Kardec; Anotar a Kardec; Meditar a Kardec; Analizar a Kardec; Comentar a Kardec; Interpretar a Kardec; Cultivar a Kardec; Enseñar Kardec y Divulgar a Kardec… Que es necesario cristianizar a la Humanidad es una afirmación de la que no hay duda; entretanto, cristianizar, en la Doctrina Espírita, es razonar con la verdad y construir con
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el bien de todos, para que, en nombre de Jesús, no hagamos sobre la Tierra un sistema más de fanatismo y de negación. ¡Bendito sea, pues, el Espiritismo, por la revelación de esa verdad, a la luz de la cual se nos hace patente, esplendorosamente, la Bondad infinita de Dios!
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ANTE LA VIDA El hombre cuando desea cambiar y se acuerda de Dios, aspira unirse a Jesús, y consecuentemente, ansia la paz en sí mismo. Para conseguir semejante realización, es preciso penetrar más profundamente en el significado de las palabras de Cristo “Y aquel que quisiera venir en pos de mi, renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.” En la vida hay afectos que la unión a ellos durante milenios ha tornado inolvidables, pero igualmente convivirán viejos adversarios, armados con los instrumentos de odio abierto, y trajeados en otro ropaje físico, debidamente acogidos a la convivencia dificultando los pasos, a través de la aversión oculta. Sintiendo lo que es la tranquilidad por fuera y angustia por dentro. Entendiendo que somos traídos a vivir, unos al frente de los otros, para aprender a amarnos recíprocamente como hijos de Dios. Poco a poco se percibe, según los principios de causa y efecto, que las manos que apedrean son aquellas mismas que ensañaste hiriendo al prójimo, en otras eras cuando la claridad de la verdad no te había iluminado el discernimiento reconociendo en los labios que te envenenan con apuntes calumniosos aquellos mismos que adiestraste en la injusticia, entre las sendas del pasado, a fin de auxiliarte en la alabanza a la condenación. Los impulsos inferiores constantemente estimulados se convierten en verdugos de la paz y en señores del hombre, que solamente con penosos esfuerzos consigue liberarse de los mismos, cuando definitivamente se propone a la elevación, a través de la senda del sacrificio y de la renuncia. En todos los círculos de la vida humana y en cualquier tiempo han florecido los elevados ideales del amor, y las virtudes jamás han dejado de exhalar los sutiles aromas de la honradez y de la nobleza. Como una preciosa conquista, la amistad es el polen del amor, que crece donde se abran las flores del sentimiento en el árbol generoso de la dignidad
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humana. No obstante, cuando se aflojan los lazos de la fraternidad, los valores espirituales del ser corren riesgo. Las ambiciones descomedidas, los desequilibrios de la emoción atormentada y los desordenes morales constituyen un campo fértil, donde crecen los desvirtuados recursos de la criminalidad y las nefastas negociaciones. El odio es un toxico que corroe el recipiente que lo contiene. Al ser retenido, destruye; al ser derramado, envenena. Las mallas de la intriga bien urdida aprietan nudos constrictores y se ve la sospecha, con una creciente expresión de horror, y el paso de las horas se llena de inquietud. En todas las circunstancias de la vida en que las expresiones antagónicas del desorden íntimo provocan tormentos, vínculos psíquicos con los desencarnados, conscientes o turbados por el trance de la muerte, generalmente promueven largos procesos obsesivos y causan infelices estados de perturbación que son capaces de llevar a la delincuencia o a la locura. La esfera de los llamados muertos siempre ha influido poderosamente en la actividad mental de los llamados vivos. Al penetrarse recíprocamente los dos continentes de la vida: el físico y el espiritual, es muy difícil establecer el marco divisorio. Capaz de definir con precisión donde uno empieza y otro termina. Por eso, muerte es vida y vida en el cuerpo no deja de ser muerte… El hombre debe ser libre para que pueda ejercer, a través de lo que el mismo elija, la regencia de sus actos, y responder por sus consecuencias. Mientras que los derechos humanos no sean respetados – y hay mil formas de deshonrarlos -, los espectros de la desgracia rondaran, en marchas siniestras, sobre los escombros de la desidia de los expoliadores de los derechos ajenos. Contemplaran su propia caída y el erguimiento de los que han denegrido y degradado, así como de los que creían haber aplastado. Y la Historia ara justicia a sus víctimas, prescribiendo sus hechos ignominiosos. La meditación ofrece la oportunidad superior para el descubrimiento íntimo, de donde resulta la comprensión de los acontecimientos que muchas veces pasan en una agitación vertiginosa e infeliz. Invita al examen de acti25
tudes y eleva el espíritu a las afables regiones de la Espiritualidad, donde el ser se sacia, se tranquiliza, abre las puertas a la percepción y se emociona al identificar sus propias debilidades y al descubrir las divinas potencialidades que viene despreciando. Es una invitación de Dios a través de la inspiración angélica, un intercomunicador para conversaciones sin palabras… en dichos momentos, esos felices mensajeros se acerca, invitados por la sintonía automática y espontanea del solicitante mudo, y con sus poderosas energías libertan al sufriente de las cadenas que esclavizan, permitiéndole aspirar una saludable psicosfera en la que se desintoxica, para que a partir de ahí pueda discernir mejor y actuar correctamente con más seguridad. Hasta el rebelde contumaz es acreedor de las oportunidades concedidas por la Misericordia Divina, que a todos alcanza en forma de socorros fomentadores de los medios que conducen a la rehabilitación tras la caída, o al progreso, cuando se conjuga el esfuerzo con el deber. Cuando el fragor de las inquietudes esté a punto de despedazar el corazón; cuando en las encrucijadas no se sepa el camino a seguir y todas las rutas parezcan dar acceso a abismos; cuando una insoportable desesperación os haya arrastrado a infelices conclusiones que aparenten ser la única solución; cuando los infortunios atormenten y tiendan a volver loco indiferente ante el propio sufrimiento – disponer del vehículo de la oración y acceder a la meditación que ampara – es la mejor solución. Tal vez los problemas no sean suprimidos, ni sean evitadas las dificultades. Mientras tanto, se ampliara la visión hacia un mejor y más profundo discernimiento; consiguiendo vislumbrar una mayor comprensión de la vida y de sus legitimas realidades; sintiendo la presencia de fuerzas ignitas que penetraran, dando fortaleza; os elevareis a zonas psíquicas relevantes, de donde regresareis saturados de paz, con posibilidades de proseguir, a pesar de cualquier coyuntura difícil existente o que pueda surgir. Ya que la plegaria aplaca y la meditación renueva; la oración eleva, mientras que la reflexión sostiene; en comunión con Dios, el pensamiento noble en Él sorbe la vida, y al dialogar en vinculo de amor deja traslucir las impurezas y se impregna con las sublimes vibraciones de la afectividad, que se convierte en una fuerza dinámica para sostener a las debilitadas potencialidades que entonces se yerguen y no desfallecen más.
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No os arrojéis funestamente en las fosas de la desenfrenada ira o entre el oleaje de la insensatez. Antes de que asalten los demonios del crimen, levantarse del caos, pensando y orando es la mejor opción. Existen oídos atentos que captan los ruegos y cerebros poderosos que emitirán mensajes-respuesta que no se debe dejar de considerar. Amores que han precedido en el más allá de la tumba vigilan y esperan por los que quedaron, amando aguardando receptividad. No equivocarse y no desesperarse en vano. Hay que prestar atención. Hablando con el Padre en una oración tranquila haciendo silencio para poder escucharlo a través de la inspiración clarificadora. Sin exigir, ya que quien ora, no impone. Orar es abrir el alma, exteriorizar los estados íntimos y refugiarse en la sabiduría divina para aprovisionarse de entendimiento, penetrándose de salud interior… Al orar en la aflicción o en la alegría, el hombre trabaja. Y orando conseguirá vencer todas las tentaciones y logrará integrarse con plenitud en el espíritu de la vida que fluye de la Vida Abundante, con fuerzas superiores para trabajar y vencer. Cuando ignoramos las sutiles facultades de la intuición, de la premonición y las leyes de la reencarnación en que están basados los acontecimientos de la vida física, y manteniendo tan solo como recurso pura y simplemente el argumento de la fe, sin los recursos más amplios para estructurar el consuelo se nos hace imposible sostener a la oveja aturdida. Los sufrimientos del pasado seguramente afligen de tal manera, que el bálsamo de las incontables alegrías no consigue cicatrizar definitivamente las innumerables heridas, que todavía supuran… Es necesario olvidar para perdonar mejor, arrojando en el olvido el yugo del resentimiento y de las reminiscencias amargas, el mal que nos pretenden hacer resulta un bien inestimable, a pesar de los incalculables sufrimientos… No hay que permitir que antiguos infortunios tiznen las actuales alegrías ni oscurezcan las futuras esperanzas. 27
Los que menosprecian los valores éticos, en su insania, son incapaces de medir sentimientos y de caracterizar actitudes en toda su magnitud. Disculparse significa para ellos una humillación, como una credencial para acceder a nuevos desatinos, a los que se vinculan persistentemente. La distancia que existe entre una agresión y una explosión de generosidad es apenas una circunstancia de su emotividad. Sin la sensatez necesaria, dan a los hechos la interpretación que les conviene. Antes de cometer desatinos y hacerse cómplice de la criminalidad, acelerar el paso y meditar, es la mejor opción ya que unas horas de locura y de venganza vana, se transforman en siglos de dolor. El error mancha a los que se esclavizan en el. Las falsas victorias derivadas de la infamia, de la traición y de las indebidas conquistas, se convierten en laberintos de sombra y de dolor que se han de recorrer ineludiblemente. La felicidad no reluce en los dédalos de la conciencia ultrajada por el crimen, y ni siquiera aparece algún salvador que no sea el de la justa reparación del mal perpetrado. Al practicarse el error, se consuma la auto sentencia, mediante la cual la paz se ve desterrada del espíritu culpado y la armonía del amor cede lugar a las tormenta. Hay que Bendecir la cruz, los que caminan fustigados por el desaliento, por la soledad o bajo los vendavales de la aflicción. Y agradecer el dolor rectificador y poner el aceite de la esperanza en la lámpara de la resignación, en la prolongada vigilia reparadora. Recordando, que al sufrir, se rescata acciones torpes que están olvidadas, pero que no están muertas en la conciencia espiritual ni ignoradas por el Estatuto Divino. Sin envidiar la dicha ajena a socapa, ni desear cambiar milagrosamente, o gracias a métodos condenables, la posición que se disfruta. Secando las lágrimas y velando en el altar de la rehabilitación. El llanto actual tiene origen en las lágrimas que se han hecho derramar a los otros y que ahora llegan de retorno. 28
… Simultáneamente, existen los que sonríen y que son apenas espectros disfrazados en el palco de las diversiones alucinadas. Al huir de la responsabilidad, avanzan a través de sitios en los que se ha deambulado y de cuyos desdichados recuerdos les gustaría libertar… Sin embargo, si se les habla de las sombrías herencias que de allá traen, se burlarían y tildaran de religiosos atontados e incluso esquizoides a los que intentan esclarecerles. La oración por ellos, como por uno mismo, provocadores de la deshonra, capitanes de la iniquidad, y aprendiendo con mansedumbre del Hijo de Dios las maravillosa lección de la felicidad sin macula, de la alegría sin mezcla y de la paz sin recelo… Del tumulto que desgobierna el mundo, cultívese la ponderación y reflexiónese antes de arrojarles al foso de la perversión o de los agravios de penosa reparación. Las risas de un minuto no valen lágrimas de las horas incontables que afligen el despertar de la conciencia. Los que han transpuesto la puerta de la tumba, al aseverar estos conceptos, son los personajes vivos de los dramas que la sepultura no apagó. Si nos hablan, es porque desean nuestra felicidad. Hay que creer y esperar, teniendo confianza en el amor de Nuestro Padre. El señor nunca abandona a los que confían en El y a los que se Le entregan con devoción. El orar nos eleva a la paz, estando por encima de las torpezas humanas y gozando anticipadamente de las delicias del porvenir, a pesar de las asperezas y trastornos del presente. La vida se desdobla en sucesivos eslabones en la cadena de la evolución. Una etapa se interrumpe para iniciarse otra. A semejanza de la semilla que se despedaza para germinar, la muerte, en compensación, es vida que se desenlaza. Más allá de la sepultura los dolores de los que sufren desaparecen y las incertidumbres se convierten en seguridad. Se hace indispensable saber 29
enfrentar las rudas pruebas, a fin de saldar los pesados tributos de sombra y de falta de armonía que uno ha causado. Es imperioso que la gema preciosa sufra la acción del cincel que ha de labrarla para poder reflejar la pujanza de la luz e irisarse. Lo mismo sucede con el espíritu; necesita sufrir la lapidación moral para limpiarse de cualquier impureza, haciéndose sublime a través de la renuncia y del amor, a fin de ascender en dirección a la bienaventuranza. No afligirse con el actual agresor de la paz, que resurge de la noche de los tiempos, transformado en un arbitrario comensal de la locura, para hacerlas expiar por el mal de antaño… Mientras nos emergemos en dirección de la libertad, el se sumerge en los sórdidos fosos de las sombras y de la agonía de largo curso… Es necesario expulsar la ira del corazón y colmarlo de armonía, y en ese sentido, la plegaria es el sublime filtro para operaciones de este género. No hay que tener miedo, ya que no se paga una deuda más allá de los límites del debito contraído. Nadie es obligado a cargar un fardo superior al de sus propias fuerzas y solo somos constreñidos a sufrir el dolor que corrige, disciplina y nos liberta. Jesús Crucificado es el mismo Amigo de los sufridos pescadores de Genesaret y de las mujeres desoladas de la Galilea… Ninguna queja o rebeldía hemos escuchado de Él, pese a las circunstancias dolorosas de su martirio… Pensemos en Él y yérguete a Él, entregándote con mansa sumisión… La felicidad no consiste apenas en las risas, en la salud y en las concesiones de la fortuna; sino también en la forma de cómo encarar los infortunios, los desengaños las aflicciones. No debiendo dar demasiada importancia a las cosas desdichadas que nos sucedan. La ventura, como la desgracia tiene el valor que le damos. Cuando sabemos valorar las rosas, respetamos sus espinas que las preservan de las agresiones. Por eso es conveniente que nos preparemos para todas las circunstancias de la vida. 30
