Año 1, N°11, Chillán, noviembre 2014 www.edicionesicd.cl
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Entrevista a Manuel Peña Visión poética de un cuento Estudiantes se sumergen en el mundo de Marta Brunet Concurso: gana libros con revista Leamos
LEAMOS AÑO 1, N°11. CHILLÁN, NOVIEMBRE DE 2014. Director: Jorge Díaz Arroyo Editora: Celeste Burgos Badal Diseños: Milton Vargas Fotografías: Jorge Díaz Arroyo Editorial La Flor Archivo del Escritor Licencia Creative Commons Colaboración: Loreto Mora Marina Montecinos Jorge Días Edita: Ediciones Investigación, Cultura y Desarrollo Financia: Fondo del Libro y la Lectura, CNCA. Imprime: Impresora La Discusión (que solo actúa como tal) Distribuye: Diario La Discusión Ediciones Investigación, Cultura y Desarrollo Tiraje: 3.500 ejemplares Sitio web: www.edicionesicd.cl Facebook: Revista Leamos - Chillán Correo electrónico: ediciones.icd@gmail.com Teléfono: 89653967 Domicilio: Luis Araneda 480, Chillán Viejo, Región del Biobío, Chile.
Mafalda: La nena cumple 50 años
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Manuel Peña, escritor: Cómo me enamoré de los libros
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Reseñas y recomendaciones: Visión poética de un cuento
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2° Concurso Vida y Obra de Marta Brunet
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Encuesta / concurso:
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© 2014. Todos los derechos reservados. Edita:
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Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura.
Próxima edición Jueves 25 de diciembre gratis junto a La Discusión 2
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Gestión cultural en Chillán: los desafíos pendientes
Una política del libro siempre se va a insertar en el marco mayor de una política cultural general; y una política cultural siempre se va a expresar en un contexto concreto, en una comunidad particular y objetiva. Esto es lo que hace que nos preocupemos por una política cultural en Chillán, en la que, entre otras, se insertaría una política sectorial del libro y la lectura.
Pero, ¿existe realmente una política cultural en nuestra ciudad? Probablemente no, pero si hay, al menos, un embrión de tal, una preocupación al respecto. Prueba de lo anterior es, entre otros elementos, el proceso de elaboración de un plan comunal de cultura, a instancias del Consejo de la Cultura y las Artes y el municipio local. La iniciativa ha estado bajo la dirección de Cristian Venegas, gestor cultural experimentado y conocedor de la ciudad, que ha implementado una metodología participativa y convocante para diagnosticar la realidad comunal y generar las propuestas de soluciones. Tras una Convención de Cultura, mesas sectoriales de discusión, y unas cuantas entrevistas personales a actores relevantes, ya hay un borrador para el plan de cultura a proponer al municipio, que hoy se encuentra en proceso de consulta y revisión, antes de su entrega. Sin embargo, según lo visto en las instancias previas del proceso, y la propia revisión crítica y constructiva de la realidad circundante, es posible adelantar algunos diagnósticos (y propuestas) preliminares: Por parte de los creadores y gestores locales sobran las ganas e iniciativas para la realización de diversas iniciativas culturales en la ciudad; lo que falta es la profesionalización de los procesos y metodologías (cuestión que pasa por formación, recursos, disciplina y autocrítica). Por parte del municipio, se advierte en la actual gestión una preocupación e interés es apoyar,
