Monólogos

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MONร LOGO S Curso : 2ยบ ESO 2014-2014


Cuando me preguntaban de pequeñito: -¿Y tú qué quieres ser de mayor? Yo siempre contestaba: -Médico, policía, bombero… Pero nunca dije profesor, y mirad hoy donde estoy, de lunes a viernes con la tiza y los libros en la mano. Me metí en este ```fregao´´, porque pensaba que era un trabajo bonito, acogedor, por eso de trabajar con niños, pero ya te digo yo, que eso no es así. Llevo 20 años en esta profesión y ``hay de todo como en bótica´´. Cada mañana que voy a mi trabajo, se a lo que me voy a enfrentar, pero lo que no sé, es de qué manera y cómo lo haré. Esto es igual que los toreros, saben que se van a enfrentar a un toro, pero no saben, si el toro será bueno, si dejará llevarlo por el pitón derecho… Por suerte o por desgracia, no lo sé todavía, de las tres ramas que se pueden tocar si te dedicas al mundo de la enseñanza y de la educación, pues yo he tocado dos: Primaria y Secundaria. La verdad es que mi experiencia ha sido similar en los dos casos. Siempre me he encontrado con todo tipo de alumnos, de los cuales algunos terminas harto de ellos. Uno siempre piensa que en la Secundaria los alumnos serán más maduros, inteligentes, pero ¡qué va!, son peores. Éstos son bultos de carne, sentados en una silla, alguno de ellos muchas veces están adormecidos. ¡Dios sabe lo que llevarán en su cuerpo! La primera etapa de mi profesión ha transcurrido en la Primaria. Al principio como era un novato, al ver esa clase de chiquillos que tenía delante, me asusté un poco, pero luego te vas acostumbrando. Yo como profesor de Primaria, siempre me quedaba la esperanza de que todo lo que hacían los niños, era porque son un poco inocentes, lo hacen de manera inconscientemente, pero he podido comprobar que no es así. Que el que es así, es porque Dios lo quiso. Siempre en un aula de Primaria, tienes los alumnos excelentes y empolloncillos, los cuales siempre coges de ejemplo para enseñar su buen comportamiento a los otros niños que revolucionan la clase. También son esos que no te dan ninguna serie de problemas y llegan hasta el punto, de que no hace falta ni llamar a sus padres para tener una tutoría. Luego están los que no son muy empollones, los que están solo de cuerpo presente y su mente está en otro lado. Pero bueno, con esta clase de alumnos no estás muy a disgusto, ya que como no hablan, no molestan. Y el otro tipo de alumnos que a su vez, se pueden dividir en otras clases, son los que incordian la clase. Están los que molestan, pero medio trabajan. Siempre están distraídos, pero luego a la hora de la verdad, te preguntan: -Profe, ¿qué había que hacer?, es que no me he enterado muy bien. 2


Siempre le respondo: -Claro que no te has enterado, si hubieras estado atento. Otros son los que molestan, pero a la vez te sacan una sonrisa pero interior, ya que no te puedes reír, porque si no piensan que son unos ``graciosillos´´. El siguiente subgrupo son los que no paran en todo el día y siempre te niegan que han hecho algo y encima de todo, de ser unos mocosillos, se enfadan imitando a sus dibujos favoritos. Por último, están los que parecen unos ratoncitos, que hacen las travesuras con fineza y delicadeza y se meten por todos los rincones. Pues bueno con todo esto que he dicho, he intentado hacer un resumen con lo que me he encontrado en mi recorrido por la Primaria. Bien, pues ya que llevaba 10 años en el mismo colegio y medio estaba a gusto y acostumbrado a esto, un 3 de septiembre, recibo la noticia, de que mi lugar ahora está en un instituto y aquí estoy hasta el día de hoy. Llega el primer día de clase y de nuevo me enfrento a otra serie de ``seres extraños´´ con distintos comportamientos. Aquí aunque uno no quiere ver la realidad de que los alumnos son bastantes malos, la ves. Son niños que son ya casi adultos, pero son unas `` cabezas de chorlito´´. Vamos que tienen más cabeza los niños en esta sociedad, conforme son más pequeños. Aquí es realmente donde puedes palpar los alumnos que quieren tener en un futuro, un trabajo asegurado. Se preocupan, sus exámenes son buenos… Pero por desgracia, éstos son la minoría de la clase. Los demás son punto y aparte. Están los que siendo un recién estrenado adolescente, ya lo han probado todo, y en consecuencia, sus neuronas son muy pocas y no pueden dar más. Les dices: -¿Vas a trabajar ya de una vez? -¿Qué…? Sí, mañana. Otros alumnos son los listillos y listillas, que se creen mucho, líderes de sus compañeros y en realidad no son nada. Los guapos y las guapas, que se piensan que van a triunfar en la vida por ser unos guaperas, pero están bastante equivocados. ¿Qué es eso de llevar los cuellos de las camisas subidos?, ¡qué horror! Los que están más tiempo expulsados que en clase, conocidos como los malotes, también los contestones, que no se callan ni una. Y por último están los que parecen que no han roto un plato, que son alumnos ejemplares, pero luego parece ser que han roto vajillas.

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En fin, esto es una caja de sorpresas. Con esto de mi profesión puedo afirmar que no es oro todo lo que reluce. Así que si queréis ser profesor, pensad si queréis esto.