En la trama de la desesperación, los malos espíritus instigan a sus víctimas y las dejan exhaustas a golpes de continua alucinación, sin darles tregua para facilitar su discernimiento. Al ser abierto el camino de la deshonra y al estar iniciado el descenso en los abismos del odio, todo impulso que se realiza en ese sentido es para comprometerse cada vez más en un desequilibrio casi irreversible. En toda colusión criminal se enredan, en una compleja urdimbre, las mentes de los hombres con los de los desdichados espíritus desencarnados que les ejercen influencia, a veces de una manera tal que uno puede decir que son estos los que comandan a aquellos, y al ser verdugos son también victimas de otras manos miserables. En la estela de las vidas sucesivas continúan las tramas de la evolución con sus enérgicas advertencias. En cada primavera de bendiciones vuelven a florecer, sobre los charcos de las pasiones, los lirios de la paz, cuyas verdes ramas simbolizan la esperanza que nunca nos debe faltar, aun cuando todo parezca abismo y lodo bajo nuestros pies. En esas primaveras de misericordia, también vuelven a florecer los corazones. Cuando estés al borde del desespero o del desánimo, yérguete sobre los motivos de tristeza o desaliento y contempla los cuadros de la naturaleza a tu alrededor. Nuevos minutos se despeñan del corazón de las horas en tu beneficio, decenas y centenas de criaturas aparecen por todos los flancos dirigiéndote sonrisa de esperanza, múltiples tareas te piden concurso y devoción y los días siempre renovados te señalan el Cielo, de horizonte a horizonte, siendo como inmensa puerta libertadora, a través de la cual, en cada mañana, la Sabiduría del Señor te invita sin palabras a recomenzar y progresar, a trabajar y vivir. TRABAJO REALIZADO POR MERCHITA Extraído del libro “Sublime Expiación” de Divaldo Pereira Franco
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SUBLIME EXPIACIÓN (10/2/2009) La vida son experiencias que se aglutinan y que forman las páginas de la realidad. Son lecciones compuestas por romances, novelas, tragedias, y que merecen ser recordadas cual manantial de simple adquisición para edificar a otras existencias en la peregrinación terrena, que representa una elevada concesión divina para el milagro transcendente de la evolución. Su sufrimiento no es una punición, por el contrario, es un cincel purificador, a través del cual eleva su peso especifico por el proceso de desgaste y sublimación, por estar por encima de las máculas e imperfecciones que lo tiznan. Destinado a la felicidad, el espíritu pasa de una experiencia a otra, mientras logra conquistas y adquiere la sabiduría del amor que lo libera de todas las limitaciones y desgracias. Nadie es siempre el mismo, cambia el cuerpo, cambian los conceptos y cambian las aspiraciones. En ocasiones, por el paso de los años la risa franca y jovial del ayer se marchita y el rostro se contrae, y la luz de la mirada se vuelve trémula, casi sin ninguna claridad. La agilidad del cuerpo se entorpece y las avilés manos que ejercían un trabajo, se vuelven retorcidas y temblorosas, pareciendo ramas retorcidas, atormentadas y crispadas por prolongadas enfermedades… Los años, tentáculos del tiempo, mortifican a cada instante, y meditando se observa las cosas y las lecciones de sabiduría que solamente el libro de la vida consigue proporcionar. Jesús es el Medico Divino de todos nosotros, y solamente nos sucede aquello que tenemos necesidad: lo que nos lleva a pagar lo que debemos y lo que se hace imprescindible rescatar… Las noches sombrías lo son solo en apariencia; más allá de las pesadas nubes refulgen las estrellas. Así también es el dolor en nuestra vida. Más allá del brillan los soles de la ventura, de la paz y de lo infinito de la vida. Este es un planeta de Expiaciones y pruebas, las criaturas que se encuentran en la carne casi siempre están en proceso de reparación, corrigiendo graves errores y preparándose para la inevitable ascensión al Reino de la Luz. 32
La vida física es una oportunidad purificadora de la que, generalmente, nadie consigue eximirse. Es una bendición divina que fluye y que vuelve a fluir, permitiendo nuestro perfeccionamiento y nuestra liberación. Todo es transitorio mientras estamos en el sombrío vehículo de la carne humana. Solo el amor posee el lenguaje definitivo y ennoblecido de la vida, que es capaz de vencer la tumba de cenizas y de alcanzar la madrugada espiritual. Lo único que perdura son las construcciones del bien y la luz de la fraternidad, esparcidas por donde se yerguen los cimientos de la esperanza. Hemos renacido para volver a comenzar la experiencia evolutiva. Traemos en el espíritu, donde tienen sede las necesidades que nos imponemos después de los gravámenes de nuestras malogradas experiencias, los gérmenes de nuestras malogradas experiencias. No es solamente a través del impositivo expiatorio que recuperamos el patrimonio dilapidado de nuestro espíritu… todas las Leyes Soberanas son Leyes de amor, y a través del amor toda la “multitud de pecados es perdonado”, tal como aseveró Pedro, recordando en la Tierra al Señor de la Vida. “El caudal de energías que utilizamos en el cumplimiento del deber y en la preservación de la virtud se multiplica al ampliar la potencialidad que le es propia, a beneficio de la usina de donde emana, en los tejidos muy sutiles del espíritu. De esta manera, trabaja, sirve, ama y ayuda. A través del amor repararemos los desastres de la ignorancia, de la ira y de la maldad.” “Todas las fibras físicas diluidas por la enfermedad, bajo el manto de la resignación, resurgen en una diáfana constitución, imposible de ser descrita para el entendimiento humano. Si todo “miembro escandaloso de ser amputado”, tal como expresa la concepción evangélica, todo instrumento de amor y de redención se convierte en un manantial de belleza y de felicidad, pues la reciproca de la enseñanza es verdadera. Por eso no de vemos olvidarnos del propio trabajo renovador. “Suceda lo que suceda, perseveremos en el bien e insistamos en la invariable Misericordia de Dios, que todo prevé y provee. Procuremos no desanimarnos en la lucha y la sombra del mal no nos de recelos. Que nuestras manos sean las de la caridad y que el verbo sea el de la esperanza, en la conjugación del servicio eficiente, para fortalecer nuestro destino. El miedo produce una sintonía con aquello que se teme, por la propia vibración que emite. Así también la esperanza del bien eleva el espíritu, gracias 33
a las energías que elabora al proporcionar un intercambio superior con la Verdad. “Los que caminan a solas esperan por nosotros, los que ya sabemos marchar, como aquellos que están aprendiendo a seguir la dirección de la Luz de Cristo… Son muy infelices aquellos que se ven obligados a marchar en la noche del descreimiento, después de haber apagado la claridad de la fe, en la mente, y la de la esperanza, en el corazón. Es la más áspera de las desgracias que le puede suceder a alguien. Por el contrario cuando tenemos fe ella ameniza los terribles paisajes del sufrimiento. El más duro padecimiento se diluye ante las perspectivas que se presentan en los paneles del espíritu. En el Evangelio Según el Espiritismo hay un mensaje muy reconfortante en el capítulo VI, párrafo Nº 6: “Vengo a instruir y a consolar a los pobres desheredados. Vengo a decirles que eleven su resignación al nivel de sus pruebas; que lloren, porque el dolor ha sido consagrado en el Huerto de los Olivos; pero que esperen, pues los ángeles consoladores vendrán también a enjugar sus lágrimas. “Obreros trazad vuestro surco; recomenzad al día siguiente la afanosa labor de la víspera; el trabajo de vuestras manos proporciona el pan terrestre a vuestros cuerpos, pero vuestras almas no están olvidadas; y yo, el divino jardinero, las cultivo en el silencio de vuestros pensamientos. Cuando haya sonado la hora del reposo, cuando el hilo de la vida se os escape de entre las manos y vuestros ojos se cierren a la luz, sentiréis surgir y germinar en vosotros mi preciosa semilla. Nada se pierde en el reino de nuestro Padre, y vuestros sudores y miserias forman el tesoro que os hará ricos en las esferas superiores, donde la luz reemplaza a las tinieblas y donde el más desnudo de entre vosotros será quizás el más resplandeciente. – EL ESPÍRITU DE VERDAD (París, 1861) La lectura de las paginas espiritas produce el efecto de ser más provechosas, a medida que el espíritu está más maduro y más experimentados en la lucha. Cada vez se hacen resplandecen mejor sus conceptos y se hacen más profundos, más nobles y significativos, ofreciéndonos paisajes anteriormente no revelados, que penetran muy hondamente en el espíritu con la más expresiva significación. Por eso mismo, el Espiritismo es el “Consolador” prometido por Jesús. Su lenguaje es siempre nuevo bello, impregnado con la actualidad y con benéficas sutilezas. 34
Aquellos que se han decidido a estudiarlo en profundidad les han arrancado de las amarras obsesivas e impedido muchas veces que se despeñen en la locura, a la cárcel, o tal vez, al hondo foso del suicidio. Sus lucidas lecciones espiritistas ayudan a caminar sin mayores tropiezos, avanzando con la mínima contribución de la desesperación. En este mundo turbulento con tantas almas inquietas, atormentadas y que andan sin rumbo, el Mensaje de Cristo Redivivo, es el consuelo ya que las ayudaría a sumergirse en el mar de la meditación saludable y salir de donde estén con nuevas disposiciones y con mejores posibilidades de triunfo en la coyuntura física actual. La ley propone que el endeudado cargue la deuda en la conciencia, hasta el momento de la liberación, de esta manera, la momentánea tristeza que se apodera del alma, se va transformando en un sol de amanecer espiritual en el horizonte del pensamiento, porque son felices aquellos que disponen del tesoro con que pagan sus deudas, y desdichados los que prosiguen engañados, porque adquieren pesados débitos para un mañana difícil. Los jóvenes en la actualidad tienen todas las oportunidades a su disposición. Técnicas perfeccionadas de comunicación, abundantes conocimientos, comodidades que se multiplican y, sin embargo, entre ellos no faltan quienes marchen por los terrenos de la anticultura, mientras se hunden en los sueños de toxica alucinación t en que se entorpecen sentimientos e ideales, en la dolorosa imprevisión. De apariencia bella, son frecuentemente estéticos en la forma y primarios en el sentimiento. Algunos el prototipo de la belleza física, que darían envidia a la estatuaria de Fidias y de Praxiteles… Entretanto, a veces no son sino espíritus primitivos que vuelven a comenzar la jornada con una buena indumentaria y que la despedazan la golpes de locura y desesperación. Sus necesidades se reducen a rudimentos de belleza primitiva y a la inmediatez sexual, a la que llaman amor, cuando no son más que impulsos instintivos, no siempre procreadores y a veces aberrantes… El hombre, que es la mayor inversión de la Creación, se encuentra relegado a un plano secundario, en el tiempo de de los robots y de los sueños biólogos y de estudiosos de la eugenesia, los cuales están fascinados por si mismos, atribuyéndose poderes divinos, cuando realmente no son sino hombres atormentados interiormente. Esto es porque se han olvidado de Dios, se ha olvidado de los deberes cristianos que, por procesos de comodidad religiosa, han sido transferidos y deteriorados por las falsas conveniencias sociales. 35
En este sentido el Espiritismo tiene su más grandiosa misión , tal como previó Allan Kardec: ¡la de transformar el hombre para modificar el mundo! El hombre, con sus excesivas comodidades, es profundamente infeliz. Por todas partes la ambición de dominio estalla en guerras, poniendo en peligro a toda la Humanidad, estando el origen en la guerra constante que cada uno entabla en el país de si mismo. Al estar intoxicado por los vapores de la ira y dominado por el estimulo del odio, el individuo se desintegra de dentro hacia fuera, bajo el impacto de la violencia que alimenta, reuniendo fuerzas negativas a las que se esclaviza, incluso después del deceso celular. Muchos gobernantes del mundo predican la paz, mientras producen experiencias de alto tenor destructivo, y a pesar de la miseria que se esparce por todas partes, se presentan riendo a carcajadas como si no tuviesen ninguna responsabilidad, cuando se multiplican de modo alarmante los campos de trabajo forzado y la esclavitud de muchos matices que alcanzan cifras jamás igualadas. Las aberraciones morales adquieren ciudadanía y se jactan de modernismo, mientras que los valores éticos envejecen y pasan a ser filigranas de museo. Constructores de la Armonía traen a la reencarnación a antiguos poetas, artistas, sabios, pensadores, sensitivos e investigadores del ayer, que han ofrecido lo mejor de sus más valiosos esfuerzos a los ideales de sublimación de la vida y del mundo, forjando los pilares de un Mundo Nuevo del Mañana, cuyo Mensajero y Anunciador es el Espiritismo. Aquellos que se encuentran en la condición de ángeles encarcelados, dispuestos a extender sus alas de luz e irisar los cielos del espíritu humano con los rutilantes mensajes de la belleza, del conocimiento ennoblecido, de la justicia y de la caridad, oponiendo una sublime respuesta a sus actuales destructores. Antes de la era nueva, sucede, que se hace indispensable que los demoledores pasen con sus carros de horror – mientras se destruyen las nefastas construcciones de la ignorancia que se obstina en sobrevivir- y que alcancen el clímax de sus ultrajes para que obliguen a todos a la búsqueda de lo que quedo en la retaguardia, en grandeza moral y elevación espiritual. Por lo demás, ya se escuchan los clarines renovadores. Al lado de la anarquía y del vandalismo se construyen los edificios de la esperanza, de la solidaridad y del amor, y el aire se impregna con las sanas melodías al revivir el clasicismo o al elaborar las nuevas expresiones del sentimiento y de la cultura que orientan a las futuras exteriorizaciones humanas, a través de honestas investigaciones en las múltiples manifestaciones del Arte.