realizar y mantener una serie de iniciativas culturales. Mediante alianza con el banco BCI, el municipio local ha apoyado el festival de teatro ENTEPACH, la publicación de la revista cultural Quinchamalí y, desde su génesis, iniciativas como el Festival del Folclore Nacional organizado por Osvaldo Alveal, el Festival del Cantante Callejero, o creado la Unidad de Patrimonio, de fértil quehacer, entre otras instancias. ¿Qué falta? La articulación de la agenda, patrimonio, acervo e iniciativa cultural local, dotándola de una visión estratégica, dirección profesional, un equipo adhoc, y “relato”. Hasta el mundo privado, desde su propia lógica, se ha atrevido a apostar por la ciudad. Productoras locales han realizado en las recientes semanas espectáculos masivos (en casi una semana tuvimos presentaciones de Saiko, Stefan Kramer y Manuel García, por ejemplo); lo que se reforzará con lo que realice el anunciado casino local cuando ya esté operativo, sumándose a los espectáculos que durante todo el año realiza Magnolia Bar, entre otros centros de eventos. En suma, Chillán, con la debida articulación de creadores, productores, municipio y privados, debe lograr combinar en forma virtuosa la capacidad instalada (murales, museos,–algunos de exiguas visitas–, arquitectura), con el rico acervo compuesto por héroes, artistas, historia y tradiciones (O’Higgins, Colvin, Arrau, Brunet, Vinay, terremotos, fundaciones, mercado, etc.) y el rico talento emergente (donde el cine, la música docta y popular y la plástica parecieran mostrar un gran potencial). Todo lo anterior sin descuidar al público, al cual se le debe brindar no solo vías de acceso, sino también procesos e instancias de inducción y valorización artística, donde radica la auténtica formación de audiencias. Cuando todo aquello suceda, podremos comenzar a evidenciar una madurez cultural en que todas las artes, incluida la literatura, crezcan con propia fuerza. El director
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Antes que Lisa Simpson (de la popular serie animada “Los Simpson”) o Alex Dunphy (de la comedia “Modern family”) encarnaran el estereotipo de la niña inteligente, suspicaz, mordaz y comprometida con su realidad social, el dibujante argentino Quino, en el fin del mundo, daba vida a la precursora indiscutida del modelo: Mafalda. Hablamos de una niña de clase media que desde 1964, y por tan solo 9 años, apareció en el formato de tira cómica en los medios de prensa trasandinos, invitando a reír y reflexionar a sus lectores sobre el acontecer nacional y mundial, con desparpajo y agudeza. En este especial de revista Leamos homenajeamos al personaje y a su creador, y te contamos por qué Mafalda merece ser leída y mantiene su vigencia a 50 años de su creación. Por equipo revista Leamos
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MAFALDA El 29 de septiembre de 1964 apareció la primera tira de Mafalda en la revista Primera Plana. Desde entonces los lectores debieron familiarizarse con una niña de unos 4 años, que aún no iba a la escuela ni sabía leer pero, sin embargo, planteaba a los adultos agudas preguntas y reflexiones respecto al devenir mundial, la política argentina de la época y los absurdos del mundo adulto. Todo en un contexto de Guerra Fría, utopías sociales, inestabilidad política, hambruna y enfrentamientos bélicos en el Tercer mundo, y una suerte de revolución cultural, alentada por hitos como el hippismo, la píldora anticonceptiva, la emancipación de la mujer respecto a su rol tradicional, el Concilio Vaticano II y la música y el cine que derrumbaban antiguos moldes. Mafalda vendría a ser, entonces, una idealista en cuanto a sus aspiraciones, una pesimista respecto al diagnóstico del mundo en que vive y una desencantada de las instituciones y estructuras que permitirían, si hicieran bien su trabajo, un cambio positivo en el estado de cosas. Pero no todo es preocupaciones. La petisa es una fan de los Beatles (cuando estos eran un fenómeno vivo y no un clásico del pasado –hay que considerar que nuestro personaje hoy cumple 50 años–); comparte con una pandilla de amigos del barrio (algunos viven en el mismo edificio de ella–); con el tiempo sumará nuevas amistades; tendrá un hermanito (Guille); adoptará por mascota a una tortuga, a la que bautizará con el poco inocente nombre de Burocracia; irá a la Escuela y aprenderá a leer (informándose desde entonces también por el diario, pues antes solo lo hacía por medio del “noticioso” que pasan por la radio). Aunque desprecia la televisión por no hacerla pensar, de todos modos es fanática de la caricatura El Pájaro Loco, lamentándose de que nunca lo premien con un Oscar. Un detalle no menor es que odia la sopa, sin conseguir que su madre deje de prepararla. Aunque mantendrá su aspecto físico tras nueve años de publicación, Mafalda llegará, al final de la serie, a