Yolanda Ana María Mirón Ortega, 2ºA.

Hola a todos. Bueno…¡qué tiempo hace hoy! ¿no?. 4


Sí, ya lo sé… es una pregunta algo cliché, pero realmente esta mañana no me he levantado de buen humor, porque ¿quién se levantaría de buen humor si se despierta oyendo a su vecino cantar Camela? Una suerte que no haya un vendaval. A lo que voy. Hoy he venido a hablaros de mi época escolar ¡qué bonitos recuerdos! ¿no?, sí… sí…sí… Aún recuerdo los gritos de la maestra para que me callara… melodía para mis oído… mejor no sigo que me pongo sentimental. En realidad, a lo que he venido a hablaros hoy es de los tipos de estudiantes, porque sí, nos clasifican a todos como si fuéramos animales, aunque… algunos lo eran. El primer tipo que seguro todos conocemos es el o la empollona, cerebrito y un sinfín de apodos más. Bueno, realmente no hay mucho que decir de este tipo de estudiantes. Siempre participan en clase, siempre tienen la tarea hecha y además bien, y nunca sacan menos de 8, ¡ahh! Son el principal foco de odio de los demás estudiantes. Que un día, por lo que fuese, tú no habías hecho la tarea, esa que contaba 4 puntos en la nota final, y al empollón no se le ocurría mejor idea que levantar la mano… bueno, algunos ya ni eso iban directamente a bombardear al profesor, y decir, con su típica voz de empollón: -

Profesor, hoy era el último día para entregar el trabajo.

¡¡¡y se quedaba tan pancho!!! Creo que si las miradas mataran, muchos empollones estarían achicharrándose en el núcleo de la tierra. Y para los que no somos empollones la traducción es “estirar la pata”. También había uno al que yo llamaba el “tocapelotas” y es que literalmente eso era lo único que hacía, aparte de molestar, claro está. Que tú veías como la maestra se ponía roja de la rabia con sus tonterías, y mentalmente decías: “mándalo ya para dirección, si lo está pidiendo a gritos…” Pero no, lo único que hacía era amenazarlo con llamar a sus padres. Sin embargo, todo estaba perdido el día que lo sentaban a tu lado, para ver si aprendía algo de ti… decían y tú pensabas: “¿acaso me odia la profesora? ¿tan mal le sentó que escribiera que su clase era una auténtica mier…pérdida de tiempo en la pizarra?” Y mira que intenté cambiar la letra. En fin, a lo que íbamos, al principio evitabas cualquier clase de contacto con el individuo. No veáis la de malabares que hacía… y la profesora no es que ayudara precisamente… -

A ver Pepita, ayuda a Juanito a hacer estos ejercicios.

Claro, ella ajena a mis intentos de salir con vida de aquel infierno, lo único que se le ocurría era que yo estableciera conversación con Pepito. Y claro, surgía aquella chispa y tú sabías que a partir de ahí, todo había cambiado, que nada volvería a ser igual. A partir de ese momento, las clases eran risas y más risas, causadas por él, claro, y la profesora solo me regañaba a mí, ¿podéis creeroslo? A mí, un ser inocente, que solo tenía el 5


puro sentimiento de estudiar. Era él el que me corrompía en contra de mi voluntad. Así iban pasando los días hasta fin de curso, y para ese entonces ya era toda una “chica mala” o “tocapelotas” en su defecto. ¡Qué recuerdos más bonitos tiene una de su época como estudiante! Además, estaba el típico chico malo, el que se distinguía del tocapelotas, porque fumaba, bebía e iba de juerga todas las noches. Bien, sentaros porque aquí hay bastante que contar. Primero, las pintas que llevaba este no eran normales, siempre, siempre iba de negro y en cuero, la típica chupa de cuero, pantalones cagados , pero no lo suficiente para ver los ahorros de su hucha, botas militares, que tú creías que iban a partir el suelo de lo mucho que pesaban, y a veces, tatuajes y piercings. Y yo pensaba: “este en verano no saldrá de casa, claro, porque para ir por la calle a 40º, de negro y en cuero, hay que tenerlos bien puestos”. Para colmo el tipo en cuestión estaba dotado de un notable atractivo físico, un adonis para las jovencitas. Musculoso como los luchadores de Pressing Catch, e intimidante como Mario Vaquerizo sin maquillaje. Lo más indignante era que pasaban de año sin mover un dedo, y una esforzándose aquí por aprobar… aunque yo creo que era porque los profesores le tenían miedo, sí…seguro que era eso… porque era levantarse él y todos callados. Además siempre llegaba tarde y los profesores ni mu, que yo me decía, para mí misma, claro “que como se lo llegue a decir a él me mete una zurra que hasta Dios se tapa los ojos, para no verla”, bueno, y a lo que iba, yo pensaba, en mi mente de estudiante, un montón de cosas no precisamente bonitas para decirle, y es que tanta injusticia indignaba. Ahora mismo, hablando de éste me entra una rabia que ni los valiums me calman. Luego estaba ese estudiante que tú lo veías y te daba pena por él, por sus padres y por su mascota, si es que tenía, porque es que era verlo y saber que no tenía más futuro que el de trabajar en un Mc Donald. Ya sabéis de quién hablo… sí… del vago de la clase. Éste estaba todo el día sacándose los mocos, bueno, eso cuando no estaba durmiendo o comiendo. El vago es ese que siempre va en chándal, y yo juro que una vez vino en pijama a clase y con la almohada en la mochila. Claro, así cualquiera querría venir a clase. No creo que haya mucho más que contar de él, puesto que no hacía nada en todo el día, aunque lo que sí era gracioso era ver cómo lo pillaban los profesores durmiendo en clases, que empezaban a gritar cual espartanos en la guerra de Troya, que mira que hay que ser un poco brutitos para hacer eso para que despertase el alumno, y claro, pobrecito … se despertaba sobresaltado, con la baba colgando y aún medio dormido. La verdad no me extrañaría que hubiera casos de estudiantes vagos muertos por culpa de los infartos que les provocan los profesores con sus gritos, y creo que la palabra “gritos” se queda algo corta. Y por último estamos los normalitos, y fijaos que he dicho estamos, porque me incluyo en ellos. Los normalitos éramos aquellos que sacábamos notas entre 5 y 6 , a veces hasta 7 si nos motivábamos. 6