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La Tierra aun necesita de mártires y de héroes del amor, para que nos reanimemos en nuestra propia marcha. Hacen mucha falta exponentes de la honorabilidad y del sacrifico, a fin de que, conducidos por ellos, se alcance la meta de la paz y de la felicidad. Amigos utilicemos la terapia del Espiritismo: optimismo constante junto a una firme confianza en el Señor. Utilicemos también el agua fluidificada y evoquemos las lecciones del muy amado Cordero de Dios, Nuestro Maestro y Señor. Si el pasado es nuestra sombra de dolor, el futuro es nuestra primavera de bendiciones, como el presente a nuestro alcance. Las tinieblas ceden a la luz, y el sufrimiento desaparece ante la alegría de la esperanza y frente al consuelo de la tranquilidad de la conciencia. Nadie paga más allá del debito al que se vincula. Sin embargo, el amor es el permanente haber, en el clima de compensación de todas las desgracias que por ventura hayamos en nombre del bien y por lo que realicemos a favor de nosotros mismos. Es imprescindible comenzar la obra del perfeccionamiento interior, en cuanto surja la oportunidad favorable. Tal vez mañana sea demasiado tarde, y el minuto valioso pase, cada corazón tiene su momento para producir; cada sufrimiento es la cuota de reparación. el adversario significa el suelo que espera ser trabajado, mientras que el amigo es una dadiva de que se se debe uno servir con respeto y elevación. No se debe observar la noche olvidándose de las estrellas, ni quejarse. Quien sirve a Jesús, redimiéndose, no tiene el derecho de reclamar contra nada ni contra nadie. Lo que le llega es más de lo que merece; lo que corresponda hacer representa una contribución superior para la propia vida. El trabajador fiel, debe Esparcir la luz como obreros de la alegría y mensajeros del consuelo, recordando siempre a Jesús, el incuestionable Modelo, de quien no se puede apartar, suceda lo que suceda. Irrigando su jardín, resguardando su campo y entregando todas las fuerzas para el aprovechamiento de las horas, sembrando y amando. Los males prolongados casi siempre consiguen minar las más vigorosas resistencias, si ellas no se renuevan en la oración constante y en el recogimiento saludable de la meditación, fuentes estas que engendran esperanzas y fuerzas desconocidas.
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Recordar el dolor es producir nuevas amarguras, y volver a pasar por mediación del pensamiento por momento de agonías, lleva agonías aún más aflictivas que incrementan nuevas tristezas a las antiguas decepciones. Cuando el hombre entienda y practique las lecciones del optimismo en los momentos más graves, y en cualquier coyuntura se entregue en manos de Dios, sufrirá mucho menos porque se liberará del antiguo habito de la autocompasión, y del egoísmo, para pasar por encima de las vicisitudes desvirtuadas constricciones de la auto conmiseración, que son de resultados siempre perjudiciales. Al Espiritismo le cabrá esta tarea a su tiempo, ajustando el pensamiento humano únicamente a la valoración de las cosas legítimas y buenas, sin establecer ninguna relación con la insensatez y con el comodísimo, que engendran expresiones de secundaria significación y de mórbidos desequilibrios. Nunca hay que olvidar al gran amigo fiel, el hermano Mayor. Jesús siempre está a nuestro lado, tendiéndonos sus manos generosas en urgente socorro. Nunca falta su apoyo, la inspiración, ni la asistencia de los Bienhechores espirituales para conducirnos en los momentos más graves. La fraternidad realiza milagros. El pensamiento es la dinamo de la vida: bueno o malo, siempre termina por alcanzar a aquel que se vuelve receptivo y a quien se dirige. La mejor manera de producir emociones superiores es demostrar la elocuencia de lo que se puede hacer cuando se está tocado por la presencia de la verdad y cuando uno resuelve avanzar sin temor, supera todos los obstáculos que representan desafíos a los luchadores. El valor de una exposición edificante es inestimable y aún no puede ser medido por los que se encuentran en la estructura física. Lo mismo sucede con las construcciones mentales infelices y destructivas. El pensamiento es una fuerza viva que cada uno dirige de acuerdo con sus aptitudes. El buscar la palabra Evangélica, en los momentos difíciles, es la mejor opción, pero no siempre se sabe extraer de su divina fuente las esperanzas que dan sostén a la vida, y que animan los sentimientos hacia la victoria sobre todas las dificultades. El hombre no debe nunca olvidar que Dios es la Suprema misericordia, el Excelso Amor, y a nada ni a nadie condena. Al atribuirle una naturaleza humana, los hombres Le han transferido sus propias pasiones, imaginando 38
que Él esté sujeto a las limitaciones únicamente propias a su condición. El Espiritismo es la Revelación espontanea de los espíritus desencarnados, cuyas enseñanzas Allan Kardec ha codificado por determinación de los Guías Superiores de la Tierra. Su objetivo es esclarecer y fortalecer a las criaturas para que comprendan mejor las leyes divinas de la evolución y para que consigan superar las situaciones ásperas, las horas difíciles y los momentos extremamente amargos a los que todos estamos sujetos, en razón de nuestra imperfección. Es el Cristianismo Renacido, el que realiza la promesa de Jesús de que volvería a la convivencia con los hombres sufridores. Es el propio Consolador, incorpóreo que se expresa a través de las Voces del Cielo y que anuncia la Nueva Era del Amor, y la Esperanza y de la Paz. El hombre ha de tener en cuenta las palabras del Evangelio Según el Espiritismo, donde el Espíritu de Verdad dice: “Hombres os invitamos a este divino concierto; que vuestras manos pulsen la lira; que vuestras voces se unan y en un himno sagrado se extiendan y vibren de una parte a otra del Universo.” “Hombres, hermanos a quienes amamos, estamos al lado de vosotros,; amaos también los unos a los otros, y decid desde el fondo de vuestro corazón, haciendo la voluntad del Padre que está en el Cielo.: ¡Señor! ¡Señor! Y podréis entrar en el Reino de los Cielos. “El Evangelio según el Espiritismo” son las manos generosas del Consolador que enjuga lagrimas y sudores colocando bálsamo reparador y ungüento en las heridas de los Espíritus, y ofrece el derrotero seguro para sus pasos. Roguemos a Jesús que nos dispense su paz y alegría como fruto de una conciencia recta que se apoya en el deber cumplido, a pesar de reconocernos estar aun en la condición de “siervos imperfectos” Trabajo extraído del libro “Sublime expiación” de Divaldo Pereira Franco. Realizado por Merchita, miembro fundador del Centro Espirita “Amor Fraterno” de Alcázar de san Juan (Ciudad Real) España.
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EN LOS DOMINIOS DE LA MEDIUMNIDAD 1ª parte El ser humano comprende, poco a poco, que la tumba es una puerta hacia la renovación, como la cuna es el acceso a la experiencia, y observa que su permanencia en el planeta es un viaje con destino a las estaciones del Progreso Mayor. Y en esta gran peregrinación, todos somos instrumentos de las fuerzas con las cuales estamos en sintonía. Todos somos médiums dentro del campo mental que nos es propio, asociándonos a las energías edificantes si nuestro pensamiento fluye en dirección a la Vida Superior, o bien a las fuerzas perturbadoras y deprimentes, si nos sometemos a las sombras de la vida primitiva o torturada. Cada ser, con los sentimientos que caracterizan su vida íntima, emite rayos específicos y vive en la onda espiritual con la que se identifica. Tales verdades no permanecerán semiocultas en nuestros santuarios de fe. Se irradiarán de los templos de la ciencia como ecuaciones matemáticas. La mediumnidad es un problema de los más sugestivos en el mundo actual. El hombre de la Tierra se va acercando a la Era del espíritu bajo la luz de la Religión Cósmica del amor y de la sabiduría y, ciertamente, precisa de cooperación a fin de favorecer su comprensión. Debemos considerar que la mente es la base de todos los fenómenos mediúmnicos. No ignoramos que el universo, que se extiende en el infinito con millones y millones de soles, es la exteriorización del pensamiento divino, de cuya esencia participamos en nuestra condición de rayos conscientes de la sabiduría eterna y dentro del límite de nuestra evolución espiritual. Desde la superestructura de los astros hasta la infraestructura subatómica, todo está sumergido en la sustancia viva de la mente de Dios, como los peces y las plantas acuáticas están contenidos en el inmenso océano. Hijos del Creador, de Él heredamos la facultad de crear y desarrollar, nutrir y transformar.