Los padres de Mafalda
cuarto grado de educación básica, manteniendo su espíritu crítico, progresista y contestatario, sin por eso dejar de disfrutar con elementos propios de una niña, como la compañía de sus amigos, los panqueques y las vacaciones, que cada verano toma junto a sus padres. LA FAMILIA Como hija de una familia de clase media, Mafalda tiene como padres a una dueña de casa –que abandonó los estudios universitarios para casarse, cuestión que Mafalda le reprocha con regularidad y acidez–, y a un empleado de oficina, corredor de seguros, cuyo hobbie es la jardinería, que practica en macetas, pues viven en un edificio de departamentos, en un barrio residencial de San Telmo, Buenos Aires. Ambos padres son buenas personas, correctos y amables, con las preocupaciones propias de una joven familia sin mayores aspiraciones que el bien de los suyos. Pero es precisamente esta falta de relevancia la que hace que a menudo Mafalda manifieste un cierto desprecio por sus progenitores. Para la niña, la conducta de sus padres, de mirar sus propios asuntos, con indiferencia ante las cosas que suceden más allá de sus cuatro paredes, es un factor nefasto que, extendido, impide que el mundo cambie para mejor.
Miguelito, Manolito, Libertad, el Mundo, Mafalda, Felipe, Guille y Susanita
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No es infrecuente que Mafalda critique el conformismo de su madre con el rol de ama de casa o consulte a cualquier hora de la noche a su padre por algún asunto nada sencillo que la desvela. Con todo, la familia es unida y se quieren unos a otros.
diferencia de ella, gusta de la sopa. Con el paso del tiempo crecerá, dejará el chupete y será un integrante más de la pandilla de amigos.
Un asunto llamativo es lo ocurrido con el hermano de Mafalda, Guille. En 1966 la tira informa que la madre de Mafalda está embarazada (antes era hija única). Pero el mismo año ocurre el Golpe de Estado del general Juan Carlos Onganía, en Argentina, cerrándose el diario El Mundo, que por entonces publicaba la serie. Cuando Mafalda vuelve a circular tiempo después, en el semanario Siete Días Ilustrados, Quino, en rebeldía, da por sentado el tiempo transcurrido, mostrando a Guille como un bebé ya inserto en la familia. Guille, como todo niño pequeño, es egocéntrico y ve el mundo como algo que gira en torno suyo. Comparte con Mafalda el tener una mente ingeniosa y perspicaz, pero a
Al principio de la tira, los amigos de Mafalda son tres.
LOS AMIGOS
Felipe es el más cercano. Un año mayor que Mafalda, ya va a la escuela y por tanto sabe leer. Cuando, en las primeras entregas, Mafalda quiere saber algo que está escrito, le pide a Felipe que le lea. El muchacho vive en el mismo edificio que nuestra protagonista y comparte con ella algunos intereses, como los Beatles y jugar ajedrez. No obstante es algo flojo y siempre se encuentra agobiado por la escuela y los deberes. Tímido y soñador, es fanático de El Llanero Solitario, y a menudo se viste como él. Susanita viene a ser una suerte de antítesis de Mafalda. Arribista, chismosa y despreciativa, su sueño máximo es casarse con un hombre acomodado, ser dueña de casa y tener muchos hijos. Aunque a veces exaspera a sus amigos, forma parte del clan. Manolito es hijo del almacenero del barrio, y sigue sus pasos, pues sus padres le asignan varias responsabilidades en el manejo del pequeño negocio familiar, como atender y hacer los repartos. Aunque le va bastante mal en los estudios, muestra ingenio e iniciativa para resguardar los intereses del almacén, como, por ejemplo, idear disparatadas estrategias de marketing. A veces es inescrupuloso en los negocios, pero es una buena persona. Sufre algo de violencia física en su casa, en la forma de castigos por parte de sus padres, y resulta ya abusivo que le asignen más importancia a su rol en el negocio que a los propios estudios del niño. Manolito, en la historia, representa los (anti)valores del materialismo mercantil, y el conservadurismo chato: odia a los Beatles y prefiere