Bueno, dejadme pensar más cosas, que tengo que dejarnos con una muy buena impresión. Los normalitos nos esforzábamos con toda nuestra alma en sacar adelante nuestras notas, atendíamos en clase, o la mayoría de veces hacíamos como que atendíamos, y nos dormíamos por dentro, sí, ese momento es un poco estudiante vago. Podría decirse que todo nos salía no bien, pero tampoco mal, era como un equilibrio entre las dos cosas, como el yin y el yan, aunque no tengan mucho que ver. También teníamos nuestros momentos idiotas, por qué no. Eran esos en los que tú te estabas partiendo la caja de la risa en clase, y en cuanto el profesor /a o lo que quisiera que fuese se daba la vuelta, tu semblante se volvía serio. Pero eso no engañaba al profesor, quien veía cómo tu cuerpo sufría espasmos y sacudidas causados por la risa. Aún así, nosotros siempre respondíamos lo mismo: -

¿queééé? Si no estamos haciendo nada.

Como veis era una vida estudiantil muy normal, sin contar las veces que las hormonas nos afectaban, claro. Bueno, creo que será mejor que me vaya yendo ya, porque acabo de ver a Scott, quien, por si no lo sabéis es el chico malo del que os he hablado antes… y pensad en qué grupo estáis y si ha cambiado el mundo estudiantil con el paso del tiempo.

DIANA IOANA MARTENIUC

Cuando me preguntaban de pequeñito:

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¿Tú qué quieres ser de mayor?

Yo contestaba: 7


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Futbolista, político o jubilado.

Pero claro para ser futbolista hay que correr, correr mucho y enfrentarse a lesiones terribles, además los vestuarios huelen muy mal, y yo prefiero ver cómo juegan ellos a jugar yo; más tarde probé con el baloncesto, por lo menos en este deporte no me peleo con el primero que me hace falta, o con el árbitro por pitarme fuera de juego, en el basket lo máximo que pueden hacerte es un tapón, cosa que prefiero a una entrada por las espaldas en la que peligren talón de Aquiles y tobillo. Ser político…, ser político está bien, pero para robar ya hay muchos, y por mucho que pueda prometer y prometa, cuando me pongan los jureles delante…, ¡Para eso me hago carterista! La opción de jubilado está bien, tipo Kiko Rivera, pero si no salgo con alguna famosa, o mi padre no se hace torero lo veo difícil. Descartadas estas tres opciones, estudié magisterio, una carrera perfecta, un mes de vacaciones entre verano y semana santa, más puentes y unas vacaciones interminables, entras a las nueve, sales a las dos y por la tarde a urgarme los pies y a ver el fútbol. Comencé dando a parvulitos, pero limpiar mocos y quitar pegotes de amor del pañal, no era de mi agrado. Fue entonces cuando decidí ser profesor de la E.S.O, (en menudo “fregao” me metí, ¡qué zagales más insoportables!). A los pocos días descubrí las divisiones grupales de todas las clases de niños de entre 12 y 18 años.

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Los empollones, que no salen de su cuarto ni para cagar, (yo creo que tienen un wáter portátil al lado de su cama), y que viven “con la mano levantá”, estresándote para conseguir ese ansiado puntito azul en su casillero que les marque como el mejor alumno de su promoción.

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Los frikis, pegados al ordenador, con canal propio de YouTube y sobre todo obsesionados con el porno.

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El medio metro, también conocido como el pitufín de la clase, individuo que molesta, estorba e incordia hasta tal punto de querer tirarlo por la ventana (y sin paracaídas)

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Y el contestón, el “Homo Manius”, y que vive en frases como “es que me tienes manía”, “Paco también lo ha hecho y no le has dicho nada” o “Para ti todo lo que hago está mal”.

Pero lo que sí que me derrota, es esa madre que tras las cuatro expulsiones de su hijo te dice que “En el fondo Manuel es bueno, sólo que le gusta llamar la atención”. Y llegan a la tutoría y te cuentan el bautizo de Manolito, la niñez de Manolito y la comunión de Manolito.