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Naturalmente limitados a las dimensiones conceptuales en que nos encontramos, y reconociendo la insignificancia de nuestra situación comparada a la gloria de los espíritus que ya alcanzaron el estado angelical, podemos irradiar la energía activa del propio pensamiento, estableciendo, en torno a nuestra individualidad, el ambiente psíquico que nos es particular. Cada mundo posee el campo de tensión electromagnética que le es propio dentro del grado de fuerza gravitacional que mantiene su equilibrio, así como cada alma se ubica en el círculo de fuerzas vivas que tienen afinidad con su “hálito” mental, es decir, en la esfera de criaturas a las que se une según sus necesidades de ajuste o evolución espiritual. Cada planeta hace sus revoluciones en la órbita que le es asignada por las leyes del equilibrio sin exceder las líneas de gravitación que le corresponden, así como cada conciencia evoluciona dentro del grupo espiritual que condiciona su actuación. Somos, pues, un enorme conjunto de inteligencias sintonizadas en un mismo grado vibratorio de percepción, integrando un Todo constituido por algunos miles de millones de seres que forman, por así decirlo, la humanidad terrestre. Formando, así, sólo una humilde familia en el infinito concierto de la vida cósmica, en el que cada mundo alberga a una determinada familia de la humanidad universal, conocemos, por tanto, las limitadas expresiones de la vida que nos tocan más de cerca, limitados por el grado de conocimiento que hemos podido alcanzar. Dependiendo de nuestros semejantes en nuestra trayectoria hacia la vanguardia evolutiva y a la manera de los mundos que se desplazan en el espacio influenciados por los astros que les rodean, actuamos y reaccionamos unos sobre los otros a través de la energía mental con la que nos renovamos constantemente creando, alimentando y destruyendo formas y situaciones, realizaciones y cosas en la estructuración de nuestros destinos. Nuestra mente es, de este modo, un núcleo de fuerzas inteligentes generando un plasma sutil que, al exteriorizarse incesantemente fuera de nosotros, ofrece recursos de objetividad a las figuras de nuestra imaginación, bajo la dirección de nuestros propios designios.
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La idea es un “ser” organizado por nuestro espíritu, al que el pensamiento da la forma y la voluntad imprime movimiento y dirección. Del conjunto de nuestras ideas resulta nuestra propia existencia. Como es fácil de deducir, todos los seres vivos actúan en la onda de psiquismo que les es peculiar dentro de las dimensiones que les son características o en la frecuencia que les es propia. Ese psiquismo no depende de los centros nerviosos, de modo que, fluyendo de la mente, es quien condiciona todos los fenómenos de la vida orgánica en sí misma. Examinando, pues, los valores anímicos como facultades de comunicación entre los espíritus, cualquiera que sea el plano en que se encuentren, no podemos perder de vista el mundo mental del agente y el del receptor, ya que, en cualquier acto mediúmnico, la inteligencia receptiva está sujeta a las posibilidades y a la coloración de los pensamientos en que vive, y la inteligencia emisora queda sometida a los límites y a las interpretaciones de los pensamientos que es capaz de producir. Un hotentote desencarnado, comunicándose con un sabio terrenal ligado todavía a su envoltura física, no podrá ofrecer a éste otros informes que los de las formas triviales en que se desenvolvían en el mundo sus experiencias primitivas; así como un sabio, sin la vestidura carnal, entrando en relación con el hotentote ligado a su “hábitat” africano, no conseguirá brindarle su cooperación inmediata sino en el trabajo embrionario en el que éste tiene fijadas sus preocupaciones mentales, como ser el auxilio a un rebaño bovino o la cura de males del cuerpo material. Por ello, el hotentote no se sentiría feliz en la compañía del sabio, y el sabio, a su vez, no se detendría con aquél por falta de ese alimento, casi imponderable, al que podemos denominar “vibraciones compensadas”. Es por ley que nuestras mayores alegrías son recogidas al contacto de aquellos que, al comprendernos, cambian con nosotros valores mentales de cualidades idénticas a las nuestras, así como los árboles ofrecen un mayor coeficiente de producción si se les coloca entre compañeros de la misma especie, con los cuales intercambian sus principios germinativos. En la mediumnidad, igualmente, no podemos olvidar el problema de la sintonía. Atraemos a los espíritus que tienen afinidad con nosotros, de la misma manera que somos por ellos atraídos, y si es verdad que cada uno de nosotros 42
solamente puede dar conforme a lo que tiene, es indiscutible que cada uno recibe de acuerdo con lo que da. Encontrándose la mente en la base de todas las manifestaciones médiumnicas, cualesquiera que sean las características en que se expresen, es imprescindible enriquecer el pensamiento incorporándole los tesoros morales y culturales, los únicos que nos posibilitan fijar la luz que desciende hasta nosotros de las esferas más altas, a través de los genios de la sabiduría y el amor que supervisan nuestras experiencias. Acertaron aquellos que compararon nuestro mundo mental a un espejo. Reflejamos las imágenes que nos rodean y dirigimos en dirección de los demás las imágenes que creamos. Y como no podemos escapar al imperativo de la atracción, retrataremos solamente la claridad y la belleza si nosotros establecemos la belleza y la claridad en el espejo de nuestra vida íntima. Los reflejos mentales, según su naturaleza, favorecen nuestro estancamiento o nos impulsan a ir adelante, puesto que cada criatura humana vive en el cielo o en el infierno que edificó para sí misma en los rincones internos del corazón y de la conciencia, independientemente del cuerpo físico, y dado que, observando la vida en su esencia de eternidad gloriosa, la muerte vale únicamente como transición entre dos tipos de la misma experiencia, en el “hoy imperecedero”. Encontramos la mediumnidad en todos los tiempos y en todos los lugares en que se desarrolló el género humano. Misiones santificantes y guerras de destrucción, tareas nobles y obsesiones pérfidas tienen su origen en los reflejos de la mente individual o colectiva, combinados con las fuerzas sublimes o degradantes de los pensamientos que las nutren. Sepamos, pues, cultivar la educación, perfeccionándonos más cada día. Todos somos médiums, sea cual fuere la actividad que desempeñemos. La fuerza psíquica, en muchos niveles de expresión, es peculiar a todos los seres, pero no existe perfeccionamiento mediúmnico sin la purificación de la individualidad. 43
Es contraproducente, por tanto, intensificar el movimiento de la energía sin disciplinar sus impulsos. Es peligroso poseer sin saber usar. El espejo sepultado en el lodo no refleja el esplendor del Sol. El lago agitado no refleja la imagen de la estrella que titila en el infinito. Elevemos nuestro caudal de conocimientos con el estudio bien llevado y perfeccionemos la calidad de nuestras emociones con el ejercicio constante de las virtudes superiores, si queremos recoger el mensaje de las Grandes Almas. La mediumnidad no basta por sí sola. Es imprescindible saber qué tipo de onda mental asimilamos, para conocer la calidad de nuestro trabajo y juzgar acerca de la dirección tomada. Un ilustre estudioso de la fenomenología espírita a fines del siglo pasado intuitivamente se refirió a un aparato, al “psicoscopio” se destina a la observación del alma y puede definir las vibraciones de ésta, a la vez que para realizar estudios acerca de la materia. Funciona con electricidad y magnetismo, utilizando elementos radiantes análogos en su esencia a los rayos gamma. Está constituido por lentes de aumento con posibilidades para la microfotografía. Se puede con él clasificar sin dificultad las perspectivas de los distintos grupos de servicios psíquicos que existen en el mundo. Analizando la psicoscopia de una persona o de un equipo de trabajadores, es posible deducir sus posibilidades y calificar la categoría de su condición. Según las radiaciones que proyectan, planificamos la obra que puedan realizar en el futuro. Estamos sujetos todos a los exámenes de los planos superiores, aun quienes investigamos ahora los planos que están situados debajo del nuestro. Si el espectroscopio permite al hombre investigar la naturaleza de los elementos químicos que se hallan a enormes distancias, analizando la onda luminosa que emiten, con mayor facilidad identificaremos los valores de la individualidad humana por los rayos que ésta emite. La moralidad, el sentimiento, la educación y el carácter son conocidos con claridad mediante una breve observación.
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¡El hombre es un generador de fuerza electromagnética, con una oscilación por segundo que es registrada por el corazón! Todas las sustancias vivas de la Tierra emiten energías encuadradas en la gama de las radiaciones ultravioleta. Para mayor claridad de la definición llamémosles rayos ectoplásmicos, uniendo así nuestra designación a la nomenclatura de los espiritistas modernos. Esos rayos son peculiares a todos los seres vivos. Con ellos la oruga realiza sus complicadas demostraciones de metamorfosis, y es también en base a ellos que se efectúan todos los fenómenos de materialización mediúmnica, por cuanto los sensitivos encarnados por quienes se procesan aportan y liberan esas energías con más facilidad. Todas las criaturas, pues, les conservan en sí mismas, emitiéndoles en una frecuencia que varía en cada una, según las tareas que el plan de la vida les ha asignado. El estudio de la mediumnidad se afirma sobre las bases de la mente y su prodigioso campo de radiaciones. La ciencia de los rayos potenciará, en breve, una gran renovación en los diversos sectores culturales del mundo. Para conseguir alcanzar en un grupo mediúmnico la devoción a la fraternidad, el correcto desempeño de los deberes, y fe ardiente, es necesario que exista una onda de comprensión y buena voluntad esa debe ser su característica. Por el amor en que desempeñemos la tarea seremos un instrumento fiel de los benefactores desencarnados, quienes encuentran en nuestra mente un espejo cristalino que reproduce sin distorsión alguna, sus instrucciones. Así como en la Tierra la ciencia cataloga los elementos químicos que entran en formación de la materia densa, en el plano espiritual es posible analizar el tipo de fuerzas sutiles que son propias a cada Ser. Una ficha psicoscópica determina, en especial, la naturaleza de nuestros pensamientos, por lo que es fácil, conocer, a través de semejante registro, acerca de nuestros meritos y de nuestras debilidades. En todos los proceso medianímicos la maquina cerebral es el órgano de manifestación de la mente. En la vida intracraneana, es donde están asentadas las llaves de comunicación entre el mundo mental y el mundo físico. El aparato encefálico reúne a millares de células, que desempeñan funciones específicas, como si fueran trabajadores en un orden jerárquico dentro de la armoniosa estructura de un Estado. 45