todo lo que es tradicional. Miguelito se integra más tarde al grupo de Mafalda. Es el menor, sin contar a Guille. Soñador (aún más que Felipe), pareciera estar siempre en la luna, preocupándose de temas algo absurdos y existenciales, muy pendiente de sí mismo y su lugar en el mundo (lo que evoca de pronto a las elucubraciones de nuestro nacional Papelucho). Libertad es el último personaje que se une a la pandilla de amigos. Mafalda la conoce en la playa, durante unas vacaciones, pero resulta que viven cerca en la ciudad, así que siguen viéndose. Libertad, aunque no es la de menor en edad, es la más pequeña de estatura, toda una metáfora creada por Quino, en tiempos en que en Argentina se vivía represión política. A veces más audaz que la propia Mafalda, Libertad suele rayar en la desfachatez, con frases sentenciosas y desplegando una gran autoconfianza. LOS LIBROS Joaquín Salvador Lavado, el verdadero nombre de Quino, luego de nueve años, se manifestó cansado de dibujar y escribir al personaje, cuestión que expresó incluso en la propia tira. Siendo consecuente consigo mismo, y con los valores defendidos por Mafalda, su creación, terminó de publicarla en 1973, evitando agotarla (y agotarse) por un cálculo comercial, pues la buena recepción de la serie nunca decayó. Fueron apenas 9 años que, no obstante, han transcendido hasta transformar a Mafalda en un clásico traducido a más de treinta idiomas, que sigue agotando ediciones y conquistando nuevos lectores en el mundo.
Quino ha reflotado a Mafalda en contadas ocasiones, siempre con el propósito de apoyar alguna causa noble, como los derechos del niño, a instancias de la UNICEF, por ejemplo. Las tiras han sido reeditadas en una colección de 10 libros, que en Chillán se encuentran en la Biblioteca Volodia Teitelboim para préstamo gratuito, y a la venta en librería Más Libros. Por otra parte, la investigadora Sylvia Walger publicó junto a Quino, en 1988, Mafalda inédita, con tiras nunca antes recogidas en libros. Allí la autora da cuenta de los orígenes del personaje y, sobretodo, del contexto mundial, continental y nacional del periodo en que se publicó la tira, dando ejemplos concretos de alusiones a algún asunto público. de la época. Este trabajo se encuentra disponible en la Biblioteca Arturo Matte. En suma, Mafalda es una mixtura de humor, excelente narrativa gráfica, y estimulante instrumento para despertar interés en niños (y no tanto) por lo público, lo social y lo político. Pese a la visión crítica respecto a muchos temas, la serie está llena de ternura, lo que actúa como bálsamo de un mundo que no es perfecto, y que, por lo mismo, reclama nuestro compromiso en el pequeño radio cotidiano. Pese al aparente pesimismo, Mafalda nos reclama esperanza... y acción.
Mafalda
(serie de diez números) Quino Ediciones La Flor Biblioteca Volodía Teitelboim Préstamo gratuito
Mafalda inédita
Quino y Sylvia Walger Ediciones La Flor Biblioteca Arturo Matte Préstamo gratuito
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Manuel Peña Muñoz
investigador y especialista en literatura infantil y juvenil:
Invitado por el Plan de Fomento Lector de la Biblioteca Municipal Volodia Teiltelboim, el Dr. Manuel Peña Muñoz presento en dos sesiones la conferencia “La literatura infantil y juvenil: de la tradición a la modernidad. De los autores clásicos a las tendencias contemporáneas”. En ambas oportunidades mediadores de la lectura, como profesores/as, educadoras y asistentes de párvulo, coordinadores/ as CRA y profesores/es en formación tuvieron la oportunidad de contar con una visión de la literatura infantil y juvenil, que dió cuenta de su evolución.