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Yo esperaba que me contase el primer porro de Manolito, porque el jodío se tira todo el día fumando. SERAFÍN

Verán, cuando yo era pequeño, y me preguntaban qué quería ser de mayor, yo respondía médico, policía y sobre todo profesor.

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Ahora que he conseguido ser profesor, los niños me parecen unas personitas que cuando son pequeños son muy bonitos, porque cuando yo empecé me saludaban, me regalaban cosas, me daban besos,…. Ahora que han crecido cava vez salen peor. Los niños son malos, son diablos, son maquiavélicos, ¡¡ no me gustan una mierda!! Una banda de niños tiene más peligro que una jauría de bóxers asalvajados. Un niño no es consciente de lo malo que es. Si fuese consciente, sería más malos todavía. En mis clases hay variedades de alumnos, por ejemplo: El excusado es aquel que siempre lleva una excusa consigo. A continuación está el típico Judas o metepatas dícese aquel que por beneficio propio puede joder a los demás. Luego hay otra clase el típico niño armario es aquel que suele abrir su carpeta en blanco y colocándola en la mesa sin hacer nada todo el día. Más tarde está el estudiante aplicado. Esta clase abunda mucho. Esta especie rellena los exámenes como se tratase del estado de Facebook. Siguiendo tenemos al copión. Es aquel que se confía en las habilidades del resto para copiarse, y por último tenemos el llamado eterno, se llama así, porque suele tener más años que el profesor y viene siempre acompañado de su hijo, para el repetir es como si fuese un deporte olímpico. JESÚS GIL

Cuando me preguntaban de pequeñito: -¿Qué quieres de ser de mayor? 10


Yo siempre contestaba: -Astronauta o profesor Astronauta no pudo ser y me tuve que conformar con ser profesor de gimnasia. Al principio todo molaba en primero de primaria. Todo era muy bonito, porque lo único que había que hacer era darles una pelota y a jugar. Bueno en verdad en primaria todo era así hasta sexto. Ahí la pelota ya se acabó. En esa clase siempre estaba: el gordito, las pijas y los deportistas. Ya en secundaria todo era muy difícil. Había niños súper maleducados. En primero y segundo todavía me respetaban, pero en tercero ya me insultaban y un día casi me pegan. Siempre estaban los tipos de alumnos los fumaos que eran los que no hacían nada, pero solo venían para estar con sus amigos y fumar en los recreos, el florero que era el que se ponía en la última fila a mirar y a adorar el gimnasio luego estaban los frikis que en vez de hablar de algo normal hablaban de videojuegos, los empanaos eran los que le decías algo y estaban en Babia, los normales esos eran 3 o 4 que eran los que le preguntabas: -¿Queréis jugar al futbol? -¡¡¡¡¡síííí!!!!! -vale, pues hacedme un trabajo -¡¡¡¡¡¡¡nooooooo!!!!!!!

SERGIO MORENATE

Mi abuela siempre me preguntaba: -¿En qué quieres trabajar cuando seas mayor? Y yo siempre le decía: abogado, policía, bombero… 11


Ahora soy profesor y lo que no me gusta del colegio son los alumnos, porque te buscan defectos a todo, no te dejan dar clase, no le puedes decir nada cuando están cabreados… Todo era mucho mejor cuando daba clase a los pequeños del colegio, a los de párvulos, porque ellos se portaban bien, te hacían caso y te adoraban con nada que les decías, y ahora que doy clase a los mayores del instituto, es un horror entrar por la puerta y que desde ese momento pasen de ti, y que además de la peste que echen no puedas ni estar en clase. Según los niños la clase se divide en cinco grupos: 1. Los estudiosos, que son los alumnos/as que se portan bien, hacen los deberes y atienden en clase. 2. Los normales, son aquellos que no molestan, hacen los deberes de vez en cuando y hacen como si estuvieran atendiendo. 3. Los que no hacen nada, que como su nombre indica no hacen deberes, no atienden en clase…lo único bueno de ellos es que no hablan ni cuchichean con los compañeros, que por lo menos te dejan dar clase aunque a veces te llevan la contraria. 4. Los frangolleros, que son aquellos que ni atienden, ni estudian, ni hacen nada, solo se dedican a hablar y a formar escándalo. 5. Los sargentos, que son los alumnos/as que se creen los más importantes de la clase Y lo peor de todo, no es eso, son los padres…que cuando tienes tutoría con ellos te lo ponen todo en contra, no le puedes decir nada malo de tus hijos porque sino…te montan la de dios… Pero bueno, al fin y al cabo después de todo tengo la suerte de tener trabajo y no estar en el paro. EVA ÁLVAREZ GALLARDO

No he ejercido como profesor en la escuela de primaria, pero, me imagino ver a esos niñitos medio metro que tienen un cabezón gigante, pero un cerebro como el tamaño de una almendra, que salen de allí aprendiendo sin pensar, y que no saben lo que les espera en el instituto. La mayoría sienten euforia por llegar allí, pero cuando salen de bachillerato no se sabrá de ellos. 12


En el instituto, que es obviamente diferente, me encuentro a gente de casi dos metros, o incluso a otros que aún así son más bajos que yo. Es mucho peor educarles y que ni siquiera te presten atención, que tengas que repetir el mismo discurso toda la semana y luego te pongan excusas, y entonces te dan ganas de ponerles un examen, que de tantas excusas suyas que pasan por tu cabeza, les suspendas el trimestre. Esos adolescentes...son muy chulos, y no me quiero imaginar a esos pobres padres que desean que pase esa etapa. Y entre esa masa de monstruitos hay muchos tipos, están los: -