El alma encarnada posee en el cerebro físico los centros especiales que gobiernan la cabeza, el rostro, los ojos, los oídos y los miembros, conjuntamente con los centros de la palabra, del lenguaje, de la visión, de la audición, de la memoria, de la escritura, del gusto, de la deglución, del tacto, del olfato, del registro del calor y del frió, del dolor, del equilibrio muscular, de la comunión con los valores internos de la mente, de la conexión con el mundo exterior, de la imaginación, del gusto estético, de los variados estímulos artísticos, y tantos otros, como son las adquisiciones de experiencias atesoradas por el Ser, que conquista la propia individualidad, paso a paso y esfuerzo a esfuerzo, enalteciéndola por el trabajo, constante en pro de la sublimación integral, frente a todas las vías de progreso y perfección que la Tierra pueda ofrecer. No se puede realizar ningún estudio de las facultades mediúmnicas sin estudiar correlativamente la personalidad. También es necesario e importante considerar los centros cerebrales, ya que son las bases donde operan el pensamiento y la voluntad ya que influyen de un modo comprensible en todos los fenómenos mediúmnicos, desde la intuición hasta la materialización ostensiva. Esos medios, que merecen la defensa y el auxilio de Entidades sabias y benévolas para realizar sus tareas de amor y sacrificio junto a los humanos, en muchas ocasiones pueden ser ocupados por Entidades inferiores o embrutecidas, que son motivo de los lastimosos procesos de obsesión. Las realizaciones espirituales del presente son como pequeños destellos sobre las pirámides de sombra del pasado. La tarea mediúmnica, considerada como la, herramienta para el trabajo de las Inteligencias Superiores, no es fácil llevarla a buen término, pues sobre el canal aun frágil que se brinda al paso de la luz acometen las ondas pesadas de las tinieblas y de la ignorancia que se agitan, compactas, a nuestro alrededor. Las entidades enfermas, suelen ser almas perturbadas mentalmente que acompañan a parientes, amigos o enemigos a las reuniones médiumnicas, de quienes se desligan cuando los encarnados se renuevan con las ideas salvadoras expresadas por las palabras de quienes imparten la enseñanza doctrinaria. Modificado el estado mental de aquellos que vampirizan, esas entidades se encuentran como si hubiesen sido despojadas de su casa, pues al alterarse los pensamientos de aquellos a que estaban unidos, experimentan súbitos y radicales cambios en las posiciones falsas que habían tomado. Algunos de ellos, rebeldes huyen de los lugares de oración, desdeñando temporalmente, la ayuda y tramando nuevas persecuciones a sus víctimas, a las que buscan reencontrarlas. Otras, tocadas por las lecciones recibidas permanecen 46
en el local de tales servicios en ansiosa expectativa hambrientas de mayor esclarecimiento. El hombre que no cultiva una vida digna, le es sumamente difícil capacitarse para la muerte libertadora. El alma desencarna comúnmente sin despojarse de sus pensamientos enraizados en personas y cosas de la Tierra. Por eso la mente sigue prisionera a los intereses inferiores del mundo, momificados y enfermizos, ante cuadros inquietantes creados por ella misma. De ahí el valor del culto religioso noble, que aporta un ambiente para la ascensión espiritual y con indiscutibles ventajas, no solo para los espíritus encarnados que a él asisten con sinceridad y fervor, sino también para los desencarnados que aspiran a su propia transformación. Todos los santuarios durante sus actos públicos están muy concurridos por almas necesitadas que se presentan en ellos, sin el vehículo denso, sedientas de confortación. Los expositores de la buena palabra pueden ser comparados a técnicos electricistas, provocando el desligamiento de mentes por medio de principios libertadores que vierten en la esfera del pensamiento. Las Entidades vampirizadas operan en contra de los agentes, muchas veces envolviéndolos con fluidos entorpecedores que les produce el sueño, a fin de demorar su renovación y progreso. Esas entidades llevan grabados en su periespíritu los sufrimientos que padecen. Traen consigo, individualmente, el estigma de los errores deliberados que cometieron. La enfermedad, como resultado del desequilibrio moral, sobrevive en el periespíritu alimentada por los pensamientos que la engendraron, cuando esos pensamientos persisten después de la muerte del cuerpo físico. En las reuniones mediúmnicas, asimilan ideas nuevas, con las cuales van renovándose, aunque lentamente, mejorando la visión interior y estructurando, así, nuevos destinos. La renovación mental es la renovación de la vida. Muy pocos en la Tierra se capacitan y conceptúan de que llevamos en nosotros las evidencias de nuestros pensamientos de nuestras actividades y de nuestras obras, y que la tumba no es otra cosas que el baño revelador de las imágenes que escondemos en el mundo debajo de las vestiduras carnales… La conciencia es un núcleo de fuerzas en torno al cual gravitan el bien y el mal generados por uno mismo. En cualquier estudio mediúmnico no debemos olvidar que la individualidad espiritual, en el cuerpo físico, mora en la ciudadela atómica carnal que 47
está formada por recursos tomados provisoriamente del ambiente del mundo. Sangre, encéfalo, huesos, nervios, piel y músculos son elementos materiales que se aglutinan entre si para la manifestación transitoria del alma en la Tierra, constituye una vestimenta temporal, según las condiciones y pruebas que tiene que pasar. Cada recipiente recibe conforme a su capacidad. Los mundos actúan los unos sobre los otros por las irradiaciones que despiden, y las almas se influyen mutuamente por intermedio de los agentes mentales que producen. El campo de la mente ofrece un amplio panorama para el estudio de sus combinaciones… pensamientos de crueldad, rebeldía, tristeza, amor, comprensión, esperanza o alegría, tiene una naturaleza diferente con características y pesos propios, haciendo más densa al alma o utilizándola, además de poderse definir sus cualidades magnéticas… La onda mental poseerá determinados coeficientes de fuerza, tanto en la concentración silenciosa como en el verbo exteriorizado o en la palabra escrita… Comprendemos con esto, que somos víctimas o beneficiarios naturales de nuestras propias creaciones, según las corrientes mentales qué proyectamos, nos esclavizamos a compromisos contraídos por el equívoco de nuestras experiencias o liberamos con el bien hacia el progreso, según nuestras determinaciones y obras en armonía o desacuerdo con las leyes eternas… Casi todos los hechos mediúmnicos son ejercidos por el fenómeno de la perfecta asimilación de corrientes mentales. El organismo es como un aparato receptor donde se condensan los pensamientos y la voluntad con profusiones de rayos que alcanzan el campo interior del médium, primeramente por los poros, que son como miríadas de antenas sobre las cuales esa emisión adquiere el aspecto de impresiones débiles e indecisas. Esas impresiones se afirman en los centros del cuerpo espiritual, los que funcionan a modo de condensadores y alcanzan de inmediato los enlaces del sistema nervioso desempeñando el papel de preciosas bobinas de inducción, acumulándose allí en un instante y reconstituyéndose automáticamente en el cerebro, en donde poseemos centenares de centros motores semejantes a un milagroso teclado de electroimanes ligados los unos a los otros. En esos núcleos dinámicos se procesan las acciones y las reacciones mentales que determinan vibraciones creativas a través del pensamiento o de la palabra, considerándose el encéfalo como una poderosa estación emisora y receptora y a la boca como un valioso auto parlante. Tales estímulos se expresan también a través del mecanismo de las manos y de los pies, o por las sensaciones de lo sentidos y de los órganos que trabajan al igual que elevadores y conductores, transformadores y clasificadores bajo el comando directo de la mente. 48
El pensamiento que nos pertenece con exclusividad, fluye incesantemente de nuestro campo cerebral, al igual que las ondas magnéticas o calóricas que nos son peculiares y lo utilizamos normalmente accionando los recursos de que disponemos. En los asuntos de este orden es imprescindible tener mucho cuidado para juzgar, porque si se basa el criterio sobre la medida de expresión terrena, se posee una vida mental parasitaria y restringida, ya que ocultamos la onda de pensamiento que nos es propia para reflejar y actuar con los preconceptos consagrados o con la pragmática de las costumbres preestablecidas, que son cristalizaciones mentales producidas en el tiempo. Basta que se ejerza la meditación, al estudio edificante y a la vocación de discernir, para comprender con nitidez cual es la calidad de nuestros pensamientos y poder identificar claramente a las corrientes espirituales que asimilamos. La mediumnidad es un don inherente a todos los seres, al igual que la facultad de respirar, cada criatura asimila las fuerzas superiores o inferiores con las cuales se halla en sintonía. Por eso mismo el Divino Maestro nos recomendó la oración y la vigilancia para no caer en las sugestiones del mal, porque la tentación es la corriente de fuerzas vivas que irradiamos nosotros y que, llegando hasta los elementos afines, tejen entre sí, alrededor de nuestra alma, una espesa red de fuerzas impulsivas que se tornan a veces irresistibles. Estudiemos trabajando. El tiempo utilizado en el bien de nuestro prójimo es una bendición que atesoramos para siempre en nuestro propio provecho. Hay espíritus que conservan la mente cristalizada por la fuerza de su propio egoísmo. No perciben nada, exceptuando los cuadros interiores creados por ellos mismos, convirtiéndose en unos vampiros inconscientes de almas reencarnadas. Se encuentran reducidos a una extrema ceguera, por estar desequilibradas en el cuerpo periespiritual las facultades de la visión. Cuando acuden a alguna sesión mediúmnica, solo pueden hacerlo con la supervisión de los mentores de la casa. No deben temerse los fluidos de naturaleza deletérea, pues retroceden instintivamente ante la luz espiritual que los neutraliza o desintegra. Es por eso que cada médium posee un ambiente propio y todo grupo se caracteriza por una corriente magnética particular de preservación y defensa. Nubes infecciosas de la Tierra son diariamente extinguidas o combatidas, por las irradiaciones solares, y formaciones fluídicas, deletéreas, son aniquiladas en todo momento o barridas del planeta por las energías superiores del Espíritu. Los rayos luminosos de una mente orien49
tada hacia el bien inciden sobre las construcciones del mal, semejando a descargas eléctricas. El médium debe tratar de ser un instrumento pasivo exteriormente, procurando tener en las profundidades de su ser cualidades morales positivas pues estas hacen su conquista inalienable, impidiendo con ellas cualquier manifestación deshonesta. La mediumnidad sonambúlica psicofónica, tiene lugar sin la necesidad de ligarse la corriente nerviosa del cerebro mediúmnico a la mente del huésped que la ocupa. La espontaneidad de la misma es tan grande en la cesión de recursos a las entidades necesitadas de socorro y de cariño, que no tiene dificultad para desvincularse de manera automática del campo sensorial, perdiendo provisoriamente el contacto con los centros motores de la vida cerebral. El médium en estos casos es de extrema pasividad, revelándose el que se comunica con su propia personalidad. Al lado del cuerpo que le pertenece el médium actúa generoso, auxiliando al enfermo que por el se expresa como si fuera un protegido de su bondad. El espíritu desdichado, cuando es inmensamente inferior al médium, puede estar agresivo, pero está controlado en sus menores expresiones , porque la mente superior del Médium controla siempre a los que están por debajo suyo, en los dominios del Espíritu. Por esta razón el huésped experimenta con videncia el dominio afectuoso del médium que le brinda su amparo asistencial. Impelido a obedecerle, recibe sus energías mentales constringentes que le obligan a permanecer en respetuosa actitud, pese a su estado de rebeldía. El sonambulismo puro, cuando está en manos falsas de idoneidad, puede producir bellos fenómenos pero es de poca eficiencia en la construcción espiritual del bien. La psicofonía inconsciente en quienes poseen meritos morales suficientes para su propia defensa pude ser motivo de posesiones perjudiciales, y de ello son una muestra los casos de obsesos que se encuentran entregados a las Entidades vampíricas. Cuando el manifestante es un espíritu intelectualmente superior dominando mentalmente a la médium, entonces la médium seria controlada. Si el comunicante fuese, en tal hipótesis, una inteligencia degenerada y perversa, la fiscalización correría por cuenta de los mentores de la casa, y tratándose de un mensajero con un elevado patrimonio de conocimiento y de virtud, la médium se mostraría pasiva con satisfacción, por cuanto serian mayores las ventajas del trabajo con su presencia, tal como la tierra y el rió seco se benefician con las lluvias que caen de lo alto.