Por María Loreto Mora Olate Manuel Peña es figura señera en el campo de literatura infantil y juvenil en Chile y Latinoamérica, a la cual ha puesto en valor con su labor investigativa y crítica, que ha sido un inmenso aporte para la difusión y reconocimiento de este género. Destacan sus obras Historia de la literatura infantil chilena (1982); Para saber y cantar, el libro del folklore infantil chileno (1983); Folklore infantil en la educación (1994); Alas para la infancia, Fundamentos de literatura infantil (1995); Había una vez en América. Literatura infantil en América Latina (1997) y Lima, limita, limón. Folklore infantil iberoamericano (1998). ¿Cómo te enamoraste de los libros? Desde niño, justamente, cuando empecé a leer y a escribir mis primeros diarios de vida, ahí me gustó la escritura. Y la lectura, a través también de los libros que una madrina me regalaba, tanto en blanco, que eran los diarios de vida, libros para que yo escribiera, como los libros de lectura. Había uno que se llamaba Libro de lectura, de Manuel Guzmán Maturana, ahí la selección era muy buena, porque venía poesía,
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venían cuentos. Yo me lo leía en la primera semana, entonces pensaba: ¿cómo vamos a estar todo el año con este puro libro? Me gustaban los cuentos que salían ahí, incluso los poemas de Gabriela Mistral los encontraba lindos, sin saber quién era Gabriela Mistral. Y esos libros me incentivaron a leer los otros libros, como los de Julio Verne, ya después, de poesía, las de Gustavo Adolfo Bécquer. Después empecé a leer los libros chilenos, por ejemplo Papelucho. Un detalle: cuando yo estudiaba en mi colegio no había biblioteca, entonces me conseguía los libros o me los regalaban, por lo tanto empecé a hacer mi propia biblioteca. ¿Qué personas fueron significativas para ti como mediadores de lectura? En mi casa no había libros, mis papás no eran lectores, pero tuve una madrina que fue la que me incentivó en la lectura y en la escritura, porque fue ella la que me regalaba los libros. Mi madrina, era buena lectora, descendiente de escoceses del Cerro Alegre, en Valpraíso. En esa
casa, todas las hermanas que había leían novelas. Y entonces esta madrina, desde muy niño, me empezó a regalar libros de cuentos, por lo tanto a ella siempre la asocio con la lectura y con la escritura, porque junto con los libros, ella me regalaba los diarios de vida para que los escribiera. Y si no tenía nada que escribir, me decía “inventa, tú puedes inventar un viaje como Julio Verne, que inventó un viaje al mundo en ochenta días y a lo mejor nunca lo hizo, seguro que no lo hizo, lo inventó, entonces tú puedes inventar esos viajes también”. ¿Por qué crees tú que a los niños y a los jóvenes chilenos no les atrae mayormente la lectura? Porque hoy en día hay más distracciones. Cuando yo estudiaba no había ni televisión ni había mall, ni había internet, ni habían medios electrónicos. Entonces, la recreación era a través de la lectura. Incluso en una generación anterior a la mía, la recreación era la revista El Peneca, donde los niños se abalanzaban en las estaciones de trenes para buscar la revista. Para mí, la lectura de un libro es insustituible; tú también puedes leer en tablet y estar conectado en el chat y tener internet. Yo tengo también todo eso, pero no abandono el libro. ¿Cuál es tu apreciación en torno al desarrollo y al avance de literatura infantil y juvenil en Chile? Han aparecido muy buenos ilustradores, sobretodo. La ilustración está por muy buen camino. Y la literatura misma yo creo que tiene exponentes fabulosos, por ejemplo los dos premios municipales que se acaban de dar ahora en Santiago: Jorge Baradit en literatura juvenil me parece un excelente ejemplo y en poesía, en literatura infantil, María José Ferrada, ella ha ganado todos los premios. A esta autora la considero el mejor exponente de literatura infantil chilena. ¿Cuáles serían para ti los imperdibles de la lectura que los niños y niñas no deberían dejar de leer? Los libros de Roal Dahl y los de María José Ferrada, en Chile. Los libros de Dahl, porque forman a los niños con espíritu crítico. Antes era una literatura que buscaba al niño sumiso; hoy día no, se busca un niño con espíritu crítico y eso es un concepto que el adulto también tiene que comprender, porque el mediador de lectura o el profesor que no está sensibilizado, puede incurrir,