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FRIKIS: Esas pintas que llevan siempre, que son aficionados a los videojuegos, que saben más que un profesor de informática o de tecnología. Y claro, alguna suspenden, seguro. Pero en ellos, tiene que haber un líder, uno que desde el principio, manejaba todos esos aparatos, y que luego sus amigos se conviertan como él. LOS EMPOLLONES: O también, las empollonas, porque en donde yo trabajo, no he visto a ningún chico que se interese en estudiar, a no ser que sea algún tonto que se crea listo y finalmente fracasa suspendiendo las asignaturas más fáciles. Pues las empollonas, son las más listas, hay que reconocerlo, pero hasta incluso pueden llegar hasta ser pesadas y son las mismas de siempre que se ofrecen voluntaria para hacer cualquier cosa. Entre las empollonas, puede haber alguna pija, y empollona a la vez, que es más tonta aún, que tiene el móvil que se ha vendido últimamente, pero aún así es tonta, y no puedo soportarlo. LOS CHUNGOS: Esos típicos repetidores, que repitieron primaria y secundaria, que lo único que saben es insultar, que fuman, que beben, que se drogan. Pues aquellos también se les pueden llamar canis, o chonis, que son gente sin cultura, que pasan de todo. Y suspenden más de lo que creen, ¿qué creen que suspenden? Nada, para ellos todo está bien, todo sin problema, pero de vez en cuando les molesta todo y ellos te molestan a ti.

Hay un montón de tipos de adolescentes, pero estos son los peores para mí. En la universidad se les acaba la adolescencia y pensarán que ha sido la mejor etapa, que te volvías imbécil de una manera natural y no te librabas. Bueno, puede que sí sea divertido o la mejor etapa, pero es muy, muy compleja. “La masa en conjunto es estúpida” PAULA GONZÁLEZ

Cuando era pequeño creía que los profesores eran lo peor. Y ahora que soy profesor… ¡Qué “cojones’’!, sigo pensando igual. En secundaria haces lo que te da la gana, ¡pero no! Me mandan a primaria. 13


Llena de Marcos con babas, que si cordones, que si lloran… ¡qué coñazo! Me podrían haber mandado a sexto ¡pero para qué, les hacía falta un profesor en primero! ¡puaf, me quiero jubilar! Lo bueno de primaria es que se creen lo que le digas, que le dices que chupen la pizarra ¡lo hacen! Lo malo de esto es que le cuentan todo a sus padres y después en las reuniones te ponen verde… ¡sí, por los mocos de sus hijos! Justo cuando te acostumbras a esto ¡te mandan a secundaria! Y te das cuenta de que no es como creías, que los alumnos te putean. Eso sí, se creen que eres tonto, pero no, te das cuenta de… de las “flores’’ que pintan en las mesas, de lo que hablan… Eso sí con el tocho de partes que llevas a clase con esos simples papeles eres el “puñetero’’ amo de la clase. Bueno y eso se hasta ahora, porque nada más acostumbrarme me han mandado ha bachillerato.

DIEGO LIMONCHI BUJALDÓN

Se piensan los alumnos que porque ya seamos profesores, no sabemos cómo funciona su mundo, ¡pobres ilusos!, han olvidado un pequeño detalle, y es que nosotros también pertenecimos a ese mundo durante unos cuantos años. Ellos solo han visto una cara de la moneda, nosotros ya hemos visto las dos y todavía no sabemos con cuál quedarnos. Yo, a las dos semanas de comenzar el curso, ya hago una clasificación de mis alumnos. Primero están los “trabajadores silenciosos”, éstos son estupendos, funcionan solos. 14


En segundo lugar están los “trabajadores escandalosos”, éstos como su propio nombre indica, trabajan pero a ti no te dejan trabajar. Después tenemos a los “vagos silenciosos”, éstos como si no estuvieran. Luego vienen los “vagos escandalosos”, que son los que ni viven ni dejan vivir. Y para terminar tenemos a los “chorizos” que son unos pocos por suerte. Sean como sean, hay que echarles mucha paciencia. Esto es lo que nos toca. La mayoría con el tiempo van madurando.

JOSÉ MANUEL OLIVA ALONSO

Cuando me preguntaban: - ¿Y tú qué quieres ser de mayor? (Que ya era un poquito cansina la pregunta, siempre igual… que se repite más que el chorizo) Yo solía contestar: - Policía, actor, futbolista, astronauta… Vamos, que yo lo que quería era salir con una modelo de esas guapas Lo que nunca dije fue “profesor”. Y miradme ahora, soy profeso. Como veis nada de lo que tú quieres se cumple en esta mierda de vida. Por lo menos no soy barrendero y tengo para 15