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Los dones mediúmnicos valiosos, no se improvisan. Como todas las edificaciones preciosas, reclaman esfuerzo, sacrificio, voluntad, tiempo… Y sin amor ni dedicación, no será posible la creación de grupos de mediumnidad meritorios para las tareas de intercambio. Penetramos indudablemente, en el infierno que creamos para los demás, a fin de experimentar, el fuego con el que atormentamos al prójimo. Nadie puede eludir a la justicia. Las reparaciones pueden ser prorrogadas en el tiempo, pero siempre son fatales. El acaso no interviene en los designios superiores. No nos acercamos unos a los otros sin alguna razón. La asimilación de principios mentales renovadores determina más altas visiones de la vida. Todos los dramas oscuros de la obsesión se generan en las mentes enfermizas. Aplicándose con devoción a las nuevas obligaciones de que nos envestimos, y perseverando en el campo de la consoladora Doctrina, sin duda acortaremos el tiempo de expiación en el que nos hallemos sujetos, al convertirnos al bien, modificamos el estado mental del adversario, quien se verá arrastrado a su propia renovación por los ejemplos de comprensión y renunciación, humildad y fe. Con el esfuerzo de la voluntad es posible alcanzar la solución de muchos enigmas y reducir muchos dolores. Las simientes de la luz jamás se pierden. Los médiums que sufren hoy tremendas pruebas, si persisten en el cultivo de mejores destinos se transformaran en valiosos trabajadores en el futuro, el que a todos nos depara benditas reencarnaciones de engrandecimiento y progreso… El problema consiste en aprender sin desanimarse y servir al bien constantemente. La vida corpórea es la síntesis de las irradiaciones del alma. No hay órganos en armonía sin pensamientos equilibrados, como no hay orden sin inteligencia. El suplicio hoy tiene sus raíces en las sombras del ayer. Los templos espíritas están repletos de dramas conmovedores vinculados con el pasado remoto y el inmediato. El Poder Divino no nos acerca los unos a los otros sin fines justos. En el matrimonio, en el hogar o en el centro de servicio, nos buscan por nuestras afinidades, de manera a satisfacer a los imperativos de la Ley de Amor, ya sea
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en la siembra del bien o en el rescate de nuestras deudas, resultantes de nuestro deliberado ejercicio el mal. La mediumnidad torturada es la que atraviesa un aflictivo proceso saldando sus deudas, demorada por algún tiempo en su condición de enferma necesita de cariño y de amor. Las redes fluídicas que la envuelven por el adversario demente, se purifica por medio del dolor y las secuelas de su estado sonambúlico torturado. Cuando la porta algún médium de un grupo, suele ser un instrumento para poner a prueba la voluntad del conjunto de trabajadores y necesita ser ayudada fraternalmente. Es necesario observar en este problema, que hay que evidencias los imperativos del trabajo y la tolerancia, de la comprensión y la bondad para construir la mediumnidad eficiente en el mundo. Los mediúms surgen por todas partes, sin embargo son raros los que están liberados del pasado sombrío para servir al presente a la causa común de la humanidad sin los aconteceres tortuosos del camino. Y como no se avanza con la serenidad necesaria sin pagar los tributo que se deben del pasado, hay que ser tolerantes y ayudar, edificando el bien… Con criterio consciente, estudia, trabaja y sirve, recordando que hasta el propio Jesús, que se movilizaba con facilidad entre las más diversas vibraciones, muchas veces durante Su ministerio, después del ejercicio de la caridad, buscaba la oración y el silencio para hablar con el Padre y retornar luego a la convivencia con los hombres, a fin de sacarlos del pantano de las sensaciones terrestres y elevarlos hacia las cumbres de las emociones celestiales. Trabajo realizado por Merchita Agosto del 2008, (Primera parte)
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EN LOS DOMINIOS DE LA MEDIUMNIDAD (2º parte) - 19/08/08/ En la esfera de los Espíritus reencarnados hay que dosificar las percepciones para no violar las condiciones de orden. Cada ser debe estar en su órbita de servicio, haciendo lo mejor que esté a su alcance. Un médium, no debe preocuparse por responder a todas las interrogaciones del medio en que está, so pena de arrojar sus producciones al desequilibrio, excepto cuando, por su propia evolución, consiga elevarse por sobre el campo del trabajo dominando las influencias del medio y seleccionándolas, según el elevado criterio de que ya consigue orientarse por el bien y enseñar a aquellos que lo acompañan. El límite de percepción varía en cada médium, hay diferentes expresiones de mediumnidad; con todo importa reconocer que cada Espíritu alcanzó un determinado grado de crecimiento espiritual, por lo cual los resultados del trabajo mediúmnico difieren de individuo a individuo, así como las interpretaciones de la vida son distintas de alma a alma. Las facultades medianimicas pueden ser idénticas en distintas personas, pero cada persona tiene su manera particular de emplearlas. El modelo puede ser el mismo para un grupo de pintores, sin embargo, cada artista lo fijará en la tela según su estilo y sentir. Mediumnidad es sintonía y filtración. Cada Espíritu vive entre las fuerzas con las cuales armoniza, transmitiéndolas según las concepciones que caracterizan su modo de ser. Toda la percepción es mental. Sordos y ciegos en la experiencia física, convenientemente educados pueden oír y ver con recursos diferentes de aquellos que son vulgarmente utilizados. Las ondas Hertzianas y los rayos X van enseñando a los seres humanos que hay sonido y luz mucho más allá de las limitadas fronteras en las que ellos actúan, y el médium es un dotado de posibilidades neuropsíquicas especiales que amplían la captación de sus sentidos. En el campo de las impresiones comunes, aunque la criatura emplee los oídos y los ojos, ella ve y oye con el cerebro; y pese a que el cerebro use las células de la corteza para seleccionar los sonidos y grabar las imágenes, quien ve y quien oye, en realidad es la mente. Todos los sentidos en la esfera fisiológica pertenecen al alma, que es la que los fija en el cuerpo carnal conforme a los principios establecidos para la evolución de los Espíritus reencarnados en la Tierra.
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Una prueba de ello es en el sueño, cuando el ser se encuentra desdoblado por las noches, viendo y oyendo pese a la inactividad de los órganos carnales, en la experiencia que dominan “vida del sueño” Somos receptores de una muy reducida capacidad, frente a las innumerables formas que nos llegan desde todos los dominios del Universo, captando solamente una humilde gama de las mismas. En síntesis, nuestra mente es un punto espiritual limitado que se desarrolla en base al conocimiento y el amor en la espiritualidad infinita y gloriosa de Dios. Ideas elaboradas con fuerza generan formas dotadas de movimiento, sonido y color, perfectamente perceptibles por todos aquellos que se encuentran sintonizados con la onda que las expresan. Hay fenómenos de clarividencia y clariaudiencia que parten de la observación activa de los instrumentos mediúmnicos que identifican la existencia de personas, paisajes y cosas exteriores, a ellos mismos, tal como acontece en la percepción terrestre común, y existen otros que tienen su causa en la sugestión que les es llevada por el pensamiento creador de los amigos desencarnados o encarnados, estímulos estos que la mente de cada médium traduce según sus propias posibilidades, favoreciendo con ello las más dispares interpretaciones. Es la técnica utilizada por los obsesores cuando generan en sus victimas las más variadas impresiones alucinatorias… En materia de mediumnidad no debemos olvidarnos del pensamiento. Nuestra alma vive donde está nuestro corazón. Caminamos al influjo de nuestras propias acciones, sea donde fuera. La gravitación en el campo mental es tan efectiva como en la esfera de la experiencia física. Sirviendo al progreso general, el alma se mueve en la gloria del bien. Encerrándose en el egoísmo se arrastra, en desequilibrio, por las tinieblas del mal. La Ley Divina procura el bien para todos. Colaborar en la ejecución de sus sabios propósitos es iluminar la mente y clarificar la vida. Ponerle trabas con el pretexto de favorecer los caprichos perniciosos, es oscurecer el raciocinio y coagular las sombras alrededor de nosotros mismos.
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Es indispensable enjuiciar todo lo que respecta a la orientación de nuestros propios pasos, a fin de evitar la niebla de la perturbación y el dolor angustioso del remordimiento. En los dominios del espíritu no existe la neutralidad. Evolucionamos con la luz eterna, según los designios de Dios, o nos estancamos en las tinieblas conforme a la equivocada determinación de nuestro yo. No vale encarnar o desencarnar solamente. Todos los días las formas se crean o se destruyen. Lo que importa es la renovación interior con un crecimiento de la visión, a fin de seguir hacia delante con la verdadera noción de la eternidad en la que nos desplazamos en el tiempo. La conciencia cargada de propósitos malignos, revestida de remordimientos, llena de ambiciones desvariadas o ennegrecida de aflicciones, no puede sino traer fuerzas semejantes que la encadenan a torbellinos infernales. La obsesión es el resultado de la siniestra unión de la mente con el desequilibrio propio de las tinieblas. Pensamos y damos vida al objeto idealizado. La expresión visible de nuestros pensamientos más íntimos denuncia nuestra misma condición espiritual, y los que tienen afinidad con la naturaleza de nuestras inclinaciones y deseos se acercan a nosotros por lo que le dicen nuestros pensamientos. Si persistimos en las esferas más bajas de la experiencia humana, los que aun cumplen sus jornadas en los grados de la animalidad se nos acercaran atraídos por el tipo de nuestros impulsos inferiores, absorbiendo a su vez las sustancias mentales que emitimos y proyectando sobre nosotros los elementos dañosos que llevan con ellos. Imaginar es crear. Y toda la creación tiene vida y movimiento que, aunque breves, otorgan responsabilidad a la conciencia que la manifiesta. Y como la vida y el movimiento se vinculan a los principios que rigen las relaciones, es indispensable analizar lo que damos, a fin de saber qué es lo que vamos a recibir. 55
Quien solamente mentaliza angustia y crimen, miseria y perturbación, ¿podrá reflejar en el espejo de su propia alma otras imágenes que no sean la desarmonía y el sufrimiento? Quien se demora indefinidamente en la medición del lodazal es propenso a ahogarse en el lodo. Vigilemos el pensamiento purificándolo con la práctica incesante del bien, para que así arrojemos de nosotros los grilletes que nos amenazan para encadenarnos a los oscuros procesos de la vida inferior. Por el pensamiento nos esclavizamos a los cepos del suplicio infernal, sentenciándonos, a veces, a siglos de peregrinación por los caminos del dolor y de la muerte. La mediumnidad torturada es la unión de almas comprometidas en aflictivas pruebas para saldar antiguas deudas. Para abreviar el tormento que flagela de mil modos la conciencia encarnadas y desencarnadas, en los distintos grados expiatorios, es imprescindible proponerse la renovación mental, pues este es el único medio de recuperar la armonía. Los títulos de fe no constituyen meras palabras con las que podamos cubrir nuestras deficiencias y debilidades. Expresan deberes de purificación a los que no podemos regir sin renunciar a las obligaciones que nos corresponden. Nadie es realmente espirita ni está a la altura de este nombre solo por haber conseguido la cura de una dolencia rebelde con la ayuda de las Entidades amigas, y se convenza con ello, admitiendo la intervención del Mundo Espiritual en su existencia. Como tampoco nadie es médium, en el elevado concepto del término, solamente porque sea instrumento de comunicación entre las humanidades visible e invisible. Para educarnos al trabajo que nos fue asignado, conforme a los principios superiores que iluminan nuestra marcha, es necesario concretizar la esencia de estos en nuestras realizaciones como testimonio de nuestra conversión al amor santificante.