por el contrario, en formar a un niño que sea obediente. Ese era el concepto que había antes, tanto en literatura infantil como en la educación. Tanto en Roal Dahl como en la educación contemporánea se busca que el niño opine, incluso sea crítico. Papelucho era un niño muy crítico, pero el adulto no se daba cuenta de eso, el mediador de lectura o el profesor creía que era un libro simpático, y no, era un libro crítico. ¿Qué sugerencias nos darías tú a los profesores para ser mejores mediador de lectura? Que se formen ustedes. El mediador de lectura tiene que formarse él, no solamente en literatura infantil, sino que en temas que están en el mundo adulto, porque éstos están también en el libro infantil. Sobre todo hoy, que le niño está también conectado a internet, no hay tema que el niño no conozca. El adulto tiene un prejuicio de que le niño no entiende, por eso que el mediador tiene que estar muy alerta a esos temas y a saber escoger libros, comentar y conversar con los niños. ¿Qué te parece a ti la incorporación de temáticas como la homosexualidad y homoparentalidad en literatura para niños? Todos los temas hoy día están en los libros infantiles y juveniles, lo importante es el tratamiento, especialmente hoy en día a través del libro-álbum, que justamente recoge los temas difíciles como el maltrato infantil, el abuso, el suicidio. Ahora, por ejemplo, vimos en el comité de selección de la revista Había Una Vez, un libro que nos llegó, también presenta el tema de la sexualidad, con un libro que se llama El niño perfecto, o Rey rey. En realidad hoy día esas realidades no hay que ocultarlas, hay que presentarlas y mucho mejor, presentarlas a través de un libro en vez de un reportaje morboso en la televisión. Si dichos temas están abordados a través del arte, a través de la literatura y a través de la ilustración, si eso está bien hecho, me parece perfecto. Y fíjate que Papelucho tocó temas tabúes en su momento, en el año1947: el tema del bullying, que no se usaba a palabra, está presente, porque el niño tiene siempre temor de que le arrebaten el diario y lo boten a la basura, que al final se lo botan, y eso es bullying.
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Visión Poética de un Cuento Se acerca el fin de año y con ello la navidad, donde son bienvenidos los textos con un mensaje profundo y humano, posibles de leer por grandes y chicos (o mejor aún, de leerse en conjunto por grandes y chicos). Uno de esos títulos es “El Maravilloso Viaje al Fin del Mundo de Pipilo y Maruca”, del escritor Remberto Latorre Vásquez. Por Jorge Dias, poeta. Autor de “Fruto Tardío” y “Antología Imaginaria”
Cuando tuve mi primer contacto con este trabajo, me predispuse a encontrar en sus páginas a poderosos gigantes, brujas malvadas, monstruos de tres cabezas, quizás sofisticadas máquinas bélicas, princesas encantadas, en fin, historias ya narradas en cuentos clásicos de la literatura infantil y juvenil. Craso error. En un lenguaje claro, sencillo y poético, el autor, con oficio y maestría nos relata un cuento atípico en este género literario. Su pluma nos lleva a una zona rural de nuestro país, posiblemente los alrededores de Rengo, en la región de O´Higgins, a mediados del siglo pasado. No da nombres. Sólo el de algunos personajes: los hermanos Pipilo y Maruca, su tía Lola, Huguito, la vecina Casilda y las mascotas Sultán y Lirón… Tampoco el autor cree necesario describir sus rasgos físicos. Después comprenderemos sus razones. Ambos hermanos están colmados de preguntas y ansiosos de respuestas: -¿Cuándo nos vas a llevar a conocer el fin del mundo, papá?- pregunta Pipilo.