comer, que en verdad como en el comedor del colegio que pone una sopa de pollo que con esa sopa envenenan al pollo para matarlo y aquí está el tonto que va igualmente, pero porque es gratis, que si no iba a ir quien yo me sé. Cuando me mandaron al colegio y entré a infantil creía que siempre iba a ser así: jugar, pintar, estar en el recreo arrancándole los pelos al tontillo… Pero ¡ay!, ¡pobre de mí! cuando llegué a primaria y apareció eso: los deberes (que es lo que los niños nunca quieren y lo que los profesores siempre mandamos hacer) pero bueno la profesora era guapa y si se tenían que hacer se hacían lo malo es que en clase ya no se jugaba ni se pintaba ni nada. Sin embargo, cuando llegué a secundaria, ahí sí que hubo un cambio gordo, y no solo por cómo era el profesor de mates, sino porque aquello parecía una cárcel nada más que deberes, trabajos y exámenes. Lo pasé como la Pantoja cuando la vieron “sacar la basura” en Andorra. Allí todos los alumnos tenían un mote que si “El conejo” porque tenía los dientes largos, que si “el tanque” porque estaba gordo… Y, como en todos los institutos había distintos tipos de alumnos: el “chulo” que era el que siempre tenía los pies encima de la mesa y se creía el mejor por chulearle a los demás, la empollona que era la que siempre sabia la respuesta antes de que le hicieran la pregunta y muchos más pero es que si sigo no termino. Ahora el alumno que más abunda es el renegón que todo lo que diga el profesor es porque le tiene manía y le quiere amargar la vida. - Manolo deja el móvil. Y que con el móvil en la mano le dice: - Esto no es el móvil profesora, es una calculadora con whatshap, instagram, marca y cámara. Lo único que queréis es fastidiarme la vida. Me voy a la Iglesia que me llama la Virgen y aquí no me quieren. RAÚL MANZANO MARTÍNEZ Cuando me preguntaban en mis años de infancia: -¿Y tú qué quieres ser de mayor? Yo siempre respondía: -Bombero, enfermero, voluntario de la Cruz Roja... Vamos, que lo que yo quería era ayudar a la gente. Lo que nunca dije fue “profesor”. Y aquí estoy. Empecé en primaria, y ahora estoy en Secundaria, porque antes era así, te cambiaban porque eras joven. En Primaria, los niños cada viernes te regalaban un bollo, te levantabas a las ocho y media, y salías a las dos. ¿Es un buen plan?,¿no?

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Pero claro un día te plantas en una clase con 30 niños llenos de granos y espinillas y con una mala leche... Yo creo que en todos los institutos hay cuatro clases de alumnos: -Los macarras; esos que se sientan al final de la clase con unas posturas que no se cómo no se desconyuntan, y como les digas algo, te ponen ellos un parte a ti. -Los pesados; aquellos que hablan mientras que tú estás hablando para preguntarte una cosa, esos que están: profesor, profesor, profesor... - Los pelotas: no sacan buenas notas, pero te hacen la pelota para aprobar. -Los empollones: que se creen que saben más que el profesor. Bueno, en conclusión yo soy profesor y aunque me veáis que me quejo (y mucho) menos mal que tengo trabajo como está España.

PAULA SÁNCHEZ ROMERA

Yo de pequeña siempre odiaba a los profesores, porque pensaba que daban una hora de clase y ¡hala!, todo el día sin hacer nada. Bueno, pues ahora soy yo la profesora, y bueno lo primero, empecé con los niños de 5 añitos, todo era muy bonito, aunque, a veces, les tengo que limpiar los mocos, cambiar los pañales, que si me ha pegado éste…¡Y ya me viene otro llorando!, pero bueno, tampoco son tan malos los niños pequeños. Así que me decidí por irme a primaria. Bueno, allí ya se complicaban más las cosas. Explicabas algo y todos ¡No entiendo, no entiendo!, y ahí te agobias. Luego están los otros alumnos que pasan de todo, les da igual todo...Bueno y ya no hablemos de los chulos, a esos si les pegásemos un guantazo se les iría toda la tontería. Pero bueno tampoco era tan difícil, así que...me animé a subir ¡otro escalón! Me fui a secundaria y bueno, ahí sí que me daban ganas de suicidarme, pero ¡Por 17


favor!,¿cómo pueden ser así de malos los alumnos?.. me ponen chinchetas en el asiento, para que cuando al sentarme me pinchase. Vamos a hablar de las clases de alumnos: Al principio empezamos por los “porculeros, que son los que no hacen nada, pero hacen ruido, se levantan, pintan las paredes,mesas..etc. Los segundos son los que chulean, empiezan a hablar y si les dices algo te saltan con cosas como ¡yo no he sido! Y, bueno si les hechas de clase, te saltan y te dicen ¡te voy a quemar la casa y el coche!, y, bueno aquí acabo…, espero que el próximo año, todo cambie para mejor. MARÍA REBOLLO

Llevo 20 años trabajando de profesor y pienso que fui estúpido al estudiar esta profesión. Te tienes que levantar temprano y sales muy tarde. Hubiera sido mejor ser profesor de escuela entras a trabajar a las 9 y sales a las 2 y durante esas 5 horas no haces nada solo mandar ejercicios y explicar un poco de vez en cuando. En el insti hay varios tipos de alumnos: -

Los vagos: Son los que se sientan atrás, no sacan el libro y están callados.

Para mí son unos de los mejores, no te causan problemas. -

Distraídos: Son aquellos que siempre están hablando y mandando notitas. Para mí son los peores, no te dejan dar clase.