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El pensamiento es tan significativo en la mediumnidad, como importante es el lecho para el rió. Haced corred las aguas puras sobre un lecho de fango y tendréis una corriente oscura, adulterada. Es cierto que divinos mensajes descienden del Cielo a la Tierra. Sin embargo, para que ello suceda es imperioso que existan canales adecuados. Jesús espera para la formación de mensajeros humanos capaces de proyectar en el mundo las maravillas de su Reino. El médium no debe detenerse en la simple opción de comunicaciones. Le será indispensable la consagración de sus fuerzas a las más elevadas formas de vida, buscando la educación de sí mismo y servir desinteresadamente al prójimo el material el material con el que construya su propio camino. El conocimiento amplia el valor mental; y la siembra constante de bondad trae consigo la cosecha de simpatía, sin la cual el granero de la existencia se reduce a una caravana de desesperación y desaliento. No basta ver, oír o incorporar a los Espíritus desencarnados para que alguien adquiera el carácter de respetabilidad. Toda obra para adelantar, exige trabajadores que se dediquen a su crecimiento y al cuidado de ellos mismos. El Universo es la proyección de la Mente Divina y la Tierra, es el producto de la mente humana. Las civilizaciones y los pueblos, las culturas y las experiencias constituyen formas de pensamientos por medio de las cuales evolucionamos incesantemente hacia las esferas más altas. Procuremos la conciencia de Jesús para que nuestra conciencia refleje su perfección y su belleza… La travesía de la tumba impone al Espíritu singulares modificaciones… cada viajero en su camino, cada corazón con su problema… El verdadero amor es la sublimidad en marcha a través de la renuncia. Quien no supiera renunciar a favor de la alegría del Ser amado, sin duda sabrá querer con entusiasmo y cariño, más no estará en condiciones de coronarse con la gloria del amor puro. Después de la muerte habitualmente aprendemos, con el sacrificio de nuestros propios sueños , la ciencia de amar, no según nuestros deseos, sino de conformidad con la ley del señor; madres obligadas a desamparar a sus hijitos para entregarlos a las pruebas que ellos necesitan, padres que se ven impelidos a cambiar los proyectos de pro57
tección de la familia, esposas constreñidas a entregar a sus maridos a otras almas hermanas, esposos que son forzados a aceptar la colaboración que se les ofrece a sus compañeras para hacer frente a la vida, contrayendo segundas nupcias y viviendo en el propio hogar que ellos tuvieron que abandonar… Todo eso lo encontramos en las cercanías de la Tierra. La muerte es una intimación al entendimiento fraterno… Y cuando no aceptamos tal desafió, el sufrimiento es la consecuencia ineludible que tenemos que pasar… Cuando el amor no sabe dividirse, la felicidad no consigue multiplicarse. En el caso de la mediumnidad torturada, hay mediúms que, aliviados de los vejámenes que reciben de Entidades inferiores, de inmediato reclaman su presencia y se religan nuevamente a ellas automáticamente, pese al propósito de ser liberados de las entidades espirituales, pues mientras no modifiquen sus disposiciones espirituales, creando el habito de nuevos y nobles pensamientos, se hallaran sometidos a un régimen de mutua esclavitud, en el que obsesores y obsedidos se nutren con sus energías recíprocamente. Temiendo la separación por los hábitos comunes y arraigados que los asoció, según los principios de afinidad, se alimentan con los fluidos enfermizos apegándose instintivamente. Millares de personas son así. Padecen enfermedades de variados matices, y a ella se adaptan por espíritu de comodidad y por no demandarles eso el menor esfuerzo. Se consideran desgraciadas y sufrientes, más con todo, cuando se les retira la molestia que les afecta se sienten vacías y extrañas, presentando síntomas e impresiones con los que evocan las enfermedades, haciendo que estas se expresen nuevamente bajo distintas manifestaciones contribuyendo así a sostener su condición de victima, en la cual se complacen. Esto acontece en la mayoría de los casos de obsesión. Encarnados y desencarnados se unen los unos a los otros ligados por una vigorosa fascinación mutua, hasta que ellos mismos renueven los objetivos de su vida mental. Es por ese motivo que en muchas ocasiones, los mayores dolores están llamados a actuar sobre los dolores menores con el fin de despertar en las almas depravadas ese género de sustituciones y reformar de lo inferior. La Bondad Divina es tan grande que hasta nuestros sentimientos pocos dignos son aprovechados en nuestro propio bien. El servicio es incesante por todas partes, en la vigilia y en el sueño, en la vida y en la muerte…. La inercia es simplemente una ilusión y la pereza es una fuga que la ley castiga con las aflicciones que devienen de tal atraso. Muchos hermanos, desencarnados, se apegan con desvarió a las sensaciones de la experiencia física, que los lleva a convivir con los encarnados 58
temporalmente desequilibrados por las desagradables costumbres que los dominan, tal es el caso de los apegados al vicio del tabaco, del alcohol, de las drogas…. Lo que en la vida se comenzó, en la muerte se continua… Estos hermanos sitúan su mente en los apetitos más bajos del mundo, alimentándose con un tipo de emociones que los coloca en las cercanías de la animalidad. Pese a haber frecuentado santuarios religiosos, no se preocuparon en entender los principios de la fe que abrazaron, acreditando que la existencia debía ser para ellos el culto a las satisfacciones poco dignas y a la exaltación de los más astutos y los más fuertes. El llamado de la muerte los encontró en la esfera de los actos delictuosos y oscuros, y como es por Ley que cada alma reciba de la vida conforme aquello que da, no encuentran interés sino en los lugares donde puedan nutrir las ilusiones que les son peculiares, por cuanto en la situación en que se encuentran temen a la verdad y la abominan, procediendo como el mochuelo que huye de la luz. En el Universo Infinito, hay mil procesos de reajuste, mediante los cuales se cumplen los designios del Señor, ellos se llaman: aflicción, desencanto, cansancio, tedio, sufrimiento…. Habiendo dolorosas reencarnaciones que significan una tremenda lucha expiatoria para estas almas aficionadas al vicio. La ceguera, la epilepsia secundaria, la parálisis, el idiotismo, la deformación del cuerpo desde el nacimiento y muchos otros recursos, que aunque angustiosos, son necesarios, pues actúan en beneficio de las mentes desequilibradas desde la cuna, en plena etapa infantil. En la mayoría de los casos semejantes procesos de cura brindan buenos resultados, dado su carácter de pruebas coactivas. Las Entidades viciosas se valen de personas con las que son afines, estando en una perfecta comunión de fuerzas inferiores… Los recursos psíquicos, en tal o cual grado de desenvolvimiento son peculiares a todos, tanto el medio de locomoción o como la facultad de respirar, constituyendo fuerzas que el espíritu encarnado o desencarnado puede emplear para el bien o para el mal de si mismo. Ser médium no quiere decir que el alma esté favorecida por privilegios o conquistas hechas. Muchas veces es dado encontrar personas altamente favorecidas con el don de la mediumnidad, pero dominadas, subyugadas por Entidades sombrías o delincuentes con las cuales son sumamente afines, sirviendo al escándalo y a la perturbación en vez de cooperar con la propagación del bien. Por eso no basta la mediumnidad para la concretización de los servicios que nos corresponden. Precisamos de la doctrina del Espiritismo, del Cristianismo puro, a fin de controlar la energía mediúmnica y disponerla a favor del perfeccionamiento espiritual a través de la 59
fe religiosa, tal como controlamos a la electricidad en beneficio del confort humano. La ley no nos confía problemas superiores a nuestra capacidad de solución. Las facultades medianimicas y la cooperación del Mundo espiritual surgen por todas partes. Donde hay pensamientos hay corrientes mentales, y donde hay corrientes mentales existe asociación. Y toda asociación es interdependencia e influencia reciproca. Es por eso que hay que procurar tener una vida noble, a fin de atraer pensamientos que nos ennoblezcan. Trabajo digno, bondad, comprensión fraterna, servicio a nuestros semejantes, respeto hacia la Naturaleza y oración, constituyen los medios puros para asimilar los principios superiores de la vida, porque damos y recibimos, en espíritu, en el plano de las ideas, según las leyes universales que jamás conseguiremos eludir. La influencia del bien o del mal, en la esfera evolutiva en que nos hallamos, se extiende por todos lados y por todos lados registramos la existencia de facultades mediumnicas que las asimilan, según la directriz feliz o infeliz, correcta o indigna en la que cada mente se ubica. Es por ello que estudiando la mediumnidad en los santuarios del espiritismo con Jesús, observamos realmente una fuerza peculiar a todos los seres, la cual es de utilidad general si ella se halla bajo una orientación capaz de disciplinarla y conducirla hacia el máximo aprovechamiento en el bien. La electricidad, que poco a poco, va transformando la faz del mundo. No basta poseer una poderosa catarata con un potencial de millones de caballos de fuerza. Es preciso instalar junto a ella la inteligencia de la usina para controlar los recursos, dinamizarlos y distribuir conforme a las necesidades de cada uno… Sin ello, la caída del agua será un cuadro vivo de belleza fenoménica, pero con un lamentable desperdicio. En las reuniones espiritas suele haber espíritus que se congregan tanto en el recinto como fuera de el. Siempre desde el otro plano de la vida, hay vigilantes, atentos, impidiendo el acceso a los Espíritus impenitentes y escarnecedores. Los encarnados al traspasar la puerta del recinto, son seguidos a veces por estos Espíritus, de los cuales son separados, constituyen una excepción, son Espíritus blasfemadores y persistentes en el mal, pues la mayoría de los que acuden son hermanos desencarnados afligidos y enfermos, necesitados de socorro fraterno. Cuando el médium es una persona digna que se esfuerza por dar de si lo mejor a favor de los necesitados, suele ser un aparato ultrasensible a través 60
del cual vive constantemente en contacto con los responsables del trabajo que realiza. En algunos casos estos mediúms reciben del Plano Superior un mandato de servicio mediúmnico, mereciendo, por eso, la responsabilidad de una más intima asociación con el instructor que preside los trabajos. Estos médiums cuando están trabajando se revisten de una aureola extensa de irradiaciones opalinas, y por más que sustancias oscuras quieran llegar a ellos a través de los pedidos de los sufridores, conservan su aura siempre lucida y brillante sin que estas emisiones de fluidos enfermizos puedan alcanzarles en su campo de fuerzas. Suelen ser un puente entre los dos mundos, y por su paciencia evangélica saben ayudar a los demás para que ellos se ayuden, ya que no es posible conseguir la solución para todos los problemas que les presentan. Ellos no deben dejar que la aflicción les perturbe. Deben ver a los hermanos desgraciados en la condición de criaturas dignas de piedad. Ya que su misión es auxiliar y el remedio no fue creado para los sanos. Compadeciéndose y sustentando el propio equilibrio, recordando que somos deudores de amor y respeto los unos para con los otros, y cuanto más desventurados, más auxilio necesitan. Debiendo recibir a esos hermanos enfermos, como comprometidos con el mal, como enfermos que reclaman cariño. Esas reuniones suelen estar protegidas por vanguardistas del progreso, sin ser infalibles. Son grandes almas realizando el bendito proceso de purificación, merecedoras de la reverencia por el grado de evolución que ya han conquistado, pero suelen ser aun Espíritus ligados a la humanidad terrena, en cuyo seno encarnaran de nuevo en el futuro, cumpliendo una ley universal de la reencarnación, para el desempeño de importantes trabajos. Ellos no están exentos de errar, eso es una cualidad que solo se evidencia en los Espíritus que ya alcanzaron la pureza absoluta. Son altos exponentes de la fraternidad y de una conciencia superior, sin embargo tienen aun probabilidades naturales de equivocarse. Sobresalen por la buena voluntad, por la cultura y por el propio sacrificio en el auxilio incesante a los compañeros reencarnados, pero pueden ser víctimas de sus errores, los que se apresuran a corregir, sin embargo, sin la vanidad que predomina perjudicialmente en los doctos de la Tierra. Pueden ser excelentes médicos que a pesar de ser profesionales consagrados y beneméritos del plano espiritual, con la inmersión en las realidades de la muerte adquieren nuevas visiones de la vida, se les 61
amplia el horizonte de la observación. Comprenden que algo saben pero ese algo es muy poco en comparación con aquello que les corresponde saber. Se entregan, de ese modo, a preciosas cruzadas de servicio, y dentro de las mismas, ayudan y aprenden. Los trabajadores de otros círculos de la experiencia humana se encuentran en la misma situación. Ayudan y son auxiliados. No podría ser de otro modo. Sabemos que el milagro no existe como derogación de las leyes de la Naturaleza. Somos hermanos los unos de los otros, evolucionando juntos en un proceso de interdependencia en el cual adquiere relieves el verdadero esfuerzo. Estas asambleas suelen estar flageladas por problemas inquietantes que demandan la llave de la conformidad para lograr la recuperación del equilibrio. Decenas y decenas de espíritus suelen ponerse alrededor de la mesa mediumnica exhibiendo sus tribulaciones y dificultades. Extrañas formas pensamientos surgen de cada grupo, manifestando así su condición mental propia. Unos suspirando por el cielo, mientras otros temen el infierno, desorientados por la falsa educación religiosa recibida en el plano terrestre. Amigos espirituales que se encuentran junto a los componentes de la mesa directiva en las sesiones mediúmnicas inspiran a estos en la predica doctrinaria, basándose en el tema elegido en la sesión, a través de comentarios bien hechos, estímulos y consuelos. Las fallas individuales no eran reveladas, entre tanto se percibe claramente que las advertencias son dirigidas anónimamente con una dirección exacta. No suelen faltar cuadros impresionantes de Espíritus perseguidores que procuran hipnotizar a sus propias víctimas mediante el sueño provocado, a efecto de que no tomen conocimiento de los mensajes renovadores allí expresados por la palabra constructiva. Aunque en estas sesiones pueden haber varios médiums, siempre el que ha recibido el mandato mediúmnico es destacado por su aureola de luz y por la atención especial del director de esos trabajos, y suele estar asistido en todo momento por el plano Mayor, ayudando y colaborando en sus trabajos de esclarecimiento y asistencia espiritual, estos médiums suelen están unidos por un lazo fluídico que los liga con el orientador que preside sus trabajos. El desenvolvimiento más amplio de las facultades medianimicas exige esta providencia. Pues en el cuadro de vibraciones que trascienden en el campo sensorial común, no puede estar a merced de todas las solicitudes de 62