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-¿La rosa tiene pistilo, papá?- interroga la niña. Leen libros sobre botánica y hormigas, que el padre les ha regalado. Aman la naturaleza y están rodeados de ella: se deleitan con arroyos luminosos, donde suelen jugar a perderse entre sauces y álamos nuevos. En el lugar escasean las viviendas y a los cercos los cubre la zarzamora. De vez en cuando visitan el hogar de la tía Lola y un corredor enladrillado los recibe. En su patio cría aves de corral mientras zorzales, tordos y golondrinas se hacen los invitados. La Tía dice: “mi pequeño zoológico de aves en tránsito nos espera”. Muy cerca, un pequeño bosque guarda sus misterios y en la lejanía se escucha el paso de un tren que huye… Es el mundo tangible de Pipilo y Maruca; pero también poseen un riquísimo mundo interior, pleno de fantasías, de sueños y duendes. La imaginación los hace inventar cuentos donde ellos son los protagonistas. Entonces lo real y ficticio se mezcla, creando un universo de mágicas aventuras. La brisa, la lluvia, el viento, adquieren rasgos humanos y a viva voz dialogan con nuestros héroes… Después una gota de agua se transforma en burbuja y, en su interior, los lleva hacia el fin del mundo, impulsados por el Viento Sur.
bosques misteriosos o en sus andenes solitarios, nos acerca a lo que fuimos, nos sienta ante el fogón de las sombras fugitivas, nos hace niños otra vez, nos empuja oscuramente a las raíces de la tierra y a encantarse con el sol y la grandeza del cielo”. Pueden, peyorativamente, nostálgicos.
catalogarnos
de
Claro, el materialismo y el consumismo exacerbado quieren hacer del pasado olvido. Combaten la nostalgia como una de las principales enfermedades del ser humano, de las sociedades, de las personas. Ellos no saben que el Paraíso Perdido de cada uno de nosotros es la infancia. Hay, ciertamente, infancias desdichadas, pero, incluso en ese caso, yace en el corazón del niño un misterio de felicidad. Como lo expresó Erich Fromm en una de sus obras, vivimos en un tiempo de placeres sin alegrías. Ciertamente, este libro nos lleva por el camino correcto. Y nos da el coraje para viajar a la lejana aldea, allí donde no hay pasado; allí donde los disfraces solo sirven para jugar.
Será un viaje de autodescubrimiento y de exploración. Un viaje donde los pequeños lectores aprenderán que lo solidario es necesario, que la gratitud es la memoria del corazón, que somos unicidad con el entorno, que el hálito de lo sagrado puede ser percibido en cada instante de la vida, que no somos una simple fórmula y que es posible soñar y encontrar en nuestro interior la semilla de la eternidad. Pero para los adultos como usted y como yo, que aún llevamos consigo ese niños que un día fuimos y que se niega a morir, este libro… ¿qué puede significar? Le contesto con palabras del poeta Efraín Barquero: “Es la infancia, la ventana encantada de la infancia, la que vuelve a abrirse como un rostro humedecido y tristemente alegre de tanto asombro y lejanía. Es la voz antigua de la lluvia, que en lugar de extraviarnos en sus
El Maravilloso Viaje al fin del Mundo de Pipilo y Maruca Remberto Latorre Ediciones Investigación, Cultura y Desarrollo Incluye ilustraciones por el autor Disponible en: Librería M Libros Librería Max-van Librería Más Libros $7.000.-
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2° Concurso Poema a Marta Brunet Por Marina Montecinos Obrera sublime Bendita escritora El logro y el triunfo Serán para ti. Los años que dicen Descansa es la hora De que tu público Haga reverencias en ti. Más no desesperes No todo en el mundo se da. La “excesa crudeza” Que algunos critican Es solo en ellos La falta de realidad.
Este espacio es para ti. Envíanos tus colaboraciones en la forma de relatos, crónicas, microcuentos, poemas, comics (una página como máximo) a ediciones.icd@gmail.com para ser evaluados por nuestro equipo y publicados en el siguiente número en esta sección.
Marta Brunet será siempre Una gran escritora Y una excelente periodista Con mucha bondad.