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Ahora entiendo por qué me regañaban tanto los profesores. Yo siempre estaba hablando. -

Empanados: Son aquellos que se creen los reyes de la clase, pero ellos no saben que soy yo ya el que pone la nota.

Estos alumnos son repelentes, ya que como le pongas un 9´5 no paran de decirte que se lo corrijas de nuevo o que no sabes corregir. Pero bueno ya llevo 20 años trabajando ya me queda menos para jubilarme. JENNIFER BETETA

En el colegio siempre me preguntaban: Y tú, ¿Qué quieres ser de mayor? Yo siempre contestaba científico loco, astronauta, fumador pasivo… Lo que nunca dije fue profesor. Sí, profesor porque para mí es el trabajo más malo que hay en el mundo. No os aconsejo que seáis profesores y no os lo aconsejo sobre todo por los alumnos, no entran todos, porque hay algunos que ni se inmutan. Yo siempre los clasificaba en empollones, en este grupo había dos tipos empollón silencioso y el empollón moscardón. El empollón silencioso estudiaba mucho, pero sin embargo, no hablaba nada en clase y en los exámenes lo decía todo. El empollón moscardón es como bien dice su nombre como una mosca, es un incordio para todos los profesores. Quiere responder a todas las preguntas y ser el centro del universo. Este tipo de empollón es el que menos me gusta. 19


Después tenemos el grupo de los malotes, este tipo de grupo es ese el cual ves venir y ya estas pidiendo perdón sin haber hecho nada. O esos que sin que te digan que si se pueden sentar en tu sitio tú ya te estás levantando y diciendo: “todo tuyo”. En el grupo en el que yo me incluyo es en el de los normales, sí en el de los normales, porque yo no hablo en clase y saco notas normalitas en los exámenes, un 7 u 8 y cuando sacas un 9 o más haces la fiesta más grande que se haya visto jamás. Otro grupo que hay es el de los maceteros en este grupo hay silenciosos y porculeros. Los maceteros silenciosos son los que no hablan y son como una maceta ni se mueven ni sacan los libros, plantan la silla y... “que pase la clase”. No traen los deberes, pero, total, prefiero a este tipo de macetero que al macetero porculero, este es el peor que haya visto jamás, además de que no te traen los deberes si les dices algo te dicen: -A que te quemo el coche. O la típica frase: -Que se dónde vives. Y por último el grupo de los enchufados o peloteros, este grupo es ese que sacan buenas notas o aprueban gracias al profesor, es como uno que no estudia y su padre le compra las cosas y se lo paga todo. Uff solo tenía cinco minutos para contaros todo esto bueno pues… me voy ¡hasta pronto! ALEJANDRO PÉREZ

Nunca en toda mi vida pensé que me dedicaría a la misma profesión a la que se dedicaban las personas que yo tanto odiaba en mi niñez y juventud: profesora. Llevo ya veintidós años en esta profesión y siempre se repiten, en todas las clases y cursos y en todas las épocas también, los mismos alumnos. Mirad, los primeros son los santurrones, siempre atienden en clase y siempre están con la mano levantada y si sacan menos de un 9,9 se enfadan. El segundo grupo son los que no te dejan dar una clase en paz y que siempre están cuchicheando y riendo y en muchas ocasiones te planteas si se ríen de ti (desde que una vez se me desabrocharon tres botones de la camisa por la parte de delante, no me di cuenta y me pasé toda la clase así sin que nadie me avisara, no me he vuelto a poner camisa con botones, por si acaso).

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Por último, están los tontillos, que no paran quietos en clase y que no hacen más que decir estupideces. Hablando de estos, una vez fuimos a ver una película muda al cine y uno de los alumnos se puso a decir: callaos, callaos que no oigo y no me entero. ADELAIDA MÁRQUEZ

Cuando era pequeñito mi madre me preguntaba qué quería ser de mayor y yo decía policía. A mí me encantaban las series policiales, nunca pensé que acabaría siendo profesor. Cuando estaba en el colegio pensaba que era una vida muy aburrida. Poco después en el colegio me di cuenta de lo contrario. Yo empecé siendo profesor de primaria, todo era de color de rosa, los niños te quieren, te regalan cosas. Pero también tiene cosas malas como que tienes que estar atando cordones, limpiando mocos etc.... Después me ascendieron a profesor de secundario, ME DI CUENTA QUE ERA MUY DIFERENTE, ME DI CUENTA DE QUE EL INSTITUTO ES MUY FRIO, LOS ALUMNOS ESTAN EMBAUCADOS CON EL MÓVIL, NI TE DICEN BUENOS DIAS.......... Bueno sigamos. También me di cuenta de que está dividido en grupos sociales yo lo dividí en sectores

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1º Salidos están todo el rato pintando penes en las mesas y paro de contar porque se pondría feo. 2º Los fantasmas los que están mirando a la pizarra y casi siempre hacen los deberes pero a la hora de hacer los exámenes no llegan ni a un 3 3º Después están los empollones cada vez que te equivocas te dicen que lo has hecho mal delante de toda la clase. Lo bueno es que hacen todos los días los deberes y no hablan 4º Por último y no menos importante está el grupito de la esquina. Todos los recreos se van a fumarse un porro y luego llegan a la clase con una peste a colonia para enmascarar el olor a humo. Bueno yo creo que he resumido mi corta vida laboral y pronto estaré con los de bachiller como me sigan ascendiendo voy a llegar a director de universidad.