la esfera espiritual, so pena de perder su equilibrio. Cuando el médium se afirma en el servicio del bien por su buena voluntad, por su estudio y por su comprensión de las responsabilidades de las que se haya investido, recibe el apoyo más firme y constante de un amigo espiritual sabio y con experiencia, el cual guía su peregrinación por la tierra controlando sus fuerzas. El suele ser el perfecto administrador de las energías del médium, el cual solo establece contacto con el plano espiritual bajo su supervisión. Un mandato mediúmnico reclama orden, seguridad, eficiencia. Delegar autoridad equivale a conceder poder y recursos de parte de quien la otorga. No se debe pedir cooperación indiscriminada al médium sin ofrecerle las garantías necesarias. El orientador frente a las necesidades respetables y comprensibles que tengan perspectivas de un real aprovechamiento, tiene la misión de facilitar en todo, ayudando a los comunicantes al igual que auxilia al médium. Estos trabajos no se efectúan sin un programa previo, el acaso es una palabra inventada por los hombres para explicar, con el menor esfuerzo, lo que no conocen. Estos trabajos son planeados en el plano espiritual. Es un compromiso que la médium puede perfectamente cancelar, pese a reconocer su excelencia y magnitud. Podrá elegir un nuevo rumbo a su vida, aunque aplazara realizaciones sin las cuales no podrá elevarse y romper las ataduras del mundo. No olvidemos que los orientadores del Mundo espiritual buscan compañeros no esclavos. El médium digno de la misión de auxiliar no es un animal encadenado al yugo, más si un hermano de la humanidad y un aspirante a la sabiduría. Debe trabajar y estudiar por amor… Es por eso que muchos comienzan la jornada y retroceden. Libres para decidir en lo referente a su propio destino, muchas veces prefieren permanecer con indeseables compañías, cayendo así en temibles fascinaciones. Se inician con entusiasmo en la obra del bien, entre tanto, en muchas circunstancias prestan oídos a elementos corruptores que los visitan por entre las brechas que dejan abiertas en su falta de vigilancia. Así es como tropiezan y caen en la codicia, en la indolencia, en el personalismo destructor o en la sensualidad delincuente, transformándose en juguetes de los adversarios de la luz que vampirizan sus fuerzas, aniquilando con ello todas sus mejores posibilidades. Esto ha sucedido en todos los tiempos y lugares… Cada conciencia marcha por sí misma, pese a los numerosos maestros del camino. La derrota o la victoria son causadas por nosotros mismos. Las almas y las colectividades adquieren las experiencias con que se redimen o se elevan al precio del propio esfuerzo. 63
El hombre, construye, destruye y reconstruye destinos como la humanidad hace y deshace civilizaciones, buscando la mejor dirección en respuesta a los llamados de Dios. Es por eso que pesadas tribulaciones martirizan al mundo, tales como las enfermedades y la aflicción, la guerra y la miseria, despertando en las almas el justo discernimiento. Cada cual vive en el ámbito de sus propias conquistas o de sus propias deudas. Es por eso que vemos en el planeta a millares de seres bajo la cruz de una mediumnidad torturante; a millares desaprovechando facultades psíquicas brillantes; otros muchos esforzándose en el desenvolvimiento de estos mismos recursos, y a un muy reducido numero obteniendo un mandato mediúmnico para el trabajo de solidaridad fraterna y de la luz. Según podemos ver, el ejercicio de la mediumnidad excelsa es un servicio al que debemos llegar, aunque esta gloriosa adquisición nos cueste muchos siglos. Los que poseen un manato mediúmnico pueden caer en el error. Un mandato mediúmnico es una delegación de poder obtenida por el crédito moral, sin que equivalga a un certificado de santificación. Con mayores o menores responsabilidades, es imprescindible no olvidar nuestras obligaciones frente a la Ley Divina, a fin de consolidar nuestros títulos de merecimientos en la vida eterna. Mucho se le pedirá a quien mucho ha recibido. En los casos delicados de asistencia a los necesitados, para no caer en el error, el orientador se vale del periespíritu del enfermo pues en el se recogen los informes y se sacan las conclusiones. Muchas veces es imprescindible analizar ciertos casos presentados con sumo cuidado; más frente a ellos, la espiritualidad recurre a los llamados en masa, movilizando medios para atender a distancia. Para eso, trabajadores del tipo de ellos, son distribuidos por diversas regiones donde captan las imágenes de acuerdo a los pedidos que les son dirigidos, sintonizando las emisiones con el aparato receptor que está a su vista. La televisión, puede ofrecer una idea de semejante servicio, destacando que las transmisiones entre los espíritus desencarnados son mucho más simples, exactas e instantáneas. Este servicio no es automático o milagroso. Actúa con espíritus de cooperación y buena voluntad, pero el éxito depende de la ayuda mutua, puesto que una sola pieza no soluciona los problemas de la maquina entera. Los funcionarios que recogen los informes reclaman el concurso eficiente de aquellos que los transmiten. Muchas veces, estando a gran distancia la criatura en sufrimiento es mostrada a los que se proponen socorrerla, y los samaritanos de la fraternidad, en virtud del número habitualmente enorme de los afligi64
dos que tienen obligación de ayudar, en el momento no pueden juzgar si están recibiendo informes acerca de un encarnado o desencarnado, mayormente cuando se hallan asesorados por una vastísima experiencia. En ciertas situaciones, los necesitados exigen auxilio intensivo en una muy pequeña fracción de minuto. Siendo así, cualquier equívoco de esa índole es perfectamente admisible. Quien busca seriamente la fe, encuentra el premio de la comprensión clara y pacífica de las cosas sin perjudicarse en presencia de contradicciones superficiales y aparentes. Cuando los consultantes son ejemplares de la liviandad y de la mala fe, acercándose al trabajo mediúmnico con el propósito deliberado de consolidar su incredulidad y su indiferencia espiritual, semejantes resultados, cuando se verifican, sirven para ellos como justa cosecha de los espinos que plantan, ya que abusan de la generosidad y de la paciencia de los Espíritus amigos y recogen para sí la negación y la tortura mental. Quien procura una fuente límpida y arroja lodo en ella no puede extraer de la misma agua pura de inmediato. La asistencia en las instituciones espiritas integra un cuadro de auxiliares, de acuerdo con la organización establecida por los mentores de la Esfera Superior. Son colaboradores espirituales debidamente fichados, tal como ocurre con los médicos y enfermeros en un hospital terrestre común. El éxito del trabajo exige experiencia, horario, seguridad y responsabilidad de los servidores fieles para con los compromisos asumidos. La Ley no puede menospreciar las indicaciones de la lógica. Los médiums son siempre los mismos, pues en caso de impedimento justo pueden ser sustituidos, aunque en esas circunstancias se verifiquen, inevitablemente, pequeños perjuicios resultantes del natural desajuste. Se preparan con el auxilio de la oración. La oración produce un prodigioso baño de fuerzas, dada la vigorosa corriente mental que atrae. Con ella, se expulsan del propio mundo interior los sombríos resabios de la actividad común que traen del circulo diario de la lucha y absorben de plano espiritual las sustancias renovadoras que tonifican , para conseguir obrar con eficiencia a favor del prójimo. De esa forma se ayuda y se es firmemente ayudado.
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Los médiums pasistas no deben temer por su agotamiento…. Ellos reciben para dar. La oración, con el reconocimiento de los pocos meritos, los coloca en la posición de simples eslabones de una cadena de socorro cuya orientación reside en lo Alto. Ellos en lo Alto, bajo la inspiración de Jesús, son como un simple enchufe eléctrico que da paso a la fuerza que servirá para la producción de energía y luz, esa fuerza no es de ellos. Son muchos los encarnados y desencarnados que se aglomeran en los centros a la búsqueda de socorro y amparo, la mayoría de los pacientes no necesitan ser tocados. Los recursos magnéticos, aplicados a corta distancia, penetran el halo vital o aura de los enfermos, provocando súbitos cambio. Los médiums pasistas pueden figurarse como dos pilas humanas esparciendo rayos de múltiple variedad, que fluyen de sus manos después de recorrer su cabeza, al contacto con los colaboradores del plano espiritual. La energía transmitida por los amigos espirituales pasa primeramente por la cabeza de los médiums, ya que no se puede subestimar el valor de la mente. El pensamiento influye de una manera decisiva en la donación de los principios sanativos. Sin la idea iluminada por la fe y la buena voluntad, el médium no conseguirá el enlace con los Espíritus amigos que actúan sobre esas bases. Son muchas las personas con grandes dotes magnetizadores, con una energía excepcional despreocupadas del aspecto moral. Hacen bellas demostraciones, impresionan, convencen, con todo, se mueven en la esfera del puro fenómeno, sin realizar aplicaciones edificantes en el campo de la espiritualidad. Es imperioso no olvidar, que el potencial magnético es un patrimonio común a todos con distintas expresiones que se gradúan hasta el infinito. Estos profesionales pueden curar, pero accidentalmente, cuando el enfermo es digno de la asistencia espiritual inmediata y con la intervención de amigos espirituales que lo favorezcan. Fuera de esto, los que abusan de esta fuente de energía explotándola en su provecho personal caen generalmente en la desmoralización, puesto que entran en un campo de fuerzas que les es desconocido y guiados por la vanidad o por la ambición inferior, fatalmente encuentran Entidades que con ellos tienen afinidad, sumergiéndose así en difíciles situaciones. Si no poseen un carácter elevado, susceptible de oponer un dique a la influencia viciosa, terminan succionados por energías más acentuadas que las de ellos, que en general son vigorosos hipnotizadores espirituales que están en las líneas atormentadas de la ignorancia y la crueldad, que les originan aflictivos procesos de obsesión. 66
Para curar es indispensable ciertas condiciones del Espíritu… Un corazón noble y la mente pura en el ejercicio del amor, de la humildad y de la fe viva para que los rayos del poder divino logren penetrar y salir de nosotros en beneficio de los demás. Para la sustentación de un servicio metódico de cura, esto es indispensable. En cualquier sector de trabajo la falta de estudio significa estancamiento. Todo colaborador que desista de aprender, negándose a incorporar nuevos conocimientos, se condena fatalmente a actividades de bajo nivel; pero tratándose del socorro magnético, conviene recordar que el trabajo es de solidaridad pura, lo cual requiere un ardiente deseo de ayudar mediante la invocación de la oración. Y toda plegaria, hija de la sinceridad y del deber bien cumplido, con respetabilidad moral y limpieza de sentimientos, es portadora de un inconmensurable poder. Analizada la cuestión en estos términos, todas las personas dignas y fervorosas pueden, con el auxilio de la oración, conquistar las simpatías de venerables magnetizadores del Plano Espiritual, quienes las utilizan en la obra de propagar el bien. Esto no es hipnotismo espectacular, si es un gabinete de cura en el que los mediúms transmiten los beneficios que recogen, sin la presunción de darlos de si mismos. Es importante no olvidar esta verdad para dejar sentado bien claro que, donde surjan la humildad y el amor, el amparo divino es seguro e inmediato. Algunos enfermos no logran ni la más leve mejoría, debido a que les falta el estado de confianza, pues es necesaria la fe, para que reciban el socorro que precisan. Es necesario que el enfermo presente una “tensión favorable”. Esa tensión procede de la fe. Una actitud de seguridad intima que se afirma, con reverencia y sumisión, en el conocimientos de las Leyes Divinas, bajo cuya sabiduría y amor procuran protegerse. Sin recogimiento y respeto en la receptividad no se consigue aprovechar los recursos imponderables que se brindan para el bien, dado que el escarnio y la dureza de corazón pueden ser comparados a espesas capas de hielo que cubren el templo del alma. El pase es una transfusión de energías que altera todo el campo celular. Todo Espíritu es el santuario de la Naturaleza. Renovando el pensamiento todo se modifica. En la asistencia magnética la ayuda espiritual se opera mediante el ensamble armónico de la emisión y la recepción, ayudando a la criatura necesitada para que ella se ayude a si misma. La mente reanimada vuelve a levantar las vidas microscópicas que la sirven en el templo del cuerpo, edificando valiosas reconstrucciones. El pase, como lo vemos, es una im67
portante contribución para quien sepa recibirlo con el respeto y la confianza que el debe inspirar. El pase puede realizarse a distancia, siempre que haya sintonía entre quien lo administra y el que lo recibe. Diversos compañeros compañeros espirituales colacol boran en el trabajo de auxilio a efectos de favorecer su realización y la oraor ción silenciosa será el mejor vehículo para la fuerza sanadora. Jesucristo, el Supremo Comandante de las Huestes del Bien, promueve y promoverá siempre el socorro adecuado, en las condiciones precisas; entreentr tanto, a fin de comprender las propias dificultades, se debe recordar que, en el grupo constituido por El mismo, Jesús, en los primero días del Evangelio, aunque el equipo se erigiese tan solo con doce compañeros, compañeros, no faltaron propr blemas y desarmonías,, negaciones y deserciones. Reflexionemos en eso, y aceptando la responsabilidad en el trabajo de servir, estaremos con el Divino Maestro, en las pruebas y aflicciones al frente, siguiendo hacia delante.
Trabajo realizado por Merchita Extraído del libro En los Dominios de la Mediumnidad de Chico Xavier
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