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“Vida y Obra de Marta Brunet”
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l Liceo Bicentenario Marta Brunet Cáraves, de Chillán, celebró hace pocos días la segunda versión del concurso artístico para estudiantes, que indaga sobre la vida y obra de la escritora que da nombre al establecimiento.
Los ganadores en las distintas categorías fueron:
Haciendo una convocatoria en las áreas de infografía, poesía, pintura y cómic, en este último caso, abierta a estudiantes del propio establecimiento, como de Liceos, escuelas y colegios de la comuna, la iniciativa buscó que, por medio del arte y la comunicación, los estudiantes indagaran sobre la Premio Nacional de Literatura de 1961 y autora de Montaña Adentro, manifestando sus propias ideas sobre esta figura señera de las letras chilenas.
Poesía: Primer lugar: Marina Montecino
Infografía Primer lugar: Valentina Navarrete
Pintura: Primer lugar : Alinne Aitken Cómic: Primer lugar: Francisca Henríquez Quintana, de la Escuela Capilla Cox Segundo lugar: Raciel Molina Durán, del Liceo Marta Brunet Tercer lugar: Camilo San Martín, de la Escuela Rosita O´Higgins. Revista Leamos felicita la iniciativa del Liceo Marta Brunet, como a los ganadores y participantes del concurso.
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En revista Leamos estamos a punto de cumplir un año acompañándote, y seguiremos por todo el 2015 en la misma labor. Sin embargo, sabemos que debemos mejorar constantemente como revista, y por eso pedimos tú ayuda. Escribe a nuestro e-mail ediciones.icd@gmail.com o mándanos un mensaje privado a nuestro Facebook Revista Leamos – Chillán, con el texto “Concurso revista Leamos” y te enviaremos un breve cuestionario de 5 preguntas que podrás completar en apenas 2 minutos.
Lo que nos cuentes no influye en las posibilidades de ganar. Solo necesitamos tu honestidad y entusiasmo. Habrá tres ganadores. Cada uno obtendrá uno de los tres títulos que aparecen más abajo (puedes manifestar cual te interesa más). El plazo para contactarnos vence el 15 de diciembre 2014.
¡Escríbenos!
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Sewellman: misión en Rengo Salazar y Díaz Cómic
Tus zonas mágicas Wayne W. Dyer Creciemiento personal
Buick 8 Stephen King Suspenso
Dónde leer en Chillán 1
Biblioteca Pública N°10 Arturo Matte (Av. O’Higgins 1303, al llegar a la esquina de calle Schleyer)
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Librería Maxvan Librería Más (Isabel Riquelme Libros 518) (El Roble 884)
5
La Libroteca (Mercado Techado,segundo piso, local 82)
6
Ediciones Jelvez (Mercado Techado, primer piso, al costado de escalera central)
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Av. O ´Higg ins
Biblioteca Municipal Nº 293 VolodiaTeiteboim (Arauco 974, entre Arturo Prat y Cocharcas)
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El Arca de Noé (Plaza Sargento Aldea, local 167, Feria Artesanal)
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Av. E cuad or Edisur (En Constitución, interior Galería Concepción al cruzar con la Galería Yarur)
Av. O ´Higg ins
Plaza San Francisco
Bulnes
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Claudio Arrau
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El Roble
.O Av
Librería M Libros (esquina de Constitución con Carrera)
Liberta d
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8 10
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Hospital
Mall Arauco c
Plaza La Victoria
4
Arauco 1
Sargen to Alde a
Arturo Prat
Isabel Riquelm e
Av. C ollin
Maipó n 7
5 de ab ril
Carrera
5
Diecioc ho de s eptiem bre
ns gi g i ´H
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Vega d e Saldía s
Constitu ción
Cocharc as
Gamero
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Av. A rgen tina
Av. B rasil
Plaza Santo Domingo
La Juventud del Libro (Av. Libertad 1106)
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2
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Puntos de referencia
lugares para obtener libros en Chillán
Todo Libro 2 (El Roble 934)
Librería Todo Libro (Libertad 774)
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Jumbo (Carretera Longitudinal 134)
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