MARIO ISAAC CHECA VALVERDE

Ahora que me he jubilado puedo hablar con total libertad y derecho de lo que durante 25 años de mi vida ha sido "el peor pasatiempos": Mis alumnos Aunque me han amargado con sus insoportables gritos, conflictos y líos de faldas y pantalones con sus horribles voces de niños adolescentes, con las hormonas aflorando en toda su plenitud no puedo echarles la culpa, porque, a mí tampoco me gustaba estar 6 horas en el mismo sitio aguantando los sermones de todos los profesos y que llegan tarde a clase y te sueltan lo de "Asuntos de profesores" o que cuando nos enfadamos nos sale la vena del lado izquierdo del cuello cual Pokemon en evolución. Siempre he sabido que los grupos sociales en clase existían, pero no fue hasta que llegué a la ESO que no me di cuenta que había muchos más de los que yo recordaba. Verán en mi clase siempre estuvieron los siguientes: EL Empollón. Si me dejan regodearme esos son mis favoritos. LLegan siempre puntuales, nunca les falta ni una coma de los deberes, estudian sin necesidad de hacerlo. Aunque también tienen su parte odiosa como que no dejan hablar ni participar a nadie más en clase y 22


que cuando los profesores dejan que los demás participen se enfada y se ponen en posición de ataque. Los vagos que por no molestar en clase no hacen ni por atender y que aprovechan los ratos de sermones para dormir o hablar con los revoltosos y comenzar la segunda guerra mundial de bolas de papel. El malote de la clase que es que va de chulo, pero luego es un “cacho pan”. Ese que tiene locas a todas las chicas con sus borderías. Ese que se aprovecha de las pobres inocentes para que le hagan los deberes y quedar como un señorito delante de la profe. Las presumidas estiradas que van a clase solo para lucir modelitos y nuevos peinados y que se preocupan más de que no se les corra el rímel que por la tabla periódica. Esas que babean por el malote de la clase, pero él pasa de ellas porque está más pendiente de su chupa de cuero. Los normalitos que son los que van aprobando como pueden que aunque les cueste se esfuerzan por intentar pasando de curso. Los repetidpres que van de chulos y prepotentes iniciando a los frikis en sus primeras novatadas, que van a clase menos que Falete al gimnasio y que les gusta más la fiesta que a Pocholo. Y ahora si me disculpan me voy a casa que tengo que convencer a mi hijo de que no se haga profesor. CLAUDIA RODRÍGUEZ

Cuando me preguntaban de pequeño: -¿Y tú qué quieres ser de mayor? Yo siempre contestaba: -Profesor, profesor y profesor. Vamos, que lo que yo quería era dar clase a niños. Al final tras muchos años de estudio, conseguir ser profesor. Comencé en primaria, todo estaba bastante bien, ya, que en primaria todos los niños te querían, te contaban cualquier cosa, etc. Pero también te hartabas de otras cosas, los mocos, los cordones, etc. Pero de todas formas estaba bastante a gusto. Hasta que un día me cambiaron a secundaria, y claro todo cambia, ya que hay diferentes tipos de alumnos, entre ellos: -LOS POPULARES: Se creen mejores que todos los demás, se hacen de clase alta y son de clase media. Tienen celular de última generación, auto, tarjeta de crédito, zapatillas Nike recién 23


salidas del mercado, etc. Inventan cosas ellos mismos y creen que tiene la re onda, como por ejemplo, remangarse el pantalón. -EL LIDER DEL GRUPO: Todos siguen su voz. Y capaz que esta voz dice “Vayamos a pasar el día de la primavera a Bagdad”, pero todos siguen esta voz. -EL FUTBOLERO: El que sin el fútbol no vive. El que en la clase se pone a escuchar por la radio a Acasusso contra Deportivo Armenio. El que falta sin dudas a la escuela si hay partido por la Champions, se sabe hasta el once de la selección de Bulgaria y puede decirte el día que nació, en que equipo juega y el partido en que debutó. Con sus amigos nomás habla de fútbol. -LA TOP: La chica zarpada en moda, la que usa cosas que ni siquiera salieron en venta, la que todos se dan vuelta para ver pero sólo para ver que pantalones está usando. La que se baña en perfume y se despierta a las seis de la mañana así tiene más tiempo para arreglarse. Si se despierta tipo once y no le da el tiempo para maquillarse y retocarse, falta a la escuela. -EL NERD: El chico especial, el come libros, el que es el único que trae la tarea hacha pero después pareciera que todos la hicieron ¡y se equivocaron en las mismas cosas! ¡Que casualidad! Es él que, ni bien tocan el timbre, sale disparado para su aula, él que se para firme en formación y no mueve ni un pelo. -EL PATOTERO: El malo, el peor, el que en la escuela está al pedo y cuando sale, está en pedo.

FRANCISCO JAVIER SENÉS

ESTOS MONÓLOGOS SE ESCRIBIERON EL MES DE MARZO DE 2015 POR LOS ALUMNOS DE 2º ESO DEL IES ALCREBITE PARA DEJAR CONSTANCIA EN EL TIEMPO DE UNA ACTIVIDAD CREATIVA QUE EL PASO DEL TIEMPO NO BORRARÁ. 24


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